BOLETIN OFICIAL DE LOS PRACTICANTE8 DE MEDIOINA y CIRUGIA

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GACETA OFICI ......rw. í~I I'J

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Fedelación Jacional de PI cii aniu8 ~ ~

Presidente de la Federación

D. Enrique Marzo(CE V A LENel Al

..DIRECTOR

D. Antonio González Cruz

Presidentedel Colegio de Madrid

D. Francisco G. Dnarte

..ADMINISTRADOR

D. Balbino Díaz Morcillo

Cl!olaboradore•• Todo. los J-raetleante. de espala

LMarzo 1923•• Núm.,."~

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B._ en conocimiento de la clase médica en general, y en particular de los se· lAJI ñores Practicantes de toda España, no compren ni un solo instrumento,a aparato u otro cualquier artefacto, sin antes preguntar, personándose o ­11 por carta. Para comprobar tal realidad y para convencimiento de los alu- 118 dido~ señores Médicos y Practicantes, a continuación var expresados al· 11Id gunos precios (según prometido por los p~c=-d~~s !1úmeros de_esta _ JI--¡ ----oAGE-l'A):- - - - - - - - - -- - 11

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ABo XIX MADRID, MARZO 1923. NÚM. 174

BOLETIN OFICIAL DE LOS PRACTICANTES DE MEDICINA Y CIRUGIA

GACETA OFICIALDE LA FEDERACIÓN NACIONAL DE PRACTICANTES

COLEGIOS S'C'SCRI:PTonESAlava. Alcoy. Al=:l.eda. Elenavente, EIu:rgos. Cáoe:re., Oádiz.Castell6n y sus nueve :P:resid61ntes de distrito. Ciudad neal..Co:ru5.a. Cuenoa. Fe:rrol. Gijón. Guadalaja:ra.. Huesoa.. Lérida..Logzoofio. Mála.ga.. Mu:rcia. :Palencia.. :Palz=.a d. Kallo:rca., Sa·laz=.anoa. Santande:r. Santiago. San Sebastián. S.govia.. S ••villa. So:ria. Ta:r:ragona. Te:ruel. Toledo•. To:rdjos. To:rtosa. Va.

lladolid. Valenoia.. Vigo y Vizoaya.

- =: == SE PUBLICA LA PRIMERA DECENA DE CADA MES - .... =........... ¡No se devaehten los o1flglnales 1 lha C01f1fespondencla oficial del Colegio, Toda la c01f1fespondeDcla qae se 1feta-

, a sa domicilio social, CJ CJ CJ CJ clone con la IIdmlnlsttracl6n del Bale-. 1 ltín, se dl1flgl1fá a ta IIdmlnlsttracl6nCAI1I1E DEI1 8 A~CO, tiU¡W:. 15 CAI1I1E DE I1A 1118EbTAD "

M A D R I D ne los ttrabajos 1\ t 6

~~1fesponden sas aato1fes. MADRID

SUMARIO, ¡Hay que sostener la Federaelón Nacional! por XXX.-Auxlllar médico, por Luis Ló­1 1 - pez. Para rechazar Insidias. por Antonio González Cruz. -PoIIUca sanitaria. - En

defensa de la clase: .Cantaclaro» entre los matorrales de las Jurdes.-Baja lamentable.-Nuestro socorro deenfermedad. por González Cruz. Variedades. -1822-1895: Luis Pasteur. -Fe deraclón Nacional de Colegiosde Practicantes. - Notlclas.-Correspondenlla administrativa. -Anuncios.

¡Hay que sostener la

Nuestro ilustre presidente de la FederaciónNacional, D. Enrique Marzo, nos expone. enla Gaceta del mes actual, el estado económicode la Federación.

En su escrito da cuenta de la recaudaciónobtenida de los colegios 'en el primer semes­tre del segundo año de su constitución.

Sólo once entidades han abonado cantida­des, de las 34 que respondieron en el primerafto.

Por lo tanto, los fondos con que cuenta enla actualidad, son muy reducidos.

Las últimas palabras de su articulo, dicenasi:

-¿Llegará la Federación hasta Mayo? ¡Loscolegios tienen la palabral

A nadie se le escapará la importancia ygravedad que encierran estas manifestaciones.

Federación Nacional!

Suplicamos a todos los compafteros direc­tores de nuestros periódicos, que mediten unpoco sobre esto y procedan en consecuencia.

La organización de practicantes, es justoconsignar. que ha sobresalido sobre las de­más ramas sanitarias, por su gran compañe·rismo. Este jalón de honor lo vamos a perderen seguida, si antes no enmendamos estasnegligencias.

No puede haber org-anización sin dinero.Fijémonos en las agrupaciones obreras cómofuncionan.

Su interés capital está en la rE:caudación decuotas. Sin esto es imposible hacer nada.

Exigir que se nos defienda sin cumplirpreviamente con nuestros deberes de asocia·dos, es absurdo. Ya es demás que los cargosde la dirección de la clase sean gratuitos¡

Gaceta Oficial d, la FedIYacián NacioHal de PracticaHtes

porque no es lógico que se imponga a nadieel sacrificio de abandonar sus ocupaciones,que le proporcionan su modo de vivir, paraque encima se le regateen los gastos que im­plica el ejercicio de su cargo. Nada de estoescribimos con el menor deseo de agraviar niherir la susceptibilidad de los colegios.

Entendemos, si, llenos de buena fe, y po­seidos de que prestamos un gran servicio a laclase; que todos se den idea de cuestión tantrascendental.

La labor de Enrique Marzo, es algo tangrande, que bieR merece que se le proporcio­nen las mayores facilidades para el mejor des­empeño de su dificilfsima y árida misión. Di­nero, respeto y la gratitud de todos, no debenfaltarle. Si esto no lo cumplimos, no nos que­jemos después de las funestas consecuenciasque sobrevendrían sobre la organización delos practicantes españoles.

IY aún se lamenta el gran Fernando Ceba­1Ios de que no haya cuajado su feliz iniciativade sacar un practicante diputado a Cortes enlas próximas eleccionesl

Querido Ceballos: ¿Cuántos años serIanprecisos para recaudar los gastos que origi­narIan el conseguir un acta de diputado aCortes?

Comentamos esto con amargura, con hon­da amargura, porque es innegable que unaFederación fuerte, con un diputado a Cortesa la cabeza, sería algo decisivo para ganar labatalla que reñimos, mucho más cuanto quecontamos con compañeros capacitados paratales empresas; sin embargo, la realidad nosenseña que todavía nos falta mucho para lle­gar a esa perfección de colectivismo.

y hecha esta advertencia, que considera­mos de interés fundamental, damos por ter­minado este modesto escrito.

'xxx.

AUXILIAR MÉDICOPuesto que se ha creado en el primer Con ,­

greso Nacional de Reorganizaci6n Sanitariauna secci6n para practicanter, debemos acu·dir por interés propio y por compromiso dehe nor y, una vez allí, comportarnos de talsuerte, que demos la sensaci6n de hombressinceros, que aspiran con cordura y senaates,a la dignificaci6n de su carrera y juntamenteal 16gico mejoramiento del medio social y ma,terial en que viven; aspiraci6n humana y líci·ta, a la que todos tenemos derecho; ea cuesti6n

Jarabe de Hipofosfitos CLIMENT VIUDAverdaderosus similares

El primitivo, auténtico,El más ANTIGUO de todos

Hipofosfitos Climent marca VIUDAPracticantes de Medicina y Cirugla:

Para evitar sustituciones de nuestro Jarabe Hipotostltos,rogamos encarecidamente al digno Cuerpo de Practicantes tenga muypresente nuestra marca VI U g A, para recomendar entre sunumerosa clientela el primitivo, auténtico y verdadero .

HIPOFOSFITO CLIMENT VIUDApor cuyo favor y acto de justicia les quedará agradecidísima la Casapreparadora.

VIUDA DE J. CLIMENT To:erros.a.

Gacsta 6ftcial de la Federación Nacional de Practicantes'-""---------- j

Rgua de SolaresNeurastenia ~ estómago, digestiones y para layados i.ntestinalesde saber exponerlo con respeto y defenderloCOn la razón.

La máxima autoridad de las personalidadesque organizan el Congreso, empezando por suilustre presidente D. Santiago Ramón y Ca­jal~ a cuyo loor renunciamos, por no encontrarléxico bastante a nuestro deseo; la amplitud yaltura de los interesantes problemas que sehan de tratar en este Congreso, y la espectación con que se espera 8U celebración, desarro­llo y resultado por todas las clases sociales yrepresentaciones de la Ciencia, en todas susramas, constituyen más que una esperanza,una segura garantía de soluciones por extremo'beneficiosas, para el complejo y vasto proble.ma de la salud pública.

y así no ha de escapar a su labor ni una solade cuantas reformas puedan contribuir al me·joramiento de la función sanitaria nacional,empezando tal vez por la creación del Minis·terio de Sanidad, para terminar en el me do deproveeralas necesidades del más in-ignificantepoblado, pasando por el problema del Médicorural, Seguro Médico obligatorio, Ley de pro·filaxis, Lucha contra la tuberculosis, etc., et­cétera.

Campo vastisimo de estudio todo, en el cualhallarán amplia materia la preclara inteligen­cia de los hombres cumbre que organizan ydirigirán el Congreso; las felices iniciativas dela ilustre clase médica española y las sabiasenseñanzas que se aconsejen, derivadas de laexperiencia y buen deseo de todos reunidos.

Es de extraordinaria importancia, pues, elacto que se prepara, y muy presumible queSU!! conclusiones definitivas no caigan en el va·cío como tantas otras, porque esta vez, por16gicas, razonables y justas, como fruto delegtudio de hombres de gran valía y porque hande representar reformas que eleven la Sanidadpatria a nivel de las mejor organizadas en elextranjero, prevalecerán ante los Poderes púoblicos, que habrán de aceptarlas como conve·nientes y necesarias, y traducirlas en leyesque den vida real y práctica a la reorganizaciónsanitaria, objeto de esta importante Asam­blea.

Si aceptamos que el Congreso lleva en IUI

esencias fuerza de obligar, para las conclusio·nes que formule, el camino a seguir por elPracticante, se pone de relieve de modo indu­bitable y claro: hacer que entre esas conclu­siones figure una, creando el Auxiliar Médicolegal, en condiciones suficientes a una actua·ción profesional, reconocidamente útil; lo de­más, vendrá de la mano y por añadidura.

Así planteada la cuesti6n, debe el practi­cante, a nuestro juicio, considerarla como as­piración suprema y como cuestión de clase;mas aún, como de vida o muerte profesionaly ver en el momento actual, el más propicio,el mejor que pudiera desear, para reñir ante laclase médica en pleno y en un acto que tan talgarantías promete, la batalla definitiva por elanhelado reconocimiento de su' personalidadprofesional.

¡Hora es ya de que esta clase médica leacepte de modo franco, abierto y de cara, sinreservas ni prejuicios y le permita con ellohacer efectiva de hecho, una consideraciónsocial que sólo disfruta de derecho I De esedere~ho que emana de un titulo universitario,muy respetable como tal ••• ; ¡pero al que seobstina en no conceder importancial

Mas para decidir a la Medicina española,reunida en tan magna Asamblea, a recoger yhacer suya esta nuestra elevada aspiración,precisa, en primer lugar, y de modo imperati­vo, demostrar palmariamente, la necesidadpara el Médico, de ese auxiliar, a cuya Crea­ción aspiramos, bien entendido, que ésta es labase fundamental de nueatro plan de defensa,como veremos luego,

A tal fin, vaya un ligero estudio, que adi·cionado, corregido y modificado por la ilustreopinión de todos nuestros compañeros, podriaexponerse en el Congreso.

Puede asegurarse, en firme, que no hay unsolo médico que no se haga ayudar en la asia­tencia de su clientela particular, por alguien yde algún modo; si no es el practicante, serála enfermera, la religiosa, la dama de laCruz Roja, el alumno o el enfermero, y enúltima instancia, el pariente o amigo, más omenoa ilustrado del paciente; alguien, en fin,que aplique la inyección, ponga la ventosa,

tome la temperatura o cure, la lesión, etc.;todo, claro está, bajo su atenta dirección y vi·gilancia.

Este argumento hay que fiarle a la concien·cia de cada médico, y que pese en ella comoella le dicte.

Sentamos también, como afirmación rotunoda, que en el Hospital es de necesidad absolu·ta un auxiliar del médico y para apoyarlo,sin extendernos en argumentaciones detalla·dal, bastará razonar en términos generales.

Acude en hora (temprana el profesor a suaala de ho.pital y dedica a sus enfermol es·crupulosa y detenida visita, uno por uno; recaba noticias de todo lo ocurrido dellde la visi .ta anterior, y formula sus prescripciones fa·cultativas y de régimen alimenticio; item más,otros cuidados de orden secundario: hechoesto, con lo cual ha cumplido su misión, se re·tira hasta la visita siguiente.

No es posible fiar a personal mercenario elcui4ado de procurar al profesor noticia de loocurrido en doce o veinticuatro horas, entreveinte, veinticinco o treinta enfermos acogidosen su aaJa, y mucho menos practicar en ellatoda la actuación que se deriva de IU mandatofacultativo: actuación, que enunciada a la Ii·gera y no en toda su extensión, comprendeentre otros trabajos:

Aplicación de ven t oaa y de inyeccionelmás o menos complicadas; práctica de la san·gría, cateterismo, lavado de cavidades; esteri­lización de material, dispositivos para fomen .taciones continuas, revulsiones de todas cIa·ses, registro de temperaturas, pulsaciones yrespiraciones, formando las respectivas curvasgráficas; cura diaria en las salas de Cirujía; de·Iicada preparacióu del instrumental, material,enfermo yquirófano para las operaciones de al·tura; petición a la farmacia y distribución a losenfermos de la meditación prescrita y hastamuy posiblemente laaplicación o no aplicacióndiscrecional de medios prevenidos de antema·no, según aconseje la observación de síntomasen el enfermo.

Más aún: queda al frente del hospital, fuerade las horas de visita de los profesores, unmédico de guardia, que no ha de practicartampoco todas estas actuaciol'1es, ya surjanespontáneas, como incidencias de la guardia,ya queden prevenidas por los profesores de lasala; alguien habrá de quedar de guardia tam·bién con este médico y dispuesto a satisfaceresta necesidad del servicio.

y para concluir: es también necesario en lasala un trabajo burocrático, sencillo, si sequiere, pero del que no se puede prescindir yque el Profesor no ha de ejecutar: formación

4 Gac,ta Oficial de la Fule,aci6n Nacional de Practwnk$

de las Iibretas.petitorio de medicamentos y dealimentación; movimiento estadístico de losenfermos; historial clínico y terapéutico decada uno, papeletas de cabecera, etc., etc.;todo lo cual, agrupado, forma en las oficinasdel Establecimiento, la historia del mismo yparte de su régimen administrativo.

¿Queda suficientemente demostrada la neoceBidad del Auxilia, del Médico, en el hospital?Aspiramos a creer que sí.

Sobre el Au,,¿lia, rural, sólo expondremosalgunas generalidades.

Quede sentado como principio inmutable,que lo mejor sería que cada pueblo tuviera losmédicos necesarios, o cuando menos uno, yque estos Medicos estuvieran suficientementeremunerados por quien haya de atender a estanecesidad, en justicia.

Pero como hemos de ceñirnos á la realidadde las cosas, fuerza será admitir como verdadinconcusa, que son muchos los pueblos en Es·paña que carecen de profesor, y así la realidadnos brinda médicos qus tienen á su cargo, dos,tres y más pueblos (algunos con el aditamentode aledaños) y que lógicamente, no pueden te·ner su residencia más que en uno de ellos.

Para el servicio de los otros pueblos sueletel1er este médico, en la actualidad, uno o máspracticantes que le auxiliatJ, atendiendo a diariolas cosas de ímportancia menor, imponiéndoledel estado sanitario local en las visitas que élgira á cada pueblo, más o mmos freccentemen·te y requiriendo su prelencia, en los casos denecesidad justificada.

De otra parte, son muchos los pueblos decapacidad económica inferior, que no puedensufragar el gasto que supondría la asignaciónde un médico para su asistencia; pero que sípodrían soportar el coste de un auxiliar (hoypracticante), siquiera en estos pueblos, cuandoel enfermo no pueda encontrar en el auxiliarla solución ,necesaría, haya de proveer por sí,particularmente, a procurársela en otra locali·dad: ni más ni menos que como hoy sucede.

Se ve claro, pues, que de no haber médicoen todos los pueblos, podían ser asistidosaquellos que carecieran de él y siempre bajolos auspicios del profesor más inmediato, porun auxiliar que le represente, nombrando deéstos cuantos fueren necesarios.

y se observa que en la actualidad, y ya des·de largo tiempo, es así como se practica y quetodos Jos pueblos están atendidos, cuando me·nos en SU8 más primarias necesidades, mejoro peor; pero mejor que sin nada, por los ac·

I~tuales practicantes.

Luego queda justificada la necesidad delauxiliar rural.

eAhora bien; si la consecuencia fundamental

que deducimos del estudio de los casos queanteceden, no es una entelequia hija del buendeseo, y queda verdaderamente demostradoque el auxiliar del médico es una necesidadrealmente sentida en la funci6n sanitaria, elpracticante, bien asistido de este convecimien-

~aceta Oficial de la Federación Nacional de Practicantes 5.

Otro campo de acci6n muy interesante para 1 to y documentado suficientemente para poderel médico, son las corporaciones oficiales, rebatir cuantas objeciones en contra le salgantales como la Marina de Guerra, Beneficencia al paso, podrá, con todos los respetos, plan­Municipal de Madrid, Barcelona, Sevilla, et tear a la Medicina española, reunida en magnocétera, etc., y de su suxiliar nada hemos de de- Cónclave profesional, esta primera cuestióncir; hablen por nosotros el núcleo de profeso fundamental:rado de cada una de estaa corporaciones y «Diga, sin ambages ni rodeos, clara, rotun·los muchoi años que hace que en todas ellas da y definitivamente, si necesita o no, en elexisten practicantes. f ejercicio de su profesión, de un elemento au-

También, muy recientemente, ha creado 8U xiliar que sea su complemento y practique laselemento auxiliar el benemérito Cuerpo de actuaciones que se derivan de su prescrip­Sanidad Militar del Ejército español, tal vez ción.»con visión clara de, que este elemento ha de De antemano podemos anticipar una con.serie útil y no parece atrevido esperarlo así, testación afirmativa, sin temor a equivocar­ya que, ¿por qué no creerlo, si sus similares nos, ya que de un lado la realidad nos ofrecede otras corporaciones !le han acreditado de y por todas partes se ve, tras la intervenciónigual utilidad? del profesor, la mano de un ayudante, sea el

Véanse los reglamentos orgánicos y de ré· que fuere, y en razón también a que no se hagimen interior de toda, esta'J corporaciones de ocultar al claro juicio de cada médico, queen lo que afecta a la función de sus practican- en general, dada la índole de los novísimostes, y estudiaqa que sea ésta, se verá claro procedimientos y medios terapéuticos, en soque tal fun::i6n es de conveniencia suma al prescripci6n, son numerosas y todas muy de·servicio sanitario de la entidad, y todavía, si licadas, las manipulaciones que juegan, que élapelamos en plebiscito, al tpstimonio honrado no ha de practicar y que exigen, y es muyde todos los profesores de las distintas carpo· j listo, manos hábiles que las ejecuten, y porraciones a que nos referimos, seguramente ende, algún destello, siquiera sea pequeño, dequedará confirmado el aserto que sentamos. luz intelectual que guíe y oriente la acci6n de

Queda, pues, demostrada también la nece· estas manos, para convertirla en una actua­sidad del at1xiliar del médico en las corpora· ci6n profesional y técnica.ciones ofidales. Reconocida que sea esta necesidad y acepo

En las t'mpresas particulares también actúa tado el Auxiliar, vamos a oir, porque nos lohoy ya el practicante como auxiliar del médi· dirá el mélico en la Asamblea, que «ya leco, y como ejemplo, sin temor a error, pode tiene>, y en efecto, cuenta con el practicante,mos citar múltiples sociedades de asistencia la enfermera, la dama de la Cruz Roja, lamé iica que actúan en Madrid, empresas de religiosa, el alumno de Medicina, el enfer·tranvías y ferrocarriles y grandes fábricas, mero y tantos otros como aspiramos a llamar.talleres y minas, etc., etc.; y si bien es verdad nos auxiliar -del profesor.que no en todas elltas empresas en España, Y vamos a sentar valientemente una con·hay practicantes. cual debiera, y que donde clusi6n general, que los abraza a todos, prac­los hay no es en número necesario, tal vez en ticante incluso: ninguno de ellos está capacitadoambos casos, por espíritu de economía de los suficientemente para tal funci6n. De donde se si·dueños o Consejos de Administración de las ~ue que si la clase médica vive en la creenciaempresas, también es cierto que los hay, dan· de que no carece de auxiliar, sustenta undo fe de esta necesidad real y positiva. De la error, del cual saldrá tan pronto como quiera,bondad de su actuación, nada hay que decir; a poco que medite en como se hace cada uno dese justifica por el hecho en sí de su exis· estos auxiliares, con lo cual verá que es ver-tencia. dad la afirmaci6n que sentamos.

Luego en las empresas privadas es también Ahora bien; séanol permitido establecer ennecesario el auxiliar del médico. dos planos: uno legal y otro racional, un para·

lelo entre el practicante de un lado y todoslos demás 'auxiliares, por el otro.

Si se ha de interpretar la Ley por su espíri­tu, vemos que junto a la carrera del médicoha creado también la del practicante, y en taldualidad, no ha podido presidir espiritu másacertado ni más lógico, juntando a la accióndirectriz, la actuaci(>n complementaria.

,Hasta aquí, el aciertb de la Ley; pero eí quo

6a

después ha creadc otrae carreras de auxiliardel médico, a base de estudios inferiores a losdel practicante, cursos más breves y menortributación pecuniaria al Estado, y cabe pre·guntar: ¿Por qué si ya habia un auxiliar, crearotro? y también: ¿Por qué imponer a estoinuevos auxiliares un esfuerzo menor que alprimero, siendo ya el de este tan pequeño?Todavia: ¿en qué consideración tiene al médicola Ley, que al dotarle de auxiliar lo hace contal incongruencia, denotadora de poco aprecioy en tan escasa medida? ¿Acaso la función nomerece más respetos y más cantidad de au·xiliar?

y deducimos, en el plano legal que venimosestudiando: si el practicante fué el primerocreado por la Ley, él fué quien di6 origen alestado de derecho inmanente a todo titulouniversitario; todo lo que venga detrás, sinanular previamente al practicante, es pasarpor encima de este derecho, creado por la Ley,asi sea la misma Ley la que lal hace.

A mayor abundamIento, la carrera de prac·ticante se ajusta en un todo a la legislaci6nvigente general, para todas las carreras enEspaña; si los otros auxiliares se hacen, aun­que también legalmente, segón procedimien­tos que imponen menor esfuerzo legal, habráque reconocer y confesar que para éstos rigeuna legislación de favor, convencional yacomodaticia que sobre su vicio de origen, ya queno ha debido nacer, es además injusta.

Vemos, pues, que el auxiliar legal del médi·co, es, por derecho propio, el practicante.

Racionalmente no es el mismo el punto devista de todos aquellos auxiliares, en el ejerci­cio de su funci6n propia, aliado del prdesor;no ven de igual manera todos la humanitariay digna misi6n que les lleva cerca del enfer­mo, la cual es para unos sacerdocio, á la vezque legitimo elemento de subsistencia, en tan·to que para otros••• ¡casi no nos atrevemos adecirlo!. .. medio, pero no fin; razón o motivopara algo, que sin excluir al enfermo, ¡libre­nos Dios de pensar tall, se halla de él a mu­cha distancia.

Yen este plano racional de que nos ocupa·mos ahora, también haremos es'udio compa­rativo y la deducci6n correspondiente.

El practicante mira su profesión como sa­cerdocio, rindiendo culto al cual y al amparode su derecho, la considera como objeto y finde todas SUB actividades, y aspira para ella auna dignificación, a una elevación de conside·raciones que la coloquen muy por encima deIU nivel actual y al lado de otras carreras te onidas en sociedad por muy dignas y reapeta·blea, con todo lo cual prueba el carií'io que la

profesa y consciencia de lo que significa espiri.tualmen'te su actuación cerca del enfermo y allado del prolesor. viendo en el primero la ban.dera, y en el segundo su respetado maestro.

De otra parte acaricia la ilusión y le animaun ferviente deseo, de que eata su amada ca·rrera, si hoy todavia no, mañana, otro dia,llegue a ser para él remuneradora, Itriste cró·nica de la vida, que pone en conjunci6n lasnecesidades de la deleznable materia y el au·gusto ministerio de hacer el bien, practicandola medicina I para dedicarse a ella, dándOle delleno a su profesi6n, lo que representa la ex·traordinaria ventaja que supone su perfeccio.namiento de la función, la práctica constantede un día y otro, y un año y otro, con ben,fi·cio del enfermo.

Acaso algún otro auxiliar aduzca la mismaraz6n de vida que apuntamos para nosotroll,y considerar~ igualmente su carrera como fin,no como medio, y a ello argüimos que sehaga practicante y consagre asl legalmente IU

derecho.Para los demás auxiliares, para aquellol

otros que miran la profesi6n como medio, lamás elemental prudencia aconsejaría acoger­los con relerva, fundamentalmente, porque IU

finalidad elt! lejos del enfermo, y en segundoorden, porque su actuación siempre será tran­sitoria y circunstancial y durará mál o menos,pero nunca podrá decirse que será permanen·te, por lo cual hay que renunciar a la perfec.ción que se logra con la práctica prolongada,y, en óltima instancia, porque lel faltaránsiempre el honrado estímulo y aquellol eotu·siasmos que en todo orden de trabajos creanel buen obrero, el buen artista, el buen profe.sional.

Luego, en sana ley de raciocinio, el auxi·liar de elecci6n es el practicante, porque suactuaeióo, por entusialta y sincera y aón si sequiere interesada, conviene más a la funci6nsanitaria.

Hecho) el estudio que antecede, parece lle·gado el momento oportuno de plantear a laclase médica, en el Congreso que nos ocupa,ya que se titula de Reorganización, y una vezque haya contestado afirmativamente a la pri.mera, una segunda cuestión y también funda·mental:

«Diga, ya quP. reconoce la necesidad de unelemento auxiliar, si debe reorganizar este fac­tor y formar el auxiliar único.•

Si pesan en su ánimo las razones expuestal,la contestaci6n no es dudosa, y la elecci6n re­caerá ciertamente sobre quien tiene para ellamejor derecho) más garantias ofrece.

y entremos abora en otra fale interesante

Gaceta OfwUJl de la Federaci6n Naclonal de Practicanles 7

del 'p.rob~e~a: admitido el practicante comoauxlhar unlco del médico, pronto habria ésted7 advertir, lo sabe ya y nosotroll lo hemosdicho en Iineall anteriores, que el practicanteactual ~o está suficientemente capacitado paraIIU funcl6n; y en efecto, la insuficiencia del vi,gente plan de estudio de la carrera, está portodos reconocida. ¿Pero es que no estamosante un Congreso que va a formular unas con­clu~iones a.los Poderes públicos? Pues la 80·luc!6n no tiene mucho que pensar: basta inclUlr entr~ estas conclusiones, una que diga:

«Creacl6n de la carrera de «A uxiliar Médi·co', sujeta al. lIiguiente plan de estudios (elq~e .se propUSiera, y con cuat,ro cursos como~tnlmum) y supresi6n de todas SUII similares,vigentes hasta el día.»

Con lo cual, tras de solucionar la cuesti6n. á 'ocurnr que pronto el número de auxiliares se

reducirá, ya que no es igual abordar cuatroañoll de estudios de relativa consideraci6n, queemprender y terminar una carrera de dos curo11011 y programa tan exiguo, que con un pocode buena ~oluntad, bien puede prepararse encuatro o cinco meses.. Demos ahora un poco vuelo a la imagina­

cl.ón por las regio.nes del optimismo, y supo­ntendo la aceptacl6n por la clase médica delauxiliar ú.nico y la creaci6n de la carrera' quelIe propone, o lo que es igual, hechas ya porella las máximas concesionell, lo demás, comoal principio digimos, viene de la mano.

y en efecto: concesio es 'tales, bien permi·ten acariciar la ilusi6n de creer que son hijasde la raz6n que las asiste y de un buen deseodel médico en general, que le predispone biena rec.onocer el peso de esta raz6n, o lo que eslo mismo, que la distancia que siempre le se·par6 del practicante, se hace menor y empie·za a ver en él su complemento.

Esta favorable disposici6n de su 'nimo, leha de llevar insensiblemente hacia un espon·táneo espíritu de protecci6n, que tanto más seha de ir acentuando, cuanto más y más au·mente en perfecciones este instrumento de sucreaci6n.

y así, ya inicialmente en el mismo Congre.I?, cuando se le pida la colegiaci6n obligato.rla .c?n pago de patente, verá con simpatía lapetición y la.apoyará, porque él sabe muy bienque el ColegIO es como. símbolo sentimental'un algo que constituye necesidad del espiritu'te~plo, ~ltar, donde se rinde culto al sagrad~ministerio de la profesi6n, y en cuyo ambien·te flota el humano y caritativo lentimientoque la inspira, y es de evidente seguridad queno .ha de querer privar a su auxiliar de citaintima '1 halagadora satisfacción,

. De ot~a parte, sabe también que la colegia­c!6n oficial pre'8ta motivo de consideración lO'clal y mayor respeto a los colegiados, y quec0!1 ella y con el pago de la patente, se deter·mina para. estos en sociedad,. una personali­d~d ~ro~e~lOna~ legal r~conoclda y una situa­cl?n Jun.dlca bien defiOlda y clara, que les per­mite mejor defensa de IUS intereses cuando deella hubiere de menester. '

Para practicantes militares, seria luficienteconseguir que el. Congrelo interese del ramode Guerra, que pase a Ijer definitiva la organi.zaci6n provisional de los actuales. En cuantoa .regl.am,ento, ampliaciones y demás, tiene elEjérCito un brillante Cuerpo de Estado Ma·yor, y otro no menos ilustre de Slnidad Mili·tar, que sabrán reglamentar convenientemen­te a estos sanitarios y ampliarlos hasta el Ji­mite que determinen las necesidades delservi·cio, y esto lo harán uno y otro, por espontá .neo impulso y sin estímulos exteriores.

y para terminar: la intervenci6n del auxi.liar médicp en los diversos aspectos de la Sa­nidad, es el médico el que ha de conseguirpara no~otros, y lógico.p~r.ece que creado porél eate Instrumento, e inICiado aquel espiritude protecci6n de que hicimos referencia, bas­tará la leve insinuaci6n por parte nuestra, yaún no será necesaria para que nos lleve ato­d?s aquellos campos en que él actúa, conven·cldo de que su Auxiliar ha de serIe útil y porraz6n de conciencia, en bien de la función la·nitaria.

OAcudiendo al llamamiento del Directorio de

la Federaci6n, inscrito en el BOLETfN de No·viembre, y deseosos de corresponder a su ha­lagadora promesa de que la clase tendrá en elCongreso la reprellentación que debe, y quelIerá tratada como merece, y también defirien­do a la invitación de la Junta Directiva delColegio de Madrid, suscrita por IU dignillimoprellidente en el BOLETíN de Enero, hemosformulado el presente trabajo, para cuya ex­cesiva extensi6n, s610 podemos alegar, despuésde fiarla a .la benevolencia de todos y pedirpara ella mil perdones, la extraordinaria im­portancia del momento en que nos hallamoslo mucbo "que á nuestro juicio podemos ellpe:rar del futuro Congreso, y el creer con fé cie.ga que la ocasi6n presente puede ser puntoentre .~os eras: una, pasada; de estática y obs­curanSlsmo, en la que apenas lIe ha sabido quehabía practicante; y otra, dinámica, y de luzellplendorosa, en que puede empezar a darlle almundo la sensaci6n de que exillte el AsmliltrMédico.

Lula L'pe~.Marzo de J923.

8 Gac~ta Oficial de la F~d~raci6n Nacional de PracUcanus

fara rechazar insidiasEn el núm. 637, IV época, del Boletín de

la Asociación de Médicos Titulares, corres­pondiente al 17 de Febrero del año actual,aparece un escrito cuya lectura ha provocadoe~ mi ánimo un movimiento tal de indigna­CIón, no ya como uno de los aludidos, ni aúnsiquiera como individuo de la familia sanita­ria, sino como hombre; que, en nombre de

'los sentimientos de dignidad humana, yo, elmás modesto de cuantos integran la naciente«Federación Sanitaria provincial Madrileña»,quiero decir al autor del articulo, cuyo nom­bre no daré a la publicidad por respeto al tí­tuja profesional con que se cubre, que el pro­cedimiento por él escogido para atacarnos estan burdo, deja ver tan a las claras la hilazade la trama en el tejido de intereses particu­lares que él ve amenazados, que por sí soloconstituirla el mayor elogio que de nuestraFederación pudiera hacerse, si no fuera por­que al mismo tiempo descubre pasiones tanbajas, sentimientos tan mezquinos en un pro­fesional de la Medicina, que nosotros, paladi­nes desinteresados de cuantos, protegidos porla ley, se amparan bajo la bandera de aquellaciencia, nos creemos obligados a decirle: ¡Ca­ballero, basta yar, no prosiga usted por esecamino, pues el más espantosó ridículo caerásobre usted, el desprecio de los profesionalesy hasta de los profanos será el justo premiode su labor, y, bajo ningún pretexto, tieneusted derecho a arrastrar por el lodo la nobi­lisima investidura que, como símbolo de susacerdocio, recibió al ser ungido doctor enMedicina.

Permftaseme glosar, aunque sea muy a laligera, el trabajo a que me refiero. Con ellopodrán apreciar los lectores de este Boletínhasta qué grado hacen descender a los hom·bres las malas pasiones. y de qué armas sevalen los que ven en la Federación SanitariaMadrileña una unión noble, digna y elevada,desligada por completo de particularismos y

de intereses individuales, que ha de dar altraste, aun sin proponérselo, con fuerzas deguardarropía creadas y sostenidas artificiosa­mente y solo para facilitar el medro personalde unos cuantos despreocupados.

El articulista empieza por afirmar que laFederación Sanitaria Madrileña está consti·

. tuída sólo por médicos, farmacéuticos, vete­rinarios y practicantes. A más del cerebro,como él confiesa más adelante, debe tener.atelarañados los ojos. Ni una vez se ha ha­blado de nuestra Federación sin mencionar atodos sus elementos constitutivos que, a másde los expresados, son los odontólogos y lasmatronas. Aquí, o vamos todos o no va nin­guno.

A renglón seguido nos recuerda el fallecidoSindicato de clases Sanitarias del distrito deGetafe. Vesania, se llama esa figura. La com­paración me resulta idéntica a la de si yo lra­tase de convencer a un arquitecto, que dispo­ne de toda clase de elementos, sin tasa, sincortapisa de ningún género, para construirun edificio monumental, de que debe aban­donar su empresa, dándole como razón queya otro arquitecto hubo de desistir de ello, noobstante disponer de una veintena de la­drillos.

La idea del distrito de Getafe, fué buena¡no cabe dudal, pero le habían de faltar for­zosamente elementos. Es decir, solo teniauna veintena de ladrillos. Madrid y su pro­vincia, contará, seguramente, con el distritode Getafe y con los demás distritos, y será elarquitecto, no más sabio, pero sí dotado demayor número de elementos.

y por lo que a la afirmación, completa­mente gratuita, de que este movimiento lejosde ser beneficioso es perjudicial al elementomédico rural de la provincia, el respeto meimpide calificarla como se merece. No soloel elemento médico, todos los otros elemen­tos que integran las Clases Sanitarias, ten­drán ocasión, muy en breve, de oir de vivavoz y en contacto directo con nosotros,-cuá­les son nuestros propósitos y proyecto, cuáleslas fuerzas con que contamos y cómo' nos

LOEeHES "L a Mar9arita"Agua mineral natural PUR GANT ,EFAnMACIAS, DnOQ'C'EnIAS y JAnDINES" 15

Gaceta Oficial de la Fede,acron Nacional de Practicatle,s

proponemos movilizarlas y utilizarlas, con elprincipal objetivo, precisamente, ¡de redimir anuestros hermanos rurales de la esclavitud enque hoy vegetan y de la explotación que hoysufren por determinadas entidades.

Dice que empleamos «tapa-fundas carna­valescas e innecesarias, donde todos nos co­nocemos~. Si no temiera enlodarme al des­cender al terreno donde el articulista comen­tado parece hatlarse como el pez en el agua,yo le devolvería centuplicadas frases tan demal gusto como las por él empleadas. Solohe de manifestarle que aquí, sí, efectivamente,nos conocemos todos y sabemos que somospersonas honradas, dignas, que no nos dedi­camos a lanzar sobre nadie el léxico del arro­VO, y que a él, tenemos la felicidad de no con­tarlo entre nuestras amistades.

Manifiesta a continuación que «quiere pres­cindir de la unanimidad con que el Colegiode Madrid manifestó su criterio favorable a laFederación Sanitaria y afirma que el médicorural está a merced de la impotencia cole­giah. La unanimidad de criterio de este Co- 'legio, señor escribiente, débese exclusiva­mente a que estos colegiados tienen limpiosde telarañ.as los cerebros y los ojos y tienen,además, un corazón lo bastante generosopara no preocuparse solamente por aquelloque personal y directamente les atañe y quie­ren constituir una fuerza real y efectiva quecontrarreste esa impotencia colegial, que us­ted pretende haber descubierto y que ha sidola causa promotora del actual movimiento.¿Va usted entendiendo?

Habla a continuación (y dice que salvandorespetos personales) de los que dan la cara yde los que no la dan. Si vesania se llamó an­tes una de las figuras, ésta se llama memez(dicho sea dejando a salvo los consabidosrespetos personales). Aquí, caballerito, todosdamos la cara y el pecho; nadie nos conocepor la espalda. ¿Puede usted decir otro tanto?

Para demostrar lo perjudicial que a los mé­dicos titulares y de partido ha de ser la fede­ración con las restantes clases sanitarias, re­cuerda que, en ocasiones, han fracasado ensus peticiones los médicos por haberse pre­cipitado a formularlas análogas farmacéuticosy veterinarios, y también, dice, el fracaso delSindicato de Oetafe el día que se celebró lareunión en el Colegio de farmacéuticos paranombrar representante provincial. Este modode razonar es análogo al del individuo quenegaba el poder profiláctico de la vacunacontra la viruela, porque ella no había podidoevitar que un niño se matase al caer desdeun quinto piso un mes después de vacunado.

Sería curioso observar el funcionamiento'de ese cerebro, que su propietario confiesaatelarañado. Las arañas y sus consabidas te­las deben haber producido tales trastornos ensu estructura y en su fisiología, que aquellomás que masa encefálica debe parecer unconglomerado de serrín de corcho y de bilis.¿Conque separados médicos, farmacéuticos yveterinarios, se han perjudicado mutuamenteen ocasiones? ¡Pues tranquilícese, buen hom­bre, que unidos y disciplinados se defenderánen lo sucesivol

Respecto a su deducción de que, por estosdos pseudo"hechos, se acoja con desconfian­za nuestro programa, ¡si no hubiera más mo­ros en morerial Nadie acogerá con esa descon­fianza nuestro programa, por la sencilla razónde que él no ha de ser obra exclusiva de esteDirectorio, sino labor mancomunada de to­dos los federados, y en ese trabajo tendránsu justa participación todas las clases sanita­rias, así de la capital como de los distritos, ycuando esto hayamos hecho, que lo haremos,porque no todos los elementos sanitarios pa­decen telarañitis aguda, y en ellos abundavoluntad e inteligencia, entonces emprende­remos activísima campaña para derribar fal­sos idolillos con peana de barro y cabeza detela de araña, y enseñaremos a los profesio­nales rurales de la medicina quiénes han sidosus explotadores, quiénes han tratado siem­pre y tratan todavía de encizañarIos y hacer­los recelosos y desconfiados para así, mante­niéndolos divididos, poder medrar a su costay satisfacer ambicioncillas de bajo vuelo.

¿No pide el escribiente que se hable claro?Pues, ¡agua val Este nuevo organismo, queno se ha constituido por sorpresa, sino traslarga gestación, a pleno aire y a la luz deldía, no debe su existencia a media docena deindividuos, sino al voto unánime de todos losfarmacéuticos, médicos, odontólogos. veteri­narios. matronas y practicantes colegiadosque existen en Madrid; nuestras reuniones oasambleas han estado saturadas de un sanoespíritu de clase y al amparo de las leyes;no hemos necesitado sorprender ni aun so­licitar firmas prestigiosas, porque presti­gio nos sobra ;a Icada uno de nosotros den­tro de nuestras respectivas colectividades yprofesiones, tanto, que con él podríamos cu­brir el desprestigio que, para todas las clasessanitarias. siembra por doquiera la pluma in­fectada del que pretende actuar de acusadornuestro y solo resulta, al fin ya la postre, ri­diculo arlequín.

No sería preciso explicar el por qué no hasido invitada ni la representación de los titu-

10 Gac~ta Oficial rk la F~ck ..ación Nacional eh l'f'aclicantts

lares ni mucho menos la llamada Asociaciónde los mismos; pero como por educación ypor temperamento somos correctos y nuestrogesto despectivo para el desdichado impug­nador de la federación madrileña, pudieraherir susceptibilidades, dignas de toda clasede respetos, y como a nosotros no nos due­l~n prendas, he aquí las razones, -sencillashasta más no poder, de nuestro proceder eneste punto.

Los señores médicos titulares de los distin­tos partidos de la provincia no han sido invi­tados a nuestras reuniones por dos motivos:

Primero. La Federación Sanitaria provin­cial Madrileña, se halla en vías de constitu­ción. Hasta el momento actual solo se haformado el núcleo de la capital y tan prontocomo este núcleo se haya afirmado, los indi­viduos de su seno recorrerán uno por uno to­dos los puntos de la provincia donde puedaencontrarse un individuo de nuestra clase,seacual sea la categoría de su titulo, para darlea conocer los planes del nuevo organismo,solicitar su adhesión e ir dejando formadaslas Juntas de distrito. Sólo cuando todas es­tas Juntas estén organizadas se celebrará unaAsamblea general y se acordarán los estatu­tos definitivos de la Federación. Todo lo que.antes se haga será solo provisional; y

Segundo. La Asociación de Médicos titu­lares no ha sido ni podia ser, como tal enti­dad, invitada, porque invitados ya los médi·cos en su representación más genuina y ex­tensa, que es el Colegio, no obstante su tarade corporación oficial ¿con qué representa­ción vendrla esa Asociación?

Desprecio y solo desprecio merecen lasfrases en que nos supone capaces de mover­nos obedeciendo imposiciones más altas.Pero ya con la pluma en la mano y enarde­cido ante el chaparrón de groserías con queel pretendido defensor de los titulares tratainútil y torpemente de agraviamos, he dedecir a ese caballero que yo, con mi modes­tisimo titulo de practicante y sin telarañas nien los ojos ni en el cerebro, por más quetiendo la vista no veo, no distingo personali­dad lo bastante alta para doblegar mi digni­dad ante ella, y que el calificativo de fámulocon que trata de agravar sus ofensas, a todasluces injustificadas e inmerecidas, solo debeaplicarse rectamente pensando, a quien, comoél hace, pone su pluma (o lo que sea) al ser­vicio de una causa desprestigiada, para ofen­der a quienes bajo cualquier punto de vista,somos dignos de las consideraciones que re­glan las relaciones entre personas cultas.

Lo que nuestra Federación haya de ser, el

tiempo y los· hechos 10 dirán. Los titulares,precisamente, han de ser los primeros quehan de tocar los frutos de esta idea. grandeentre las grandes, noble entre las nobles, queviene a redimir a todas las clases de la Sani·dad, e interviniendo activamente en la vidapública nacional, a imprimir nuevos derrote­ros en la politila, haciendo cesar el triste ylamentable espectáculo actual, y agrupandoalrededor de su honrada bandera cuanto denoble y digno existe hoy en nuestro país yque, sistemáticamente, permanece alejado dela vida rública, asqueado ante el cúmulo deconcupiscencias que caracterizan a los actua­les grupos politicos. Eso, Inada menos queesol espera ser la hoy Federación sanitaria,provincial madrileña, y mañana nacionallpesea quien p-esel

y para terminar, I vayan una advertencia yun ruego: la primera va dirigida al Boletín dela Asociación de los Médicos Titulares. y es:que en lo sucesivo no descenderemos a comobatir con quiene por el mero hecho de utilizararmas villanas se califica a si mismo y a labandera que defiende, manchando de lodo y...de algo más a la publicación que da cabida asus elucubraciones. Dedique el Boletín suspáginas a defender los intereses que dice re­presentar y aprenda a respetar a los demás, siquiere ser respetado y significar algo en elconcierto de la prensa profesional.

El ruego, va dirigido a la clase de practi­cantes de toda España y es el siguiente: todosestamos convencidos de las ventajas positivas,morales, materiales e intelectuales que paranuestra profesión se derivan de la intima con­vivencia que en las Federaciones Sanitariasse establecen forzosamente con las demás cla­ses. La Federación Madrileña trae, no un nue­vo modismo, una nueva manifestación vital,al modo de ser de las otras federaciones, peroello no quiere decir, que olvide, en ningúnmomento, la modalidad preexistente de defen­der y armonizar los diversos intereses de lasclases federadas. Tiene derecho a vivir y a sersostenida, apoyada y defendida por los pro­fesionales de toda España y más especialmen­te por los practicantes todos, sea cual sea laregión en que residan y cualesquiera las cir­cunstancias en que se encuentren. Yo os rue­go, yo os pido, yo imploro de vosotros, prac­ticantes españoles, que todos, sin excepción,dirijáis una carta, una tarjeta, una comunica­ción cualquiera, al presidente del Colegio deMédicos de Madrid y vocal del Directorio dela Federación Sanitaria Madrileña, Dr. D. JoséBlanc y Fortacin, protestando con toda vues­tra alma contra la campaña tendenciosa y pro-

Gaceta Oficial de la Pedef'acWn Nacional de Practicafttes 11

caz emprendida para combatir nuestra gene­rosa y magnánima obra por quienes sólo paracallar y tratar de ser olvidados tienen motivos.

En vosotros confío, que se manifieste antetoda la España médica 10 grande, 10 íntimode la unión de los practicantes.

Antonio González eruz.Practicante.

Madrid, febrero 1923-

f>olítieo sonitopioLa Federación Sanitaria Madrileña es un

hecho real, tangible. Para nosotros, los ena·morados de este ideal, y que a su consecuciónhemos dedicado soteo vocee nuestros entusias·mas más ardientes; la cristalización de tanalto y fecundo ideario es, más que un triunfo,más que un éxito, una satisfacción moral tanelevada, que nos parece haber llegado a lameta de nuestras aspiraciones, y damos porbien sufridas o relegamos al olvido las amar·guras del camino, las tentativas fracasadas yhasta las invectivas que en más de una ocasiónfueron lanzadas contra nosotros por quienelt,miopes en sumo grado, aunque miraban haciaadelante, sólo alcanzaban a distinguir un algodel día de hoy, nunca ni á vislumbrar el día demañana.

Pero lo que tenía de ser, fué. La FederaciónSanitaria Madrileña es un hecho, y en ella lospracticantes figuramos aliado de nuestros su·periores jerárquicos en el terreno profesional ynuestros iguales en el terreno de la Federa­ción.

En ésta se nos ha dado desde el primer mo­mento, sin que tuviéramos que pedirlo, igua·les derechos, y se nos han marcado idénticos

deberes que a las demás entidades representa.das. Nuestra voz ha sido escuchada con carioño V respeto, y se nos han prodigado alaban·zas que -nosotros, rechazándolas por lo quepersonalmente nos atañen, hemos aceptado orogullosos para traaladulas al Cuerpo de practi­cantes.

Al tomar la pluma y trazar el título que en·cabeza er.tas lineas, pensaba hablar de unamodalidad, para mí subYl gante, que se pro­pone adoptar o desenvolver la naciente Fede·ración. Mi ninguna habilidad como escritor,ha dado lugar a que la pluma, siguiese elcamino que su capricho le dictaba y no el quemi mane quería que recorriese. ¡Perdónl, yséame permitido trazar, aunque muy a la li·gera, un bosquejo de lo que Federación Sanie

-taria Madrileña se propone ser en sus relacio·nes con la Nación en general, y más particu.larmente con los otros organismos homólogoshoy existentes, cuya cooperación será siempresolicitada y, en mutua correspondencia, pres­tada sin regateos.

Federación Sanitaria Madrileña profesa elcriterio cerrado de que las clases sanitariasson las únicas legal y científicamente capaci­tadas para inttrvenir, dirigir y legislar sobrecuestiones de sanidad. Paralelamente a esecriterio, sírvele de base para su constitl'ción ypara su ulterior funcionamiento otro no me·nos absoluto: el de que «bajo todos conceptos,es preferible la profilaxis a la terapéutica». Ycomo derivado lógico de este modo de pensar,quiere, reclama, exige para las clalles en ellarepresentadas, todo aquello que de cerca o delejos se relacione con la sanidad de la Nación.

Quiere intervenir activamente, por actua·ción de representantes propios, en la vida de

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serán los encargados de velar por el más E'xac·to cumplimiento de lo legislado en materia saonitaria, y de acentuar su acci6n en cuanto !!eacompetencia de su radio.

En una palabra: Federaci6n Sanitaria Ma·drileña quiere que los elementos sanitarios deEspaña, como elementos intelectuales queson, actúen en la vida públi·ca nacional, no enbeneficio propio, sino en bien de la Naci6n,llevando a todos sus rincones, aun a los másmodestos y apartados, los beneficios que soncapaces de producir los conocimientos s6lidosque en materia de sanidad atesoran los profe.sionales q Je la constituyen.

Esta es la labor politica que nuestra Fede·raci6n sanitaria se propone desenvolver. Perocomo podéis apreciar, se trata de política no·ble, política de altura, con la mirada fija enlos sagrados intereses nacionales y no en losde un grupo o un indivíduo. No nos importannombres, no nos importan procedencias deeste o del otro campo político (estas significa.ciones quedan en la puerta de nuestra organi­zaci6n), no pedimos a las Federaciones hoyexistentes que se fundan con nosotros. Con.serven siempre su autonomía y fisonomía pro·pias. Pero sí estimulamos a aquellas regionesdonde la Federaci6n sanitaria no sea todavíaun hecho, a llevarla a la práctica en seguida, ya todas, a que examinen nuestros prop6sitos,que son nobles y ele~adoll, y adopten una re·soluci6n.

101 Municipios, de las Diputaciones provincia.les y de los palacios donde se dictan las leyes.Pero quiere llevar a estos centros, cotno digoantes, representantes propios, genuinos, ques610 dependan de la entidad .Clases SanitariasEspañolas y no de este o del otro grupo poli­tico, y, por tanto, del cacique A o B. .

Quiere con sus representantes en el Congre­so y en el Senado, influir en la confecci6n delas leyes, para evitar que por el encarecimien·to artificioso de los prodectos alimenticios secondene al hambre a la mayoría ce los españoles, y de ese modo constituyan un terrenofácil para el desarrollo de todas las enferme·dades, y muy especialmente de la tuberculosis.Con su intervenci6n en las tareas legislativas,quiere fomentar la construcci6n de' casas hi­glénicas en los grandes centros, persiguiendoa los explotador~s de los edificios construídosy a los propietarios de solares sin edificar.Extenderá su acci6n al abastecimiento en con­diciones higiénicas de aguas potables, a la hi·gienizaci6n de fábricas, talleres y escuelas;hará obligatoria la instalaci6n de bJños públi·cos, unos gratuitos y econ6micos los demás;dedicará especial cuidado al funcionamiento ycondiciones higiénicas de los' mataderos, delas tahonas y, en general, a cuanto con elramo «géneros alimenticios. se relacione.

Luchará por la promulgaci6n de leyes queeviten que mientras a unos ciudadanos le s so­bra jam6n para mantener a sus perros, otroShayan de pasar el día sin poder cubrir sus másperentorias necesidades, como asimismo por.que continúe el vergonzoso y lastimero espec· ,táculo de tanto y tanto desgraciado como eninvierno o en verano carecen de un techo quelos cobije.

Arrancará disposiciones legales para com·batir eficazmente la avariosis, la blenorragiay, en general, todas las afecciones venéreas,que por el desconocimiento absoluto de estasmaterias que hoy impera en nuestros legisla­dores, constituyen una plaga nacional, azotede todas las clases sociales y el mayor agentedepauperante de la raza hispana.

Los representantes sanitarios que en todaEspaña actúen en Diputaciones y Municipio I

/

Gaceta Ojicial tk la Fetk,aciótt Nacional de Praeticames

EN DEFENSa DE LR 8LRSE

1J

"Cantaolaro" entre los matorrales de las JurdesHacen falta médicos, pero también practicantes.

Desde mucho antes que S. M. el Rey visi­tara aquellos aduares, pisé yo las Jurdes, yya tenia pensado escribir algo sobre algunascostumbres y necesidades de aquella pobregente, algo rara, pero simpática, al mismotiempo que triste, por la soledad y abandonoen que se hallaba y aún se halla en toda da­se de órdenes sociales, y más esoecialmenteen cuanto se relaciona con la Sanidad y lainstrucción pública.

Nuestro magnánimo y católico Monarcahabrá tenido ocasión de apreciar c6mo aquelpedazo de tierra española se halla por com­pleto privada de toda clase de auxilios, asimateriales como espirituales, como si no per­tenecieran al territorio nacional y no estuvie­sen cobijados bajo la sombra de su real co­rona.

Pavor infunde en el ánimo más esforzadola contemplación de aquella naturaleza sal­vaje, ruda y primitiva" que presenta por do­quiera inextricables matorrales, de robles,alcornoques, jaras, carbajos, tojos. tomillos ytoda clase de malezas, a cuya sombra se gua­recen multitud de animales más o menos fe­roces, tales como jabalfes, lobos, zorros, ga­tos monteses y otros ejemplares de fauna in­determinada, que, unos con sus alaridos ame­drentan, otros con sus silbidos y bufidosasustan, infundiéndoños la duda de si sonmaIlidos de ~atos o ayes de personas, y estosruidos se confunden con el canto meláncolicodel mochuelo, el sonar de las esquilas de lasmerinas, que, obedientes a la voz y silbidodel pastor y a los ladridos del perro, buscanen el redil la defensa contra los dientes delhambriento lobo. .

A poco que el egregio visitante haya fijadosu atenci6n en este su corto y rápido viaje alas Jurdes, habrá podido apreciar con su pri­vilegiada inteligencia, no obstante no haberrecorrido sino lo mejorcito de aquellos para­jes, el inmenso y total abandono en que elDafs y sus habitantes se hallan sumidos; sehabrá dado cuenta perfecta de que para aque-

llos pobres cuerpos y sus desdichadas ánimas,las palabras misericordia y piedad son pala­bras hueras, sin aquel alto sentido cristiano osimplemente humano aue. tiene para los ha­bitantes de otros parajes menos infortunados.

Nuestro augusto soberano habrá podidoestablecer, de visu, comparaci6n entre aaue­lla sierra de Gata y las de Guadalupe, Gre­dos y otras, en las que si bien es cierto queabundan las alimañas, y las condiciones enque se desenvuelven sus pobladores no son,seguramente. las mejores. no llegan ni conmucho a la de aquella de las Jgrdes, dondela miseria moral y fisiológica llega a 1fmitesverdaderamente bochornosos para un Daisque pretende pasar por culto y civilizado yque, como si todo lo tuviera arreglado en supropio solar. trata de llevar las ventajas delprogreso a otros Daises vecinos. Con cuántomenos de lo inútilmente vertido en el Rif, sehubieran convertido estos parajes en verda­deros vergeles; se hubieran rescatado muchasvidas de infelices jurdsnos condenados amuerte prematura por el hambre crónica quelos aniquila; se hubieran llevado socorros amuchas inteligencias que yacen en el másabsoluto obscurantismo, y se hubieran verti­do raudales de consuelos morales.sobre estasconciencias, hoy adormecidas y emDederni~

das al ver sistemáticamente negado el cAma­rás a tu prójimo como a ti mismo:..

La visita de D. Alfonso XlII a aquella co­marca, ha de ser, ¿cómo no?, el principio deuna nueva era para los moradores de un te­rreno que allá en tiempos antiguos fuera em­porio de riqu~as. No es posible suponer queun coraz6n que, como el del excelso monar­ca, que hoy rige los destinos nacionales, tienedadas tantas y tan altas pruebas de altruismoV de virtudes cristianas, el que derramó elbien a manos llenas y tantas lágrimas enjugódurante la última contienda internacional aueasol6 a Europa, haya dejado de emocionarsehondamente ante el desconsolador espectácu­lo que ofrecen las Jurdes y los jurdanos, y

ponga toda su voluntad y todo su poder alservicio de la magnánima idea de rescataraquel trozo del solar patrio, .del dominio dela miseria y de la barbarie, sus actuales pose­sores.

y así había de ser, y como el movimien­to se demuestr¡¡ andando, la Gaceta del 24de Diciembre último, bajo el titulo <Médi­cos para las Jurdes», publica las condicionespara proveer por concurso tres plazas de mé­dicos encargados de los servicios sanitariosen aquella región. El haber asignado a cadaplaza es el de 5.000 pesetas, más 10.000 comoindemnización por residencia, caballo, etc ...

En otra Real orden (del 12 del mismo mes),se trata del servicio farmacéutico.

Mas en todo ello se echa de ver el sistemá­tico olvido en que, en las esferas oficiales, setiene sumida a nuestra profesión. En todo elfárrago de disposiciones para organizar elimprescindible servicio sanitario en las Jur­des, ni por casualidad se menciona una vezal practicante. El Estado, que mantiene el pro­grama de nuestros estudios, las leyes que dis­ponen taxativamente la necesidad de utilizarnuestros servicios y marca la obligación delos municipios de costear practi€antes titula­res, todo ello se lo echan a las espaldas nues­tros gobernantes y sus consejeros, y para aco­meter la organización sanitaria de las J urdesse prescinde de la intervención del practi­cante.

Si estos asuntos se desenvolviesen segúnla pauta que parece marcar la lógica, serianlos mismos médicos favorecidos con el nom­bramiento, los primeros que deberían llamarla atención de las autoridades sobre la utili­dad y conveniencia -diré más: sobre la im­periosa necesidad-, así para ellos como paralos jurdanos, de que se nombre el personalauxiliar preciso para que los profesores pue­dan llenar su cometido y ser útiles a aquellosdesdichados.

y conste que no es bocado apetecible el delas plazas de las Jurdes -eso bien lo sabe­mos los que hemos andado por aquellos pa­rajes-; pero han de tener en cuenta los se­ñores de la Junta de Patronato, que los mé­dicos que alB vayan destinados, si no cuen­tan con la ayuda leal e inteligente de practi­cantes, no podrán en modo alguno cumplirla difícil, árida y penosa misión que se legencomienda. ¿Cómo podrá el profesor reco­rrer diariamente, aun con el auxilio de su ca­ballo, distancias tan grandes, y sin otras viasde comunicación que caminos de herradura,cuando no veredas de cabras? ¿Quién será elencargado de interpretar las órdenes del pro-

fesor y de ponerlas en práctica? Y si el palu­dismo o cualquiera otra de las enfermedadescomunes en el país, hacen presa en el médi­co ¿quién podrá reemplazarlo, siquiera no seamás que en tanto llega otro a sustituirlo?¿No se ha pensado en nada de esto? ¿No sequiere tener en cuenta el atrasado estado in­telectual de los habitantes del país, lo arrai­gado que entre ellos se encuentra el curande­rismo, la charlatanerla y la superstición y,por tanto, la resistencia más o menos pasivaque han de oponer al nuevo estado de cosasque se pretende implantar?

¿No creen los señores del Patronato, queel practicante, por su nivel social, ha de ins­pirar seguramente una mayor confianza deaquellas inteligencias primitivas, que abriránsu alma y otorgarán su confianza, de muchomejor grado, a quien se les presente casi ensu mismo traje, emplea casi sus mismos mo­dismos de locución y, sobre todo, pertenecea una clase ya de antiguo, conocida por to­dos ellos, que no al médico, hombre distintoen todo y por todo de ellos y que no podránunca amoldarse a su modo de ser?

¿Cómo al doctor Marañón, miembro delReal Patronato, cuyos merecimientos profe­sionales son indiscutibles, no se le ha ocurri­do aconsejar la convocatoria de un concursode -<Practicantes para las Jurdes»-? ¿Es,acaso, que ignoran los Sres. Marañón y 00­yanes que existe la profesión de practicante,auxiliar del médico, y cual es nuestra misiónoficial?

Pues por si 10 ignoran les diré que nuestramisión es auxiliar al médico y cumplir susórdenes en todo lo que a medicina y cirujlase refiere y estar al servicio del enfermo.Nuestro papel, por si aún no me han com­prendido, es el que actualmente y con un de­recho muy discutible, vienen desempeñandolos señores alumnos de Medicina en los hos­pitales Oeneral, de San Juan de Dios, delCarmen, de San Carlos, de la Princesa, etc.

Los habitantes de las Jurdes, por muy des­graciados que sean, no dejan de ser ciudada­nos españoles, y como todos, tienen derechoa que se les atienda y se les facilite por lospoderes públicos los importantes serviciossanitarios con todas las garantías que las le­yes previsoras establecen. Es decir, los jurda­nos tienen indiscutible derecho a que al man­darles médicos, estos sean licenciados o doc­tores en medicina, pero al mismo tiempo tie­nen el no menos indiscutible derecho a queestos doctores o licenciados se les provea delos elemelltos indispensables para que su tra­bajo no sea estéril, y así como a nadie se le

lJ

Madrid y Febrero 1923.

carios hacen aguas con muchos colores, porlas que cobran muchos cuartos y sirven paramatar a las gentes.

¿Qué se puede esperar, pues. de la acciónde esos tres señores médicos, oficialmentedestinados a las Jurdes, ante la enemiga so­carrona de aquella gente de tan baja menta­lidad? El fracaso y no más que el fracaso.Otra cosa sería si nuestros gobernantes, dan­do cara a la realidad, colocaran al lado del,médico y como intermediario entre éste y losjurdanos, al auxiliar único, legítimo y legal:al practicante.

En el número próximo continuaré ocupán­dome de este tan importante tema; importan­te. no solo como problema de clase, sinotambién como problema nacional.

<!antaelaro.

El Colegio de Practicantes de Ateoy enmasa (sic) se ha dado de baja en la suscrip­ción a este Boletfn.

En carta que a esta Dirección dirige el se­ñor Secretario de aquel Colegio nos comuni­ca esta determinación y la fundamenta en lasrazones siguientes, que copiamos literalmente:

cEn representación de todos los suscripto­res a la GACETA OPICIAL DE LA FEDE~ACIÓN

NACIONAL DE PRACTICANTES, pertenecientes alColegio de Alcoy, tiene el honor de dirigirsea usted para manifestarle que, habiendo remi­tido diferentes veces trabajos para su inser­ción en el periódico, más algunas cartas pi­diendo opinión y notificando cambio de Jun­tas de gobierno, sin haber obtenido contesta­ción de ninguna clase, ni ver publicado nadade lo remitido, me veo precisado a rogarleque desde este momento nos dé de baja delperiódico que tan dignamente dirige).

cMucho de lamentar es nuestra actitud enlos momentos actuales en que precisamentehay que solventar asuntos importantfsimosen beneficio de nuestra postergada y escarne­cida clase, pero comprenderá que esto sola­mente ob~dece a la desatención que han teni·do para~con nosotros:t.

Sigue otro párrafo en el que nos da cuenta

ocurnna mandarlos sin medicamentos y sininstrumental para llevar a efecto su cometido,del mismo modo no debe mandárseles sin suúnico auxiliar legal, o sea sin el practicante,pues en caso contrario y ante la imposibilidadmaterial de hacer personalmente todo el tra­bajo que sobre ellos ha de pesar. habrán deecharse en brazos de curanderos, emplaste­ros, saludadores y demás gentecilla análogaque alH, por todas las sierras y aldeas, abun­dan como la mala hierba.

y para terminar por hoy, y como pruebadel temor que instintivamente siente el jurda­no ante todo el que viste de señorito, relatarédos casos que me ocurrieron a mi en una demis excursiones por aquellos parajes: se tratade un pueblo, cuyo nombre no hace al caso,situado al fondo de la sierra, cerca de Hijos(cabeza del partido); sobre las tres de la tardese me presentaron dos enfermos, que al saberque era practicante (y de Madrid) acudierona mi con la misma fe que lo hicieran los tu­llidos, los cojos, etc., a Jesús de Galilea, crel­dos, quizá, que yo harla algún milagro. Elprimero en presentárseme fué un hombre jo­ven con una luxación, no reciente, en un pie,el cuallle~aba envuelto en un trozo de arpi­llera (bastante sucio), lo desenvuelve yapa­rece el pie untado con una substancia rara ymaloliente; le pregunto:

-¿A qué huele esto?-A cagada de gallina, señorito-me res-

ponde.-¿Quién le ha mandado esa porquería?-Esta medecina-replica-la mandó una

curandera que anda por estos lugares, y dicenque es mu güená.

- y ¿siente usted alivio con ella?-Si señó, pero siempre estoy lo mesmo.Le aconsejé que se desentendiera de curan­

deras y que se dirigiera a un médico o en sudefecto a un practicante, que ellos que es­tudian esas cosas podrían curarlo y le ahorra­rían dolores y dinero. El hablarle del médico,fué como si le hablase de la tormenta.

-Había antes-me dice-un menistrantéque curaba mu bien, pero se fué de melitá yt10 ha güelto.

El otro enfermo era un niño de pecho, queme lo presenta su madre y trae una bufandarodeada a la cintura: le mando quitar esta en­voltura y pude apreciar una hernia umbilical,sobre la que, y a modo de aparato contentivohabla colocado la madre, por consejo tam biénde la curandera, un higo seco. Le aconsejoque lleve el niño a un médico que sera quienpodrá curarlo, y me contesta que los médicosmatan a las presonas probes y que los boti-

Baja lamentable

16 .del fallecimiento, por accidente ferroviario, denuestro compañero D. Francisco Cardona,cuya noticia hemos publicado en el númeroanterior, firma la carta: Miguel Domenech,Secretario del Colegio de Alcoy y practicantedel Hospital civil-municipal (¿?) de Olivero

Por nuestra parte, tan pronto como la carta,que tiene fecha de 5 de enero, llegó a nuestropoder, escribimos al Sr. Qomenech, lamen­tando la actitud adoptada por él y sus repre­sentados, asegurándole que, al menos duran­te el tiempo que los Sres. González Cruz yD. Balbino Diaz se hallan al frente, respeeti-

- - -vamente,- de la Direcclóny deTa Administra­ción del periódico, no se había recibido nin­guna otra carta de aquel Colegio; dando elpésame por la desgracia del Sr. Cardona ymanifestando al mismo tiempo que como lasrazones alegadas para la baja colectiva, porno referirse a cuestiones esenciales ni de fon­do, si no más bien a tlquls mlquls inocentes,más bien parecían excusas que no otra cosa,el Colegio de Madrid no se creía obligado adar satisfacciones ni explicaciones, puesto queen nada había ofendido ni perjudicado los in­tereses de clase y sólo, acaso, podría haber he­rido susceptibilidades personales, muy respe­tables, sin duda alguna, pero que no podíanjustificar la medida tan radical adoptada poraquellos compañeros y que ellos mismos im­plícitamente, calificaban en su carta de impro­cedente.

Se les di6 de plazo un mes para meditar su- -resolueión-y-se-les-sirviÓjcomo de cosTIlrnbre,

el número correspondiente a febrero, advir­tiéndoles que si en el tiempo concedido norectificaban, se acataría su decisión y se publicaría en el periódico de marzo, así como lasrazones en que la fundan.

Esto es lo que hacemos. Por nuestra parteno comentamos. Los compañeros de todaEspaña que juzguen.

La Dlreccl6n.

Toda la correspondencia que se rela­cione al aeLB TIN, dlrijase a nombredel Director, Don Antonio Gonzálezeras, Plaza del Duque de .Alba, n1im. 2

Nuestro socorro de enfermedadEn el pesado mes de Febrero empezó a

funcionar en nuestro Colegio esta nu~va sec-ción que, aunque en términos modestos, vie-ne a llenar una verdadera necesidad, de largotiempo sentida en la colectividad y que, se­guramente, actuará de nexo de unión mate-rial sobre los lazos morales y de idealidadque, de muy antiguo dieron origen al Colegiode Practicantes de Madrid y, a través deltiempo y las vicisitudes han tenido la admi­-tabJe -viftud-de- sostener --nuestra --sacrosanll - ­unión.

De hoy en adelan,te el Colegio madrileñoprestará un auxilio efectivo a sus asociadosenfermos. Pequeña es la cantidad estipulada,mas téngase en cuenta que esto sólo es unensayo y que al intentarlo, al proyectar llevara la práctica lo que hace años estaba en la.mente de todos los colegiados, hubimos detropezar con dos escollos: 1.0, carencia de ,datos exactos qne" permitieran fijar la cuotaa contribuir y la cuota de socorro, y 2:, ne­cesidad de fijar una cuota de ingreso lo másreducida posible, por tratarse de una clasecuyos individuos, por regla general, se veríanimposibilitados de aportar cuota algo ele­vada.

Para salvar estas dificultades y careciendode buenas estadisticas de morbilidad que pu-dieran referirse a nuestra entidad y a las con­diciones de !id1U1gJQS )llacticantes,-hubimos- - - ­de <1erivar nuestras observaciones hacia elfuncionamiento de entidades que explotaban,como negocio, el socorro de enfermedad. So-bre estas bases y con estos cálculos, modifi-cados en un sentido más altruista que el quepudiera animar a aquellas entidades, se le-vantó esta nueva modalidad de actuación denuestro colegio.

En el mes actual, cuando ya el nuevo me­canismo haempezado a actuar, nos cabe lasatisfacción de anunciar nuestra fe en el éxi·to, nuestra confianza en que con las cuotasmarcadas, la sección podrá desenvolversecon amplitud y holgura, y como con ellano se persigue ningún fin lucrativo, no ha de

L U I S P 11 S T B U R (1822. 1895)

(Clinlca y laboratorio, enero 1923.)

..

(De La Presse Medicale del 16 de septiem­bre de 1922.)

Haciendo referencia a otro· trabajo publica­do con anterioridad sobre este asunto, el doc­tor Puebla, de Santiago de Chile, en cuyopals se presentan con mucha frecuencia casosde pústula maligna, es decir, la lesión externaproducida en el hombre por la bacterinia deDavaine, expone el tratamiento que alH utili­zan, por considerarlo el mejor; y dice así:

Hecho el diagnóstico (y aun antes en casode duda, pues de ello no resulta ningún in­conveniente), inyectamos en las venas inme­diatamente 5 c. c. de la solución siguiente:

Yodo puro.• '..•... " 1 gramos.

. Yoduro potásico.. . .. 2Agua destilada. . . . .. 200 c. c.

En los días siguientes se continúan las in.yecciones, siempre intravenosas, llegandoprogresivamente a 6, 7, etc., hasta 10 c. c., ymás, si la gravedad excepcional lo exigiese.

En ciertos casos se pueden hasta practicarl?s dos primeros días dos inyecciones dia­nas.

Como tratamiento local, nada; es decir, unasimple cura aséptica ó a base de vaselina este-rilizada, según los casos. .

Este método 10 debemos al doctor Amuria­tegui y al doctor Pulgar, médicos de los hos­pitales. Sus resultados son en todo superioresa los de cualquier otro tratamiento, particu­larmente a los obtenidos con el suero de bo­videos, suero anticarbuncoso, etc.

Ningún ejemplo más reconfortante para elespíritu humano que el de la vida de Pasteur.La elevación de sus ideales, su fe optimistaen la im portancia de la ciencia para la eleva­ción moral y material de los pueblos, su es­píritu independieqte, su método riguroso, supatriotismo, su bondad misma, son facetasespléndidas de ese hombre epónimo.

Este químico hizo adelantar más profunda­mente a la higiene, la medicina, la cirujía,que millares de médicos, en varios siglos,gracias al método y a la investigación cienU-

Gonz61ez 'Iruz.Madrid y Febrero de 1923.

pasar mucho tiempo sin que pueda acometer-\ V .A.~ J: E D .A.:C :El Sse la mejora de la cuota de socorro.

Al trazar estas lineas tenemos a la vista un Tratamiento de la pústula maligna.cuadro resumen del estado de cuentas de la(Asociación de Cuerpo facultativo de la Be­neficencia Municipal>; cuadro que tiene elmáximum de valor para un est dio a prioride lo que haya de, ser la que motiva estas,lineas.

En el referido cuadro se aprecia que la'«Asociación), con un número de individuosaproximadamente igual al del colegio y cons­tituida por individuos que, por su continuocontacto con enfermos, hace una vida exác­tamente igual a la nuestra, lleva (a 1.0 de Ene­ro de este año) diez y siete meses recaudandoy sólo cinco abonando socorro. Aquella .en­tidad destina cuatro pesetas de las cinco queconstituyen la cuota mensual, a la sección«socorro por enfermedad:. y ha ingresado enesta, desde que existe, la cantidad de 11.968pesetas, de las que ha distribuído en los cin­co meses transcurridos desde que sus asocia-'dos adquirieron derecho para ello, con soco­rros diarios de 10 pesetas, 1.200 pesetas, osea, aproximadamente, el 10 por 100 de lacantidad recaudada.

Ahora bien, la Asociación ha tenido, portérmino medio, un ingreso (para la secciónque nos ocupa) de 704 pesetas mensuales yha repartido 240, o sean ?-4 socorros en elmismo lapso de tiempo. Si suponemos anuestro colegio funcionando en las mismascondiciones y constituido por un promediode 230 colegiados, tendremos un ingresomensual de 230 pesetas y un reparto de 31,73cuotas (pongamos 32) de socorro que ascen­derán a 160 pesetas; 10 cual, arrojando unsaldo a favor de la caja de 70 pesetas men­suales, nos permitirá constituir primero unfondo de reserva y procurar después ampliaren cuanto sea posible la cuantia del socorro.

Los datos que anteceden, tomados de larealidad, nos permiten afirmar el triunfo y se·guramente los resultados superarán a nues­tras esperanzas.

-.1

Gaceta Oficial de la Fea,ración Nacional de Prac~icanitl

fica genialmente aplicados. Transformáronselas costumbres, se perfeccionaron y nacieronindustrias, fué posible la cria segura del ga­nado y la vida humana se alargó en un cuar­to de su ,duración a consecuencia de los co­nocimientos que derivan de la obra pasteu­riana.

Luis Pasteur, por su origen humilde, su pa­dre un obrero-sbldado y su abuelo un siervolibertado, demuestra una vez más que el ge­nio no es privilegio de clzse y que fructificaa menudo entre los sencillos y modestos.Educado en la selecta atmósfera moral de loshogares franceses, en la vida aldeana de Ar­bois, recibió de su padre el sentimiento del de­ber, el amor y el respeto por las grandes co­sas. Buen hijo, buen hermano, buen padre,buen esposo y buen maestro, Pasteur fuésiempre un hombre caritativo y lleno de bon­dad para todos. Uno de sus rasgos más sobre­salientes es esa sensibilidad' altruista que sereveló hasta en sus menores actos y que fuéuno de los adornos más bellos de su alma.

Alumno muy laborioso, no se reveló sobre­saliente en el colegio de Arbois. Al ir a Parisa preparar su bachillerato le aquejó nostalgiatan grave que fUé menester reintegrarlo a suhogar. AlIi se dedicó a pintar y se le conocencuadros de esa época. Pero su afán de elevar­se y su deseo de ayudar a los suyos lo alen­taron en sus estudios en Besancon, donde susnotas fueron buenas en griego, latin y retóri­ca, mediocres en historia y geografia, buenasen filosofia y muy buenas' en ciencias. -Des­pués de estudios persistentes y con califIca­ciones mediocres obstinose hasta entrar en laescuela normal, qúe fué sn hogar cientifico

. que amó profundamente.Pasteur fué siempre ayudado por hombres

de gran valer. Al doctorarse, Balard lo ad­juntó a su cátedra de quimica preservándolode ir a enseñar a !Jna oscura ciudad. Un buendia decidió estudiar el complicado problemadel ácido tártrico. Demostró que estaba for­mado por dos clases de cristales, cuyas imá·genes reciprocas no. se superponian, que seasemejaban entre si como la mano derecha ala izquierda y que cada variedad rotaba la luzpolarizada en direcciones opuestas. Este estu­dio sensacional es el punto de partida de laestereoquímica, maravillosa y fecunda cienciaque presintió claramente y que desarrollaronmucho más tarde Leb~l y Van t'Hoff,

En 1848 llegó a Estrasburgo como profesorde quimica. AlIi se casó con la hija del rectorde la universidad, Laurent, fiel y abnegadacompañera de toda su vida. Dumas, Senar­mont, RegnauU, Biot, etc., lo reconfortaron y

ayudaron en sus estudios sobre los cristales.Por fin pudo transformar el ácido tártrico dex­trógiro en levógiro.

Al fundarse en LilIe la Facultad de Ciencias(1854) le fué confiada su dirección. En con­tacto con la industria local y decidido a ayu­darla, emprendió el estudio de los liquidosfermentescibles.

AIli compr6bó que la fermentación azuca­rada y IActica se deben a gérmenes especiales.Por primera vez se establecia claramente queesos procesos se deben a la acción de seresvivos, que viera con el único microscopio dela Facultad. .

Vuelto a Paris continuó el estudio de lafermentación alcohólica, reconoció su com­plejidad, encontró que se forma en ella glice­rina. etc. Por fin en 1860, por indicación deCl. Bernard éstos estudios fueron recompen·sados con el premio de Fisiología de la Aca­demia de Ciencias.

Entonces se inició la lucha memorable yprodigiosa en que Pasteur, con paciencia ylaboriosidad infinitas demostró que no exis­tia la generación espontánea de los liquidosfermentescibles como se aseguraba desderemotas épocas.

Fué menester reiterar las pruebas, discutirinterminablemede, repetirlas y variarlas. Na­da de ~sto detuvo a Pasteur, ni tampoco las'dificultades materiales de lavar y preparartodos los centenares de frascos y trabajar enla famosa estufa frente a la que debía arrodi­llarse para llegar, colocada bajo una escalera.Estos estudios sobre la generación espontá­nea que constituyen un monumento de laCiencia biológica, tuvieron una gran influen­cia sobre su espíritu y además lo obligarena idear la técnica aséptica, la esterilización demateriales, los cultivos, etc. Constituyen unejemplo maravilloso de lógica cientifica. Comoprobó irrefutablemente que los gérmenes defermentación y putrefacción se diSemiman porel aire.

La lucha fué intensa, todo el mundo opina.ba, pero a todos logró vencer con suspruebas.

Estos estudios lo llevaron a demostrar quelas enfermedades de los vinos, vinagres y cerovezas se deben a gérmenes especiales y quepueden matarse por el calor. De ahi datan losmétodos industriales de purificación de las le·vaduras y de pausterización de los vinos, cer­vezas, etc.

Su amigo y protector Dumas, condolidodel desastre de la industria sericicola en supaís natal, rogó a Pasteur que la estudiara.Nunca habia visto un gusano de seda, peroaceptó, al contemplar la ruina general produ-

Gaceta Oficial ele la Federación Nacional tU Practicanl8$

cida por una extraña enfermedad del gusano fecciones puerperales que causaban espanto­deseda. Cinco años duró ese estudio memora· sos estragos en las Maternidades. En 1880-82ble, quefue coronado por el éxito. Pasteur descubre el microbio del cólera de las gam­demostró que la tal pebrina se debe a corpús- nas y la vacunación por el germen atenuado.culos especiales que pasan de la mariposa al Entonces llegó la gloria amplia y la admi­huevo y atacan al gusano que se desarrolla. ración universal. Fué coronada por el estudioCon un microscopio se pueden separar los sobre la rabia. Demostró que puede inocular·huevos sanos y enfermos y obtener gusanos se por inyección intra cerebral de médula rá·indemnes. Aqul también tuvo que soportar bica; tras largos tanteos consiguió fijar el vi­oposiciones e iusidias tenaces, pero las prue- rus y atenuarlo luego por desecación. Siguióbas cruciales que suministró a los agricultores una serie memorable de experimentos innu­y el éxito evidente de sus resultados, le gana- merables en el perro, siempre probados, has·,ron la vicroria más completa y asl devolvió ta que en 1885 se decidió a aplicar su métodouna gran riqueza a la Europa. de tratamiento al hombre. El niño a~saciano

En 1873 ingresó como asociado libre a la José Meister, c.ruelmente mordido por un pe­Academia de Medicina de Parfs. Al conside- rro rabioso ycondenado fatalmente a la muer·rar el poco respeto de muchos médicos ac· te, fué tratado por consejo de Vulpian que ha­tuales por los estudios cientfficos, puede ima- bla verificado todos los estudios de Pasteur.ginarse el desprecio con que muchos acogie- El niño curó, lo mismo el heroico niño Jupi­ron los trabajos de este quimico sobre la cau· Jle, por fin, centenares. Todo el mqndo se con­sa de las enfermedades. Alli tuvo, si embargo, movió y de todas partes se enviaron comisio-a Claudio Bernard por amigo y compañero nes que estudiar-on su método.

Ya ViIlemin habla demostrado que la tu- Con eso su gloria se hizo unánime y mun·-berculosis es experimentalmente contagiosa y dial. Pero su actividad iba declinando y siDavaine habfa visto la baeteridia en la sangre bien vió alzarse el Instituto Pasteur, tuvo quecarbunclosa. Sus estudios eran combatido& y resignarse con placer de maestro a que otrosnegados, se insisUa en el origen interno y es- ecogieran la antorcha. Roux descubrió la to­pontáneo de las enfermedades. Sin embargo. xina diftérica, l(itasato y Behring el suero an­Lister, inspirado en las ideas de Pasteur, I tidiftérico, Yersin el bacilo pestoso, etc.inauguraba con éxito la cirujfa antiséptica Duele pensar que llegara a este espiritu fe·En esa época se concedió a Pasteur un renta cundo la fatal declinación que traen los años.vitalicia. Inevitablemente se piensa en la obra prodi-

Entre 1877-79 Pasteur estudia el carbu nclo giosa que podia esperarse de él y se sientedistingue la muerte por la bacteridia de la pena de que estos esplritus excepcionales noproducida por el vibrión séptico. Cultiva la posean el don de la inmortalidad material.bacteridia e inocula en serie ese microbio En el apogeo de la admiración y cariño(neologismo del cirujano Sédillot que com- universal, rodeado de sus discfpulos y admi­prendió y defendió a Pasteur). En 1880 des" radores y del cariño de los suyos, llegó el 28cubre la vacuna anticarbunclosa (germen ateo' de Septiembre de 1895 el término de su vida·nuado a 4[;°) y demuestra perentoriamente Puede estar orgullosa la Francia y la huma­en experimentos memorables y públicos que nidad entera de la obra de Pasteur. Es una depreviene con seguridad la infección carbun- las glorias más altas y más puras de la huma­closa en el ganado. nidad y su vida el ejemplo más grande que

Por fin en 1878 proclamó completamente puede ofrecerse a la juventud. El mundo en·la teorfa de los gérmenes infecciosos y de su tero lo venera como el más señalado expo­papel en cirujla y obstreticia. Encontró el vi- nente del hombre de ciencias que ha conse·brión séptico, el estafilococo en el forúnculo guido grandes bienes para sus semejantes.y en la osteomielitis, el estreptococo en las in-

B. Marzo.

Segundo alfo: desde ¡.-{de mayo de 1922hasta 30 de abril de 1923.

Federación Racionalde Colegios de Practicantes

Colegios federados que han abonado lacuota anual de una peseta por colegiado, se­gón 10 acordado en la Asamblea de mayode 1921.

En el Colegio de Médicos hemos tenido lasatisfacci6n de saludar al ilustre presidente dela F-:deraci6n de Colegios Médicos de Espa·ña, y de honor de este Colegio, Dr. D. JOléSanchis Berg6n. venido a esta para concurrira la asamblea de presidentes de Colegios Mé ­dicos. para tratar de la actitud a adoptar porsus rr:presentadof' ante el nuevo y vejatorioimpuesto que la Hacienda trata de hacer gra­vitar sobre las ya sobrecargadaa espaldas delproletariado médico.

Hacemos fervientes votos por el triunfo jus­tisimo y legal de 101 señores m~dicos.

NO'J:'J:O:I:AS

~N"t:TNO:I:O

Debiendo proveerse por concurso la plaza

de auxiliar de Secretaria, de este Colegio. se

anuncia, para conocimiento de los individuos

que deseen tomar parte en dicho concurso.

que las bases del mismo estarán expuestas en

el tabl6n de anuncios del Colegio (Barco, IS.1"). hasta el dia 20 del actual:

Las solicitudes deberán dirigirse acompaña­

dés de comprobantes de cuantos merecimien·

tos se aleguen, al Sr. Secretario dc:l Colegio

de Pr:acticantes de Madrid y su provincia. don

Tomás Valoria. calle del Cardenal Cisnerol,

núm. 33.

En las oposiciones recientemente celebra­das para cubrir plaza de •médico de familiude la Real Casa, ha obtenido el número uno.tras brillantísimos ejercicio•• el Dr. D. PI'·cido González Duarte. hermano de nuestropresidente. D. Francisco.

Damos la cordial enhorabuena al Dr. Gon­zález Doarte, que empieza a recoger el frutode IU laboriosidad y de su inteligencia. y ex­tendemos la felicitaci6n a toda la familia denuestro simpático y querido presidente.

17554

293·781501004364,5027412560

1.110,50

Pesetas. I

Suma•• •••....•.•••.

COLEGIOS

Toda la correspondencia administra­

tiva dlrilase a nombre del Adminis­

trador, Don Balblno Diaz Morcillo,

Libertad, 2. Madrid.

Falta un trimestre para finalizar el segundoafto de la Federación, y esperamos que du­rante este tiempo 10f 22 Colegios que faltanpagar, lo harán, y con ello habremos llegadoa la cifra del primer afto, que fué un éxito derecaudación.

Piensen los Colegios la importancia moraly material que esto tiene para la buena 'mar­cha de nuestra organización.

Los seftores delegados regionales y direc­tores de revistas profesionales deben hacerlabor en beneficio del régimen económico dela Federación.

¿Será mucho pedir a los Colegios que abo­nen la cuota de una peseta al afto por cole­giado?

¿Dejarán morir a la Federación por UDamiseria semejante?

1 Valencia......•••..•.•.....2 Ferro)•.•.•••••.•.••••••.•.3 Madrid•.•.•••.•••.•..•••.•4 Toledo...•••.•..•.•.•....•5 Cádiz. ~ . . • • . . •. . ....•....6 Burgos......... • .7 Santander. . •...•......•..8 León..... -.•.•.•.•..•...•.•9 Alcoy..••...•.. - . . . . • . .• .

10 Badajoz ....•.....•.....••.11 Soria, primer semestre...•...12 Barcelona, primer semestre.•.

bx

GOffOSDOndonoia administrativaGiros reelbldos en Febrero de 1923.

D. José Alvaro Martin. -Abona fin de Di·ciembre 1924.

D. Sebastlán Fernández. - Abona fin deFebrero 1923.

D. Rafael Ariza.-Abona fin de Septiem brede 1923.

D. Severiano Melchor.-Abona fin de Oc­tubre 1923.

D. Quivián Valeneiano.-Abona fin de Di.ciembre 1923. .

D. Eustaquio Aznar.-Abona fin de No·viembre 1923.

D. O~waldo Pérez del Val.-Abona fin deDiciembre 1923.

D. Daniel Gutiérrez.-Abona fin de Abril1923.

Colegio Huelcs.-Abona fin Febrero 1923.D. José Palacio Polo.-Abona fin de Di·

ciembre 1923.D. Manuel Comino-Abona fin de Diciem­

bre 19a3.

..D. Pedro Garcia Esteban.-Abona fin d~

Diciembre 1923D. Santiago Gascón de Máxima.-Abona

fin de Diciembre 1923.D. José Monteagudo.-Abona fin Noviem­

bre de 1923.D. Antonio Guimare.-Abona fin de Octu­

bre 1921.D. Martín. Aspitarte.-Abona fid'de Febre­

ro 1924.D. Manuel Gareia Monrroy.-Abona fin de

Diciembre 1923.D. Juan Vázquez.-Abona fin de Diciem.

bre 1923.Avisos

Ruego a loa señores suscriptores comuni.quen a esta Administración cuando efectlienalgún giro, por haber en ésta algunos girosque, por ilegibles, no sé a quién asignárselos.

Esta Administración pone en conocimientode nuestros distinguidos anunciantes y sus­criptores, que cumpliendo el acuerdo de Directiva, «será dado de baja todo el que adeudtTRES MESES••

GACETA OFICIAL DE LA FEDERACION' NACIONAL DE PRACTICANTlSPRECIOS DE SUSCRIPCION

A los Colegios suscriptores, al año ••• _ 6,00 pesetas.Suscripción individual, año ...•..•••.• 6,00Nümero suelto ....•...•..........••...• 0,50

Los pagos son adelantados, en sobres monederos o Giro Postal. Todo cuanto se. relaciOne con el BOLETfN: correspondencia, pagos, avisos, etc., se dirigirán a la AdministraciónLibertad, núm. 2, D. Balbino Dlaz Moróillo.

Sitios donde se vende este BOLBTIN: En el Colegio, en la Administración

Distinguido compañero: Le recomiendo con gran interés que si quiere estrechar el lazode unión entre sus dignos colegas y tener conocimiento de todos cuantos asuntos se relacio­nan con nuestra profesión, se suscriba a nuestro órgano oficial, cual es GACETA OFICIAL DELA fEDERACIÓN NACIONAL DE PRACTICANTES. Esto lo puede hacer con sólo cortar el presentecupón, llenarlo y remitirlo a esta Administración, calle de la Libertad, 2, Madrid.

BOL/C/TUD DE SUBCR/PC/OHD. _ _ _ _.. ._ _ _ _._ _ _.._ natural de _._._ _ __

provincia de _.._.._ _ de _._.._ alIos de edad, de estado _ _ __._._domicillado en __ __ _._ _ _ provincia de _ _ _ calle de __ ......._._ _ _.. .._ _. número _ solicita ser suscriptor del Boletín Oficial de lo.Practicantes de Medh:ina y Cirugía por el tiempo de _ _ __ __•

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