2
De/a calle de Jesús González Dávila. Teatro del Bos- que. Compañia Nacional de Teatro del INBA. Esce- nograffa e iluminación: Gabriel Pascal. Dirección : Ju- lio Castillo. , . ustca curiosos en general. Sin embargo, para decepción de quienes de una u otra ma- nera nos incluimos en alguno de estos grupos, la exposición resultó muy me- nor, de escaso interés, y quizá sirvió """""""""""""""""""". sólo para poner de relieve la extrema po- breza de nuestro medio musical en lo que a instrumentos se refiere. Para comenzar, hay que hacer notar que una exposición que se deja ver ínte- gra en diez minutos de recorrido es cier- tamente pobre, y ello se antoja aún más triste dada la riqueza potencíal de una exposición de este tipo. Como con- traste, remito al lector a la exposición la música por dentro, reseñada en mismo espacio" en ,n uestro núme !o julio de 1986. . Uno de los defectos de esta Expo-Mu- sic, realizada en junio de este año; fue la evidente falta de interés de varios de los expositores por acercarse a un público entre el cual bien pudieran hallarse clien- tes potenciales. Como ejemplo ,puede citarse el caso de uno de los stands vi- sualmente más atractivos 'de la exposi- ción, que sufrió de total abandono' por parte de los responsables. Se trataba de una interesante variedad de instrumen- tos de aliento (maderas, metales y saxo- fones) acompañados por diversos mo- delos de acordeones, todos . ellos fabricados por la firma Amati. Esta fá- brica, situada en la pequeña localidad checoslovaca de Kraslice, tiene cierta tradición en el negocio de los instrumen- . tos musicales, y si bien sus productos no están a la altura de los franceses o los alemanes, son una buenaalternativa de rango medio, por su calidad y su costo, para los músicos que no pueden darse el lujo de adquirir una trompeta Selmer o una flauta Muramatsu. Pues bien, el stand de Amati era un desierto de información: ni un catálogo, ni una lista de precios, ni un dato sobre los re- presentantes de la firma en México y, claro, ni una persona en varias millas a la redonda para informar de todo ello.' Un poco más allá de esta abandonada exhibición de instrumentos, podía ha- llarse un cubículo en el que demostraban las bondades'de diversos modelos de bocinas fabricadas en el país. Si bien ya se han hecho algunos progresos en Mé- xico en lo referente al diseño y construc- ci6n de bocinas (llamadas petulante- mente por sus fabricantes cajas acústicas para cobrarlas más caras), la calidad del sonido obtenido es todavía inferior a la que puede obtenerse de productos simi- lares de importac ión . De nuevo, un Por Juan Anuro Brennan FALLIDA EXPOSICIÓN MUSICAL Que quede claro que el iniciar esta nota con la consabida frase en conocido hotel de céntrica avenida, no es más que un no tan sutil intento de parodiar las cr6nicas de sociales de nuestros peores diarios, pero al mismo tiempo, es total- mente cierto. En efecto, en un hotel capitalino que se especializa en montar eventos de todo tipo, se llevó a cabo hace unas se- manas una exposición dedicada funda- mentalmente a los instrumentos musica- les y, en general, a asuntos relativos a la música. La promoción previa al evento, concentrada fundamentalmente en un extenso artículo aparecido en la revista Tiempo Libre , hacía pensar que la exposi- ci6n en cuestión podía aportar informa- ci6n, imágenes y datos interesantes para compositores, intérpretes, produc- tores, melómanos en diverso grado y o . I e r í t al fin ser un prostituto trasvest i. Aunque esto sea posible en la realidad, lo será aisladamente, como caso improbable, por lo que en la escena tratada realista- mente resulta poco creíble: el personaje no llega a ser un personaje tipo que sin- tetice una realidad fundamental. Si el tra- tamiento del texto mismo diera una obra no realista podría, quizá, provocarse la metáfora ideal que ilustrara la ambigüe- dad grotesca del mundo. Asimismo, la puesta en escena de Ju- lio Castillo, en seguimiento del texto, al recrearlo, se queda en un punto interme- dioentre lo desmedido y la realidad visi- ble, a pesar de ser Castillo el director idóneo para este tipo de obras. En De la calle no mostró sus mejores dotes , limi- tándose a hacer una reproducción dismi- nuida de Los Bajos Fondos. En aquella puesta en escena Julio Castillo trans- portó verdaderamente el texto de Gorki a los cinturones de miseria de nuestra ciudad . En De la calle se requería escapar de la realidad, de modo que resultara un hiperrealismo desbordante. Otra de las posibilidades hubiera sido detener el texto, mantenerlo sobrio y dejarlo en los linderos del realismo. El resultado final de la direcci6n de Castillo, sin embargo. es meritorio, pero en gran parte se debe a la imaginaci6n alucinante del escenógrafo e iluminador Gabriel Pascal , quien dio plena libertad a su imaginaci6n y contribuy6 a dar la at- mósfera ideal que en su indecisi6n de to - dos modos llega a proponer el texto de González Dávila. La escenograffa parece ser un túnel, una hendidura por la que se mira el artificio, como si entráramos a la intimidad del mundo de los marginados. Dentro de la escenografía impactante, las figuras patéticas se trazan como en un lienzo expresionista. De este modo da inicio De la calle, variando las imáge- nes su secuencia de terror a lo largo de la obra. Asimismo, al comienzo y oca- sionalmente durante su desarrollo, De la calle subraya un alto grado de solemni- dad austera por medio del Requiem de Mozart, para luego terminar todo dismi- nuyendo hacia la muerte de Rufino. Este desequilibrio entre realismo y realidad en exceso quizá debió hacerse gradual- mente, invirtiendo el orden, de modo que la realidad se transformara gran- diosa en su metáfora. <> , ) 1 I 1 I I --------------- 37 -"----------------

í t I ustca · mentalmente a los instrumentos musica ... de partituras de música mexicana, mu chas de ellas de los miembros de la Liga de Compositores de México, acompaña das

  • Upload
    others

  • View
    1

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: í t I ustca · mentalmente a los instrumentos musica ... de partituras de música mexicana, mu chas de ellas de los miembros de la Liga de Compositores de México, acompaña das

De/acalle de Jesús González Dávila. Teatro del Bos­que. Compañia Nacional de Teatro del INBA. Esce­nograffa e iluminación : Gabriel Pascal. Dirección : Ju­lio Castillo.

, .ustca

curiosos en general. Sin embargo, paradecepción de quienes de una u otra ma­nera nos incluimos en alguno de estosgrupos, la exposición resultó muy me­nor, de escaso interés, y quizá sirvió

"""""""""""""""""""". sólo para poner de relieve la extrema po­breza de nuestro medio musical en loque a instrumentos se refiere.

Para comenzar, hay que hacer notarque una exposición que se deja ver ínte­gra en diez minutos de recorrido es cier­tamente pobre, y ello se antoja aún mástriste dada la riqueza potencíal de unaexposición de este tipo. Como con­traste, remito al lector a la exposición lamúsica por dentro, reseñada en ~ste

mismo espacio" en ,nuestro núme!o ~e

julio de 1986. .Uno de los defectos de esta Expo-Mu­

sic, realizada en junio de este año; fue laevidente falta de interés de varios de losexpositores por acercarse a un públicoentre el cual bien pudieran hallarse clien­tes potenciales. Como ejemplo,puedecitarse el caso de uno de los stands vi­sualmente más atractivos 'de la exposi­ción, que sufrió de total abandono' porparte de los responsables. Se trataba deuna interesante variedad de instrumen­tos de aliento (maderas, metales y saxo­fones) acompañados por diversos mo­delos de acordeones, todos . ellosfabricados por la firma Amati. Esta fá­brica, situada en la pequeña localidadchecoslovaca de Kraslice, tiene ciertatradición en el negocio de los instrumen-

. tos musicales, y si bien sus productosno están a la altura de los franceses olos alemanes, son una buena alternativade rango medio, por su calidad y sucosto, para los músicos que no puedendarse el lujo de adquirir una trompetaSelmer o una flauta Muramatsu. Puesbien, el stand de Amati era un desiertode información: ni un catálogo, ni unalista de precios, ni un dato sobre los re­presentantes de la firma en México y,claro, ni una persona en varias millas a laredonda para informar de todo ello. '

Un poco más allá de esta abandonadaexhibición de instrumentos, podía ha­llarse un cubículo en el que demostrabanlas bondades 'de diversos modelos debocinas fabricadas en el país. Si bien yase han hecho algunos progresos en Mé­xico en lo referente al diseño y construc­ci6n de bocinas (llamadas petulante­mente por sus fabricantes cajasacústicaspara cobrarlas más caras), la calidad delsonido obtenido es todavía inferior a laque puede obtenerse de productos simi­lares de importación . De nuevo, un

Por Juan Anuro Brennan

FALLIDAEXPOSICIÓNMUSICAL

Que quede claro que el iniciar estanota con la consabida frase en conocidohotel de céntrica avenida, no es más queun no tan sutil intento de parodiar lascr6nicas de sociales de nuestros peoresdiarios, pero al mismo tiempo, es total­mente cierto.

En efecto, en un hotel capitalino quese especializa en montar eventos detodo tipo, se llevó a cabo hace unas se­manas una exposición dedicada funda­mentalmente a los instrumentos musica­les y, en general, a asuntos relativos a lamúsica. La promoción previa al evento,concentrada fundamentalmente en unextenso artículo aparecido en la revistaTiempo Libre, hacía pensar que la exposi­ci6n en cuestión podía aportar informa­ci6n , imágenes y datos interesantespara compositores, intérpretes, produc­tores, melómanos en diverso grado y

o.I er í t

al fin ser un prostituto trasvest i. Aunqueesto sea posible en la realidad, lo seráaisladamente, como caso improbable,por lo que en la escena tratada realista­mente resulta poco creíble: el personajeno llega a ser un personaje tipo que sin­teticeuna realidad fundamental. Si el tra­tamiento del texto mismo diera una obrano realista podría, quizá, provocarse lametáfora ideal que ilustrara la ambigüe­dad grotesca del mundo.

Asimismo, la puesta en escena de Ju­lio Castillo, en seguimiento del texto, alrecrearlo, se queda en un punto interme­dio entre lo desmedido y la realidad visi­ble, a pesar de ser Castillo el directoridóneo para este tipo de obras. En De lacalle no mostró sus mejores dotes , limi­tándose a hacer una reproducción dismi­nuida de Los Bajos Fondos. En aquellapuesta en escena Julio Castillo trans­portó verdaderamente el text o de Gorkia los cinturones de miseria de nuestraciudad. EnDe la calle se requería escaparde la realidad, de modo que resultara unhiperrealismo desbordante. Otra de lasposibilidades hubiera sido detener eltexto, mantenerlo sobrio y dejarlo en loslinderos del realismo.

El resultado final de la direcci6n deCastillo, sin embargo. es meritorio, peroen gran parte se debe a la imaginaci6nalucinante del escenógrafo e iluminadorGabriel Pascal, quien dio plena libertad asu imaginaci6n y contribuy6 a dar la at­mósfera ideal que en su indecisi6n de to­dos modos llega a proponer el texto deGonzález Dávila. La escenograffa pareceser un túnel, una hendidura por la que semira el artificio, como si entráramos a laintimidad del mundo de los marginados.

Dentro de la escenografía impactante,las figuras patét icas se trazan como enun lienzo expresionista. De este mododa inicio De la calle, variando las imáge­nes su secuencia de terror a lo largo dela obra. Asimismo, al comienzo y oca­sionalmente durante su desarrollo, De lacalle subraya un alto grado de solemni­dad austera por medio del Requiem deMozart, para luego terminar todo dismi­nuyendo hacia la muerte de Rufino. Estedesequilibrio entre realismo y realidad enexceso quizá debió hacerse gradual­mente, invirtiendo el orden, de modoque la realidad se transformara gran­diosa en su metáfora.<>

,)

1

I

1

I

I

---------------37 -"----------------

Page 2: í t I ustca · mentalmente a los instrumentos musica ... de partituras de música mexicana, mu chas de ellas de los miembros de la Liga de Compositores de México, acompaña das

'- ,'..r I

general feas y anticuadas. Este m~~

cosmos guitarrfstico hizo renacer unaduda que desde hace tiempo está . ~n elaire: ¿siguen siendo las guitarras d~ Pe.:racho instrumentos musicales de altalidad, o se han convertido en mediocres.objetos artesanales construidos para be­neficio de los turistas?

Finalmente . se Impone mencionar elque sin duda fue el stand más llamativode la Expo-Music: el de los tecladoselectrónicos fabricados por la mi~ma

firma japonesa que produce los relojesde pulsera que además de dar la hora V.la fecha. son cronómetros. calculadoras,despertadores musicales. juegos numé;ricos y muchas otras cosas.

Los teclados exhibidos rebasan~·por.mucho el ant iguo concepto del pianoeléctrico con voces y caja de ritmo in­corporada . De hecho. algunos de los ins­trumentos expuestos son verdaderosalardes de la tecnologfa musical '!10~

derna. con tableros de control que. seantojan tan compl icados como la,sola de mando de un Concorde. Ritmprogramables. memor ias armónicas,.nu­merosos registros. interfases con otrosinstrumentos y muchas otras posibilida­des. hacen que estos teclados electróni­cos permitan que un solo músico 'se,convierta práct icamente en una orquestaautosuficiente . Habrá quienes digan quetodo esto es música sintética. y tendránrazón. pero no cabe duda que la músicasintét ica se ha convertido ya en un ele­mento importante en el mundo sonorode hoy. especialmente en el ámbito de la .música popular. De este interesa~te

stand de teclados electrónicos queda lamemoria (ciertamente desconcertante)de estar escuchando a una docena 'de'fascinados curiosos. manipulando oir~tantos inst rumentos simultáneamente,dando como resultado una peculiar ca-ocofonia de sonidos sintéticos que ennada ayuda a la paz interna.

Como corolario a esta breve descríp­ción de la Expo-Music se impone recal-s .car que la exhibición estuvo pobremente .organizada. con una especial carencia de ",información sobre lo exhibido. Además,.considerando que buena parte de los 'instrumentos expuestos eran de impor~ w.

tación, la exhibición sirvió para reafirrnar~~~

que la falta de una industria local de ins­trumentos musicales. y el altísimo costo ;de los instrumentos importados. son cir-"cunstancias que afectan gravemente ,.edesempeño profesional de nuestrossicos.O

que el rnusico potosino considerabacomo errores en la música y en la ñsícamusical.

El estado de Veracruz contribuyó a laexposición con un pequeño stand en elque se exhibían arpas, jaranas, guitarrashuapangueras y algunos otros instru­mentos tfpicos de la región que, sor­prendentemente, llamaron más la aten­ción del público que otras exhibicionesmás espectaculares. Entre éstas, habíauna particularmente interesante porcuanto era una muestra de una de lastendencias más recientes en el campode la creación musical. En un cubículo

aislado del resto de la Expo-Music, po­día verse una serie de microcomputa­doras exhibiendo en sus pantallas losúltimos adelantos en el área de la comoposición musical a base de programascibernéticos. Entre estos programas ha­bía algunos muy sencillos, simples me­morizadores y codificadores de secuen­cias de sonidos, y algunos bastante mássofisticados, con gran capacidad de sin­tes is sonora y notación musical en pan­talla. A la vista de estos programas decomposición musical, parece evidenteque aunque en nuestro medio aún faltamucho por aprender, la combinación decomputadora y sintetizador es ya un ele­mento imprescindible en el quehacer dela música contemporánea.

y a unos pasos de las computadorasmusicales, era posible entrar al contra­dictorio mundo de las guitarras. Contra­dictorio porque por un lado podian verselas tradicionales guitarras de Paracho,Michoacán, y por el otro, algunos dise­ños locales de guitarras eléctricas, por lo

_______________ 38 ~,;

grave error de cálculo de los exposito­res: ¿qué clase de juicio puede formarseun visitante sobre la calidad de tal o cualcaja acústica, si hay veinte de ellas so­nandosimultáneamente, conectadas afuentes sonoras diversas?. En otra parte de la Expo-Music podía

hallarse una de las pocas exhibicionescoherentes de este asunto, aunque enprincipio se apartaba de la idea originalde los instrumentos musicales.

La casa editora Ricordi ofreció una pe­queña selección de su· vasto catálogomusical, dejando a un lado el materialhistórico y biográfico, y concentrándose

principalmente en libros y manuales di­dácticos, entre los que podían hallarsealgunos textos que en nuestro tiempo seconsideran básicos para el aprendizajemusical. Junto a estos textos de didác­tica musical, se exhibia un buen númerode partituras de música mexicana, mu­chas de ellas de los miembros de la Ligade Compositores de México, acompaña­das por interesantes partituras de músi­cos como Lan Adomián, Jorge Córdobay el injustamente olvidado José Pomar.Sin embargo, lo más interesante de estaexhibición, en el ámbito de las publica­ciones, fue sin duda la presencia de unaparte importante de la obra teórica deJulián Carrillo. La mayor parte de los li­bros de Carrillo fueron editados enforma privada, lo que quizá haya limitadosu distribución y su correcta difusión ennuestro medio . Ahi , sobre una mesapoco atendida y menos visitada, era po­sible hallar el pensamiento de Julián Ca­rrillo respecto a la armonía. el contra­punto , la escritura musical, el infinito y lo