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LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU Y LA IMPORTANCIA DE LA
VISIÓN MESIÁNICA Y ANDINA QUE SE TIENE DE ÉSTA
Daniela Happke Rivera1
1. INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, se nos ha hecho creer que con la llegada de los españoles los
habitantes del sector andino se vieron en contacto con la civilización, sin embargo, esta
idea es errada, ya que el Tahuantinsuyo ha sido uno de los Estados más grandes y
completos, que logró su carácter de civilización antes de la llegada de los dominadores
españoles. Los Incas poseían un alto grado de organización: se respetaba a la
comunidad y cada persona pertenecía a un ayllu (comunidad pequeña), guiado por un
curaca. En este Imperio, cada persona trabajaba según sus condiciones y lo que
producían se dividía en tres partes: para la comunidad, para el Inca (quien lo distribuía
para mantener la administración, las obras públicas y el ejército), y para el Sol
(fortalecimiento de lugares desguarnecidos, por ejemplo, donde había sequía,
inundaciones, terremotos).
Ocurrió que, con la llegada de los españoles, el orden de esta civilización se vio
amenazado. Ante esto, surgen diversas figuras que durante la Conquista y la Colonia se
opusieron a las amenazas de los hispanos, figuras que llevaron a cabo rebeliones, como
lo hizo José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II).
1 DANIELA MARGARITA HAPPKE RIVERA (La Serena, Chile, 07/06/1986 - ) es estudiante de Licenciatura en Educación de Castellano, en la Universidad de Santiago de Chile. Actualmente cursa el séptimo semestre de la carrera. Sus intereses académicos se inclinan hacia la Literatura Latinoamericana Colonial.
2
Esta investigación pretende abordar lo que significó este hombre para la sociedad andina
y el legado cultural que se desarrolló en torno a su figura, a través de las características
mesiánicas que se le atribuyen y que surgen producto de ideologías como la de la utopía
andina y la del milenarismo, ideas que desencadenan mitos que explican
metafóricamente fenómenos de la realidad.
Mediante esta visión utópica, mesiánica y milenarista logramos percibir que en todas las
religiones y religiosidades hay características similares, y que lo que conocemos como
“milenarismo” no se da solamente en la tradición judeo-cristiana, sino que en diversas
culturas, ya que en todas partes hay un Mesías que nace, sufre, muere y resucita (lo que
cambian son las conceptualizaciones), lo que va en directa relación con los ciclos de la
naturaleza: otoño-invierno-primavera-verano, ciclos que se repiten.
Esto cobra significación en el siglo XVIII con Túpac Amaru, ya que la utopía andina, a
partir del periodo de la conquista, representaba el sueño de volver al Tahuantinsuyo y al
sistema incario. Esto se veía como algo realizable a través de la figura de Túpac Amaru.
Luego de casi tres siglos de dominación, se comenzó a proyectar un nuevo orden, en el
cual los sectores sociales que se habían originado producto de la Colonia exigían un
espacio y una participación adecuada y justa en la sociedad.
2. TÚPAC AMARU EN EL CONTEXTO DE LAS REBELIONES LATINOAMERICANAS
Los siglos XVII y XVIII en América latina se caracterizan por una actitud reaccionaria
de parte de la población indígena, mestiza y negra, con algunas participaciones de los
criollos. Esta actitud iba en contra de los grupos hegemónicos españoles que ejercían de
manera inadecuada el poder. Entre estas rebeliones, encontramos la de Juan Santos
Atahualpa (1742), la de Arauco (1536-1810) y la de José Gabriel Túpac Amaru (1780).
Esta última operó en el alto Perú (Bolivia) y otros territorios del Virreinato de Río de la
3
Plata (Argentina), llegando por el sur hasta Paraguay y la Zona Oriental (Uruguay); y
por el norte, hacia la Audiencia de Quito, penetrando en Venezuela. Alcanzó a toda
Sudamérica, menos Brasil y Chile, que vivían sus propias rebeliones. Esto nos deja claro
que en América sí hubo resistencia a la Conquista española.
José Gabriel Condorcanqui nace en 1738 en Surimana; en 1760 se casa con Micaela
Bastidas Puyucawa, con quien tiene tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando. Era un
hombre de buen pasar, debido a que el proyecto que había armado España en el Perú
daba ciertos privilegios a los caciques para que manejaran al resto de la población. Él, a
pesar de esa condición de aparente privilegio, se transforma en el cabecilla de los
campesinos y mitayos2 explotados por los españoles.
En Perú había crecido, en el siglo XVI, un imperio resistente al español, que en sus
últimas luchas contra españoles estuvo encabezado por Túpac Amaru I (“Suprema
Serpiente”), rey inca que impulsó indirectamente a que José Gabriel Condorcanqui
tomara el nombre Túpac Amaru II, en 1780, en homenaje a este valeroso rey inca a
quien el Rey español había mandado a decapitar. Además, Túpac Amaru se nutre de
sucesos de la vida de otro prócer latinoamericano, llamado Atahualpa (ajusticiado por
Pizarro), emperador inca que, al morir, había dicho “que volvería en forma de serpiente
(Amaru)”. Es así como Atahualpa y Túpac Amaru se convierten en divinidades tónicas3.
El 4 de noviembre 1780, Túpac Amaru II apresa al corregidor Antonio de Arriaga y da
su famoso grito de rebelión. El día 11 del mismo mes, Arriaga es ejecutado en la plaza
de Tungasuca (provincia de Tinta). Al día siguiente Fernando Cabrera, el corregidor de
Kispicanchis, llega a Cusco con la noticia de la rebelión; el corregidor del Cusco,
Fernando Inclán Valdez, nombra una junta de guerra.
2 (De mita) Indio que en América daban por sorteo y repartimiento los pueblos para el trabajo.3 Hace referencia a los dioses o espíritus del inframundo, por oposición a las deidades celestes. A veces también se los denomina telúricos. [En: Wikipedia. La Enciclopedia Libre: http://www.wikipedia.org/. Visitado el 23 de agosto de 2008]
4
3. MOTIVOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU
Los motivos de la insurrección de Túpac Amaru II eran principalmente:
1. El sistema de impuestos totalmente injusto, pues existía la política de imponer
nuevas contribuciones al pueblo. Dentro de esto se encuentran las alcabalas,
impuesto a la compra-venta que era cada vez más alto.
2. La corrupción de los burócratas de Lima y el Cusco.
3. El no reconocimiento de la calidad de noble de José Gabriel Condorcanqui
Noguera por parte de las autoridades españolas (descendiente del último Inca
Túpac Amaru, ajusticiado por el virrey Toledo en 1572).
4. El contacto de José Gabriel Condorcanqui con el grupo ilustrado limeño y por
ende, con sus ideas progresistas.
5. Los obrajes, una especie de haciendas donde se explotaba a la gente hasta la
muerte. Galeano dice sobre esto que “hombres, mujeres, niños y viejos hilan,
tejen y labran algodón y lana en los obrajes. Las leyes prometen horarios y
salarios, pero los indios arrojados a esos grandes galpones o cárceles sólo salen
de allí cuando les llega la hora del entierro”4.
6. El reparto, práctica que consistía en que los corregidores5 vendían mercaderías
que la gente estaba obligada a comprar a altos precios (estas mercaderías eran
conocidas como repartos).
7. El régimen de la mita, particularmente minera, que consistía en un sorteo entre la
población, en el cual, quien salía sorteado, debía ir a trabajar a la mina, de donde
pocos volvían. Un lugar que “se tragaba a seres humanos”, como dice Galeano,
era la mina de Potosí, donde millones de personas murieron:4 Eduardo, Galeano: Memoria del fuego II. Las caras y las máscaras. [En: http://books.google.com/. Edición digital visitada el 23 de octubre de 2008].5 Funcionarios de la época de la Reconquista en España que velaban por la moral y las buenas costumbres (entendida por los españoles), una de las cosas que corregían era la poligamia (aunque ellos mismos no la practicaban, Irala, gobernador de la provincia del Río de la Plata tuvo cincuenta concubinas) ésta, más el monoteísmo eran las obsesiones de los corregidores.
5
A mediados del siglo dieciséis, la ciudad más poblada, más cara y más derrochona del
mundo brotó y creció al pie de la montaña que manaba plata. Esa montaña, el llamado
Cerro Rico, tragaba indios. “Estaban los caminos cubiertos, que parecía que se mudaba
el reino”, escribió un rico minero de Potosí: las comunidades se vaciaban de hombres,
que de todas partes marchaban, prisioneros, rumbo a la boca que conducía a los
socavones. Afuera, temperaturas de hielo. Adentro, el infierno. De cada diez que
entraban, sólo tres salían vivos. Pero los condenados a la mina, que poco duraban,
generaban la fortuna de los banqueros flamencos, genoveses y alemanes, acreedores de
la corona española, y eran esos indios quienes hacían posible la acumulación de capitales
que convirtió a Europa en lo que Europa es.6
Contra esto se rebela Túpac Amaru: forma un ejército libertador realmente
trascendental, usando el camino del inca como correo. Este ejército va a tener más de
150 mil efectivos integrados por grupos regionales. Una de las primeras cosas que hace
Túpac Amaru después de ejecutar a Arriaga es emitir el Bando de libertad de los
esclavos, el 16 de noviembre de 1780, en el que dice:
Los reyes de Castilla me han tenido usurpada la corona y dominio de mis gentes
cerca de tres siglos, estropeando como a bestias a los naturales del reino,
quitando las vidas a todos los que no supieran robar como ellos, y todo digno del
más severo reparo (…) en el nombre de Dios Todopoderoso ordenamos y
mandamos que ninguna de las personas dichas paguen ni obedezcan cosa alguna
a los ministros europeos intrusos y salvajes7
Estas injusticias se dieron a conocer en una denuncia que hicieron Antonio de Ulloa y
Jorge Juan en Noticias Secretas de América (1735), un documento encargado por
Fernando VI.
6Eduardo, Galeano: “El País que quiere existir”. [Artículo disponible en: www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/escritos/. Visitado el 20 de agosto de 2008]7Felipe, Pigna: “Revoluciones en América” [Versión digital del artículo disponible en: http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/mundo/revoluciones_en_america.php/. Visitado el 20 de agosto de 2008]
6
En definitiva, el levantamiento se va imponiendo y se van logrando algunos objetivos.
Frente al miedo que impone la rebelión en los españoles, estos van flaqueando en
algunos aspectos. Según Pedro de Angelis8, los españoles se refugiaban en las iglesias y
pedían a los sacristanes que les franquearan las bóvedas para sepultarse vivos, antes que
caer en manos de los “bárbaros”.
El ejército del caudillo fue bastante eficaz, tomó gran parte del territorio peruano, pero,
lamentablemente, Túpac Amaru va a hacer víctima de la traición, ya que las fuerzas
opositoras a la insurrección compran a algunas personas de su círculo cercano para que
lo entreguen. Luego de una gran victoria, él comete el error de no entrar a Cusco,
esperando una negociación, y ahí, finalmente, será derrotado.
Lo que más se conoce de Túpac Amaru es su muerte: como el poder maneja la historia,
más que hablar de la insubordinación, hablan de su descuartizamiento, es decir, se da
preponderancia en dar a conocer el castigo por su rebeldía. Lo interesante es que las
crónicas españolas, que son prácticamente las únicas que tenemos, se refieren al valor
extraordinario de Túpac Amaru en esos momentos de tortura, ya que estuvo tres días en
los más horrible suplicios, le ofrecieron dinero, e incluso escaparse, pero él interpela al
visitador Areche (cabeza de los inquisidores y visitador general de la Real Hacienda)
diciéndole: “Nosotros dos somos los únicos conspiradores, vuestra merced por haber
agobiado al país con exacciones insoportables, y yo por haber querido libertar al pueblo
de semejante tiranía, aquí estoy para que otros me castiguen sólo al fin de que otros
queden con vida y yo solo en el castigo”9.
Finalmente deciden un castigo que fuera ejemplar: este fue el de atarlo a cuatro caballos
y tirar de ellos. Lo que no se recuerda con tanta certeza es que no lo pudieron 8 Escritor e historiador Ítalo-rioplatense (1784-1859).9 Felipe, Pigna: “Revoluciones en América” [Artículo disponible en: El Historiador: http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/mundo/revoluciones_en_america.php/. Visitado el 20 de agosto de 2008].
7
descuartizar, porque la fortaleza de Túpac resistió el tironeo de los caballos, quedando
parcialmente despedazado y por lo cual termina el descuartizamiento a hachazos. Es
interesante ver cómo esto lo hacían los hombres que supuestamente traían la civilización
y el progreso a América. La condena es de una crueldad impresionante:
Condeno a José Gabriel Túpac-Amaru, a que sea sacado a la plaza principal y
pública de esta ciudad, arrastrado hasta el lugar del suplicio, donde presencie la
ejecución de las sentencias que se dieren a su mujer, Micaela Bastidas, sus dos
hijos Hipólito y Fernando [Sic]10 Tupac-Amaru, a su tío, Francisco Tupac-
Amaru, a su cuñado Antonio Bastidas, y algunos de los principales capitanes y
auxiliadores de su inicua y perversa intención o proyecto, los cuales han de
morir en el propio día; y concluidas estas sentencias, se le cortará por el
verdugo la lengua, y después amarrado o atado por cada uno de los brazos y pies
con cuerdas fuertes, y de modo que cada una de estas se pueda atar, o prender
con facilidad a otras que prendan de las cinchas de cuatro caballos; para que,
puesto de este modo, o de suerte que cada uno de estos tire de su lado, mirando a
otras cuatro esquinas, o puntas de la plaza, marchen, partan o arranquen a una
voz los caballos, de forma que quede dividido su cuerpo en otras tantas partes,
llevándose este, luego que sea hora, al cerro o altura llamada de Picchu, adonde
tuvo el atrevimiento de venir a intimidar, sitiar y pedir que se le rindiese esta
ciudad, para que allí se queme en una hoguera que estará preparada, echando sus
cenizas al aire, y en cuyo lugar se pondrá una lápida de piedra que exprese sus
principales delitos y muerte, para solo memoria y escarmiento de su execrable
acción. Su cabeza se remitirá al pueblo de Tinta, para que, estando tres días en la
horca, se ponga después en un palo a la entrada más pública de él; uno de los
brazos al de Tungasuca, en donde fue cacique, para lo mismo, y el otro para que
se ponga y ejecute lo propio en la capital de la provincia de Carabaya;
enviándose igualmente, y para que se observe la referida demostración, una
pierna al pueblo de Livitaca en la de Chumbivilcas, y la restante al de Santa
10 En esta sentencia nombra a Fernando como uno de las personas a ejecutar, sin embargo, por otras referencias bibliográficas sabemos que fue desterrado junto a su hermano Mariano en 1783. (Cf. Daniel, Valcárcel: Rebeliones Coloniales Sudamericanas, México, Fondo de Cultura Económica, 1982).
8
Rosa en la de Lampa, con testimonio y orden a los respectivos corregidores, o
justicias territoriales, para que publiquen esta sentencia con la mayor solemnidad
por bando, luego que llegue a sus manos, y en otro igual día todos los años
subsiguientes; de que darán aviso instruido a los superiores gobiernos, a quienes
reconozcan dichos territorios (Angelis, 2002: 47).
Esto no termina acá: al hijo menor de Túpac Amaru, Fernando, le pusieron un
instrumento para que no pudiera girar la cabeza y, así, contemplara la tortura de su
familia. Posteriormente, fue condenado a una prisión en África (ver nota 9). Otra cosa
interesante de esta crueldad cometida por los españoles es la supresión de la cultura
incaica: se prohíben las Crónicas Reales de los Incas de Huamán Poma, los ponchos e
instrumentos incaicos porque se decía que esos sonidos podían levantar de la tumba a los
rebeldes.
Lo más interesante es que la rebelión no concluyó. Los seguidores del caudillo,
sobrevivientes del movimiento, mantuvieron el levantamiento en todo el Perú, el norte
de Bolivia y Argentina, hasta la zona de Salta, Jujuy y el Chaco, manteniendo bajo la
mira a los virreyes de entonces.
Otra cosa interesante es sobre los continuadores y vengadores de Túpac Amaru, como
Manuel Belgrano11 y Juan José Castelli12; este último tuvo el honor de conducir los
ejércitos de la Revolución a vengar al Inca y redimir a los pueblos indios hacia el Alto
Perú. Ellos planteaban una revolución americana continental, agraria, nacionalista, con
las masas indias en el centro de la escena y en completa libertad y restitución de sus
derechos. Así es como la insurrección se prolonga en el tiempo y ha quedado en la
historia.
11 Abogado y político argentino (1770-1820), Cumple un rol protagónico en la Revolución de Mayo.12 “El más peligroso tupamaro de la América del Sud”, según la policía secreta española en 1803. [Cf. “Los continuadores y vengadores de Túpac Amaru”. Versión digital disponible en: http://lists.laneta.apc.org/pipermail/ewituri-l/2006-November/002090.html/].
9
De una u otra forma, el sueño de Túpac Amaru se pudo cumplir en cuanto al reparto de
tierras y la devolución de propiedades a las comunidades cuando se produce la
revolución peruana de Velasco Alvarado, quien lanzó una reforma agraria apuntada a
eliminar las grandes haciendas. Bajo la gran figura de Túpac Amaru, el plan de reforma
agraria completó los sueños del inca después de más de doscientos años.
4. TÚPAC AMARU Y SU RELACIÓN CON EL MITO DE INKARRI
Los indios trabajaban y servían a los españoles y esto era lo que se buscaba revertir al
poner nuevamente “el mundo sobre los pies”. En los siglos XVI, XVII y XVIII se
planteaba que esto era volver al incario, es decir, al reino de los justos, al mundo
originario. Por un mundo así era por el que luchaba José Gabriel Túpac Amaru.
A partir de esta idea –volver al Incario, al cual se suma la decapitación de Túpac Amaru
I—surge el mito de Inkarri, que era la esperanza mesiánica del regreso del Inca, que
retornaría cuando su cuerpo se volviera a juntar con su cabeza. Esto se traduce en lo que
se conoce como la “utopía andina” que consiste en una especie de mitificación del
pasado, es decir, el sueño de volver cíclicamente al tiempo y espacio ideal (que sería el
Tahuantinsuyo), luego de un período determinado que, simbólicamente, se interpreta
como mil años. De ahí viene el milenarismo, una conceptualización europea que, desde
la perspectiva judeo-cristiana, se aplica al Apocalipsis y sostiene la idea de que vendrá
un Mesías a reinstaurar el Reino de Dios en la tierra, por lo que el mesianismo vendría a
ser la concretización del milenarismo en una persona. Joaquín de Fiore fue el precursor
de este milenarismo cristiano y lo convierte en un sistema profético: la historia se
repartía en tres edades: la del Padre y ya pasada (que es la del Antiguo Testamento y
dirigido por los patriarcas); el presente (edad del Hijo dirigida por los apóstoles); y la
venidera (edad del Espíritu Santo dirigida por los religiosos).
10
Debido a la conquista este, sistema profético que plantea Joaquín de Fiore se imbrica
con la esperanza mesiánica inca, en donde el Inkarri sería el Mesías. El mito de Inkarri
formaría parte de un ciclo mayor: las tres edades del mundo, donde la del Padre
corresponde al tiempo de los gentiles (cuando los andinos no conocían la religión
católica); el tiempo del Hijo, que corresponde al dominio de los españoles junto a
sufrimientos similares a los que Cristo soportó; y la edad del Espíritu Santo, donde los
campesinos volverán a recuperar la tierra que les pertenece, y que culmina su
instauración cuando se derrota al Anticristo.
Debido a esta imbricación, el milenarismo se relaciona con el Pachacuti: Cada mil años
(no exactos, pues se refiere a una era), se genera un fenómeno en que se vuelve a poner
el mundo sobre los pies. Debido a esto, se produce la renovación constante. Este
concepto equivale a reformador o transformador del mundo. Para el Inca Garcilaso,
Valera o Las Casas, es un personaje, pero, para otros, quizás más cercanos al mundo
indígena (Huamán Poma, por ejemplo), es una fuerza telúrica, algo así como un
cataclismo, que indica un nuevo tiempo y, a la vez, un castigo. Esto alude al tránsito de
una edad a otra (milenarismo, en el caso cristiano) pero también al resultado de esta
transición, que sería la inversión de las cosas. Para muchos hombres andinos, la
conquista fue un Pachacuti.
Según la concepción indígena, el cosmos se dividía en dos: el mundo de arriba y el de
abajo (hananpacha-hurinpacha). Esta dualidad se daba en todos los centros poblados, y
se caracterizaban por ser opuestas y necesarias entre sí. Para que todo funcionara bien,
había que mantener ambas, pero al llegar los españoles, se entabló la relación asimétrica
entre ambos mundos (español-indígena). Flores Galindo dice que todo esto puede ser
entendido por algunos como la instauración del desorden, la inversión de la realidad. Las
cosmovisión europea excluía los rasgos indígenas en la cultura, mientras que la
concepción indígena no excluía el cristianismo, lo que produjo un sincretismo cultural
en muchos rituales conocidos hoy en día.
11
Existió un jesuita chileno que daba su interpretación del fin del los tiempos,
adhiriéndose a la doctrina milenarista. Este hombre era Manuel Lacunza, quien escribió
su obra mientras se encontraba en el exilio debido a la expulsión de su orden de los
territorios españoles13. En La venida del Mesías en gloria y majestad14, nos habla de la
visión milenarista, obviamente desde su perspectiva judeo-cristiana y del lado de los
oprimidos, centrándose en el capítulo XX del Apocalipsis, al que da una interpretación
literal más que la espiritual que proponía el Magisterio de la Iglesia15. Uno de los temas
que plantea es el del Anticristo, según indica Mariana Calderón:
Tengo propuesto un nuevo Anticristo (…) cuando haya ganado y puesto de su
parte una bestia terrible de dos cuernos con todo su talento de hacer milagros,
entonces este hombre de pecado, el hijo de la perdición, el cual se opone, y se
levanta sobre todo lo que se llama Dios, se sentará en la Iglesia de Cristo, que es
el templo del verdadero Dios (…). Entonces mandará en este templo, y se hará
obedecer (…) entonces se verá hecho dueño y señor de la casa y templo de Dios,
que sois vosotros (Lacunza, citado por Calderón, 2001: 60).
Debemos notar en este fragmento la relación existente con el milenarismo andino, donde
el papel del Anticristo lo ocuparían los españoles llegados a América, quienes se oponen
a todo lo que se llame Inca (que sería Dios), y que han adoptado el papel de bestias, al
hacer pasar penalidades a los americanos, que serían el templo de Dios, sometido a la
esclavitud impuesta por los invasores que se hacen obedecer. Sin embargo, ante todo
esto, hay una esperanza: “Pero cuando los elegidos queden reducidos a la nada, allí
aparecerá el Mesías que juzgará a los buenos y reinará con ellos mil años” (Lacunza,
citado por Calderón, 2001: 60). Esta idea sigue teniendo relación con el milenarismo
13 En su obra, hay ataques a la oficialidad de la Iglesia Católica, debido a las injusticias de las que han sido victimas los de su orden y por el deterioro moral y doctrinario de las jerarquías eclesiásticas.14 Sentenciada por el Índex el 6 de septiembre de 1824.15 Se dice que San Jerónimo fue uno de los primeros en atacar el milenarismo, así lo hizo también San Agustín, quien determinó el carácter simbólico del Apocalipsis y el peligro de darle una interpretación literal.
12
andino, ya que la utopía andina dice que en algún momento llegará nuevamente el Inca y
pondrá al mundo sobre sus pies, así se volverá el reino de justicia anhelado. Cabe
destacar que la Iglesia y el clero, de una u otra forma, contribuyeron indirectamente a la
difusión de la utopía andina, esto porque la utopía se nutrió de las ideas milenaristas y
mesiánicas, conceptos que tienen que ver con la religión.
En el siglo XVII se dan dos intentos de elaborar teóricamente la utopía andina. En 1609,
el Inca Garcilaso de la Vega publica su libro Los Comentarios Reales de los Incas, que
tenía como finalidad legitimar el gobierno de una monarquía de supuesto origen divino.
En 1614, Felipe Huamán Poma de Ayala, termina su crónica iconográfica o carta
dirigida al rey de España, donde desde una perspectiva provinciana, étnica y
anticuzqueña, le pedía al rey Felipe III que las tierras del Tahuantinsuyo debían ser
gobernadas por los descendientes de los antiguos y “legítimos” linajes de curacas
conquistados por los Incas. Estos podrían gobernar las poblaciones andinas de manera
autónoma, legítima y establecer acuerdos de gobierno con autoridades paralelas, como el
virrey. En ambos casos, se proponían alternativas más o menos viables: el Inca
Garcilaso, el respeto y la restauración de los privilegios a la nobleza cuzqueña; Huamán
Poma, la instalación de un Estado indio, aunque al servicio de la metrópoli europea.
Ambos proyectos, sin embargo, fueron irrealizables para el gobierno colonial, que hizo
exactamente lo contrario: trató de liquidar a las aristocracias andinas. Las dos tratan de
idealizar a las noblezas que habían gobernado desde el Cusco o desde las provincias.
Esto nos revela que durante el siglo XVI y XVII existían mecanismos de idealización,
que tomaban la forma de relato histórico, los que, junto a los mecanismos de transmisión
oral, alimentaron constantemente las esperanzas indígenas y prepararon las condiciones
para la insurrección de Túpac Amaru.
5. EL MILENARISMO COMO TRASFONDO DE LA REBELIÓN
13
El milenarismo da un sentido mitológico a lo del incario al desarrollarse la historia de
Felipe Túpac Amaru (1572), un rey inca que se encontraba en conflicto con España. El
Virrey Francisco de Toledo estaba dispuesto a organizar el Virreinato del Perú; y para
lograrlo consideraba que debía estar pacificado, es decir, no debía existir ninguna clase
de oposición. Túpac Amaru, hasta el final, se mantuvo orgulloso e inclusive comunicó
que no conversaría con el Virrey Toledo; ante esto, el Virrey dio la orden al verdugo y
este lo decapitó. Desde entonces, la cabeza del inca Tupac Amaru I está separada de su
cuerpo pero existe la esperanza de que las partes se encuentren, ya que están creciendo
en la Pachamama, donde germina todo, como la semilla, ya que es el útero en donde se
está engendrando el nuevo Mesías, que restauraría el Imperio y le daría a las cosas su
ordenamiento natural, anterior a la llegada de los españoles.
Esta historia se consolida con la historia de José Gabriel Tupac Amaru (siglo XVIII) de
quien hemos hecho referencia debido a la revolución que encabezó en 1780. El mito de
Inkarri vuelve y cobra mayor significancia con la historia de este caudillo inca,
descendiente de Tupac Amaru I. Scarlett O’Phelan recalca que el objetivo central de las
insurrecciones es la restitución imperial, es decir, el retorno al “incanato”, y que esta
utopía andina respondió a una creación colectiva que se elaboró a partir del siglo XVI,
plasmándose con nitidez en el siglo XVIII.
Dentro de todo lo que involucra la figura de Túpac Amaru II, nos encontramos con la
idea mesiánica y milenarista con la que se inviste su figura, ya que este curaca prolonga
el mito de Inkarri. Galeano lo describe así: “Túpac Amaru, encarnación del fundador de
toda vida, viva promesa de la resurrección”. La rebelión de Túpac Amaru se inviste
como la continuación lógica de una serie de protestas mesiánicas y nativistas.16 El
dirigente, José Gabriel Túpac Amaru, emerge como líder mesiánico, ya que, según lo
que explica O’Phelan, las rebeliones que adoptan carácter mesiánico son aquellas que
16 Junto con la de Juan Santos Atahualpa.
14
traspasan la línea de lo meramente económico, situación que caracteriza a la
insurrección de Túpac Amaru.
Se mantuvo, entonces, al interior de la revolución de Tupac Amaru, el prestigio religioso
del Inca; se hizo uso de estas atribuciones para otorgar al pasado incaico la imagen de
una “Edad de Oro”, a la cual se merecía y ansiaba volver, ahora concebido como
esperanza recuperable. Desde mucho tiempo antes del estallido de la rebelión de Túpac
Amaru, la gente andina hablaba del tiempo del Inca como una época gloriosa.
De esta manera es como el mesianismo se relaciona con el movimiento popular
encabezado por Túpac Amaru II, ya que éste intentaba restablecer el orden que se había
dado en el tiempo del Inca. Este movimiento logró incitar el fervor del pueblo para
enfrentarse al orden español en el Perú. Por lo tanto, según Flores Galindo, el
milenarismo surge como un posible sustento de revueltas y rebeliones campesinas (Cf.
Flores Galindo, 1987: 28).
El gobierno colonial hizo todo cuanto pudo para arrancar de la memoria colectiva el
ejemplo de Túpac Amaru. En 1782, las autoridades españolas prohibieron cualquier
libro que otorgara a la época del Tahuantinsuyo la imagen de una Edad de Oro a la que
había que retornar. Por este motivo, la circulación de la obra Comentarios Reales del
Inca Garcilaso fue considerada políticamente peligrosa para la población. Pese a esto, el
recuerdo siguió vigente y la veneración al sistema incario y a sus próceres aún existe.
6. CONCLUSIÓN
Mediante esta investigación se ha podido conocer las distintas visiones e ideas de mundo
que tenían españoles e incas, pero, a la vez, se han comprobado los rasgos comunes
entre ambas ideologías respecto a religión y religiosidad, lo que nos lleva a sustentar la
15
hipótesis de que todas las religiones tienen las mismas bases, comprobándose con
algunos elementos, tales como: Mesías, diluvios, cataclismos, Pachacuti, fin del mundo.
Cuando se encuentran dos culturas que comparten elementos comunes, en este caso en
la religiosidad, se da un fenómeno de sincretismo cultural, proceso que, si bien ocurrió
en América, fue para ir en desmedro de las creencias de los pueblos originarios, ya que
fueron ellos los que, ya sea por imposición o simplemente por compartir su territorio con
otra cultura, debieron adoptar los caracteres religiosos provenientes de la ideología
judeo-cristiana; y no a los españoles tomar en cuenta los caracteres de la ideología
incaica, es más, los actos indígenas fueron acallados y, durante muchos años, se
castigaban como herejías.
Toda nuestra religiosidad está llena de actos indígenas, pero estos ritos están
enmascarados bajo la perspectiva católica, ocultando las tradiciones originarias. Estos
ritos los conocemos actualmente como pagano-religiosos, por ejemplo, la fiesta de la
Virgen de la Alta Gracia en Perú, en la cual bailan a la Virgen y al Inca. Los bailes son
de carácter guerrero, lo que no se asocia a la imagen de María, pero si a la del Inca. Éste
es el resultado del mestizaje cultural que se vivió durante la colonia, en que los
dominados filtraron los contenidos que se le imponían para seleccionarlos e imbricarlos
con las creencias y costumbres que acarreaban desde la época del Tahuantinsuyu.
Frente a todo surge el factor de la tolerancia: ¿acaso no hubiese sido distinto todo si,
desde un principio, es decir, si los primeros españoles llegados a América, hubiesen
practicado la tolerancia? Así como los españoles implantaron sus costumbres a los
aborígenes, nos dejaron como herencia a nosotros, los actuales americanos, la política
racista e intolerante que hasta el momento no hemos sido capaces de revertir.
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[D.H.R. / USACH]