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EL DESPERTAR MISIONERO "AD GENTES" EN AMERICA LATINA Presentación 1. Las perspectivas misioneras desde América Latina, Continente de la esperanza 2. El paso de una comunidad evangelizada a una comunidad evangelizadora 3. Las etapas de un proceso misionero 4. Aportaciones específicas para la misión "ad gentes" desde América Latina A modo de conclusión: De la nueva evangelización, a la misión "ad gentes" Juan Esquerda Bifet Decano de la Facultad de Misionología Pontificia Universidad Urbaniana. Roma

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EL DESPERTAR MISIONERO "AD GENTES" EN AMERICA LATINA

Presentación

1. Las perspectivas misioneras desde América Latina, Continente de la esperanza

2. El paso de una comunidad evangelizada a una comunidad evangelizadora

3. Las etapas de un proceso misionero

4. Aportaciones específicas para la misión "ad gentes" desde América Latina

A modo de conclusión: De la nueva evangelización, a la misión "ad gentes"

Juan Esquerda Bifet

Decano de la Facultad de Misionología

Pontificia Universidad Urbaniana. Roma

1

EL DESPERTAR MISIONERO "AD GENTES" EN AMERICA LATINA

Presentación

Reflexionar sobre una Iglesia particular o un conjunto de Iglesias

particulares, equivale siempre a entrar en sintonía con una historia de gracia

de una Iglesia, que es siempre misterio (como signo de la presencia de Cristo

resucitado), comunión y misión. Este el camino de una Iglesia peregrina, como

familia de hermanos, entre luces y sombras, apoyada en Cristo y tendiendo hacia

el encuentro definitivo de toda la humanidad con él. Cuando el concilio

Vaticano II describe este camino escatológico, presenta a la Iglesia como

"sacramento universal de salvación" (LG 48). La actitud eclesial de esperanza,

que es de confianza y tensión, es esencialmente misionera.1

América Latina ha sido llamada "continente de la esperanza". Este

calificativo la coloca necesariamente a nivel de misión universal, puesto que

la esperanza cristiana se apoya en Cristo resucitado, que es el punto de

referencia y de encuentro de toda la humanidad. Por esto América Latina ha sido

también llamada el "continente de la esperanza misionera".2

Mi estudio quiere presentar un hecho de gracia, que está teniendo lugar

especialmente desde los últimos años en toda América Latina: su despertar

misionero "ad gentes". No quiero decir con ello que hasta ahora no haya habido

misioneros latinoamericanos, sino que su número y su significación ha crecido y

se vislumbra un crecimiento todavía mayor, hasta el punto de poder hablar de un

despertar misionero de las Iglesias particulares en cuanto tales.3

No se trata de un simple elogio, como para aportar un dato más a la

celebración del Vº Centenario, sino de una reflexión que intenta valorar los

datos positivos en sus justos términos, sin ocultar limitaciones, e invitando,

al mismo tiempo, a acelerar el proceso de "nueva evangelización" precisamente

1    ? "La esperanza cristiana nos sostiene en nuestro compromiso a fondo para la nueva evangelización y para la misión universal" (RMi 86). "Renovar el espíritu de la misión es también recuperar su mística de itinerancia y provisoriedad" (S. GALILEA, La responsabilidad misionera de A.L., México, Misiones Culturales de B.C., 1981, p.30).

2    ? Mensaje del Papa en el COMLA 3. Cfr. América, llegó tu hora de ser evangelizadora, Bogotá 1983, n.5.

3    ? Entre los mártires del Japón, figura el mexicano San Felipe de Jesús, franciscano martirizado en Nagasaki, el 5 de febrero de 1597. Otras figuras misioneras latinoamericanas de la historia: R. BALLAN, Misioneros de la primera hora, grandes evangelizadores del Nuevo Mundo, Madrid, Edit. Mundo Negro 1991; AA.VV., Testigos de la fe en América Latina, Buenos Aires y Estella, Verbo Divino 1986.

2

en vistas a una colaboración más responsable respecto a la misión "ad gentes".

La situación actual de la Iglesia en América Latina, en cuanto a su

potencial evangelizador y a su vitalidad cristiana, es privilegiada. El paso o

el despertar de una comunidad evangelizada a una comunidad predominantemente

evangelizadora es providencial en el arribo a un tercer milenio de

cristianismo. Las etapas de este paso indican un proceso todavía en marcha,

especialmente en vistas al despertar misionero de las Iglesias particulares en

cuanto tales. Este proceso tiene una línea marcadamente mariana a partir de los

santuarios que son centros de renovación y de misión. En este despertar

misionero, América Latina aporta motivaciones nuevas para la misión "ad

gentes", que pueden servir de pauta para otras Iglesias particulares. La

formación misionera y los estudios misionológicos dejan entrever que América

Latina está avanzando serena y decididamente hacia una "nueva evangelización"

como base de una disponibilidad eclesial sin fronteras.4

Si es verdad que "la fe se fortalece dándola" (RMi 2), es también cierto

que el mejor modo de agradecerla y celebrarla consiste colaborar para que sea

un tesoro de toda la humanidad. El gozo de compartir el don gratuito de la fe

es expresión de esperanza auténtica. Sin un compromiso coherente con la misión

"ad gentes", el Vº Centenario perdería su significado más auténtico de

"celebrar a Cristo Salvador"5. Una celebración de fe considera el pasado como

una historia de gracia y de caminar de Iglesia peregrina, pero intenta

principalmente responder a los desafíos actuales con el modo de pensar, de

sentir y de querer de Cristo.

1. Las perspectivas misioneras desde América Latina, Continente de la esperanza

La situación histórica, cultural y religiosa de América Latina es

excepcional. El número de católicos latinoamericanos se acerca ya a la mitad

del número global. La población, "mayoritariamente joven" (Puebla 71), unos 500

millones de habitantes (con 88,50% católicos), equivale al 8,42% de la

humanidad. Se calcula que Asia alberga el 60% de la población mundial, mientras 4    ? Observé directamente el despertar misionero de A.L. ya desde el Congreso Eucarístico internacional de Bogotá y la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Medellín (1968). Desde entonces, mis servicios constantes al clero, Seminarios y demás instituciones del Continente, me han hecho palpar un resurgir que se ha ido acentuando desde los primeros Congresos Misioneros Latinoamericanos (desde 1977, en Torreón). Durante el Congreso de Tlaxcala (1983) dejé constancia escrita de mis observaciones sobre este despertar misionero. Segundo Congreso Misionero latinoamericano, II COMLA, México, Com.Ep. Mis. y OMPE 1983, pp. 245-252.

5    ? JUAN PABLO II, Disc. al COGECAL, 28 abril 1986: Insegnamenti X/1, 1987, 1447.

3

sólo el 2,60% son católicos. En Africa hay el 12,20% de la pobación mundial,

mientras el 13,60% son católicos. Sólo un 20% de la población mundial es

cristiana.

Las estadísticas, siendo tan importantes, no dejan traslucir toda la

realidad, ni la vitalidad religiosa y la trascendencia del continente

latinoamericano. Existen signos de renovación que van más allá de unos números

abstractos. Al mismo tiempo, existen signos que interpelan al continente de la

esperanza: nacimiento de nuevas comunides cristianas en Asia y Africa y la

necesidad urgente de nuevos misioneros, crisis vocacional en algunos países

cristianos de occidente, oscilación del "norte" al "sur" (y peso del

cristianismo en esta oscilación), mientras que Latinoamérica viene a

convertirse en el puente entre occidente y tercer mundo ...6

Juan Pablo II resume así su impresión personal después de numerosos

viajes pastorales: "He podido observar, personal y directamente, la vitalidad

de aquellas Iglesias, proyectadas con gran generosidad pastoral hacia el

próximo futuro, que para ellas tiene dos fechas clave, y que constituyen como

dos hitos radiantes de luz en su afanoso camino como portadoras del mensaje del

Evanglio a todos los hombres, el año 1992, quinto centenario de la llegada de

los primeros misioneros procedentes de España, y el año 2000, comienzo del

tercer milenio del cristianismo... La Iglesia en América Latina vive una

tensión espiritual y apostólica propia y ha entrado en un adviento especial,

para disponerse a celebrar a Cristo Salvador, cuyo mensaje llegó a las tierras

americanas va a hacer pronto 500 años".7

El aproximarse del tercer milenio del cristianismo hace de Latinoamérica

el continente de la esperanza para toda la Iglesia. Su despertar misionero es

algo que interesa a todos los cristianos en vistas a la tarea común de la

evangelización "ad gentes". Su destino es providencial. Su importancia puede

ser decisiva como estímulo para otras Iglesias locales. "El tercer milenio de

la historia de la Iglesia espera mucho de América Latina, a quien la divina

Providencia, en sus arcanos designios, podría llamar a desempeñar un papel

relevante en el mundo y en toda la obra de evangelización 'ad gentes'. Por

ello, en esta hora importante, os exhorto a un compromiso conjunto de Pastores

6    ? Cfr. Ha llegado tu hora, el deber misionero de América Latina, DEMIS-CELAM, Bogotá 1984; R. AUBRY. Signos indicadores (La misión "ad gentes" desde América Latina), DEMIS-CELAM, Bogotá 1984.

7    ? JUAN PABLO II, Disc. al COGECAL, 28 abril 1986: Insegnamenti X/1, 1987, 1447.

4

y fieles".8

Precisamente la invitación que hace Juan Pablo II en la encíclica

"Redemptoris Missio" a todas las Iglesia particulares, incluso jóvenes y

pobres, toma como ejemplo la orientación dada por el documento de Puebla para

toda América Latina (RMi 64, citando a Puebla 368).9

Al mismo tiempo, la situación de América Latina sigue siendo, en muchos

sectores, de primera evangelización. Aparte de los territorios que todavía

necesitan depender de la Congregacón para la Evangelización de los Pueblos, hay

que reconocer la insuficiencia de personal apostólico, sacerdotal, religioso y

laical10. Conviene también recordar que problablemente son unos 40 millones los

indígenas y 50 millones los afroamericanos (de los cuales, unos 37 millones en

Brasil), además de los numerosos asioamericanos y emigrantes de otras

religiones, que necesitan una acción misionera que llegue a sus raíces

culturales y a su situación concreta.11

En el momento histórico actual, se valora cada vez más la riqueza del

testimonio cristiano latinoamericano. Es una ocasión histórica tal vez 8    ? JUAN PABLO II, Disc. en Cartagena, Col., 6 julio 1986: Insegnamenti, IX/2, 1986, 190.

9    ? "Toda Iglesia particular debe abrirse generosamente a las necesidades de las demás... A este respecto, es ejemplar la declaración de los Obispos en Puebla: 'Finalmente, ha llegado para América Latina la hora... de proyectarse más allá de sus propias fronteras ad gentes. Es verdad que nosotros mismos necesitamos misioneros. Pero debmos dar desde nuestra pobreza'" (RMi 64; cfr. Puebla 368).

10    ? Según los últimos cálculos estadísticos, hay en América Latina el 42,42% de los católicos del mundo, mientras sólo disponen del 13,05% de sacerdotes. El número de católicos por sacerdote vendría a ser un promedio de 7.500 (o de 10.000 habitantes) (pero en Cuba sería de 20.000). En Italia serían 950 católicos por sacerdote. Para datos más precisos, ver: Annuarium statisticum Ecclesiae 1989 (edición de 1992).

11    ? En el mensaje de la cuaresma de 1992, Juan Pablo II denuncia una situación de injusticia, que supone no haber aplicado el evangelio, e invita a un compromiso evangelizador auténtico: "Cinco siglos de presencia del Evangelio en aquel continente no han logrado aún una equitativa distrribución de los bienes de la tierra; y ello es particularmente doloroso cuando se piensa en los más pobres entre los pobres: los grupos indígenas y junto con ellos muchos campesinos, heridos en su dignidad por se mantenidos incluso al margen del ejercicio de los más elementales derechos, que también forman parte de los bienes destinados a todos" (Osserv. Romano, edic. esp., 6 marzo 1992, p. 1). Estas orientaciones del Papa ponen en relación estrecha la evangelización "ad gentes" con la evangelización de situaciones y "ámbitos" especiales (cfr. RMi 37). "La doctrina social tiene de por sí el valor de un instrumento de evangelización; en cuanto tal, anuncia a Dios y su misterio de salvación en Cristo a todo hombre. Solamente bajo esta perspectiva se ocupa de lo demás" (CA 54)

5

irrepetible. "La Iglesia en Latinoamérica... está llamada a dar un alma

cristiana a esta situación de cambios audaces y acelerados"12. "La Iglesia de

toda América Latina, si mantiene su fidelidad a Cristo, podrá ser luz que

ilumine al mundo para que camine por el sendero de la solidaridad".13

Ante esta situación, cabe preguntarse sobre la dimensión misionera "ad

gentes" del quinto centenario. Sin esta dimensión, difícilmente se podría

celebrar la fe recibida. La invitación del Papa para una "nueva

evangelización", apunta a una renovación evangélica que se traduzca en "un gran

impulso misionero": "El próximo centenario... de la primera evangeliación nos

convoca a una nueva evangelización de América Latina, que despiegue con más

vigor - como la de los orígenes - un potencial de santidad, un gran impulso

misionero, una vasta creatividad catequética, una manifestación fecunda de

colegialidad y comunión, un combate evangélico de dignificación del hombre,

para generar, desde el seno de América Latina, un gran futuro de esperanza".14

La herencia recibida sólo se puede agradecer adecuadamente en la misma

línea de gratuidad con que se recibió: "La Iglesia de Dios... heredera de una

tan rica tradición evangelizadora, ha de seguir siendo siempre misionera"15.

"Sería una nueva gracia del Señor que, después de haber recibido tanto,

pudiéramos dar más a otros continentes que nos llaman: 'Ven a ayudarnos' (Act

16,9)".16

Los Sumos Pontífices han manifestado repetidamente la esperanza en la

misionariedad "ad gentes" de América Latina. Con ocasión de la 1ª Conferencia

del Episcopado Latinoamericano en Rio de Janeiro (1955), decía Pío XII:

"Abrigamos la gozosa esperanza de que América Latina se dispondrá en breve, con

un vigoroso empeño, a cumplir la misión que la Divina Providencia parece haber

confiado a ese inmenso continente, que se enorgullece de su fe católica, de

tomar parte preferente en la nobilísima tarea de comunicar, también a los demás

12    ? JUAN PABLO II, Disc. en Cartagena, Col., 6 julio 1986: Insegnamenti, IX/2, 1986, 192.

13    ? JUAN PABLO II, Buenos Aires, 10 abril 1987: Insegnamenti X/1, 1987, 1210-1211.

14    ? JUAN PABLO II, Aloc. 12 octubre 1984, a los obispos del CELAM: Insegnamenti, VII/2, 1984, 896.

15    ? JUAN PABLO II, Viedma, 7 abril 1987: Insegnamenti, X/1, 1987, 1136.

16    ? Ha llegado la hora. El deber misionero universal de América Latina, Bogotá, DEMIS-CELAM 1984, p.16. Esta es la conclusión del documento elaborado por un grupo de expertos misioneros de América Latina, convocados por el Departamento de Misiones del CELAM (25 de julio 1984).

6

pueblos, los preciosos dones de paz y salvación".17

La ayuda misionera que ha recibido y sigue recibiendo América Latina, ha

sido y es un fermento y un estímulo para despertar la responsabilidad misionera

de aquellas Iglesias locales. Decia Juan Pablo II, citando a Pío XII: "Estamos

seguros de que los beneficios ahora recibidos serán devueltos más tarde

considerablemente multiplicados. Llegará un día en que América Latina podrá

restituir a toda la Iglesia de Cristo lo que haya recibido".18

Los llamados de Juan Pablo II han sido constantes, con ocasión de viajes

pastorales y de mensajes en congresos de diversa índole. A veces se basan en el

mandato misionero de Cristo, que debe ser escuchado hoy por ser siempre actual:

"¡Iglesia de América Latina! Cristo te habla con las mismas palabras con las

que habló entonces (había citado Mc 16,15 y Act 1,8) y te envía a predicar la

Buena Nueva a toda criatura, lo mismo que envió a los Apóstoles el día de la

Ascensión"19. Otras veces, como en el COMLA 3 de Bogotá, el Papa estimula a

agradecer la fe recibida comunicándola: "América Latina... ha de saber

comunicar a los demás la fe recibida, compartiendo las gracias particulares que

han acompañado el don de la fe. Durante este medio milenio de vida cristiana en

América latina, el Espíritu Santo ha enriquecido con sus dones a las diversas

comunidades de creyentes concediéndoles grandes santos y numerosos misioneros.

De este modo se han ido preparando los caminos par apoder llevar ahora el

Evangelio al mundo de hoy".20

El aproximarse del tercer milenio de cristianismo, con los cambios

acelerados que se vislumbran y la potencialidad virtual de América Latina

respecto a la evangelización universal, hacen que el llamado del Papa se haga

más urgente: "Cuando está a punto de empezar el tercer milenio del

cristianismo, América ha de sentirse llamada a hacerse presente en la Iglesia

universal y en el mundo con una renovada acción evangelizadora, que muestre la

potencia del amor de Cristo a todos los hombres y siembre la esperanza

cristiana en tantos corazones sedientos del Dios vivo"21. Se trata de "la hora

misionera" de América Latina, a modo de "kairós": "Ha llegado para toda América 17    ? PIO XII, "Ad Ecclesiam Christi", 29 julio 1955: AAS 47, 1955, 541.

18    ? JUAN PABLO II, Disc. al CELAM, Rio de Janeiro, 2 de julio 1980, en el 25º año de este organismo: Insegnamenti III/2, 1980, 32. Cita a Pío XII: "Ad Ecclesiam Christi", 29 julio 1955: AAS 47, 1955, 539-544.

19    ? JUAN PABLO II, Clausura V Congreso Eucarístico y Mariano de los países bolivarianos, Lima, 15 mayo 1988: Insegnamenti XI/2, 1988, 1426.

20    ? JUAN PABLO II, Mensaje al COMLA 3, 6 julio 1987: Insegnamenti X/3, 1987, 35-39.

7

Latina la hora de emprender una evangelización sin fronteras"22. "Vuestra 'hora

misionera'... es el compromiso de una herencia recibida".23

Todos estos llamados se podrían resumir en el que formuló el Cardenal

Josef Tomko en el discurso inaugural del COMLA 3 en Bogotá: "Hoy, a la luz de

los signos de los tiempos, el Espíritu llama a la Iglesia en América Latina, a

todas y cada una de las Iglesias particulares, a sus comunidades, presbíteros,

religiosos, organismos y a todos y casda uno de los bautizados, a responder de

manera decidida y sin reservas a su compromiso asumido en Puebla... En nombre

de Cristo, de la Iglesia universal, del Santo Padre, en nombre de la multitud

de hombres pobres de Cristo, os exhorto, os convoco, hermanos, a asumir esta

responsabilidad".24

La respuesta a estos llamados debe provenir de una lógica evangélica. Si

América Latina no da desde su pobreza, quedará definitivamente empobrecida.

"Debemos entrar en una óptica nueva, superar los miedos y reticencias, y

aferrarnos a la lógica del Evangelio. Lejos de empobrecernos, esta generosa

apertura misionera es gracia de renovación y de estímulo para nuestras

comunidades cristianas".25

La respuesta generosa de América Latina al llamado del Papa sobre la

cercanía a los pobres, es un signo de que sabrá responder al mismo llamado

sobre la solidaridad con los más pobres, es decir, con los que no han recibido

todavía el anuncio evangélico. Se trata de ir a los doblemente pobres, es

decir, a otras Iglesias o comunidades no suficientemente implantadas y,

consiguientemente, que carecen de los signos permanentes de Cristo resucitado.

2. El paso de una comunidad evangelizada a una comunidad evangelizadora

Es relativamente fácil constatar que en América Latina se ha progresado

aceleradamente respecto a la colaboración apostólica para la evangelización "ad

21    ? JUAN PABLO II, Salta, Argentina, 8 abril 1987: Insegnamenti X/1, 1987, 1179.

22    ? JUAN PABLO II, Discurso en la catedral Bogotá, 1 julio 1986: Insegnamenti, IX/2, 1986, 23.

23    ? JUAN PABLO II, Discurso en Tumaco, 4 julio 1986, Insegnamenti IX/2, 1986, 105.

24    ? Cfr América, llegó tu hora de ser evangelizadora, Bogotá, COMLA 3, 1988, p. 33.

25    ? Card. Juan Landázuri Ricketts, en: Convocatoria del COMLA 4, Lima OMP 1989. Ver las actas y documentos del Congreso: Memorias del COMLA 4, Lima, Obras Misionales Pontificias 1991, pp. 20-24.

8

gentes". El proceso parece incluso sorprente y muy prometedor para el futuro.

Se está saliendo de un círculo vicioso, que consistiría en pensar que no se

puede dar personal apostólico mientras no se tenga un número suficientemente de

apóstoles (lo cual se convertiría en un empobrecimiento sistemático).

De todos es sabido que el continente de la esperanza ha sido durante

siglos punto de llegada de miles de misioneros. Esta ayuda generosa desde otras

Iglesias se incrementó considerablemente como respuesta a las invitaciones de

Pío XII, de Juan XXIII y de Pablo VI, y continúa siendo una realidad laudable.26

Una impresión generalizada, que tiene su fundamento objetivo, era y en

parte sigue siendo la siguiente: "La situación misionera 'al exterior', fuera

de las fronteras de las Iglesia locales (misión 'ad gentes') deja en América

Latina dudas inquietantes sobre su madurez misionera y por tanto católica".27

En estos últimos años se constata un cambio. En 1990, un voz autorizada,

el arzobispo de Lima, con ocasión del COMLA 4, afirmaba que se ha realizado una

"apertura universalista", la cual "es parte de la dinámica propia de una

Iglesia que, superando siglos de dependencia misionera, adquiere madurez y

significación".28

Los obispos colombianos, en su pastoral sobre la celebración de los

quinientos años de evangelización, constatan "una Iglesia cuya vida se

manifiesta... en el comienzo esperanzador de su aporte para la misión 'ad

gentes'".29

El documento "Instrumento preparatorio" para la IV Conferencia General

del Episcopado Latinoamericano (Santo Domingo 1992), deja constancia

sintéticamente de un resurgir misionero "ad gentes": "Puebla optó porque la

Iglesia latinoamericana fuera una Iglesia misionera... tanto al interior de

nuestro continente como "ad gentes". Se puede hablar de un crecimiento del 26    ? Juan XXIII envió una carta autógrafa a los obispos españoles (17 de noviembre de 1962), en la que hacía una llamada urgente para enviar sacerdotes a A.L. El episcopado español elaboró un plan para enviar 1.500 sacerdotes durante los años 1963-1965 (mil sacerdotes y quinientos seminaristas teólogos). Cfr. Hispanoamérica -87, 25 años de una llamada, "Mensaje Iberoamericadno" n. 255, extraordinario (feb. 1987).

27    ? S. GALILEA, La responsabilidad misionera de América Latina, o.c., p. 25.

28    ? A. VARGAS ALZAMORA, Arz. de Lima, 30 agosto 1990, prólogo a: El valor de salir (de R. Ballán, Lima, OMP 1990).

29    ? Exhort. Pastoral de los Obispos de Colombia, sobre los 500 años de evangelización de América, 12 oct. 1991, "Osserv. Rom." (esp.), 10 enero 1992 , pp. 11-12. En la conclusión añaden un compromiso explícito: "Trabajaremos con renovado interés porque la Iglesia colombiana, como muesra de agradecimiento por la fe recibida, la lleve a otras tierras, a otros hombres y mujeres que no conocen a Cristo".

9

espíritu misionero en América Latina actualmente... A la base de este esfuerzo

está la solidaridad nacida de la conciencia de Iglesia universal... Se está

multiplicando en América Latina el envío de presbíteros, religisoso, religiosas

y laicos como misioneros a otros continentes. Para ello se han fundado

congregaciones religiosas y hay diócesis que lo hacen de una manera sistemática

y organizada. Otros hechos positivos en este campo son la creación de

asociaciones de laicos misioneros y la realización de cursos especializados

para preparar misioneros ad gentes".30

Hay que constatar en América Latina un aumento considerable de vocaciones

sacerdotales, que repercute favorablemente en vocaciones religiosas y de laicos

comprometidos. A todas luces este aumento es debido especialmente al hecho de

haber acentuado la dimensión evangelizadora del sacerdocio y de la vida

consagrada y laical. Si no hubiera continuidad en esta línea "ad gentes" de la

pastoral vocacional o no hubiera generosidad para dar estas vocaciones a otras

Iglesias más pobres, ciertamente su número decrecería en los próximos años.31

El encuentro organizado por el DEMIS-CELAM, durante los días 5-8 de

febrero de 1992, en el que tomaron parte representantes de las Conferencias

Episcopales (Departamentos de Misiones) y directores de las Obras Misionales

Pontificias, hace una resumen del tono misionero actual: "La Iglesia en América

Latina está viviendo una hora de gracia, que se manifiesta en el florecimiento

de las vocaciones, en las salidas recientes de grupos de misioneros ad gentes,

en nuevos movimientos e iniciativas apostólicas, en el fervor de las

comunidades cristianas, especialmente comunidades eclesiales de base, y en el

valor de tantos profetas y mártires que arriesgaron y ofrecieron su vida para

defender a los pobres y liberar a los oprimidos. Con razón la Iglesia considera

a América Latina "el continente de la esperanza". Esta hora privilegiada debe

ser aprovechada".32

No se ha hecho el recuento exacto del personal apostólico latinoamericano 30    ? CELAM (IV Conferencia), Instrumento preparatorio, Elementos para una reflexión pastoral en preparación de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Santo Domingo 1992, nn. 776-783.

31    ? Según el anuario de estadísticas de 1989 (publicado en 1992 por la Secretaría de Estado), el número global de sacerdotes diocesanos y religiosos es de 53.177. Hermanos: 8.882. Religiosas: 128.051. Candidatos en Filosofía y Teología, diocesanos y religiosos: 24.406. Las cifras van en aumento respecto a años anteriores. Pero se constata la disminución de vocaciones en algunos Institutos religiosos, probablemente debido a una problemática interna de crítica no constructiva respecto a la Iglesia o también por poca vivencia evangélica. La relación entre la abundación de vocaciones y su orientación universalista ha sido recalcado por el documento: Desarrollos de las vocaciones en las Iglesias particulares (Obra Pontificia para las vocaciones eclesiásticas), Roma 1992, n. 46.

10

que presta sus servicios fuera, en otras Iglesias más necesitadas del

continente. Este es un servicio que merece tenerse en cuenta a la hora de

valorar la aportación misionera de América Latina, analógicamente a como se

valora el personal misionero venido al continente latinoamericano desde fuera.

Pero en nuestro estudio nos ceñimos al personal enviado a Iglesias más

necesitadas de Africa, Asia y Oceanía. Este personal misionero, al que

aplicamos de modo especial el calificativo de misioneros "ad gentes", es el que

ha ido creciendo durante los últimos años, pero no se ha podido hacer la

estadística completa y precisa. En 1987, con ocasión del COMLA 3 en Bogotá, se

daba la cifra de 2.000; hoy son aproximadamente 3.000 misioneros (entre los

200.000 misioneros de toda la Iglesia).33

Hay que notar que el personal enviado tiene procedencias muy diversas:

Ordenes Religiosas misionando en A.L. ya desde el comienzo de la evangelización

(franciscanos, dominicos, jesuitas, mercedarios, agustinos, carmelitas, etc.)34,

Institutos misioneros fundados en el mismo continente y que tienen misiones "ad

gentes"35, Institutos misioneros venidos de fuera y que ya tienen vocaciones

latinoamericanas trabajando fuera36, diócesis que han comenzado sistemáticamente

32    ? Aporte misionero de las Comisiones Episcopales de Misiones y de las Obras Misionales Pontificias de A.L. para la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo 1992, Santa Fe de Bogotá, DEMIS-CELAM, 5-8 febrero 1992.

33    ? Ver datos concretos, especificados por Institutos, países, etc. en: R. BALLAN, El valor de salir, la apertura de América Latina a la misión universal, Lima, Edic. Paulinas 1990, pp.146-150. Algunos datos que especifico en mi estudio los he recibido este mismo año (1992) de algunos Directores de las Obras Misionales Pontificias de A.L. o directamente de las Instituciones.

34    ? Ha habido y sigue habiendo siempre personal misionero de estas Ordenes trabajando en otros continentes.

35    ? México: Misioneros de Guadalupe (123, de los cuales 63 en países de misión), Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento (36 latinoamericanas en países de misión y 113 misioneras nativas de esos países), Misioneros de Cristo, Instituto para misioneros seglares (IMIS), Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús "Ad Gentes", Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo, etc. Colombia: Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal (179, de los cuales 36 en Africa), Misioneras de Santa Teresita (unas 600, con 17 en Africa), Hermanas Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias, Misioneras de María Inmaculada (de la Madre Laura) (unas 980, con 15 en Africa). Brasil: Misioneras de Jesús Crucificado (1.200).

36    ? Franciscanas Misioneras de María (unas 20 latinoamericanas en Africa), Siervas del Espíritu Santo (unas 22 latinoamericanas fuera del Continente en países de misión), Misioneros del Verbo Divino (unos 30 latinoamericanos en países de misión), Misioneros de la Consolata (40 latinoamericanos en Africa), Misioneras de la Consolata (39 latinoamericanas en Africa), Misioneros Combonianos (61 latinoamericanos en Africa), Misioneras Combonianas (116

11

la ayuda de Iglesias hermanas (sacerdotes "fidei donum" y también seglares)37,

otras instituciones religiosas que ya tienen misioneros latinoamericanos "ad

gentes"38.

El hecho de dar misioneros "ad gentes" y de enviar personal a otras

Iglesias más necesitadas del continente, ha mejorado la distribución de los

apóstoles en las propias Iglesias locales.39

Conviene recordar que otras Iglesias locales más pobres y más jóvenes han

demostrado una buena generosidad misionera, incluso hasta el punto de fundar

Institutos misioneros autóctonos (Filipinas, India, Corea, Nigeria, Kenya...).

Algunos de estos misioneros (asiáticos principalmente) realizan su servicio en

América Latina. De ellos se puede afirmar que, "a pesar de su pobreza que es

mayor... han entendido que la Iglesia, porque es Iglesia, desde que nace debe

ser misionera".40

Es interesante constatar que las ayudas misioneras han llegado (también a

latinoamericanas, con 38 en Africa), Misioneros Javerianos (de 133 latinoamericanos, 22 en países de misión), Misioneras Javerianas, Sociedad de las Misiones de Africa, Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) etc.

37    ? Hay diócesis de México, Colombia, Brasil, Argentina, etc., que han enviado sacerdotes diocesanos (y laicos) como ayuda de Iglesia a Iglesia.

38    ? Hijas de María Auxiliadora (35 latinoamericanas trabajando en Africa y Asia), Dominicas de la Presentación (21 latinoamericanas en Africa), Terciarios y Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia (30 misioneras latinoamericanas entre Africa y Asia), Salesianos (54 latinoamericanos en Africa y Asia), Hermanos Maristas (43 latinoamericanos entre Africa y Corea), Instituto Apostólico "Verbum Dei" (8 miembros latinoamericanos en países de misión), Carmelitas Misioneras y Carmelitas Misioneras Teresianas, Compañía de Santa Teresa, Dominicas de la Anunciata (misiones en Africa Asia), Hermanas ICAS (8 misioneras en Angola), Misioneras de Nuestra Señora de la Luz (con personal en Angola), Misioneras eucarísticas de la Santísima Trinidad (con personal en Japón), Escolapias, etc. Hay que resaltar la aportación de algunas naciones concretas: Brasil con 900 misioneros fuera de sus fronteras, de los cuales 411 entre Africa, Asia y Oceanía; México con 922 misioneros y misioneras fuera del Continente; Colombia con 175 (pero un total de 278 contando el personal enviado fuera de Colombia). El Seminario Intermisional de Bogotá tiene, en 1992, 94 seminaristas provenientes de 13 jurisdicciones misionales de Colombia.

39    ? A. DE SILVA, Intercomunhâo das Igrejas locais e distribuçâo dos agentes de evangelizaçâo, "Igreja e Missâo" 34 (1982) 263-295;J. ESQUERDA BIFET, La distribución del clero, Burgos 1972. Idem, Cooperación entre Iglesias particulares y distribución de efectivos apostólicos, "Euntes Docete" 34 (1981) 427-454 (comentario a "Postquam Apostoli").

40    ? Card. J. TOMKO, Discurso inaugural del COMLA 3: América llegó tu hora, o.c., Bogotá 1988, pp. 15-39. El Prefecto del Dicasterio Misionero ofrece datos estadísticos de misioneros "ad gentes" procedentes de Filipinas (1.100), India (más de dos mil), Japón (350), Corea, Thailandia, Vietnam, Taiwan y algunas naciones de Africa (Nigeria, Mauricio, Tanzania, Kenya, etc.).

12

América Latina) desde naciones del este de Europa durante los años de

persecución, especialmente de Polonia y Croacia.41

3. Las etapas de un proceso misionero

El crecimiento del espíritu y de la colaboración misionera en América

Latina ha tenido y sigue teniendo una preparación, unos estímulos y unas ayudas

peculiares, sin lo cual sería tal vez inexplicable.

Las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano han sido un

factor determinante: Rio de Janeiro (1955), Medellín (1968), Puebla (1979),

Santo Domingo (1992). En la primera Conferencia de Rio de Janeiro, el Papa Pío

XII estimuló a esta apertura con un anuncio profético: "Llegará un día en que

América Latina podrá restituir a toda la Iglesia de Cristo lo que haya

recibido"42. Medellín, sin hablar directamente sobre la misión "ad gentes",

abrió los cauces a una ayuda especial entre Iglesias de América Latina basada

en la comunión de Iglesia universal43.

El documento de Puebla (1979) ha dejado constancia de una apertura

decidida de América Latina a la misión "ad gentes", dentro de sus opciones

pastorales. El texto es ya conocido como texto programático y se ha ido

repitiendo en documentos del magisterio local y universal, así como en

congresos y encuentros misioneros. El Papa Juan Pablo II lo ha citado repetidas

veces y de modo especial en la encíclica "Redemptoris Missio": "Es ejemplar

(dice el Papa) la declaración de los Obispos en Puebla: 'Finalmente, ha llegado

para América Latina la hora... de proyectarse más allá de sus propias

fronteras, ad gentes. Es verdad que nosotros mismos necesitamos misioneros.

Pero debemos dar desde nuestra pobreza".44

41    ? Dos Tesis de doctorado, presentadas en la Universidad Urbaniana durante el año 1992, han demostrado la valiosa aportación misionera de Iglesias perseguidas, especialmente por parte del clero diocesano: "La missionarietà del sacerdote diocesano dall'enciclica 'Fidei donum' all'enciclica 'Redemptoris Missio', applicata alla Chiesa in Polonia" (Andrzej Bakalarz); "Il movimiento missionario del clero diocesano nella Chiesa: croati nel contesto storico-teologico" (Ivancic Stipe).

42    ? PIO XII: "Ad Ecclesiam Christi", 29 julio 1955: AAS 47, 1955, 539-544. Citado por Juan Pablo II, Disc. al CELAM, Rio de Janeiro, 2 de julio 1980, en el 25 año de este organismo: Insegnamenti III/2, 1980, 32.

43    ? J.F. GORSKI, El desarrollo histórico de la misionología en América Latina, La Paz 1985; Idem, Aporte misionero de Medellín, en: Medellín, reflexiones en el CELAM, Madrid, BAC 1977, 225-243.

44    ? "Redemptoris Missio" n. 64. Documento de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, México, 2941 (368). La encíclica misionera cita también a Puebla en el tema de la cercanía a los pobres (RMi 60,

13

La IV Conferencia General que tiene lugar en Santo Domingo (octubre de

1992) apunta a un objetivo evangelizador señalado por Juan Pablo II: "Nueva

evangelización, promoción humana, cultura cristiana". El tema se afronta a

partir de una visión de fe: "Jesucristo ayer, hoy y siempre" (cfr. Heb. 13,8).

La "nueva evangelización", descrita por el Papa en "Redemptoris Missio", es una

renovación de la comunidad cristiana (que abarca los campos geográficos,

sociológicos y culturales) en vistas a una disponibilidad misionera universal.

Los documentos preparatorios y de consulta no dejan de indicar también la pista

de evangelización "ad gentes"45. Es importante tener en cuenta el aporte

misionero presentado por el DEMIS-CELAM en febrero de 1992.46

Los Congresos Misioneros han sido determinantes para el despertar y el

compromiso misionero de América Latina. Algunos se han venido realizando

periódicamente a nivel nacional (México, Perú, Colombia, Argentina, Ecuador,

Brasil, Bolivia...), organizados por las Obras Misionales Pontificias. Los que

han tenido repercusión a nivel continental e incluso mundial, son los Congresos

Misioneros Latinoamericanos (COMLA): Torreón y Tlaxcala (México)

respectivamente en 1977 y 1983; Bogotá en 1987; Lima en 1991. Se prepara el

próximo en Brasil (para 1995). Su finalidad ha quedado señalada con precisión:

"La finalidad de los COMLA es la coordinación de los esfuerzos a nivel

continental, para animar a las Iglesias locales en América Latina a asumir su

propia responsabilidad misionera en la tarea de la evangelización de todos los

Puebla 1142). Ver el contexto misionero del texto de Puebla y la repercusión posterior en: R. BALLAN, o.c., pp. 103-106. El estudio de F. GORSKI (El desarrollo histórico de la misionología en A.L.) llega a esta conclusión: "Estas palabras de Puebla constituyen la declaración más clara de la historia del Episcopado latinoamericano sobre su responsabilidad misionera universal. Son la respuesta, después de casi una generación, a la esperanza formulada por el Papa Pío XII antes de la Conferencia de Rio en 1955" (o.c., 299).

45    ? Ver "Instrumento preparatorio", segunda edición, nn. 776-785 (Iglesia misionera). AA.VV., Hacia la cuarta conferencia, Santa Fe de Bogotá, CELAM 1992. Ver otros documentos: CELAM (IV Conferencia General), Nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana, Glosas y comentarios (Texto auxiliar del Documento de Consulta) Bogotá 1991; Memoria indígena (Texto auxiliar del Documento de Consulta), Bogotá 1991; Documento de consulta, nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana, Santo Domingo 1992; Instrumento preparatorio, Elementos para una reflexión pastoral en preparación de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Santo Domingo 1992.

46    ? Ver el documento citado anteriormente. Al final de este apartado, me refiero al encuentro y a su documento, como un jalón importante en el proceso misionero que nos ocupa, puesto que se trata de un estudio conjunto por parte de las Comisiones Episcopales (DEMIS-CELAM) y de las Obras Misionales Pontificias.

14

pueblos".47

El COMLA 1 (Torreón, México, 1977) comenzó siendo el nacional número

siete de México, promovido por las Obras Misionales Pontificias (cuyo Director

era Mons. Enrique Mejía) y la Comisión Episcopal de Misiones (cuyo presidente

era Mons. Luís Munive). Constatamos este hecho porque fue un despertar

misionero a nivel continental con consecuencias que tal vez no se podían prever

en aquel momento. La idea que más se amplió fue la afirmación conciliar del

Vaticano II: Iglesia "sacramento universal de salvación" (AG 1). El mensaje del

Papa Pablo VI indicó el ámbito continental de la responsabilidad misionera "ad

gentes": "La integración de vuestras iniciativas en un cuadro más amplio, que

haga de toda la Iglesia latinoamericana una Iglesia misionera".48

El COMLA 2 (Tlaxcala, México, 1983), bajo el lema "Con María, misioneros

de Cristo" (citado por el Mensaje de Juan Pablo II), intentaba este objetivo:

Incrementar la Animación Misionera en las Iglesias particulares de América

latina, para lograr con María, Madre y Modelo, una mayor cooperación al

servicio de la Iglesia, en su exigencia salvífica de hacer presente a Cristo en

todo el mundo. El organizador y anfitrión del Congreso, Mons. Luís Munive

(Presidente por entonces del DEMIS-CELAM) concretó todavía más: "El compromiso

misionero ad extra será una prueba de la autenticidad y validez de la

evangelización de América Latina ad intra"49. El radiomensaje de Juan Pablo II

(17 de mayo de 1983) invitó a abrir horizontes en la línea de Puebla: "Quieren

ofrecer con este encuentro eclesial una válida respuesta de la Iglesia en

América Latina a la misión evangelizadora de la Iglesia universal. Y quieren

hacerlo comprometiéndose, junto con María, modelo y primera evangelizadora de

América, en una más eficaz cooperación en la maravillosa tarea de hacer

presente a Cristo en todo el mundo... Esta apertura hacia el mundo misionero

será sin duda en beneficio del crecimiento de la vitalidad cristiana y del

aumento, también para vuestras diócesis, de nuevas y dinámicas vocaciones que

os enriquecerán a vosotros y a toda la Iglesia... Llevad el afán misionero de

Cristo siempre y a todas partes, para que el hombre de nuestro tiempo encuentre

47    ? COMLA 4, Lima, OMP 1989, p. 7.

48    ? Insegnamenti XV 1977, 1084-1085. Ver: V. TURRI, En Torreón nace un compromiso, "Esquila Misional" (México), enero 1978, 24-31.

49    ? Citado por BALLAN, o.c., p. 126-127. Ver crónica y conferencias del Congreso en: COMLA II, Segundo Congreso Misionero Latinoamericano, México, CEM y OMPE 1983.

15

en El la respuesta a sus angustias, esperanzas y aspiraciones. Para que

encuentre a Cristo y lo reconozca como su único y pleno Salvador".50

El COMLA 3 (Bogotá, 1987) tenía un lema muy sugestivo que glosó el Papa

en su mensaje: "América, llegó tu hora de ser evangelizadora", "América quiere

compartir su fe". El objetivo apuntaba ya al Vº Centenario: Impulsar en las

Iglesias particulares de América latina su sentido misionero para que, con

motivo del V Centenario de su evangelización, realicen el propósito expresado

en Puebla, de proyectarse más allá de sus propias fronteras. Hago mía la

observación de un misionero y escritor: "El Congreso de Bogotá vio el mismo

problema (de la misión) como una necesidad vital para la existencia misma de la

Iglesia en América Latina"51. Entre las aportaciones doctrinales del Congreso,

además del mensaje del Santo Padre, hay que destacar la llamada apremiante del

Card. Tomko, a la que ya hemos aludido al comenzar nuestra reflexión: "el

Espíritu llama a la Iglesia en América Latina... a responder de manera decidida

y sin reservas a su compromiso asumido en Puebla..."52. La conferencia de Mons.

Aubry abordó directamente nuestro tema: "El compromiso misionero de América

Latina a los 500 años de su primera evangelización".53

El mensaje de Juan Pablo II al COMLA 3 de Bogotá es una síntesis de todas

las expectativas sobre la misión "ad gentes" a partir de América Latina. El

Papa glosó el lema del Congreso ("América, llegó tu hora de ser

50    ? Insegnamenti, VI/1, 1983, 1258-1260. Ver en COMLA II, o.c., p. 7-8. Dejé constancia de mi impresión del COMLA 2 en la inauguración del Centro Latinoamericano de Espiritualidad y Animación Misionera (CLAEM), que tuvo lugar al final del Congreso: "Ha habido doctrina clara, entusiasta y honda. Ha habido también participación responsable, preparada adecuadamente y representativa de toda Latinoamérica, además de otros Continentes. El fruto de los trabajos de años anteriores se ha dejado sentir, sobre todo con el eco o la presencia de misioneros que ya partieron" (ibidem, p. 245).

51    ? R. BALLAN, El valor de salir, o.c., p. 96. Ver crónica, conferencias y otras aportaciones en: América, llegó tu hora de ser evangelizadora, COMLA 3, Bogotá 1988. El Congreso, debido a la afluencia de asistentes, tenía dos sedes con temarios parecidos. Las Obras Misionales Pontificias de Colombia (con su Director el P. Manuel Agudelo y con sus colaboradores) hicieron una labor extraordinaria.

52    ? Hizo también la llamada a darse desde la propia pobreza a "los hermanos que son doblemente pobres" (América, llegó tu hora..., COMLA 3, n.5).

53    ? América, llegó tu hora, o.c., cap. II, pp. 75-98. Después de recoger la invitación de Juan Pablo II sobre la nueva evangelización y de presentar las situaciones internas misioneras en A.L., traza las líneas de la misión "ad gentes" desde el continente latinoamericano: es su vocación histórica, es misión que nace de la Pascua, vitaliza a las Iglesias locales, la misión "ad gentes" nace de nuestra misma pobreza y, por ello, tiene unas características peculiares que son eminentemente evangélicas.

16

evangelizadora") haciendo hincapié en la necesidad de despertar la conciencia

misionera de la Iglesia particular. Se trata de "impulsar en las Iglesias

particulares de América Latina el sentido misionero", para que puedan

"concretar su compromiso de proyectarse más allá de sus fronteras". Las

orientaciones de Juan Pablo II indican el sentido misionero "ad gentes" del Vº

Centenario y de la llegada el tercer milenio: "Al final del segundo milenio

cristiano, la Iglesia, que es 'misionera por naturaleza', no puede cerrar los

ojos a semejante panorama y a tales exigencias. Para que América Latina pueda

responder a este permanente llamado que hace la Iglesia universal, ha de saber

comunicar a los demás la fe recibida, compartiendo las gracias particulares que

han acompañado el don de la fe. Durante este medio milenio de vida cristiana en

América Latina, el Espíritu Santo ha enriquecido con sus dones a las diversas

comunidades de creyentes concediéndoles grandes santos y numerosos misioneros.

De este modo se han ido preparando los caminos para poder llevar ahora el

Evangelio al mundo de hoy, en todos sus espacios y ambientes. No se puede

olvidar que vuestra hora misionera es el compromiso de una herencia recibida".

En el marco de la Iglesia particular, el Papa señala la responsabilidad

peculiar de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos.54

El COMLA 4 (Lima, Perú, 1991) quiso profundizar en un compromiso

misionero a partir de la fe: "América Latina, desde tu fe envía misioneros". La

celebración del Congreso fue preparada durante tres años, llegando a

concientizar misionalmente a amplios sectores de América Latina en vistas al Vª

Centenario, a la IV Conferencia General del Episcopado en Santo Domingo (para

el año 1992) y al tercer milenio del cristianismo. En el Congreso de Lima se

asumieron y perfeccionaron los compromisos misioneros de los Congresos

anteriores. La nota característica del COMLA 4 fue el tono de animación

misionera masiva, para llegar a todos los sectores del Pueblo de Dios,

concretándolo todo en estos puntos: acción, animación, formación y

organización. El Cardenal José Tomko, Prefecto de la Congregación para la

Evangelización de los Pueblos y enviado especial del Santo Padre, relacionó los

objetivos del presente COMLA en relación al anterior: "Si en el tercer COMLA,

celebrado en Bogotá, se fijó como objetivo el dinamizar una respuesta eficaz al

compromiso misionero de la Iglesia universal que está en el Continente, para

dar 'desde su pobreza', este Congreso tiene ahora la responsabilidad de motivar

a todas las fuerzas eclesiales de América Latina, para que 'dé desde su

54    ? América, llegó tu hora de ser evangelizadora, COMLA 3, Bogotá 1988, pp. 9-14. Insegnamenti, X/3 (1987) 35-39.

17

riqueza'... desde la riqueza de su fe".55

El Mensaje del Papa, citando pasajes de la reciente encíclica misionera

"Redemptoris Missio", trazó unas pautas concretas y estimulantes. Hizo alusión

a la ayuda misionera ya presentada, como fruto de anteriores Congresos: "Hoy

son numerosos los misioneros latinoamericanos que están evangelizando en los

cinco Continentes y a ello han contribuido ciertamente esos Congresos, así como

la oración, sacrificios y entrega desinteresada de tantas personas. Pero este

número, lo sabéis bien, no es suficiente". Citando "Redemptoris Missio" n. 3

sobre el mandato de Cristo, añade: "Os invito a cumplir este deber misionero

universal para poder afrontar más evangélicamente vuestra realidad". Alude

también a los numerosos misioneros santos de la historia latinoamericana, para

preguntar: "¿Qué mejor modo de conservar la herencia cristiana recibida de

vuestros santos, que comprometerse a compartir estos dones de Dios con otros

pueblos?". Como en mensajes anteriores, el Papa invita a considerar los

Santuarios Marianos como fermento de renovación y de evangelización sin

fronteras.56

Los discursos de Juan Pablo II en sus viajes pastorales (además de los

mensajes ya citados con ocasión de los COMLA) son un arsenal de doctrina

misionera "ad gentes", a modo de catequesis constante y progresiva para formar

la conciencia de las Iglesias particulares y de todas las personas y sectores

del Pueblo de Dios. Casi siempre se trata de un llamado a una apertura "ad

gentes", con ocasión de preparar el Vº Centenario. Hemos ido citando fragmentos

de estos llamados realizados en localidades que ya han pasado a la memoria

misionera de nuestro tiempo: Haití, Santo Domingo, Brasilia, Piura, Iquitos,

Chiquinquirá, Cartagena, Tumaco, Maipú, Puerto Montt, Viedma, Salta, Salto,

Sucre, Trinidad, Encarnación, Veracruz...57

Juan Pablo II, durante todos sus viajes a América Latina, desde 1979, ha

ido invitando a una apertura responsable hacia la evangelización universal.

Sería fácil ir siguiendo, país por país, estos llamados misioneros. Será muy

55    ? Cfr. Memorias del COMLA 4, Lima, Obras Misionales Pontificias 1991. La publicación recoge todo el material: preparación, discursos, conferencias, homilías, testimonios, crónica y otros documentos. La dirección (P. M. Mazzoni) y colaboradores de las OMP apuntaron a motivar las diversas vocaciones y sectores. Se ha notado especialmente en los congresos misioneros de seminaristas.

56    ? Mensaje de Juan Pablo II en: Memorias del COMLA 4, o.c., pp. 82-84.

57    ? Ver los discursos del Papa, además de "Insegnamenti", en las publicaciones de cada nación visitada. R. BALLAN hace un balance muy completo, a partir de unos 500 documentos, en: El valor de salir, o.c., primera parte, primera sección.

18

útil analizar este catecismo misionero distinguiendo vocaciones y sectores. Los

mensajes dirigidos a los COMLA ya los hemos resumido anteriormente. El Papa

acentúa el deber misionero especialmente de las Iglesias particulares, llamando

la atención de las Conferencias Episcopales y de los Obispos en particular58. La

vocación y el ministerio sacerdotal tienen necesariamente derivación "ad

gentes", por el hecho de participar en la misma misión de Cristo y por su

pertenencia a la Iglesia particular y su colaboración estrecha con los Obispo59.

La vida consagrada y contemplativa equivale a una disponibilidad permanente

(oraciones, sacrificio y colaboración) para la Iglesia universal60. La vocación

laical es también un compromiso misionero sin fronteras aplicado especialmente

al hecho de ser fermento evangélico en las estructuras humanas.61

A estas responsabilidades misioneras según las diversas vocaciones, el

Papa señala también la aportación para la evangelización "ad gentes" por parte

de diversos grupos de personas. Los indígenas serán sensibles al hecho de haber

recibido la fe en medio de dificultades (todavía existentes), haciéndose

responsables de la misión universal, como señal de madurez62. Los jóvenes serán 58    ? Ver especialmente el Mensaje al COMLA 3 (1987) que ya hemos resumido anteriormente. También discursos en la catedral de Bogotá (1 de julio de 1986), a los obispos de Colombia (2 de julio de 1986), a los obispos de Argentina (12 de junio de 1982), a los representantes de las diócesis de Bolivia (12 de mayo de 1988), al CELAM en Río de Janeiro (2 de julio de 1980), en diversas visitas "ad Limina" durante estos últimos años, etc.

59    ? Los discursos del Papa tienen lugar en encuentros especiales y también en ordenaciones sacerdotales: ordenación sacerdotal en Lima (3 de febrero de 1985), en Florida de Uruguay (8 de mayo de 1988), encuentro en Cochabamba de Bolivia (11 de mayo dd 1988), etc.

60    ? Discursos en Sâo Paolo (3 de julio de 1980), Quito (30 de enero de 1985), a la CLAR en Bogotá (2 de julio de 1986), en Maipú de Chile (3 de abril de 1987), en Montevideo (31 de marzo de 1987), en Lima (15 de mayo de 1988), etc. Ver la carta apostólica a las relgiosas de clausura de América Latina (12 de diciembre de 1989) y también la carta apostólica "Los caminos del Evangelio", dirigida a todos y cada uno de los religiosos y religiosas de América Latina (29 de junio de 1990).

61    ? Ver especialmente la homilía durante la beatificación de Juan Diego, de los tres niños mártires de Tlaxcala y del sacerdote José Mª de Yermo y Parres en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe (6 de mayo de 1990). Ver: La participación de los laicos en la vida y misión de la Iglesia en América Latina (textos de la reunión de los Obispos Presidentes de Comisiones o Departamentos de Apostolado Seglar de las Conferencias Episcopales de América Latina), Cittá del Vaticano, Consejo Pontificio para los Laicos 1980.

62    ? Discurso en Iquitos, Ecuador (5 de febrero de 1985), en Tumaco y Popayán (4 de julio de 1986), en la beatificación de Juan Diego (6 de mayo de 1990). La aportación misionera de los indígenas será un bien incalculable para toda la Iglesia y para toda la humanidad. Ver la aportación para Santo Domingo: Memoria indígena, texto auxiliar del Documento de Consulta, IV Conferencia General del

19

sensibles al hecho de que muchos todavía no conocen a Cristo, y sabrán asumir

la responsabilidad misionera sin fronteras aportando su disponibilidad y

generosidad63. El Papa no deja de llamar a la aportación específica a la

evangelización "ad gentes" por parte de la infancia misionera y de los niños en

general64, de los enfermos como "fuente de fuerza para la Iglesia y para la

humanidad"65, de todos los agentes de pastoral66, de los movimientos

apostólicos67. En estos mensajes misioneros de Juan Pablo II, durante sus viajes

en América Latina, se van señalando también temas específicos en su derivación

misionera, como el de la cruz, Eucaristía, Espíritu Santo, mundo del trabajo y

de la cultura, familia etc. Así se irá suscitando la vocación misionera

específica68. El tema mariano (al que hacemos alusión también más abajo) viene a

ser como catalizador de todos los demás temas y, al mismo tiempo, donde las

Iglesia particulares, las diversas vocaciones y los diversos sectores

encuentran la perspectiva universalista de la misión.69

En este proceso de siembra para pasar de una Iglesia evangelizada a una

Iglesia al mismo tiempo evangelizadora "ad gentes", cuyas etapas hemos

analizado parcialmente a través de las reuniones del CELAM, de los COMLA y de

los viajes y alocuciones de Juan Pablo II, han tenido una parte decisiva las

Episcopado Latinoamericano, Bogotá, CELAM 1991.

63    ? Discurso en Lima a más de un millón de jóvenes (2 de febrero de 1985) y en Buenos Aires a cuatro cientos mil (11 de abril de 1987). Ver un estudio exhaustivo sobre el tema juventud y misión según la doctrina de Juan Pablo II, en: E. APARICIO, La educación de la juventud a la misión Ad Gentes en Juan Pablo II (1978-1988), Roma, Pont. Univ. Urbaniana, Dissert., 1990 ("Burgense" 32/1, 1991, 231-278).

64    ? Discurso en Cali, Colombia (4 de julio de 1986).

65    ? Discurso en Santiago de Chile (3 de abril de 1987). El Papa cita la exhortación apostólica "Salvifici doloris" n. 31.

66    ? Discurso en Buenos Aires (10 de abril de 1987).

67    ? Discurso en Salto de Uruguay (9 de mayo de 1988).

68    ? Discurso en Tumaco (4 de julio de 1986).

69    ? El Papa dedica algunos "Angelus" dominicales del año 1992, con ocasión del Vº Centenario, a recordar el valor evangelizador de los santuarios (especialmente marianos) de América Latina. Ver también: Alocución en el santuario de Chinquinquirá (3 de julio de 1986), en el santuario nacional de Maipú de Chile (3 de abril de 1987) y el mensaje al COMLA 3 de Bogotá (6 de julio de 1987). Los santuarios marianos canalizarán la fuerza evangelizadora de la piedad popular mariana hacia su derivación lógica: la maternidad universal de la Iglesia, que encuentra en María su modelo y Madre (cfr. LG 65, RMi 92).

20

Obras Misionales Pontificias, en armonía con los departamentos de misiones de

cada Conferencia Episcopal (DEMIS-CELAM). Lo hemos indicado al hablar de los

Congresos Misioneros Latinoamericanos (COMLA), que fueron precedidos o

corroborados por otros Congresos Nacionales y por encuentros a nivel

continental. Las Obras Misionales han instituido en algunas naciones centros de

estudios misioneros, el primero de los cuales, a nivel latinoamericano, fue el

de México. Otros centros parecidos se han instituido en Brasil, Argentina y

Colombia70. Las publicaciones (revistas, boletines, libros, folletos) de las OMP

y de DEMIS-CELAM son de rico contenido misionológico y llegan a amplios

sectores de la comunidad eclesial latinoamericana.71

Durante los días 5-8 de febrero de 1992 ha tenido lugar en Bogotá una

reunión trascendental, por lo que significa y por el documento emanado. El

encuentro ha sido entre Presidentes (14) de las Comisiones o Departamentos

Episcopales para las Misiones (DEMIS del CELAM) y Directores Nacionales (16) de

70    ? Algunos de estos centros, como los de México (1977), Argentina (1982) y Colombia (1989), actúan bajo la asistencia científica de la Universidad Urbaniana y con la cooperación de profesores también de la Universidad Gregoriana. Las direcciones nacionales de las OMP publican textos que contienen el material misionológico de los cursos. Con ocasión del COMLA III (Bogotá, 1987), el Presidente del DEMIS-CELAM (Mons. Darío Castrillón Hoyos) anunció la creación de un orgnismo de promoción, selección, formación y seguimento de misioneros, que ya funciona con el nombre de "Centro de Estudios Latinoamericanos Ad Gentes" (CELAD) (en 1989 se tuvo el primer curso en colaboración con el Instituto de Pastoral para América Latina). La Conferencia Episcopal Colombiana ha instituido en 1991 el Centro Nacional Misionero, especialmente en vistas a la formación del personal misionero que es enviado o que regresa para una formación permanente. El CIAM de Roma (Centro Internacional de Animación Misionera) ha colaborado estrechamente con las OMP y con los Obispos latinoamericanos, no solamente con los cursos misioneros generales que se realizan para todas las Instituciones, sino especialmente con cursos de espiritualidad sacerdotal y misionera para Animadores. Se han realizado ya seis, con una asistencia (durante dos meses) de un promedio de treinta sacerdotes enviados por los Obispos o por los Directores de las OMP.

71    ? Entre las publicaciones más recientes (además de las citadas en este trabajo) cabe destacar: "Documento de Lima": "La Iglesia latinoamericana y la misión 'ad gentes', Lima, feb, 4-7, 1981, en: S. GALILEA, La responsabilidad misionera de A.L., México 1981, pp. 77-81; J.F. GORSKI, El desarrollo histórico de la misionología en América Latina, La Paz 1985; R. AUBRY, Signos indicadores (la misión "ad gentes" desde América Latina), Bogotá, DMIS-CELAM 1984. Otros folletos del DEMIS-CELAM: Dar desde nuestra pobreza, vocación misionera de América Latina, Bogotá 1987; Panorama misionero de América Latina, en: Visión pastoral de América Latina, Bogotá, CELAM 1978, 273-316; Animación misionera, Bogotá 1980; Ha llegado tu hora, deber misionero universal de América Latina, Bogotá 1984; Iglesias hermanas, un proyecto misionero para América Latina, Bogotá 1984; La misión "desde la pobreza" (una audacia de Puebla), Bogotá 1985; Equipos misioneros, el cómo de la misión hoy, Bogotá 1985; La evangelización de los indígenas en vísperas del medio milenio del descubriiento de América. Opciones pastorales, Bogotá 1985.

21

las Obras Misionales Pontificias. Estaba presente el Secretario de la

Congregación para la Evangelización de los Pueblos (S.E. Mons. José Uhac)

además de representantes de Institutos Misioneros. La labor de conjunto entre

diversas instituciones que tienen un objetivo misionero parecido es un gesto

que preanuncia una eficacia misionera mayor. Con esta ocasión se elaboró un

documento de "aporte misionero" para la IV Conferencia del CELAM en Santo

Domingo, que, a mi entender, es un resumen muy bien logrado de todo el

contenido doctrinal y pastoral que hemos venido analizando en este trabajo. Es

decir, de parte de quienes realizan servicios misioneros "ad gentes" desde

América Latina, se presenta para el IV CELAM una síntesis acabada de doctrina,

realizaciones y deseos misioneros "ad gentes", como fruto de lo que se ha

sembrado especialmente durante estos últimos años. Es, pues, un documento

indicativo del despertar misionero de América Latina.72

4. Aportaciones específicas para la misión "ad gentes" desde América Latina

Hemos descrito el despertar misionero de América Latina indicando también

las etapas de un proceso hasta llegar a esta realidad actual y prometedora. En

esta mismo estudio no hemos dejado de indicar las motivaciones especiales que

han hecho posible este despertar: agradecer la fe, fidelidad a una herencia

recibida, sensibilidad misionera a partir de la propia pobreza, abundancia de

vocaciones recibidas precisamente por el aliento misionero, sensibilidad

respecto a las necesidades de otras Iglesias, etc. Si ahora hablamos de

aportaciones específicas es para señalar que algunas de estas mismas

motivaciones se convierten en posibilidades y acentos peculiares de la misión

"ad gentes", cuando ésta se realiza por evangelizadores que proviene de

Iglesias particulares de América Latina.72    ? Aporte misionero de las Comisiones Episcopales de Misiones y de las Obras Misionales Pontificias de América Latina para la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano de Santo Domingo 1992, San Fe de Bogotá, DEMIS-CELAM 1992. Se indican motivaciones, contenidos y características de la misión "ad gentes" desde A.L. Se reafirma el compromiso de Puebla, alentado repetidamente por Juan Pablo II y por todo el Episcopado de A.L. Se hace referencia abundante a la encíclica "Redemptoris Missio". Se acentúa la responsabilidad misionera de toda Iglesia particular (cita documentos conciliares y postconciliares). La relación estrecha entre la misión "ad intra" y la misión "ad extra" se expresa así: "Ambas son necesarias, no opcionales; éstas deben ser simultáneas y complementarias, se enriquecen mutuamente en un dar y recibir... La proyección misionera universal debe ser el punto de referencia y el criterio de discernimiento para la validez de las iniciativas eclesiales" (nn. 8-9). Se apunta a la aportación de los indígenas y de los afroamericanos, la colaboración responsable de la mujer y del laicado. Se recuerdan los compromisos asumidos en los COMLA y especialmente en el de Lima. Dar de la propria pobreza significa también "dar desde la riqueza de nuestra fe" (n.11).

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Puebla había resumido estas aportaciones con esta afirmación: "Nuestras

Iglesias pueden ofrecer algo original e importante: su sentido de la salvación

y liberación, la riqueza de su religiosidad popular, la experiencia de las

Comunidades Eclesiales de Base, la floración de sus ministerios, su esperanza y

la alegría de su fe" (Puebla 368).

En algunos estudios recientes se han ido señalando algunas de estas

aportaciones específicas. De hecho, algunas se encuentran en el documento de

Puebla, en las alocuciones y mensajes del Papa, en los estudios presentados

durante la celebración de los COMLA, en los documentos publicados como fruto de

encuentros, etc.73 Se podría elaborar una lista abierta siempre a nuevas

aportaciones:

* Evangelización "ad gentes" que se realiza a partir de la propia

pobreza, sin complejos de superioridad (económica, cultural, etc.), en línea y

lógica evangélica de poner la confianza en la gracia (sin olvidar los medios

humanos), conscientes de la riqueza de la fe, dispuestos a darse a sí mismos y

a compartir de la propia pobreza sin esperar a ser ricos, dispuestos a recibir

y aprender, sin trasplantar a otros la propia problemática, sensibles a los que

son "doblemente pobres", de pobre a pobre sin ataduras para una evangelización

sin fronteras,...74

* Evangelización a partir de una experiencia de la propia liberación o

salvación integral, que llega hasta la raíz del pecado para recuperar a toda la

persona sin exclusivismos ni reduccionismos... La sensibilidad respecto al

campo de la justicia y de las situaciones sociales, hace resaltar la relación

entre la primera evangelización "ad gentes" y la predicación y práctica de la

doctrina social de la Iglesia. Si América Latina sabe responder a su situación

con la doctrina evangélica del amor, esta actitud se convierte en un factor

imprescindible para la evangelización "ad gentes". Ahí aparece la relación

estrecha entre la encíclica "Centesimus Annus" y la encíclica "Redemptoris 73    ? Ver las publicaciones de citadas en la notas 71 y 72, especialmente: R. AUBRY, Signos indicadores (la misión "ad gentes" desde América Latina), Bogotá, DEMIS-CELAM 1984; R. BALLAN, El valor de salir, la apertura de América Latina a la misión universal, Lima, Edic. Paulinas 1990, tercera parte (misionología desde América Latina).

74    ? "Dar de nuestra pobreza significa, pues, partir de los últimos, partir de nuestra pequeñez y nuestra pobreza, para que la misión sea más sencilla, en una palabra: más evangélica... Partir de nuestra pobreza significa ver la realidad con ojos distintos, anunciar el Reino con otro tono de voz..., que se apoye sencillamente sobre la fuerza del Evangelio" (La misión "desde la pobreza", Bogotá, DEMIS-CELAM 1985, 26-27). La encíclica "Redemptoris Missio" (n. 64) propone como modelo para todas las Iglesias particulares la doctrina de Puebla (n. 368): "dar desde nuestra pobreza".

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Missio".75

* Evangelización a partir de una experiencia de inculturación que respeta

el proceso de inserción del Evangelio en otras culturas, salvando todos los

valores, purificándolos y llevándolos a la plenitud evangélica, sin

condicionamientos por parte de la cultura del evangelizador. La aportación del

evangelio insertado en las culturas indígenas será de valor incalculable para

la evangelización de otras culturas...76

* Evangelización que valore de la dignidad del hombre por lo que es, más

que por lo que tiene o hace, sin distinción ni privilegios de casta, nivel

social, cultura, raza, religión...77

* Evangelización que aporta el testimonio de unidad entre Iglesias

hermanas y de unidad dentro de la propia Iglesia local y de la Iglesia

universal. Latinoamérica se ha distinguido siempre por el amor al Papa y el

sentido de comunión universal. "Sólo haciéndose misionera la comunidad

cristiana podrá superar las divisiones y tensiones internas y recobrar su

unidad y su vigor de fe" (RMi 49). "La misión es el gran dinamismo unificante

de la Iglesia"...78

* Evangelización con el signo de la esperanza que se apoya en Cristo 75    ? Comparar RMi 58-60 con CA: "Hay que repetir que no existe verdadera solución para la 'cuestión social' fuera del evangelio" (CA 5). "A quienes hoy día buscan una nueva y auténtica teoría y praxis de liberación, la Iglesia ofrece no sólo la doctrina social y, en general, sus enseñanzas sobre la persona redimida por Cristo, sino también su compromiso concreto de ayuda para combatir la marginación y el sufrimiento" (CA 26). "La doctrina social tiene de por sí el valor de un instrumento de evangelización; en cuanto tal, anuncia a Dios y su misterio de salvación en Cristo a todo hombre. Solamente bajo esta perspectiva se ocupa de lo demás" (CA 54).

76    ? Ver la aportación para Santo Domingo: Memoria indígena, texto auxiliar del Documento de Consulta, IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Bogotá, CELAM 1991. Sólo por medio de la propia experiencia de la misión "ad gentes", se podrán calibrar en sus justos términos (con sus éxitos y sus defectos) los trabajos misioneros del pasado.

77    ? Mensaje del Papa para la cuaresma de 1992: "Os invito de manera especial a centrar vuestra atención en este año conmemorativo del Centenario de la evangelización del continente americano, que en en modo alguno ha de limitarse a un mero recuerdo histórico. Nuestra visión del pasado tiene que completarse con una mirada a nuestro alrededor y hacia el futuro (cf. Centesimus annus, 3), tratando de discernir la misteriosa presencia de Dios en la historia, desde la cual nos interpela y nos llama a darle respuestas concretas. Cinco siglos de presencia del Evangelio en aquel continente no han logrado aún una equitativa distrribución de los bienes de la tierra; y ello es particularmente doloroso cuando se piensa en los más pobres entre los pobres: los grupos indígenas y junto con ellos muchos campesinos, heridos en su dignidad por se mantenidos incluso al margen del ejercicio de los más elementales derechos, que también forman parte de los bienes destinados a todos" (Osserv. Romano, edic. esp., 6 marzo 1992, p. 1).

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(confianza) y que tiende a una recapitulación de toda la humanidad en Cristo

(Ef 1,10), pasando por el misterio de la cruz asumida para llegar al gozo de

Cristo resucitado...

* Evangelización a partir de la Iglesia particular o local, como

concretización y eco de la Iglesia universal y como diócesis misionera, que

invita a vivir en la comunión a todas las vocaciones, carismas y ministerios,

en vistas a compartir con otras Iglesias hermanas y a construir la Iglesia

universal. "Cuanto más vital sea la Iglesia particular, tanto más hará presente

y visible a la Iglesia universal y más fuerte será su movimiento misionero

hacia los otros pueblos" (Puebla 363)...79

La línea de fondo de estas aportaciones específicas se podría calificar

de "encarnación", es decir, de "inserción" a la luz del Verbo encarnado y de la

palabra de Dios que da luz para interpretar los acontecimientos y para

transformarlos desde dentro. La sensibilidad de América Latina respecto al

hermano en su propia circunstancia (de cultura, sufrimiento, pobreza...), es un

factor de primera evangelización como transparencia de las bienaventuranzas y

del mandato del amor.

La aportación de América Latina a la misión "ad gentes" es de testimonio,

comunión y participación, a nivel de Iglesias que no son ricas ni pobres, sino

78    ? Ha llegado tu hora, Bogotá, DEMIS-CELAM 1984, n. 13.

79    ? "Es por todo esto que el Concilio (Ad Gentes) impulsa todas las Iglesias locales, sin excepción, y especialmente a los obispos que las presiden, a tomar conciencia de su vocación misionera y a actuar en consecuencia... La vocación a la misión no es propia, en primer lugar de las Congregaciones, sino sobre todo de los obispos y su presbiterio" (Documento de Lima: "La Iglesia latinoamericana y la misión 'ad gentes', Lima, feb, 4-7, 1981, n. 10, en: S. GALILEA, La responsabilidad misionera de A.L., México 1981, pp. 77-81). El mensaje del Papa al CLAEM 3 en Bogotá (6 de julio de 1987) es un llamado a hacer misionera a toda Iglesia particular: "Veo llegar la hora misionera de vuestras Iglesias particulares... Os habéis reunido para estudiar la manera de ayudar a las Iglesias particulares de América Latina, a concretar su compromiso de proyectarse más allá de sus fronteras". El "aporte" del encuentro organizado por el DEMIS-CELAM (febrero 5-8 de 1992) afirma: "Siguiendo la doctrina conciliar, es preciso afirmar que toda Iglesia particular, sea antigua o joven, posee una encarnación histórica de la Iglesia universal, está llamada a ser sujeto activo de los tres frentes de labor eclesial: tanto de la actividad misionera ad gentes como de la nueva evangelización y de la atención pastoral (cfr. RMi 33). Eludir una corresponsabilidad en cualquiera de estos frentes de actividades, significaría para una Iglesia particular un recorte para su misma catolicidad". El Cardenal José Tomko, Prefecto del Dicasterio Misionero (en carta de 1 de octubre de 1988) a las Conferencias Episcopales de América Latina y refiriéndose a la diócesis en cuanto tal, pregunta: "¿por qué no hacerse cargo de una misión 'ad gentes', en Africa, Asia u Oceanía?" (Cong. Evang. Pue., prot. 4631/88). Ver "Pastores dabo vobis" n.32.

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sencillamente Iglesias hermanas para compartir todos los dones recibidos. La

vivencia de la comunión en las pequeñas comunidades ("de base") es una escuela

de misión. "La Iglesia de toda América Latina, si mantiene su fidelidad a

Cristo, podrá ser luz que ilumine al mundo para que camine por el sendero de la

solidaridad".80

La línea de martirio, que ha sido enfatizada en toda la tradición

eclesial para el primer anuncio del evangelio, será una aportación peculiar de

América Latina, que, a través de su historia y también en los tiempos

presentes, ha tenido abundantes mártires. Es la línea del perdón, de esperanza

y de la reconciliación, que es la nota característica del martirio cristiano,

como anuncio del misterio pascual de muerte y resurrección.

Los valores de la religiosidad o piedad popular aparecen principalmente

en la piedad mariana, vivida en torno a los santuarios. La Virgen de Guadalupe,

como "estrella de la primera evangelización" y "primera evangelizadora de

América", sería como el paradigma de una presencia mariana que transmite el

misterio de Cristo sin dañar la preparación evangélica. Los dos mil nombres de

lugares con matiz mariano son un catecismo y una "memoria" de la Iglesia, a

modo de historia de gracia, resumen del alma de un pueblo y herencia recibida

que debe compartirse con los demás hermanos. "Que María, Estrella de la

Evangelización, la primera evangelizadora de América, os acompañe... Los

santuarios, dedicados a María en cada uno de vuestros pueblos, se van a

convertir en un Magnificat misionero que... va a señalar la hora misionera de

toda América Latina".81

El fuerte sentido de Dios, de su cercanía y de su misterio, hacen de

América Latina un Continente que puede responder a los desafíos actuales sobre

"la dimensión espiritual de la vida", como "areópago que hay que evangelizar"

(RMi 38; cfr. EN 76).82

80    ? JUAN PABLO II, Buenos Aires, 10 abril 1987: Insegnamenti X/1, 1987, 1210-1211. "La misión pasa a ser, no sólo ayuda generosa de Iglesias 'ricas' a Iglesias 'pobres', sino gracia para cada Iglesia, condición de renovación, ley fundamental de vida" (JUAN PABLO II, Domund 1982: Insegnamenti V/2, 1982, p. 1882).

81    ? JUAN PABLO II, Mensaje al COMLA 3, 6 julio 1987: Insegnamenti, X/3, 1987, 35-39. Ver el discurso del Papa en Santo Domingo (11 de octubre de 1984): Insegnamenti VII/2 (1984) p. 880. Ver discursos del Papa en Santuarios marianos: Chiquinquirá (3 de julio de 1986), Maipú (3 de abril de 1987), etc. El Papa, durante el año 1992, ha dedicado varios "Angelus" dominicales para recordar el significado evangelizador de los santuarios. Sobre los santuarios marianos en A.L.: CELAM, Nuestra Señora de América Latina, Bogotá 1988.

82    ? Dejé constancia de esta peculiaridad en el Congreso de Tlaxcala: "En el campo de la misionariedad, el despertar misionero del Continente católico puede

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La renovación sacerdotal que tiene lugar especialmente en los

Presbiterios y Seminarios de América Latina, gracias a la labor de formación

permanente realizada por el Departamento de Vocaciones y Ministerios del CELAM

(con la OSLAM), es otra aportación peculiar que América Latina puede hacer a la

misión "ad gentes". En efecto, el despertar misionero del Continente está

condicionado a que las Iglesias particulares sean verdaderamente diócesis

misioneras; pero esto no llegará a ser realidad si el Presbiterio diocesano con

su Obispo no se hace disponible a la misión universal que le incumbe. Ahora

bien, la disponibilidad misionera es fruto de una vida de fraternidad

sacerdotal y de seguimiento evangélico. El mejor servicio que el clero

latinoamericano podría hacer a las Iglesias de otros Continentes sería el de

colaborar a la maduración de la vida sacerdotal en los Presbiterios de aquellas

Iglesias más jóvenes.83

En América Latina, a mi entender, se encuentra un campo de

experimentación de los diversos ámbitos "ad gentes" señalados por la encíclica

"Redemptoris Missio" (n.37-38; cfr. Puebla 71ss)). Para hacerse disponible al

ámbito geográfico (misión a otros pueblos), hay que aprender a responder a los

otros ámbitos (ámbito sociológico y cultural), como son las megalópolis, las

migraciones, las culturas, los sectores marginados, etc. En la medida en que la

Iglesia responda evangélicamente a estas realidades internas del Continente,

aportar un servicio peculiar proveniente de un pueblo que sufre, que gracias al Evangelio se libera integralmente... En cuanto al campo de la contemplación o mística cristiana, tan estrechamente ligada a la auténtica evangelización, América Latina puede presentar un sentido de Dios, con quien se tiene una relación familiar en todos los detalles de la vida humana" (Segundo Congreso Misionero Latinoamericano, México 1983, pp. 247-248). De ahí la importancia de la espiritualidad misionera del apóstol: "La evangelización cristiana debe estar animada por una mística, una espiritualidad, que constituye su motivación más radical y su inspiración y estilo evangélico" (S. GALILEA, La responsabilidad misionera de América Latina, o.c. p. 15) (cfr RMi VIII).

83    ? Ver "Pastores dabo vobis", nn. 31-32, 74. La aportación de Puebla a la vida del Presbiterio corre a la par con su aportación al tema misionero: "En virtud de la fraternidad sacramental, la plena unidad entre los ministros de la comunidad es ya un hecho evangelizador" (Puebla 663; cfr. PO 8 y 10). Juan Pablo II indicó esta línea de unidad vital y evangélica del Presbiterio en vistas a la evangelización "ad gentes": "Es en esta realidad de Iglesia particular y diocesana donde descubriréis también vuestra responsabilidad evangelizadora respecto a la Iglesia universal (PO 10), buscando cauces concretos para llevar a la práctica la necesaria y urgente ayuda misionera. Ha llegado para toda América Latina la hora de emprender una evangelización sin fronteras. La dimensión necesariamente diocesana y misionera del presbítero hace que con el obispo y los demás clérigos -sean ellos diocesanos o religiosos - forme un solo cuerpo: el Presbiterio" (Alocución en catedral Bogotá, 1 julio 1986: Insegnamenti, IX/2, 1986, 23). Ver la dimensión misionera del Presbiterio diocesano en: Signos del Buen Pastor, Bogotá, DEVYM-CELAM 1989, cap, VI.

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podrá aportar algo propio a la misión "ad gentes" en los tres ámbitos y en

otros pueblos. Al mismo tiempo, en la medida en que América Latina se

comprometa en la misión "ad gentes" (hacia otros pueblos) en los tres ámbitos

indicados, será capaz de afrontar esos mismos ámbitos en su propia tierra. Creo

que éste es un nuevo desafío y una nueva oportunidad planteada por la encíclica

misionera. "La Iglesia en Latinoamérica... está llamada a dar un alma cristiana

a esta situación de cambios audaces y acelerados".84

A modo de conclusión: De la nueva evangelización, a la misión "ad gentes"

La reflexión más constante y profunda que se ha hecho sobre la "nueva

evangelización", ha sido probablemente en América Latina, a partir de la

invitación de Juan Pablo II, repetida constantemente en sus viajes misioneros:

"La conmemoración del medio milenio de evangelización tendrá su significación

plena si es un compromiso vuestro como obispos, junto con vuestro Presbiterio y

fieles; compromiso, no de re-evangelización, pero sí de una evangelización

nueva. Nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión".85

Al mismo tiempo que se ha reflexionado y trabajado sobre la nueva

evangelización y en relación a la misma, se ha acelerado en América Latina el

despertar misionero "ad gentes" que hemos presentado en su realidad objetiva,

en su proceso histórico y en sus características.

La encíclica "Redemptoris Missio" presenta la nueva evangelización en

relación estrecha con la evangelización "ad gentes": "¡La fe se fortalece

84    ? JUAN PABLO II, Alocución en Cartagena (6 de julio de 1986): Insegnamenti IX/2 (1986) 192.

85    ? Aloc. en Puerto Príncipe, Haití, 9 de mazo de 1983, a los Obispos del CELAM (Insegnamenti VI/1, 1983, 698). La invitación se repitió en Santo Domingo, al inaugurar la "novena de años" para preparar el Vº Centenario (12 octubre 1984). Ver varios estudios en: Hacia la cuarta Conferencia, Bogotá, CELAM 1992 : J.Mª ARNAIZ, Líneas de reflexión teológico-pastorales que orienten la nueva evnagelización, pp. 405-429; Idem, La espiritualidad de la nueva evangelización, pp. 449-473; G. MELGUIZO, La nueva evangelización en el magisterio de Juan Pablo II, el CELAM y la preparación de la IV Conferencia, pp. 163-180; J. VELEZ, La nueva evangelización para una nueva cultura, pp. 207-221. Otros estudios: CELAM, Nueva evangelizción, génesis y líneas de un proyecto misionero, Bogotá 1990; CONF. EP. ARGENTINA, Documento de trabajo. Líneas para una evangelización nueva en su ardor,ensus métodos y ensu expresión, San Miguel, Oficina del Libro 1989; S. GALILEA, Algunas cuestiones difíciles en torno a la nueva evangelización, "Medellín" n.65 (1991) 89-100; A. GONZALEZ DORADO, Una nueva Iglesia para una nueva evangelización, "Medellín" n. 67 (1991) 377-395; A. SALVATIERRA, Retos y factores de la Nueva Evangelización, "Lumen" 40 (1991) 234-295; Idem, Características eclesiales de la nueva evangelización, "Surge" 47 (1989) 422-445. Resumen del tema en: La nueva evangelización: génesis y líneas de un proyecto misionero (CELAM, Instrumento preparatorio..., Santo Doningo 1992, Anexo final).

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dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos hallará inspiración

y apoyo en el compromiso por la misión universal" (RMi 2). La Nueva

Evangelización, tal como se describe en la encíclica misionera, indica la

renovación de la comunidad eclesial para hacerla misionera. "Dios abre a la

Iglesia horizontes de una humanidad más preparada para la siembra evangélica.

Preveo que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la

nueva evangelización y a la misión ad gentes. Ningún creyente en Cristo,

ninguna institución de la Iglesia puede eludir este deber supremo: anunciar a

Cristo a todos los pueblos" (RMi 3).86

El Continente de la esperanza será consecuente con su nombre,

comprometiéndose a fondo en la nueva evangelización en vistas a una

disponibilidad misionera sin fronteras: "La esperanza cristiana nos sostiene en

nuestro compromiso a fondo para la nueva evangelización y para la misión

universal, y nos lleva a pedir como Jesús nos ha enseñado: 'Venga tu reino'"

(RMi 86). Entonces aparecerá con claridad que "la misión ad intra es signo

creíble y estímulo para la misión ad extra y viceversa" (RMi 34).

El Papa invita a "una nueva evangelización de América Latina, que

despliegue con más vigor un potencial de santidad, un gran impulso misionero".87

"Construir la 'civilización del amor' y afrontar una 'nueva

evangelización', presupone una respuesta a este llamado: 'Id por todo el

mundo'".88

La nueva evangelización llegará a la raíz de la promoción humana y

transformará la cultura en cultura cristiana (como inserción salvífica del

Evangelio en la cultura), si no pierde de vista este enfoque necesario hacia la

misión "ad gentes".

Juan Esquerda Bifet

Decano de la Facultad de Misionología

Pontificia Universidad Urbaniana. Roma

86    ? Sobre la relación entre Nueva Evangelización y evangelización "ad gentes": J. ESQUERDA BIFET, Renovación eclesial y espiritualidad misionera para una nueva evangelización, "Seminarium" 31 (1991) n.1, 135-147.

87    ? JUAN PABLO II, Aloc. 11.10.84, en Santo Domingo, a los obispos del CELAM: Insegnamenti VII/2, 1984, 896.

88    ? JUAN PABLO II, Mensaje al COMLA 4 de Lima: Memorias del COMLA 4, o.c., pp. 82-84.