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El debate sobre el cambio climático es un claro ejemplo de la dificultadque supone gestionar la complejidad en elmundo de hoy. Incertidumbrescientíficas, intereses económicos,políticas con lógica estatal en un entornoglobalizado,promesas de innovación tecnológica,supervivencia de distin-tos sectores empresariales,y todo ello envuelto con un gran interrogante:¿cuál es el tiempo de vida del modelo energético basado en los combus-tibles fósiles?Este número de la revistaMedi Ambient.Tecnologia i cultura propone unaserie de reflexiones en torno a lo que podríamos denominar «el planetatras el tratado de Kioto». El proceso que finalmente ha llevado a la apro-bación del Protocolo de Kioto ha sido largo y difícil, como suele suce-der con los acuerdos internacionales para la protección del entorno.Los acuerdos de Montreal del pasado mes de diciembre supusieron, nosin dificultades, un paso adelante en la consolidación y concreción delProtocolo de Kioto.No obstante, todavía existen muchos interrogantesabiertos, así como visiones críticas. En este monográfico encontrarán unejemplo de la complejidad que conlleva pensar y actuar sobre el cambioclimático.Mariano Marzo, experto en recursos energéticos de la Universidad deBarcelona, se plantea una serie de preguntas en relación con la sosteni-bilidad del modelo energético actual. ¿Hasta cuándo dispondremos dereservas y recursos depetróleo,gas y carbón? ¿Cuál será el impacto ambien-tal sobre el planeta debido al uso continuado y creciente de combustiblesfósiles?A partir de unamiradamás atenta a la dimensión local,el físico Josep EnricLlebot sintetiza un exhaustivo estudio realizado por varios expertos sobrela realidad climática en Cataluña, los posibles cambios a medio plazo ylas consecuencias sobre diferentes sectores económicos del país.

El mundo de los negocios tiene una visión propia sobre la proteccióndel clima. Ernest-Antoine Seillière, presidente la Unión de Industrias dela Comunidad Europea (UNICE) explica el punto de vista de esta orga-nización en relación con las políticas y acciones para combatir el cambioclimático. La UNICE representa a más de 20 millones de empresas radi-cadas en 33 países europeos.Con respecto a la sección «Cara a cara», hemos sentado a una repre-sentante delmundo empresarial,AlbaCabañas,y a unmiembro delmovi-miento ecologista, Jaume Morrón.Alba Cabañas es directora del depar-tamento de Medio Ambiente de Fomento del Trabajo Nacional desdeel año 2000. JaumeMorrón estudió Ciencias Empresariales en la Univer-sidad de Barcelona y está vinculado al movimiento antinuclear y ecolo-gista desde los años ochenta. Es responsable del Grupo de Energía deEcologistas en Acción de Cataluña.Finalmente, Jordi Cañas, Josep Garriga e Iñaki Gili, del Departamento deMedioAmbiente y Vivienda,presentan las políticas públicas del Gobiernode la Generalidad de Cataluña en relación con el escenario post-Kioto.Detallan el plan de acción para reducir progresivamente el exceso deemisiones en Cataluña en diferentes ámbitos: energía; transporte; indus-tria; residencial y servicios; agrícola, ganadero y bosques; residuos; inves-tigación y desarrollo, e información y sensibilización.•

Lluís RealesDirector de Medi Ambient. Tecnologia i Cultura

El cambio climáticoy la gestiónde la complejidad

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Hasta cuándo tendremosreservas de combustibelsfósiles?

Mariano MarzoCatedrático de Estratigrafía y profesor de RecursosEnergéticos de la UB

El 87% de la energía primaria que se consume en elmundo, sin contabilizar la biomasa tradicional,proviene de los combustibles fósiles. El artículo, con laperspectiva del 2030, plantea y responde a una seriede preguntas en relación con la sostenibilidad delactual modelo energético: ¿Disponemos de suficientesreservas y recursos de petróleo, gas y carbón parahacer frente a la demanda futura? ¿Qué capacidad deextracción hay que poner a punto para colmar dichademanda? ¿Qué implicaciones tendrá esto sobre elcomercio mundial? ¿Qué grado de dependenciadeberán soportar los países industrializados? ¿Cuálserá el impacto ambiental sobre el planeta causadopor el uso continuo y creciente de combustibles fósiles?

La renovación de una sociedad resulta de una misteriosaconjunción de sueños, inspiración, creatividad y gran-des dosis de realismo. O, dicho de otra forma, la ener-gía necesaria para el cambio proviene de una pócimaque mezcla en la proporción adecuada ideas y hechos.Una de estas ideas, la de que nuestra sociedad debereemplazar los combustibles fósiles (carbón,gas y petró-leo) por otras fuentes energéticas más limpias, goza deun gran predicamento entre la opinión pública.Esta popu-laridad constituye una tentación irresistible para políti-cos y medios de comunicación que proclaman a bomboy platillo la urgencia de invertir dinero y esfuerzo tecno-lógico en el desarrollo de fuentes energéticas alterna-tivas. Sepreguntaránquéhaydemaloenello.Por supuestoque nada,siempre que seamos conscientes de que avan-zar hacia la concreción de un ideal no justifica dejar deser realistas. Es necesario potenciar al mismo tiempo laexploración y extracción de hidrocarburos, así comola mejora de las correspondientes infraestructuras detransporte,almacenamiento y distribución,todo ello sindescuidar la gestión de los residuos generados por suuso.Y es que,nos guste o no,hoy en día,si no contabilizamosla biomasa tradicional, algo más del 87% de la energíaprimaria consumida en el mundo procede de combus-tibles fósiles. Las modernas energías renovables toda-vía suministran menos del 2% del total. Es obvio queduranteun largoperíodode tiemponopodremos apañar-nos sin petróleo, gas y carbón.Nadie duda ya del potencial de crecimiento de las ener-gías renovables y de los biocombustibles en los paísesindustrializados.Sin embargo,se estima que hacia el 2030los combustibles fósiles todavía representarán cerca del80% de la energía primaria que el mundo consumirá.Si no se concreta una rápida y espectacular revolu-ción tecnológica, la conclusión es clara: aunque en elfuturo el porcentaje de consumo de los combustiblesfósiles decrecerá en favor de las energías renovables,la cantidad total de carbón, petróleo y gas utilizada seincrementará en términos absolutos respecto a los nive-les actuales.

En este contexto,este artículo se plantea como objetivootear el horizonte del 2030 para tratar de encontrar,conlas lógicas reservas inherentes a cualquier predicción,respuestas a una serie de preguntas de gran calado y queresultan inexcusables cuando se habla de sostenibili-dad energética: ¿Disponemos de suficientes reservas yrecursos de petróleo, gas y carbón para hacer frente ala demanda futura? ¿Qué capacidad de extracción hayque poner a punto para colmar dicha demanda? ¿Quéimplicaciones tendrá esto sobre el comercio mundial?¿Qué grado de dependencia deberán soportar los paísesindustrializados? ¿Cuál será el impacto ambiental sobreel planeta causado por el uso continuo y creciente decombustibles fósiles?

El escenario de referencia de la AIE:hipótesis de partida

Existen distintas fuentes de información a propósito dela previsión a medio plazo del crecimiento de la demanday consumo mundial de energía primaria. Entre estasdestacan los informes publicados por la Agencia Inter-nacional de la Energía (World Energy Outlook, 2004) ypor el Departamento de Energía del Gobierno de losEstados Unidos (International Energy Outlook, 2005). Elprimero extiende sus previsiones hasta el año 2030 yel segundo, hasta el 2025. En este trabajo, por razonesde espacio y simplicidad,comentaremos exclusivamentelas conclusiones contenidas en el escenario de referenciade la Agencia Internacional de la Energía (AIE).Recuerden que la AIE, con sede en París, es un orga-nismo autónomo,fundado en 1974 (como consecuenciadel shock petrolero de 1973) dentro del marco de laOrganización para la Cooperación y Desarrollo Econó-mico (OCDE). Su objetivo es diseñar y llevar a la prác-tica un programa energético internacional. La AIE estáintegrada por los siguientes 26 países:Alemania,Austra-lia, Austria, Bélgica, Canadá, Corea del Sur, la Repú-blica Checa, Dinamarca, España, los Estados Unidos,Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Japón,Luxemburgo, los Países Bajos,Nueva Zelanda,Noruega,Portugal,el Reino Unido,Suecia,Suiza y Turquía.La Comi-sión Europea también participa en los trabajos de la AIE.La OCDE, fundada en 1960, está integrada por los 26países citados, más Eslovaquia, Islandia, México y Polo-nia.En las páginas que siguen también encontrarán repeti-das referencias a las denominadas economías en tran-sición. Dicho término engloba a un conjunto de paísesque se encontraban bajo la órbita de la antigua URSS:Albania,Armenia,Azerbaiyán,Bielorrusia,Bosnia-Herze-govina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia,Georgia, Kazajstán, Kirguizistán, Letonia, Lituania, Mace-donia, Moldavia, Rumanía, Rusia, Tayikistán, Turkmenis-tán, Ucrania,Uzbekistán y Yugoslavia. Por razones esta-dísticas, también se incluye en este grupo a Chipre,Gibraltar y Malta.Las proyecciones de la AIE se basan en un conjuntode hipótesis sobre políticas gubernamentales, condi-ciones macroeconómicas, crecimiento demográfico,precios de los combustibles fósiles y desarrollo tecno-lógico. Tales proyecciones deben tomarse como unaaproximación que solo resulta válida si los gobiernos notoman rumbosdiferentes,para bienoparamal,almarcadopor los compromisos internacionales adquiridos en estos

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momentos. En este sentido,por ejemplo, se asume quelas políticas energéticas adoptadas en la Conferenciade Kioto de diciembre de 1997 seguirán vigentes yque no se adoptarán nuevas políticas para reducir losgases producidos por el efecto invernadero.El crecimiento económico es probablemente el factorque más incide en la demanda energética.La AIE asumeque durante el período de tiempo considerado (2002-2030) el producto interior bruto mundial crecerá a unpromedio del 3,2% anual, lo que constituye una cifra rela-tivamente modesta en comparación con lo aconte-cido en las últimas décadas.Por lo que respecta al creci-miento demográfico, la AIE considera un aumento dela población mundial que va de los cerca de 6.200millones de habitantes del 2002 a algo más de 8.000millones en el 2030.Hipotéticamente,el precio prome-dio del barril de petróleo importado (expresado en dóla-res del 2000) se situaría en torno a los 22 dólares enel 2006, manteniéndose en torno a este valor hasta el2010, para luego incrementarse gradualmente hastaalcanzar los 29 dólares en el 2030.El precio del gas natu-ral evolucionaría en paralelo al del petróleo, mientrasqueel del carbón semantendría prácticamente sin cambioshasta el 2010,para después iniciar un suave ascenso hastael 2030.Los cambios tecnológicos y de política de los gobier-nos constituyen,junto con las hipótesis formuladas sobrelas condiciones macroeconómicas y los precios de loscombustibles fósiles, los principales elementos de incer-tidumbre en el escenario de referencia de la AIE.Ambosfactores, el tecnológico y el político, afectarán tanto ala demanda de servicios energéticos como a la tasa deinversión en infraestructuras de suministro.Obviamente,estas incertidumbres se acentúan a medida que nos aleja-mos del presente, acercándonos al horizonte del 2030.Por lo que respecta al desarrollo tecnológico,la AIE piensaque durante el período considerado se producirán avan-ces tecnológicos, pero que estos serán incrementalesmás que revolucionarios.Durante las próximas tres déca-das algunas tecnologías hoy existentes se comerciali-zarán a gran escala y se asistirá a una evolución gradualhacia el empleo de tecnologías menos contaminantes,particularmente de aquellas basadas en la utilizaciónde energías renovables para la generación energética.Pudiera ser que de aquí al 2030 se produjeran avan-ces espectaculares en algunos campos,como en la comer-cialización del hidrógeno o la puesta a punto de la tecno-logía de fusiónpara usos civiles,pero predecir el momentoen que esto ocurriría y su magnitud es imposible. Sinduda, los gobiernos pueden desempeñar un papel claveen el desarrollo de dichas tecnologías, propiciando eimpulsando los programas de investigación y desarro-llo en materia energética.

La demanda global de petróleo, gasnatural y carbón en el período 2002-2030

La AIE pronostica en su informe que,durante el período2002-2030, la demanda global de energía primaria seincrementará en un 60%, creciendo anualmente a unritmo del 1,7%,hasta alcanzar la cifra de 16.500 millonesde toneladas equivalentes de petróleo (tep). De estascifras,conviene resaltar que la tasa de crecimiento citadaes inferior al 2% anual de las tres últimas décadas yque el incremento previsto alcanzará un total de cerca

de 6.142 millones de tep, lo que equivale a dos terciosde la demanda actual.Más del 60% del aumento de la demanda mundial deenergía primaria provendrá de los países en desarro-llo. Los países de la Organización para la Cooperacióny Desarrollo Económico (OCDE) alcanzarán un totaldel 26%,y las economías en transición el 8%.La porciónde la demanda mundial correspondiente a la OCDEdisminuirá desde el 52% actual al 43% del 2030, mien-tras que la de los países en desarrollo se incrementarádel 37 al 48%.El porcentaje correspondiente a las econo-mías en transición decrecerá ligeramente del 10 al 9%.Dentro de este panorama, los hidrocarburos (petró-leo, gas y carbón) alcanzarán un total de cerca del 85%del incremento previsto hasta el 2030 en la demandamundial de energía primaria.Sin embargo,su porcentajesobre el total solo aumentará ligeramente, de un 80%en el 2002 hasta un 82% en el 2030.El petróleo seguirá siendo el hidrocarburo más utilizado,a pesar de que su porcentaje sobre el total de la demandadescenderá ligeramente del 36 al 35%. Se prevé quesu demanda crezca anualmente un 1,6%,de los 77 mb/ddel 2002, a 90 mb/d en el 2010 y 121 mb/d en el 2030.Del incremento de 41 mb/d previstos entre el 2002 yel 2030, las regiones en desarrollo contabilizarán casidos tercios. El incremento de la demanda de petróleode los países asiáticos alcanzará un total de 18 mb/d,con China absorbiendo ella sola casi la mitad de estacifra. El consumo de petróleo en América del Nortetambién crecerá con fuerza, de 22,6 mb/d en el 2002hasta cerca de 31 mb/d en el 2030.La demanda en otrospaíses de la OCDE se incrementará solo modestamente.América del Norte seguirá siendo, de lejos, el mayormercado para el petróleo.Dos terceras partes del incremento de la demandamundial de petróleo provendrán del sector del trans-porte, ya que no se prevé que ningún otro combusti-ble alternativo pueda,de aquí al 2030,desafiar seriamenteel uso de los derivados del petróleo. Se estima que, enel 2030, el transporte absorberá el 54% del consumototal de petróleo, frente al 47% actual y el 33% en1971.Esta fuente de energía primaria permanecerá comoun combustible marginal en la generación energética,yaque el declive en su utilización en los países de la OCDEserá superior al pequeño aumento que experimen-tará en los países en desarrollo.Previsiblemente,los secto-res industrial, residencial y comercial tan solo incre-mentarán ligeramente su consumo de petróleo.La mayorparte de este tendrá lugar en los países en vías de desa-rrollo, en los que el gas natural todavía no será un seriocompetidor en los procesos industriales ni para el calen-tamiento del agua y de los hogares.La demanda de gas crecerá más rápidamente que lade cualquier otro combustible, con la excepción de lasfuentes energéticas renovables no hidráulicas. Con uncrecimiento anual del 2,3%, en el 2030, el consumo degas será un 90% superior al actual y poco después del2010 habrá sustituido al carbón como segunda fuentede energía primaria mundial.Su porcentaje sobre el totalde la energía primaria consumida en el mundo pasaráde un 21% en el 2002 a un 25% en el 2030.Este ascenso en la demanda de gas tendrá lugar en todaslas regiones. En términos de volumen, el crecimientoestará encabezado por América del Norte, seguidapor los países europeos de la OCDE. En términos de

tasas de crecimiento, las mayores serán las de China yel sur de Asia, donde el actual consumo de gas es muybajo.En las próximas tres décadas, las nuevas plantas de gene-ración energética,especialmente las de ciclo combinado,representarán cerca del 60% del incremento en lademanda de gas. Esta forma de generación resulta máseficiente e implica menos costes de capital que lasbasadas en tecnologías nucleares o del carbón.Además,el gas presenta la ventaja sobre el carbón y el petróleode un impacto ambiental más benigno por su menorcontenido en carbono. Un porcentaje pequeño, perocreciente, de la demanda de gas provendrá de las plan-tas de transformación de gas a líquidos y de las célulasde combustible para la extracción de hidrógeno.La demanda de carbón aumentará a un ritmo de un 1,5%anual, pero su porcentaje sobre el total de la energíaprimaria consumida en el mundo descenderá un poco,de un 23% en el 2002 a un 22% en el 2030.China y la India,que disponen de grandes recursos a bajoprecio,alcanzarán un total de casi las tres cuartas partesdel alza de la demanda de carbón en los países en desa-rrollo y dos tercios del incremento a escala mundial.Parael 2030, China y la India contabilizarán el 45% de lademanda global, frente al 35% del 2002. En estos dospaíses,el consumo de carbón seguirá ocupando el primerlugar entre todas las fuentes de energía primaria,aunquesu porcentaje relativo disminuirá ligeramente. En laseconomías en transición y en los países en desarrollo,los sectores industrial,residencial y comercial quemaránmás carbón, pero la mayor parte del aumento de lademanda será para la generación energética.

Recursos y reservas de petróleo

En párrafos precedentes hemos comentado el compor-tamiento de la demanda de petróleo previsto por la AIEen el horizonte del 2030. A la vista de dichas cifras, lapregunta es inmediata:¿disponemos de suficientes recur-sos y reservas para hacer frente a tal demanda?Las estimaciones sobre los recursos finales de petróleoalmacenados en el subsuelo del planeta difieren consi-derablemente entre sí, dependiendo de si los cálculosincluyen o no los petróleos no convencionales (petró-leos pesados o muy viscosos,arenas asfálticas y pizarrasbituminosas),el petróleo que se encuentra en el subsuelode áreas marinas profundas o en zonas árticas, los deno-minados condensados (hidrocarburos gaseosos en elsubsuelo pero que a boca de pozo pueden recuperarseen forma líquida) y de si se integran o no los efectos delprevisible progreso tecnológico a los costes técnicosaceptables para que la extracción sea rentable.Para simplificar la cuestión, puede afirmarse que lasopiniones de los expertos varían entre dos polos extre-mos: la de los «pesimistas» y la de los «optimistas».Los primeros consideran que la posibilidad de ampliarel volumen de reservas mediante una mejor y más intensaexplotación de los campos ya descubiertos es prácti-camente despreciable y que los recursos globales pordescubrir alcanzan una cifra total inferior a una cuartaparte de las reservas mundiales inventariadas.Los segun-dos, toman como ciertos los cálculos del Servicio Geoló-gico de los Estados Unidos (USGS), que invocan alprogreso tecnológico para incrementar notablementeel volumen de las reservas recuperables de los campos

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ya descubiertos y, también,para encontrar y desarrollarnuevos recursos que hoy en día resultan inaccesibles.Aunque no existe unanimidad en la industria del petró-leo, la AIE se decanta por la posición más optimista,afir-mando que los recursos y reservas de petróleo son sufi-cientes para cubrir la demanda prevista para el 2030.Sin embargo, estos no se encuentran uniformementedistribuidos, de forma que una sola región, OrientePróximo, posee más del 60% de las reservas proba-das de crudo que quedan en el planeta y cerca del40% de los recursos que aún quedan por descubrir.Además, la AIE destaca que, a pesar de que los recur-sos y reservas de petróleo son amplios, estos tienenun límite. La elaboración de modelos que tienen encuenta diferentes tasas de extracción según la progre-sión del consumo,llevan a la conclusión de que la extrac-ción de petróleo iniciará un lento pero inexorable decliveentre el 2020 y el 2050. Esto suponiendo que en laspróximas dos décadas se lleve a cabo un esfuerzo inver-sor sin precedentes para concretar nuevos descubri-mientos y reemplazar los volúmenes de crudo produ-cidos. Sin duda,un factor crítico de cara a cubrir la futurademanda es la urgente e inapelable necesidad de inver-tir grandes sumas en investigación y desarrollo tecno-lógico para mejorar los porcentajes de éxito y rebajarlos costes en exploración y perforación, así como paraoperar en ambientes extremos, tales como el Árticoy los grandes fondos marinos.

La extracción de petróleo

La AIE estima que la extracción de petróleo conven-cional aumentará de algo más de 75 mb/d en el 2002a cerca de 111 mb/d en el 2030. Durante este perí-odo, dicha extracción seguirá concentrada en un pequeñonúmero de países. Los miembros de la Organizaciónde Países Exportadores de Petróleo (OPEP), particu-larmente los de Oriente Próximo, verán aumentar susporcentajes de extracción, a medida que esta decli-nará en regiones ya maduras.Las previsiones son que la extracción de los países queno son miembros de la OPEP alcance su cenit en el2010, tras situarse un poco por debajo de los 48 mb/d,y que a partir de ese momento se inicie un lento declive.A medio plazo,fuera de la OPEP,los únicos países produc-tores que experimentarán un auge significativo en laextracción de crudo son Rusia, Kazajstán, Azerbaiyán,Brasil y Angola. En el caso de Rusia, las previsiones deextracción son las de pasar de 7 a 8,6 mb/d en el perí-odo 2001-2010, para continuar en ascenso hasta el2030. Sin embargo, esto no será posible sin enormesinversiones en el desarrollo de los campos y en la cons-trucción de oleoductos. Aumentar la extracción dela región del Caspio requerirá construir nuevos oleo-ductos para la exportación, lo que reclama acuerdosde financiación y de tránsito que todavía están porconcretar.Suponiendo que tales líneas de exportaciónse construyan, la extracción combinada de Kazajstány Azerbaiyán podría pasar de 1,1 mb/d en el 2001 amás de 3,5 mb/d en el 2010. Aumentar la extracciónde crudo de los importantes campos marinos de Brasily Angola implica el despliegue de tecnologías avanza-das para la extracción en aguas profundas y la existenciade un régimen estable de regulaciones e impuestosen ambos países.

Un reducido número de países de la OPEP que poseenvastas reservas y recursos deberán cubrir el déficit queexistirá entre la extracción desde fuera de la OPEP yla demanda global. La lista incluye a Arabia Saudí, Irán,Irak,Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos,Nigeria y Vene-zuela. Estos países deberán incrementar su extracciónde 28 mb/d en el 2002 a 33 mb/d en el 2010,para alcan-zar los 65 mb/d en el 2030.En gran medida, el desarrollo por parte de los paísesde la OPEP de la nueva capacidad de extracción reque-rida por el incremento de la demanda dependerá de quedichos países encuentren el capital necesario. A priori,esto no parece una tarea difícil, sobre todo si se compa-ran los actuales precios del barril de crudo con el hechode que el coste total de desarrollar nuevos suminis-tros en Oriente Próximo es el más bajo del mundo,situán-dose en torno a los cuatro dólares por barril.Sin embargo,a nadie se le escapa que las políticas de precios y deextracción de la OPEP son cuestiones muy inciertas,quelos riesgos políticos para invertir en Oriente Próximoson altos y que,además,no está claro que todos los paísesdecidan abrirse a tiempo a la inversión financiera y tecno-lógica procedente del exterior.Para el 2030, se espera que los petróleos no conven-cionales contribuyan con cerca del 8% al suministromundial de petróleo.Esto representa una extracción de10,1 mb/d,lo que significa un fuerte incremento respectoa los 1,6 mb/d del 2002.La mayoría de estos recursos no convencionales proven-drán de las arenas asfálticas de Canadá y de los crudospesados de Venezuela. Se estima que ambas regionescontienen 580.000 millones de barriles de reservas recu-perables, es decir, más de la totalidad de las reservasde crudo convencional de Oriente Próximo.La proximidad de Canadá y Venezuela al mercado delos Estados Unidos puede facilitar que estas fuentes ener-géticas lleguen a ser competitivas respecto a otras demenor coste de extracción pero provenientes de regio-nes geográficamente más alejadas. Por tanto, a medidaque la extracción de los países de la OCDE entre endeclive, la explotación de los recursos no convencio-nales constituirá una oportunidad para reducir su depen-dencia de Oriente Próximo, muy particularmente enel caso de los Estados Unidos.

El comercio mundial de petróleo

En el período 2002-2030, la ampliación de la brechaentre extracción indígena y demanda acarreará un consi-derable aumento del comercio internacional del petró-leo. El comercio neto interregional evolucionará al alza,de los 32 mb/d del 2002, a los 65 mb/d del 2030.Todos los países y regiones que hoy en día son impor-tadores netos, serán más dependientes al final del perí-odo considerado, tanto en valores absolutos comoporcentuales.En el caso de Asia,este incremento será particularmentedramático,especialmente en China,un importador netodesde 1993 y que en el 2030 necesitará importar cercadel 74% de su demanda, es decir, unos 10 mb/d, lo queequivale a un volumen similar a las actuales importa-ciones de los Estados Unidos.La dependencia de las importaciones de los países euro-peos de la OCDE crecerá del 54 al 86%, mientras quela de los países del Pacífico encuadrados en la OCDE

llegará al 95%. El aumento de la extracción en Méxicoy de petróleos no convencionales en Canadá ayudaráa moderar el aumento de las importaciones en Américadel Norte, cuya dependencia del exterior pasará deun 36 a un 55%. En conjunto, en el 2030, los países dela OCDE importarán el 85% de sus necesidades depetróleo,lo que contrasta con la cifra del 63% en el 2002.Oriente Próximo será la región que experimentará unmayor auge en el volumen de las exportaciones,pasandode 19 mb/d en el 2000 a 46 mb/d en el 2030.El destinofinal del grueso de tales exportaciones será Asia, conChina, seguida de la India, emergiendo como grandesmercados. Las exportaciones provenientes de África,América Latina y de los países con economías en tran-sición (Rusia,especialmente),también crecerán,pero deforma menos espectacular.Sin duda, la comentada expansión del comercio delpetróleo aumentará el riesgo de interrupciones delsuministro,no solo por la inestabilidad geopolítica crónicade las regiones exportadoras, sino porque para alcan-zar los mercados, el crudo debe atravesar algunos«cuellos de botella» especialmente peligrosos.Actual-mente, los estrechos de Ormuz, en el Golfo Pérsico,y de Malaca, en Asia, canalizan 26 mb/d, y las previsio-nes apuntan a que en el 2030 este tráfico habrá aumen-tado más de un 100%. Cualquier interrupción en elsuministro del flujo de crudo en estos puntos tendría,por lo tanto,un severo impacto sobre los mercados delpetróleo.

Recursos y reservas de gas natural

La AIE prevé que el consumo de gas casi se duplicaráentre el 2002 y el 2030.Para dicho organismo,los recur-sos de gas natural son más que suficientes para cubrirla demanda prevista durante el citado período.El Servi-cio Geológico de los Estados Unidos (USGS) estima queel promedio de los recursos de gas que permanecen porexplotar,incluyendo las reservas probadas,el crecimientode las reservas y los recursos por descubrir, alcanza-rían un total de unos 386 billones de metros cúbicos.Según el USGS, la extracción de gas mundial acumu-lada hasta la fecha representaría menos del 12% de losrecursos finales.Las reservas probadas de gas se han duplicado en losúltimos veinte años,equiparándose a las de petróleo,engran parte porque las de gas se han utilizado a un menorritmo. Cerca de la mitad de las reservas mundiales seconcentran en dos países, Rusia e Irán. El mayor creci-miento en la tasa de adición de nuevas reservas ha tenidolugar en la antigua URSS, Oriente Próximo y las regio-nes asiáticas del Pacífico. Gran parte de las reservasactuales de gas se encontraron mientras se perforabaen busca de petróleo.Por ello,parece muy probable queen el futuro se realicen importantes descubrimientos.Un punto importante es que casi un tercio de las reser-vas mundiales de gas natural se encuentran «encalla-das». Es decir, sus costes de extracción y transporte alos mercados son demasiado altos para que resulterentable su explotación. Este gas «encallado» se loca-liza en regiones muy alejadas de los mercados, alber-gado en el subsuelo de regiones marinas bajo una consi-derable lámina de agua, en lugares inaccesibles comoel Ártico,o en campos muy pequeños,económicamentemarginales.

Hasta cuándo tendremos reservas decombustibles fósiles?Mariano Marzo

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Los recursos contabilizados en los párrafos preceden-tes no tienen en cuenta los hidratos de gas, que cons-tituyen la mayor acumulación de metano que existeen el planeta.Su cantidad podría doblar las reservas cono-cidas de petróleo,carbón y gas natural juntas.Sin embargo,hoy por hoy, su acceso es extraordinariamente compli-cado y no se ha diseñado un método suficientementeeficaz para obtener de ellos la energía deseada.

La extracción de gas natural

Las previsiones sobre las tendencias regionales en laextracción de gas reflejan en gran medida la mayor omenor proximidad de las reservas a los mercados. Entérminos absolutos, la extracción experimentará unmayor crecimiento en las economías en transición yen Oriente Próximo, regiones que destinarán la mayorparte de su incremento de extracción a la exporta-ción hacia Europa y América del Norte. La extraccióntambién aumentará rápidamente en África y AméricaLatina.La Agencia Internacional de la Energía cifra en 7,3 billo-nes de metros cúbicos la nueva capacidad de extracciónque será necesario poner a punto para cubrir la demandaglobal prevista para el período 2002-2030.Sin duda,estono podrá materializarse sin enormes esfuerzos inver-sores en instalaciones de extracción e infraestructurasde transporte.Además,en términos generales,a medidaque las reservas localizadas cerca de los mercados vayandisminuyendo y las cadenas de aprovisionamiento tenganque alargarse, cabe esperar un incremento del porcen-taje correspondiente al transporte en el monto total delos costes de suministro.En las próximas tres décadas y, muy especialmente, enAmérica del Norte, el suministro convencional de gasnatural que acabamos de analizar podría complemen-tarse con el de gas no convencional. Este incluye elmetano asociado a yacimientos de carbón (coal-bedmethane,o CBM) y el gas extraíble de formaciones arci-llosas (gas shales) o de areniscas de baja permeabili-dad (tight sands).

El comercio mundial de gas natural

Para el 2030, el desajuste geográfico entre las regionesque contienen los recursos y las que concentran lademanda condicionará que los mercados del gas quehayan experimentado un mayor crecimiento sean muchomás dependientes de las importaciones. En términosabsolutos,el mayor incremento de estas tendrá lugar enlos países europeos de la OCDE.La dependencia de estos países aumentará de un 36%en el 2002, a un 65% en el 2030. Oriente Próximo seconvertirá en un nuevo gran suministrador de gas al viejocontinente, mientras que América Latina (Trinidad yTobago, junto a Venezuela) verán incrementar nota-blemente sus exportaciones. Rusia, otros estados de laantigua URSS y los países del norte de África seguiránocupando los primeros lugares en el ranking de expor-taciones a Europa.Los países de la OCDE de América del Norte (los Esta-dos Unidos,Canadá y México) que en la actualidad son,en mayor o menor grado, autosuficientes, verán comoen el 2010 necesitarán importar cerca de un 4% desus necesidades,porcentaje que se incrementará hasta

el 18% en el 2030. Todas estas importaciones tendránlugar como gas natural licuado (GNL) proveniente deAmérica Latina, Oriente Próximo y Asia.China y la India se convertirán, a corto plazo, en paísesimportadores de gas natural.Este provendrá en su mayorparte de Oriente Próximo y otros países asiáticos,aunque,a más largo plazo,Rusia también exportará gas a Chinay Corea.Durante el período de tiempo considerado (2002-2030),los gasoductos seguirán constituyendo las principalesvías de transporte de gas en América del Norte,Europay América Latina. En la actualidad existen pocas cone-xiones físicas de los principales mercados de Américadel Norte, Europa y las regiones asiáticas del Pacíficocon América Latina. Sin embargo, se espera que dichasconexiones se incrementen notablemente, medianteuna rápida expansión del comercio de GNL y la cons-trucción de nuevos gasoductos submarinos y de largadistancia.Las proyecciones plantean que en el 2030,másdel 50% del comercio interregional de gas natural serealice mediante el transporte marítimo de GNL,lo quesignifica un aumento del 30% respecto a los volúme-nes actuales.

Reservas, extracción y comercio de carbón

Las proyecciones de la Agencia Internacional de la Ener-gía prevén que la demanda de carbón crezca más lenta-mente que la de petróleo y gas natural, aunque, comoya hemos señalado, la industria del carbón no tiene unfuturo tan negro como muchos piensan.Las reservas mundiales de carbón son enormes y,compa-radas con las de petróleo y gas natural, presentan unadistribución geográfica variada. Las reservas de carbóneconómicamente recuperables se sitúan en torno albillón de toneladas, lo que al ritmo actual de extrac-ción aseguraría el suministro durante algo más de doscien-tos años.Llama la atención el hecho de que cuatro gran-des países como los Estados Unidos, Rusia, China y laIndia, ocupan los puestos del uno al cuatro, respectiva-mente, en el ranking mundial de reservas,alcanzando untotal del 61,5% de las mismas.Además,merece la penaresaltar que,a diferencia del petróleo y gas, casi la mitadde las reservas globales están localizadas en países dela OCDE.En el futuro, es probable que la extracción de carbónse incremente en China, los Estados Unidos, la India,Australia,Sudáfrica, Indonesia,Canadá,Colombia y Vene-zuela, experimentando,por el contrario,un descenso enlos países europeos de la OCDE.Probablemente,Austra-lia, Indonesia y China se ocuparán del abastecimiento delos mercados de la zona asiática del Pacífico, mientrasque Sudáfrica, los Estados Unidos,Colombia y Venezuelaharán lo propio con los mercados europeos y atlánticos.La localización geográfica de Sudáfrica le permitirá abas-tecer a Europa, Asia y a ambas Américas.Las previsiones apuntadas implican la necesidadde mante-ner una inversión constante en materia de infraestruc-turas, tanto de extracción como de transporte. Estoresulta especialmente cierto para el caso de China y laIndia, donde el carbón está llamado a ser la locomo-tora de su futuro desarrollo económico.Las emisiones de dióxido de carbono

Las proyecciones de aumento de la demanda mundialde hidrocarburos planteadas en el escenario de refe-rencia de la Agencia Internacional de la Energía impli-carían un aumento del 1,7% anual de las emisiones globa-les de dióxido de carbono a la atmósfera.Estas alcanzaríanlos 38.000 millones de toneladas en el 2030. Es decir,15.000 millones más respecto a los niveles del 2002, loque significa un aumento del 62%.Durante el período 2002-2030, la estructura geográ-fica de las nuevas emisiones cambiará drásticamente.Históricamente, los países de la OCDE han sido los prin-cipales emisores de gases de efecto invernadero a laatmósfera,de forma que en el 2002 alcanzaron un 54%del total de las emisiones mundiales. En dicho año, lospaíses en desarrollo contribuyeron con un 36% y laseconomías en transición con el 10% restante. Por elcontrario,en el 2030, los países en desarrollo alcanzaránel 49% del total de las emisiones globales, lo que equi-vale a más de dos tercios del incremento previsto,mien-tras que los países de la OCDE y las economías entransición aportarán el 42 y el 9%,respectivamente.Entreel 2002 y el 2030, solo las emisiones de China aumen-tarán en 3.837 millones de toneladas, lo que significa másde un cuarto del incremento global.Entre el 2002 y el 2030, la generación energética apor-tará casi la mitad de las emisiones globales de CO2 (7.300millones de toneladas). El transporte, con 3.800 millones,contribuirá con cerca de una cuarta parte y el resto se lorepartirán los sectores residencial, comercial e industrial.El abrupto incremento de las emisiones de dióxido decarbono tiene especial relevancia sobre los compro-misos adoptados por muchos países desarrollados en elmarco del Protocolo de Kioto. En particular, merece lapena destacar que en el 2010,el incremento de las emisio-nesdeCO2 previstopara los países europeosde laOCDEserá un 9% superior a los objetivos fijados en el citadoprotocolo.Si se contabilizan todos los países de la OCDEcomprometidos con el acuerdo, este porcentaje creceal 30%, lo que significa exceder los objetivos en 12.500millones de toneladas.Este exceso deberá ser objeto deintercambio comercial con otros países cuyas emisionesno alcancen las cifras acordadas en el Protocolo. Porejemplo, con las economías en transición que se sitúanun 25% por debajo de sus objetivos.

Conclusiones

Las proyecciones del escenario de referencia de la Agen-cia Internacional de la Energía para el período 2002-2030dejan entrever unas tendencias de futuro para los hidro-carburos y las emisiones de CO2 que podríamos resu-mir en los siguientes puntos básicos:1) La demanda mundial de energía primaria se incre-mentará de forma inexorable de aquí al 2030.Este incre-mento será igual a dos tercios de la demanda actual yse centrará, preferentemente, en los países en vías dedesarrollo, con Asia y, más concretamente China, encabeza.2) Los combustibles fósiles seguirán siendo la principalfuente de energía primaria, de forma que cubrirán másdel 90% del incremento previsto de la demanda.3) El aumento de la demanda de petróleo pasará de77 mb/d en el 2002 a 121 mb/d en el 2030. Tres cuar-tas partes de este aumento serán absorbidas por el sectordel transporte.

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4) Entre todos los combustibles fósiles, la demanda degas natural será la que experimentará un mayor creci-miento, de forma que en el 2030 se habrá multipli-cado por dos.Las nuevas plantas de generación eléctrica,especialmente las de ciclo combinado con turbina degas, serán las responsables del 60% del citado aumento.5) El consumo de carbón también crecerá, aunque máslentamente que el de petróleo y gas. China y la India,contabilizarán dos tercios del aumento de la demanda.La mayor parte de dicho incremento se destinará a lageneración energética,sector en el que el carbón seguirásiendo el combustible más utilizado.6) Las reservas y recursos mundiales de petróleo, gas,carbón y uranio son suficientes para cubrir el incrementoprevisto de la demanda, aunque en el caso del petró-leo, se necesitará un importante esfuerzo inversor paradesarrollar nuevas reservas y se asistirá a un importantecambio en la procedencia de los suministros, que seproveerán mayoritariamente desde Oriente Próximoy la antigua Unión Soviética. La mayor parte del incre-mento de la demanda deberá ser garantizado por lospaíses de la OPEP.7) El comercio internacional de energía primaria, espe-cialmentede los combustibles fósiles,está llamadoaexpe-rimentar una gran expansión. Todos los países que enla actualidad son importadores netos de petróleo, muyparticularmente los de Asia y los pertenecientes a laOCDEya laUniónEuropea,verán incrementar sudepen-dencia de Oriente Próximo.Del mismo modo,los merca-dos del gas que experimenten un mayor crecimiento,como por ejemplo Europa, también serán más depen-dientes de las importaciones. Los gasoductos transna-cionales se multiplicarán y el comercio de gas naturallicuado experimentará un impresionante despegue.8) Como consecuencia del mayor uso de los combus-tibles fósiles, las emisiones de gases de efecto inverna-dero ydeCO2 a la atmósfera experimentaránunaumentodel 62% respecto a los niveles actuales. Dos tercios deeste crecimiento tendrán lugar en los países en desa-rrollo, y los países industrializados que hayan firmadoel Protocolo de Kioto afrontarán serias dificultadespara cumplir sus compromisos.•

El futuro climático

a partir del 2012.El caso de Cataluña

Josep Enric LlebotDepartamento de Física, Universidad Autónoma deBarcelonaMiembro del Institut d'Estudis Catalans

El artículo resume un exhaustivo estudio realizado porvarios expertos sobre la realidad climática deCataluña. A continuación se presentan lascaracterísticas climáticas del territorio catalán, unaprevisión sobre posibles cambios de clima a medioplazo, y las consecuencias posibles sobre distintossectores económicos del país.

Cuando hace unos meses, durante el otoño de 2003,el presidente Vladímir Putin mostraba públicamente elaparente poco interés de Rusia por ratificar el Protocolode Kioto, adoptaba la postura del negociador que, paraconseguir el mejor acuerdo en sus negociaciones conla Unión Europea,muestra desinterés y recelos.Los argu-mentos esgrimidos por el presidente de Rusia repe-tían aquello que hace prácticamente cien diez años SvanteArrhenius ya había afirmado: el calentamiento de la at-mósfera como consecuencia del continuo aumentode la concentración de gases de efecto invernaderoen la atmósfera proporcionaría mejores condicionesclimáticas a los países nórdicos y también a Rusia, quetendrían que utilizar en el futuro menos energía paracalentarse durante los largos y duros períodos inver-nales. Los previsibles beneficios de un clima menos rigu-roso no se limitan a la calefacción. Evaluaciones recien-tes realizadas sobre la evolución de la superficie heladadel Ártico prevén que en los escenarios de emisionesmás plausibles se pueda abrir la capa de hielo, permi-tiendo una vía navegable,al menos durante los meses deverano. Países situados en torno al Ártico, como Dina-marca, Noruega, Canadá, Rusia y los Estados Unidos,se posicionan ante un futuro ambiental del mar Árticomás favorable a la actividad económica.El acceso desdepuertos del norte de Europa a los del continente ameri-cano reduciría mucho el camino de las mercancías yproduciría en estos puertos el florecimiento de activi-dades económicas y comerciales que en la actualidad noson rentables.Otro punto más controvertido es la explo-tación de algunos de los recursos naturales que se creeque hay en la zona,algunos de los cuales podrían produ-cir conflictos territoriales. Esta dimensión favorable, aescala local, del cambio climático de origen antrópicopone de relieve la complejidad del fenómeno y la eviden-cia de que en todos los sitios el fenómeno no seráigual, así como tampoco sus consecuencias, lo que seconoce como los impactos. El análisis global de la cues-tión del calentamiento de la atmósfera se puede situaren la perspectiva del uso genérico que se haga de unrecurso, el aire, que hasta hace poco solo se gestio-naba desde la perspectiva local y que ahora convienecambiar.El largo camino que conduce a los primeros pasos parala gestión global del aire se inicia, de forma indirecta,cuando en el año 1988, la Organización Meteoroló-gica Mundial y la Organización de las Naciones Unidascrearon el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre

Hasta cuándo tendremos reservas decombustibles fósiles?Mariano Marzo

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el Cambio Climático, el IPCC, con el objetivo de teneruna opinión contrastada sobre cualquier aspecto cien-tífico, de impactos,de medidas de adaptación y de estra-tegias de gestión política sobre la cuestión del cambioclimático de origen antrópico.Desde entonces,el IPCCha realizado tres informes globales; el último se publicóenel año2001.Seesperaquedentrodedos años aparezcapublicado el cuarto informe, que actualizará el estadodel conocimiento sobre el problema del cambio climá-tico. La existencia del IPCC ha sido fundamental, yaque se ha dispuesto de un ente neutral que opina ycalifica la fiabilidad de sus predicciones y, además, esta-blece metodologías de cálculo de las emisiones y proponelos escenarios sobre los que se validan los modelos ysobre los cuales,posteriormente,se elaboran sus predic-ciones.En el año 1992, en la Cumbre de la Tierra de Rio deJaneiro se firmó la Convención Marco de las NacionesUnidas sobre el Cambio Climático1 , que entró envigor el 21 de marzo de 1994. Esta Convención es elinstrumento legal de mayor rango actual, y establece,en el artículo 2,que los estados firmantes deben procu-rar «...La estabilización de las concentraciones de gasescausantes del efecto invernadero en la atmósfera a unnivel que impida interferencias peligrosas en el sistemaclimático...».Este texto,deliberadamente ambiguo,puestoque no dice cuáles son estas concentraciones, es labase sobre la cual se sustentan las actuaciones poste-riores de los mecanismos que establece la convención,en particular la celebración anual de las COP (confe-rencias de las partes).La convención introduce tambiénotros conceptos, como las responsabilidades comunespero diferenciadas de los estados, la obligación de losestados de elaborar y presentar inventarios nacionalesde emisiones,de formular programas nacionales y regio-nales para contrarrestar el cambio climático y estrate-gias para adaptarse a sus efectos,o de promover y difun-dir prácticas y procesos que disminuyan la emisión degases de efecto invernadero a la atmósfera.En diciembre de 1997 tiene lugar en Kioto, en Japón, latercera Conferencia de las Partes, que finaliza con elacuerdo y la aprobación del Protocolo de Kioto,proto-colo que da el primer paso para el desarrollo de unaestrategia para conseguir,en el futuro,la estabilización delas concentraciones de los gases de efecto inverna-dero en la atmósfera. El protocolo establece unas limi-taciones de emisiones para los países del anexo B delmismo, principalmente los países industrializados y lospaíses del antiguo bloque del este europeo, y el plan-teamiento pretendidamente ambiguo de unas herra-mientas, los mecanismos de flexibilidad, que dibujanprocedimientos para conseguir estas reducciones conel mínimo coste económico posible y que indican víasde transferencia de tecnología a los países que no latienen. Como se ha dicho al comienzo, pese a las reti-cencias de Rusia,el protocolo alcanzó la ratificación hacepocos meses, con la firma de Rusia, y entró en vigor el16 de febrero de 2005.En el año 2001 el IPCC 2 publicó su voluminoso tercerinforme donde, además de realizar un análisis exhaus-tivo y completo sobre el estado del conocimiento cien-tífico en relación con la cuestión del cambio climáticoy de analizar sectorialmente los impactos y las medi-das de adaptación y mitigación,en esencia,concluye queya se puede afirmar con un grado de fiabilidad alto que

se detectan las señales del cambio climático de origenantrópico.Para los países de la Unión Europea, es especialmenterelevante la publicación, el 25 de octubre de 2003, dela Directiva de Comercio de Emisiones3 , que esta-blece un procedimiento encaminado a alcanzar dentrode los estados de la Unión los compromisos adopta-dos en Kioto. Desde entonces, los estados han desa-rrollado los denominados planes de asignaciones enlos cinco sectores objeto de la directiva europea, queasignan,instalación por instalación,los derechos de emisiónde los gases de efecto invernadero legislados.Comple-mentariamente, los estados se están dotando de la legis-lación adicional que debe apoyar y dar cobertura legala esta acción.

El informe sobre el cambio climáticoen Cataluña

Hasta ahora,en sus informes,el IPCC analiza globalmentelos efectos y las consecuencias del cambio climático y,por este motivo, la escala de sus predicciones es relati-vamente pequeña. Si bien la cuestión del cambio climá-tico es global y afecta a todo el planeta en conjunto,sus efectos se manifiestan de distinta forma en cada lugar.Por este motivo, el mismo IPCC en su último informe,y la Convención de las Naciones Unidas sobre el CambioClimático,recomendaban a los estados llevar a cabo estu-dios regionales, tanto desde el punto de vista de laprospectiva de los modelos como de los impactos ymedidas de adaptación. En Cataluña, actualmente, seestán realizando varios intentos por llevar a cabo la regio-nalización de los análisis prospectivos de los modelosclimáticos generales, de forma que se puedan discrimi-nar las predicciones de la evolución de las variables climá-ticas, como mínimo, para las diferentes regiones climá-ticas del país.No obstante,para elaborar una estrategiade actuación, los responsables del país necesitan algomás que predicciones sobre la evolución de las variablesclimáticas y, por este motivo, se consideró convenienteconseguir una visión conjunta sobre las característicasclimáticas del territorio,de las previsiones sobre la dimen-sión de los posibles cambios del clima a medio plazo yde sus efectos y consecuencias sobre los diferentes secto-res económicos y de actividad en nuestro país.Este es el contenido del documento que,bajo el nombrede Informe sobre el canvi climàtic a Catalunya,ha sido elabo-rado durante tres años por un grupo de cuarenta y cincoexpertos, y que ha sido publicado recientemente. Eltrabajo ha sido encargado y financiado,en su mayor parte,por el Consejo Asesor para el Desarrollo Sosteniblede la Generalidad de Cataluña.Otras entidades que hanapoyado el proyecto son el Servicio Meteorológico deCataluña y el Institut d'Estudis Catalans4 .En términos generales, el estudio constata el diferentenivel de conocimiento y, por lo tanto, de profundiza-ción y de experiencia de los diferentes temas sobrelos que el cambio climático tiene incidencia en Cataluña.Así, se tiene un buen conocimiento de la evolución delas variables climáticas y de las emisiones de gases deefecto invernadero a la atmósfera, o de los impactossobre los suelos y sobre la vegetación en nuestro terri-torio, pero, en cambio, existe un conocimiento incom-pleto y genérico sobre los impactos sobre el mundo

industrial, sobre el turismo o sobre la salud.Por lo tanto,una primera conclusión que se extrae del estudio es laheterogeneidad del conocimiento y, a la vez, la distintarepresentatividad de las predicciones, puesto que noes lo mismo predecir la evolución de la temperatura queprever el futuro de la productividad de un determi-nado cultivo o de un sector de actividad social, comoel turismo. Por otra parte, muchas de las conclusionesdel estudio no son específicas de Cataluña, sino queson comunes a toda el área mediterránea, con la quecompartimos muchas similitudes geográficas y climáti-cas. Del estudio también se desprende que las trans-formaciones sociales que comportan cambios de conduc-tas de uso y de consumo a corto y medio plazo tienen,muchas veces,un impacto superior sobre un sistema quelos efectos del cambio climático.El estudio,principalmente,pretende identificar las áreasy sectores de riesgo de nuestro país, puesto que paraactuar adecuadamente, muchas de las acciones que sepueden llevar a cabo son estructurales y, por lo tanto,caras y prolongadas,de forma que necesitan de una estra-tegia de actuación a largo plazo. El informe mencionacomo riesgo importante para el futuro del país la dispo-nibilidad hídrica, puesto que pese a que los modelosno se acaban de poner de acuerdo sobre la evoluciónde la precipitación,las temperaturas más altas de la atmós-fera y, por lo tanto, de la superficie terrestre, tenderána favorecer un grado mayor de evapotranspiración ymenor disponibilidad de agua para los ecosistemas,parala agricultura y para el consumo humano.Otro entornode riesgo son las zonas costeras,especialmente las costasbajas, los deltas y los humedales, que se verán afecta-das por el ascenso del nivel del mar y, eventualmente,por el aumento de la intensidad del viento de levantefuerte.Existen estrategias de intervención en estos entor-nos, pero son costosas y prolongadas y, por lo tanto, elestudio recomienda ya la consideración de este riesgoen las actuaciones de las administraciones competentes.Las zonas montañosas también se identifican como zonasde riesgo.Por una parte, los prados de alta montaña sonlos ecosistemas más vulnerables, puesto que puedenverse afectados por los cambios de las condiciones climá-ticas que pueden resultar en una pérdida de biodiver-sidad como consecuencia de la imposibilidad de movi-mientos de adaptación hacia cotas más altas.La dificultadpara lograr condiciones ambientales más adecuadas,especialmente en relación con la temperatura y la pluvio-metría, parece que hace difícil su supervivencia. Conrespecto al turismo de montaña,las empresas que gestio-nan instalaciones de deportes de invierno,especialmente,

1 Departamento de Medio Ambiente, Generalitat de Cata-lunya: La política internacional contra el canvi climàtic. Cimeresde Rio de Janeiro, Kyoto i Buenos Aires. Colección Documen-tos, núm. 4, Barcelona (1998).

2 IPCC:ClimateChange2001.CambridgeUniversityPress (2001).

3 Diario Oficial de la Unión Europea: Directiva 2003/87/CE,L235/32, 25/10/2003.

4 Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible: Informe sobreel canvi climàtic a Catalunya. J.E.Llebot (ed.),Barcelona (2005).

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pueden ver afectada su rentabilidad por el cambio enla innivación, especialmente en las cotas bajas. Efectiva-mente, parece ser que en el futuro, por debajo de los2.000 metros, tendrán que utilizar con más frecuenciainnivación artificial,con los costes y los impactos que estaacción representa.Asimismo, el sector del turismo de nuestro país prevépara el futuro una cierta desestacionalización, puestoque el previsible mayor rigor de temperaturas y caren-cia de lluvias durante los meses de verano podría hacerdescender la ocupación durante los mismos, pero, encambio, esta podría aumentar durante la primavera yel otoño. En relación con la agricultura, los principalescultivos en riesgo son los de secano. En cambio, conrespecto a los cultivos leñosos,el informe menciona que,al disminuir las heladas,existirá la oportunidad de intro-ducir cultivos sensibles a las bajas temperaturas comolos nísperos, se podrá ampliar la superficie de cultivode cítricos o se podrán introducir especies tempranascon un valor comercial más alto. Otra vez apreciamosla falta de una señal inequívoca del cambio de las condi-ciones ambientales: para algunas actividades, el cambiodel clima puede ser un problema, pero, para otras, sepuede convertir en una ventaja.Los estudios llevados a cabo en diferentes lugares deCataluña muestran cómo los cambios atmosféricos yclimáticos afectan de forma intensa al funcionamientoy la estructura de los ecosistemas terrestres medite-rráneos. La salida de las hojas se ha adelantado,y la caídase ha retrasado,de forma que en los últimos cincuentaaños el período vegetativo se ha prolongado, comopromedio,unos cinco días por década.El hecho de queunas especies se vean afectadas más que otras provocaque se altere la habilidad competitiva entre ellas y quedenafectadas las comunidades vegetales. Con respecto alos sumideros, los estudios más recientes cambian encierta forma la apreciación que se tenía sobre el papelde los sumideros de carbono de nuestros bosques.Así,la capacidad de actuación como sumideros de carbono,a largo plazo, de los bosques mediterráneos puedeverse seriamente comprometida durante las próximasdécadas a causa de los cambios fenológicos y del défi-cit hídrico estival que se prevé para el futuro, pero,en cambio, los suelos del país tienen un potencial rela-tivamente alto de retención de carbono.El estudio finaliza con un análisis del contexto norma-tivo, y concluye que las administraciones y, en particu-lar, la Generalidad de Cataluña,tienen margen de actua-ción para elaborar una estrategia de actuación propiacontra el cambio climático,pese al papel que debe cumplirCataluña atendiendo a la distribución de competen-cias entre Cataluña, el Estado español y la Unión Euro-pea. Los gobiernos deben actuar de forma que suspolíticas de fomento sectorial se adecuen a la proble-mática del cambio climático,y para este fin,han de dotarsede estructuras que permitan gestionar adecuadamenteel problema que, habitualmente, trasciende las compe-tencias de un único departamento. Asimismo, puestoque los mecanismos de flexibilidad contemplados enel Protocolo de Kioto parece que desempeñarán unpapel importante, el estudio recomienda al gobiernopromover, difundir y facilitar especialmente los meca-nismos de desarrollo limpio y de puesta en marchaconjunta entre nuestras empresas.

Si esto es una recomendación de futuro, el Protocolode Kioto estará vigente hasta el año 2012,y los compro-misos que contempla se refieren al período 2008-2012.Estas fechas están muy cerca y, por lo tanto, se piensaen aquello que sucederá más allá del 2012, es decir, enel período post-Kioto.A continuación aportaremos algu-nos indicios. No obstante, lo primero que debemoshacer es saber si podemos responder mejor a aquelloque recoge el artículo 2 de la Convención de las Nacio-nes Unidas sobre el Cambio Climático,sobre la concen-tración que estabilizará la concentración de gases deefecto invernadero en la atmósfera a un valor que impidainterferencias peligrosas con el sistema climático.

¿Cuál es el límite aceptable para lasemisiones de CO2 a la atmósfera?¿Existe una concentración sosteniblede gases causantes del efectoinvernadero en la atmósfera?

La respuesta a estas dos preguntas consiste en saber siexiste una concentración umbral de gases de efectoinvernadero en la atmósfera por encima de la cual seproducirían cambios catastróficos en el funcionamientode la Tierra,o bien si se conocen bastante bien las conse-cuencias del calentamiento debido al aumento de losgases de efecto invernadero, de forma que la comuni-dad científica sea capaz de definir una concentración

aceptable basándose en análisis de riesgos potenciales yde daños.Una forma de contestar a estas cuestiones es obser-var qué ha sucedido en el pasado. La paleoclimatologíaaporta datos respecto a la variación del CO2 atmosfé-rico durante épocas pasadas en la historia geológicade la Tierra.Hace unos cincuenta millones de años,habíaentre tres y nueve veces más dióxido de carbono enla atmósfera y, parece ser que hacía mucho más calorque ahora. Por ejemplo, debía de existir vida abun-dante en el círculo polar, o la temperatura de las aguasprofundas del mar debía de ser alta. Asimismo, se hanencontrado períodos con variaciones repentinas en milesde años del dióxido de carbono atmosférico relacio-nadas también con cambios en la temperatura. Conrespecto a estas oscilaciones, hay algunas en las quelos períodos cálidos exceden en magnitud a las proyec-ciones más radicales de los modelos climáticos. Estoscambios están asociados, en ocasiones, con extincio-nes o con redistribuciones de especies, en ningún casocon una desaparición total de la biosfera.La evolución del clima del futuro depende de la natu-raleza del forzamiento climático, es decir, del conte-nido en gases de efecto invernadero y de la sensibili-dad del sistema climático.Por lo tanto,determinar unaconcentración sostenible de los gases de efecto inver-nadero depende de la capacidad de determinar la sensi-bilidad del sistema climático,así como del conocimientoexacto de los factores de forzamiento y de los ries-

El futuro climático a partir del 2012.El caso de CataluñaJosep Enric Llebot

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gos y las vulnerabilidades.Además,el clima cambia conun marcado carácter regional y, mientras todos losmodelos proyectan un aumento global de la tempe-ratura y de las precipitaciones, las distribuciones tempo-rales y espaciales de estas varían de zona a zona delglobo y de modelo a modelo.Por lo tanto,con el cono-cimiento que se tiene actualmente del sistema climá-tico es difícil, por no decir imposible, establecer unaconcentración atmosférica de gases aceptable,dondelos riesgos y los impactos estén equilibradamente rela-cionados con el esfuerzo tecnológico y económicopara lograrla.Además,estos últimos factores tampoco son uniformespara todo el mundo. El problema del cambio climáticoes diferente si se contempla desde la perspectiva deun ciudadano de la Unión Europea o de los EstadosUnidos, con buena capacidad tecnológica y económicapara adaptarse a los cambios, o desde la de un esqui-mal que depende para su alimentación de la extensióndel hielo,o de un habitante de las islas Maldivas,conjuntode unas 1.600 islas de coral, para el que la extensiónde su país depende de la magnitud del ascenso delnivel del mar.Así pues,considerándolo desde un punto de vista realistay pragmático, hasta ahora se ha creído que la actua-ción frente al cambio climático comporta y debe compor-tar en el futuro dos tipos de acciones fundamentales:la mitigación de las causas y la adaptación a las nuevascondiciones climáticas. La mitigación es la disminución

de las emisiones; resulta evidente que en las condicio-nes actuales, existe tecnología disponible para estabili-zar el contenido atmosférico de dióxido de carbonoatmosférico a 450 ppm, a 600 ppm o a 1.000 ppm.Definir el nivel que ha de alcanzar la estabilización es unacuestión de orden sobre todo económico y,por lo tanto,de voluntad política y social. El primer paso es el Proto-colo de Kioto y, el segundo, es el que se iniciará ahora,cuando se hable del post-Kioto.Con respecto a la adap-tación, significa prepararse para las condiciones cambian-tes, tanto desde el punto de las actividades económicas,como desde la adaptación de infraestructuras,etc.Ambasestrategias, la adaptación y la mitigación, serán impres-cindibles para paliar el fenómeno.Como se ha afirmado,el único acuerdo internacional dereducción de emisiones hasta ahora logrado, el Proto-colo de Kioto, que ha entrado en vigor recientemente,en el mes de febrero de 2005, establece compromisosfruto de acuerdos entre los estados que conforman eldenominado anexo B, que justamente poseen la capa-cidad tecnológica para reducir las emisiones y adaptarsecon el coste económico que comportan.No hay consi-deraciones científicas para las propuestas de reduc-ción o, lo que es lo mismo, las recomendaciones cientí-ficas estaban muy alejadas del techo de las reduccionesplanteadas. Por lo tanto, los efectos reales de las reduc-ciones de emisiones contempladas en el texto del proto-colo sobre la concentración de gases de efecto inver-nadero en la atmósfera serán muy exiguos, por no

decir prácticamente imperceptibles. Pero esto no signi-fica que el protocolo no sea una herramienta útil. Hapropiciado la elaboración de inventarios de emisionescon metodologías unificadas y el establecimiento inci-piente de los mecanismos de flexibilidad.Ha establecidoun contexto donde, a semejanza de los logros alcanza-dos en la gestión de la protección del contenido de ozonoestratosférico,es de esperar que los avances en el cono-cimiento científico del problema se incorporen con másfacilidad a los acuerdos políticos. Se darán, por lo tanto,las condiciones para lograr en el futuro compromisosmás ambiciosos.Por este motivo, se debe tener en cuenta que los gasesde efecto invernadero tienen tiempos de residenciaen la atmósfera muy largos,es decir,se degradan con difi-cultad. Esto significa que las acciones que se tomen ahoratendrán efectos a largo plazo, decenas o centenas deaños. Esta es una coincidencia importante con otrosproblemas ambientales,como el mencionado descensodel contenido del ozono estratosférico. La escala detiempo del origen de la perturbación es mucho máspequeña que la escala de tiempo de recuperación delsistema. Por tanto, es importante aplicar el principio deprecaución, que consiste en actuar ahora, a pesar deque todavía no existen certezas completas sobre la magni-tud y el alcance del fenómeno. Sin embargo, lo que síse sabe es que cualquier actuación deberá mantenersedurante mucho tiempo y que tendrá efecto en escalasmás allá de nuestra generación. Esto es un problemaañadido a la gestión del problema.La forma de aproximarse al problema, naturalmente,ha variado con el tiempo. En todos los casos siemprese tomacomoreferencia la concentracióndeCO2 al iniciode la revolución industrial,es decir,280 ppm.El Protocolode Kioto no contempla ninguna proyección de concen-tración atmosférica degasesdeefecto invernadero,puestoque los acuerdos de limitación de emisiones solo abar-canun grupodepaíses y unos cuantos gases.Enel informedel IPCC se prevén unas concentraciones durante el sigloXXI que crecen y que llegan, a finales de siglo, a unacantidaddeentre700 y1.000ppm,loque supondría unosescenarios de aumento de la temperatura que llegaríanmás allá de los seis grados,es decir,se prevé un futuro conimportantes impactos ambientales.

¿Cómo afrontar el post-Kioto?

La Unión Europea ha formulado5 la propuesta deestablecer un límite a las emisiones que garanticen unaumento de la temperatura media, respecto a perío-dos preindustriales, de como máximo 2 ºC. Esta cifrase ha elaborado a partir de considerar que existe ungrado de conocimientos suficiente como para asegu-rar que, si el aumento es superior a la capacidad de losecosistemas y de la sociedad para absorber los impac-tos, esta capacidad puede verse fuertemente amena-zada. No parece, sin embargo,que sea un objetivo muyambicioso, puesto que se admite que un aumento dela temperatura global media de esta magnitud habráproducido ya impactos significativos sobre los ecosis-

5 Comisión de las Comunidades Europeas:Winning the battleagainst global climate change. Bruselas (2005).

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temas y la disponibilidad de recursos hídricos, aunquelas proyecciones prevén que las consecuencias más seve-ras se producirían si la temperatura superase los 2 ºC.No basta con un objetivo genérico, sino que se debeprecisar también el ritmo de emisiones. Según la UE,se tendría que conseguir que el aumento de la tempe-ratura no superase los 0,2 ºC por década. Esto signifi-caría que la concentración atmosférica de gases de efectoinvernadero tendría que estabilizarse entre 550 y 650ppm.Este objetivo,hoy por hoy,es una utopía difícilmentealcanzable debido a las condiciones actuales de creci-miento del consumo energético en todo el mundo,y porla posición de algunos países que quieren lograr, envez de una determinada concentración atmosféricade gases de efecto invernadero en la atmósfera, unadeterminada intensidad energética, persiguiendo unamejora de la eficiencia en el uso de la energía, pero sinestablecer un techo para las emisiones.Sin embargo,el escenario para los acuerdos posterioresal Protocolo de Kioto debe ser más ambicioso que elprotocolo actual,de modo que las consecuencias puedanmanifestarse de forma clara en el comportamiento dela atmósfera. El acuerdo que se alcance debe tener elobjetivo de estabilizar la concentración atmosférica degases de efecto invernadero y, respetando el principiode responsabilidades comunes pero diferenciadas entrelos diferentes estados que establece la Convención Marcode las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, losacuerdos futuros tendrán que incluir y ligar a la mayorparte de países firmantes de la convención.No obstante,el 75% de las emisiones en todo el mundo provienen deun grupo relativamente pequeño, la Unión Europea,los Estados Unidos,Canadá,Rusia, Japón,China y la India,que son los que tendrán que hacer el mayor esfuerzo dereducción de emisiones.El Protocolo de Kioto contempla actualmente reduc-ciones o aumento de las emisiones absolutas, tomandocomo referencia las del año 1990 (1995 para algunosgases). Si se mantiene esta estrategia de contabiliza-ción, la concentración de CO2 en la atmósfera con lasmagnitudes mencionadas en los párrafos anteriorescomportaría mantener las emisiones en torno a los 7.000millones de toneladas/año actuales6 , que los acuerdospost-Kioto deberán repartir entre todos los países. Siel ritmoactual de crecimientode las emisiones semantienecomo hasta ahora, cerca del año 2050 se alcanzaría laemisión del doble: 14.000 millones de toneladas deCO2/año.Por lo tanto, tendrá que haber acciones deci-didas para conseguir cambiar la tasa de emisiones y paralograr,probablemente durante la segunda mitad del sigloXXI, la estabilización de la concentración atmosférica deCO2. Actualmente, existe tecnología disponible paralograrlo; habría que conseguir, por ejemplo, una mejoraen la eficiencia de los coches y de las centrales de gene-ración de energía eléctrica, lograr edificios energética-mente más eficientes, capturar y almacenar el carbonoproducido en las centrales de producción de energíaeléctrica, aumentar el uso de biofuel y la generaciónde energía eólica y fotovoltaica o gestionar adecuada-mente los bosques y los suelos.Otro tema importante que se planteará en los acuer-dos post-Kioto es saber si se mantienen los indicado-res que se han empleado hasta ahora. Como ya se haafirmado, en el desarrollo del Protocolo de Kioto secuenta la cantidad total de los seis gases de efecto inver-

nadero que se emiten a la atmósfera. Pero esta meto-dología no está exenta de dificultades, puesto quecomporta visiones parciales y esconde desigualdades.Probablemente,unos indicadores más equitativos seríanlas emisiones per cápita opormillóndeeurosdeproductointerior bruto de los diferentes países, que indican elgrado de desarrollo de un país y el grado de eficienciade su sistema productivo. Así, se tendrá que pensar sidebemos tender a igualar las emisiones per cápita detodos los países o no. Es evidente que la situación y laclimatología de un país influyen también en su consumoenergético y, por lo tanto, en sus emisiones absolutas yper cápita.Un país con un clima riguroso probablementetendrá unas emisiones per cápita superiores a otroque necesite menos gastos en calefacción o refrigera-ción. No obstante,los problemas arrancarán de los puntosde partida bastante distintos de los diferentes estados.Como muestra de lo anterior, podemos ver los datospublicados por la Unión Europea referentes a sus Esta-dos miembros7 , donde pueden apreciarse las diferen-cias entre los distintos estados que no necesariamen-te están relacionadas con las emisiones absolutas.Tampoco están relacionadas con las emisiones por millónde euros del PIB,que en cierta forma muestran la eficien-ciaenergéticadel sistemaproductivodeunpaís (gráfico1).Como resumen, podemos afirmar que en los acuer-dos que configuran la actuación ambiental para incidirsobre la cuestión del cambio climático de origen antró-pico más allá del año 2012,el período post-Kioto,se hande afrontar retos muy importantes como la incorpo-ración y contabilización de las emisiones de todos lospaíses del mundo y la definición de un sistema de indi-cadores más justos y equitativos. El proceso de elabo-ración y pacto de un futuro acuerdo será, pues, difícil yprobablemente largo, pero es imprescindible lograrlosi no queremos que el entorno ambiental experimentecambios importantes como consecuencia del calenta-miento de la atmósfera (gráfico 2).•

6 S. Pacala y R. Socolow: «Stabilization Wedges: Solving theClimate Problem for the Next 50 Years with Current Tech-nologies». Science, 305, p. 968-971 (2004).

7 Agencia Europea deMedio Ambiente:Greenhouse gas emis-sion trends and projections in Europe 2004. Informe EEA,núm. 5/2004.Copenhague (2004).

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El futuro climático a partir del 2012.El caso de CataluñaJosep Enric Llebot

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El mundo de los negociosy la protección del clima

Ernest-Antoine Seillièrepresidente de la UNICE

El presidente de la Unión de Industrias de laComunidad Europea (UNICE) explica el punto de vistade esta organización respecto a las políticas y lasacciones para combatir el cambio climático. La UNICErepresenta a más de 20 millones de empresasubicadas en 33 países europeos.

En Europa,las empresas se movilizan notablemente paracontrolar las emisiones de gases de efecto inverna-dero. Entre 1990 y 2002, las industrias de transforma-ción lograron reducir sus emisiones en un 22%.Es funda-mental emprender un proceso para definir una estrategiaeficaz de cooperación internacional post-2012.En nuestra opinión, los temas clave en las negociacio-nes sobre la estrategia internacional post-2012 son:

1.El cambio global climático es un problema global

Para tener éxito en la lucha contra el cambio climá-tico, es necesario desarrollar una estrategia global verda-deramente exhaustiva,en la que cada nación y cada regióndesempeñen su laborbasándoseenel principiode respon-sabilidades comunes pero diferenciadas.El cambio climático no puede resolverse únicamentedesde una perspectiva ambiental. El cambio climáticodebe considerarse en el contexto de otras priorida-des urgentes (suministro de energía, desarrollo econó-mico, calidad de vida y creación de empleo),tanto a cortocomo a largo plazo. Cualquier estrategia futura debecombinar realidades ambientales,sociales y económicas,y debe incluir el apoyo a los países y las personas másvulnerables, así como medidas de adaptación al cambioclimático y de respaldo al desarrollo.

2.La función crítica de la innovación ysu difusión

El desarrollo y el despliegue tecnológico serán esen-ciales para lograr la reducción de gases de efecto inver-nadero sin comprometer la mejora de la calidad devida en los países desarrollados y en desarrollo.Se nece-sitan incentivos para promover la investigación, conver-tirla en innovaciones prácticas y difundir dichas innova-ciones ampliamente. Esto requerirá a menudo laadaptación o renovación de las infraestructuras socialesbásicas, lo que precisará inversiones considerables y solose llevará a cabo en un contexto de desarrollo econó-mico sostenido.Es fundamental establecer marcos eficaces para promo-ver la transferencia de tecnología entre los países desa-rrollados y los países en desarrollo, protegiendo a lavez los derechos de propiedad intelectual.

3.Los objetivos ambientales delas políticas climáticas

Los futuros objetivos ambientales de las políticas climá-ticas deben basarse en análisis científicos fiables y en

expectativas realistas en cuanto al ritmo de innovacióny despliegue tecnológicos. Dichos objetivos tambiéndeben reconocer las limitaciones y las lagunas actualesen climatología y valoración de riesgos.

4.Objetivos internacionales a largo plazoen el control de las emisiones

Los objetivos internacionales a largo plazo en el controlde las emisiones pueden mejorar la capacidad de lasempresas para perfilar programas de inversión y dirigiresfuerzos de I+D.Deberían definirse teniendo en cuentala necesidad fundamental de que todas las partes parti-cipen en los esfuerzos de protección climática.No obstante,dichos objetivos internacionales solo seráneficaces si se vinculan a un marco de decisiones políti-cas a largo plazo realista,creíble y flexible,que pueda ajus-tarse de acuerdo con las crecientes experiencias y cono-cimientos. Harán falta ajustes para tener en cuenta elprogreso científico y técnico, el tiempo necesario parala industrialización y la difusión a gran escala de lasinnovaciones tecnológicas, de una forma que resultecompatible con los objetivos ambientales, sociales yeconómicos, y con las principales decisiones políticastomadas en naciones y foros internacionales.Los objetivos estrictamente vinculantes a corto,medioo largo plazo no son la mejor manera de fomentar gran-des avances tecnológicos basados en I+D a largo plazo.Así pues, todo objetivo a corto y medio plazo debebasarse en valoraciones realistas y estar abierto a unarevisión adecuada cuando los nuevos avances tecnoló-gicos estén disponibles.

5.La necesidad de instrumentos eficacesbasados en el mercado

Si están bien diseñados y se aplican debidamente, losmecanismos basados en el mercado, como el comer-cio de emisiones, el mecanismo de desarrollo limpio(MDL) y la implementación conjunta (IC) pueden serherramientas claveparahacer frente a los retosdel cambioclimático; herramientas que, por un lado, proporcionenincentivospara favorecerel usode tecnologíasmáseficien-tes desde el punto de vista de las emisiones de carbonoy, por otro, reduzcan los costes de cumplimiento de loscompromisos. La eficacia, viabilidad y transparencia dedichos mecanismos debe mejorarse para maximizar surepercusión y evitar distorsiones no razonables en lacompetencia entre empresas y naciones.No deben intro-ducirse límites artificiales enel uso de créditos de IC/MDL,ya que esto reduciría la eficacia de los mecanismos y limi-taría potencialmente el desarrollo de proyectos.

6.El sistema de comercio de emisiones (ETS)de la UE

El ETS de la UE se ha implantado de forma desigual yel desarrollo de los procedimientos administrativos nece-sarios ha sido lento.Así pues,resulta difícil juzgar su efica-cia o su valor como modelo para planes futuros. Lasimportantes subidas recientes de los precios de la elec-tricidad y su posible repercusión en la competitividadinternacional constituyen una importante preocupaciónpara las industrias que consumen mucha energía.Es funda-

mental realizar un análisis completo de la repercusióndel ETS y llevar a cabo las mejoras pertinentes.

Ejemplos de las constribuciones de lasindustrias de la UE para proteger el clima

Medición de las emisiones

Esso Nederland redactó un protocolo exhaustivo decontrol para medir las emisiones de CO2 y de óxidode nitrógeno.En 2004,el gobierno holandés recomendóque se promoviera este protocolo como buena prác-tica en los Países Bajos y en toda la UE.

Producción de electricidad basada en el hidrógeno

BP ha iniciado la planificación y el diseño de la primeracentral eléctrica a escala industrial abastecida con hidró-geno con captura y almacenamiento de carbono,plane-ada para la zona de Aberdeen (Escocia).Se transformarágas natural del Mar del Norte en hidrógeno y CO2. Elhidrógeno alimentará una central eléctrica mientras queel CO2 se inyectará para mejorar la recuperación depetróleo y para el almacenamiento geológico a largoplazo.El proyecto creará 350 MW (megavatios) de elec-tricidad libre de carbono. Se almacenarán de manerapermanente 1,3 millones de toneladas de CO2.

Biocombustibles neutrales en CO2

Los combustibles renovables son en su mayoría neutra-les en CO2.Desde 2002,DaimlerChrysler y Volkswagenhan participado en un proyecto en el que se transfor-man residuos de madera en un combustible muy limpiollamado «SunDiesel». Este diesel biogénico lo produceChoren Industries (Alemania) a partir de astillas demaderacompuestas por residuos triturados de madera y podasde aclareo de bosques. Hasta la fecha, las prometedo-ras pruebas realizadas con SunDiesel han alcanzado másde 30.000 km.

La industria automovilística

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóvi-les (ACEA) se comprometió a reducir la media de emisio-nes de CO2 de su nueva flota de turismos de 185 gCO2/km en 1995 a 140 g CO2/km en 2008.Este compro-miso debería reducir las emisiones anuales de CO2 en75-80 millones de toneladas en 2010,según la ComisiónEuropea.

Bombas circuladorasEstas bombas, que se utilizan en los sistemas de cale-facción central, son las responsables de hasta el 15%del consumo eléctrico de un hogar europeo medio. Eluso generalizado de bombas de alta eficacia antes de2020 en la UE podría ahorrar 17,6 millones de tonela-das de CO2 al año.

El proyecto NORNED

En 2007, un enlace de corriente directa de alta tensión(HVDC) de 580 km conectará las rejillas de potencia deNoruega y los Países Bajos, y promoverá el uso defuentes de energía renovables. Esta solución de tecno-logía avanzada, inventada y facilitada por ABB, reducirá

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las pérdidas de transmisión a la mitad. A través de esteenlace submarino (con una capacidad de 700 MW),los Países Bajos importarán energía hidráulica «verde»de Noruega durante el día,cuando la demanda es elevada,y exportarán el excedente de capacidad de sus centra-les eléctricas termales durante la noche, cuando lademanda es baja.Se espera reducir las emisiones de CO2

en casi 1,7 millones de toneladas al año.

La industria del papel

La industria holandesa del papel y la pasta ha lanzadoel «Proyecto de transición de energía para la cadenade producción del papel». Su objetivo es reducir a lamitad la cantidad de energía en el producto final antesde 2020, mediante iniciativas que mejoren la sostenibi-lidad, la competitividad, la innovación del proceso y elproducto, y la cooperación en la cadena.

Producción de melamina

Una nueva tecnología introducida por DSM,de los PaísesBajos, en 2004 permite una reducción de las emisio-nes de CO2 en aproximadamente un 70% respecto ala mejor tecnología anterior. Es el fruto de quince añosde trabajo de I+D.

Proyecto de MDL en Nigeria

El venteo y quemado de gas natural en Nigeria en el año2000 ascendió a cerca de 17.200 millones de m3 (el 19%de todo el venteo y quemado del mundo). El CO2 y elmetano no quemado que se generan de esta formacontribuyen al cambio climático. Un proyecto de MDLpresentado por un consorcio dirigido por Nigeria AgipOil Co. (una filial de Eni) garantizará que el gas residualasociado producido en los yacimientos petrolíferos (quese quema tradicionalmente con antorchas) se utilice paraproducir electricidad en una central de energía avanzada(480 MW), lo que aumentará un 12% la capacidad degeneración de Nigeria.Se prevé reducir las emisiones enunos 1,6 millones de toneladas de CO2 equivalente alaño.

La industria del vidrio

Desde 1970, la cantidad de CO2 emitido por toneladade vidrio producida en Europa se ha reducido en un60%. El doble vidrio avanzado de baja energía (low-E) desarrollado por la industria europea muestra unequilibrio ecológico muy favorable. La fabricación deun metro cuadrado de doble vidrio de baja energíagenera 25 kg de CO2.Por otra parte, sustituir un metrocuadrado de vidrio sencillo por vidrio doble de bajaenergía permite ahorrar 91 kg de CO2 al año.•

Kioto: luces y sombrasPPor Lluís Reales

Alba Cabañas y Jaume Morrón

Alba Cabañas, desde el mundo de la empresa, y JaumeMorrón, desde el ecologismo racional, conversan sobre el proceso que ha llevado a Kioto, sobre el futuro energético, sobre el cambio tecnológico, sobre fiscalidad… En definitiva, reflexionan sobre los caminosdel presente y del futuro para conciliar las crisis ambientales con el desarrollo y las necesidades de losdiferentes actores económicos de nuestra sociedad.

Alba Cabañas, economista de formación, es directora deldepartamento de Medio Ambiente de Fomento del TrabajoNacional desde el año 2000. Cabañas ha vivido el procesode Kioto gracias a su participación en la comisión CEOE-Administración General del Estado, que se constituyó paratrasladar la Directiva del Comercio de Emisiones al Estadoespañol. También ha organizado la mesa sectorial en la quelos diferentes sectores empresariales han negociado conel Gobierno de la Generalidad de Cataluña.

Jaume Morrón, que estudió Ciencias Empresariales, estávinculado al movimiento antinuclear y ecologista desdelos años ochenta. Es miembro del Servicio Mundial de Infor-mación sobre la Energía (WISE), una organización inter-nacional que agrupa a ONG que trabajan para el fomentode las energías renovables y para detener la proliferaciónde la energía nuclear. Morrón forma parte del Grupo deEnergía de Ecologistas en Acción de Cataluña, confederadocon el resto del Estado español.

LlR: ¿Cómo valoran el proceso político que ha condu-cido a la entrada en vigor del Protocolo de Kioto? ¿Quéaspectos valoran positivamente y cuáles negativamente?

AC: Desde el mundo de la empresa, y visto a poste-riori, se cree que el proceso se ha llevado a cabo desdeun desconocimiento de lo que suponía. No existía concien-cia de lo que significaba, y esto se ha podido ver muchodespués. Ha sido como una especie de brindis al solde muchos responsables políticos que desconocían lasimplicaciones de Kioto y que, por lo tanto, tomaron deci-siones poco meditadas. Respecto a los aspectos positi-vos, Kioto ha supuesto un punto de inflexión en la valo-ración económica de los temas ambientales. Kioto –másque el agua, los residuos u otros temas– ha provocadoque los responsables de Economía se hayan «puestolas pilas» en relación con los temas ambientales. Esteproceso de afrontar seriamente Kioto lo inició la Minis-tra de Medio Ambiente del último gobierno del PartidoPopular.

JM: Efectivamente, quizás por desconocimiento, quizáspor desinterés, el Gobierno español no había dado dema-siada importancia al proceso de Kioto. Y se firmaronunos compromisos que posiblemente son imposiblespara España. Incluso cuando ha existido la voluntadde hacer los deberes, se han hecho precipitadamente,como en el caso de determinar el inventario forestalpara calcular qué superficie de bosques tenemos parala absorción de CO2. Otros estados, como el Reino

El mundo de los negoscios y la protección del climaErnest-Antoine Seillière

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Unido, Alemania, Dinamarca o Suecia, han trabajado conmucho más tiempo y, por lo tanto, han hecho mejorlas cosas.En relación con los aspectos negativos del proceso deKioto, destacaría la carencia de capacidad de la diplo-macia internacional para incorporar a los Estados Unidosa dicho proceso. Creo que es muy necesario que parti-cipe en el mismo. Respecto a los aspectos positivos, creo que, independien-temente del problema del cambio climático, Kioto ha abiertolos ojos a muchas personas. Kioto es una gran oportunidadpara la revolución tecnológica, para apostar por la eficien-cia en el uso de la energía. Por lo tanto, más allá del debatesobre el cambio climático, esta revolución tecnológica, cata-lizada por los compromisos internacionales en torno a Kioto,es fundamental para el futuro del planeta.

LlR: ¿Kioto es, sobre todo, una puerta de entrada auna gran revolución tecnológica?

AC: Yo no hablaría tanto de revolución tecnológica comode cambio. El problema es si este cambio solo lo debenllevar a cabo los sectores comprometidos con el mercadodel comercio de emisiones, y si pueden responderrespecto a los porcentajes y plazos planteados. En estesentido, echamos de menos en el Protocolo de Kioto,y también en otras iniciativas legislativas, un conocimientoreal del punto de partida, basado en información verazy objetiva. Este es un aspecto clave, puesto que una delas críticas que se ha realizado, por ejemplo en Francia,al comercio de emisiones es que la iniciativa respondea la gran dificultad para identificar el comportamientode cada una de las instalaciones por parte de los gobier-nos. En relación con los porcentajes de incremento, creoque se decidieron de forma arbitraria a partir de unasestadísticas obsoletas. Así, para el conjunto de España,se realizaron unos cálculos que no son realistas. En cambio,países como Alemania y el Reino Unido salieron bene-ficiados.

LlR: ¿Uno de los grandes retos asociados a Kioto es queel sector energético apueste realmente por la innovación?

AC: Tradicionalmente se ha hablado mucho de indus-tria y eficiencia. Kioto ha supuesto introducir el aspectoambiental en el debate energético. Y esto resulta inte-resante porque plantea las restricciones y los límites. Porejemplo, el comercio de emisiones establecido en Europafija unos porcentajes que han de cumplir las industrias.La cuestión subyacente es saber con qué herramien-tas cuentan las industrias para cumplirlos. Y la respuestaes que el único camino es la eficiencia energética, que,a corto plazo, para la gran mayoría de industrias inclui-das en el mercado de emisiones son habas contadas. Así,a corto plazo, las instalaciones de la industria pesadano tienen demasiada posibilidad de cambio; como máximo,una sustitución de combustible. Por otra parte, las posi-bilidades que ofrece la actual estructura energéticason limitadas. La realidad es que la energía nuclear, aunque a nadie leguste hablar de ella, es finalmente la que a través del sectoreléctrico está aportando garantía de suministro. Estolo sabemos, pero, en definitiva, a un industrial le es indi-ferente de dónde viene la energía. Si las necesidadesse pueden cubrir con molinos de viento, ningún problema;

el problema es que actualmente no es posible. Lo funda-mental es que la energía llegue, esté garantizada y tengaun precio razonable. El industrial lo que quiere es produ-cir. En la actualidad, muchos empresarios afirman: «nuncahabía dedicado tanto tiempo a las commodities», osea, a los temas energéticos, al agua... Algunos empre-sarios se plantean sustituir un determinado combustiblepor gas, pero tampoco es la solución definitiva. Respectoa la energía nuclear, nos encontramos en situaciones taninjustas como la de que Francia dispone de muchas centra-les nucleares. Kioto está directamente vinculado con el tema ener-gético; no obstante, los responsables políticos de unay otra materia son diferentes, y este hecho aporta unacomplejidad añadida al proceso.

JM: Me gusta escuchar que a los industriales les resultaindiferente el origen de la energía que necesitan. Noes una afirmación habitual, pese a que es la posturainteligente. La energía debe obtenerse, y a precioadecuado, así que no importa de dónde proceda la ener-gía. Debe obtenerse y a un precio adecuado. Plantearsimplemente un cambio de combustible es una decisiónpara cuatro días, sin visión de futuro. En relación con eltema energético, toda política a corto plazo está conde-nada. De hecho, a corto plazo no se pueden ni ponercentrales nucleares en marcha; necesitarían un perí-odo de aceptación social y de combate con grupos comoel nuestro, que no las aceptaremos bajo ningún concepto.Y además, requieren un período de construcción y unosinversores que no se ven por ninguna parte. Por estemotivo, en el post-Kioto hay que incorporar una visióna largo plazo y un compromiso internacional para la miti-gación de los efectos del cambio climático.

LlR: ¿Los medios de comunicación han ayudado paraque la ciudadanía entienda el proceso de Kioto?

AC: Yo creo que han fomentado la precipitación, porla presión que han recibido los políticos. El mensajeha sido: «si no hacemos nada, el cambio climático esinexorable». Se ha manifestado un factor muy emocio-nal en esta precipitación de los políticos. Y esto hacreado mucha confusión entre la opinión pública. Kioto,comercio de emisiones, cambio climático... Todo haacabado en el mismo saco. Se ha generado un granruido que ha impedido una reflexión más serena delfondo de la cuestión, que tiene que ver con los lími-tes y la opinión de los sectores implicados. Esta preci-pitación se ha fomentado desde Bruselas, especialmentepor par te de la comisaria Margaret Wallstrom, quequería poner en marcha el mercado de comercio deemisiones incluso antes de la firma de Kioto. Esto hagenerado un ambiente de urgencia que ha provo-cado un planteamiento superficial de muchas cues-tiones. Por lo tanto, no comparto el hecho de esta-blecer una relación entre la necesidad de eficienciaenergética y renovación tecnológica para afrontar elagotamiento de los combustibles fósiles y el cambioclimático. Es decir, creo que todo el mundo hubieseestado de acuerdo en la necesidad de mejorar la eficien-cia energética y de continuar en el proceso de reno-vación tecnológica en el ámbito energético, sin tenerla amenaza del fin del mundo por el cambio climáticocomo estímulo.

JM: En parte comparto este análisis, pero habría queañadir un elemento más. La presión y las urgencias seexplican por haber estado mucho tiempo sin hacer nada,sin mover ficha. Por otra parte, un cierto discurso «apoca-líptico» en torno al cambio climático ha provocadoque muchos gobiernos, entre ellos el español, se toma-ran la cuestión seriamente. El Estado español no habíahecho prácticamente nada durante diez años, y en unaño «y pico» ha llevado a cabo precipitadamente un plande asignación de emisiones. También se debe destacarel Plan de Eficiencia Energética que impulsó el gobiernodel Partido Popular. Fue el primer paso, aunque discu-tible, hacia el nuevo Plan de Energías Renovables delPartido Socialista y supuso el compromiso de introdu-cir criterios ambientales en la edificación. En cualquiercaso, los frutos de estas iniciativas se podrán ver a medioy largo plazo. A corto plazo, tendrían que establecersecompromisos concretos que obliguen a los estados, alas empresas y también a los particulares a reducir losefectos nocivos de las emisiones de combustibles fósi-les. Y esto solo es posible a través del cambio tecnoló-gico en todos los sectores, tanto en Europa como enaquellos países que todavía no forman parte del compro-miso de Kioto. Es necesario encontrar mecanismos, através de las Naciones Unidas, para activar este proceso,independientemente de las incertidumbres que pudie-ran existir sobre el cambio climático.

LlR: ¿Qué explicaría las resistencias de muchos indus-triales a Kioto?

AC: ¿Crees que se habrían producido tantas reaccio-nes en contra de Kioto si las cosas se hubieran plante-ado como un fomento del cambio tecnológico a los dife-rentes sectores industriales para, finalmente, lograr uncambio de energías? Si se trata de este objetivo, estamostodos de acuerdo. ¿Qué explicaría las resistencias? Pueshacer las cosas precipitadamente y a partir de la premisade que las emisiones de las empresas son el origen detodos los males. En cambio, si se trata de discutir sobrecómo fomentar el cambio tecnológico para racionalizarel uso energético, todos estamos de acuerdo. El problemasubyacente es que no está claro si el objetivo es impul-sar el cambio tecnológico o detener un movimientoinexorable que es el cambio climático. De esta indefi-nición surgen las resistencias. Si el mensaje que se envíaal 30% de la industria europea es que ha de detener elcambio climático del mundo, puesto que de hecho esla primera obligada legalmente a hacerlo, esto genera unrechazo. Además, las empresas afectadas por el comer-cio de emisiones son grandes. Y deben participar enun juego interno en Europa que se plantea como unalógica de mercado pero que en realidad responde aun intervencionismo extraordinario. Por otra parte, en la «cocina» de Bruselas hay paísesque disponen de más información y capacidad de influen-cia que otros. El resultado final es que una empresa radi-cada en Tarragona del sector petroquímico que emite «x»debe comprar derechos de emisión. En cambio, una plantasimilar de la misma empresa, pero radicada, por ejem-plo, en Alemania, no tiene que comprar derechos deemisión. Esto se convierte en una situación perversa.

JM: Estas situaciones son reales, pero se explican poruna mala negociación del Gobierno español. ¿Por qué?

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No daba importancia al tema y quizás confiaba en queno sucedería nada. En realidad, el mercado de emisionestiene una gran trascendencia económica.

LlR: Realmente, Kioto, puesto que puede afectar a lacuenta de resultados, ¿ha provocado que se despierte elinterés por los temas ambientales en el mundo de laempresa?

JM: Sin duda alguna, Kioto, esté mal o bien hecho, osea insuficiente, como yo creo, ha provocado que muchossectores se hayan «puesto las pilas».

AC: En realidad, la mayor parte de los sectores afectadospor Kioto ya trabajaban, por razones de competitivi-dad, en la reconversión tecnológica. Ya hace tiempoque el sector industrial en Cataluña vive bajo una granpresión y, por lo tanto, las empresas que quedan, o bienson muy competitivas, o bien necesitan estar muy próxi-mas al cliente por la naturaleza de su producto, comoel sector del cemento o el cerámico. Por lo tanto, lasempresas que actúan en mercados altamente compe-titivos ya hace tiempo que se han «puesto las pilas». Efectivamente, quedan sectores industriales, como elcerámico, todavía muy atomizados y dispares. En cual-quier caso, la presión del mercado obliga al cambiotecnológico.

JM: Es cierto que las emisiones en el Estado españolaumentan en el ámbito del transporte, en los sectoresdifusos y en el sector eléctrico. Las industrias no son,en ningún caso, las únicas responsables del cambio climá-tico. Un escenario post-Kioto debe tener en cuenta mássectores, un horizonte temporal más lejano y la mitiga-ción de los efectos del cambio climático que ya se estánproduciendo. Es necesario incorporar la mitigación enlos acuerdos internacionales.

LlR: Un aspecto que contempla Kioto y que a menudopasa desapercibido es el de los mecanismos de desa-rrollo limpio. ¿Cómo los valoran?

AC: Es una herramienta valorada muy positivamente porlas industrias y que está limitada, respecto a la obtenciónde créditos, a un porcentaje determinado y a un tamañode empresa significativamente grande, por la compleji-dad del proceso. Creo que se tendría que ampliar. Piensoque existe una cierta desconfianza hacia las posiblesactuaciones de la industria en países en desarrollo. Losmecanismos de desarrollo limpio pueden resultar unaherramienta clave para detener el efecto invernaderoa escala global, y para modernizar tecnológicamentepaíses en vías de desarrollo.

JM: En el post-Kioto me gustaría que desapareciera lalimitación a los mecanismos de desarrollo limpio. Perohabría que orientarlo de forma masiva y mundial. Lo quequiero decir es que algunos sectores que todavía utili-zan tecnologías obsoletas deben renovarlas primero enCataluña, si es necesario con ayudas, y después aplicar-las a otros países.

AC: Pero no se puede pedir más esfuerzo a las empre-sas españolas que a las de otros países europeos. Nopodemos olvidar que la producción de cualquier producto

es global y que debe salir al mercado en las mejorescondiciones.

LlR: ¿Y qué se puede afirmar del sector del transporte?

JM: En el post-Kioto, hay que actuar en el sector del trans-porte. Diría más: es necesaria una auténtica revolu-ción. Es el único medio para conseguir reducciones deemisiones significativas. No se trata de cerrar fábricas,sino todo lo contrario. Pero hay que destinar mucha inver-sión a la investigación –algunas empresas ya lo hacen–,así como pensar en algunos mecanismos que estimu-len esta reconversión del sector del transporte.

AC: El sector del transporte no lo tiene fácil. Segura-mente hay que revisar la política de infraestructuras. Notiene ningún sentido que haya tantas vías ferroviariasde interconexión abandonadas. El transporte por ferro-carril en nuestro país está muy poco desarrollado,especialmente si nos comparamos con países como Fran-cia. La industria no tiene caprichos en relación con el tipode transporte o la fuente de energía. Simplemente quierelo que sea más eficiente y más barato.

JM: Ciertamente, muchos de los cambios que nece-sita nuestra sociedad no se pueden conseguir de hoypara mañana. Son apuestas para dentro de cincuentaaños, unas dos generaciones. Y es necesaria esta visióna largo plazo.

AC: Hay empresas que se pueden permitir esta visión alargo plazo y otras que no. Quizás en Cataluña hay unaestructura de pequeñas y medianas empresas a las queresulta muy difícil definir estrategias futuras. Respecto aldebate del agotamiento de los combustibles fósiles, megustaría poderlo desarrollar dentro de diez años. Ahora esun debate demasiado intoxicado. Lo cierto es que ya novolveremos a tener petróleo a buen precio. Por lo tanto,hay que reflexionar sobre los usos que le damos; si debe-mos continuar quemándolo o bien usarlo como materiaprima para determinados productos muy necesarios.

JM: La llegada al punto de inflexión del petróleo puedeproducir, como de hecho ya ha sucedido, situacionestraumáticas como guerras. Por lo tanto, hay que inver-tir muchos esfuerzos para evitar estos conflictos.

LlR: ¿Qué medidas concretas son necesarias para orien-tarnos hacia un escenario más sostenible, de tipo fiscal,de precios, de contención de la demanda...?

JM: Lo primero que se debe hacer para ir hacia la soste-nibilidad es planificar. Por ejemplo, esto es evidente enel urbanismo. Necesitamos casas que generen energía,no cero emisiones, ni cero consumo; casas que apor-ten energía a la red. Necesitamos coches que aportenenergía a la red cuando estén aparcados. Es necesariauna generación eléctrica extremadamente distribuida;necesitamos una red eléctrica totalmente nueva. Esurgente una revolución del sistema energético: ahorala producción está fundamentalmente centralizada yse necesita un modelo. Ignoro cómo evolucionará eldebate sobre la energía nuclear y si las previsiones enla ampliación de la capacidad nuclear que plantean losfinlandeses y los franceses tendrán éxito. En cualquier

caso, hace ya años que no se ponen en marcha gran-des plantas de producción eléctrica. También necesita-mos una sociedad más informada y culta, especialmenterespecto a temas energéticos, para facilitar la aceptaciónsocial de las infraestructuras.

AC: Antes de planificar, yo defiendo un paso previo: cono-cer la realidad. Y a menudo, cuando el responsablepolítico ya conoce la realidad, entonces cambia el ciclopolítico. Ojo con planificar, porque muchas veces se partede una realidad equivocada.

LlR: ¿Los problemas ambientales reclaman una nuevafiscalidad?

AC: Quizás sí, pero con unas reglas del juego comple-tamente nuevas. No me parece aceptable que se empiecea hablar de fiscalidad ambiental o fiscalidad de la ener-gía superpuesta a la que ya existe. Habría que estu-diarlo con detenimiento y llevar a cabo una reforma afondo del modelo. Ahora se penaliza el factor trabajoy no se penalizan las externalidades negativas, fruto dedeterminadas actuaciones. No se puede fomentar laconfusión e incorporar, además, un impuesto ecoló-gico.

JM: Una forma de empezar sería a través de la matri-culación de los coches. ¿Por qué no se penalizan las emisio-nes de los coches? La energía es extremadamente baratay debería ser mucho más cara. Si fuera más cara, seestimularía la innovación y su uso inteligente.

LlR: Por lo tanto, ¿deberán ser más caros los peajes delas autopistas?

AC: Los peajes de las autopistas se acordaron hace unosaños para la financiación en la construcción de unas deter-minadas infraestructuras. Así pues, no se deben mezclarlas cosas. Si queremos menos emisiones del trans-porte, debemos tener vías, por ejemplo ferroviarias, quesean mucho más baratas que coger el coche. Tambiénes importante no centrar exclusivamente las políticas enla penalización; el ciudadano debe percibir el incentivode hacer las cosas bien. Y esto se pone de manifiestoen las «figuritas» fiscales existentes. Se necesitan incen-tivos económicos a la hora de hacer las cosas bien, depracticar un comportamiento ambiental. Los impuestos ambientales tienen una perversión intrín-seca: si realmente son ambientales, su éxito es la muertedel impuesto, del ingreso. Por lo tanto, siempre acabaimponiéndose la máxima de que el impuesto, ademásde ser ambiental, debe ser recaudatorio.

JM: Totalmente de acuerdo. Muchos impuestos que sedenominan ambientales en realidad son de tipo gene-ral. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha existe un impuestosobre los residuos radiactivos. En Galicia hay un im-puesto sobre las emisiones de CO2. Son impuestos simple-mente recaudatorios que utilizan figuras ambientales.

LlR: Explique algo más esto de la perversión de los impues-tos ambientales...

AC: Iré más allá dejando aparte que el impuesto vaya acaja única o sea finalista, es decir, que pretenda mejorar

Kioto: luces y sombrasAlba Cabañas y Jaume Morrón

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el medio. Con respecto a la recaudación, tenemos el casodel canon del agua, que establece, dicho de forma simpli-ficada, una señal que penaliza la contaminación. De hecho,la Administración debería dejar de ingresar cuando lacontaminación disminuye. En realidad, se han incremen-tado los precios de los parámetros para poder pagar elsistema de saneamiento de Cataluña, que es el objetivodel canon. Finalmente, es muy difícil dar una señal favo-rable y al mismo tiempo mantener los ingresos, la recau-dación. La fiscalidad ambiental tiene un prejuicio de entradapara los expertos fiscales: hay que mantener los ingresos.Y esta es una perversión muy difícil de resolver.

LlR: Una última cuestión: ¿qué puede pasar en el casode Cataluña, en el post-Kioto, si consideramos la grandependencia exterior de las fuentes primarias de energía?

JM: Cataluña no dispone de recursos energéticos y,además, tiene un modelo urbanístico que consume mucho,que es insostenible. Por lo tanto, debemos tender haciauna construcción generadora de energía. Y, sobre todo,debemos aprovechar el potencial para las energías reno-vables que tenemos, que no es demasiado grande. Eneste sentido, hay que subrayar las grandes dificultadesque está experimentando el único despliegue que a cortoplazo tenemos para generar electricidad de una formamasiva: el viento. La oposición de muchos movimien-tos ambientales a la energía eólica se explica, efectiva-mente, por la forma en que se ha llevado a cabo estedespliegue desde 1999. Los argumentos contrarios tienenuna base emocional: en cada pueblo de Cataluña hay unamontaña de Montserrat. Pero hay que darse cuenta de que tenemos capacidadpara producir electricidad sin que esto signifique unaagresión al patrimonio natural. Necesitamos los parqueseólicos previstos e incluso ser pioneros en la construc-ción de parques eólicos marinos en el Mediterráneo.Tenemos empresas, conocimiento, investigadores parallevarlo a cabo. Tenemos la oportunidad de exportaresta tecnología a todo el Mediterráneo. Si no lo hace-mos así, tendremos que optar por alternativas inacep-tables, como la energía nuclear.

AC: Para la industria, lo que es importante es tener ener-gía, que se suministre en la cantidad adecuada y a unprecio razonable.Veo el futuro lleno de incertidumbres, puesto que elmapa industrial de Cataluña puede cambiar radicalmenteen los próximos años debido a la dinámica de la globa-lización. En Cataluña debemos tener claro hacia dóndequeremos ir industrialmente. Creo que ponemos todala atención en los nuevos sectores punta asociados a la sociedad del conocimiento, y que tenemos que hacerloasí, pero hemos olvidado la actividad productiva de siem-pre, la que fundamenta la historia industrial de estepaís. Debemos decidir si le queremos lavar la cara y mante-nerla o, por el contrario, si la queremos esconder porquetiene chimeneas y es poco moderno tener este tipode industria.

JM: No podemos correr el riesgo de convertirnos en unpaís solo de camareros y albañiles. Quiero hierro, secto-res industriales fuertes, pero con una política ambien-tal de vanguardia y con visión de futuro.•

Post-Kioto y las políticasde la Generalitat deCatalunya

Jordi Cañas, Josep Garriga e Iñaki Gili

Dirección General de Políticas Ambientales ySostenibilidad

Departamento de Medio Ambiente y Vivienda

Generalitat de Catalunya

Los autores presentan las políticas públicas delGobierno de la Generalidad de Cataluña en relacióncon el escenario post-Kioto. Se detalla el plan deacción para reducir progresivamente el exceso deemisiones en Cataluña en diferentes ámbitos:energético; de transporte; industrial; residencial y deservicios; agrícola, ganadero y de bosques; de residuos;de investigación y desarrollo, y de información ysensibilización

Los acuerdos internacionales del cambio climático

El cambio climático ha supuesto una realidad a lo largode toda la historia de nuestro planeta, pero hasta ahoranunca había llegado a un ritmo como el actual, ni se habíadebido a interferencias humanas. Estamos ante un problemamuy complejo y, para abordarlo, hay que plantearse deli-cados conceptos científicos, políticos y económicos; si nonos los planteamos a tiempo, este problema puede reper-cutir negativamente en todas las esferas de la vida. La mani-festación de este fenómeno en episodios climáticos extre-mos, como las inundaciones y las sequías, ha generado lanecesidad urgente de comprender y abordar el problema.El cambio climático y sus devastadores efectos necesi-tan, por lo tanto, atención constante y urgente, debida-mente protegida por una concepción amplia de lo queimplican los mecanismos necesarios para ello, una firmevoluntad política y los avances de la ciencia.Es evidente que el análisis económico es muy importanteen todos los ámbitos: el impacto económico del cambioclimático puede ser enorme y la adopción de medidaspara reducir las emisiones repercutirá en la actividad econó-mica. No podemos permitirnos el lujo de la inacción cuandonuestro sistema climático se encuentra amenazado y lasconsecuencias de este fenómeno son imprevisibles.En febrero de 1991, se reunió el Comité Internacionalde Negociación sobre Cambio Climático, y sus repre-sentantes gubernamentales adoptaron, tras quince mesesde negociaciones, la Convención Mundial de NacionesUnidas sobre el Cambio Climático, en mayo de 1992. Enla Conferencia de las Naciones Unidas sobre MedioAmbiente y Desarrollo (o Cumbre de la Tierra), cele-brada en Rio de Janeiro en junio de 1992, la nueva Conven-ción se abrió a la firma. Ocho años más tarde, se habíanadherido a la Convención 188 estados y la Comuni-dad Europea. Esta adhesión prácticamente mundial hacede la Convención uno de los acuerdos ambientales inter-nacionales que disfruta de apoyo más universal. Desdeque entró en vigor, las partes en la Convención —los

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países que han ratificado o aceptado el tratado o sehan adherido a él— se han reunido anualmente en laConferencia de las Partes. El objetivo es impulsar y super-visar la aplicación y mantener las conversaciones sobrela forma más adecuada de abordar el cambio climá-tico. Se establecen una serie de principios que deben respe-tar todas las partes a la hora de adoptar las medidas enca-minadas a cumplir el objetivo:• La protección del sistema climático en beneficio delas generaciones presentes y futuras.• El principio precautorio, principio por el que la falta detotal certeza científica no ha de utilizarse para posponerlas medidas de mitigación del cambio climático si existeuna amenaza de daño grave.• El derecho al desarrollo sostenible de las partes. Lacooperación para la promoción de un sistema econó-mico internacional abierto y propicio al crecimientoeconómico y al desarrollo sostenible de todas las partes.• Las responsabilidades comunes pero diferenciadas delas partes. Como consecuencia, los países desarrolla-dos deben tomar la iniciativa.La Convención divide los países en tres grupos princi-pales, de acuerdo con sus diferentes compromisos: Las partes incluidas en el anexo I son los países indus-trializados que eran miembros de la Organización parala Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)en 1992, así como las partes en proceso de transiciónhacia una economía de mercado, en particular, la Fede-ración de Rusia, los estados bálticos y varios estadosde Europa Central y Oriental. Una obligación que afectaúnicamente a las partes del anexo I es la de adoptar polí-ticas y medidas relativas al cambio climático con el fin dereducir sus emisiones de gases de efecto invernaderorespecto a los niveles de 1990. Esta disposición les obligaa dar ejemplo de firmeza para afrontar los problemas decambio climático. La Convención otorga «cierto gradode flexibilidad» a las partes en proceso de transiciónhacia una economía de mercado, en consideración alas recientes perturbaciones económicas y políticas deestos países.Las partes del anexo II son los países miembros de laOCDE incluidos en el anexo I exceptuando a los paísesen proceso de transición hacia una economía de mercado.Han de ofrecer recursos financieros para permitir alos países en desarrollo emprender actividades de reduc-ción de las emisiones, de acuerdo con lo que disponela Convención, y ayudarles a adaptarse a los efectos nega-tivos del cambio climático. Además, «tomarán todaslas medidas posibles» para promover el desarrollo y latransferencia de tecnologías ambientalmente sanas a laspartes que son países en desarrollo y con economías entransición. La financiación ofrecida por las partes delanexo II se canaliza fundamentalmente a través del meca-nismo financiero de la Convención. Las partes no incluidas en el anexo I (denominadas paísesno anexo I) son en su mayoría países en desarrollo. Algu-nos grupos de países en desarrollo son reconocidos porla Convención como especialmente vulnerables a losefectos negativos del cambio climático, en particularlos países con zonas costeras bajas o con zonas expues-tas a sequía y desertización. Otros, como los países cuyaseconomías dependen particularmente de la produccióny la exportación de combustibles fósiles, son más vulne-rables a los posibles efectos adversos de las medidas

de respuesta a los cambios climáticos. La Convenciónhace hincapié en las actividades que podrían dar respuestaa las necesidades y preocupaciones de estos países vulne-rables, como la inversión, los seguros y la transferenciade tecnología. Los 48 países clasificados por las Nacio-nes Unidas como países menos adelantados (PMA) reci-ben especial consideración en vir tud de la Conven-ción, debido a su limitada capacidad de respuesta alcambio climático y de adaptación a sus efectos negati-vos. Se insta a las partes a tener plenamente en cuentalas situaciones especiales de los PMA para la adopciónde medidas con respecto a la financiación y a la trans-ferencia de tecnología. Todas las partes en la Convención —los países que lahan ratificado, aceptado o aprobado, o que se han adhe-rido a ella— están sujetas a los compromisos genera-les de responder al cambio climático. Han acordado reali-zar un inventario de las emisiones de gases de efectoinvernadero y presentar informes —conocidos comocomunicaciones nacionales— sobre las medidas queestán adoptando para aplicar la Convención. Las sucesivas decisiones adoptadas por la Conferenciade las Partes en sus respectivos períodos de sesionesconstituyen ahora un conjunto detallado de normas parala aplicación práctica y eficaz de la Convención. Sin embargo,ya desde que aprobaron la Convención, los gobiernossabían que sus disposiciones no serían suficientes pararesolver el problema del cambio climático. Tras dos años y medio de intensas negociaciones, en latercera Conferencia de las Partes, celebrada en Kioto(Japón) en diciembre de 1997, se aprobó un documentoque ampliaba considerablemente los objetivos de laConvención, puesto que se esbozaban compromisos jurí-dicamente vinculantes. Era el Protocolo de Kioto, y enél se recogían las normas básicas, pero no se especificabacon detalle cómo tendrían que aplicarse. Sin embargo,el resultado de la cumbre fue que 38 países industriali-zados se comprometieron a alcanzar una reducción delos gases de efecto invernadero de un 5,2% para el perí-odo 2008-2012 respecto a los niveles del año 1990.El Protocolo de Kioto de la Convención Marco de lasNaciones Unidas sobre el Cambio Climático marca unhito histórico, ya que, por primera vez, los países indus-trializados aprueban objetivos de reducción jurídica-mente vinculantes. Es decir, el principal compromisode Kioto detalla el nivel de reducción de emisiones degases de efecto invernadero que las partes incluidasen el anexo I de la Convención sobre el Cambio Climá-tico se comprometen a alcanzar dentro del período2008-2012. El reparto de reducción propuesto es desi-gual: para los países de la Unión Europea, correspondea una reducción global del 8% (distribuyendo este obje-tivo en porcentajes diferentes para cada Estado miem-bro), un 7% para los Estados Unidos y un 6% para Japón;Rusia y Ucrania pueden estabilizar sus emisiones y, lo quees el mismo, se comprometen a no incrementarlas, siem-pre refiriéndose al nivel que emitían en el año 1990. Antesde que pudiera entrar en vigor, se preveía un procesoindependiente y oficial de firma y ratificación por partede los gobiernos nacionales.Una ronda de negociaciones iniciada en Buenos Airesen la cuarta Conferencia de las Partes, en noviembrede 1998, permitió apreciar claramente cómo funcio-naría en la práctica el Protocolo. Esta ronda, basada enun ambicioso programa de trabajo (el Plan de Acción

de Buenos Aires), vinculaba las negociaciones sobre lasnormas del Protocolo con conversaciones sobre cues-tiones relativas a la aplicación —como la financiación yla transferencia de tecnología— en el marco conjunto dela Convención. El plazo para las negociaciones en virtuddel Plan de Acción de Buenos Aires sería la sexta Confe-rencia de las Partes, que debería celebrarse en La Haya(Países Bajos) a finales del año 2000. Sin embargo, cuandollegó este momento, la complejidad de las cuestiones polí-ticas en juego provocó un punto muerto en las nego-ciaciones. Estas continuaron cuando se retomó la sextaConferencia de las Partes, en Bonn (Alemania), en juliode 2001. En aquella ocasión, los gobiernos llegaron a unacuerdo político, los Acuerdos de Bonn, en los que seeludían los aspectos polémicos del Plan de Acción deBuenos Aires. Mientras tanto, un tercer informe del GrupoIntergubernamental sobre Cambio Climático había creadoun clima más propicio para las negociaciones, y ofrecía laspruebas más convincentes acumuladas hasta la fechasobre el calentamiento mundial. En la séptima Confe-rencia de las Partes, celebrada pocos meses más tardeen Marraquech (Marruecos), los negociadores conti-nuaron con los Acuerdos de Bonn, y adoptaron un amplioconjunto de decisiones —conocidas con el nombre deAcuerdos de Marraquech— que incluían normas másdetalladas sobre el Protocolo de Kioto. Estas conteníantambién avances importantes en la aplicación de la Conven-ción y sus normas, hecho que representaba la conclusiónde un importante ciclo de negociaciones. En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible,celebrada en Johannesburgo (Sudáfrica) en agosto yseptiembre de 2002, la Secretaria Ejecutiva observabalo siguiente: «En el primer decenio de la Convención,el elemento fundamental de las negociaciones mundia-les era llegar a un acuerdo sobre las normas relativas ala aplicación. Nuestro desafío ahora es aplicar estas normasy situar el cambio climático en el centro de las políticasnacionales y de las iniciativas de las empresas y de la socie-dad civil». En la Convención se formula un marco gene-ral para las iniciativas intergubernamentales encamina-das a abordar el cambio climático. Se establecen unobjetivo y varios principios, y se especifican los compro-misos para los diferentes grupos de países de acuerdocon sus circunstancias y necesidades. Asimismo, se prevéun conjunto de instituciones para permitir a los gobier-nos supervisar los esfuerzos encaminados a aplicar laConvención y compartir opiniones sobre la forma másindicada para conseguir los objetivos de la misma.El Protocolo de Kioto de la Convención Marco de lasNaciones Unidas sobre el Cambio Climático entró envigor el 16 de febrero de 2005, noventa días despuésde haber sido ratificado como mínimo por 55 partesde la Convención, entre las que se incluyen los paísesdesarrollados (anexo I), cuyas emisiones representan,como mínimo, el 55% del total de las emisiones de dióxidode carbono del año 1990 procedentes de este grupo depaíses.En este sentido, y con la entrada en vigor del Proto-colo de Kioto, los esfuerzos internacionales por comba-tir el cambio climático entraron en una nueva fase. LaCumbre de Montreal, celebrada en noviembre y diciem-bre de 2005, es la primera Conferencia de las Partes conel Protocolo de Kioto en vigor ; se celebró la COP 11(Conference of the Parties, núm. 11), como reuniónde las partes de la Convención, y la MOP 1 (Meeting

Post-Kioto y las políticas dela Generalitat de CatalunyaJordi Cañas, Josep Garriga e Iñaki Gili

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of the Parties, núm. 1), como reunión de las partes delProtocolo.A las 6.17 horas de la mañana del sábado 10 de diciem-bre, el presidente de la COP 11 y MOP 1 cerró el plena-rio de la conferencia tras dos semanas de intensas nego-ciaciones y una maratoniana noche para cerrar losacuerdos.La Conferencia de Montreal se cerró con la adopciónde más de cuarenta decisiones, que, para muchos, hansupuesto un éxito, puesto que se ha abierto una puertaal diálogo para los futuros acuerdos internacionales sobrecambio climático; asimismo, ha supuesto la puesta enmarcha del Protocolo de Kioto y la mejora de algunosde sus aspectos.La puesta en marcha del Protocolo de Kioto, tras suentrada en vigor en febrero de 2005, era uno de los obje-tivos más urgentes de la Conferencia de Montreal; poreste motivo, era necesaria la adopción formal de los llama-dos Acuerdos de Marraquech, que establecen los deta-lles técnicos necesarios para su funcionamiento e inte-gridad. Sin la adopción de los mecanismos que planteanestos acuerdos, la utilidad del Protocolo de Kioto, comomínimo a corto y medio plazo, se hubiera visto grave-mente reducida. Los mecanismos de desarrollo limpio, que permitirána los países en vías de desarrollo recibir inversiones entecnologías limpias de los países desarrollados, se hanimpulsado claramente mediante las nuevas considera-ciones del concepto de adicionalidad y el desarrollode nuevas metodologías de proyecto. Se han concretado los mecanismos de colaboración conlos países del este para renovar y hacer más sosteni-bles sus viejas estructuras industriales a través de losproyectos de aplicación conjunta.Hay que destacar que la creación del primer mercadomundial de carbono ya es un hecho, y debe señalarseque los acuerdos sobre los mecanismos de desarrollolimpio y de aplicación conjunta aportan confianza sobreel futuro del mismo y mejoran sus expectativas.Se ha acordado la creación de un fondo mundial de adap-tación para que los países en vías de desarrollo puedanadoptar medidas para responder a los efectos del cambioclimático que ya se están produciendo. Esta era una delas peticiones de los países en vías de desarrollo que últi-mamente habían emergido con más fuerza a causa delos últimos episodios meteorológicos extremos.Respecto a la continuidad de la lucha contra el cambioclimático más allá del 2012, se ha llegado a un acuerdopara seguir avanzando que cuenta con la participaciónde todos los países, tanto de los que están en vías dedesarrollo como de los desarrollados. Y es que seguircon este proceso sin la incorporación de países comolos Estados Unidos, China o la India no tenía sentido. Elnuevo pacto no significa que ya exista un acuerdo parareducir las emisiones, sino que se han abierto las puer-tas del diálogo de todos los países, incluso los más reti-centes, que ya admiten que el cambio climático es unhecho y que se deberá coordinar la lucha para evitarlo.Esto es lo más novedoso y esperanzador de este acuerdo.No obstante, hay que destacar que uno de los elemen-tos clave de las futuras negociaciones será el crecimientode las emisiones netas de países no anexo I, como China,la India, México o Sudáfrica, que, pese a ser inferioresen términos per cápita en comparación con los paísesdel anexo I, suponen crecimientos absolutos muy supe-

riores a los de estos países, por lo que los esfuerzos deestos últimos para la reducción de las emisiones seven diluidos dentro del conjunto de emisiones mundia-les. Debe recordarse que los países desarrollados asumie-ron la responsabilidad de la reducción de sus emisio-nes, y aceptaron que los países en vías de desarrollono tuvieran ningún tipo de compromiso. El nuevo esce-nario, con el elevado incremento de emisiones de estospaíses, deberá plantear nuevos caminos para la viabili-dad de los acuerdos internacionales. Es evidente que, puesto que nos enfrentamos a unproblema global, las soluciones solo pueden pasar por lacolaboración de todos los estados bajo la dirección delas Naciones Unidas, y hay que adoptar una estrategiaa largo plazo, basada en el principio de precaución, quesea concreta y ambiciosa para luchar contra el cambioclimático.Así lo empiezan a entender los países más avanzados delmundo, y así lo explicó el ex presidente norteamericanoBill Clinton en su intervención ante los miles de asistentesa la Cumbre de Montreal, hablando en nombre de otraAmérica, de otra visión de la economía y del progreso,la que corresponde al siglo XXI, la que corresponde a la responsabilidad social y ambiental compartida de lasnaciones más avanzadas y de los sectores económicosmás dinámicos, más innovadores y más conscientes deque, ante el agotamiento de un modelo económicomundial basado en los combustibles fósiles y en el consumocreciente de materias primas no renovables —y porlo tanto cada vez más escasas—, hay que cambiar tantode modelo energético como de producción y deconsumo, y apostar decididamente por las energías reno-vables, por el ahorro y por la eficiencia, mediante laaplicación de nuevas tecnologías y nuevos modelos econó-micos.

Plan de Acción en Cataluña: reducciónprogresiva del exceso de emisiones

Cataluña, como el conjunto del Estado español, se haexcedido mucho en sus emisiones de gases de efectoinvernadero en relación con los objetivos establecidosde forma conjunta para todo el Estado. En 1997, ni elEstado español ni Cataluña se creyeron Kioto, y ahorasabemos que tendremos que trabajar duramente paralograr nuestra parte del compromiso. Desde los dife-rentes departamentos de la Generalidad relacionadoscon las actividades que generan gases de efecto inver-nadero —como la industria, el transporte con vehículosque funcionan con combustibles fósiles, la agricul-tura,los residuos o los consumos energéticos domésticos—estamos trabajando intensamente para disponer deun plan catalán de prevención del cambio climático, apartir del estudio sobre los efectos del cambio climáticoen nuestro país, presentado hace pocos meses por elConsejo Asesor de Desarrollo Sostenible. Nuestro planse basará en indicadores económicos y en la previaestimación del coste-beneficio de las diferentes accio-nes que se han de llevar a cabo. Las diferentes políticas vigentes, energéticas, de trans-porte, de movilidad, de vivienda y de gestión de residuos,pueden ayudar a estabilizar las emisiones, pero de todasformas tendrán que verse complementadas por otras,o bien aumentar el grado de cumplimiento y la inten-sidad. En el futuro tendremos que familiarizarnos con

terminologías como los planes de reducción de emisio-nes, la eficiencia y el ahorro energético, la movilidad soste-nible, la reducción de las emisiones de la industria, lagestión de la agricultura, la gestión de los residuos y todosaquellos conceptos que representan acciones que ayudana reducir nuestras emisiones.Los problemas globales exigen respuestas multilatera-les, pero con implicaciones locales. El clima es un problemaque no conoce fronteras: lo que hagamos en Cata-luña se transmite a otros puntos del mundo, y lo quehagamos o dejemos de hacer nos hace responsablesy a la vez solidarios. Estamos ante un problema globalque debemos resolver desde nuestra acción local ynacional. Nuestra propuesta es hacerlo a partir de laasunción de los cambios y las mejoras que haya querealizar en nuestras actividades económicas, en las infra-estructuras, en la movilidad y el transporte de mercan-cías, en la edificación, en la agricultura, en la gestión delos servicios públicos de saneamiento y gestión de resi-duos. Hacerlo no como una carga, sino como una opor-tunidad de innovación, de inversión y de ocupación, a lavez que mejoramos nuestra calidad de vida, la saludde la población y la acción solidaria con el resto de paísesdel mundo, en términos de contribución al desarrollosostenible.Para que Cataluña pueda reducir las emisiones de gasesde efecto invernadero, hay que establecer una estrate-gia que tenga en cuenta las tendencias y las perspectivasde las emisiones en los próximos años.El escenario previsible tiene en cuenta las siguientes hipó-tesis de trabajo:• Plan de la Energía de Cataluña 2006-2015, aprobadoel 11 de octubre de 2005: define la estrategia energéticadel Gobierno de la Generalidad de Cataluña para el perí-odo y fija los objetivos que se quieren alcanzar en lossiguientes ámbitos: a) concienciación ciudadana y mejoradel conocimiento y formación en relación con la ener-gía, b) ahorro y eficiencia energética, c) infraestructu-ras energéticas, d) energías renovables, y e) investigación,desarrollo e innovación tecnológica.• Plan de Transporte de Cataluña: la reducción de lamovilidad obligada, el fomento del transporte colectivo,la intermodalidad y el fomento del uso del transporteferroviario.• Una previsión del desarrollo económico del 3%anual.Analizamos los diferentes sectores que generan gasesde efecto invernadero:

Energético

Es, sin duda, el sector más importante, tanto en térmi-nos absolutos como relativos, en cuanto a las emisio-nes de gases de efecto invernadero en Cataluña.En relación con Kioto, dentro del sector se tienen encuenta todas las energías para la producción industrial,para los transportes y las energías necesarias para elsector servicios, residencial y agrícola.La energía producida con bajo nivel de emisiones degases de efecto invernadero o sin emisiones de ningúntipo sería la más favorable para el cumplimiento delProtocolo.El Plan de la Energía en Cataluña, en el horizonte del año2015, tiene en cuenta el contexto energético catalán,tanto desde la perspectiva de la gestión de la demanda

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—consumos, usos y aplicaciones— como de la oferta—identificación de los recursos, generación, transfor-mación, transporte y distribución.El planteamiento global establece un nivel energético delpaís dirigido a los ciudadanos y a las empresas para contri-buir al desarrollo sostenible con un eje principal de actua-ción que permita reducir gases de efecto invernaderoy emisiones contaminantes.Para conseguir un uso de la energía más respetuoso conel medio ambiente, se desarrolla un plan de fomento delas energías renovables y un plan de ahorro y de eficien-cia energética.

Transporte

Es uno de los sectores principales entre los responsa-bles del cambio climático por su nivel elevado de emisio-nes y los aumentos constantes de las mismas, tanto encifras relativas como en cifras absolutas.La tendencia previsible es de un fuerte aumento, si nose prevén medidas adecuadas para minimizar los efec-tos de forma inmediata. Son necesarias medidas adicio-nales y un cambio estructural básico en la forma y el tipode transporte de viajeros y mercancías.El Plan de Transportes de Viajeros de Cataluña defineuna red de servicios y de equipamientos públicoscompleta, coordinada y sostenible, promueve accio-nes de integración de los diferentes tipos de trans-porte y crea y ar ticula nuevos servicios de equipa-mientos públicos como respuesta a las necesidadescrecientes de movilidad de los ciudadanos. Apuestaclaramente por un servicio público de transpor tede viajeros colectivo interurbano, coordinado e inte-grado, en el que las líneas regulares por carretera seadaptarán y se coordinarán con una oferta ferrovia-ria ampliada y mejorada.Se planifica un sistema de transporte más limpio, conopciones más respetuosas hacia el medio ambiente, perohay que estudiar y programar medidas nuevas y másdrásticas para reducir en términos absolutos los nive-les de emisión de gases de efecto invernadero, mediantela promoción clara de los transportes colectivos frentea los individuales, la optimización de los consumos ener-géticos y la reducción de las emisiones de los sistemasde transporte por carretera.

Industrial

La principal medida para limitar el nivel de emisioneses mejorar los procesos industriales y utilizar combus-tibles y fuentes energéticas más eficientes y menos conta-minantes.En Cataluña, las principales industrias afectadas en la faseactual del cumplimiento del Protocolo de Kioto dentrodel mecanismo del comercio de derechos de emisionesson: a) instalaciones de cemento y de cal, b) instalacio-nes industriales de los metales, c) fabricación de vidrio,d) fabricación de materiales cerámicos y de la cons-trucción, y e) papel y cartón.No obstante, hay que tener en cuenta que todas las indus-trias en general se ven afectadas por el Protocolo deKioto.Así, en el cemento se debe considerar el uso de combus-tibles alternativos a los actuales, carbón y fuel, comopueden ser algunos residuos y subproductos.

En la industria de la cerámica debe optimizarse la eficien-cia energética y la modernización de los hornos y seca-dores, así como la progresiva utilización del gas naturalcomo combustible menos contaminante.A todos los efectos las medidas serían:• Poner en práctica convenios voluntarios de colabora-ción con la Administración para aumentar la autorregu-lación de las emisiones, mediante el establecimiento deobjetivos y plazos adecuados a cada sector productivo.• Realizar un plan de auditorías energéticas para mini-mizar las emisiones en todas las industrias.• Reducir la demanda de energía final por unidad deproducto, mediante la mejora de los procesos indus-triales con nuevas tecnologías.• Fomentar la utilización de procesos de cogenera-ción energética en todas las industrias en las que econó-micamente y técnicamente sea posible.• Incentivar y promocionar la tendencia del patrón deconsumo del sector industrial de sustituir el petróleo yel carbón por combustibles menos contaminantes.• Utilizar de forma más generalizada escombros reci-clados de la construcción para minimizar la produc-ción de nuevos materiales con el ahorro energético queesto supone.

Residencial y de servicios

Las emisiones principales de estos sectores procedende los combustibles energéticos que utilizan principal-mente electricidad, derivados del petróleo y gas natural,tanto para calefacción como para aire acondicionado,y la automatización de las viviendas y locales comer-ciales.A efectos estadísticos y de inventarios oficiales de gasesde efecto invernadero, estos son imputados al «sectorenergético», en su mayoría.Sin embargo, para reducir las emisiones, hay que influirdirectamente en las causas de los consumos doméstico,comercial y de servicios.Todas las previsiones apuntan hacia un crecimiento delos consumos y las emisiones correspondientes a estossectores, si no se prevén medidas adicionales de ahorro,eficiencia y cambio de pautas de construcción y consu-mos; así, deberá tenerse en cuenta lo siguiente:

• La construcción y la rehabilitación de las viviendas, loca-les comerciales y del sector servicios tienen que consi-derar, de forma obligatoria, criterios de sostenibilidad,de eficiencia energética, de aislamiento térmico y de usode energías renovables.• Los modelos arquitectónicos de las nuevas cons-trucciones tienen que relacionarse cada vez más con lascondiciones climatológicas de su ubicación en el terri-torio.• La utilización de combustibles menos contaminantesy el aprovechamiento de las energías renovables.• La eficiencia de las calderas y de los aparatos eléctri-cos y de iluminación.• La información y la sensibilización de todos los usua-rios domésticos.

Agrícola, ganadero y de bosques

En el ámbito catalán, la agricultura y la ganadería repre-sentan, a efectos de CO2 equivalente de gases de efectoinvernadero, un aumento del 13% en términos relati-vos sobre el año base de 1990 y con datos verificadosdel año 2001.El exceso de emisiones se debe, fundamentalmente, alos rumiantes y a las deyecciones ganaderas, puesto quelas producidas por el cultivo de arroz no son nada signi-ficativas y están dentro de los parámetros permitidos enel Protocolo de Kioto.La buena gestión de las deyecciones ganaderas, la utili-zación de procesos de formulación de piensos adecua-dos y la producción de electricidad en plantas que utili-zan purines y otras biomasas de origen vegetal y animales también una actividad que se transforma en posi-tiva en términos medioambientales.Ya hemos comentado cómo los bosques tienen que reali-zar un gran papel en dos campos diferentes de la luchacontra el cambio climático: son uno de los más importantessumideros y, al mismo tiempo, suministran energía neutra,a efectos del Protocolo de Kioto, en forma de biomasa.Los bosques son una reserva de carbono y hay que prote-ger su desarrollo para llevar a cabo una gestión soste-nible y de prevención de los incendios forestales.La suma de los tres temas —sumideros, biomasa yprevención de incendios forestales—, da fe, en nues-

Post-Kioto y las políticas dela Generalitat de CatalunyaJordi Cañas, Josep Garriga e Iñaki Gili

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tro ámbito más inmediato, de la impor tante tareaque se ha de realizar en el 60% del territorio catalánpara fomentar el uso de la biomasa, incrementar lafunción de nuestros bosques y, al mismo tiempo, reali-zar una buena prevención de los incendios forestales,que son uno de los problemas ambientales más impor-tantes en la región mediterránea de manera cíclica ypermanente.

Residuos

En Cataluña se ha llevado a cabo durante los últimosaños un gran esfuerzo por minimizar los residuos, mediantesu recogida y tratamiento en depósitos controlados.Las emisiones de gases de efecto invernadero de estasactividades son significativas y hay que ejecutar unprograma integral de transformación de los gases enenergía eléctrica de forma progresiva como medida prio-ritaria en este sector. Es necesario, asimismo, seguiractuando contundentemente para evitar el abandonoincontrolado de residuos.

Investigación y desarrollo

Para hacer más eficiente el nivel de investigación sobrecambio climático en Cataluña, es del todo necesaria unamayor coordinación entre los científicos y los organis-mos públicos y privados interesados.Es muy conveniente un diálogo permanente entre lacomunidad científica y los responsables de la toma dedecisiones en temas medioambientales.En este contexto, el 26 de agosto de 2003 se creó la RedTemática de Cataluña del Cambio Climático, con objetode poner en contacto a los agentes que trabajan sobrediferentes aspectos relacionados con la investigación delcambio climático. Esta red debe convertirse en un instru-mento para dar a conocer el fenómeno del cambio climá-tico, además de permitir coordinar las diferentes actua-ciones que en este sentido se desarrollan en Cataluña. Información y sensibilización pública. La lucha contra el cambio climático es global a escalamundial y local: ha de ser de todos, nos afecta a todosy todos tenemos el deber de participar en ella.Se deben realizar campañas en los medios de comuni-cación y en las escuelas para sensibilizar a toda la pobla-ción, con el fin de que las medidas que tengan que tomarsesean comprendidas y asumidas.Es necesario informar a la población de que el cambioclimático y la lucha contra sus efectos negativos conlle-varán algunos sacrificios y costes económicos y socia-les, pero que estos son más pequeños y soportables quelos que provocaría no hacerlo.

Inventario de emisiones de gases deefecto invernadero en el Estado español yCataluña

Estado español

La situación actual y los datos históricos de las emisio-nes de gases de efecto invernadero, según las directricesde inventario de las Naciones Unidas (UNFCCC), yteniendo en cuenta la comunicación de marzo de 2003del Ministerio de Medio Ambiente a la Comisión Euro-pea, están reflejados en la tabla 1.

Cataluña

Las emisiones en el territorio de Cataluña del año 2001respecto al año base de 1990 en valores absolutos y rela-tivos son los de la tabla 2.Como puede apreciarse, el exceso de emisiones (envalores absolutos) es de 12.988.000 t de CO2 equiva-lente, sin tener en cuenta el efecto sumidero del cambiode uso de las tierras y los sectores forestales.En la reunión de Marraquech del 2001 se llegó a unaserie de acuerdos encaminados a establecer unos lími-tes a las posibilidades efectivas de consideración de los

sumideros como reductores de los efectos de los gasesde efecto invernadero. Según las previsiones del Estadoespañol, puede estimarse un 2% del total de emisio-nes consideradas en el año base (289.850 kt). En resumen, a efectos del año 2001, el exceso en valo-res absolutos de las emisiones de gases de efecto in-vernadero en el territorio de Cataluña es 48.709.610 (tabla 3).Según estos criterios, la cantidad de 48.709.610 tone-ladas de CO2 equivalente son las que corresponden aCataluña por el cumplimiento de Kioto del Estado espa-ñol.

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En el año 2001, las instalaciones ubicadas en territoriocatalán y el resto de actividades económicas y socialesemitieron la cantidad de 52.270.000 toneladas de CO2

equivalente, por lo que el exceso de emisiones, respectoa la cantidad de 48.709.610 toneladas de CO2 equiva-lente, es de 3.560.390 toneladas de CO2 equivalente.La estrategia catalana de prevención del cambio climá-tico (efectos de mitigación) dentro de los compromisosdel Protocolo de Kioto será la siguiente:Sectores afectados por el Plan Nacional de Comerciode Emisiones:

• Industrias manufactureras y de materiales de cons-trucción • Producción energética y producción de electricidad • Procesos industriales de productos mineralesSectores no afectados por el actual comercio euro-peo de derechos de emisión:• Sector del transporte: pasajeros y mercancías• Gestión de vertederos• Deyecciones ganaderasEstos seis sectores abarcan, en conjunto, más del 85%del total de los gases emitidos en exceso durante el 2001en Cataluña.•

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