01022038 Grinberg - Los Significados Del Trabajo en Un Mundo Sin Trabajo Cap 5

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Selección para Sociología de la Educación 1°Cuatrimestre 2014 - Ciencias de la Educación - FILO UBA

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  • GR

    INB

    ER

    G, S

    ilvia E

    l mundo d

    el trab

    ajo en

    la esc

    uela

    . La p

    roducc

    in d

    e signific

    ados e

    n lo

    s c

    ampos

    curricu

    lares. B

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    ires: U

    niv

    ersidad N

    acio

    nal d

    e S

    an M

    artn, 200

    3. 26

    1p. (S

    erie C

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    ra)

    -------------------------------------------------------------------------------

    CA

    PT

    ULO

    V. L

    os sig

    nific

    ados d

    el trabajo

    en u

    n m

    undo

    sin

    trabajo

    Puesto que se trata d

    e una sociedad de trabajadore

    s que est a punto d

    e ser liberada d

    e las trabas del trabajo. Y

    dicha sociedad desconoce esas otras

    actividades ms elevadas y significativas por cuyas causas m

    erecera ganarse

    esa libertad (...) Nos enfrenta

    mos con la perspectiva de un

    a sociedad de traba

    jadores sin traba

    jo, es decir, sin la nica actividad que les queda. E

    st claro nad

    a podra ser peor. (H

    anna

    h Arendt)

    1. El escenario

    Las

    ltimas

    dcadas ha

    n de

    jado

    detrs nuestro

    un conju

    nto de

    profund

    as cam

    bios en

    los diferentes

    mbitos

    de nuestra

    vida social

    e individual.

    El trabajo

    que

    hasta ahora

    se haba

    constituido

    en un

    fuerte

    articulador de nuestra vida e

    n el mundo si bien n

    o ha dejad

    o perdido ese papel tam

    poco puede cum

    plirlo sin ms. D

    e una form

    a, quiz, todava difcil de

    aprehen

    der podramos decir que vivim

    os en una socie

    dad de traba

    jadores,

    como

    seala Arendt,

    pero que

    cada

    vez

    tiene menos

    lugar para

    los trabajadores en ella. R

    endid

    os al mundo d

    e lo efmero, el escen

    ario en qu

    e vivim

    os no

    ha de

    jado

    de articularse

    en torno

    de

    la razn

    tcnica

    de la

    produccin destinad

    a a consumirse, de la labor y, e

    n ese marco, d

    el lucro com

    o fin supre

    mo de nuestra actualidad

    . La pregunta a plantearse aq

    u, entonces, pue

    de ser qu trae d

    e nuevo, entonces, este escenario?, e incluso,

    por q

    u hablar de escenario?

    Hem

    os optado justam

    ente referirnos a nuestra actualidad e

    n trminos

    de un escenario porque de un un

    a manera u otra nos perm

    ite seleccionar a los actores y com

    ponentes que defin

    en su p

    uesta en escena y su posterior

    desarrollo. Por este m

    otivo, no propondrem

    os una caracterizacin ge

    neral de

    contexto a mod

    o de un listado que resume hechos sup

    uestam

    ente o

    bjetivos. Describirem

    os un escenario, es decir, lo construire

    mos a travs de la inclusin

    de algunos hechos y conceptos pero n

    o de tod

    os. Escenario, ente

    ndido como

    interpretacin del

    poder de

    forma

    relacional e

    histricamente,

    como

    una

    amalgam

    a de prcticas institucionales y discursivas que funcionan com

    o un

    ensambla

    je colectivo

    de partes

    dispares sobre

    una

    sola superficie

    social (Cray, en P

    opkewitz, 199

    6).

    Escenario que h

    a recibido nom

    bres diversos; as, hay quie

    nes utilizan la nocin d

    e sociedad posindustrial; otros, la de sociedad del conocim

    iento, etc. N

    osotros hemos opta

    do por de

    nominarlo con el trm

    ino capitalism

    o tardo;

    es decir, como un escen

    ario dentro una obra d

    e teatro m

    ayor que si bien lo

    abarca no le

    quita de su especificidad y n

    os permite traba

    jar sobre aquello q

    ue

    trae como nove

    dad pero, tam

    bin, sobre aquellas lg

    icas que persisten e

    n nu

    estra sociedad. Tal com

    o lo propone M

    andel (en

    Jameson, 1

    997) lejos de

    representar una socieda

    d posindustrial, el capitalismo tardo constituye una

    industrializacin ge

    neralizada por prim

    era vez e

    n su historia. La mecanizacin,

    la estandarizacin, la superespecializacin y la divisin del trabajo, que en el

    pasado determ

    inaban slo el reino d

    e la produccin

    de mercancas en la

    industria, ahora

    penetran

    en

    todos

    los sectores

    de la

    vida social.

    Es

    caracterstico del capitalismo tardo que

    paso a pa

    so la agricultura se vuelva

    industrializada com

    o la industria, la esfera de circulacin (v.g. la s tarjetas de

    crdito, y dems), tanto com

    o la esfera de la produccin, y la recreacin tanto

    com

    o la organizacin del traba

    jo.

    As,

    a travs

    del concepto

    de capitalism

    o tardo

    estaram

    os refirindo

    nos a un

    proceso doble:

    por un

    lado, nuevas realidad

    es que se

    inscriben en la l

    gica general que el capitalism

    o adquiri ya en su

    s inicios, es decir hacem

    os referencia a la continuida

    d de un p

    roceso histrico; por el otro, la configuracin de re

    alidades que expresan cierta ruptura con las formas qu

    e hasta no hace m

    ucho tiempo ha

    ba presentado.

    De m

    anera q

    ue, transitaremos entre la continuida

    d y la ruptura que

    supone la configuracin de este escenario especfico, sin que e

    llo implique

    prop

    oner que se trata de la construccin de un

    a nueva obra de teatro, pero

    tam

    poco negar aq

    uellos procesos que dicho escenario contiene d

    e ruptura con los que lo precediero

    n, incluso al interior sistema-m

    undo capitalista

    1. En cierta

    medida, podram

    os decir que n

    egar el carcter novedoso de nuestra actualidad

    sera tan riesgoso com

    o negar q

    ue nos encontram

    os ante una realida

    d que

    nos est llevando a ser-en-el-m

    undo d

    e modos m

    uy diferentes y, en esto el mundo del trabajo tien

    e un evidente pap

    el.

    1 P

    lanteamos e

    sta noci

    n en el se

    ntido propuesto

    por W

    allerste

    in (1

    998).

    1 o f 2 9

    usuario-1Text Box

  • En este sentido, tal com

    o lo propone

    Jam

    eson (1991) no se trata de

    ligar este escenario a un nuevo mod

    o de prod

    uccin sino a una tercera etapa

    del capitalismo, la cual desde el punto de vista estructural es m

    arcadamente

    diferente y, por eso plausible que culturalmente tambin lo sea. As, la nocin

    de capitalismo tardo, expresa la idea de que algo ha cambiado, que las cosas

    son diferentes, qu

    e estam

    os sufriendo una

    transform

    acin del mundo pero

    incomparable con otras transformaciones que las sociedad

    es han atravesado.

    De modo general, es posible caracterizar a esta tercera etapa del

    capitalismo como fruto de, o, transitando un

    a crisis. Crisis que se expresa

    cuando los sistemas se alejan de sus puntos de equilibrio, y llegan a puntos

    de bifurcacin en los que son posibles mltiples soluciones a la inestabilidad y

    no slo una (Wallerstein, 1997).

    La inclusin de esta nocin de crisis es central para la com

    prensin de

    este escenario, en la medida que nos permite dar cuenta de un movimiento

    que expresa que algo

    esta dejando de ser y otra cosa est empezando a

    ser. Y, si bien es difcil captar aquello que ser, nos ubica directamente en la

    posibilidad de reflexionar sobre

    ese

    devenir. sta

    es la intencin

    en la

    presentacin de este escenario.

    Si bien, la explicacin a la crisis puede ser realizada de

    maneras

    diferentes y com

    plem

    entarias. En un

    primer m

    omento, es posible proponer que

    se trata de una

    crisis en la que se expresan contradicciones vinculadas con,

    obviam

    ente, los procesos de acum

    ulacin del capital, las lgicas qu

    e asum

    i

    durante el fordism

    o la intervencin y el papel del Estado tanto hacia el interior

    de los estado-nacionales, com

    o en su capacidad de regulacin en el m

    arco del

    sistem

    a-mun

    do; y, por supuesto, de un proceso de crisis en donde estn

    fuertemente cuestionadas las narrativas que configuraron al mundo m

    oderno2 .

    En esta m

    arco, retoman

    do lo propuesto por N

    egri (1992), po

    dramos

    decir que aquello que

    caracteriz al fin del siglo XX ha sido una ambigedad

    extrema, en la m

    edida en que expresa la percepcin de que nos encontram

    os

    ante una crisis irresoluble. El siglo XX haba logrado un punto de eq

    uilibrio y de

    acercamiento entre la lgica de la acum

    ulacin y la de la distribucin. Pero es

    justam

    ente

    este punto de equilibrio

    el que

    expres

    su ruptura, o

    su

    imposibilidad en el seno de

    la lgica capitalista, en los 70 y principios de los

    2 A

    l respecto, Wallerstein propone que se trata de un proceso de crisis que est

    asentado sobre tres contradicciones bsicas que determ

    inan el futuro del capitalismo.

    Por un lado, el dilema de la acumulacin; seguidamente el dilema de la legitimacin

    poltica; y, por ltimo. el dilema de la agenda cultural.

    80.

    Podram

    os proponer, entonces, de manera general qu

    e nuestro

    escenario se m

    onta, o comienza a montarse, justo en

    el mom

    ento en que la

    sociedad salarial pareca conseguir una trayectoria ascendente (Castel, 1997),

    en la medida que aseguraba la movilidad social y el crecimiento continuo al

    resguardo de la proteccin del E

    stado de bienestar. Pero es justam

    ente esto lo

    que se rom

    pe, la propia idea de progreso y crecimiento indefinido qu

    e se ve

    desafiada y en cierta m

    edida, derrum

    bad

    a. En este sentido, es la propia

    experiencia reformista vivida entre los a

    os treinta y setenta la que

    expresa su

    imposibilidad.

    El agotamiento del rg

    imen de acum

    ulacin fordista, en tanto crisis de

    acum

    ulacin del capital ligada a las lim

    itacion

    es de sus com

    ponentes centrales

    (petrleo barato, procesos productivos estandarizad

    os, masivos y continuos,

    orga

    nizacin del trabajo y la prod

    uccin rgidas, crecimiento constante de la

    demanda, m

    ercados homogneos, etc.) son la expresin de la crisis en que

    vivimos, a los que debe

    mos agregar la propia lgica distribucionista asum

    ida

    por

    el Estado

    de bienestar. Y, es desde

    aqu qu

    e los

    procesos de

    transformacin y reestructuracin se encon

    trarn unidos a dicha crisis. En

    lneas generales po

    dramos plantear como algunos de los factores que han

    gravitado

    en los procesos de cam

    bio y que han constituido las claves de

    esta

    crisis del capitalismo a los siguientes: el agotamiento del modelo keynesiano

    de crecimiento

    que haba perm

    itido una fuerte expansin, pero

    cuyas

    imposibilidad

    es generadas en dicho proceso, expresadas por ejemplo en una

    inflacin estructural que se ver agravada a partir de la crisis del petrleo

    primero y la crisis de la deuda despus, obligar a los pases avanzados a

    replantear el mod

    elo de

    crecimiento de

    manera que

    sea capaz de controlar

    factores como

    la inflacin y

    asegure

    a la vez

    un relanzam

    iento

    de

    la

    rentabilidad de la inversin.

    De man

    era que, podem

    os proponer que nos encontramos frente a

    procesos de reestructuracin, entendiendo qu

    e se trata de un proceso global y

    articulado

    que se manifiesta

    asincrnicam

    ente en

    todas las esferas de la

    prctica

    social. Y, lo hace

    asincrnicam

    ente porque no

    todas las esferas

    cambian al mismo ritmo y con la m

    isma intensidad en el mismo perodo de

    tiempo. De este m

    odo, el proceso de

    reestructuracin compren

    de distintos

    espacios de la vida social, pero lo hace de manera diferencial. Por tanto, si

    bien podemos expresar que estos procesos afectan al conjunto de la sociedad,

    no impactan del m

    ismo mod

    o en tod

    os sus mbitos, produciendo

    , por tanto,

    procesos de frag

    mentacin, escisin y ruptura al interior de la m

    isma. En la

    medida en que todo proceso de transicin es a la vez continuo y discontinuo

    pu

    eden observarse, la emergencia de nuevas prcticas y relaciones sociales

    2 of 29

  • as como la subsistencia y continuidad de m

    odelos q

    ue respon

    den a un p

    atrn

    anterior.

    Ahora bien, las crisis de acum

    ulacin constituyen perodos de grand

    es transform

    aciones cualitativas que suponen un doble proceso: de ruptura (de

    ciertos componentes del pero

    do de crisis), y de conservacin (de aqu

    ellos com

    ponentes estructurales del sistem

    a en ta

    nto modo

    histrico de produccin).

    De m

    odo qu

    e, si bien los procesos de reestructuracin no cuestionan los

    pilares bsicos del modo d

    e produccin, gen

    eran importantes m

    odificaciones com

    o resultado

    de

    la necesidad

    de sup

    eracin de

    la crisis.

    "La sociedad

    tecnificada no es la sociedad in

    dustrial ms desarrollada. S

    e trata de algo

    nuevo, q

    ue n

    o modifica la esencia del m

    odo de pro

    duccin capitalista, pero le traza nu

    evos contornos. N

    o se trata de un movim

    iento evolucionista con meras

    alteraciones cuantitativas. Las innovaciones introducen cam

    bios cualitativos qu

    e implican a los m

    todos de pro

    duccin" (Souza M

    achado, 199

    2) 3.

    Sin em

    bargo, este conjunto de tra

    nsformaciones no po

    nen en cuestin

    lo que p

    uede ser el ncleo central del capitalism

    o y es que las em

    presas, otrora nacionales y hoy m

    ultinacionales, transnacionales, globalizadas, etc.,

    siguen organizad

    as sobre la base de la produccin d

    el plusvalor y motivad

    as por la ga

    nancia; de hecho es justam

    ente la maxim

    izacin del beneficio, ncleo

    central del espritu capitalista, aqu

    ello que puso en crisis al fordismo.

    Dicho

    esto, nos

    adentraremos

    en algu

    nos

    de los

    aspectos

    que

    constituyen lo nuevo en este escenario.

    Com

    encemos

    con uno

    de sus

    rasgos ms

    caractersticos: los

    procesos de globalizacin de la econ

    oma m

    undial, referidos a la insercin o

    reinsercin de

    los mercados

    nacionales en

    el marco

    del com

    ercio internacional, es decir de la apertura hacia el e

    xterior, a travs de un logro

    cada vez mayor del aum

    ento de la prod

    uctividad. Para lograr esto, ha sido

    indispensable la

    modernizacin

    y el

    cambio

    tecnolgico;

    las form

    as de

    organizacin

    rgida de

    la produccin,

    propias

    del taylorism

    o-fordismo,

    que respondan

    a

    mercados

    homogne

    os, son

    reem

    plazadas

    por

    estructuras flexibles capaces de respond

    er a las deman

    das cambiantes de los m

    ercados, al m

    ayor grado d

    e incertidumbre q

    ue caracteriza a las economas actuales, a

    la exigencias de nive

    les cada vez ms altos de com

    petitividad. A

    simism

    o, estos procesos son a

    compaad

    os por transformaciones en lo q

    ue respecta a

    las funciones que haban sido caractersticas funda

    mentales d

    e los Estados y,

    a las que harem

    os referencia posteriormente.

    3 T

    raducci

    n propia del portu

    gus.

    Nos encontram

    os, por otra parte, frente a las tesis conservadoras del

    fin de la historia, las tesis de la sociedad del co

    nocimiento qu

    e proclaman el

    fin de

    las clases

    sociales y,

    sobre todo,

    del

    "proletariad

    o" que

    sera

    reemplazado

    segn

    estos autores,

    por la

    nocin de

    "cognitariado".

    Este

    conjunto de tesis tienen como corolario propuestas que d

    eclaran que, adems,

    nos encontram

    os frente al fin del trabajo. Esta p

    remonicin del fin del trabajo,

    si bien para algunos autores po

    dra haber im

    plicado el fin de la alienacin, no

    puede lograr su com

    etido en tanto los pilares sobre los que est construido nu

    estra nueva realida

    d no cuestionan

    las bases de la sociedad salarial que

    configur al traba

    jo como eje de integracin de los individuos a la vida social.

    Por tanto m

    s que liberar al ho

    mbre, el llam

    ado fin del trab

    ajo n

    o hace m

    s qu

    e someterlo a una vida signada por la m

    arginalidad, la desintegracin y la

    dificultad para garantizar lo que hasta ah

    ora -y, a pesar de to

    do- el trabajo le

    ha

    ba perm

    itido, su

    propia reproduccin.

    De

    manera

    que,

    estos procesos,

    creemos, no p

    ueden ser pensa

    dos slo en trminos estructurales, sino que

    de

    manda

    n una m

    irada que los entiend

    a como procesos que po

    nen en cuestin la construccin de la identida

    d social e individual y, por lo tanto, las bases

    sobre las que se configura la socialidad.

    Conce

    ptos tales

    como

    globalizacin,

    integracin, flexibilidad,

    competitividad, calidad total, participacin, pe

    dagoga d

    e la calidad, defensa de

    la ed

    ucacin general,

    formacin

    polivalente, y

    valorizacin

    del traba

    jador form

    an parte del discurso habitual sobre esta tem

    tica que le

    jos de ser una

    consecuencia natural

    del desarrollo,

    entendem

    os, form

    an el

    mapa

    de las

    nuevas form

    as de sociabilidad capitalista social.

    Con el ob

    jeto de compren

    der estos procesos, resulta imprescindible

    avanzar en el an

    lisis de lo que desde diferentes p

    erspectivas tericas se ha da

    do en llamar la T

    ercera Revolucin Industrial o, m

    s precisamente, lo que se

    de

    nomina

    la Revolucin

    Tecnol

    gica y, ello, debido

    al carcter central de los avances en el con

    ocimiento

    y el manejo d

    e la tecnologa en este proceso d

    e transform

    acin, sobre todo en lo

    que se refiere a su cam

    po d

    e aplicacin e

    n el mundo de la

    economa y las variaciones en la orga

    nizacin del trabajo q

    ue de

    ellas se

    derivan. Como

    sealan Azpiazu,

    Basualdo

    y Nochteff

    (1988): "el

    proceso de acumulacin d

    e capital de posgu

    erra, basado e

    n un para

    digma

    tecnolgico-econmico

    determinad

    o, encontr

    su lm

    ite cuando

    el

    acervo tecnolgico de ese p

    aradigma de

    j de ser apto para resolver las restricciones a la acum

    ulacin de capital provenientes d

    e la naturaleza en gen

    eral, y de las caractersticas histricas de la fuerza de traba

    jo... La nica posibilidad para continuar la

    acumula

    cin de

    capital reside

    en la

    generacin

    de

    un nuevo

    para

    digma

    tecnolgico-econ

    mico,

    una Tercer

    Revolucin

    Industrial,

    cuyo ncleo tecnolgico, o factor llave, resuelva especficam

    ente las restricciones qu

    e detuviero

    n la acumulacin de capital..."

    3 o f 2 9

  • De

    esta manera, en

    consonancia con

    los

    aportes

    realizados por

    distintos autores, podram

    os plantear como un factor central de los procesos

    de transformacin

    la produccin

    tecnolgica

    especialmente ba

    sada en

    el

    complejo electrnico cuyo eje es la microelectrnica. Asimismo, cabe agregar

    un segundo elem

    ento, que au

    nque ligad

    o a la tecnologa debe ser considerado

    aparte, nos referimos aqu al procesamiento y manejo de la inform

    acin.

    Al respecto nos

    importa

    sealar que

    no

    pode

    mos pe

    nsar en la

    tecnologa com

    o la fuente de todos los bienes o males del presente, com

    o

    determ

    inante primera y ltim

    a de los procesos de transform

    acin, dado que

    stos siem

    pre son el resultado de mltiples factores, sin embargo sta ha

    adquirido

    un rol fundam

    ental en dichos procesos. En otras

    palabras, los

    efectos de la utilizacin de las nuevas tecno

    logas no son el resultado de una

    determ

    inad

    a ecuacin

    tecnolgica, sino que resultan de la interaccin de las

    mismas con

    los

    procesos socioeconmicos y

    polticos, con

    los

    sujetos

    prod

    ucindolas, usndolas y distribuyn

    dolas de m

    odos especficos. As, las

    consecuencias

    que

    traen

    aparejadas slo pued

    en ser

    entendidas

    y comprendidas dentro del contexto en qu

    e dichas tecnologas son aplicadas

    4 .

    Las innovaciones tecnolgicas, lejos de ser variables indepe

    ndientes, un poder

    fetichizado, autnomo, estn asociadas a las relaciones de poder poltico-

    econmico y por lo tanto, son el resultado de estas relaciones

    5 . De hecho, si

    bien es cierto que las nuevas tecnologas reemplazaron puestos de traba

    jo, no

    es men

    os cierto que

    una

    de las caractersticas principales de las nuevas

    lgicas de la acum

    ulacin capitalista es que ya no est sustentada en la base

    del empleo-consumo masivo.

    As, el carcter radical de los cam

    bios se apoya fuertemente en la

    alteracin de base del tratamiento, de la conservacin y de la transform

    acin

    4 E

    n el marco de este debate resulta interesante recuperar la siguiente reflexin

    respecto del papel del sujeto com

    o constructor de la realidad. La historia no hace

    nada, no posee riqueza inmensa, no libra com

    bate! Ante todo es el hom

    bre, el hombre

    real y vivo quien hace todo eso y libra com

    bates; estemos seguros de que no es la

    historia la que se sirve del hombre como un medio para realizar - como si ella fuera un

    personaje particular- sus propios fines; no es mas que la actividad del hom

    bre la que

    persigue sus objetivos." (M

    arx y E

    ngels, La sagrada fam

    ilia, Claridad, Bs. A

    s. 2da

    Edicin, 1971.)

    5 "Ilustrando as la hiptesis segn la cual el desarrollo tecnolgico responde en cierto

    modo a las exigencias de la nueva econom

    a internacional pero el uso de dichas

    tecnologas no slo es indispensable para el nuevo orden m

    undial sino que tambin lo

    modela a partir de la nueva lgica inscripta en la m

    aterialidad tecnolgica." (Castells,

    1989)

    de la inform

    acin, en

    la medida

    en

    que los

    procesos sociales estaran

    dependiendo cada vez ms de manera fundamental de la informacin y del

    modo en que ella es utilizada. Las nuevas tecnologas de

    la inform

    acin

    cumplen un papel central en la m

    odificacin de las bases de la produccin al

    incidir en los procesos de produccin desarrollo y aplicacin del conocimiento,

    facilitando la aceleracin de otras innovaciones e incidiendo por tanto en el

    centro nervioso de los procesos sociales6.

    Segn lo hemos expresado anteriorm

    ente, las consecuencias de las

    nuevas tecnologas

    no son

    unvocas y

    por tanto

    impactan

    de manera

    diferencial y desigual en el conjunto de la socieda

    d. An as, esto no disminuye

    su importancia, sino que

    acrecienta sus

    consecuencias

    dadas las

    caractersticas que adquiere su impacto en la sociedad y en nuestra vida

    cotidiana.

    Si bien el fantstico progreso tcnico podra traer implcito un efecto

    democratizador, en la m

    edida en que viene dem

    arcado

    por la lgica privada de

    la exclusin (y esto nos recuerda que el capitalismo no nos ha abandonado), y,

    del lucro com

    o fin en s, ste conjunto de

    mtod

    os y tcnicas de organizacin y

    gestin del proceso productivo no puede presentarse com

    o mecanismo de

    am

    pliacin del confort y bienestar para el conjunto de la poblacin. Por el

    contrario, es posible observar cada vez m

    s altos ndices de desocupacin y

    de m

    arginacin de vastos sectores del acceso al con

    sumo no ya de confort

    sino de productos bsicos de la canasta fam

    iliar. Proceso que se enm

    arca

    dentro de la crisis del Estado de bienestar y de redireccionamiento de las

    sociedades a

    travs de

    las

    propuestas

    neoliberales y

    neoconservadoras;

    prop

    uestas que

    ubican al Estado

    como

    gendarm

    e del funcionamiento

    del

    mercado, dejando cada vez ms a los ciudadanos librados a la suerte que

    obtengan en ese mercado. As, se trata de un retorno del m

    ercado que viene a

    sustituir al Estado y otras instancias polticas como principio autorreg

    ulador de

    las

    relaciones sociales. Retorno del mercado viene

    acom

    paado

    de

    la

    prom

    ocin

    del privatismo

    y la democracia

    liberal (representativa

    y no

    participativa).(Grner, 1997)

    6 Siguiendo lo expresado por Castells (1989), dos son las caractersticas esenciales

    de las nuevas tecnologas en el paradigma emergente: por un lado, las nuevas

    tecnologas estn centradas en la generacin y tratamiento de la inform

    acin, es decir

    que el objeto m

    ismo del ncleo principal de las nuevas tecnologas es la inform

    acin,

    a la vez que constituye su producto. En segundo lugar y directamente relacionado con

    lo anterior, se encuentra el hecho de que las nuevas tecnologas se refieren a

    procesos ms que a productos.

    4 of 29

  • La

    estrecha

    relacin que

    trabajo

    y

    consum

    o asum

    ieron

    con el

    capitalismo se vuelve, en la actualidad, m

    s profunda p

    ero a la vez ms difcil.

    El contrato

    de traba

    jo por

    tiempo

    indeterminad

    o, que

    haba otorg

    ado al

    trabajador asalariado estabilidad y seguridad, llegara a su fin, dando lugar a

    nu

    evas formas

    de contratacin

    que incluyen

    a la

    anterior pero tam

    bin a

    contrataciones por tiem

    po determ

    inado, trabajo provisional, jornad

    a parcial, etc.

    Estas nuevas form

    as de contratacin, vinculadas con las polticas de

    flexibilizacin, e

    xpresan com

    o doble

    cara de la m

    oneda

    la mode

    rnizacin y transform

    acin de

    los procesos

    de prod

    uccin, y

    la precarizacin

    y vulnerabilizacin del trab

    ajo.

    As, la flexibilizacin del proceso de traba

    jo, es decir, la flexibilidad

    interna d

    esde un punto de vista tcnico, consiste b

    sicamente "en el carcter

    programable del qu

    e las nuevas tecnologas de la inform

    acin han perm

    itido dotar

    a las

    generaciones

    actuales de

    mquin

    as y

    herramientas

    o de

    manipuladores." (C

    oriat, 1992a) 7

    La nocin de fle

    xibilidad se encuentra estrecham

    ente em

    parentada

    con la d

    e integracin; sta ltima refiere a

    la optimizacin de las relaciones

    entre tiempo de op

    eracin y tiempo de circulacin, as com

    o al abastecim

    iento

    en piezas intermedias. D

    e man

    era que, se tratara n

    o slo del control del ritmo

    de trabajo del hom

    bre sino tam

    bin "de la optim

    izacin de las intervenciones

    de las mquinas y de los consum

    os intermedios. E

    n este sentido, h

    ay a la vez perm

    anencia y m

    utacin del ahorro tayloriano y ford

    iano". (C

    oriat, 1992a)

    Tanto

    la flexibilidad

    como

    la integracin

    -segn constituyen

    la

    direccin general

    como

    el contenid

    o particular

    de la

    nueva

    trayectoria tecnolgica-,

    estn vinculadas

    a las

    nuevas presion

    es por

    las que

    hoy

    atraviesa la

    acumulacin

    de capital,

    y de

    scansan sobre

    recursos inditos

    ofrecidos por las nuevas tecnologas de la informacin.

    7 C

    oriat d

    istingue cinco

    dimensio

    nes d

    e la

    flexib

    ilidad, a

    las q

    ue en e

    l marco

    del

    presente tra

    bajo s

    lo nos lim

    itarem

    os a m

    encio

    nar: fle

    xibilid

    ad de producto

    (referida a

    la fa

    brica

    cin co

    n un m

    ismo arre

    glo t

    cnico

    una va

    riedad de productos d

    iferentes co

    n

    algunos

    componentes

    comunes);

    flexib

    ilidad de gama (m

    odificaci

    n rpida del

    proceso

    de fa

    bricaci

    n para cam

    biar ca

    ractersticas secu

    ndarias d

    e lo

    s producto

    s);

    flexib

    ilidad de elementos (re

    ferida a la posib

    ilidad de sim

    plifica

    r o com

    plejiza

    r el

    proceso

    ); flexib

    ilidad de envo

    (transporte

    del p

    roducto

    por b

    andas a

    travs d

    e re

    des

    de circu

    laci

    n com

    plejas); fle

    xibilid

    ad de vo

    lumen (re

    soluci

    n de la

    s fluctu

    acio

    nes

    cuantita

    tivas d

    e la demanda).

    De

    manera

    general,

    podramos

    plantear

    que frente

    a mercad

    os ho

    mogn

    eos, masivos,

    estables y previsibles

    se presentan

    hpy mercados

    heterogne

    os, cambiantes e im

    predecibles, reclamand

    o por org

    anizaciones giles, fle

    xibles y descentralizadas que produ

    cen series limitadas en

    funcin de

    la dem

    anda,

    a diferencia

    del tipo

    de

    organizacin centralizada

    y vertical

    caracterstica del tipo de produccin instaurada bajo el taylorism

    o-fordismo.

    Los

    procesos de

    ad

    aptacin y

    flexibilizacin

    como

    respuesta al

    carcter incierto, cambiante y com

    plejo del m

    edio, el cambio organizacional de

    las em

    presas se encuentran fu

    ertemente a

    poyados en las posibilidades q

    ue

    brindan las tecnologas de la inform

    acin en relacin con los procesos de

    descentralizacin d

    e la administracin -en los ltim

    os aos devenida gestin-,

    sin necesidad de perder p

    or tanto

    el control y la direccin g

    eneral de las

    acciones. Es decir que, la necesidad de control del proceso de

    trabajo de

    ninguna m

    anera ha desaparecido, sino q

    ue se trata ms bien de su realizacin

    a travs de la im

    plementacin de m

    ecanismos diferen

    tes.

    Nos

    hemos referido

    a la flexibilizacin

    desde la perspectiva

    de la

    organizacin d

    el proceso productivo. P

    ero los procesos de fle

    xibilizacin son realizados tam

    bin a travs del mercado de trabajo, h

    acemos m

    encin aqu a

    la fle

    xibilidad externa, la relacin entre las empresas y la fu

    erza de trabajo. E

    n

    otras palabras,

    esta ltim

    a se

    refiere a

    la reduccin

    a un

    mnim

    o de

    los trabajadores

    estables de

    una

    empresa

    y a

    la contratacin

    temporaria

    y flexibilizacin

    del

    contrato salarial,

    de acuerdo

    con las

    necesidades y

    condiciones cambia

    ntes de la orga

    nizacin. Este ltim

    o grupo d

    e trabajadores,

    que por cierto representa un porcentaje cad

    a vez ms im

    portante del conjunto

    de la poblacin, carecera de las condiciones m

    nimas de estabilidad en el

    empleo y de derechos sociales y garantas de los qu

    e hasta el m

    omento haba

    gozad

    o. Se trata de ajustar las condiciones lab

    orales a la nueva din

    mica de la

    em

    presa introduciendo

    en

    la racionalidad

    del mecanism

    o de

    mercado

    el mnim

    o de control social por parte de los trabajado

    res o de las instituciones de

    la sociedad. Este nuevo grupo d

    e trabajad

    ores no pue

    den slo identificarse

    con los grupos sociales tradicionalmente m

    s rezagados sino tam

    bin con

    profesionales que m

    antiene

    n con el E

    stado o empresas una rela

    cin laboral

    que

    otrora hubiera

    asumido

    las form

    as de

    la

    contratacin por

    tiempo

    indeterm

    inado.

    Las nuevas estrategias em

    presariales se encam

    inan a dism

    inuir los costos laborales y, m

    s an, a ganar grados de

    libertad sobre las rigideces

    introducidas en el mercado p

    or el trabajo organizad

    o, la relacin sindical y la proteccin del traba

    jo por parte del Estado a trav

    s, por lo men

    os, de la legislacin.

    5 o f 2 9

  • De

    esta manera, y

    con

    leyes

    que

    legislan en este sentido, las

    negociaciones colectivas de trabajo, caracterstica importante del E

    stado de

    Bienestar, son reem

    plazadas por ne

    gociaciones que pueden ser realizadas

    individualmente y

    recompensad

    as con

    bonificaciones

    por em

    presa, entre

    gerentes y sindicatos, o por ram

    a. Se trata de un proceso de modificacin de

    las relaciones capital-traba

    jo, donde el peso relativo y el protago

    nism

    o de los

    sindicatos propio del keynesianism

    o se va

    diluyendo

    , a la vez que

    se va

    presentand

    o una nu

    eva correlacin de fuerzas. "En el actual contexto histrico

    asistim

    os a un verdad

    ero proceso de reconversin de

    l movimiento obrero que

    crea las condiciones para una reestructuracin de las relaciones industriales

    en las que se superan m

    uchas de las garantas y derechos sociales y laborales

    conquistados por los sindicatos tras decenios de lucha (Castells, 1994).

    La precarizacin del empleo ocurre en un contexto en el que son

    fuertemente m

    odificadas las polticas sociales y econm

    icas del E

    stado, en

    donde son priorizadas las polticas del ajuste tend

    ientes a com

    batir la inflacin

    y a la reduccin del dficit pblico, limitndose as las funciones caractersticas

    del Estado Benefactor en lo qu

    e a regulacin, orientacin e intervencin en lo

    social se refiere.

    As, polivalencia, tecnologa y m

    odernizacin del proceso de trabajo,

    por un lado y, segm

    entacin del m

    ercado de trabajo, precarizacin del empleo,

    desocupacin y m

    arginalidad, por el otro, son los rasgos caractersticos de

    nuestro

    escenario; rasgos que definen

    el teln

    de fondo

    sobre

    el cual el

    significado del traba

    jo es construido y reconstruido en el presente contexto.

    Definen, justamente, las coordenadas sobre las cuales se erige el significado

    del trabajo en la actua

    lidad, precisam

    ente cuando parecan ha

    berse impuesto

    definitivamente los atributos ligados al trabajo para caracterizar el estatuto que

    ubicaba y clasificaba al individuo en la sociedad.

    Es en este escenario, que

    el trabajo, como

    concepto y acto que

    orde

    n la vida social e individual, est viviendo procesos de transform

    acin

    que se cristalizan en la configuracin de una image

    n diferente de trabajador

    polivalente, cada

    vez m

    s alejada del trab

    ajador m

    anual, la desestabilizacin

    de los trabajadores con la consecuente prdida de seguridad y certidum

    bre

    ligada a la precarizacin del trabajo y la exclusin de importantes nmeros de

    la poblacin

    que

    pasan

    a constituir una

    masa

    de supernumerarios8 no

    8 Utilizamos la nocin de supernum

    erarios en el sentido propuesto por Castel (1997)

    desempleados durante lapsos prolongados a quienes con esfuerzo y sin m

    ucho xito

    se trata de recalificar o rem

    otivar; todo ocurre como si nuestro tipo de sociedad

    redescubriera con sorpresa la presencia en su seno de un perfil de poblaciones que

    se crean desaparecidas: los intiles para el mundo, que viven en l pero no le

    empleados y posiblem

    ente difciles de emplear en

    la presente correlacin de

    fuerzas.

    2. El trabajo en el capitalismo de finales de siglo

    Ya

    hemos hecho

    una referencia general a

    los

    procesos que

    actualmente afectan

    al mundo

    del trabajo provocando

    , en algunos casos,

    transformaciones que pu

    eden ser entendidas como radicales. Aqu hemos de

    presentar especficam

    ente algun

    as cuestiones acerca del m

    odo en que estos

    procesos influyen

    en la lgica del mercado de trab

    ajo, as como

    en la

    construccin de la nocin de trabajo.

    Tal com

    o lo hem

    os expresado, se trata de la crisis de la sociedad

    industrial;

    de

    manera

    que,

    las

    caractersticas

    que

    asum

    e -e

    ir

    progresivamente asumiendo- el trab

    ajo actualmente, com

    ienza a distanciarse

    de la imag

    en aquel trabajador fabril9 tan cercano a nu

    estro imaginario. En la

    medida en que la lnea de montaje ha ido desap

    areciendo como modo de

    orga

    nizacin de la produccin, podem

    os supon

    er que

    las caractersticas que

    asum

    a el trabajo en

    dicho contexto irn desvanecindose con ella. "Es un

    nuevo m

    odelo general de trabajo el que est presente y en gestacin. U

    n

    modelo que se encuentra en un

    a encrucijada de exige

    ncias mltiples" (Coriat,

    1992a).

    Com

    o vimos precedentem

    ente, existe una tendencia general a

    la

    consideracin

    y representacin del trabajo ligad

    a a la imag

    en del trabajo

    prod

    uctivo

    industrial,

    ms especficam

    ente a

    la imagen

    del obrero, del

    trabajador m

    anual asalariado. Dad

    os los procesos transformativos a los que

    pertenecen realmente. Ellos ocupan una posicin de supernum

    erarios, flotan en una

    especie de tierra de nadie social, no integrados y sin duda inintegrables....

    9 Sobre estas transform

    aciones resulta interesante la com

    paracin que realiza Coriat

    (1992a) con otros m

    omentos de la historia en donde el contenido del trabajo hum

    ano

    se ha m

    odificado sustancialmente. "Com

    o en la poca en la que el prim

    er capitalismo

    triunfante slo garantizaba su propio crecimiento a los hombres venidos de la tierra y

    del cam

    po a la disciplina de fbricas, como en la poca m

    enos alejada an en que las

    norm

    as costosas y cientficas de los tiempos y m

    ovimientos esclavizaban cabezas y

    cuerpos, el trabajo est en el umbral de una nueva m

    etamorfosis, m

    etido en una

    nueva mutacin fundam

    ental."

    An as, consideram

    os importante sealar que debido al carcter de simultaneidad y

    coetaneidad de los procesos que aqu estamos presentado, muchos de los elementos

    y reflexiones que expresamos asumen cierto valor hipottico.

    6 of 29

  • hemos hecho referencia anteriorm

    ente, es posible co

    menzar a perfilar algunos

    de los elementos qu

    e influirn (e influyen) en la construccin actual de la image

    n del traba

    jo10.

    A los efectos de ava

    nzar en la presente caracterizacin, consideramos

    importante incluir un elem

    ento que hasta ahora no h

    abam

    os mencionad

    o, nos

    referimos a la transicin h

    acia lo que distintos au

    tores denominan la econ

    oma

    de servicios; sector que en los ltimos tiem

    pos ha ido d

    e man

    era creciente

    absorbiendo la m

    ayor cantidad de em

    pleo. Segn lo form

    ula Castells (198

    9), "lo

    que

    parece fun

    damental

    es el

    resear la

    crisis de

    productividad

    que

    acompa

    a dicha transicin a partir del mom

    ento en que se pasa de sectores

    de actividad intensivos en capital a sectores com

    o los servicios en donde, con

    algu

    nas exce

    pciones, predomina la intensidad de traba

    jo."

    De

    manera

    que,

    aqu existe

    un prim

    er elem

    ento a

    considerar,

    la importancia cada vez m

    ayor que a

    dquiere el sector terciario de

    la econ

    oma

    frente al trabajo industrial. Y

    , esto no debera co

    nfundirse con el pasa

    je a la sociedad

    postindustrial como m

    uchos seala

    n; seguid

    amente, la re

    duccin del tiem

    po de trabajo n

    ecesario no debe confu

    ndirse ni con la desaparicin del trabajo del h

    ombre ni m

    ucho menos con la desap

    aricin del plusvalor, o con

    aquello que suelen profetizar algun

    os autores, y que verem

    os un poco m

    s ad

    elante, da lugar a expresiones tales com

    o la desaparicin del proletariado y

    su reemplazo por el cognitariado.

    Ahora

    bien, com

    o dijim

    os, esto

    no nos

    lleva a

    nega

    r el

    carcter noved

    oso de los procesos que vivim

    os. La inclusin de las nuevas tecnologas

    informatizadas

    y las

    nuevas form

    as de

    organizacin

    y gestin

    del traba

    jo

    modifican tam

    bin los rasgos propios del trabajo, tanto

    en el sector terciario

    como secundario de la econom

    a. Siguiend

    o a Harvey (19

    98) podem

    os decir qu

    e se

    mantiene

    una

    de

    las caractersticas

    centrales

    e histricas

    del capitalism

    o pero con rasgos nuevos y especficos. C

    omo se

    ala este autor, el

    acceso al know-ho

    w cientfico y tcnico siem

    pre ha sido im

    portante e

    n la lucha

    competitiva, pero aqu tam

    bin, podemos advertir un

    a renovacin del inters y

    el nfasis,

    porque en

    un mun

    do de

    gustos y

    necesidades

    rpidam

    ente

    10 T

    al com

    o lo

    seala Llomova

    tte (1

    988): "la

    imagen del tra

    bajo, e

    s una co

    nstru

    ccin

    de las co

    ndicio

    nes socio

    econm

    icas y d

    e la elaboraci

    n que los in

    divid

    uos re

    aliza

    n de

    las m

    ismas [...] la

    importa

    ncia

    que esta

    imagen tie

    ne para fa

    cilitar u

    obsta

    culiza

    r las

    medidas te

    ndientes a

    l mejoram

    iento de las co

    ndicio

    nes socio

    econmicas, e

    n ta

    nto los

    protagonista

    s deciso

    rios d

    e esta

    s medidas se

    rn, in

    defectib

    lemente, lo

    s individ

    uos;

    los gru

    pos d

    e individ

    uos; lo

    s distin

    tos secto

    res q

    ue se

    han d

    ado en lla

    mar lo

    s acto

    res

    sociales."

    cambiantes y de sistem

    as de produccin flexibles el acceso a la ltim

    a tcnica, al ltim

    o producto, al ltimo descubrim

    iento cientfico, entraa la posibilidad de

    ap

    oderarse de una gran ve

    ntaja competitiva.

    Asistim

    os, as,

    a un

    efecto de

    desplazamiento

    del

    trabajo directo,

    hacia el indirecto11, d

    ado que m

    ientras ms rep

    etitiva y simple sea la tarea

    a

    realizar mayor es la posibilidad d

    e que se

    a reempla

    zada y realizad

    a por el com

    plejo tecnol

    gico. An as, la ilusin (acaricia

    da por much

    os) de contar con

    fbricas sin

    obreros est

    lejos de

    verse concretada

    . No

    se trata

    de

    la desap

    aricin del trabajo directo sino m

    s bien de que ste estara q

    uedando

    relega

    do a las funciones de

    man

    ejo de

    mercancas o, nueva

    mente, a

    las funciones de control, vigilancia y supervisin de lneas autom

    atizadas.

    De esta m

    anera, cabe pensar q

    ue esa imag

    en del tra

    bajad

    or ligada a tareas em

    inentem

    ente m

    anuales, en dond

    e es emplea

    da la fuerza

    del cuerpo, com

    ienza a diluirse frente a las nuevas condiciones que op

    eran en el m

    ercado

    laboral, en donde cad

    a vez ms tienen m

    arcada presencia el sector terciario y

    las tareas manuales y rutinarias -tal com

    o era posible encontrarlas en el m

    arco de

    la OCT (org

    anizacin cientfica del traba

    jo)- son reem

    plazadas por las

    nuevas

    tecnologas inform

    atizadas (NTI).

    Es

    quiz en

    torno de

    estas cuestiones que

    la image

    n del trabajador fab

    ril comenzar a ir desplaz

    ndose hacia

    otras construcciones

    incluso aq

    uellas vincula

    das con

    el traba

    jo

    intelectual.

    A partir

    de lo

    recin plantea

    do surge

    n, entre

    otras,

    dos posibles

    cuestiones: por un lado cabe preg

    untarse acerca del perfil y las caractersticas qu

    e actualmente est asum

    iendo el "traba

    jo" y, seguidam

    ente, acerca de las caractersticas

    que adquiere

    el mercado

    de

    em

    pleo

    con relacin

    a la

    introduccin de las nuevas tecnologas dentro del contexto socioecon

    mico

    actual -debid

    o a que tal com

    o ya lo hemos expresado

    no es posible pensar acerca

    del impacto

    de las

    NTI

    ms

    all del

    contexto en

    que son

    implem

    entadas-.

    Con

    el ob

    jeto de

    avanzar en

    la reflexin,

    desde otra

    perspectiva,

    veamos qu

    pronosticab

    an las ideas de Drucker (1993

    ): "hacia el a

    o 2000 no

    ha

    br ningn pas de

    sarrollado en el que los obrero

    s tradicionales, los que

    fabrican y trasladan mercancas, representen m

    s de una se

    xta o una octava

    parte de la fuerza la

    boral". P

    osteriormente el auto

    r anticipa la constitucin de

    11 E

    ntendemos p

    or tra

    bajo directo

    a aquellas ta

    reas q

    ue se

    relacio

    nan co

    n la

    accin

    directa

    con e

    l auxilio

    de m

    quinas o

    herram

    ientas e

    n la tra

    nsfo

    rmaci

    n de

    la m

    ateria

    ;

    en cambio el tra

    bajo indirecto

    se refiere a la tareas

    de planificaci

    n, ajuste

    ,

    diagnstico

    , mantenimiento.

    7 o f 2 9

  • un nuevo traba

    jador: el trabajador del saber, que, a diferencia del trabajador

    tradicional, es due

    o d

    e los medios de

    produccin com

    o de los tiles de

    prod

    uccin. As, augura que la dicotoma del poscapitalismo no ser entre

    burguesa

    y proletariado, sino entre

    intelectuales

    y gestores, donde

    los

    primeros se ocuparn

    de palabras e ideas y los segu

    ndos de personas y

    trabajo.

    Pero, tal com

    o lo expresa el mismo autor, el mercado seguir siendo

    el integrador de la actividad

    econm

    ica de las sociedad

    es capitalistas y, por

    tanto, a nosotros, no as a Drucker, no nos resulta posible imaginar que sea a

    travs del "m

    ercado" que

    se produzca

    el acceso al saber (nico recurso

    significativo para el conjunto de la sociedad). La dinm

    ica que asum

    e la Tercer

    Revolucin Industrial -y que asumir cada vez con la heg

    emona mundial de

    los neo liberalismos y conservadurismos- profundiza y cristaliza una tendencia

    inherente y estructural en las sociedades capitalistas: la monop

    olizacin del

    conocimiento y la polarizacin de los beneficios generados por su aplicacin

    en el m

    bito social y productivo. Se tratara de la posibilidad que tienen los

    sujetos de acceder a los flujos de inform

    acin y conocimiento12.

    En

    la medida

    que en

    las

    redes

    -dentro

    de las

    que

    pueden

    ser

    observad

    as im

    portantes asimetras entre las posiciones-, organizan los lugares

    que pasan a

    ocupar los actores y organizaciones en la sociedad y en la

    economa, la presencia

    o ausencia

    en las mismas, term

    ina

    siendo

    fuente

    importante de distincin social13 . D

    e esta m

    anera, "la posibilidad de generar

    conocimiento nuevo y recoger informacin estratgica dep

    ende del acceso de

    los flujos de tal conocimiento e inform

    acin... Es consecuencia que el poder de

    las

    organizaciones la fortuna

    de

    particulares dependa de

    sus

    posiciones

    respecto de tales recursos de conocimiento y de su capacidad

    para entender y

    procesar realmente tal conocimiento" (Castells, 1994).

    La com

    petencia en la prod

    uccin de conocimiento, la pelea por llegar

    primero al patentamiento, la carrera acelerada por llegar con la novedad, han

    puesto a universidades e investigad

    ores a funcionar con nuevas lgicas y, ello

    12 Castells (1994) define la nocin de flujos

    como "secuencias

    programables

    repetitivas, de intercam

    bio e interaccin entre posiciones fsicam

    ente distanciadas

    asumidas por actores sociales en organizaciones e instituciones de la sociedad. La

    convergencia de la evolucin social y las tecnologas de la inform

    acin ha creado

    unas nuevas bases m

    ateriales para la accin de las actividades procesadas a travs

    del sistema social.

    13 Segn el autor es

    posible observar este proceso tanto en el m

    bito de las

    posiciones de los pases o regiones en la economa m

    undial, como en las posiciones

    de los individuos (con niveles educativos diferentes) en la estructura ocupacional.

    creemos no obedece simplem

    ente a la democratizacin de la sociedad del

    conocimiento o a la desaparicin de las lgicas del capital; seguramente, ello

    sucede porque el con

    ocimiento y la tcnica han pasado a ser ejes centrales de

    la acumulacin, m

    ercanca clave de la produ

    ccin.

    Testim

    onio de

    ello,

    seala Harvey

    (1998),

    son

    las

    incmod

    as

    transiciones en muchos

    sistem

    as universitarios del

    mun

    do capitalista

    desarrollado, y, agreg

    aramos, tambin del subdesarrollado, de una tutora del

    conocimiento y el sab

    er a la produccin subsidiaria de conocimiento para el

    capital de las corporaciones. Al respecto, no qu

    eremos parecer nostlgicos por

    un m

    undo que ya ha sido y, que de hecho tambin estuvo signado por la lgica

    del lucro, simplem

    ente queremos fugar de aq

    uellas explicaciones futuristas que

    sealan qu

    e ahora s, con el triunfo de la sociedad del conocimiento nos hemos

    librado de

    los

    avatares del pasado y

    avanzamos hacia

    un mundo

    ms

    democrtico y justo. La creciente pobreza y margina

    lidad en que vivimos frente

    a la cada vez mayor concentracin de la riqueza y del gasto superfluo nos

    impide subirnos a ese tren de explicaciones.

    Quiz una de las imgenes m

    s desgarrad

    oras que nos ha regalado

    nuestro pas en los ltimos tiempos es aq

    uella que nos presenta una gran

    manifestacin

    ya no

    con

    trabajadores

    peleand

    o por mejores

    condiciones

    laborales o salariales, sino la imagen de quien se sabe supernum

    erario y

    pelea aunque sea por volver a tener esas m

    alas condiciones de

    trabajo, por

    una caja de pan o por un plan trabajar; el nuevo sujeto, el piquetero. Est claro

    como dijera Arendt, nada puede ser peor.

    Respecto

    de

    las

    caractersticas del

    vaticinio que

    seala

    la

    desaparicin

    del proletariado, quiz ha

    bra qu

    e pensar ms bien

    en

    el

    surgimiento de un nue

    vo tipo de proletariado y, en el pap

    el que el conocimiento

    y su manejo asum

    en. Tal com

    o lo seala S

    ouza Macha

    do: "Del lado del

    trabajo, dos polos marcan

    su presencia

    de form

    a elucidativa

    y, al mismo

    tiempo desconcertante por la significativa

    diferencia de situacin

    y perspectivas... En el primer polo, se encuentra el proletariado tradicional, fruto

    del proceso de industrializacin, caracterizado por salario y nivel educacional

    bajos y el desem

    peo de funciones descualificadas y taylorizadas... En el otro

    polo se percibe el surgimiento de un nu

    evo tipo de proletariado que disfruta de

    salarios y nivel educacional m

    as altos..."

    14.

    As, se tratara de la existencia de un tipo de

    trabajador - que tal com

    o

    fue expresado - se ocupara de las tareas ligadas a la planificacin, ajuste y

    mantenimiento. En la m

    edida que la productividad ya no depende de los ritmos

    14 Traduccin propia del portugus.

    8 of 29

  • de trab

    ajo sino de la tasa de intervencin de

    las herram

    ientas y el rendimiento

    ge

    neral de

    las instalaciones,

    entonces, se

    convierte en

    parmetro

    del rendim

    iento la capacidad para hacer frente a los im

    previstos, de controlarlos y reducirlos

    y, en

    lo posible,

    anticiparlos (Coriat,

    1992a).

    Es

    desde esta

    perspectiva que ha resurgido15 la nocin del traba

    jador polivalente, capaz de

    hacer frente a las dem

    andas cam

    biantes de la produccin

    16.

    De

    lo expresado

    hasta aq

    u se

    desprende

    una

    caracterstica importante del m

    ercado laboral d

    e las postrimeras del siglo X

    X, nos referim

    os a un profu

    ndo cam

    bio en la estructura ocupa

    cional, en donde so

    n los emple

    os medios (obreros calificados, profesionales de nivel m

    edio, etc.) aquellos que

    ven disminuido su peso relativo. A

    s, es posible observar el crecim

    iento relativo de las capas tcnicas y profesionales ligadas generalm

    ente a las industrias de alta

    tecnologa y

    a los

    llamados

    servicios avanza

    dos:

    financieros, de

    comunicaciones, etc. S

    eguidam

    ente, aumenta

    n su peso

    los trabajos m

    enos

    calificados y peor pagad

    os, en particular en los servicios de consumo y e

    n los pu

    estos ms ba

    jos de las em

    presas, a la vez que se acrecientan el trabajo a

    do

    micilio, el cuentapropism

    o, etc.

    Harvey (19

    98) realiza la siguiente d

    escripcin de la

    estructura del mercado d

    e trabajo en las condiciones de la acum

    ulacin fle

    xible17: un prim

    er grup

    o de tra

    bajadores conform

    a el ncleo central que correspon

    de al mercado

    prim

    ario, posee alta flexibilidad y cierta estabilidad; luego, un prim

    er grupo

    perifrico cuyos integrantes poseen cierta capacida

    d para reinsertarse en el

    mercado lab

    oral a diferencia de un segundo

    grupo p

    erifrico m

    uy numerosos

    que

    se com

    pone

    de trabajadores:

    contratados

    por tiempo

    determ

    inado, participantes de

    program

    as de becas, puestos com

    partidos, etc.; por supuesto un

    tercer

    grupo

    que

    corresponde

    a los

    trabajad

    ores aut

    nomos,

    subcontratados o tem

    porarios por agencias a quie

    nes afecta especialm

    ente la

    flexibilidad laboral y la crisis del em

    pleo.

    Por

    supuesto, a

    esta descripcin

    del mercado

    laboral deb

    emos

    agregar al grupo ca

    da vez mayor de

    desocupa

    dos que m

    arca su presencia de

    modos diversos, ya sea por su persistente ausencia, com

    o por su capacidad

    de presionar a quienes form

    an parte de algn de estos grupos.

    15 E

    xpresam

    os q

    ue ha re

    surgido debido a que ya

    Marx h

    aba hecho m

    enci

    n al

    trabajo poliva

    lente, a

    n as la

    s caracte

    rsticas que le

    haba otorgado a sta

    noci

    n

    dista

    n de se

    r aquellas q

    ue actu

    almente so

    n co

    nsideradas.

    16 E

    n el p

    resente aparta

    do nos lim

    itamos a

    presentar

    sta noci

    n ya

    que ser

    objeto

    de re

    flexi

    n en el p

    rxim

    o ca

    ptulo en el q

    ue nos re

    ferire

    mos a

    la re

    laci

    n entre

    Educaci

    n y m

    undo del Trab

    ajo.

    17 P

    ara una mejor ca

    racteriza

    cin ve

    r Harve

    y 1998.

    Dad

    o que esta descripcin ob

    edece en cada sociedad

    a mltiples

    factores, importa aq

    u sealar la tan m

    entada relacin

    entre desem

    pleo e

    impacto de las N

    TI (N

    uevas Tecnologas Inform

    atizadas), en la m

    edida en que

    stas suelen ser vistas como la causa de la destruccin de los puestos de

    trabajo. Segn lo hem

    os expresado m

    s arriba no son

    las nuevas tecnologas las que g

    enera

    n los cambios por s m

    ismas, sino m

    s bien la lgica en qu

    e stas

    son introducidas

    en los

    procesos de

    trabajo,

    en particular

    y, de

    la acum

    ulacin en general.

    Sin em

    bargo, es posible establecer algu

    nos elem

    entos bsicos con relacin a

    esta temtica. E

    l incremento de

    productividad derivad

    o del cam

    bio tecnolgico

    permite

    trabajar

    menos

    y prod

    ucir ms,

    pero

    esto no

    necesariamente im

    plica que se vayan a eliminar los puestos de trabajo, sino

    que

    se genera

    n nuevos

    puestos

    con caractersticas

    diferentes.

    De

    esta

    manera,

    flexibilidad interna

    (polivalencia), o

    exte

    rna (sub

    contratacin), desestabilizacin d

    e los estables, precarizacin y el consecuente d

    ficit de los lugares ocup

    ables, son algunos d

    e los elementos que

    caracterizan al mund

    o

    del trabajo, en este perodo que llamam

    os capitalismo tardo. P

    ero, tambi

    n, los m

    ercados de consumo segm

    enta

    dos y hetero

    gneos y con ello las lgicas

    propias de la reproduccin d

    el dinero en las ltimas dcadas, nos hace posible

    pensar

    que

    ese nuevo

    grupo de

    supern

    umerarios

    al qu

    e hace

    referencia

    Castel,

    no lo es

    slo desde

    el punto

    de vista

    de la pro

    duccin sino

    especialmente d

    esde su lugar de consumidores.

    De

    aqu

    que, la relacin

    que se

    establece entre

    incorporacin

    de

    nuevas form

    as de organizacin del proceso de prod

    uccin y eliminacin de

    pu

    estos de trabajo vien

    e dada p

    or la lgica de exclusin de la economa

    capitalista (a

    la que

    ya

    hicimos

    referencia) ms

    que por

    caractersticas intrnsecas

    a las

    NTI.

    No

    parece

    necesario

    que las

    nuevas

    tecnologas conduzca

    n al

    desempleo,

    si bien

    es cierto

    que

    pued

    en

    generar

    cambios

    profundos en la estructura de la prod

    uccin y de la circulacin.

    As, este

    conjunto de

    fenmenos son los qu

    e imprim

    en nuevos

    o diferentes contenidos al significado del trabajo, o

    ms bien, q

    ue han cam

    biado

    radicalm

    ente las formas a travs de las cuales hasta u

    n presente todava

    relativam

    ente cercano, se pensaba y nos pensb

    amos com

    o trabajadores e

    incluso como ciudada

    nos. Son estos m

    ismos fenm

    enos los que p

    onen en

    fuerte crisis

    las form

    as qu

    e, a

    la manera

    de

    Durkhe

    im, se

    pensaba

    la integracin de los individuos a la vida social.

    9 o f 2 9

  • 3. El trabajo en un texto sin trabajo de obreros a operarios

    Ahora, s nos retomamos nuestro estudio

    sobre

    los significados del

    trabajo

    en los textos que hem

    os estudiado. A diferencia de aquellos que

    recogimos en el captulo anterior sobre los que podram

    os decir: estn dejando

    de ser, aq

    u la reflexin se produce sobre aquellos que estn en proceso,

    estn em

    pezand

    o a ser.

    Com

    o observamos, la gran mayora de las referencias al concepto de

    trabajo en los textos analizados se encuentra de

    ntro del periodo de tiempo

    que

    va de la primera

    Revolucin

    Industrial hasta

    fines de la segunda

    guerra

    mundial. Al igual que la mencin a los conflictos sociales devenidos de las

    condiciones de trabajo o la demanda por m

    ayores y/o m

    ejores salarios, la

    frecuencia de aparicin de estas nociones baja a m

    edida que los relatos se

    acercan al presente. A

    simismo, en el m

    arco de los CBC la frecuencia de

    aparicin de la nocin de traba

    jo, incluso en los apartad

    os referidos a las reas

    de tecnologa y ciencias sociales, es baja. Es por tal motivo, que

    en el

    presente captulo el eje del an

    lisis girar en torno de las ausencias. Si hasta

    ahora, hemos prestado atencin a lo nombrado y a las formas en que era

    nombrado, en este ap

    artado

    cobra

    especial importancia

    justam

    ente la

    ausencia.

    Si segn lo expresamos los discursos no se constituyen como bloques

    monolticos en los que slo una lnea de significad

    os puede ser encontrada, en

    el anlisis que

    se realizar

    a continuacin, esta consideracin adquiere

    particular importancia, en especial, para el estudio de los C

    BC. Los CBC no

    desarrollan los contenidos por m

    edio de un corte de tipo histrico tal como lo

    hacen

    los

    textos escolares. Se

    trata

    de un texto

    que, si bien guarda

    caractersticas com

    unes con los otros textos que hem

    os analizado, adquiere

    especificidad

    en

    tanto

    que

    discurso

    peda

    ggico

    oficial,

    asum

    iendo

    caractersticas particulares tanto en el nivel de su elaboracin com

    o en el del

    anlisis. En

    tanto

    que

    texto

    que define

    aquello qu

    e de

    be ser ensea

    do

    establece, por lo menos al nivel del el sistem

    a edu

    cativo, los saberes que

    deben ser pensados, el conjunto de saberes que deben

    conform

    ar la imag

    en

    del pensam

    iento

    escolar, o

    lo qu

    e podra traducirse como

    la imagen

    del

    pensam

    iento qu

    e mapea, para la educacin institucionalizad

    a, la form

    acin de

    la subjetividad.

    En este m

    arco, si hay algo que llama poderosam

    ente la atencin en la

    lectura de los C

    BC18 es la dificultad de ide

    ntificar una sola lnea que

    permita

    18 Sin duda esto, puede explicarse por diferentes

    factores

    ya sea por

    las

    decir este es el significado legitim

    ado y no otro. Ms bien de su lectura se

    desprend

    e qu

    e el significado privilegiado es la resultante de muchos otros

    combinados

    de form

    as particulares y

    no necesariam

    ente de manera

    homognea. Es quiz, a travs de esta combinacin y, a partir de esta cadena

    de significantes qu

    e nos

    ser posible

    reconstruir, los

    modos en que los

    discursos son estructurados, las imgen

    es a travs de las qu

    e el trabajo es

    comprendido. Seguramente, esta caracterstica

    de cierta am

    bivalencia, e

    incluso referencialidad, integracin, yuxtaposicin, no

    es privativa de los CBC,

    de hecho cualquier discurso es la combinacin resultante de inclusiones

    mltiples (y por supue

    sto de exclusiones m

    ltiples), an as lo propio de los

    CBC, segn

    nuestro entender, extrema

    esta propied

    ad de

    los

    discursos;

    seguramente com

    o expresin de am

    bigedad de los tiempos que nos han

    tocado vivir y en que se han producido.

    En una primera lectura de los CBC en gene

    ral y especialmente de los

    captulos de ciencias sociales y tecnologa, llam

    a la atencin que la frecuencia

    de aparicin de la palabra trabajo y sus derivad

    os (trabajador, trabajar, etc.) es

    muy baja. En

    general,

    se hace mencin a

    procesos que

    se encuentran

    ntim

    amente ligados al trabajo pero esta palabra no est incluida en el texto.

    As, por ejemplo, es posible encontrar prrafos como los siguientes:

    Gracias a las innovaciones tecnolgicas, tanto de productos como de

    procesos gestionales, los seres humanos cuentan con la posibilidad de

    producir los bienes necesarios para satisfacer sus necesidades

    utilizando menos tiempo y menos esfuerzo. (p. 167)

    Si bien las civilizaciones florecieron en estrecha relacin con las

    condiciones del medio, cerca de las fuentes de agua y en las tierras ms

    propicias para el cultivo, los resultados derivados de los esfuerzos

    humanos han otorgado un papel relevante a las ventajas adquiridas. (p.

    170)

    En todos los paisajes quedan huellas de esa continua transformacin.

    La actividad humana ha transformado los paisajes naturales en paisajes

    culturales. (p. 170)

    En

    estas frases se hace referencia a

    la actividad human

    a, a las

    tecnologas y a la produccin, a los esfuerzos hum

    anos y su incidencia en las

    caractersticas que ha asumido la elaboracin de los CBC, como por lo sealado m

    s

    arriba ligado al proceso de reconfiguracin y crisis de la nocin de trabajo. Pero, no es

    el objeto de este trabajo indagar sobre esto, sino m

    s bien avanzar en una propuesta

    de anlisis que perm

    ita dar cuenta de este conjunto o cadena de significados que dan

    form

    a a la nocin de trabajo, en el sentido planteado m

    s arriba.

    10 of 29

  • formas qu

    e esto influye en la satisfaccin de

    las necesidades d

    el hom

    bre pero en

    ninguno de

    estos casos se menciona

    al trabajo como proceso m

    ediador o

    como actividad ligad

    a a la produccin.

    Por otro lado, e

    ncontramos en otro espacio la refe

    rencia al trabajo en la que se e

    xpresa la necesidad de la adquisicin d

    e competencias para el traba

    jo y la tecnologa

    Resulta interesante ob

    servar que el trabajo aparece com

    o concepto en

    dos espacios distintos, por un

    lado, e

    n el marco de

    un listado de contenidos (a

    los

    que se

    hizo referencia

    anteriormente);

    y, por

    el otro,

    ligado con

    las com

    petencias19 necesarias para la insercin en el m

    undo

    del trabajo. S

    i partim

    os de la consideracin de que el trabajo y la

    s transformaciones del

    proceso productivo vividos en los ltimos aos se constituyen e

    n una d

    e las fue

    ntes de

    legitimacin

    20 en

    la elaboracin

    de las

    actuales polticas

    de

    transformacin ed

    ucativa en g

    eneral, y, en particular, de las formas en que se

    han construido los contenidos curriculares (tanto respecto d

    e su organizacin

    como de su seleccin), en

    el anlisis de los C

    BC encontram

    os que el concepto

    que

    nos

    ocupa

    adqu

    iere poca

    presencia. Entonces,

    es posible

    que nos

    encontremos

    frente a una prim

    era para

    doja en

    este texto:

    encuentra

    su

    fundamento e

    n un contenido qu

    e est a la vez presente y a

    usente; de algn

    modo tiene un

    a presencia en su ausencia. E

    n otras palabras, ausencia y presencia que ad

    quiere su carcter legitimador cuan

    do se hace referencia a la

    necesidad de transformar la educacin (tanto e

    n documentos nacion

    ales como

    internacionales). En esta referencia las transform

    aciones del m

    undo del traba

    jo ocupa

    n un lugar privilegiado: com

    o discurso que anu

    ncia la antesala a un

    nuevo m

    undo m

    oderno y tecnologizado qu

    e, ms que ser som

    etido a crtica, de

    be ser aceptado com

    o tal ya que la sociedad

    ha ca

    mbia

    do y la educacin

    debe cam

    biar.

    En la frase recin citada, la tecnologa aparece com

    o algo a

    partado

    del traba

    jo, con

    una

    finalidad en

    s mism

    a y,

    se plantea

    por

    tanto las

    competencias

    deben

    adquirirse sim

    ultneamente

    para

    cada un

    a de

    forma

    19 Sobre el conce

    pto de com

    petencias

    y sus

    implica

    ncias nos detendrem

    os ms

    adelante.

    20 N

    os referim

    os aqu a

    aquellos discu

    rsos q

    ue se

    alan com

    o fundamento de la

    transfo

    rmaci

    n educa

    tiva el p

    asaje a

    la socie

    dad del co

    nocim

    iento, com

    o tam

    bin a

    aquellos q

    ue hacen re

    ferencia

    a las n

    ueva

    s dem

    andas d

    el m

    undo d

    el tra

    bajo lig

    adas

    a la noci

    n de compete

    ncia

    alrededor de la

    cual se org

    aniza

    n los

    contenidos

    curriculares. N

    o es n

    uestro

    inters d

    iscutir a

    qu la

    validez o

    no de esto

    s discursos sin

    o

    simplemente sealar que son estos

    los que en un punto se esgrim

    en como

    justifica

    cin de la necesid

    ad del cam

    bio.

    separada. Si bien, es p

    osible imaginar situaciones, en d

    onde se

    utiliza la tecnologa, a

    jenas al m

    undo del trab

    ajo, a

    qu se presentan como dos procesos

    diferentes y separados.

    Ahora

    bien,

    cules

    son las

    narrativas yuxta

    puesta

    s a

    las que

    hacam

    os referencia anteriormente? R

    econstruyendo a

    lgunas de sus partes

    podem

    os decir que, por un lado, es necesario que lo

    s sujetos adquieran una

    determ

    inada

    formacin

    para com

    petir en

    el mund

    o tecnologiza

    do, seguida

    mente existen

    diversas formas de orga

    nizacin de la prod

    uccin, y siendo q

    ue los hombres producen bien

    es necesarios para vivir, el trabajo no

    ap

    arece ligado a esa actividad. P

    or lo tanto, la form

    acin de las competencias

    se transforma com

    o algo con valor en s mism

    o y ms all del m

    ercado de

    trabajo o del espritu capitalista; irona de un

    mundo d

    esquiciado!

    Ahora bie

    n, detengm

    onos por un m

    omento en las fo

    rmas en que son

    nombra

    dos los trabajadores de este nuevo m

    undo m

    oderno. A

    diferencia de otros textos

    21 en los que se menciona a los traba

    jadores com

    o obreros, en los CBC se utiliza la nocin d

    e operario: Recientem

    ente

    la incorporacin

    de la electrnica

    ha

    permitido

    desarrollar

    dispositivos auto

    mticos

    ms

    sofisticados

    sensores y

    acciones ms com

    plejas. La informtica por su parte

    se aplica, en la

    actualidad, al control de dispositivos que perm

    iten operar m

    quinas y herram

    ientas media

    nte el control

    numrico,

    incorporando adems

    la robtica, las celdas de produccin fle

    xible y los sistemas integra

    dos de

    fabricacin. En esta

    poca comienza a requ

    erirse de los o

    perarios y las operarias co

    mpete

    ncias de mayor e

    xigencia intelectual que incluye una

    comprensin global de

    l proceso en el que estn involucrad

    os. (p. 218)

    Resulta

    interesante pensar

    esto ligad

    o a la

    diferenciacin

    de la

    acepcin de

    obrero

    y operario.

    De

    la mism

    a manera

    que,

    como

    hem

    os expresad

    o, la nocin de trabajo presenta una ba

    ja frecuencia de aparicin a lo

    largo de los CBC, no h

    emos enco

    ntrado la palabra ob

    rero o trab

    ajador en

    ningn caso. Y

    , como se observa en este p

    rrafo, la referencia al traba

    jador se

    hace a travs de la nociones de operarios y operarias. R

    especto de esto, diferentes son las hiptesis que se pu

    eden construir. En principio, ava

    ncemos

    en la ide

    a expresad

    a ms arriba acerca de la reconfiguracin del significado

    del trabajo e

    n lo referido al trabajo m

    anual.

    Si,

    partimos

    del sup

    uesto de

    que

    el traba

    jo en

    el marco

    de la

    modernid

    ad, ha estado histricam

    ente ligad

    o al trabajo m

    anual, es posible

    21 E

    sto se

    ha podido observar co

    n cla

    ridad a lo largo de los ca

    ptulos p

    recedentes

    1 1 o f 2 9

  • pensar que la nocin de operario viene a

    sustituir

    a la nocin de obrero

    profundam

    ente vinculada al taylorismo/fordismo. R

    ecordemos que la palabra

    obrero, est ligada a la idea de ejecucin de actos fragm

    entados y rutinizados,

    escindidos de la concepcin; por lo que el trm

    ino operario incorpora en la

    imagen del trabajo componentes ligados al proceso de concepcin y puede

    cumplir una doble funcin: por un lado, reem

    plazar un trm

    ino ligad

    o a un

    period

    o u orde

    n discursivo anterior, en donde el traba

    jo se encontrab

    a ligado a

    derechos laborales, sindicatos, pleno em

    pleo, etc., y, por el otro, incluir, com

    o idea

    general acerca del trabajo que

    este supone

    el desarrollo de procesos, la

    realizacin de una tarea no necesariamente frag

    mentada.

    La idea de operario, perm

    ite construir una imagen de trabajador qu

    e no

    necesariam

    ente debera graficarse con un m

    ameluco manchado con grasa,

    como po

    dra corresponder a la imagen del o

    brero industrial. Asimismo, la

    misma idea de operacin nos lleva a pensar por ejemplo, en la m

    anipulacin

    de com

    putadoras, en procesos de pensam

    iento ms com

    plejos que la mera

    ejecucin, etc.; es decir, en un trabajador de nue

    vo cu

    o cuyo actuar, en

    consonancia con la nocin de

    las operaciones piagetanas est vinculado con

    lo m

    ental; o, com

    o se seala en el prrafo citado tiene una mayor exigencia

    intelectual.

    Un operario, es alguien qu

    e no est atado a un

    a tarea frag

    mentad

    a y

    rgida, es alguien que en tanto su tarea es operar es capaz de ad

    aptarse a

    nuevos contextos, es el correlato de la flexibilidad en las organizaciones. A

    partir

    de aqu es posible

    reinscribir la figura

    del trabajador dentro de un

    conjunto de enunciado

    s nuevos que refieren y crean una forma de subjetividad

    do

    nde el operario poseedor de habilidades y capacidades expresadas en las

    form

    as de las competencias-, pued

    e form

    ar de estas coordenadas del ejercicio

    del poder en las instituciones.

    As, la nocin de com

    petencias2

    2 se encuentra ligada a este operario; se

    parte de la necesidad de desrigidizar la organizacin de los contenidos, as

    como su forma de ense

    anza incorporando contenidos ntimam

    ente ligados a

    la posibilidad de operar con ellos. De manera que com

    o lo hem

    os expresado,

    esta serie -del obrero al operario- se redistribuye con otras. El operario, como

    trabajador de nuevo cuo ya no lo hace en una fbrica sino en una empresa

    que reconoce explcitamente la necesidad de la iniciativa de los asalariados. El

    objetivo ya no es excluir la participacin, por el contrario la iniciativa y la

    creatividad se han

    tornado su objetivo; creatividad

    , gestin, cooperacin,

    trabajo en eq

    uipo son los ejes del nuevo mun

    do de la produccin, pero

    tambin competitividad,

    productividad, eficacia. Ya

    no se trabaja para

    22 Aqu es donde podem

    os se articula la reflexin sobre la configuracin de la

    pedagoga de las competencias sobre las que nos detenem

    os luego.

    satisfacer necesidade

    s (m

    ediatas

    o inmed

    iatas) el trabajo

    debe

    estar al

    servicio de la con

    quista de mercados, de llegar primero, de la m

    aximizacin de

    la g

    anancia, el op

    erario es una expresin, en tanto que trabajador, de la

    empresa.

    Ahora bien, retom

    emos lo expresado hasta aqu. Hem

    os dicho que la

    nocin de trabajo tiene baja presencia en los CBC, pero que a la vez un punto

    de justificacin de los

    contenidos se encuentra ntim

    amente ligado a

    las

    demandas del m

    undo del trabajo; deman

    das que generan la necesidad de

    replantear la form

    acin y los tipos de contenidos. Pero, si bien esto encuentra

    uno de sus fundam

    entos en la form

    acin para el traba

    jo, ste ltimo y sus

    transformaciones estn explcitamente ausentes de un discurso que no deja de

    fundamentarse en l.

    Dad

    o que estos procesos se encuentran estrechamente vinculados a

    la incorporacin de la tecnologa en la produccin, veam

    os a continuacin

    cmo se construye esta relacin.

    3.1.

    Tra

    baj

    o, te

    cnolo

    ga

    y e

    duca

    cin

    Las form

    as en qu

    e es construida la relacin trabajo-tecnologa y cmo

    son presentados los avances tecnolgicos ocupan un papel importante aqu.

    De alguna form

    a esta es un

    a de las narrativas centrales sobre las que se ha

    construido el relato de nuestro nuevo siglo; promesas m

    ediante, la tecnologa

    como poder fetichizado, atraviesa las explicaciones de las diversas alegras y,

    por supuesto, m

    ales que, pareciera, estamos destinado a vivir y ante los

    cuales no nos queda m

    s que resignarnos o como se seala en

    los textos:

    prep

    ararnos para enfrentar los nuevos desafos que el mundo de la tecnologa

    nos depara y convertirnos en sujetos exitosos porque, ahora s, como nos

    auguran, en la era del conocimiento todo depende de nosotros.

    Hasta aqu hemos visto cm

    o de un modo u otro ap

    areca la nocin

    de trab

    ajo; ahora

    bien, hay

    otro elem

    ento ligado

    a la estructuracin del

    discurso que consideramos interesante incluir. Observem

    os, entonces, cmo

    se presenta la relacin entre trabajo, tecnologa y transform

    aciones sociales:

    *CBC

    Estrechamente

    vinculada

    con ambas cuestiones se afianza

    la

    globalizacin de la economa a travs de pautas de produccin y

    12 of 29

  • consumo generaliza

    dos

    que se

    consolidan y difund

    en desde

    las sociedad

    es ms avanza

    das en trminos de

    crecimiento econ

    mico. Y

    , al m

    ismo tiem

    po, se destaca la creciente gravitacin de te

    ndencias de

    distinta naturaleza q

    ue se expresan a travs de la fragm

    entacin de los

    espacios sociales

    y la exacerbacin

    de las

    diferencias entre

    unos

    grupos y otros. E

    n el marco de

    esa tensin se produ

    cen interrupcion

    es de la pa

    z mundial y riesgos para la convivencia a las que no escapa

    ningn escenario nacion

    al. (p. 167)

    La tecnologa nace de necesidades, responde a de

    mandas e im

    plica el plante

    o de la solucin de problem

    as concretos, ya sea de las personas,

    empresas, institucione

    s o del conjunto d

    e la sociedad. ( p. 213

    ) Con el desarrollo de los m

    edios para obtencin de energa con b

    ajos

    costos, se crean las m

    quinas y los opera

    rios y las operarias a

    portan sus destrezas m

    anuales, pero con una dism

    inucin de

    l esfuerzo fsico.

    Luego sobre la base de la orga

    nizacin de la produccin se crean las

    fbricas y, con

    la incorporacin

    de la electricidad

    , se

    alcanzan

    los prim

    eros estadios

    de autom

    atizacin basad

    os en

    dispositivos

    mecnicos.(p. 2

    17)

    Resulta interesante observar la form

    a en que se construye el relato

    acerca de la relacin entre tecnologa y mundo del

    trabajo. E

    s importante

    observar -al igual que fuera seala

    do anteriormente

    respecto del desarrollo de

    procesos sociales-, que en la construccin de las frases prevalece la utilizacin

    del impersonal se crean, se producen, se afian

    za, se afianzan; es decir, se trata de oraciones sin sujeto; la tecnologa

    nace pero nadie intervendra e

    n ese nacim

    iento, aparece com

    o una condicin n

    ecesaria sin que haya algui

    n interviniendo en ese proceso. La tecnologa produce

    cambios y el ho

    mbre se

    atiene a disfrutarlos, p

    ero estos cambios son causa y co

    nsecuencia de la

    tecnologa. V

    eamos, cm

    o se expresa esto en los textos escolares:

    * Libro 1. "Desd

    e la ms re

    mota antige

    dad los chinos disfruta

    ron de

    distintos inventos,

    descubrim

    ientos y adelantos

    que slo

    se conocieron

    en

    Europa e

    n tiempos relativam

    ente recientes." (p. 19)

    * Libro 7

    "Fue e

    n Inglaterra do

    nde se inventaro

    n y se perfeccionaron una se

    rie de mquinas que pro

    ducan mas r

    pidamente y a precios m

    s bajos. E

    l mism

    o taller que

    con cinco traba

    jadores elabora

    ba, por ejem

    plo, 10

    metros de tela p

    or da, poda ahora pro

    ducir 200 m

    etros." (P

    . 91)

    "Generaron

    formas

    de traba

    jo y una

    organizacin

    que les

    permita

    perfeccionar la agricultura, los sistemas de riego y la construccin de

    grandes ciudades y tem

    plos." (p. 76)

    En los prim

    eros relatos, al hablar de la tecnologa se utilizan verbos

    tales como disfrutaron, se inventaro

    n..., la utilizacin de estos verbos, por un

    lado,

    y del

    impersonal,

    por el

    otro, no

    perm

    ite saber

    quienes

    son los

    responsables de los "inventos", es decir, quienes construyeron y prod

    ujeron

    las mquinas. A

    s, se presentan las consecuencias d

    el uso de determinada

    tecnologa, pero no se elabora ningun

    a