Upload
ernesto-herrera
View
214
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Buen artículo, muy esclarecedor.
Citation preview
7/21/2019 011_vischer EL PROBLEMA DEL DIACONADO
http://slidepdf.com/reader/full/011vischer-el-problema-del-diaconado 1/7
LUKAS VISCHER
EL PROBLEMA DEL DIACONADO
El autor, calvinista, presentó este estudio a la Conf erencia d e Montreal, buscando,mediante un ascenso a las fuentes, armonizar las distintas concepciones sobre el diaconado e xisten te entre las diversas Iglesias. El trabajo mereció ser tomado como punto
de partida para los posteriores estudios sobre el tema. Para nosotros, este estudio nos puede ser útil al subrayar la verdadera esencia del d iaconado como una ayuda mutua
fraterna que nace d el culto mismo.
Le problème du Diaconat, Verbum Caro, 69 (1964), 30-51.
Las p rincipales diver gencias de conc epción diaconal entre las I glesias p ueden r esumirse enla p osición anglicana y en la r eformada.
La I glesia reformada rechaza el d iácono « cultual»:
«Dicen que pertenece a sus diáconos el asistir a los presbíteros y ayudar en todo cuantorequieren los sacr amentos, tales como bautismo y unción, poner el vino en el cáliz y el p an
en la p atena, prep arar bien el altar, llevar la cruz, leer el Evan gelio y la Ep ístola al p ueblo.En todo esto ¿hay una sola p alabra de verdadero oficio diaconal?» (Calvino, Institut ion,
4,19)
Según esta misma Iglesia reformada la Escritura hab la del diaconado de modo distinto:
«La Escritura llama especialmente diáconos a los constituidos por la Iglesia para dispensar limosnas y que son como p rocuradores de los p obres, s egún su institución descrita p or san
Lucas en los Hechos» (Calvino, Institution, 4,3,9)
Frente a esto, la Iglesia an glicana sostiene la trilo gía ministerial: ob ispos, p resbíteros ydiáconos, que for man una única estructura jerarquizada; la vocación *iaconal es asistir alobispo o p resbítero en su ministerio cultual y de cura de almas. Puro asistente sin función
propia.
Para armonizar estas dos concepciones será menester remontarse a las fuentes comunes: la
Iglesia primitiva.
Testimonios neotestamentarios
El NT no da una resp uesta clara y uniforme a la cuestión de la naturaleza, orden y función
de los ministerios y carismas en la I glesia. Las indicacion es, unas v eces coincidentes, se
convierten más adelante en contradictorias (en ello se muestra el NT como libroauténticamente histórico que no p retende sistematizar). Es importante que, antes deinvestigar, seamos conscientes de este estado de cosas relativamente complejo. No podemos mencionar todos los textos que hablan del diaconado, pero tomamos los tres
principales y más clásicos.
Hechos 6, 1-15. En general, el libro de los Hechos nunca habla de diáconos: Afirma que
fueron escogidos los siete p ara servir a las mesas. y en otra parte les llama simp lemente lossiete (21,8), y Felipe es designado como el evangelista.
Los Ap óst oles aprovechan la ocasión de una tensión entre hebr eos y helenistas p ara instituir un nuevo ministerio. Las viudas de los últimos no eran atendidas en la distribución diaria:
7/21/2019 011_vischer EL PROBLEMA DEL DIACONADO
http://slidepdf.com/reader/full/011vischer-el-problema-del-diaconado 2/7
LUKAS VISCHER
servicio a las mesas. Así los Apóstoles, libres de est a tarea, continuarán consagrándose a laoración y al ministerio de la palabra. A primera vista parece la explicación coherente. Elnuevo ministerio s urge de l dinamismo vital de la Iglesia p rimitiva. Sorprende, con todo,
que los siet e no se lan cen con plenitud a la función conf iada. Parecen ejercer una actividadque no difiere mucho de la apostólica. Felipe predica el Evangelio en Samaria: Esteban
predica y discute con marcada singu laridad. Todo ello nos hace suponer otras causas másserias de tensión heleno-h ebrea.
Probablemente existía una diver gencia ideológica en la comp rensión del Evangelio entre
los dos grupos de la comunidad. Patentizaba esta divergencia el hecho de estimar algunos-hebreos que las v iudas de los helenistas no p ertenecían a la comunidad, p or lo que lasdescuidaban en la ordinaria distribución. Frente a una am enaza de división, los Apóstolesmantienen la unidad-instituyendo a los Siete que p ermanecen a su lado como grup o casi
autónomo. Las huellas d e los helenistas, y también de los Siete, se p ierden a p artir de la
predicación d el Evan gelio a las n aciones. Tal interp retación no descalifica la importanciade Act 6 p ara el p roblema diaconal. Su fuerza reside más en la interp retación lucana de loshechos que en los hechos mismos. En efect o, Lucas presenta siemp re los sucesos a la luz deun significado muy concreto; y aquí, en Act 6, se- encamina a mostrar como la Iglesia
primitiva: lle gó a una diferenciación de ministerios corr iente y a, cuando Lu cas red actaba
(quizás, incluso en la narración d e M arta y María tenía t ambién p resente Lucas la m ismaop osición ministerial: predicación de la p alabra y resp onsabilidad general de la I glesiafrente a ayuda mutua fraterna o diakonía). Si est a hipótesis es correcta, Act 6 constituiría un
serio testimonio diaconal, corroborado p or el sentir unánime de los Padres.
Filipenses 1,1. En el saludo, con que comienza Pablo su carta, menciona a los obispos y
diáconos como resp onsables de la comunidad. En cambio, en otras cartas, p ara designar
determinadas funciones en la comunidad, emplea expresiones distintas. Parece evidente quePablo contempla, con frecuencia, estas funciones bajo el ángulo carismático, y no bajo unaconcepción institucional. Esto dificulta la interp retación textual: ¿obispos y diáconos sondos términos para designar un mismo grupo de responsables? ¿hasta qué grado obedecen a
una institucionalización ministerial fijada definitivamente, y cuy o uso se había y aextendido? Aunque carecemos de respuesta clara, es probable que se trate de ministerios
debidamente instituidos, esp ecialmente teni endo en cuenta el comentario a nuestro texto delos primeros Padres de la Iglesia.
Y, ¿cómo surgieron estos ministerios? Los eptskop oi parecen haber nacido en las
comunidad es helen ísticas, dado que el término empleado es grie go, sin p aralelo exacto en
el judaísmo; parecen, pues, transportados del mundo helenístico al cristiano. Sin embargo,no parece p oderse descartar que p rocedan de las comunidades judías, supuesta laequivalencia con que en Act se usa el término eptskop oi y el de p resbýt eroi (nótese que el
uso del término «ancianos» como cargo es de origen judío, ya que los presbýteroi jugaban
un p apel imp ortante en la organización de la comunid ad judía p recristiana, y de ahí pudieron ser imitados por las comunidades judeocr istianas p rimitivas). Con todo, lo más probable es que los eptskopoi y los diákonoi nazcan en las comun idades helenísticascristianas; y en este caso la evolución total puede haber sido ésta: en las Iglesias de Asia
Menor y Grecia la estructura ministerial se ha diferenciado, poco a poco, en las funciones
episcop ales y diaconales. Al mismo tiempo, la estructura de las Iglesias judeocristianas secaracteriza p or el sistema p resbiteral. Paulatinament e, las dos estructuras se van fundiendo,
7/21/2019 011_vischer EL PROBLEMA DEL DIACONADO
http://slidepdf.com/reader/full/011vischer-el-problema-del-diaconado 3/7
LUKAS VISCHER
y aparece el t riple m inisterio --obispos, diáconos y p resbíteros--, que se generaliza p or Oriente y Occidente.
Esta teoría exp licaría el h echo de que en mu chos t extos de la Iglesia primitiva (v.gr.Didaché 15,1) se cita a obispos y diáconos sin mencionar a los presbíteros; y que, más
tarde, obispos y diáconos se citan asociados (I Clemente, 42-44, los menciona, s egún esteorden: epískopoi, diákonoi kai presbýteroi).
1 Timoteo 3, 1-13. Este texto nos co loca ante una f ase más tardía de la I glesia p rimitiva. Elautor evoca las condiciones que debe satisfacer el candidato al ministerio de ob ispo odiácono. Conviene notar que habla de obispo en sin guiar y no colectivamente. A
continuación, habla de los diáconos, mientras que los presbíteros aparecen en un contexto
ulterior. Esta disp osición se exp lica a la luz de lo mencionado en Filipenses 1,1: dosestructuras sintetizadas en el triple ministerio. La enumeración de las cualidades p araobispo y diácono iluminan p oco su n aturaleza y funciones. El obispo debe dirigir la I glesia
y cuidar de ella. Los diáconos debían estar subordinados al obispo. La relación con los presbít eros p ermanece en la p enumbra. Sobre la b ase de comentarios p atrísticos p osteriores
podríamos afirmar que los diáconos, mencionados en 1 Tim 3, ejercerían más o menos lamisma función que en la I glesia p rimitiva.
Refl exiones de un exé geta
Probablemente nuestras notas exegéticas serán interpretadas distintamente p or otros
esp ecialistas en la materia. No p retendemos ni la infalibilidad ni la exclusividad. Lasfuentes son complejas y el exegeta procura la fidelidad en su tarea con una cierta reserva
marginal. La falta de un iformid ad bíblica facilita así el d iálogo ecu ménico. A partir denuest ros resultados p odemos afirmar lo si guiente:
1. El NT permite discernir que bien pronto se desarrolló el ministerio diaconal junto al
episcop ado, al menos en una p arte de la Iglesia (probablemente en las comun idadeshelénicas). El d iácono aparece subordinado al obispo y su función p arece que concernía
tanto al culto como a la mutua ay uda fraterna. No es fácil p recisar su origen, pero no esciertamente fortuito. El servicio ocupa un p uesto imp ortante en la teología del NT:
Cristo vino para servir, y sus discíp ulos están llamados a ser sus servidores. C ada
cristiano es un diákonos y todo ministerio es, a fin de cuentas, diakonía. Por esto, latarea específica del diácono es evidenciar la diakonía de todo ministerio. No se trata
hoy t anto de conservar simplemente una función de la I glesia p rimitiva, como deencontrar la forma adecuada de un ministerio que refleje la función de servicio de la
Iglesia de nuestro tiempo.2. Los testimonios del NT nos indican que el t riple ministerio se impuso de un modo
general, aunque esta estructura aparece como relativamente tardía. Por tanto, ¿debemos
afirmar que la triple estructura ministerial --obisp os, presbíteros y diáconos-- es deinstitución divina, como parte integrante d e la estructura esencial de la I glesia? O,
¿quizás pueda decirse que estas tres funciones, es decir esta estructura determinada del
ministerio, no es esencial e indisp ensable p ara la I glesia? Por r azones bíblicas yteológicas, el m inisterio apostólico es esencial e indisp ensable para la vida y ser de la
Iglesia; h ace falta, sin embargo, gu ardar entera libertad en lo que con ciern e a laestructura de los ministros.
7/21/2019 011_vischer EL PROBLEMA DEL DIACONADO
http://slidepdf.com/reader/full/011vischer-el-problema-del-diaconado 4/7
LUKAS VISCHER
3. No deduzcamos, p or tanto, que convenga rechazar el orden que h a terminado p or imponerse en la antigua Iglesia. Al contrario, existen buenas razones para guardarlo ymantenerlo. En principio, es preciso no olvidar que la forma del ministerio apostólico
debería siemp re p oder modificarse. Este asp ecto es muy imp ortante para el diálo goecuménico. Pues si no s e considera el triple ministerio como una ley instituida por Dios
mismo, mirando a la cristiandad entera, las Iglesias tendrán una mayor libertad para eldiálogo. Entonces las Iglesias con el trip le ministerio p ueden no sólo t olerar, sinoreconocer como válidas otras estructuras distintas de la suya. Y a la vez estas otras
Iglesias más fácilmente podrán decidirse a introducir el triple ministerio.
4. Es importante tener en cuenta que la estructura que ha acabado por imponerse en laIglesia es sólo una de las p osibles. Uno de los p eligros más grav es, de que hay acristalizado el ministerio en las tres únicas funciones, estriba en p erder p oco a p oco la
diversidad de carismas y funciones. Los tres ministerios p odrían p aralizar y absorber
las diversas funciones eclesiales. Por tanto, es menester no considerar estos tresministerios como los m inisterios de la I glesia, sino co mo un mínimo junto al cual otrasfunciones pueden ser deseadas y no sólo toleradas. En p articular digámoslo d eldiaconado. Su fun ción d e velar p or la comunidad no le p ertenece en exclusividad. El
diaconado debe, más bien, ser modelo y estímulo p ara nuevas vocaciones que
contribuyan a extender los ricos y diversos dones espirituales que Dios ha repartidoentre su p ueblo.
En contacto con la tradición
Para reajust ar el diaconado al momento actual es indispensable considerar su evolución
histórica. Estudiar los avances y mutilaciones de que ha sido objeto, nos será útil para una
autént ica renovación. Nos serviremos de tres textos p ara discutir la doctrina diaconal.1. Ign acio de Ant ioquía señala el triple ministerio como fun ción esencial de cada Iglesia.
«Os amonesté cuando estaba junto a vosotros, levanté la voz, voz de Dios diciendo:
someteos al obisp o, al p resbiterio y a. los diáconos» (Filip 7,1) «Vuestra I glesi a será migozo eterno y perdurable, sobre todo si permanecen unidos al obispo los presbíteros ylos diáconos que están con él». (Filip, introd.).
La imp ortancia de est os. ministerios reside en que representan en la Iglesia a Dios, a Cristoy a los Ap óstoles. «T odos debéis honrar a los diáconos como a Crist o Jesús, al obispo como
al Padre, y a los presbíteros como al Consejo de Dios y a la asamblea de los Apóstoles.Fuera de éstos no existe Iglesia alguna» (Trall 3,1). Al afirmar que el diácono representa a
Cristo, es evidente que ejerce una función específica e indisp ensable p ara la I glesia.¿Cuáles son las tareas de los diáconos? Ignacio l lama a los diáconos: «s ervidores de losalimentos y de las bebidas» (Trall 2,3). Se ocupaban de r epartir los dones entre los
necesitados. M ás, Ignacio señala a los diáconos como: «servidores de los misterios deJesucristo» (Trall 2,3). En otra parte cuenta que un diácono «servía la palabra de Dios»
(Filip 11,1). Las dos funciones --caritativa y litúrgica-- const ituían un todo inseparable en la
Iglesia.
Hemos visto como los diáconos estaban sujetos al obispo. Son los sýndouloi (consiervos)
según exp resión de san Ignacio. El obispo p reside, tanto el culto como la actividadcaritativa de l a comun idad.
7/21/2019 011_vischer EL PROBLEMA DEL DIACONADO
http://slidepdf.com/reader/full/011vischer-el-problema-del-diaconado 5/7
LUKAS VISCHER
Las cartas de I gnacio no son universales: Se refieren, sobre t odo, al Asia M enor, y Siria.
2. En la Traditio Ap ostolica de Hipólito recibimos indicaciones detalladas sobre la
ordenación de los diáconos. Describe la est ructura eclesial en Roma, a comienzos delsiglo III: «qu e se les escoja según costumbre y que el obispo sólo le imp onga las
manos... p ues el diácono no es orden ado para el presbiterado, sino p ara estar al serviciodel obispo y para hacer cuanto el obisp o pida». Las funciones sacerdotales ysacramentales incumb en a obispo y p resbítero; y el diácono, aun p erteneciendo al clero,
asiste al, ob isp o: «el diácono no p articipa en el consejo clerical, sino que s u función es
administrativa; le pertenece también aconsejar al obispo. El diácono no recibe losmismos dones espirituales que los presbíteros, sino sólo los que el obispo le confiere.Aquí está la r azón de que sólo el obisp o ordene al diácono». En resumen, el diácono esel lazo entre el obispo y la comunidad eclesial en el culto y en el cuidado de pobres y
enfermos.
3. La Did askalía siria, que recoge anti guas t radiciones, describ e l a estructura eclesial delsiglo III. Desarrolla ideas ya mencionadas por Ignacio de Antioquía. Apunta con más
vigor una relación entre los sacerdotes y levitas del AT y los clérigos de la Iglesia: «lossacerdotes y los levitas se convierten en los presbíteros y los diáconos».
La tarea del di ácono consiste en t ransmitir las instrucciones del obispo a los l aicos: «loslaicos deb en confiar enteramente en los diáconos y evitar importunar al obisp o. Lo que
desean decir al obispo pueden comunicárselo por medio de los diáconos... Así como nadie puede acercarse a Dios Todopoderoso si no lo hace p or el M esías». Si el obispo es elrep resentante de Dios, el diácono representa a Cristo y los p resbíteros el consejo de los
Apóstoles. En resumen las tareas del diácono tienen la doble vertiente, que ya más arriba
hemos descrito, con un fuerte acento de unión obispo-diácono: «tened un mismo p ensar,obispos y diáconos, p ues formáis un mismo cuerpo, P adre e Hijo, p ues sois imagen deDios. El diácono cuenta todo a su obisp o, como el Mesías a su Padre... Que el diácono seael oído, la boca, el corazón y el alma del obispo. Porque vosotros, siendo dos, sois una sola
y misma voluntad, la I glesia encontrará su p az en vuestro mutuo acuerdo».
Evolución histórica
Los textos de Ign acio, Hipólito y la Didascalía sir ia nos muestran suficientemente laimp ortancia del diaconado durante los p rimeros siglos de la Iglesia. Incluso ciertos
diáconos ocuparon cargos importantes y viajaron en nombre de sus obispos para transmitir cartas o cumplir misiones diplomáticas. Siempre, con todo, estuvieron atentos a los límites
de sus funciones. Por ejemplo, el sínodo de Arlés (314) decretó :«que los diáconos de los pueblos no sean p resuntuosos. Deben honrar a los sacerdotes y no emprender nada sin suacuerdo» (can 18). J erónimo recuerda con insistencia que el diácono está subordinado al
obispo (epist. 146,2). Estos testimonios indican la importancia del diácono puesto que su
relevante p apel llegab a ,a poner, a veces, en cuestión la p az de la I gles ia.
¿Qué le ha p asado al diaconado en Oc cidente, p ara casi desaparecer como ministerio
autónomo? Parece que los diáconos se limitaron a las funciones litúrgicas y, finalmente, seconvirtieron en un simp le ministerio . de transición p ara el sacerdocio. Las Iglesias
Orientales han conservado mejor su carácter autónomo, aunque r estringido al p lanolitúrgico.
7/21/2019 011_vischer EL PROBLEMA DEL DIACONADO
http://slidepdf.com/reader/full/011vischer-el-problema-del-diaconado 6/7
LUKAS VISCHER
¿Qué razones han influido en su evolución o, más bien, regr esión? Entre varias, p arececierto que influyó el no haber sido definidas de un modo claro las relaciones que debíanexistir entre diáconos y presbíteros. El diácono no podía administrar los sacramentos sin el
sacerdote, y, sin embargo, su ministerio revestía una mayor importancia. Esta situación eraviolenta, y las imp ortantes funciones del di ácono se fueron transfiriendo a los sacerdotes.
Otra causa de evolución, al menos en Occidente, fue la introducción del celibato obligatorio para los diáconos.
Evolución y diálogo ecuménico
1. Es evidente que la evolución occidental no es satisfactoria. El diaconado no debe ser
un simple noviciado de cara al sacerdocio. Su subordin ación al obispo y al p resbítero
no le debe. hacer perder su función específica en la Iglesia y en el mundo. Conviene, p or tanto, evitar toda definición negativa del diaconado r esp ecto al sacerdocio. Por ejemplo, es preciso evitar que la principal característica del diácono, . por oposición al
sacerdote, sea el no estar sometido la celibato.
Frente a la renov ación diaconal, abordada por la I glesia Católica; se p resentan difícilescuestiones que intentan resolver los t eólo gos romanos. ¿Cuáles son las funciones d el
diácono?, ¿puede presidir el culto no sacramental?, ¿puede bautizar?, ¿puede casarse?, ¿su
ministerio debe d epender en primer lu gar del ob ispo?, ¿cómo se relacionarán diácono-sacerdote? Esperamos que el Concilio Vaticano II acepte en princip io la renovación
diaconal, evitando responder categóricamente a todas estas cuestiones. Así se facilitaría eldiálogo entre las Iglesias y se evitaría el peligro de querer fijar, demasiado p ronto, laestructura de un ministerio t an complejo y p oco estudiado hasta el momento.
2. En e l momento de la Reforma del siglo XVI el diácono había desaparecido
p rácticamente en el seno d e la cristiandad o ccidental. Encontramos le gitima la p rotestade Calvino contra tal empobrecimient o funcional. La tradición refor mada, con todo,acentúa demasiado las tareas administrativas y caritat ivas del diácono y olvida que en
el NT y en la I glesia p rimitiva culto y diacon ía están estrechamente enlazados. M uchastareas administrativas podrían así reencontrar su significación espiritual.
¿Modernidad o retorno al pasado?
Para reajustar el diaconado al momento actual, sería peligroso admitir una identidad de
ministerios entre la Iglesia antigu a y la actual. Al comienzo, el obisp o era responsable de
una sola comunidad local donde celebraba el culto. Su ministerio correspondía más al del pastor o p árroco actual que al del obisp o moderno, responsable de una diócesis y cuy as
tareas son sobre todo gubernamentales y administrativas. Es normal que la I glesia, alcrecer, de mayor imp ortancia a la r egión; y , si hoy día descuidara su unidad en el p lanoregional, abandonaría su misión universal para ensombrecerse en el parroquialismo. A las
transformaciones sociológicas corresp onden modificaciones en las estructuras de losministerios.
Esta diferencia de estructuras nos lleva a replantear el p uesto del diácono: en la Iglesiaantigua estaba íntimamente asociado al obispo; ¿no convendrá hoy acentuar más la r elaciónentre el diácono y el pastor de la p arroquia? Esta idea se impone con más fuerza si se p one
de manifiesto la relación d el diácono con el culto.
7/21/2019 011_vischer EL PROBLEMA DEL DIACONADO
http://slidepdf.com/reader/full/011vischer-el-problema-del-diaconado 7/7
LUKAS VISCHER
En la I glesia antigua, ayuda mutua fraterna y culto s on inseparables; y esto es p recisamentelo que debe ser exp resado p or la función diaconal, que liga el p lano cultual y el caritativo:él es el responsable de la ofrenda y de su administración. La vida entera de la comunidad
tiene una dimensión di aconal, que el d iácono cuida de manifestar; por esto el diácono, si noha de ser sacado de su contexto y mutilado, debe particip ar en los demás elementos del
ministerio ap ostólico, como p or ejemplo en la p redicación y en la cura de almas.
Al tener, p ues, el diácono un a resp onsabilidad cultual, es obvio que, como el sacerdote o el
pastor, su actividad se circunscriba ante todo a una comunidad local. Pare ce, p ues, natural
que: la parroquia participe en su elección e instalación. El obispo podrá preparar y aprobar esta elección y p residir la instalación; p ero el enraizamiento de los ministerios en lacomunidad local deber á ser bien v isible.
No olvidemos, sin embargo, que la actual sociedad n ecesita, cada vez más, resolver los problemas relativos a la diaconía en el p lano regional. Por consi guiente, convendría que
ciertos diáconos no limitaran su actividad a la comun idad local, para cuidar mejor de lanecesaria unidad regional de la Iglesia. Deben, entonces, recibir una p reparación
plenamente orientada en esta dirección sup ralocal.
Las funciones del diácono pueden variar según las circunstancias, y es importante mantener
en este sentido una gran libertad. Los diáconos pueden ejercer, a la vez, un ministerio decura de almas y de ayuda mutua fraterna en el seno de la co munidad eclesial. Pueden cu idar
de los que necesitan ser ay udados habitualmente y mantenerlos en comunión con la v ida parroquial. T ambién p ueden trabajar como administradores, enfermeros, tutores, consejerosmatrimoniales, animadores de movimientos de jóvenes, etc. El desarrollo sociológico
moderno exige que, además de la asamblea cultual ordinaria, existan numerosos pequeños
grup os con el fin de asegurar l a p resencia cristiana en los diversos sectores de la vida social(en la z ona del t rabajo, vecindad, p olítica, juventud, anc ianidad, etc.). El ministerio d eldiácono sería coordin ar - y fomentar el contacto entre la asamblea cultual y los t ales grup os.Ciertos diáconos p odrían también r esp onsabilizarse de una t area especial de iniciación.
Otros podrían encargarse de ciertas categorías «handicaps» (bebedores, sordomudos, etc.) o bien t rabajar con los refugiados u obreros extranjeros.
Esta enumeración queda forzosamente incompleta, pues las tareas de los diáconos son taninmensas como las aflicciones y angustias de la humanidad, para cuya redención Cristo ha
venido al mundo como servidor.
Tradujo y conden só: MANUEL BORRELL