04-029-032 - FUENTES - Santiago Vazquez y Poesia Luis Perez

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Fuentes Rosismo

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  • EL GAUCHO. Cada uno para si, y Dios para todos.

    N.. 26 BUENOS AIRES, 27 DE OCTUBRE DE 1830. (PRECIO 2 rs.

    Facsmil del peridico uEl Gaucho" de Luis Prez

    POESA BIOGRFICA DE ROSAS TITULADA "EL GAUCHO" PUBLICADA EN 1830, POR LUIS PREZ.(*)

    En nombre de Dios comienza Y la virgen del Rosario, Para referir mi vida Como gaucho del Salado

    Nac de Juana Contreras, Muger de Pedro Lugares; En el monte apredi lr Por mandato de mis padres.

    Y supe 1er y escribir, Luego que cumpl doce aos. A domador aprend Por tener de que vivir.

    A los quince aos cabales Me alist de miliciano Por cierto en la compaa Del capitn D. Juan Chano,

    Luego que supe domar Sal buscando conchavo; Y en las estancias de ROSAS Siempre jui pion afamado. Baj la Guarda del Monte Mascando vicios un da, Cuando en esto se aparece Un sargento con partida.

    (*) Publicada en El Gaucho, en los nmeros: 1, 2, 3, 4. 5, 6. 9, 14, 15, 16, 17, 18. 19, 21, 22, 23, 24, 25, .26, 27, 28, 20, 30, 31, 32, 33, 34, 36, 38, 39 y 40.

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  • 112 HISTORIA

    Genas tardes!, dice, amigo. Muy genas se las d Dios! No me dir en que se ocupa? Yo, seor, soy domador.

    Mustreme su papeleta A ver si es hombre ocupado: Tendr que entrar de soldado. Porqu, amigo, si no tiene.

    Yo lo contest: Por Cristo! Que en casa se me ha quedado, Traslomemos esta loma Que aqu no ms la he dejado. Mas no queriendo el sargento Dar crdito a mi ratn; Ay no ms me acomodaron Enancado un mancarrn.

    A la ciudad me trajeron Con otros criollos del pago, Que de leva en esos das De uno en uno haban tomado.

    Aqu comienza lo geno De la vida de LUGARES: Ms bien no hubiese nacido Para ver rigores tales.

    A RETIRO me llevaron, Y sas trs en un cuartel Me samparon como pobre Que nadie se acuerda del. Despus de pasar dos das Sin comer, ni echar un trago, Nos arriaron en tropilla Entro un cuadro de soldados.

    I.o que llegamos al ro En un burco nos metieron; Y ay no ms ech las tripas As que la vela dieron.

    De soldado al otro lado Disque todos nos llevaban. Mire qu diablos de modos De juntar la paisanada! No era mejor, nos decamos, Que para hacernos soldados Nos hubieran las genas Convidado en nuestros pagos?

    Pues qu hombre, que tenga sangre De patriota en las venas, A peliar no ira con gusto Viendo atacada su tierra?

    Vaya que estos mandarines Tienen muy bonita laya: Han de encontrar mucha gente Que llevar la batalla. Toda la noche anduvimos Aqu caigo aqu levanto: . Mozos todos domadores En aquel diablo de barco.

    Pero al fin al otro lado Al da siguiente llegamos, Y como yeguas ariscas A tierra todos saltamos.

    En un arenal de Cristo Nos paramos en rodeo; Y as como quien trasquila Nos arreglaron el pelo.

    Luego lleg un capitn, Y este quero, este no quero, Nos jueron entresacando Como vacas del rodeo.

    A m me toc por suerte Ser soldado de caballo: Y as las horas no vea De acomodrmele un bayo.

    Arrimaron unos pingos Al parecer novatones; Diciendo los de caballo: Enlacen los redomones.

    Ay no ms sal yo al frente, Y le dije un compaero: Empriesteme, amigo, el lazo, Ver enlazar un guardiero. Hice cortita la armada. Como siempre he presumido, Y codo vuelto enlac Un alaran e mala cara.

    Lo que tomamos caballos Nos juimos al campamento Y luego que nos apiamos Yo me ju mi regimiento. Lo que me vieron la laya Caballerizo me hicieron; Y cuidar una tropilla Con un cabo me pusieron.

    Lo que yo me vi tan suelto A matreriar empez; Y muchas veces confiero Que en Resertar me pens.

    LUIS PREZ Y LA BIBLIOGRAFIA DE ROSAS ESCRITA...

    Pero yo saqu mis cuentas, Y dijo: el dirme no es nada; Pero esto diablo de ro Cmo ser la pasada?

    Y as es que en estos momentos Tom por fin el partido De seguir mis compaeros Hasta que Dios sea servido.

    Hice toda la campaa Voluntario de un cordel; Siempre de caballerizo De mi seor coronel.

    Estuve en, Ituzaing Como todos por supuesto, Y tambin moj mi corbo En un rabudo por cierto.

    Y por fin en las aiciones, Donde me cupo ir mi, De los ms lerdos por cierto Me parece no jui. Luego que se hizo la paz Volvimos a Buenos Aires, Y aqu comienza lo giieno De la vida de LUGARES.

    Ajustarnos y pagarnos. Pa recibirnos en triunfo, Resolvieron el llevarnos; A la Recoleta todos

    El da treinta por cierto Nos mandaron ensillar, Pero nunca nos formaron. Caballos nos arrimaron;

    El primero de Diciembre, Da muy bien sealado, Nos trajeron la plaza Para el mayor atentado.

    Dos aos casi han pasado De este maldito suceso, Y al recordarlo, paisanos, Que me estremesco confieso. Pero seguir mi asunto, Y dir lo que entend. Cuando en la plaza formados A todos los cuerpos vi.

    Conoc que D. Dorrego (No me quisiera acordar) Que estos diablos revoltosos Del juerte lo iban echar.

    Pero yo saqu mi cuenta, Y dije: en escureciendo Pancho Lugares ir Mas de diez leguas huyendo.

    As no ms sucedi: Pues pasada la oracin Le hice una pregunta al pingo, Y lo suget en Morn.

    Llegu a lo de D. Marcos Rivas, Que haba sido mi patrn, A quien todo le cont, Y me dijo esta razn. Mira, Pancho; en mi sentir, Y ac en mi corto entender. Partida de hombre cristiano Es la que acabas de hacer.

    Ojal! Muchos soldados Se portaran como vos. Desensill tu caballo, Y ten confianza en Dios. Ay en la cocina hay lea, Y en aquella chuspa yerva, Voy sentir hacia el pueblo: Tom mate hasta que vuelva.

    Un cimarrn haba echado, Cuando ya el patrn de vuelta Llega; y me dice, o Pancho, La revolucin es. cierta.

    Pero descanse no ms, Que tuava no hay cuidado: Dorrego y ROSAS, me dicen, Que del pueblo han escapado. Y si esto es cierto, Lugares, Ese ejercito no es nada; Por que dando un grito ROSAS, Hay gente como yeguada.

    As sucedi por cierto, Puese creo en la madrugada Ya se vea bien clarito A la gente alborotada.

    Una voz no ms se oa, Y los gauchos en tropel Hacia NAVARRO tiraban. A unirse D. JUAN MANUEL.

    Todo nuestro sentimiento Era vernos desarmados: Pero Dios no falta nadie En los lances apurados. 2/17

  • 114 HISTORIA

    Y asi fu que cada cual, Como Dios le dio entender, Enastaba su cuchillo Para hacer frente con l.

    Ya la divisin tendra Poco ms de mil y ciento; Cuando el Sr. la Madr Nos vino de parlamento.

    E1 gobernador finado Le dijo a D. JUAN MANUEL, Que saliese recibirlo, Y que tratase con l. El patrn sali solito, Confieso contra mi gusto, Y as es que hasta volvi, No se me quit a m el susto. Lleg ande estaba el difunto, Diciendo: GOBERNADOR! Nuestra patria esta perdida; Defendmosla, Seor. Vueselencia sabe bien, Que yo en toda mi carrera Siempre sostuvo las leyes Contra mi padre que fuera.

    A la Madr le he propuesto Que se nombren diputados Por ambas partes, y todo Quedar neutralizado, Pero por su resistencia A tratar racionalmente Ya me parece imposible Domesticar esta gente.

    Sin embargo, esperaremos Con la gente preparada; Siendo, a mi ver, lo mejor Ponernos en retirada.

    Por qu, Seor, si estos hombres Cargan con toda su fuerza, Son en nmero y en armas, Superiores la nuestra.

    Y as yo soy de opinin Que, antes de la madrugada, Mueva ust su divisin Ponindose en retirada. Yo con cincuenta, cien hombres, Me quedar entretenerlos, Y ust har las divisiones Con que hemos de defendernos.

    En la inteligencia, amigo, Que, segn mis circulares, Antes de cinco seis das Tendremos gente a millares.

    Gente, que por voluntad Vendr mostrarle Lavalle, Que un pueblo, libre la juerza, No se le manda que calle.

    S, seor; yo estoy seguro Que la causa de las leyes ha de triunfar sin remedio De ese puado de aleves.

    Y as es que en treinta batallas, En que nos puedan ganar, Con los libres en campaa No han de poder acabar.

    El patrn tom cien hombres Entre los q|ue vine yo; Y con la divisin grande El gobernador qued.

    Dicho y hecho, D. LAVALLE Lo que la Madr escuch, Atacarnos ese da Al momento resolvi. Hizo cuatro divisiones Y NAVARRO enderez; Y ay no ms a la rompida Con nosotros se top.

    Tendi unas cuantas guerrillas, Que la carga se vinieron; Pero no pintaron mucho Lo que nos reconocieron.

    D. JUAN MANUEL poco poco Los vena trabajando; Mientras el gobernador Pudiera irse retirando.

    Toda esa noche una vista Nos vinimos tiroteando, Y algunos pingos por cierto Siempre le juimos mangeando. Ay cerquita de NAVARRO D. JUAN MANUEL me llam. Para mandarme saber Si Dorrego se movi. Dicindome: ust, or Pancho, Vllase y vuelva volando A ver cul es el camino Que los nuestros van tomando.

    Ay no ms di vuelta el pingo Si aclaraba no aclaraba; Y antes de sudar el bayo Vi nuestra juerza formada. Llegu y la reconoc; Y as que me cercior Volv ande estaba el patrn, Y se lo comuniqu.

    Entonces D. JUAN MANUEL, Como que no le gust, Un oficial dej al frente Y as Navarro tir. Dicindome: ust, or Pancho, Se ha de haber equivocado; No ha de ser de nuestra jente Con la que ust se ha topado.

    Venga con migo y ver Cmo en todo se ha engaado. No es posible que Dorrego No se haya ya retirado.

    Porfindole iba el patrn Sobro si era no la juerza; Cuando en esto divisamos A Dorrego la cabeza.

    Velay lo tiene, Seor, Le dije D. JUAN MANUEL; Y as que lo conoci Enderez hablar con l.

    Cmo es esto dijo, amigo, Que ust no se ha retirado? La gente toda en camino Sin habrsenos juntado. A mas de eso, ni las armas Siquiera nos han llegado; Y Lavalle ya aqu encima Perfectamente montado.

    En fin, Seor, yo he cumplido Con cuanto ust me ha mandado; Mas m no me haga cargos Si el suceso es desgraciado.

    El gobernador le dijo: Todo est ya preparado; Con el rebenque es bastante. No hay de que estar apurado.

    As preparado todo A Lavalle lo esperamos, Y en cuatro divisiones A toditos nos formaron.

    El coronel D. Pinedo A la derecha form, Y Don izquierdo en seguida Ay no ms se le par.

    Luego pegadito estaba Otra gea divisin. Que trujo D. Espinosa Casi al empezar la alcin.

    El coronel D. Ramirez Mandaba la artillera. Con unos cuantos soldados Morenos de infantera. La indiada de los Cerrillos A un lado de la laguna Con las otras divisiones Formaban la media luna.

    El patrn de arriba abajo Arreglando caballadas, Tan pronto estaba en la punta Como en nuestras abanzadas.

    Yo como soldado viejo En la linea me fijaba, Y al verla formada en ala Confieso no me gustaba.

    Pero esperanzado en Dios, Y en que la causa era gena, Todo lo disimulaba, Y desechaba mi pena.

    Esa noche se nos vino Con dos pingos parejeros La ordenanza do D. Raus, Que Dios conserve en el cielo. Como el caso era apurado No era de fiar en cualquera, Aunque engaar no sea fcil A la gente montonera.

    Este mozo nos deca Que si la cosa duraba, La gente toda en tropilla En resertarse pensaba.

    Se present D. Lavalle Con sus cuatro divisiones, Amenazando cargar Con sus bravos escuadrones. Lo que nos reconocieron Se vinieron arrimando, Y como a quien no le gusta Los pingos venan sentando. 3/17

  • 116 HISTORIA

    Rompieron nuestros caones Un juego tan acertado, Que al infierno hubieran ido Si ay hubiramos cargado.

    Pero por nuestra desgracia, A pie firme nos tubieron; Y ans jue que sin trabajo Ay no mas los reunieron.

    Se volvieron venir Por nuestro costado izquierdo, Y como faltaban armas Consiguieron envolverlo. Ya lo que estos se enredaron A los dems envolvieron, Menos a la divisin Del coronel D. Pinedo.

    Por que el hombre pudo en tiempo Con su cuerpo hacerse a un lado; Pero al fin cedi tambin Por hallarse desarmado.

    Pero, amigo, por desgracia Todo ju una confusin; Pues ni mudarnos mandaron Antes de empezar la aicion.

    Los artilleros y infantes Estaban tan mal armados, Que las armas que tenan Eran palos de duraznos.

    Y ans jue que casi todos Quedaron en la estacada. Mire que hazaa tan grande! Matar gente desarmada.

    Pero Dios tenga en el ciclo A D. Paroli el teniente. Bien hayga el hombre cabal; Ese si era hombre valiente.

    A pie firme en el can Dos lanzazos le atracaron; Y l gritando: no me rindo, En su ley muri, peliando.

    Los Indios de los Cerrillos Tambin dos cargas sufrieron; Pero al fin como eran pocos Resistirse no pudieron.

    As mismo los pingos Nos hubieran ayudado, No era Lavalle se me hace Quien nos hubiese ganado.

    Yo por supuesto ay no ms, Siempre al lado del patrn Lo segu; porque soy firme En nuestra federacin. (1)

    No quiero decir por esto Que l solo se distingui, Por que como l, otros muchos Mostraron ser de valor.

    As que nos redotaron Cada uno jue por su lado; Despus vern en mi historia Cual ha sido el resultado.

    (') A raz de esta terminacin en el nmero 10 de El Gaucho leemos un 'Dilogo Entre Pancho Lugares y Panta el Nutriero, su compaero, en el cual se hace referencia a los versos publicados en el mismo peridico. El nutriero le expresa n Lugares:

    Mira, Lugares del alma Ya sabes que hemos reido Que en la historia que has llevado, Los dos juntos su lado, En decir algunas cosas Desde que el viejo mandaba Me parece que has dejado. El cuerpo de colorados Y supuesto que escribs Y ans yo soy de opinin De D. JUAN MANUEL la historia, Que es mejor para no errar, Yo te ayudar, aparcero, Que dejeis aquella historia A recorrer tu memoria. Y la volvis empezar.

    Ms adelante le contesta Lugares: Desde luego me conformo Despidindome en mi historia Con comenzar desde atrs: Hasta mejor ocasin, Y para que no lo estraas En que empezare de nuevo Asi lo voy a imprentar. A hacerles mi relacion.

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    el nmero 14 del da 1S de setiembre de ese mismo ao comienza Rosas.

    Dios y a la Virgen pago he regresado,

    Y que vuelvo a iscrbiniar Como lo tengo ofertado

    Ya que estamos, seor PANTA, Conformes en opinin Comenzaremos la historia De nuestro amado patrn.

    Pero para comenzar Pidamos una proteccin A la VIRGEN DE LUJAN. Y mi pagre SAN RAMN. Del seor D. JUAN MANUEL De todos hoy conocido, Es el asunto, paisanos, Que tenemos emprendido. Vamos a escribir su vida, Desde su tierna niez, Permitiendo a todo el mundo Nos desmienta s as no es.

    De diez aos ya en el campo Todo gaucho lo quera Pues en pialar y enlazar EL RUBIO se distingui.

    No haba trabajo por juerte Que aquel se le resistiera; Era popular, honrado Y buen hijo a toda prueba. Era cristiano parejo Y mozo sin presuncin: Amigo de sus amigos Y firme en su religin.

    A la edad de catorce aos Sus padres lo dedicaron A gobernar sus estancias Por que capaz lo encontraron.

    Todo los Magdalenistas Hacan del distincin, Y admirados se quedaban Al ver su disposicin.

    Sobre el caballo era diablo, Por que era guen parador En la gata y en el pato jams: Ni arroyo que lo atajara, O hiciera volver atrs;

    Por que era tan nadador, Y de corage tan lindo, Que andequiera se asolaba Siempre atenido a su pingo.

    Con esta capacidad Se gano tal distincin, Que en el pago era de todos Sin duda la admiracin.

    La esperiencia lo jue haciendo Mas singular cada da; Y as a los veinte y cinco aos Todo trabajo entenda. Su consejo era mejor Para poblar una estancia Y lo mismo era hacendado Tratando de la labranza.

    De plumario no digamos Por que era el ilustrao del pago, Y ansi todos a el no ms Venian a consultarlo.

    Cuando iban a visitarlo Era de guen agasajo; Y su conversacin siempre Recaiga sobre el trabajo. En una sola mirada A los hombres penetraba, Y aquel que le echaba un fallo Que esperanzas que se errara. De los sabios de la Tierra Guena opinin no tena; Estos no tienen acierto, Siempre a solas nos deca.

    Estos nos han de enredar Con sus malditas teoras: Y si n, tenga espera Y lo vern algn da.

    Estos no son hombres guenos, Tienen mucha presuncin. Ojala! yo me equivoque, Y que no tenga razn.

    Ms adelante veremos Si el VIEJO se equivoca, Y si en decir que eran malos En un pelo se engao.

    LUIS PREZ Y LA BIBLIOGRAFA DE ROSAS ESCRITA.

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  • a H I S T O R I A

    Vamos ahora a nuestro cuento, Que esto despus se ver; Y la verdad a toda luz Sin duda resaltar. Era el patron tan seguro En un consejo que diera, Como son en el salir En el cielo las estrellas.

    Lo mismo era cuando vea Algn hombre desgraciado, Lo tomaba de su cuenta Y ya estaba soliviado.

    En su desgracia vena De algn vicio arrugado, El a fuerza de consejos Luego lo daba enmendado.

    Su modo es lindo y calmoso, Y, al parecer, muy callado; Pero, amigo, en los conflictos Es osado como mil diablos.

    El es noble y generoso, Y de corazn honrado, Pero en viendo una traicin, Pobre el que la haya jugado. El aborrece al ladrn, Al picaro no le da lado; Pero siempre favorece Al paisano desgraciado.

    Sabe muy bien distinguir Cuando el hombre hace un delito; Y si el hecho es impensado, El lo ampara en un conflicto.

    De estos lances en su vida Ya la cuenta se ha perdido; Por que son tantos que no hay Quien los haya retenido. Y as es que ha sido su juerte El sacar de un hombre malo Un buen padre de familia Y un honrado ciudadano.

    Vamos ahora a sus servicios Como ciudadano armado, Y empezaremos su historia Desde que entr de soldado.

    Estuvo en la reconquista A Liniers incorporado. Y en un ingls ya puso Su faconsito el Pelado.

    Esta era el nombre que entonces Le daban all en el pago: Despus se llamaba el Rubio, Y hoy el patrn ms amado. Soldado era miguelete Cuando Cuitel atac, Y con un corto afilado En la aicin se distingui. .

    Despus hasta el ao veinte En su trabajo sigui: La patria se vi apurada, Y al momento lo encontr.

    Todo estaba desquiciado, Todo era una compasin: Las tropas eran muy pocas, Y el gobierno sin timn. Las milicias con escndalo, As que juntas estaban, Con sus mismos oficiales Sin pelear desertaban.

    Una tras otras seguan Aqu las revoluciones; Y en un da se contaron Dos o tres gobernadores.

    A Soler lo redotaron En la Caada de la Cruz; Y del jabn que le dieron, Corri ms que un avestruz.

    Cola alzada se larg El guapetn general, Y jue a levantar el pingo All en la Banda Oriental. Dizque en la Loma del Diablo Recin vino a resollar; Diciendo: no estoy seguro, Y mirando para atrs.

    En semejantes apuros Llam el cabildo al patrn, Dicindole: "ust es nico "De la patria Salvador. "Es preciso, seor ROSAS, "Que ust abandone el arado, "Y que sirva a la provincia "Como ciudadano armado.

    "Ust es hombre de opinin "En toda nuestra campaa; "Sirva ust como hombre pblico "Que su patria lo reclama".

    LUIS PEREZ Y LA BIBLIOGRAFIA DE ROSAS ESCRITA... 119

    D. JUAN MANUEL contest Con esta simple razn: "Si la patria me reclama "Estoy a su decisin.

    "Yo, seores cabildantes, "Soy un simple ciudadano; "Estoy pronto a obedecer "Como fiel americano".

    Esto dijo, y al momento Los ojos se le empaparon; Y los cabildantes todos Se tocaron y lloraron.

    "Vuestras rdenes espero, Dijo, y los interrumpi; "Dadme el gefe a cuyas rdenes "Debo presentarme yo".

    Lo nombraron y sali, Y en ese mismo momento Con siete hombres se march A formar su campamento.

    De valde el pueblo se hallaba De montoneros sitiado El atropella por todo Porque es guapo de rajado. A eso de la media noche A los Cerrilos lleg, Y con solo sus recursos Sobre cien hombres arm.

    Luego del Monte vinieron Como ochenta milicianos, Y ansi fu que en da y medio Tuvo doscientos armados.

    Por supuesto voluntarios Y bien amunicionados Y de oficiales completos Mozos esperimentados.

    Ya que los tuvo montados A Cuenos Aires vol, Y al trote largo en un da En la plaza se form.

    Su compadre La Madrid Aqu lo estaba esperando. Con algunos voluntarios Que se estuvieron juntando. Ay no ms la proclam D. JUAN MANUEL de su jente Y salieron de rajado Derechito a San Vicente.

    El Cabildo haba nombrado A Rodrguez general, Y en San Vicente deba Toda la gente esperar.

    Como ansi lo haban dispuesto Ans no ms sucedi, Y ans fu que a San Vicente Martn Rodrguez lleg.

    Rodrguez le dijo a ROSAS Amigo, estoy sorprendido. Usted ha formado un ejrcito Sin duda guapo y lucido.

    Entonces le dijo el viejo Esto no es nada, seor; El paisano quere maa Ms bien que juerza y rigor. Vamos no mas a peliur Y a defender nuestra tierra, Que no se ha de ir cola alzada Esta vez la montonera.

    Marchamos al otro da A eso de la madrugada Cuando vinieron los partcs Que se iban en retirada. Ans que a Lujn llegamos Ya devisamos formados A los cvicos del pueblo Que Dorrego haba juntado. A sus rdenes marchamos Sin dar guelta pura atrs Y le ganamos la aicin Cerca de San Nicols.

    En seguida trote largo Nos juimos hasta Pavn; Y ay no ms tambin ganamos Sin tropiezo la otra aicin. Aqu ju donde conocimos Lo acertado del patrn; Pues daba gusto el mirarlo Disponiendo entre la aicin.

    Todos los paisanos vieron, Sin que duda les quedara, Que D. JUAN MANUEL era hombre Que en ninguna se turbaba. Y ans todos a una voz; Bien haiga el hombre, gritaban; Diciendo: ahora si tenemos Quien gobierne la gauchada. 5/17

  • 120 HISTORIA

    De Rosario resolvieron Que el VIEJO se retirara. Trayendo toda su gente Porque iba a ser reemplazada.

    La despedida ju un luto Para todita la armada; Pero ans debi de ser Pues la campaa era larga.

    Lo que el patrn se apart Ya todo ju para atrs, Y de nala le sirvi El refuerzo que fu ms La armada de Santa Fe, Al mando del Sr. LPEZ Se vino sobre los nuestros Sin ningn temor al trote.

    En el mismo Gamoral Se toparon las armadas, Y nuestras fuerzas quedaron En un golpe redoladas.

    Jue tanta la mortand Que muy pocos escaparon. Porque ay los Santafesinos Todo el resto nos echaron.

    El Gobernador finado Apenas pudo escapar Y con muy pocos soldados Se tuvo que retirar.

    Ya lo que se puso en Salto Solo en el viejo pens;

    Y le hizo un chasque al momento Que en San Martn recibi. Le deca "que solo l "La patria poda salvar; "Que le reuniera gente "Y que lo juese a auxiliar". El patrn lo tir todo, Y en menos de quince das Como seiscientos paisanos Voluntarios ya tena.

    Les nombr sus oficiales Y a su costa los arm; Y a todos de colorado Con su plata los visti.

    Compuesta la juerza ansina Hacia el norte enderez; Y a los tres das de marcha Otro chasque recibi.

    Este le comunicaba La nueva resolucin De haber nombrado a Rodrguez La junta gobernador. El VIEJO entonces hizo alto Hasta quedar cerciorado: No era el lance para menos Vindose de dos mandado.

    Sin embargo l nos deca: "Si la junta lo ha nombrado, Su nombramiento es legal Y es mi deber respetarlo".

    Ans pasaron los das, Cuando la noticia en esto Que estaban en la ciudad En el mayor desconcierto.

    Luego en seguida ya supo Que al nuevo gobernador lo haban sacado pisando Por una revolucin.

    Que tres das nada ms Haba durao su gobierno, Y que el parti e Dorrego Le haba echao a los infiernos.

    Con esta noticia el VIEJO Ya se puso en precaucin; Y como fiel a las leyes Form su resolucin.

    "Martn Rodrguez, nos dijo, Manda legtimamente; La legislatura lo ha hecho, A su orden est mi gente".

    Hecha esta resolucin, Ya supo D. JUAN MANUEL Que haba salido Rodrguez, Derecho a ampararse de l. Dicho y hecho; a pocas horas Un oficio cala aqu, Del Gobernador Rodrguez Que al patrn le dice as: "Legtimamente he sido Nombrado gobernador; Y de un modo tumultuoso Me han privado del bastn".

    "Si usa quiere respetar A la junta soberana, A la Puente de Barraras Vendr el da de maana".

    LUIS PREZ Y LA BIBLIOGRAFIA DE ROSAS ESCRITA... 121

    "Yo estoy en lo de Galindes

    Con una corta partida; Espero que me conteste Para tomar mis medidas".

    "Muy pronto espero que usa Me d la contestacin; Y si resuelve el venir Sea con su divisin". El VIEJO ley el oficio, Y llamando un ayundanle. Le dio la orden de aprontar la divisin al instante.

    "Dentro de una hora, le dijo, La columna va a marchar; Que todo se encuentra pronto; Mientras voy a contestar".

    Ansi se hizo, y al momento Todo se encontr arreglado. Esperando que se diera La orden de estar a caballo.

    Ya que estuvo todo pronto, Se fu el VIEJO a contestar, Asegurando a Rodrguez, Que en el acto iba a marchar. "Yo, seor excelentsimo, Le dijo, toda mi vida, He conocido en la junta Lejtima soberana". Ella nombr a vueselencia, Y un tumulto lo ha quitado: Yo estoy resuello a volverlo

    A su lejtimo mando. (')" "Maana estar sin falta Donde ordena vueselencia; Cuente con toda mi juerza. Y con mi pequea influencia.

    Como todo estaba pronto Para hacia el puente marchamos, Y como lo haba ofrecido Al otro da llegamos.

    Rodrguez se le uni al VIEJO Cola caida como andaba: Pues con cola e pato al pobre Le haban ganao la parada.

    Mas bien pareca un lechero Que un seor gobernador; Pues cualquiera colorao Vena vestido mejor.

    Poco a poco jue tomando, Como suelen decir, alas, Y como mancarrn viejo Nos jue mostrando las maas. Pero, amigo, como ha e ser. Ans es la revolucin: El leal nunca vive ms Que lo que quiere el traidor. Quien le haba de decir Al seor D. JUAN MANUEL, Que este hombre que volvi al mando Su verdugo haba de ser.

    Quien que hubiese visto entonces Aquel diablo todo roto, Se haba de persuadir -Que dir contra nosotros! Pero despus seguir Mostrando su felona; Vamos a lo principal Que de esto hablar otro da. Ya que en la puente estuvimos, Rodrguez mand al patrn Que lomara la ciudad, Quedando l en salvacin. Con el VIEJO a la cabeza Ans a la ciudad marchamos Y al llegar a la barranca Las guerrillas se toparon.

    Hubieron algunos tiros, Pero sin gran resistencia; Y ans jue que sin trabajo Tomamos la Residencia.

    Tomada la Residencia Tom el VIEJO su medida, Y por diferentes calles, Hizo avanzar sus partidas. Ans juimos poco a poco Llegndonos a la plaza; Hasta que al fin la tomamos A rigor de nuestras lanzas.

    Rodrguez qued repuesto Y el cuerpo de colorados, Ju del pueblo admiracin Lo que vieron formado.

    En la plaza nos tuvieron Como quien dice acampados, Que digan si hubo desorden Los que aqu se han encontrado,

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  • 122 H I S T O R I A

    Ya que el gobierno ju firme Y todo estaba ordenado, Le dieron orden al VIEJO De retirarse al Salado.

    March con toda su gente, Y a toda licenci; Todo lo dej tranquilo Y en su estancia se meti.

    Ans que Martn Rodriguez Empez a tener poder, Ya empez a manifestar Que no sabe agradecer.. Todo era tirarle al VIEJO Y no quererlo escuchar. El patrn lo conoca Mas saba disimular.

    El vea que la provincia Se encontraba amenazada; Y ms bien quiso sufrir Que dejarla abandonada. El a sus solas deca De Rodriguez las maldades; Y ansi en secreto sufra Para evitar otros males.

    Y a pesar de que Rodrguez Sus consejos no escuchaba, Siempre que hablaba con 1 A hacer la paz lo inclinaba.

    LPEZ estaba ofendido Y no pensaba en tratar; Mas viendo a ROSAS metido Mud al punto de pensar. Sigui al patrn en su empeo; Y mui pronto consigui La paz que deseaba hacer Y que luego se firm.

    Que el Sr. LPEZ cedi Solo por D. JUAN MANUEL, No tiene duda: pues la hizo Luego que trat con l. Y ans fu que en una vez Que los hombres conversaron Ya se quisieron, y al pronto Los tratados se ajustaron. Esta contrata sin duda Dio a la patria nueva vida, Por qu ju con dignidad Por las dos partes concluida.

    Despus que el patrn prest Servicios de esta importancia, Empez Martin Rodriguez A crecer en arrogancia.

    Lo que vio que su gobierno Estaba bien afirmado Ya no trat de otra cosa Que de hacer al Viejo a un lado. Pero el pobre se enga: Por qu a un hombre de opinin No es fcil hacerlo a un lado, Sin perder reputacin.

    Rodrguez crey sin duda Que se iba a hacer inmortal: Pero el pobre no adverta Que l mismo se echaba el pial. A Rivadavia y Agero Crey que haciendo ministros Su gobierno era invulnerable Y por siempre duradero.

    Crey que dando decretos Que solo ellos entendan, Otro mundo con solo esto Iban hacer en un da.

    El patrn los observaba Vea su persecucin; Tuvo en su mano quitarlos Ms le tuvo compasin.

    Resolvi por fin dejarlos Y a su estancia se march; Se ocup de su trabajo Y a sus anchas los dej. Rodrigues saba bien Como pensaba el patrn Sobre invadir a los indios, Y cual era su opinin.

    Mas para ir siempre contra l La guerra les declar Y pa acabar de perderlo Ans lo comprometi.

    Lo llam y le dijo: "amigo, "Yo voy a espedicionar: "Asegure ust a los Pampas, "Que a elos no voy a pelear". El VIEJO les escribi Que se dejasen estar, Que no hiciesen novedad, Que el ejrcito iba a entrar.

    LUIS PREZ Y LA BIBLIOGRAFIA DE ROSAS ESCRITA... Que auxiliaran a Rodrguez Que con ellos no haba nada, Porque a batir los Ranqueles Iba derecho la armada.

    Los Pampas creyeron todo Cuando el Viejo lea deca, Nunca los haba engaado Y desconfiar no deban. En esta satisfaccin A Rodriguez esperaron, Y bajo de paz un da De sorpresa los tomaron.

    De esta mortand tremenda Siempre algunos escaparon, Y en vengarse del patrn Desde ese instante pensaron.

    A Rodrguez le sali Pero nunca esprese bien La cuenta casi cabal; En recompensa de un mal.

    Rodrguez se retir Muy ufano con su aicin: Pero aqu sin duda fu Donde acab su opinin.

    El ayudado del VIEJO Era el hombre mas querido; Le hizo esa partida floja, Y es el mas aborrecido.

    Y si no; dganlo todos Si en el campo puede haber Hombre ms aborrecido Que Martin el brigadier. Luego que se retir Despus de hacer su traicin. Se vinieron las indiadas A vengarse del patrn.

    En ochocientos veinte y uno Las indiadas se vinieron: Entraron a los Cerrillos Y las botas se pusieron.

    Todo el ganado del VIEJO Fue lo primero que arrearon; El hombre estaba inocente Pero siempre se vengaron.

    Nada quizo hacer el VIEJO Para recobrar su hacienda: Dej que se la llevasen Sin dentrar en la contienda.

    121 Como en esta les jue bien Hicieron varias dentradas, Llevando cuanto quieran Como dicen cola alzada.

    En el ao veinte tres Por siete puntos vinieron, Y a un tiempo por todas partes A nuestras tropas corrieron.

    En los Cerrillos se hallaba A esa sazn el patrn; Y dijo como ha de ser Esta ya es humillacin.

    No es justo que yo permita Por que el gobierno sea malo, Que roben nuestras fortunas; Y ans voy a remediarlo.

    Reuni porcin de gente Y con ella se march; Se reuni con Arvalo, Y ya el plan se combin.

    Resolvieron de comn Ando haban de enderezar, Y la divisin ms juerte Resolvieron atacar.

    Ans como convinieron Ans no ms sucedi; Se les jueron a la carga Y ay no ms la redot.

    Con este frote los indios Quedaron escarmentados, Les quitaron las haciendas Y todo qued arreglado. El Viejo se retir Otra vez a sus estancias, Pero ni de cumplimiento Le dio Rodrguez las gracias.

    Muchas veces intentaron Los paisanos discontentos Conspirar contra Rodrguez Ms no tenan elementos.

    Pensaban en el patrn, Y mucho lo procuraron; Ms de todo desistieron Luego que lo conversaron.

    Es cierto que l con decencia Del gobierno reprobaba Todas aquellas medidas Que crea desacertadas.

    LUIS PEREZ Y LA BIBLIOGRAFA DE ROSAS ESCRITA... 123

    7/17

  • 124 HISTORIA

    Pero clarito deca: Si intentan contra el gobierno Yo con todos mis recursos Salgo al punto a sostenerlo.

    Y conozco sus ercesos. Y tambin su falsedad: Pero a pesar de todo esto Sostengo su autoridad.

    Luego dentro Rivadavia; Y si Rodrguez fu malo Este fu un poquito peor, Ms no pudo alentarlo.

    Los descontentos crecieron, Y en la desesperacin. Se vinieron de copiado A ampararse del potrn.

    Le dijeron que si acaso El ayudar no quera. Los dejara; que ellos solos El gobierno quitaran.

    El VIEJO les dijo no; Jams lo permitir, Yo conozco que son malos Pero los puso la ley.

    Ellos al fin sentirn Que el pueblo hace resistencia Y Rivadavia por s Dejar la presidencia. Es preciso conformarse; Porque una revolucin Es peor que el sufrir Un gobierno de faccin.

    Ans jue que nada hicieron Entonces los descontentos, Porque el VIEJO le cruz En esta vez sus intentos.

    Pero el pago que le dio El gobierno all en secreto Ju decretarle su muerte Ms no lograron su intento.

    En fin hicieron locuras Cuantas se le ocurri Hasta que al fin Rivadavia La presidencia dej. Entonces todos decan Qne el patrn pronostic Como un verdadero apstol Cuando antes nos lo anunci.

    Es verdad que las locuras Que en aquel entonces hicieron, De la patria la existencia Sin duda comprometieron.

    Y que si entonces el VIEJO Hubiera tomado el mando, La patria sera feliz Y no estubiera hoy llorando.

    Pero como habr de ser: Esto ju siempre mejor Que de un modo tumultuario Voltear lo administracin.

    Que nadie los respetaba Ni tenan opinin Lo conocieron bien claro Al hacer la convencin.

    Y sino desmintame Cmo es que el Emperador Hizo propuestas tan malas No siendo l vencedor? Pero como haba de ser Si lo jueron a buscar Los que tanta bulla hicieron Por acabar de ganar.

    Pero vamos adelante Que ya este tiempo pas: Vamos a cuando DORREGO Del gobierno se encarg.

    Todo estaba en anarqua: Rivadavia renunci. Nadie quera mandar Solo DORREGO admiti.

    Es verdad que el desgraciado Vino, y le dijo al patrn: Si ust me ofrec ayudarme Yo me encargo del bastn.

    El patrn, le dijo: amigo, Si ust sigue con el pueblo Puede contar con mi influjo Sin disputa desde luego.

    Viendo el VIEJO que Dorrego Se hallaba en grandes apuros, Procur ayudarlo en todo Desplegando sus recursos.

    Conoca que Dorrego Era patriota y honrado; Y jur desde ese instante No apartarse de su lado.

    LUIS PREZ Y LA BIBLIOGRAFIA DE ROSAS ESCRITA... 125

    Se comprometi con l A organizar la milicia, Y hacer la paz con los indios Que era entonces de justicia. Se oblig a poblar las guardias Que nos sirven de frontera. Ms no dndole recursos La obra no fu por entera.

    La milicia qued entonces Del mejor modo arreglado; Hasta que Lavalle vino A cometer su embarrado.

    Se hizo la paz con los indios De que hasta ahora disfrutamos; Como debe ser; pues ellos Son de nosotros hermanos.

    Lo admiracin del gobierno Ju entonces D. JUAN MANUEL Ojal! que desde entonces Nos hubiera mandado l.

    Ms no por cierto se crea Que Dorrego mand mal, El nos hizo grandes bienes Que el premio jue la crueldad. El, sin gravar a ninguno, Un ejrcito form. Que en menos de doce meses La paz ms digna nos dio.

    Todo se movi al momento Que Rivadavia baj, Y cada provincia al punto La gente contribuy.

    Entonces se vi bien claro Que los que los pueblos quieren Es que lo mande un gobierno Que en todo los considere. Y as de valde es cansarse; Si ha de evitar el mal Ha de ser viviendo todos En sistema federal.

    Los esfuerzos que DORREGO Hizo entonces quin creyera? Se convirtieron contra l Y acabaron su carrera.

    Solo el infame Lavalle Tal pago le pudo dar: Traicion al ms benemrito Y lo mand fusilar.

    S seor! al mis honrado, Al de mejor corazn, Al que nunca quizo creer Que le hacan revolucin. Al hombre que a sus amigos Enojado despidi, Por que le decan en tiempo Lo que no crey y pas.

    El patrn jue uno de muchos Que con tiempo lo anunci. Declarndole al finado Cuanto despus sucedi.

    Al hacer venir las tropas, DORREGO, del otro lado, El jue que se le opuso Pues que lo vi engaado.

    DORREGO le contest Que no creyera tal cosa; Que esa accin nunca lo hara Una juerza victoriosa. El hombre era militar, Y era militar de honor: Pero el leal no vive ms Que lo que quiere el traidor. El patrn siempre insisti, Pidindole cnanto menos, Que le diera algunas armas Para precaverse de ellos.

    Le dijo: estuviera cierto Todo quedara en nada.

    Siempre que nuestra milicia Estuviese bien armada.

    Nada pudo conseguir A pesar de sus clamores; Y con este sentimiento Suspendi sus pretenciones.

    Sin embargo D. Manuel Siempre le di facultad De reunir la campaa En caso de novedad.

    Desconsolado as el VIEJO, Al campo se retir, Y esta precaucin entonces A l y a la patria salv.

    Lleg al fin el fatal da En que Lavalle el malvado, Hizo la revolucin Que todo lo ha desquiciado.

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  • 126 H I S T O R I A

    Fugitivo D. Manuel A 1a campaa sali, Y cuando no haba remedio Su engao reconoci.

    Ya el Viejo se haba marchado Es verdad que conociendo Que Lavalle tenia entonces Un ejrcito tremendo. Pero a pesar de todo esto Nunca se desalent, Porq|ue siempre este hombre grande En si recursos hall.

    El es firme como roca, Y jur morir primero, Que dejar de sostener Al gobernador DORREGO. As lo hizo, y al momento Un ejrcito form; Y en lo de Pablo Galvan DORREGO se le junt. All los dos se abrazaron Y DORREGO conoci El mal que a la patria haba hecho El no escuchar al patrn.

    Pero el caso ya era urgente, No era para entretenerse, Ni ponerse a contemplar Lo que haba dejao de hacerse. La campaa mostr entonces Cual era su decisin; Pues en tropillas venan Buscando la reunin.

    Es verdad que daba pena Ver a todos desarmados, Pero tambin consolaba Verlos tan entusiasmados.

    En la Laguna de Lobos Mil trecientos se formaron, Faltando la mejor gente Que es la del Sud del Salado. Aquella era nica juerza Que entonces se hallaba armada; Pero estaba muy distante Y nunca jue incorporada. No haban indios de pelea Sino como unos doscientos, Que estaban en los Cerrillos Y jueron al campamento.

    Mal armados, por supuesto, Porque su ejercicio era Trabajar en las estancias En las labranzas de tierras.

    El coronel Lamadr Se anunci de parlamento, Y a Dorrego sin demora Le vino el parte al momento.

    El gobernador entonces Le comision al patrn A que juese a recibirlo Dndole contestacin. Como a diez o doce cuadras Dos dos gefes se encontraron; Y como compadres que eran, Como amigos se abrazaron.

    Eran los dos compaeros De algunas otras campaas, Y as todos esperbamos Que todo quedara en nada. Ya que se haba abrazado Se hicieron solos a un lado, Y Madri le entreg al VIEJO Un grande oficio cerrado.

    El sobrescrito deca: Seor Coronel Dorrego Y ya esto quera decir Que el asunto estaba feo. El VIEJO tom el oficio, Y en el sobre se fij; Aparent no fijarse Y en su presencia lo abri. El oficio deca as: "El coronel Dorrego "Largue la juerza que tiene "Y lo indulto desde luego.

    "Que todos estos paisanos "Se retiren a sus casas; "El general Lavalle lo manda" (Asegurado en sus lanzas). El patrn cabeceo entonces, Y le dijo a su compadre; "Esto me presagia, amigo, "Grandes torrentes de sangre.

    "Esto es pedir imposibles, "Y es tirar mucho la cuerda: "Ustedes van a perder "Sin remedio nuestra tierra.

    LUIS PREZ Y LA BIBLIOGRAFIA DE ROSAS ESCRITA...

    "Ustedes han procedido "De hecho contra el magistrado, "Y todo buen ciudadano "Debe haberlo reprobado".

    Ustedes han atacado De las leyes lo sagrado Y todo buen ciudadano Se debe oponer armado. Esto es un agravio infame Que se debe reparar; Y la autoridad legtima Se debe desagraviar.

    Cmo! que larguen las armas Y que sern indultados! Cul es el crimen que han hecho, De que han de ser perdonados?

    Que seria de nuestra patria Si esa jente se retira. Que no conoce compadre Lo infame de la perfidia?

    Qu ust no conoce bien Que han hecho un gran atentado, Y que con ese motn Nuestra historia se ha manchado?

    Qu no sabe ust, umigo Que en un pas civilizado, Esos motines no lo hacen Sino pillos y malvados?

    Madr le dijo "compadre Cuanto ust me dice es cierto, Pero no tiene remedio Ya el movimiento est hecho.

    A ms de eso en la ciudad Toda persona decente Est por el movimiento, Y esta es cosa corriente.

    Ya en esto pues no hay remedio Preciso es subordinarse La opinin pblica as es Y nadie puede apartarse.

    Despus de eso todos saben Como ust se ha preparado; Suben que ust ha juntado indios Y esto los tiene irritados.

    El patrn le dijo entonces: Compadre, ust est engaado, La opinin no puede ser Quien a Dorrego ha quitado.

    Si ella estaba pronunciada De un modo tan general. De un motn escandaloso No tuvo necesidad.

    Ust bien conocer Que un gobierno aborrecido Con facilidad se quita Y no es necesario ruido. Pero esto no es cierto, amigo, No hay tal aborrecimiento; Ust lo conocer Sin que puse mucho tiempo.

    A ms de eso, coronel, Este movimiento es tal Que a todas nuestras provincias Ha de ser trascendental.

    En Dorrego han delegado Facultades especiales Y esos gobiernos por fuerza Son otros tantos rivales. Ellos no han de permitir Un insulto tan atroz, Y esta guerra en esta vez Ha de ser la ms feroz.

    Por otra parte, compadre, Los que a Lavalle hoy sostienen, Abiertas las vias de hecho, Quin es el que los sostiene? Entre ustedes habr unin Mientras halla a quien batir; Pero en acabndose esto Todos se hun de dividir.

    El gobierno uno por uno Lo tienen que pretender, Y as las revoluciones Se tienen que suceder. Y esto ha de ser, presindiendo De aspirantes ms antiguos, De hombre que siempre han mostrado Que quieren ser esclusivos. De hombres que creen que solo ellos Al pas deben dirijir, Y que segn su conducta As tienen que morir.

    De hombres que para llenar Un ambicin desmedida Jams se paran en nada Aunque les vaya la vida.

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  • De hombres por fin, coronel, Que la intriga es su pasin, Y que la patria que tienen Es llenar su aspiracin.

    Esta es la verdad, compradre. No se quiera alucinar; Y est cierto que a Lavalle Esos mismos lo ha de ahorcar.

    Esos hombres lo que han hecho Es preparar el camino, Con un alevoso crimen Que yo desde ahora lo atino. Pero su intencin, amigo, Bien fcil es de acertar; Ellos se sirven de ustedes Para su plan desplegar.

    Y sino mire ust Agero Mire lo que ha declarado: Dice que el ha ido San Roque Porque ustedes lo han llamado.

    Y esto lo dice despus, Que todo el mundo est cierto Que el movimiento de ustedes Por su consejo est hecho. Con que no hay pues que cansarse Ni vivir equivocado; Ust sabe y me conoce Y no ignora que soy honrado.

    A mas de esto ust no crea Que si ganan esta accin Han concluido con la guerra Ni con la federacin.

    Porque una y cincuenta mas En que pudieron triunfar. No ha de ser lo suficiente Para con quietud mandar.

    Los que defienden las leyes Tienen en su corazn Amor la autoridad Y una firme decisin.

    La libertad es un fuego Que no se puede apagar, Y el que lucha por las leyes Siempre acaba por triunfar.

    Y asi es que yo por mi parte Como amigo le aseguro Que mientras tenga recursos De DORREGO he de ser muro.

    Cuando ya no pueda mas He de ganar los infieles Y de ellos he de sacar Con quien sostener las leyes.

    De los indios que ahora tengo Nadie tiene que tacharme; DORREGO me mand traerlos Y yo no deb escusarme.

    A mas de esta todos elos Son indios domiciliados, Y para venir aqui Han tirado sus arados.

    Y qu remedio, compadre? La Madrid le contest, Digame ust lo que piensa Franquendome su opinin.

    Yo no encuentro otro de pronto, Hablando ti ust con confianza, Que es que ustedes me retiren Al rio de la Matanza..

    Que el gobernador DORREGO Se campe sobre el Salado, Que fijemos ocho das Mientras se forme un tratado.

    Esto es en la inteligencia Que si no hay inconveniente Que suspendern las armas De las fuerzas contendientes.

    Y si acaso no se puiere, Sigan las hostilidades, Y ustedes respondern Como autores de los males.

    Ms si se quieren tranzar Y las armas suspendemos. Nombraremos diputados Y asi nos arreglaremos.

    Con cinco de cada parte Amplia mente autorizados. Pueden fijarse las bases Y tapar este atentado.

    Porque, compadre, no canse, Nuestra historia se ha manchado, Y este es el nico modo De quedar neutralizado.

    Mas: en dndole color De alguna legalidad. No sera tanta la herida Causada la libertad.

    LUIS PREZ Y LA BIBLIOGRAFIA DE ROSAS ESCRITA... 129

    Tambin se puede adoptar Si se quiere otro camino, Y este es reunir la junta Que fije nuestro destino. Los diputados son hombres De probIdada y honradez, Y en sus luces hallaran Nuestro remedio talvez.

    Si esto se hace, camarada JUAN MANUEL es hombre honrado, Y trabajar por que Todo quede separado.

    Proque, amigo, de mi patria Yo siento mucho los males, Y es preciso vaya todo Por las vias ms legales.

    Yo no puedo ver, compadre, Con calma las vias del echo, Y por tanto ya lo he dicho Cuanto se encierra en mi pecho.

    Si se opta este arbitrio La tierra quedar quieta Y la gente reuna Se retirar contenta.

    La Madr contest entonces Que Lavalle lo instruira; Pero que estaba seguro Que por esto no entrara. Y que asi l lo que pensaba Que Lavalle, al otro da Se ira sobre DORREGO Y que lo derrotara.

    Que en esto no tenia duda, Pues que su tropa ere buena, Y que mas de esto tambin De entusiasmo estaba llena.

    D. JUAN MANUEL contest: Si nos derrotan, paciencia; Pues que la fortuna es loca Nos engaa la esperiencia.

    La Madr se fue su campo Y al suyo se fue el patrn Como era justo, dar cuenta Ambos de su comisin.

    Lo que el VIEJO lleg al campo Se le present DORREGO. Se cit junta de guerra, Que se junt desde luego.

    Se le acord la palabra Al seor D. JUAN MANUEL, Quien habl mas de media hora. Fijados todos en l. Empez por demostrar Que lo mas sensible era La destruccin de Lavalle Fuese la fuerza afuera.

    Pero que era necesaria Y precisa condicin, Evitar toda costa El presentarse en accin.

    Dijo que el no tener armas Era bastante razn, Y que mas de esto faltaba Darnos organizacin.

    Y que as su parecer Lo mas acertado era Que el seor gobernador Al norte se dirigiera.

    Que se llevase la gente Que al norte perteneca, Y que al sud con los suyos Del mismo modo se iria.

    Que si Lavalle segua Al gobernador Dorrego, D. JUAN MANUEL con su gente Se acercarla hacia el pueblo.

    Y que si en otro sentido A D. JUAN MANUEL segua El seor gobernador Al pueblo se acercara.

    Este plan se aprob al punto, Pero con la condicin Que hasta Navarro DORREGO Acompaase el patrn.

    La noche estaba muy mala Y nueva la caballada, Y era preciso evitar Cualquiera disaparada.

    Esta fue la razn porqu ROSAS se fue con DORREGO, Y que su gente para esto Era mejor desde luego. Antes de marchar quedaron En que el coronel Izquierdo Sacase doscientos hombres Para maniobrar con ellos.

    10/17

  • HISTORIA

    La maniobra era ponerse Encima del enemigo, Y evitar que en la cruzada No juesemos sorprendidos. Observando asi Lavalle Nada haba que temer, Y de este modo podiamos Descansar y comer.

    Marchamos, y al aclarar El patrn se sorprendi, Cuando vi que Izquierdo iba Incluso en la formacin.

    Le pregunt por que causa La orden no se haba cumplido; E Izquierdo le contest Que contra-rden habia habido. Dijo que el Gobernador Haba determinado Que echara algunos bomberos, Y l marchara incorporado Viendo entonces el patrn Que el seor Gobernador Nada sabia de cierto, Tom el partido mejor. Apart cien hombres buenos Y con ellos se march, Y asi fue que las tres leguas A Lavalle descubri.

    Esto era muy necesario, Pues nuestra gente cansada Necesitaba comer, Y mudar caballada.

    Luego que vio que Lavalle Hacia Navarro venia Le avis al gobernador La direccin que trahia.

    Asi sigui dando partes, Diciendo no haba cuidado, Y previniendo a Dorrego Que se fuera retirando. Le deca que siguiera El plan que estaba acordado; Pero que le despachase La gente de hacia el Salado.

    Que se fuera paso paso Que el a la vista trairia Al fanfarrn de Lavalle Embromando noche y da.

    Lavalle se diriga Siempre con rumbo Navarro, Y nosotros una vista Sin dejar de tirotearlo Por supuesto que el patrn Se retiraba confiado En que ya estara lejos El Gobernador finado.

    Y que la gente del Sud Para afuera haba tirado, Pues, antes de dispararse As lo haban acordado.

    Mas cual sera su sorpresa Cuando se avist Navarro, Y vio que el Gobernador Todo el plan haba variado

    Como quedara el VIEJO Cuando vio en lnea formados Como a seiscientos paisanos Todo era una confusin;

    Sin mudar y mal armados? La linea era mal formada, Por uno y otro costado Gente haba en el pelotn.

    Otros mudando caballos Por retaguardia se hallaban, Y por fin que iba pelearse Casi todos ignoraban.

    Como cosa de cien indios Tambien estaban formados En los caballos en marcha En que haban trasnochado.

    Otros se haban alejado A toda priesa mudar As que fueron impuestos Que era tiempo de pelear. Asi carg el enemigo, Y su impulso recibimos, Y bien claro se ver Porqu entonces no vencimos. Derrotada nuestra gente Pudo juntarla el patrn, Pues, antes de separarse As lo haban acordado.

    Ms cual seria su sorpresa Cuando se avist Navarro, Y vio que el Gobernador Todo el plan haba variado.

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    Como quedara el VIEJO Cuando vio en lnea formados

    Como seiscientos paisanos Sin mudar y mal armados?

    La lnea era mal formada, Todo era una confusin; Por uno y otro costado Gente haba en el pelotn.

    Otros mudando caballos Por retaguardia se hallaban, Y por fin que iba pelearse Casi todos ignoraban. Como cosa de cien indios Tambin estaban formados En los caballos en marcha En que haban trasnochado.

    Otros se habian alejado A toda priesa mudur As que fueron impuestos Que era tiempo de pelear As carg el enemigo, Y su impulso recebimos, Y bien claro se ver Porqu entonces no vencimos.

    Derrotada nuestra gente Pudo juntarla el patrn. Pues bien claro se adverta Su buena disposicin. Mas el viejo junt algunos Y les dijo que se fueran, Pero con la prevencin

    Que las armas escondieran. Les dijo comunicasen A todos esta medida, Y que esperasen las rdenes Que l les comunicara. Que e1 tiraba Santa-Fe A ver la resolucin Que tomaba en este caso Ay nuestra Convencin.

    Que ella le corresponda Como cuerpo Soberano Dar las rdenes, y todos Oponerse los tiranos.

    Que si esta se pronunciaba Por que la guerra se hiciera. El con todos sus recursos Pronto estaba obedecerla.

    Que as lo supona l; Pues no poda persuadirse Que un ataque hacia la ley Quedase sin carrejarse. Pero en fin se iba dispuesto A obedecer y no ms; Lo mismo si fuera por guerra, Que si fuera por la paz. Pero con la condicin Que si por la paz entraba, El su espada colgara, Pero la tierra dejaba. Que el no quera ser testigo De los males de su patria, Y que as lo mejor era Irse lejos llorarla. Que es verdad que l no esperaba Que el cuerpo convencional Dejase de castigar Una accin tan criminal.

    Que el crea que el motn Los pueblos amenazaba, Y que el cuerpo soberano Oponerse le tocaba.

    Que ellos eran diputados De los pueblos de la Unin, Y que estos nunca consienten Vivir en degradacin.

    Lleg el VIEJO Santa F, Y como era de esperar, Encontr en la Convencin Solo un modo de pensar.

    Todos fuego respiraban Contra los amotinados, Y traidores la patria Fueron ay declarados.

    Fuera de la ley pusieron A Lavalle y sus secuaces, Y le encargaron al VIEJO Que nos lo cominicase Este voto fu dictado Con la opinin de los pueblos, Y el Cuerpo Convencional Obr con conformidad de ellos.

    Entonces D. JUAN MANUEL A los del sud orden Que se reuniesen pronto Para hacer oposicin. 11/17

  • 132 H I S T O R I A

    Los paisanos entusiastas; Sus rdenes admitieron Desenterraron sus armas, Y en grupos se reunieron.

    En la campaa no se oia otra voz que VIVA ROSAS! Y hasta las pobres paisanas Ayudaban generosas.

    En direccin del Salado Los grupos se dirigieron. Donde haba reuniones Que nunca se deshicieron. Ellas andaban errantes Desde la accin de Navarro A pesar de que Lavalle Todo lo crea acallado.

    Pero, apesar de todo esto La guerra hubiera cesado Si la contencin un medio De acabarla hubiera hallado.

    D. ESTANISLAO LOPEZ Y nuestro amado patrn. Puteaban arbitrios honrosos Pa' entenderse en la cuestin.

    Y as fu que Santa F A la primer circular A Lavalle contest Que estaba pronto tratar. Que el congreso cuadrilatero Le propuso se juntase, Y que todos estuviesen A lo que l determinase.

    Pero Lavalle ostinado, La contestacin que dio Fu invadir Sania F De donde apenas sali. (A)

    (A) En esta cuarteta termina la biografa de Rosas. En los nmeros posteriores no se hace ninguna mencin a estos tersos.

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  • CONFIDENCIAS DE DON JUAN MANUEL DE ROSAS.

    PRRAFOS DE DE LA NOTA EN QUE EL AGENTE ORlENTAL DA CUEN-TA SU GOBIERNO DE UNA CONFERENCIA CON EL NUEVO GOBERNADORl DE BUENOS AIRES DON JUAN M. ROSAS

    En nota de 9 de Diciembre (1829) comunica el Agente su Gobierno que en el dia anterior habia tomado posesin del mando do la Provincia de Buenos Aires el Comandante General de Campaa Coronel don Juan Manuel Rosas; y agrega que en ese mismo dia tuvo con el Gober-nador una conferencia de que d cuenta en los trminos si-guientes:

    "En la maana de este dia aun no haba Ministros. El Agente pidi al Oficial Mayor, el seor Moreno, supiese si poda hablar al seor Gobernador; so le dijo que en aquel momento estalla gravemente ocupado, pero que lo recibira dentro de un rato; pasado este y sabiendo que se hallaba en importante conferencia con los seores Guido y Garcia, manifest el Ajente al seor Moreno que su objeto era salu-dar particularmente S. E. y manifestarle que tenia comu-nicaciones de su Gobierno con relacin las especies que se haban propagado sobre reunin armada en aquel territorio por goles Argentinos; qu tales especies, igualmente omi-nosas para ambos Gobiernos, carecan de fundamento, etc. qu conociendo que aquellos momentos oran importunos, y deseando tambin acelerar este conocimiento S. E., le encargaba so lo trasmitiese, y evitaba distraerle de sus alen-iones. Se retir el Agente, y al anochecer recibi un

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    pcText Box4/3272 - Arg. I "B" - 5 copias

  • 600 REVISTA DEL RIO DE LA PLATA

    billete del seor Moreno, en que lo manifestaba que S. E. le haba llamado en los momentos de su separacin, y senta no haberle visto,que deseaba hablarlo en privado y le rogaba, que si no le era molesto, le visitase en la noche.

    En el acto p-as el Agente la casa del Gobierno, introducido desde luego al Gabinete de S. E., fue' recibido con demostraciones do atencin y confianza particular: re-piti la manifestacin que habia hecho al seor Moreno, la que S. E. contest que el Gobierno no habia dado crdito esas especies, pero que agradeca particularmente aquel

    - aviso; que tal conducta cimentaba la confianza que deseaba estrechar, y que usando de ella se entendera privada y con-fidencialmente con el Agente sobre cualquiera ocurrencia de igual naturaleza. Despus de atenciones obligantes de ambas partes, y cuando el Agente se propona retirarse, el seor Gobernador se introdujo en una esplicacon dete-nida en que se propuso demostrar los principios que le haban conducido en su carrera pblica, desde que ella comenz basta el dia, haciendo aplicaciones i los sucesos:esta con-ferencia interesante y peregrina merecera ser redactada com-pletamente, pero lo ser en lo principal con absoluta exac-titud en la sustancia y en el modo.

    El seor Gobernador habla:;Aqu me tiene usted, seor Vzquez, en el puesto de que me he credo siempre mas (lisiante; las circunstancias me han conducido; tratare-mos de hacer lo mejor que se pueda; de evitar nuevos males; yo nunca cre que llegase este caso, ni lo deseaba, por que no soy para ello; pero as lo han querido, y han acercado una poca que yo tema hace mucho tiempo, por que yo, seor ,

    CONFIDENCIA DE DON JUAN MANUEL ROSAS. til 1

    Vzquez, he tenido siempre mi sistema particular, y voy manifestarlo usted francamente, como lo he seguido desde que empez figurar: conozco y respeto mucho los talentos de muchos de los seores que han gobernado el pais, y espe-cialmente de los seores Rivadavia, Agero y oros de su tiempo; pero, a mi parecer, lodos cometan un grande error, porque y considero en los hombres de este pais, dos co-sas, lo fsico y lo moral; los gobiernos cuidaban mucho de esto, pero descuidaban aquello, quiero decir, que se condu-can muy bien para la gente ilustrada, que es lo que yo lla-mo moral, pero despreciaban lo fsico, pues, los hombres de las clases bajas, los de la campaa, que son la gente de accin. Yo not esto desde el principio, y me pareci que en los lances de la revolucin, los mismos partidos haban de dar lugar que esa clase se sobrepusiese y causase los ma-yores males, por que usted sabe la disposicin que hay siem-pre en el que no tiene contra los ricos y superiores: me pa-reci, pues, desde entonces muy importante conseguir una influencia grande sobre esa clase para contenerla, para dirigirla; y me propuse adquirir esa influencia toda cosa; para esto me fue preciso trabajar con mucha constancia, con muchos sacrificios de comodidades y de dinero, hacerme gaucho como ellos, hablar como ellos y hacer cuanto ellos hacan; protegerlos, hacerme su apoderado, cuidar de sus intereses, en fin, no ahorrar trabajo ni medios para adquirir mas su concepto. Esta conducta me atrajo los celos y las persecuciones de los Gobiernos, en lo que no saban lo que se hacan, por que mis principios han sido siempre, obe-diencia las autoridades y las leyes; as es, que para se-guir este sistema be sufrido muchos riesgos, y conocia que

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    hasta mi vida peligraba muchas veces, pero no era fcil que Juan Manuel Rosas, retrogradase de lo que se haba pro-puesto. Yo he observado en medio de estos riesgos la exac-titud de mis ideas, por que he visto asomar por tres veces esa poca que calculaba; una el ao 15, otra el ao 20, v otra ahora; en el ao 20 nada se hubiera hecho sin mis es-fuerzos: despus aument mi influencia hasta donde puede aumentarse, porque usted no tendr idea de que los indios se nos hayan unido nunca para hacer la guerra ; los misinos indios, pues yo hice que acompaasen Rauch 600 indios de pelea. Quin hizo eso sino liosas? Sin embargo, lu perseguido el ao 20; lo fui por la Presidencia de todos mo-dos; lo fui en tiempo de Dorrego, que tenia la misma des-confianza que los otros: en tiempo de este renunci la Co-mandancia de Campaa, pero no me admiti la renuncia; mi conducta siempre ha sido la misma; muchos creen que soy federal, se equivocan; yo no soy federal, no seor, no soy de partido ninguno si no de la Patria, ni tampoco he desea-do estas cosas, muy al contrario. Es verdad que no podia gustarme ese movimiento del 1 de Diciembre por que era un borrn en nuestra historia; yo no podia sufrir semejante escndalo por las instituciones, pero he hecho cuanto he podido por evitar la guerra civil, y sino vea usted mi conduc-ta. Dorrego sale campaa, y me manda que rena las mi-licias. Que habia yo de hacer sino obedecer? El era la au-toridad legitima, yo era Comandante General. Qu reme-dio tenia, sino obedecer? Despus de eso, aqu los seores que dirigieron eso, no se quisieron entender con Rosas. En fin, sale Lavalle campaa y envia nuestro campo mi compadre Lamadrid, que traa una carta (que pareca pape-

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    lito de pulpera) en que se nos ofreca que nos iramos nuestras casas: me habl con un tono fuerte, yo le respond con mucha calma. Compadre, ustedes no saben en lo que se han metido, ustedes se pierden, sus tropas son buenas, pe- ro nosotros no les hemos de dar batalla y aunque les die- ramos muchas, y todas las perdisemos nada haban uste- des de adelantar; la campaa es toda nuestra, los hemos de fatigar y concluir." En fin, le hice muchas esplicacio-nes que lo convencieron, y entonces ya en otro tono me pregunt qu podia hacerse para evitar lautos males. Yo le respond. Dir usted lo que me ocurre de pronto, mire, compadre, yo no tengo inters ninguno en que man-ir de Dorrego, que mande cualquiera, lo nico que quiero, es que quitemos el borrn que se ha echado nuestras instituciones y nuestra historia, y estoy pronto todo, en salvando el honor del pais y de las leyes: podemos con. venir en que nosotros ocupemos la parte esterior del Sa-lado, y ustedes, la interior del Ro de la Matanza, y nom- tiraremos cinco ciudadanos de talento de cada parte, para que arreglen este negocio, y nos propongan el modo de reparar el ultrage de las leyes, y si esto se hace, prometo bajo mi palabra de honor, que todos nos retiraremos nuestras casas y que mande cualquiera. Sabe usted cual fu la contestacin de Lavalle? Atacarnos al dia si-guiente. Yo le habia dicho desde el principio Dorrego el plan que debanlos seguir. Si usted quiere, le dige, des- truir el ejrcito de Lavalle, esto es muy sencillo. V. su- blevar la campaa en masa por el Norte, yo har lo mis- mo por el Sur, y dejaremos Izquierdo en el centro, de observacin. Si Lavalle va al Norte, Izquierdo le sigue

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    retaguardia y yo me vengo sobre la ciudad. Si Lavalle se va al Sur, Izquierdo le sigue del mismo modo y usted se viene sobre la ciudad. Este era mi plan, en que Dorre-go convino; quedamos en que mandase un destacamento observar al enemigo, mientras yo reuna alguna mas gente. Cuando volv, me incomod que no habia salido tal desta-camento, mont cien hombres, y sal con ellos. A las tres leguas y media encontr al ejrcito, le hice mis escaramusas para probarlo, y vi que las tropas eran buenas, pero que el General no lo entenda para esta guerra. El, no sala de su formacin, y sus maniobras eran todas, de veteranos, por con-siguiente, vi que nada tenia que temer. Despach un chas-que Dorrego dicindole que habia llegado el momento de realizar el plan, y que l se preparase a marchar para el Nor-te; mas cul fu mi asombro, cuando al llegar al campo me encuentro nuestra gente formada, y en lnea de batalla y esperando al enemigo! Este, estaba ya encima, y como Dorrego tenia aquella cabeza, yo no haba de pelear con l, y ya no habia tiempo para reflexiones, aunque conoca que disparate era dar accin, por que era preciso, seor Vzquez, que viese usted nuestra lnea, por parles con armas blancas, por otras, sin arma ninguna, por otras las pocas de fuego casi todas descompuestas. Vaya, era un desatino pelear. Sin embargo, si Dorrego no fuera tan loco. ... si con tiem-po, me hubiera consultado para esto, siquiera hubiramos formado la lnea de gente armada y escogida, y los indios nos hubieran servido, porque ellos, sepa usted que se batie-ron bien. En fin, usted sabe el resultado y mire que all qued todo concluido, porque fu una derrota completa; luego Dorrego se fu meter con la tropa de lnea. En fin, en ta-

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    les circunstancias, todava yo me propuse hacer lo posible por cortar la guerra, y mi conducta fu en este sentido, poi-que que hice yo? Marchar para Santa-F; y que diga algu-no, si convid nadie para que me siguiese. A nadie es-crib la ciudad, ni mi muger, porque no quera compro-meter mis amigos. Lo nico que hice, seor Vzquez, fu escribir tres cartas al Sur, por que yo sabia que era preciso conservar mi nombre por lo que pudiera suceder: luego que llegu Santa F, di muchos pasos para evitar la guerra, no por m misino, pero por medio de otras personas, y crea usted, seor Vzquez, que yo me hubiera convenido por evi-tarla, hasta en salir del pas y pasar la Banda Oriental a 1 Entre-Rios; me hubiera bastado salvar las personas que se habian comprometido por m, las de la campaa se en-tiende, por que las de la ciudad qu me importaba m? Pero no quisieron nada con llosas: ya dije usted que los seores de aqu, no queran nada conmigo, cuando podan conseguir todo; se entiende, con decencia, por que Juan Ma-nuel Rosas es incapaz de bajezas; sin embargo, todava me contuve quieto pesar que de la campaa me llamaban con instancia; y yo, nada; despus me pedan que les mandase un general, pero tampoco, no quise hacer nada, y me pro-puse tambin que conociesen que sin m, nada podan, por-que yo saba lo que les haba do suceder, que no se haban de entender, como sucedi, que no se entendian unos con otros: por fin, Lavalle cometi el ltimo desatino, metiendo-so en la provincia de Santa Fe hasta el Carcaraal, para hacer, nada, como usted sabe, y luego retirarse; ya entonces no podia yo contener Lopez, y viniendo l era preciso que yo estuviese tambin; bastante lo sentia y bastante hice por

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    evitar males; por fin, llegaron las cosas al estado que usted ve, y aqu me tiene usted empeado en este lugar en circuns-tancias tan difciles. Todos dicen que soy federal, y yo me rio. Ya dije usted que yo no soy federal, nunca he perte-necido semejante partido, si Hubiera pertenecido, le hu-biera dado direccin, por que como usted sabe, nunca la ha tenido: ese Dorrego.. . Mire usted que cabeza! nadie lo co-noca mejor que yo. En fin, todo lo que yo quiero es evi-tar males y restablecer las instituciones, pero siento que me hayan traido este puesto, porque no soy para gobernar.

    Mucho mas estensa fu esta esplicacion, mas la parlo redactada es la principal y est vertida con exactitud has-ta en el lenguaje.

    (firmado)SANTIAGO VZQUEZ.

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