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eleducador NOVIEMBRE 2008 30 ESTiLo DE viDA E NTRE LAS HERRAMiENTAS IN- dispensables del maestro para llevar a cabo su quehacer docen- te se encuentran la vocación, la prepa- ración académica y aunque poco nom- brada pero sí muy utilizada: la voz. Largas jornadas en las que todo el conocimiento sale tanto de la gargan- ta como del cerebro, son las que con el pasar de los años traen a la vida de los maestros diversas dolencias relacionadas con la voz y el aparato de fonación. A pesar de que los maestros son profesionales de la voz, muy pocos son los que le prestan atención a este instrumento y toman las medidas necesarias para asegurar que en el largo plazo su cuerpo no les pasará factura por años de descuido y malos hábitos. En palabras de la doctora Diana Milena Herrera, actual fonoaudióloga del Colegio Tolimense de la ciudad de Ibagué, “los maestros deben tomar conciencia de que la voz es un com- ponente vital de su fuente de ingreso. Deben conocer y practicar técnicas vo- cales, pues muy pocos tienen una ru- tina de entrenamiento vocal. Deben saber, además, que la disfonía, en general, es una enfermedad laboral común en su profesión y es necesa- rio que se eduquen para no lastimar la herramienta de trabajo”. Síntomas y trastornos comunes A grandes rasgos, la sensación de falta de aire, la ronquera, el dolor o ardor al hablar, la tensión exce- siva en el cuello, la carraspera, la dificultad al comer, beber o pasar saliva y la sensación de tener un cuerpo extraño en la garganta son los síntomas más comunes de una disfonía o un trastorno vocal. Las disfonías pueden ser esporádicas o transi- torias, en caso de resfrío, gripa o anginas; también pueden ser cróni- cas e irreversibles, provocadas por afecciones que no pueden ser cura- das. “Entre los problemas vocales más comunes en maestros están las dis- fonías por hiperfunción o hipertóni- cas, causadas por un mal uso y abu- so vocal, especialmente por largas jornadas de trabajo en las que los docentes tratan de manejar a los El cuidado de la en el docente Cómo evitar trastornos vocales agravados

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ESTiLo DE viDA

ENTRE LAS HERRAMiENTAS IN-dispensables del maestro para llevar a cabo su quehacer docen-

te se encuentran la vocación, la prepa-ración académica y aunque poco nom-brada pero sí muy utilizada: la voz.

Largas jornadas en las que todo el conocimiento sale tanto de la gargan-ta como del cerebro, son las que con el pasar de los años traen a la vida de los maestros diversas dolencias relacionadas con la voz y el aparato de fonación.

A pesar de que los maestros son profesionales de la voz, muy pocos son los que le prestan atención a este instrumento y toman las medidas necesarias para asegurar que en el largo plazo su cuerpo no les pasará factura por años de descuido y malos hábitos.

En palabras de la doctora Diana Milena Herrera, actual fonoaudióloga del Colegio Tolimense de la ciudad de Ibagué, “los maestros deben tomar conciencia de que la voz es un com-ponente vital de su fuente de ingreso. Deben conocer y practicar técnicas vo-cales, pues muy pocos tienen una ru-

tina de entrenamiento vocal. Deben saber, además, que la disfonía, en general, es una enfermedad laboral común en su profesión y es necesa-rio que se eduquen para no lastimar la herramienta de trabajo”.

Síntomas y trastornos comunesA grandes rasgos, la sensación de

falta de aire, la ronquera, el dolor o ardor al hablar, la tensión exce-

siva en el cuello, la carraspera, la dificultad al comer, beber o pasar saliva y la sensación de tener un cuerpo extraño en la garganta son los síntomas más comunes de una disfonía o un trastorno vocal. Las disfonías

pueden ser esporádicas o transi-torias, en caso de resfrío, gripa o

anginas; también pueden ser cróni-cas e irreversibles, provocadas por afecciones que no pueden ser cura-das.

“Entre los problemas vocales más comunes en maestros están las dis-fonías por hiperfunción o hipertóni-cas, causadas por un mal uso y abu-so vocal, especialmente por largas jornadas de trabajo en las que los docentes tratan de manejar a los

El cuidado de la

en el docenteCómo evitar trastornos vocales agravados

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erroresLos

errores más comunes que

comenten los maestros en el cuidado de su voz

estudiantes utilizando el recurso de alzar la voz; también se encuentran las causadas por la reiteración de ma-los hábitos, como consumo de alco-hol, bebidas cafeínadas, tabaquismo, entre otros; por otro lado, el padecer enfermedades como gastritis y reflujo gastroesofágico puede afectar direc-tamente la voz, pues los ácidos que producen estas enfermedades llegan a lesionar también la laringe. En el peor de los casos, estas afecciones pueden evolucionar en patologías como nódu-los, pólipos vocales, quistes laríngeos, edema de Reinke, papilomas o cáncer laríngeo”, aclara la doctora Herrera.

Mucho que aprenderEl panorama de la salud vocal para

docentes en el país se caracteriza por la falta de información, educación y disciplina de los maestros sobre prácticas de entrenamiento vocal y cuidados de su instrumento de tra-bajo, además de la poca prevención y promoción que realizan las admi-nistradoras de riesgos profesionales en las instituciones educativas sobre este tema.

La importancia de saber respirarLa respiración correcta es la co-

nocida como costodiafragmática. Aprender a respirar de esta forma es importante, puesto que el 90% de ca-sos de insuficiencia o fatiga vocal pro-viene de una respiración inadecuada. El profesional de la voz debe inspirar por la nariz, llevar el aire al diafragma (vientre) y hacer una pausa para des-pués espirar por la boca, en forma de soplo suave y prolongado. Este soplo es el que produce la voz: el sonido del habla se crea por la vibración de las cuerdas vocales en tensión, debido al aire que pasa entre ellas.

El soplo espiratorio o exhalación debe realizarse de tal forma que no llegue a contraer los músculos del cue-llo. Si se altera el equilibrio muscular por una respiración exagerada o un soplo disminuido, el trastorno vocal llegará inminentemente. La práctica

progresiva de relajación y disciplinas como yoga o tai chi permite eliminar tensiones musculares, que actúan como enemigas de la buena fona-ción. En algunos casos, la distensión muscular no se logra con prácticas fí-sicas, debido a que sus causas son de origen psicológico, como por ejemplo altos niveles de estrés, en cuyo caso se recomienda tratamiento psicotera-péutico.

Relajación muscular para facilitar la respiración

• Para la zona del cuello: mueva la cabeza de izquierda a derecha, di-bujando una media luna en el aire. Incline la cabeza hacia adelante y muevala suavemente de izquierda a derecha.

• Para la zona clavicular: Con los brazos relajados, eleve los hom-bros suavemente; una vez estén en el punto más alto, mantenga la tensión por unos segundos y luego déjelos caer. También lleve los hom-bros hacia arriba y hacia abajo rápi-damente, luego alterne levantando primero un hombro y después el otro.

Prevención o alivioAunque los expertos afirman que la prevención de este tipo de enferme-dades está destinada exclusivamente a docentes entre los 20 y 30 años de edad, pues pasada esta etapa la en-fermedad ya puede estar instalada, hay que resaltar la importancia de una visita al otorrinolaringólogo para cualquier persona que presente sín-tomas persistentes por más de una semana.

Para las personas mayores de 30 años es de vital importancia adop-tar hábitos saludables e iniciarse en ejercicios de calentamiento vocal y demás prácticas encaminadas a faci-litar el trabajo de las cuerdas vocales y la laringe.

Para esto, a continuación ofrece-mos algunas pildoritas de información que le servirán para aliviar y prevenir

• Poca o nula hidratación de las cuer-das vocales durante su jornada la-boral. Para esto se recomienda el consumo de al menos 8 vasos de agua diarios.

• El desconocimiento de pautas de higiene vocal que deben realizar a lo largo de su rutina de trabajo.

• Dictar su cátedra en un tono alto y monótono, sin modular o cambiar el ritmo de locución.

• El excesivo consumo de café, bebi-das carbonatadas y tabaco. Estos productos resecan las cuerdas vo-cales, dejándolas más propensas a irritaciones.

• Hábitos como consumo regular de alcohol, bebidas demasiado calien-tes o por el contrario heladas.

• Hablar durante toda la clase. Para esto alterne la exposición con otro tipo de actividades y recuerde no hablar sólo a la primera fila.

• No utilizar micrófonos o aparatos para aumentar el volumen de la voz cuando se está en espacios abiertos o muy grandes.

• Salir de clase y continuar hablando en la sala de profesores. Una vez se realiza un esfuerzo vocal, como el de una clase, el mejor descanso de la voz es el silencio.

• Usar el carraspeo intenso para acla-rar la garganta. Esta costumbre sólo lastima las cuerdas vocales.

• Toser de manera excesiva y violen-ta. Para esto respire profundamen-te y al toser trate de reproducir una “jota” muda, sin cerrar la laringe.

• Protéjase ante los cambios bruscos de temperatura. Especialmente en lugares donde al interior se utilizan permanentemente aires acondicio-nados.

• El uso de ropa muy ajustada, entor-pece la respiración.

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sus molestias vocales:

• Consumir bastante agua, que no debe estar ni fría ni caliente; mínimo 8 vasos diarios.

• Realizar calentamiento de cuerdas vocales y rutina diaria de ejercicios vocálicos. Puede empezar por trinar o silbar en la mañana (en la ducha o mientras se dirige al trabajo), o tararear suavemente, como si es-tuviera cantando un arrullo. Repita este mismo ejercicio en diferentes intervalos de su rutina, para descan-sar la garganta y al final del día para enfriar la voz.

• Reducir la ingesta de alcohol y cafeí-na, porque deshidratan los pliegues vocales.

• Cuidar la alimentación, puesto que las comidas demasiado condimen-tadas pueden irritar la laringe; tam-bién es importante una alimenta-ción sana y ligera antes de iniciar la jornada laboral, que facilite una

buena digestión.

• El tabaco es un gran enemigo de la salud vocal, es el camino más fácil hacia el cáncer laríngeo.

• ¡No gritar!

• Si hay síntomas como ronquera, pérdida frecuente de la voz, afonía, alteración de los patrones respi-ratorios o en la vía aérea superior, presencia de sinusitis, rinitis, etc., consultar inmediatamente al espe-cialista, el otorrinolaringólogo.

• Chequear anualmente la función auditiva: la pérdida de audición re-percute en que la persona deba ha-blar en una intensidad más fuerte a la que está acostumbrada, y esto causa paulatinamente hiperfunción vocal.

• Aprender a respirar. El docente debe saber que la simple respiración que realiza en forma inconsciente y au-tomática no es suficiente para quien utiliza la voz profesionalmente. Si

respira mal, va a hablar mal.

• Practicar disciplinas como yoga, stretching, tai chi y relajación, para relajar los músculos, especialmente los del cuello.

• Evitar el estrés y otros estímulos psicológicos negativos, que puedan afectar el sistema inmunológico y causen tensión muscular.

• La voz resiente mucho la falta de sueño. Duerma como mínimo 8 ho-ras, especialmente durante los días de clases.

• No se auto medique, consulte al es-pecialista.