14
44 Olivia Miranda Olivia Miranda E ntre los rasgos que distinguen la evolucin del ideal emancipador cubano en el siglo XX, se des- taca el hecho de que, a partir de los aæos veinte, las nuevas generaciones de revolucionarios encontraron en la obra de JosØ Mart la fuente primigenia de su formacin ideolgica, y va desde la cual muchos de sus mÆs significativos integrantes accedieron a las ideas de Marx, Engels y Lenin, al comprender que, en las condiciones histricas en que se desarroll la Repœblica neocolonial, el proyecto nacional libera- dor y antimperialista martiano poda tener Øxito y con- ducir a la constitucin de la nacin cubana libre y soberana, si como meta mÆs o menos mediata asuma una proyeccin socialista. A la hora de indagar en las races mÆs profundas de esta regularidad, presente en la formacin de fi- guras relevantes de la lucha emancipadora, desde Julio Antonio Mella hasta Fidel Castro, resultara en extremo fructfero develar los puntos de articulacin entre el ideario martiano, como sntesis culminadora de las tradiciones cubanas y latinoamericanas mÆs revolucionarias del siglo XIX, y las concepciones mar- xistas y leninistas en tres direcciones fundamentales: los fundamentos tericos generales del ideal eman- cipador, el mØtodo de conocimiento de la realidad social que Mart elabora, sobre todo a partir de su etapa de madurez ideolgica, y el proyecto independentista, antimperialista y anticolonial y el modelo de repœblica al que aspiraba, en sus nexos esenciales. 1 Para quienes la intrincada selva de las ideas martianas devino punto de partida en la iniciacin revolucionaria, la teora de la revolucin y el modelo de sociedad resultaron mÆs accesibles en primera ins- tancia que aquellas otras aristas terico-metodolgicas que, no obstante, no dejaron de ser asimiladas en cierta forma, aunque al parecer, de manera fragmen- taria, no sistØmica, en la misma medida en que fue- ron comprendiendo la significacin en el presente de los geniales descubrimientos martianos. La comprensin cada vez mÆs profunda del idea- rio martiano por los revolucionarios que le sucedie- ron en Cuba en este siglo, fue en s misma un proce- so dialØctico que requiri de la conjuncin de diver- sos factores: a) la consumacin de la dominacin neocolonial en la Isla que dio inicio a la llamada «crisis perma- Investigadora. Instituto de Filosofa. El marxismo en el ideal El marxismo en el ideal El marxismo en el ideal El marxismo en el ideal El marxismo en el ideal emancipador cubano emancipador cubano emancipador cubano emancipador cubano emancipador cubano durante la Repœblica durante la Repœblica durante la Repœblica durante la Repœblica durante la Repœblica neocolonial neocolonial neocolonial neocolonial neocolonial , no. 3: 44-57, julio - septiembre, 1995.

05 Miranda

Embed Size (px)

DESCRIPTION

CUBA, POESIA

Citation preview

  • 44

    Olivia Miranda

    Olivia Miranda

    Entre los rasgos que distinguen la evolucin delideal emancipador cubano en el siglo XX, se des-taca el hecho de que, a partir de los aos veinte, lasnuevas generaciones de revolucionarios encontraronen la obra de Jos Mart la fuente primigenia de suformacin ideolgica, y va desde la cual muchos desus ms significativos integrantes accedieron a lasideas de Marx, Engels y Lenin, al comprender que,en las condiciones histricas en que se desarroll laRepblica neocolonial, el proyecto nacional libera-dor y antimperialista martiano poda tener xito y con-ducir a la constitucin de la nacin cubana libre ysoberana, si como meta ms o menos mediata asumauna proyeccin socialista.

    A la hora de indagar en las races ms profundasde esta regularidad, presente en la formacin de fi-guras relevantes de la lucha emancipadora, desdeJulio Antonio Mella hasta Fidel Castro, resultara enextremo fructfero develar los puntos de articulacinentre el ideario martiano, como sntesis culminadorade las tradiciones cubanas y latinoamericanas msrevolucionarias del siglo XIX, y las concepciones mar-xistas y leninistas en tres direcciones fundamentales:los fundamentos tericos generales del ideal eman-

    cipador, el mtodo de conocimiento de la realidadsocial que Mart elabora, sobre todo a partir de suetapa de madurez ideolgica, y el proyectoindependentista, antimperialista y anticolonial y elmodelo de repblica al que aspiraba, en sus nexosesenciales.1

    Para quienes la intrincada selva de las ideasmartianas devino punto de partida en la iniciacinrevolucionaria, la teora de la revolucin y el modelode sociedad resultaron ms accesibles en primera ins-tancia que aquellas otras aristas terico-metodolgicasque, no obstante, no dejaron de ser asimiladas encierta forma, aunque al parecer, de manera fragmen-taria, no sistmica, en la misma medida en que fue-ron comprendiendo la significacin en el presentede los geniales descubrimientos martianos.

    La comprensin cada vez ms profunda del idea-rio martiano por los revolucionarios que le sucedie-ron en Cuba en este siglo, fue en s misma un proce-so dialctico que requiri de la conjuncin de diver-sos factores:

    a) la consumacin de la dominacin neocolonial enla Isla que dio inicio a la llamada crisis perma-

    Investigadora. Instituto de Filosofa.

    El marxismo en el idealEl marxismo en el idealEl marxismo en el idealEl marxismo en el idealEl marxismo en el idealemancipador cubanoemancipador cubanoemancipador cubanoemancipador cubanoemancipador cubanodurante la Repblicadurante la Repblicadurante la Repblicadurante la Repblicadurante la Repblica

    neocolonialneocolonialneocolonialneocolonialneocolonial

    , no. 3: 44-57, julio - septiembre, 1995.

  • 45

    El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la Repblica neocolonial

    44

    nente de la economa, por los aos veinte, y suextensin a otras regiones de la Amrica Latina;

    b) la difusin del pensamiento martiano, en buenamedida desconocido o tergiversado, gracias a lapublicacin de sus Obras completas que se iniciahacia 1911;

    c) el impacto de la Revolucin de Octubre y la di-vulgacin de las concepciones de Marx, Engels, ysobre todo de Lenin, ms all de las fronteras euro-peas, que propici, como se sabe, el contacto conuna teora y un mtodo capaces de dar respuestasacertadas a problemas que en la poca de Martno se haban desarrollado suficientemente, o nohaban surgido an;

    d) la paulatina constatacin de que determinadasideaciones martianas, aunque diferentes en aspec-tos esenciales de la concepcin materialista de lahistoria, no resultaban antagnicas en relacin conesta, como tampoco lo eran las soluciones pro-puestas por Mart a ciertos problemas en sus cir-cunstancias histricas respectivas;

    e) la asuncin del mtodo marxista de anlisis his-trico social que permiti una comprensin msprofunda de la sociedad contempornea y en ge-neral de la evolucin histrica de las ideas y muyespe-cialmente del pensamiento martiano, inclui-da la relacin entre tradicin nacional y pensa-miento universal, tambin en lo que respecta a lapropia asimilacin del marxismo y del leninismo.

    El estudio de tal articulacin en sus diversos pla-nos y en toda su complejidad, contribuira a una com-prensin ms profunda de ciertos rasgos que hancaracterizado el proceso revolucionario nacional li-berador y su proyeccin socialista en este siglo, en-tre los cuales deben destacarse los siguientes:

    a) La teora marxista y leninista encontr, en las tra-diciones ms revolucionarias del pueblo cubano,los asideros imprescindibles para ser asimilada porquienes han encabezado los diversos momentosde lucha, sin ser impuesta artificialmente desdeafuera, como elemento importante de laautoconciencia terica.

    b) El pensamiento martiano, como sntesis del idealemancipador del siglo XIX, devino elemento me-diador entre este y los ideales de las etapas que lesucedieron en el camino de la asuncin de la con-cepcin materialista de la historia como fundamen-to terico metodolgico, y en su proyeccin so-cialista, en cuyo contexto, las aristas ms revo-lucionarias, sobre todo las contenidas en las ideasde Jos Mart, continan teniendo vigencia.

    c) Aunque la difusin y asuncin del marxismo y elleninismo no estuvieron exentas de la influenciade diversas concepciones que se manifestaron enrico debate al surgir la III Internacional, en el cualLenin desempe un importante papel esclare-cedor, ni de la ulterior etapa en la que prevale-cieron tendencias dogmticas;2 el hecho mismode que fueran los representantes de mayor signi-ficacin de las corrientes progresistas y revolu-cionarias en cuyo seno los marxistas y leninistasdesempearon un papel de suma importancia,desde Mella hasta Fidel Castro los que se die-ron a la tarea de rescatar y reinterpretar la historiadel pas y de las ideas, frente a las manipuladorasversiones que respondan a la penetracin cultu-ral imperialista, devino factor importante en lalucha, presente en la historia de las ideas socialis-tas y del primer Partido Comunista de Cuba, porrecobrar la esencia creadora de las concepcionesde Marx, Engels y Lenin.3

    Todo lo expuesto ha de tomarse en cuenta a lahora de buscar las razones por las cuales el ideal so-cialista gan la conciencia de las masas populares enCuba a partir del triunfo del Primero de Enero, a pe-sar de la propaganda imperialista en su contra y deerrores y limitaciones del proyecto revolucionarioen diversos momentos de su devenir.

    Un estudio a fondo de los nexos articuladores decontinuidad y ruptura entre las tradiciones naciona-les revolucionarias y el marxismo y el leninismo im-plica la constatacin de la influencia de las ideasmartianas en sus colaboradores ms cercanos, queasumieron posiciones antimperialistas en las prime-ras dcadas republicanas; la forma en que las genera-ciones revolucionarias se acercaron a su ideario apartir de los aos veinte y su interconexin con laasuncin del marxismo y el leninismo; y la delimita-

    La teora marxista y leninista encontr, en las tradicionesms revolucionarias del pueblo cubano, los asiderosimprescindibles para ser asimilada por quienes hanencabezado los diversos momentos de lucha, sin ser impuestaartificialmente desde afuera.

  • 46

    Olivia Miranda

    cin de los momentos en que ese proceso acusa cam-bios cualitativos apreciables.

    El pensamiento de Jos Mart y elantimperialismo liberal de las dos pri-meras dcadas de la repblicaneocolonial

    La presencia de Mart al frente de las fuerzasrevolucionarias cubanas en 1898, con toda probabi-lidad, no hubiera podido cambiar el rumbo del pro-ceso de trnsito de la colonia a la neocolonia, todavez que este estaba regido por leyes que no podanser torcidas por la voluntad de los hombres; perotambin con toda probabilidad, la plasmacin con-creta de tales leyes en hechos histricos hubiera sidodiferente. En el quehacer martiano se haba produ-cido la conversin del antianexionismo tradicionaldel pensamiento progresista y revolucionario cuba-no en antianexionismo de fundamentacin demo-crtico-revolucionaria; dicho trnsito tuvo quereiniciarse a partir de 1898 en las ideas y la accin dehombres que no posean ni el genio ni la experiencia y lacultura de Mart, desconocedores en buena medida,adems, de las aristas ms radicales de su pensamiento.4

    Lo que del pensamiento martiano lograron aprehen-der algunos de los colaboradores ms cercanos de Mart:Juan Gualberto Gmez, Diego Vicente Tejera, MximoGmez o Carlos Balio sobre todo, y Sanguily, Varona oCisneros Betancourt en menor medida, influy sin dudaen el rechazo a la injerencia extranjera que se incrementacomo respuesta a sus consecuencias inmediatas, alimpulso de las cuales se fue abriendo paso, paulatinamnte,una comprensin ms profunda de las nuevas condicio-nes histricas, desde dos vertientes poltico-ideolgicasinicialmente distantes entre s:

    a) La que asumen los intelectuales procedentes delas filas independentistas que se vinculan a la vidapoltica republicana en las diferentes institucio-nes surgidas entonces, en su mayora de origenpequeo burgus, imbuidos de las ideas liberalesa las que permanecen fieles.

    b) La que sigue el proletariado en y a travs de lasorganizaciones gremiales y sindicales, desde con-cepciones ideolgicas influidas por el reformismo,el anarcosindicalismo y en menor medida por elmarxismo, y por la labor esclarecedora de Martentre los obreros emigrados, desde el Partido Re-volucionario Cubano (PRC); en la que no faltaronintentos por fundar partidos obreros, si bien devida efmera y escasa influencia en las masas tra-bajadoras del pas.

    Fueron los intelectuales liberales los que influye-ron ms directamente en la conformacin de laautoconciencia nacional en su plasmacin terica, en

    lo que concierne al antimperialismo. Entre los obre-ros, los sentimientos de este tipo se manifestaron enforma de protestas espontneas, vinculadas con re-clamos sectoriales, sin que faltaran denunciasantinjerencistas y antimperialistas en la prensa pro-letaria y en los documentos sindicales.5

    Entre los intelectuales liberales, la evolucin delantianexionismo al antimperialismo parti de las denun-cias de las violaciones jurdico-polticas como la propiaEnmienda Platt, a la constatacin de las consecuenciaseconmicas del Tratado de Reciprocidad Comercial y alos intentos por analizar el fenmeno imperialista desdeuna ptica sociofilosfica. Juan Gualberto Gmez,Sanguily y Varona se destacaron en este empeo.6

    Correspondi a Carlos Balio, cofundador conMart del PRC, y ms tarde con Mella del primer Par-tido Comunista de Cuba, el primer esfuerzo por ana-lizar el fenmeno imperialista en sus fundamentoseconmicos, desde un enfoque marxista todava muyinsuficiente.7 Diego Vicente Tejera seal, por suparte, que cuando se consumara totalmente la domi-nacin imperialista en Cuba, se hara evidente la ne-cesidad de fundar un partido poltico proletario. 8

    Julio Csar Gandarilla llam la atencin sobre la po-tencialidad revolucionaria de las protestas obreras con-tra la intervencin yanqui y sus ulteriores consecuen-cias.9

    En general, prevaleci la tesis liberal de tono positi-vista de que solo la evolucin crecimiento de lapoblacin y la virtud domstica eran las vas posiblesde oposicin a la dominacin imperialista. Los represen-tantes ms destacados de esta corriente no alcanzaron acomprender la esencia revolucionaria del pensamientomartiano. Entre otros elementos que prueban esto, est elhecho de que, casi sin excepcin, se opusieron a lacreacin de organizaciones polticas obreras y desociedades por los derechos del negro, por temor a queincitaran acciones de masas que provocaran nuevasintervenciones norteamericanas.

    El redespertar de la conciencia nacional:la articulacin del pensamientomartiano, el marxismo y el leninismo

    Con lo que se ha denominado redespertar de laconciencia nacional se inicia el segundo momentoen la evolucin del ideal emancipador cubano de estesiglo. Un conjunto de hechos histricos conducen aun profundo cambio en las ideas, en lo que se refieretambin a la influencia del legado ideolgicomartiano: la celebracin en 1923 del Primer Congre-so Nacional de Estudiantes que propicia la fundacinde la Universidad Popular Jos Mart al calor de lacordobesa Reforma Universitaria, y del tambin pri-mer Congreso Femenino; la escenificacin de la Protestade los Trece, el fracaso del liberal Movimiento deVeteranos y Patriotas y la creacin del Grupo Minorista.Dos aos ms tarde se suman los dos hechos de mayor

  • 47

    El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la Repblica neocolonial

    46

    trascendencia: la fundacin de la Confederacin NacionalObrera de Cuba y del primer Partido Comunista de Cuba.Todo ello tuvo lugar en una dcada en la que se consumael proceso de absorcin imperialista que da inicio a ladenominada crisis permanente de la economa nacionaly que culmina con la revolucin antineocolonial de 1933y su fracaso.

    Entre los primeros sntomas del cambio en la esferade la ideologa habra que mencionar el proceso derenovacin de los estudios histricos que desde anteshaban venido realizando Ramiro Guerra, Fernando Ortizy Emilio Roig de Leuchsenring, este ltimo profundoestudioso del ideario antimperialista martiano y de lastradiciones ideolgicas ms revolucionarias, todos desdeuna perspectiva, objetiva, anticlerical y antimperialista,aunque sin romper definitivamente con la fundamentacinliberal positivista que imperaba tambin en lasconcepciones historiogrficas. De hecho, tal renovacinsignific un retorno a las concepciones martianas sobrela historia.10 Pero semejante esfuerzo resultaba insufi-ciente al igual que los atisbos de Balio y las denunciasde Gandarilla, para producir un profundo cambio decalidad en lo que al ideal emancipador se refiere.

    Es Julio Antonio Mella quien da inicio a este nue-vo enfoque, caracterizado precisamente por la bs-queda de un nuevo instrumental heurstico al quellega, no obstante, en el propio proceso de rescatedel ideario martiano en sus esencias ms radicales.Glosas al pensamiento de Jos Mart es uno de losprimeros ejemplos del nuevo camino emprendido;y consecuentemente con ello, expresin primigeniade la forma en que, en el mbito del ideal emancipa-dor cubano, empieza a tener lugar la articulacin como un proceso lgico natural de las ideacionesmartianas ms avanzadas, con las concepciones deMarx, Engels y sobre todo de Lenin, en esta centu-ria. En este artculo de Mella, por otra parte, el lec-tor avezado de nuestros das, puede constatar la exis-tencia de nexos de continuidad y ruptura entre elmtodo histrico-poltico martiano y la concepcinmaterialista de la historia que el pensamiento de Mellapone en evidencia.

    Aun cuando el autor no se detiene en ello, como con-secuencia del apego mellista ms al espritu que a la letrade determinadas ideaciones de Mart, no deben haberlepasado inadvertidas: la relacin entre lo singular y louniversal en la historia real y en la conformacin de lasideas; la asuncin crtica de la cultura universal a partirde las races propias, orientada a la bsqueda de solucionespropias a problemas propios; los dialcticos atisbos

    martianos presentes en sus concepciones en tornoal devenir histrico y al progreso; los nexos entrehistoria y poltica y sus mediaciones socioculturales,la connotacin cientfica dada a la poltica revolu-cionaria y la concepcin de las masas populares comosujeto de la historia, la cultura y la revolucin.11

    El proletariado, que Mart haba descubierto enel seno de las masas humildes, como clase indispen-sable en la lucha nacional liberadora, deviene enMella ncleo estructural fundamental de las masaspopulares como sujeto de la revolucin lugar queen tiempos de Mart ocupaba la pequea burguesaen cuyo seno l mismo se form, como consecuen-cia de su desarrollo como clase en s y para s y por laagudizacin de la contradiccin burguesa proleta-riado en la Cuba del siglo XX, procesos apenas inicia-dos en los aos de preparacin de la guerra del 95,aunque conocidos por Mart en su estada en los Es-tados Unidos.

    En consonancia con las ideaciones martianas, nosolo el proletariado tena que convertirse en una claseculta para poder ganar las batallas que emprendieraen favor de sus conquistas y de la independencianacional, sino que, adems, la revolucin tena comoobjeto supremo la transformacin de la existencia yel propio ser del hombre en una dimensinsociocultural que no podra llevarse a feliz trminosi el punto de partida del proceso revolucionario noeran los cambios polticos, tambin en el sentido le-ninista de la toma del poder poltico por las fuerzasrevolucionarias, como va de poder ir a la raz de losproblemas sociales y a la apropiacin de todos susdatos, con el fin de encontrar soluciones propias aproblemas propios. El vuelco sustancial que da la ver-sin cubana de la cordobesa Reforma Universitaria,en las ideas de Mella, es un buen ejemplo de los nexosentre revolucin poltica y transformaciones,socioculturales en el sentido martiano y tambinmarxista,12 bien lejanos ambos de las tesis liberalestan en boga por entonces.

    Para poder ir a la raz de los problemas socialesde su tiempo, Mella no solo considera indispensablela unidad entre los trabajadores manuales y los inte-lectuales que tambin Mart haba procurado en sumomento, la Universidad Popular con el nombre delMaestro es prueba suficiente; sino sobre todo, que estudian-tes e intelectuales revolucionarios y obreros, unidos,fueran capaces de rescatar el pensamiento martiano ensus dimensiones ms radicales, a la luz de las condicioneshistricas concretas de su poca; para lo cual la historia

    Fueron los intelectuales liberales los que influyeron ms di-rectamente en la conformacin de la autoconciencia nacionalen su plasmacin terica, en lo que concierne alantimperialismo.

  • 48

    Olivia Miranda

    elemento tambin fundamental para Mella en sucomprensin del presente y la previsin del futuro y elanlisis de la situacin nacional e internacional delmomento, fueran estudiadas a la luz de la concep-cin materialista de la historia, teora con la cual ha-ba entrado en contacto, con toda evidencia, ya des-de los das del Congreso Nacional de Estudiantes.

    Glosas al pensamiento de Jos Mart, verdaderoesquema del libro que consideraba imprescindible escribirhacia 1926, es expresin del inters de Mella por unenfoque de la sociedad, su devenir y su expresin en lasideas desde una perspectiva marxista, que no fue ajeno ahistoriadores como Emilio Roig de Leuchsenring, aunqueen su caso se trat de una apropiacin limitada.13

    En lo que a la historiografa de su momento histricose refiere, Mella consideraba que existan dos enfoqueserrneos: el de los conservadores que sentan sobre stodo el peso del pasado y volvan constantemente losojos hacia atrs en busca de viejos modelos, pues paraellos, solo revoluciones al estilo de la francesa de 1789podan tener lugar en la sociedad; y el de los que consideraultraizquierdistas, en tanto piensan que la historiacomienza con ellos como si no hubieran nacido de madrealguna, con la pretensin de negar todo vnculo con elpasado.14

    Hay un tercer enfoque para Mella, que consideraacertado y se propone asumir en su estudio del idea-rio martiano: el que analiza el juego fatal de las fuer-zas sociales y el misterio de la ultrademocrtica uni-dad lograda por el fundador del PRC, entre clasesantagnicas unidad que, con las modificaciones clasis-tas que los nuevos tiempos exigan segua siendo unobjetivo a lograr en el presente, segn Mella, paraalcanzar la liberacin nacional.

    Es evidente que en la visin de Mella sobre lasideas martianas se produce una inversin del mto-do histrico-poltico de Mart, desde la perspectivade la concepcin materialista de la historia, aun cuan-do Mella no insista en ello explcitamente. El Maes-tro haba arribado a la problemtica socioeconmicadesde un anlisis histrico-poltico de la sociedadnorteamericana en comparacin con Cuba y la Am-rica Latina continental, en los momentos en que seiniciaba el trnsito del capitalismo industrial a su fasemonopolstica, sin conocimiento de la obra de Marxy sin la necesidad imperiosa e insoslayable de estruc-turar su proyecto revolucionario dada su esencianacional liberadora sobre la tesis de la existenciade factores econmicos determinantes en ltima ins-tancia, a pesar de lo cual dio importancia a la econo-ma en los procesos histricos, como ningn otropensador latinoamericano de su tiempo; ni en la lu-cha de clases como motor impulsor de las transfor-maciones sociohistricas, cuya existencia no obstan-te conoce y estudia sobre todo en los Estados Uni-dos, en comparacin, de nuevo, con Cuba y el restode la Amrica Latina.15

    Mart poda considerar, a fines de la pasada centuria,que era posible evitar en los pueblos naturales la violen-

    cia en los conflictos clasistas que en los pueblos his-tricos apuntaban hacia la revolucin social que, sibien resultaba indeseable a su juicio, si existan otrosmedios ms humanos de alcanzar la justicia social,lleg a considerar casi inevitable en los pases msdesarrollados. Incluso crey que tal revolucin po-dra ser necesaria en Cuba y la Amrica Latina si noresultaba factible la puesta en prctica de un modelode repblica como el que se haba trazado, estructu-rado sobre las bases de la igualdad social y el respetoa la dignidad plena del hombre.

    Mella, en cambio, a la altura de la tercera dcadadel siglo XX, tiene obligatoriamente que partir de lasrelaciones socioeconmicas y de la lucha de clases,en consonancia con el conocimiento del origen yevolucin del capitalismo como sistema mundial, parapoder explicarse las consecuencias sociopolticas en-gendradas por la implantacin de la primera expe-riencia neocolonial del Continente, dada la subor-dinacin incondicional de las clases que integrabanla oligarqua gobernante como instrumento de losmonopolios norteamericanos, verdaderosdetentadores del poder en la Isla (y la extensin deprocesos similares a otras regiones latinoamericanas),cuya coincidencia de intereses con el imperialismoles impeda incorporarse a un proyecto nacional li-berador.

    En Glosas al pensamiento de Jos Mart, Mella in-siste en el anlisis comparado entre los antagonismosclasistas finiseculares y los de la dcada del veinte de laactual centuria, para poder develar las causas msprofundas del fracaso del programa de Montecristi. Nose le escapa Mart lo haba pronosticado en sumomento que la contradiccin principal en torno a lacual haba que estudiar el estadio presente de la sociedadcubana era la existente entre el imperialismo norteameri-cano y el pueblo cubano. Numerosos son los trabajos quededica al estudio de esta problemtica: Cuba, un puebloque jams ha sido libre, o Qu es el ARPA? son buenosejemplos.

    Rubn Martnez Villena insistir, entre otros artcu-los suyos, en el que dedica a polemizar con los idelogosdel ABC, en que el hilo conductor de la nueva historia deCuba, que a su juicio estaba an por escribirse en 1933,era precisamente el conjunto de contradicciones entreCuba y los Estados Unidos, tema al que dedic estudiosde la significacin de Las contradicciones delimperialismo yanqui en Cuba y el alza del movimientorevolucionario, o Cuba,factora yanqui.16

    La inversin del mtodo histrico-poltico martianoa que condujo la necesidad de comprender la poltica ensus fundamentos socio-econmicos, no implic que elantimperialismo y los fundamentos tericos del mismoen las ideaciones martianas, aunque diferentes estosltimos en aspectos esenciales, resultasen contrariamenteantagnicos con la nueva fundamentacin marxista yleninista que esta posicin ideolgica asume en Cuba apartir de los aos veinte. Resulta evidente que, por otraparte, la conciencia antimperialista que parte de la obra

  • 49

    El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la Repblica neocolonial

    48

    martiana haba calado hondo en la nueva generacinrevolucionaria. No fue casual que el lder del nacio-nalismo revolucionario de este momento en Cuba,Antonio Guiteras, raigalmente antimperialista, no tar-dara en poner en prctica por primera vez en nues-tra historia la intervencin de una empresa de servi-cios yanqui como la elctrica, durante su breve pasopor la Secretara de Gobernacin en el centro-dere-chista gobierno de Batista y Grau San Martn, en 1934,del cual fue ala radical, sin que en realidad pudieracambiar su esencia reaccionaria.17

    Otras figuras que se destacaron precisamente enel proceso revolucionario antimachadista yantimperialista de 1933, haban recibido la influen-cia martiana desde la cual acceden al antimperialismode fundamentacin marxista y leninista. Pablo de laTorriente Brau y Ral Roa son expresin de este pro-ceso.18

    Dentro de este mismo grupo que se proyecta a la vidapoltica nacional a partir de la lucha contra la tiranamachadista, se destacan Blas Roca y Carlos RafaelRodrguez, quienes tambin acceden a la ideologa delproletariado desde el antimperialismo martiano, paravincularse a lo largo de toda su vida al partido de la claseobrera, y cuya actuacin se prolonga, como en Roa, hastadespus del triunfo del Primero de Enero de 1959. JuanMarinello fue sin duda el enlace entre la generacinde marxistas y leninistas cubanos que encabezaranMella y Villena y esta nueva hornada a la que tam-bin se incorpora desde su ya consolidada persona-lidad literaria nacional y continental, para devenirejemplo vivo de la articulacin del pensamientomartiano con las concepciones de Marx, Engels yLenin ante sus ms jvenes compaeros de brega re-volucionaria.

    Luego de la brutal represin a que fue sometidoel movimiento obrero y revolucionario bajo la dicta-dura batistiana (de la cual la derrota de la huelga ge-neral de 1935 y el asesinato de Guiteras fueron esla-bones claves), como consecuencia del movimiento demasas que se vertebra en torno a consignas como laamnista a los presos polticos, el apoyo a la Repbli-ca espaola y la convocatoria a una Asamblea Constitu-yente, en el contexto internacional de la lucha contra el

    fascismo en el que la Unin Sovitica desempe unpapel fundamental, el movimiento obrero unitario yel primer Partido Comunista de Cuba vivieron pornica vez en su historia republicana un perodo delucha legal.19

    En tales circunstancias, el debate ideolgico seincrement en la misma medida en que el imperialis-mo norteamericano arreci la ofensiva propagands-tica orientada hacia una penetracin cultural msprofunda y efectiva. A partir de 1948, una nueva eta-pa, la de la llamada guerra fra, se hizo sentir en elmbito nacional y con el violento asalto a la Centralde Trabajadores de Cuba (CTC) fundada en 1939 ysus sindicatos se reinicia un nuevo perodo de persecu-ciones que con el golpe militar del 10 de marzo alcanzarauna violencia brutal. Luego del asalto al Cuartel Moncadatendra lugar la ilegalizacin oficial del partido de loscomunistas y en general de todas las agrupacionesrevolucionarias.20

    En toda esta compleja y cambiante situacin, el resca-te del ideario revolucionario precedente y lareinterpretacin de la historia de Cuba, muy especial-mente del pensamiento de Jos Mart, ocuparon unimportante lugar en el debate ideolgico, en el que sedestacan figuras claves de la lucha poltico revoluciona-ria de estos aos.

    En Juan Marinello se expresa la articulacin delideario martiano y las concepciones marxistas y leninistasen un intelectual plenamente formado bajo la in-fluencia de Mart, procedente, adems, de esa bur-guesa que en Cuba no fue capaz, como clase, deexpresar los intereses nacionales en el mbito de larepblica neocolonial; por lo cual, su evolucin ideo-lgica es expresin cimera del impacto de lasideaciones martianas en las nuevas circunstancias his-tricas, en un proceso que transcurre no sin undesgarrante pase de cuentas a otras influencias conlas que rompe definitivamente para convertirse, has-ta su muerte, en un fiel defensor de los intereses y laideologa del proletariado.

    En el poeta, ensayista y profesor universitaio queera Marinello, al entrar en contacto con el marxismoy el leninismo, la reinterpretacin del legado martianoavanza desde su inters por la tica y la esttica, desde el

    La inversin del mtodo histrico-poltico martiano a quecondujo la necesidad de comprender la poltica en sus fun-damentos socio-econmicos, no implic que elantimperialismo y los fundamentos tericos del mismo enlas ideaciones martianas, aunque diferentes estos ltimosen aspectos esenciales, resultasen contrariamente antag-nicos con la nueva fundamentacin marxista y leninista queesta posicin ideolgica asume en Cuba a partir de los aosveinte.

  • 50

    Olivia Miranda

    Mart escritor, hacia el Mart hombre poltico, caminoque dio como resultado una visin totalizadora, en lacual las ideas revolucionarias se destacan como elementointegrador por excelencia de la obra escrita y de laactividad prctica, de la vida de quien, comoMarinello mismo y como Rubn Martnez Villena, fuecapaz de anteponer al oficio de escritor la misinlibertadora de su pueblo que libremente habaescogido; Mart escritor americano es el mejorejemplo. 21

    Blas Roca y Carlos Rafael Rodrguez, como Mella yBalio, ejemplifican esta articulacin entre elpensamiento martiano y la ideologa del proletariado,como proceso lgico natural, vertiginoso y sindesgarramientos internos, en hombres procedentesde las capas populares, proletariado y pequeaburguesa tempranamente incorporados al procesorevolucionario antimachadista. No casualmente, portanto, penetrarn en la obra martiana desde unaperspectiva esencialmente poltico social que le permiteacceder a otras aristas de su ideario. En este contexto,ambos se interesan como Mella en los aspectos terico-metodolgicos para el anlisis del pensamiento martianoy la historia de Cuba desde la perspectiva de la concepcinmaterialista de la historia, y en los nexos del proyectorevolucionario del fundador del PRC con el que porentonces haban elaborado los comunistas cubanos, parademostrar que eran sus herederos inmediatos y que laliberacin nacional en las nuevas condiciones histricas,podra conservarse una vez alcanzada, solo si no se detenael proceso de transformaciones que necesariamentetendra, en algn momento, que proyectarse haciael socialismo.

    Los fundamentos del socialismo en Cuba , de BlasRoca, publicado por primera vez en 1943, ha sidoconsiderado como un importante paso de avance enla interpretacin de la historia y el presente cubanosen la que se evidencian los nexos articuladores decontinuidad y ruptura del marxismo y el leninismo yel pensamiento de Jos Mart con el que se inicia laformacin ideolgica del autor. Los estudiosos deltema han sealado numerosos aportes en esta obraque, sin pretensiones acadmicas, destinada al trabajoideolgico entre los militantes comunistas, elmovimiento obrero y en general a las masaspopulares, no haca concesiones en cuanto al rigorterico, aun cuando no estuvo exenta deapreciaciones que estudios posteriores del autor y deotros intelectuales marxistas han modificado.22

    Entre esos aportes habra que sealar ladelimitacin y uso del concepto de subdesarrollo que,para Blas Roca, expresaba la situacin en los pasesen los cuales las inversiones imperialistas han tradocomo consecuencia la frustracin del desarrolloindustrial; por lo cual, en contra de lo que pretendanhacer ver las oligarquas gobernantes en AmricaLatina y los intelectuales a su servicio, no habanconstituido un elemento de progreso.

    De hecho se trata del enfoque, en nuevascircunstancias histricas, de las advertencias martianassobre las posibles consecuencias para los puebloslatinoamericanos de la coexistencia de dos mundosdesiguales en cuanto a estadios de desarrollo, en cuyoseno los pueblos naturales resultaban dominados porlos histricos, si no se alcanzaba la unidad y laindependencia econmica de los primeros, seacortaba la distancia sociocultural que los separaba,y si la revolucin en Cuba y Puerto Rico no convertaa estas islas en un valladar infranqueable para elexpansionismo norteo. El nuevo enfoque de estaproblemtica contaba a su favor, en 1943, con laexperiencia histrica, la teora marxista de laformacin del capitalismo aplicada por Lenin alanlisis de su fase superior cuando ya habamadurado, todo lo cual contribua a demostrar lagenialidad del alerta martiano.

    Blas Roca contribuye con esta obra a la profundizacindel estudio de la estructura de clases de la sociedad cubanade la poca y sobre sus posiciones con respecto a ladominacin imperialista. Pero, adems, al analizar elneocolonialismo en sus determinacionessocioeconmicas, insiste en develar los nexos de estascon la situacin poltica existente en los pasessubdesarrollados del Continente.

    En antolgico discurso pronunciado en 1948 conmotivo del natalicio de Jos Mart, Blas Roca seempea en la demostracin de los elementos dearticulacin entre el proyecto nacional liberadormartiano y el de los comunistas. Entre los aspectos demayor significacin de Mart, revolucionario radicalde su tiempo habra que destacar el conjunto depresupuestos metodolgicos que el autor seala parasu estudio del pensamiento martiano y de su laborprctico-revolucionaria que permiten seguir sinque Blas Roca deje explcitamente expuesto un intersespecial en ello algunos puntos de contacto entreel mtodo histrico poltico martiano y la concepcinmaterialista de la historia.23

    Tal es el caso cuando el entonces SecretarioGeneral del Partido Socialista Popular (nombre queasume el primer Partido Comunista de Cuba en 1944),desde 1934 hasta 1962, afirma que el hecho histricoy sus protagonistas deben ser estudiados teniendoen cuenta las condiciones de lugar y tiempo en queacaecieron o actuaron, si de lo que se trata es deanalizar con profundidad un momento del devenirhistrico con el objetivo de derivar del mismoexperiencias aplicables en el presente; con lo cualse daba a la tarea de refutar las aseveraciones de ciertastendencias conservadoras en la interpretacin de lahistoria, que defendan la validez de propuestasformuladas en etapas anteriores como frmulaseternamente aplicables a la solucin de problemasen el presente. El pasado, para Blas Roca, por elcontrario, puede aportar solo lineamientos generalespara la actividad prctico-revolucionaria. La historia

  • 51

    El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la Repblica neocolonial

    50

    es para Blas Roca, como para Mart y Mella, y paraMarx y Lenin, un proceso irrepetible, toda vez quelos problemas a los que el hombre se enfrenta encada poca y lugar resultan diversosfenomnicamente, aunque sean plasmacionescoyunturales de las leyes que rigen el desarrollo socialen cada fase de su evolucin o de aquellas que tienenun alcance ms general. Los cambios de lugar ytiempo, a su juicio, determinan modificaciones enlos procesos histricos.

    Se opone, por ltimo, Blas Roca, a quienespretendan establecer barreras infranqueables entrelas diversas etapas de la lucha por la liberacinnacional, que considera un proceso unido por nexosde continuidad y ruptura.

    Los comunistas cubanos, en opinin de quienfuera el Secretario General de su partido durante tresdcadas, eran herederos del legado ideolgicomartiano, por el empeo en dar cima al proyectonacional liberador, antimperialista y anticolonial que elfundador del PRC elabor a fines de la pasada centuria, yporque ambas organizaciones haban sido las msrevolucionarias en sus respectivas circunstanciashistricas.

    Tal vez es en la obra escrita de Carlos RafaelRodrguez donde pueda verse ms claramente el procesode articulacin entre el pensamiento martiano y elmarxismo y el leninismo, entre otras razones, porque susincursiones en esta temtica han tenido lugar en tresmomentos bien significativos de su vida: entre 1930 y1935, cuando sucesivamente se produce su ingreso en elDirectorio Estudiantil de 1930 en su natal Cienfuegos yen el Partido Comunista de Cuba a su arribo a la capital;en 1953, cuando la dictadura batistiana intenta utilizar lafigura de Mart para legitimar su rgimen de facto,en momentos en que la Generacin del Centenarioencabezada por Fidel Castro se daba a conocer comonueva fuerza poltica; y en la dcada del setenta, cuandola generacin de Carlos Rafael Rodrguez se daba a latarea, bajo la direccin tambin de Fidel Castro, de laconstruccin de una nueva sociedad.24

    Entre los artculos juveniles y el texto de 1953,Carlos Rafael Rodrguez publica dos ensayos en losque se pone en evidencia la madurez alcanzada en lacomprensin de la teora y el mtodo marxista en elsentido apuntado por Engels y Lenin como gua parala accin. Se trata de El marxismo y la historia deCuba (1943) y El tesoro de nuestra tradicionesideolgicas (1949).25 Las armas terico-metodolgicas de las que ya se ha apropiadoplenamente, impelido por una iniciacin ideolgico-revolucionaria en la que mucho haban tenido quever las lecturas de la niez y la adolescencia de lostextos martianos, le sirven para un nuevo enfoque desus ideas a la luz de los acontecimientos de este siglo;razn por la cual es posible hoy percibir nexos entreuna y otra fuente de sus ideaciones que quizs no fuesu intencin, al menos explcita, develar.

    En la misma lnea de reflexin que se abre en laRepblica neocolonial con Los fundamentos delsocialismo en Cuba, Carlos Rafael Rodrguez exponeen El marxismo y la historia de Cuba un conjuntode ideas en torno a la interpretacin marxista de lahistoria nacional entre las cuales resultanparticularmente interesantes las siguientes:

    a) La crtica a la tendencia apologtica que elude losmatices diferenciadores entre corrientes ideolgicas yfiguras importantes, en aras, bien de oponerse a todolo espaol, o bien para escamotear la significacin delas posiciones revolucionarias frente a lasconservadoras; y a la tendencia iconoclasta porque,aun cuando propici ataques audaces a todo loconvencional, al fundamentarse en tesis exageradas,sus cultores resultaron incapaces de ver el efectoprogresista de ciertas instituciones injustas en smismas, o de personajes histricos de contradictoria ycompleja trayectoria. En ambas tendencias, la limitantecomn fue la ndole idealista de los fundamentosterico-metodolgicos en que se sustentaron.

    b) Para Carlos Rafael Rodrguez, como para losrenovadores de los estudios histricos en este siglo,26

    la objetividad en el anlisis y la bsqueda de la verdadconstituyen objetivos bsicos de la crtica histrica.La asuncin de las tesis marxistas sobre lo econmicocomo factor determinante en ltima instancia y la luchade clases como motor del devenir, perseguanprecisamente la objetividad de la verdad y noimplicaban el desconocimiento del papel de los idealespatriticos en figuras que, como Cspedes, defendanla independencia nacional y sus intereses clasistascoincidentes por entonces, problema que conducenecesariamente a una importante arista de la tradicincubana: el papel de la subjetividad espiritualidad humana en los procesosrevolucionarios, tan cara a Varela y a Mart, en elprimero para oponerse a la escolstica, y elsegundo, contra las concepciones social-darwinistas. En opinin de Carlos Rafael Rodrguez,para el marxismo, la posibilidad de que los hombresacten sobre la estructura social devena fundamentode la teora de la revolucin.

    c) De no haber sido por la actuacin de los hombresdel 68 la causa de la independencia no hubieraavanzado, porque las necesidades econmicas noproducan acontecimientos histricos. El hombre,insertado en determinadas clases, era el sujeto dela historia y de la revolucin. Los acontecimientoshistricos y sus actores tenan que ser vistos en elconjunto histrico a que pertenecieron, pues nosignificaba lo mismo la esclavitud a fines del sigloXVIII que en las postrimeras del siglo XIX.

    Con El tesoro de nuestras tradiciones

  • 52

    Olivia Miranda

    el inters del joven, recin iniciado en la vidarevolucionaria, por las ideas poltico-sociales de Marten los temas que elige: la concepcin de la poltica,en sus vnculos con la cultura; la distincin entrerevolucin poltica y social, la crtica al sistemapartidista en Cuba y la necesidad de crear un partidode nuevo tipo; la esencia realista de la poltica; ladelimitacin entre la va no violenta de acceder auna sociedad donde prime la justicia social en favordel proletariado y la revolucin para Carlos RafaelRodrguez ya desde entonces esa sociedad no eraotra que la socialista; el carcter antimperialista yanticolonial del proyecto revolucionario; elenjuiciamiento del autonomismo y el anexionismocomo corrientes reaccionarias y antinacionales; laprevisin martiana sobre su posible resurgimientoen la Repblica; la ndole mestiza como rasgo esencialde la cultura latinoamericana; el latinoamericanismocomo complemento del antimperialismo; la ndoleunilateral del desarrollo en los pases capitalistas ysus consecuencias contrarias a un progresomultilateral armnico de hombres y pueblos.

    Cuando en 1933, a propsito de la fundacin del GrupoAriel entre los jvenes cienfuegueros con inquietudesintelectuales y revolucionarias,28 Carlos Rafael Rodrguezvuelve sobre las ideas martianas en una suerte de anlisiscomparativo con las de Jos Enrique Rod, ocupa suatencin el vnculo entre tica y poltica. Considera queel valor de las obras de Rod una de las cuales da nombreal grupo radica en la defensa que el gran intelectualurugayo hace de la libertad espiritual humana,subyugada en el mundo moderno por una civilizacinmaquinizada y metalizada, y el llamamiento a los jvenesa empearse en el logro de esa libertad mediante unaaccin transformadora de la realidad; en definitiva se tratade planteamientos similares a la concepcin martiana delprogreso. Pero a diferencia de Mart, Rod toma comomodelo de sociedad a imitar para la Amrica Latina elmundo griego, en una abierta actitud de vuelta al pasado,cuya frmula de equilibrio era ya imposible de aplicar enel continente. Por ello reclama Carlos Rafael Rodrguezla mirada honda y enjuiciadora de Jos Mart parademostrar lo errneo del intento de enmarcar el mundolatinoamericano en los hbitos coloniales y su enjutaeconoma y de concebir la moralidad humana en lostrminos de la caridad cristiana.

    Son estas las razones que inducen al fundador delGrupo Ariel a considerar que los ideales valorativosde Rod eran aprovechables nicamente comoresortes de la accin, pero no como gua, en tantoresultaban una vuelta al pasado en aspectos superadospor los nuevos tiempos. La funcin de gua de lasnuevas generaciones en la Amrica Latinacorresponda a Jos Mart, porque se impona unavisin que, partiendo de la filosofa de la historia,demostrara que cada segmento de la sociedad hatenido sus marcos privativos; era necesariocomprender, siguiendo a Mart, nuestra edad,puntualizando precisamente lo que nos separa del

    ideolgicas , el espectro de la concepcinmaterialista de la historia se abre hacia el estudio dela evolucin de las ideas en dos aspectos esenciales:

    a) La necesidad del debate filosfico con vistas arefutar las posiciones antimarxistas como parte dela preparacin ideolgica de las masas para la luchapor la liberacin nacional. Hasta tanto seescribieran obras de divulgacin de la teoramarxista, deban publicarse, con las acotaciones,rectificaciones y explicaciones que exigiera elulterior desarrollo de los conocimientos, las obrasde los grandes pensadores cubanos del siglo XIX,objeto tambin de las tergiversaciones burguesasen sus aristas ms avanzadas, desde posicionesfidestas, irracionalistas y espiritualistas, con el finde convertirlas en antecedentes de tales corrientesy, con ello, hacer aparecer al marxismo comocorriente destructora de las tradiciones nacionales,en momentos en que el imperialismo se proponaincidir culturalmente incluso en las costumbrespopulares para influir negativamente en el ser delcubano y propiciar la prdida de su carcternacional.

    b) Crtica a la asuncin de determinadas corrientesfilosficas asumidas acrticamente con el nico fin deestar a la moda, y la ndole contraria a la tradicinnacional de tales posiciones, hijas de la ignorancia dela historia de la filosofa y de la forma en que las grandesfiguras del pensamiento cubano del siglo XIX seplantearon asimilar crticamente el pensamientouniversal en sus manifestaciones ms avanzadas, conel fin manifiesto de que sirvieran de punto de partidapara la bsqueda de soluciones propias a problemaspropios.

    c) Los marxistas tenan la obligacin de aprovechar elrico arsenal ideolgico de las tradiciones progresistasnacionales en la elevacin de la cultura de las masaspopulares, e impedir que se despojara al pensamientocubano de los valores que se han ido formando a lolargo de un siglo, para sustituirlos por criteriosradicalmente opuestos; sera un gran error pensarque los millones de personas que estn condenadasa la ignorancia en la sociedad moderna, puedenlibrarse del analfabetismo o los prejuicios solo conuna educacin puramente marxista.

    No resulta necesario insistir, a esta altura delanlisis que hemos venido realizando, cules aristasdel pensamiento martiano estn expresadas de formaevidente en tales puntos de vista de Carlos RafaelRodrguez. Al comentar el proceso mediante el cualse apropia del pensamiento martiano y lo analiza ensus artculos juveniles y en 1953, algunos elementosde articulacin tendrn que ser mencionados.

    En los escritos juveniles en los cuales Carlos RafaelRodrguez hace referencia a las ideas martianas,27

    adems de la influencia estilstica, se hace evidente

  • 53

    El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la Repblica neocolonial

    52

    mundo antiguo. Como Mart, Carlos Rafael Rodrguezconsideraba que el punto de partida para analizar larelacin del hombre con el mundo punto de vistaesencial del marxismo tambin tena que ser elnexo prctico transformador; no era posible unaactitud meramente contemplativa, porque elloimplicaba la no intervencin del hombre en el cursode la historia.

    Por ltimo, afirmaba por entonces el joven ensayistacienfueguero que la liberacin del hombre cubanoy latinoamericano tena como condicin laeliminacin del vasallaje social y espiritual. Por elloel gua del Grupo Ariel sera Jos Mart.

    En Mart, gua de su tiempo y anticipador delnuestro,29 Carlos Rafael Rodrguez se proponedestacar la vigencia de las ideaciones martianas msavanzadas en la nueva etapa de la lucha por laliberacin nacional, y las razones por las cuales ellose produce. Entre las mismas seala las siguientes:Mart fue en su momento el portador de las solucionesms revolucionarias a los problemas del pas; considerque la lucha por la independencia nacional no era msque la forma inicial a la que seguiran otras batallas.

    Argument convincentemente Carlos RafaelRodrguez contra las ideas de quienes, llenos debuenas intenciones, queran ver en Mart un socialista,o se empeaban en adivinar qu hubiera hecho enlas circunstancias histricas del siglo XX; toda vez, que,a su juicio, de haber sido un hombre de su tiempo levenan a Mart su grandeza y las limitaciones que unanlisis marxista no tena por qu ocultar, como nolo haba hecho Mart con quienes le precedieron en lacontienda libertadora en Cuba y en la Amrica Latina.

    Se opone el autor de Mart, gua de su tiempo yanticipador del nuestro, a ver la articulacin entreel pensamiento martiano y las concepciones marxistasy leninistas como identificacin de objetivos y fines,por ser esta una interpretacin no solo contraria a laconcepcin materialista de la historia y a las propiasideaciones martianas, sino adems ahistrica, porquetal identificacin conduca a verlo como organizadorde una revolucin clasista cuyo momento no haballegado an para la Cuba finisecular hecho pordems comprendido por Mart en su momento ;insiste Carlos Rafael Rodrguez en restituirle a las

    capas medias latinoamericanas la potencialidadrevolucionaria que las peculiares condiciones de lasociedad, en especial la ausencia de un proletariadoconvertido en clase para s, le haban impuesto. Elgran mrito de Mart, y de Maceo, a su juicio, estuvoen la capacidad de vencer las incongruencias de lapequea burguesa.

    No escap al autor del ensayo que comentamos,a la hora de enumerar los elementos articuladoresdel ideario martiano con la teora marxista y leninista,la esencia netamente popular de su proyectoliberador, en tanto no se propona Mart entregar elpoder a la burguesa y los terratenientes, si bien larevolucin no poda concebirse por entonces bajola direccin del proletariado, por el grado dedesarrollo que este haba alcanzado en Cuba, yporque no fue hasta 1905 que Lenin, luego de laexperiencia en Rusia, estuvo en condiciones deplantear la hegemona de la clase obrera en unarevolucin democrtico-burguesa.

    Por otra parte, destaca el hecho de que lasposiciones martianas hacia la clase obrera no puedenser identificadas con la ptica de la burguesa, ni lade los que en el seno de las capas medias teman elcrecimiento de la conciencia proletaria. Mart se habaadherido a las protestas obreras y fue autor de unapoltica dirigida a la satisfaccin de aquellas demandasque consideraba justas, aunque no alcanz a asumirla posicin de un dirigente del proletariado.

    Ello no disminuye en nada su talla derevolucionario, pues su tarea era la de alcanzar laindependencia, y en esta otorg a la clase obrera unpapel principal como integrante del sujeto de larevolucin. Pero, sobre todo, es su vertical posicinantimperialista, tambin a juicio de Carlos RafaelRodrguez, lo que hace de Mart un lderrevolucionario del siglo XIX ms cercano a nuestrotiempo, pues aunque no poda desentraar la esencialtima del fenmeno que apenas se iniciaba (comole fue posible hacerlo a Lenin varias dcadas despus,poseedor como era del mtodo marxista), pudo Martalertar genialmente a los pueblos latinoamericanosdel peligro que sobre ellos se cerna, en el contextode una teora revolucionaria que por ello mismomantiene su vigencia aun hoy en la Amrica Latina.

    Fidel Castro fue capaz de comprender que gracias a laexistencia del socialismo en la URSS, la correlacin de fuerzasera favorable para el triunfo de una revolucin que no podainicialmente, no obstante, poner en evidencia su ulteriordesarrollo socialista ni renunciar a l, confiado en la tesis deque la propia revolucin conducira al esclarecimientoideolgico de las masas populares que deban asumir sudireccin.

  • 54

    Olivia Miranda

    Jos Mart: autor intelectual (a modo deconclusiones)

    En el discurso que Fidel Castro pronunci conmotivo del centenario del natalicio de Lenin,afirmaba:

    Hay que decir que el desarrollo del pensamientorevolucionario estuvo influido fuertemente por lastradiciones de nuestro pas... por la historia de nuestropas, por las luchas emancipadoras de nuestro pas. Ypuede decirse que la concepcin que inspir laestrategia revolucionaria que dio lugar al triunfode 1959 fue precisamente la unin, la hibridacinde una tradicin, de una experiencia peculiar denuestro pas con las ideas del marxismo y delleninismo.Un pas sin las tradiciones de Cuba y sin la historia deCuba, no habra podido arribar en esa fecha a untriunfo de esta naturaleza, a un avance de esanaturaleza. Pero un pas con las tradiciones de Cuba,sin las concepciones esenciales del marxismo-leninismo sobre todo en una serie de cuestionesfundamentales no habra podido tampoco, deninguna manera, arribar a un paso de avancesemejante.30

    Como se afirmaba en El leninismo en La historiame absolver,31 la especificidad creadora de laasuncin del leninismo en Fidel Castro, consisteprecisamente en la articulacin del ideario martianoy el marxismo y el leninismo en sus determinacionesesenciales.

    Del mismo modo podra afirmarse que lasingularidad de la apropiacin de las msrevolucionarias ideaciones martianas radica en laconcepcin del ncleo central que condiciona la sntesisque Mart realiza a fines de la pasada centuria entre lomejor de las tradiciones nacionales y continentales, y loms avanzado del acervo cultural de la humanidad quealcanz a conocer y estuvo en condiciones de asimilarcreadoramente: el problema de los nexos entre louniversal y lo singular en los procesos histricos reales yen su representacin ideal.

    Por ello mismo, entre otras razones, tal sntesis resultaantecedente de la que el propio Fidel Castro lleva a caboa mediados de esta centuria, la que le permite realizar, encondiciones nacionales e internacionales muy difciles,la revolucin nacional liberadora proyectada porMart, desde una nueva perspectiva tctica yestratgica, acorde con las nuevas circunstanciashistricas, que exigan su ulterior proyeccinsocialista.

    En medio de las consecuencias que la guerra fra yel macartismo generaron en el pas: desvertebracindel movimiento obrero y revolucionario; ofensivaideolgico-cultural imperialista que logra generalizar enel seno de las masas populares el fatalismo geogrfico,Fidel Castro fue capaz de comprender que gracias ala existencia del socialismo en la URSS, la correlacinde fuerzas era favorable para el triunfo de una

    revolucin que no poda inicialmente, no obstante,poner en evidencia su ulterior desarrollo socialistani renunciar a l, confiado en la tesis de que la propiarevolucin conducira al esclarecimiento ideolgicode las masas populares que deban asumir sudireccin. Todo ello implic un profundo anlisisde la coyuntura poltica nacional e internacional ydel proceso histrico cubano y universal, cuyaidentificacin con el mtodo marxista de anlisis noniega las races heursticas martianas.

    La evidencia de que ambas fuentes tericas se articulancreadoramente est presente en un texto de tantasignificacin como La historia me absolver , inclusoen la cuidadosa forma en que el contenido marxistay leninista del anlisis elude el lenguaje tradicionalde los comunistas en Cuba y en Amrica Latina, conla misma cautela con que Mart en su momento abordla problemtica antimperialista en su proyecto.

    Todo ello permite afirmar que con el asalto al CuartelMoncada se inicia, en el contexto de la evolucin delideal emancipador cubano, un tercer momento decambios tambin en lo se refiere a la articulacin entretradiciones nacionales y la ideologa del proletariado. Auncuando con toda razn se ha dicho que ni Mella ni Villenapueden ser considerados como mediadores entre elideario martiano y el marxismo y el leninismo, en elpensamiento de Fidel Castro, toda vez que su formacinideolgica transit por caminos propios;32 no hay queolvidar que ese proceso formador transcurri enmomentos de aguda lucha ideolgica, que se inicia luegode un proceso similar en las figuras que le habanprecedido; formaba parte del medio ambiente histricocubano del momento y tuvo en la Universidad de LaHabana y en el seno de las organizaciones polticas deoposicin una repercusin palpable, en momentos en queFidel Castro era dirigente estudiantil en la colina yformaba parte de la direccin de la Juventud Ortodoxa.En alguna medida los xitos, limitaciones y errores de lasfuerzas revolucionarias en esa etapa y su anlisis pasarona formar parte de la experiencia de Fidel Castro y debenhaber influido en cierta forma en la elaboracin de supropio proyecto, en el mismo sentido en que Mart, en sumomento, someti a crtica las luchas precedentes.

    De una forma u otra, en La historia me absolver seexpresan los rasgos esenciales que caracterizan este nuevomomento en la evolucin del ideal emancipador y laforma en que la experiencia de etapas precedentescontribuyen a que la articulacin entre tradicin ypensamiento universal se proyecte de forma msefectiva en la concepcin misma de la revolucin enaspectos de similar importancia:

    a) Como le ocurri a Mart en relacin con elreformismo, el anexionismo y el movimientoindependentista, Fidel Castro comprendi que lanueva fuerza revolucionaria tena que ganarespacio con actos y no con palabras, y deba surgirsin compromisos con las organizaciones polticastradicionales, incluido su propio partido, y de

  • 55

    El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la Repblica neocolonial

    54

    forma independiente del Partido SocialistaPopular (pues aunque este haba mantenido unainclaudicable posicin antimperialista, estabadiezmado por la represin, desvinculado, por lafuerza, del movimiento obrero, aislado de lasmasas por la propaganda imperialista) y porquede esa forma mantendra la necesaria libertad deaccin que ciertas concepciones preestablecidasle hubieran obstaculizado, adems de la necesidadde impedir que la reaccion imperialista se iniciasea destiempo.

    b) Tambin como Mart, la nueva fuerza revolucionariadeba elaborar un proyecto revolucionario losuficientemente amplio y movilizador, en aras deunir a todos los sectores sociales capaces deenfrentarse a la dictadura, sin exclusiones sectariasy que la lucha misma los condujera a asumirposiciones antimperialistas. Semejante programadeba dejar abiertas las puertas hacia una ulterioretapa socialista, como nica garanta delmantenimiento de la libertad y la soberana y elpropio desarrollo de la revolucin.

    c) Fidel Castro comprendi que la revolucin seiniciara en verdad cuando se derrotara a la tiranabatistiana y, como Mart, saba que en el proyectoinsurrecional mismo tenan que estar en cierneslas bases de la nueva sociedad. La estructurasocialista del sujeto de la revolucin excluaintencionalmente a todo receptor de plusvala, ylas leyes revolucionarias a implantar de inmediatogarantizaban la culminacin de la martianarevolucin nacional liberadora.33 Su gran aporte,entre otros, radic en la concepcin de que laprimera y segunda fase de la revolucin debantranscurrir ininterrumpidamente bajo la mismadireccin revolucionaria.

    d) La participacin del proletariado que Martconsider factor primordial de la revolucinen el proceso nacional liberador en un pasneocolonial y subdesarrollado, fue concebida porFidel Castro desde una concepcinprofundamente dialctica que tuvo en cuenta laspeculiaridades nacionales, y su garanta esencialestaba dada por el hecho de que la direccinrevolucionaria haba asumido el marxismo y elleninismo como ideologa junto a lo ms radicalde las tradiciones nacionales y por la participacindirecta de los obreros en la lucha en la Sierra yen el llano. Aunque al producirse el asalto alCuartel Moncada no estaba constituida an unaorganizacin revolucionaria, la insurreccincontaba con la incorporacin de las masaspopulares desde sus inicios mismos, del mismomodo que proyectaba la unidad con otrasorganizaciones revolucionarias de la cual el

    Ejrcito Rebelde fue gestor principal. Laslecciones del fracaso de la Revolucin de 1933fueron asimiladas plenamente. 34

    e) La lucha armada en las montaas, con laincorporacin del campesinado pobre y losobreros agrcolas, en conexin con unmovimiento revolucionario debidamenteorganizado, capaz de impulsar la lucha en lasciudades y de facilitar los recursos necesarios paradesarrollar la guerra revolucionaria con elconcurso econmico de las masas populares, tuvotambin en las tradiciones revolucionarias delpueblo cubano, especialmente en la concepcinde la revolucin de Jos Mart, una fuente deinspiracin, aunque adecuada a las nuevascondiciones histricas.

    Se ha dicho, con razn, que en La historia meabsolver se plasman creadoramente los elementosesenciales de la teora leninista de la revolucin, entreellos la denominada ley fundamental35: que losde abajo no quieran, y los de arriba no puedanseguir viviendo a la antigua; toda vez que Fidel Castrohaba comprendido que:

    a) por quedarse sin salida despus del 10 de marzo,sera imposible para el pueblo seguir viviendo,por lo cual tena ms cerca que nunca la salida;

    b) pese a la inercia coyuntural y el retraso de laconciencia poltica, era posible que las masascomprendieran la situacin existente si seencontraba el medio de crear una crisisgubernamental capaz de arrastrar a las masas msatrasadas a la lucha: el Moncada;

    c) conseguir el enfrentamiento del pueblo a ladictadura como tal y abrir brechas a cambios msprofundos, ms all de la vuelta a la viejanormalidad;

    d) la concepcin de un programa que respondiera alas exigencias histricas, llevando el empeorevolucionario a su punto mximo sin sobrepasarlo que permitan las concepciones objetivas ysubjetivas;

    e) la aplicacin creadora, adecuada a las condicionesinternas y externas, de la tesis del eslabn msdbi l .

    Se ha insistido, adems, en la original forma enque Fidel Castro interpret la tesis leninista de lanecesidad de que en la lucha misma pudieraconcientizarse al ejrcito de modo de incorporarparte de este a la revolucin, al romper en el casocubano con la idea de que una revolucin podahacerse con el ejrcito o sin l, pero nunca en contra,

  • 56

    Olivia Miranda

    de lo cual el propio juicio del Moncada y ms tardela actitud hacia las fuerzas armadas en la Sierra, fueronplasmaciones concretas36.

    No resulta imprescindible aunque sin duda serainteresante y til un estudio comparado entre loque hay en La historia me absolver de la teora dela revolucin de Mart y de Lenin, en lo que a puntoscomunes, y sus diferencias, por supuesto, se refiere,para concluir en que era perfectamente posible unaarticulacin coherente entre ambas concepciones, entanto se complementaban, para dar respuesta a lasnecesidades que la situacin histrico-concreta demediados de este siglo plante en Cuba a lageneracin revolucionaria del Centenario delnatalicio de Jos Mart, encabezada por Fidel Castro;siempre y cuando, la apropiacin de los elementosde una y otra se hiciera con el espritu crtico y creadorque el propio Mart exiga como condicin necesariaa la hora de asimilar lo ms revolucionario de lastradiciones nacionales y del acervo cultural de lahumanidad.

    Sin duda fue ese el espritu que anim al autorde La historia me absolver en la elaboracin delproyecto revolucionario en sus elementos tcticos yestratgicos fundamentales y en sus objetivos y finesinmediatos y mediatos, como culminacin de unproceso que, iniciado por la generacin del veintecon Mella y Villena a la cabeza, hizo posible que elmarxismo y el leninismo encontraran en lastradiciones revolucionarias nacionales, los asiderosnecesarios para que en la misma medida en que suslineamientos generales pasaron a formar parte delideario revolucionario, al ser asumidos por la partems consciente entre quienes devinieron sujeto dela revolucin, pudieran enraizarse en la culturanacional, reflejndose en la conciencia popularmediante la identificacin de la existencia de lanacin libre y soberana con el proyecto socialista acuyas conquistas el pueblo cubano, en su mayora,no est dispuesto a renunciar hoy.37

    Elementos claves de las ideaciones martianas nodebieron pasar inadvertidos para Fidel Castro: elpapel de la historia y del conocimiento del estadiopresente de los pueblos en el contexto de una pocadeterminada como fundamento de una polticarevolucionaria y cientfica; en poltica, lo real es loposible y lo que no se ve; las ciencias sociales, sindejar de atender a presupuestos tericos generales,se dirigen al estudio de las peculiaridades de cada pueblo;los preceptos generales no pueden aplicarse sin elconocimiento de lo especfico; la prctica determina landole de las medidas a implantar en la bsqueda desoluciones originales a problemas originales; la historiano se repite, pero su estudio crtico brinda elementos parala conformacin del proyecto revolucionario y delmodelo de sociedad al descubrir las leyes del devenir,puede contribuir a sembrar sentimientos y valores yconvertirse en arma ideolgica en la lucha emancipadora.

    Todo ello est presente en La historia meabsolver, y en nada contradice los presupuestosgenerales de la teora marxista y leninista.

    Notas

    1. En esta direccin hemos venido trabajando a propsito de unestudio de algunos aspectos de la obra de Carlos Rafael Rodrguezbajo el ttulo de Jos Mart en Carlos Rafael Rodrguez.

    2. No son los marcos de un estudio de esta naturaleza los mspropicios para el anlisis de los errores y aciertos del primer PartidoComunista de Cuba, que requerira un enfoque histrico generalde la etapa republicana. A este tema se han referido variosdirigentes de esta organizacin, entre ellos Fabio Grobart, BlasRoca y Carlos Rafael Rodrguez. Se han sealado, por ejemplo:cierta incapacidad para distinguir las posiciones revolucionariasde Guiteras en el contexto del reaccionario gobierno de Batista yGrau; la extempornea consigna en el orden estratgico de lafundacin de soviets a la cada de Machado, las momentneasconfusiones generadas por el brauderismo; el no haber preparadolas condiciones necesarias para el inicio de una eventualinsurreccin con posterioridad al golpe de Estado de 1952, auncuando se cont con esa posibilidad: el no haber podido librarsetotalmente de ciertas concepciones dogmticas que no contribuana la unidad por la que siempre lucharon, no obstante, loscomunistas. No solo la crtica de estos errores fue prueba delinters de asumir de forma creadora el marxismo y el leninismoen el contexto cubano; en esta direccin habra que destacar laincorporacin a la lucha insurreccional encabezada por FidelCastro, aun cuando inicialmente no se comprendi en toda suprofundidad las posibilidades reales de su proyectorevolucionario; o la decisin de disolver el Partido, luego deltriunfo de la Revolucin, para que sus miembros se incorporaranal proceso de unificacin de las organizaciones revolucionarias quedio origen en 1975 al Partido Comunista de Cuba, aun cuando unadeterminacin de esta naturaleza distaba mucho de las ideasprevalecientes entonces en el movimiento comunistainternacional. Una valoracin de la trayectoria de esta organizacinrequiere de un enfoque totalizador de las condiciones nacionalese internacionales en que naci y desarroll su labor, peroconsideramos acertada la afirmacin de Carlos Rafael Rodrguezen cuanto a que, si bien algunos errores fueron graves, el balancefinal de su actuacin es positivo. Vase Fabio Grobart, Preguntasy respuestas sobre los aos 30, en: Trabajos escogidos, La Habana:Editorial de Ciencias Sociales, 1980; Blas Roca, VIII AsambleaNacional (Partido Socialista Popular), La Habana: EdicionesPopulares, 1960; Carlos Rafael Rodrguez, Letra con filo, LaHabana: Editorial de Ciencias Sociales, 1985, Ediciones Unin,1987.

    3. Vase Carlos Rafael Rodrguez, A manera de excusa, en: Letracon filo, Op. cit., v 1.

    4. Vase Juan Gualberto Gmez, La Revolucin del 95, en:Antimperialismo y Repblica , La Habana: Editorial de CienciasSociales, 1970.

    5. Vase Historia del movimiento obrero cubano , La Habana:Editorial de Ciencias Sociales, 1985;t 1: 188.

    6. Vase Antimperialismo y Repblica , Op. cit.

    7. Vase Carlos Balio, Documentos y artculos , La Habana:Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la RevolucinSocialista, 1975.

    8. Vase Historia del movimiento obrero cubano , Op. cit.: 145.

  • 57

    El marxismo en el ideal emancipador cubano durante la Repblica neocolonial

    56

    9. Vase Julio Csar Gandarilla, Contra el yanqui , prlogo deJulio Le Riverend, La Habana: Editorial de Ciencias Sociales,1973 .

    10. Vase Carmen Almodvar, Antologa crtica de la historiografacubana (perodo colonial), La Habana: Editorial Pueblo y Educacin,1989.

    11. El estudio debe terminar con un anlisis de los principiosgenerales revolucionarios de Mart, a la luz de los hechos de hoy.El, orgnicamente revolucionario, fue el intrprete de unanecesidad social de transformacin de un momento dado. Hoy,igualmente revolucionario, habra sido quizs el intrprete de lanecesidad social del momento... Mart comprendi bien el papelde la Repblica cuando dijo a uno de sus camaradas de lucha...La Revolucin? La Revolucin no es la que vamos a iniciar en lamanigua, sino la que vamos a desarrollar en la Repblica. (JulioAntonio Mella, Documentos y artculos , La Habana: Editorial deCiencias Sociales, 1975: 269.

    12. Vase Julio Antonio Mella, Documentos y artculos, Op. cit.

    13. Vase Carlos Rafael Rodrguez, Emilio Roig de Leuchsenring,en: Letra con filo, Op. cit., t 3: 433-41.

    14. Vase Julio Antonio Mella, Glosas al pensamiento de JosMart, en: Documentos y artculos , Op. cit.

    15. Nueva York en junio, o Un drama terrible, o las que dedicaa la Conferencia Monetaria Internacional. (Vase Obras completas,Op. cit., t. XI-XII.

    16. Vase Rubn Martnez Villena, Poesa y prosa, La Habana,Editorial Letras Cubanas, 1978; vol. 2.

    17. Precisamente, el hecho de ocupar esa Secretara, que le permitedictar una medida tan radical, dio origen a la visin equivocadade la izquierda sobre su papel en el gobierno, al suponer quetena que ver con la aguda represin de la cual era Batista elresponsable desde la jefatura del Ejrcito. Ya fuera del gobierno,y al frente de Joven Cuba, organizacin antimperialista que creaGuiteras, se establecieron contactos entre este y la direccin delPCC con vistas a la unidad de ambas fuerzas en una accin comncontra la dictadura militar. El asesinato de Guiteras impidi surealizacin. El movimiento revolucionario haba aprendido unagran leccin: la necesidad de la unidad.

    18. Vase Pablo de la Torriente Brau, Pluma en ristre, La Habana:Editorial Letras Cubanas, 1973; El presidio modelo, La Habana:Editorial de Ciencias Sociales, 1975; Ral Roa, La Revolucin del30 se fue a bolina , La Habana: Editorial de Ciencias Sociales,1973, El fuego de la semilla en el surco , La Habana: EditorialLetras Cubanas, 1982.

    19. Vase Julio Le Riverend, La Repblica, dependencia yrevolucin, La Habana: Instituto del Libro, 1969; Carlos RafaelRodrguez, Letra con filo, Op. cit.

    20. Vase Historia del movimiento obrero cubano , Op. cit.

    21. Vase Juan Marinello, Mart escritor americano , La Habana:Imprenta Nacional de Cuba, 1962; Once ensayos martianos , LaHabana: Comisin Nacional Cubana de la UNESCO, 1962.

    22. Vase Los fundamentos del socialismo en Cuba , La Habana:Ediciones Populares, 1961. En esta obra aparece uno de losprimeros intentos de enfocar la historia de Cuba a partir de las

    concepciones marxistas en torno a la teora de la formacineconmico-social. Estudios ms recientes han matizado estasconclusiones preliminares. Ello, sin embargo, no resta valor al texto,no solo por el resto de su contenido, sino por el hecho mismo dehaber planteado el problema. Vase tambin Carlos RafaelRodrguez, Cuba en el trnsito hacia el socialismo, en: Letracon filo, Op. cit., t. 2; Mara del Carmen Barcia, Burguesaesclavista y abolicin , La Habana: Editorial de Ciencias Sociales,1987 .

    23. Vase Mart, revolucionario radical de su tiempo, en: Casade las Amricas, 1973;13(76): 10-21.

    24 . Vase Ca r lo s Ra f ae l Rodr guez , Le t r a c o n f i l o , Op .c i t . , t 3 . Intencionalmente hemos excluido de este estudioJos Mar t , contemporneo y compaero , junto a o t rosa r t cu los de l au tor sobre Mar t , toda vez que nos hemosc i r cunsc r i to a l pe r odo repb l i cano . Vase Car los Rafae lRodr guez , Le t r a c o n f i l o , Op . c i t . , t 3 : 25 -49 , 463 -7 .

    26. No es posible dejar de mencionar, si de enfoque marxista dela historia de Cuba se trata, a autores de la importancia de SergioAguirre y Julio Le Riverend, contemporneos de Carlos RafaelRodrguez e iniciadores de los trabajos conducentes a esa nuevahistoria que el autor consideraba necesario emprender hacia 1943.Vase Sergio Aguirre, Eco de caminos, La Habana: Editorial deCiencias Sociales, 1974; Julio Le Riverend, Historia econmicade Cuba, La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1974.

    27. Vase Carlos Rafael Rodrguez, Letra con filo, Op. cit., t 3.

    28. Ibid.

    29. Ibid.

    30. Fidel Castro Ruz, Discurso en el Centenario del natalicio deLenin, La Habana: Ediciones COR, 1970.

    31. Vase Mirta Aguirre, Isabel Monal y Denia Garca Ronda, Elleninismo en La historia me absolver, La Habana: Editorial de CienciasSociales, 1980.

    32. Vase Carlos Rafael Rodrguez, Jos Mart contemporneo ycompaero, en: Letra con filo, Op. cit., t 3: 227-53.

    33. Vase Fidel Castro Ruz, La historia me absolver, La Habana:Ediciones Polticas, 1967.

    34. Vase Ral Castro Ruz, Discurso en el VIII Aniversario del 26de Julio, La Habana: Ediciones COR, 1964; Fidel Castro RuzDiscurso en la Universidad Carolina de Praga, junio 22 de 1972,La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1972; Carlos RafaelRodrguez, Cuba en el trnsito al socialismo, en: Letra con filo,Op. cit., t 2: 293-407.

    35. Vase Mirta Aguirre, Isabel Monal y Denia Garca Ronda, Elleninismo en La historia me absolver, Op. cit.

    36. Ibid.

    37. Vase Olivia Miranda, Jos Mart en Carlos Rafael Rodrguez ,(en proceso editorial).

    ' , 1995.