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Tomo Obra de Freud
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7/21/2019 05 vol III-6-
http://slidepdf.com/reader/full/05-vol-iii-6- 1/2
(Ver nota(1))
Nota introductoria(2)
En respuesta a deseos reiteradamente manifestados, me decidí a ofrecer a los colegas unacompilación de trabajos breves sobre las neurosis que publiqu desde 1893. !on catorceensa"os de corta e#tensión$ la ma"oría tienen el car%cter de unas comunicacionesprovisionales que se inclu"eron en repertorios científicos o revistas mdicas, tres de ellas en
lengua francesa& 'as dos ltimas, " mu" sucintas, e#posiciones de mi punto de vista actualsobre la etiología " la terapia de las neurosis (*** " *V) 1 est%n tomadas de las conocidas
obras de '& '+enfeld, Die psychischen Zwangserscheinungen -.enómenos psíquicosobsesivos/, 1904, y Sexualleben und Nervenleiden -Vida se#ual " afección nerviosa/,
190! las 0abía redactado a pedido del autor, que es amigo mío&
(ver nota)()
Esta recopilación es preparatoria " complementaria respecto de publicaciones mías m%se#tensas que tratan sobre los mismos temas "s#udi$s s$bre la his#eria (en colaboración con
el doctor 3& 4reuer), 189%! &a in#erpre#aci'n de l$s sue($s, 1900! g)a de la vida
c$#idiana, 1901 y 1904! "l chis#e y su relaci'n c$n l$ inc$ncien#e, 190%! *res ensay$s de
#e$r)a sexual, 190%! 5.ragmento de an%lisis de un caso de 0isteria6, 190%. 7ue encabece losbreves ensa"os aquí reunidos con la despedida a 3&89& :0arcot no est% destinado sólo a
cumplir con un deber de gratitud, sino a destacar el punto en que mi propio trabajo diverge delpromovido por el maestro&
; quien est familiari<ado con el desarrollo del conocimiento 0umano no le asombrar% enterarsede que a0ora 0e superado una parte de las opiniones aquí sustentadas, " 0e sabido modificar la otra& No obstante, mantengo sin cambios lo m%s de ellas, " en verdad no debo retractarme
de nada que fuera completamente erróneo o carente de todo valor& (ver nota)
(=)
+sic$pa#$l$
7/21/2019 05 vol III-6-
http://slidepdf.com/reader/full/05-vol-iii-6- 2/2
2
-harc$#
Notaintroductoria(>)
una naturale<a artísticamente dotada$ era, como l mismo se nombraba, un visuel, un
vidente& ;cerca de su manera de trabajar nos refería esto solía mirar una " otra ve< las cosas
que no conocía, refor<aba día tras día la impresión que ellas le causaban, 0asta que de pronto
se le abría el entendimiento(?)& @ era que entonces, ante el ojo de su espíritu, se ordenaba el
aparente caos que el retorno de unos síntomas siempre iguales semejaba$ así surgían los
nuevos cuadros clínicos, singulari<ados por el enlace constante de ciertos grupos de
síntomas$ los casos completos " e#tremos, los 5tipos6, se podían recortar con el au#ilio de
una suerte de esquemati<ación, " desde los tipos el ojo perseguía las largas series de los
casos menos acusados, las /$res /rus#es82, que terminaban por perderse en loindistinto desde este o est8otro rasgo característico& ; este trabajo intelectual, en que no
reconocía iguales, lo llamaba
5cultivar la nosografía6$ " era su orgullo& !e le oía decir que la m%#ima satisfacción que un0ombre puede tener es ver algo nuevo, o sea, discernirlo como nuevo, " volvía siempre, en
puntuali<aciones una " otra ve< repetidas, sobre lo difícil " meritorio de ese 5ver6& !e
preguntaba por qu en la medicina los 0ombres sólo veían aquello que "a 0abían aprendido a
ver$ se decía que era asombroso que uno pudiera ver de pronto cosas nuevas 8nuevos
estados patológicos8 que, empero, eran tan viejas como el gnero 0umano$ " l mismo debía
confesar que a0ora veía muc0as que durante treinta aAos tuvo ante sí en las salas deinternados, sin que atinase a verlas, ; un mdico no 0ace falta seAalarle la rique<a de formas
que la neuropatología
3&89& :0arcot fue sorprendido el 1B de agosto de este aAo por una muerte sbita sin previoac0aque ni enfermedad, tras una vida feli< " coronada por la fama& :on ello, la joven ciencia
de la neurología 0a perdido prematuramente a su m%#imo promotor$ los neurólogos de todos
los países, a su maestro, " .rancia, a uno de sus primeros 0ombres& Cenía sólo BD aAos, " su
vigor físico " la lo<anía de su espíritu, coincidentemente con sus no disimulados deseos,parecían destinarlo a aquella longevidad que 0a cabido en suerte a no pocos trabajadores
intelectuales de este siglo& 'os esplndidos nueve volmenes de sus euvres c$pl#es, enque sus discípulos 0an recopilado sus contribuciones a la medicina " la neuropatología, m%s
las le5$ns du ardi
-'ecciones de los martes/, informes anuales de su labor clínica en la !alptrire, " otras obrastodavía$ todas estas publicaciones sumadas, digo, que ser%n siempre dilectas para la ciencia "para los discípulos de :0arcot, no pueden sustituirnos al 0ombre, quien tenía muc0o m%s que
dar " enseAar an, este 0ombre " estas obras a quien nadie se acercó sin cosec0ar fruto&
!us grandes #itos le causaban 0onesto " 0umano regocijo, " le gustaba contar sus
comien<os " el camino transitado& El rico material de los 0ec0os neuropatológicos, por completo ignorado en esa poca, despertó su temprana curiosidad científica$ ocurrió "a,
segn l contaba, siendo un joven in#erne. For ese tiempo, toda ve< que visitaba con su
mdico jefe uno de los departamentos de la !alptrire (instituto asistencial de mujeres)
" recorría esa selva de par%lisis, espasmos " convulsiones que 0ace cuarenta aAos no
0abían sido bauti<ados ni eran entendidos, solía decirse 6audrai# y re#$urner e# y res#er2!y cupli' su palabra& Gesignado 7decin des hpi#aux, procuró enseguida ingresar en uno
de aquellos departamentos de la !alpHtrire, que albergaban a las enfermas nerviosas$ "
una ve< que lo 0ubo conseguido, permaneció allí, sin usar del derec0o que en .rancia
permite al 7decin des hpi#aux cambiar, en turnos regulares, de 0ospital " de departamento," por tanto de especialidad&
;sí, aquella primera impresión que recibió, " el designio que ella le 0i<o concebir, fuerondeterminantes para su ulterior desarrollo& @ disponer de un gran material de enfermosnerviosos crónicos le permitió emplear su singular talento& No era un cavilador, no era un
pensador, sino
ganó gracias a l, ni la agude<a " seguridad de diagnóstico que sus observaciones
posibilitaron&En cuanto al discípulo que en su compaAía recorría durante 0oras las salas de la !a*pHtrire,
ese museo de 0ec0os clínicos cu"o nombre " definición provenían en buena parte de l
mismo, no podía menos que acordarse de :uvier, cu"a estatua frente al 3ardin des Flantes(I)
muestra al gran conocedor " describidor del mundo animal rodeado por multitud de figuras
<oológicas, o bien del mito de ;d%n, quien vivió acaso en medida suprema ese goce
intelectual e#altado por :0arcot, cuando Gios le presentó el mundo vivo del paraíso para que lo
separara " lo nombrara&
@ :0arcot nunca cesó de abogar por los derec0os del trabajo puramente clínico, que consisteen ver " ordenar, contra los desbordes de la medicina teórica& :ierta ve< est%bamos reunidosun pequeAo grupo de e#tranjeros, formados en la fisiología acadmica alemana, " lo
fastidi%bamos objetando sus novedades clínicas 5Eso no puede ser 8le opuso uno denosotros8, pues contradice la teoría de @oung Jelin0olt<6& No replicó 5Canto peor para la teoría$los 0ec0os de la clínica tienen precedencia6, o cosa parecida, pero nos dijo algo que noscausó gran impresión 5'a #h7$rie, es# b$n, ais 5a n:ep;che pas d:exis#er. (ver nota)
(1K)
Gurante muc0os aAos dictó :0arcot la c%tedra de anatomía patológica en Farís$ " sin tener puesto alguno, como un que0acer colateral, desarrollaba sus trabajos " sus conferencias deneuropatología, que pronto le dieron fama tambin en el e#terior& @L bien, para la neuropatología
fue una suerte que el mismo 0ombre pudiera tomar la conducción en ambas instancias,creando por un lado, mediante la observación clínica, los cuadros nosológicos, " por el otroponiendo de manifiesto, tanto en el tipo como en la e /rus#e, idntica alteración anatómicacomo base de la afección& !on de todos conocidos los #itos que este mtodo anatomoclínico
de :0arcot obtuvo en el campo de las patologías nerviosas org%nicas, la tabes, la esclerosismltiple, la esclerosis lateral amiotrófica, etc& ; menudo 0i<o falta una paciente espera de aAos0asta comprobar la alteración org%nica en el caso de estas afecciones crónicas que no llevandirectamente a la muerte, " sólo un asilo para inv%lidos, como la !alpHtrire, podía permitirse
seguir " retener a los enfermos por lapsos tan prolongados& (ver nota)(11) Es cierto que:0arcot 0i<o la primera comprobación de esta índole antes que pudiera disponer de undepartamento
/$r