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E. Ponce de Len, C. Cruz, J. Mateo, R. GonzÆlez, A. ValdØs, E. FernÆndez, A. FernÆndez 70 Pensar el ambiente Cary Cruz Eneyde Ponce de Len JosØ Mateo Roberto GonzÆlez Angel ValdØs Enrique FernÆndez Armando FernÆndez Cary Cruz: Comencemos por algunos conceptos bÆsicos. ¿QuØ es el pensa- miento ambientalista? ¿Cmo se define? JosØ Mateo: Hay tres niveles a considerar en el pensamiento ambientalista. Un primer nivel terico que responde a la elaboracin cientfica y conceptual por parte de acadØmicos y especialistas. Un segundo nivel, que es el de aquellos que participan en la toma de decisiones y en la planificacin, el de los polticos, los funcionarios de las diferentes entidades estatales, y no estatales, que tienen que ver con el medio ambiente; es el nivel de los planificadores, de quienes tienen que ver con la toma de decisiones y a veces tambiØn de los activistas de organiza- ciones ambientalistas o ecologistas. Y un tercer nivel, el de la poblacin, lo que esta entiende, su percepcin sobre la problemÆtica ambiental, relacionada con el concepto conciencia ambiental, de Øtica ambiental; es decir, con un conjunto de nociones perceptuales y de comportamiento de la sociedad y de los grupos humanos. En cuanto al concepto de medio ambiente, este ha sufrido una evolucin. Durante mucho tiempo se identific al medio ambiente con el medio natural, el medio biofsico fundamentalmente. A veces se adoptaba una posicin reduccionista, biologicista, como la relacin entre el organismo y el medio bitico y abitico que serva de base existencial. Posteriormente, se comienza a hablar del medio ambiente de un modo mÆs amplio, mÆs complicado, se enfatiza la relacin entre la sociedad y el medio que le sirve de base para su actividad , no. 3: 70-87, julio - septiembre, 1995.

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CUBA, POESIA

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  • E. Ponce de Len, C. Cruz, J. Mateo, R. Gonzlez, A. Valds, E. Fernndez, A. Fernndez

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    Pensar el ambiente

    Cary CruzEneyde Ponce de Len

    Jos MateoRoberto Gonzlez

    Angel ValdsEnrique Fernndez

    Armando Fernndez

    Cary Cruz: Comencemos por algunos conceptos bsicos. Qu es el pensa-miento ambientalista? Cmo se define?

    Jos Mateo: Hay tres niveles a considerar en el pensamiento ambientalista. Unprimer nivel terico que responde a la elaboracin cientfica y conceptual porparte de acadmicos y especialistas. Un segundo nivel, que es el de aquellos queparticipan en la toma de decisiones y en la planificacin, el de los polticos, losfuncionarios de las diferentes entidades estatales, y no estatales, que tienen quever con el medio ambiente; es el nivel de los planificadores, de quienes tienenque ver con la toma de decisiones y a veces tambin de los activistas de organiza-ciones ambientalistas o ecologistas. Y un tercer nivel, el de la poblacin, lo queesta entiende, su percepcin sobre la problemtica ambiental, relacionada conel concepto conciencia ambiental, de tica ambiental; es decir, con un conjuntode nociones perceptuales y de comportamiento de la sociedad y de los gruposhumanos.

    En cuanto al concepto de medio ambiente, este ha sufrido una evolucin.Durante mucho tiempo se identific al medio ambiente con el medio natural, elmedio biofsico fundamentalmente. A veces se adoptaba una posicinreduccionista, biologicista, como la relacin entre el organismo y el medio biticoy abitico que serva de base existencial. Posteriormente, se comienza a hablardel medio ambiente de un modo ms amplio, ms complicado, se enfatiza larelacin entre la sociedad y el medio que le sirve de base para su actividad

    , no. 3: 70-87, julio - septiembre, 1995.

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    existencial. En este caso se aprecia el flujo de relaciones entre la sociedad y lanaturaleza que lo sostiene, el comportamiento, la actitud perceptual, los flujos,las relaciones espaciales, ambientales, sentimentales, perceptivas. Se ve no sola-mente el medio desde su posicin puramente natural, sino de manera ms com-pleja, de cmo ese medio sirve de fuente de existencia y de percepciones para laactividad de la sociedad, y cmo la sociedad interacta con ese medio.

    A partir de esta tipologa del medio ambiente, podramos ir al concepto demedio ambiente urbano. Este constituye un medio construido, una segunda otercera naturaleza, sobre la base de la primera naturaleza de la cual habl Marx.El habitat ha sido construido por las actividades humanas que le sirven de sus-tento para el desarrollo de la concentracin urbana, ms all de ese medio fsicoextremadamente transformado, en el cual el hombre se desenvuelve. Este serael referencial terico-conceptual con el cual generalmente se trabaja la proble-mtica ambiental.

    Roberto Gonzlez: Siguiendo la tnica de Mateo, es interesante ver a partir decundo en nuestro pas empieza a tomar importancia la problemtica ambien-tal. En la dcada de los 70, y hasta principios de los 80, la problemtica ambien-tal no dispona de espacio, porque se consideraba que en todo tipo de proyectoque se ejecutaba se le tena en cuenta, y que no se iba a alterar el orden vigente.Sin embargo, a partir de la dcada de los 80 comenzaron los cuestionamientos.La Facultad de Geografa de la Universidad de La Habana desarroll un proyectoimportante en la regin norte de Oriente que abord todos los problemas decontaminacin y degradacin del medio. Se desata, entonces, el boom de losproblemas y estudios ambientales en el pas. Esto guardaba relacin con lo queestaba sucediendo a nivel internacional, aunque ya la preocupacin exista y losestudios venan realizndose desde dcadas anteriores. En el decenio de los 90,prcticamente todo es medio ambiente. La problemtica ambiental ha pasado acaracterizar la discusin acadmica actual. Si se renen economistas para hablarde desarrollo sustentable, la variable del medio ambiental pasa a un primer pla-no. Si se renen antroplogos, socilogos, gegrafos, pasa lo mismo.

    Todava la percepcin que tenemos del medio ambiente en Cuba, en laesfera intermedia a la que haca referencia Mateo, requiere darle un viraje. Tene-mos que impulsar la idea de que el medio ambiente es un factor capaz de pro-mover y potenciar el desarrollo, siempre y cuando el hombre tenga en cuentalas particularidades inherentes a cada comunidad y territorio, as como sus dife-rencias para valorar las potencialidades de ese desarrollo.

    En primer lugar, quera dejar claro aqu la ubicacin del problema am-biental. En segundo lugar, que aunque estamos avanzando, tenemos dificulta-des todava en cuanto a que el ambiente se considere como un factor de desa-rrollo. Estamos luchando porque el ambiente pase a convertirse en un factor dedesarrollo, en un factor que promueva la asimilacin de nuevos territorios, quepotencie el desarrollo econmico en diferentes regiones de nuestro pas.

    Angel Valds: Mateo hablaba de tres niveles de pensamiento. Se refiri a lacultura ambiental, a una segunda naturaleza construida por el hombre, y a lasrelaciones, no solamente materiales, sino espirituales y culturales que se esta-blecen y que forman parte de este concepto amplio de medio ambiente. Todavase percibe cierta falta de concertacin entre los diferentes niveles de ese pensa-miento ambientalista, lo que provoca una falta de concertacin econmica, y enel marco de una gestin ambiental a nivel local, sea en la ciudad o en el mediorural .

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    Ese es un elemento que invita a la polmica y a la discusin. Hay una seriede actores que tienen su percepcin propia de los problemas ambientales. Faltala necesaria concertacin y colaboracin en este campo.

    Enrique Fernndez: Quisiera seguir el hilo de lo que Roberto estaba plantean-do en relacin con la actualidad que toma en Cuba, al final de la dcada de los80 y en la dcada de los 90, el tema del medio ambiente. Esto ocurre cuandolos problemas del medio ambiente toman una dimensin poltica mundial. EnEuropa, haca aos que venan organizndose partidos polticos que toman labandera ecologista como centro de su lucha.

    La dimensin poltica que mundialmente tienen los problemasmedioambientales, y lo que nos llega a nosotros de todo ese movimiento, tieneuna influencia notable en el peso del medio ambiente en nuestro pas.Quiero hablar del medio ambiente como punto de llegada, no como punto departida. Y quiero hablar de una experiencia muy especfica del Plan Director deCiudad de La Habana. Hace siete aos hicimos un estudio bastante detallado deeste Plan. En este trabajo se analiz no solamente la ciudad y sus problemas;sino cmo se vena actuando sobre la ciudad y hasta qu punto haban sidoefectivas las acciones que se venan realizando. Una de las conclusiones fue queen temas tan importantes como la vivienda y el medio ambiente, sobre todo enlo relacionado con la contaminacin de las aguas, no haba, dentro de la estruc-tura de los presupuestos y de los recursos financieros, medios para poder en-frentar estos problemas.

    Eso nos llev a un anlisis de los recursos que la ciudad poda aportar a lasolucin de sus propios problemas. El primero en discutirse fue el recurso hu-mano. Tenemos una eficiencia muy baja en cuanto al aprovechamiento de losrecursos laborales: aproximadamente el 50 %. Considerbamos que solo por lava de un aprovechamiento medianamente aceptable de los recursos laboralesaqu, en Ciudad de La Habana, haba un potencial humano explotable. Y quehaba recursos locales de dos tipos: en el reciclaje de los residuales, de todos losresiduales que se producen en la ciudad (industriales, agropecuarios, domsti-cos); y en los recursos naturales que existen en la ciudad en lo referente a mate-riales de tierra, arcilla, arenizca, productos que podran ser utilizados para laconstruccin.

    Todo esto nos llev a concebir las posibilidades de mejorar las condicio-nes de la poblacin que vive en la ciudad de La Habana, a partir de la explota-cin de los recursos locales. Profundizando un poco ms, nos dimos cuenta deque haba tambin la posibilidad de desarrollar una economa local capaz deproducir mercancas.

    En este proceso de razonamiento, vimos que si queramos que esos recur-sos fueran empleables como parte de la vida de la propia comunidad, haba quelograr un equilibrio aceptable entre su explotacin y su conservacin.

    La cuestin del reciclaje de todos los residuales nos llevaba a una concep-cin medioambientalista del problema urbano en la localidad. El uso de losresiduales en trminos de organizacin y limpieza de la localidad induca unaespecie de cultura urbana de carcter ecologista. Cuando el Proyecto de la ciu-dad se encaraba sobre la base de estos principios, resultaba otra cosa. Llegamosa la conclusin de que para poder hacer todo esto haba que descentralizar elplaneamiento y la gestin.

    He tratado de hacer una especie de recuento de cmo, a partir de unanlisis, que nosotros pretendamos que fuera objetivo, de los problemas de laciudad, llegamos a una concepcin ecolgica o medioambientalista del compor-

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    tamiento urbano. En esto, despus, hemos trabajado muchsimo, en todos lomunicipios, pero solamente a nivel de diagnstico, de propuesta, de proyecto.Precisamente por la falta de autonoma en las localidades, hay muy pocas reali-zaciones, aunque existe un alto nivel de recepcin en esas propias localidadesen relacin con esos temas.

    La organizacin de la economa en la localidad puede ser complementariade la economa global. Esta economa local explotara reas econmicas que hanestado congeladas durante estas ltimas dcadas. Esta sera una posibilidad deponer en movimiento recursos que, si no es a partir de la accin de la propialocalidad, no se podran poner en marcha. Son recursos que se pueden explotarcon inversiones mnimas extralocales.

    La explotacin de estos recursos locales como una economa complemen-taria de la global, y con una intencin dirigida a mejorar las condiciones de vidade la localidad, dira que es necesariamente ambientalista, porque de otra mane-ra resulta imposible que se pueda sostener en el tiempo. Esto entronca con laconcepcin que en los ltimos aos se ha venido popularizando en el mundoacerca del desarrollo sostenible.

    Armando Fernndez: Quisiera retomar un aspecto que toc Enrique con res-pecto a la cuestin de la actividad poltica y el pensamiento ambientalista. Efec-tivamente, en Europa existe un fuerte movimiento ambientalista, que est pre-sente en todos los espectros polticos, incluidas las derechas en cierta medida,aunque indudablemente tiene su mayor peso en el espectro de la izquierda.Tambin en Amrica Latina y en el Caribe han surgido, en las ltimas dos dca-das, movimientos sociales que, por las crisis econmicas que han padecido estospases y la modificacin de sus estructuras sociales, tienen una matrizambientalista y presentan diversas perspectivas de los problemas ambientales.

    A diferencia del fenmeno europeo, que en gran medida es unambientalismo conservacionista, en Amrica Latina este ambientalismo, queMartnez Alier llama ambientalismo de los pobres, ha tomado un matiz alter-nativo con las polticas centrales, y le est dando algunas respuestas de efectivi-dad econmica y solucin a muchos problemas, y motivando nuevasconceptualizaciones. Se ha percibido algo as como el surgimiento de unecodesarrollo. Y han surgido diversos movimientos que ya son internacionales,no solo en Amrica Latina, como el ecofeminismo, el ecosocialismo, y que enAmrica Latina toman otra dimensin en este espacio del ambientalismo de lospobres.

    Este proceso social y poltico se seguir desarrollando en el mbito latino-americano, creando espacios alternativos de actuacin popular. Ya existe unaserie de lderes, e incluso martires del ambientalismo, como Chico Mndes enBrasil, o una lder ambientalista en Honduras que fue asesinada recientementepor sus acciones de proteccin frente a la privatizacin de reas protegidas en elAtlntico hondureo, y que fue vctima de los intereses de latifundistas que pre-tendan comprarle al gobierno esta rea protegida. Todos estos lderes de baseestn realizando una labor poltica muy callada, referida a sus bases sociales, ydisputando un espacio de accin poltica a los sectores tradicionales de la polti-ca latinoamericana. En Repblica Dominicana tambin existe este fenmeno,con la presencia de organizaciones populares, como COPADEBA, por ejemplo,que actan en los barrios perifricos de la capital dominicana. En Amrica Lati-na, existe una nueva dimensin, a finales de este siglo, de lo que puede ser unproyecto poltico a ms largo plazo para el siglo XXI.

    En cuanto a nuestra realidad, en Cuba estamos en una situacin, conse-

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    cuencia de la crisis econmica que vive el pas y por la necesidad de repensartoda una serie de posibilidades, de acciones econmicas, educativas y culturalesque puede llevar a profundizar en un pensamiento ambientalista que todava esincipiente en el pas, pero que tiene muchas posibilidades de asentarse como unvigoroso pensamiento de accin dentro de la comunidad, dados nuestros nive-les educacionales y de participacin y por las posibilidades de relaciones noconflictivas, sino complementarias, con los gobiernos locales, tanto en los con-sejos populares como en los gobiernos municipales. Se pueden crear espaciosde actuacin poltica que desarrollen una nueva forma de percepcin de la po-blacin sobre sus problemas y su solucin, respetando la armona con el entor-no .

    Eneyde Ponce de Len: La creacin de los espacios polticos a que se refiereArmando nos remite al problema del planeamiento: una forma de encauzar elpensamiento ambientalista ha sido a travs de los procesos de planificacin,que, despus de todo, no son sino el vnculo entre el conocimiento y la accin.Desde su surgimiento como actividad que ordena y jerarquiza las necesidades,fue pasando por diferentes estadios, de acuerdo con circunstancias histricasespecficas, desde el pensamiento keynesiano y el Estado benefactor, hasta losrecientes modelos neoliberales.

    Con la prdida de determinados paradigmas que guiaron el planeamientodurante dcadas, este vuelve ahora con una fuerte connotacin ambiental, en lamisma medida en que se ha ido fortaleciendo la conciencia ambientalista, preci-samente a contrapelo de las tendencias neoliberales.

    Por otra parte, la degradacin que va teniendo la Tierra no se poda dejaral albedro ni de los polticos ni de las transnacionales; se aprecian demasiadoshechos manifiestos de que hay que volcar una atencin mayor en la defensa delplaneta. Ese es el modo de pensar que se manifiest en la Cumbre de Ro: pen-sar de manera global y actuar localmente.Hace poco deca Mateo en el Consejo de Iglesias: ...el hombre vive en y delmedio ambiente... No se trata de algo particular, como del sector industrial ode cualquier otro, sino de algo que va ms all de cualquier frontera y que nosinvolucra a todos.

    Ahora bien, entre nosotros, en la Cuba de hoy, existe realmente una acti-tud ambientalista? Creo que s hay manifestaciones que pudieran llamarseambientalistas en la comunidad.

    Por una parte, surgen de las necesidades que ha impuesto el perodoespecial, pero no se inscriben en una poltica ambiental, que me parece total-mente deficiente, poco sistemtica y consistente; ni se corresponden con unaeducacin ambiental coherente con nuestros propios preceptos. Por la otra, sehan formado de espaldas, cuando no a contrapelo, de nuestras propias tcnicasde planificacin. Los componentes ecolgicos siempre han estado presentes, y aveces con carcter protagnico, en nuestros planes directores o proyectos terri-toriales y, de cierta forma, nuestro modelo de desarrollo ha sido contenedor deuna prctica continua de orden ecolgico. Sin embargo, no fuimos capaces dedesarrollar estas ideas ni de instrumentarlas eficientemente, y se fueron diluyen-do en la medida en que la concepcin tecnocntrica de nuestro trabajo se fueafianzando. El papel que se le asign a la poblacin y a la comunidad fue de entepasivo, administrado; nunca de agente consciente del cambio ambiental.

    No nos han faltado nobles intenciones en el tratamiento del ambiente:grandes planes de reforestacin, campaas de reciclaje, creacin de la Comisindel Medio Ambiente y Recursos Naturales, normas de todo tipo; y sus principios

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    estn reflejados en nuestra Constitucin, en los lineamientos econmicos de losplanes quinquenales, en los programas del Partido, en los programas educacio-nales. Pero uno se pregunta, cmo es posible, si somos capaces de hacernosabanderados de tantos principios, por qu luego no somos capaces de actuarcoherentemente a nivel local, que es lo ms simple, en el cuidado del rbol queusted tiene frente a su casa, en la basura que va a botar, en el respeto y cuidadode la fauna y los animales urbanos, en las pequeas actitudes de la vida cotidia-na?

    El perodo especial fren procesos lesivos al medio ambiente. Tenamosesquemas de desarrollo abocados al gigantismo, a los megaproyectos: el metro,las grandes zonas industriales, las grandes plantas de tratamiento, los grandessistemas de disposicin de residuales, lquidos y slidos. Con el perodo espe-cial y la crisis energtica hubo que buscar soluciones alternativas y frmulasque s pueden ser viables a partir de la escala de la comunidad. Y esto, aunquetal vez los pobladores ni lo perciban, conduce a tener o desarrollar una actitudambientalista.

    Hay un ideograma chino que se llama Wei-ji; significa crisis y se forma pordos conceptos: riesgo y oportunidad. La crisis es un riesgo, pero a la vez unaoportunidad: es un riesgo para aquel que no es capaz de encararlo, que se para-liza; una oportunidad para el que es capaz de mirarla de frente, de repensar supropio papel, de renovarse. Entonces esta es una etapa en que se pueden hacermuchas cosas. Que se interiorice el pensamiento ambientalista por la va de lanecesidad puede ser un hecho positivo, vlido. Pero hay que saber identificarlobien, desarrollarlo y encauzarlo, para que no nos pase como con otras influen-cias o circunstancias que no hemos sabido aprovechar. Esto nos conduce a laconsideracin de que ahora la oportunidad est en la comunidad, en la identifi-cacin y el desarrollo de sus potencialidades en trminos de recursos naturalesy de capacidades intelectuales, y en la bsqueda de soluciones que, mientrasden respuesta a sus problemas, desarrollen al mismo tiempo ese pensamiento,esa cultura ambientalista.

    Cary Cruz: La tendencia en todo este tiempo, durante estos 35 aos, a pesar detodas las opiniones expresadas, era lograr ese pensamiento ambientalista en lacomunidad. Si bien en los planes directores, y en los esquemas de desarrollo seestudiaba por separado el medio ambiente como tal, y digamos, el saneamientode los ros o de la baha, no es menos cierto que lo que se quera era que la gentellegara, por ejemplo, a una reunin de la circunscripcin y dijera: por qu sepodaron los rboles de esa forma?. Y eso no lo hemos logrado. Hay un aspectosignificativo en este sentido, y es el de la participacin real de la comunidad enlos proyectos que se llevan a cabo, en las decisiones econmicas, polticas, socia-les. Esa participacin tenemos que analizarla; si ha sido real o formal. Cmobamos a formar a alguien que no decida? Todo estaba centralizado, todo erapaternalista. No se ha participado realmente, no se ha tenido informacin. Yesta es necesaria para conocer el criterio de la comunidad, para enriquecer esasacciones con el criterio de la comunidad. Lo ms que hemos logrado es unaparticipacin muy limitada de la comunidad en ese anlisis, pues no tena lainformacin, no participaba en las decisiones, no conoca cul era la solucinque se le iba a dar a los problemas, y cuando se adoptaba alguna la reciba desdearriba. Creo que debiramos profundizar un poco en cuanto a esto.

    Eneyde Ponce de Len: En estos momentos se habla de ecodesarrollo, de de-sarrollo sostenible, de economa ecolgica, etctera. Creo que ms como una

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    moda que como una muestra de la interiorizacin de lo que en verdad estosconceptos encierran. La apropiacin de estos conceptos implica un cambio pro-fundo en la actitud poltica, econmica, social, porque conlleva a hacer un ma-nejo diferente de todos los recursos y del modo de vida. Pero estos trminos seestn empleando indiferenciadamente por especialistas, dirigentes, periodistas...sin conocer en verdad su esencia. Han comenzado a emplearse como una ten-dencia ms, y por aadidura con tintes milagrosos. Ya es frecuente escuchar oleer noticias como: en tal lugar se ejecuta tal cosa para lograr el desarrollosostenible...; o titulos de trabajos tcnicos que, cuando uno entra en su anli-sis, lo nico que tienen de diferente es el uso de esa palabra, sostenible.Por eso pienso que debemos hacer una revisin de este trmino. Quizs lo me-jor sera hablar de modo de vida sustentable, y poner el acento en la dimen-sin cultural, ecumnica, tica del desarrollo, para que este pueda ser realmen-te sostenible.

    Para ser en realidad consecuentes con esta forma de interaccin con elmedio, es indispensable la existencia de una cultura ambientalista que llegue aser punto de referencia para cada uno de los miembros de la sociedad. Que seutilice hasta inconscientemente (una vez que se haya interiorizado), para adop-tar las mil decisiones que cada da se hace necesario tomar... En realidad, entrenosotros, an solo podemos hablar de un incipiente pensamiento ambientalista,que todava dista de ser generalizado, pero que, progresivamente, podra des-embocar en esa cultura que se crea da a da, nunca de un da para otro.

    Cary Cruz: Ha habido cierta convergencia de puntos de vista y me hago dospreguntas: cules son los asuntos ms controversiales en la agenda de proble-mas que ustedes discuten como especialistas de la materia? En qu medida losproblemas del medio ambiente se contienen en otros que pudiramos definircomo culturales?

    Jos Mateo: La esencia misma de la conceptualizacin que se ha entendido pormedio ambiente a nivel mundial, y en Cuba en particular, debiera colocarsedentro de un contexto ms amplio. En Cuba hemos pasado en este siglo por tresmodelos de desarrollo: un modelo de desarrollo capitalista salvaje; un modelode desarrollo socialista; y una adaptacin de este nuevo modelo de desarrollosocialista al que no quiero ponerle apellido de ningn tipo.

    En estos 36 aos, el proyecto social de la Revolucin fue concordante conlos elementos bsicos del ambientalismo poltico. Fue equitativo y de desarrollosocial; trat de potenciar los recursos de nuestro pas y de la poblacin cubana.Como dice Eneyde, la voluntad poltica, los logros de la educacin, la salud, laseguridad social, forman parte de nuestros logros ambientales en ese modeloque ha transcurrido. Forman parte del proyecto de la Revolucin cubana, y es-tn contenidos en La historia me absolver , en el pensamiento martiano, enparte del pensamiento del Che. Es evidente que ese tiene que ser un punto departida para el anlisis. Pero nuestro modelo de desarrollo, durante 35 aos,tambin fue desarrollista, casi hiperdesarrollista.

    Cules fueron las tendencias predominantes? Durante buena parte de lavigencia de ese modelo prevaleci una concepcin reduccionista del medio am-biente, como medio fsico. La sociedad era un ente pasivo. Se concibi lo ecosocial,pero la sociedad era un ente pasivo. Los que nos ocupbamos del medio am-biente ramos fundamentalmente los naturalistas, o sea, los gegrafos y los bi-logos. Estos ltimos en primer lugar, y especialmente en la parte biofsica delmedio. Aunque siempre en la planificacin se incorpor lo ecolgico como unadimensin.

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    En nuestro modelo se le dio un papel muy importante al dominio de laciencia y la tcnica. La ciencia era el elemento principal para el desarrollo. Mu-chos planteamientos consistan en que haba que dominar la tcnica y la ciencia,dominar la naturaleza. Era el planteamiento cartesiano clsico, visto desde unaptica desarrollista socialista. El modelo de desarrollo urbano fue de ese tipo,adecuado a una actitud pasiva del hombre, y a ciertos y determinados modelosimpuestos por los planificadores y los diseadores. El modelo de desarrollolocal tambin fue el modelo de la gran empresa, de la tcnica, de la fertilizacinpor avin, de la gran plantacin. Segn ese modelo, la plantacin era lo quedaba la eficiencia econmica. Su relacin con el medio ambiente se reduca auna actitud, hasta cierto punto pasiva. Ese fue el modelo de la gran voluntadhidrulica: haba que resolver el problema con muchas presas (somos el pascon el mayor ndice de agua embalsada en el mundo, por km2 y por habitante,somos los campeones en eso). Las obras econmicas estaban sobredimensionadasrespecto a la capacidad ecosistmica y espacial del pas: Moa, los supertanqueros,los sistemas de basura. Ese fue nuestro modelo.

    Como consecuencia de todo ello, ha habido problemas ecolgicos. Nohan ocurrido, por suerte, catstrofes ecolgicas, por determinados motivos.Modelos similares a estos en otros contextos han producido verdaderas cats-trofes ecolgicas. Hablo del Volga, de los Crpatos, de los Tatra, de Rumania, deChina. Ese fue tambin nuestro modelo, sobre la base de que as bamos a lograruna eficiencia econmica, la igualdad del hombre del campo y el de la ciudad. Lamodernidad se lograba sobre la base de igualar al hombre campesino al urbano.Esto se liga al problema de la cultura, la cultura de la modernidad, la culturaurbana, la cultura de un determinado nivel de vida. No se despreciaba lo autn-tico y la propia identidad, pero haba que superarlos, haba que transformar lascomunidades y darles otra valoracin esttica, establecer otra relacin con elmedio, para que pudiera subir su nivel de vida.

    La crisis actual est conduciendo a que ese modelo est dejando de seroperativo, porque se basaba en la utilizacin de una gran cantidad de insumosenergticos. Era un modelo artificializado, que exiga de un gran insumo deenerga-materia-informacin de afuera. Se desplom el modelo porque se des-plom el balance de ingreso con el balance de salida. Al faltar el ingreso, hay quereestructurar el modelo. Y nos encontramos con el hecho de que entre nosotroslo ambiental no es un problema de moda, sino una necesidad de sobrevivencia.El medio ambiente es donde vivimos, de qu vivimos y para qu vivimos, basa-dos en un sistema de recursos. Estbamos viviendo de recursos artificiales, sinuna potencializacin. No veamos el medio como un sistema de recursos, comoel potencial de que hablaba Roberto, sino como una limitante para el desarrollo,un elemento que haba que cambiar sobre la base del dominio de la ciencia y latcnica. Ahora nos enfrentamos al hecho de que se acab el ingreso de insumosy tenemos que cambiar nuestro modelo. Y con este modelo, el actual, que no sesabe bien cul va a ser, debemos tener muy en cuenta al medio, que es el capitalnatural para la sobrevivencia de cualquier pas y del nuestro en particular.

    En estos momentos hay cuatro agentes que estn actuando. Un agenteque es el Estado, que hasta cierto punto representa ese antiguo modelo. Unnuevo agente son las empresas capitalistas. Otro es el individuo, la persona quese representa a travs de la economa informal, el autoconsumo. Y, finalmente,la comunidad. Creo que somos un caso tpico y especial en el mundo. Se hablaahora de desarrollo sostenible. Este desarrollo sostenible es una lucha pol-tica evidentemente conflictiva. Del hiperdesarrollismo controlado por el capita-lismo se trata de pasar a un nuevo desarrollo, el desarrollo sostenible. Es una

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    lucha poltica, porque implica una potenciacin de los recursos y un cambiocompleto de concepcin. Para Cuba, el desarrollo sostenible es una necesidadvital. Tenemos que ir hacia la optimizacin de los recursos, al uso adecuado dela capacidad de carga de los ecosistemas, al desarrollo evidentemente racional,al respeto a la biodiversidad, la geodiversidad, la sociodiversidad. Tenemos quecontinuar con nuestra concepcin de equidad y, sobre todo, darle una concep-cin diferente al medio ambiente. Ya no se trata del medio ambiente esttico,sino del medio ambiente del hombre, donde la sociedad tiene el papel funda-mental, porque el hombre tiene que potenciar la explotacin de los recursos.Cobran vida conceptos tales como participacin, gestin, desarrollo comu-nitario, porque son estos los elementos que potencian la actividad de la socie-dad como un factor central para administrar sus recursos y darle un vuelco a lasituacin.

    Pienso que no est claro hacia dnde va este nuevo modelo. Desde luego,no se trata de un conflicto poltico antagnico, como puede darse en cualquierpas capitalista. Al contrario, puede haber cierta complementacin. Hay variasfuerzas que estn actuando: por un lado, el capital extranjero; por otro, aquellosque todava tienen la mentalidad de la gran propiedad; tambin est el factorcomunitario. La direccin del pas estimula estos procesos comunitarios, es elcaso de las Unidades Bsicas de Produccin Cooperativa (UBPC), que son unelemento bsico. Tambin est el factor de la economa informal. Pienso quenuestra salida tiene que ser hacia un desarrollo sostenible, con una participa-cin comunitaria fundamental, sin eliminar las otras participaciones, tratandopor todos los medios de buscar un equilibrio entre centralizacin y descentrali-zacin, entre participacin y normativas y regulaciones estatales. Pero tenemosque prestarle una atencin muy importante a nuestro medio ambiente, porquees la base de nuestra existencia.

    La cultura para nosotros no es solamente la danza, o la cultura artstica,literaria, musical. Para nosotros la cultura es algo mucho ms amplio. Implicanecesidades materiales, y de tipo social. Cultura es tambin la relacin con lanaturaleza. La sociedad tiene que adaptarse a estas interrelaciones entre lo natu-ral y lo social, que implican un cambio de cultura. Nuestra cultura de 35 aosahora tiene que ser diferente. Nuestras relaciones ambientales con la naturalezaen estos momentos tienen que ser diferentes. La bicicleta y todo lo dems sonmanifestaciones de otra cultura ambiental o ecolgica. Tenemos que potenciaresa cultura ambiental; muchas veces est latente o despreciada, destruida o es-condida. Esa cultura ambiental se puede utilizar como un potencial productivo,un potencial existencial; e incluso, como un potencial de desarrollo espiritual otico de la sociedad.

    La cultura ambiental est compuesta por tres elementos bsicos: la racio-nalidad ambiental, la tica ambiental y la capacidad de administracin y de ges-tin. Hasta la etapa anterior del modelo de desarrollo, nuestra poblacin eraduea de esos recursos. Pero no tuvo una capacidad de gestin. Ahora la socie-dad tiene que desarrollar, cada vez ms, esa capacidad de gestin. Para desarro-llar esa capacidad se precisa de la potenciacin de la cultura ambiental.

    Roberto Gonzlez: Para esa potenciacin de que habla Mateo, hay que identi-ficar al hombre con el recurso, con el medio, con la comunidad donde ese indi-viduo existe. Desgraciadamente, tenemos que reconocer que durante todo esteproceso el hombre perdi sus races por muchos factores. Entre ellos, podemossealar la creacin de esas grandes empresas territoriales, los grandes transfor-maciones sociales producidas por la Revolucin en las esferas educacional y de

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    trabajo que experiment el pas. El hombre se desarraiga tambin de su medio,de sus recursos, lo que hace que no se sienta partcipe, ni se proponga planespara tratar de rescatarlo.

    Por otra parte, nos hemos caracterizado por trasladar modelos. El proble-ma ambientalista, la lucha ambientalista, el programa ambientalista, se trasladandesde el Norte hacia el Sur. Tenemos que ver cmo implementamos estos mo-delos en el Sur para que esos modelos sean lgicos, para que la comunidadpueda participar en la lucha por un medio ambiente favorable.

    Cuando me reno con los estudiantes les pongo algunos ejemplos. El aopasado estaba en Alemania, y observ que los alemanes tenan una preocupa-cin muy grande por conservar los productos alimenticios. Estaban vendiendoun equipo que era para conservar el vaco. Cuando ellos compraban caf o car-ne, creaban el vaco, para que no se deteriorara la calidad del producto. Esposible trasladar esas ideas a nuestro medio, donde la lucha de todo el mundosubdesarrollado es por alcanzar el alimento? Creo que no. Y de ah viene una demis grandes preocupaciones, sobre las que he conversado con otros compae-ros: todo modo de produccin, todo estadio de desarrollo tiene una tecnologa,una forma de pensar, de actuar. Nuestros programas de acciones a nivel comu-nitario tienen que estar acordes con ese nivel de desarrollo. No podemos pedir-le a la comunidad lo que la comunidad no puede dar. Si esta no est preparadaculturalmente, no podemos pedirle aquello que no sabemos si est a su alcance.

    Los problemas medioambientales en el mundo desarrollado estn muyrelacionados con el nivel de desarrollo y las luchas polticas que se establecen enese mundo, a partir de un nivel de desarrollo. Las concepciones que tienen lospases desarrollados sobre los problemas medioambientales del mundo subde-sarrollado son distintas. Ellos tratan de conservar esta gran gama de recursospara toda la humanidad, mientras que nuestra percepcin, la del mundo subde-sarrollado, es que debemos luchar porque el medio ambiente sea un factor paranuestro desarrollo.

    Por ltimo, quera referirme a las dos preguntas formuladas por Cary. Enrelacin con la cultura como un reflejo de ideas ambientales, el hombre acta,piensa, y por supuesto, eso se refleja en su comportamiento cotidiano.

    Vemos a diario en la ciudad manifestaciones de un comportamiento querefleja la ausencia de una cultura medioambientalista. La mayor parte de loshabitantes de esta ciudad, una gran parte, no vamos a ser categricos, por pro-blemas que tienen que ver o no con el perodo especial, no se preocupa por lalimpieza de la ciudad. Cuando estas personas comen algo, arrojan los papeles,botan las colillas de los cigarros en la va pblica. Ahora, que tenemos dificulta-des con la basura, sencillamente la echan en un rincn y esperan tres o cuatrodas, hasta que venga un carro con palas y la recoja. Es cierto que el perodoespecial contribuye a estas acciones. Pero es evidente que la falta de una cultu-ra es su sustrato.

    Enrique Fernndez: Primero, quiero hablar del planeamiento fsico vs. las in-versiones sectoriales. En todos estos aos ha habido una controversia entre unplaneamiento con un cierto sentido de respeto a la naturaleza por una parte y,por otra, las inversiones sectoriales, que han tenido mucha fuerza poltica. Enmuchsimas ocasiones estas se han ido por encima de las concepciones delplaneamiento. Hasta el ao 73 el planeamiento fue un tanto privativo de losarquitectos, con cierta participacin de otros especialistas. Por ejemplo, los ge-grafos entraron en el mundo del planeamiento precisamente en ese ao, 1973.Ese fue un momento muy importante, porque comenz a cambiar de una mane-

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    ra muy positiva la concepcin que se tena del planeamiento fsico. Pero tam-bin quiero decir que en este sentido actu un factor que pudiramos llamarcultural. Recuerdo que nosotros en esa dcada del 70 pretendamos incorporarestudios ecolgicos a los trabajos de planeamiento. Puedo afirmar categrica-mente que nosotros no tenamos una cultura profesional que nos permitierahacer proyectos ecolgicos, aunque les diramos ese nombre. A eso fuimos lle-gando a finales de la dcada del 80. Entonces fue cuando contamos con ciertascondiciones para hacerlo, para poder incorporar la ecologa como disciplinadentro de los proyectos de planeamiento fisico. Este es un aspecto de la culturaprofesional, que forma parte de un proceso de carcter profesional, que tiene sutiempo de incubacin, de maduracin.

    En cuanto a la participacin aunque a veces uno es un poco exagera-do , creo que uno de los lugares del mundo en donde ms se ha aplicado laparticipacin es este pas. La participacin nuestra ha sido especial, a partir deuna relacin masa-dirigente poltico que se dio a principios del triunfo de laRevolucin, pero que despus experiment una inercia demasiado larga en eltiempo, y que devino en unas relaciones absolutamente paternalistas. La partici-pacin ha resultado pasiva, desde el punto de vista de la concepcin de las ac-ciones; pero en cuanto a las acciones mismas, creo que esta ha sido una de lassociedades ms participativas del orbe. Estoy absolutamente de acuerdo en quehace ya mucho tiempo que debamos haber cambiado la calidad de esa partici-pacin.

    La participacin comunitaria y la orientacin ambientalista y ecologistaque tiene la participacin comunitaria en el mundo y sobre todo en el mundosubdesarrollado pertenece a una cultura de refugio, marginal y marginada,precisamente por aquellos que no respetan para nada el equilibrio ecolgico, niel medio ambiente. Los norteamericanos fueron los nicos que no firmaron laCarta de Ro. Y ellos son los principales abanderados de la conducta depredatoriaen el planeta. El hecho de que los franceses, los ingleses y otros hayan firmado laCarta de Ro no los exonera tampoco de su carcter depredatorio. El aspectopoltico que tiene el protagonismo ambiental no se puede dejar de lado de nin-guna manera. Los partidos ecologistas son esencialmente partidos progresistas,porque se estn oponiendo a esa accin depredadora sobre el medio ambiente.Cortar esa accin depredadora tiene una importancia poltica tremenda, porqueequivale a cambiar las bases sobre las cuales est estructurada la sociedad en elmundo actual. Esas bases son las que reducen al refugio a estos movimientoscomunitarios y medioambientalistas del Tercer Mundo.

    El problema del medio ambiente es esencialmente cultural, no en trmi-nos conceptuales, sino en la prctica y en trminos de modo de vida. Una de lasrazones de la falta de participacin actual es la falta de autonoma de la localidady de una descentralizacin del poder, sin la cual no es posible que haya undesarrollo comunitario encaminado a explotar los recursos de esa comunidad.

    Si la conducta social de la poblacin en un determinado lugar se transfor-ma y se adecua a las condiciones que permitan mejorar el ambiente del entorno,se dispondra de una cantidad de recursos que ya no tendran que utilizarse conesos fines, porque los hbitos negativos quedan eliminados automticamente, atravs de la interiorizacin de una determinada cultura medioambiental. Uno delos puntos bsicos de algunos proyectos en que he participado ha sido el desa-rrollo de una cultura, de una forma de modo de vida, de una manera de actuaren la comunidad que permitiera tener un equilibrio ms favorable con el medio.

    Un tercio de la Ciudad de La Habana tiene este tipo de problemas. Cuandouno aprecia esta proporcin comprende la importancia que puede tener un

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    determinado comportamiento social, una cultura social. La cultura de la genteque vive y que acta sobre la ciudad es la esencial.

    Cary Cruz: Hay tantas cosas que estn resueltas en la calidad de la vida, comoson la educacin gratuita, la salud pblica, la seguridad social. Todas estas soncuestiones relacionadas con el ambiente. Refirindome a la ciudadespecficamente, La Habana se ha ido deteriorando progresivamente. Por otraparte, se han promovido muchas acciones en relacin con la cultura, por ejem-plo, los grupos de aficionados. Pero cuando camino por muchos barrios de LaHabana, me digo que hace 35 aos estas construcciones ya tenan problemas.Esos problemas se han agravado durante estos aos. Cmo queremos que hayaun pensamiento ambientalista en un barrio que se est desmoronando, si lavivienda, donde reside la gente, ha ido empeorando cada vez ms?

    No tengo idea de cmo se van a solucionar estos problemas. Pero la eco-noma local sola no va a resolverlos. Porque en muchos lugares es difcil desarro-llar esa economa. Quizs pueda proporcionar una parte de las soluciones paraestos problemas, pero evidentemente se necesita algo ms, ella sola, la econo-ma local, no va a poder aportar todo lo necesario. Quizs el cobro de impuestosa quienes desenvuelven sus actividades en el territorio, que no es solo la pobla-cin, y que puedan destinarse a mejorar las condiciones de vida en la localidad.

    En relacin con la cultura ambiental, siempre pienso que, por ejemplo, enel medio urbano, la idea del arquitecto era vamos a esperar a que pase la gentepara tirarle la foto a la edificacin. Eso se va modificando, pero tal cambio anes insuficiente, porque hemos incorporado modelos que no son nuestros. Bastedecir el rechazo que se aprecia en muchas personas en relacin con los huertospopulares. Sin embargo, nuestro problema principal es la escasez de alimen-tos.

    Armando Fernndez: Quiero insistir en el aspecto de la cultura y de la tica.Detrs de todo esto hay un problema filosfico. Las filosofas occidentales estnmarcadas por un grado enorme de antropocentrismo, desde el cristianismo has-ta el marxismo. El mismo hecho de proponer el dominio de la naturaleza y laaccin tecnolgica sobre los elementos naturales, aunque estuvieran matizadospor el paradigma del bienestar social, constituye un elemento agresivo al medio,puesto que el hombre no es en modo alguno un elemento ajeno al contextonatural. Es una especie animal, que tuvo la suerte de estar en la cspide de lapirmide por determinadas causas histricas y sociales, pero que con ese trnsi-to asume la responsabilidad de preservar lo que tiene debajo. Y no lo ha hechohasta ahora. Desde el punto de vista filosfico, hay que repensar la relacin delser humano con su entorno y buscar una armona que sea mucho ms respetuo-sa de los lmites y las relaciones interactuantes entre todos los elementos queconforman el medio ambiente, sea construido o natural.

    El paisaje que llevamos como paradigma dentro de nuestro referente cul-tural est muy relacionado con los primeros aos de nuestras vidas, con la infan-cia. Uno de los elementos fundamentales para la conformacin de una culturaambiental es trabajar en los primeros aos de la escuela y dentro de la familiapor tratar de establecer valores ticos de relacin ambiental y social en los nios,que eliminen la agresividad, tanto medioambiental como social. Se trata de cons-truir una base sobre la cual se pueda establecer una nueva visin y nuevosparadigmas de la sociedad del futuro en nuestro pas.

    En mi opinin, ha repercutido negativamente en nuestro proceso socialde los ltimos aos me refiero al perodo revolucionario , un elemento que,

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    por otra parte, ha tenido efectos positivos: la movilidad social de la poblacincubana.

    Esta movilidad social implica tambin una migracin campo-ciudad, queha sido a la vez positiva y negativa a los efectos de las posibilidades futuras dedesarrollo del pas.

    De todos es conocido cmo, por ejemplo, en los primeros aos de la Revo-lucin, cuando se realiz la reforma urbana, que se expropiaron las casas, y seles entregaron a gentes humildes que estaban en el estrato ms bajo de la socie-dad. Cuando ocupaba estas casas, mucha gente lo que haca era vender desdelas puertas hasta los bidets. Y no lo hacan por depredar; sino que ese no era sucdigo cultural. Esto mismo, de modo diferente, se ha ido repitiendo durante 30aos con las concepciones constructivas de las personas que vivan en los sola-res. Sin consultar con ellos sus necesidades, sus aspiraciones, sus paradigmas devida, se les construan edificios de 20 plantas y eran desarraigados de ese entor-no, donde ya existe una cultura comunitaria sumamente fuerte. Se dieron casosde familias que solo vivan tres o cuatro meses en las viviendas que se les otorga-ban. Permutaban ese apartamento y volvan a otro solar. Porque el elementocultural no se ha tomado en cuenta lo suficiente para tomar decisiones de go-bierno que afectan a las comunidades en este sentido. Hay que tener en cuentael elemento cultural y de consulta con la comunidad.

    Tambin hay un factor que sealaba Roberto, la cuestin de autoctona vs.modernidad. A veces, en funcin de una supuesta modernidad, echamos por laborda, digamos, la construccin de un boho. No estoy propugnando levantarbohos de nuevo en Cuba. Pero s ver qu cosas hay de sostenible en esa cons-truccin, que fue un trnsito cultural y una adaptacin al medio en la cual selograron una serie de relaciones medioambientales entre sus habitantes y suentorno. Lgicamente, estas relaciones no van a ser nunca las mismas que en unpueblo enclavado en una montaa. Hay que tener en cuenta los factores am-bientales de circulacin de aire, constructivos, que se violan constantemente enproyectos que tienen un alto grado de justicia social, pero que son inviablesdesde el punto de vista prctico.

    Es muy necesario tener en cuenta en los proyectos las tecnologas apropia-das. En Cuba de pronto desaparecieron los molinos de viento. Todo el mundopuso motobombas que consuman petrleo y los molinos de viento desapare-cieron. Casi todas las fincas que recuerdo de mi niez tenan un molino de vien-to y resolvan as el problema del agua. Con la modernidad, eliminamos esosmolinos.

    Otro problema lo representan las viviendas de alta densidad, los solares.El problema es que esa construccin tena ciertas caractersticas que generaronuna determinada cultura. La gente que estaba viviendo all tena una psicologasocial que hay que tener en cuenta al elaborar los proyectos alternativos paramejorar sus condiciones y su calidad de vida. Este no es un problema solo deCuba. Mis amigos arquitectos en Panam, cuando Torrijos, elaboraron proyec-tos de viviendas de alta densidad, y resulta que se los eliminaron, porque eranfeos, no eran modernos. Qu imagen iban a dar del pas, etctera!. Es unfenmeno cultural relacionado con nuestras tradiciones de cultura occidental.Como Roberto sealaba, a veces asimilamos la herencia occidental acrticamente.

    Creo que hay que actuar en dos sentidos, para no quedarnos solamenteen la problematizacin, con el fin de actuar sobre los factores culturales, prestaratencin al problema de la informacin y al de la educacin. En cuanto a esta,los niveles primario, secundario, y universitario abordan de diferentes formas,cuando lo hacen, la formacin ambiental. Profesionalmente, puedo poner el

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    ejemplo de que ninguna carrera de ciencias sociales en Cuba contempla a estasalturas una visin ambiental. Me pregunto cmo un socilogo va a poder eva-luar un impacto social en una comunidad si no tiene parmetros para medir elmedio ambiente.

    En el terreno de la formacin de los dirigentes y los funcionarios, porejemplo, en la Escuela ico Lpez tampoco se toca nada con respecto a losproblemas ni a la educacin ambiental. Los funcionarios, o los dirigentes, notienen nocin alguna al respecto. Por eso a veces reaccionan de forma un pocoasustadiza cuando se les plantea un problema de este tipo, porque no conocende qu se est tratando. Hay que llevar a estas instancias una visin de los pro-blemas que pueden transformar paulatinamente la percepcin de esta dimen-sin. Cada vez es ms importante. Este es uno de los puntos de la agenda de lasrelaciones internacionales a nivel mundial. Hay que estar preparados tambinen esta dimensin poltica del asunto.

    Hay que tratar de actuar ms en el espacio familiar, hacia el que no se haenfocado una accin directa a travs de programas educativos, formales y noformales. Este es un espacio indispensable para transformar la visin de los se-res humanos con respecto a cualquier tipo de problema. Creo que la educacinde gnero con respecto al ambiente es fundamental. Porque la mujer tiene unrol muy especfico dentro de la familia. La mujer es, fundamentalmente, la por-tadora de los valores culturales de la familia, la administradora ambiental, y espor lo general la que transmite la cultura culinaria a la familia. Eso hay quecambiarlo. Pero cmo? En mi casa un da puse a mi hijo a cocinar conmigo. Elabuelo lleg y le dijo: Vete a jugar. Que yo sepa la Federacin de MujeresCubanas no tiene ningn programa que atienda ese aspecto. Un programa departicipacin masculina, porque el gnero no es solo la mujer, el gnero esmujer y hombre. Y para eliminar el machismo tambin los hombres tienen queparticipar en los programas de la Federacin.

    Hay factores culturales en los que, segn la definicin taosta que planteEneyde, todava tenemos la suerte de poder actuar. No esperemos a que, en elsiglo XXI, ya sea demasiado tarde para hacerlo.

    Roberto Gonzlez: Quiero referirme a tres asuntos muy concretos. Primero,sobre la participacin. Estoy de acuerdo con Enrique en que hemos sido loscampeones en la participacin. Pero me parece que el concepto de la participa-cin tiene que cambiar. Hemos tenido una participacin vinculada a una etapade la Revolucin, a cierto y determinado estilo de direccin y de relacin diri-gente-pueblo. En estos momentos, la participacin tiene que cambiar, porqueahora se trata de otro modelo. Me parece que lo fundamental para salvar elsocialismo no las conquistas del socialismo , sino lo que tenemos del socialis-mo , es el hecho de que podamos potencializar la participacin y darle unavisin de gestin y participacin comunitaria. La participacin pasiva en estosmomentos no cuenta. Hay que ir hacia el dominio de la capacidad de gestindirectamente relacionada con los recursos ambientales y con el espacio. Se tratade una participacin comunitaria y ambiental. Respecto a la utopa delambientalismo poltico, nosotros tenemos condiciones ms que favorables en elmundo para poder hacerla realizable, porque los conflictos no tienen por quser antagnicos. La direccin del pas est estimulando estos procesos. Estoy deacuerdo con que la participacin ha hecho que nuestra Revolucin pueda sal-varse a pesar de las crisis y de las convulsiones. Pero estamos en un momentocuando la participacin entra en otra fase.

    El segundo problema, la cultura y la educacin. Hay que utilizar la cultura

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    y la educacin para la accin. Hablamos siempre de educacin ambiental, peroa lo que nos referimos casi siempre es a la capa de ozono, al Amazonas, cuandoms al Caribe. Pero no vemos los problemas de la educacin, de utilizar a losestudiantes y a los maestros para la solucin de los problemas locales. Estamosperdiendo la educacin para la accin. Con la cultura pasa lo mismo. Vemos lacultura divorciada de los problemas de la sociedad, incluidos los ambientales.Visitamos La Habana Vieja, representamos una obra de teatro del siglo XVIII odel XIX, y La Habana se nos est derrumbando. No utilizamos la capacidad depotenciar y movilizar la cultura en la solucin de los problemas de la comunidadque estn relacionados con la educacin.

    El 90 % de las casas en la provincia Granma son bohos. En Piln, el 95 %son bohos. Hay pueblos completos en Cuba que tienen una cultura completa-mente diferente, cuya identidad cultural es distinta. Hay prcticamente dos Cubaterritorializadas: una Cuba occidental y una oriental. Por eso debe tenerse encuenta la diversidad como elemento para potenciar el desarrollo.

    En tercer lugar, el problema de la formacin ambiental, de la cultura pro-fesional. Los cientficos sociales an no conciben el problema ambiental comosuyo. Estoy tratando de lograr esto en la Universidad de La Habana y cuestatremendo trabajo. La Universidad debe representar el pensamiento de vanguar-dia, pero hay gente que no lo entiende. Hay funcionarios que s, pero otrospiensan de una forma completamente diferente y tienen una posicinreduccionista acerca del problema ambiental. Para ellos el ambiente es la con-taminacin o el tomegun. Hay compaeros en todas las facultades de cien-cias sociales que chocan con frenos de diversos tipos. Y eso dificulta la solucindel problema que constituye la formacin ambiental.

    Jos Mateo; En gran parte de la intelectualidad latinoamericana, el pensamien-to ambiental se ha convertido en una dimensin activa. Pero en Cuba no. Tuveuna discusin con un filsofo panameo muy conocido en Cuba, Nils Castro, ycon su hermano Guillermo. Ellos dicen que aqu en Cuba no hay pensadoresambientales. Yo pienso que s. El pensamiento ambientalista acadmico que estemergiendo en Cuba surge de una experiencia completamente diferente a la detoda Amrica Latina. Tenemos muchas cosas que mostrarles. Y podemos discutircon cualesquiera de ellos, desde Enrique Leff hasta Toledo, pasando por JuliaCaravia, la Ministra de Ambiente de Mxico en estos momentos. Y lo podemoshacer porque partimos de una realidad diferente. El problema ambiental tieneque pasar primero por formar una opinin, un pensamiento.

    Enrique Fernndez: Quiero referirme al tema de la economa de la localidad,que es un tema nuevo. Hemos tenido producciones locales, es cierto. Pero esono tiene nada que ver con lo que estoy planteando. La economa local, desde laptica que estuve explicando en mi primera intervencin, tiene muchas posibi-lidades. Actuara sobre un espacio econmico que no est siendo explotado,que ha estado congelado, desde que triunf la Revolucin, por la concepcindel desarrollo econmico centralizado global como un modelo, no solo general,sino nico, de desarrollo del pas. Es un espacio econmico que est ah, y elelemento humano, es decir, la gente, las personas, estn disponibles.En Cuba se desarroll una poltica de pleno empleo. Esa poltica ha creado unacultura del trabajo muy deficiente. Ms bien una cultura de la deficiencia deltrabajo. Por qu? Porque como hay que tener a todo el mundo trabajando, sehan ido inflando las plantillas. Si se desarrollan estos espacios de la economalocal se puede contribuir, entre otras cosas, a crear una cultura del trabajo, una

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    cultura laboral realmente eficiente. Porque puede partir de utilizar los recursoslaborales que en estos momentos estn enmascarados. Esta reflexin sobre laimportancia de la economa local y la posibilidad de utilizar este espacio notiene nada que ver con el perodo especial. Si desde el primer momento enque se comenz a desarrollar el pas, se hubiera adoptado la utilizacin de esteespacio de la economa local, se pudiera haber logrado muchas cosas que que-daron en el tintero. Me refiero, por ejemplo, a problemas como la vivienda, quequisimos resolver a partir de la gran industrializacin, a partir de los grandeselementos de hormign, de los grandes bloques. Se conden cualquier otrotipo de iniciativa. La industria que exista relacionada con estas potencialidadeslocales simplemente se elimin. Estoy pensando, por ejemplo, en toda la indus-tria del ladrillo que haba en la ciudad de La Habana. Uno de los elementos deesta economa sera recuperar estas producciones artesanales, semiartesanales,e incluso generar otras producciones.

    Esta concepcin es perfectamente aplicable a los lugares ms densamentepoblados de la ciudad, incluso a La Habana Vieja. Cada sitio tiene sus caracters-ticas especficas. Hay una diferencia esencial entre traer la arcilla desde lugaressituados a 200 km, de Pinar del Ro, para producir el ladrillo en una industriaque es altamente demandante de energa, que traer tierra de las cercanas deGuanabacoa y organizarla en pequeos talleres, ah mismo, en La Habana Vieja,y reeditar los viejos mtodos constructivos. Claro que muy mejorados por losconocimientos actuales de las tcnicas que nos han dado edificios que en estosmomentos tienen 300 aos e incluso un poco ms.

    Esta economa local no es una economa autrquica, sino que debe utilizaren mayor medida los recursos que tiene la localidad; entendiendo la localidadno solamente como el espacio restringido y delimitado, por ejemplo, del muni-cipio Centro Habana, sino de ese lugar y los sitios ms cercanos en los que sepuede apoyar y con los que pueda tener un intercambio favorable para el uso desus potencialidades. Esta concepcin, ms amplia, no es la de la industria localque tenemos ahora. Las industrias locales se definen por su subordinacin ad-ministrativa. Pueden usar materia prima de Camagey, pero llamarse localesporque estn subordinadas al municipio de Arroyo Naranjo. La cuestin es utili-zar los recursos del municipio Arroyo Naranjo; si acaso de algunas localidadescontiguas que permitan que lo que se produzca tenga el uso de energa mnimaprocedente de la petroqumica. Lo que es esencial, en las condiciones actuales,y en cualquier momento.

    Jos Mateo: La economa local viene a llenar un espacio vaco. Pero si esa eco-noma demanda de la participacin de la comunidad, tiene un impacto directosobre el medio ambiente y se refleja en el espacio concreto donde vive esa co-munidad, hay que potenciarla. Pero la promocin de la industria local tiene quepromoverse paralelamente con un aumento de la participacin comunitaria ycon una atencin de los procesos de degradacin en el espacio concreto de losprocesos medioambientales en un territorio concreto, que es donde se mani-fiesta esa industria o esa economa local.

    Enrique Fernndez: Esa es una de las razones por las que empec explicandoque esta economa local deviene ambientalista, porque si no, no tiene sostn.

    Jos Mateo: La economa local no implica necesariamente degradacin, sinouna potencializacin del medio ambiente como recurso. Es necesario apreciar lasostenibilidad en todas sus dimensiones, como un todo dialctico, una dimen-

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    sin humana, social, econmica, cultural, ecolgico-ambiental.La eficiencia econmica de los sistemas no se logra a costa de la eficiencia

    ecolgica. Lo local implica sustentabilidad, y esta requiere participacin. El n-cleo de la cultura es la organizacin social. Si estamos hablando de desarrollaruna cultura ambiental, tenemos que adecuar una nueva organizacin social conesa nueva cultura. Los mecanismos de direccin poltica tenemos que adaptar-los a una nueva estructura, potenciar las relaciones horizontales y hablar de otrotipo de desarrollo y de modelo social, que es socialista, evidentemente, peroque tiene que ser otro socialismo, con la esencia del socialismo, los valores pa-triticos, la equidad, la justicia social y los principios revolucionarios. Podemosir hacia el logro de una sociedad ecolgica, comunitaria, participativa, donde losmecanismos de gestin tienen que estar en manos de la comunidad.

    Armando Fernndez: Esto es posible por la dimensin de la insularidad y dede la poblacin cubana. Cualquier ciudad de Amrica Latina tiene la cantidad depobladores, o ms, de la que tiene Cuba hoy. Al ser Cuba una isla, esto le impri-me una determinada dinmica interna, tanto desde el punto de vista ambientalcomo econmico que no ha sido tomada en cuenta.

    A los clculos econmicos hay que aadirles el del manejo ambiental, gas-tos e inversin en el medio ambiente, para que deje de ser realmente una eco-noma crematstica. Porque si no, les vamos a dejar en herencia a las futurasgeneraciones unos cuantos desiertos en el mbito del archipilago cubano.

    Enrique Fernndez: Dije hace un momento que la explotacin de la economalocal no se justifica solo en las condiciones del perodo especial, sino quetiene una validez muy anterior. Tambin es cierto que existen condiciones parapoder desarrollar una economa de ese tipo, por la composicin profesional conque contamos, con las posibilidades profesionales y tcnicas. Pero tambin escierto que sera una operacin de manejo del territorio sumamente complicaday que requerira un trabajo realmente bien orientado para que no tenga efectosdiferentes a los que estamos ideando.

    Jos Mateo: En estos momentos hay dos peligros en Cuba para todo esto. Unoes la aparicin de las entidades capitalistas. El segundo es el del desarrollo de laindividualidad. Lo comunitario es aquella dimensin que puede rescatar el so-cialismo, como elemento participativo. Lo comunitario y lo participativo se tie-nen que basar en la gestin ambiental de los recursos. Este elemento poltico esimportante, no solamente para Amrica Latina, para Venezuela, Brasil, Colom-bia, sino para nosotros, porque lo individual est usando los recursos en supropio provecho y desarrollando el capitalismo. Este capitalismo explota nues-tros recursos en dependencia de la capacidad de regulacin de nuestras institu-ciones estatales. Pero la comunidad es la nica va efectiva que puede explotarestos recursos de forma racional, potenciando la cultura ambiental y tratando dedesarrollar el pas. Por lo tanto, si a m me preguntan cul sera la estrategiafundamental, bsica, nuestra, pienso que es estimular el desarrollo comunitario.Un desarrollo comunitario racional, no impositivo. Y es complicadsimo todoesto. Porque la dimensin ambiental juega un papel fundamental y por eso elpensamiento ambiental en Cuba es tan importante. No solamente desde el pun-to de vista econmico y cultural, sino tambin, y sobre todo, poltico.

    El tercer peligro, a mi entender, es la indefinicin. Necesitamos de maneramuy rpida crear todo el marco constitucional legal e institucional para regulartodos estos procesos. Porque un individuo no sabe hasta dnde puede llegar,

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    no sabe qu va a pasar maana. Las UBPC tienen el acceso a la tierra, las indus-trias locales estn apareciendo. Pero, qu estn produciendo? Se necesita elmarco legal que apoye esos procesos, que los garantice, y que les haga velar porel medio ambiente. Porque el individuo no sabe a ciencia cierta qu tiempo va adurar ese proceso, y su relacin con el ambiente es la de depredar, obtener todolo que pueda en el menor tiempo posible. Porque a lo mejor maana apareceuna ley que le cambia su mundo.

    Enrique Fernndez: El problema de la supervivencia del socialismo va un pocoms all. No me parece que con la organizacin comunitaria en pequeas unida-des podamos enfrentar los retos econmicos y sociales que significa mantener elsocialismo en un mundo totalmente adverso. No desdeo la importancia quetiene esa organizacin comunitaria. Ni tampoco la relacin que tiene con unaforma de vivir en concordancia con el medio ambiente. En Amrica Latina hayun desarrollo del pensamiento ambientalista. Pero el medio ambiente est pordebajo del piso, y los problemas que tiene la gente son cada vez peores. Prefie-ro hablar de una adecuacin al medio ambiente o de una vida en un equilibrioaceptable con el medio ambiente. No desdeo la importancia que tiene la orga-nizacin comunitaria; sobre todo las ltimas manifestaciones que estn prolife-rando. Pero me parece que el problema de la supervivencia del socialismo es unpoco ms complicado.

    Jos Mateo: En realidad ese tema puede dar pie para otra mesa redonda.

    Cary Cruz: Quiero darles las gracias por habernos dado la oportunidad de es-cucharlos y de recoger sus opiniones. Si en otro momento hubiramos efectua-do una mesa redonda para tratar acerca del medio ambiente, seguramente no sehubieran tocado todos estos aspectos econmicos, sociales y polticos, queineludiblemente van ms all del medio natural y de la accin del hombre sobre l .

    Muchas gracias a todos.

    Participantes

    Cary Cruz. Ingeniera. Direccin Provincial de Planificacin Fsica y Arquitectu-ra. Ciudad de La Habana.

    Eneyde Ponce de Len. Gegrafa. Direccin Provincial de Planificacin Fsica yArquitectura. Ciudad de La Habana.

    Jos Mateo. Gegrafo. Universidad de La Habana.Roberto Gonzlez. Gegrafo. Profesor de la Facultad de Geografa. Universi-

    dad de La Habana.Angel Valds. Gegrafo. Presidente de la Sociedad Pro Naturaleza. Ciudad de

    La Habana.Enrique Fernndez. Arquitecto. Direccin Provincial de Planificacin Fsica y

    Arquitectura. Ciudad de La Habana.Armando Fernndez. Historiador. Investigador del Centro de Estudios sobre

    Amrica.

    ' , 1995.