24
AMÉRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIÓN II… 175 La dimensión cultural de la globalización: una perspectiva desde los Estados - nación * Carlos Juan Moneta I. Introduccion En este trabajo se presentarán algunas reflexiones preliminares sobre la globalización desde una perspectiva cultural. Ésta generalmen- te no es debidamente tenida en cuenta por quienes adoptan las decisio- nes políticas y económicas en los planos nacional e internacional. No prestar la necesaria atención a la dimensión cultural de los procesos políticos, económicos y sociales, representa una notoria simplificación de una realidad compleja y mutante, reduciéndose nuestras posibilida- des de actuar con éxito en el sistema mundial. La globalización parte de nuevos imaginarios, por ejemplo, la “sociedad global”, “el mercado global” y “la fábrica global”, pero aún éstos ofrecen visiones parciales. En todos los ámbitos se enfrentan paradigmas que continúan presentando concepciones unidimensionales -sobre la economía, la evolución social o el desarrollo, medidos con criterios de racionalidad instrumental y eficiencia técnica- con concep- ciones multidireccionales y multidimensionales que procuran hacer lu- gar a distintas lógicas socioculturales y a las múltiples interacciones generadas entre las distintas sociedades en el proceso de globalización. En ese marco, podemos formularnos, entre muchas otras, dos preguntas muy importantes: ¿de qué manera la globalización económi- ca y política incide en el terreno cultural? y, ¿cómo afectará la globalización cultural la política y la economía de las próximas déca-

08-Moneta

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Globalización

Citation preview

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 175

    La dimensin cultural de laglobalizacin: una perspectivadesde los Estados - nacin *

    Carlos Juan Moneta

    I. IntroduccionEn este trabajo se presentarn algunas reflexiones preliminares

    sobre la globalizacin desde una perspectiva cultural. sta generalmen-te no es debidamente tenida en cuenta por quienes adoptan las decisio-nes polticas y econmicas en los planos nacional e internacional. Noprestar la necesaria atencin a la dimensin cultural de los procesospolticos, econmicos y sociales, representa una notoria simplificacinde una realidad compleja y mutante, reducindose nuestras posibilida-des de actuar con xito en el sistema mundial.

    La globalizacin parte de nuevos imaginarios, por ejemplo, lasociedad global, el mercado global y la fbrica global, pero anstos ofrecen visiones parciales. En todos los mbitos se enfrentanparadigmas que continan presentando concepciones unidimensionales-sobre la economa, la evolucin social o el desarrollo, medidos concriterios de racionalidad instrumental y eficiencia tcnica- con concep-ciones multidireccionales y multidimensionales que procuran hacer lu-gar a distintas lgicas socioculturales y a las mltiples interaccionesgeneradas entre las distintas sociedades en el proceso de globalizacin.

    En ese marco, podemos formularnos, entre muchas otras, dospreguntas muy importantes: de qu manera la globalizacin econmi-ca y poltica incide en el terreno cultural? y, cmo afectar laglobalizacin cultural la poltica y la economa de las prximas dca-

  • 176 CARLOS JUAN MONETA

    das? En trminos ms concretos, estas interrogantes pueden orientar sufoco hacia distintos temas, entre ellos, los cambios en la conceptualizacinde la globalizacin y en el examen de las relaciones inter, sub ytransnacionales y, los problemas de identidad cultural en los procesos deglobalizacin. En este trabajo se realizar una exploracin de carcterpreliminar sobre distintos aspectos de estos temas.

    II. Globalidad y globalizacionCuando se habla de globalizacin, se tiende a identificarla con

    el proceso de globalizacin econmica, olvidando las dimensiones pol-tica, cultural y social (Moneta sf:156-161).

    Esa visin reduccionista y sobresimplificadora responde, en nues-tro entender a que, entre otros elementos -ej.: las interacciones entremodernidad y postmodernidad (Vanse Giddens, 1999; Casullo, 1989)-las percepciones contemporneas estn orientadas por un modo de co-nocimiento de los procesos histricos construido a partir del predominiodel economicismo. En ese carcter, el economicismo, deformacincientificista, adquiere connotaciones negativas. Avanza mas all del cam-po de la ciencia econmica, negando la validez de otros enfoques y reasdel conocimiento y rechaza la importancia de otros tipos de factores yverdades. Este enfoque ha contribuido en alto grado a moldear aquellasconcepciones de la modernizacin predominantes en las sociedades avan-zadas occidentales (ej.: mercado, contrato social, instituciones, organi-zacin de vida y trabajo) (Black, 1996:1139), que gradualmente se hanimpuesto como marco de referencia legtimo y deseable para laglobalizacin.

    Esta situacin nos conduce a la necesidad de elaborarconceptualizaciones, representaciones y prcticas a partir de un nuevoparadigma. Es necesario generar una batera de nociones, categoras,metforas, utopas e interpretaciones capaz de abarcar el vasto ymultidimensional fresco de los fenmenos actuales, ya que la globalidadsignifica mucho ms y distinto- que una de sus partes.

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 177

    En este contexto, la simple extensin de conceptos y metodologashasta ahora utilizadas parece no ser suficiente. As, por ejemplo, lasnociones de Estado-Nacin, soberana y relaciones internaciona-les, as como las de sociedad e identidad hasta ahora utilizadas, nose adaptan a las nuevas situaciones.

    Si bien este factor generalmente no es reconocido ni aceptado porquienes adoptan las decisiones en el campo econmico, la economaglobal es profundamente afectada por factores culturales. Los aspectospoltico-sociales y culturales vinculados a la actual crisis financiera, quese expresa inicialmente en Asia (Vase Quenan, Moneta y Miotti,1998:16-17) constituyen un excelente ejemplo de ello. Adems, existeuna estrecha relacin entre la cultura global, las industrias culturales yla cultura de masas. Lo local y lo global comparten dialcticamente leja-na y proximidad, diversidad y similaridad, territorializacin ydesterritorializacin y las identidades se combinan y recombinan, tor-nndose crecientemente complejas y modificables.

    Si se entiende por globalidad la existencia de una sociedad mun-dial que comprende la totalidad de las relaciones sociales que no estnbajo el control del Estado nacional ni determinadas a travs de stos,pueden adjudicrsele caractersticas de pluralidad, diferencia y no inte-gracin, es decir, nos estamos refiriendo a una pluralidad sin unidad(Albrow, 1998), sin centro, a una sociedad sin gobierno mundial. En ellase generan y coexisten procesos y elementos muy diferenciados. Bajoesta concepcin no estamos considerando una suprasociedad que con-tiene a todas las nacionales, sino un ente complejo, caracterizado por lamultiplicidad, la multidimensionalidad y la falta de integrabilidad, cu-yas partes y procesos interactan, en permanente comunicacin.

    En el contexto de la globalidad, puede entenderse porglobalizacin a los procesos de interaccin entre los Estados y losactores trans, sub e internacionales en procura de sus respectivos objeti-vos polticos, militares, econmicos, sociales, ecolgicos y culturales,generando mltiples redes de relaciones y espacios sociales.

    En esta sociedad, sujeta a procesos de globalizacin de distintotipo, aparecen muchos elementos novedosos: por ejemplo, las mutacio-

  • 178 CARLOS JUAN MONETA

    nes en los estilos de vida; el policentrismo en la poltica internacional(gobiernos y actores transnacionales y no gubernamentales); latranslocalizacion del trabajo, el capital y la comunidad; la profunda yconfusa percepcin de la transnacionalidad (en el turismo, en los me-dios de comunicacin y en el consumo), en la multiculturalidad y lasindustrias culturales globales (Beck, 1998). Surge la pregunta de cmoy en que grado los hombres y las distintas culturas se perciben e identi-fican en sus diferencias y hasta que punto la autopercepcion que se al-cance, desde el punto de vista de la sociedad mundial, influencia y mo-difica su conducta.

    Qu entendemos por cultura? Hoy se acepta mayoritariamenteuna concepcin bsica de cultura como el conjunto de valores, ideas,percepciones y pautas de comportamiento de grupos y colectividadesque dan forma y estructuran a las instituciones y a las conductas de unasociedad dada, en un perodo de tiempo determinado. Es decir que lacultura provee el marco de referencia; por intermedio de los sistemas derepresentacin (conceptos, smbolos, etc.) las sociedades tratan deinterpretarse a s mismas y al mundo (Recondo, 1998:85)- y a partir delos valores vigentes, condicionan orientaciones para la accin.

    En las sociedades contemporneas se perciben nuevos ejes cen-trales: el consumo, una distinta configuracin y papel de la economa ylas comunicaciones y nuevos espacios y actores polticos y sociales. Estosfactores, valores y procesos conducen a situaciones donde las institucio-nes, los mecanismos y los roles dejan de ser funcionales a las nuevasnecesidades y valores; se quiebra la armona entre las necesidades delindividuo y de su sociedad, expresadas previamente (al menos, en susrequerimientos simblicos bsicos) con los valores adscriptos a su iden-tidad cultural y una realidad externa frustrante, generadora de nuevasofertas y demandas.

    En ese contexto, en el campo cultural podra entenderse laglobalizacin como el pasaje de identidades culturales tradicionales ymodernas, de base territorial, a otras modernas y postmodernas, de ca-rcter transterritorial. Las identidades culturales de la globalizacin nose estructuran primordialmente desde la lgica de los Estados-naciones,sino de los mercados; no se basan, en lo esencial, en comunicaciones

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 179

    orales y escritas, sino que operan mediante la produccin industrial dela cultura, su comunicacin tecnolgica y el consumo diferido ysegmentado de los bienes (Garca Canclini, 1995:30).

    III. La globalizacin cultural en los procesos internos, inter-nacionales y transnacionales

    Lamentablemente, la discusin de la dimensin cultural de laglobalizacin no est incorporada explcitamente en la mayora de losmodelos de economa poltica (tanto los del neoliberalismo como de susopositores) y ocupa un papel relativamente menor en las teoras de rela-ciones internacionales. Sin la dimensin cultural es muy difcil impar-tirle coherencia a una lectura del mundo contemporneo en el cual elnacionalismo, la religin y los conflictos intertnicos tienen una influenciaequivalente a los aspectos internacionales y seculares. Los modelos deeconoma poltica y de relaciones internacionales1 actualmente vigentesno pueden por s solos explicar, dar sentido y proponer polticas orienta-das a la solucin de los problemas multidimensionales que hoy enfren-tamos.

    En el mbito poltico, los cambios en la cultura inciden tanto en lapoltica internacional como en la forma, valores, actores y mecanismosde la vida poltica interna de los pases industrializados y en desarrollo.As, por ejemplo, amplios flujos migratorios provenientes de otras cul-turas han modificado las situaciones socioculturales, polticas y econ-micas de muchos pases europeos y de los Estados Unidos.

    En Asia, Africa, Amrica Latina y los pases del Islam, al igualque en Europa Oriental y en partes de la ex Unin Sovitica, la GuerraFra se desvanece y se produce una abrupta apertura a los mercadosmundiales, acompaada de traumticos procesos de reestructuracin ymodernizacin. Esos procesos intensifican y exacerban las complejasinteracciones existentes entre mltiples factores etnoculturales y reli-giosos vinculados a conflictos de focalizacin territorial previamentecontenidos por la lgica militar del conflicto Este-Oeste y aquellos de

  • 180 CARLOS JUAN MONETA

    carcter sociopoltico y econmico. Ahora todos ellos estn sometidos aun intenso bombardeo -por la va de los medios masivos de comunica-cin y los flujos de bienes simblicos- que incluye nuevas actitudes ypreferencias para el individuo y las comunidades. Estas se hallan vincu-ladas a la expansin geogrfica de aplicacin de la democracia liberal(al menos, en sus aspectos formales), a la valorizacin de los requeri-mientos sociales y de afirmacin cultural, a la libertad de expresin, laimportancia del individuo, el consumo y el mercado (Tomassini, Monetay Varas, 1991:208-9).

    Los efectos de estos procesos abarcan un amplio espectro, quecubre desde: i) la reafirmacin de la identidad cultural por la va detradicionalismos que vigorizan sus vertientes mesinicas (ej.: Islam); ii)el fortalecimiento de lo tnico-territorial y religioso; iii) la apetenciaindiscriminada por alcanzar el estilo de vida de las sociedades industria-les occidentales a cualquier costo; iv) la bsqueda de una incorpora-cin selectiva a ese estilo de vida manteniendo los elementos principa-les de la identidad nacional (ej.: Japn, algunos pases de Asia); v) elenftico rechazo de las sociedades desarrolladas occidentales (por pa-ses, estamentos y grupos sociales) ante la imposibilidad de alcanzar losrequerimientos materiales que expresan ese estilo (Calderon, Hopenhayny Ottone, 1993:11).

    Por otra parte, ya se ha sealado en numerosos trabajos los pro-blemas que surgen en el proceso de globalizacin, vinculados a las gran-des asimetras que existen entre la capacidad de emisin de mensajesculturales de los pases en desarrollo vis a vis la potencia creciente delas industrias culturales con centro en las naciones industrializadas (yan, dentro de este ltimo conjunto). Fenmenos de ese tipo han condu-cido a la aplicacin de polticas culturales defensivas a partir de la orga-nizacin de importantes sistemas de comunicacin satelital para la emi-sin de programas de contenido cultural nacional y regional y, del con-trol de las emisiones externas, en el caso de varios pases de Asia-Pac-fico (ej.: Malasia; Singapur); de defensa de la produccin cultural na-cional en las negociaciones del GATT en 1993 por Francia; de un fuerteimpulso al papel del Estado en la formulacin y aplicacin de las polti-cas culturales por parte de ese mismo pas y, del progresivo desarrollo

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 181

    de concepciones y polticas culturales basadas en el mbito regional yen la inter y multiculturalidad en el caso de la Unin Europea.

    De igual manera, la transmisin por televisin, en directo, deconflictos armados, incrementa el poder de disuasin de las potenciascon mayor poder blico. Se afecta no slo a las autoridades de los res-tantes gobiernos por el efecto de demostracin de acciones disciplina-rias ejercidas sobre otros Estados (ej.: la Guerra del Desierto, Iraq),sino que se lleva ese mensaje a la casi totalidad de esas sociedades, conresultados dismiles (aprehensin y temor o fortalecimiento de posicio-nes de resistencia).

    Se asiste, en suma, a un creciente conflicto entre las distintas di-mensiones de la identidad cultural en sus vertientes tradicional, moder-na y postmoderna. Ese conflicto permea las relaciones internacionalesen su enfoque tradicional -el del conflicto de poder del realismo y elneorealismo, lneas de pensamiento que no han logrado incorporar ade-cuadamente la dimensin cultural a sus marcos tericos- e incursiona,con mayor suerte, en los cauces de las teoras antropolgicas, culturalesy sociolgicas e inclusive, en algunas de raz econmica.

    En el terreno de lo concreto, responde, en buena medida, a lasprofundas contradicciones que acarrea en el plano econmico, social ypoltico la fuerza modernizadora del proceso de globalizacin. En unnmero importante de casos (ej.: reas de Africa Subsahariana y de Asiadel Sur y Central), se presenta la imposibilidad, por no contar con losrecursos mnimos para ello, de acceder a mejores condiciones de vidaen el marco del paradigma econmico neoliberal dominante. Esto gene-ra frustraciones y fuertes resistencias a una modernizacin de tiponeoliberal de esas sociedades y a una reafirmacin -generalmente auto-ritaria- de sus ncleos culturales endgenos, por ejemplo, Irn. (En elesquema N 1 se ha procurado sealar, a grandes rasgos, las situacionescorrespondientes a la identidad cultural, la modernizacin econmica yel rgimen poltico de los grandes conjuntos mundiales).

    De igual manera, la globalizacin impulsa en muchos casos labsqueda, por parte de las lites polticas y de diversos actores sociales,de un modelo de perfiles ms endgenos, que procure mantener, incor-

  • 182 CARLOS JUAN MONETA

    porar y compatibilizar de manera ms equilibrada, la diversidad tnica ycultural nacional, las limitaciones de los recursos econmicos, el fun-cionamiento del sistema poltico, los requerimientos de la competitividady las expectativas de desarrollo. La frmula hoy imperante -moderni-zacin econmica neoliberal-rgimen e instituciones democrticas libe-rales- adquiere en estos casos nuevos contenidos, combinaciones y orien-taciones sociopolticas y econmicas (ej.: India, Singapur, Malasia, al-gunos pases latinoamericanos).

    Para Amrica Latina y el Caribe la dimensin cultural y las co-municaciones adquieren particular importancia para la construccin deuna nueva identidad y Estado, para avanzar hacia una integracin regio-nal profunda y para determinar los contenidos, formas y orientacionesde nuestra insercin internacional. Tanto en nuestra regin como el res-to del mundo, los procesos de globalizacin estn cuestionando las con-cepciones y roles del Estado, la nacin y el territorio, afectando profun-damente las identidades culturales. De no asimilar y dar adecuada res-puesta a esas necesidades, se corre el riesgo de que los movimientossociales se conviertan en fuerzas centrfugas a partir de crecientes di-ferenciaciones (Ej.: socioeconmicas, raciales, etc.). Lo que no haga ade-cuadamente el Estado, se encargarn de orientarlo y darle forma el consu-mo, el mercado y los medios masivos de comunicacin.

    Por lo expuesto, la globalizacin de la cultura genera un conjuntode fenmenos que modifican los procesos internos de las sociedadesnacionales y su poltica externa en mltiples aspectos: i) en laconceptualizacin de la globalizacin; ii) en la construccin de la iden-tidad nacional y la capacidad de respuesta societal en el plano poltico,econmico y social2 al impacto de la globalizacin; iii) en el perfil delciudadano y, iv) en las nuevas polticas culturales.

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 183

    Esqu

    ema No. 1

    Identid

    ad Cultural, Modernizacin Econmica

    y Rgim

    en Poltico

    Cultura

    Identid

    ad

    Perfiles

    Rgim

    enCapacidad

    Tendencias

    Culturales

    Poltico

    Integradora

    Predom

    inantes

    Expresin relig

    iosa-

    tradicional regresiv

    a,de

    carcter fund

    a-mentalista

    Transic

    iones a

    plura-

    lismo cultu

    ral y

    mo-

    dernidad con crecien-

    te conflicto entre

    eco-

    noma y

    cultu

    ras

    subnacionales y reli-

    giosas

    Exp

    ansin

    se cula r,

    poco conflictiva

    ISL

    MIC

    A

    ASIT

    ICAS

    :a) H

    INDU

    (INDI

    A)

    BUDISTA

    Sb) JA

    PN

    Parcialm

    ente

    asumidas

    (occid

    entalizac

    inen las

    lites)

    Asumida,

    parcialm

    ente

    pluralista;

    (occid

    entalizac

    inen las

    lites)

    Asumida (no

    pluralista)

    Tradicional, con fuerte con-

    tenido relig

    ioso

    Tradicional pluralista, c

    onreas e

    n tra

    nsicin a moder-

    na y postm

    oderna

    Moderna (con elem

    entos

    vi-

    gentes de

    cultu

    ra tradicional)

    Autoritario

    (en a

    lgu-

    nos casos, en transi-

    cin a democracias li-

    mitadas)

    Dem

    ocracia lim

    itada

    Dem

    ocracia (en tra

    n-sic

    in, de lim

    itada a

    amplia)

    Restringida y

    excluyente

    Parcialm

    ente

    incluyente

    Incluyente

  • 184 CARLOS JUAN MONETA

    Cont

    Esquema No. 1

    Identid

    ad Cultural, Modernizacin Econmica

    y Rgim

    en Poltico

    Cultura

    Identid

    ad

    Perfiles

    Rgim

    en

    Capacidad

    Tendencias

    Culturales

    Poltico

    Integradora

    Predom

    inantes

    Transic

    in; expansi

    n,por la v

    a secular y ec

    o-nm

    ica; prom

    ocin d

    elmodelo chino

    . E

    x-pansin secular y

    eco-

    nm

    ica: prom

    ocin d

    elmodelo as

    itico

    Expresin religiosa tra-

    dicion

    al

    (tribal)

    sincrtica T

    ransic

    iones

    a pluralism

    o cultu

    ral y

    modernidad

    Tra nsic in

    ; Cr

    e ciente

    conflicto e

    ntre tradicin

    y modernidad y

    culturas

    nacionales y mod

    e lo

    econm

    ico vigente

    b) BUD

    I-CONFU

    CIA

    NA/

    TAOISTA

    CHIN

    ASU

    DES

    TEASIT

    ICO

    FRI

    CASU

    BSAHARIA

    NA

    OCCID

    ENTA

    -LE

    S: a) E

    SLAV

    A-

    RUSA

    (PASES

    EN TRANSI-

    CI

    N DE

    EURO

    ORIENTA

    L EX

    URSS

    )

    (Asumi

    dapluralista)

    (Asumi

    das

    pluralistas

    Parcialm

    ente

    Asumida;

    Pluralista

    (occid

    entalizac

    inen las

    lites)

    Asumidas en

    form

    a lim

    itada

    (plura

    lista)

    (plura

    lista;

    proceso de

    homogeneiz

    acin

    desde a

    rriba)

    Tradicion

    al, con reas en

    transic

    in a m

    oderna. Tradi-

    cional-m

    oderna y post m

    o-derna

    Tradicional, con fuerte con-

    tenido relig

    ioso tribal y reas

    en transic

    in a moderna.

    Tradicional, con predom

    inio

    de factores tnicos y

    relig

    io-

    sos Tradicional, con predo-

    minio de factores tnicos y

    relig

    iosos ( r

    e as e

    n tra

    nsi-

    cin a cultura moderna)

    Dem

    ocracia selectiva

    (Auto

    ritari

    a) De

    mo-

    cracias limitadas -(Au-

    toritarias)

    Tradicional (tribal), y

    democracias limitadas

    (autor

    itaria

    s)(*) (

    *)La

    Re p. S

    uda fric

    a na

    se halla en tra

    nsicin

    a democracia am

    plia

    En algunos casos, e

    ntransic

    in a democra-

    cia efectiv

    a, en otros,

    a democracia lim

    itada.

    Transic in

    a D

    emo-

    cracia limitada

    Incluyente

    Incluyente

    Restringida;

    parcialm

    ente

    incluyente

    Parcialm

    ente

    incluyente

    Parcialm

    ente

    incluyente

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 185

    Cont.

    Esquema No. 1

    Identid

    ad Cultural, Modernizacin Econmica

    y Rgim

    en Poltico

    Cultura

    Identid

    ad

    Perfiles

    Rgim

    en

    Capacidad

    Tendencias

    Culturales

    Poltico

    Integradora

    Predom

    inantes

    Transicin: c

    reciente

    conflicto entre

    cultu-

    ras nacionales y

    mode-

    lo econmico vigente

    Expansin secular y

    econm

    ica, mod

    elo

    europeo y ascenso

    del conflicto e

    ntre cu

    l-tura nacional y mode-

    lo econmico

    Expansin sec ular y

    e conm

    ica ; mod

    e lo

    USA

    y creciente c

    on-

    flicto entre

    valores y

    realidades ex

    cluyentes

    del m

    odelo vigente

    b) AMR

    ICA

    LATINA

    c) EU

    ROPA

    OCCID

    EN-

    TAL

    d) EE.UU

    Parcialm

    ente

    asumidas

    (occid

    entalizac

    inde las

    lites)

    Asumida

    (autor

    referi

    da)

    Asumida

    (autor

    referi

    da)

    Tradicional, en transic

    in a

    moderna (re

    as lim

    itadas con

    incorporacin a cultu

    ra m

    o-derna y

    postm

    oderna)

    Mod

    erna

    y postm

    oderna

    (con ele

    mento

    s vige

    ntes d

    ecultu

    ra tradicional)

    Moderna y

    postm

    oderna

    Dem

    ocracias en con-

    solid

    acin

    Dem

    ocracias

    estables

    Dem

    ocracias

    estable

    Inclusin

    limitada y

    selectiva

    Incluyente

    Incluyente

    Fuente: elaborado por e

    l autor a partir de un esquema inicial, que ha sido su

    stantivam

    ente m

    odificado y ampliado, de Fernando Caldern, Martin

    Hopenhayn y Ernesto Otto

    ne, en Hacia una perspectiv

    a crtica de la m

    odernidad: las d

    imensio

    nes c

    ulturales d

    e la transformacin productiv

    a con

    equidad, CEP

    AL, Santiago, D

    ocum

    ento de T

    rabajo No

    . 21, octub

    re de 19

    93, P

    p. 18.

  • 186 CARLOS JUAN MONETA

    III. Cultura global: homogeneidad vs hetereogeneidadLa globalizacin alberga en su seno vertientes de homogenizacin

    y de heterogeneidad cultural. Quienes sostienen que los efectos mayo-res sobre el sistema mundial son de homogenizacin, enfatizan la im-portancia de la globalizacin econmica a partir de la accin de las em-presas transnacionales y de los pases industrializados ms importantes,como fuentes emisoras de mensajes vinculados al consumo y a la cultu-ra de mercado. Quienes argumentan en favor de efectos diferenciados yheterogneos, destacan dinmicas de apropiacin y modificacin delmensaje y de sus smbolos en los niveles nacionales y subnacionales3.

    En nuestro entender, la globalizacin pone en marcha mecanis-mos que actan en ambas direcciones, retroalimentndose entre s. Des-de los primeros contactos histricos entre distintas civilizaciones se haproducido una mutua fertilizacin cultural, si bien generalmenteasimtrica en cuanto a sus respectivos impactos. Lo que hoy acontecepresenta, con respecto al pasado (como mnimo, en la escala), ciertoscambios importantes: i) la dimensin -ahora planetaria- cubierta por lasinteracciones; ii) la gran velocidad de propagacin y crecientesimultaneidad de los impactos; iii) la ampliacin del espectro y capaci-dad de influencia de los flujos de bienes, mensajes e ideas que circulane interactan en el mundo; iv) la mayor especializacin de los circuitosde comunicacin, que contribuye a segmentar las sociedades enestamentos diferenciados; v) la distincin temporal y de contenido delas respuestas (locales, nacionales, etc.).

    Para acercarse a estos fenmenos de diferenciacin yheterogeneidad, es necesario tener en cuenta las fisuras y desfases queexisten entre las dimensiones econmica, cultural y poltica de laglobalizacin, a partir de los distintos flujos existentes (Appadurai, 1989;1990): i) tnicos (conjuntos de personas que actan como turistas,inmigrantes, refugiados, exiliados, trabajadores temporales, etc.); ii) tec-nolgicos (las corrientes de tecnologa, incluyendo su distribucinasimtrica, sus diferentes contenidos y los distintos factores que las afec-tan); iii) financieros (corrientes de capital especulativo; mercado de va-lores, inversiones directas, etc.) iv) mediticos de comunicacin (peri-

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 187

    dicos globales, revistas, redes de televisin, films, correo electrnico,Internet, etc.); v) ideolgicos (sistemas de pensamiento orientado a laaccin de estados, grupos y estamentos).

    Las interacciones entre estos distintos flujos dan lugar a procesosmuy complejos, de difcil monitoreo e interpretacin sistmica. Para al-gunos analistas (Appadurai, 1989; 1990) la gente, los bienes, las imge-nes y las ideas interactan y circulan por vas mltiples e irregulares,multiplicando las fisuras en el sentido y propsito que les es asignado.As, por ejemplo, el trmino clave democracia, genera crecientes con-flictos entre el contenido que se le otorga en el Occidente industrializadoy las concepciones que bajo ese trmino se asumen en distintos pasesde Asia del Pacfico (Ej.: China Popular, Corea, Indonesia, Singapur).En otro contexto, pueden sealarse los resultados de las interaccionesentre flujos ideolgicos y financieros (ej.: distintos casos en los cualesson capaces de modificar las polticas econmicas nacionales y su fun-damento ideolgico); entre flujos ideolgicos y mediticos de comuni-cacin (ej.: pases de Medio Oriente) o entre flujos ideolgicos, religio-sos y tnicos, (ex-Yugoslavia y Lbano).

    En ese marco, la existencia de cuatro circuitos socioculturales dis-tintos (Garca Candini, 1985:31-33), contribuye en importante grado aestablecer actitudes y respuestas diferenciadas en las sociedades expuestasa los flujos previamente mencionados:i) El histrico-territorial (conocimientos, hbitos y experiencias que

    se manifiestan en el patrimonio histrico y la cultura popular tra-dicional).

    ii) La cultura de lites, constituida bsicamente por la produccinsimblica, escrita y visual (literatura, artes plsticas).

    iii) La comunicacin masiva, a partir de los grandes espectculos deentretenimiento (radio, cine, televisin, videos).

    iv) Los sistemas de acceso relativamente restringido, si se considerael nmero de usuarios frente a la magnitud de la poblacin mun-dial, de informacin y comunicacin para quienes adoptan deci-siones (fax, telfonos celulares, internet, etc.).

  • 188 CARLOS JUAN MONETA

    Dados los factores y procesos mencionados, la recomposicin delas culturas nacionales no es uniforme ni se presenta con las mismascaractersticas en los distintos escenarios; la restructuracin de identida-des culturales puede variar segn la vinculacin de los diferentes acto-res con cada uno de esos circuitos (Garca Candini, 1995:32-33).

    IV. Multiculturalismo e interculturalismo en el procesode globalizacin

    Otros factores a tener en cuenta en el mbito de los Estados-na-ciones y en los procesos de integracin regional e insercin global, sonlos relativos a la vigencia del multiculturalismo e interculturalismo. Ladiversidad cultural y los intercambios culturales que caracterizan almundo contemporneo se hallan en el centro de un debate en torno a lasnociones de multiculturalismo e interculturalismo4. En su esencia, giraen torno a los problemas de la integracin poltica de la pluralidad cultu-ral, rasgo caracterstico de las sociedades actuales. En principio, elmulticulturalismo no parece ser muy compatible con la existencia de unestado unitario, en el cual, en la prctica, la diversidad de identidadesculturales es considerada ms como una adquisicin por la va de laaccin poltica que un derecho, y donde el intercambio cultural cuentamenos que la compatibilidad entre identidad cultural y cultura poltica(Negrier, 1996).

    Por el contrario, la nocin de interculturalismo se nutre de unadinmica de intercambios concretos que se realizan entre sociedadesabiertas, pero dotadas de caractersticas culturales especficas. En elmarco de la globalizacin, se trata de examinar la influencia de estosenfoques en su construccin, en la cual la cultura es tanto un motorprincipal como, segn los casos, un instrumento entre otros (Badie ySmouts, 1992).

    Mientras el multiculturalismo se focaliza en la gestin interna dela diversidad cultural (ej.: el reconocimiento y mantenimiento de rasgosespecficos -lenguas, etc- en el plano nacional; las polticas pblicas

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 189

    relativas a la cultura y la centralizacin-descentralizacin de esas polti-cas), el interculturalismo examina los procesos de intercambio entreculturas singulares. Considera no slo los temas relativos a la diploma-cia cultural como va de insercin, influencia y presencia en el campointernacional5, sino tambin los problemas a ellos vinculados, tanto des-de el punto de vista simblico como material. En este terreno, ms allde las diferencias de foco y praxis entre ambas, la comunicacin, comomedio de transmisin e interaccin, y la dialctica de globalizacin-lo-calizacin de la cultura, generan una ineludible interdependencia. Ladimensin, el grado y la forma en que esta interdependencia6 entremulticulturalismo e interculturalismo es asimtrica en perjuicio del pri-mero (para algunos, se trata simplemente de abierta dependencia), cons-tituye uno de los temas de debate esenciales del presente, ya que de laadecuada interpretacin del fenmeno depende la viabilidad y eficaciade las polticas culturales nacionales y regionales destinadas a proveervas, alcances y contenidos a la identidad cultural en el mundo contem-porneo.

    V. Identidad nacional y regional en el marco de la cultura globalSe ha sealado en ste y en otros trabajos, que el enorme creci-

    miento del papel econmico y cultural de los fenmenos que compren-den la globalizacin de la informacin y las comunicaciones ha genera-do profundas transformaciones en las formas, contenidos y ritmos enque se desenvuelven los intercambios econmicos, comerciales y finan-cieros, actuando simultneamente como un poderoso promotor deimbricaciones, cambios y sincretismos culturales. A travs de stos re-salta un espectro global-local en el cual conviven y se yuxtaponendistintos espacios simblicos y materiales, en arquitecturas sociales eindividuales calideoscpicas, de creciente velocidad de cambio, intensi-dad y complejidad.

    De igual manera, la cultura nacional constituye hoy un lugar demltiples intersecciones de tradiciones nacionales y transnacionales. Porello las culturas nacionales van transformndose a partir de interacciones

  • 190 CARLOS JUAN MONETA

    con referentes culturales transnacionales provistos por flujos de ese ca-rcter.

    En el contexto previamente descrito, se pueden construir identi-dades nacionales y regionales?, puede ser la construccin de identida-des culturales, objeto de polticas?.

    El proceso de identidad est sometido a las tensiones que imponela concentracin del ms del 70% de la poblacin de Amrica Latina enciudades; la erosin que sufren las naciones-estados como entidadesarticuladoras de lo social; la accin de las industrias culturalestransnacionales y la reestructuracin y transferencia de las funcionespolticas de los actores tradicionales (partidos, sindicatos, asociacionesde base) a nuevos actores. En este ltimo mbito, a la declinacin de lasformas tradicionales de hacer poltica se suma el fortalecimiento de losnuevos mecanismos (ej.: los programas periodsticos de opinin por ra-dio y televisin, los sondeos y encuestas y la preparacin de imgenes ycontenido televisivo para los actores polticos).

    Adems, se acepta comunmente -al menos, en las declaracionesoficiales- que la integracin constituye un proceso mucho ms abarcadory profundo que su dimensin econmica (que hasta ahora, privilegi elplano comercial). La dimensin cultural provee las bases simblicas delproyecto, mucho ms si se aspira a alcanzar estadios superiores de inte-gracin. Cabe recordar que tanto en su espacio subregional como cuan-do se promueve la idea-fuerza de una comunidad latinoamericana denaciones, se hace referencia a un proceso de profunda transformacinsociopoltica y econmica.

    Este implica no slo una redefinicin de las identidades cultura-les, sino el desafo de construir un espacio cultural regional que estarbasado ineludiblemente en el pluralismo -ya que Amrica Latina y elCaribe presentan muchas identidades coexistiendo e interactuando en-tre s (ej.: mesoamericana, caribea, andina, rioplatense, las de cadapas y subregin, etc.) (Garca Candini, 1998)-, pero que tambin tendrque tener en cuenta las industrias culturales. Este sector cada vez msamplio de los medios audiovisuales y la informtica -ambos, actualmente

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 191

    decisivos en la configuracin de identidades- trasciende las fronterasnacionales y regionales. Dado que los mensajes y bienes culturales demayor difusin se originan en centros transnacionales y circulan porredes y satlites sobre los cuales los Estados tienen poco control, paraincrementar la capacidad de accin de los Estados, las polticas cultura-les deben incorporar concepciones, mecanismos y formas de operar nue-vas, que modifiquen y amplen las utilizadas cuando las entidades cultu-rales simplemente coincidan con el territorio de cada nacin (GarcaCandini, 1998).

    Consideremos ambos aspectos. Por una parte, un proceso histri-co de envergadura requiere convocar tradiciones, smbolos y represen-taciones para crear un nuevo imaginario social, teniendo a la historiacomo fuente de legitimacin de las acciones y la cohesin colectiva (vaseHobsbawn y Ranger, 1984). Ese proceso es muy lento, como lo demues-tra, entre otros ejemplos, la construccin de la Unin Europea. Deman-da una accin poltica deliberada, amplia participacin de la sociedadcivil y la profundizacin del conocimiento y la interaccin en todos losplanos -que no siempre ser cooperativa- entre los pueblos de la regin.Como se ha sealado previamente, la identidad cultural no es ajena alpoder poltico. Construir identidades subregionales y regionales exigeun enorme esfuerzo consciente, en nada exento de conflictos -pero quepueden ser superados- a partir de la multiculturalidad (Garca Candini,1998) ya presente en Amrica Latina y el Caribe y, de una historia regio-nal compartida.

    En la mayora de los esquemas subregionales de integracin, ladimensin cultural est formalmente presente (ej.: en el CAN, el MCCA,CARICOM y MERCOSUR), pero es menester reconocer que, en gene-ral, se halla lejos de ocupar puestos prioritarios en las respectivas agen-das de negociacin. Adems, ocuparse hoy - y en el futuro prximo - delas identidades culturales demanda polticas que centren el esfuerzo enlas industrias multiculturales, ya que la mera defensa y reproduccin delos patrimonios histricos nacionales resulta condicin necesaria, perono suficiente.

  • 192 CARLOS JUAN MONETA

    VI. Amrica Latina y el Caribe ante la cultura global:algunas propuestas

    Los elementos y procesos aqu expuestos pueden parecer, en unaprimera lectura, demasiado tericos y lejanos a la realidad cotidiana paraquienes deben interpretar el funcionamiento y dar respuesta a los nue-vos hechos del sistema global, adoptando decisiones en las Cancillerasy en los Ministerios de Finanzas o de Economa. No obstante, y quizssin contar con una apropiada conciencia de ello, la dimensin cultural -en primer lugar, por su incidencia en nuestra visin y construccin ideo-lgica del mundo- afecta nuestras formas de percibir los problemas ysus posibles soluciones, al igual que enriquece o limita la identificacinde nuevas oportunidades y formas de accin.

    En efecto; los factores y procesos comentados en las distintas sec-ciones de este trabajo afectan la cultura poltica y econmica de nues-tros pases. Cuando se modifica la combinacin de valores y prcticasque constituyen la cultura poltica de una sociedad determinada, se re-quiere una profunda transformacin en el papel del Estado. Ese es elcaso, por ejemplo, del cambio de los valores relativos a la participacinde lo pblico y lo privado; de la estabilidad de las instituciones; de laparticipacin de ramas que tradicionalmente fueron lderes en el proce-so de crecimiento econmico y que son reemplazadas por nuevos secto-res; del reemplazo de un paradigma tecnolgico por otro; de la modifi-cacin de las preferencias sociales en la forma de organizacin colectivao de la legitimidad y el peso asignado al Estado frente a las diversasorganizaciones que integran la sociedad civil (Tomassini, Moneta y Va-ras, 1991:223-224).

    En esas circunstancias, parece conveniente considerar la utilidadde aplicar propuestas como las siguientes7:1. Drstico cambio de contenido y enfoque en las polticas cultura-

    lesEn vez de basar, como antes, la accin en materia cultural en la

    defensa de los patrimonios histricos, resulta necesario desarrollar es-trategias vinculadas a los nuevos escenarios de informacin y comuni-

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 193

    cacin. La conveniencia de poner en prctica ese tipo de polticas serefuerza ante la exigencia para los Estados de forjar nuevas alianzasestratgicas en distintos campos y circunstancias, con diferentesestamentos de su propia sociedad y de grupos y actores transnacionales,tanto en sociedades inmersas en otros mbitos culturales (ej.: Asia, Me-dio Oriente, Africa), como en aquellas que nuestro sentido comn esta-blece como conocidas y cercanas (ej.: Europa Occidental).2. Necesidad de contar con datos estadsticos adecuados y confiables

    Para poder modificar la situacin actual de Amrica Latina y elCaribe en el mbito de la cultura, se debe poder contar con estadsticasorganizadas y confiables de todos lo pases de la regin, que permitanconocer los hbitos, actitudes y gustos de los consumidores y simult-neamente, provean informacin sobre la evolucin y tendencias de lasinversiones culturales estatales y privadas. Asimismo, se necesita cono-cer las legislaciones nacionales y del resto del mundo -y promover suavance en la regin- as como los mecanismos utilizados en distintospases y regiones para promover y aumentar el financiamiento pblico yprivado a este sector.3. Examen del papel de las industrias culturales en el crecimiento

    econmico regional

    De igual manera, es imprescindible realizar estudios sobre el pa-pel de las industrias culturales en el crecimiento econmico -ej.: contri-bucin a las exportaciones y al empleo y posibilidades de participaciny supervisin del sector pblico y privado- y su impacto cualitativo enlos procesos de formacin de identidades.4. Establecimiento de redes para flujos culturales intrarregionales

    Resulta imprescindible establecer un denso tejido de vasos comu-nicantes (redes) coordinados para permitir e incrementar los flujos cul-turales, el intercambio de estadsticas, estudios y experiencias entre losdistintos esquemas subregionales de integracin. En este campo, a laaccin que llevan a cabo la UNESCO, el Convenio Andrs Bello, laOEA y otras instituciones, se requiere sumar las de los entes regionales(ej.: SELA, CEPAL).

  • 194 CARLOS JUAN MONETA

    5. Incorporacin de los procesos de descentralizacin y la vincula-cin de las ciudades-reginTeniendo en cuenta el preeminente papel que adquieren las ciu-

    dades y regiones en los nuevos mapas econmicos, sociales y culturalesque comienza a dibujar la globalizacin (Moneta, 1998) a partir del es-quema local-global, las polticas culturales a establecer deberan in-corporar en forma prominente los espacios simblicos y concretos delas colectividades territoriales en su concepcin y prctica.6. Monitoreo sociocultural de los procesos de integracin

    Resultara muy conveniente poder llevar a cabo estudios relativosa las imgenes y actitudes que acompaan los procesos de integracinregional, la vinculacin econmica hemisfrica y la insercin interna-cional de Amrica Latina y el Caribe, junto a las percepciones predomi-nantes sobre los aspectos ms destacados de la globalizacin y su inci-dencia para la regin.7. Mejorar el conocimiento de los componentes culturales de las re-

    laciones internacionales y transnacionales para optimizar la pol-tica externa

    Se requiere contar con un panorama preciso de los componentesculturales de las relaciones interestatales y transnacionales para evitarpeligros y optimizar oportunidades. Entre los primeros, existe el riesgoque las polticas exteriores de Amrica Latina y el Caribe se inserten oadquieran conflictos de base cultural que no les competen y que puedenperjudicar sus relaciones polticas y econmicas con otros estados y re-giones.

    8. La diversidad cultural constituye una riquezaLa muy limitada y determinante visin que prevalece en el mbi-

    to del pensamiento y la praxis econmica ha tendido a marginar, hastapoco tiempo atrs, la incidencia de los factores culturales en la utiliza-cin de la rica diversidad cultural de Amrica Latina y el Caribe; en lapercepcin de los costos y beneficios; en la tica empresarial, en lasrelaciones interpersonales y en la construccin societal de condicionessatisfactorias de competitividad.

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 195

    La poltica exterior tendr que defender la especificidad frente alas corrientes homogeneizadoras externas en el plano poltico y econ-mico y construir un discurso y prctica con viabilidad y legitimidad. Suselementos fundamentales seran el derecho y la necesidad de respetar ladiversidad y tener en cuenta que las caractersticas y situaciones nacio-nales son una condicin necesaria para, entre otras, emprender con xitoprocesos de modernizacin social y productiva.9. Aprovechar mejor las subculturas profesionales

    Asimismo, la multiplicidad cultural contempornea conduce a laprofundizacin y ampliacin de subculturas profesionales. Tal es el caso,por ejemplo, de las subculturas transnacionalizadas de los diplomticosy funcionarios internacionales, los intelectuales, los empresarios yfinancistas. Todas esas subculturas funcionan como redes animadas desus propios cdigos y normas, constituyendo otras tantas herramientasde la poltica nacional y regional.10. Ampliar la participacin en las decisiones y procesos de cambio

    econmico y poltico al mayor y ms variado espectro de actoresSi se desea intervenir con posibilidades de cierto xito en los jue-

    gos de competitividad darwiniana que caracterizan al actual paradigmaeconmico e inclusive avanzar ms lejos an, promoviendo su reempla-zo, tanto las sociedades industrializadas como aqullas en desarrollorequieren que la construccin de esas condiciones se realice evitandoque slo participen las lites tecnocrticas y polticas. Se necesita que alos nuevos escenarios de las sociedades de la comunicacin y las so-ciedades del conocimiento se sume el mayor nmero posible de ciuda-danos, ampliando la cobertura de los mecanismos de informacin, co-municacin y socializacin entre los miembros de nuestras sociedades(Hopenhayn y Ottone, 1993).

  • 196 CARLOS JUAN MONETA

    Notas:1. Una importante excepcin la constituye la obra de S. Huntington, The

    Clash of Civilizations and the Remaking of World Order, Simon &Schuster, New York, 1996.

    2. Un anlisis de este punto fue incluido en C. Moneta, El espacio cultu-ral en los procesos de regionalizacin y globalizacin, Encuentro In-ternacional de Economistas sobre Globalizacin y Problemas de Desa-rrollo, Asociacin de Economistas de Amrica Latina y el Caribe y Aso-ciacin de Economistas de Cuba, La Habana, 18-22/1/99.

    3. Entre quienes enfatizan la fuerza homogeneizadora con contenidos sim-blicos de mercado, consumo y Fines Mundo puede nombrarse aMattelart, Transnationals and Third World: The struggle for Culture,South Hadley, Bergin and Garvey, 1983 y C. Hamelink, CulturalAutonomy in Global Communications, Longman, New York, 1983. En-tre los que resaltan los efectos diferenciadores y la capacidad de nacio-nalizarlo o indigenizarlo, ver M. Yoshimoto, The Postmodern andMass Images in Japan, Public Culture 1 (2); 1989, pg. 8-25. y V.Hannerz, Notes on the Global Ecumene, Public Culture, 1 (2), 1989,pgs. 66-75.

    4. Tomo como base a Negrier, Multiculturalisme, interculturalisme etechanges culturales internationaux, Institutions et vie culturelle, LaDocumentation Franaise, Paris, 1996.

    5. Potencias que se caracterizan a lo largo de la historia por la intensa yracional utilizacin de la diplomacia cultural son, entre otras, China yRoma y contemporneamente, Francia y los Estados Unidos.

    6. Sobre el tema pueden verse, entre otros, los trabajos incluidos en M.Featherstone (Ed.), Global culture. Nationalism, globalization andModernity, Sage, London, 1992.

    7. Las propuestas Nos. 2 y 3 corresponden al trabajo de N. Garca Canclini,1998) presentado en el Seminario, Integracin Econmica en industriasculturales en Amrica Latina y el Caribe.

    * El contenido de este trabajo responde parcialmente al texto de un art-culo que he publicado -bajo el ttulo La dimensin cultural: el eslabnperdido de la globalizacin- en la revista CAPITULOS No. 47 delSELA, julio-septiembre -1996.

  • AMRICA LATINA EN TIEMPO DE GLOBALIZACIN II 197

    Referencias BibliogrficasAppadurai, Arjun (1989) Global ethnoscapes: notes and queries for a

    transnational Anthropology, en R., Fox (Edt.) Interventions:Anthropology of the present, London, Berg.

    Albrow, M. (1998) Abschied von der heimat. Gesellschaft in der globalen ara,Zwite Moderne, Frncorft, Suhrkamp, citado en U. Beck, (1998) Qu esla globalizacin? Falacias del globalismo, respuestas a la globalizacin,Buenos Aires, Paidos

    Black, C.E. (1966) The dynamics of modernization, New York, Harper &Row,citado en Octavio Ianni (1996) Teoras de la globalizacin, Mxico, Si-glo XXI.

    Beck, U. (1998) Qu es la globalizacin? Falacias del globalismo, respuestasa la globalizacin, Buenos Aires, Paidos.

    Caldern Martin y Ernesto Ottone (1993) Hacia una perspectiva crtica de lamodernidad: las dimensiones culturales de la transformacin producti-va con equidad, CEPAL, Docto. De Trabajo No. 21, (octubre).

    Casullo, Nicols (compilador) (1989) El debate modernidad-postmodernidad,Buenos Aires, Punto Sur.

    Chesnaux, Jean (1989) Modernit-monde, Pars, la Decouverte.Durston, J., (1993) Cultura, conocimiento y modernidad, Seminario Pueblo

    Mapuche y Desarrollo, Angol, Chile (14 al 16 de enero).Garca Canclini, Nestor (1995) Consumidores y ciudadnos. Conflictos

    multiculturales de la globalizacin, Mxico, Grijalbo.Garca Canclini, Nestor (1998) Polticas culturales: de las identidades nacio-

    nales al espacio latinoamericano. Seminario: Integracin econmica eindustrias culturales en Amrica Latina y el Caribe, Buenos Aires,SELA-UNESCO-Convenio Andrs Bello (30 y 31 de julio)

    Giddens, Anthony (1993) Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianza.Hammelink, C. (1983) Cultural autonomy in global communications, New York,

    Longman.

    Hannerz, Ulf (1989) Notes on the global ecumene, Public Culture 1(2) pp.66-75.

  • 198 CARLOS JUAN MONETA

    Hobsbawn Erick y Terence Ranger (Edts.) (1984) The invention of tradition,Cambridge, Cambridge University Press, citado eb Ansaldi, Waldo(1998) Integracin Cultural. Una identidad en construccin, enMercosur, mucho ms que un mercado, Revista de la Universidad Na-cional de Buenos Aires.

    Huntington, S. (1996) The clash of civilizations and the remaking of worldorder, New York, Simon &Shuster.

    Ianni, Octavio(1996) Teoras de la globalizacin, Mxico, Siglo XXI.Mattelart, Armando (1983) Transnationals and Third World: the struggle for

    culture, South Hadley, Bergin and Garvey.

    Moneta, Carlos (1998) Espacios econmicos y globalizacin, en SELA-AECILa dinmica de las relaciones externas de Amrica Latina y el Caribe,Buenos Aires, Corregidor (diciembre).

    Moneta, Carlos (1999) El espacio cultural en los procesos de regionalizaciny globalizacin, Encuentro internacional de Economistas sobreglobalizacin y problemas de desarrollo, La Habana, Asociacin de Eco-nomistas de Amrica latina y el Caribe y Asociacin de Economistas deCuba (18 al 22 de enero).

    Moneta, Carlos (s/f) El proceso de globalizacin: percepciones y desarrollos,en Queenan y Moneta (compliladores) Las reglas del juego. AmricaLatina, globalizacin y regionalismo, Buenos Aires, Corregidor.

    Quenan, C., Moneta, C. y Miotti, E. (1998) Impacto de la crisis asitica enAmrica Latina, SELA, doc. SP/DRE/DI No. 21-98, Rev.1, Caracas,(mayo)

    Recondo, G., (1998) Mercosur y la cultura, en G. Recondo (compilador),Mercosur: la dimensin cultural de la integracin, Ciccus.

    Tomassini, Luciano, Carlos Moneta y A. Varas (1991) La poltica internacio-nal en un mundo postmoderno, Buenos Aires, G.E.L.

    Yoshimoto, M. (1989) The postmoderna and mass images in Japan, Publicculture 1(2), pp. 8-25.