72
1 1. CONCEPTO FILOSÓFICO DE HOMBRE EN LA EDAD ANTIGUA: GRECIA 1.1. GEOGRAFÍA EN LA ANTIGUA GRECIA El marco geográfico comprendía la Grecia continental, en el extremo de la península de los Balcanes, la Grecia insular o islas del mar Egeo y la Grecia asiática o costas de la península de Anatolia. En el territorio griego, cortado por numerosas y profundas ensenadas, se alzan varios sistemas montañosos, que fraccionan el país en muchos valles recorridos por escasos y pocos caudalosos cursos de agua. La agricultura y el pastoreo no requieren mano de obra abundante y disciplinada bajo un gobierno autoritario, como en los países que practicaban el regadío. Ello influyó en que surgieran ciudades independientes, hasta formar pequeños Estados. En Grecia nunca hubo un estado griego unificado, con una capital, como sucedió en otras civilizaciones antiguas. Su clima es templado, el paisaje vario y risueño y sus costas se presentan muy recortas. Pese a su favorable posición geográfica, Grecia ha sido siempre un país pobre, debido a la ausencia de recursos minerales de cierta importancia en su subsuelo y al carácter rocoso de su suelo poco apto para los cultivos agrícolas; sólo algunas y estrechas llanuras son idóneas para el cultivo de agrios, de vides y de olivos. Desde un punto de vista estrictamente geográfico, se suele dividir el territorio de la antigua Grecia en cuatro regiones:

1. CONCEPTO FILOSÓFICO DE HOMBRE EN LA EDAD ANTIGUA: GRECIAglifos.unis.edu.gt/digital/tesis/2004/9645.pdf · 4 Por lo que se refiere a la indumentaria, los griegos, en general, tuvieron

  • Upload
    vuduong

  • View
    213

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

1

1. CONCEPTO FILOSÓFICO DE HOMBRE

EN LA EDAD ANTIGUA: GRECIA

1.1. GEOGRAFÍA EN LA ANTIGUA GRECIA

El marco geográfico comprendía la Grecia continental, en el

extremo de la península de los Balcanes, la Grecia insular o islas del

mar Egeo y la Grecia asiática o costas de la península de Anatolia. En

el territorio griego, cortado por numerosas y profundas ensenadas, se

alzan varios sistemas montañosos, que fraccionan el país en muchos

valles recorridos por escasos y pocos caudalosos cursos de agua. La

agricultura y el pastoreo no requieren mano de obra abundante y

disciplinada bajo un gobierno autoritario, como en los países que

practicaban el regadío. Ello influyó en que surgieran ciudades

independientes, hasta formar pequeños Estados. En Grecia nunca hubo

un estado griego unificado, con una capital, como sucedió en otras

civilizaciones antiguas. Su clima es templado, el paisaje vario y risueño

y sus costas se presentan muy recortas. Pese a su favorable posición

geográfica, Grecia ha sido siempre un país pobre, debido a la ausencia

de recursos minerales de cierta importancia en su subsuelo y al

carácter rocoso de su suelo poco apto para los cultivos agrícolas; sólo

algunas y estrechas llanuras son idóneas para el cultivo de agrios, de

vides y de olivos.

Desde un punto de vista estrictamente geográfico, se suele

dividir el territorio de la antigua Grecia en cuatro regiones:

2

- Zona septentrional, comprendida la región del Epiro por el Oeste y

la de Tesalia por el Este, separadas entre sí por la cadena montañosa

del Pindo.

- Zona central, que comprendía ocho regiones: Acarnia, Etolia,

Dórida, Lócrida, Fócida, Beocia, Megárida y Atica; en esta última se

levanta la ciudad de Atenas.

- Zona meridional separada de la central por el istmo de Corinto; esté

constituida por la península del Peloponeso subdividida en seis

regiones: Acaya, Arcadia, Argólida, Elida, Mesenia y Laconia: la ciudad

principal era Esparta.

- Zona insular, formada por gran número de islas de distinta

extensión, entre las que la mayor era la de Creta (llamada más tarde

Candía).

Fuente: Enciclopedia Encarta 2003

Mapa N. 1 Mapa de la Antigua Grecia

3

Este mapa muestra las principales divisiones étnicas de la

antigua Grecia y destaca las principales ciudades en cada región. La

antigua Grecia, poblada por distintos grupos étnicos, estaba formada

por diversas ciudades-estado independientes. Los estados vecinos

firmaban ocasionales alianzas, como la formada para crear una fuerza

defensiva común bajo el liderazgo de Esparta, durante la invasión

persa de Grecia en el año 480 a.C. Las ciudades-estado también

lucharon entre sí, como fue el caso de la guerra del Peloponeso desde

el 431 a.C. hasta el 404 a.C. entre Esparta y Atenas.

1.2. PERFIL DE LA CIVILIZACIÓN GRIEGA

Los griegos supieron poner de manifiesto altísimas dotes de amor

patrio y valor militar. La gloria del pueblo griego estriba en el altísimo

nivel de civilización que alcanzaron en los distintos órdenes de la

actividad humana. Dotados de gran inteligencia y de viva fantasía,

deseosos de aprender siempre más y mejor, los griegos llegaron a

alcanzar cumbres hasta ahora no igualadas en la concepción y

realización de obras de arte.

1.2.1. Vida pública y privada. Los antiguos griegos tenían la

costumbre de pasar la mayor parte del tiempo en el ágora, en los

gimnasios y en otros lugares de reunión pública, donde, además de

interesarse por la vida de la polis, desenvolvían sus actividades

personales. No cuidaban, por tanto, excesivamente sus habitaciones

particulares que, sin embargo, resultaban bastante higiénicas, puesto

que estaban aireadas y soleadas.

4

Por lo que se refiere a la indumentaria, los griegos, en general,

tuvieron gustos sencillos; los hombres se vestían con el llamado hitón,

una especie de larga camisa sin mangas, sobre la cual se colocaban un

manto sujeto a uno de los costados, llamado clámide, o bien un manto

que formaba muchos pliegues y que recibía el nombre de palio. La

mujer acostumbraba a vestir también el hitón, llevando sobe él un

manto muy amplio conocido con el nombre himatión; los más jóvenes

se cubrían con el peplos, es decir, con un vestido sin mangas sujeto

con unas hebillas a la altura de la cadera. Los calzados más simples

eran de forma similares a las sandalias usadas en nuestros días, o bien

se trataba de ligeros zapatos estrechos sujetos en los tobillos por

correas que luego se anudaban por encima de las pantorrillas.

1.2.2. Las actividades económicas. Los griegos, que en los

primeros tiempos se dedicaron preferentemente al pastoreo y a la

agricultura, llegaron a ser muy pronto comerciantes y artesanos de

gran habilidad.

Tal metamorfosis no fue ni improvisada ni dejada al azar, sino

que vino impuesta por diversos factores; en primer lugar fue una

consecuencia directa de la colonización griega en las costas itálicas y

sicilianas. En ellas, los moradores indígenas no estaban en condiciones

de abastecer a los colonizadores de los objetos que les eran

necesarios, y a estas necesidades debieron subvenir los comerciantes y

marinos de la madre patria. Más tarde se inició la fabricación in situ de

distintos objetos que comenzaron a darse a conocer y luego fueron

solicitados por los mismos indígenas, los cuales, aunque se mostraban

propicios a similar una civilización superior a la suya, no conseguían

producir manufacturas de calidad tan refinada como las de los

5

comerciantes griegos. Estos, a cambio, adquirían materias primas,

principalmente cobre, pieles, granos, etc. Hubo, además, otros

motivos, se pueden considerar de orden natural, que incitaron a los

griegos a dedicarse a otras actividades fuera de las netamente

avícolas: por un lado el incesante aumento de la población, y, por otro,

la escasa superficie cultivable del territorio helénico, cuya producción

fue siempre deficitaria para las necesidades de la población. Fue, pues,

necesario recurrir a la importación de granos de Egipto y de las costas

del Mar Negro, mientras en las distintas ciudades griegas se daba

impulso a las actividades artesanas que luego alimentarían una

poderosa corriente de exportaciones que permitió equilibrar la balanza

de las importaciones.

Los griegos fueron muy hábiles en la elaboración de los metales

(especialmente el oro, la plata y el bronce) así como en la cerámica,

decorada con admirables pinturas. Se dedicaron también, y con

notable maestría, al tejido del lino y de la lana; los principales centros

de tales actividades fueron las ciudades de Atenas y Corinto; es

evidente que se trataba de una producción netamente artesana, a la

que dedicaban, en modestos talleres, núcleos familiares enteros.

Los puertos más activos, por el volumen de mercancías

embarcadas y descargadas, fueron los del Pireo y Siracusa; asumió

especial importancia el puerto de Corinto, debido a su estratégica

posición geográfica, ya que estaba situado en el istmo que separa los

dos mares de Grecia, el Jónico y el Egeo.

En el Siglo V antes de Cristo, el estado de guerra casi sin

solución de continuidad en que se halló envuelto el territorio repercutió

6

de modo evidente en sentido negativo sobre la economía interna de

Grecia. En las regiones en las que los ejércitos contendían, el ir y venir

de las tropas de un territorio a otro producían las consecuentes

devastaciones de mieses, de frutos, incendios de poblados, fugas

masivas de su población civil…No fueron menores los daños que la

guerra hizo a los comerciantes: los graves riesgos que implicaba el

transporte de mercancías, junto con las frecuentes piraterías que

obligaron a los armadores a resguardar sus naves al amparo de los

puertos más seguros. Tal situación se agravó por el creciente poderío

naval de los atenienses, lo que produjo el retroceso de la producción

industrial o, mejor dicho, de la artesana, hasta el punto de que las

únicas elaboraciones que produjeron y que se mantuvieron en activo

fueron las relacionadas con los pertrechos militares: maderas y velas

para la marina, hierro y cuero para el ejército; las demás fueron poco

a poco abandonadas por resultar antieconómicas.

1.2.3. Los estudios científicos. Como la mayor parte de los

pueblos antiguos, en especial los orientales, los griegos fueron

apasionados cultivadores de las ciencias, especialmente de las

llamadas exactas. Efectivamente, se dedicaron con admirables

resultados a la aritmética y a la geometría, desarrollando con intuición

e inteligente raciocinio las nociones ya adquiridas por otros pueblos.

Son universalmente conocidos, por citar sólo un ejemplo, los nombres

de Tales de Mileto y de Pitágoras, a los que se deben los fundamentos

de la doctrina matemática. Directamente relacionados con el desarrollo

de estas últimas estuvieron los progresos realizados en el campo de la

astronomía, que adquiere caracteres de verdadera ciencia gracias a los

griegos, que relaboraron con riguroso método científico las teorías

emitidas anteriormente por otros pueblos de la Antigüedad. La

7

medicina adquirió un especial auge hasta el período llamado clásico;

también en tan delicado campo los griegos se dedicaron con rigor

científico y seriedad, hasta conseguir notables éxitos. Después de los

estudios de Empédocles que logró identificar en el órgano cardíaco el

centro del sistema vascular, y de Diones, tenido como el primer

experto en anatomía humana, el verdadero padre de la medicina, en el

significado moderno del término, puede ser considerado Hipócrates.

1.2.4. Características generales de la cultura Griega

1.2.4.1. El pueblo griego desarrolló un espíritu crítico e inquisitivo

ante la realidad circulante. En efecto, es el primer pueblo que

racionaliza e intenta comprender las leyes que rigen la naturaleza y el

lugar que ocupa el hombre en ella.

1.2.4.2. Esta búsqueda racional de conocimiento llevó a los griegos

a organizarlo y sistematizarlo en grandes nociones y disciplinas que,

aún hoy, continúan vigentes. Así pues, separaron épica y lírica, mito e

historia, tragedia y comedia, ensayo y crítica, etcétera.

1.2.4.3. Crearon los postulados básicos del pensamiento filosófico y

político y las dos grandes vertientes de la filosofía (el idealismo,

representado por Platón y el realismo representado por Aristóteles).

1.2.4.4. Sentaron las bases del pensamiento científico y

desarrollaron las matemáticas, la geografía, la medicina.

1.2.4.5. Por todo lo anterior, se ha afirmado que el pueblo griego crea

la razón humana.

8

1.2.4.6. También se le considera como el modelador de un ideal del

hombre en el que se conjugan las cualidades morales y las cualidades

físicas, ya que para los griegos la ética y la estética se confunden, en

el sentido de que conciben que lo bello es, necesariamente, bueno,

pues el exterior y el interior del hombre están estrechamente

vinculados.

1.2.4.7. En el arte, y prácticamente en todas sus actuaciones, existe

una búsqueda perpetua de belleza, ya que como se señala en el punto

anterior, la belleza implica una aspiración a ser mejor en todos los

sentidos.

Es evidente la enorme y rica herencia que el pueblo griego legó,

herencia que se debe conocer para poder, al mismo tiempo, entender

una parte importante de nuestra cultura contemporánea.

9

El Erecteón en la Acrópolis de Atenas, exponente de la cultura griega.

Dentro de la cultura griega se considera importante mencionar

dos características que van a ser fundamentales para comprender

mejor su producción literaria, a saber, el mito y la concepción del

cosmos.

Imagen N. 1 El Erecteón

Fuente: Jacques Pirenne. Historia Universal, 1989

10

- El mito. Como en todas las culturas arcaicas, el mito griego estuvo

profundamente vinculado a la religión. En ella se encuentra una serie

de mitos que representan y explican los fenómenos y manifestaciones

de la naturaleza, aunque también hay mitos cuya fuente es una

realidad histórica que ha sido remodelada y de la cual se independizan

después. Los héroes legendarios, entonces, se convierten en figuras

míticas que proporcionan modelos ejemplares, arquetipos universales

en los que el pueblo, además, conserva su pasado.

Hay que señalar en este punto que todos los dioses griegos son

profundamente humanos y que esta humanización se da tanto en la

apariencia física como en los conflictos y pasiones de los que

constantemente son víctimas.

En Grecia, los mitos constituyeron la materia prima de todas las

manifestaciones artísticas entre las que destacan la literatura y la

escultura, e inclusive fueron punto de partida de muchos

planteamientos filosóficos.

- La Concepción del cosmos a partir de un pensamiento mítico griego.

Los griegos concibieron el cosmos de una manera muy especial: para

ellos, la naturaleza no se rige por leyes de causa y efecto, sino por lo

que se puede llamar orden o destino (justicia cósmica). Según esta

concepción, el hombre no es un mero instrumento de los dioses, sino

que tiene una responsabilidad importante en el mantenimiento de la

salud y la estabilidad cósmica. Sin embargo, esto no es una empresa

sencilla porque el héroe –que constituye el punto de encuentro entre

las fuerzas terrestres y divinas- es presa fácil de sus pasiones (la

cólera, el orgullo, la envidia, etc.) y con ello pone en peligro al cielo y a

11

Imagen N. 2 Homero y Venus de Milo

la tierra. La enfermedad o locura del héroe que se excede (que viola

las normas establecidas) contagian el universo entero y lo

desestabilizan. En este caso, la única posibilidad de restaurar el orden

es la destrucción el héroe (en Edipo Rey de Sófocles, la estabilidad del

universo ha sido quebrantada al convertirse Edipo en parricida y

casarse con su madre; la desgracias que azotan al pueblo de Tebas

desaparecen en cuanto Edipo queda ciego y se convierte en un

mendigo errante).

La mitología griega se basa en las fábulas y en la tradición

histórica. En los poemas de Homero y otros autores clásicos, los

dioses inmortales, aparecen bellos y sublimes, como Afrodita, conocida

como la Venus de Milo.

Fuente: Visual. Enciclopedia básica. 1992

12

1.3. PERÍODOS HISTÓRICOS DE GRECIA

El nombre de Grecia fue dado por los romanos. Los griegos se

denominaban helenos y a su país lo llamaban Hélade porque, según

una leyenda, descendían de Helen, personaje mitológico cuyos hijos

originaron los grupos helenos: aqueos, jonios, eolios y dorios. Los

griegos pertenecían al grupo racial y cultural indoeuropeo. Entraron en

Grecia continental por la época en que otros grupos indoeuropeos

(arios, hititas, persas, etc.) invadieron el Cercano Oriente y la India.

Alrededor de 1700 a. de C. penetraron en la región jonios, eolios y

aqueos, y comenzó la historia de Grecia, que se divide en los períodos

micénico, homérico, arcaico y clásico.

1.3.1. Grecia Micénica (1700-1100 a. C.). Este período se llama

así por la ciudad de Micenas, uno de los centros principales de los

aqueos, grupo que predominó sobre los otros. Los aqueos eran

guerreros, formaron varios reinos independientes unos de otros y

levantaron ciudades amuralladas. Rendían culto a los dioses y

enterraban a sus reyes en tumbas, rodeados de armas y objetos de

oro y bronce. Aunque vivían de la agricultura, practicaron la piratería

en el mar y un comercio pacífico. Por rivalidades mercantiles con la

ciudad de Troya, situada en la costa asiática, los reyes aqueos

formaron una coalición que la atacó y destruyó. La información sobre

este período está contenida en tablillas escritas en aqueo y en

numerosas leyendas, sobre todo en la Ilíada, atribuida a Homero, que

describe las costumbres y la guerra contra Troya.

1.3.2. Grecia homérica (1100-776 a. C.) Los dorios, último

grupo helénico que invadió la península, se impusieron con sus armas

13

de hierro, sometieron a los aqueos y acabaron sus realizaciones

culturales. Este período se llama homérico porque la principal

información sobre él está en la Odisea, que relata el regreso de Ulises

después de la guerra de Troya. Ante la invasión doria, numerosos

jonios y elogios huyeron a las islas del Egeo y a la costa de Asia Menor,

donde fundaron ciudades que, al contacto con las civilizaciones

orientales, se desarrollaron y convirtieron en centros de progreso. Los

dorios, además, ocuparon islas y el sur de la costa de Asia Menor. Así,

la Grecia asiática quedó dividida en la Jonia, la Eólida y la Dórida.

Pasada la barbarie inicial, en este período comenzó a formarse la

civilización griega. Como el comercio marítimo decayó completamente,

la tierra fue la fuente principal de riqueza. En cada ciudad los clanes

más poderosos y los dueños de las tierras tomaron el poder, abolieron

la jefatura de los reyes y establecieron gobiernos aristocráticos (de las

palabras griegas aristo = los mejores y kratos = gobierno), o sea, de

los nobles por nacimiento. Los nobles formaban el Consejo de la

ciudad, que asesoraba a los magistrados, pequeño número que tenía a

su cargo la dirección del ejército, la administración de justicia y demás

funciones ejecutivas. Los magistrados eran elegidos por la Asamblea,

compuesta por los ciudadanos guerreros, la cual tomaba decisiones,

pero subordinada a los intereses del Consejo y de los magistrados.

1.3.3. Grecia Arcaica (776-500 a. C.) Este período comienza

con los primeros Juegos Olímpicos, punto de partida del calendario

griego. Estas competencias continuaron celebrándose cada cuatro años

en Olimpia, en honor a los dioses. Durante este período se obtuvieron

varios logros.

14

a) Se consolidó el sistema de Polis, o sea la unidad social, económica y

política que constituyó la ciudad-estado griega, original de esta

civilización. Cada polis era un estado soberano, con leyes, gobierno e

instituciones propias y presentaba las siguientes características:

- Un espacio urbano amurallado, con una acrópolis o cerro elevado,

donde se levantaban fortalezas para la defensa de la ciudad y templos

a las divinidades.

- Una plaza o ágora que servía de mercado y sitio de reunión, de la

ciudadanía.

- Un conjunto de tierras y aldeas próximas, donde se cultivaba trigo,

vid, olivo y árboles frutales y donde se criaban ovejas, terneros y

cabras.

- Una población variable, según el tamaño de la ciudad, (entre

10,000 y 40,000 ciudadanos), para facilitar la comunicación y

participación de todos en la polis.

- Eran ciudadanos únicamente los nacidos en la polis y de padres

ciudadanos. En contadas ocasiones se concedía la ciudadanía a los

extranjeros. Así, por ejemplo, un ateniense era extranjero en las

demás ciudades. Sólo los ciudadanos podían tener tierras, participar en

asambleas, ser designados para cargos públicos y tomar parte en los

cultos. Los extranjeros y los esclavos carecían de derechos.

- Finalmente, en cada polis la opinión de los ciudadanos era

escuchada en la asamblea, donde se discutían públicamente los

15

problemas de la ciudad, se tomaban decisiones y se elegían

magistrados.

b) Se produjo una expansión colonizadora por las costas e islas del

Mediterráneo y el Mar Negro, debido al crecimiento de la población y a

que los aristócratas monopolizaban las escasas tierras cultivables.

Varias ciudades programaron la emigración de miles de griegos hacia

las citadas áreas, donde fundaron colonias agrícolas, organizadas en

forma independiente, que sólo mantenían vínculos religiosos y

comerciales con la ciudad fundadora.

Consecuencias de la colonización griega fueron: intenso comercio

entre ciudades y colonias, que desplazó a los fenicios del control

marítimo; desarrollo de industrias; uso de la moneda, recién inventada

en Asia Menor; construcción de embarcaciones más ligeras, los

trirremes o barcos con tres filas de remos; difusión de la civilización de

la esclavitud en el mundo griego, por captura o compra de hombres en

lejanas tierras.

c) La expansión colonizadora provocó cambios políticos,

económicos y sociales en la polis. Nuevos ricos, surgidos del comercio

y el desarrollo de las manufacturas, reclamaron a los aristócratas

compartir el gobierno. En algunas ciudades hubo luchas sociales; en

otras, el problema se solucionó pacíficamente, confiando a

legisladores u hombres prudentes y capacitados la reforma de las

instituciones y leyes escritas. Estos cambiaron la estructura de la

sociedad: desde entonces, la riqueza fue el factor decisivo para

alcanzar importancia social y poder político. Los más ricos

comerciantes pasaron a ocupar, junto con aristócratas terratenientes,

16

las magistraturas o altos cargos ejecutivos y tuvieron más

participación en los Consejos. La forma de gobierno aristocrática pasó

de ser oligárquica (de oligoi = algunos).

No obstante, los antagonismos sociales continuaron porque las

clases populares no obtenían las mejoras deseadas y muchas

aristocracias se negaban a perder su poder. En casi todas las ciudades

surgieron tiranos a mediados del Siglo VI a. de C. Eran jefes militares,

líderes populares o magistrados que tomaron el poder ilegalmente, con

apoyo de gente armada. Tiranía no significa dictadura cruel y

despótica, sino usurpación. Los tiranos repartieron tierras entre los

campesinos pobres, sometieron a las oligarquías y aristocracias y

realizaron notables obras públicas. Sin embargo, las tiranías se

convirtieron en dinastías familiares y, al final de dicho siglo, los tiranos

fueron derrocados en casi todas las ciudades. El régimen oligárquico se

restableció en la mayoría de las polis. Otras, como Atenas, organizaron

un sistema democrático (de demos = pueblo).

1.3.4. Grecia clásica (500-431 a. de C.)

a) Las guerras médicas (490-449 a. de C.) fueron el conflicto con los

persas o medos. Empezaron a raíz de la sublevación de las ciudades

griegas de la costa asiática contra la dominación del Imperio Persa. El

monarca Darío hizo arrasar a Mileto, que había iniciado el movimiento

libertador, y decidió castigar a Atenas, por la ayuda prestada a los

sublevados.

Hubo dos grandes guerras, en las cuales los griegos enfrentaron

a una potencia superior en hombres y armamentos. En la primera, los

17

hombres de Darío fueron derrotados en la llanura de Maratón. Diez

años más tarde Jerjes, su sucesor, invadió a Grecia por tierra y mar.

Ante el peligro, la mayoría de las ciudades se aliaron bajo la dirección

de Esparta, que poseía el mejor ejército. Pero, éste fue vencido en Las

Termópilas. Los persas incendiaron a Atenas, cuya población había

evacuado previamente Temístocles, diezmó y puso en fuga a los

persas, cuya infantería fue derrotada en su retirada. La victoria naval

de Micala (479 a. de C.) selló la independencia de las ciudades de la

costa asiática.

b) El Siglo de Pericles es el período posterior a las guerras médicas.

Se denomina así por el principal gobernante de Atenas. Para impedir

nuevos intentos conquistadores, Atenas organizó la Liga de Delos, una

confederación de ciudades marítimas que construyó una poderosa flota

que arrojó a los persas de Egeo. La dirección de la Liga convirtió a

Atenas en la polis más poderosa de Grecia y en centro artístico,

literario y científico. Este poderío agudizó la rivalidad con Esparta,

desató la lucha contra ella y condujo a la decadencia de la civilización

helénica.

1.4. ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

Lo que movió a los hombres a filosofar, como dice Aristóteles,

fue La admiración. Para comprender la inspiración filosófica es preciso

sentir, en algún momento al menos, la extrañeza por las cosas que son

o existe, librarse de la habituación al medio y a lo cotidiano, ponerse

en el puesto del que abre los ojos en un ambiente desconocido y

extraño.

18

Existe una primera admiración directa ante la existencia.

1.5. FILOSOFÍA EN GRECIA

Cuando se indaga el origen –en lo humano- de la cultura –de

esta que llamamos occidental, que es también la cultura que ha

predominado en el mundo civilizado- se remonta siempre hasta la

Grecia antigua.

Fue Grecia (siglos VI a II a. de C.) un pueblo excepcionalmente

dotado para el pensar filosófico, y en él suele buscarse también el

origen de la filosofía. Estas condiciones especialmente aptas brotan de

una peculiaridad general de aquel pueblo: su carácter esencialmente

humanista. Toda la cultura griega se desarrolla en torno al hombre, y

brota de la serena contemplación de la naturaleza humana. El arte

griego no representa a descomunales dioses ni a desatadas fuerzas de

la naturaleza, como acontecía en otros pueblos de su época, sino el

hombre armónico, al canon de sus perfecciones. Un Apolo o una Venus

griegos tienen como medidas somáticas la medida aritmética de

multitud de medidas experimentalmente tomadas. La concepción

arquitectónica de sus templos busca psicológicamente la serenidad en

la contemplación del espectador, incluso deformando ligeramente las

líneas teóricas para corregir las ilusiones ópticas. La vida política se

constituye ajustada al verdadero hombre, como una democracia de

libre, humana y flexible administración. Hasta sus mismos dioses son

hombres con sus facultades potenciadas.

Pues bien, este espíritu humanista liberó en Grecia al

pensamiento de la armazón irracional – mito y religión – con que se

19

presenta en los pueblos anteriores y exteriores a Grecia, e hizo posible

la reflexión puramente filosófica.

Se ha discutido si es justo atribuir el inicio de la filosofía con la

cultura Griega, al despreciar a lo filósofos de las más antiguas culturas

orientales. Sólo en Grecia se plantean racionalmente las cuestiones y

sólo allá la razón fue utilizada como un medio adecuado de penetrar en

la realidad. Los griegos tomaron conocimiento del valor de la actividad

racional, descubrieron la razón.

En los antípodas de ésta teoría se encuentra otra que quiere descubrir

la más profunda sabiduría en los textos sagrados de la India, y no ve

en la cultura griega más que una reducción de proporciones y

horizontes respecto a la filosofía oriental, que le proporciona cuanto

tiene de positivo.

No debe despreciarse, pues, el caudal de sabiduría filosófica que

se encierra en las literaturas orientales, pero es justo comenzar por

Grecia el estudio del esfuerzo del hombre contra el misterio que le

rodea: la filosofía, porque es en Grecia donde se encuentra las

primeras soluciones verdaderamente racionales. La sabiduría oriental,

por otra parte, influye sobre numerosos temas del pensamiento griego,

con lo que, indirectamente, se habrá de entrar en contacto con su

contenido y con su espíritu.

20

1.5.1. Los primeros filósofos cosmólogos: Tales, Anaximandro y

Anaxímenes.

Fueron el Siglo VI antes de J. C. y la ciudad de Mileto – puerto

griego de la costa de Asia Menor - la época y el escenario de los más

remotos intentos filosóficos de que se posee noticias. Allí vivió un

personaje cuyo conocimiento llega envuelto en la oscuridad de la

leyenda y del mito.

Tales de Mileto. Uno de los fabulosos Siete Sabios de Grecia,

autor de la cosmología en la que el agua es el principio de todas las

cosas.

Lo que movió a los hombres a filosofar fue la admiración, y lo

que históricamente les admiró fue, ante todo, el cambio y la

multiplicidad de individuos, experiencias que parecen contradecir

vivamente a la inmutabilidad y unidad de las ideas.

Los primeros filósofos procuran encontrar en el mundo físico - en la

realidad material siempre cambiante que rodea al hombre - un fondo

estable, un sustrato permanente al que todas las sustancias se

redujeran, algo ante lo que la multiplicidad y el cambio se convirtieran

en apariencias.

De Tales no se sabe más de lo que Aristóteles afirma: que el

principio buscando creyó encontrarlo en el agua, sustancia originaria

que estaría en el fondo de todas las cosas. Se puede suponer algunos

motivos que psicológicamente actuarían en aquel pensamiento todavía

primitivo: el agua del mar es el límite de la tierra, y más allá del

21

mundo aseguran los navegantes que se extiende el océano infinito; si

se profundiza bajo el suelo en el que habita el hombre, se encontrará

agua; el agua desciende del cielo y hace brotar la vida de las plantas,

que son, a su vez, el alimento de los animales; el agua, en fin, puede

transformarse por la temperatura en sólida y en gaseosa: el principio

de todas las cosas será pues, el agua.

Anaximandro. Otro filósofo de aquel legendario núcleo milesio

autor de un escrito entorno a la naturaleza, opinó que ese principio o

fondo común de todas las cosas no debe ser el agua precisamente,

sino una sustancia indeterminada, invisible y amorfa de donde el agua

y todos los elementos de la naturaleza proceden. Llamó a este

principio el apeiron (lo indeterminado). Y como lo indeterminado viene

a identificarse con el caos para los griegos, pueblo amante de lo

concreto y limitado, de la perfección de la forma, habrá de buscarse en

la afirmación de Anaximandro la primitiva creencia griega de que el

mundo (el Cosmos, ordenado) procede del Caos, creencia que ya

expresaba la Teogonía de Hesíodo: “Mucho antes de todas las cosas

existió el Caos; después, la Tierra espaciosa. Y el amor, que es el más

hermoso de todos los Inmortales”.1

Introdujo el reloj de sol inspirándose en los babilonios, y que fue

el primero en diseñar la Tierra.

Un tercer filósofo de Mileto es Anaxímenes. Discípulo y

compatriota de Anaximandro, autor, a su vez, de una obra sobre la

Naturaleza, sostuvo que el principio común de la aparente multiplicidad

y variabilidad de las cosas es el aire. El debió aparecer a los ojos de

1 Sopena. Enciclopedia Temática. Tomo XIV (España: Editorial Sopena 1985)

22

Anaxímenes como el medio vital, la capa que envuelve a la tierra

fuente de la vida y origen de todas las cosas. El aire, por otra parte,

tiene la apariencia sutil, indivisible y debió aparecer a los ojos de

Anaxímenes como el medio vital, la capa que envuelve a la tierra,

fuente de la vida y origen de todas las cosas. El aire, por otra parte,

tiene la apariencia sutil, indivisible y amorfa que Anaximandro

reclamaba para el principio universal.

Esta meditación sobre el Cosmos o universo material se prolonga

en el siglo siguiente (V antes de J.C.) con otros filósofos que suele

agruparse bajo el nombre de pluralistas. Sus rasgos comunes estriban

en admitir no una sola sustancia o arjé, sino una pluralidad de

elementos materiales irreductibles entre sí y también en suponer una

fuerza cósmica que explica el movimiento o cambio de las cosas.

1.5.2. Pitágoras y su escuela. Poco antes de estos últimos

filósofos (siglo V), en la colonia griega del sur de Italia (Magna Grecia)

fundó Pitágoras una asociación que era a la vez escuela filosófica y

comunidad religiosa. La doctrina de Pitágoras tuvo un carácter religioso

Imagen N. 3 Tales de Mileto-Anaxímenes-

Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986

23

e esotérico; probablemente no fue sino una desviación de la mística

órfica, según la cual las almas humanas preexisten y sobreviven a los

cuerpos. Esta escuela, de la que no se sabe qué debe atribuirse a su

fundador y qué a sus discípulos, tenía algo de secreto y misterioso,

como misterioso y nuevo era el culto al dios Dyonisos, cuya fe se

profesaba. El culto dionidíaco se inspiraba en los misterios órficos

(revelados al poeta y músico Orfeo), pero representaban en realidad

una penetración en el mundo heleno de las oscuras religiones, entre

las que predominan las monoteístas, de los pueblos orientales. Se ha

contrapuesto muchas veces lo apolíneo y lo dionisíaco. Apolíneo es el

espíritu griego: culto a la forma, a lo limitado, a la serena claridad de

lo humano perfecto; dionisíaco, el dominio de las fuerzas oscuras de la

naturaleza, la intensidad de las pasiones profundas, el principio

indeterminado, caótico, informe, que precedió y que rodea amenazante

al orden limitado de lo humano.

24

Los pitagóricos fueron los introductores de este nuevo culto

religioso y atormentado, por oposición al humanismo con que en

Grecia se concebía a la religión y al esteticismo que la rodeaba. Los

griegos suponían que bajo su inspiración se realizaban sacrificios

crueles y orgías, prácticas inconcebibles para la mentalidad griega.

No es ésta, sin embargo, la principal aportación de esta escuela

en orden a la filosofía. Los pitagóricos fueron grandes cultivadores de

las matemáticas y creyeron encontrar en los números el principio

(arjé), que los milesios habían creído descubrir en los elementos

naturales.

Imagen N. 4 Pitágoras

Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989

25

Ellos observaron que en la matemática es donde únicamente se

puede obtener la exactitud completa y la evidencia absoluta; que el

movimiento de los cuerpos celestes puede estudiarse

matemáticamente y predecirse así los eclipses y demás fenómenos;

que hasta las bellas artes, la música está sometida a número y

medida. Y fácil les fue concluir que el secreto del Universo está escrito

en signos matemáticos, que ellos son el principio fundamental del que

todos se derivan.

Pero, como participaban de la afición oriental a lo arcano y

misterioso, envolvieron también esta teoría con el velo de un saber

oculto, reservado sólo a los iniciados. Asignaron así a los números una

significación cabalística y a algunos un simbolismo sagrado. De este

modo creían poseer una clave para la interpretación del Universo.

Todo para ellos se hallaba regido por el número y el orden; los cuerpos

siderales, en su acompasado movimiento, interpretan una sinfonía

musical que no es percibida por el oído humano.

Este mismo concepto de orden universal hizo admitir otra

aportación de la filosofía india: el eterno retorno, la pervivencia2

terrena de las almas que trasmigran a otro cuerpo cuando sobreviene

la muerte, repitiendo así la sinfonía infinita del Universo. Esta idea de

la metempsicosis3 pasará a Platón, que recoge varios temas del

pitagorismo.

Los pitagóricos admitían la inmortalidad del alma y representan

al mundo como una esfera dentro de su inmutable forma, la naturaleza

2 PERVIVENCIA: Persistencia, continuidad. 3 METEMPSICOSIS: Trasmigración de las almas de un cuerpo a otro.

26

compuesta de los cuatro elementos. El Sol, a Tierra, y todos los

cuerpos celestes giran en torno del Fuego central o Castillo de Zeus.

1.5.3. Heráclito y Parménides. La viva antítesis entre la serena

experiencia inteligible y la cambiante experiencia de los sentidos llega

a su planteamiento definitivo y a soluciones contradictorias con dos

filósofos, también del Siglo V antes de J. C., que han sido llamados los

padres de la metafísica.

Heráclito de Efeso, llamado “El Oscuro”, tuvo la aguda percepción

de la variabilidad y fugacidad de cuanto existe, de su diversidad y

perpetua mudanza; todo cambia, es la conclusión en que expresa lo

que la realidad le ofrece. Nada de cuanto existe es, al momento

siguiente, igual a sí mismo. Ni en el mundo ni en nosotros mismos hay

nada que pueda considerarse permanente, sino sólo un continuo fluir.

La razón, como un talismán maldito, es sólo capaz de crear conceptos

estáticos, muertos, lo más ajeno a la realidad y a la vida misma. Y

como el filósofo encarna ansia humana de conocer, de poseer

intelectualmente, se representa a Heráclito llorando, es decir, como al

hombre que llora su fracaso, la imposibilidad de sus afanes. Se dice

de Heráclito que vio en el fuego el principio de todas las cosas, pero

esto es en él sólo un símbolo: el fuego no es propiamente una entidad,

sino una destrucción; representa la naturaleza cambiante de las cosas,

su tránsito vertiginoso, irreparable, hacia la nada.

Parménides de Elea, es el verdadero fundador de la escuela

Eleática, preanunciada por Pitágoras, y es también el que formula la

nueva doctrina. Se atribuye a él la primera enunciación del principio de

identidad. Para Parménides, toda cosa es, porque existe; y sólo lo que

27

es, se puede pensar. Ligeramente posterior a Heráclito y, contra el

pensamiento de éste, que identifica con el del vulgo imprudente y

ciego, construye su propia concepción de Universo. “Para que algo

fluya – comienza sentado – es preciso que haya antes ese algo, es

decir, un sustrato permanente, un ser en sí. La razón me pone en

contacto con ese algo, con la inmutabilidad de las ideas, pero, ante

todo, con una idea que es la base de las demás: la idea de ser, por la

que me hago cargo de todo lo que es”.4

Para que todas las ideas o realidades puedan existir, será

necesario que el ser, lo más inmediata y seguramente conocido, tenga

unos límites posibles, porque donde algo es ilimitado no cabe nada

más. Y ¿con qué limitará el ser? ¿Con el ser? En este caso no limitaría,

porque nada limita consigo mismo. ¿Con el no ser? A esto responde

Parménides: el no ser, no es; es imposible, impensable. Si yo obtengo

la idea de ser de cuanto hay, ¿con qué derecho hablaré de algo

desconocido, incognoscible? Luego el ser no limita ni con el ser, ni con

el no ser; lo que vale como decir que no limita, que es ilimitado,

infinito. Pero si es infinito, es uno, porque no hay lugar para otro. Es,

además, eterno, porque ¿qué le precederá?, ¿qué le seguiría? ¿el ser?,

¿el no ser?... Es, asimismo, inmutable, porque ¿de dónde vendría?, ¿a

dónde iría?... Y este ser uno, infinito, eterno, inmutable, es lo que el

filósofo de Elea llama Dios; fuera de él nada hay.

De este modo Parménides cae en el panteísmo: cuanto existe es

parte, manifestación, de una sola sustancia, de un solo ser, que es

Dios. La existencia de individuos y la mutación de las cosas son mera

4 Gambra, Rafael. Historia sencilla de la filosofía. XIII edición. (España: Ediciones Rialp, 1984)

28

apariencia, engaño de “los ojos ciegos, los oídos sordos, la lengua que

es sólo un eco”, propios del vulgo.

Así pues, en la contradicción radical que movió a los hombres a

filosofar, Heráclito resolvió a favor del mundo de los sentidos,

negando la razón, y Parménides a favor de la razón, negando la

experiencia sensible. Ambos abocan a dos actitudes ante la vida que

son esencialmente opuestas al espíritu heleno y occidental: el

escepticismo en Heráclito, el quietismo contemplativo en Parménides.

Ello exigía del genio filosófico griego otras más profundas soluciones

capaces de recomponer la integridad del hombre y, con ella, su

armonía y actividad.

Se puede observar cómo en este período de iniciación (preático o

presocrático) de la filosofía griega, el pensamiento humano ha

ascendido ya a través de los grados de abstracción que se ha hablado.

Los primeros filósofos cosmólogos, con su búsqueda de un principio

material de todas las cosas, representaban el primer grado de

abstracción: la abstracción física. Pitágoras y su escuela, a su vez,

ascendieron al segundo grado o abstracción matemática. Heráclito y

Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989

Imagen N. 5 Heráclito y Parménides

29

Parménides, primeros filósofos metafísicos, alcanzaron, por fin, el

tercer y último grado, la abstracción metafísica.

1.5.4. Siglo de Oro de la filosofía griega. Entre el V y el IV se

halla el Siglo de Oro de la filosofía griega. Es el período ático, que

produciría, además de Sócrates, a las dos figuras quizá más grandes

de la filosofía de todos los tiempos: Platón y Aristóteles. Una

característica fundamental señala el límite de su comienzo: el espíritu

reflexiona sobre sí mismo, y abandona, por el momento, es estudio del

mundo exterior. ¿Para qué conocer el mundo – se pregunta Sócrates –

si no me conozco a mí mismo? ¿Qué soy yo mismo y qué mi razón,

ese instrumento de que me valgo para conocer? Tal es el problema

para este período, que se ha llamado humanístico de la filosofía griega.

1.5.4.1. Los Sofistas y el Subjetivismo: descubrimiento del hombre.

En la iniciación de esta nueva época hay que destacar un fenómeno de

carácter social, que lo que se conoce en la historia con el nombre de

sofística, cuyo mérito consiste en haber conquistado problemas

inéditos y la base de muchos e importantes descubrimientos

filosóficos. El hombre, el sujeto humano y no sólo el universo y la

naturaleza de las cosas ocupa y preocupa a la sofística: el hombre y

sus relaciones con el mundo exterior.

Sofista no quiere decir en sí más que sabio o maestro de

sabiduría, y así era empleada esta palabra en aquella época. El

sentido peyorativo5 y hasta insultante que hoy tiene (hábil falsario en

el discurso) procede de lo que realmente llegaron a ser los sofistas.

5 PEYORATIVO: Despectivo, ofensivo, insultante, despreciativo.

30

Grecia no tuvo unidad política hasta los tiempos de Alejandro,

que son los de su decadencia. Se gobernaba por ciudades (polis)

independientes, y en forma democrática, con la espontánea

democracia de los pequeños grupos sociales. En el ágora se

administraba justicia públicamente, y cada ciudadano defendía su

propia causa. En estas condiciones puede comprenderse la inmensa

importancia que para todos tenía el saber exponer brillantemente y

convencer a los jueces. Pues bien, los sofistas fueron precisamente

maestros dedicados a la enseñanza de retórica y dialéctica, esto es, del

arte de exponer, defender y persuadir públicamente. Lo que hasta esa

época había sido el libre y desinteresado ejercicio de la más noble

dedicación, se convirtió entonces en una actividad mercantil; éste fue

el primer sentido peyorativo que, la época, adquirió la palabra sofista:

el que cobra por enseñar o, mejor aún, enseña por cobrar.

Pero es más profundamente peyorativo el sentido que la palabra

adquirió a lo largo de la historia, y ello se deriva del vicio intelectual en

que fueron a dar los sofistas con el ejercicio de su función. A fuerza de

enseñar a defender todas las causas, y aun de lograr que sus alumnos

triunfasen a veces con causas injustas, casi indefendibles, se extendió

entre ellos un espíritu escéptico, irónico hacia el concepto de verdad, y

una fe ciega en el poder humano de convicción y en su habilidad

dialéctica. Uno de los sofistas que registra la historia, Protágoras (485

– 411), es uno de los profetas del futuro escepticismo. Protágoras es

subjetivista al máximo y puede decirse que es el fundador del

relativismo. Expresó esta convicción en su conocido principio “el

hombre es la medida de todas las cosas”. Lo que vale tanto como

decir que el conocimiento es algo del sujeto, algo que se da en su

mente, por lo que el hombre puede crearlo y presentarlo como mejor

31

le acomode; es cuestión de habilidad. Protágoras identifica lo que

parece con lo que es: pero aquello que es la verdad para un hombre

dado, puede venir a ser también la verdad de otro: las cosas que

parecen a cada uno, son también… y de ahí se sigue la importancia de

la retórica, instrumento persuasivo de capital importancia.

Protágoras juntó religión, moral, costumbre, ley humana y divina

y justicia. Fue acusado de ateísmo y huyó de Atenas. La tradición

refiere que murió en un naufragio. Había sido amigo del estadista

Perícles, pero esto no era válido para salvarlo de las acusaciones de

impiedad, que en Grecia era tan fácil lanzar contra los personajes más

importantes. Dejó gran fama y un escrito, “Verdad”, cuyo título

sonaba un tanto irónico por el valor elástico que él atribuía a aquél

término.

Este movimiento social fue la ocasión de que el espíritu griego se

apartase de los temas objetivos – metafísicos o cosmológicos – para

polarizarse en la contemplación de lo interior, del hombre mismo y su

intelecto. ¿Qué es la verdad, eso que los sofistas ponen en

entredicho? ¿Qué es la razón, eso que sirve para el descubrimiento de

la verdad?

1.5.4.2. Sócrates. En el seno del movimiento sofístico surge esta

figura que conmovió profundamente aquel ambiente, y que habrá de

ser inspiradora y maestra de los más grandes filósofos griegos de la

Edad de Oro.

32

El ateniense Sócrates es un innovador que modifica las teorías de

los sofistas, conservando lo mejor de ellas: el interés por la naturaleza

humana.

Este filósofo no escribió nada, ni tuvo tampoco un círculo

permanente donde expusiera y sistematizara su pensamiento; él

negaba su inclusión entre los sofistas “porque no cobraba por

enseñar”. Sócrates habló únicamente; con sus amigos, con sus

ciudadanos, libremente, con la espontaneidad del diálogo. Por ello de

su personalidad y de su pensamiento se sabe muy poco. Además los

discípulos que de él hablan (Jenodonte, Platón y Aristóteles) son, cada

uno por su estilo, malos biógrafos.

Se dice que el pueblo griego descubrió la razón, esta significación

de los griegos se encarna propiamente en la figura de Sócrates.

Sócrates afirmó la razón como medio adecuado para penetrar la

realidad. Y hubo de sostener esta afirmación frente a dos clases de

contradictores. Primeramente, contra los sofistas: la razón bien

dirigida sirve para alumbrar la realidad, no es una linterna mágica que

forja visiones a capricho sin relación con “lo que es”. Después, contra

los irracionalistas, contra los filisteos de la cultura. Mucha gente en

Atenas, como en todas partes, pasaba por especialista o profesional en

una materia sin que una verdadera comprensión de la misma

cimentase aquel conjunto de conocimientos. Sabían cosas porque se

las habían enseñado, pero si se escarbaba en su saber se descubría en

seguida que estaba montado en el aire. En el fondo, todos éstos,

como los pueblos orientales y los bárbaros, sabían de un modo

irracional, basado en la revelación o en el mito.

33

Sócrates paseaba por las calles de Atenas y tropezaba, por

ejemplo, con un militar, les hace una pregunta sobre cualquier cosa

relacionada con su profesión. Ellos dan una respuesta más o menos

acertada; entonces Sócrates les pide una aclaración sobre los

fundamentos en que ello se basa, preguntándoles simplemente “¿por

qué?”. La mayoría de las veces, los interrogados no resisten dos de

estas preguntas y comienzan a divagar o a dar respuestas vacías. No

hay en ellos verdadera ciencia porque no la han adquirido mediante el

ejercicio de la razón, sino por autoridad o por la memoria.

La nesciencia (ignorancia) es pues, el punto de partida de la

búsqueda de la verdad. “Sólo sé que no sé nada, pero aún supero a la

generalidad de los hombres que no saben esto tampoco”. La búsqueda

de la verdad ha de realizarse con la propia razón de cada uno, que es

el instrumento de penetrar en la realidad. El resultado de esta

búsqueda racional es el hallazgo de la verdad. Esta verdad no es

creación de la mente ni de su habilidad dialéctica, sino

“descubrimiento”. Este hallazgo es una aventura de la mente que lejos

de admitir falso y extraños ídolos, debe seguir su propio impulso

(genio o demonio interior). De aquí el lema que Sócrates adoptó para

su pensamiento “Conócete a ti mismo”.

.

34

Imagen N. 6 Sócrates

Sócrates es el filósofo perfecto que encarna el trinomio ideal:

sabiduría, buen sentido, recta conciencia. En efecto, aseguraba

preferir a los oficios públicos, su obra de perfeccionamiento del

hombre: obra dirigida a hacer que hubiesen muchos hombres con

capacidad de cubrir con honor las cargas del Estado. Reformó el

método y la enseñanza filosófica, poniéndole como fundamento la

inducción. Finalmente, dio comienzo al estudio de los problemas

morales, atribuyendo a la ética un valor que hasta entonces, no había

tenido nunca.

1.5.4.3. Platón y el primer idealismo. El más grande discípulo de

Sócrates, Platón, era ateniense y de noble familia. De naturaleza

excepcional y aristocrática, se sintió de súbito arrastrado al arte y a la

poesía y para las primeras experiencias filosóficas se apoyó en Cratilo,

el cual había sido ya alumno de Heráclito y de Protágoras. A los veinte

Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989

35

años abandonó el arte para dedicarse enteramente a la filosofía.

Entonces llegó a ser propiamente discípulo de Sócrates, y la

fascinación del maestro influyó siempre sobre su existencia y su

pensamiento.

Estuvo tres veces en la Magna Grecia, donde tuvo curiosidad de

profundizar en el conocimiento de las doctrinas pitagóricas y de

hacerse amigo del singular Arquitas de Tarento, matemático y filósofo

seguidor de Pitágoras y hombre de estado, además de valeroso

estratega.

Al contrario de Sócrates, Platón dejó muchos escritos, treinta y

seis en total, escritos en forma de diálogo. Se distinguen cuatro

grupos.

a) Diálogos socráticos que son: Apología de Sócrates, Critón, Carmida,

Jon, Lisidas, Lachete, Protágoras, Primer libro de la República, Eutifrón.

b) Diálogos polémicos: Gorgias, Menón, Eutidemo, Hipias el mayor,

Hipias el menor, Cratilo, Meneseno.

c) Diálogos dogmáticos: El banquete, Fedro, Fedón, La República.

d) Diálogos decadentes: Theetetes, Parménides, el Sofista, Político,

Filebo, el Timeo, Leyes para un estado ideal.

Las muchas obras de Platón se pueden dividir por materias, y se

tendría así: para la dialéctica que es para él la doctrina de las ideas:

Theetetes, el Sofista y Parménides, los cuales tratan respectivamente

los problemas del conocimiento, del ser y de las ideas o la relación

entre el uno y los muchos.

36

Sócrates había combatido el subjetivismo de la sofística,

afirmando la existencia de los conceptos o verdad universal, su

discípulo Platón extiende los conceptos del maestro a toda la realidad.

Para él existen no sólo las cosas sensibles, compuestas de materia y

forma, todas singulares y mutables, sino también las esencias

universales o ideales fuera del ser, concebidas por nuestra mente; o

sea hay un mundo sensible y un mundo inteligible o mundo de las

ideas.

Toda la teoría platónica está basada sobre esta teoría de las ideas que

contrasta con el grosero sensismo de los sabios que le precedieron, y

da a su pensamiento aquel carácter idealista y casi poético que forma

su mayor mérito.

No está claro si Platón había querido identificar a Dios con la idea

del Bien, que para el filósofo es la primera idea. Algunos se inclinan

por esta tesis, otros, en cambio, hacen una distinción y subordinan (o

bien no) la divinidad ordenadora del mundo sensible y la primera idea,

causa final y formal de todo lo que existe.

En cuanto a la cosmología platónica, el filósofo se limita a indicar

la existencia de una materia informe que ha sido animada por la

divinidad.

En cuanto al alma del hombre, ha habido una existencia suya

antes de ser unida al cuerpo, y seguirá existiendo también después

que el cuerpo haya parecido; pero existirá en condición del premio o

de castigo eterno. Acaso también deberá estar sometido al castigo de

existir todavía en unión con la materia, pero en grado inferior. (Aquí

37

como en otras partes, por ejemplo en la teoría de las ideas – números,

se encuentra un eco de las doctrinas del misterioso Pitágoras).

Existen en el hombre tres almas o, al menos, tres aspectos o

fuerzas que mueven al alma: la razón que tiene su sede en la frente, a

la que compara al mismo hombre; la irascible, el ánimo, que tiene su

sede en el pecho y lo compara con león; finalmente el alma pasional,

apetito que tiene su sede en el vientre y recuerda a una fiera de

muchas cabezas.

La primera tiene la misión de gobernar a las otras dos según

sabiduría y razón, puesto que la virtud que le compete es

precisamente la sabiduría. La segunda debe tener la fortaleza

necesaria para frenar los apetitos en armonía con el alma anterior, a

fin de que no se desborden ni desencadenen. A la última compete la

virtud de la templanza.

Si las tres almas obran en armonía desarrollando cada una su

propia misión, se verá realizado el ideal de la justicia.

En cuanto a la teoría del conocimiento, Platón está cierto de que

en su existencia anterior, antes de haberse unido al cuerpo, el alma

contempló las ideas eternas para olvidarlas después que se mezcló con

la materia corpórea. De este modo, saber es recordar.

Con esta teoría de la reminiscencia Platón explica el origen de los

conceptos. Distingue después Platón cuatro grados en el conocimiento

que son: conjetura, creencia, discurso y conocimiento filosófico.

38

Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989

Los dos primeros grados tienen por objeto el mundo aparente y

forman la opinión; los otros dos constituyen las manifestaciones del

entendimiento y tienen por objeto el mundo inteligible.

Platón tiene el mérito de haber admitido la existencia de Dios,

afirmando al mismo tiempo que el alma es inmortal y que el fin del

hombre es la virtud que le conducirá, en la vida ultraterrena, a la suma

bienaventuranza que consiste en la contemplación de Dios. Haber

descubierto esta verdad cerca de cuatrocientos años antes de Cristo,

es algo admirable y explica el respeto que por Platón sintieron los más

severos exponentes de la Patrística y de la Escolástica.

Imagen N. 7 Platón

39

DOCTRINA PLATÓNICA

LAS IDEAS

EL DUALISMO

“Hay que distingue antes que nada, qué es lo que siempre es y no se

engendra, y qué es lo que engendra y nunca es”, dice Platón. Lo primero

constituye la verdadera realidad; lo segundo, la apariencia. Lo primero es

objeto de ciencia o conocimiento en sentido estricto; lo segundo es objeto de

opinión. Gracias a los sentidos conocemos el mundo de las cosas; la

percepción es el resultado de ese conocimiento. Gracias al pensamiento

contemplamos el mundo de las ideas; el concepto es el resultado de esa

contemplación. La concepción platónica es, pues, dualista: hay un mundo de

ideas invisibles, y otro de cosas visibles. A ese dualismo corresponde el del

pensamiento y la percepción, el de la ciencia y la opinión. No hay paso

gradual del uno al otro; una multitud de percepciones no puede

suministrarnos el concepto de las cosas, así como la multitud de lo visible no

puede originar el mundo de las ideas invisibles. Esos dos mundos son de

naturaleza diferente: uno es el mundo del cambio; el otro, de lo inmutable.

LA PARTICIPACIÓN

La solución que Platón ofrece para el problema de las relaciones entre ambos

mundos puede sintetizarse en la palabra participación. Aunque diferente del

invisible, el mundo visible tiene semejanza con él: en su imagen (ídolo). Del

mismo modo, las percepciones, aunque de naturaleza diferente del concepto,

son como imágenes de éste.

Cuadro N. 1 DOCTRINA PLATÓNICA

40

Las ideas son como los arquetipos de las cosas, como sus modelos; y las

cosas son como copias de las ideas. Perfectos los primeros, imperfectos los

segundos. El mundo de éstos es la imagen móvil del mundo de aquéllos. El

tiempo, que sólo rige en el mundo sensible, es, según la famosa frase de

Platón, la imagen móvil de la eternidad. Esta definición, con las variantes

correspondientes, es aplicable a todo lo sensible, que siempre es imagen

móvil, cambiante, perecedera de la idea, la cual es inmóvil, fija, eterna.

El mundo de las cosas participa del mundo de las ideas, sin que éstas sufran

desmedro alguno. Así como un cuerpo puede participar de la luz cuando es

atravesado por ella, sin que la luz se mezcle con el cuerpo que atraviesa. La

multiplicidad de las cosas que participan de una misma idea no empobrece a

ésta ni puede agotarla. Con esto, Platón se aparta por completo de todas las

concepciones anteriores, que habían llegado a hablar de dos mundos, pero

concibiéndolos como dos partes o aspectos de una realidad única. El mundo

platónico de las ideas es otro mundo, merced al cual se da este mundo

temporal que lo copia imperfectamente.

LAS IDEAS

Esta concepción platónica se va desarrollando poco a poco, y la forma que

adquiere en un momento de su complicada y larga historia puede resumirse

así:

I. Junto a la pluralidad, objeto de la opinión, hay unidades últimas

que constituyen el objeto del conocimiento y forman el mundo de

las ideas.

II. Hay una idea o forma para cada multiplicidad de cosas que

podemos designar con el mismo nombre. Es decir: hay una idea de

belleza, de la que participan todas las cosas bellas; hay una idea

caballo, mesa, etc.; y, lo mismo, una idea árbol, calor, vegetal, etc.

41

III. Los entes particulares son los que son porque participan de la idea.

El punto II es el que suscita más dificultades. Y Platón parece

haberlo abandonado después, limitando las ideas a las de los cuatro

elementos, las estrellas y las especies, animales y vegetales.

LA DIALÉCTICA

El dualismo platónico entre los dos mundos aparece igualmente en el mundo

de la vida práctica, pero bajo otra forma: es el dualismo que se establece

entre la actividad vulgar, no fundada en principios racionales, y la acción del

sabio, fundada en la razón.

El hombre, pues, puede elevarse hacia el mundo de las ideas con el auxilio de

la dialéctica. El método dialéctico, como lo llamó Platón, es el que conduce de

lo sensible a lo ideal. Desde el punto de vista simplemente lógico, la

dialéctica es el proceso que lleva de la percepción al concepto. Pero este

aspecto lógico tiene un aspecto ético correspondiente, pues ir de la

percepción al concepto es elevarse del mundo de los sentidos al mundo de las

ideas. El fin de la dialéctica, como proceso interior, es el de conducir al

hombre a la posesión del bien, que en el pensamiento platónico concluye por

ser la idea suprema.

LA REMINISCENCIA

Si sólo existiese el mundo de lo múltiple, la ascensión dialéctica no sería

posible o el llamado mundo de las ideas sería mera derivación del mundo

sensible. El hombre sólo puede llegar a contemplar las ideas porque ya las

había contemplado antes, en una existencia anterior. El esclavo que bajo la

guía de Sócrates descubre una relación geométrica que antes ignoraba y que

Sócrates no ha enseñado, debió de conocer antes lo que ahora a

descubierto, pues si no ha aprendido y lo sabe, es forzoso que lo haya sabido

antes. ¿cuándo? ¿dónde? En el mundo de las ideas. El verdadero

42

conocimiento es una reminiscencia.

INFLUENCIA PITAGÓRICA

Platón, en su juventud, recibió influencias pitagóricas y a ellas volvió en la

vejez. En la puerta de su Academia se leía la inscripción: “Nadie entre sin

saber matemática”. La influencia pitagórica fue en él triple: en cuanto

doctrina; en cuanto interpretación de la filosofía como comunidad de espíritus

cuyo último propósito es la salvación; y en cuanto tentativa política de

encomendar el gobierno a los sabios.

En determinado momento del desarrollo de su teoría de las ideas, Platón

sostiene que toda cosa es una cosa; por lo tanto, todas participan de lo uno.

El uno es, entonces, idea; y esta idea es la de la unidad en cuanto número.

Es decir: que al mundo de las ideas y al mundo de las cosas, habría de

agregar el de los números como tercer mundo. El paso siguiente de Platón

consistirá en identificar el Uno con el Bien y con Dios, por donde la unidad

pitagórica pasa a regir todo el mundo de las ideas y también el mundo

sensible.

IDEALISMO Y REALISMO

Platón es idealista en cuanto afirma que la realidad última está constituida

por el mundo de las ideas. Pero es también realista en el sentido de que

atribuye realidad, precisamente, a las ideas.

DIOS – EL BIEN

Platón terminó por hacer de las ideas, primitivamente estáticas, un mundo

dinámico que es causa del otro. Y Dios, idea suprema, causa del mundo. Sin

embargo, las ideas no podrían ser causa del mundo de los fenómenos,

porque para ello deberían ser móviles, es decir, ser también ellas cosas en

43

devenir. El mismo Platón se planteó estas dificultades y trató de superarla.

Para ello debió modificar el sentido en que debía entenderse la relación

causal entre las ideas y las cosas. Y lo modificó entendiendo a las ideas como

causas finales a que las cosas tienden; es decir, como el objetivo teleológico

hacia el cual van las cosas. El bien es aspiración de lo hombres, y a él se

subordinan todas las ideas, como a su aspiración se subordinan todas las

demás aspiraciones. Todo tiende al bien. Y, por ello, el bien es su causa.

EL AMOR

Aquí introduce Platón su teoría del amor como “aspiración a poseer el bien,

para siempre”, identificando tal posesión con la contemplación última a que

aspira el filósofo: la contemplación de la idea suprema o sumo bien.

LA INMORTALIDAD DEL ALMA

NOVEDAD DE LA DOCTRINA

La inmortalidad del alma no es una concepción generalizada en el mundo

griego. A ciertos interlocutores de Sócrates hasta les resulta asombroso que

pueda sostenerse eso. El mérito de Platón consiste en intentar una

demostración de lo que constituía una novedad motivo de asombro.

DEMOSTRACIÓN DE LA INMORTALIDAD. LA GENERALIZACIÓN DE LOS

CONTRARIOS

Un primer argumento para demostrar la inmortalidad del alma es el de la

generación de contrarios. En toda pareja de contrarios uno de los términos

44

procede del otro: composición y descomposición, frío y calor, sueño y vigilia

se alternan, convirtiéndose el uno en el otro.

Así suceda con la muerte y la vida, que son términos contrarios. Si la vida

estuviese destinada a la muerte, sin más todo habría de terminar en la

muerte. Pero siempre hay nueva vida; y eso se debe a que la muerte tiene

que volver a su contrario, y para ello es necesario que el alma separada del

cuerpo, subsista y vuelva a unirse a otro cuerpo. Este argumento se relaciona

con la idea de la trasmigración de las almas, invocada luego por Platón. Y se

enlaza, además, con la teoría del conocimiento como reminiscencia.

LO SIMPLE Y LO COMPUESTO

El cuerpo es compuesto; el alma, simple. O lo compuesto puede disolverse;

lo simple, no. El alma pues, subsiste. Las almas irán junto a los dioses, o

vagarán como espectros, entre las tumbas, o se unirán a cuerpos animales

inferiores o superiores, o de hombres.

RÉPLICAS Y CONTRARRÉPLICAS

Contra estos argumentos los discípulos sostienen: 10 el alma puede

concebirse como una armonía del cuerpo, a la manera de la armonía de la

lira: disuelto el cuerpo, ya no hay alma, así como, rota la lira, no hay

armonía; 20 La subsistencia del alma no prueba su inmortalidad: el alma

puede ir asumiendo sucesivos cuerpos, e ir gastándose, como se gasta un

traje, hasta disolverse.

A lo primero Sócrates replica que si admite que el conocimiento es

reminiscencia, es decir, que el alma preexiste, no se la puede considerar

armonía del cuerpo, ya que la armonía es posterior y no anterior a él. A lo

segundo, que el alma es la que da vida al cuerpo; no puede, pues, morir,

45

porque es, precisamente, la que da vida.

EL MUNDO

ORIGEN DEL MUNDO

Platón expone su concepción sobre el origen del mundo, especialmente en el

Timeo. Es ajena a él la idea de una creación “de la nada”, que en general

repugnaba al pensamiento griego. Lo que los filósofos se preguntaban

entonces era cómo había surgido el orden del mundo.

EL ORDEN DEL MUNDO

Platón comienza por afirmar la necesidad de que el orden del mundo haya

tenido un origen. El espectáculo del universo, con toda su belleza,

demuestra, según Platón, que ha sido construido de acuerdo con un modelo y

por un buen artífice. Sin embargo, todo lo que acerca de esto pueda decirse

ha de aceptarse, advierte platón, simplemente como una “fábula verosímil”,

sin intentar ir más allá.

DIOS, PRINCIPIO ORDENADOR

Dios es bueno; y por ello quiso que las cosas “llegasen a ser semejantes a él

en todo lo posible, quiso que todas las cosas fuesen buenas como él. “tomó

entonces todo lo visible, que no permanecía quieto, y se agitaba irregular y

desordenadamente, e impuso ordenen el desorden. E hizo eso porque el

orden es más hermoso que el desorden; porque Dios no puede hacer sino lo

más bello posible.

46

EL MUNDO, SER ANIMADO

Para ello juntó el alma invisible a las cosas visibles, e hizo del mundo un

animal (ser animado). Lo dotó así de inteligencia, para que fuese hermoso. El

mundo es, así, un solo animal que encierra a todos los animales. En él se dan

los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra); y su forma perfecta, es

decir, la esférica (“la más perfecta y más semejante a sí misma”). Como no

hay nada fuera del mundo, éste no necesita sentidos ni miembros, ya que

nada puede percibir o aprehender.

FORMACIÓN DE LOS DIOSES

Dios forma directamente a los dioses con el elemento fuego. A los otros seres

-los de los tres elementos restantes- los forma indirectamente, confiando esa

tarea a los dioses.

FORMACIÓN DE LOS SERES

Los dioses, imitando a Dios, formaron los cuerpos y les unieron el alma.

Resultaron de ello movimientos encontrados que sacudían a los cuerpos y,

por intermedio de éstos, llegaban al alma: son las sensaciones. Así,

sucesivamente, Platón sigue explicando la formación de los órganos del

cuerpo.

EXPLICACIÓN FINALISTA

Toda esta explicación de la formación del mundo, y de los seres, es finalista;

supone, además de un artífice, una intención o fin en la obra.

47

LA FILOSOFÍA

FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN

Educar es para Platón proponerse que las almas alcancen toda la perfección

de que sean capaces. Y como la máxima perfección es la contemplación de

las ideas, educar es hacer que los hombres se eleven del mundo sensible al

mundo ideal. El educador tiene que ser filósofo, pues sólo el filósofo es capaz

de tal elevación.

El filósofo es el hombre capaz de “prepararse a morir”, o sea, de cumplir la

“ejercitación de la muerte”, con que Platón define a la filosofía, porque ésta,

en cuanto aspira al verdadero conocimiento, tiene que ir alejándose de los

sentidos, que sólo pueden ser fuertes de opiniones.

ORGANIZACIÓN DE LA CIUDAD

Su ciudad ideal no es marítima, sino terrestre, pues el mar corrompe con

más facilidad a los hombres. El número de sus familias ha de ser pequeño –

no más de cinco- y entre ellas se repartirán las tierras, de modo que su

cultivo asegure los medios indispensables de subsistencia. No hay moneda no

dotes: se evita así el enriquecimiento y el cambio de fortuna de las familias.

LA FAMILIA

La familia debe constituirse pobre la base de matrimonios concertados según

el criterio que más importa: el de la utilidad pública y no el de las

preferencias personales, ya que la función del matrimonio es la de dar hijos.

Por ello, los solteros han de pagar impuestos, y los matrimonios sin hijos han

de ser separados.

48

INFLUENCIA

PLATÓN Y LA CULTURA OCCIDENTAL

Platón no es solamente uno de los más grandes filósofos griegos: es uno de

los espíritus rectores de la cultura occidental. Sus doctrinas, que en el mundo

helénico se prolongaron hasta dar lugar al sistema de Plotino, penetraron en

el cristianismo, por obra especialmente de San Agustín, e influyeron directa o

indirectamente, a través de los siglos, en las grandes concepciones del

espíritu occidental.

PLATONISMO Y ARISTOTELISMO

Platonismo y aristotelismo fueron, las dos actitudes posibles, durante muchas

centurias, del pensamiento europeo. Y ha llegado a afirmarse que todos

somos o platónicos o aristotélicos.

BELLEZA DE SU OBRA

Su obra, independientemente de su valor filosófico, alcanza la belleza propia

de las obras de arte, y suscita admiración aun cuando las ideas sustentadas

no las comparta quien las estudie.

EL DIVINO PLATÓN

La posteridad ha expresado su admiración por el pensador llamándole “el

divino Platón”.

Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986

49

1.5.4.4. Aristóteles. Aristóteles nació en Estagira, de Tracia. Discípulo

de Platón, fue definido por éste como la mente de la escuela; mostró

ser el crítico más equilibrado y objetivo del gran maestro.

Era hijo de un médico, y esto explica en parte su tendencia más

racionalista y empírica, su gran afición a la lúcida observación.

En el año 335 fundó su escuela llamada Liceo (parece ser que

este nombre le vino por su proximidad al templo de Apolo Liceo). Murió

en Calcide, Eubea, donde estaba refugiado desde que le habían

acusado de impiedad.

Aristóteles introduce en la filosofía el más iluminado realismo.

Aristóteles es considerado como el verdadero fundador de la

metafísica y de la historia natural; en todos los demás campos de la

ciencia humana tiene también sumo interés. El filósofo habrá de

ejercer imperecedera influencia sobre todas las épocas y escuelas en

todas las partes del mundo.

Escribió obras de Lógica: Las Categorías, Sobre la interpretación,

Los Tópicos. Estos trabajos fueron reunidos bajo la denominación de

Organon.

Obras de ciencia natural: El Cielo, la Física, Sobre el alma, etc.

Obras de metafísica: La Metafísica.

50

Obras de ética y política: Ética a Nicómaco, la Política,

Constitución de Atenas.

Obras de Arte: Retórica y Poética.

Tratados varios: Sobre el sentido y sobre lo sensible, del sueño y

de la vigilia, y otros.

Aristóteles divide la materia filosófica en teórica y práctica. Esta

última concierne a la ética y a la política, mientras que la filosofía

teorética guarda relación con la física, la matemática y la filosofía.

Aristóteles, crítico y analista sutilísimo del pensamiento humano,

examina minuciosamente los juicios y conceptos que distribuye en diez

categorías, que serían las cualidades y los modos de ser de todo lo que

existe. Estas son: sustancia, en primer lugar, cantidad, cualidad,

relación, lugar, tiempo, acción, pasión, hábito y situación.

A él se debe el famoso principio de contradicción, o mejor de no

contradicción, piedra de toque de todas las verdades, en virtud de la

cual no es posible admitir que una misma cosa sea y no sea a la vez.

La física aristotélica considera que los cuerpos terrestres están

compuestos de materia prima unida a una forma sustancial.

De distinta naturaleza son los cuerpos celestiales movidos por

Dios, primer motor inmóvil de todas las cosas.

51

La materia (que para Aristóteles no está producida por nada) que

compone los cielos y el incorruptible éter, la que compone todo lo

terreno resulta de cuatro elementos, cada uno de los cuales tiene su

lugar natural. Cada elemento (tierra, agua, aire y fuego) tiende a

ocupar su propio lugar.

La psicología aristotélica reconoce al hombre una superioridad

sobre todos los demás seres vivientes por el hecho de estar dotado de

un alma e inteligencia activa.

El filósofo distingue en el alma humano cinco potencias, a saber:

l vegetativa, sensitiva, intelectiva, apetitiva y locomotiva. Aristóteles

especifica también los límites y competencias de cada una. Compara

el alma sensitiva a una tabula rasa que recibe las sensaciones de los

objetos externos, o internos como podrían ser la memoria o la

fantasía.

Luego distingue un doble entendimiento: activo y pasivo, puesto

que el entender se tiene –como en el sentir- potencia y acto. Así como

el alma sensitiva es como tabula rasa ante los estímulos que pueden

producir en ella las cosas sensibles, así el entendimiento o alma

inteligible puede ser tabula rasa o pasivas dispuesta a recibir ideas.

Sentir y pensar, en suma, pueden tener un proceso bastante

semejante. En ambos casos la potencia para al acto por medio de

aquel que ya está en acto.

En cuanto al alma racional, Aristóteles asegura que no puede

tener su origen en la materia: es inmortal y divina. Sin embargo, no

explica bien el filósofo si el alma ha sido creada por Dios, o hecha a

52

imagen y semejanza de Dios, que para él es el acto puro. Tampoco se

entretiene demasiado en hablar de la vida ultraterrena.

La metafísica aristotélica está relacionada con su teodicea. En

esta philosophia prima o estudio del ser en cuanto tal, Aristóteles

afirma precisamente que Dios universal e inmaterial, causa primera del

ser, es el bien supremo (que rige el universo) hacia el que tienden

todas las cosas. Motor inmóvil, eterno, incorpóreo, uno, se contempla

a sí mismo pero no las cosas mutables, puesto que es tan absoluto que

no puede pensar lo que es finito (en este caso el filósofo niega la

providencia).

Aristóteles se propone superar el dualismo platónico y llega a

una conclusión más práctica y decisiva. Hay diferencias sustanciales

sobre este punto entre los dos filósofos. Aristóteles considera, ante

todo, el ser compuesto de dos elementos: materia y forma, mientras

que Platón aseguraba que el ser era la idea y sólo la idea. Además,

Aristóteles, a diferencia de Platón que había imaginado un Alma divina

artífice del universo, no habla nunca de creación puesto que concibe lo

creado como movido por Dios motor inmóvil, pero eterno en el tiempo

como Dios mismo. Finalmente, lo que de verdad existe para Aristóteles

es el individuo, no el universal como pensaba Platón.

Otra fundamental teoría aristotélica es la que se refiere al acto y

a la potencia. El devenir no es crear o nacer de la nada –esto es

imposible, según Aristóteles-, sino pasar del estado potencial al estado

actual de cosa que existe de una manera determinada. En cierto

sentido, devenir es cambiar. La materia representa la potencia, lo que

no es ser, lo que deviene; y como el ser está compuesto de materia y

53

forma se dirá que la potencia para al acto, o sea que la forma se une a

la materia cuando interviene una fuerza motriz.

El movimiento (kinesis) es el paso de la potencia al acto.

Aristóteles analiza después la causa eficiente o motriz por la que

la potencia se convierte en acto, y observa que necesita de otra causa

para realizarse, y ésta a su vez de otra anterior y así sucesivamente,

con lo que llegaríamos hasta el infinito a no ser que se admita una

causa primera o motriz, es decir, un motor inmóvil, el acto puro, o sea

Dios. El filósofo especifica que son cuatro las causas: dos intrínsecas,

que son la causa material y la causa formal; y dos extrínsecas, que son

la causa eficiente y la final.

Aristóteles considera que el hombre tiende a conseguir la

felicidad, que se identifica con la virtud en cuanto ambas no son otra

cosa que la actuación armónica y perfecta de todas las potencias del

individuo. A esto el filósofo añade una serie de concomitancias

particulares y afortunadas que pueden dar al hombre el máximo

bienestar físico y material.

Es interesante notar cuánto se aleja en este aspecto el concepto

aristotélico del cristiano: el filósofo, al afirmar que la vida vivida según

la razón es un elemento de felicidad, no se aleja demasiado de las

doctrinas cristianas, pero se revela completamente hombre de su

tiempo y entre los antípodas de la religión cristiana cuando afirma que

la sola virtud no basta para hacer al hombre feliz si no va acompañada

de otras afortunadas circunstancias y condiciones de vida.

54

Acerca de las virtudes específicas Aristóteles se declara seguidor

del justo medio y exhorta a rehuir los excesos en todo tipo de cosas. El

hombre debe ser generoso pero no pródigo; valiente pero no

temerario… y así sucesivamente en todos los campos.

Gracias a él la filosofía se convierte en ciencia, no en materia

ociosa, como había sido para muchos pensadores anteriores a él, como

los sofistas. A él compete no sólo el título de grande y de sabio sino

también el de filósofo honesto.

Imagen N. 8 Aristóteles

Fuente: Sopena. Enciclopedia Temática. 1989

55

Cuadro N. 2 DOCTRINA DE ARISTÓTELES

DOCTRINA ARISTOTÉLICA

Aristóteles es el primer genio universal de la humanidad. Ningún campo del

conocimiento le es extraño. En todos penetra con espíritu sistemático y

riguroso. Es el primero que intenta una historia de la filosofía. Explora

regiones totalmente nuevas, como la poesía. Estudia la estructura del

razonamiento de manera tal que durante más de veinte siglos su análisis no

sufre prácticamente modificaciones. Su metafísica inspira aún hoy a muchos

pensadores. Su física tuvo vigencia hasta el Renacimiento, época en que se

produce una gran reacción contra Aristóteles.

PLATONISMO Y ARISTOTELISMO. Su figura ha sido contrapuesta a la de

Platón y se ha sostenido que esos dos pensadores contienen ya las

posibilidades últimas de toda actitud filosófica: se es platónico o se es

aristotélico. Su obra se caracteriza por la eliminación del elemento mítico, tan

preponderante en Platón. En su sistema no se recurre a los mitos ni a las

leyendas, que resultan de su aspiración a ser rigurosamente técnico.

LA LÓGICA

Aristóteles dedicó a lo que hoy se llama lógica una serie de tratados, cuyo

conjunto recibió luego la denominación de Organon (instrumento del

conocimiento). Esos tratados son, en filosofía, lo que los elementos de

Euclides son en matemáticas: han constituido la fuente obligada para el

estudio de la lógica a través de los siglos.

ASPIRACIÓN AL CONOCIMIENTO

El hombre es ante todo, para Aristóteles, un ser teorético: lo que constituye

56

su más alta dignidad y lo que lo define es su aspiración al conocimiento. Pero

el conocimiento exige ser estudiado, pues es el instrumento con que se

conoce. Se necesita saber cuál es su estructura, cuáles son sus leyes y cuál

es su empleo correcto y cuáles son sus abusos. La lógica tiene esa función.

Es, por ello una preparación necesaria para todo conocimiento.

LAS CATEGORÍAS Y LA REALIDAD

El libro llamado Categorías se propone clasificar los tipos de respuesta

posibles a la pregunta qué es algo, o sea, qué puede predicarse de algo. La

búsqueda de las categorías o predicados indica ya que la lógica está

relacionada con la filosofía primera, o metafísica, que estudia el ser; y esa

relación resulta del hecho de que al mostrar qué es lo que puede decirse de

algo, se muestra simultáneamente cuáles son los aspectos últimos de la

realidad. Lo que en el pensamiento se descubre, al descubrir las categorías,

es lo que ha descubierto en la realidad.

CATEGORÍAS Y LENGUAJE

Para saber cuáles son las categorías es necesario recurrir al análisis del

lenguaje, ya que el pensamiento se expresa mediante éste. El descubrimiento

de las categorías está facilitado por el estudio de las funciones gramaticales o

partes de la oración (sustantivo, adjetivo, verbo, etc.).

LAS DIEZ CATEGORÍAS

La lista de las categorías, en su forma completa, cobra, presentada en una

serie de juicio, esta forma:

- El hombre es una sustancia

- Largo de dos codos es una cantidad

57

- Blanco es una cualidad

- Doble es una relación

- En el liceo es un lugar

- Ayer es un tiempo

- Sentado es un posición

- Calzado es un estado

- Cortar es una acción

- Ser cortado es una pasión.

La lista de las categorías responde a la necesidad, sentida desde mucho antes

en el mundo griego, de precisar el sentido de la palabra “es”, que parece no

ser siempre el mismo. Las categorías intentan, por lo tanto, mostrar los

diversos aspectos del ser.

LA SUSTANCIA

Con respecto a la sustancia, Aristóteles ya muestra en su lógica la

importancia que, en contra de Platón, atribuye al ser individual. “toda

sustancia, dice Aristóteles, designa un objeto real, que es siempre un

individuo”. Junto a esas sustancias primeras, Aristóteles admite sustancias

segundas, que designan alfo que parece ser real, pero en sí no lo es. Para

Aristóteles lo universal sólo es real en el individuo; o, de otra manera, que

Aristóteles no admite el mundo de las ideas en sí, aparte del mundo de los

individuos, aceptado por Platón.

LA SUSTANCIA Y EL CAMBIO

Al estudiar la sustancia, Aristóteles introduce en su lógica nociones que son

importantes en metafísica. Uno de los caracteres que diferencian a la

sustancia de las demás categorías es la posibilidad de recibir contrarios: un

hombre puede tener primero la tez clara y después oscura, tener frío y luego

58

calor, sin dejar de ser el hombre que es. En cambio, una misma acción no

puede ser primero buena y después mala. Lo que caracteriza a la sustancia

es, pues, que sufre cambios.

LA PROPOSICIÓN

La proposición es una enunciación afirmativa o negativa. Toda proposición

exige un verbo y es, forzosamente, o verdadera o falsa. Aristóteles ya

distingue entre las expresiones que son juicios o las que no lo son, a pesar de

contener todos los elementos de la proposición. Las órdenes, las preguntas,

las súplicas no son ni verdaderas ni falsas, pues no afirman ni niegan nada, y

no son, por lo tanto, proposiciones.

LA DEMOSTRACIÓN

Aristóteles estudia también la demostración, que es el razonamiento que

parte de conocimientos anteriores, fundados en última instancia en

principios. La ciencia demostrativa parte de conocimientos ciertos, primitivos,

inmediatos, más claros que las conclusiones que se obtienen partiendo de

ellos. Los principios, o proposiciones que se conocen sin demostración,

impiden el regreso al infinito, que debe ser evitado para que la demostración

sea posible. Con mucha frecuencia, al discutir teorías ajenas, Aristóteles

señala como defecto el regreso al infinito que ellas suponen.

LOS PRINCIPIOS LÓGICOS

Los principios lógicos solo parecen enunciados en el Organon. Su desarrollo

es uno de los temas de la Metafísica.

59

LA CIENCIA

La lógica se detiene a analizar qué es una ciencia. Para Aristóteles la ciencia

es siempre conocimiento de lo general, no de lo particular. Además, la ciencia

se aplica sólo a lo que es forzoso, necesario, y no a lo contingente o fortuito.

La ciencia se basa en la demostración, y no puede ser adquirida por los

sentidos que son los que suministran el material del conocimiento, material

ya depurado, pues la sensación es, como la nutrición, una asimilación

selectiva.

- La lógica de Aristóteles ha sido sometida a severas críticas por parte de

los lógicos contemporáneos. Pero al final de su tratado, Aristóteles, después

de decir que antes que él no había “nada” en esa disciplina, agrega:

“esperamos que quienes hayan estudiado nuestras lecciones se muestren

indulgentes si encuentran alguna en nuestro estudio, y agradezcan los

descubrimientos que con él se han logrado.”6

LA METAFÍSICA

EL SER. La metafísica estudia el ser; es decir, estudia la realidad última, ya

que todo lo real es, aun cuando en lo real haya diversas formas de ser.

Aristóteles aborda el problema de la sustancia, el de las causas, el de la

materia y la forma, el de acto y la potencia, el del cambio, el de Dios.

SUSTANCIAS Y CUALIDADES

La sustancia es lo real en sí. No puede ser afirmada de ningún sujeto, y en

cambio, admite todas las afirmaciones. No puede darse una sustancia sin

cualidades, pero tampoco pueden darse cualidades sin sustancia. La

sustancia tiene prioridad sobre todo lo demás. Las cualidades se dan en la

6 Fuente: Quillet. Diccionario Enciclopédico, tomo VII. (Argentina: Editorial Argentina Arístides Quillet, S. A.).

60

sustancia, pero la sustancia no se da en las cualidades. En eso consiste su

prioridad. El universo es para Aristóteles una pluralidad de sustancias.

MATERIA Y FORMA

No puede darse ninguna realidad primordial o material, sin forma. La

materia puede cambiar de forma, pero nunca carecer de ella. La forma de

alfo constituye su esencia, es lo que hace que una cosa sea lo que es. La

forma de una mano permite que ésta aprehenda7 los objetos, es decir, sea

efectivamente una mano. Una mano esculpida no tiene la forma de la mano

del ser vivo, sino simplemente su figura, ya que no puede aprehender

objetos.

POTENCIA Y ACTO

El problema del cambio se plantea Aristóteles como el de las nociones de

potencia y acto, nociones paralelas, respectivamente, a las de posibilidad y

realidad. Todo lo que sufre un cambio es, es un momento dado, algo en acto

y algo en potencia. Gracias a ello, puede sufrir el cambio, y lo que era en

potencia convertirse en acto. Lo que fuese totalmente en acto no cambiaría:

el acto puro es Dios, exento de potencia, es decir, exento de cambio.

LAS CUATRO CAUSAS

El verdadero conocimiento es para Aristóteles el conocimiento por las

causas. Éstas son cuatro, que Aristóteles aclara con el ejemplo de la estatua.

Para que haya una estatua es necesario: la materia con que construirla; la

idea, en el escultor, de lo que quiere esculpir; las herramientas y las manos

con que se la esculpe; la obra misma concluida. Aristóteles llama,

7 APREHENDER: Coger, asir, prender.

61

respectivamente, a esas causas: material, formal, eficiente y final.

DIOS, MOTOR INMÓVIL

Dios es para Aristóteles causa final y eficiente del universo. No es causa

material: es decir, el universo no está hecho de la sustancia de Dios. Y Dios

existe, pues de lo contrario se tendría una serie infinita de causas. Dios,

como causa eficiente, es motor del universo; como término de la jerarquía

universal, es decir, como acto puro, tiene que ser inmóvil. De ahí surge la

famosa definición de Aristóteles, según la cual Dios es motor inmóvil. Ese

motor inmóvil no crea la materia.

De ese motor inmóvil depende todo el universo; a ese motor inmóvil se

endereza, como a su causa final, todo el universo. Acto puro, forma sin

materia, unidad sin parte, infinitud sin extensión, Dios es pensamiento que se

piensa a sí mismo, pensamiento de pensamiento, o sea, el ser que se

contempla a sí mismo.

LA FÍSICA

EL MOVIMIENTO. La física es ante todo el estudio del cambio y de todo lo

que éste implica. Aristóteles estudia el infinito, el espacio, el tiempo, as

condiciones necesarias para que se dé un cambio. Distingue cuatro clases de

movimientos: el sustancial, el cualitativo, el cuantitativo y el espacial. Asigna

como objeto a la física la realidad observable o fenoménica, diferenciándola

de la matemática, por un lado, y de la metafísica por el otro.

EL UNIVERSO

El universo comprende dos regiones: el mundo sublunar, que es el nuestro,

donde se dan la generación y la corrupción, y el supralunar, infinitamente

62

más amplio, donde reina el orden y cierta inmutabilidad. Hay en él cuerpos

sensibles formados por un elemento particularmente ligero, el éter, y

animados por un movimiento circular. Ese movimiento infunde vida a los

cuerpos celestiales, que son, por lo tanto, verdaderos seres espirituales.

LA PSICOLOGÍA

Alma. Aristóteles distingue tres clases de almas: la vegetativa, que es la de

las plantas; la sensible, que es la de los animales, y la racional, que es propia

de los hombres. El conocimiento es posible gracias a los sentidos, que

suministran los elementos, que constituyen su punto de partida. El alma es la

forma del cuerpo.

INTELECTO

Hay dos clases de intelecto: el pasivo, que en cierto modo se convierte en lo

que conoce y el activo, que es el que impone forma.

VOLUNTAD

La voluntad es un apetito racional. En cuanto apetito, es un deseo, y se

propone fines; en cuanto racional, busca los medios para realizarlos.

INMORTALIDAD

La sensación, la memoria, el intelecto pasivo participan de la caducidad del

cuerpo y mueren con él. Sólo el intelecto activo, que concibe lo universal,

parece capaz de cierta inmortalidad de las almas particulares.

63

LA MORAL

Aristóteles presenta una moral de la felicidad. Ésta comprende una ética,

que se aplica al individuo; una económica, relativa a la familia, y una política,

que atañe a la ciudad.

ÉTICA

El hombre busca la felicidad; eso significa que busca el supremo bien. El

ideal de la vida consiste en un desarrollo armonioso y racional de nuestras

facultades, la más alta de las cuales es el pensamiento. La virtud consiste en

atenerse al justo medio. Las pasiones, entendidas en el sentido de

inclinaciones, son buenas en sí mismas. Lo que corresponde es disciplinarlas

y ordenarlas.

ECONOMÍA

La familia es una institución natural. Aristóteles rechaza el comunismo

preconizado por Platón.

Justifica la esclavitud, aunque sostiene que el esclavo tiene derecho a un

tratamiento humano.

POLÍTICA

En la Metafísica, Aristóteles decía que el hombre tiende por naturaleza a

conocer; en la Política dice que el hombre tiende por naturaleza a la vida en

la polis: el hombre es, según su definición, un “animal político”; está hecho

para la polis; quien no puede vivir en ella, o no necesita de ella, es “o una

bestia o un dios”.

64

Fuente: Quillet. Diccionario enciclopédico. 1986

Aristóteles introduce en la Política la misma concepción jerárquica que

admitía en el universo. La asociación de los hombres en el estado tiene por

fin asegurar una existencia material y espiritualmente feliz. Las leyes no han

de aspirar simplemente a garantizar los derechos de cada individuo, sino a

hacer mejores a los ciudadanos.

La filosofía de Aristóteles es ante todo un intelectualismo. Prácticamente

proscrita de Atenas, halló más tarde acogida en Alejandría, y de allí comenzó

su difusión y su influencia, que llega hasta nuestros días.

1.5.5. Estoicismo – epicureismo. El neoplatonismo. Se ha visto cómo

después de la muerte de Platón y de Aristóteles, tuvieron otros

directores y otras tendencias más o menos diversas.

El estoicismo tuvo por fundador a Zenón de Citio (finales del siglo

II, principios del siglo III a. de C.) que escogió como sede de su

enseñanza una galería porticada adornada con pinturas y afirma que la

fuerte de toda verdad es la representación que dan los sentidos.

El monismo dinámico de los estoicos defiende que toda la

realidad resulta de una única sustancia material y viviente con dos

aspectos: uno pasivo, que sería la materia informe, y otro activo que

se identifica con el logos o con el fuego de Heráclito, un fuego que todo

abarca e informa, aun siendo también él sutilísima materia.

Empirismo sensítico, panteísmo, fatalismo y determinismo

finalístico se entrecruzan en esta compleja y compuesta doctrina que

no niega la precedencia divina, pero afirma que actúa según

determinadas leyes.

65

La virtud para ellos consiste en obrar según la naturaleza; pero

esto equivale a vivir conforme a la razón. Sólo la virtud debe tener

valor ante los ojos del hombre; eso que vulgarmente es considerado

como mal o desgracia ha de ser despreciado por el sabio que, sin

embargo, en su absoluta libertad, puede recurrir al suicidio para

librarse (Zenón, de hecho, se dejó morir de hambre para rendir

homenaje a su teoría).

La lógica de Aristóteles, en sus grandes líneas, fue mantenida

por los estoicos, los cuales, sin embargo, acentuaron más la

importancia de lo sensible en el conocimiento humano.

La moral estoica era bastante elevada si se considera el tiempo

en que se desarrolló, pero equivocadamente algunos la quisieron

comparar con la moral cristiana. Los estoicos propugnan un imperio

universal por una suerte de consmopolitisismo naturalista fundado en

el principio de que todos somos iguales por tener una misma

naturaleza humana, mientras que el cristiano vive para obrar el bien,

aunque le cueste e, incluso, aunque sus semejantes le desprecien; por

lo demás, un cristiano no puede recurrir al suicidio para librarse de los

males físicos o espirituales que le afligen.

El epicureismo es contemporáneo del estoicismo, surgió

trescientos años antes del nacimiento de Cristo, por obra de Epicuro de

Samos que difundió en Atenas sus doctrinas y enseñó en un ameno

jardín a la entrada de la ciudad; ésta sería la cuarta gran escuela

griega.

66

Si para Aristóteles había sido como un slogan aquello de que “no

hay nada en el entendimiento que antes no haya pasado por los

sentidos”, Epicuro olvida la lógica, que él llama canónica, y juzga que

el único conocimiento válido es el de los sentidos. El único criterio de

verdad viene dado por la evidencia sensible.

La filosofía neoplatónica griega tuvo larga vida; puede decirse

que duró desde el siglo I hasta el siglo VI de nuestra era y es algo, de

por sí, bastante distinto de la filosofía que ya es estaba inclinando

hacia el cristianismo, pero también, como ella, mística y religiosa.

La filosofía religiosa neoplatónica está teñida de magia, y admite

que puede recurrirse a prácticas mágicas para granjearse la amistad

de los dioses, emanaciones de la gran divinidad de la que todo brota.

1.5.6. Decadencia de la filosofía griega. Después de la

desaparición de Aristóteles, la filosofía griega se presenta incierta y

compleja, rica de nombres y pobre de ideas nuevas. El sincretismo que

intenta encontrar una más válida filosofía al recoger lo mejor de los

antiguos pensadores, no sabe hacer otra cosa que resucitar el

atomismo de Demócrito de Abdera, el sensitismo de Heráclito de

Éfeso, la magia del número tan cara a Pitágoras, el misticismo de

Platón, y tratar de conciliar todo esto, o parte de estas teorías, con el

racionalismo aristotélico.

Pero, a pesar de estos repetidos retornos a esta o aquella

filosofía, el primer gran innovador es Sócrates, aunque tampoco él

tendrá en la historia del pensamiento filosófico, el puesto que,

justamente, corresponde a su mejor alumno Platón.

67

A Sócrates corresponde el mérito de haber desvinculado la

filosofía de la incierta cosmogonía de los primeros tiempos.

A Platón, el de haber intuido la universalidad del concepto, el

mundo de las ideas.

A Aristóteles, mente por encima de todas, el haber implantado

sobre las bases racionales la más subjetiva de todas las ciencias.

Con Aristóteles, la filosofía antigua dio de sí cuanto pudo dar:

más no se puede esperar de una época pagana que desconocía

muchos misterios de la ciencia y de la misma física.

El medievo cristiano perfeccionará la filosofía teológica, las

relaciones entre el hombre y Dios, mientras la Edad Moderna, gracias

al progreso, modifica algunas teorías superadas en lo que atañe a la

filosofía de las ciencias, pero no alcanza a ver una absoluta mejora de

los problemas éticos debido a que la reflexión moral no puede estar del

todo independiente de la reflexión metafísica, donde el progreso

mismo ha infiltrado un materialismo cada vez más creciente y

escéptico.

68

CONCLUSIONES

- Se atribuye a Grecia el Origen de la filosofía porque es el primer

pueblo que racionaliza e intenta comprender las leyes que rigen la

naturaleza y el lugar que ocupa el hombre en ella. Su carácter

esencialmente humanista. Toda la cultura griega se desarrolla en torno

al hombre, y brota de la serena contemplación de la naturaleza

humana.

- Los primeros filósofos –cosmólogos- procuran encontrar en el

mundo físico un fondo estable, un sustrato permanente al que todas

las sustancias se redujeran, algo ante lo que la multiplicidad y el

cambio se convirtieran en apariencias.

- El Siglo de Oro de la filosofía en Grecia produjo a las tres grandes

figuras de la filosofía de todos los tiempos: Sócrates, Platón y

Aristóteles. El hombre, el sujeto humano y no sólo el universo y la

naturaleza de las cosas ocupa y preocupa a estos filósofos: El hombre

y sus relaciones con el mundo exterior son parte fundamental de sus

teorías.

- Existen diversas ideas de hombre, y la misión de la filosofía no

consistirá necesariamente en crear una nueva cuanto en distinguir las

existentes y en discriminar cuál sea la idea más potente (es decir,

capaz de reducir a las otras). Pues las ideas de hombre han de

suponerse ya dadas en correspondencia a épocas o sociedades

determinadas.

69

RECOMENDACIONES

- Se recomienda a Universidades y catedráticos la elaboración de

material condensado acerca de temas específicos con el afán de

facilitar su búsqueda.

- Se recomienda a estudiantes el uso de este material para conocer y

diferenciar el concepto de hombre que se tenía en la edad antigua y

cómo fue evolucionando, desde los primeros cosmólogos hasta llegar al

Siglo de Oro de la filosofía griega (Sócrates, Platón y Aristóteles).

70

BIBLIOGRAFÍA

- ARTIGAS, M. Introducción a la filosofía. Pamplona: Ed. EUNSA,

1984. - ARTIGAS, M. y Sanguineti, J. L. Filosofía de la naturaleza.

Pamplona: Ed. EUNSA, 1984.

- FERNÁNDEZ, Pilar. Treinta Temas De Iniciación Filosófica. 2a Ed. Colombia: Universidad de la Sabana, 1991. 325 p.

- FINANCE, J. Conocimiento del saber. Madrid: Ed. Gredos, 1971. - GAMBRA, Rafael. Historia Sencilla De La Filosofía. XIII ed. Madrid

España: Ediciones RIALP, S.A., 1984.

- GARCIA MORENTE, M. lecciones preliminares de filosofía. Buenos Aires: Ed. Losada, 1974.

- GARCIA MORENTE, M. fundamentos de filosofía. Madrid: 1947.

- GAY BOCHACA, R. Curso de Filosofía fundamental. Madrid: Ed.

Rialp, 1970.

- GILSON, E. Elementos de Filosofía cristiana. Madrid: Ed. Rialp, 1970.

- GILSON, E. Elementos de la filosofía cristiana. Madrid: Ed. Rialp,

1975

- GOMEZ PEREZ, R. Historial básica de la Filosofía. Madrid: Ed. Magisterio Español S.A., 1986.

- LEHMANN, R. Introducción a la filosofía. Buenos Aires: Ed.

Losada, 1965.

- MICROSOFT, Enciclopedia Encarta. 2002. - MILLAN, A. Ontología de la existencia histórica. Madrid: Ed.

Rialp, 1955.

71

- MONTENEGRO Gonzáles, Augusto. Historia Del Antiguo

Continente. 2a Ed. Colombia: Grupo editorial Norma, 1992. 263 p.

- MUNBY, Lionel. Enciclopedia Everest De La Historia Universal.

España: Editorial Everest, S. A., 1977. 225 p.

- NET, Nueva Enciclopedia Temática. El mundo del estudiante. Tomo 8. Panamá: Editorial Richards, S.A., 1968. 535 p.

- ORLANDIS, J. Historia y espíritu. Pamplona: Ed. Eunsa, 1975.

- POLO, L. El ser. Pamplona: Ed. Eunsa, 1965.

- PRIETO, María Angélica y de Teresa Ochoa, Adriana. Literatura

Universal. México: McGRAW-HIL, 1992. 257 p.

- QUILLET, Diccionario enciclopédico. Tomo VII. Argentina: Editorial argentina Arístides Quillet, S.A.

- QUILLET, Diccionario enciclopédico. Tomo VIII. Argentina,

Editorial argentina Arístides Quillet, S.A.

- RAEYMECKER, W. Filosofía del ser. Madrid: Ed. Gredos, 1956.

- RODRIGUEZ, G. Filosofía del hombre. Apuntes de cátedra en la Universidad del Istmo.

- SOPENA. Enciclopedia Temática: Historia Universal. Tomo XIV

Barcelona España: Editorial Sopena, 1989. 655 p.

- SOPENA, Enciclopedia Temática: Filosofía. Tomo XV Barcelona España: Editorial Sopena, 1989. 655 p.

- SUAREZ, L. Las grandes interpretaciones de la Historia.

Pamplona: Ed. Eunsa, 1975.

- TRESMONTANT, J. La inmortalidad del alma humana. Barcelona: Ed. Herder, 1965.

- www.encuentra.com

72

- www.filosofia.org

- www.teologiamoral.com

- www.historia-antigua.com

- YARZA, I. Historia de la Filosofía antigua. Pamplona Ed. EUNSA, 1983.

- ZUBIRI, X. Naturaleza, Historia y Dios. Madrid: Ed. Nacional,

1963.