1. El Culto en La Época Del Nuevo Testamento

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  • 7/23/2019 1. El Culto en La poca Del Nuevo Testamento

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    EL CULTO EN LA EPOCA DEL NUEVO TESTAMENTO

    Si es verdad que cada generacin cristiana que ha pasado por la historia, ha dejadosu propia huella en la liturgia, esto debe afirmarse con especial razn de las primerascomunidades cristianas. En efecto, igual que en otros mbitos o dimensiones de la vidacristiana, la comunidad apostlica ha sido tambin en el culto un modelo deidentificacin, y un factor dinamizador para las sucesivas generaciones de creyentes.

    Es preciso recordar aqu la ntima cone!in entre liturgia y Escritura en los iniciosde la e!periencia cristiana. "o basta decir que la #iblia ha sido el primer libro lit$rgicode la comunidad, que ha inspirado la predicacin y la plegaria% hace falta a&adir que elculto comunitario ha tenido un notable papel en la gestacin misma del "uevotestamento. 'a liturgia comunitaria, y fundamentalmente la comida cristiana, ha sido ellugar por e!celencia (no el $nico) donde han cristalizado las tradiciones evanglicas *.

    +ero una cierta modestia debe presidir el estudio del culto en el "uevo testamento. Si escierto que los escritos del nuevo testamento no tienen costumbre de responder ms que acuestiones que son verdaderamente centrales, la verdad es que, respecto al tema delculto, no encontramos sino noticias fragmentarias e incidentales. 'a falta desistemtica- que se advierte como caracterstica en el movimiento de es$s /, parecereflejarse tambin en la primera literatura cristiana.

    0dems, sabemos que las primeras comunidades no forman un todo homogneo,sino plural, donde anidan sensibilidades muy diferencia das que necesariamente marcansus e!presiones lit$rgicas. 1n tema clave, del que depende tanto la liturgia primitiva, esel problema de la relacin de la tor con la nueva alianza vivida en 2risto, y que dalugar a posturas contrapuestas entre los grupos judeocristianos y heleno3cristianos4.

    0 pesar de todo, si acerca de las formas lit$rgicas en las que se e!presan lasasambleas primitivas no poseemos sino datos escuetos, y a veces inseguros, mayorriqueza nos ofrecen las fuentes neotestamentarias acerca de una teologa del cultocristiano. 2omo veremos, el nuevo testamento se&ala perspectivas de originalidad yruptura en su concepcin del culto% no obstante, es imposible desconocer el 5humus-sobre el que ha edificado la e!periencia cristiana, y las lneas de continuidad queentra&a con otras concepciones del culto.

    El culto, como manifestacin tpica y universal de la religin, e!presa elreconocimiento de la relacin radical que une al hombre con 6ios. 'a fenomenologa dela religin conoce bien la e!istencia de formas cultuales, bsicamente comunes amuchas religiones, que, sin embargo, asumen variadas diversificaciones en dependencia

    de la cultura concreta en que se insertan y, sobre todo, del contenido religioso que tratande e!presar. En este sentido, la revelacin bblica constituye un momento de ruptura yuna especie de crisol en el fondo ms amplio de las religiones de la naturaleza. El nuevotestamento, a su vez, representar un nuevo jaln de continuidad y ruptura, respecto a latradicin juda del antiguo testamento.

    *#. #otte, 'es traductions liturgiques de l7Ecriture, en 'a +arole dans la liturgie, +aris 89:;, *> s./ Siguiendo a ?. #raun subraya este aspecto @. Aheissen, Sociologa del movimiento de es$s. Elnacimiento del cristianismo primitivo, Santander 89:9, *

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    8. 'as races judas

    'as investigaciones actuales subrayan fuertemente la cone!in gentica del cultocristiano en sus orgenes, con el mundo judo, tanto bblico como e!trabblico. Este

    nuevo acento en la historia lit$rgica sustituye a otra corriente, hace alg$n tiempo enboga, que magnificaba las analogas del culto cristiano con las religiones mistricasgriegasD. 6ejando a un lado la escasa consistencia cientfica de algunas hiptesisemitidas a este respecto, una diferencia bsica se hace notarC mientras las religionescircundantes son religiones de la naturaleza, y su culto es la transposicin ritual del mitodel eterno retorno, del incesante morir3renacer del cosmos, la religin bblica judeo3cristiana est fundamentalmente referida a unos acontecimientos histricos y su culto severtebra por el concepto de memoria (ziFFarn).

    'a fe de Gsrael tiene su centro en Hahv, 6ios $nico y personal, presente activamenteen la historia, para liberar y salvar a su pueblo, y establecer una alianza de amor con l.'a e!periencia bsica del I!odo, como movimiento de liberacin y constitucin del

    pueblo a nivel poltico, lleva consigo en el plano religioso un movimiento de conversiny aceptacin de la fe en Hahv, que implica a su vez una nueva categora de culto. Aodoel culto en la historia de Gsrael est internamente orientado a recordar eseacontecimiento clave.

    En consecuencia, las formas c$lticas practicadas anteriormente recibirn una re3interpretacin. 0s las grandes fiestas del a&o, y a su cabeza la pascua, cuyas racescsmico3naturalistas son fcilmente reconocibles, adquirirn una nueva significacin anivel histrico, llegando a ser un memorial para las generaciones sucesivasC memorialinternamente estructurado seg$n la triple dimensin del tiempo, pues evocando el

    pasado, la celebracin hace el acontecimiento de alg$n modo presente a losparticipantes, y les sit$a en una dinmica de futuro y de esperanza, a la espera de unnuevo I!odo definitivo. En el interior de esta perspectiva propia y original, el culto deGsrael llegar a integrar tambin su mirada contemplativa de la creacin y la naturaleza,en las coordenadas de la historia y la memoria. cultual. 1n buen ejemplo de ello son loshimnos de alabanza narrativa, tpicos de Gsrael, como el salmo 8*D.

    'a beraFah es, sin duda, una forma literario3religiosa tpica del pueblo de Gsrael."acida en el marco de la conciencia individual y luego ampliamente desarrollada al seracogida en el culto comunitario, e!presa, ante todo, una percepcin original de larealidad divina, propia del pueblo de Gsrael. En su estructura formal, incluye comoarranque una e!plosin admirativa (5bendito sea Hahv-), y una e!plicitacin de losmotivos de esa alabanza con el recuerdo de las grandes obras realizadas por 6ios en

    favor de su pueblo% comporta habitualmente un doble tema bsico, la creacin y lahistoria de la salvacin. En esta creacin del alma de Gsrael, que es la beraFah obendicin juda hemos de ver la matriz de la eucarista cristiana:.

    +ero el culto, que Hahv espera de su pueblo, no puede limitarse a la alabanzaformal, al gesto puramente e!terior, ni a una actitud interna de adoracin, aislados de lavida. El culto integral de la e!istencia, vigorosamente trazado en 6t 8;, 8>38*,

    presupone una atenta escucha de la palabra de 6ios y una prolongacin lgica en la

    D@. Jretschmar, 'a liturgie ancienne dans les recherches historiques actuellesC '=6 8/9 (89) :> ss.:J. ?ruby, '7action de graces dans la liturgie juive, en Eucharisties dorient et d7occident G, +aris 89:;,>*348% . +. 0udet, Esquisse historique du genre littraire de la 5benediction- juive et de +eucharistiechrtienneC K# D4 (894

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    fidelidad prctica a la alianza. 'a gran asamblea de Siquem, relatada en os >/, subrayacon fuerza la cone!in entre la palabra divina que narra la historia pasada como historiade salvacin, y la respuesta del pueblo a esa palabra en la obediencia a la ley de 6ios. Elencuentro con Hahv liberador en la historia, su celebracin agradecida en el culto, y larespuesta coherente en la fidelidad a la alianza, constituyen tres momentos bsicos y en

    perfecta continuidad, dentro de la vida del pueblo de Gsrael. El paradigma historia3culto3ley marca el ideal del pueblo de 6ios en el antiguo testamento.6emasiadas veces, sin embargo, el pueblo estableci un divorcio prctico entre

    estos componentes, aislando el rito tanto de la palabra interpelante de 6ios, como de larespuesta consecuente en una vida de fidelidad a la voluntad de 6ios% estecomportamiento ritualista implicaba una distorsin de la autntica imagen de 6ios,como presencia liberadora en el interior de la historia. "o tard en escucharse la voz dedenuncia profticaC En efecto, los profetas, uno tras otro, atacan con vehemencia unculto vaco y formalista, que trata de encubrir y justificar ante 6ios los crmenessangrientos y las profundas injusticias en el plano social. Es un culto hipcrita, quealimenta enga&osamente una confianza mgica en los ritos mismos, desligados

    absolutamente de las e!igencias de fidelidad y de las responsabilidades histricas. Esteculto 3repiten los profetas3 resulta abominable para 6iosC

    56etesto y reh$so vuestras fiestas, no me aplacan vuestras reuniones lit$rgicas% pormuchos holocaustos y ofrendas que me traigis, no los aceptar ni mirar vuestrasvctimas cebadas. Ketirad de mi presencia el barullo de los cantos, no quiero or lam$sica de la ctara% que fluya como agua el derecho y la justicia como arroyo perenne-(0m 4, >83>/). 5Este pueblo se me acerca con la boca, y me glorifica con los labios,mientras su corazn est lejos de m, y su culto a m es precepto humano y rutina- (Gs>9, 8*). 5Luiero lealtad, no sacrificios% conocimiento de 6ios, no holocaustos- (Ms D,D). En esta misma lnea, deben recordarse los te!tos antolgicos de =iq D, 43

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    >. Mriginalidad del culto cristiano

    6ada la correspondencia entre fe y e!presin cultual, podemos afirmar que laliturgia cristiana se diferencia de la juda, en la misma proporcin en que el cristianismo

    se diferencia del judasmo. 'a consideracin global del nuevo testamento nos revela unhecho sorprendenteC una especie de 5anti3cultualidad-, una actitud de distanciamiento ode ruptura respecto a las categoras cultuales del entorno judo o pagano, unaintencionalidad de fondo que trata de e!presar con vigor la presencia de una realidadnueva. Ello se muestra en la deliberada utilizacin de tiempos y espacios no3sagrados

    para las celebraciones propias de la asamblea cristiana y, sobre todo, en el especial uso yaplicacin del vocabulario cultual% en efecto, e!iste una actitud evidentementeintencionada de evitar trminos tcnicamente cultuales (como sacerdote, sacrificio etc.)en mbito propiamente cristiano, o mejor, de utilizarlos en un sentido nuevo y original9.Esta e!tra&a 5anti3cultualidad- de las primeras generaciones cristianas, nos obliga aconsiderar la actitud personal de es$s ante el tema del culto.

    a) 0ctitud de es$s ante el cultoes$s de "azaret vive y act$a dentro del sistema cultual de su pueblo. Nrecuenta la

    reunin sinagogal los sbados, 5como era su costumbre- ('e /, 8D% cf. =c 8, >83*9% *,83D% D, >% =t /, >*% 9, *4% 8>, 9% 8*, 4/% 'c /, //% D,D% 8*,8;% n D, 49% 8;)% participaregularmente tambin, como un judo piadoso de su tiempo, en el culto del templo y enlas anuales fiestas de peregrinacin ('c >, /83/>% n >, 8*% 4, 8% :, >38/% 8;, >>3>*...).+ero, es preciso a&adir que es$s quebranta con frecuencia, incluso provocativamente,ese orden cultual de Gsrael, manifestando su libertad soberana sobre l (a propsito delsbado, =c >, >*3>;>*.9?. Strathmann, 5'eitourgo- en AP"A GB, >>83>*

    89:9,98

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    en las oraciones (=t D, :), es$s proclama en el dilogo con la samaritana un culto enespritu y en verdad (n /, >;3>/), que 6ios espera de sus verdaderos adoradores, y quees$s no se limita a ense&arlo, sino que tambin lo vive personalmente en toda sue!istencia. Este te!to junico no debe ser entendido en sentido espiritualista, como si se

    buscara una contraposicin entre un culto e!terior y otro interior que tuviera lugar en el

    espritu del hombre. 'a e!presin junica 5se acerca la hora- (v. >8) tiene un sentidoescatolgico, y viene enseguida precisado con el 5ha llegado- del v. >*% se anuncia, enefecto, una forma de adorar a 6ios, para la cual resulta sin importancia el lugar delculto, y sta se ha hecho presente en la persona de es$sC a travs de l, los hombres que

    buscan a 6ios son llevados a una pro!imidad con el 5+adre- que hasta entonces no sehaba conocido. El concepto de 5+neuma- (v. >/) debe referirse al Espritu divino y la5verdad- significa la verdad divina revelada por es$s, de la que han de participar loscreyentes. 'a doble e!presin 5en Espritu y en verdad-, significa lo mismo en ambosmiembrosC para la autntica adoracin de 6ios es previamente necesario que el hombresea capacitado por el mismo 6ios, que sea colmado y penetrado por el Espritu de 6ios.En el verdadero culto tiene lugar un encuentro con 6ios, que 6ios mismo debe facilitar

    graciosamente al hombre. Solamente as, el hombre en la totalidad de su e!istenciapodr ser sacerdote de s mismo, 5haciendo la verdad- (n *, >8% 8 n 8, D) ycumpliendo el mandamiento nuevo del amor (n 8*, *4)88. es$s, en vsperas de sumuerte, al declarar inminente la destruccin del templo, con un gesto de violencia

    proftica, anuncia asimismo el fin de todo tipo de culto sacrificial, basado en unintercambio comercial con 6ios (=c 88, 8438:% =t >8, 8>38:% 'c 89, /43/, 8/38:). 'a rotura del velo del templo en el momento de la muerte de es$s, significa para lacomunidad apostlica que el rgimen cultual del templo ha cesado de forma definitiva(=c 84, *< y par).

    b) El fundamento del nuevo cultoSi el shem Gsrael, o profesin de fe juda, confiesa 5el Se&or, nuestro 6ios, es el

    $nico Se&or-, la comunidad cristiana primitiva aclama que 5es$s es Se&or- (Nlp >, 88).Su culto a 6ios se realiza ahora 5en 2risto es$s-. Si la iglesia primitiva no rompeenseguida el cordn umbilical que le une al templo, a la sinagoga, al culto judo engeneral, introduce, sin embargo, en l un fermento nuevoC el evangelio es el fundamentodel culto cristiano. Aodos los escritos del nuevo testamento, en su concepcin del culto,estn internamente atravesados por estas dos afirmaciones bsicasC 8) es$s de "azaret,el crucificado, ha sido resucitado por 6ios. Aodo lo que desde ahora puede merecer elnombre de culto, est marcado por ese acontecimiento definitivo, que 6ios ha realizadoen favor de los hombres. >) El que ha sido resucitado por 6ios, es es$s de "azaret,el crucificado, aquel que ha sido rechazado por Gsrael, y ajusticiado 5seg$n la ley-. Ello

    trae como consecuencia la conviccin de que el comportamiento religioso y cultual, pors mismo, es incapaz de obrar la salvacin y carece de valor8>.Esta doble vertiente e!plica tanto la anticultualidad sorprendente de la que antes

    hablbamos, as como la concentracin cristolgica de los trminos del culto, queaparece en el nuevo testamento y de modo especial en la 2arta a los hebreos. En efecto,a 2risto le son aplicados ahora todos los trminos sacrales y cultuales del antiguotestamentoC es el templo (n >, 89), y ms que el templo (=t 8>, 4 s)% es el sumosacerdote y eterno (?eb >, 8:% :, >*3>

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    purifica y santifica por su sangre (n 8, >9.*D% 8 +e 8, 89% 0p 4, D.8>% 8*,

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    comunitariamente. +or eso el culto de la vida, o culto secular, tiene necesidad de laliturgia eclesial para que se mantenga como tal, y no caiga en la irrelevancia84.

    6e hecho, vemos a las comunidades primitivas en el nuevo testamento celebrando,reunidas en asamblea lit$rgica, efectuando ritos.

    El trmino eFFlsia que evoca en la #iblia griega la asamblea de Gsrael en el

    desierto, designa en el nuevo testamento la reunin concreta de los feles reunidos en unmismo lugar, antes de significar el grupo de creyentes que viven en una ciudaddeterminada, o el conjunto de creyentes dispersos por el mundoC la asamblea lit$rgica esel lugar donde se manifiesta la e!istencia misma de la iglesia8D.

    El rito de introduccin en esta asamblea es el bautismo 5en el nombre del Se&ores$s-. Si en cuanto a su contenido se trata de una creacin cristiana, no as en cuanto asu e!presin ritual, que puede y debe ser entendida en cone!in con las diversastradiciones bautismales que e!istan en el conte!to contemporneo judo, y de modomuy particular con el bautismo de uan. 'a abundancia de te!tos bautismales en elnuevo testamento (mucho ms numerosos que los relativos a la eucarista), nos hace vercmo el bautismo cristiano lleg a ser muy pronto un elemento bsico de la misin

    cristiana% de hecho, cuando +ablo escribe a los romanos o a los corintios da por supuestoque todos los miembros de aquellas comunidades, y l mismo, estn bautizados (Kom D,*% 8 2or 8>, 8*). Sin embargo, carecemos de datos para saber cundo, cmo y dndesurgi el bautismo cristiano, lo mismo que para determinar ms en concreto cul fue el$ltimo impulso que llev a la asuncin y reinterpretacin cristolgica del bautismo deuan. +or otra parte, teniendo en cuenta la diversidad de tradiciones sobre la iniciacincristiana, que aparecen en la historia lit$rgica ya en los primeros siglos, es posible

    pensar que el cristianismo primitivo haya asumido y englobado desde sus mismosinicios diversos tipos de ba&os rituales, marcando en todos ellos su impronta propia yoriginal8:.

    0l narrar las primeras conversiones, desde el mismo da de +entecosts, el libro delos ?echos nos ofrece un esquema bsico del proceso de llegar a ser cristiano,constituido por estos tres elementosC evangelizacin, fe (metanoia) y bautismo (?ech >,/8% % 8 se nos presenta un retrato idealizado de la vida de la comunidadprimitiva. 'a descripcin de este 5sumario- incluye estos cuatro elementos (unidos de

    dos en dos)C la ense&anza de los apstoles y la comunin fraterna (Foinonia), la fraccindel pan y las oraciones. El te!to se presta a interpretaciones muy diversas entre losautores% los partidarios de la interpretacin lit$rgica, como oachim eremias y #oKeicFe, tratan de reconocer en estos cuatro trminos que siguen al verbo

    prosFarteroRntes, el desarrollo de un acto lit$rgico en cuatro partes sucesivas% otros, sinembargo, como St. 'yonnet, prefieren ver en este pasaje cuatro rasgos esenciales, cada

    84E. SchillebeecF!, El culto secular y la liturgia eclesial, en Gd., 6ios, futuro del hombre, Salamanca*89:;, 8;D38>/.8DJ. '. Schmidt, 5EFFlsia-, en AP"A GGG, 4;>34*4% '. 2erfau! 'a thologie de l7glise suivant saint+aul, +aris 89D4, 8 (89:8) 9;38;:% @. Jretschmar, "ouvelles recherches sur l7initiation crtienneC'=6 8*> (89::) :3*>.

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    uno de los cuales constituye un componente de la comunidad cristiana88% :, >:% >/, >4 ss). Encontramos en este elemento de la asamblea cristiana, unaherencia de la pra!is sinagogal de los sbados, a la que haba sido constante el mismoes$s y luego sus discpulos (?ech 8*, 8>). El servicio sinagogal, tal como se realizabaen la ma&ana de los sbados, tena dos partesC la primera, inclua la recitacin deldeclogo, la profesin de fe (shem Gsrael, compuesta de te!tos bblicosC 6t D, /39 ss% 6t88, 8*3>>% 84, *:3/8) y una serie de dieciocho bendiciones (shemoneh esreh). 'asegunda parte de la reunin estaba centrada en la escucha de la palabra de 6ios%

    comportaba una primera lectura, la ms importante, tomada del +entateuco, la lectura dela tor. 6espus vena una lectura ms breve de los libros profticos, llamada hafrarah oconclusin. 'a homila o comentario sobre los te!tos escritursticos ledos era elementocom$n e importante del servicio sabtico>;. 'a distancia entre la prctica sinagogal y el

    8*3D/% 2h. +errot, 'a lecture de la #iblie dans les sinagogues au

    premier sicle de notre reC '=6 8>D (89:D) >/3/8.

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    servicio de la palabra de la nueva comunidad, estriba en que mientras aquella parte de lator y toda su tradicin oral se centra en e!plicar y volver a e!plicar la tor, lacomunidad cristiana intenta anunciar a es$s, y hacer resonar en su actualidad viva la

    palabra del Se&or.En 8 2orintios 8/, san +ablo nos ofrece una serie de normas para el buen

    funcionamiento de la asamblea. #asndose en los datos que aparecen en ese captulo,algunos autores han querido ver en 2orinto dos formas distintas de asamblea cristianaCuna, con la finalidad de celebrar la cena del Se&or (cap. 88), a la cual seran admitidossolamente los creyentes% la segunda, sera una asamblea dedicada a la oracin, a loscantos, a la proclamacin de la palabra y a las e!hortaciones, sin culminar en lacelebracin eucarstica, en la cual podran tener cabida algunos simpatizantes, nocreyentes. Sin embargo, esta hiptesis est lejos de ser compartida por todos lose!egetas>8.

    52antad a 6ios de corazn salmos, himnos y cnticos inspirados- aconseja san+ablo (2ol *, 8D% cf. Ef 4, 89). 'as investigaciones recientes reconocen las huellas de unimportante corpus de himnodia de los primeros cristianos, que aparecen incrustados

    sobre todo en las epstolas del nuevo testamento (Nlp >, D388% 2ol 8, 843>;% >, 8;% Ef >,8/38D% 4, 8/% 8 Aim *, 8D% ?eb 8, *% 8 +e *, 8>% n 8, 8 ss). =s dificil es conocer elmarco lit$rgico concreto a que pertenecen estos vestigios hmnicos de las comunidades

    primitivas>>.b) 'a 5Foinonia- o comunin fraternaEste segundo elemento, en cuanto integrante de la asamblea propiamente lit$rgica,

    puede recibir un doble significadoC en sentido 5centrpeto- debe referirse a la comuninrealizada por medio de la comida en grupo, la 5Foinonia- de la mesa% en sentido5centrfugo- hace referencia, como en Kom 84, >D, a la colecta de donativos para losms necesitados. 'a comunidad primitiva re$ne ambas prcticasC la comida en grupo yel servicio de ayuda mutua.

    El servicio de beneficencia era conocido y habitual en el judasmo del siglo G, y tenaformas diversasC el diezmo de los peregrinos para los pobres de erusaln, la posada

    para los peregrinos e!tranjeros, la 5escudilla de los pobres- en trnsito, y sobre todo lacostumbre de las sinagogas, el viernes por la tarde, de distribuir la ayuda semanal paralos pobres y las viudas que vivan en el pas.

    En ?echos D, 83D se nos informa de que esta prctica est ya asumida por lascomunidades cristianas, bien que las viudas helenistas muestren sus quejas porirregularidades cometidas en su distribucin. Aambin en 8 2or 88, 8:3*/ se hace

    patente, aunque a contraluz, esta cone!in entre la comida comunitaria y lapreocupacin por los ms pobres de la asamblea. +or lo dems, este vnculo entre la

    comida y la colecta era obvioC puesto que la comida en grupo deba reunir los bienesque se iban a consumir, se e!iga una contribucin de todos los comensales para realizarla fiesta. En esta misma lnea, debemos anotar la colecta realizada por +ablo, en elmarco de la reunin dominical, en ayuda de los hermanos necesitados de erusaln (82or 8D, >% cf. Kom 84, >D3>, 8;% > 2or /, 8:). Esta cone!in internaentre la comida comunitaria y el servicio de ayuda mutua ha quedado cristalizado en undoble relato arquetpicoC el relato de la cena y el de la multiplicacin de los panes,ambos unidos por el mismo gesto de es$s, que preside la comida, da gracias, parte el

    pan y lo distribuye (o lo hace distribuir). +or eso, la comida cristiana debe proseguir yprolongar la multiplicacin de los panes.

    >8M. 2ullmann, o. c. 8>838>*% E. Scheizer, o. c. D9 =. "e"amara, o. c. 89:.>>#. Pater, E!presin de la fe en el culto. En el nuevo testamentoC 2onc (89:*) 8

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    'a palabra Foinonia, y tambin diaFonia designan en el nuevo testamento lacomunin de mesa y a la vez el servicio de ayuda mutua>*.

    c) 'a fraccin del panEs indudablemente el punto culminante de la asamblea lit$rgica, y donde la

    cristologizacin del culto adquiere su mayor densidad. 5+roclamis la muerte del Se&or

    hasta que vuelva- (8 2or 88, >D) dice +ablo% y en esta frase cargada de contenido,vincula el pasado del 2rucificado, el presente del Jyrios resucitado, y el futuro delSe&or que vuelveC la triple dimensin constitutiva del culto cristiano.

    El nombre de cena del Se&or (8 2or 88, >;) indica que, al menos en 2orinto, laeucarista se celebra por la tarde. Ba unida a una comida normal, que si en principiodeba ser un signo de comunin fraterna, un gape, de hecho se haba convertido encausa de desunin, y en escarnio para los pobres de la comunidad. En un principio,seg$n el esquema de celebracin juda, el rito del pan y de la copa iban separados por lacena. =uy pronto sin embargo, posiblemente dentro de los diez primeros a&os, ambosritos se unieron y se colocaron, como norma general, al final de la comida. El estilosimtrico de las narraciones hace ver que llegaron a formar una unidad literaria. Se

    eligi el final de la comida, porque de acuerdo con la costumbre juda, era ste elmomento en que se recitaba la heraFah ms importante, sobre el cliz de bendicin. Hadems, en los medios helensticos era el lugar del 5simposium-. Seg$n . eremias, ladesignacin de la cena del Se&or como 5fraccin del pan- surgi precisamente comouna consecuencia de la separacin entre eucarista y comida propiamente tal. En efecto,?echos >;, >8 parece dar por consumada esta separacin. Esta temprana evolucin en lamisma estructura de la celebracin eucarstica, ha quedado reflejada en la dobletradicin (helenstica y palestinense) de las narraciones de la cena>/.

    ?agamos ahora unas breves consideraciones sobre el lugar y el tiempo de lacelebracin eucarstica. 'as comunidades se re$nen en casas particulares, o sea, fuera deun espacio sagrado% la dinmica interna de la asamblea se basa en el principio de lahospitalidad. En erusaln e!ista seguramente un cierto n$mero de casas en las que sereuna la comunidad% una de ellas debera ser la de =ara, la madre de uan =arcos(?ech 8>, 8>). Nuera de erusaln, conocemos la casa de +risca y 0quilas en Koma y enEfeso (Kom 8D, 4% 8 2or 8D, 89)% en 'aodicea la casa de "infa (2ol /, 84)% en 2olosasla casa de Nilemn (Nlm >). Este marco domstico imprima su propio estilo no slo alas proporciones de la comunidad reunida y a las relaciones mutuas entre sus miembros,sino tambin a las formas bsicas de la celebracinC la palabra y el banquete com$n>4.

    En cuanto al ritmo de estas asambleas y los das en que se celebran, los te!tos delnuevo testamento son muy sobrios. E!isten dos sucintas alusiones a reunionescotidianas en las casas y a la distribucin de alimentos (?ech >, /D% D, 8)% pero se

    advierte que en poca muy temprana, el da primero de la semana (el siguiente alsabbat) se convirti en un da muy especial para los creyentes, que se juntan paracelebrar la resurreccin del Se&or crucificado. 'a reunin en Aroas (?ech >;, :) seefect$a precisamente en ese da, lo mismo que la colecta de dinero para ayudar a loshermanos de erusaln, seguramente en el marco de la reunin eucarstica (8 2or 8D, >).

    Ninalmente en el 0pocalipsis junico, encontramos por vez primera la mencin delda del Se&or (0p 8, 8;% cf. 6idache 8/). El da del Se&or (h FyriaF hmra) recibe su

    >*2h. +errot, es$s y la historia, =adrid 89, >*43>*:% V. 'on36ufour, 'a fraccin del pan. 2ulto ye!istencia en el nuevo testamento, =adrid 8938/*.

  • 7/23/2019 1. El Culto en La poca Del Nuevo Testamento

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    nombre de 2risto Se&or, e!actamente igual que la cena del Se&or (FyriaFon deipnon) en8 2or 88, >;, y e!iste una relacin muy estrecha entre ambos. 'a cena del Se&orevocaba su presencia en la triple dimensin del tiempo (pasado, presente y futuro), yesta triple perspectiva rodea tambin la imagen de 2risto en el libro del 0pocalipsis.

    6e este modo, no es de e!tra&ar que en muchos lugares de este libro se manifiesten

    vestigios de la asamblea cristiana. 'a tensin escatolgica que atraviesa este escrito,incluye la misma dinmica de esperanza que la cena del Se&or, con el grito delmaranathaC 5Ben Se&or es$s- (0p >>, >;% 8 2or 8D, >>% cf. 6idach 8;, D). 'oscnticos y las aclamaciones de que est sembrado el 0pocalipsis pudieran tener detrasfondo la liturgia dominical de las primeras asambleas cristianas% de esta forma senos hace entrever la relacin entre la liturgia celeste y la e!periencia de la liturgiacomunitaria en el da del Se&or>D.

    Sobre la celebracin de una fiesta de pascua cristiana, dentro del ritmo anual, no hayning$n argumento, ni a favor ni en contra, en el nuevo testamento. El te!to de 8 2or 4,D3< pudiera sugerir, a primera vista, la celebracin de la pascua cristiana en 2orinto.+ero la comparacin utilizada por +ablo, bien pudiera referirse al simbolismo que

    entra&a en su mente el tema de la pascua, y no precisamente a una celebracin cristianade la pascua en la comunidad de 2orinto>:.

    d) 'as oraciones'a mencin de las oraciones en ?echos >, />, posiblemente no quiere indicar las

    oraciones en com$n presididas por los apstoles, como vemos en ?echos /, >/ ss, sinola prctica tradicional juda, que de inmediato conservaron los primeros cristianos deerusaln. 0s pues, junto a las tres primeras caractersticas tpicamente cristianas(aunque con su evidente trasfondo judo), aqu el autor de los ?echos parece referirse a8B4 tres momentos tradicionales de oracin dentro de la jornada juda. Estos tresmomentos de oracin, en efecto, vemos que son practicados por los apstolesC laoracin de la hora nona, o sea, la hora del sacrificio tamid de la tarde (?ech *, 8)% laoracin de la hora se!ta, o medioda (?ech 8;, 9)% la oracin de la hora terciala horadel tamid de3la, ma&ana (probablemente ?ech >, 8% >, 84). +or otra parte ?echos >, /Dse&ala la asistencia 5asidua- al templo y en ?echos >8, >D se hace referencia a unaceremonia de purificacin de +ablo y a una ofrenda de sacrificio en el templo.

    "o sabemos cunto dur esta adhesin de los primeros cristianos al templo. 6etodos modos, la fe en la resurreccin marcaba a la comunidad cristiana dentro del

    judasmo oficial% la cristologizacin incide tambin en este campo. 'os cristianos tienenconciencia de tener su propio tamid, ofrecido por medio de esucristo y poco a poco sevieron impulsados a reinterpretar estas costumbres cultuales, procedentes del judasmo,con nuevos contenidos, y a introducir costumbres originales. 0s vemos, que ya a finales

    del siglo G, se prescribe que la triple oracin diaria se haga con el padrenuestro(6idache, / (89:4) 8/34/% +. +rigent, 0pocalypse etliturgie, "euchatel 89D/% V. #asurFo, El canto cristiano en la tradicin primitiva, =adrid 89DD, 8D:38D9.>:?. ?aag, 6e la antigua ala nueva pascua. ?istoria y teologa de la fiesta pascual, Salamanca 899.

    Si es verdad que los cristianos marcan una ruptura, vivida con una gama deintensidad diversa en las comunidades, respecto al medio religioso judo, tambin esverdad que han sabido conservar o recuperar, por un trabajo de adaptacin, elementos

    bsicos de la prctica juda. Esto sucede con claridad en el modo de transmisin, fija ycreativa a la vez, de sus plegarias% hasta en las palabras que procedan del =aestro,como en el padrenuestro o en las frmulas de la institucin eucarstica, los primeroscristianos no manifiestan mayor inters ni preocupacin por conservar los ipsissimaverba Jesu, de aqu que se nos hayan transmitido formulaciones distintas dentro de unesquema fundamental com$n.

    "o estamos en grado de precisar qu margen de improvisacin y espontaneidadimplicaba el fenmeno de la glosolalia en la comunidad de 2orinto (8 2or 8/, 83**). 'o

    cierto es que +ablo considera la liturgia comunitaria como un campo que deba sercontrolado por el apstol, efectuando sobre l un esfuerzo de racionalizacin ydiscernimiento, distinguiendo las manifestaciones verdaderas y las falsas, hastadesautorizar la forma de celebrar la cena del Se&or en una comunidad internamentedesavenida (8 2or 88, 8: ss).

    Entre la anarqua y la esclerosis, est la sntesis armnica hecha de libertad ydisciplina, que caracteriza el modelo de culto en la poca del nuevo testamento. 'afinalidad es siempre la edificacin de la comunidad cristiana, como cuerpo delKesucitado en el mundo. Esta oiFodom (8 2or 8/, >D) justifica tanto la riqueza y lalibertad creativa, como el control y el discernimiento cuando surge el peligro*;.

    #0S1KJM Vavier 3 @ME"0@0 os 0.,La vida litrgico - sacramental de la Iglesia en su evolucin histrica en #MKM#GM 6ionisio (dir.),La celebracin en la Iglesia GC Liturgia y sacramentologa fundamental, Ed. Sgueme (Salamanca899. eremias, 'a prire quotidienne dares la vie du Seigneur et dares l7glise primitive, en 'a prire desheures, +aris 89D*, /*34; y 8>:3