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LLAMAMIENTO A LA UNIDAD Estudio 1 4 de Enero 2015 CONTEXTO: 1 Corintios 1: 1 a 2:16 TEXTO BÁSICO : 1 Corintios 1: 4-17 VERDAD CENTRAL: El llamamiento de Pablo a los corintios para que estén unidos nos muestra que la iglesia de Cristo puede superar sus desavenencias cuando éstas se presentan. VERSÍCULO CLAVE: 1Corintios 1:10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. ESTUDIO PANORÁMICO DEL CONTEXTO La iglesia de Corinto tenía algunos judíos, pero más gentiles, y el apóstol tuvo que luchar con la superstición de unos y la conducta pecaminosa de otros. La paz de esta iglesia era perturbada por falsos maestros que saboteaban la influencia del apóstol. Resultaron dos bandos: uno que defendían celosamente las ceremonias judías, el otro que se permitía excesos contrarios al evangelio, a los cuales eran llevados, especialmente, por la lujuria y los pecados que los rodeaban. Esta epístola se escribió para reprender la conducta desordenada, de lo cual se había informado al apóstol, y para aconsejar acerca de algunos puntos sobre los que los corintios solicitaron su juicio. De modo que, el alcance era doble. —1. Aplicar remedios apropiados a los desórdenes y abusos que prevalecían entre ellos. —2. Dar respuesta satisfactoria a todos los puntos sobre los cuales se deseaba su consejo. El discurso es muy notable por la mansedumbre cristiana, si bien es firme, con que escribe el apóstol, y por ir desde las verdades generales directamente a oponerse a los errores y mala conducta de los corintios. Expone la verdad y la voluntad de Dios acerca de diversas materias con gran fuerza argumentativa y animado estilo. 1. UNIDAD POR LO QUE DIOS NOS HA DADO, 1 Corintios 1: 4-9 Nótese con cuánta frecuencia repite el apóstol en estos versículos las palabras, nuestro Señor Jesucristo. Temía no mencionarlo con bastante honra y frecuencia. El apóstol da su saludo habitual a todos los que invocan a Cristo, deseando de Dios, para ellos, la misericordia que perdona, la gracia que santifica, y la paz que consuela, a través de Jesucristo. — Los pecadores no pueden tener paz de Dios, ni nada de Él, sino por medio de Cristo. 1Corintios 1:4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; —Da gracias por la conversión de ellos a la fe de Cristo; esa gracia les fue dada por Jesucristo.

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LLAMAMIENTO A LA UNIDAD

Estudio 1 4 de Enero 2015

CONTEXTO: 1 Corintios 1: 1 a 2:16

TEXTO BÁSICO: 1 Corintios 1: 4-17

VERDAD CENTRAL: El llamamiento de Pablo a los corintios para que estén unidos nos muestra que la iglesia de Cristo puede superar sus desavenencias cuando éstas se presentan.

VERSÍCULO CLAVE: 1Corintios 1:10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

ESTUDIO PANORÁMICO DEL CONTEXTO

La iglesia de Corinto tenía algunos judíos, pero más gentiles, y el apóstol tuvo que luchar con la superstición de unos y la conducta pecaminosa de otros. La paz de esta iglesia era perturbada por falsos maestros que saboteaban la influencia del apóstol. Resultaron dos bandos: uno que defendían celosamente las ceremonias judías, el otro que se permitía excesos contrarios al evangelio, a los cuales eran llevados, especialmente, por la lujuria y los pecados que los rodeaban. Esta epístola se escribió para reprender la conducta desordenada, de lo cual se había informado al apóstol, y para aconsejar acerca de algunos puntos sobre los que los corintios solicitaron su juicio. De modo que, el alcance era doble. —1. Aplicar remedios apropiados a los desórdenes y abusos que prevalecían entre ellos. —2. Dar respuesta satisfactoria a todos los puntos sobre los cuales se deseaba su consejo. El discurso es muy notable por la mansedumbre cristiana, si bien es firme, con que escribe el apóstol, y por ir desde las verdades generales directamente a oponerse a los errores y mala conducta de los corintios. Expone la verdad y la voluntad de Dios acerca de diversas materias con gran fuerza argumentativa y animado estilo.

1. UNIDAD POR LO QUE DIOS NOS HA DADO, 1 Corintios 1: 4-9

Nótese con cuánta frecuencia repite el apóstol en estos versículos las palabras, nuestro Señor Jesucristo. Temía no mencionarlo con bastante honra y frecuencia. El apóstol da su saludo habitual a todos los que invocan a Cristo, deseando de Dios, para ellos, la misericordia que perdona, la gracia que santifica, y la paz que consuela, a través de Jesucristo. — Los pecadores no pueden tener paz de Dios, ni nada de Él, sino por medio de Cristo.

1Corintios 1:4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús;

—Da gracias por la conversión de ellos a la fe de Cristo; esa gracia les fue dada por Jesucristo.

Pablo fue frecuentemente criticado por su mensaje radical del evangelio gratuito debido a que sus oponentes pensaban que promovía el vivir en pecado. Pensaban que un evangelio aparentemente desconectado a la conducta moral podría guiar al abuso.Sin embargo, el evangelio que Pablo enseña es gratuito porque está basado en la gracia de Dios y en la obra terminada de Cristo en la cruz y en el poder del Espíritu Santo en el creyente, pero a la misma vez demanda una respuesta apropiada, no solo en el arrepentimiento inicial, sino también en un arrepentimiento contínuo. El resultado es una vida de santidad, no de pecado fuera de la ley de Dios. Las buenas obras no son el mecanismo de salvación, sino el resultado. Está paradoja de una salvación completamente gratuita juntamente con una respuesta que cuesta todo, es difícil de comunicar, pero las dos verdades deben de ir unidas en este balance dialéctico lleno de tensión paradójico.

1Corintios 1:5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia;

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Pablo empieza a detallar específicamente los dones espirituales con los que los corintios habían sido dotados por medio de Jesucristo. Desde luego, estos son los dones espirituales que tienen su origen en la gracia de Dios y los que motivan la gratitud de Pablo. Al mencionar “en toda palabra”, es posible que Pablo se refiera a la elocuencia de los corintios, o sea, su facilidad para expresar su conocimiento. Lo que sí llama la atención es que Pablo no censura a estas alturas el conocimiento de los corintios; al contrario, parece loarlos por poseerlo. Desde luego, posteriormente, Pablo aclararía que el conocimiento sin amor no vale nada. Pero, por lo pronto, reconoce el conocimiento de los corintios.

1Corintios 1:6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros,

Pablo introduce la idea (luego la desarrolla con amplitud) de que los dones espirituales de los corintios están basados en el fundamento del evangelio que da origen a la iglesia. La construcción gramatical de la frase indica que el contenido de este evangelio está determinado por su procedencia: “de Cristo”. No tan sólo los dones sino también el cambio en la vida de los corintios es confirmación del evangelio.

1Corintios 1:7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo;

En éste Pablo afirma que el problema de los corintios no era una carencia de dones espirituales; más bien los corintios no sabían usar los dones correctamente; su conocimiento respecto a los dones espirituales era inmaduro y defectuoso. Toda esta carta es testimonio de este hecho. Pese a esta inmadurez, los corintios sí esperaban la revelación o el descubrimiento de la segunda venida de Jesús. Algunos opinan que el mismo Espíritu que había dotado a los corintios de muchos dones también los guardaba en su fe respecto al segundo advenimiento de Cristo. Los dones espirituales actuales no son un fin en sí mismos, sino sólo primicias de un futuro prometedor.

1Corintios 1:8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

Es interesante notar que gramaticalmente se admite que Cristo es el que confirma. Sin embargo, en el versículo que sigue se afirma la fidelidad de Dios. Para Pablo, es obvio que la salvación puede atribuirse o a Cristo o al Padre. Pablo compartía con los demás cristianos primitivos la idea de la divinidad de Jesús. La expresión “el día de nuestro Señor Jesucristo” es simplemente otro modo de expresar el concepto de la “segunda venida”.

1Corintios 1:9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

Pablo nunca dudó de la fidelidad de Dios. En sus escritos se nota que es Dios quien llama, pero también él preserva (Filipenses 1:6; 1Tesalonicenses_5:24). Esta fidelidad se ve en que el llamamiento de Dios determina nuestra comunión con Cristo. Esta no es una comunión de naturaleza mística sino una demostración de que pertenecemos al Señor hasta que Él venga. Por medio de Cristo no tan sólo compartimos con los demás creyentes los beneficios de la salvación, sino que también compartimos con Cristo su relación con Dios; nosotros somos hijos de Dios por adopción, mientras Cristo es Hijo desde la eternidad. Debe recalcarse, no obstante, que la comunión aludida es primordialmente con Cristo y en segundo lugar con otros creyentes.

Los que esperan la venida de nuestro Señor Jesucristo, serán sostenidos por Él hasta el final; éstos serán sin culpa en el día de Cristo, hechos así por la rica y libre gracia. ¡Qué gloriosas son las esperanzas de tal privilegio: estar resguardados por el poder de Cristo del poder de nuestras corrupciones y de las tentaciones de Satanás!

Aunque la vida cristiana demanda un esfuerzo humano, en el análisis final todo depende de Dios mismo que es fiel. Los que confían en él están confiando en que él los preservará hasta el fin, y tienen todas las razones para creer que Él es digno de confianza.

2. UNIDAD POR EL NOMBRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, 1 Corintios 1: 10-13

1Corintios 1:10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

“pues” o también se puede traducir “ahora”. Pablo empieza aquí la parte principal de su carta.

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“Os ruego” Esta frase o expresión es a la vez tierna y firme. Era un llamado a vivir correctamente al igual que una llamada de atención autoritativa. Pablo con frecuencia usaba éste término.

“hermanos” Pablo usa el término “hermanos” con frecuencia. A pesar de que Pablo tenía que exhortar a esta congregación con fuertes amonestaciones, ellos, sin embargo, no dejaban de ser sus hermanos y hermanas en Cristo.

Pablo usa con frecuencia este término para tratar o señalar un tema nuevo, pero en este libro él lo usa para señalar la unidad de esta iglesia con Pablo y con otras iglesias.

“por el nombre de nuestro Señor Jesucristo” en la cultura judía el nombre representaba el carácter y la autoridad de la persona. En este punto la traducción Phillips (en inglés) captó la esencia de esta expresión al traducirla “por todo lo que nuestro Señor Jesucristo significa para ustedes.”

Para todo creyente, debe ser patente que la exhortación es parte de la relación fraternal. Esto es doblemente cierto cuando la exhortación se hace en el nombre del Señor Jesús. Conviene recordar que el hablar del nombre del Señor es como si fuera Cristo mismo exhortándolos. Pablo anhela más que nada que estén de acuerdo no tan sólo en palabras sino también en propósitos. La razón principal de esta exhortación es que existen entre los corintios “desgarros” o disensiones. Un desgarro, sin embargo, no es una rotura total y hay oportunidad para que se una de nuevo. Sí había problemas en Corinto, porque los miembros de la iglesia habían formado grupos diferentes con motivos y métodos distintos. Es claro que había roces entre estos distintos grupos. Estos mismos roces o antipatías entre los grupos impedían la unidad que debía caracterizar a una iglesia. Pese a estas disensiones, todavía era una sola iglesia, pero su ministerio obviamente quedaba truncado. Si no se remediaba, peligraba en dividirse totalmente.

La Versión del Inglés de Hoy (TEV) (en inglés) lo traduce como: “completamente unidos con un solo pensamiento y propósito.” El propósito es el Reino de Dios, el evangelio, la Gran Comisión, santidad personal; ¡no mis propósitos personales, mis preferencias o mis propios asuntos!

1Corintios 1:11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.

“por los de Cloé” No sabemos nada de esta dama, excepto que tal vez, que era un miembro de la iglesia en Corinto o que al menos sus trabajadores eran miembros. Su nombre era un apodo de la diosa de la agricultura: Demetera. Los sirvientes de Cloé servían de fuente de información para Pablo acerca de los problemas que se habían desarrollado en las casas iglesia de Corinto.

“que hay entre vosotros contiendas” Este mismo término (o sea, eris) está enlistado en los frutos de la carne en Gálatas 5:20, lo cual caracteriza a personas caídas, furiosas, egoístas. Está también enlistada en varias otras listas pecados de Pablo (véase 2 Corintios12:20; 1 Timoteo 6:4). ¡Nunca, nunca debiera caracterizar la iglesia de Jesucristo!

1Corintios 1:12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.

Los “desgarros” o disensiones dentro de la iglesia giraban en torno a la lealtad a personalidades diferentes. Parece que había un grupo que favorecía el liderazgo de Pablo, otro seguía a Apolos, otro a Pedro y puede ser que hubiera un grupo final que decía seguir a Cristo. Los partidarios de Pablo, no obstante, serían regañados por él al igual que los partidarios de los demás, porque por medio de esta clase de acción sólo revelaban su tendencia a seguir las prácticas paganas de atribuir características divinas a sus caudillos. Además, el seguir a personalidades carismáticas, aunque fueran de corte apostólico, sólo tendería a romper la unidad de la iglesia.

Mucho se ha hablado de la característica de los líderes (por ejemplo de Pablo= el grupo de la libertad, el cual incluía a los gentiles por la fe solamente; de Apolos= grupo filosófico; de Cefas= judíos tradicionalistas o grupo legalístico, véase 2 Colosenses 11:18-33; de Cristo= aquellos de un rango especial, llamamiento, don o espiritualidad, véase posiblemente 2 Corintios 12:1). Los líderes en sí no buscaban la división, eran los grupos en Corinto que los reclamaban como sus líderes en las divisiones.

1Corintios 1:13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?

Con la pregunta retórica “¿está dividido Cristo?”, Pablo refuerza su oposición a cualquier tendencia a la desunión en la iglesia. Simplemente, al hacer la pregunta, Pablo condena las divisiones dentro de la iglesia. Ya que la iglesia es el cuerpo de Cristo, no se le debe dividir bajo ningún pretexto. La ridiculez de los partidismos se patentiza con la pregunta “¿Acaso Pablo fue crucificado por vosotros?”. También, hay un eslabón que une estas preguntas: es la alusión al bautismo. Según

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Romanos_6:3ss., el bautismo encierra el concepto de nuestra crucifixión con Cristo. Es inconcebible, según Pablo, que hayamos sido bautizados “en el nombre de Pablo”. Es manifiesto, pues, que el Apóstol rechaza cualquier práctica semejante a la de las religiones de misterio paganas que identificaban a las personas con el nombre de quien las bautizaba. Por el bautismo, los creyentes se identifican con Cristo, no con el agente del bautismo. Para Pablo sería cosa horrorosa que el candidato al bautismo se bautizara en su nombre.

3. UNIDAD POR CAUSA DEL EVANGELIO, 1 Corintios 1 :14 – 17

1Corintios 1:14 Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,

Cuando el Apóstol asevera que agradece a Dios el no haber bautizado a ningún corintio, no es que no valorara el bautismo. Sólo aclaraba que no era su tarea principal el bautizar a los convertidos. Es más, sería un poco difícil que Pablo tuviera en poco el bautismo, ya que sus palabras en Romanos_6:1-11 y Colosenses_2:12 desmienten tal concepto. Lo que se ve claramente es que para Pablo el bautismo no contenía una eficacia salvadora; aún más, no ponía ningún interés en la identidad del que efectuaba el bautismo. Es natural aceptar que si Pablo hubiera creído que el bautismo era necesario para la salvación, se habría acordado de los nombres de las personas a quienes había bautizado. Sí menciona a Crispo (ver Hechos_18:8) y a Gayo (ver Romanos_16:23). No obstante esto, es importante reconocer que Pablo no desvaloraba el bautismo como una de las ordenanzas de Cristo. Su aparente énfasis negativo procura contrarrestar algunas ideas erróneas de los corintios. Parece que algunos de los miembros de la iglesia en Corinto daban un valor demasiado elevado al bautismo y también al bautizador. La referencia al bautismo por los muertos (Romanos_15:29) evidencia una distorsión doctrinal en la iglesia que abogaba por el poder salvador del bautismo en nombre de otro que se hubiera muerto sin bautizarse.

1Corintios 1:15 para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. 1:16 También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro.

El v. 15 simplemente remacha la oposición de Pablo a la idea de que alguien pudiera bautizarse en nombre suyo, como si él fuera el elemento importante. Luego, en el v. 16, es como si se acordara de otros a quienes había bautizado: “a los de la casa de Estéfanas”. Aparte de estas personas ya mencionadas, el Apóstol dice no recordar a nadie más que haya bautizado. Es evidente que el Apóstol tuviera muy en alto a la familia de Estéfanas; este había sido uno de sus primeros convertidos en Acaya. Más aún, esta familia se había destacado como una familia de líderes y grandes siervos en la obra del evangelio. Los que abogan a favor del bautismo infantil se documentan mucho en este versículo. Es patente, sin embargo, que no se menciona a infantes como miembros de tal familia. Lo que sí sobresale es que Pablo insiste en todo su ministerio sobre la necesidad del arrepentimiento y la fe para que se reciba la salvación. El Libro de Hechos confirma la necesidad de ambas cosas para que uno se bautice. Puesto que Lucas, el autor de Hechos, fue amigo y compañero de Pablo, es muy difícil creer que sus ideas en torno al bautismo fueran contrarias a las de Pablo.

1Corintios 1:17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.

El Apóstol afirma que su llamamiento había sido para que predicara, no para que bautizara. Es claro que para Pablo lo más importante era que la gente recibiera el evangelio de Cristo. El bautismo evidentemente era cosa secundaria, por importante que fuera. Era una cosa que se podía dejar en manos de algunos colegas, tales como Silas y Timoteo (Hechos_18:5). La predicación en el ministerio de Pablo se destaca por su claridad y contundencia. Era preciso que la gente fuera ganada por el contenido del evangelio y no por la elocuencia del predicador.

“Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio” Esta frase no tiene la intención de despreciar el bautismo, sino de reaccionar ante el espíritu divisivo de la iglesia de Corinto que exaltaba a ciertos líderes. Sin embargo, esta declaración sí indica que el bautismo no era visto como un agente “sacramental” de la gracia. Sin embargo, el bautismo es la voluntad de Dios para cada creyente.

El bautismo no es un canal para recibir la gracia de Dios o el Espíritu. Es la oportunidad pública para cada creyente de expresar su fe en una manera externa y decisiva. Ningún creyente debería preguntar: “¿Debo de bautizarme para ser salvo?”, ¡se bautiza por que declara que ya es salvo!

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APLICACIONES

"Que habléis todos una misma cosa" permite "que no haya entre vosotros divisiones" y "que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer". Esto no requiere que todos piensen de la misma manera. Hay una diferencia entre tener puntos de vistas opuestos y ser divisionistas. Un grupo de personas no llegará a estar de acuerdo en todo pero pueden trabajar juntos, en armonía, si están de acuerdo en lo que realmente importa: Cristo Jesús como Señor de todo. En su iglesia, hable y actúe de tal manera que reduzca los argumentos e incremente la armonía. Diferencias insignificantes no debieran dividir a los cristianos nunca.