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    (conocimiento del poder medicinal); y si sabe cmo adaptar, conforme a principios perfectamentedefinidos, lo que hay de curativo en los medicamentos a lo que ha descubierto que hayindudablemente de morboso en el paciente de modo que venga el restablecimiento si sabe tambinadaptar de manera conveniente, el medicamento ms apropiado segn su modo de obrar el caso quese le presente (eleccin del remedio, indicacin del medicamento), as como tambin el modo

    exacto de preparacin y cantidad requerida (dosis apropiada), y el perodo conveniente para repetirla dosis- si, finalmente, conoce los obstculos para el restablecimiento en cada caso y es hbil pararemoverlos, de modo que dicho restablecimiento sea permanente: entonces habr comprendido lamanera de curar juiciosa y racionalmente y ser un verdadero mdico.

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    Es igualmente conservador de la salud si conoce las cosas que la trastornan y las queoriginan la enfermedad, y sabe apartarlas de las personas sanas.

    Definicin de la Homeopata

    (Parag. 24-34)

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    No queda, por lo tanto, otro modo de emplear los medicamentos contra las enfermedades,eficazmente, que el mtodo homeoptico, por cuyo medio buscamos, sirvindonos de la totalidadde los sntomas de la enfermedad, una medicina que entre todas (cuyos efectos patogensicos sonconocidos, por haberse experimentado en individuos sanos) tenga el poder y la tendencia deproducir un estado morboso artificial ms semejante al caso patolgico en cuestin.

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    La intensidad mayor de las enfermedades artificiales producidas por medicamentos, no es,sin embargo, la nica causa del poder que tienen para curar las enfermedades naturales. Para quepuedan efectuar una curacin, es ante todo necesario que sean capaces de producir en el cuerpohumano una enfermedad artificial tan semejante como sea posible a la que se trate de curar, y que,con un poder superior, transforme en un estado morboso muy semejante el principio vital instintivoque por s mismo es incapaz de reflexionar o de recordar. No solamente oculta el trastorno causadopor la enfermedad natural, sino de este modo le extingue y aniquila. Esto es tan cierto que ningunaenfermedad existente con anterioridad, puede curarse, ni an por la misma naturaleza, con la

    aparicin de una nueva enfermedad desemejante, por fuerte que sea, e igualmente no puede curarsepor un tratamiento mdico con drogas que sean incapaces de producir una condicin morbosasemejante en el cuerpo sano.

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    Concepto de salud y de individuo sano. Fuerza vital(Parag. 9-10)

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    En el estado salud, la fuerza vital (autocrtica) que dinmicamente anima el cuerpo material(organismo), gobierna con poder ilimitado y conserva a todas las partes del organismo enadmirable y armoniosa operacin vital, tanto respecto a las sensaciones como a las funciones, demodo que el espritu dotado de razn, que reside en nosotros, pueda emplear libremente estosinstrumentos vivos y sanos para los ms altos fines de nuestra existencia.

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    El organismo material, sin la fuerza vital, es incapaz de sentir, de obrar, de conservarse a simismo ; todas las sensaciones nacen y todas las funciones vitales se realizan por medio del serinmaterial (el principio vital) que lo anima, tanto en el estado de salud como en el de enfermedad.

    Est muerto y sujeto ya nicamente al poder del mundo fsico externo, que al corromperlo lo reduce a sus elementosqumicos.

    SEMIOLOGIA HOMEOPATICA:

    Los sntomas

    (Parag. 151 a 154):

    151Pero si el enfermo presenta algunos sufrimientos violentos, el mdico encontrar adems,

    con frecuencia, investigando, otros muchos sntomas que aunque de carcter ms ligero darn unaimagen completa de la enfermedad.

    152Cuanto ms grave es la enfermedad aguda, cuantos ms numerosos y notables

    ordinariamente son los sntomas que la componen, tanto ms tambin es fcil encontrar un remedioque le convenga, con tal que los medicamentos conocidos en su accin positiva, entre las cuales sedebe escoger, sean en nmero suficiente. Entre la serie de sntomas de un gran nmero demedicamentos, no es difcil encontrar uno cuyos elementos morbosos dispersos puede formar unprototipo de enfermedad artificial curativa muy semejante a la totalidad de los sntomas de laenfermedad natural, y este medicamento es el remedio que se desea.

    153En esta bsqueda de un remedio homeoptico especfico, es decir, en esta comparacin de

    los sntomas colectivos de la enfermedad natural con la lista de sntomas de los medicamentos

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    conocidos, a fin de encontrar entre stos un agente morbfico artificial que corresponda porsemejanza a la enfermedad que haya que curar, debemos tener en cuenta principal y nicamente lossignos y sntomas del caso patolgico, ms notables, singulares, extraordinarios y peculiares(caractersticos); porque estos son principalmente los que deben corresponder con los muysemejantes en la lista del medicamento elegido, para que ste constituya el ms apropiado para

    realizar la curacin. Los sntomas ms generales e indefinidos, como la prdida del apetito,cefalalgia, debilidad, sueo inquieto, malestar general, etc., merecen poca atencin cuandopresentan este carcter vago e indefinido y si no pueden describirse con ms exactitud, pues en casitodas las enfermedades y en casi todas las drogas, se observan sntomas de la misma naturalezageneral.

    El Dr. von Bonninghausen, ha prestado un gran servicio a la homeopata, con la publicacin de los sntomascaractersticos de los medicamentos homeopticos y su repertorio, lo mismo que el Dr. G. H. G. Jahr con su Manual deSntomas Principales.

    154Si el prototipo formado con la lista de sntomas del medicamento ms apropiado posee los

    sntomas peculiares, extraordinarios singulares y notables (caractersticos) que se encuentran engran nmero y con gran semejanza en la enfermedad que se trata de curar, este medicamento es elremedio homeoptico especfico ms apropiado para este estado morboso; si la enfermedad no esde muy larga duracin, ser generalmente removida y extinguida, sin gran molestia, por la primeradosis del medicamento.

    Examen del enfermo(Parag. 5 a 8 y 82 a 106)

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    Es til al mdico, pues le ayuda en la curacin todo lo que se relaciona con la causaexcitante u ocasional ms probable de la enfermedad aguda, as como tambin los puntos msimportantes en la historia de la enfermedad crnica, que le ponen en aptitud de descubrir la causafundamental, que generalmente es debida a un miasma crnico. En estas investigaciones debetomarse en consideracin todo lo que pueda averiguarse de la constitucin fsica del paciente(especialmente cuando la enfermedad es crnica), su carcter moral e intelectual, su ocupacin,modo de vivir y costumbres, sus relaciones sociales y domsticas, su edad, funcionamiento sexual,etc.

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    El observador exento de prejuicios bien enterado de la futileza de las especulacionestrascendentales que no son confirmadas por la experiencia- por grande que sea su poder depenetracin o perspicacia, no puede notar en cada enfermedad individual nada ms que los cambiosen la salud del cuerpo y de la mente (fenmenos morbosos, accidentes, sntomas), que pueden serpercibidos por medio de los sentidos; es decir, nota solamente las desviaciones del estado primitivode salud del individuo ahora enfermo, que son sentidas por el paciente mismo, observadas por losque le rodean y por el mdico. Este conjunto de signos perceptibles representa la enfermedad toda,es decir juntos forman la verdadera y nica imagen de la enfermedad.

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    No s, por lo tanto, como ha sido posible a los mdicos, a la cabecera de los enfermos, suponer que sin la mscuidadosa atencin a los sntomas que son nuestros guas en el tratamiento deban buscar y descubrir solamente en lointerior oculto y desconocido, lo que habra que curar en la enfermedad, pretendiendo, arrogante y ridculamente quepodran, sin prestar mucha atencin a los sntomas, descubrir la alteracin que ha ocurrido en el interior invisible ycorregirla con (desconocidas!) medicinas; y que tal procedimiento podra llamarse tratamiento radical y racional.

    La enfermedad a los ojos del mdico qu es si no lo que nuestros sentidos son capaces de conocer por medio de losfenmenos que presenta puesto que no puede ver nunca el ser inmaterial o la Fuerza Vital que produce la enfermedad?Tampoco es necesario que la vea, pues solamente debe investigar las acciones morbosas, que le ponga en aptitud decurar la enfermedad. Qu es lo que la antigua escuela quiere buscar en el interior oculto del organismo, como primacausa morbi, mientras rechaza como elemento de curacin y desprecia con altanera la representacin sensible ymanifiesta de la enfermedad, los sntomas, que de este modo se comunican claramente con nosotros? Qu ms hayque curar en las enfermedades, sino todo esto?

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    Ahora bien, como en una enfermedad, de la cual no haya causa excitante o sostenedoraevidente, que remover (causa ocasional) no podemos percibir nada ms que los sntomas deben(teniendo en cuenta la posibilidad de un miasma y las circunstancias accesorias) ser slo ellos el

    medio por el cual la enfermedad pide e indica el remedio conveniente para aliviar; y an ms, latotalidad de los sntomas, de esta imagen reflejada al exterior de la esencia interior de laenfermedad, es decir, de la afeccin de la fuerza vital, debe ser el principal y nico medio por elcual la enfermedad da a conocer el remedio que necesita, la sola cosa que determina la eleccin delremedio ms apropiado y as, en una palabra, la totalidad de los sntomas debe ser la principal yverdaderamente nica cosa de que el mdico debe ocuparse en cada caso de enfermedad yremoverla por medio de su arte, de modo que transforme en salud la enfermedad.

    No es necesario decir que todo mdico inteligente separa la causa ocasional existente cesar generalmente de maneraespontnea la indisposicin. As, aleja de la habitacin las flores muy olorosas que tienen la tendencia de causarsncopes y sufrimientos histricos; extrae de la crnea el cuerpo extrao que produce la inflamacin del ojo; afloja losvendajes demasiado apretados en un miembro herido, que amenaza gangrenarse, para aplicarlos mejor; descubre y liga

    la arteria herida que sangra hasta determinar el sncope; intenta, por el vmito, la expulsin de las bayas de belladona,etc., etc. que se hubiesen ingerido; extrae los cuerpos extraos que se hubiesen introducido en los orificios del cuerpo(nariz, faringe, orejas, uretra, recto, vagina); tritura los clculos de la vejiga; abre el ano imperforado del recin nacido,etc.

    En toda poca, los mdicos de la escuela antigua, no sabiendo cmo aliviar, han intentado combatir y suprimir, siera posible, con medicamentos, uno solo de los sntomas de entre todos los de la enfermedad, un procedimientounilateral, que bajo el nombre de tratamiento sintomtico ha excitado justamente el desprecio universal, porque no slono produce ninguna ventaja, sino ha determinado muchos perjuicios. Uno slo de los sntomas no es toda laenfermedad, as como tampoco un pi constituye todo el hombre. Este mtodo es tanto ms reprobable cuanto que elsntoma es solamente tratado con un remedio antagnico (es decir de una manera enantioptica y paliativa), por lo cualdespus de un ligero alivio vena la agravacin consiguiente.

    8No se concibe, ni poda probarse por ninguna experiencia en el mundo, que despus de la

    remocin de todos los sntomas de la enfermedad y de todo el conjunto de accidentes perceptibles,quede o pueda quedar otra cosa que la salud, o que la alteracin morbosa del interior del cuerpoquede sin destruirse.

    Cuando un paciente ha sido curado por un verdadero mdico de manera que no quede huella de la enfermedad nisntoma alguno persista, y hayan vuelto de modo permanente todos los signos de la salud cmo podr alguien, sin

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    inferir un insulta al sentido comn, afirmar que en ese paciente an existe la enfermedad en su interior? Y sin embargo,uno de los jefes de la antigua escuela, Hufeland, sostiene esto en las siguientes palabras: la Homeopata puede quitarlos sntomas pero la enfermedad persiste.

    Esto la sostiene, por una parte, por la mortificacin que le producen los progresos hechos por la Homeopata enbeneficios de la humanidad, y por otra, porque todava sustenta ideas completamente materiales respecto a laenfermedad, y es incapaz todava de considerarla como un modo de ser del organismo dinmicamente alterado por la

    desviacin morbosa de la fuerza vital; l considera la enfermedad como algo material, que, despus que la curacin serealiza, puede permanecer oculto en algn rincn del interior del cuerpo, para presentarse algn da a su antojo, anante un estado vigoroso de salud. Cun grande es todava la ceguera de la antigua patologa! No es de admirar queslo haya producido un sistema teraputico que se ocupa solamente de purgar al pobre enfermo.

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    Aunque que por el descubrimiento de esa gran fuente de enfermedades crnicas, comotambin por el de los remedios especficos homeopticos para la psora, la medicina ha avanzadoalgunos pasos acercndose al conocimiento de la naturaleza de la mayora de las enfermedades quetiene que curar, no obstante, para fijar la indicacin en cada caso de enfermedad crnica (psrica)

    que el mdico es llamado a curar, es tan indispensable al mdico homepata el deber de unacuidadosa comprensin de sus sntomas observables y caractersticos, como lo era antes de estedescubrimiento, pues no puede verificarse la curacin real de esta o de cualquiera otra enfermedadsin un tratamiento estrictamente personal (individualizacin) de cada caso; solamente existe algunadiferencia en la investigacin segn se trata de una enfermedad aguda o de rpido desarrollo o deuna enfermedad crnica; considerando que en las enfermedades agudas los sntomas principalesnos impresionan y son evidentes a nuestros sentidos con ms rapidez, y de aqu que se requieramucho menos tiempo para trazar el cuadro patolgico y un interrogatorio breve, como que todoes evidente por s mismo, mientras que en una enfermedad que ha estado gradualmenteprogresando por varios aos, los sntomas son mucho ms difciles de descubrir.

    De aqu que las siguientes instrucciones para investigar los sntomas solo son parcialmente aplicables a lasenfermedades agudas.

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    El examen individualizado de un caso de enfermedad para el cual slo dar en este lugar lasinstrucciones generales de las que el prctico slo retendr en su mente lo que es aplicable a cadacaso individual, no exige al mdico ms que ausencia de prejuicio y sentidos perfectos, atencin alobservar y fidelidad al trazar el cuadro de la enfermedad.

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    El paciente detalla la historia de sus sufrimientos, los que le rodean refieren de que se ha

    quejado, como se ha portado y lo que han notado en l; el mdico ve, oye y observa con sus otrossentidos lo que haya de alterado y extraordinario. Escribe con exactitud todo lo que el paciente ysus amigos le han dicho con sus propios trminos. Guardando silencio les permite decir todo lo quetengan que referir y se contiene de interrumpirlos, a menos que se desven hablando de otrosasuntos. El mdico les indica al principio del examen que hablen despacio a fin de que puedaanotar las partes importantes de lo que digan.

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    Cada interrupcin rompe el lazo de las ideas del narrador y todo lo que hubiese dicho al principio no se vuelve aocurrir exactamente del mismo modo despus de esta.

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    Empieza otra lnea con cada nueva circunstancia mencionada por el enfermo o sus amigos,

    de modo que los sntomas estarn todos colocados separadamente unos debajo de otros. De estemodo podr aadir a cualquiera de ellos algo que al principio hubiese sido relatado de una manerademasiado vaga, pero que subsecuentemente se ampliase con claridad.

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    Cuando los narradores hubiesen concluido su relato espontneo, el mdico entonces revisacada sntoma individual y saca una informacin ms precisa de l, de la manera siguiente: lee unopor uno los sntomas que le relataron y acerca de cada uno de ellos averigua ms particularidades,por ejemplo en qu tiempo se present este sntoma?. fue antes de ingerir el medicamento quehasta ahora haba estado tomando?. Mientras lo tomaba?. O solamente despus de unos das dedejarlo de tomar?. Qu clase de dolor, qu sensacin precisamente, se ha presentado en esta

    regin? Cul era la regin exacta? Vino el dolor por accesos y espontneamente, en diferentesperodos? O fue continuo, sin intermitencia? Cunto tiempo dur? A qu hora del da o de lanoche, y en qu posicin del cuerpo se agrav o ces por completo? Cul era la naturaleza exactade este o aquel acontecimiento o circunstancia mencionada, descriptos con palabras sencillas ollanas?

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    Y as el mdico obtiene una informacin ms precisa respecto a cada detalle en particular;pero sin hacer nunca sus preguntas de modo que sugiera las respuestas al paciente y slo tengaque responder s o no; adems ser inducido malamente a responder afirmativa o negativamente

    algo incierto, a medias verdadero, o no rigurosamente exacto, ya por indolencia o a fin decomplacer a su interrogador, de lo que resultar un cuadro falso de la enfermedad y un tratamientoimpropio.

    Por ejemplo, el mdico no debe preguntar: Tal cosa o tal otra no ha estado presente? Nunca deber ser culpable dehacer semejante sugestin, que tiende a sugerir al paciente una respuesta falsa y un relato inexacto de sus sntomas.

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    Si en estos detalles suministrados voluntariamente no se ha mencionado nada respecto avarias partes o funciones del cuerpo o de su estado mental, el mdico preguntar que ms puede

    decirse de estas partes o funciones, o del estado de su nimo o de su mente; pero al hacer estoslo har uso de expresiones generales, a fin de que sus informantes se vean obligados a entrar endetalles especiales con referencia a ellos.

    Por ejemplo: Cul es el carcter de su deposicin? Cmo orina? Cmo es su sueo diurno y nocturno? Cul es elestado de su nimo, de su humor, de su memoria? Cmo est la sed? Qu gusto tiene en la boca? Qu clase dealimentos y bebidas le gustan ms? Cules le son ms repugnantes? Tiene cada alimento su gusto natural perfecto oalguno lo tiene extrao? Cmo se siente despus de comer o beber? Tiene algo que decir respecto a la cabeza, losmiembros o el abdomen?

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    Cuando el paciente (porque es en l en quien tenemos principalmente que confiar para ladescripcin de sus sensaciones, excepto en el caso de enfermedades simuladas) por medio de estosdetalles, suministrados espontneamente y en respuesta al interrogatorio, proporcion lainformacin requerida y traz un cuadro tolerantemente perfecto de la enfermedad, el mdico est

    en libertad y obligado (si le parece que no ha adquirido todos los datos que necesita) a hacerpreguntas ms precisas, ms especiales .

    Por ejemplo: Con qu frecuencia evacua? Cul es el carcter preciso de las deposiciones? La deposicinblanquecina es mucosa o fecaloide? Tiene o no dolores durante la deposicin? Cul es su naturaleza exacta y dndeest localizado? Qu vomit el enfermo? El mal gusto de la boca es ptrido, amargo, o de qu clase; antes o despusde comer o durante la comida? En qu perodo del da estaba peor? Cul es el sabor de los eructos? La orina slo seenturbia al asentarse o est turbia desde que se expulsa? Cul es su color cuando se acaba de emitir? De qu color esel sedimento? Cmo se porta durante el sueo? Gime, se queja, grita o habla mientras duerme? Tiene sobresaltosdurante el sueo? Ronca al inspirar o al expirar? Se acuesta sobre el dorso o sobre qu lado? Se abriga bien o nopuede soportar las ropas? Despierta con facilidad o duerme profundamente? Cmo se siente inmediatamente despusde despertar? Cundo se presenta este o aquel sntoma? Cul es la causa que lo produce cada vez que se presenta?Viene cuando est acostado, sentado, parado o movindose? Slo en ayunas, o en la maana, o en la tarde, o despusde tomar alimento, o se presenta comnmente? Cundo se present el escalofro? Fue solo una sensacin de fro oestaba realmente fro al mismo tiempo? Si as fue, en qu partes? O mientras se senta escalofriado estaba caliente altacto? Era solo una sensacin de fro sin temblores? Estaba caliente sin rubicundez en la cara? Qu partes de sucuerpo estaban calientes al tacto, senta calor sin estar caliente al tacto? Cunto tiempo dur el escalofro? Cunto elperodo de calor? Cundo se present la sed, durante el fro, el calor, antes o despus de ellos? Cun intensa era lased y qu clase de bebidas deseaba? Cundo se present el sudor, al principio o al fin del calor? O cuntas horasdespus del calor, cundo estaba dormido o despierto? Cul fue la intensidad del sudor? Fue caliente o fro? En qupartes? Qu olor tena? De qu se quejaba antes o durante el perodo de fro? De qu durante el de calor o despusde l? De qu durante el perodo de sudor o despus de l?

    En la mujer tngase en cuenta el carcter de la menstruacin y otros flujos o derrames, etc.

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    Cuando el mdico ha terminado de escribir estos pormenores, anota entonces lo que lmismo ha observado en el enfermo , y averigua si algo de esto era peculiar al paciente, en estadode salud.

    Por ejemplo: cmo se port durante la visita el enfermo. Si estaba malhumorado, pendenciero, apresurado, lloroso,ansioso, desesperado o triste, lleno de esperanza, tranquilo, etc. Si estaba en estado de somnolencia o en algn estadode comprensin difcil o torpe. Si hablaba ronco o en tono bajo, o incoherentemente, o de qu otra manera hablaba.Cul era el color de su cara y ojos y de su piel en general? Qu grado de vivacidad y poder haba en su expresin yojos? Cul era el estado de su lengua, aliento, el olor de su boca y de su poder auditivo? Sus pupilas estaban dilatadaso contradas? Con qu rapidez y con qu extensin se modifican en las oscuridad y en la luz? Cul era el carcter delpulso? Cul la condicin del abdomen? Qu grado de humedad o calor, frialdad o sequedad, al tacto tena la piel deesta o aquella regin, o en general? Si se acostaba con la cabeza echada hacia atrs, con la boca medio abierta ocompletamente abierta, con los brazos colocados debajo de la cabeza, en su espalda o en cualquiera otra posicin. Quesfuerza haca para levantarse? Debe anotarse cualquiera otra cosa ms que impresione al mdico y sea interesante.

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    Los sntomas y sensaciones del enfermo durante el tiempo que toma un medicamento, noproporcionan la imagen pura de la enfermedad; pero, por otra parte, los sntomas y molestias quesufre antes del uso de los medicamentos o despus que han sido suspendidos por varios das, dan la

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    idea verdaderamente fundamental de la forma originaria de la enfermedad, y el mdico debe tomarespecialmente nota de ellos. Cuando la enfermedad es de naturaleza crnica y el paciente hatomado medicamentos hasta el momento en que se lo ve, el mdico puede dejarlo, con provecho,algunos das sin medicamentos en absoluto, o mientras tanto, administrar algo de naturaleza nomedicinal y aplazar a una poca posterior el escrutinio ms preciso de los sntomas morbosos, a fin

    de estar en condicin de recoger en su pureza los sntomas permanentes, no modificados, de laantigua afeccin, y de trazar un cuadro fiel de la enfermedad.

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    Si fuese una enfermedad aguda y su carcter grave no permitiese dilacin, el mdico debercontentarse con observar la condicin morbosa, aunque alterada por los medicamentos, si nopudiere averiguar qu sntomas existan antes del empleo de stos, a fin de que pueda, a lo menos,formarse una imagen de la enfermedad en su condicin actual; es decir, del conjunto patolgicoformado por la enfermedad medicinal y la primitiva, que por el uso de drogas inadecuadas esgeneralmente ms grave y peligroso que la enfermedad primitiva: de aqu que necesite pronta yeficaz ayuda. Y de este modo, trazando el cuadro completo de la enfermedad, estar capacitado

    para combatirla con remedios homeopticos apropiados, de modo que el enfermo no ser vctimade las drogas daosas que ha ingerido.

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    Si la enfermedad se ha presentado en poco tiempo, o en el caso de una afeccin crnica,mucho tiempo antes, por alguna causa evidente, entonces, el enfermo, o sus amigos interrogadosreservadamente, la mencionarn ya espontneamente o bajo cuidadoso interrogatorio.

    Cualquiera causa de carcter vergonzoso, que no quiera confesar el enfermo y sus amigos, a lo menosvoluntariamente, debe el mdico tratar de obtenerla forzando hbilmente sus preguntas o por informacin reservada.Pertenecen a stas los envenenamientos o intentos de suicidio, el onanismo, los excesos en la crpula ordinaria o

    contranatura, el abuso del vino, licores, ponche y otras bebidas irritantes, o del caf exceso en las comidas en generalo de algn alimento en particular, de naturaleza nociva la infeccin venrea o la sarna, amores desgraciados, celos,desdicha domstica, preocupaciones, pena por alguna desgracia familiar, maltrato, venganza frustrada, orgulloagraviado, dificultades peculiares, temor supersticioso, hambre, imperfeccin de los genitales, una hernia, un prolapsoy as de lo dems.

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    Mientras se investiga el estado de una enfermedad crnica, debe considerarse y escudriarsemuy bien las circunstancias especiales del paciente respecto a sus ocupaciones ordinarias, su modohabitual de vivir y su dieta, su posicin domstica y as lo dems, para averiguar qu hay en ellasque pueda producir o sostener la enfermedad, a fin de que su remocin favorezca elrestablecimiento.

    En las enfermedades crnicas de la mujer es especialmente necesario prestar atencin al embarazo, esterilidad,deseos sexuales, partos, abortos, amamantamiento y el estado de la menstruacin. Respecto a la ltima, sobre todo, nodescuidaremos averiguar si se presenta en intervalos demasiado cortos o si se retrase ms all del tiempo normal,cuntos das dura, si el flujo es continuo o intermitente, cul es en general su cantidad, la fuerza de su color, si existeleucorrea antes o despus, pero especialmente por qu clase de sufrimientos fsicos o mentales, sensaciones y doloreses precedida, acompaada o seguida; si hay leucorrea cul es su carcter, qu sensaciones acompaan al flujo, de qucantidad es ste, en qu condiciones y ocasiones se presenta?

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    La investigacin de las enfermedades crnicas de los signos arriba mencionados, y de todoslos dems, debe llevarse a cabo tan cuidadosa y circunstanciadamente como sea posible y debenatenderse las peculiaridades ms minuciosas; por una parte, porque en estas enfermedades son loms caracterstico y se asemejan menos a los de las enfermedades agudas, y si debe realizarse una

    curacin deben anotarse exactamente; y por otra, porque los enfermos estn tan habituados a suslargos sufrimientos que prestan muy poca o ninguna atencin a los pequeos sntomas accesoriosque son frecuentemente muy fecundos en significacin (caractersticos) a menudo muy tiles paradeterminar la eleccin del remedio- y los miran casi como una parte necesaria de su condicin, casicomo la salud, habiendo olvidado la sensacin real de ellos en quince o veinte aos de sufrimientos,y difcilmente llegan a creer que esos sntomas accesorios, estas grandes o pequeas desviacionesdel estado de salud, puedan tener alguna conexin con su enfermedad principal.

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    Adems de esto, los pacientes mismos difieren tanto en su modo de ser, que algunos,

    especialmente los llamados hipocondracos y otras personas de gran sensibilidad e impacientes alos sufrimientos, pintan sus sntomas con colores demasiado vivos y describen sus dolencias conexpresiones exageradas, con el fin de urgir al mdico que los alivie .

    No se encontrar nunca en los hipocondracos, an en los ms impacientes, la invencin de sntomas y sufrimientos.La comparacin de stos en pocas distintas cuando el mdico no les de absolutamente o slo algo que no es medicinal,lo demuestra plenamente, - pero debemos restar algo de su exageracin, y atribuir siempre la naturaleza enrgica de susexpresiones a su excesiva sensibilidad, en cuyo caso esta misma exageracin de sus expresiones cuando habla de sussufrimientos viene a ser por s mismo un sntoma importante en la lista de los caracteres distintivos de que se componela imagen de la enfermedad. El caso es diferente si se trata de loco y simuladores viles de enfermedades.

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    Otros sujetos de modo de ser contrario, empero, unas veces por indolencia, otras por unaespecie de suavidad de carcter o de debilidad de la voluntad, se abstienen de mencionar el nmerode sus sntomas, los describen con trminos vagos o alegres que no son de trascendencia.

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    Ahora bien, si es cierto que debemos atender sobre todo la descripcin de los sufrimientos ysensaciones del enfermo y dar crdito con sus propias expresiones con las cuales trata de hacernoscomprender sus dolencias que en boca de sus amigos y servidumbre frecuentemente son alteradasy errneamente expresadas- tambin es cierto, por otra parte que en todas las enfermedades, peroespecialmente en las crnicas, la investigacin del cuadro completo y verdadero con suspeculiaridades, exige especial circunspeccin, tacto, conocimiento de la naturaleza humana, cautelaen conducir la indagacin y paciencia en un grado eminente.

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    En general, la investigacin de las enfermedades agudas o de las que se han presentado hacepoco, es mucho ms fcil para el mdico, porque todos los fenmenos y desviaciones de la saludque se han perdido recientemente estn todava frescos en la memoria del enfermo y de sus amigos;continan todava siendo recientes y notables. Ciertamente que el mdico necesita tambin en tales

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    casos saberlo todo; pero tiene mucho menos que inquirir; la mayor parte de las veces le sondetallados espontneamente.

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    Al investigar la totalidad de los sntomas de las enfermedades epidmicas y espordicas, no

    tiene ninguna importancia el hecho de que haya o no aparecido antes en el mundo algo semejantecon el mismo nombre o con otro. La novedad o peculiaridad de una enfermedad de esta clase noinfluye ni en el mtodo de examen ni en el tratamiento, puesto que el mdico debe considerar laimagen pura de cada enfermedad reinante como si fuera algo nuevo o desconocido e investigarlacompletamente en s misma, si desea practicar la medicina de manera positiva y radical, jamssustituyendo la observacin actual por conjeturas, nunca dar por supuesto que la enfermedad ya eraantes de l total o parcialmente conocida, sino que debe examinarla cuidadosamente en todas susfases. Este modo de proceder es de lo ms indispensable en tales casos, pues un cuidadoso examendemostrar que una enfermedad reinante es en muchos respectos un fenmeno de carcter nico,difiriendo grandemente en todas las epidemias anteriores, a las cuales se han aplicado ciertosnombres falsos con excepcin de las epidemias que resultan de un principio contagioso que siempre

    permanece el mismo, tal como la viruela, el sarampin, etc.101

    Puede suceder fcilmente que en el primer caso de enfermedad epidmica que se presente almdico, no obtenga desde luego el conocimiento de su imagen completa, pues slo por medio deuna informacin precisa de varios casos de cada una de estas enfermedades colectivas, puedeconvertirse en experto con la totalidad de sus signos y sntomas. No obstante, el mdicocuidadosamente observador puede an con el examen del primero o segundo enfermo llegar lo msaproximado posible al conocimiento del verdadero estado, teniendo en la mente una imagencaracterstica de l, y aun tener xito encontrando el remedio apropiado, homeopticamenteadaptado.

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    Con el hecho de escribir los sntomas de varios casos de esta clase, el diseo del cuadro dela enfermedad se hace cada vez ms completo; no ms extenso y difuso, sino ms significativo(ms caracterstico) e incluyendo ms particularidades de esta enfermedad colectiva. Por una parte,los sntomas generales (por ejemplo, prdida del apetito, insomnio, etc.) quedan perfectamentedefinidos en cuanto a sus peculiaridades y por otra, los sntomas ms notables y especiales que sonpeculiares a pocas enfermedades y de aparicin ms rara, al menos en la misma combinacin, sehacen prominentes y constituyen lo que es caracterstico de la enfermedad. Todos los atacados dela enfermedad reinante, al mismo tiempo, la contraen indudablemente de una sola y misma fuente,

    de aqu que tengan la misma enfermedad; pero toda la magnitud de una enfermedad epidmica y latotalidad de sus sntomas (cuyo conocimiento, que es esencial para permitirnos elegir el remediohomeoptico ms conveniente para este conjunto de sntomas, se obtiene con el examen completodel cuadro morboso) no puede conocerse por un solo paciente, solo puede ser perfectamentededucida (abstrada) y descubierta por los sufrimientos de varios enfermos de constitucionesdiferentes.

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    El mdico que ha podido ya escoger en los primeros casos el remedio que se aproxima a la especificidadhomeoptica, podr en los casos subsecuentes ya verificar la conveniencia del remedio elegido o descubrir el msapropiado, el ms homeoptico.

    103

    Del mismo modo como aqu se ha dicho con relacin a las enfermedades epidmicas, quegeneralmente son de carcter agudo, las enfermedades crnicas miasmticas que, como hedemostrado, siempre permanecen las mismas en su naturaleza esencial, especialmente la pasiva,deben investigarse en todos sus sntomas y de un modo mucho ms minucioso de lo que se hahecho antes, porque tambin en dichas enfermedades un paciente slo exhibe una parte de lossntomas, un segundo, un tercero, etc., presentan algunos otros que tambin son (separados comoestn) parte de la totalidad de los sntomas que constituyen la extensin completa de la enfermedad.De modo que todo el conjunto de sntomas que pertenece a una enfermedad miasmtica crnica, yespecialmente a la psora, slo puede descubrirse por la observacin de muchos pacientesindividualmente afectados de tales enfermedades crnicas; y sin un examen completo y un cuadrocolectivo de estos sntomas no puede descubrirse el medicamento capaz de curar

    homeopticamente (es decir, antipsrico) toda la enfermedad. Estos medicamentos son, al mismotiempo los verdaderos remedios de varios pacientes que sufren de tales enfermedades crnicas.

    104

    Cuando la totalidad de los sntomas que especialmente caracterizan y distinguen el casopatolgico o, en otras palabras, cuando el cuadro de la enfermedad, cualquiera que sea su clase estuna vez trazado , la parte ms difcil del trabajo est concluida. El mdico tiene entonces laimagen de la enfermedad siempre frente a s para guiarle en el tratamiento, especialmente si aquellaes crnica; puede investigarla en todas sus partes y escoger los sntomas caractersticos, a fin deoponerles, es decir a toda la enfermedad, una fuerza morbfica artificial y muy semejante, en formade sustancia medicamentosa elegida homeopticamente, tomada de la lista de todos los

    medicamentos cuyos efectos puros han sido descubiertos. Durante el tratamiento, cuando deseaaveriguar cul ha sido el efecto del medicamento y qu cambios se han realizado en el estado delpaciente, slo necesita borrar, despus de un nuevo examen, de la lista de sntomas anotados en laprimera visita, los que se hayan mejorado, marcar los que an persisten y aadir cualesquiera otrosnuevos que hayan sobrevenido.

    El mdico de la antigua escuela se preocupa muy poco de este asunto en su tratamiento. No podra escuchar delpaciente, ningn pequeo detalle de todas las circunstancias del caso; con frecuencia, a la verdad, le interrumpe en larelacin de sus sufrimientos a fin de que no le retarde la escritura rpida de su receta, compuesta de una variedad deingredientes desconocidos para l en sus verdaderos efectos. Ningn mdico alpata como se ha dicho, intenta conocertodas las pequeas circunstancias del caso del enfermo y todava menos ha escrito una nota de ellos. Al volver a ver alpaciente varios das despus, no recuerda nada referente a los pocos detalles que oy en la primera visita (habiendo

    visto, en el intervalo, muchos otros enfermos afectos de diversos padecimientos), ha dejado que todo entre por un odoy salga por el otro. En las visitas siguientes slo hace algunas preguntas generales, aparenta tomar el pulso, mirar lalengua, y al instante escribe otra receta basada siempre en principios irracionales, o manda que se contine con laprimera (en grandes cantidades varias veces al da) y con un saludo gracioso sale de prisa a visitar de este modoinconsciente a los 50 60 enfermos, durante la maana. La profesin que entre todos requiere actualmente muchareflexin, un examen concienzudo, cuidadoso del estado de cada paciente y su tratamiento especial fundado en ello, eraconducido de esta manera por gentes que se llaman a s mismos mdicos, prcticos racionales. El resultado, comonaturalmente deba esperarse, era casi invariablemente malo; y no obstante, los pacientes acudan a consultarles yaporque no haba mejores, o ya por costumbre.

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    El segundo punto, en el ejercicio profesional del verdadero mdico, se refiere a laadquisicin del conocimiento de los instrumentos destinados a la curacin de las enfermedadesnaturales, investigando el poder patogensico de los medicamentos, a fin de que cuando se le llamea curar pueda elegir de entre stos, uno, de cuya lista de sntomas se puede construir una

    enfermedad artificial tan semejante como sea posible a la totalidad de sntomas de la enfermedadnatural que se intenta curar.

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    Deben conocerse todos los efectos patogensicos de los diversos medicamentos; es decir,deben observarse primero todos los sntomas morbosos y alteraciones de la salud que cada uno deellos es capaz de desarrollar en el individuo sano, tanto como sea posible y antes de tener laesperanza de encontrar entre ellos, y elegir, los remedios homeopticos ms apropiados para lamayor parte de las enfermedades naturales.

    Concepto de enfermedad aguda y crnica(Parag. 72 a 81):

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    Con respecto al primer punto, lo siguiente servir como una mocin preliminar general. Lasenfermedades a que el hombre est sujeto son ya procesos rpidos y morbosos de la fuerza vitalanormalmente desviada que tienen tendencias a terminar su perodo ms o menos rpidamente,pero siempre en un tiempo de duracin mediana, que se llaman enfermedades agudas; o sonenfermedades de carcter tal que, con un principio pequeo o imperceptible, desvandinmicamente el organismo vivo, cada una a su manera peculiar, que le obligan a separarsegradualmente del estado de salud de tal modo que la energa vital automtica llamada fuerza vital,cuyo fin es preservar la salud, solamente les opone al principio y durante su curso, una resistenciaimperfecta, impropia e intil, que es incapaz por s misma de destruir y las sufre irremediablemente(y las desarrolla) siendo cada vez ms apartada de lo normal, hasta que al fin el organismo sedestruye; estas enfermedades se llaman crnicas. Son causadas por infeccin dinmica con unmiasma crnico.

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    En cuanto a las enfermedades agudas, pueden ser de tal naturaleza que afecten el organismohumano individualmente, siendo la causa excitante influencias perjudiciales a las que se ha

    expuesto particularmente. Los excesos en la alimentacin o su deficiencia, impresiones fsicasintensas, enfriamientos, acaloramientos, disipacin, esfuerzos, etc., o irritaciones fsicas, emocionesmentales, y otras semejantes, son causas excitantes de tales infecciones febriles agudas; sinembargo, en realidad, generalmente son explosiones pasajeras de la psora latente queespontneamente vuelve a su estado latente si la enfermedad aguda no fue de carcter demasiadoviolento y reprimido prontamente. O son de tal naturaleza que atacan a varias personas al mismotiempo, aqu y all (espordicamente), por medio de influencias atmosfricas o telricas o agentesdainos; la susceptibilidad de ser morbosamente afectado por ellos, slo la poseen pocas personas a

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    la vez. A estas enfermedades pertenecen las que atacan muchas personas con sufrimientos muysemejantes del mismo origen (epidmicamente); estas enfermedades generalmente se vuelveninfecciosas (contagiosas) cuando prevalecen entre masas compactas de individuos. Por esta raznproducen fiebres , en cada caso de forma peculiar y debida a que la enfermedad tiene un origenidntico que abandonado a s mismo termina en un espacio de tiempo de duracin mediano, con la

    muerte o con el restablecimiento. Las calamidades de la guerra, las inundaciones y el hambre sonfrecuentemente sus causas excitantes y productoras; algunas veces son miasmas agudos peculiaresque reaparecen de la misma manera (de aqu que se las conozca por algn nombre tradicional), queunas veces atacan a las personas una sola vez en la vida, como la viruela, el sarampin, la tosferina, la fiebre escarlatina de Sydenham, la papera, etc., u otras se presentan frecuentementevarias veces de la misma manera, como la peste de Levante, la fiebre amarilla, el cleraAsitico, etc.

    El mdico homepata que no toma en consideracin las preocupaciones de la escuela ordinaria (que ha escogidoalgunos nombres de tales fiebres, como si la naturaleza poderosa no se atreviese a producir ninguna otra, de manera queadmite en estas enfermedades un tratamiento en relacin con un mtodo fijo), no acepta (para fundar su teraputica) losnombres de fiebre de las crceles, fiebre biliosa, tifo, fiebre ptrida o mucosa, sino que trata cada una de ellas conforme

    a sus numerosas peculiaridades.Despus de ao 1801, los mdicos confundieron una especie de prpura miliar (roodvonk) que vino del oeste, conla fiebre escarlatina, sin embargo de que presentaba sntomas totalmente diferentes, de que la ltima encontraba enbelladona un remedio profilctico y curativo, y la primera en acnito; la primera era generalmente espordica, mientrasque la ltima era invariablemente epidmica. ltimamente parece como si las dos se unieran ocasionalmente paraformar una fiebre eruptiva de naturaleza peculiar, para la cual ni el uno ni el otro remedio solos, le eran completamentehomeopticos.

    Es muy excepcional, mejor dicho, nunca repite la fiebre amarilla, pues se ha observado que un primer ataqueconfiere la inmunidad. Nota del Dr. R. Romero.

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    Entre las enfermedades crnicas debemos contar, desgraciadamente, con aquellas que tancomnmente se encuentran, producidas artificialmente en el tratamiento aloptico con el usoprolongado de medicamentos heroicos violentos, administrados en grandes y progresivas dosis, porel abuso del calomel, del sublimado corrosivo, del ungento mercurial, del nitrato de plata, delyodo y sus ungentos, del opio, de la valeriana, de la cinchona, de la quinina, de la digital, delcido prsico, del azufre, del cido sulfrico, de los purgantes continuos, de las sangras, de lassanguijuelas, de los exutorios, de los sedales, etc., por cuyo medio la fuerza vital es debilitada a ungrado de extensin despiadada y algunas veces si no sucumbe, gradualmente se desva (de un modopeculiar por cada sustancia) de tal modo que a fin de sostener la vida contra estos ataques enemigosy destructores, produce una revolucin en el organismo, una veces privando a alguna parte de su

    sensibilidad e irritabilidad y otras exaltndolas a un grado excesivo, determina dilatacin ocontraccin, relajacin o induracin y an destruccin total de ciertas partes y desarrollaalteraciones orgnicas aqu y all, en el interior o en el exterior (lisiando el cuerpo interna yexternamente), a fin de preservar al organismo de la destruccin completa por los ataques hostilessiempre renovados de semejantes fuerzas destructoras .

    El nico caso posible de pltora se presenta en la mujer sana, varios das antes de la menstruacin, con una sensacinde plenitud en la matriz y senos, pero sin inflamacin.

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    Entre todos los mtodos imaginables para aliviar las enfermedades, no se puede pensar en uno ms inadecuado,irracional y aloptico que el Broussaismo, tratamiento que debilita por medio de sangras y dieta de hambre y que pormuchos aos se ha extendido en una gran parte del mundo. Ningn hombre inteligente puede ver en l nada mdico oayuda medicinal, pues las medicinas verdaderas, an escogidas y administradas ciegamente a un enfermo pueden aveces ser beneficiosas en un caso dado, porque accidentalmente presentan homeopaticidad con dicho caso. Pero de laflebotoma o sangra, el sentido comn sano no puede esperar ms que cierta disminucin y acortamiento de la vida. Es

    un engao o error doloroso y sin base ninguna que todas o la mayor parte de las enfermedades dependen de unainflamacin local. An para la verdadera inflamacin local la curacin ms cierta y rpida se obtiene conmedicamentos capaces de vencer dinmicamente la irritacin arterial de que depende la inflamacin, y esto sin lamenor prdida de fluido y vigor. La sangra, an de la parte afectada, slo tiende a aumentar la inflamacin de estaspartes, que se renueva. Es generalmente inadecuado, si, homicida, extraer varias libras de sangre de las venas, en lasfiebres inflamatorias, cuando unos cuantos medicamentos indicados disiparan este estado de irritacin arterial,removiendo la sangre hasta entonces estancada con la enfermedad en pocas horas sin la menor prdida de fluidos yvigor. Tal prdida tan grande de sangre es evidentemente irremplazable por la continuidad de la vida, pues los rganosdestinados por el Creador para formar la sangre se han debilitado, de este modo, a tal grado, que aunque puedenregenerar la sangre en la misma cantidad, pero no de la misma buena calidad. Y cun imposible es para esta pltoraimaginada, haberse producido con notable rapidez y suprimido por sangras frecuentes cuando todava una hora antes elpulso de este febricitante (antes del perodo de fro y calor) estaba tan reposado. Nadie tiene sano o enfermo demasiadasangre o demasiada fortaleza. Al contrario, todo enfermo carece de potencia, de otra manera su fuerza vital hubieseimpedido el desarrollo de la enfermedad. As pues, es irracional y cruel aadir al paciente debilitado una causa mucho

    mayor y ms grave, ciertamente, de debilidad. Es una prctica errnea, mortfera, irracional y cruel, que basada en unateora completamente sin fundamento y absurda, intenta quitar la enfermedad, que siempre es dinmica, y que slopodr curarse con potencias tambin dinmicas.

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    Estos trastornos de la salud realizados por la alopata, que no es un arte de curar,(particularmente en los tiempos actuales), son las ms deplorables de todas las enfermedadescrnicas, las ms incurables; y siento aadir que es aparentemente imposible descubrir o encontrarremedios para curarlas cuando han alcanzado gran desarrollo.

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    La Divinidad benfica nos concedi, en la Homeopata, los medios para proporcionar aliviosolamente en las enfermedades naturales; pero las devastaciones y mutilaciones internas y externasdel organismo humano realizadas durante muchos aos por el ejercicio inhumano de un falso arte con sus drogas y tratamientos nocivos slo pueden ser remediados por la fuerza vital (ayudndolaconvenientemente, desarraigando algn miasma crnico que puede suceder que exista oculto en elfondo), si no ha sido demasiado debilitada por tales actos perjudiciales, y pueda disponer de variosaos para este enorme trabajo, sin molestia alguna. No hay ni puede haber arte curativo humanopara restablecer al estado normal estas innumerables condiciones anormales tan a menudo causadaspor el arte aloptico, que no es curativo.

    Si al fin el paciente sucumbe, el que lo ha tratado acostumbra a presentar a los parientes entristecidos los destrozosorgnicos internos encontrados en el examen post-mortem, no como debidos a su falso arte, sino que artificiosamentesostiene que son el resultado de una enfermedad primitiva e incurable (vase el libro Die Allopathie, ein Wort derWarnung an Kranke jeder Art, Leipzig, bei Baumpartner traducido en Lesser Writing). Las obras ilustradas deanatoma patolgica exhiben estos informes engaosos como producto de tan lamentables errores. Los enfermos delcampo y los pobres de la ciudad, que han fallecido sin soportar tratamientos nocivos y errneos, no son autopciadosdesde el punto de vista antomo patolgico por regla general. No se podran encontrar en sus cadveres talesdeformidades y corrupcin. Por este hecho puede juzgarse el valor del testimonio sacado de estas bellas ilustraciones,as como de la honradez de estos autores y de los libreros.

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    Son impropiamente llamadas enfermedades crnicas las que sufren las personas que seexponen continuamente a influencias nocivas evitables, que tienen por costumbre entregarse al usode alimentos y bebidas daosas, que son adictos a excesos de varias clases que minan la salud, quesufren la privacin prolongada de cosas necesarias para el sostn de la vida, que viven en

    localidades insalubres, especialmente distritos pantanosos, que habitan en stanos u otras casasreducidas, que estn privados de aire libre y no hacen ejercicio, que arruinan su salud con trabajomental o fsico excesivo, que viven en un estado constante de preocupacin, etc. Estos estados demala salud que la gente se ocasiona, desaparecen espontneamente, con tal que no exista en elcuerpo ningn miasma crnico, mejorando el modo de vivir, y no pueden llamarse enfermedadescrnicas.

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    Las verdaderas enfermedades crnicas naturales son las que se originan de un miasmacrnico, las cuales abandonadas a s mismas o no dominadas con el empleo de los remedios que les

    son especficos, siempre van en aumento y empeorndose, no obstante el mejor rgimen mental yfsico, y atormentan al paciente hasta el fin de su vida con sufrimientos que siempre se agravan.Estas, exceptuando las producidas por tratamiento mdico errneo, son las ms numerosas y lacalamidad ms grande de la raza humana, pues la constitucin ms robusta, el mtodo de vidamejor regulado y la energa de la fuerza vital ms vigorosa, o insuficientes para destruirlas odesarraigarlas .

    Durante los aos florecientes de la juventud y con el comienzo de la menstruacin, unido a un gnero de vidabeneficioso para el alma, el corazn y el cuerpo, permanecen desconocidas por aos. Los afectados aparecen enperfecta salud a sus parientes y amigos y la enfermedad transmitida por infeccin o heredada, parece haberdesaparecido completamente. Pero en aos posteriores, despus de acontecimientos y condiciones adversas de la vida,se presentan con seguridad y se desarrollan con ms rapidez y revistiendo un carcter ms serio en proporcin con laperturbacin del principio vital por pasiones debilitantes, penas y cuidados, pero especialmente cuando ha sidodesordenado por un tratamiento mdico inadecuado.

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    Hasta ahora slo la sfilis ha sido conocida, hasta cierto punto, como tal enfermedadmiasmtica crnica, que sin medicacin cesa solamente con la terminacin de la vida. La psicosis(enfermedad condilomatosa) igualmente indesarraigable por la fuerza vital sin tratamiento mdicoapropiado, no era reconocida como enfermedad miasmtica crnica de carcter peculiar, a pesar deque lo es indudablemente, y los mdicos piensan que la han curado cuando han destruido lasexcrecencias de la piel, pero escapa a su observacin la discracia existente ocasionada por ella.

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    Es incomparablemente mucho mayor y ms importante que los dos miasmas crnicos que seacaban de citar el miasma crnico psrico que, mientras los otros dos revelan su discraciaespecfica interna, el uno por el chancro venreo y el otro por excrecencias en forma de coliflor, ltambin, despus de realizar la infeccin interna de todo el organismo se manifiesta por unaerupcin cutnea peculiar consistente a veces en algunas vesculas acompaadas de intolerablecomezn cosquillante voluptuosa (y un olor peculiar), el monstruoso miasma crnico interno lapsora, la nica causa fundamental y real y productora de todas las otras numerosas, y puedo decir

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    innumerables formas de enfermedad , que bajo los nombres de debilidad nerviosa, histeria,hipocondriosis, mana, melancola, imbecilidad, locura, epilepsia, convulsiones de todas clases,reblandecimiento de los huesos (raquitismo), escoliosis y cifosis, caries, cncer, fungus hematodes,neoplasmas, gota, hemorroides, ictericia, cianosis, hidropesa, amenorrea, hemorragia delestmago, nariz, pulmones, vejiga y tero; de asma y ulceracin de los pulmones, de impotencia y

    esterilidad, de hemicrnea, sordera, catarata, amaurosia, clculos urinarios, parlisis, defectos de lossentidos y dolores de todas clases, etc., aparecen en obras sistemticas de patologas comoenfermedades peculiares e independientes.

    Pas doce aos en investigar el origen de este gran nmero increble de afecciones crnicas, indignado y reuniendopruebas seguras de esta gran verdad desconocida a todos los observadores antiguos y contemporneos, y descubriendoal mismo tiempo los principales (antipsricos) remedios que colectivamente son casi iguales a esta enfermedadmonstruosa de mil cabezas en todos sus desarrollos y formas diferentes. He publicado mis observaciones sobre esteasunto en el libro titulado "Las Enfermedades Crnicas (4 volmenes); antes de haber obtenido este conocimiento slopoda ensear a tratar el conjunto de las enfermedades crnicas como entidades patolgicas aisladas e individuales conmedicamentos cuyos efectos puros haban sido experimentados hasta esa poca, en sujetos sanos; de modo que cadacaso de enfermedad crnica era tratada por mis discpulos conforme al grupo de sntomas que presentaban, como sifuera una enfermedad idiomtica, y era tan a menudo curada que la humanidad doliente se regocijaba de la vasta

    riqueza en medicamentos reunida ya por el nuevo arte de curar. Cuanto mayor motivo de alegra existe ahora que se haalcanzado casi en absoluto la meta deseada, en cuanto al descubrimiento reciente de los remedios homeopticosmuchos ms especficos para las afecciones crnicas que vienen de la psora (propiamente llamados remediosantipsricos) y la publicacin de las instrucciones especiales para su preparacin y empleo, de entre las cuales elverdadero mdico puede ahora escoger como agentes curativos aquellos cuyos sntomas medicamentosos correspondenen la forma mas semejante (homeoptica) a la enfermedad crnica que se trata de curar, y de este modo con el empleo(antipsrico) de medicamentos ms apropiados a este miasma, est capacitado para prestar un servicio ms esencial ycasi invariablemente para realizar una curacin perfecta.

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    El hecho de que este agente infectante extremadamente antiguo, halla pasado gradualmentea travs de muchos millones de organismos humanos, en algunos cientos de generaciones,

    alcanzando as un desarrollo increble, hace concebible en algn modo como pueda ahora desplegartan innumerables formas morbosas en la gran familia humana, particularmente cuandoconsideramos que nmero de circunstancias contribuye a la produccin de una gran variedad deenfermedades crnicas (sntomas secundarios de la psora), adems de la diversidad indescriptiblede hombres respecto a su constitucin fsica congnita; de manera que no debe sorprender si talvariedad de influencias nocivas obrando interna o externamente y a veces continuamente sobre talvariedad de organismos compenetrados del miasma psrico, produce una variedad innumerable dedefectos, lesiones, desarreglos y sufrimientos que hasta ahora haban sido tratados en las obrasantiguas de patologa bajo cierto nmero de nombres especiales, como enfermedades de carcterindependiente.

    Algunas de estas causas que ejercen influencia modificadora de la transformacin de la psora en enfermedad crnica,dependen algunas veces claramente del clima y del carcter fsico peculiar del lugar que se habita, algunas veces de lagran variedad de la educacin fsica y mental de la juventud, que pudo haber sido descuidada, retardada o llevada aexcesos, o en el abuso en los negocios, o condiciones de vida, en la cuestin de la dieta y rgimen, pasiones,comportamiento, hbitos y costumbres de varias clases.

    Cuntos nombres impropios y ambiguos contienen estas obras, bajo cada uno de los cuales estn incluidascondiciones morbosas completamente diferentes, que con frecuencia se parecen nicamente en un solo sntoma, comola fiebre intermitente, ictericia, hidropesa, consuncin, leucorrea, hemorroides, reumatismo, apopleja, convulsiones,histeria, hipocondriosis, melancola, mana, anginas, parlisis, etc. que las consideran como enfermedades de carcter

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    fijo e invariable y son tratadas por motivo de su nombre, conforme a determinado plan Cmo puede justificar laadopcin de semejante nombre un tratamiento mdico idntico? Nihil sane in artem medicam pestiferum magiaunquam irrepsit malum, quam generaliza quoedam nomina morbis imponere iisque aptare velle generalem quandammedicinam, dice Huxham, hombre tan esclarecido como estimable por razn de su rectitud (op. Phys, med., Tom. I).Y de la misma manera se queja Fritze (Annalen, i, p.80) Que enfermedades esencialmente diferente son designadascon el mismo nombre. An las enfermedades epidmicas que indudablemente pueden propagarse en cada epidemiadistinta por principio contagioso especial que nos es desconocido, son designadas, en la antigua escuela de medicina,por nombres particulares, lo mismo que enfermedades definidas bien conocidas que se presentasen invariablementebajo la misma forma, como la fiebre de hospital, de crcel, de campo, ptrida, biliosa, nerviosa, mucosa, aunque cadaepidemia de tale fiebres errantes se manifestase en cada aparicin como distinta, como una nueva enfermedad, como sinunca antes hubiese aparecido exactamente en la misma forma, difiriendo muchsimo, en cada caso, en su curso tantocomo en un muchos de sus sntomas ms notables y en todas sus manifestaciones. Cada una es tan distinta de todas lasepidemias anteriores, que cualquiera que sea el nombre que lleven, sera un abandono de toda exactitud lgica ennuestras ideas, si furamos a dar a estas enfermedades, que difieren tanto entre s, uno de esos nombres queencontramos en las obras de patologa, y las tratramos a todas administrando los medicamentos de conformidad coneste nombre abusivo. El ntegro Sydenham slo not esto, cuando (Obs. Med., cap. II, de Moob. Epid.) insiste en lanecesidad de no considerar cualquiera enfermedad epidmica como habiendo ocurrido antes, y tratarla del mismo modoque la otra, puesto que todas las que se presentan sucesivamente y que son siempre tan numerosas, difieren las unas delas otras.

    De todo esto se desprende claramente que estos nombres intiles y arbitrarios de las enfermedades no deben tenerinfluencia en la prctica del verdadero mdico, que sabe que debe juzgar y curar las enfermedades, no conforme a lasemejanza del nombre de uno solo de sus sntomas, sino de acuerdo con la totalidad de los signos del estado individualde cada paciente, cuya afeccin tiene el deber el mdico de investigar cuidadosamente, pero jams dar suposicioneshipotticas de ella.

    Sin embargo, si se juzgase necesario algunos veces hacer uso de los nombres de la enfermedades a fin de que,cuando se hable de un enfermo con el vulgo, nos hagamos entender en pocas palabras, solamente debemos emplearloscomo nombres directivos y decir: el enfermo tiene una especie de mal de San Vito, una especie de hidropesa, unaespecie de tifo, una especie de fiebre intermitente; pero (con el fin de desechar para siempre las nociones errneas a quedan origen estos nombres) nunca deber decirse que tiene mal de San Vito, tifo, hidropesa, fiebre intermitente, puesciertamente no hay enfermedades de nombre semejante y de carcter fijo e invariable.

    Reaccin Teraputica. Agravacin Homeoptica(Parag. 155 a 161 y 196 a 254)

    155Digo sin grandes incomodidades, porque en el empleo del remedio homeoptico ms

    apropiado, solo son llamados a obrar los sntomas del medicamento que corresponden a lossntomas de la enfermedad, ocupando los primeros en el organismo el lugar de los ltimos (msdbiles); es decir, en las sensaciones del principio vital, y de esta manera los anula por su podersuperior. Los otros sntomas del medicamento homeoptico, que a menudo son muy numerosos, no

    siendo aplicables al caso patolgico en cuestin, no son llamados a obrar en absoluto. El pacientemejorando de hora en hora, no siente casi nada de ellos, porque la dosis excesivamente pequeaque se necesita en el tratamiento homeoptico, es demasiado dbil para producir los otros sntomasdel medicamento que no son homeopticos al caso, en las partes del cuerpo que estn exentas de laenfermedad, por consiguiente slo pueden obrar los sntomas homeopticos en las partes delorganismo que ya estn ms irritadas y excitadas por los sntomas similares de la enfermedad, demanera que el principio vital enfermo pueda reaccionar slo a una enfermedad medicinal semejantepero ms fuerte, por medio de la cual es extinguida la enfermedad primitiva.

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    156No obstante, casi no existe medicamento homeoptico, por bien elegido que haya sido,

    sobre todo si es administrado a una dosis insuficientemente pequea, que no produzca en pacientesmuy irritables y sensibles al menos alguna molestia trivial y extraordinaria, algn pequeo sntomanuevo mientras dura su accin, porque es casi imposible que el medicamento y la enfermedad

    pudieran cubrirse el uno a la otra sintomticamente y con exactitud como dos tringulos de lados yngulos iguales. Pero estas (en circunstancias ordinarias) diferencias insignificantes fcilmente sonextinguidas por la actividad potencial (energa) del organismo viviente y no son percibidos por lospacientes que no sean excesivamente sensibles; la reparacin progresa sin embargo, hasta elrestablecimiento perfecto, si no fuese impedido por la accin de sustancias medicinalesheterogneas, por errores en el rgimen o por excitacin de las pasiones.

    157Pero aunque es cierto que un remedio elegido homeopticamente, remueve y extingue, por

    razn de ser apropiado y administrado en pequea dosis, de una manera suave la enfermedad agudaanloga a l, sin manifestar sus otros sntomas no homeopticos, es decir, sin la produccin demolestias nuevas y graves, no obstante con frecuencia produce una especie de ligera agravacininmediatamente despus de ingerido, por una o algunas horas, cuando la dosis no ha sidosuficientemente pequea (cuando la dosis ha sido demasiado grande empero, la agravacin es pormuchas horas) y que tiene tanta semejanza con la enfermedad primitiva que el paciente se figuraque es una agravacin de su propia enfermedad. Pero en realidad no es ms que una enfermedadmedicinal, en extremo semejante, excediendo algo en poder a la afeccin natural.

    158La ligera agravacin homeoptica que se presenta durante las primeras horas (muy buen

    pronstico que indica que la enfermedad aguda ceder probablemente a esta primera dosis), escompletamente como debera de ser, pues la enfermedad medicinal debe ser naturalmente algo msfuerte que la enfermedad que hay que curar, para que pueda dominarla y extinguirla, del mismomodo que una enfermedad natural puede remover y destruir a otra semejante, slo cuando es msfuerte que ella (pargrafos 43 48)

    159Cuanto ms pequea es la dosis del remedio homeoptico en el tratamiento de las

    enfermedades agudas, tanto ms ligero y corto es el incremento aparente de la enfermedad durantelas primeras horas.

    160Pero como la dosis de un remedio homeoptico apenas puede hacerse tan pequea que no

    sea capaz de aliviar, de dominar, de curar, a la verdad, completamente y destruir la enfermedadnatural no complicada y no de muy larga duracin, que sea anloga a l, se comprende porque unadosis de un medicamento homeoptico apropiado, produzca siempre, durante la primera hora de suingestin, una visible agravacin homeoptica de esta clase .

    Esta preponderancia de los sntomas medicinales sobre los sntomas morbosos naturales, que simula unaexasperacin de la enfermedad, ha sido observada tambin por otros mdicos, cuando la casualidad les haca elegir unremedio homeoptico. Cuando el sarnoso, despus de haber tomado el azufre, se queja de que se le aumenta laerupcin, el mdico que no sabe la causa de ello, le consuela dicindole que es menester que salga toda la sarna antes

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    de poder curarla, pero ignora que es un exantema producido por el azufre, que toma la apariencia de una exasperacinde la sarna. Leroy (Helk fur Mutter, pg. 406) asegura que viola tricolor empez por empeorar una erupcin de la cara,cuya curacin produjo despus: ... pero no saba que este aumento aparente del mal proviene nicamente de que sehaba administrado a muy fuerte dosis el medicamento, que en este caso era homeoptico. Lyaons (Med. Transact.,vol II, Londres, 1772), dice que las enfermedades de la piel que mejor ceden a la corteza del olmo, son las que estasustancia hace aumentar al principio. Si l no hubiese administrado, segn acostumbra la medicina aloptica, lacorteza del olmo a dosis enormes, sino que, como lo exige su carcter homeoptico, la hubiese hecho tomar a dosisextremadamente dbiles, los exantemas contra los cuales la prescriba hubiese curado sin experimentar este aumento deintensidad aparente de la enfermedad o hubiese sido muy poco pronunciado (agravacin homeoptica).

    161Al limitar aqu la llamada agravacin homeoptica, o ms bien, la accin primaria del

    medicamento homeoptico que parece aumentar algo los sntomas de la enfermedad primitiva, a laprimera o primeras horas, sin duda es cierto respecto a las enfermedades de carcter ms o menosagudo y de origen reciente, pero cuando medicamentos de accin larga tienen que combatir unaenfermedad de mucho o muchsimo tiempo, no debe presentarse el aumento aparente de laenfermedad original, si el medicamento exactamente elegido fue administrado en dosis apropiadapequea que gradualmente se eleva; modificada cada una de ellas con cada nueva dinamizacin

    (pargrafo 247). El aumento de los sntomas primitivos de la enfermedad crnica slo puedepresentarse al final del tratamiento cuando la curacin est casi o completamente terminada.

    196Podra creerse, a la verdad, que la curacin de estas enfermedades se hara de una manera

    ms pronta si el remedio que se ha reconocido homeoptico, por la totalidad de los sntomas, seemplease no solamente al interior, sino tambin al exterior; y que un medicamento aplicadotambin al punto enfermo debera producir en l un cambio ms rpido.

    197

    Este tratamiento, sin embargo, es completamente inaceptable no solo en las afeccioneslocales que dependen de la psora, sino tambin y especialmente en las que se originan de la sfilis ola sicosis, porque la aplicacin simultnea de un medicamento al interior y al exterior, en lasenfermedades que tienen por sntoma principal una afeccin local constante, tiene el graveinconveniente de que el sntoma principal (afeccin local) desaparece de ordinario ms pronto quela enfermedad interna, lo que puede hacer creer equivocadamente que la curacin es completa; oque a lo menos hace difcil y en algunos casos imposible, determinar, por la desaparicin prematuradel sntoma local, si la enfermedad general ha sido destruida con el empleo simultneo delmedicamento interno.

    198

    Por igual motivo es completamente inadmisible la aplicacin puramente local a los sntomasexteriores de la enfermedad miasmtica, de los medicamentos que tienen el poder de curar estaltima, cuando se administran al interior; pues si solamente suprimimos localmente y de unamanera parcial los sntomas locales de la enfermedad crnica, permanece en una oscuridad dudosael tratamiento interno, indispensable para el restablecimiento completo de la salud; desaparece elsntoma principal (la afeccin local) y slo quedan los otros sntomas menos perceptibles, menosconstantes y menos persistentes que la afeccin local, y con frecuencia poco peculiares y muy

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    ligeramente caractersticos, para que por medio de ellos se pueda formar una imagen de laenfermedad de contornos claros e individuales.

    Erupcin sarnosa reciente, chancros, condilomas, como he indicado en mi libro sobre Enfermedades Crnicas.

    199Si el remedio perfectamente homeoptico a la enfermedad no se hubiese todava encontrado cuando ha sido destruido el sntoma local por la cauterizacin, la escisin o las aplicacionesdesecantes, entonces el caso se hace mucho ms difcil por razn de que los sntomas que quedanson muy imprecisos (no caractersticos) e inconstantes; porque el sntoma externo principal quems hubiera contribuido para determinar la eleccin del remedio ms apropiado y su empleointerno hasta que la enfermedad hubiese sido completamente extinguida, se halla sustrado anuestra observacin.

    Como suceda antes de mi poca con los remedios para la enfermedad condilomatosa (y los medicamentosantipsicticos).

    200Si todava existiese el sntoma externo para guiar el tratamiento interno y se hubiese

    descubierto y encontrado el remedio homeoptico para el conjunto de la enfermedad, la persistenciade la afeccin local durante su empleo interno demostrara que la curacin an no es completa; perosi es curada, esto sera una prueba convincente de que la enfermedad ha sido por completodesarraigada y el restablecimiento deseado de toda la enfermedad se ha realizado en absoluto,siendo esta una ventaja inestimable e indispensable para alcanzar una curacin perfecta.

    201Es evidente que la fuerza vital abrumada por una enfermedad crnica de la que no puede

    triunfar por su propia energa instintivamente, adopta el plan de desarrollar una afeccin local en

    alguna parte externa, con el objeto de que haciendo y manteniendo enferma esta parte que no esindispensable a la vida, pueda acallar de este modo la enfermedad interna, que por otra parteamenaza destruir los rganos vitales (y quitar la vida al paciente) y de esta manera, por decirlo as,transporta la enfermedad interna en la afeccin local sustituta, como si la sacara de all. Laexistencia de la afeccin local acalla as, por algn tiempo, la enfermedad interna, aunque sinpoderla curar o disminuir materialmente . La afeccin local, no obstante, no es nada ms que unaparte de la enfermedad general, pero una parte aumentada toda en un sentido por la fuerza vitalorgnica y transportada a un lugar del cuerpo menos peligroso (externo), a fin de aliviar elsufrimiento interior. Pero (como se ha dicho) por medio de ese sntoma local que acalla laenfermedad interna, la fuerza vital no puede hasta aqu, disminuir o curar toda la enfermedad; sta,al contrario, contina a despecho de ella, aumentado gradualmente y la Naturaleza se ve obligada a

    aumentar y agravar, cada vez ms el sntoma local, para que pueda bastar como sustituto de laenfermedad interna aumentada y la pueda mantener todava bajo su dominio. Las lceras antiguasde las piernas se empeoran tanto tiempo como la psora permanece incurada, las lceras venreascrecen durante el tiempo que no se cura la sfilis interna, las verrugas proliferan y crecen mientrasno se cura la sicosis, que cada vez ms se hace difcil de curar, del mismo modo que la enfermedadgeneral interna contina desarrollando con el tiempo.

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    Los exutorios de los mdicos de la antigua escuela hacen algo semejante; las lceras artificiales externas, calmanalgunas enfermedades crnicas internas, pero slo por un tiempo muy corto, tanto como causen una irritacin dolorosaa que el organismo enfermo no est acostumbrado, sin tener el poder de curarlas. Por otra parte, debilitan y destruyenla salud general mucho ms de lo que la hacen la mayor parte de las metstasis producidas instintivamente por la fuerzavital.

    202Si el mdico de la antigua escuela destruye el sntoma local con la aplicacin de un remedio

    externo, en la creencia de que esta manera cura la enfermedad toda, la Naturaleza se indemniza desu prdida excitando la afeccin interna y los otros sntomas que previamente existan en estadolatente junto con la afeccin local; es decir, aumenta la enfermedad interna. Cuando esto sucede esfrecuente decir, aunque incorrectamente, que la afeccin local ha sido rechazada al interior delorganismo, o sobre los nervios, por los remedios externos.

    203Todo tratamiento externo de los sntomas locales cuyo objeto es quitarlos de la superficie

    del cuerpo, mientras que la enfermedad miasmtica interna es abandonada sin curacin, como, por

    ejemplo, suprimir de la piel las erupciones psricas con toda clase de ungentos; quemar loschancros con custicos, y destruir los condilomas con el bistur, la ligadura o el cauterio; estetratamiento externo pernicioso, hasta hoy practicado universalmente ha sido la fuente ms prolficade todas las enfermedades crnica nominadas o innominadas bajo las cuales gime la humanidad;este tratamiento es uno de los procedimientos ms criminales de que es culpable el mundo mdicoy no obstante, ha sido hasta hoy, el nico generalmente adoptado y enseado en las ctedrasprofesionales .

    Cualquier medicamento que al mismo tiempo se administrase internamente no sirve sino para agravar la afeccin,pues estos remedios no poseen poder especfico para curar la enfermedad en su conjunto, sino que atacan al organismo,le debilitan y le infligen, adems, otra enfermedad crnica medicinal.

    204Si se exceptan los males crnicos, sufrimientos y enfermedades que dependen de la

    insalubridad del gnero de vida habitual (pargrafo 77) , y tambin las innumerables enfermedadesmedicamentosas (pargrafo 74) producidas por el irracional, persistente, fatigante y perniciosotratamiento de los mdicos de la antigua escuela en enfermedades a menudo de carcter trivial, lamayor parte de las enfermedades que queda, resulta del desarrollo de estos tres miasmas crnicos,sfilis interna, sicosis interna, pero principalmente y en una proporcin infinitamente mayor, lapsora interna. Cada una de estas tres infecciones estaba ya en posesin de todo el organismo y leha invadido en todas direcciones antes de que apareciera el sntoma local primario y sustituto decada una de ellas (de la psora la erupcin sarnosa, de la sfilis el chancro o el bubn y de la sicosislos condilomas) que impiden su explosin. Estas enfermedades crnicas miasmticas si se les privade su sntoma local, estn destinadas inevitablemente por la Naturaleza poderosa, tarde o tempranoa desarrollarse y a estallar, propagando de esta manera, todas las miserias innominadas, el nmeroincreble de enfermedades crnicas que han infestado la humanidad por cientos y millares de aos,ninguna de las cuales hubiese existido si los mdicos hubieses procurado de una manera racionalcurar radicalmente estos tres miasmas sin emplear remedios locales para sus sntomas externoscorrespondientes, confiando solamente en los remedios homeopticos internos apropiados paracada uno de ellos (vase la nota al pargrafo 282).

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    inveteradas, un enfriamiento sufrido muchos aos atrs por haberse mojado o tomado agua, estando el cuerpo entranspiracin, un susto antiguo, un esfuerzo, una pena, etc. Estas causas ocasionales son demasiado dbiles paraengendrar una enfermedad crnica en un cuerpo sano, sostenerla durante aos y hacerla cada ao ms grave, comosucede de todas las afecciones crnicas que proceden de una psora desarrollada. Otras causas ms importantes questas deben haber presidido el nacimiento y el progreso de un mal crnico, grave y tenaz. Estas causas ocasionadas, alo ms, son capaces de despertar de su estado latente un miasma crnico.

    207Cuando se han obtenido los datos anteriores le queda todava al mdico homepata

    averiguar qu clase de tratamiento aloptico se adopt hasta ese momento para la enfermedadcrnica, qu clase de medicamentos perturbadores se emplearon principal y frecuentemente,tambin qu clase de baos minerales se han usado y qu efectos produjeron, con el fin decomprender hasta cierto punto la degeneracin de la enfermedad de su estado original, y si fueseposible, corregir estas perniciosas alteraciones artificiales, o ponerle en condiciones de evitar elempleo de medicamentos que ya han sido usados impropiamente.

    208Despus debe tomarse en consideracin la edad del paciente, su gnero de vida y clase de

    alimentacin, sus ocupaciones, su posicin domstica, sus relaciones sociales y as lo dems, a finde averiguar si estas cosas han contribuido a aumentar su enfermedad, o en que grado hanfavorecido o estorbado el tratamiento. Del mismo modo debe atenderse su carcter y manera depensar, para saber si presentan algn obstculo al tratamiento, o necesitan ser dirigidos, estimuladoso modificados.

    209Despus de hacer esto, el mdico procurar, en conversaciones frecuentes con el paciente,

    trazar el cuadro de la enfermedad tan completamente como sea posible, conforme a lasinstrucciones dadas arriba, a fin de estar en condicin de dilucidar los sntomas ms notables ypeculiares (caractersticos), de acuerdo con los cuales elige el primer remedio antipsrico ocualquier otro que tenga el parecido sintomtico ms grande, para comenzar el tratamiento,siguiendo en la misma forma.

    210A la psora se refieren casi todas las enfermedades que otras veces he llamado parciales, y

    que parecen ms difciles de curar en razn de este mismo carcter que consiste en que todos susdems accidentes desaparecen ante un gran sntoma predominante y nico. De este carcter son lasllamadas enfermedades mentales. No obstante no constituyen una clase marcadamente separada detodas las otras, pues en las enfermedades corporales siempre se modifica el estado mental ; y entodos los casos en los que se nos llame a curar debe anotarse especialmente el carcter del pacientejunto con la totalidad de los sntomas, si queremos trazar una imagen exacta de la enfermedad, a finde estar en condicin de tratarla homeopticamente con xito.

    Cuntas veces no se encuentran enfermos que a pesar de estar sujetos desde muchos aos a afecciones muydolorosas, han conservado sin embargo un humor apacible y complaciente, de modo que uno se siente lleno decompasin y de respeto para con ellos! Pero cuando se ha triunfado sobre el mal, lo que con frecuencia se logra con elmtodo homeoptico, se ve a veces presentarse un cambio de carcter, el ms terrible, y reaparece la ingratitud, ladureza de corazn, la maldad refinada; los caprichos repugnantes que formaban el carcter del individuo antes de quecayera enfermo.

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    Los que estando sanos eran pacficos se vuelven a menudo obstinados, violentos, arrojados, o intolerantes ycaprichosos, o impacientes o desalentados cuando se enferman; los que antes eran castos y modestos, se vuelvenlascivos y desvergonzados. No es raro que la enfermedad embrutezca a un hombre de talento, que haga de un geniodbil otro ms prudente y capaz, y de un ser aptico un hombre lleno de presencia de espritu y de resolucin.

    211

    Esto anterior subsiste, a tal grado, que el estado moral del paciente determina a menudo laeleccin del remedio homeoptico principalmente, siendo un sntoma decididamente caractersticoy que entre todos es el que menos puede permanecer oculto a la observacin exacta del mdico.

    212El Creador de los agentes teraputicos ha atendido tambin singularmente a este elemento

    principal de todas las enfermedades, al cambio del estado moral y mental, pues no existe en elmundo sustancia medicinal heroica que no altere de modo notable el estado moral y mental delindividuo sano que la experimenta, y cada medicamento produce un cambio diferente.

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    Nunca, pues, se curar de un modo conforme a la naturaleza es decir, de un modohomeoptico mientras que en cada caso individual de enfermedad, an cuando sea aguda, no seatienda simultneamente con los otros sntomas, los que se relacionan al cambio mental y moral, yno se elija para aliviar al paciente, un medicamento capaz de producir por s mismo, no solamentesntomas semejantes a los de la enfermedad; sino tambin de un estado moral y mentalsemejantes .

    As el acnito rara vez o nunca produce una curacin rpida y permanente cuando el humor del enfermo es quieto,apacible e igual, ni la nux vmica cuando el carcter es suave y flemtico, ni la pulsatilla cuando es feliz, alegre yobstinado, o ignatia cuando es imperturbable y poco dispuesto a sufrir por sustos y penas.

    214

    Las instrucciones que tengo que dar relativas a la curacin de las enfermedades mentalespueden reducirse a muy pocos puntos, pues deben curarse del mismo modo que todas las otrasenfermedades, es decir, con un remedio, que muestre, por los sntomas que cause en el cuerpo y lamente de un individuo sano, el poder de producir un estado morboso tan semejante como seaposible al caso patolgico que se tiene a la vista, y no pueden curarse de otra manera.

    215Casi todas las llamadas enfermedades mentales y emocionales no son nada ms que

    enfermedades corporales en las que est acrecentado el sntoma de perturbacin de la mente y elcarcter, mientras que los sntomas fsicos declinan (ms o menos rpidamente) hasta alcanzar a loltimo el aspecto notable de enfermedad parcial, como si fuera una enfermedad local situada en elrgano sutil e invisible de la mente o del carcter.

    216No son raros los casos, en las enfermedades llamadas corporales que amenazan la

    existencia, como la supuracin del pulmn, la alteracin de cualquier otra vscera esencial, o enalgunas otras enfermedades agudas, como la fiebre puerperal, etc., en las que aumentandorpidamente la intensidad del sntoma moral, la enfermedad degenera en locura, en una especie demelancola o mana, ante las cuales los sntomas corporales dejan de ser peligrosos y mejoran casi

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    hasta la salud perfecta o ms bien disminuyen a tal grado que su presencia opacada solamentepuede descubrirse por la observacin de un mdico dotado de perseverancia y penetracin. De estemodo son transformados en una enfermedad parcial, o por decirlo as, local, en que el sntoma de laperturbacin mental, que al principio era ligero, aumenta hasta convertirse en el sntoma principal,que en parte ocupa el lugar de los otros sntomas (corporales), cuya intensidad la domina de una

    manera paliativa, en una palabra, las afecciones de los rganos materiales del cuerpo sontransportadas y conducidas a los rganos casi espirituales, mentales y emocionales, que elanatmico nunca ha alcanzado, ni alcanzar con su escalpelo.

    217En estas enfermedades debemos tener mucho cuidado en conocer el conjunto de los

    fenmenos, los que pertenecen a los sntomas corporales, y a la verdad, tambin con especialidadlos que se refieren a la comprensin exacta de la verdadera naturaleza del sntoma principal, delestado mental, y moral peculiar y siempre predominante, a fin de descubrir que el propsito deextinguir toda la enfermedad, entre los remedios cuyos efectos puros son conocidos una potenciamedicinal patogensica homeoptica, es decir, un remedio cuya lista de sntomas exhiba, con lamayor similitud posible, no slo los sntomas morbosos fsicos del caso presente, sino tambin conespecialidad este estado mental y emocional.

    218A este conjunto de sntomas pertenece, en primer lugar, la descripcin exacta de todos los

    fenmenos de la llamada enfermedad corporal anterior, antes de que degenerase, por lapreponderancia de los sntomas psquicos, en una parcial, y se convirtiese en enfermedad mental ymoral. Esto puede saberse por el relato de los amigos del paciente.

    219Comparando estos sntomas precedentes de la enfermedad corporal con los vestigios que de

    ella todava subsisten en la actualidad, aunque casi extinguidos (y que an en esta poca, se hacen aveces bastante sensibles cuando hay un momento lcido, o cuando la enfermedad mentalexperimenta una disminucin pasajera), se puede uno convencer plenamente de que, aunqueencubiertos, jams han dejado de existir.

    220Aadiendo a esto el estado mental y moral fielmente observado por los amigos del enfermo

    y por el mdico mismo, tendremos as formada la imagen completa de la enfermedad, para lo quese debe investigar entre los remedios antipsricos, un medicamento capaz de producir sntomasnotablemente semejantes, con particularidad un desorden anlogo de la mente, si la enfermedadpsquica ha durado ya algn tiempo.

    221Sin embargo, si la locura o mana (debida a un susto, vejacin, abuso de bebidas

    espirituosas, etc.), se ha presentado repentinamente como una enfermedad aguda en el estado decalma ordinario del paciente, aunque casi siempre se debe a la psora interna, como una llama quebrotase de ella, no obstante, cuando ocurre de una manera aguda no debe tratarse desde luego conremedios antipsricos, sino en primer lugar con los indicados para el caso, en otra clase demedicamentos experimentados (por ejemplo acconitum, belladona, stramonium, hyoscyamus,

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    mercurius, etc.) en dosis sumamente potentizadas, pequeas, a fin de dominarla hasta tal grado quela psora vuelve a su estado latente anterior, en que el paciente aparece completamente bien.

    222Pero el paciente que se ha recobrado de una enfermedad mental o moral aguda, con el uso

    de estos medicamentos antipsricos, nunca deber considerarse como curado; al contrario, no debeperderse tiempo, e intentar librarle completamente, por medio de un tratamiento antipsricoprolongado del miasma crnico psrico, que a la verdad se ha hecho latente otra vez, pero que estpresto a aparecer de nuevo; si esto se hace no hay temor de otro ataque semejante, si el pacientesigue fielmente la dieta y el rgimen que se le ha prescrito.

    Acontece muy raramente que una afeccin mental o moral que dure ya algn tiempo, cese espontneamente (pues ladiscracia interna se traslada por s misma otra vez a los rganos ms densos del cuerpo). Estos son los pocos casos quese encuentran de vez en cuando, en que un enajenado haya sido despedido del manicomio en apariencia curado.Adems, hasta ahora, todos los manicomios continan atestados, de modo que las otras numerosas personas locales quesolicitan su admisin en estas instituciones, con dificultad pueden encontrar lugar a menos que muera alguno de losasilados. Nunca es curado ninguno real y permanentemente en ellas! Una prueba convincente, entre muchas otras, dela inutilidad completa del arte no curativo practicado hasta hoy, que ha sido ridculamente honrado por la ostentacinaloptica, con el ttulo de medicina nacional. Cun a menudo, por otra parte, el verdadero arte de curar, la genuina ypura homeopata, no ha conseguido restablecer en estos seres infortunados la posesin de su salud mental y corporal, ydevolverlos a sus amigos encantados y al mundo!

    223Pero si se omite el tratamiento antipsrico, debemos esperar casi seguramente la aparicin

    rpida, por una causa mucho ms ligera que la que produjo el primer ataque de locura, de un nuevoacceso de duracin ms larga y grave, durante el cual la psora se desarrolla con frecuenciacompletamente y se convierte en una desviacin mental peridica o continua, que entonces esmucho ms difcil de curar con antipsricos.

    224Si la enfermedad mental no est completamente desarrollada y si es dudoso todava que

    dependa realmente de una afeccin corporal, o que ms bien no resultase sino de faltas deeducacin, malos hbitos, corrupcin moral, descuidos mentales, supersticin o ignorancia, sedecidir este punto, disminuyendo o mejorando la condicin mental si procediese de alguna deestas causas, por exhortaciones razonables y amistosas, argumentos consoladores, advertenciasserias y consejos sensatos. Mientras que si la enfermedad realmente mental o moral depende deuna enfermedad corporal, se agravar rpidamente con este mtodo, de manera que el melanclicose pondr todava ms abatido, querelloso, inconsolable y reservado; el manaco rencoroso msexasperado y el demente locuaz manifiestamente se volver ms loco .

    Parece como si la mente, en estos casos, recibiera con disgusto y pesar la verdad de estas advertencias racionales, yobrase sobre el cuerpo como si quisiere restablecer la armona perdida, pero tambin parece que el cuerpo por medio desu enfermedad reacciona sobre la mente y el carcter y los lleva a un desorden todava mayor por transferencia de sussufrimientos sobre ellos.

    225No obstante, como se acaba de decir, existen enfermedades emocionales, ciertamente pocas,

    que no han desarrollado a expensas de enfermedades corporales, sino que de una manera inversa, seoriginan y sostienen, aunque afectando ligeramente el cuerpo, por causas emociona