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UN MONTÓN POR LO QUE

ESTAR AGRADECIDO

J. L. LANGLEY

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Este pequeño cuento forma parte de la saga “The With or Without Series”. Cronológicamente se

situaría tras el libro “With Caution” o “Precaución” y nos narra una escena entre Rhys (el beta de la

manada de Jake) y Sterling (el hermano pequeño de Remi). Este cuento se encuentra gratis en su idioma

original (inglés) en la página de la autora (www.jllangley.com).

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Haciendo malabarismos con el teléfono contra el hombro, Rhys aparcó en su camino de entrada junto al jeep Wrangler negro de Sterling y sonrió. “¡Ey! ¿Qué está haciendo Sterling aquí?”

“Espera. ¡Remi! ¿Qué hace Sterling en casa de Rhys?” Jake gritó en el oído de Rhys.

Estremeciéndose, Rhys alejó el teléfono. Últimamente Jake tenía dos tipos de voces, una voz para el exterior y... bueno, una voz de estadio. Probablemente por gritar en todos los partidos de fútbol. O puede que por intentar hablar por encima de Sterling, para meter una palabra de refilón en la conversación; pero Jake había estado haciendo esto durante los últimos años, por lo que más bien sería debido a la excitación de que el equipo de fútbol de Sterling haya llegado a los estatales este año. Este año es realmente fantástico, siendo el año senior de Sterling y siendo Sterling el receptor estrella del equipo. Parece que todo lo que todo el mundo dice últimamente termina con ‘¡Woo, vamos Spartans!’ Rhys apagó el motor, quitó las llaves y salió del coche “Hey, Jake.”

“Espera. ¡Remi!”

“Jake.”

“¿Qué?”“No importa. Le preguntaré yo mismo.” Rhys presionó el botón del llavero, cerrando las puertas. No había visto mucho al chico últimamente. Esta era una sorpresa estupenda.

La luz del porche estaba encendida, por lo que, aparentemente, Sterling habría anticipado que Rhys llegaría tarde, porque sólo eran las seis en punto y aún no estaba demasiado oscuro. Quién sabe cuánto tiempo llevaría Sterling aquí. Conociendo a Sterling, probablemente ya se habrá comido la mitad de los dulces que Rhys había comprado ayer en la panadería para Acción de Gracias, mañana. Oh. Sterling con una subida de azúcar. Los años no habían cambiado nada. Después de unos cuantos dulces, Sterling se ponía ahora tan hiperactivo como cuando tenía quince.

“¿Le vas a dar de comer?” Jake preguntó, masticando algo. Si Sterling ya estaba cavando entre las comidas de mañana, aparentemente no era el único.

Cuando Rhys dio un paso en el camino de entrada, Sterling abrió la puerta con una gran sonrisa en su cara. “Hola.”

Incapaz de contenerse, Rhys le devolvió la sonrisa y continuó por el camino. Sterling era lo único que le aligeraba el humor sin importar nada. No es que estuviera de mal humor, pero el día acababa de

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mejorar un montón. “Sí. Le daré de comer. ¿A qué hora lo quieres en casa?”

Más sonidos de masticar. “¿Qué... - ¡Santa mierda, cachorro! ¿Qué llevas puesto?”

¿Qué? “¿Jake?”

“Perdona. Escucha, ¿por qué no te quedas a Sterling allí contigo? Nosotros estaremos allí a... ¿mediodía mañana? Me voy.” Jake colgó.

Sí, fácil de decir para él, él no tenía que mantener sus malditas manos fuera de su compañero. Jodido. Él estaba, por los sonidos de fondo, a punto de echar un polvo. Gilipollas. Rhys cerró el teléfono y se lo metió en el bolsillo.

Sonriendo radiantemente, Sterling mantuvo la puerta más abierta y se apoyó contra ella, dándole a Rhys una mejor vista de sí mismo. Sterling vestía una estrecha y negra camiseta térmica, enseñando los hermosos torneados bíceps que ganó jugando al fútbol, y unos vaqueros con un desgarrón en la rodilla derecha, tan ajustados que deberían ser ilegales. Todavía llevaba puestas sus siempre presentes botas de cowboy de piel negra de avestruz, por lo que debía de acabar de llegar. Normalmente, él pateaba fuera sus botas a los pocos minutos de llegar.

Sterling dio un mordisco a lo que parecía una de las galletas con chispas de chocolate que Rhys había comprado y la sostuvo para él cuando llegó al porche.

“Hey.” Los ojos de Sterling bajaron por el cuerpo de Rhys y el olor de su interés llenó el aire entre ellos, como si ya no fuera lo suficientemente difícil para Rhys mantener sus manos para sí mismo sin añadir las hormonas hiperactivas de Sterling en la mezcla.

“Hey.” Rhys abrió la boca y permitió a Sterling que lo alimentara, intentando ignorar lo mejor posible el olor de la atención de su compañero. Él no podía permitirse ponerse duro. Si Sterling pillaba incluso el menor olorcillo de excitación, él empezaría una completa seducción. Y, maldición, él podría tentar a un santo, y Rhys no era precisamente uno.

“He pedido pizza.” Dando unos pasos atrás, Sterling lo dejó pasar. Una mano rozó el culo de Rhys cuando cruzó el umbral de la puerta. Se sintió tan bien que Rhys casi se olvida de gruñir en desacuerdo. No había visto a Sterling en una semana. Realmente echaba de menos el constante bombardeo carnal.

Sterling se rió entre dientes, pero no presionó.

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Rhys suspiró. Cualquier otra persona se habría muerto de miedo si él le hubiese gruñido. Pero no Sterling.

La televisión estaba encendida, pero sin sonido; el libro de mates y la tarea de Sterling estaban desordenados sobre la mesita del café; y “Sugar Daddy” de “the Bellamy Brothers” sonaba en el aparato de música. Sterling había encontrado y confiscado ese CD así como uno de los grandes éxitos de los Eagles y un CD de Lynard Skynard el pasado fin de semana.

Sonriendo, Rhys sacudió la cabeza. Así era Sterling, tenía demasiada energía para hacer una sola cosa. Se aburría demasiado fácilmente. Infiernos, Rhys estaba impresionado de que no estuviese también jugando videojuegos, hablando por teléfono, cocinando o limpiando. Rhys había vuelto a casa más de una vez para encontrársela limpia y a Sterling plantado delante de la Xbox 360, con la tarea desparramada por el suelo y la cena esperando calentita en el horno. “¿Qué estás haciendo aquí?”Cerrando la puerta, Sterling se encogió de hombros. “Se me ocurrió sacar ventaja para mañana. La práctica de fútbol acabó antes de tiempo. Llamé a tu mamá y comprobé la información de vuelo de nuevo. Remi y Jake van a buscarla en su camino hacia aquí mañana. Así que deben estar aquí alrededor del mediodía.”

“Ah. Gracias. ¿Pusiste el pavo a descongelar?” Rhys fue a su dormitorio para quitarse la pistola y los zapatos.

“Sip.” Sterling siguió a Rhys a su dormitorio. “Tuve que mirar cómo se cocina un pavo en internet. Decía que debía dejarlo descongelándose un par de horas, así que lo dejé y empecé mi tarea de cálculo. ¿Y por qué te llama ella Reese? ¿Estás seguro de que no le importa que yo sea más joven? ¿Qué pasa si no le gusta Remi? No sé si podría con alguien a quien no le gustase Remi. Eso sería peor que si no le gustase yo. ¿Tú piensas que verdaderamente le gusto? A ella parece gustarle Jake. Me preguntó por él y... - ¿Qué pasa si no le gusta la cena? Qué si la quemo y...”

Seguía y seguía, pero Rhys dejó de escuchar. Ya había oído todo lo que necesitaba. Sterling divagaba constantemente pero éste era un balbuceo diferente, un tipo rápido de charla. Era una señal de cuento de que algo le estaba molestando. Sterling era siempre tan seguro de sí mismo y seguro de las cosas. En realidad, Rhys estaba bastante seguro de que él era el único que alguna vez fue testigo de las inseguridades infrecuentes Sterling. El pecho de Rhys se apretó con orgullo por el reconocimiento de que su compañero confiaba en él para muchas cosas, pero le dolía pensar en Sterling incluso un poco incómodo. Parándose en medio de quitarse su correa para sacarla y de liberar su pistolera de hombro, Rhys se giró.

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Con los brazos cruzados sobre su musculoso pecho, Sterling estaba apoyado contra el marco de la puerta. La postura era casual, pero el ligero aroma de excitación se unía ahora al del nerviosismo. Se encogió de hombros y tomó el tejido de su manga en su puño, haciendo que se tensase sobre sus bíceps.

Maldición, era una bonita camisa. Los vaqueros tampoco estaban demasiado mal. Con seis pies y uno♥, Sterling era aún varias pulgadas más bajito que Rhys, pero maldición si esos apretados vaqueros no mostraban sus largas piernas. Sterling se había convertido en un hombre muy atractivo.

Ignorando el aleteo de excitación en su estómago, Rhys torció su dedo.

“¿Qué?” Sterling se apartó de la pared y se dirigió hasta Rhys, con los ojos bajos.

“Mi nombre en realidad se pronuncia Reese. Mi padre era un lobo y trece años mayor que ella, por lo que lo sabe todo sobre lobos y sus compañeros. La diferencia de edad no le importa nada. Le gustará Remi, adora a Jake y...”

“¿Reese? ¿Entonces por qué todo el mundo lo pronuncia Rice♥?” Sterling frunció el ceño.

“Porque me cansé de corregir a la gente en la escuela primaria y comencé a pronunciarlo Rice yo mismo.” Se encogió de hombros. “De todas formas me gusta más así.” Su madre era la única que todavía decía su nombre como Reese hoy en día.

Sterling se pegó a él, sus ojos descendiendo de nuevo. “A mí también me gusta más.” Sacó la pistola de su funda y la tiró en la cama.

Acercándose más, Rhys curvó su dedo índice bajo la barbilla de Sterling y la subió, haciendo que Sterling se encontrase con su mirada. Él pasó su otro dedo índice hacia abajo por la frente de Sterling, alisando las arrugas. “A ella ya le gustas.” ¿Cómo podría no gustarle? ¿Cómo podría alguien no adorar a Sterling? Pero él conocía a Sterling y entendía su preocupación. Hablar con alguien por teléfono durante años y conocerlo en persona era algo diferente.

“¿Piensas eso?” El aroma de nerviosismo se debilitó y esos grandes ojos marrones se abrieron ligeramente y bajaron a los labios de Rhys. Lamiendo sus propios labios, Sterling ladeó un poco su cabeza. Él se puso más cerca hasta que su cálido aliento rozaba la barbilla de Rhys.

♥ La altura de Sterling sería “six foot one”, que vendría a ser 1’85 cm. más o menos... :S♥ Su nombre Rhys se pronunciaría /riis/, pero todos lo llaman /rais/, como arroz. ;)

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El potente y picante aroma de excitación sazonó el aire. Los ojos de Sterling se cerraron y sus labios se abrieron.

Oh, maldición. Rhys estaba tan jodido. “Lo sé.” Sólo un pequeño beso. Sin daño. Él había besado a Sterling en la boca antes. Un piquito, no es gran cosa. Él podía hacerlo de nuevo, entonces las cosas volverían a su cauce. Rhys tocó con sus labios los de su compañero y entonces todas las buenas intenciones volaron.

Sterling medio suspiró medio gimió contra la boca de Rhys. Su lengua acarició y golpeó la de Rhys. “Por favor.” Su voz sonaba baja y seductora mientras presionaba su duro cuerpo contra Rhys y unía sus brazos alrededor de la cintura de Rhys.

Estoy tan tan jodido. Agarrando las caderas de Sterling, Rhys se empujó más cerca hasta que el borde duro de la erección de Sterling descansó contra su muslo. Rhys profundizó el beso y su pene se endureció casi instantáneamente.

Sterling se dio cuenta de inmediato, prácticamente ronroneando y corcoveando sobre él.

Mierda. Él debería parar esto ahora. Pero Sterling sabía tan bien. Como chocolate y café. Así era exactamente como Rhys imaginaba que Sterling sabría. Rico, terrenal... refrescante.

Manos descendiendo por la espalda de Rhys, Sterling gimió y apretó las caderas contra la pierna de Rhys, asegurándose de que Rhys sintiera su polla dura. La lengua de Sterling se deslizó entre los labios de Rhys, explorando y su mano se deslizó al culo de Rhys.

Él no debería estar haciendo esto. Él se había prometido a sí mismo esperar hasta que Sterling estuviese en la universidad. Sterling necesitaba concentrarse en la escuela no en –maldición, Sterling era sólo tan jodidamente dulce y- Rhys agarró un puñado del pelo corto y oscuro de Sterling y ladeó su cabeza más hacia atrás. Rompiendo el beso, él arrastró sus labios de arriba a abajo por toda la garganta de Sterling. El fuerte pulso latió contra su lengua y rastrilló sobre la piel suave. Su eje zumbaba anhelando más. Más de lo que él podía tener. No ahora. Pero ahora él disfrutaría de lo que podía tener por sólo unos momentos más.

Gimiendo, Sterling se empujó contra Rhys y su mano se deslizó alrededor, empuñando el pene de Rhys sobre sus vaqueros.

Santa mierda. Rhys se movió contra su mano. Debería parar. Debería apartarse y hacer que Sterling –

El timbre de la puerta sonó.

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Fue como ser golpeado por un bienvenido cubo de agua helada. Rhys retrocedió, o lo intentó, Sterling tenía un apretón de muerte sobre él. “Sterling...”

“No, por favor, no pares.”

Rhys gimió. Él no quería, pero se lo había prometido a sí mismo y – “La pizza está aquí.”

“¿Huh?” Parpadeando, Sterling dejó ir a Rhys. Los iris de sus ojos se habían alargado en las esquinas, anulando el blanco de los ojos. Ojos de lobo.

Los mismos ojos de Rhys se emborronaron y la mirada aturdida hizo que el pene de Rhys saltara y su estómago se anudara. Cerrando sus ojos, respiró profundamente, intentando controlarse.

Los dedos de Sterling le hicieron cosquillas a Rhys en la barba y la garganta.

Tragando fuerte, Rhys abrió sus ojos.

La mirada de Sterling siguió sus dedos. La mirada en su cara era una de pura lujuria. Se acercó más, buscando a Rhys; pero Rhys alzó su mano, parándole.

“Ve a por la pizza, Sterling.”

Su cabeza se ladeó y su nariz se arrugó, olisqueando. “Hijo de puta.” Sterling parpadeó y sus ojos cambiaron de vuelta a la normalidad. Nunca dejaba de impresionar a Rhys cuán rápido Sterling era capaz de cambiar. Sterling frunció el ceño, sus hombros caídos. “Pensé que iba a tener un montón por lo que estar agradecido este Acción de Gracias.” Sacudiendo la cabeza, gruñó y se dirigió hacia el salón.

Rhys no sabía si reír o llorar. Se sentó en el borde de su cama y se pasó las manos por la cara. Había muchos motivos por los que estar agradecido este año. Sterling era el principal de ellos. Rhys se rió entre dientes. Ahora suponía que podía añadir a los pizzeros inoportunos a la lista.

FIN

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