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Rafael Hidalgo Pilar León (Eds.) R OMA , T IBUR , B AETICA investigaciones adrianeas

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Los nexos y relaciones entre Roma, Tibur y la Bética son anteriores a la época adrianea, pero es en esta época cuando alcanzan cohesión y fuer-za especiales. El aglutinante es el emperador Adriano, nacido en Roma aunque oriundo de la provincia Bética, cuya residencia privada fue la magní�ca Villa de Tibur. Poblada el área tiburtina de ricas mansiones y villas pertenecientes a la poderosa élite senatorial de origen hispa-no y bético, la conjunción de intereses y circunstancias entre Roma, Tibur y la Bética constituye un fenómeno de máximo interés para historiadores y para arqueólogos, al que se ha prestado atención en numerosas ocasiones, hitos memorables de la investigación algunas de ellas.

Renovar el panorama cientí�co y presentar algunas de las novedades y de los avances más recientes sobre el tema, tanto en el plano histórico como en el ar-queológico, es el objetivo de este nuevo libro. La proyección monumental de los tres escenarios contemplados es más que considerable y re�eja una vez más el poder de irradiación extraordinario que alcanzó Roma y la capacidad de absorción demostrada por los pueblos y territorios estrechamente ligados a ella, como es el caso de la provincia Bética.

Especialistas en los diversos temas planteados ofrecen nuevo enfoque y tratamiento a cuestiones candentes de la investiga-ción sobre temas adrianeos.

Rafael HidalgoPilar León

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Roma, Tibur, Baetica investigaciones adrianeas

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Rafael HidalgoPilar León

(Eds.)

SEVILLA 2013

Roma, Tibur, Baetica investigaciones adrianeas

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Serie: Historia y GeografíaNúm.: 245

Motivo de cubierta: Busto de Adriano. Itálica (Museo Arqueológico de Sevilla)

Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún pro-cedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de infor-mación y sistema de recuperación, sin permiso escrito del Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.

© SECRETARIADO DE PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA 2013 Porvenir, 27 - 41013 Sevilla. Tlfs.: 954 487 447; 954 487 451; Fax: 954 487 443 Correo electrónico: [email protected] Web: <http://www.publius.us.es>

© RAFAEL HIDALGO, PILAR LEÓN (EDS.) 2013© De los textos, sus autores 2013

Impreso en papel ecológico Impreso en España-Printed in Spain

ISBN: 978-84-472-1470-9 Depósito Legal: SEDiseño de cubierta: Santi García. [email protected] Maquetación: Santi García. [email protected] Impresión:

Comité editorial:Antonio Caballos Rufino (Director del Secretariado de Publicaciones) Eduardo Ferrer Albelda (Subdirector)

Carmen Barroso CastroJaime Domínguez AbascalJosé Luis Escacena CarrascoEnrique Figueroa ClementeMª Pilar Malet MaennerInés Mª Martín LacaveAntonio Merchán ÁlvarezCarmen de Mora ValcárcelMª del Carmen Osuna FernándezJuan José Sendra Salas

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Índice

PrólogoAnna Maria Reggiani . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

De Hispania a Tibur: elites imperiales en el entorno de Villa AdrianaAntonio Caballos Rufino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

L’ Athenaeum di RomaRoberto Egidi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

Le componenti progettuali nell’architettura della Villa Adriana: il nucleo centraleGiuseppina Enrica Cinque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

El Teatro Greco de Villa Adriana . Estado actual de la investigaciónRafael Hidalgo Prieto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .151

Caracteres generales de la ornamentación arquitectónica en la villa de Adriano en Tivoli . Material depositado en los almacenesCarlos Márquez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179

Variedades de mármol escultórico de Villa Adriana . Un ejemplo de estudio arqueométricoVariedades de mármol escultórico

Mª Pilar Lapuente, Pilar León, Trinidad Nogales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199

Mármoles en la Bética durante el reinado de Adriano . El protagonismo de ItalicaJosé Beltrán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225

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La ornamentación escultórica de la Bética entre Trajano y Antonino Pío . Breves reflexiones sobre su producción e importaciónJosé Antonio Garriguet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251

Novedades arqueológicas adrianeas en el teatro de Itálica y su entornoÁlvaro Jiménez, Oliva Rodríguez, Rocío Izquierdo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271

Las termas de Itálica y la arquitectura termal adrianeaLoreto Gómez Araujo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293

Diseño y replanteo de capiteles en talleres adrianeosJosé Manuel Bermúdez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319

Mosaicos italicenses: modelos itálicos y reinterpretaciones localesIrene Mañas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351

Un torso ataviado con la piel de un macho cabrio procedente de ItalicaDavid Ojeda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369

Decoración arquitectónica adrianea de Astigi, Écija (Sevilla)Ana Mª Felipe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377

Sobre una cabeza tipo Cirene-Perinto de ÉcijaMaría José Merchán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 405

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Diseño y replanteo de capiteles en talleres adrianeos

José Manuel Bermúdez

Los capiteles del Traianeum de Itálica y los modelos imperiales codificados en el Pantheon muestran una clara vinculación esti-

lística1, por lo que pudieron realizarse por artesanos formados en Roma2 . Estas semejanzas permiten plantear su relación directa con una officina imperial organizada para abastecer las grandes obras públicas de los pri-meros decenios del siglo II d . C3 . En ésta trabajarían marmorarii griegos, que introducirían un nuevo estilo de claras inf luencias microasiáticas4 . La officina se abastecería en “canteras imperiales” y usaría procedimien-tos de trabajo altamente estandarizados5, que requiere de un método de diseño previo y un sistema de trabajo basado en dimensiones modulares normalizadas .

En el caso de los capiteles el método debió de centrarse en el diseño del ábaco, puesto que es el elemento más complejo y el que se mantiene más estable . La estabilidad morfológica del ábaco se debe a la necesaria ade-cuación con el resto de los elementos del orden . Evidentemente la base del capitel ha de coincidir con el diámetro del fuste, lo que fija la proporción

1. Vid. P. León, Traianeum de Itálica, 1988, p. 69, nota, 38 y 69; S. Rodero, “Algunos aspectos de la decoración arquitectónica del Traianeum de Itálica”, Romula 1, 2002, p. 104; S. Ahrens, Die Architekturdekoration von Italica, 2001, Tesis doctoral inédita; S. Ahrens, Die Architekturdekoration von Italica. Iberia Archeologica, 2005. No obstante, estos capiteles han sido fechados en una fase tardía de estas maestranzas imperiales (P. León, Traianeum…, p. 69).

2. P. Pensabene, “Classi dirigenti, programmi decorativi, culto imperiale: Il caso di Tarraco”, en León, P. (ed.), Colonia Patricia Corduba: Una reflexión arqueológica, Córdoba, 1996, p. 202.

3. P. Pensabene, “Committenza edilizia a Ostia, tra la fine del I e I primi decenni del III secolo”, MEFRA, 114, 1, 2002, p. 321; 181-324; P. Pensabene, “La diffusione del marmo lunense nelle province occidentali”, Acta Apuana, II, 2003, p. 88.

4. P. Pensabene, “La diffusione …”, p. 85; P. Gros, L’architecture romaine, 2, Maisons, palais, villas et tombeaux du début du IIIe siècle avant J-C à la findu Haut-Empire, 2ª Ed. Paris, 2001, pp. 486-490.

5. P. Pensabene, “La diffusione…”, p. 88; P. Pensabene, “Committenza edilizia…”, p. 193.

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entre la altura total y el diámetro de la base . Pero estas dimensiones están sujetas a una alta variabilidad . La relación entre la anchura del entablamen-to, la basa y el ábaco puede explicar mejor la rigidez modular de este último elemento . Esta es una relación mucho más estable, por lo que a la hora de fijar los patrones modulares del capitel resulta una dimensión crítica6 .

No dudamos de la existencia de patrones métricos normalizados . A pe-sar de ello, debieron de existir una variedad de métodos por los cuales se establecieron las dimensiones y la curvatura del ábaco7 . En este sentido, pensamos que los factores que determinan la existencia de patrones no de-rivan únicamente de la proyección arquitectónica y la relación modular del orden . Entre estos factores debieron de tener una importancia básica los inducidos por el proceso de elaboración, puesto que la estandarización de éste favorece un modo de producción basado en elementos prefabricados “en cantera” y terminados en “officina”8 y ello implica la existencia de di-mensiones normalizadas, conocidas y aplicadas desde las primeras fases de extracción del material9 .

Pensamos que, en el conjunto de la decoración arquitectónica, diseño y producción están nítidamente relacionados . Por consiguiente, la verificación de variaciones sustanciales en el diseño implicaría la presencia de cambios en el sistema productivo . En este sentido, el estudio de los rasgos técnicos derivados del diseño previo adquiere una importancia capital . Mediante éstos podremos precisar la existencia de talleres y definir cambios, de claras implicaciones cronológicas, en los modos de producción . Con esta perspec-tiva es posible plantear que los capiteles del Traianeum compartieran con los de Roma un modelo de traza previa, o al menos un procedimiento de replanteo común . Intentaremos comprobar esta posibilidad basándonos en el análisis de las “líneas guía” documentadas en la superficie del ábaco de los capiteles del Traianeum de Itálica10, y su confrontación con ejemplos de

6. Vid. M. Wilson, “Designing the Roman Corinthian Order”, Papers of the British School at Rome, 59, 1991, pp. 127; M. Wilson, Principles of roman architecture, Yale University Press, 2009, p. 149.

7. M. Wilson, “Designing the Roman…”, pp. 129-132.8. P. Pensabene, “I marmi di Roma allo stato attuale della ricerca”, Marmora Hispana: explotación

y uso de los materiales pétreos en la Hispania Romana, Nogales Basarrate, T. y Beltran Fortés, J. (eds.), Roma, 2008, pp. 409-410.

9. J. Ward-Perkins, “The Marble Trade and Its Organization: Evidence from Nicomedia”, The Seaborne Commerce of Ancient Rome: Studies in Archaeology and History. Memoirs of the American Academy in Rome 36, 1980, pp. 327.

10. Partimos del estudio sistemático y completo de los fragmentos de capitel procedentes de las excavaciones de 1986 conservados en el Museo Arqueológico de Sevilla. Los resultados de este trabajo han sido fruto de la colaboración con los proyectos de investigación: “La extrapolación de modelos adrianeos a municipios del conventus Hispalensis y Astigitanus: Astigi (Écija, Sevilla),

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Villa Adriana11 . Partimos del trabajo previo de Mª Isabel Gutiérrez y Ana Mª Felipe centrado en las trazas de la base del cálatos12 y de los estudios so-bre el Teatro de Itálica, realizados esencialmente sobre los fustes13, un buen punto de partida, si lo comparamos con el conocimiento general sobre el las trazas y los sistemas de replanteo14 .

Híspalis (Sevilla) e Itálica (Santi Ponce, Sevilla)” (PO6-HUM-02420); y “La presencia del princeps” (HAR2008-04840/HIST).

11. Establecidas con los ejemplares procedentes de las campañas de excavación del Teatro Greco, y de una recopilación aleatoria de los capiteles conservados en el resto de la Villa. Pero sobre todo, nos basamos en comparaciones establecidas con la documentación fotográfica de los fragmentos conservados en los almacenes del Cento Camerelle de Villa Adriana. La catalogación de estos materiales ha sido realizada por el equipo dirigido por el Dr. Márquez, y formado por Ana León Felipe, Mª Isabel Gutiérrez y José Almoguera. Actualmente está en proceso de estudio en el marco de un subproyecto (“Estudio de los elementos de decoración arquitectónica conservados en los magazzini de Villa Adriana”), vinculado a las investigaciones que sobre el Teatro Greco de Villa Adriana que viene realizando el equipo de la UPO dirigido por el dr. Hidalgo y del que formamos parte.

12. I. Gutiérrez; A. Mª. Felipe, “Una breve visión de la labor de los marmorarii de Villa Adriana”, Romula, 8, 2009, pp.125-144.

13. Cfr.: E. Conde, “Dibujos geométricos en el Teatro romano de Itálica”, Cuadernos de Expresión Gráfica Arquitectónica, 2, 1994, pp. 125-128; O. Rodríguez, “Sobre la tecnología romana: algunos datos en torno a la fabricación de elementos arquitectónicos”, CuPAUAM, 24, 1997, pp. 209-252; ead. (2001): “La reparación de elementos arquitectónicos en época romana: la evidencia en fustes de columna procedentes del teatro romano de Itálica”, Madrider Mitteilungen, 42, 2001, pp.138-154 y S. Ahrens, Die Architekturdekoration…. Para establecer comparaciones con el periodo inmediato contamos con un estudio inicial sobre sistemas de replanteo (vid. C. Márquez, “Técnicas de talla en la decoración arquitectónica de Colonia Patricia Corduba”, L’Africa romana. Atti dell’XI convengo di studio (Cartagine, 15-18 diciembre 1994), 1996, pp. 1123-1134) y el análisis específico sobre trazas en el Templo de Culto Imperial (vid. Mª I. Gutiérrez, “Líneas guía para la elaboración de los elementos arquitectónicos en el Templo de Culto Imperial de la Provincia Baetica”, Romula, 4, 2005, pp. 115-136), ambos en Córdoba. Estos trabajos nos permiten establecer valiosas comparaciones con sistemas de trabajo anteriores.

14. A excepción de los estudios sobre diseño de Wilson Jones (“Designing the Roman…” , pp. 89-150; Principles of roman…) y de referencias muy específicas, como los trabajos de F. Tomasello, “Un prototipo di capitello corinzio in Sabratha”, Quaderni di Archeologia della Libia, XIII, 1984, pp. 87-103, o E. Pagello, “Un capitello no finitto da Leptis Magna”, Quaderni di Archeologia della Libya, 15, 1992, pp. 235-252, la investigación se ha centrado sobre otros aspectos, especialmente en los sistemas de comercio, producción y elaboración (cfr. N. Asgari, “The stages of workmanship of the Corinthian capital from Proconnesus and its export form”, Herz, N. y Waelkens, M., Classical Marble: Geochemistry, Technology, Trade, Dordrecht, 1988, pp. 115-125; Ward-Perkins, “The Marble Trade…”, pp. 325-338; E. Dolci, “Una officina imperiale nelle cave lunesi: relazione preliminare della scoperta”, Miscellanea di studi archeologici e di antichità V, 2000, pp. 171-199; P. Pensabene, Le vie del marmo, Roma, 1994; P. Pensabene, “Classi dirigente…”, pp. 197-219; y “Sulla tecnica di lavorazione delle colonne del tempio tetrastilo di Thignica (Aïn Tounga)”, L’Africa romana, Atti del’XI convegno di studio (Cartagine, 15-18 diciembre 1994), 1996, pp. 1103-1122, entre otros). Un panorama sobre los resultados y nuevas líneas puede consultarse en los trabajos de P. Pensabene “I marmi di Roma…”, pp. 13-56; y B. Soler, “El estudio del marmor como nueva especialización arqueológica. Evolución historiográfica y perspectivas de futuro”, AnMurcia, 21, 2005, pp. 105-125.

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Patrones y modelos de diseño previo del ábaco

En principio parece evidente que las líneas trazadas sobre los distintos planos del capitel, esencialmente en el ábaco y la base, son producto del replanteo previo de su diseño . Pero como veremos, en los casos registrados esto no es justamente así . Las trazas son el reflejo de los distintos procesos de trabajo, y por lo tanto no pueden interpretarse genéricamente como re-planteos de un diseño previo único . Por otra parte, para identificar traza-dos previos debemos de centrarnos en el estudio de las líneas situadas en el ábaco, puesto que es el elemento más complejo y estable, donde se generan las dimensiones modulares críticas y donde encontramos el mayor número y complejidad de líneas .

Por tanto, para poder interpretar correctamente estas “líneas guía” de-bemos antes conocer el “diseño previo” y completo del ábaco. Con este ob-jeto hemos ensayado un “modelo ideal”, modelo que hemos confrontado con las trazas conservadas . Para la construcción de este diseño nos hemos basado en sistemas de geometría simplificada, mediante los que reconstruimos tan-to el proceso de diseño como su resultado final . Para ello hemos desarrolla-do la propuesta que Wilson Jones estableció para los capiteles del pórtico del Pantheon y el Adrianeum15 . Sobre ésta hemos ensayado cada uno de los pasos e introducido algunas modificaciones (sustituyendo las referencias modulares por diseños geométricos) . Las pautas y esquemas geométricos del trazado en este “modelo ideal” se resumen en el proceso reflejado en fig . 116 .

El resultado es un esquema al que es posible reducir las dimensiones básicas a proporciones del módulo inicial (que hemos establecido aleatoria-mente en 5 pies)17 . La única magnitud que no se determina en este sistema es la anchura del motivo central .

15. M. Wilson, “Designing the Roman…”, pp. 130-131, fig. 24 ii, 24.iii.16. Partimos de un círculo generador (C1), sobre el que restituiremos el proceso de replanteo

utilizando únicamente trazados geométricos simples. En este ensayo no hemos tenido en cuenta proporciones, ni patrones modulares previos. Salvo el diámetro del círculo indicado, que hemos trazado con una longitud de 5 pies (tomando como dimensión del pie un valor medio de 2,96 m). El trazado lo forman un círculo generador (C1) de diámetro igual a la longitud máxima del lado del ábaco (D=LA, vid. fig. 1.a), 4 círculos secantes (C2) de igual diámetro (C1) y con centros en los cuadrantes de éste (fig. 1.b), los ejes diagonales (E1 = Segmento secante entre las tangentes de los arcos, fig. 1.c), y ortogonales (E2 resultan de la unión de los cuadrantes del círculo C1, fig. 1.d), el cuadrado A1 tangente al interior al círculo C1, cuyos vértices coinciden con las intersecciones de los ejes diagonales y el círculo C1 (fig. 1.e) y el círculo (C3) con centro sobre el cuadrante del círculo (C2), el arco situado entre las intersecciones de los círculos C2 y C3, determina las curvas laterales del ábaco. (fig. 1.f ).

17. El lado del cuadrado es el 75% (1,11 m, 3,75 pies) del módulo inicial de 5 pies. La longitud de sus lados es igual a un radio más la mitad del radio de C1 (LA1 = rC1 + rC1½). En el diseño geométrico el cuadrado A1 tiene 1,05 m de lado, dimensión que coincide con la distancia el radio

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diseño y replanteo de capiteles en talleres adrianeos

Además, para completar el diseño del ábaco, falta el trazado del scam-ilus . El sistema más simple para conseguir el cuadrado del scamilus (A2) consistiría en el trazado de un círculo (C4, fig . 3 .g y 3 .h) . Pero el problema es determinar la longitud del radio del círculo . Si hacemos coincidir éste con un cuadrado inscrito al interior de del círculo C1, la longitud de los lados del cuadrado resultante (A2) es de 0,74 m (2,533 pies) y el diámetro del círculo auxiliar 1,48 m (5 pies), dimensiones que se ajustan a las propor-ciones modulares del diseño, y que generan un scamilus ajustado al módulo y de proporciones a las reales (0,74 m, poco más de 2,5 pies) . En este es-quema el diámetro de la base debería de coincidir con el lado del cuadrado del scamilus (A2, 0,74 m) . No obstante las proporciones del diámetro de la

de C3 (rC3 = LA1 = 1.05 m). En ambos casos la distancia entre los centros del C1 y el C3 (LB) es de 1,48 m (5 pies). Respecto a los sistemas propuestos por Wilson Jones, este modelo presenta una ligera variación: el cuadrado A1, se logra por métodos puramente geométricos (fig. 2.a y fig. 1.f ).

modulo de 5 pies (1,48 m) 14 unidades 0,1057 m)

a) b) c)

d) e) f)

Fig. 1. Desarrollo geométrico del “diseño ideal” del ábaco.

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base y su relación con la altura del capitel no son críticas; pueden variar para ajustares a su puesta en obra y no afectan a la validez del diseño propuesto .

Como vemos se trata de un diseño equivalente al usado en los moti-vos decorativos de composiciones secantes, un esquema decorativo muy

a) b)

c)

Fig. 2. a) Método de diseño del ábaco propuesto por Wilson Jones (1991, fig. 24). b) Desarrollo parcial del “diseño ideal”.c) Desarrollo completo del “diseño ideal”.

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extendido y común a multitud de diseños, principalmente a los musivarios18 . La comparación del trazado completo este modelo (fig . 2 .b y 2 .c) con algu-nos esquemas de proyección arquitectónica, particularmente sobre los edifi-cios de planta centralizada de época adrianea, avalan inicialmente la validez del diseño. Es especialmente significativa la coincidencia con la proyección del Teatro Marítimo de Villa Adriana19, un edificio cuya planta se ajusta con precisión a diseños de idéntico modelo que el propuesto para el ábaco de estos capiteles20 . Por tanto se trata de un modelo conocido y aplicado en la proyección adrianea .

No obstante, su ejecución sería demasiado compleja y lenta, por lo que suponemos que se utilizarían métodos reductores, que simplificarían el di-seño a proporciones modulares fáciles de acotar y trazar . La simplificación podría partir de un cuadrado (A1), del diseño geométrido, sobre el que se trazarían los ejes transversales y ortogonales (fig . 3 . a-3 .g) . Para determinar los arcos laterales, se necesitaría únicamente situar el centro del círculo (C3) sobre eje ortogonal del capitel, a una distancia modular igual a la diagonal del cuadrado (5 pies en nuestro modelo) . Sobre este centro se trazaría un arco de radio igual al lado del cuadrado (A1 del diseño geométrido) . Mediante esta reducción se consigue el trazado de los ejes y los lados curvos, con las mismas proporciones y sin necesidad de realizar el trazado geométrico completo . Para completar este sistema de traza simplificada, faltaría únicamente acotar las longitudes de los ángulos y del motivo central, que pueden realizarse fá-cilmente mediante círculos . El círculo C1 marcaría la longitud de los ángulos (fig . 4 .a) . Para acotar la de los ejes ortogonales se usaría un círculo C5 (fig . 4 .d) . Pero también se pueden acotar mediante sistemas más simples; en el caso del motivo central los trazados más probables serían:

1 . Un procedimiento simple consistente en trazar una línea que una el arco de los lados curvos . Con este procedimiento se determina la lon-gitud, pero no la anchura del motivo central del ábaco (fig . 4 .b) .

2 . Mediante el trazado de un pequeño círculo con el centro en el eje ortogonal . Procedimiento con el que sí determinaríamos la anchura, al hacerla coincidir con los cuadrantes del círculo (fig . 4 .c) .

En el caso de los ángulos diagonales serían probables las siguientes soluciones:

18. Cfr. S. Vargas Vázquez, Diseños geométricos compositivos en los mosaicos de Écija (Sevilla). Memoria de Licenciatura inédita, Universidad Complutense de Madrid, 2008, diseños 7-9.

19. M. Jacobson David, “Hadrianic Architecture and Geometry”, American Journal of Archaeology, 90-1, 69-85, 1986, pp.72-78, figs. III.1-III.3.

20. Vid. M. Wilson, “The Tempietto and the Roots of Coincidence”, Architectural History, 33, 1990, p. 19, fig. 17; y Principles of roman…, pp. 88-92, fig. 5.19.

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1 . La solución aún más simple se consigue utilizando los vértices del cuadrado (A1) para trazar una tangente de 45º sobre el eje diagonal (E1), línea fácil de ejecutar mediante la prolongación de los ejes or-togonales (fig . 4 .b) .

2 . Otra forma simplificada consistiría en trazar un pequeño círculo en el extremo final del brazo del ábaco . Este círculo tendría el centro en el vértice del cuadrado A1 (fig . 4 .c) .

a)

b)

c)

d)

e)

f)

g)

h)

Fig. 3. Trazado simplificado mediante acotaciones modulares.

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Con esta simplificación sólo necesitamos conocer una dimensión mo-dular: la longitud máxima de la diagonal del ábaco, módulo que, a diferencia del diámetro de la base, ha de ser constante . Suponemos que en un siste-ma de producción estandarizado estas dimensiones debieron de conocerse y aplicarse desde los primeros momentos del corte del bloque, serían por tanto establecidas desde las primeras fase de extracción en cantera21 . La existencia de estos patrones de diseño resulta clave para entender tanto el trazado de los replanteos, como los modos de producción . Pero estas cues-tiones superan el ámbito de este estudio . Lo que nos interesa destacar es que sólo la existencia de un patrón de diseño rígido y simple (como el propuesto) puede explicar la uniformidad del diseño en procesos de elaboración com-plejos, sobre todo si suponemos que existieron fases de prefabricación y talla definitiva, realizadas en lugares y por marmorarii distintos .

Nuestro objetivo es mucho más simple, consistirá en determinar si pue-de comprobarse la existencia de sistemas de replanteo mediante el análisis de las líneas guía . Para lograrlo, debemos primero determinar qué trazas

21. M. Wilson, “Designing the Roman…”, p. 134.

a)

b)

c)

d)

e)

f)

Fig. 4. Trazados auxiliares para determinar la longitud de los ejes.

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dejaría el replanteo del diseño propuesto, para después cotejarlas con las líneas conservadas . En el modelo de diseño previo 3g:

a)

b)

c)

Fig. 5. a) Capitel del frons scaena del teatro de Itálica (según Ahrens, 2001, Taf. 10).b) Capitel de la Palestra Villa Adriana. c) Villa Adriana VA nº3.

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1 . Los ejes ortogonales y transversales (E1 y E2), en su desarrollo completo .

2 . El cuadrado A1, solamente en los ángulos .3 . El círculo auxiliar para acotar la longitud del motivo central C4, so-

lamente en los ángulos .

Hemos de tener en cuenta que la talla del scamilus eliminaría las líneas situadas en el plano inferior del ábaco, por lo que sólo se conservarían los ejes E1 y E2 en el plano superior . No obstante, en los ejemplos analizados existen gran número de trazos sobre el plano inferior . En el único capitel de Itálica que conserva buena parte de su replanteo (fig . 5 .a)22 los ejes principales están marcados tanto en el plano de scamilus como en el plano inferior, lo que indi-caría la existencia de un doble trazado . No obstante, este caso no responde al diseño propuesto . Las únicas trazas coincidentes son las de los ejes (E1 y E2) . El círculo que se aprecia en el plano inferior proyecta el diámetro de la base, y no corresponde a ninguno de los trazos utilizados . En este caso no se utilizó el modelo propuesto, pero si existió un doble trazado sobre un único diseño .

De igual forma, pueden atestiguarse replanteos en el plano inferior en los trazos conservados en los ábacos del Traianeum de Itálica, y en buena parte de los de Villa Adriana . Como veremos más adelante, estas trazas sí pueden ser el resultado de diseños de replanteo similares al propuesto . Por todo ello partimos de la convicción de que estos trazos fueron ejecutados en un se-gundo replanteo . Pero para comprobar tanto la validez del diseño como la existencia de distintas fases en el trazado, debemos analizar previamente los procedimientos y procesos en la elaboración de estos capiteles .

Proceso de talla y fases de replanteo del ábaco

Determinar mediante el diseño propuesto los arcos que marcan las cur-vas laterales del ábaco requiere de un procedimiento complejo y de difícil ejecución, puesto que el centro del arco que genera los lados curvos (C3) se sitúa fuera de la pieza . Para su trazado mediante cuerdas se necesitaría un bloque de dimensiones mucho mayores que el capitel23, el empleo de

22. Capitel conservado en los almacenes del Teatro de Itálica (fragmentos F-20, F-359, y F-365), recuperado en las campañas de 1971-73 (E. Conde, “Dibujos geométricos…”, pp. 127-128, dibujos 8 y 9; O. Rodríguez, “Sobre la tecnología…”, fig. 8 y 9; ead., “El Teatro romano…”, nº CC7; S. Ahrens, “Die Architekturdekoration…”, Taf. 101) y fechado entre finales del siglo II y comienzos del III d.C.

23. En un capitel de 5 pies de lado (1,48 m) necesitaríamos un bloque de 2 m2 para ejecutar una pieza de 1 m2, es decir el doble del volumen necesario para la talla.

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métodos de traza complejos24, o plantillas prediseñadas . Por otra parte, la traza de los ejes y lados curvos constituye un esquema único en la ejecución del replanteo previo del ábaco . Por ello sería lógico pensar que ambos trazos (ejes y lados curvos) se ejecutan en las primeras fases de la talla, sobre los bloques de cantera y antes de desbastar los volúmenes esenciales del capi-tel25 . Y esto únicamente sería posible en el lugar de extracción o en una sta-tio marmorum, donde se almacenara grandes bloques de mármol en bruto . Pero independientemente del lugar dónde se realizara el trazado inicial, lo que nos interesa demostrar es que ejes y lados curvos se trazaron en un mis-mo momento, y que la talla completa del ábaco debió ser previa al desbaste del volumen en el cálatos .

Estas dos características pueden comprobarse en varios de los capiteles analizados por Wilson Jones26 . En dos de los ejemplos propuestos por este autor27, se constatan claramente dos fases de elaboración . En una de ellas la talla del ábaco está esbozada nítidamente, mientras que en el resto del vo-lumen se encuentra en una fase de desbaste grosero del bloque28 . En otra el ábaco está completamente tallado y en el cálatos se han esbozado los volú-menes de las coronas de hojas29 . En ambos ejemplos, la talla del scamilus se ejecuta en la misma fase que las curvas del ábaco, y ambos elementos están esbozados en un momento anterior al desbaste del cálatos .

Este hecho indica que el proceso de replanteo y talla comienza por el ábaco, en un procedimiento opuesto al planteado por Asgari30 . El iniciar el proceso de talla por el ábaco es inusual31, no se documenta en ejemplares semielaborados en cantera . Como ya dijimos, no es el documentado por Asgari en las canteras de Proconeso, pero tampoco es el procedimiento

24. Que requerirían el empleo de ejes aéreos mediante groma, u otros sistemas de nivelación y referenciación.

25. No descartamos que el replanteo se realizara sobre grandes bloques de cantera, en los que se trazara más de un ejemplar.

26. M. Wilson, “Designing the Roman…”, pp.129, 134.27. Son dos ejemplares esbozados y prefabricados, uno conservado el Coliseo (M. Wilson,

“Designing the Roman…”, lám. 25ii) y otro en el Forum Romanum (M. Wilson, “Designing the Roman…”, lám. 25.i).

28. M. Wilson, “Designing the Roman…”, lám. 25ii.29. M. Wilson, “Designing the Roman…”, lám. 25.i.30. Este autor esboza una propuesta sobre el proceso de talla basándose en el análisis de

elementos semielaborados en las canteras de Proconeso. En este proceso sitúa la talla del ábaco en un momento en el que la base del cálatos y las coronas de hojas están esbozadas mediante anillos (N. Asgari, “The stages of workmanship…”, pp. 115-125).

31. Wilson recoge únicamente el ejemplo de un capitel de Cherchel (documentado por P. Pensabene, “Les Chapiteaux de Cherchel”, 3e Supplément au Bulletin d’Archéologie Algérienne, 1982, p. 63, Tav. 61; P. Pensabene, “La decorazione architettonica l’impiego del marmo e l’importazione di manufattoiri in Italia Roma, i nItalia e in Africa (II-VI d.c), 1986, fig. 42c), dónde puede apreciarse este procedimiento de talla.

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atestiguado en las canteras de Luni, este último sobre grandes capiteles semielaborados para su exportación masiva32 . Todo ello nos indica que el empleo de distintos procedimientos de desbaste y prefabricación está vin-culado a distintas formas de producción y distribución, por lo que el uso de este diseño ha de interpretarse como consecuencia de un proceso de ela-boración muy concreto, que a su vez responde a un sistema de distribución único . Esto abre sugerentes líneas de investigación que, de nuevo, superan los límites que nos hemos marcado para este estudio .

Una vez establecido que el replanteo y la talla comienzan por el ábaco, quedaría por demostrar la relación entre el trazado previo y el proceso de elaboración . Para ello recurrimos de nuevo a los los ejemplos propuestos por Wilson Jones . En ellos, algunas de las superficies del ábaco están alisadas, un rasgo que nos llama la atención33, puesto que es un tratamiento excesi-vamente cuidado para una fase de talla tan temprana . Por otra parte, ambos ejemplares tienen scamilus, lo que implica la existencia de dos planos distin-tos en el ábaco . Creemos que la asociación de estos dos rasgos (scamilus y superficies alisadas) es la clave para interpretar la existencia de dos fases de talla con dos replanteos distintos . Aunque para concretar esta relación debe-mos determinar previamente la correspondencia entre las fases de trazado y las de talla . Y en este punto abrimos dos posibilidades que reconstruimos en los siguientes procesos de elaboración del ábaco:

1 . Un trazado de replanteo inicial de los ejes básicos (ortogonales y dia-gonales) y el cuadrado del scamilus, al que seguiría un primer pro-ceso de talla en la que se ejecuta el scamilus y se genera la superficie inferior del ábaco . Esto implicaría un nuevo replanteo de las curvas laterales, ejes y motivos centrales sobre la superficie inferior del ába-co34 . Es un procedimiento en dos fases de talla que conservaría líneas guía de dos replanteos, uno en el scamilus y otro en el plano inferior . Para facilitar el trazado de las líneas guía de segundo replanteo se ali-saría la superficie inferior .

2 . Un trazado de replanteo previo completo (ejes, curvas, cuadrado del scamilus, y motivos centrales), y un procedimiento de talla en planos progresivos . Tallando desde el interior hacia el contorno y marcando

32. Cfr.: Dolci, E. (1994): “Nuovi ritrovamenti nelle cave lunensi di Carrara”, Archeologia nei territory apuoversiliense e modenese-reggiano. Atti della giornata di studi (Massa ottobre 1993), 1994, pp. 89-121; P. Pensabene, “Le vie del marmo…”, p. 202, fig. 229; “I marmi di Roma...”, p. 404, fig. 2.a y 2.b.

33. En el caso del ejemplar del Coliseo está alisada la superficie inferior del ábaco, mientras que la del scamilus presenta un tratamiento a gradina. En el otro ejemplo citado (el de Forum Romanum), ambas superficies están alisadas.

34. Puesto que de realizarse en el primer trazado serían eliminadas por la talla del scamilus.

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éste, mediante líneas de cincel, en cada uno de los planos de talla35 . Este procedimiento permite la talla conjunta del scamilus y el contor-no curvo en un único momento, con un único replanteo . Pero en este caso no se conservarían líneas guía en la superficie inferior del ábaco, quedando únicamente las del scamilus .

En algunos de los casos analizados las trazas se encuentran tanto en el pla-no del scamilus como en el inferior . Por ello, sería lógico decantarnos por la primera opción, la que requiere dos trazados y dos momentos de talla . A esto hay que añadir que la superficie inferior en todos los casos registrados está alisada, mientras que en la del scamilus constatamos dos acabados, el alisado y el regularizado a gradina . Por ello podríamos concluir que la talla del ábaco se realizó en dos fases y con dos trazados que compartieron un mismo esquema de replanteo . Podríamos apoyar esta posibilidad en el ejemplo ya citado del teatro de Itálica, en el que las dos superficies del ábaco presentan un acabado a gradina, y en ambas encontramos líneas de replanteo36 . No obstante, a pe-sar de la dirección hacia la que apuntan estos indicios, no creemos que esto fuera posible, al menos en las fases de esbozo previo del bloque . En el capitel del Forum Romanum37 se aprecia claramente un procedimiento en el que se marcan los contornos durante el proceso de talla, lo que indica que la talla del scamilus y los contornos del ábaco es progresiva (2º posibilidad) . Es decir que se realizó en un único momento y con un único replanteo . A pesar de ello es evidente que existió un doble trazado; pero como intentaremos demostrar más adelante, el doble trazado no responde a las fases previas de prefabricación, sino a una fase mucho más avanzada y relacionada con los procesos de talla en detalle de los motivos decorativos .

Interpretación de los “trazos guía”

De todo lo anterior podemos extraer algunas conclusiones: el replanteo y la talla se inician por el plano del ábaco, el trazado de los ejes básicos del ábaco se realiza con anterioridad a la talla del scamilus, la talla del scamilus tiene como consecuencia la eliminación del trazado inicial, por lo que si hay líneas en el plano inferior éstas corresponderían a un segundo replanteo y, por último, el ábaco estaría completamente esbozado antes de desbastar el cálatos .

35. Evitando así la perdida de referencias sobre el contorno del ábaco.36. Pero como vimos no responde al sistema de replanteo propuesto, y además es de cronología

algo más tardía, fines del siglo II, comienzos del III.37. M. Wilson, “Designing the Roman…”, lám. 25.i.

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Pero estas conclusiones no explican la función de los trazos, ni por qué algunos de éstos dejan huella en los dos planos del ábaco (el inferior y el del scamilus) . En este sentido no nos parece casual que, en los casos estudiados, la totalidad de las líneas guía se tracen sobre superficies alisadas o puli-das . Creemos que la asociación de líneas guía y alisado de superficies debe responder a una relación directa . Consideramos que esta relación es clave para interpretar los procesos y fases de elaboración, por lo que intentaremos comprobarla mediante el análisis de los ejemplares completos conservados en Villa Adriana38 .

El tratamiento más grosero es una regularización con gradina, en la que son visibles las huellas del cincelado previo . Este tratamiento lo encontra-mos en el plano del scamilus de un capitel semicompleto de Villa Adriana39 . En este capitel el plano inferior está cuidadosamente pulido y tiene líneas guía40 . En el scamilus se ha marcado, con una muesca de cincel, en el eje ortogonal, muesca que interpretamos como una acotación rápida para el traslado del eje (fig . 5 .b) . Este tipo de referencia implica que los ejes no eran visibles en el momento de su traslado, puesto que de ser así la referencia hu-biera sido el propio trazo del eje . La pieza presenta otra singularidad, en uno de los lados el scamilus tiene un doble corte parcialmente tallado y con hue-llas de serrado . Característica que podemos interpretar como una corrección en la longitud del scamilus .

En otro caso41, el trazado completo de los ejes está nítidamente marca-do en los dos planos del ábaco (en el del scamilus y en el inferior, fig .5 .c) . En este capitel, las líneas están asociadas a dos superficies pulimentadas . Ade-más presenta otra particularidad: en el centro del ábaco existen dos punteros de replanteo, uno sobre el eje vertical del capitel (en el que convergen los ejes horizontales) y otro ligeramente desviado de éste . Por el contrario, en otro ejemplar (VA nº 2, fig .6 .a) los ejes sólo están marcados en el plano in-ferior del ábaco, sobre una superficie pulimentada, mientras que la superfi-cie del scamilus tiene un acabado a gradina42 y no presenta líneas . En ambos casos constatamos que se realiza un traslado de ejes (desde el sca milus al plano

38. La elección de estas piezas ha sido aleatoria, por lo que los resultados obtenidos son por el momento aproximativos.

39. VA nº 3: capitel procedente de las excavaciones del “complejo de la Palestra” y conservado in loco.

40. En uno de sus lados conserva una línea recta del eje ortogonal, y dos líneas oblicuas tangentes al eje. El desarrollo de estas últimas marcaría la anchura del motivo central (líneas tipo 4).

41. VA nº 1: es uno de los dos capiteles corintios que flanquean el camino de acceso al Pechile, situados al exterior de éste y cerca del edifico de recepción de visitantes.

42. Los ángulos están completamente fracturados, pero conserva los trazos centrales en dos de sus lados. Además, el scamilus de uno de sus lados no se ha tallado, la labor de rebaje está esbozada, aunque no se llegó a completar.

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inferior), que las líneas guía sólo se marcan en planos alisados o pulimenta-dos y que éstas se trazaron después de la talla del scamilus . Pero no podemos establecer una relación clara entre el acabado de las superficies y el trazado de líneas, como tampoco podemos determinar la función, ni el momento en el que se realizó esta segunda traza .

Lám.5

a)

b) c)

Fig. 6. a) Villa Adriana VA nº2.b) Itálica, Traianeum IT nº 25.c) Villa Adriana VA nº 14.

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Del análisis de los elementos fragmentarios podemos extraer algunos datos más . Éstos muestran una preponderancia de ejemplares con los dos planos alisados, preponderancia que es total en el caso de Itálica43 . En éste conjunto documentamos cuatro tipos de asociaciones:

1 . Ambos planos lisos y con líneas de replanteo .2 . Ambos planos lisos y con líneas únicamente en el inferior .3 . El plano inferior a gradina sin líneas y el plano inferior liso con líneas .4 . El plano inferior a gradina y el inferior liso, ambos sin líneas .

Lo más significativo es que las líneas de replanteo únicamente existen en los planos previamente alisados, por ello deducimos que el alisado de las su-perficies se realizó para facilitar el trazado de las líneas en un segundo replan-teo . La presencia de superficies alisadas o pulimentadas (en todos los planos inferiores, y en un alto porcentaje en el plano del scamilus), indica que este se-gundo trazado se realizó cuando el ábaco, y probablemente el cálatos, estaban totalmente tallado . Es decir, se realizaron en un momento inmediatamente anterior a la talla en detalle de los elementos decorativos . Pero es otro hecho el que nos hace decantarnos definitivamente por esta posibilidad . En dos frag-mentos de ábaco (uno de Villa Adriana nº14, fig . 6 .c; y otro del Traianeum de Itálica, nº 25, fig . 6 .b)44, el plano del scamilus se ha alisado sólo parcial-mente en las zonas angulares . Sobre la zona alisada se han trazado las líneas de replanteo, líneas que no se prolongan hacia la superficie de tratamiento más grosero . En estos dos casos, y en todos los analizados, el scamilus se alisa con el único objeto de facilitar el trazado de un segundo replanteo .

Estos dos ejemplares (nº 14 y 25) comparten el trazado de una doble línea en el scamilus; una línea que marca el eje diagonal y otra paralela a ésta . Ambas líneas están conseguidas mediante acotaciones marcadas por dos pequeños arcos secantes; son acotaciones aleatorias, realizadas a compás . En esta misma ubicación, encontramos acotaciones de iguales características en el fragmento nº 24 (fig . 7 .a), igualmente podemos documentarlas sobre el plano inferior, marcando en el eje ortogonal (fragmento VA nº 31, fig . 7 .b)45 . Por lo que la utilización de este sistema de acotación responde a un replanteo parcial de los ejes, realizado una vez tallado el contorno y volu-men del ábaco . Por lo tanto, planteamos que tanto el alisado previo como el

43. Son 7 ejemplares con línea en el plano inferior alisado y scamilus a gradina: 6 en Villa Adriana (nº A5, A8, A9, A14, A16, A17), y uno en itálica A34. 14 con línea en el plano inferior y scamilus alisado: 7 en Villa Adriana (nº A6, A7, A10, A11, A13, A15, A18), y todos los que conservan el scamilus en Itálica.

44. El fragmento VA14 está depositado en los almacenes del Cento Camerelle VA nº 43908. El TI34 procedente del Traianeum de Itálica y fue recuperado durante la campaña de excavaciones de 1986 (Foro LII A12).

45. En este caso cuenta con un puntero de replanteo marcando el eje.

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tazado de líneas se realizaron en una misma fase de trabajo, en la que el ábaco, y probablemente el cálatos, estaba completamente esbozado .

Otros rasgos que avalarían esta afirmación son la presencia de trazas co-rrespondientes claramente a la corrección de errores, imprecisiones o adapta-ciones para la puesta en obra . En el fragmento nº 13 (fig . 7 .c), observamos un

Fig. 7. a) Itálica IT nº nº 24.b) Itálica, Traianeum IT nº nº 31.c) Villa Adriana VA nº 13.d) Villa Adriana VA nº 9.

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trazo con la misma curvatura del lado del ábaco (situado sobre el plano infe-rior y a dos centímetros al interior del contorno del ábaco) . Esta línea marca claramente un replanteo para corregir el contorno de la curvatura del ábaco, puesto que el trazo es asimétrico respecto al eje diagonal . En el fragmento nº 14 (fig . 6 .b), las curvas de los lados del ábaco son asimétricas . Por el con-trario, la línea del eje diagonal está situada simétricamente . Por tanto en este fragmento se ha retallado la curvatura del ábaco en uno de sus lados . Y se ha hecho muy probablemente mediante un trazado previo, igual al documentado en la pieza anterior (VA nº 13) . Por tanto, la traza de la curvatura en el ejem-plar anterior (VA nº 13) no responde a la corrección de una talla errónea, sino a una adaptación de la pieza a condicionantes de la puesta en obra .

a)

b)

c)

d)

e)

f)

g)

h)

i)

Fig. 8. Trazados documentados en el ábaco.

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En este mismo fragmento (ejemplar VA nº 13) documentamos líneas realizadas con sierra, producto de vacilaciones en el corte del scamilus, que podemos interpretar como correcciones en el retallado de sus lados . En otro ejemplar (VA nº 9, fig . 7 .d) encontramos uno de los lados del scamilus cla-ramente retallado y en el otro el inicio de un proceso de serrado que no se llegó a completar . Estas huellas también se encuentran en dos de los capiteles completos antes mencionados (VA, nº 2, fig . 6 .a y VA nº3, fig . 5 .c) . Todo esto nos indica que algunas trazas están relacionadas con modificaciones que adaptarían los capiteles, de ábacos completamente tallados, a condicionantes de la puesta en obra .

Por otra parte, no parece que la función de las líneas conservadas sea el trazado del diseño completo del ábaco, sino el replanteo de trazados parcia-les de éste . En los casos que hemos señalado, este segundo replanteo sirvió para depurar la forma definitiva del ábaco . Pero la mayor parte de estas lí-neas no parce responder a esta finalidad, por lo que para determinar cuáles fueron las funciones de cada traza, lo primero que debemos de plantearnos es si son parte de un único sistema de trazado, o si por el contrario son tra-zos auxiliares aislados . Por ello analizaremos e individualizaremos cada una de las líneas, para luego intentar agruparlas en esquemas unitarios de traza . En los ejemplos analizados los trazos conservados en el ábaco de son (fig . 8):

1 . Líneas que marcan los ejes ortogonales y diagonales46 .2 . Arcos de amplia cuerda situados en el plano inferior y sobre los

ángulos47 .

3 . Líneas tangentes formando ángulos rectos de vértice tangente al inte-rior del eje diagonal, situados en el plano inferior sobre los ángulos48 .

4 . Líneas tangentes formando ángulos de vértice tangente al exterior del eje, situados en el plano inferior sobre los ángulos del ábaco, o sobre el motivo central49 .

5 . Pequeños círculos con el centro en el eje diagonal y cuadrantes en los extremos del ábaco50 .

6 . Acotaciones para el trazado de ejes realizadas mediante arcos secantes51 .

7 . Línea de contorno de los lados curvos en el plano inferior52 .

46. Ejemplares: VA nº 1, 2, 3, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, y 17; TI nº 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 21, 32 y 33.

47. Ejemplares: VA nº 13 y 14; TI nº 28.48. Ejemplares: A 15; TI nº 26.49. Ejemplares: VA nº 3 y 15.50. Ejemplares: VA 10, 14, 15, y 12; TI nº 30.51. Ejemplares: VA nº 14 y 15; TI nº 25, 24 y 31.52. Ejemplar: VA nº 13.

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8 . Trazas para el retallado del scamilus53 .9 . Puntos sobre el eje vertical54 .

La comparación de estos trazos con los que dejaría la ejecución del pro-cedimiento de diseño completo del ábaco, nos permitirá establecer que el trazado del replanteo se ajusta aun diseño previo . Si superponemos las trazas conservadas al diseño geométrico que proponíamos encontramos algunas coincidencias . En principio podemos plantear una relación clara entre los ejes ortogonales y diagonales (L1 y L2 del diseño geométrico) con las líneas de tipo 1 . Pero esta relación por sí sola no indica gran cosa, puesto que son trazados simples y compartidos por cualquier procedimiento de replanteo . Pero existen coincidencias mucho más significativas, como las establecidas entre las líneas tipo 3 y el cuadrado A1 del diseño geométrico (este tipo de líneas están marcadas claramente en el fragmento IT nº 26, fig . 11 .a) . Igual-mente podríamos relacionar el trazado de los arcos situados en los ángulos del ábaco (líneas tipo 3) con el círculo empleado para trazar el scamilus (C4 del diseño geométrico) . Este trazado coincide en su posición diámetro en el caso del ejemplar nº 13 (VA fig . 7 .c), pero no en los fragmentos IT nº 28 (fig . 9 .a) y VA nº 14 (fig . 9 .b), casos en los que no se ajusta al diámetro55 . Por ello, creemos razonable plantear que las líneas 1 a 3 formarían un úni-co un único sistema de trazado; un sistema comparable al procedimiento empleado para el trazado geométrico, con el que suponemos se realizó el primer replanteo del diseño completo del ábaco .

A estas coincidencias, hay que unir el hecho de que en ocasiones se vuelven a trazar las líneas de los arcos laterales (línea nº 7), replanteo que por sí sólo requeriría del conocimiento de los métodos de trazado com-pletos . Por otra parte, si ensayamos el diseño previo sobre los fragmentos analizados, venos que coinciden tanto las proporciones como los módulos: la diagonal del ábaco es de 1 módulo, el centro del arco que marca la curva-tura del ábaco está situado a una distancia de 1 módulo del eje de la pieza, el radio de la curvatura angular es igual a la anchura del ábaco, y el lado del sca-milus es de ½ del módulo establecido por la diagonal del ábaco (vid. Fig . 10, IT nº 325, VA nº 13) .

53. Ejemplares: VA nº 2, 3, 9 y 13.54. Ejemplares: VA nº 4, 15, 9; TI 28.55. Ejemplos en los que el arco mantiene el centro en el eje de la pieza, pero presentan un

radio mayor al del círculo C4. Este arco presenta radios cercanos al círculo utilizado para acotar la longitud de los ejes ortogonales (C5, motivo central del ábaco), aunque que no hemos logrado determinar su función, por la pequeña porción conservada del ábaco en el ejemplar IT nº 28 y porque del ejemplar VA nº 14 solamente disponemos de documentación fotográfica.

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Fig. 9. a) Itálica, Traianeum IT nº nº 28. b) Villa Adriana VA nº15.c) Villa Adriana VA s/n.d) Villa Adriana VA s/n.

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Por todo ello creemos que el segundo replanteo siguió las pautas del diseño inicial, pero en este no se repitió la traza completa, únicamente se trazaron los ejes ortogonales y diagonales56 . El resto de las trazas se esta-blecieron mediante acotaciones referenciadas sobre estos ejes (pe . las líneas tipo 6) . Este trazado se realizó con el objeto de retallar los contornos del ábaco . Las dobles líneas que marcan los ejes del ábaco (en los ejemplos VA nº 1 y 13; IT nº 25), y los dobles punteros sobre el scamilus (en el capitel VA nº1), pueden indicar correcciones respecto a los ejes horizontales y verticales del primer trazado57 . Estas correcciones se realizan en el scamilus

56. Hecho que ya apuntábamos cuando hablamos de las acotaciones conseguidas mediante intersecciones de pequeños segmentos de arcos

57. Este doble juego de ejes, se documenta en el Capitel nº 90-1200 del Teatro de Itálica (E. Conde, “Dibujos geométricos…”, p. 128). En época Flavia puede documentarse un doble trazado de ejes sobre el plano de la base de un capitel del “Templo de culto imperial” de Córdoba. Rasgo que también se documenta sobre fustes, y que es interpretado en relación con la talla la decoración (Mª I. Gutiérrez, “Líneas guía…”, nº TR026).

b)

a)

Fig. 10. a) Ensayo de trazado completo en el fragmento IT nº 24.b) Ensayo de trazado completo en el fragmento VA nº 13.

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pero no se trasladan al plano inferior, en el que encontramos únicamente los ejes definitivos, una característica que indica que este trazado se reali-zó s obre un ábaco nítidamente definido . Por lo tanto las líneas tipo 7 y 8 se ejecutaron para redefinir los contornos del ábaco y del scamilus . Y su

Fig. 11. a) Itálica, Traianeum IT nº nº26. b) Itálica, Traianeum IT nº 30.c) Villa Adriana VA nº 10.d) Villa Adriana VA nº 12.

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trazado requirió del replanteo parcial del diseño previo, al que creemos se ajustan las líneas 1 a 3 .

El resto de las líneas no se derivan del trazado modélico, pero pueden inter-pretarse fácilmente como trazos auxiliares para determinar la longitud y anchura del brazo del ábaco (línea 5)58 . Otras responden a la determinación de la longi-tud y anchura del motivo central (línea 4) 59 . Estas líneas redefinen el contorno externo de los ángulos y el motivo central, y necesitaron como referencias parte del trazado anterior (al menos los ejes básicos) . La presencia de estas (tipo 4 y 5) es otro indicio de que el replanteo del diseño inicial no fue completo, puesto que en este se determina la longitud del ábaco y del motivo central mediante círculos (C1 y C4 del modelo propuesto) por lo que, al igual que el resto de líneas analizadas, su función es la de redefinir y depurar los contornos del ábaco .

Pero no es la depuración de los contornos la única función de todos los trazos de replanteo en el ábaco . Directamente vinculadas con estas lí-neas hay otras huellas de replanteo (nº 9) cuya función es claramente la de trasladar ejes del plano horizontal al vertical de la pieza . Son pequeños ori-ficios realizados con puntero que mantienen una ubicación constante . To-dos se sitúan en el plano vertical de los ángulos y sobre la moldura superior del ábaco . Hemos podido documentar hasta 12 ejemplares que presentan esta misma característica60 . Al menos en dos casos (VA nº 15 y TI nº 28, fig . 9), su situación coincide con la línea curva nº 2 del plano horizontal . En los ejemplares corintizantes, el eje que marca este puntero coincide con el centro de la voluta . Pero en los corintios marca el punto donde la curva externa del canal de la voluta se separa del plano del ábaco . Resulta pues evidente que estos pun-teros están relacionados con trazos auxiliares apara la talla de la voluta, aunque desconocemos si marcaron un único eje vertical o, dada la complicación del trazado de este elemento, referenciaron varias líneas oblicuas . Sea como fuere, lo que queda fuera de toda duda es que estos puntos sirvieron para el replanteo de la decoración, y que se han trasladado desde el plano vertical del ábaco .

Este método es el mismo que el usado para trasladar los ejes vertica-les de las hojas, en este caso desde el plano horizontal de la base . El siste-ma consiste en el trazado de 16 punteros radiales sobre la superficie de la base, previamente pulimentada . Estos punteros se unen mediante líneas que marcan 8 ejes radiales al circinus, igualmente marcado a puntero . Los ejes trazados en la base se trasladan al plano vertical mediante acotaciones a puntero que, definen los ejes de los dos rangos de hojas .

58. Este trazado está documentado en los ejemplares IT nº 30 (fig. 11.b), VA nº 10 (fig. 11.c), 12 (fig. 11.d), 14 (fig.6.c), 15 (fig. 9.b).

59. Visible en el ejemplar VA nº 3, fig. 5.c.60. En una gran variedad de tipos, capiteles corintios y corintizantes y de pilastra, y en un

capitel completo A4 Fig. 12.a, procedente de las Termas con Heliocamino.

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A la hora de establecer el diseño previo, y dada la simplicidad de su trazado, no nos detuvimos en los sistemas de replanteo sobre el plano de la base . Es evidente que para trazar el contorno de ésta sólo hay que determi-nar el eje vertical de la pieza (el circinus) mediante el replanteo de los ejes ortogonales y diagonales, y trazar un círculo sobre éste, por lo que su diseño sólo dejaría las líneas de los ejes y el puntero que marca el circinus61 . Por lo que este trazado, mucho más complejo, implica un cambio en los sistemas y modos de talla que requieren de un nuevo método de replanteo . El empleo estandarizado de este método y su relación directa con la talla de la deco-ración, ya fue confirmado para el caso de Villa Adriana62 . Además, este procedimiento de trazado no es privativo de los capiteles, muy al contrario, es común para todo tipo de elementos cilíndricos (fustes y aras principal-mente)63 . Este rasgo técnico vincula directamente las producciones de Villa Adriana e Itálica, en las que se constata este mismo tipo de replanteos tanto en capiteles como en fustes64 . Pero lo que nos interesa resaltar es que, tanto en el ábaco como en la base, los trazos se realizaron en la misma fase, se ali-saron previamente las superficies, y se utilizó un mismo procedimiento para el traslado de ejes al plano vertical: la acotación de los ejes mediante punte-ros . Por lo tanto, ambos trazados (los del ábaco y los de la base) se realizaron en el mismo momento del proceso de talla, con la misma función y por los mismos marmorarii.

Todos estos procedimientos técnicos tienen consecuencias directas en el estilo de los elementos decorativos . La preponderancia de los ejes verticales implica que las hojas adquieran un aspecto rígido y lineal, puesto que es sobre éstos dónde se realizarían las sucesiones de trépanos “forellini” . Pensamos que las técnicas de traza y talla establecen la verticalidad de las hojas, la profundi-dad de los canales y la escasa plasticidad del conjunto; rasgos de estilo65 que creemos están claramente condicionados por la técnica . En este sentido es muy clarificador el ejemplo de un capitel del Pantheon (fig . 12 .b) . Este capitel

61. Como podemos comprobar en algunos ejemplos de época flavia (I. Gutiérrez “Líneas guía…”, nº: TR026, TR030, TR051, TR071).

62. I. Gutiérrez y A. Mª Felipe, “Una breve visión…”, p. 138.63. I. Gutiérrez y A. Mª Felipe, “Una breve visión…”, p. 128 y ss.64. Técnica ya documentada en Itálica por E. Conde, “Dibujos geométricos…”, p. 127; O.

Rodríguez, “Sobre la tecnología…”, pp. 223-226; S. Ahrens, Die Architekturdekoration…, Taf. 101; O. Rodríguez, El Teatro romano de Itálica. Estudio arqueoarquitectónico. Monografías de Arquitectura Romana, 6, 2004, pp. 16-24, y comparada con las técnicas de Villa Adriana por I. Gutiérrez y A. Mª Felipe, “Una breve visión…”, p. 142-143.

65. Hojas de contorno liso, nervadura central flanqueada por surcos verticales que se arquean más en la primera corona que en la segunda y llegan hasta la mitad de la hoja, zonas de sombra verticales y caulículos delgados y rectos con acanaladuras verticales que confluyen en una corona de sépalos (Mª. A. Gutiérrez, Capiteles romanos de la Península Ibérica, Valladolid, 1992, pp. 140-141. lám. 442).

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se ejecutó con procedimientos de replanteo iguales a los propuestos . En él se muestran partes de talla esbozada (en las hojas y caulículos) y son visibles los punteros ue marcan los ejes, tanto en el tallo central de las hojas como en la vaina del caulículo . Como vemos, los sistemas de trabajo determinan todas las

a)

b)

Fig. 12. a) Villa Adriana, Termas con Heliocaminob) Roma, Pantheon.

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fases de producción (replanteo, desbaste y talla definitiva), y condicionan tan-to los módulos como los tipos formales . Pero también tiene un claro reflejo en el “estilo”, resultado último de los procesos productivos, un subproducto del sistema si utilizamos una terminología puramente comercial .

Por tanto planteamos que todas las trazas documentadas, incluidas las realizadas sobre la base, se realizaron sobre piezas prefabricadas (con el ába-co y el cálatos completamente definidos) . Pensamos que responden a un nuevo modelo de diseño implantado por un cambio en los modos de pro-ducción . A este modelo podemos vincular otros rasgos que igualmente im-plican formas de elaboración estandarizadas, ligadas a sistemas masivos de producción y a la exportación de piezas prefabricadas . Entre estos rasgos destaca la técnica de sustitución mediante encastre de elementos completos, los llamados “tasselli di restauro”66. Esta técnica emplea elementos pre-fabricados y retallados a “pie de obra” . Pero lo que se retalla es el vástago de encastre y no la zona decorada, que en los elementos prefabricados está completamente terminada . Por otra parte, no se trata de reparaciones oca-sionales sino de sustituciones masivas de elementos, por lo que las roturas debieron de ser frecuentes y consecuentemente previsibles . Esto explica la producción en serie de estos elementos prefabricados .

Faltaría por determinar la causa de las roturas . Para ésta encontramos sólo dos posibilidades: que se produjeran durante el transporte, o en las ope-raciones de “puesta en obra”. La forma común de reparar las roturas oca-sionales es mucho más simple67, y dado que esta convive con los sistemas de encastre, no creemos que las roturas masivas se produjeran en la puesta en obra . Por tanto, nos decantamos por la segunda posibilidad, que las roturas se produjeran durante el transporte . Lo que implica que los capiteles se transportaran al lugar de utilización completamente terminados .

De todo esto podemos deducir algunas consecuencias, sobre las que no podemos profundizar, pero sí queremos esbozar brevemente . En primer lugar no estamos ante maestranzas o talleres aislados, sino ante circuitos complejos de producción y comercio . Lo que condiciona tanto los métodos y procesos de trabajo, como los resultados finales (tipos y estilos) . Sólo desde esta perspectiva puede explicarse un modelo productivo para el que suponeos una prefabrica-ción realizada muy probablemente en cantera, y el acabado de los capiteles en centros intermedios dotados de grandes depósitos de mármol “stationes mar-morum”, desde los que exportarían piezas completamente terminadas .

66. Ésta está ampliamente documentada en Itálica, Villa Adriana, Ostia y Roma, vid. J.M. Bermúdez, “Las técnicas de reparación mediante encastre en los talleres adrianeos de Itálica. Los capiteles”, Romula, 8, 2009, pp. 145-178. Estos dos rasgos, trazos guía y tasselli, pueden documentarse sobre los ejemplares nº 2 y 3.

67. Mediante la sujeción de vástagos metálicos, que fijan los propios fragmentos fracturados.

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La clave de estos circuitos serían las stationes situadas en puntos neu-rálgicos de la red comercial marítima68 . En ellas trabajarían marmorarii agrupados en distintas officinae, pero con un sistema de trabajo común y normalizado . Ello explicaría algunas aparentes contradicciones, como la existencia de piezas idénticas realizadas en mármol de Luni y Proconeso y de marcas epigráficas en caracteres latinos y griegos69 .

68. En estas producciones especialmente las situadas en Roma, a las que creemos se vinculan. Sobre la importancia de estas stationes, en el comercio y distribución vid.: J. Ward-Perkins, “Tripolitania…”, pp. 89-104; P. Pensabene, “Considerazioni sul trasporto di manifatti marmorei in èta imperiale a Rome e in altri centre occidentali”, Dialoghi da Archeologia, 2-3.1972; id., “I marmi di Roma…”; Y. A. Marano, Il commercio del marmo nell’Adriatico tardo antico (IV-VI secolo d.C.). Scambi, maestranze, committenze. Tesi di dottorato. Universita’ Degli Studi di Padova. 2008, pp. 21 ss.; E.; Bianchi y R. Meneghini, “Il cantiere costruttivo del foro di Traiano”, RM 109, 2002, pp. 395-417, entre otros.

69. La presencia de marcas en caracteres latinos sobre mármoles griegos, ha sido explicada recurriendo al posible uso “officina” de la lengua latina en canteras griega (J. Ward-Perkins, “Tripolitania…”, p. 90).

 

TABLA I.   Catálogo de trazasNº  Reg./Sig  Conservación Líneas guía Tratamiento superficies Epigrafía Mármol   VA    plano inf  scamilus  frente  scamilus  inferior  localización  epígrafe   

CAPITELES CORINTIOS COMPLETOS:  VILLA ADRIANAVA1  pechile  completo e2 e1, e2, 9 ‐‐‐ pulido  pulido ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso 

VA2  acc, pilastras  completo e2 ‐‐‐ ‐‐‐ gradina  pulido ‐‐‐ ‐‐‐ luni VA3  palestra  semicompeto e2, 4 ‐‐‐ ‐‐‐ cincelado‐gradina pulido ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso VA4  termas H.C.  completo ‐‐‐ ‐‐‐ 9 ‐‐‐  ‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso 

CAPITELES CORINTIOS FRAGMENTOS DE ÁBACO CON TRAZOS GUÍA:  VILLA ADRIANAVA5  42831‐3469/b  frag. ángulo e1 ‐‐‐ ‐‐‐ gradina  liso frente del ábaco rhw  proconseo VA6  s/nº  frag. ángulo ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ erosionado erosionado frente del ábaco M N F luniVA7  3555‐44378  frag. ángulo e1 e1 ‐‐‐ liso  liso ‐‐‐ ‐‐‐ luni VA8  16868  frag. ángulo e1 ‐‐‐ ‐‐‐ gradina  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso? VA9  4118‐43864  frag. ángulo e1 8 9 gradina  liso ‐‐‐ ‐‐‐ luni? VA10  s/nº  frag. ángulo e1 / 5 ‐‐‐ ‐‐‐ liso  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso VA11  4182  frag. ángulo e1 e1 ‐‐‐ liso  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso VA12  5040‐42264  frag. ángulo e1 / 5 / 9 ‐‐‐ ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso VA13  61386  frag. ángulo e1 / 7 / 2/  8 8 ‐‐‐ liso  liso ‐‐‐ ‐‐‐ Luni VA14  43908  frag. ángulo e1 / 5 e1 / 6 ‐‐‐ liso gradina liso ‐‐‐ ‐‐‐ Luni VA15  42817‐3496/a  frag. ángulo e1 / 2 / 5 / 4 ‐‐‐ 9 liso  liso frente del ábaco rhw  Luni VA16  4195‐42080  frag. ángulo e1 ‐‐‐ ‐‐‐ gradina  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso VA17  s/nº  frag. ángulo e1 ‐‐‐ ‐‐‐ gradina  liso ‐‐‐ ‐‐‐ Luni VA18  4115‐43677  frag. ángulo e1 ‐‐‐ ‐‐‐ liso  liso ‐‐‐ ‐‐‐ Luni VA19  76872  frag. ángulo ‐‐‐ ‐‐‐ 9 liso  ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ Luni VA20  s/nº  mot. central e2 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐  liso  VA21  s/nº  frag. ángulo e1 ‐‐‐ ‐‐‐ liso  lso C I D Luni VA22  3488‐2057  mot. central e2 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐  liso  

CAPITELES CORINTIOS COMPLETOS:  ITÁLICAIT23  teatro  completo lín aux lín aux ‐‐‐ gradina  gradina ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso? 

CAPITELES CORINTIOS FRAGMENTOS DE ÁBACO CON TRAZOS GUÍA:  ITÁLICAIT24  s/nº  frag. ángulo e1 / 6 ‐‐‐‐. ‐‐‐ ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐ luni? IT25  F LII a12  frag. ángulo e 1 e1 /6 ‐‐‐ liso/gradina liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso IT26  1986/206/16  frag. ángulo e1/  3 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐ luni? IT27  1986/206/13  frag. ángulo e1 ‐‐‐. ‐‐‐ ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐ luni IT28  1986/206/9  frag. ángulo e1 /  2 ‐‐‐ 9 ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso IT29  1986/206/5  frag. ángulo eje auxiliar ‐‐‐ ‐‐‐ liso  liso frente del ábaco C I proconeso IT30  1986/296/4  frag. ángulo e1 / 5 ‐‐‐‐ 9? ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso IT31  S/nº  mot. central e2 ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐ proconeso IT32  1986/204/153  mot. central e2 ‐‐‐ ‐‐‐‐ ‐‐‐  liso ‐‐‐ ‐‐‐‐ luni IT33  L LII A16  mot. central ‐‐‐ ‐‐‐ ‐‐‐ liso  liso frente del ábaco M D proconeso 

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Conclusiones e hipótesis

Hemos comprobado que las trazas conservadas se ejecutaron con pos-terioridad a la talla del ábaco, que el alisado de las superficies se realizó para facilitar el trazado de éstas y que estamos ante un segundo replanteo (distinto al que sirvió para la talla de los volúmenes del ábaco) . Por lo tanto, se realizaron sobre piezas prefabricadas, en las que el ábaco estaba completamente tallado y no conservaría las trazas replanteo en la super-ficie inferior del ábaco (tal vez tampoco en el scamilus) . Por otra parte, hemos logrado discriminar dos funciones: la de redefinir los contornos definitivos del ábaco y la de trazado auxiliar para la talla de la decoración . Basándonos en estas conclusiones, podemos deducir el proceso completo de fabricación del siguiente modo:

1 . En una fase inicial se definirían los contornos del ábaco y se esbo-zarían los volúmenes del cálatos, suponemos que existió un replan-teo previo pero los trazos de éste serían eliminados por la propia talla del scamilus . El resultado de esta fase serían piezas prefabri-cadas con el ábaco ya tallado, por lo que su ejecución debió de realizarse, en el lugar de extracción .

2 . La segunda fase se ejecuta sobre estas piezas prefabricadas, en las que se definiría el contorno definitivo del ábaco, se determinaría la altura y el diámetro y se regularizarían la totalidad de las super-ficies . Esta fase requirió de un segundo replanteo y el alisado de las superficies de trazado, en este momento se realizaron la mayor parte de las líneas documentadas en el ábaco . Suponemos que esta fase no se realizaría en cantera, sino en stationes marmorum .

3 . En una tercera fase se acometería la talla de los elementos deco-rativos, lo que requirió el traslado de ejes desde los planos hori-zontales, para lograrlo se trazaron replanteos previos sobre ambas superficies (la del ábaco y la de la base) . Probablemente esta fase se ejecutaría en los mismos centros que la anterior, y su resultado final serían capiteles completamente terminados .

4 . Por último, hemos documentado la realización de retallados oca-sionales, para adaptar el ábaco a su ubicación definitiva (que re-quirieron de trazas auxiliares parciales), lógicamente realizados a “pie de obra” .

Este proceso implica la existencia, no sólo de patrones métricos, sino de un modelo de trazado conocido y aplicado en todas las fases de fa-bricación . Por tanto, planteamos que existió un diseño muy cercano al

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propuesto, el mismo sobre el que se trazan edificios tan emblemáticos como el Teatro Marítimo de Villa Adriana, y que responde a un “esquema tipo” codificado en la proyección arquitectónica adrianea.

Por último, planteamos que el método de replanteo analizado es un rasgo de un sistema de producción, basado elementos prefabricados y pro-porciones normalizadas . Sistema que podemos vincular otros rasgos, como las reparaciones mediante encastre, y muy posiblemente las marcas de can-tero70 . En este sistema sería clave la optimización de los costos y recursos, lo que implicaría una serie de condicionantes: un número limitado de cen-tros de extracción, una producción en serie, la normalización de las pro-porciones, y sobre todo la existencia grandes centros de almacenamiento y redistribución vinculados a las redes de transporte marítimo71 .

70. Las consistentes en tres caracteres latinos o griegos, situados sobre el ábaco, y que abreviarían nombres propios. Marcas que no se realizarían en cantera sino en los lugares de talla definitiva (J. Ward-Perkins, “Tripolitania and the Marble Trade”, The Journal of Roman Studies, 41, 1951, p. 94).

71. Hipótesis ya planteada por J. Ward-Perkins, “The Marble Trade…”, p. 327.

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Los nexos y relaciones entre Roma, Tibur y la Bética son anteriores a la época adrianea, pero es en esta época cuando alcanzan cohesión y fuer-za especiales. El aglutinante es el emperador Adriano, nacido en Roma aunque oriundo de la provincia Bética, cuya residencia privada fue la magní�ca Villa de Tibur. Poblada el área tiburtina de ricas mansiones y villas pertenecientes a la poderosa élite senatorial de origen hispa-no y bético, la conjunción de intereses y circunstancias entre Roma, Tibur y la Bética constituye un fenómeno de máximo interés para historiadores y para arqueólogos, al que se ha prestado atención en numerosas ocasiones, hitos memorables de la investigación algunas de ellas.

Renovar el panorama cientí�co y presentar algunas de las novedades y de los avances más recientes sobre el tema, tanto en el plano histórico como en el ar-queológico, es el objetivo de este nuevo libro. La proyección monumental de los tres escenarios contemplados es más que considerable y re�eja una vez más el poder de irradiación extraordinario que alcanzó Roma y la capacidad de absorción demostrada por los pueblos y territorios estrechamente ligados a ella, como es el caso de la provincia Bética.

Especialistas en los diversos temas planteados ofrecen nuevo enfoque y tratamiento a cuestiones candentes de la investiga-ción sobre temas adrianeos.

Rafael HidalgoPilar León

(Eds.)

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