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En este caso en particular, la información que ha sido recopilada sobre la temática de videoarte ha sido numerosa. Se ha invertido cuantioso tiempo en la búsqueda de artistas, colectivos, museos e institu- ciones difusoras de convocatorias a bienales, trienales, festivales, revistas, sitios Web, bibliografía, escuelas y cursos de New Media, animación, cine y videoar- te. Esta búsqueda y recopilación se inició posterior a la lectura de diversos artículos y tras varias revisiones bibliográficas (físicas y electrónicas) el panorama temá- tico gradualmente se va clarificando. En un principio se optó por averiguar especí- ficamente sobre la obra de algunos artis- tas que utilizan el video como forma de expresión fundamental, entre ellos están: Nam June Paik, Tony Oursler, Candice Breitz, Douglas Gordon, Antoni Muntadas, Bill Viola, como importantes exponentes del arte en video internacional. Sin embargo, el enfoque particular de este proyecto se orienta al videoarte Mexperimental, de Rita González y Jesse Lerner, La Era de la Discrepancia, obra bibliográfica de Cuauhtémoc Medina y Olivier Debroise, el trabajo de Erandy Vergara sobre arte digital y documenta- ción de artes electrónicas “La Pala” del proyecto de Mónica Mayer, sin dejar de lado el proyecto de la Dra. Laura Baigorri Video crítico en Latinoamérica y el Caribe Videoarde. Tras esta búsqueda es posible declarar que el panorama bibliográfico en México espera ávidamente a que artistas, profe- sores e investigadores no solo produzcan y expongan su obra, sino que también publiquen acerca del tema, años atrás Sarah Minter, una de las pioneras del video arte en México lo expuso con ante- rioridad “Las instituciones mexicanas han tardado en acoplarse al desarrollo de las disciplinas artísticas. Muchos críticos, curado- res, teóricos e investigadores en los sesenta ni siquiera lo voltearon a ver por que pensaron que era algo efímero. mexicano, por lo que hubo que averiguar en los sitios Web de las librerías de más prestigio en el país, y en las bases de datos de varias universidades, así como bibliografía especializada, con la perspec- tiva de ubicar dichos textos en nuestro país. La sorpresa fue encontrar un solo libro al respecto dedicado a la pionera del video arte mexicano, Pola Weiss del autor Dante Hernández., Existen otras publicaciones sobre videoar- te latinoamericano entre las que desta- can la revista española, Brumaria, 100 artistas latinoamericanos de Rosa Oliva- res y otras publicaciones que de manera aislada abordan el tema pero no de manera especializada. También se ha planeado la consulta de distintos catálo- gos de bienales de video, entre los que se destaca Transitio.mx o Festival Internacio- nal de las Artes electrónicas y Video hasta Por ello hay una gran laguna en nuestra histo- ria, falta seguimiento, documentación. No se cuenta aún con bibliografía que plantee el origen y desencadenamiento de esta discipli- na, lo que provoca que la ubicación del video arte se diluya” . Este último factor al parecer es tanto una ventaja y una desventaja al mismo tiempo, con certidumbre puedo afirmar que este tema no se encuentra suficientemente investigado y tampoco se han abordado múltiples líneas de investigación. Desven- taja por que hay que indagar y correlacio- nar la información obtenida a una “mayor profundidad” en todos los aspectos, lo que extiende el tiempo destinado a la investi- gación. Sin embargo no todo es aridez en el camino de la conformación de un marco teórico, existen documentos publicados en la Internet que han dado luz y conteni- do a la obra expectante, en donde se- “Las instituciones mexicanas han tardado en acoplarse al desarrollo de las disciplinas artísti- cas. Muchos críticos, curadores, teóricos e investigadores en los sesenta ni siquiera lo voltearon a ver por que pensaron que era algo efímero”.

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“Las instituciones mexicanas han tardado en acoplarse al desarrollo de las disciplinas artísti- cas. Muchos críticos, curadores, teóricos e investigadores en los sesenta ni siquiera lo voltearon a ver por que pensaron que era algo efímero”.

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En este caso en particular, la información que ha sido recopilada sobre la temática de videoarte ha sido numerosa. Se ha invertido cuantioso tiempo en la búsqueda de artistas, colectivos, museos e institu-ciones difusoras de convocatorias a bienales, trienales, festivales, revistas, sitios Web, bibliografía, escuelas y cursos de New Media, animación, cine y videoar-te. Esta búsqueda y recopilación se inició posterior a la lectura de diversos artículos y tras varias revisiones bibliográficas (físicas y electrónicas) el panorama temá-tico gradualmente se va clarificando. En un principio se optó por averiguar especí-ficamente sobre la obra de algunos artis-tas que utilizan el video como forma de expresión fundamental, entre ellos están: Nam June Paik, Tony Oursler, Candice Breitz, Douglas Gordon, Antoni Muntadas, Bill Viola, como importantes exponentes del arte en video internacional.Sin embargo, el enfoque particular de este proyecto se orienta al videoarte

Mexperimental, de Rita González y Jesse Lerner, La Era de la Discrepancia, obra bibliográfica de Cuauhtémoc Medina y Olivier Debroise, el trabajo de Erandy Vergara sobre arte digital y documenta-ción de artes electrónicas “La Pala” del proyecto de Mónica Mayer, sin dejar de lado el proyecto de la Dra. Laura Baigorri Video crítico en Latinoamérica y el Caribe Videoarde.Tras esta búsqueda es posible declarar que el panorama bibliográfico en México espera ávidamente a que artistas, profe-sores e investigadores no solo produzcan y expongan su obra, sino que también publiquen acerca del tema, años atrás Sarah Minter, una de las pioneras del video arte en México lo expuso con ante-rioridad “Las instituciones mexicanas han tardado en acoplarse al desarrollo de las disciplinas artísticas. Muchos críticos, curado-res, teóricos e investigadores en los sesenta ni siquiera lo voltearon a ver por que pensaron que era algo efímero.

mexicano, por lo que hubo que averiguar en los sitios Web de las librerías de más prestigio en el país, y en las bases de datos de varias universidades, así como bibliografía especializada, con la perspec-tiva de ubicar dichos textos en nuestro país. La sorpresa fue encontrar un solo libro al respecto dedicado a la pionera del video arte mexicano, Pola Weiss del autor Dante Hernández.,

Existen otras publicaciones sobre videoar-te latinoamericano entre las que desta-can la revista española, Brumaria, 100 artistas latinoamericanos de Rosa Oliva-res y otras publicaciones que de manera aislada abordan el tema pero no de manera especializada. También se ha planeado la consulta de distintos catálo-gos de bienales de video, entre los que se destaca Transitio.mx o Festival Internacio-nal de las Artes electrónicas y Video hasta

Por ello hay una gran laguna en nuestra histo-ria, falta seguimiento, documentación. No se cuenta aún con bibliografía que plantee el origen y desencadenamiento de esta discipli-na, lo que provoca que la ubicación del video arte se diluya” . Este último factor al parecer es tanto una ventaja y una desventaja al mismo tiempo, con certidumbre puedo afirmar que este tema no se encuentra suficientemente investigado y tampoco se han abordado múltiples líneas de investigación. Desven-taja por que hay que indagar y correlacio-nar la información obtenida a una “mayor profundidad” en todos los aspectos, lo que extiende el tiempo destinado a la investi-gación.Sin embargo no todo es aridez en el camino de la conformación de un marco teórico, existen documentos publicados en la Internet que han dado luz y conteni-do a la obra expectante, en donde se-

“Las instituciones mexicanas han tardado en acoplarse al desarrollo de las disciplinas artísti-cas. Muchos críticos, curadores, teóricos e investigadores en los sesenta ni siquiera lo voltearon a ver por que pensaron que era algo efímero”.