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1 Cuestiones Metodológicas en una Investigación sobre la Pobreza Multidimensional en America Latina 1 Walter Sosa-Escudero 2 Universidad de San Andrés y CONICET Marzo de 2011 1. Introducción Desde la perspectiva de quienes se inician en la investigación, y están acostumbrados a ser evaluados a través de exámenes, (muy posiblemente, la mayoría de los estudiantes avanzados de ciencias sociales), investigar puede sonar como algo simple y posiblemente engañoso. La práctica clásica del examen consiste en responder una pregunta, en un contexto específico proporcionado por el docente o por el propio desarrollo de la asignatura. Es más, la evaluación acerca de si es pertinente o no la respuesta recae sobre el docente. Por el contrario, la actividad central de la investigación consiste en formular una pregunta y proveer una respuesta adecuada, en un contexto sobre el cual el investigador tiene control, y en un marco interactivo, en donde las preguntas y respuestas son evaluadas y reformuladas. Relegada a su mecánica elemental, y 1 Trabajo elaborado para la 4ta edición del libro “La Trastienda de la Investigación”, compilado por Catalina Wainerman y Ruth Sautu. Agradezco a Catalina Wainerman, Betina Duarte, Mariana Chudnovsky, Marina Navarro y Martin Cicowiez por sus comentarios. Los errores y omisiones son de mi exclusiva responsabilidad. Contacto: Walter Sosa-Escudero, Universidad de San Andrés, Vito Dumas 284 (B1644BID), Buenos Aires–Argentina. Ph :(54-11)-4725-7020. [email protected]. 2 PhD en Economía, Universidad de Illinois. Profesor Asociado de la Universidad de San Andrés. Investigador Independiente del CONICET. Profesor Titular de Econometría en la Universidad Nacional de La Plata.

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Cuestiones Metodológicas en una Investigación sobre la

Pobreza Multidimensional en America Latina1

Walter Sosa-Escudero2

Universidad de San Andrés y CONICET

Marzo de 2011

1. Introducción

Desde la perspectiva de quienes se inician en la investigación, y están

acostumbrados a ser evaluados a través de exámenes, (muy posiblemente, la

mayoría de los estudiantes avanzados de ciencias sociales), investigar puede

sonar como algo simple y posiblemente engañoso. La práctica clásica del examen

consiste en responder una pregunta, en un contexto específico proporcionado por

el docente o por el propio desarrollo de la asignatura. Es más, la evaluación

acerca de si es pertinente o no la respuesta recae sobre el docente. Por el

contrario, la actividad central de la investigación consiste en formular una

pregunta y proveer una respuesta adecuada, en un contexto sobre el cual el

investigador tiene control, y en un marco interactivo, en donde las preguntas y

respuestas son evaluadas y reformuladas. Relegada a su mecánica elemental, y

1 Trabajo elaborado para la 4ta edición del libro “La Trastienda de la Investigación”, compilado por Catalina Wainerman y Ruth Sautu. Agradezco a Catalina Wainerman, Betina Duarte, Mariana Chudnovsky, Marina Navarro y Martin Cicowiez por sus comentarios. Los errores y omisiones son de mi exclusiva responsabilidad. Contacto: Walter Sosa-Escudero, Universidad de San Andrés, Vito Dumas 284 (B1644BID), Buenos Aires–Argentina. Ph :(54-11)-4725-7020. [email protected]. 2 PhD en Economía, Universidad de Illinois. Profesor Asociado de la Universidad de San Andrés. Investigador Independiente del CONICET. Profesor Titular de Econometría en la Universidad Nacional de La Plata.

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despojada de su esencia, la investigación es un examen en donde uno mismo

formula la pregunta, la responde, la evalúa, decide su calificación y tiene derecho

a reiniciar el proceso, si lo considerase apropiado.

Esta visión, claramente caricaturesca, deja de lado un aspecto esencial de

la investigación. La pregunta en cuestión, y las acciones que se derivan de ella,

suceden en un marco de relevancia. La investigación tiene lugar dentro de una

comunidad científica, a la cual el investigador pertenece, y con la cual interactúa.

Es este proceso dinámico el que determina la relevancia y la pertinencia de las

preguntas y las respuestas.

Este libro respalda la tesis de que si bien el proceso de investigación tiene

componentes codificables, que pueden ser aprendidos sistemáticamente (ya sea,

tomando cursos, leyendo libros, etc.), una parte fundamental del mismo descansa

en una serie de habilidades y prácticas de compleja sistematización, que son

adquiridas indefectiblemente durante dicho proceso. Es decir, una buena parte

del aprendizaje de la investigación ocurre investigando.

Las dificultades para estandarizar este segundo grupo de habilidades se

relacionan con la complejidad y la multiplicidad de acciones que son esenciales

en una investigación. Claramente, esta demanda todas las habilidades

intelectuales que son propias de los exámenes. Así y todo, y para sorpresa de los

iniciados, conducir a buen puerto una investigación relevante requiere una gran

capacidad de gestión de recursos (tecnológicos, financieros, humanos),

habilidades interpersonales, capacidad estratégica y de administración de

riesgos, probada capacidad de comunicación (oral y escrita), además de un

espíritu creativo y audaz; todas características que parecen adecuarse más a la

búsqueda de un gerente de empresa que a la de un científico social. Es la

interacción entre éstas habilidades y las puramente intelectuales lo que da lugar a

un conjunto de prácticas de difícil, sino imposible, codificación, y que todos los

investigadores hemos aprendido sobre la marcha.

El propósito de este capítulo consiste en ilustrar estas complejidades, en el

contexto de una investigación sobre bienestar multidimensional, enfatizando

cómo las habilidades puramente intelectuales interactúan con otras operativas,

pero de igual relevancia al momento de plantear una investigación exitosa.

Elegimos evitar un relato cronológico, priorizando, por el contrario, una

visita a la trastienda de la investigación ordenada a través de los distintos

aspectos y habilidades involucrados en la dinámica del proyecto bajo análisis. En

este marco, el capitulo se ordena de la siguiente forma. La sección dos revisa el

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contexto que dio origen al estudio en cuestión, sus principales objetivos, logros y

productos científicos. La sección tres es la visita a la trastienda. Se describe en

primer lugar el stock de recursos (de conocimientos previos, humanos,

institucionales, etc.) existentes antes de empezar esta investigación. Luego se

discuten una serie de ideas y teorías que fueron utilizadas como marco

conceptual para la investigación, y cómo fue la toma de decisiones en torno a las

mismas. El proceso de establecer qué se investiga, qué no, y cómo, es complejo,

y ocupa un lugar central en este apartado. Al tratarse de una investigación

empírica, el manejo de datos y los métodos estadísticos tienen particular

relevancia, y son descriptos con detalle. También se ahonda en el proceso de

conformación de un equipo, en la división de roles, en la existencia, tácita o no,

de una estructura jerárquica interna, y en el manejo de las relaciones entre las

instituciones involucradas en el proceso. Finalmente, se describe la estrategia de

difusión de los resultados obtenidos. La sección 4 ofrece algunas reflexiones

generales sobre este proceso, que se espera sean extrapolables a cualquier

investigación empírica en ciencias sociales.

2. Contexto, objetivos, resultados, y producción científica.

La investigación que utilizaremos para los objetivos de este trabajo, consistió en

un análisis empírico de la pobreza multidimensional en América Latina y el

Caribe. Si bien focalizaremos en el proceso de elaboración de la misma, resulta

inevitable discutir, aunque más no sea brevemente, algunos resultados.

Ciertamente, una revisión detallada de los mismos nos aleja de los objetivos de

este capítulo, por lo que referiremos a los artículos derivados de esta

investigación, para mayor detalle.

En economía, y en varias disciplinas sociales, la mayoría de los estudios

empíricos sobre pobreza se basan en una caracterización extremadamente simple

de la misma, usualmente basada en la carencia de ingresos3. En su concepción

más simplificada, se entiende como pobre a un hogar o persona con ingresos por

debajo de cierto umbral, usualmente llamado “línea de pobreza”. Claramente,

esta (sobre) simplificación obedece a cuestiones puramente pragmáticas. Mas allá

de las conocidas dificultades que tienen las encuestas en captar adecuadamente

los ingresos de las personas (ver Gasparini, Sosa Escudero y Cicowiez (2010, Cap

3), los mismos se prestan a comparaciones simples y consistentes, tanto

3 Ver Gasparini, et al. (2010) para una discusión detallada de estos conceptos.

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geográficas como temporales. La posibilidad de reemplazar el ingreso por

alguna otra variable conceptualmente más adecuada para la medición del

bienestar (como el consumo), se choca inmediatamente con un sinfín de

problemas técnicos y operativos, lo cual explica la enorme popularidad del

ingreso como proxy del bienestar.

Más allá de estas dificultades, existen preocupaciones conceptuales en

relación al uso del ingreso con el fin de cuantificar el bienestar, y eventualmente,

la pobreza. Una de ellas se relaciona con que aceptar que el ingreso puede captar

adecuadamente el bienestar, implica creer que este último es unidimensional, es

decir, que puede ser medido en base a una única variable o coordenada. En las

última décadas, y debido a la enorme influencia de los trabajos de Amartya Sen

(Sen, 1984), se ha instalado la percepción de que el precio a pagar por el

pragmatismo, en lo que se refiere a la medición del bienestar en base al ingreso,

es muy grande, a la luz de la naturaleza esencialmente multidimensional del

mismo y de la pobreza. Consecuentemente, en los últimos años, el análisis

empírico de la pobreza enfrenta un delicado trade-off. Por un lado, la necesidad

de estudiar distintos aspectos de la pobreza (dinámicos, regionales, etc.), requiere

mediciones comparables, fácilmente reproducibles, y disponibles para varios

períodos y regiones, lo que favorece, naturalmente, el uso del ingreso. Por el otro,

el peso de la complejidad del problema de la pobreza, y la urgencia de sus

consecuencias, reclama concepciones empíricas más sofisticadas, que reconozcan

explícitamente su naturaleza multidimensional. Ver Kakwani y Silber (2008a y

2008b) para una recopilación reciente de artículos sobre el tema.

Son muchos los escollos operativos que enfrenta el estudio empírico del

bienestar multidimensional, y es correcto afirmar que son la principal dificultad a

sortear en cualquier investigación sobre el tema. Más concretamente, una

aproximación multidimensional requiere disponer de una gran cantidad de datos

para varias variables (incluyendo, naturalmente, al ingreso) que permitan captar,

en conjunto, la complejidad del bienestar. La necesidad de medir evoluciones

temporales, requiere disponer de estas mismas variables para varios períodos, y

cualquier ejercicio comparativo requiere lo mismo para distintas regiones. Este

problema se agiganta a la luz de los resultados de una parte sustancial de la

literatura reciente, que sugiere, enfáticamente, la necesidad de contar con datos

para variables que capten los aspectos subjetivos del bienestar, es decir, aquellos

que surgen de las percepciones que las personas tienen del mismo. Ravallion y

Lokshin (2002) es una referencia relevante sobre este punto.

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Al momento de comenzar la investigación en cuestión, los estudios de

pobreza multidimensional eran escasos y episódicos, referidos a regiones o

períodos muy concretos, o en base a nociones muy restringidas de

multidimensionalidad. Eran, y todavía lo son, muy pocas las encuestas oficiales

de hogares que incorporan sistemáticamente información relevante para el

análisis multidimensional, tales como preguntas sobre posesión de activos o

cuestiones subjetivas.

La investigación bajo análisis en este capítulo utiliza la encuesta Gallup,

que contiene una gran cantidad de información socioeconómica sobre 132 países,

brindando una oportunidad única para el análisis comparativo del bienestar

multidimensional. Consecuentemente, el principal objetivo de la investigación

consistió en estimar los niveles y patrones de pobreza multidimensional, para

América Latina y el Caribe, en base a una metodología clara, reproducible y

comparable.

Si bien de uso popular en varios ámbitos, el uso sistemático de la Encuesta

Gallup a fines de investigaciones científicas era muy escaso, Deaton (2007) era, a

la fecha de inicio del proyecto en cuestión, una notable excepción. En

consecuencia, un aspecto central de esta investigación consistió en validar y

sistematizar dicha encuesta, a fines de garantizar su adecuación para los

objetivos de nuestro trabajo, y para la investigación científica en general.

Un breve catálogo de preguntas iniciales que esta investigación enfrentó,

es el siguiente:

1. ¿Cuan confiable es la Encuesta Gallup para su uso en una investigación

empírica?

2. ¿Cuan confiable es la información de ingresos contenida en la Encuesta

Gallup?

3. ¿Cuáles son las dimensiones relevantes del bienestar y cómo medirlas?

4. ¿Cómo se construyen índices de pobreza para las distintas dimensiones y

como se comparan los resultados obtenidos con los que se basan solo en

el ingreso?

5. ¿Son realmente multidimensionales el bienestar y la pobreza?

6. En caso afirmativo ¿Cuántas dimensiones de bienestar existen?

7. ¿Cuan dispares son los resultados multidimensionales en comparación

con los basados solo en el ingreso?

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8. ¿Cuan erradas son las “líneas de pobreza” estándar como herramienta

para captar a los pobres multidimensionales?

Un muy sucinto resumen de los hallazgos de esta investigación, es el

siguiente. Naturalmente, existen diferencias entre la información contenida en la

Encuesta Gallup y en las encuestas de hogares oficiales de los distintos países.

Asì y todo, las mismas no son dramáticas, y se reducen significativamente si

algunos casos atípicos son adecuadamente tratados. Llamativamente, esta

conclusión se extiende al ingreso, aún teniendo en cuenta la pobre calidad de los

datos de dicha variable en la Encuesta Gallup. De hecho, en términos de la

pobreza estimada en base a ingresos, los rankings de países son muy similares en

base a ambas fuentes. El estudio encuentra evidencia concluyente de la

naturaleza multidimensional del bienestar. Una primera aproximación toma

como dadas a las dimensiones del mismo, y construye indicadores para pobreza

objetiva monetaria (ingreso), objetiva no monetaria (acceso a servicios básicos,

posesión de ciertos activos como computadora, teléfono, etc.) y subjetiva (en base

a percepciones del bienestar, por ejemplo, preguntas del tipo “¿considera Ud que

es pobre?). Una segunda aproximación se pregunta, en forma endógena, si

realmente existen varias dimensiones de bienestar (ver Caruso, Sosa Escudero y

Svarc (2010) para esta aproximación) y explota a los propios datos a fines de

construir dimensiones de bienestar. En base a métodos de variables latentes

(análisis de factores), se concluye que existen tres dimensiones, de interpretación

similar a las propuestas en forma exógena, concluyendo que el bienestar es

efectivamente multidimensional. Interesantemente, una de estas dimensiones, y

de particular importancia, resulta ser adecuadamente captada por el ingreso.

Consecuentemente, los resultados sugieren que si bien relevante en la

determinación del bienestar, el ingreso no es suficiente para proveer una

caracterización adecuada del mismo. Otro resultado importante es que las líneas

de pobreza estándar, como la ampliamente utilizada de un dólar por día, pueden

proveer clasificaciones razonables de pobres en otras dimensiones más allá del

ingreso, como, por ejemplo, en base a no contar con medios para comprar

alimentos.

Como se discutirá con detalle en la próxima sección, una parte relevante

del proceso de investigación consistió en definir cuales eran los “productos”

científicos que se derivarían de la misma. Como es de esperar, son varios los

trabajos que surgen de esta investigación, algunos de ellos, todavía en

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elaboración al momento de escribir este capítulo. Los principales son Gasparini,

Marchionni, Olivieri y Sosa Escudero (2008, 2009a,2009b), Gasparini y Gluzmann

(2009) y Caruso, Sosa Escudero y Svarc (2010).

3. La trastienda

3.1 Contexto y oportunidades

En un sentido amplio, ninguna investigación tiene un comienzo concreto. Por el

contrario, existen una serie de circunstancias, conocimientos y habilidades

previas, que hacen más proclive que ciertas ideas florezcan en determinados

ámbitos que en otros. De ahí que para un investigador, o centro de investigación,

resulte más apropiado hablar de líneas de investigación, entendidas como un stock

de intereses, conocimientos y habilidades en el marco del cual se desarrollan

proyectos específicos.

En el caso de la investigación bajo análisis, este marco esta dado por el

Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la

Universidad Nacional de La Plata, el cual alberga a varios investigadores de

dicha universidad, así como a invitados de otras instituciones, como el autor de

este artículo, con afiliación principal en la Universidad de San Andrés.

Desde su creación en 2002, una de las principales actividades del CEDLAS

consistió en sistematizar y ordenar la información de base para el análisis

distributivo, a fines de facilitar la elaboración de estudios dinámicos y

comparativos para América Latina y el Caribe. Esta ciclópea tarea4 conlleva

compatibilizar los microdatos de las encuestas de hogares de todos los países de

la región, para varios períodos, entender sus particularidades, y enfrentar un

sinfín de dificultades conceptuales, administrativas, estadísticas y

computacionales. Uno de los principales productos es la base de datos SEDLAC

(Socio Economic Data Base for Latin America and the Caribeean), elaborada en

conjunto por el CEDLAS y el Banco Mundial. La misma contiene información

comparable y sistemática, detalladamente documentada, sobre aspectos

demográficos, antropométricos, de educación, empleo, ingresos, gastos, salud,

4 Ciclópeo (fig): gigantesco, excesivo o muy sobresaliente. Un cálculo simple y conservador es el siguiente. A fines de la construcción de la base SEDLAC se procesaron 254 encuestas de hogares, que cubren 24 países para el periodo 1990-2010. En promedio las encuestas tienen 95.133 individuos, con aproximadamente 50 variables por encuesta, lo cual arroja un total de 1.208.189.100 datos. Fuente: comunicación personal con Martín Cicowiez, vicedirector del CEDLAS.

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programa sociales, y de migración, entre varios otros. (CEDLAS y Banco

Mundial, 2010).

El segundo aspecto contextual a resaltar, es el voluminoso stock de

trabajos elaborados en el marco del CEDLAS, quizás el más importante en

America Latina (y posiblemente, en el mundo) en los temas de sus especialidad5.

Finalmente, el tercer aspecto, y quizás el de mayor importancia, se refiere

a la composición de su equipo de investigación. El análisis empírico de las

cuestiones distributivas requiere iguales dosis de madurez conceptual (sobre

todo, a la luz de las difíciles cuestiones filosóficas involucradas en la misma

noción de bienestar), experiencia empírica en bases de datos voluminosas, así

como manejo de herramental estadístico y computacional sofisticado. La

estructura de investigadores del CEDLAS posee expertos en cada una de estas

áreas, así como generalistas que pueden actuar en varias de las dimensiones

involucradas. En dicho marco, resulta simple diseñar equipos de investigación

para proyectos concretos. En la subsección sobre recursos humanos, discutiremos

con mayor detalle algunos aspectos relacionados con esta dimensión.

La investigación sobre pobreza multidimensional surge de un llamado a

concurso de proyectos sobre el tema, convocado por el Banco InterAmericano de

Desarrollo, el cual fue ganado por CEDLAS a través de un concurso abierto de

propuestas. Como se discutiese en la sección anterior, la investigación tenía un

doble objetivo. Por un lado, explorar distintos aspectos de la naturaleza

multidimensional del bienestar y la pobreza. Por el otro, examinar la base de

datos Gallup a fines de validar su utilidad para fines de investigaciones

científicas. La situación del CEDLAS era ideal para esta tarea, a la luz de la

autoridad y competencia de sus investigadores, de su profusa experiencia previa

y, fundamentalmente, del inmediato acceso a fuentes de datos alternativas que

permitiesen una comparación rigurosa con la Encuesta Gallup.

3.2 Recursos humanos

El equipo de investigación se conformó con investigadores del CEDLAS y de la

Universidad de San Andrés. Ambas instituciones comparten varias tareas

docentes y de investigación en cuestiones sociales. El grupo estuvo coordinado

por Leonardo Gasparini (fundador y director del CEDLAS), experto en

cuestiones distributivas y con abundante experiencia en cuestiones conceptuales

5 La pagina web del CEDLAS se encuentra en www.cedlas.econo.unlp.edu.ar

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y técnicas del estudio del bienestar en America Latina y el Caribe. Como

investigadores senior participaron Sergio Olivieri, Mariana Marchionni y el autor

de este artículo. Andres Ham, Adriana Conconi, Pablo Gluzmann y German

Caruso, colaboraron como asistentes de investigación en distintas tareas y etapas.

Resulta relevante indagar en las habilidades específicas del equipo,

disponibles antes de comenzar este estudio. El coordinador, Gasparini, sería el

“experto generalista”, a la luz de su dilatada trayectoria, y quien tendría la visión

más general del problema en cuestión. Marchionni y el autor de este capítulo

aportarían su vasta experiencia en econometría, ya que la tarea en cuestión

involucraría el uso de varias técnicas sofisticadas. Sergio Olivieri aportaría su

amplio conocimiento en el manejo de encuestas oficiales.

La estructura de asistentes se eligió en base a su experiencia previa, e

intereses. Andres Ham y Adriana Conconi habían colaborado en un proyecto de

pobreza multidimensional e invertido en algunos ejercicios previos y,

fundamentalmente, habían tomado contacto con la literatura previa. Pablo

Gluzmann tenía considerable experiencia en el manejo de datos de ingresos, una

variable clave para esta investigación. German Caruso había completado una

sólida formación en econometría, en particular en métodos multivariados, sobre

los cuales se basaría una parte importante de la investigación. Todos ellos eran, al

momento de comenzar el proyecto, alumnos de maestría (Ham, Conconi y

Gluzmann en La Plata, Caruso, en San Andrés) y se encontraban en la etapa de

iniciar sus trabajos de tesis. Todos los ayudantes tenían una sólida formación en

econometría a nivel de posgrado, en cuestiones distributivas (a nivel tanto

conceptual como empírico), así como un avanzado grado de experiencia en

cuestiones computacionales, en particular, en el manejo de Stata, la herramienta

computacional a utilizar. Resulta interesante remarcar que todos ellos fueron, en

algún momento, alumnos de los investigadores senior.

Un producto no menor de esta investigación, y quizás uno de los más

gratificantes, es que todos los asistentes de este proyecto, escribieron sus tesis de

maestría abordando problemas que surgieron en el marco de esta investigación.

Más aún, en etapas posteriores todos han participado como co-autores en

algunos de los proyectos que se derivaron de esta investigación, logrando dar el

difícil paso de asistentes a investigadores.

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3.3 Ideas y teorías

La explicitación de una suerte de marco teórico para esta investigación resultó

una tarea complicada. Conceptualmente, el enfoque de capabilities de Sen (1984.),

proporcionaba un marco convincente, si bien un tanto abstracto para la

naturaleza esencialmente empírica de nuestra investigación. De hecho, una de las

principales dificultades que tiene esta literatura es, justamente, encontrar

correlatos empíricos concretos que permitan evaluar y cuantificar la

multidimensionalidad del bienestar y, eventualmente, de la pobreza.

Una extensa revisión de la literatura nos enfrentó al siguiente panorama.

Por un lado, una parte importante de la literatura intentaba definir de antemano

y en forma conceptual cuales eran estas capabilities, y posteriormente realizar

algún tipo de esfuerzo en medirlas (Alkire (2008), por ejemplo). Por el otro, una

parte, más incipiente, pero relevante, de la literatura, intentaba resolver este

problema en forma endógena, es decir, partir de un conjunto relativamente grande

de variables o medidas de bienestar y permitir que los propios datos definiesen

cuales son las dimensiones relevantes. Mas concretamente, este segundo enfoque

(Ferro Luzzi et al., 2008)) consiste en intentar resumir una gran base de datos en

unos pocos indicadores que representasen el bienestar.

Un problema adicional, quizás más complejo, se refiere a cómo definir y

encontrar pobres, a la luz de la naturaleza multidimensional del bienestar. Aquí

la literatura es más compleja y quizás haya menos consenso al respecto. Existían

dos aproximaciones. Por un lado, luego de definir las distintas dimensiones del

bienestar, una rama de la literatura intenta definir nociones de pobreza para cada

una de las dimensiones, y posteriormente computar una suerte de indicador

agregado en base a sopesar todas las dimensiones (Alkire, 2008).

Alternativamente, alguna literatura mas incipiente intentaba trabajar

directamente con el status de pobre, mirando todas las dimensiones de bienestar,

pero sin producir una conceptualizacion de pobre para cada una de las

dimensiones (Ferro Luzzi et al. (2008), Caruso et al. (2010)).

Un hecho interesante es el siguiente. Al momento de la elaboración de la

propuesta, sabíamos de la inminente aparición de un libro de artículos,

compilado por las máximas autoridades en el tema (Kakwani y Silber, 2008a). Si

bien (Internet mediante) conocíamos una buena parte de las versiones

preliminares de los capítulos de este libro, percibíamos que la versión final del

mismo nos obligaría a redefinir algunos objetivos, a la luz de algún consenso que

del mismo se derive. Interesantemente, la versión final de este texto aparece a los

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pocos meses de iniciada esta investigación y, lamentablemente para el estado de

las artes, y afortunadamente para nosotros, encontramos que el contenido del

mismo reproduce la falta de consenso empírico y conceptual, lo cual nos daba

algo de libertad para fijar nuestro propio punto de vista conceptual, sin tener que

justificar alejarse de un estándar, todavía inexistente.

Consecuentemente, el enfoque teórico es, claramente, el de capabilities de

Sen, si bien empíricamente hemos intentado tomarnos varias libertades, a la luz

de la falta de consenso empírico.

3.4 Decisiones estratégicas

El principio de relevancia, discutido en la Introducción, implica que una parte

sustancial de una investigación seria enfrenta al investigador a una incomoda

situación: se investiga sobre lo que no se sabe. Consecuentemente, la

planificación de acciones propias de una investigación relevante ocurre en un

marco de alta incertidumbre, en donde las expectativas iniciales son revisitadas a

medida que la investigación transcurre, lo cual implica un ejercicio constante de

replanificación. Una parte importante de este proceso iterativo consiste en acotar

y redefinir el alcance de la investigación, a la luz de los avances y las dificultades

encontradas en el desarrollo de la misma. Quizás la dificultad más grande que

enfrentan los que se inician en la investigación científica, sea justamente esta: no

saber como negociar el hecho de que ciertas ideas, cuya existencia y relevancia se

afianza durante el proceso de investigación, pertenecen a un proyecto en

particular, y otras, a la luz de su propio volumen, quizás convenga postergarlas

para otra etapa. Un error muy común de los estudiantes doctorales consiste en

percibir que sus tesis (su primera investigación a gran escala) constituyen la

última y única investigación, cuando solo se trata de la primera.

En el caso de este estudio, desde un principio se percibió que no existían

consensos claros en cuanto a cómo abordar el problema del bienestar y la

pobreza multidimensionales, ni desde un punto de vista teórico, ni empírico. La

sección anterior sugiere que el marco teórico heredado, si bien claro acerca de la

conveniencia de reconocer la multidimensionalidad del bienestar, no contiene

premisas metodológicas claras, ni hipótesis lo suficientemente específicas que

sirviesen como guía especifica para diseñar y plantear una investigación

empírica. Adicionalmente, el uso y la validación de la Encuesta Gallup eran de

por si un evento innovador. Consecuentemente, se decidió priorizar un enfoque

mayormente exploratorio y descriptivo, en base a herramientas estándar, que

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permitiese tomar un primer contacto con una nueva base empírica, y que

explorase en forma abarcativa el bagaje conceptual heredado, asi como abordar

algunas preguntas como las descriptas en la sección 2.

El primer escollo metodológico fue el contacto con la Encuesta Gallup. El

primer encuentro con una base de datos voluminosa y poco explorada (por lo

menos para los fines de nuestra investigación) es siempre motivo de gran

incertidumbre. Que los datos existan y que estén disponibles, es una afirmación

que tiene sentido solo en el contexto especifico de los propósitos de una

investigación. Mas claramente, la única chance de poder aprender de los datos se

basa en que exista variabilidad suficiente en los mismos, como para que los

métodos estadísticos puedan operar en forma confiable, que esa variabilidad sea

funcional a las premisas teóricas que dan respaldo a la investigación, y que

pueda garantizarse un mínimo de calidad. En definitiva, de la calidad y utilidad

de los datos, solo se aprende al momento de utilizarlos a los fines de la

investigación de interés. Este es otro grueso error de principiantes: pensar que los

datos existen por el mero hecho administrativo o computacional de que se

encuentran físicamente en alguna parte. A modo de ejemplo, y en relación a las

ciencias experimentales, a fines de medir el efecto que tiene una droga sobre la

temperatura corporal, una enorme base de datos que registra dichas variables es

de limitada utilidad si, por ejemplo, la variabilidad en las dosis es muy limitada

(completamente inútil, si a todas las personas se les asigna la misma cantidad de

droga), si las dosis no fueron asignadas en forma exógena (lo cual elimina la

posibilidad de medir efectos causales), si existen copiosas cantidades de datos

faltantes y en alguna forma sistemática, o si las temperaturas corporales se basan

en instrumentos de medición muy imprecisos. La validación de los datos dentro

del contexto de la investigación es un paso crucial en una investigación empírica,

los datos no existen sino a partir del momento en el cual los mismos son puestos

a trabajar (exitosamente) a los fines de la investigación.

Preveíamos que esta etapa era crucial. Ex ante no podíamos garantizar la

calidad de la información, lo cual podría atentar seriamente contra los objetivos

de la investigación. En consecuencia, todas las primeras energías del proyecto se

abocaron al ejercicio de validar, administrativa, conceptual y estadísticamente, la

encuesta. Como se mencionase anteriormente, esto implicó un esfuerzo

considerable, ya que la tarea consistió en cotejar resultados con fuentes ya

exploradas o validadas, como las encuestas oficiales de hogares.

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Los primeros resultados fueron promisorios: si bien existían notorias

disparidades, la Encuesta Gallup parecía contener información sistemática, y en

varias dimensiones relevantes, similar a la sugerida por las encuestas de hogares.

Mas concretamente (ver Gasparini et. al (2008) para mas detalles), se

construyeron perfiles de pobreza en base los datos de la Encuesta Gallup y en

base a las encuestas de los organismos oficiales. Esta es una considerable tarea ya

que implica compatibilizar los micro-datos de las encuestas de todos los países

involucrados en el análisis. Los resultados fueron sorprendentes, en el sentido de

que más allá de algunas diferencias esperables, los perfiles de pobreza

construidos con ambas fuentes eran similares. Más aún, los rankings de países

para varias variables son sorprendentemente similares cuando algunos casos

particulares son debidamente tratados. Si bien no era objeto de la investigación,

se complementó el análisis comparando los patrones de desigualdad, y en forma

adicional, se realizó una exhaustiva comparación de los ingresos en ambas

fuentes. Es importante remarcar que este ejercicio de validación establece

resultados a un nivel de agregación relativamente alto (a nivel país) lo cual

sugiere cierta cautela al trabajar con niveles menores de agregación.

De por si, el ejercicio de contraste y validación de la Encuesta Gallup con

las encuestas oficiales era una contribución importante. De hecho, tan relevante

es este resultado, que se decidió que la comparación de ingresos entre fuentes era

en sí misma una idea concreta y voluminosa, que fue relegada como subproducto

de esta investigación y estudiada en forma aparte y posterior. Gasparini y

Gluzmann (2009) realizan una exhaustiva comparación de ingresos entre ambas

fuentes. Sirva este ejemplo como ilustración clara del proceso de replanificación

antes mencionado. En algún momento hubo que decidir si una comparación

detallada de los ingresos entre ambas fuentes pertenecía a la investigación bajo

análisis, o si ella misma podía constituirse en una nueva investigación. A la luz

de los objetivos y plazos disponibles, se decidió lo segundo.

Habiendo validado satisfactoriamente la encuesta Gallup, el equipo de

trabajo se dividió en tres, con tareas distintas, si bien complementarias. Gasparini

y Gluzmann se concentraron el problema de la pobreza monetaria, que se basa

fundamentalmente en el ingreso. Marchionni y Olivieri (con Andres Ham y

Adriana Conconi), focalizaron en la dimensión objetiva y no-monetaria de

bienestar (similar al principio de “necesidades básicas insatisfechas”) y junto a

German Caruso abordamos la dimensión subjetiva. Posteriormente, se enfrento

el problema de explorar endógenamente la dimensionalidad del bienestar (para

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14

lo cual se trabajo con toda la base de datos) y, finalmente, se construyeron

perfiles de pobreza multidimensional.

En términos más abstractos, esta investigación comienza con un

“insumo”, provisto por la Encuesta Gallup, cuya calidad y utilidad tuvo que ser

verificada durante el proceso de investigación, lo cual implicó que todo el equipo

se abocase a esta tarea. Posteriormente este insumo se reparte en varios

componentes (monetario, no-monetario y subjetivo), que permite que el equipo

pueda trabajar por separado, si bien en contacto cercano. Los productos de esta

etapa vuelven a encontrarse en el ejercicio de evaluación de la dimensionalidad y

en el de construcción de perfiles multidimensionales.

El ejercicio de validación de las líneas monetarias estándar, mencionado

en la sección 2, no formaba parte de los planes iniciales. Más concretamente, los

resultados del análisis multidimensional del bienestar hablaban claramente de la

insuficiencia del ingreso como variable representativa del bienestar.

Naturalmente, resultó inevitable analizar la siguiente pregunta: ¿cuán errado es

el uso del ingreso a fines de captar la pobreza multidimensional?. Se planteo un

ejercicio simple, que consistió en calcular una suerte de “línea subjetiva de

pobreza”, es decir, un ingreso que separase a los pobres de los no-pobres en base

a respuestas subjetivas. Por ejemplo, cual es un nivel de ingreso que separa a

aquellos que dicen tener suficientes ingresos para satisfacer sus necesidades

alimentarias, de aquellos que declaran no tenerlos. Interesantemente, se encontró

que los resultados obtenidos con líneas estándar de pobreza no difieren

sustancialmente de los obtenidos con estas “líneas subjetivas”, basadas en las

percepciones de las personas.

Desde un punto de vista metodológico, este ejemplo ilustra cómo

reaccionó el equipo ante una cuestión relevante, pero no considerada en el marco

inicial de la investigación. A diferencia de la comparación de ingresos

mencionada anteriormente, se decidió, sobre la marcha, que este era un punto

importante que debía formar parte de la investigación. Naturalmente, esta

cuestión es relevante y una reelaboración de la misma podría servir como base

para una futura investigación.

3.5 Métodos

La elección de los métodos estadísticos para esta investigación no resultó trivial,

por dos razones. En primer lugar, un aspecto innovador de esta investigación

consistió en el uso de una nueva fuente de información. Consecuentemente, y a

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15

fines de no alterar los objetivos iniciales del proyecto, se prefirió utilizar técnicas

estándar que permitiesen una rápida implementación, fácil comunicación e

inmediata comparación con resultados anteriores obtenidos con fuentes

alternativas, relegando a investigaciones posteriores el uso de métodos más

sofisticados y potencialmente más ricos. Más concretamente, nuestra impresión

era que innovar en los datos y en los métodos podría conducir a confusiones que

impidiesen identificar las contribuciones relativas de ambas innovaciones.

Una segunda dificultad se relaciona con las barreras y preconceptos que

la economía tiene con el uso de métodos multivariados. Llama la atención que

esta rama de la estadística (que incluye a los métodos de clusters, el análisis

discriminante y de correlaciones canónicas, los modelos de factores, entre varios

otros, ver Hardle y Simar (2003) para una revisión moderna de esta literatura)

ocupe un espacio mínimo en la caja de herramientas de los economistas. Toda

vez que las mismas ocupan un lugar considerable y creciente (a la luz de los

notorios avances computacionales y en técnicas de data-mining) en disciplinas

cercanas, tales como la psicología, la sociología, el marketing o varias ramas

afines de la ingeniería. Ver Hastie, Tibshirani y Friedman (2009) para una

excelente revisión de la literatura de data mining. Un análisis pormenorizado de

las razones que justifican esta cautela, excede claramente los objetivos de este

trabajo. Nos limitaremos a mencionar que las estrategias multivariadas en

economía, como los modelos de ecuaciones simultáneas, o sus versiones más

modernas como los vectores autorregresivos, fueron históricamente sujetos de

severas críticas en lo que se refiere a las dificultades que los mismos tienen en

identificar verdaderas relaciones causales (critica de Lucas), sin recurrir a

supuestos de difícil justificación, empírica o teórica6. Estas críticas se extienden,

casi en forma literal, a las estrategias de componentes principales o los modelos

de factores. Las mismas intentan representar un conjunto inicialmente grande de

variables a través de unos pocos indicadores, lo cual parece ser un objetivo

empírico muy apropiado para los fines de nuestra investigación. La principal

preocupación que muchos investigadores tienen con respecto al análisis de

factores se relaciona con las dificultades en interpretar coherentemente este

grupo reducido de variables. Habitualmente se apela a supuestos aparentemente

6 El acalorado debate actual entre “experimentalistas y estructuralistas” en economía aplicada, es un reflejo de las dificultades que tiene la economía empírica en lidiar con cuestiones causales y su relación con la teoría subyacente. Ver Angrist y Pischke (2010) y los artículos de las ediciones especiales de Journal of Economic Perspectives y de Journal of Economic Literature.

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16

técnicos, pero que muchas veces implican fuertes compromisos conceptuales;

más concretamente, manipulaciones algebraicas o “rotaciones” que asisten en la

interpretación de resultados (ver Hardle y Simar (2003, cap. 5)).

En este contexto, y en base a algunos resultados anteriores (en particular,

el estudio de Ferro-Luzzi et al. (2008)), se optó por recurrir a las versiones más

estándar del análisis de factores, evitando rotaciones arbitrarias, garantizándole

al lector que los resultados obtenidos se derivan de técnicas ampliamente

disponibles y fácilmente reproducibles, y no a un conjunto de decisiones de

difícil justificación conceptual.

3.6 Investigación y docencia

Sin argumentos claros o ejemplos contundentes, las posiciones a favor de la

investigación a la luz de sus consecuencias positivas sobre la docencia, tienen un

carácter autocomplaciente y, posiblemente, culposo. Afortunadamente, la

investigación analizada en este artículo nos ofrece un ejemplo claro de

interrelación provechosa entre ambas actividades. Muchas de las tareas docentes

del equipo se vieron beneficiadas por la investigación en cuestión, que a su vez se

vio nutrida por algunas prácticas docentes concretas.

Las interacciones entre los investigadores senior y los asistentes,

comenzaron en el marco de cursos de grado o posgrado, como relaciones

profesor-alumno. Estos últimos aprendieron y se interesaron por la temática y las

técnicas propias de la línea de investigación del equipo, en el contexto de los

cursos que los primeros dictan en temas cercanos a sus intereses intelectuales.

Más concretamente, todos los asistentes pasaron por los cursos de grado y

posgrado de Leonardo Gasparini (Economía Espacial, y Distribución del Ingreso)

y de Mariana Marchionni y Walter Sosa Escudero (Econometria, Econometria

Avanzada y Tópicos de Econometria), así como un curso conjunto sobre Tópicos

de Distribución y Pobreza (Gasparini y Sosa Escudero), en la UNLP y UdeSA.

Estos cursos brindan un panorama relativamente completo de la temática

distributiva y de sus herramientas analíticas. Los mismos utilizan profusamente

ejemplos de las investigaciones del CEDLAS, y, en particular, las bases de datos

de SEDLAC.

A su vez, los objetivos de esta investigación motivaron nuevas actividades

docentes. A la luz de la necesidad de utilizar enfáticamente métodos

multivariados, el autor de este artículo decidió dedicar su curso de Tópicos de

Distribución de la UNLP (12 horas) al estudio de métodos multivariados

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17

aplicados a la pobreza. Una experiencia similar tuvo lugar en UdeSA. El

Departamento de Matemática de la misma, a cargo de Ricardo Fraiman, cuenta

con investigadores de amplia experiencia en estadística multivariada. Tras un

breve intercambio de ideas, se decidió ofrecer un seminario corto, para alumnos

avanzados. Ricardo Fraiman y Marcela Svarc (ambos matemáticos) se harían

cargo de las cuestiones formales, y con German Caruso nos ocuparíamos de casos

y aplicaciones a las cuestiones distributivas. Interesantemente, en el transcurso

de este seminario aprendimos de un innovador método de Ricardo y Marcela,

para reducir dimensiones luego de encontrar clusters (Fraiman, Justel y Svarc

(2008)). El mismo podría ser aplicado al problema de encontrar pobres y luego

atacar el problema de dimensionalidad. Esta idea, gestada en el transcurso de la

investigación y en el marco de una experiencia docente, eventualmente cobró un

volumen considerable y devino en otra investigación que abordamos luego de

concluido el proyecto (Caruso, Sosa Escudero y Svarc, 2010). Este es un tercer

ejemplo de decisión estratégica en lo que se refiere al contenido de una

investigación.

Dar clase sobre lo que se investiga requiere de una enorme dosis de

honestidad intelectual, por parte del docente y de los alumnos. El punto crucial

es que, como se discutiese anteriormente, por definición, se investiga sobre lo que

no se sabe. Lo cual tiende a sugerir, peligrosamente, que dar clase sobre lo que se

investiga implica dictar cátedra sobre lo que no se sabe. La llave de salida de esta

aparente contradicción es, justamente, un planteo docente honesto, en donde los

alumnos se benefician de las motivaciones del docente (planteadas por su

investigación), de su experiencia previa, y de acompañar al docente/investigador

en su propio aprendizaje, adentrándose, brevemente, en la trastienda de la

investigación, a través de la docencia. Adicionalmente, el investigador encontrará

en los buenos alumnos un campo fértil en donde discutir ideas nuevas, y se

beneficiara de visiones alternativas sobre su investigación. En el caso del autor

de este artículo, si bien conocía profusamente los detalles técnicos del análisis

multivariado, la aplicación a cuestiones de pobreza era toda una novedad.

Es el principio de honestidad el que descarta un uso espurio de la

docencia como un simple espacio para aprender material nuevo y que podría

haber ocurrido independientemente de ella, y que, por el contrario, permite a los

alumnos observar el proceso de construcción de visiones nuevas y beneficiarse

de una motivación concreta, provista por los objetivos de una investigación.

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18

La docencia estrechamente relacionada a la investigación requiere que

ambas partes, docentes y alumnos, entiendan claramente los costos y beneficios

de esta actividad. De los beneficios hemos argumentado mas arriba: los alumnos

se enriquecen de la motivación que plantea una investigación relevante, y el

docente/investigador encuentra un espacio para experimentar con ideas y

prácticas novedosas, que serán insumos de sus objetivos de investigación.

Claramente, existen costos. El marco de una investigación es específico y

novedoso, en base, nuevamente, al principio de relevancia, lo cual implica que lo

concreto ocurre a costa de lo general. Asimismo, los riesgos aceptados por el

docente en su investigación se trasladan, indefectiblemente, a la docencia. A

modo de ejemplo, en el caso de esta investigación, la percepción acerca de la

relevancia del uso de métodos multivariados fue, al momento del inicio del

proceso de esta investigación y del diseño de cursos relacionados, puramente

conjetural. Los alumnos asumen, junto con el docente, el riesgo de que esas

conjeturas resulten erróneas en el largo plazo, y se benefician de que resulten

eventualmente correctas7.

Finalmente, en forma paralela al desarrollo de esta investigación, junto a

Leonardo Gasparini y Martín Cicowiez (Gasparini, Cicowiez y Sosa Escudero,

2010) nos embarcamos en la tarea de escribir un libro de texto sobre cuestiones

distributivas. El material de esta investigación fue utilizado profusamente en

varios capítulos.

3.7 Instituciones y financiamiento

Una consecuencia directa del hecho de que las investigaciones pertenecen en

realidad a una línea de investigación, es que resulta complejo hablar de la

estructura de financiamiento de una investigación en particular. Como

aclarásemos anteriormente, cualquier investigación hereda un stock de

habilidades y conocimientos, y, consecuentemente, es “subsidiada” por las

estrategias de financiamiento del pasado.

Este es un punto importante, ya que habla acerca de la necesidad de

percibir al financiamiento de la investigación como un fenómeno de largo plazo.

7 A modo de anécdota, varios de los que nos formamos en economía en la década del ochenta, realizamos inversiones sustanciales en enfoques como el de catástrofes, o en técnicas como rezagos distributivos, o estimación bajo heterocedasticidad o autocorrelacion, que a la fecha son de uso virtualmente nulo. Asi y todo, como con la ropa o los discos, la ultima palabra en cuanto a la relevancia de estas inversiones, esta todavía por oírse.

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19

Muy posiblemente, el financiamiento para una actividad en particular resulte

exiguo, pero también es cierto que algunas actividades generan extenalidades

positivas sobre otros proyectos futuros.

La investigación bajo estudio provee un claro ejemplo de cómo la

estructura de financiamiento de corto plazo interactúa con una subyacente, de

largo plazo. La estructura de corto plazo se refiere, en este ejemplo, a los fondos

específicos obtenidos para este proyecto. En el caso de nuestra investigación, se

trata de un fondo provisto por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

obtenido por concurso abierto de propuestas, que sirvió para sostener

financieramente la estructura de investigadores y asistentes durante el grueso de

la tarea (aproximadamente 8 meses). El financiamiento de largo plazo se refiere a

la forma en la que se financió el stock heredado, en particular, las bases de datos

disponibles en la estructura del CEDLAS y, naturalmente, el capital humano

disponible para la investigación. Claramente, esto incluye a todos los fondos

utilizados para proyectos anteriores, y también a la estructura de salarios

provista por las instituciones que emplean a los investigadores. En este caso, el

equipo se conforma con investigadores de la Universidad Nacional de La Plata

(Gasparini, Marchionni, Olivieri), y la Universidad de San Andres y el CONICET

(Sosa Escudero), todos ellos afiliados al CEDLAS. La estructura de asistentes se

conforma con investigadores de ambas instituciones.

El punto esencial de esta subseccion, es que habría resultado imposible

abordar esta investigación sin el stock de recursos disponibles al momento de

elaborar la propuesta. La enorme inversión hundida en términos de análisis de

base de datos, y la experiencia metodológica y temática del equipo, es lo que

permite que el fondo de corto plazo resulte suficiente para financiar las acciones

marginales propias de este proyecto.

Una enseñanza clara de este ejemplo, es que resulta crucial percibir a

cualquier acción de investigación como una verdadera inversión intelectual que

traspasa los límites temporales de un proyecto en particular. A modo de

ejemplo, la inversión en métodos multivariados para el estudio del bienestar,

tuvo alcances intelectuales que fueron mucho mas allá de los objetivos de este

proyecto, y en definitiva, otras investigaciones posteriores se beneficiaron de los

fondos usados para financiar el proyecto bajo análisis.

Adicionalmente, esta investigación es un interesante ejemplo de

interacción productiva entre instituciones marcadamente diferentes, como la

Universidad Nacional de La Plata (una institución pública de gran escala) y la

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20

Universidad de San Andrés (privada y pequeña). Los Departamentos de

Economía de ambas instituciones colaboran activamente en varios proyectos de

docentes y de investigación, formalizados a través de convenios explícitos y

también informales. Este ejemplo muestra, claramente, los enormes beneficios de

integrar comunidades académicas interactivas, abiertas a nuevos desafíos, de los

cuales se benefician todos sus integrantes (docentes y alumnos), en un marco en

donde la identidad de las instituciones y la afiliación de sus integrantes son

respetadas y valoradas.

Desde una perspectiva institucional, esta investigación también ilustra

sobre los aspectos positivos de constituir centros de investigación específicos,

como el CEDLAS en la UNLP. El perfil temático y metodológico del CEDLAS, y

su enorme experiencia en cuestiones distributivas, provee un marco institucional

muy adecuado para este tipo de investigaciones. Por un lado, su escala

institucional hace que sea relativamente simple conformar equipos de

investigación, a la vez de disponer de un gigantesco stock de datos y

conocimiento específico. Por el otro, el CEDLAS actúa como un valor de marca,

altamente internacionalizado, que provee una garantía intelectual valiosísima a la

hora de respaldar, intelectual y éticamente, las propuestas de investigación que

alberga y promueve.

3.8 Difusión y producción científica

Las actividades de difusión ocupan un lugar central en una investigación. Estas

abarcan desde la presentación en seminarios científicos y profesionales, hasta la

producción de papers, libros y artículos de difusión. A la larga, los objetivos de

una investigación científica relevante y de alta calidad, deben estar perfectamente

alineados con el de publicar artículos o libros científicos. Es, nuevamente, el

principio de relevancia, y el hecho de que el mismo se establece en el marco de

una comunidad científica, el que fuerza a que solo las investigaciones originales

y relevantes sean las que encuentran espacio en una buena publicación científica.

Cuando esta comunidad funciona correctamente, estos objetivos no son

contradictorios, por el contrario, desde la perspectiva del investigador, deberían

ser indistinguibles.

Claramente, son varias las comunidades que se benefician de una

investigación, más allá de la científica. En el marco de las ciencias sociales, los

resultados de una investigación debería ser relevantes también para los

interesados en la disciplina especifica que engloba a la investigación (académicos,

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21

estudiantes, etc.), para el diseño y evaluación de políticas sociales, para aquellos

interesados en cuestiones metodológicas y epistemológicas, entre otros, en forma

directa o indirecta. Esto implica que la política de difusión de una investigación

relevante deba atender las demandas y especificidades de todas estas

comunidades. Otro factor que condiciona el tipo y la cantidad de productos

científicos se relaciona con la decisión de integrar o separar los subproductos de

una investigación, es decir, por cuestiones temáticas o metodológicas, producir

varios trabajos que reflejan la forma en la que fue fragmentada una investigación.

Consecuentemente, es natural que un proyecto de gran escala se traduzca

en varias publicaciones, de distinto alcance, lenguaje y especificidad, a fines de

satisfacer los requisitos de la multiplicidad de interesados, y de separar distintos

resultados.

El producto inicial de esta investigación consistió en un informe técnico,

detallado, que fue presentado al organismo que financió la etapa inicial de esta

investigación (Gasparini et al., 2008). Este tipo de informe tiene múltiples

lectores, que van desde especialistas interesados en detalles metodológicos y

operativos, a generalistas relacionados con la implementación de políticas

sociales. Manejar esta multiplicidad de lenguajes resulta una tarea compleja,

máxime a la luz del uso intensivo de métodos estadísticos sofisticados.

Una versión sintética de este informe, se transformo en un capítulo de un

libro con resultados de una investigación mas general sobre determinantes del

bienestar en America Latina (Gasparini et al. (2009b) en Graham y Lora (2009)). Si

bien cercano a los intereses de los implementadores de políticas públicas, se trata

de un libro técnico. Las principales innovaciones (metodológicas y temáticas) se

concentraron en un paper (Gasparini et. al (2009a)), escrito para especialistas y

destinado a una publicación científica con referato.

Los trabajos, antes mencionados, de Gasparini y Gluzmann (2009) y de

Caruso, Sosa Escudero y Svarc (2010), son subproductos de este marco general, es

decir, investigaciones que se iniciaron en el marco del proyecto analizado y que

posteriormente cobraron relevancia y volumen como para constituirse ellas

mismas en investigaciones separadas.

4. La investigación aplicada como proceso complejo y multidimensional

La experiencia discutida en las secciones anteriores debe ser entendida como un

ejemplo concreto del contexto y las actividades involucradas en el desarrollo de

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22

una investigación empírica en ciencias sociales. Más allá de los detalles de la

misma, y a la luz de la experiencia acumulada, existen varios principios y

reflexiones que resultan apropiados a fines de caracterizar, en términos

generales, a dichas investigaciones.

A modo de conclusión, y a fines de extrapolar a cualquier investigación

empírica las principales ideas discutidas en el ejemplo utilizado en este capitulo,

ofrecemos las siguientes reflexiones.

• La investigación como proceso dinámico. El caso estudiado sugiere,

enfáticamente, la necesidad de concebir y evaluar a cualquier

investigación como parte de un proceso dinámico, que se alimenta del

stock heredado y que a su vez es parte esencial de las investigaciones

futuras. Esta concepción tiene un impacto directo sobre aspectos tanto

conceptuales como operativos. Con respecto al primero, una parte

fundamental del proceso de definición y concreción de una investigación

consiste en negociar las nuevas ideas a la luz del conocimiento heredado,

y de la relevancia de las mismas. Este complejo proceso requiere un

delicado ejercicio de auto evaluación y replanificacion, a fines de

establecer la naturaleza original e innovadora de la investigación, lo cual

implica entender qué es lo que el status quo plantea, implícitamente o no,

como conocimiento nuevo y viejo, así como evaluar si las capacidades del

equipo de investigación son adecuadas para llevar adelante tal

innovación. Desde un punto de vista operativo, cualquier investigación

debe ser pensada, administrada y evaluada como parte de un plan

integral, que contiene a las investigaciones pasadas, a las investigaciones

paralelas que lleva a cabo el equipo de investigación y,

fundamentalmente, a las oportunidades de proyectos futuros. Esta

percepción tiene una consecuencia directa sobre los aspectos operativos

del proceso de investigación. La conformación de un equipo de

investigación transcurre, necesariamente, en un contexto temporal en

donde la relación inicial alumno-docente se transforma, muy

rápidamente, en una relación de colegas. Desde el punto de vista de la

persona (alumno, investigador júnior o senior), resulta fundamental

evaluar la participación en un proyecto de investigación a la luz de los

senderos futuros que la misma es capaz de abrir. También resaltamos la

necesidad de evaluar las decisiones de financiamiento desde un punto de

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23

vista dinámico, que contemple explícitamente la estructura de “subsidios

cruzados” en la cual proyectos concretos se benefician de un stock

financiado en el pasado, y a su vez tienen impacto (intelectual y

financiero) sobre otras actividades de la línea de investigación.

• La investigación como fenómeno social y comunal. La mayoría de las ideas

discutidas en las secciones anteriores sugieren que una parte importante

del proceso de investigación se destina a relaciones entre personas. En

primer lugar, la naturaleza social de la investigación, plasmada en la

noción de comunidad científica, implica que la factibilidad y relevancia

de un proyecto de investigación exitoso es determinada en conjunto, por

el investigador y la comunidad científica que lo contiene. De lo cual se

sigue la relevancia de crear y mantener instituciones que permitan

facilitar y enmarcar estas interacciones. El objetivo de las mismas consiste,

fundamentalmente, en brindar un marco concreto para que estas

interacciones personales ocurran en forma eficiente y provechosa para la

comunidad científica.

Un segundo rol para estas instituciones consiste en garantizar una

transición generacional ordenada, que permita acumular capital humano

y social, así como garantizar una división de roles eficiente en los equipos

de investigación. El diseño de carreras científicas es una tarea crucial de

estas instituciones.

En tercer lugar, las instituciones que agrupan investigadores

cumplen un rol central en el aprovechamiento de economías de escala y

diversificación en la investigación. En cuanto a las de escala, las

inversiones temáticas y metodológicas son mejor aprovechadas (y

eventualmente, mas baratas) cuando son explotadas en un conjunto de

investigaciones. Las de diversificación sugieren que la integración de

equipos tiene un impacto directo sobre la cartera de proyectos que maneja

un investigador. Como comentásemos anteriormente, cualquier

investigación relevante implica asumir una considerable dosis de riesgo

intelectual y operativo, el cual es mas eficientemente administrado

cuando el equipo puede manejar un volumen grande de proyectos que

permiten distribuir el riesgo entre sus distintas actividades.

Finalmente, la dinámica compleja de un proceso de investigación

implica que el mismo esta sujeto a un sinfín de shocks y eventos fortuitos.

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24

Un parte esencial de la gestión de un proceso de investigación implica

acomodar los efectos negativos y aprovechar, rápida e inteligentemente,

los positivos. Llevando este argumento a un extremo, posiblemente sea

recomendable (por más contradictorio que resulte) construir un ambiente

que provoque estos shocks, y confiar en que una administración eficaz se

aproveche del aspecto positivo de los mismos. Todos los que trabajamos

en investigación podemos contar infinidad de anécdotas de ideas

inesperadas que surgen en charlas de café, seminarios, clases, reuniones

administrativas, que ocurren en paralelo con una investigación en

particular. Las instituciones, entonces, fuerzan estas interacciones y les

permiten a los investigadores aprovecharse de los shocks positivos que de

las mismas surgen. Concretamente, estos centros, equipos, cátedras, etc.,

brindan al investigador un ámbito físico para la interacción comunal.

• La investigación como proceso estratégico: una idea recurrente en el caso

estudiado se relaciona con el fenómeno de que las investigaciones

relevantes ocurren en un contexto de enorme incertidumbre,

consecuencia inmediata del hecho de que las investigaciones relevantes

versan sobre aquello que no se sabe. Queda del lado del investigador, y

de su interacción con la comunidad científica, el proceso (dinámico) que

establece la relevancia de la investigación en cuestión, y su factibilidad.

Este proceso es necesariamente estratégico, en el sentido de que el

investigador enfrenta, repetidas veces a lo largo de una investigación,

nodos de decisión que lo inducen a adoptar un camino y, naturalmente,

descartar los otros. Este proceso decisorio comienza con la definición y

evaluación de la relevancia y factibilidad de una investigación en

cuestión, y continua con una variedad de decisiones de distinta

importancia que incluyen, trágica y naturalmente, abandonar o postergar

la investigación en cuestión, ya sea a la luz de sus dificultades logísticas,

de su poca relevancia temática, o de otras cuestiones operativas. Uno de

los principales desafíos que enfrentan los que se inician en la

investigación, es gestionar este proceso, que tiene aspectos planificables y

evaluables, pero que, necesariamente, tienen que convivir con otros que

son espontáneos y de compleja sistematización. Es imposible planear de

antemano todo el proceso de investigación y pretender ajustarse a pautas

claras y preestablecidas. Por contraposición, es valido dudar de la

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25

relevancia de las que así ocurren. Ciertamente, no debería deducirse de lo

antedicho que es irrelevante planificar y ordenar una investigación. Por el

contrario, una planificación clara y puntillosa es una condición

fundamental para evaluar dinámicamente los logros y fracasos, y

replanificar a la luz de los nuevos resultados y objetivos de la

investigación.

• La investigación como proceso conceptual: mucho y diverso se ha escrito en la

literatura epistemológica acerca de la interacción entre la teoría y su base

empírica (ver Klimovsky (1997) para una introduccion). La investigación

analizada enfrentó a los investigadores a un claro conflicto en donde la

teoría heredada no es lo suficientemente explicita acerca de su propia

base empírica. La principal enseñanza que se desprende del estudio de

este caso, se relaciona con la entidad de los datos, como tales, a la luz de

un concepto subyacente que guía a la investigación (las nociones de

pobreza multidimensional y sus formas de medición, en el caso

estudiado). En consecuencia, la disponibilidad y relevancia de una base

de datos ocurre solo en el contexto de los objetivos de una determinada

investigación, lo cual, claramente, equipara a los datos con la

disponibilidad de una teoría que los contiene y los aísla temáticamente.

Concretamente, y más allá de un evento puramente administrativo, es

imposible afirmar que los datos “existen” hasta el momento que son

sometidos al escrutinio de los objetivos de una investigación.

La reciente “revolución de credibilidad” en economía es ilustrativa

al respecto8. Sin un marco conceptual claro acerca del proceso abstracto

que genera datos, estos últimos solo pueden servir a fines descriptivos. A

modo de ejemplo, las correlaciones positivas entre la educación y los

salarios de las personas, contienen información causal en la medida en

que las discrepancias observables en la educación no obedezcan a

diferencias salariales, como ocurriría en un experimento en donde los

niveles de educación, fijados exógenamente, determinan los salarios. La

posibilidad de realizar inferencias causales en base a correlaciones de

8 Esta literatura se refiere al enfoque empirico (“experimentalista”) que prioriza el analisis empírico en contextos en los que resulta clara la direccion de causalidad, ya sea a traves de experimentos naturales o de detallados analisis institucionales. Ver Angrist y Pischke (2008) para una revision detallada a estas ideas. Ver Keane (2010) para una vision critica (“estructuralista”).

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26

ingresos y niveles de educación descansa en una presunción o conjetura

teórica acerca de que 1) efectivamente la educación altera la productividad

de las personas (captada por los salarios) 2) cualquier otro factor no

observable o medible no interactúa con la educación en la determinación

de los salarios. Ambas condiciones son, por construcción, inverificables

con datos de salarios e ingreso solamente. La primera, claramente, es una

conjetura causal teórica, la segunda, por definición, depende de factores

no observables. Consecuentemente, su validez, y, eventualmente, la

utilidad de dichos datos a fines de medir relaciones causales descansa en

concepciones teóricas, o evaluables en otros marcos empíricos ajenos a los

datos disponibles.

5. Comentarios finales: la trastienda de “La Trastienda de la Investigación”

Aun a riesgo de contradecir las apreciaciones de la subseccion 3.1, este trabajo se

inicia, tácitamente, en un momento muy concreto, cuando Catalina Wainerman

me dedica la 3a edición de “La Trastienda de la Investigación”, con la frase “Para

Walter: para que sigamos discutiendo de estos temas”. Trabajamos en distintos

departamentos y en disciplinas con fuertes discrepancias temáticas y

metodológicas, si bien dentro de las ciencias sociales. Así y todo, es el contexto

físico (una vez más) provisto por la Universidad de San Andres, lo que nos

proveyó un espacio para discutir extensamente sobre nuestra común

preocupación sobre las cuestiones metodologicas: en interminables reuniones de

comités (de esos que intentan hacer pasar camellos por caballos), en medio de

álgidos debates sobre política universitaria, en charlas de pasillo o, simplemente,

esperando (vanamente) que la impresora comunitaria haga su trabajo. Sirva este

comentario como ejemplo concreto de la idea central de este artículo: hacer

investigación es un hecho relevante en sí mismo, y porque las interacciones que

de ella se derivan se traducen en nuevas investigaciones, a través de un proceso

complejo, dinámico y fortuito.

Nos hubiese gustado relatar los pormenores de una investigación más

épica, en donde luego de escudriñar teorías y datos, hayamos entendido, por

ejemplo, los determinantes de la pobreza extrema en nuestro país, o descubierto

una nueva vía de acción para mejorar el bienestar de las personas. Por el

contrario, debimos conformarnos con mostrar un paso modesto y concreto, pero

ilustrativo del alcance de una investigación moderna, y de las complejidades que

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27

conlleva el trabajo empírico en ciencias sociales. Para los iniciados, la ciencia

social puede resultar frustrante, en comparación con la visión idílica de las

experiencias en ciencias experimentales, que, en su larga historia, pueden hablar

de grandes hallazgos, viajes exóticos, o heroicos descubrimientos. En su estado

actual, la ciencia social empírica enfrenta un enorme desafio, acorde con las

complejas interacciones que son su objeto de estudio. Y que sugiere que las

impresiciones, los fuertes disensos, y la naturaleza conjetural de los resultados de

las investigaciones empíricas en ciencias sociales, se deben a sus enormes

dificultades operativas, metodológicas y conceptuales, y no a la impericia de

quienes las llevan a cabo.

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