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El Pozo de los Humos, un espectáculo natural en las Arribes salmantinas [P2] Laderas vertiginosas Viernes 22.02.13 GPS GUÍA PARA SALIR Una década sin los hermanos Wachowski CINE Los creadores de Matrix regresan con la original ‘El atlas de las nubes’ [P7] Vista desde uno de los miradores de El Pozo de los Humos, a los que se accede desde Masueco. :: J. PRIETO Diez tíos saltando en el escenario MÚSICA El ska marchoso de Alamedadosoulna, de gira por la región [P11]

130222 Pozo de los Humos

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El Pozo de los Humos, un espectáculo naturalen las Arribes salmantinas [P2]

Laderasvertiginosas

Viernes22.02.13

GPSGUÍA PARA SALIR

Una década sinlos hermanosWachowski

CINE

Los creadores de Matrixregresan con la original‘El atlas de las nubes’ [P7] Vista desde uno de los miradores de El Pozo de los Humos, a los que se accede desde Masueco. :: J. PRIETO

Diez tíossaltando enel escenario

MÚSICA

El ska marchoso deAlamedadosoulna, degira por la región [P11]

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No es que su visión deje sinpalabras. Es que entre tantoestruendo hablar no sirve denada. Y eso que ahora no está,ni de lejos, en su mejor mo-

mento. Aún así, una visita alPozo de los Humos sigue sien-do garantía de espectáculo.Un espectáculo natural de di-mensiones poco imaginablesen una zona de horizontesalomados, rala arboleda y llu-vias moderadas. Pero ahí está:es, junto al Salto del Nervión,una de las cascadas más im-presionantes de la Penínsu-la. Y no se trata de exagera-ción literaria: las cataratas porlas que se precipita el Niága-ra miden 52 metros; el preci-picio por el que salta el ríoUces, 50.

El Pozo de los Humos se lo-caliza en una quebrada roco-sa que comparten los térmi-nos de Pereña de la Ribera,por su orilla derecha, y Ma-sueco, por la izquierda, unpoco más abajo de donde elTormes viene a sumarse alDuero en su recorrido de Arri-bes fronterizos. En medio deese paisaje de laderas vertigi-nosas, ganadas para el culti-vo de olivares a fuerza de ate-rrazar lo que parece imposi-ble, el río Uces corre tambiénhacia el Duero buscando su-marse al festín de tanto ca-

ñón sin saber que, unos me-tros antes de alcanzar su meta,tendrá que pasar una pruebade valor de la que muy pocosríos pueden presumir: un sal-to natural de tal calibre queal llegar al fondo el agua que-da pulverizada en una nubepermanente capaz de escon-der, como una niebla de pó-cima, todo cuanto queda alpie de la cascada. Son los ‘hu-mos’ que le dan nombre, laneblina húmeda que ha con-formado un ecosistema sin-gular en torno al pozo, máspropio de costa tropical que

de berrocal salmantino, con-secuencia de unas tempera-turas suaves y una humedadcasi permanente.

Senda de UnamunoEl espectáculo quedó graba-do en la memoria de don Mi-guel de Unamuno que se vinohasta aquí a verlo en dos oca-siones. Su asombro quedó di-cho y publicado con estas pa-labras: «Es una de las hermo-sas caídas de agua esta quepuede verse entre aquellosadustos tajos».

Para recordar el paso del

pensador bilbaíno por estoslares y agradecer las palabrasdedicadas a este rincón de sumunicipio, hace unos años elAyuntamiento de Masuecoseñalizó el paseo que mediaentre la localidad y el Pozo ylo rebautizó con el nombre de‘Senda de Unamuno’. Es, sinduda, una magnífica formade acercarse andando hasta eldespeñadero del Uces. El ca-mino es corto, apenas tres ki-lómetros que se ventilan enalgo más de media hora y sa-ben a poco mientras sediscurre por caminos

Humareda en las ArribesEl Pozo de los Humos, una cascada entre nieblas

JAVIERPRIETO

RUTAS CON ENCANTOEL POZO DELOS HUMOS

Vertiginosa imagen que ofrece la cascada natural del Pozo de los Humos, formada en el salmantino río Uces. :: REPORTAJE GRÁFICO DE J. PRIETO

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PLANES Viernes 22.02.13EL NORTE DE CASTILLAGPS2

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bien sombreados deinesperados castaños.

El arranque se localiza con fa-cilidad al final de la calle quedesciende desde la iglesia. Allíunos carteles de madera diri-gen a los coches hacia la de-recha y a los caminantes porla izquierda. A estos últimos,doscientos metros después,ya a la salida del pueblo, el ca-mino vuelve dividírseles. Perodos flechas de madera dejanclaro que los pasos de Una-muno se siguen por la dere-cha en un bello tramo que co-rre entre cortinas de granito,huertas y campos de labor.Después basta con seguir rec-to, sin tomar desvíos, hastaconfluir con el trazado de loscoches. Ambos acaban llegan-do hasta el espacio acotadopara aparcamiento, en la Peñadel Agua.

Desde aquí el camino, ce-rrado por una valla que impi-de que los coches continúenhacia donde no deben, aco-mete un notable desnivel. Sonlos 600 metros finales antesde aterrizar en las barandillasque se asoman al vértigo delas cascadas. Una pequeña pa-sarela anclada con firmeza en

las rocas permite contemplarel espectáculo, literalmente,con el alma en vilo: suspen-didos entre el cielo y el sue-lo; sobrecogidos por el rugidoimpresionante de la trombaque no cesa; húmedos por lacortina de agua pulverizadaque las corrientes de aire im-pulsan hacia arriba y temero-sos de no apoyarse en las ba-randas de cuerdas trenzadasque, a todas luces, parece queno aguantarían un paso en fal-so. O un mareo inoportuno.Unos metros antes de alcan-zar las barandillas nace unasenda, muy empinada y agres-te, que lleva hasta el fondodel cañón para quien tenga elánimo de ver este espectácu-lo desde abajo.

Pero un día de excursióndedicado a los asombros delPozo debe, inexcusablemen-te, contar con la contempla-ción frontal que se ofrece lle-gando hasta él desde Pereñade la Ribera. En este caso elcamino arranca por detrás delfrontón y se puede transitaren coche durante algo más detres kilómetros, hasta alcan-zar una chopera junto a la quedejar los vehículos. A partir

de ahí, una valla impide elpaso de coches entre febreroy agosto para evitar que lasaglomeraciones y el jaleo seproduzcan tan cerca de loscantiles que se desbarate eldelicado equilibrio ecológicoen la época en la que variasespecies de aves utilizan lasrepisas naturales y oqueda-des para sacar adelante a suscrías. No hay que olvidar quetoda esta área forma parte delParque Natural Arribes delDuero y entre estos cortadosencuentran refugio especiescomo la cigüeña negra, conmuy pocos ejemplares y es-pecialmente huidiza ante lapresencia humana. En el cie-lo es más fácil sorprender elvuelo del águila perdicera, elalimoche o el buitre leonado.

Presencia de granitoDesde la valla hasta el mira-dor desde el que se avista laneblinosa columna de aguamachacando incansable el fon-do de un pozo sin fondo aúnquedan dos kilómetros de fá-cil hacer que sirven, ademásde para charlar con el compa-ñero de paseo, para darse me-jor cuenta de la naturaleza deun entorno que se caracteri-za por la presencia casi omni-presente del granito como ele-mento esencial del paisaje. Di-cen los expertos –y se lee enlos carteles informativos– quetanto granito es consecuen-cia de los fenómenos erosivosque durante miles y miles deaños han ido descarnando elterreno hasta hacer aflorar ma-teriales del Paleozoico de ori-gen ígneo –es decir, puro mag-ma formado bajo la capa de lasuperficie terrestre– que trasenfriarse fue derivando en dis-tintos tipos de granito. El mis-mo granito que al hombre lue-

go le quedó tan a mano comopara conformar con él todo loque requería solidez y pervi-vencia. Osea: casas, chozos depastor, molinos, puentes, cons-trucciones auxiliares y un in-finito número de kilómetrosde vallas para delimitar pro-piedades, campos de labor ybancales de vid y olivos, quepor estos lares se llaman ‘cor-tinas’.

El río de las Uces, o ríoUces, es un río estacional. Deesos que revientan en cuan-to les cae encima una ciclo-génesis explosiva o un perio-do algo prolongado de lluviasy se muestra algo raquíticocuando lleva varios meses sinllover. Por eso el espectáculode los Humos tampoco esigual siempre. El periodo másrecomendable es entre di-ciembre y mayo, cuando haymomentos en los que el cau-dal del despeñadero es tantoque la cascada se divide en

dos: la principal, que cae a plo-mo por el centro y otra másestrecha por la izquierda –se-gún se mira–, que recibe elnombre de Pozo de las Vacaspuesto que dice una leyendaque es el sitio por donde cayóun carro de vacas cargado detrigo que se dirigía a un mo-lino cercano.

Sin ánimo de invitar a na-die a que se despeñe, merecela pena, si no es época de ‘ac-ceso restringido’, localizar elsendero que desciende hastala base del pozo. Hay que bus-carlo a unos 50 metros a la de-recha del cartel informativo,al otro lado de las cuerdas queacotan los cortados. El cami-no es muy empinado y bas-tante resbaladizo pero la im-presión de tener casi al alcan-ce de la mano esta atronado-ra columna de dioses resultatan impactante como debióparecerles a nuestros abuelosprimitivos, que dejaron im-presos en distintos abrigos ro-cosos en torno al pozo inscrip-ciones y dibujos rupestres.� [email protected]

Videorreportaje enelnortedecastilla.es

La cascada de 50 metros vista desde la orilla del río, adonde se llega desde Pereña.

Un grupo de turistas disfuta de la impresionante vista que permite contemplar el Pozo de los Humos.

�En marcha. Masueco yPereña de la Ribera se en-cuentran en la esquina no-roccidental de la provinciade Salamanca.

�Los paseos. La Senda deUnamuno, entre Masueco yel Pozo de los Humos, es deunos 3 kilómetros, señaliza-da y de fácil realización aun-que con un pronunciadodesnivel final. Desde Pereñaparte otro camino que pue-de realizarse en coche hastalos dos kilómetros finales.

�Restricciones. Entre fe-brero y agosto se prohíbe elacceso a la parte baja para nointerferir en la cría de espe-cies que que se refugian enlos precipicios.

� Información. Parque Na-tural Arribes del Duero, te-léfono: 980 61 40 21. Ayun-tamiento de Masueco, telé-fono: 923 50 54 54. Ayunta-miento de Pereña, teléfono:923 57 30 16

�Dormir. Alojamientos deturismo rural en: casti-llayleonesvida.com.

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Olivos en el camino desde la localidad de Masueco.

Viernes 22.02.13EL NORTE DE CASTILLA PLANES 3GPS

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