13.2. Transformaciones Sociales Durante El Siglo XIX

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    TEMAS LARGOS DE HISTORIA|LUCAS DE LORENZO|HISTORIA DE ESPAÑA LOE

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    13.2. TRANSFORAMCIONES SOCIALES.CRECIMIENTODEMOGRÁFICO. DE

    LA SOCIEDADESTAMENTAL A LA SOCIEDADDE CLASES. GÉNESIS Y

    DESARROLLODEL MOVIMIENTOOBREROLa aparición del liberalismo propició profundas transformaciones económicas y políticas que terminaron

    completamente con el modelo social del Antiguo Régimen.

    Durante el siglo XIX la población española experimentó un crecimiento demográfico moderado comparado con

    otros países de Europa. Mientras que a finales del siglo XVIII la población rondaba los diez millones, alrededor

    de 1960 superaba los quince; un siglo después alcanzaba ya los dieciocho millones de habitantes. El crecimiento

    de la población llevó a España a la llamada “transición demográfica” caracterizada por unas elevadas tasas de

    natalidad y progresivo descenso de las tasas de mortalidad. La elevada mortalidad infantil característica del ciclo

    demográfico antiguo disminuyó, pero siguió siendo muy elevada. Las mejoras en la higiene y la medicina,

    propiciaron esta disminución de la mortalidad, aunque múltiples epidemias y hambrunas castigaron a la

    población española durante el XIX. Hubo múltiples epidemias de cólera y la esperanza de vida se mantuvo sobre

    los 35 años, cuando en Gran Bretaña o Francia superaba los 45 años.

    Cabe destacar, por un lado, los movimientos migratorios interiores hacia las ciudades como Madrid o Barcelona

    que consiguen superar el medio millón de habitantes en a finales del S. XIX, capitales de provincia como

    Zaragoza o Valladolid y a Bilbao, núcleo industrial del Norte. Además, cabe destacar la fuerte emigración

    exterior, mayoritariamente con destino a América, más común entre ciudadanos de la periferia (Asturias,

    Cantabria o Galicia) o la débil, pero constante emigración a Francia.

    No obstante, España seguía siendo mayoritariamente rural, aunque con un gradual crecimiento de las ciudades:

    la población urbana se duplicó durante el siglo XIX. Fue necesario el derribo de murallas y la construcción de

    ensanches como los propuestos en el plan Cerdá en Barcelona, el plan Castro o Ciudad Lineal en Madrid.

    En España, los estamentos dejaron de existir con la configuración del Estado liberal en el XIX. La sociedad ya no

    se divide en estamentos cerrados, sino que se transforma en una sociedad de clases, a las que se pertenece

    dependiendo de la situación económica o por el papel desempeñado en el proceso de producción, burguesía

    industrial o clase obrera.

    La supresión de las leyes y prerrogativas de la nobleza implicó la pérdida de sus privilegios. Se anularon así sus

    derechos a no pagar impuestos, a cobrar tributos de sus siervos y a ejercer como jueces. No obstante, la nobleza

    mantuvo su importancia social, económica e, incluso política pues se integró en la nueva clase social dominante,

    la alta burguesía. La alta nobleza conservó sus títulos, aunque estos pasaron a tener un carácter meramentehonorífico.

    Elclero

     perdió gran parte de su poder económico por las sucesivas desamortizaciones, pero mantuvo su poder

    e influencia social, sobre todo gracias a su amplia presencia en la enseñanza. La jerarquía eclesiástica mantuvo

    un estilo de vida similar al de las clases altas.

    Laalta burguesía

     fue la nueva clase que emergió al beneficiarse de la compra de las tierras desamortizadas y de

    las inversiones en industrias y ferrocarriles. Surge así unaoligarquía

    formada porterratenientes industriales y

    banqueros, resultado de la alianza entre la vieja nobleza y la nueva burguesía que tenía ahora el poder

    económico.

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    También surgió una mediana y pequeña burguesía, en la que se incluían funcionarios, pequeños empresarios y

    hombres de las consideradas profesiones liberales, es decir médicos, abogados, profesores universitarios… Este

    grupo reunía, pues, a las clases medias  que en España eran menos numerosas que en los países más

    desarrollados económicamente.

    La clase trabajadora estaba formada por su parte por los asalariados, el servicio doméstico y, sobre todo, porlos obreros proletarios que habían surgido durante la industrialización. Estos grupos, junto a los campesinos y

    jornaleros  (proletariado agrícola), constituían la clase antagónica de la burguesía. Las remuneraciones de los

    obreros eran poco más que un salario de subsistencia: trabajaban14 horas diarias, sus viviendas eran pequeñas

    y miserables y no poseían alumbrado, alcantarillado o agua corriente. Eran en su mayoría analfabetos, aunque

    poco a poco entre ellos se fueron propagando las ideas socialistas y anarquistas, dando pie al nacimiento del

    movimiento obrero.

    Los albores del movimiento obrero en el XIX fueron aisladas y violentas. Así, desde la década de 1820

    aparecieron las revueltas obreras contra la introducción de nuevas máquinas (el llamado ludismo). El episodio

    más significativo fue el incendio la fábrica Bonaplata de Barcelona (1835), donde funcionó el primer vapor en

    España.

    Los trabajadores comprendieron poco después que el origen de sus problemas no estaba en las máquinas, sino

    en las condiciones de trabajo que imponían sus propietarios. Comenzaron así asociaciones obreras como las

    Sociedades de Auxilio Mutuo, a las que los obreros entregaban una pequeña parte de su salario para asegurarse

    una ayuda en caso de desempleo, enfermedad o muerte. En 1855 se convocó la primera huelga general de la

    historia, que surge en Barcelona, como reacción a la introducción de nueva máquinas y en defensa del

    asociacionismo, fuertemente reprimido.

    La revolución de 1868 alentó el movimiento obrero: Se reconoció la libertad de asociación lo que permitió a las

    organizaciones obreras salir a la luz y expandirse. No obstante, los obreros españoles sufrirán, como en muchos

    otros lugares, la fuerte división que afecta al movimiento obrero en todo el mundo.

    Durante el sexenio democrático, el líder anarquista Bakunin envió a España a Giuseppe Fanelli para organizar la

    sección española de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores) dentro de la corriente anarquista. Se

    funda, así, en 1870 la FRE (Federación Regional Española), de tendencia Bakuninista. Un año después, llegó a

    Madrid Paul Lafargue (yerno de Marx), para tratar de reconducir al marxismo a los internacionalistas españoles.

    Comenzó así la escisión del movimiento obrero español entre socialistas y anarquistas.

    El golpe de Pavía, que puso fin a la I República, acaba con las aspiraciones del movimiento obrero. La dictadura

    del general Serrano (1874) decretó la ilegalidad de la AIT y de las asociaciones obreras, situación que se mantuvo

    al inicio de la Restauración, hasta que el “gobierno largo” de Sagasta promulgó la “Ley de Asociaciones” de

    1887. Durante este periodo, el anarquismo tuvo más apoyos, especialmente en Andalucía y en Cataluña,centrando su actividad tanto en la vía revolucionaria (atentados) como en la sindical: en 1911, se funda la

    Confederación Nacional del Trabajo - CNT. Dentro de la línea marxista destaca la fundación por Pablo Iglesias 

    del Partido Socialista Obrero Español en 1879 y de la Unión General de Trabajadores en 1888.