14 Leon : La concepción materialista de la cuestión judía

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ABRAHAM LEÓN: La concepción materialista de la cuestión judíaBASES BARA UN ESTUDIO CIENTÍFICO DE LA HISTORIA JUDIA El estudio científico de la historia judía no superó aún la etapa de la improvisación idealista. Mientras que el campo de la historia general fue conquistado en gran parte por la concepción materialista, y los historiadores veraces se atrevieron a comprometerse en el camino señalado por Marx, la historia judía permanece siendo terreno predilecto de los “buscadores d

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ABRAHAM LEN: La concepcin materialista de la cuestin juda

BASES BARA UN ESTUDIO CIENTFICO DE LA HISTORIA JUDIA El estudio cientfico de la historia juda no super an la etapa de la improvisacin idealista. Mientras que el campo de la historia general fue conquistado en gran parte por la concepcin materialista, y los historiadores veraces se atrevieron a comprometerse en el camino sealado por Marx, la historia juda permanece siendo terreno predilecto de los buscadores de dios de toda especie. Este es uno de los pocos dominios histricos donde los prejuicios idealistas han llegado a imponerse y sobrevivir en tan alto grado. Cunto se ha escrito celebrando el famoso milagro judo Extrao espectculo el de estos hombres que para conservar el legado sagrado de su fe desafiaban las persecuciones y el martirio, dice Bdarride (1). Todos los historiadores explican la conservacin del pueblo judo como resultado de la fidelidad que han testimoniado a travs de siglos a su religin o a su nacionalidad. Las divergencias se manifiestan cuando se trata de definir la razn por la cual se han conservado, el por qu :de su resistencia a la asimilacin. Algunos, desde el punto de vista religioso, hablan del legado sagrado de su fe; otros, como Dubnov, defienden la teora de la adhesin a la idea nacional. Las causas del fenmeno histrico de la conservacin del pueblo judo deben buscarse en su fuera espiritual nacional, en su base tica y en el principio monotesta, dice la Allgemeine Enzyklopedie logrando as conciliar los diversos puntos de vista de los historiadores idealistas (2). Pero si es posible conciliar las teoras idealistas, entre si ser intil intentar armonizar estas mismas teoras con las reglas elementales de la ciencia histrica, pues esta rechaza categricamente el error esencial de todas las escuelas idealistas, que consiste en ubicar el problema cardinal de la historia juda la conservacin del judasmo, bajo el signo del libre albedro. Slo el estudio de su funcin econmica puede contribuir a. esclarecer las causas del milagro judo. Estudiar la evolucin de este problema no presenta un inters meramente acadmico. Sin un profundo estudio de la historia juda es difcil comprender la cuestin juda en la poca actual, pues su situacin en el siglo XX se vincula ntimamente a su pasado histrico. Todo estado social es una etapa del proceso social. El ser no es ms que un momento del devenir. Para poder analizar la cuestin juda en su actual estado de desarrollo, es indispensable conocer sus races histricas. En el dominio de la historia juda, como en el dominio de la historia general, el pensamiento genial de Marx indica el camino a seguir. No busquemos el secreto del judo en su religin, sino busquemos el secreto de la religin en el judo real. Marx coloca de este modo la cuestin juda sobre sus pies. No es necesario partir de la religin para explicar la historia juda, por lo contrario la conservacin de la religin o de la nacionalidad judas deben explicarse por el judo real, es decir por el judo en su funcin econmica y social. La conservacin de los judos no tiene nada de milagroso. El judasmo se conserva no a pesar de la historia, sino por la historia (3). Y precisamente, por el estudio de la funcin histrica del judasmo puede descubrirse el secreto de su supervivencia en la historia. Los conflictos entre el judasmo y la sociedad cristiana, bajo su apariencia religiosa, son en realidad

conflictos sociales. A las contradicciones entre el Estado y una religin determinada, el judasmo por ejemplo les damos una expresin humana planteando la contradiccin entre el Estado y elementos laicos determinados (4). El esquema general de la historia juda se presenta con sus diversos matices, ms o menos as, segn la escuela idealista predominante: Hasta la destruccin de Jerusaln, eventualmente hasta la rebelin de Bar Kokheba la nacin juda no se diferencia en nada de otras naciones normalmente constituidas, tales como la nacin romana o la griega. Las guerras entre romanos y judos dan por resultado la dispersin de la nacin juda hacia los cuatro puntos cardinales, En la dispersin, los judos oponen una resistencia indomable a la asimilacin nacional y religiosa. El cristianismo no encuentra en su camino adversario ms encarnizado y a pesar de todos sus esfuerzos no logra convertirlos. La cada del Imperio romano acenta el aislamiento del judasmo, que luego del completo triunfo del cristianismo en Occidente, constituye el nico elemento heterodoxo. En la poca de las invasiones brbaras los judos de la dispersin no constituyen un grupo social homogneo; por el contrario, la agricultura, la industria y el comercio estn ampliamente representados entre ellos. Son las persecuciones religiosas continuas las que los obligan a restringirse cada vez ms en el comercio y la usura. Las Cruzadas por el fanatismo religioso que suscitan, acentan violentamente esta evolucin que transforma a los judos en usureros y concluye con su reclusin en los ghettos. Naturalmente, el odio contra los judos tambin se explica por su funcin econmica, pero los historiadores no atribuyen a este factor ms que una importancia secundaria. Esta situacin del judasmo se mantiene hasta la Revolucin Francesa que destruye las barreras que la opresin religiosa erigiera frente a ellos. Muchos hechos importantes demuestran la falsedad de este esquema: 1 La dispersin de los judos no data en absoluto de la cada de Jerusaln. Muchos siglos antes de este acontecimiento, la gran mayora de los judos estaba diseminada por todo el mundo. Lo cierto es que mucho antes de la cada de Jerusaln, ms de las tres cuartas partes de los judos no habitaban ya Palestina. (Ruppin) Para las grandes masas judas dispersas en el Imperio griego y luego en el Imperio romano, el reino judo de Palestina tenia una significacin totalmente secundaria, Su vinculo con la madre patria slo se manifestaba en ocasin de las peregrinaciones religiosas a Jerusaln, cuya significacin era semejante a la de la Meca para los musulmanes, Poco antes de la cada de Jerusaln, el rey Agripa deca: No hay en el mundo un solo pueblo que no contenga algo del nuestro (5). La Dispora no fue pues, en absoluto, un hecho accidental, producido por una accin violenta (6); la razn esencial de la emigracin juda debe buscarse en las condiciones geogrficas de Palestina. En Palestina los judos son poseedores de un pas montaoso que en cierto momento no es suficiente para asegurar a sus habitantes una existencia tan soportable como la de sus vecinos, Un pueblo semejante est obligado a elegir entre el pillaje y la emigracin. Los escoceses, por ejemplo, tomaron alternativamente cada uno de estos dos caminos... Los judos, luego de numerosas luchas con sus vecinos, tomaron el segundo camino... Pueblos que viven en tales condiciones no se dirigen al extranjero como agricultores, sino en carcter de mercenarios, como los arcadios en la antigedad, los suizos en la Edad Media, los albaneses en nuestra poca, o en carcter de comerciantes, como los judos, los escoceses y los armenios. Est visto, pues, que un medio similar desarrolla en pueblos de razas diferentes, las mismas caractersticas (7).

2 Es indudable que la inmensa mayora de los judos de la dispersin se ocupaban del comercio. Palestina misma, desde tiempos muy remotos constitua una va de trnsito de mercaderas, un puente entre el valle del Eufrates y el del Nilo. Siria fue la gran ruta predestinada de los conquistadores... Tambin era el camino que seguan las mercaderas y por el que circulaban las ideas. Se comprende que en estas regiones se haya establecido rpidamente una numerosa poblacin con grandes ciudades dedicadas, por su misma situacin, al comercio (8) Las condiciones geogrficas de Palestina explican, a la vez, la emigracin juda y su carcter comercial. Por otra parte, en todas las naciones al comienzo de su desarrollo, los comerciantes son extranjeros. La caracterstica de una economa natural, es que cada dominio produce todo lo que consume y consume todo lo que produce. Nada impulsa pues a adquirir bienes o servicios afuera, y como en este tipo de economa se produce lo que se consume, en todos los pueblos encontramos como primeros comerciantes a los extranjeros (9). Filon menciona las numerosas ciudades donde los judos se establecieron como comerciantes. Dice que habitaban una cantidad innumerable de ciudades en Europa, Asia, Libia, en los continentes y las islas, en las costas y en el interior. Los judos que habitaban en las islas, en el continente helnico y ms lejos, al Occidente, se haban instalado en los centros comerciales (10). Junto con los sirios, se encuentran los judos, diseminados o, ms bien, agrupados en todas las ciudades. Son marinos, comisionistas, banqueros, cuya influencia ha sido tan esencial en la vida econmica de su tiempo, como la influencia oriental que se advierte en la misma poca en el arte y las ideas religiosas (11). A su posicin social deban los judos la gran autonoma otorgada por los emperadores romanos, Slo a los judos se les permite constituir un Estado dentro del Estado y mientras los dems extranjeros estaban sometidos a la administracin de las autoridades de la ciudad, ellos, hasta cierto punto, se gobernaban a si mismos... Csar favoreci los intereses de los judos de Alejandra y de Roma con mercedes especiales y privilegios, protegiendo especialmente su culto particular contra los sacerdotes griegos y romanos (12). 3 El odio hacia los judos no nace con el establecimiento del cristianismo, Sneca trata a los judos de raza criminal. Juvenal cree que los judos no existen ms que para causar males a los otros pueblos. Quintiliano dice que los judos constituyen una maldicin para los dems pueblos. La causa del antisemitismo antiguo es la misma que la del antisemitismo medieval, la oposicin hacia los comerciantes de toda sociedad basada principalmente en la produccin de valores de uso. La hostilidad medieval hacia los comerciantes no es solamente de inspiracin cristiana o pseudo-cristiana; tiene tambin un origen pagano, igualmente real. Est hondamente enraizada en una ideologa de clase: en el desprecio que por su profunda tradicin campesina tuvieron las clases dirigentes de la sociedad romana tanto los senatoriales como los curiales de provincia por todas las formas de actividad econmica, distintas a las derivadas de la agricultura (13). A pesar de que el antisemitismo estaba ya fuertemente desarrollado en la sociedad romana, la situacin de los judios, como ya hemos visto, era envidiable, la hostilidad de las clases que vivan de la tierra haca el comercio, no exclua el estado de dependencia a su respecto. El propietario odiaba y despreciaba al comerciante sin poder prescindir de l (14)

El triunfo del cristianismo no aport modificaciones notables a esta situacin. El cristianismo, que fuera en sus comienzos la religin de los esclavos y oprimidos, se transform rpidamente en la ideologa de la clase dominante, de los propietarios de la tierra. Es Constantino el Grande quien echa las bases de la servidumbre medieval. La marcha triunfal del cristianismo a travs de Europa acompaa la expansin de la economa feudal. Las rdenes religiosas desempearon un papel sumamente importante en el progreso de la civilizacin, que en esa poca consista en el desarrollo de la agricultura, basada en la servidumbre, Por qu extraarse que nacido del judasmo, formado al principio exclusivamente por judos, el cristianismo, durante los primeros cuatro siglos encuentre sin embargo entre ellos las mayores dificultades para lograr adeptos a su doctrina? (15). En efecto, el fondo de la mentalidad cristiana de los diez primeros siglos de nuestra era, en lo que concierne a la vida econmica, es que un mercader difcilmente puede hacer obras agradables a Dios y que todo negocio implica una parte ms o menos considerable de engao (16). Para San Antonio que viva en el siglo IV resultaba completamente incomprensible la vida de los judos; despreciaba profundamente sus riquezas y crea firmemente que serian castigados con la eterna condenacin. Esto explica la encarnizada hostilidad de los judos hacia el catolicismo y su voluntad de conservar la religin que expresaba admirablemente sus intereses sociales. No es pues la fidelidad de los judos a su fe la razn de su conservacin como grupo social diferenciado, sino por lo contrario es su conservacin en tanto que grupo social diferenciado lo que explica la adhesin a su fe. Sin embargo, el antisemitismo cristiano, de los diez primeros siglos de nuestra era al igual que la hostilidad de la antigedad no llega a reivindicar el aniquilamiento del judasmo. Mientras el cristianismo oficial persegua inexorablemente al paganismo y a las herejas, toleraba la religin juda. La situacin de los judos no ces de mejorar en la poca de la declinacin del Imperio Romano, luego del triunfo completo del cristianismo y hasta el siglo XII. Ms se acentuaba la decadencia econmica, ms importancia adquira la funcin comercial de los judos. En el siglo X ellos constituyen el nico nexo econmico entre Europa y Asia. 4 Es recin a partir del siglo XII, paralelamente al desarrollo econmico de Europa occidental, el crecimiento de las ciudades y a la formacin de una clase comercial e industrial autctona, que la situacin de los judos comienza a empeorar seriamente, hasta llegar a su casi total eliminacin de la mayor parte de los pases occidentales. Las persecuciones contra los judos toman formas cada vez ms violentas. Por lo contrario, en los pases retardatarios de Europa oriental, su situacin contina floreciente hasta una poca bastante cercana. Por estas simples consideraciones preliminares se ve la falsedad de la concepcin general que impera en el dominio de la historia juda. Los judos constituyen en la historia, ante todo, un grupo social con una funcin econmica determinada. Son una clase, o mejor an, un pueblo-clase (17). La nocin de clase no contradice en absoluto la nocin de pueblo. Porque los judos se conservaron como clase social conservaron tambin ciertas de sus particularidades religiosas, tnicas y lingsticas (18). Esta identidad de la clase y el pueblo (o de la raza) est lejos de ser excepcional en las sociedades precapitalistas. Las clases sociales en esa poca se caracterizan muy frecuentemente por un carcter ms o menos nacional o racial. Las clases inferiores y las

clases superiores.., no son, en muchos pases, sino los pueblos conquistadores y los pueblos sometidos en una poca anterior. La raza de los invasores form una nobleza ociosa y turbulenta... La raza sometida no viva de las armas, sino del trabajo (19). Kautsky dice tambin; Clases diferentes pueden adquirir un carcter racial especfico. Por otra parte, el encuentro de razas diferentes, cada una especializada en una ocupacin determinada, puede dar como resultado que cada una de esas razas ocupe una posicin social diferente en el seno de la misma comunidad. Puede suceder que la raza se convierta en clase. (Rassa und Irdentum, pgina 26) (20). Existe evidentemente una interdependencia continua entre el carcter racial o nacional y el carcter de clase. La posicin social de los judos tuvo una influencia profunda y determinante Sobre su carcter nacional. Si no hay contradiccin en esta nocin de pueblo-clase, es an ms fcil admitir la correspondencia de la clase y la religin. Cuando una clase alcanza un grado de madurez y de conciencia determinados, su oposicin a la masa dominante reviste formas religiosas. Las herejas de los albigenses, lolardos, maniqueos, cataros y de las innumerables sectas que abundaban en las ciudades medievales, son las primeras manifestaciones religiosas de la creciente oposicin de la burguesa y el pueblo al orden feudal. Estas herejas no alcanzaron en ningn caso la categora de religin dominante debido a la debilidad relativa de la burguesa medieval. Fueron salvajemente ahogadas en sangre. Recin en el siglo XVII la burguesa, cada vez ms poderosa, puede hacer triunfar el luteranismo y sobre todo el calvinismo y sus sucedneos ingleses (23). Mientras el catolicismo expresa los intereses de la nobleza terrateniente y el orden feudal y el calvinismo (o puritanismo) los de la burguesa o el capitalismo, el judasmo refleja los intereses de una clase comercial precapitalista (22). Lo que distingue principalmente el capitalismo judo del capitalismo propiamente dicho es que, contrariamente a este ltimo, no aporta un nuevo modo de produccin. El capital comercial tena una existencia propia y estaba netamente separado de las ramas de produccin a las cuales servia de intermediario. Los pueblos comerciantes de la antigedad existan como los dioses de Epicurno en las entraas de la tierra o, mejor an, como los judos, en los poros de la sociedad polaca. La usura y el comercio explotan un procedimiento determinado de produccin que no crean y al que permanecen extraos (23) La acumulacin del dinero en manos de los judos no se originaba en una forma especial de la produccin capitalista. La plusvala (o sobreproducto) provena de la explotacin feudal y los seores estaban obligados a entregar una parte de esta plusvala a los judos. De aqu el antagonismo entre los judos y el feudalismo pero de ah tambin el vinculo indestructible que exista entre ellos. Tanto para el seor como para el judo, el feudalismo era su tierra nutricia. Si el seor tena necesidad del judo, el judo tambin necesitaba del seor. Es en razn de esta posicin social que los judos no han podido llegar en ninguna parte a desempear el papel de clase dominante. En la economa feudal el papel de una clase comercial no puede dejar de ser claramente subordinado. El judasmo no poda ser ms que un culto ms o menos tolerado (24). Ya hemos visto que en la antigedad los judos posean su propia jurisdiccin. Lo mismo ocurra en la Edad Media. En la plstica sociedad de la Edad Media cada clase de hombres as como vive segn sus propias costumbres, posee su jurisdiccin especial. Por encima

de la organizacin judicial del Estado, la Iglesia tiene sus tribunales eclesisticos, la nobleza sus cortes feudales, los campesinos sus cortes regionales. La burguesa, a su turno, adquiere las regiduras (25) La organizacin especfica de los judos era la Kehila. Cada conglomerado judo estaba organizado en una comunidad (Kehila) que tena su vida social particular y una organizacin judicial propia. Es en Polonia donde esta organizacin logra su mayor perfeccionamiento. A raz de una ordenanza del rey Segismundo-Augusto, de 1551, los judos tuvieron derecho a elegir los jueces y rabinos que deban administrar todos sus asuntos. Es solamente en los procesos entre judos y no-judos que intervienen los tribunales de los voivodas. En cada conglomerado judo la poblacin elega libremente un consejo de la comunidad llamado Kahal, cuyas funciones eran muy amplias; perciba los impuestos para el Estado, distribua los impuestos generales y especiales, diriga las escuelas elementales y superiores (leschiboth). Reglamentaba todas las cuestiones concernientes al comercio, el artesanado y la beneficencia, y dirima los conflictos entre los miembros de la comunidad. El poder de cada Kahal se extenda a los habitantes judos de las poblaciones vecinas. Con el tiempo, los diversos consejos de las comunidades judas tomaron la costumbre de reunirse regionalmente, a intervalos regulares, para discutir cuestiones administrativas, jurdicas y religiosas. Estas asambleas fueron tomando el aspecto de pequeos parlamentos. En ocasin de la gran feria de Lublin, se reuna una especie de parlamento general donde participaban los representantes de la Gran Polonia, de la Pequea Polonia, de Podolla y de Volinia. Este parlamento tom el nombre de Vaad Arba Aratzoth, el Consejo de los Cuatro Paises. Los historiadores judos tradicionales no han dejado de ver en esta organizacin una forma de autonoma nacional. En la antigua Polonia, dice Dubnov, los judos constituan una nacin con autonoma propia, su administracin interior, sus tribunales y una cierta independencia jurdica (26). Es evidente que hablar de autonoma nacional en el siglo XVI constituye un grueso anacronismo ya que en esa poca se ignoraba en absoluto la cuestin nacional. En la sociedad feudal, slo las clases poseen sus jurisdicciones especiales. La autonoma juda se explica por la posicin social y econmica especfica de los judos, y no por su nacionalidad. La evolucin lingstica tambin refleja la posicin social concreta del judasmo. El hebreo desaparece muy pronto como lengua viva. En todas partes los judos adoptan las lenguas de los pueblos circundantes, pero esta adaptacin lingstica generalmente se realiza bajo la forma de un dialecto nuevo donde reaparecen algunas locuciones hebreas. En diversos momentos histricos existen los dialectos judeo-rabe. judeo-persa, judeo-provenzal, judeoportugus, judeoespaol, etc., sin hablar del judeo-alemn que se transform en el actual idish. El dialecto expresa las dos tendencias contradictorias que han caracterizado la vida juda: la tendencia a la integracin en la sociedad circundante y la tendencia al aislamiento proveniente de la situacin social y econmica del judasmo. (27) Solamente donde los judos dejan de constituir un grupo social particular se asimilan completamente a la sociedad que los rodea. La asimilacin no es un fenmeno nuevo en la historia juda, dice el socilogo sionista Ruppin. (28) En realidad, si la historia juda es la historia de la preservacin del judasmo, tambin es la historia de la asimilacin de grandes capas del judasmo. En el norte de frica, antes del Islam muchos judos se dedicaban a la agricultura, pero la mayora de ellos fue absorbida por la poblacin local. (29) Esta asimilacin se explica porque all los judos dejaron de constituir

una clase y se transformaron en agricultores. Si los judos se hubieran entregado a la agricultura, si se hubieran dispersado por todo el pas, en algunas generaciones hubieran llegado a su completa asimilacin con el resto de la poblacin, a pesar de las diferencias religiosas. Pero dedicados al comercio y concentrados en las ciudades, formaron comunidades separadas, frecuentndose y casndose entre ellos. (30) Podran recordarse tambin las numerosas conversiones de 1os judos propietarios de tierras en la Alemania del siglo IV, la completa desaparicin de las tribus guerreras judas de Arabia, la asimilacin de los judos en Amrica del Sur, en la Guayana holandesa, etc. (31) La ley de la asimilacin podra formularse as: all donde los judos dejan de constituir una clase, pierden ms o menos rpidamente sus caractersticas tnicas, religiosas y lingsticas: se asimilan. Es muy difcil seguir la historia juda en Europa, en algunos perodos esenciales, pues las condiciones econmicas, sociales y polticas eran diferentes en cada pas. Mientras que Polonia y Ucrania, a fines del siglo XVIII, se encontraban an en pleno feudalismo, en esa misma poca Europa Occidental asiste a un desarrollo acelerado del capitalismo. Se comprende fcilmente que la situacin de los judos polacos se asemeja ms a la situacin de los judos franceses de la poca carolingia que a la de sus correligionarios de Burdeos o Pars, El judo portugus de Burdeos y el judo alemn de Metz son seres totalmente diferentes, escriba un judo francs a Voltaire. Los ricos judos burgueses de Francia o de Holanda no tenan casi nada en comn con los judos polacos, que pertenecan a una clase de la sociedad feudal. A pesar de las considerables diferencias de las condiciones y del ritmo del desarrollo econmico de los pases europeos habitados por los judos, un atento estudio permite destacar las etapas esenciales de su historia.

VII La decadencia del capitalismo y la tragedia juda del siglo XX. E) El Sionismo El sionismo naci entre el fulgor de los incendios provocados por los pogroms rusos de 1882 y en el tumulto del caso Dreyfus, dos acontecimientos que revelaron la agudeza que alcanz el problema judo a fines del siglo XIX. La rpida capitalizacin de la economa rusa luego de la reforma de 1863, hace insostenible la situacin de las masas judas en las pequeas ciudades. En Occidente, las clases medias, desmenuzadas por la concentracin capitalista, comienzan a volverse contra el elemento judo cuya competencia agrava su situacin. En Rusia se funda la Asociacin de los Amantes de Sin. Leo Pinsker escribe La Autoemancipacin, libro en el que preconiza el retorno a Palestina, como nica solucin posible de la cuestin juda. En Paris, el barn Rothschild, que como todos los magnates judos ve con poca simpata la llegada a Occidente de los inmigrantes judos, comienza a interesarse en la obra de la colonizacin de Palestina. Ayudar a los hermanos infortunados a volver al pas de sus antepasados, es decir a irse lo ms lejos posible no tena nada de desagradable para la burguesa de Occidente que con razn tema el ascenso del antisemitismo. Poco despus de la aparicin del libro de Leo Pinsker, un periodista judo de Budapest, Teodoro Herzl, asiste en Paris a las manifestaciones antisemitas provocadas por el asunto Dreyfus, Escribir El Estado judo que hasta hoy sigue siendo el evangelio del movImiento sionista. Desde el principio el sionismo apareci como una

reaccin de la pequea burguesa juda (que an constituye la base del judasmo) duramente atacada por la creciente ola de antisemitismo, sacudida de un pas a otro, y que procura alcanzar la Tierra Prometida para sustraerse a las tempestades desencadenadas sobre el mundo moderno. El sionismo es, pues, un movimiento muy joven; es el ms joven de los movimientos nacionales europeos. Esto no le impide mucho ms que todos los otros nacionalismos pretender que se nutre de un pasado sumamente remoto. El sionismo, que en realidad es el producto de la ltima fase del capitalismo, cuando ste comienza a desintegrarse, sostiene :que su origen se remonta a un pasado ms que bimilenario. Si bien el sionismo es fundamentalmente una reaccin contra la situacin creada al judasmo por la combinacin de la destruccin del feudalismo y la decadencia del capitalismo, afirma que constituye una reaccin contra el estado de cosas existente desde la cada de Jerusaln en el ao 70 de la Era Cristiana. Su reciente nacimiento es, evidentemente, la mejor rplica a esas pretensiones. En efecto, cmo creer que el remedio para un mal existente desde hace dos mil aos, pudo recin encontrarse a fin del siglo XIX? Pero el sionismo, como todos 1os nacionalismos, y aun con ms nfasis, considera el pasado histrico a la luz del presente. Y por lo tanto deforma tambin la imagen del presente. As como actualmente a los nios franceses se les presenta una Francia existente desde la Galia de Vercingtorix, y a los nios de Provenza las victorias de los reyes de lIle de France sobre sus antepasados, como xitos propios, de la misma manera el sionismo trata de crear el mito de un judasmo eterno, eternamente expuesto a las mismas persecuciones. El sionismo ve en la cada de Jerusaln la causa de la dispersin y, en consecuencia, el origen de todas las desventuras judas en el pasado, el presente y el futuro. El origen de todos los infortunios del pueblo judo es la prdida de su patria histrica y su dispersin en todos los pases, declara la delegacin marxista del Poal-Sin en el Comit Holandoescandinavo. Luego de la violenta dispersin de 1os judos por los romanos, la lamentable historia contina. Expulsados de su patria, los judos no han querido (Oh bellezas del libre albedro!) asimilarse. Imbuidos de su cohesin nacional, de un superior sentimiento ticoy de una indestructible creencia en un Dios nico (1) resistieron todas las tentativas de asimilacin. Durante esos oscuros das que duraron dos mil aos, su nica esperanza fue la visin de un retorno a su antigua patria. El sionismo nunca se plante seriamente esta pregunta: Por qu durante esos dos mil aos los judos nunca intentaron, realmente, volver a esa patria? Por qu fue preciso esperar a fines del siglo XIX para que Herzl llegara a convencerlos de esta necesidad? Por qu todos los predecesores de Herr; como el famoso Sebetai Zevi, fueron tratados como falsos mesas? Por qu los partidarios de Sebetai Zevi fueron ferozmente perseguidos por el judasmo ortodoxo? Naturalmente, para responder a estas interesantes preguntas se refugian en la religin. Mientras las masas creyeron que deban permanecer en la Dispora hasta la llegada del Mesas, era preciso sufrir en silencio, dice Zitlovski (Matrialisme et la Question nacionale), cuyo sionismo es, por lo dems, bastante condiciona. Pero, sin embargo, esta explicacin no nos explica nada. Se trata precisamente de saber por qu las masas judas crean que era preciso esperar al Mesas para poder volver a su patria. La religin, por ser un reflejo ideolgico de los intereses sociales, debe forzosamente corresponderlos, Actualmente, la religin no constituye en absoluto un obstculo para el sionismo. (2) En realidad, mientras el judasmo permaneci incorporado en el sistema feudal, el sueo

de Sin no era otra cosa que un sueno y no corresponda a ningn inters real del judasmo. El posadero o el arrendatario judo de Polonia del siglo XVI pensaba tan poco en volver a Palestina como hoy en da el millonario judo de Amrica. El mesianismo religioso judo en nada se distingua de los mesianismos propios a las otras religiones. Los peregrinos judos que iban a Palestina, encontraban all peregrinos catlicos, ortodoxos y musulmanes. Por otra parte, no era el retorno a Palestina lo que constitua el fondo de ese mesianismo, sino la creencia en la reconstruccin del templo de Jerusaln. Todos estos conceptos idealistas del sionismo son inseparables naturalmente del dogma del eterno antisemitismo, Mientras los judos residan en la Dispora, sern aborrecidos por los autctonos. Este punto de vista esencial del sionismo que constituye digamos as su esqueleto, est matizado, naturalmente, segn sus distintas corrientes. El sionismo transpone el antisemitismo moderno a toda la historia, ahorrndose el trabajo de estudiar las diversas formas del antisemitismo y su evolucin. Sin embargo. hemos visto que en distintas pocas histricas el judasmo formaba parte de las clases poseedoras y reciba el mismo trato, En resumen, habra que buscar la razn del sionismo en la imposibilidad de asimilacin a causa del eterno antisemitismo, y en la voluntad de salvaguardar los tesoros del judasmo. (3) En realidad, la ideologa Sionista, como toda ideologa no es ms que el reflejo desfigurado de los intereses de una clase, Es la ideologa de la pequea burguesa juda, asfixiada entre el feudalismo en ruinas y el capitalismo en decadencia, La refutacin de las fantasas ideolgicas del sionismo, no niega, naturalmente, las necesidades reales que le dieron origen. El antisemitismo moderno -y no el mstico antisemitismo eterno es el mejor agitador en favor del sionismo. De la misma manera, la cuestin esencial que se plantea es saber en qu medida el sionismo es capaz de resolver no el eterno problema judo, sino la cuestin juda en la poca de la decadencia capitalista. Los tericos sionistas gustan comparar el sionismo con los otros movimientos nacionales, pero en realidad, los fundamentos de los movimientos nacionales y del sionismo son totalmente diferentes. El movimiento nacional de la burguesa europea es consecuencia del desarrollo capitalista; refleja la voluntad de la burguesa de crear bases nacionales para la produccin aboliendo las sobrevivencias feudales. El movimiento nacional de la burguesa europea est estrechamente ligado a la fase ascendente del capitalismo. Pero en el siglo XIX, la poca del florecimiento de los nacionalismos, lejos de ser sionista, la burguesa juda era profundamente asmilacionista, El proceso econmico que da origen a las naciones modernas, planta las bases de la integracin de la burguesa juda en la nacin burguesa, Recin cuando el proceso constitutivo de las naciones llega a su fin, cuando las fuerzas productivas encuentran exiguas las fronteras nacionales, comienza a manifestarse el proceso de expulsin de los judos de la sociedad capitalista, empezando a desarrollarse el antisemitismo moderno. La eliminacin del judasmo acompaa la decadencia del capitalismo. Lejos de ser producto del desarrollo de las fuerzas productivas, el sionismo es precisamente, la consecuencia de la paralizacin total de ese desarrollo, el resultado de la petrificacin del capitalismo, Mientras el movimiento nacional es producto del perodo ascendente del capitalismo, el sionismo es consecuencia de la era imperialista. La tragedia juda del siglo XX es un resultado directo de la decadencia del capitalismo. Aqu es donde se encuentra el principal obstculo para la realizacin del sionismo. La decadencia capitalista, base del desarrollo del sionismo, es tambin causa de la imposibilidad de su realizacin. La burguesa juda est obligada a crear ntegramente un Estado nacional, a asegurarse planes objetivos para el desarrollo de sus fuerzas productivas,

precisamente en la poca en que las condiciones para un desarrollo semejante han desaparecido hace mucho tiempo. Las condiciones de la decadencia del capitalismo que plantearan tan agudamente la cuestin juda, hacen tambin imposible su solucin por la va sionista. Nada hay de extrao en esto. No se puede suprimir un mal, sin destruir sus causas. Pues bien, el sionismo se propone resolver la cuestin juda sin destruir el capitalismo, que es la razn principal de los sufrimientos de los judos. A fines del siglo XIX, en la poca en que el problema judo recin comenzaba a plantearse con toda su agudeza, 150,000 judos abandonaban anualmente su pas de origen. Entre 1881 y 1925 se expatriaron cerca, de cuatro millones, A pesar de estas enormes cifras, el judasmo de Europa Orienta, ascendi de 6 a 8 millones. De este modo ni aun cuando el capitalismo todava estaba en vas de desarrollo, ni cuando los pases de ultramar an acogan a los emigrantes, la cuestin juda poda siquiera comenzar a solucionarse en el sentido sionista; lejos de disminuir la poblacin juda mostraba una fatal propensin a continuar aumentando. Para comenzar a resolver la cuestin juda, es decir para comenzar a transplantar realmente a las masas judas, seria necesario que los pases de inmigracin absorbieran, por lo menos, algo ms del crecimiento natural de los judos en la Dispora, o sea, como mnimo unos 300.000 judos anualmente. Y s antes de la primera guerra imperialista, cuando todas las condiciones eran todava favorables para la emigracin, cuando todos los pases desarrollados tales como Estados Unidos permitan la entrada de inmigrantes en masa nunca pudo ser alcanzada una cifra semejante, cmo creer que ello sea posible en el perodo de la persistente crisis del capitalismo, en la poca de las guerras casi incesantes? Naturalmente que en el mundo hay suficientes navos para transportar centenas de millares e incluso millones de judos. Pero si todos los pases cerraron sus puertas a los emigrantes es porque hay una superproduccin de fuerza de trabajo, como hay una superproduccin de mercaderas. Contrariamente a la teora de Malthus que consideraba que haba exceso de hombres porque haba demasiado pocos productos, es precisamente la abundancia de productos que causa la pltora humana. Por qu milagro en la poca en que los mercados mundiales estn saturados de productos, en la poca en que la desocupacin permanente se extiende en todas partes, un pas, por grande y rico que sea (y dejamos de lado el caso especfico de la pobre y pequea Palestina), podra desarrollar sus fuerzas productivas al punto de poder absorber 300.000 emigrantes anualmente? En realidad, las posibilidades de emigracin juda disminuyen al mismo tiempo que aumenta su necesidad. Las causas que impulsan la emigracin son las mismas que impiden llevarla a cabo: todas provienen de la decadencia del capitalismo. De esta contradiccin esencial entre la necesidad y la posibilidad de emigrar, surgen tambin las dificultades polticas del sionismo. La poca del desarrollo de las naciones europeas fue tambin el periodo de una intensa colonizacin de los pases de ultramar. Fue a principios y mediados del siglo XIX, en la edad de oro del nacionalismo europeo, cuando se coloniz Amrica del Norte, y fue tambin en ese periodo que Amrica del Sur y Australia comenzaron a desarrollarse. Vastas extensiones del planeta estaban virtualmente sin dueo y se prestaban maravillosamente para el establecimiento de millones de emigrantes europeos. En esa poca, por las razones que hemos estudiado, los judos pensaban, poco o nada, en emigrar. Actualmente el mundo entero est colonizado, industrializado y dividido entre los diversos imperialismos. En todas partes los emigrantes judos deben enfrentar a la vez al nacionalismo

de los nativos y al imperialismo dominante. En Palestina, el nacionalismo judo choca contra un nacionalismo rabe cada vez ms agresivo, El desarrollo de Palestina por la inmigracin juda aumenta asimismo la intensidad de ese nacionalismo rabe. El desarrollo econmico del pas provoca el aumento de la poblacin rabe, su diferenciacin social y el crecimiento de un capitalismo nacional. Para vencer la resistencia rabe, los judos necesitan del imperialismo ingls, pero este apoyo es tan perjudicial como la resistencia rabe. El imperialismo ingls ve con ojos favorables una dbil inmigracin juda que constituya un contrapeso al factor rabe, pero es resueltamente hostil al establecimiento de una numerosa poblacin juda en Palestina al desarrollo industrial y al crecimiento del proletariado Simplemente, se sirve de los judos para contrabalancear la amenaza rabe, pero hace todo lo posible para provocar dificultades a la inmigracin juda. As a las crecientes dificultades que provoca la resistencia rabe, se agrega el juego prfido del imperialismo britnico, En fin, debe sacarse una ltima conclusin de las premisas fundamentales establecidas, Debido a su carcter necesariamente artificial, a causa de las pocas perspectivas de un desarrollo rpido y normal de la economa palestina en nuestra poca la obra de colonizacin sionista demanda considerables capitales. El sionismo requiere cada vez mayores sacrificios de los judos del mundo. Pero mientras la situacin de los judos es mas o menos soportable en la Dispora ninguna clase juda siente la necesidad de hacer esos sacrificios.. A medida que las masas judas sienten la necesidad de tener una patria, a medida tambin que las persecuciones aumentan de intensidad, las masas judas estn en peores condiciones para contribuir a la edificacin sionista. Para la reconstruccin de Palestina es necesario un pueblo judo fuerte en la Dispora, dice Ruppin. Pero mientras el pueblo judo es fuerte en la Dispora, no siente ninguna necesidad de la reconstruccin palestina. Cuando tiene la necesidad, ya no tiene posibilidad de realizarla. Seria difcil pedir hoy a los judos europeos que tienen una urgente necesidad vital de emigrar, que hagan algo por la reconstruccin de Palestina. Es fcil apostar que el da que puedan hacerlo su entusiasmo amainar mucho. Naturalmente, no se puede excluir un xito relativo del sionismo en el sentido de la creacin de una mayora juda en Palestina e incluso de la formacin de un Estado judo, es decir de un Estado sometido a la completa dominacin del imperialismo ingls o norteamericano, De alguna manera esto seria un retorno al estado de cosas que existiera en Palestina antes de la destruccin de Jerusaln y, desde ese punto de vista, seria la reparacin de una injusticia bimilenaria. Pero ese minsculo Estado judo independiente en medio de una Dispora mundial, no ser ms que un retorno aparente al estado de cosas de antes del ao 70. Ello no significar el comienzo de la solucin de la cuestin juda. En efecto, la Dispora juda de la poca romana tena slidas bases econmicas: los judos desempeaban una funcin importante en el mundo. La existencia o la ausencia de una metrpoli palestina, para les judos de esa poca tena una importancia secundaria, Hoy no se trata de dar a los judos un centro poltico o espiritual (como lo quera Achhaad Haem) sino de salvar al judasmo de la extincin que lo acecha en la Dispora. Ahora bien la existencia de un pequeo Estado judo en Palestina puede cambiar en algo la situacin de los judos polacos o alemanes? Admitiendo incluso que todos los judos del mundo fueran hoy ciudadanos palestinos, hubiera sido diferente la poltica de Hitler? Hay que estar afectado de un incurable cretinismo jurdico para creer que, sobre todo en la poca actual, la creacin de un pequeo Estado judo en Palestina podra cambiar en algo la situacin de los judos en el mundo. Luego de. la eventual creacin de un Estado judo en Palestina, la situacin se asemejar al estado de cosas que exista en la poca romana solamente en que en los dos casos, la -existencia de un pequeo Estado judo en Palestina no ejerce ninguna influencia sobre la situacin de los judos en la Dispora. En la poca romana, la posicin econmica y

social del judasmo en la Dispora era muy slida; por lo tanto la desaparicin de ese Estado judo no la comprometi en absoluto. Actualmente la situacin de los judos en el mundo es muy grave y por eso la restauracin de un Estado judo en Palestina no podr solucionarla. En los dos casos, la situacin de los judos no depende en absoluto de la existencia de un Estado en Palestina, pero est en funcin de la situacin econmica, social y poltica general. Suponiendo incluso que el sueo sionista se realice y que la injusticia Secular sea reparada y estamos lejos de ello, en nada se modificar la situacin del judasmo mundial, Puede ser que el templo sea reconstruido, pero los fieles continuarn sufriendo. La historia del sionismo es la mejor ilustracin de las invencibles dificultades con que tropieza, dificultades resultantes, en ltimo anlisis, de la contradiccin esencial que lo desgarra: contradiccin entre la urgente necesidad de resolver la cuestin juda, y la creciente imposibilidad de resolverla en las condiciones del capitalismo en decadencia. Inmediatamente despus de la guerra imperialista, la emigracin juda a Palestina no encontraba grandes obstculos en su camino. A pesar de esto hubo relativamente pocos inmigrantes; las condiciones econmicas de los pases capitalistas en la post-guerra hacan menos urgente la necesidad de emigrar. Debido a la poca magnitud de esta emigracin el gobierno britnico no se sinti obligado a obstaculizar la entrada de judos en Palestina. En los aos 1924-25-26, la burguesa polaca inicia una ofensiva econmica contra las masas judas. En estos aos es tambin ms importante la emigracin hacia Palestina, pero esta emigracin masiva muy pronto enfrenta dificultades econmicas insuperables. El reflujo fue casi tan grande como fuera la afluencia. Hasta 1933, fecha de la toma del poder por Hitler, la inmigracin sigue siendo poco importante. Despus de esa fecha, decenas de miles de judos comienzan a llegar a Palestina. Pero esta coyuntura es muy pronto detenida por una tempestad de manifestaciones y masacres antijudas. los rabes temen seriamente transformase en una minora dentro del pas. Los seores feudales rabes temen ser sumergidos por la ola del capitalismo. El imperialismo britnico aprovecha esta tensin para obstaculizar la entrada de los judos, y trata de profundizar el abismo existente entre judos y rabes, proponiendo la particin de Palestina, Hasta lo segunda guerra imperialista el sionismo encontraba dificultades crecientes. La poblacin palestina viva en estado de terror permanente. Precisamente cuando la situacin de los judos era cada vez ms desesperada, el sionismo se mostraba totalmente incapaz de ponerle remedio. Los inmigrantes judos clandestinos eran recibidos a balazos por los protectores britnicos. La ilusin sionista comenz a perder atractivo incluso a los ojos de los menos advertidos. Las ltimas elecciones de Polonia demostraron que las masas judas se apartaban completamente del sionismo. Las masas judas comienzan a comprender que el sionismo no slo no puede mejorar seriamente su situacin, sino que proporciona armas a los antisemitas para sus teoras sobre la necesidad objetiva de la emigracin juda. La guerra imperialista y el triunfo del hitlerismo en Europa constituyen para el judasmo un desastre sin precedentes. El judasmo se encuentra ante la amenaza de su completa exterminacin. Qu puede el sionismo ante tal desastre? No es evidente que la cuestin juda depende muy poco de los futuros destinos de Tel-Aviv, sino mucho ms del rgimen que maana se establecer en Europa y en el mundo? Los sionistas tienen muchas esperanzas en una victoria del imperialismo anglo-sajn. Sin embargo, existe una sola razn para creer que la actitud de los imperialistas anglosajones diferir despus de su eventual victoria, de su actitud de antes de esta guerra? Es evidente que no, Y admitiendo incluso que el Imperialismo anglo-sajn cree una especie de engendro de Estado judo, hemos visto que ello tendra noca influencia en la situacin del judasmo mundial. Una gran inmigracin juda a Palestina despus de esta guerra, tropezar con las mismas dificultades que encontr antes. En las condiciones del capitalismo decadente es imposible trasplantar millones de judos, Slo una economa

Socialista mundial planificada sera capaz de semejante milagro. Pero esto supone naturalmente la Revolucin proletaria. Pero el sionismo pretende, precisamente, resolver la cuestin juda independientemente de la Revolucin mundial. Al menospreciar los orgenes reales de la cuestin juda de nuestra poca, mecindose en sueos pueriles e insensatas esperanzas, el sionismo demuestra que es una excrecencia ideolgica y no una doctrina cientfica,

VIII. Las vas de solucin de la cuestin juda Es falso afirmar que desde hace dos mil aos el problema judo requiere una solucin. El hecho mismo de que en el curso de este largo periodo no se encontrara esa solucin, prueba acabadamente su no-necesidad, El judasmo era un factor indispensable en la sociedad precapitalista, un rgano esencial, Esto es lo que explica su existencia bimilenaria en la Dispora. El judo era un personaje tan caracterstico en la sociedad feudal como el seor y el siervo. No fue por azar que un elemento extranjero desempeara la funcin de capital en la sociedad feudal. Por su propio carcter, ella no poda constituir el elemento capitalista; cuando pudo hacerlo, comenz precisamente a dejar de ser feudal. Tampoco fue casual que el judo continuara siendo extranjero en cl seno de la sociedad feudal. El capital peculiar de la sociedad precapitalista existe fuera de su sistema econmico. Cuando el capital comienza a surgir de las entraas de ese sistema social, reemplazando as al rgano artificial, el judo desaparece al mismo tiempo que la sociedad feudal deja de serlo. Es el capitalismo moderno que plantea el problema judo. No porque los judos actualmente alcancen a cerca de 20 millones de individuos (la proporcin de judos con respecto a los no judos incluso disminuy mucho desde la poca romana), sino porque el capitalismo demoli las bases seculares de la existencia del judasmo, Destruy la sociedad feudal y con ella la funcin del pueblo-clase judo. La historia conden a la desaparicin a ese pueblo clase: as se plante el problema judo. La cuestin juda es la de la adaptacin del judasmo a la sociedad moderna; el problema de la liquidacin de la herencia legada a la humanidad por el feudalismo. Durante siglos el judasmo constituy un organismo social en cuyo seno los elementos sociales y nacionales se interpenetraban profundamente. Los judos estn lejos de constituir una raza: por el contrario, probablemente sean una de las mezclas raciales ms caractersticas, ms pronunciadas. Esto no impide que, en esta amalgama, el elemento asitico sea muy notable, en todo caso lo suficiente para diferenciarlo en el seno de las naciones occidentales, donde se encuentran ms expandidos. Este fondo nacional real est complementado con un fondo imaginario, potico, constituido por la tradicin secular que vincula el judo actual a sus lejanos ancestros de la poca bblica. Sobre esta base nacional se injert, luego, el fondo de clase, la psicologa mercantil. Los elementos nacionales y sociales se mezclaron al punto de interpenetrarse completamente Ser difcil descubrir en el judo polaco, en su tipo, la parte heredada de sus antepasados y la parte adquirida por la funcin social que ejerce desde hace siglos en ese pas. Puede admitirse que la base social despus de mucho tiempo cobra ms importancia que el fondo nacional. De todas maneras, si el elemento social se agreg al elemento nacional, ste ltimo pudo subsistir gracias al primero. Fue por su situacin social y econmica que el judo pudo conservarse. El capitalismo plante el problema judo, es decir destruy las bases sociales que sostuvieron al judasmo durante siglos. Pero el capitalismo no resolvi el problema judo,

pues no pudo absorber al judo liberado de su corteza social, La decadencia del capitalismo dej a los judos en el aire. Si bien el comerciante precapitalista judo desapareci en gran medida, su hijo no se ubic en la produccin moderna. Al desplomarse la base social del judasmoo, lo transform en gran parte en elemento desclasado, El capitalismo no slo conden la funcin social de los judos, sino que tambin conden a los propios judos. Los idelogos pequeo-burgueses siempre tienden a erigir los fenmenos histricos en categoras eternas; para ellos la cuestin juda est en funcin de la Dispora: para ellos slo la concentracin de los judos en Palestina podra resolverla. Sin embargo, es puro infantilismo reducir la cuestin juda a un problema territorial. La solucin territorial slo tiene sentido si significa la desaparicinn del judasmo tradicional, la integracin en la economa moderna, la productivizacin de los judos Por un camino tortuoso, el sionismo llega a las soluciones preconizadas por sus peores enemigos: los asimlacionstas consecuentes. Para los unos, como para los otros, se trata de hacer desaparecer la maldita herencia del pasado, transformar a los judos en obreros, agricultores intelectuales productivos. Lo ilusorio del sionismo no consiste en su voluntad por llegar a ese resultado: esa es una necesidad histrica que, ms tarde o ms temprano, se abrir en su camino. Su ilusin consiste en creer que las dificultades insuperables que opone el capitalismo decadente a esa tarea, desaparecern como por encantamiento en Palestina. Pero las mismas causas que impidieron que los judos de la Dispora encontraran lugar en la economa, no permitirn que ello se realice en Palestina, En la poca actual el mundo constituye una entidad tal, que es un verdadero desatino emprender la construccin de un islote como defensa de sus tempestades. Es por esto que el fracaso de la asimilacin fatalmente ser acompaado del fracaso del sionismo. En la poca en que el problema judo tiene la intensidad de una inmensa tragedia, Palestina slo constituye un dbil paliativo. Diez millones de judos se encuentran en un inmenso campo de concentracin. Qu solucin puede aportar a este problema la creacin de algunas colonias sionistas? Por lo tanto, ni asimilacin ni sionismo? No hay solucin entonces? No, no hay solucin de la cuestin juda en el rgimen capitalista, como tampoco hay solucin a los otros problemas que se plantea la humanidad, sin profundas conmociones sociales. Las mismas causas que hacen ilusoria la emancipacin juda, imposibilitan al realizacin del sionismo. Sin eliminar las causas profundas de la cuestin juda, no se podrn eliminar sus efectos. El ghetto reapareci, Smbolo tambin del trgico destino a que se encamina la humanidad. Pero la misma exacerbacin del antisemitismo prepara el camino de su desaparicin. La expulsin de los judos constituye momentneamente una forma de espacio vital para la pequea burguesa. La arianizacin permite ubicar algunas decenas de miles de intelectuales y pequeo-burgueses desocupados. Pero atacando las causas aparentes de sus miserias, la pequea-burguesa no hace sino acentuar la accin de las causas reales. El fascismo acelera el proceso de proletarizacin de las clases medias., Despus de los pequeos burgueses judos, fueron expropiados y proletarizados centenas de miles de comerciantes y artesanos. La concentracin capitalista obtuvo progresos gigantescos. El mejoramiento de la situacin econmica se logr al precio de la preparacin de la segunda guerra imperialista, causa de terribles destrucciones y masacres. En esta forma el trgico destino del judasmo refleja con particular agudeza la situacin de toda la humanidad. Para los judos la declinacin del capitalismo significa el retorno al ghetto, cuando las bases del ghetto desaparecieron hace mucho tiempo con los fundamentos de la sociedad feudal. Igualmente el capitalismo clausura para toda la humanidad, el retorno

al pasado y la ruta hacia el porvenir, Slo la destruccin del capitalismo permitir a la humanidad utilizar las inmensas adquisiciones de la era industrial. Puede extraar que las masas judas -primeras en padecer, con especial agudeza, las contradicciones del capitalismo hayan proporcionado cuantiosas fuerzas a la lucha socialista y revolucionaria? En diferentes oportunidades Lenn subraya la importancia de los judos en la revolucin, no solamente en Rusia, sino tambin en otros pases. Lenin tambin expresa la idea de que la huida de parte de la poblacin juda al interior de Rusia, a raz de la ocupacin de las regiones industriales del oeste, fue muy til para la revolucin, de la misma manera que la presencia durante la guerra, en. Las ciudades rusas, de gran nmero de intelectuales judos. Ellos permitieron a los bolcheviques quebrar el sabotaje general que debieron enfrentar por doquier inmediatamente despus de la revolucin y que tan peligroso era. Fue as que ayudaron a los bolcheviques a superar una etapa muy crtica (Damantstein). El elevado porcentaje de judos en el movimiento proletario es el reflejo de la trgica situacin del judasmo en nuestra poca. Las facultades espirituales de los judos, fruto del pasado histrico del judasmo, constituyen, por lo tanto, un importante aporte al movimiento proletario. Esta es, tambin, una ltima razn, y no la menos importante, del antisemitismo moderno. Las clases dirigentes persiguen con sadismo particular a los intelectuales y obreros judos que proporcionaron masas combatientes al movimiento revolucionario, Aislar completamente a los judos de las fuentes de la cultura y la ciencia, resulta indispensable para el rgimen decadente que los persigue. La ridcula leyenda del marxismo judo no es ms que una manifestacin caricaturesca de los lazos que existen efectivamente entre el socialismo y las masas judas. Nunca la situacin de los judos fue ms trgica, En las peores pocas de la Edad Media, regiones enteras se abran para recibirlos; actualmente, el capitalismo, que domina el Universo entero, les hace inhabitable la Tierra. Jams el espejismo de una Tierra Prometida obsesion tanto a las masas judas, pero nunca una Tierra Prometida fue tan incapaz como en nuestra poca, de resolver la cuestin juda. Pero el propio paroxismo que alcanza hoy el problema, nos da la clave de su solucin. Nunca la situacin de los judos fue tan trgica, pero nunca estuvo tan cerca de dejar de serlo, En los siglos pasados la aversin hacia los judos tena una base real en el antagonismo social que les oponan las otras clases de la poblacin. Actualmente, los intereses de las clases judas estn estrechamente ligados a los intereses de las masas populares del mundo entero. Persiguiendo a los judos como a capitalistas, el capitalismo los convierte en parias absolutos. Las persecuciones feroces contra el judasmo ponen al desnudo la estpida bestialidad del antisemitismo, destruyendo los restos de prevencin que contra ellos alentaban las, clases trabajadoras, tos ghettos y los brazaletes amarillos no impiden que los obreros experimenten una creciente solidaridad hacia los que sufren el mayor de los males que aquejan a la humanidad. Y la ms formidable explosin social que ver el mundo prepara al fin la liberacin de los parias ms perseguidos de nuestro planeta. Cuando el pueblo de las fbricas y de los campos se sacuda finalmente de la tutela de los capitalistas, cuando ante la humanidad liberada se inaugure un porvenir de ilimitado desarrollo, las masas judas podrn aportar una contribucin no despreciable a la construccin de un mundo nuevo. Esto no quiere decir que el socialismo, munido de una varita mgica, har desaparecer todas las dificultades que entraa la solucin de la cuestin juda. El ejemplo de la U.R.S.S.

demuestra que, incluso despus de la revolucin proletaria, la estructura especfica del judasmo, herencia de la historia, dar lugar a ciertas dificultades, sobre todo en los perodos de transicin. Es as que, durante la N,E.P., los judos rusos, utilizando su tradicional experiencia en el comercio, proporcionaron numerosos cuadros a la nueva clase burguesa. Por otra parte, la gran masa de peqeuos comerciantes y artesanos judos padecieron mucho al principio de la dictadura proletaria. Recin ms tarde, con los xitos del plan quinquenal, los judos ingresaron en masa en la economa sovitica. En suma a pesar de ciertas dificultades, la experiencia fue concluyente: centenares de miles de judos se convirtieron en obreros y campesinos. El hecho que un porcentaje importante de los asalariados judos sean empleados y funcionarios no debe considerarse un ndice inquietante, El socialismo no tiene ningn inters en que todos los judos se dediquen a profesiones manuales; por el contrario, las facultades intelectuales de los judos deben utilizarse ampliamente. Est pues comprobado que incluso en las condiciones relativamente difciles de un pas atrasado, el problema judo puede ser resuelto por el proletariado. Los judos ingresaron masivamente en la economa rusa, La productivizacion de los judos se realiz en dos procesos paralelos: asimilacin y concentracin territorial. Los judos que ingresaron a la industria se asimilaron rpidamente. Ya en 1926, menos del 40 % de los mineros judos de la cuenca del Doneis hablaban el idish. Sin embargo, viven bajo un rgimen de autonoma nacional: poseen escuelas particulares, prensa idish, tribunales autnomos. Pero los nacionalistas judos no terminan de deplorar el descuido de esas escuelas y esa prensa. Solamente, donde las masas judas suficientemente densas fueron colonizadas particularmente en el BiroBidjan, se asiste a una especie de renacimiento nacional. La vida misma demuestra, pues, que el problema que tan agudamente divide al judasmo: asimilacin o concentracin territorial slo es esencial para los soadores pequeo-burgueses, Las masas judas no aspiran ms que al trmino de su martirio. Esto slo el socialismo puede lograrlo. Pero tambin debe dar a los judos al igual que lo har con todos los pueblos-, la posibilidad de asmilarse y la de tener una vida nacional particular. El fin del judasmo? En efecto. A pesar de su irreductible oposicin aparente, asimilacionistas y nacionalistas estn acordes en combatir al judasmo tal como lo ha conocido la historia: el judasmo mercantil de la Dispora, el puebloclase. Los sionistas no dejan de repetir que se trata de crear en Palestina un nuevo tipo de judo, enteramente diferente al de la Dispora. Incluso rechazan con horror la lengua y la cultura de la Dispora. En el Biro-Bidjan, en Ukrania y en la cuenca, del Donetz, el viejo hombre se despoja tambin de su carga secular, El pueblo-clase, el judasmo histrico est definitivamente condenado por la historia El sionismo, a pesar de todas sus pretensiones tradicionales, no lograr un renacimiento nacional, sino todo lo ms un nacimiento nacional. El nuevo judo no se parece ni a su hermano de la Dispora, ni a su antepasado de la poca de la cada de Jerusaln. El joven palestino, orgulloso de hablar la lengua de Bar Kolcheba, no hubiera sido comprendido por l. En efecto, en la poca romana los judos hablaban corrientemente arameo y griego, y slo tenan vagas nociones de hebreo. Por otra parte, el neo-hebreo, por la fuerza de las circunstancias, se aleja cada vez ms del lenguaje de la Biblia. Todo contribuir a alejar al judo palestino del judasmo de la Dispora. Y cuando, maana, comiencen a caer en Palestina las barreras y prevenciones nacionales, no hay duda que se operar un fecundo acercamiento entre los trabajadores rabes y judos, lo que producir una fusin parcial o total,

El judasmo eterno, que, por otro lado, siempre fue slo un mito, desaparecer. Es pueril plantear la antinomia: asimilacin-solucin nacional. Incluso en los pases donde eventualmente se creen hogares nacionales judos se asistir, ya sea a la creacin de una nueva nacionalidad juda, completamente diferente a la antigua, ya sea a la formacin de nuevas naciones. Por otro lado, incluso en el primer caso, a menos de expulsar las poblaciones ya establecidas o de reactualizar las rigurosas prescripciones de Esdras y Nehemas, esta nueva nacionalidad no dejar de ser influida por los antiguos habitantes del pas. El socialismo, en el dominio nacional, no puede proporcionar sino la democracia ms amplia. Debe dar a los judos la posibilidad de vivir una vida nacional en todos los pases que habiten; de la misma manera, debe dar la posibilidad de que se concentren en uno o varios territorios, sin lesionar, naturalmente, los intereses de los habitantes. Slo la ms amplia democracia proletaria puede permitir resolver el problema judo con el mnimo de sufrimientos. Es evidente que el ritmo de la solucin del problema judo depende del ritmo general de la edificacin socialista. La antinomia entre asimilacin y solucin nacional es relativa, ya que a menudo el ltimo trmino es prefacio del primero. Histricamente todas las naciones existentees son el producto de diversas fusiones de razas y pueblos. No se excluye la creacin ce nuevas naciones formadas por la fusin o, incluso, por la dispersin de las naciones existentes actualmente, Sea como fuere, en este terreno el socialismo debe limitarse a dejar actuar a la naturaleza. En cierto sentido se volver as a la prctica de la sociedad precapitalista. Es el capitalismo que al proporcionar una base econmica al problema nacional, cre tambin antagonismos nacionales irreductibles. Antes de la poca capitalista eslovacos, checos, alemanes, franceses, vivan en perfecta armona. Las guerras no tenan carcter nacional importaban solamente a las clases poseedoras. La poltica de asimilacin forzada, de persecucin nacional, era desconocida entre los romanos, Los pueblos brbaros se dejaban romanizar o helenizar, pacficamente, Los antagonismos nacionales, culturales y lingsticos actualmente son slo la manifestacin de los antagonismos econmicos creados por el capitalismo. Con la desaparicin del capitalismo, el problema nacional perder su agudeza. Si es prematuro hablar de una asimilacin mundial de los pueblos, es inevitable que la economa planificada a la escala del planeta, tendr por efecto un considerable acercamiento de todos los pueblos de la Tierra. Sin embargo, seria poco recomendable precipitar esta asimilacin por medios artificiales; nada podra perjudicarla ms. No puede preverse an claramente cules sern los retoos del judasmo actual; el socialismo velar para que la germinacin tenga lugar en las mejores condiciones posibles.

Diciembre 1942