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PUBLICACIÓN MEDICA URIACH TERCERA ÉPOCA 1402.CoMo HOSPITAL DESANJVftNM if EN ESTtlloSPiTM SE E> ESPAÑA LA DtSmóN

1402.CoMo HOSPITAL DESANJVftNM if EN ESTtlloSPiTM SE E ... filemedades tramboembólicas y de los procesos patológicos originados o que cursan con una hi-peractividad de las plaquetas

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PUBLICACIÓN MEDICA URIACH TERCERA ÉPOCA

1402.CoMo HOSPITALDESANJVftNMif EN ESTtlloSPiTM SE

E> ESPAÑA LA DtSmóN

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Bloqueael procesotrombótico

Descripción:DISGREN es un inhibidor de la agregación pla-quetaria sintetizado y desarrollado en el Centrode Investigación Uriach, que posee una acusadaactividad antitrombótica puesta de manifiesto enla experimentación farmacológica y clínica.La actividad antiagr-egante y antitrombótica deDISGREX constituye la base fisiológica de su efi-cacia en la profilaxis y tratamiento de las enfer-medades tramboembólicas y de los procesospatológicos originados o que cursan con una hi-peractividad de las plaquetas.

Composición:300 mg de trifusal |DCI) por cápsula.Indicaciones:Tratamiento y profilaxis de la enfermedad trom-boembólica y de todos los procesos patológicosasociados con hiperactividad de las plaquetas.Tratamiento y profilaxis de los trastornos vas-culocerebrales isquémicos y de sus recidivas.Tratamiento y profilaxis de las vasculopatías pe-

Prevención de las trombosis venosas profun-das y de los accidentes trombóticos en el posto-

peratorio de la cirugía vascular periférica y de la

V ' ¡ ' W J 1 ' [ I 1 ' i I ' ' I ' M . ' \ * t I ' > 1 ¡ ' . t *l ° t ' L [ '

Complemento de la terapia anticoagulante en pa-cientes mal descoagulados.Hipercoagulabilidad.Posología:1-3 cápsulas diarias, durante o al final de las

Dosis preventiva: 1 cápsula diaria.Dosis de mantenimiento: 2 cápsulas diarias.Dosis en siluaciones de alto riesgo:3 cápsulas

Presentaciones:Disgren 50 cápsulas (P.V.P. IVA 4.478,- ptas.|Disgren 30 cápsulas ¡P.V.P. IVA 2.691,- ptas.|Disgren Envase Clínico 500 cápsulas.Interacciones:Potencia a los anticoagulantes. AAS y sulfonilu-reas. Asociado al dipiridamol se potencia la ac-ción de ambos fármacos.Contraindicaciones:Deberá administrarse con precaución en la úlce-ra péptica y en pacientes con sensibilidad a los

salicílatos. No está demostrada su inocuidad enel embarazo.Efectos secundarios:En raros casos molestias gástricas que se evitany que ceden con antiácidos.Intoxicación:

dosificaciones de 1.800 mg diarios. En caso de in-toxicación accidental los síntomas son: excitacióno depresión del SNC, alteraciones circulatoriasy respiratorias y del equilibrio electrolítico, he-carbón activo, eliminación del fármaco ¡vómito,aspiración, lavado), prestando atención al equi-librio electrolítico e instaurando tratamiento sin-

J. URIACH &Cía, S.A,Decano Bahi. 5908026 Barcelona

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n.° 18-1987 (Tercera época)

REVISTA DE ESTUDIOSHISTÓRICOS DE LASCIENCIAS MEDICASCentro de Documentación deHistoria de la Medicina deJ.URIACH&Cía.,S.A.Decano Bahí, 59-6708026 BarcelonaDirector:Dr. Juan Uriach MarsalSecretario de Redacción:Dr. José Danón Bretos.Soporte Válido con laRef. SVRn.°479Dep. legal: B.27.541 -1963ISSN: 0300-8169

P ráctica yenseñanzamédicas

en el Guadalupebajomedieval

EBSQU

F rente a las más enconadaspolémicas entre defensoresy detractores de las

diversas doctrinas que sesucedieron a lo largo del siglo xvn,iatromecánicos, iatroquímicos, etc.,la orientación del pensamientomédico se dirigió hacia las cienciasexactas y el estudio experimental,frente al grupo de fieles a ladoctrina hipocratica para quienes lamedicina práctica no podráasentarse más que en laexperiencia.

Fue en estos momentos cuando, enfranca ruptura con la tradiciónclásica se intuyó, por un lado, elcriterio localizatorio de laenfermedad mientras que, por otro—como Fracastoro—, seaventuraban ciertas hipótesisetiológicas llegándose, incluso, arelacionar el síntoma con laagresión orgánica. Faltaba, sinembargo, una inducción queprecisara la necesidad de la historiaclínica como pieza fundamentalpara la comprensión de laenfermedad pues nadie considerabalos casos clínicos propios comomateria de descripción y análisis.

A este respecto fue ThomasSydenham (1624-1689) quien, fielel principio hipocrático de lacuración de los enfermos, encaminóla medicina hacia la observaciónclínica y la experiencia personalllegando a dominar el panoramamédico durante todo el siglo XVII einiciando, formalmente, lanosografía moderna.

Tras una serie de influencias quehicieron mella en su vida científicay que podemos concretar en lanueva visión dinámica de laenfermedad, en las corrientesfilosóficas del siglo xvndesarrolladas por Bacon y Locke yen la evolución del pensamiento

ORlAbotánico protagonizada por laespecificación de Ray, adoptó unanueva visión de la enfermedad, elconcepto de especie morbosa,frente al escolasticismo tradicionalque clasificaba, subdividía, discutíay trataba los síntomasconsiguiendo, con ello, unamedicina exenta de hipótesisincomprobadas y exclusivamenteatendida la realidad clínica.

Frente al concepto de la alteraciónhumoral, definió la enfermedadcomo el esfuerzo de la Naturalezapara exterminar la materiamorbífica procurando por todos losmedios la salud del enfermo,considerando deber del médico lacorrecta descripción de todocuando veía a la cabecera delenfermo —como el pintor ante sumodelo—, con el fin de reducirdiagnósticamente la enfermedad ala especie morbosa, o tipo procesalo evolutivo que se repiteunívocamente en un gran númerode enfermos. Para su clasificaciónestableció los síntomas peculiares yconstantes —patognomónicos— yaccidentales distinguiendo, a suvez, entre enfermedades agudas ycrónicas, fundamentando suepidemiología.

E l llamado «Hipócratesinglés» publicó en 1663 suobra más importante,

Methodus curandi febres y si bien almargen de aquella nueva visión dela enfermedad no elaboró unapatología especial bien ordenada,dejó testimonio de su granexperiencia a través dedescripciones aisladas.

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THOMAS SYDINHAM.

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n." 18-1987 (Tercera época)

REVISTA DE ESTUDIOSHISTÓRICOS DE LASCIENCIAS MEDICASCentro de Documentación deHistoria de la Medicina deJ.URIACH&Cía.,S.A.Decano Bahí, 59-6708026 BarcelonaDirector:Dr. Juan Uriach MarsalSecretario de Redacción:Dr. José Danón Bretos.Soporte Válido con laRef. SVRn.°479Dep. legal: B.27.541 - 1963ISSN: 0300-8169 P ráctica y

enseñanzamédicas

en el Guadalupebajomedieval

José Ignacio de Arana y AmurrioSociedad Española de Médicos escritores.Madrid.

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P ráctica yenseñanzamédicas

en el Guadalupebajomedieval

Cuando intentamos asomamos alos hospitales de Guadalupedurante el siglo XV para conocerqué hacían aquellos médicos, quéasistencia prestaban y quéenfermedades veían en su diarioquehacer, chocamos con la falta detextos que hagan referencia a estalabor asistencial. Conocemos, así,relaciones de los gastos para loshospitales, hechos con laminuciosidad que acostumbran losmonjes para estos menesterescontables; tenemos datos muyindirectos, obtenidos de obituariosy libros de enterramiento, dealgunos de los frailes y seglares queejercieron la medicina; hallamosdos inventarios, uno, de 1501probablemente, con «las cosas quehay en el oficio de cirugía delmonasterio» y otro de 23 de agostode 1527 sobre lo que se encuentraen la botica. Con estos datosaislados hemos de recomponer loque entre los muros de loshospitales guadalupenses sucedíaen los años finales de la EdadMedia española.

De estos años, sin embargo, data uninteresantísimo texto al que esobligado referirse para el temamédico. Se trata de! «libro de losoficios» que se redacta entre 1463 y1464 y que, si bien no se haconservado completo, tiene entresus páginas el llamado cuaderno demayordomía,1 donde, aunque deforma desperdigada, se recogenalgunos datos sobre la organizaciónhospitalaria y un párrafo marginalque no tiene desperdicio:«Ordenación que conviene a ospitalbien regido: I, buena mesa, buenacama e la limpieza; II, un buenfísico que conosca los pacientes; III,buen ministro e servidorescaritativos, o tales serán que de maldoliente fagan bueno»,2 lo cualconstituye una declaración deintenciones que aún hoysuscribiríamos todos los médicos

para nuestros centros de trabajo.

En este libro de «mayordomía» sehace referencia a tres centrosasistenciales bien diferenciados: el«hospital» que debe referirse algeneral o de San Juan Bautista, el«de las mugeres» y, por fin la«enfermería» esto es, la dedicada alos religiosos enfermos dentro delrecinto del monasterio. Véanse lostextos.

«Están aqui, en el hospital, XXhombres para los servicios del, e enel hospital de mugeres XXVmugeres para amasar e lavar lo dela casa, que son XLV personas, eeste mes un tiempo con otro. Vpobres e cinco huespedes que sonX... Los XX hombres susopuestossirven de esta manera: un

azemillero. dos cozineros, undispensero, un refitolero, quatroenfermeros, un sastre, uno tienecargo de las ayudas, cincoortelanos, uno que sirve a lospobres, tres mocueios aprendizes dela cirugía, el uno es boticario, e asies fenchido el numero de veyntehombres. Están allende V viejos, unabañir e un moco que le sirve».3

«Enfermería: en este oficio esta unfrayle que lo rige allende de otrosque son a nos menester, e esta aquiun moco en la cozina. e gastanse enmedecinas en a otras cosas para losenfermos XXM, e allende del frayleenfermero están aqui otros cincofrayles, e los dos son cirujanos efísicos, e el otro es boticario, e elotro échales ayudas e tiene cargo dela huerta e de los viejos e de los

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El antibióticode elección en pediatríatodavía no superado

-Eficacia-Seguridad-Inocuidad

Indicaciones Tratamiento de los procesosinfecciosos por gérmenes sensibles a la amoxicilina.Infecciones de vías altas: Oti tis media. Rinofaringitis.Sinusitis, Amigdalitis. Faringitis. Infeccionesbroncppulmonares: Bronquitis aguda y crónica,Traqueobronquitis. Catarros, Gripe, Neumonía,Bronconeumonía.Bronquiectasias, Pleuritis seca y exudativa.Tos ferina. Infecciones gastrointestinales: Fiebre tifoidea resistenteal CAF, Salmonelosis, Shigelosis, Diarreas bacterianas. Infeccionesurinarias y ginecológicas: Pielitis y Pielonefritis, Nefritis, Cistitis,Uretritis y Ureteritis, Prostatitis, Gonorrea. Bacteriuria asintomática,Adnexítis, Cervicitis, Miometritis, etc. Infecciones de la piel y tejidosblandos: Forúnculos, Quistes sebáceos infectados, Abscesos de la cavidadbucal, Heridas infectadas. Otras indicaciones: Endocarditis, Osteomielitisestafilocócica, Infecciones oftalmológicas. Infecciones del tracto biliar, Meningitis.Efectos secundarios Muy raramente pueden presentarse intolerancias digestivas levesIntoxicación y su tratamiento Caso de intoxicación accidental (sólo a dosis muy elevadas), seguir las pautasgenerales de eliminación de medicamentos: lavado de estómago y aumento de la diuresis. ContraindicacionesSensibilidad a la penicilina y a sus derivados semisintéticos. Incompatibilidades No se conocen incompatibilidadescon otros fármacos. Dosificación En general, 25 mg de Amoxicilina base por kg y día, repartidos en tres tomas (cada8 horas). Lactantes: 12 gotas (60 mg) de EUPEN GOTAS, tres veces al día. Niños menores de 3 años: 25 gotas (125 mg)de EUPEN GOTAS, tres veces al día. Niños mayores de 3 años: I sobre (250mg) de EUPEN SOBRES, tres vecesal día. Adultos: 1 cápsula (500 mg) de EUPEN CAPSULAS, tres veces al día. En caso necesario puede doblarsela dosis. Eupen puede ser administrado antes, durante o después de las comidas. Las presentacionespediátricas poseen un agradable sabor y pueden ser tomadas mezcladas con leche, papillasy otros alimentos. Composición y Presentación EUPEN GOTAS 125 mg de Amoxiciüna basepor 1,25 ce (25 gotas). Frasco de 25 ce. con un dosificador cuentagotas. PVP IVA 363.- Ptas.EUPEN SOBRES Caja de 12 sobres con 250 mg de Amoxicilina base por sobre. PVP IVA343,- Ptas. EUPEN CAPSULAS 500 mg de Amoxicilina base por cápsula. Frasco de12 cápsulas. PVP IVA 523,- Ptas.

URIACHDecano Bahí. 59-67

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/ LnacXlCa S.A LIPOGRASILlndic»cioite\: Traimmemo de k .-"•• - <• ctel i i ra o¡ < ¡< ••• v

p • • • l'"-."-'¡i. mft (n»inimíkmmiK\ ppuríhianapolvo. Mi »¡í, tur. fuiíf •t'uíiinv. ^••¡',]Í; Lxir cardiaca, hepática n rtnal sririvi Herios wuftrfsnoi: [)uCynaru iwiimusJOaia, Cilr de catana. Mi mu. fonotjtalei eie\Qda\ pwdw pn>ú,. " 'rj\'."•;>••• "".•".'U.'r ,.'•• ".••i.rai,-na, ¡Q m%, Exir. de Uroideí.75ini; ílor wa^nesnu, 10 ir.g, diafreica gm desaptn • . . • . . . InnnicMwBicart'-SÓdii-o.WmtPosolotiivDi'lJt'i'iizeij'.tliü'ias.iu i tutniámitmo: I ri

reme las comidas La ümiiwaaQn --e induarü. en iwia caso, río coefinmit' ii'icgún ¡a disminución de ptso lograda que suele oscilar tnire aue sólo puedt p

i ? A^ TifWíUd/i'í ¿ /TÍ/ vKobtffiido i'! í1^1^^' ({""'(i"'' pufth' I/IÍV pií^.V . •• Frrtiseeume el traiamienio durante a/gu/iüi meses dada la (re- tos (testa ,• ,••enw tendencia de fas antiKttvs obew. a nxuperarsupewini- inw PrnenUtiÓK

Tratamiento natural de la obesidad:estimulante del catabolismo,

acción ligeramente laxante y diurética,no anfetamínico.

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letuarios, e el otro es refitolero; asyque sirven aqui cinco frayles, e conel enfermo son seys».4

De modo que en el hospital haycuatro hombres de los que no sedice que sean frailes dedicados alcuidado de los enfermos, más tres«moguelos aprendizes de lacirugía» más un subalternodedicado a la siempre ingrata laborde aplicar las ayudas (lavativas), entotal 8 personas que podemos tenerpor «sanitarios». En la enfermeríade los monjes, donde todos los quealli trabajan se dice que son frailes—interesante distinción— de losseis que se detallan, cinco son«personal sanitario» incluido el queparece inevitable «aplicador deayudas» a quien en este caso se leencomiendan varias misiones másque van del cuidado de la huerta ala preparación de los letuarios(electuarios) que tanto se puedetener por mediciamentos como porgolosinas. En total parece que en lasegunda mitad del siglo XVtrabajan como personal médico,aprendiz o ayudante en laboresmédicas, trece personas a las quehabía que añadir las «beatas» quecuidaban a las mujeres en su propiohospital y que, quizá, se encuentranincluidas en esas veinticinco de quehabla el primer texto transcrito.Bien se echa de ver que lostérminos «enfermero» «cirujano» y«físico» se entremezclan siendoimposible de aquí deducir cual erala misión y la formación particularde cada uno de ellos lo que, porotra parte, es confusión habitual encasi cualquier texto contemporáneode éstos.

Un aspecto que queda claro es lapráctica de la medicina y de lacirugía, en los términos que mástarde intentaremos referir, por partede los hombres profesos en religión.Bien conocido es sin embargo, eltradicional «horror a la sangre» de

la Iglesia Católica que se manifestóen decretos conciliares en los siglosXII y XIII que prohibían elejercicio de las facultades médicasy, sobre todo, quirúrgicas a losclérigos y religiosos; incluso en lasLeyes de las Partidas5 se indica estaprohibición tajante para loshombres de Iglesia con graves penascanónicas para sus transgresores.

Los monjes de Guadalupe afanadosen la atención a los enfermos de LaPuebla, peregrinos y a sus propioshermanos de comunidad nopudieron dejar de sentir ciertoresquemor ante las prohibicionesque conocían, y por ello dirigen,probablemente en 1442, un escritode súplica al Papa Eugenio IV6 enel que le presentan la situación delos enfermos de Guadalupe, sinmédicos seglares en un radio de dos«dietas», esto es de dos jomadas dediez leguas cada una, y le hablan dela presencia en el Monasterio defrailes que habían adquirido saberesmédicos y quirúrgicos antes de laprofesión y que muy bien podíaatender a esos enfermos si el Papase dignaba conceder la oportunadispensa.

«...apud ¡llud monaslerium quedamnoíabilia hospilalia pro pauperumel languentium receplione elmedicatione, ac edificio domorumel laycorum habitaüonels) eliampro peregrinorum hospilalitale innumero copioso conslrucle sunt, aclemoporis successu el in convicinistenis non exiguus crevit populas, elin eodem monasterio ultra centumviginíi continuo residen! Jratres.Sed, quia tamfratres ipsi quan aliieorum hospilalium acpopuli gentesseppe gravantur languoribus. elplerisque pro suorum languorumremedio diversi undique ad eosconfluunt. ab huius fratribusquorum aliqui in medicine elcirurgie artibus sunt periti. consiliaperituri, aliquibus imparciendis ipsi

fratres, cum credatur eis esseprohibilum medicinam el cirugiamsíudere el practicare, seppe retrahiconanlur, límenles eorumconscienüis scrupulum generanpropter ordinationes eclesiásticas.

(1) ARCHIVO DE GUADALUPE.Cod. 99, fol. 43v-80. En estedocumento consta la fecha: «Este añode mil e quatrocientos e sesenta e dos esesenta e tres que hera Prior FrayGonzalo de Madrid e subcedio el añoLXIII adelante Fray Rodrigo deSalamanca». Probablemente este «librode los oficios» se redactó con motivodel cambio de Prior, lo mismo que enesas ocasiones se hacían Los inventariosde bienes del Monasterio.

(2) ARCH. DE GUAD. Cod. 99, fol.44 (margen). La posición marginal deeste texto hace creer que algún monjede los que participaron en la redacciónquiso, una vez concluida aquélla,sintetizar y resaltar en unas breveslíneas los principios que debían ordenartoda la actuación médica.

(3) ARCH. DE GUAD. Cod. 99, fol.44.

(4) ARCH. DE GUAD. Cod. 99. fol.56v.

(5) PARTIDAS: I Partida, título VILLey XXVIII: «Cómo no debe aprenderfísica nin leyes ningunt religioso...» LosConcilios a que se hace referencia sonlos de Reims (1131) en que se prohibela práctica médica a los clérigos; el deLetrán (1139) en que se dicta igualsentencia contra el alto clero; y el de LeMans (1247) en que se hace especialprohibición a los frailes.

(6) ARCH. DE GUAD. Leg. 55 (dosejemplares) y Carpeta 3. Ninguno es eldocumento original, sino copiasauténticas del 19 de Marzo de 1443 queincluyen la concesión pontificia.

Perspectiva del Monasterio.

III

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10

«Cum autem, Pater, Bealissime,seculares infra duas dietas abindenon reperiantus medid quibus inMis comode juvari possinl, el ideodamna illis eveniunl el evenirepossunt non módica, ac ex exercitiopractice medicine et cirugiepredictomm iidem fralres nullumlemporale sed tanlum a premiorumLarguore celeste lucrum expectenl,nec particulare utile acquirere sedcommune ad munificientiamAltissimi, et regularis ibi vigeatobservantia, et communia quequebona sint ómnibus; supplicaturigitur Sanctitati vestre pro prioris etconventus eiusdem monaslerii partehumiliter quatinus eis pauperibuset populo heiusmodi in hiis piesubvenientes ipsi, ulfratreseiusdem monaslerii qui erunt prolempore et ante eontm intriotum inipsis ordine el monasterio inhuiusmodi medicine el cirurgiefacultatibus docti erunt, ills,postquam ordinem ipsumprofitebunlur, studere el practicarein diclis monasterio el hospilalibusquando et quotiens et in quibusvispassionibus ac circa personasquibus opus erit. juxta eorumprioris el superioris arbitrio ac deeorum licentia omni modo, lamengratis et Dei solius intuitu etcaritate, libere et licite possintconcederé et indulgere et cum illissuper hoc quatenus opus sitdispensare inforo conscientie».

Ciertament no se puede expresarmejor la situación del Monasterio ysu Puebla en cuanto a la precariaasistencia médica ni, a la vez,ofrecer la solución precisa para elproblema con todas las garantías deeficacia profesional y protestas dehumildad y carencia de interéscrematístico. No es de extrañar, conello, que muy poco tiempo después—poquísimo realmente para losplazos cancillerescos de la época—el 13 de julio de 1442 (3 idus julii)el Papa Eugenio IV concede en unBreve ' la autorización paraestudiar y ejercer la medicina y lacirugía de forma gratuita a aquellosmonjes no ordenados «in sacris»que ya tuvieran algún grado deconocimientos antes de haberingresado en la Orden, tal como seles mencionaba en el escrito desolicitud. Este mismo Papaconfirmará la concesión unosmeses después —31 de marzo de1438— quizá impelió a ello poralgunas dudas que quedaran en lainterpretación del Breve anterior.

Los monjes debieron seguirinsistiendo en sus peticiones,alguna de las cuales debía irencaminada a favorecer los estudiosmédicos en los hospitales

gudalupenses, y así en agosto de1451, el entonces Papa Nicolás Vdicta un Breve' en el que sesuprime la condición de haberrealizado estudios médicos antes deentrar en la Orden o en elmonasterio, con lo que se abríannuevas y sugestivas posibilidadespara el desarrollo de la escuelamédica guadalupense.

Llega ahora el momento depreguntamos qué prácticas médicasy quirúrgicas desarrollabanaquellos médicos, monjes y seglaresdurante los años bajomedievales. Esfuerza que para responder a estacuestión acudamos al inventario dematerial existente en el monasterioy al de los productos que guardabasu botica y de todo ello intentemossacar alguna conclusión.

El Dr. Esteban Rojas, en su obra

Hospitales y Escuelas de medicinaen Guadalupe "> copia dosmanuscritos que se hallaban juntocon el que contenía el Inventario delibros «del oficio».

El primero lleva al principio laleyenda «Estas son las cosas queestán en el oficio de cirugía delmonasterio» y dice su texto:

«primeramente un retablo de Ntra.Sra. y una tabla de Santa Caterina.— Está un escritorio grande y unarca de mesa.— ítem está un escaño y una sillade espaldas.— ítem otra silla de costillas dosfacistors (sic).— Iten un espejo grande dalinde.— ítem una tabla con tres espátulasde palo y dos de hierro.— 50 botes blancos y esmaltadosdellos en azul en questan algunas

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melecinas.— 10 barrilejos de vidrio conalgunos aceites.— Ítem un caco grande de cobrepa hacer emplastos.— ítem otros dos cacitos pequeñosy dos sartenicas chicas.— ítem dos ollas de cobre, la unagrande y la otra pequeña.— ítem otro barril con agua fuerte.— ítem un caxon con cincoventosas.— ítem otro caxon con dos giringas,la una de plata, la otra de cobre.— ítem dos cañas con unas tentasde plomo y de plata."— ítem otro caxón en questan unatenazas y un martillo y una ballestapasaz (para extraer) saetas.— ítem un badal (¿bozal?).— ítem un espéculo y una escofina.— ítem ventium cauterios alivars ycuchillare.—ítem diez y seis cabterios

datiláricos12 pa muelas.— ítem otros diez y seis cauterios,caudadillos y datilaris.— ítem otro caxon en que estáncinco terebelos" y una bolsa cononce trépanos y trece legras con susastillejos de palo y otras cincolegras todas de hierro y treslevantadores y un lenticular y uncuchillo de hierro todo.— ítem otro caxon en que estáncinco pares de tenazas pa sacarmuelas, más cuatro gatillos pa sacarmuelas, más dos genios (sic) pasacar muelas y un polican, másotras tenazas grandes pa sacarsaetas, más otra ballestita pa sacarsaetas, más otras tenazas máspequeñas pa lo mesmo, más otraballestita pa lo mesmo, más trespares de tenazas de abucasis parasacar espinas y sabguijuelas, másunas tenazas y una aguja pa echarsedales.

— ítem tres tablas pequeñas paaparejar hilas.— ítem cinco serrecitas pa aserraruesos.— ítem cinco giringas de latón.— ítem otras doce ventosas másuna caxa de latón pa los ungüentos,más otros dos cacitos».

El segundo documento es unapéndice a éste, escrito pordiferente mano aunque de la mismaépoca. Lleva por título «Ciertascosas que se me olbidaron de poneren los papeles que di a vuestraReverencia. Mándelos poner enellos y son los siguientes». Dice:«Primeramente dos buxetas deplata una vieja y otra nueva y unestuche grande en forado en plata ytambién las herramientas de dentroson de plata y esmielado (?) conmuchas historias; más otro estuchemenor que éste que tiene la conteray una guarnición de plata pordefuera, y tiene las lancetas yramitas guarnecidas de plata ynavaja (?) y tiene una cuchareja yuna tenta y una paleta de plata conotras herramientas de hierro que lepertenecen.

(7) Ibidem.

(8) ARCHIVO HISTÓRICONACIONAL Clero Cod. 111 B, Fol.23.

(9) A.H.N. Clero Cod. 11 IB. fol.28-29. Ambas bulas, la de Eugenio IV yla de Nicolás V. se recogen en laútilísima obra de Fray García deToledo, procurador de la OrdenJerónima en Roma y profeso enGuadalupe «Compendtum omniumprivilegiorum el gratiarum Summ.Poní, quibus fratres ordinis SancliHieronymi Hispaniae gaudení. Madrid,1593. pp. 272-273.

(10) ESTEBAN ROJAS, Tomás:Hospitales \ escuelas ele medicina enGuadalupe Logrosán-Madrid, 1933. pp.24-25.

(11) La palabra «tentas» supongo quese referirá a algún instrumento parareconocer la profundidad de las heridas.

(12) La palabra «datilánco» como la de«datilares» que aparece en el siguienteítem, puede referirse a la forma de dátilque tuvieran tales cauterios.

(13) Los «Terebelos» eran especie debarrenas que. junto al resto delcontenido de este «caxon», pareceformar parte de un instrumental parafetotomía.

Mmmuradels. XIV,reflejando la asistenciaa un enfermo urnbiiltttoi

sitando un hospital.

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Nicolás Manantes le. 1512-1588)

— Está otro estuche tamaño comoéste que tiene una contera de platay todas las otras cosas según de susdichos si es no la guarnición defuera que no tiene.— Está otro estuche un poco menory tiene todo lo que éste tiene.— Está otro chiquito que tiene todala herramienta de los sus dichossalvo que tiene la contera nielada ylas tijeras doradas.—Está otrosí una caxa grande enqué hacemos los ungüentos de lasbubas.— Está otrosí cerrado de vientelimas pa aserrar dientes con cabosde marfil y negros.— Está una xeringa pequeña demarfil y una caxeta de marfil quetiene las cerraduras de plata en queestá algún aparejo pa curar.— Está otrosí una caxa como libronielada en que están las historias deSn Blas y Sn Pantaleón en que estáun retablo de agujas pa coser llagas.— Está otrosí un canuto pequeñode plata en que está un pergaminocon un carmesí en que están agujaspa coser llagas.— Están unos canutos uno de latóny otro de caña en que están agujaspa coser llagas y otras pa vendar.— Están dos polletes y un braserode fierro».

En cuanto al Inventario de laBotica sería muy prolijo exponerloaquí de modo que sólo haremosalguna referencia a algunos de losproductos y simples en él reseñadoscuando vayamos analizando lasdiversas prácticas médicas. En todocaso, puede consultarse íntegro enla obra de López DíazN que lorecogió del Archivo delMonasterio.Con estos datos vamos a hacer unintento de conocer las prácticasmédicas que pudieran realizarsecon semejantes materiales.

1. — En el Inventario se mencionanvarias «giringas» de diversos

tamaños que debieron utilizarsepara la administración de «ayudas»,esto es, enemas que unas vecesserían medicamentosos y otros delos que hoy denominamos delimpieza. Recuérdese que el«cuadernos de mayordomía» del«libro de los oficios» hacereferencia, tanto en la enfermeríade los frailes como en el Hospitalde la Puebla, a la existencia de unpersonal cuya misión era«administrar las ayudas». Este tipode práctica ha sido a lo largo de lahistoria médica uso habitual comonos lo muestran pinturas yesculturas de antiguas civilizacioneso el formar parte de las tres «s» quepara los clínicos franceses delXVIII constituyen la base de suterapéutica/ sengner, senner yseringer.

2. — Emplastos: entre las

existencias de la Botica vemosabundante provisión de toda clasede simples y preparados útiles parala elaboración de emplastos y en eloficio de cirugía se enumeranvarios utensilios como «cazos» y«sartenicas» donde se prepararían.

3. — Los médicos del Monasteriodisponían de instrumentaladecuado para la extracción desaetas —«tenaza», «martillo»,«ballestas», «tenazas deabucasis»—, lo que en tiempo depaz dedicarían al cuidado yatención de los accidentes de cazaque serían harto frecuentes en unazona de gran riqueza cinegéticacomo son las Villuercas.

4. — Las clásicas técnicas«derivativas» exigían la práctica desangrías o aplicación de ventosas endistintas y muy espeficiadas zonas

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gaslroduodenal

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st molestias gástricas

e producirse por la ins pautas generales oa

que ceden

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la rápidalo de la a

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6 hor

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precaución en pacientes sometidos a tratamiento• n anticoagulantes orales ye que existe la posibilidadde una potenciación de su acción El fosfosal puede

potenciar la acción de los hipoglucemiantes oralesy obligar a una reducción de la dosis de estos

Efectos secundarios: No se conocen a las

intoxicación y su tratamiento: En caso deintoxicación accidental. Que sólo se produciría por

ngestión de dosis muy elevadas, debido al favorablecoeficiente terapéutico del principio activo, pueden

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P ráctica yenseñanzamédicas

en el Guadalupebajomedieval

del cuerpo, según aquello que sequisiera tratar. En el Inventario del«oficio» se menciona la existenciade ventosas y aunque no la desanguijuelas sino de pasada («...más de tres pares de tenazas deabucasis para sacar espinas ysanguijuelas»), a no dudar que lasmanejaron lo mismo que, quizá, laflebotomía.

5. — Las afecciones dolorosas de ladentadura, por la acritud de sussíntomas y lo accesible de suubicación, han merecido en todotiempo una especial atención porparte de quienes se dedican aaliviar el sufrimiento ajeno. Losmédicos de Guadalupe hubieron detener amplia actividad en estesentido a juzgar por la grancantidad de instrumental para talesmenesteres que se encuentra en su«oficio de cirugía», nada menosque dieciséis cauterios (treinta y dossi consideramos destinados a estemismo fin los de otro ítem) «cincopares de tenazas, más cuatro«gatillos», más dos «ingenios» y un«polican», «veinte limas y limitaspa aserrar dientes con cabos demarfil y negros»; en fin, una parteimportante del asrsenal de quedisponía el Monasterio.

6. — La mención reiterada decauterios, trépanos y «serrecitas paaserrar uesos» nos hace ver que lacirugía de gran envergadura, contrapanaciones y amputaciones, erapráctica habitual en los hospitalesguadalupenses y en no pocos casosse seguía fiando a la «acción ígnea»la curación de lesiones cruentas. Latrapanación hemos de suponerlacomo de cráneo aunque no se hagamención expresa de que fuera a esteconcreto menester al que sededicaban los trépanos allíguardados. Sería de interés unainvestigación —no sé si posible—sobre los cráneos de los cementeriosguadalupenses de la época para

comprobarlo, como se ha hechocon restos de otros tiempos ycivilizaciones; asimismo, con estalabor de paleomedicina sabríamoshasta dónde llegaban lasamputaciones que ahora sólopodemos intuir.

7. — Parte notable del Inventario aque venimos haciendo referencia loconstituye el material «pa coserllagas». El uso de «agujas pa coserllagas» parece indicar que nosiempre, ni mucho menos, se fiabaa la «acción ígnea» la curación delesiones abiertas, antes bien, seutilizaba el método «de cierre porprimera intención» que hoyconsideramos natural. El DoctorEsteban Rojas ls resalta cómo estehallazco guadalupense hace inútileslas disquisiciones historiográficassobre si fue Arceo o HidalgoAgüero quien ideó esta técnica o, alo menos, la introdujo en nuestraPatria, pues en la época de dataciónde nuestro Inventario, Arceo seencontraba estudiando e Hidalgoestaba aún por nacer. Otro posibleuso, más discutible, dado a estas«agujas pa coser llagas» sería el delas ligaduras vasculares, de cuyareintroducción en la prácticamédica figura tradicionalmentecomo autor Ambrosio Paré,mediada la siguiente centuria.

8. — Es curioso e interesante elítem del inventario en el que figura«un caxon en que están cincoterebelos y una bolsa con oncetrépanos y trece legras con susastillejos de palo y otras cincolegras todas de hierro y treslevantadores y un lenticulus y uncuchillo de hierro todo». Lafunción de este conjuntoinstrumental es claramentetocúrgica y, más aún, nos lleva apensar concretamente enintervenciones fetotómicas y delegrado uterino. Como no cabe quetuvieran utilidad ni en la

enfermería del Monasterio ni en elHospital de hombres de San Juan,su uso debe quedar reservado, siacaso, al de mujeres o incluso paraasistencia «a domicilio» a laspacientes de la Puebla; el que esteinstrumental se guardara en el«oficio» del Monasterio obedece,sin duda, a que allí se depositabatodo el material que los diversosmédicos —todos ellos servidores, alfin, del Monasterio— utilizabanpara las más variadas atenciones.Del mismo modo hallamos en este«oficio» materiales para laasistencia a los enfermos de las«bubas» que se encontraban fueradel recinto monacal.

9. — Tomando el hilo final delapartado anterior alcanzamos unode los temas más importantes en laasistencia médica guadalupense: eltratamiento en sus hospitales de lasífilis.

(14) LÓPEZ DÍAZ, Blas: «Una joyaque merece un recuerdo: La Botica delMonasterio de Guadalupa» FarmaciaEspañola. L (1918) n.° 40, pp. 625-627.n.°4l pp. 641-643; n." 42, pp. 657-660.Este Inventario corresponde, segúnFigura al principio del mismo, al 23 deagosto de 1527. siendo boticario FrayJuan de Cáceres. También se recogeíntegramente, tomando del autoranterior en: T. ESTEBAN ROJAS. Op.cit. pp. 30-37. Consúltese también G.VEGAS FABIÁN: La Botica del RealMonasterio de Guadalupe Madrid,1963.

(15) ESTEBAN ROJAS. T: Ob. cit. p.25.

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Sacristía delMonasterio de Guadalupe.

Francisco López de Villalobos," enépoca tan temprana como 1498,pone en verso la tragedia que seabate sobre Europa con un mal queresultaba desconocido hastaentonces:

«Fue una pestilencia no vista jamásEn metro, ni en prosa, ni en cienciani estoriaMuy mala y perversa, y cruel sincompás,Muy contagiosa y muy sucia endemás...»

La nueva enfermedad, nueva, a lomenos, en sus manifestaciones yvirulencia, habría de recibirinnumerables apelativos durantelos primeros años de su temibleexpansión, si bien luegoperdurarían con el de sífilis que seextrajo del nombre de un pastor,protagonista de un célebre poemade Nicolás Fracastor de 1521. Valgaa título de mera curiosidad estalista que recoge Esteban Rojas:17

mal venéreo, lúe venérea, syphilis,morbus postulorum, gorra, grangorra, buhas, bubas, elephantia,male pustule, paturra, pasión torpesaturnina, mal serpentino,buainaras, bipas, tainas, lias,licheus, pudendagra, mentagra,grues viruela, mal de Ñapóles y malitaliano, mal francés y mal gálico,mal portugués y mal castellano.

Cuestión grande y peliaguda hasido y lo sigue siendo la dataciónexacta de la aparición de la sífilisen Europa y su origen, como la deque el viejo continente no hubieraconocido el mal hasta el tránsito delos siglos XV y XVI. Este es untema de gran envergadura que a lafuerza desbordaría con creces porsu extensión la de este trabajo. Encualquier caso si creo convenientehacer mención aquí de unapolémica surgida con un intervalode muchos años entre dosestudiosos de la medicina

guadalupense como son EstebanRojas y Beaujouan. Con elinventario célebre a la vista,Esteban Rojas se apoya en laopinión de tres «reconocidos»paleógrafos para decir que el talinventario está redactado antes delaño ochenta del siglo XV con loque la mención a las «bubas»precede en más de una década a lasupuesta por numerososinvestigadores llegada de laenfermedad en las naves de regresode Colón y por lo tanto echaría portierra el origen americano de lasífilis. Beaujouan, más bibliófiloque el autor extremeño, alega quepuesto que tal inventario y el de los«libros que hay en el oficio» son dela misma fecha, y que en ésteaparecen otros no impresos antesde 1498, es imposible esa dataciónpaleográfica y, en cambio, la sitúacasi con certeza en el 1501, cuandoya era la sífilis conocida en Europa.Bien es verdad que Esteban Rojas,honestamente, reconoce laposibilidad de que el Inventario seaposterior a lo que él dice y poridénticos fundamentos queBeaujouan.'"

Sea de todo ello lo que fuere, yaceptando gustosos la tesis deBeaujouan. es lo cierto que en losúltimos años del siglo XV ya seconocía la sífilis en Guadalupe,adonde llegaría por el aluvión deperegrinos en una de las épocas demayor grandeza y popularidad delsantuario mariano, y muyenseguida se toman importantes yeficaces medidas para combatirla.Así el último día del año 1498 " sedecide la dedicación de una salaespecial en el hospital para estosenfermos, y ello convencidos losmédicos de la extremacontagiosidad del mal. El 22 dediciembre de 1509™ se decide laconstrucción de un hospitalexclusivamente dedicado a losenfermos de las «bubas» y para ello

se destina un dinero que se pensótambién dedicar a erigir unaescuela.

En la «enfermería de las bubas»trabaja un personal específico quevariaba de unas temporadas a otras:«Para la enfermería de las bubasson menester tres enfermeros altiempo de las unciones, y el otrotiempo dos».

En cuanto al método curativo, noslo refiere Francisco Arceo" que en1516 estaba trabajando en loshospitales de Guadalupe, comoconsistente en «fumigaciones,sudoríferos y uncionesmercuriales». Las unciones sedaban durante los meses deprimavera, de abril a mayo, en un¡ocal especial dentro de laenfermería. El mercurio a utilizaren esta terapéutica procedía deAlmadén según consta endocumentos posteriores21 querecogen privilegios reales para eltraslado del material hastaGuadalupe sin el pago de unimpuesto. Incluso se habla de queen tiempos precoces, los propiosfrailes explotaban un yacimiento decinabrio en los alrededores deGuadalupe14 sin que exista certezadocumental de este aserto.

El tratamiento de la sífilis enGuadalupe adquirió notablerenombre y se continuó haciendohasta el final de los hospitales en elsiglo XIX y en el siglo XVII seenviaban allí los soldados delEjército español afectos de laenfermedad lo cual indica unespecial prestigio a nivel nacional.

A la vista de todas estas prácticasmédicas que hemos enumeradosegún buenamente deducimos delos inventarios de material, cabepreguntarse ¿dónde aprendíanaquellos médicos guadalupenses lastécnicas y las teorías que luego

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llevaban a efecto? A falta absolutade otros datos como pudieran serlas procedencias formativas de losmonjes que tenían conocimientosmédicos de más o menos rigor antesde profesar en Guadalupe o en laOrden Jerónima. así como la dequienes, seglares, se integran bienpronto a la labor asistencialguadalupense, no tenemos otropunto de referencia que el breveinventario de los libros queencontrándose «en el oficio decirugía del Monasterio» hemos desuponer como obras de estudio yconsulta por los ejercientes enaquellos hospitales. Demos, pues,un repaso a esta lista identificadacasi en su totalidad por el brillantetrabajo de Guy Beaujouan.

Lo primero que llama la atenciónal ojearla en su extraordinariaamplitud para la época. Estánrecogidas —algunas, varias veces—todas las obras fundamentales de lamedicina medieval y con uncriterio muy amplio de selección.Predominan, naturalmente, losautores árabes de quienes se recibía

(16) LÓPEZ DE VILLALOBOS,.Francisco: El sumario de la medicinacon Iralado sobre las pestíferas buvas.Salamanca, 1498. CE HERNÁNDEZMOREJÓN, A.: Historia bibliográficade la medicina española. Madrid, 1842y editado por E. GARCÍA DEL REAL.Madrid, 1948, p. 402.

(17) ESTEBAN ROJAS. T.: Ob. cit. p.39. BEAUJOUAN, Goy: «LaBibliothéque et Pecóle medícale dumonastere de Guadalupe a l'aube de larenaissance» Medicine humáine etvelérinaire á la fin du Moyen Age.Geneve-Paris, 1966.

(18) ESTEBAN ROJAS, T.: Ob. cit. p.25.

(19) ARCH. DE GUAD. Cod. 74, fol.1. Beaujouan, G.: Ob. cit, da comofecha el 31 de diciembre de 1497.

(20) ARCH. DE GUAD. Cod. 74, fol.72. En la obra de Esteban Rojas figuracon la signatura antigua: Arch. Guad.Ms. Cod. 6, fol. 72.

(21) ARCH. DE GUAD. Leg. 53. CCRUBIO. G.: Historia de NuestraSeñora de Guadalupe Barcelona, 1926,n." 486, p. 314, que duda de la

transcripción del término«enfermeros». El texto completo que serefiere al personal que a mediados delsiglo XVI queda adscrito a losHospitales es el siguiente: «Unboticario que sea también casero decirugía y un muchacho. Dos enfermerosde calenturas. Dos id. de heridas. Dosmuchachos para ayuda de estosenfermeros. Un meíecinero. Para laenfermería de las bubas son menestertres enfermos al tiempo de las unciones,y el otro tiempo dos. Dos cirujanos sinel Mayor. Seis beatas y una Madre.

(22) ARCEO. Francisco de: De rectaCurandorum vuluerum ratione, ei aliiseius artis praeceptis libri I!. Amberes,1574.

(23) ESTEBAN ROJAS, T.: Ob. cit. p.41 cita y copia un privilegio ya tardíode 1724, del Rey Felipe V con laconcesión anual de dos arrobas deazogue procedente de la Real Fábrica yMinas de Almadén.

(24) Cf ESTEBAN ROJAS: Ob. cit. p.41.

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P ráctica yenseñanzamédicas

en el Guadalupebajomedieval

la mayor parte de la culturacientífica en estos años y, desdeluego, casi toda la cultura médica,bien directamente o a través de lastraducciones efectuadas al latin enalgunas escuelas europeas,fundamentalmente la salemitana.Avicena, Averroes y Ali Abbas seencontraban en los estantes deloficio de cirugía gudalupense. Nofaltaban tampoco las obras demédicos europeos y así, como másdestacados, encontramos los deGuy de Chauliac y Lanfranco deMilán, ambos de tema quirúrgico yen versión romance.Los temas tratados no dejanninguno fuera de esta pequeña perosubstanciosa biblioteca; hay en ellacirugía, teoría médica,farmacología, conjuntos de historiasclínicas (los «consilia») y hasta esposible que etnología, si comodedicado a tal suponemos elcontenido de esa «Sphera mundicum tribus commenlis» (n.° 34 delInventario).

El bagaje de conocimientosmédicos a que tenían acceso losmédicos de Guadalupe era, pues,universal y por las fechas deedición de los libros de subiblioteca2! perfectamenteactualizado. Conocían todas lastécnicas quirúrgicas existentes hastael momento —y ya vimos que esposible que innovaran más deuna— y las practicaron conlargueza a juzgar por los materialese instrumental utilizados; conocíanasimismo las prácticas dietéticas,derivativos, etc. de la medicina nocruenta, y, aparte de los librospropios de la botica, poseían en eloficio de cirugía sus textos«apotecarios». Es importante elnúmero de obras traducidas alromance, previsión necesaria parahacer posible su uso a unos monjesque, por su condición de legos, noestarían familiarizados con lalengua latina.

Pero todo esto ¿cómo lodesarrollaban en la labor diaria?¿Cómo era la rutina profesional delos médicos guadalupenses?

En un documento tardío ! ' se leeque la visita diaria comenzaba porla enfermería del convento «dondeson asistidos los enfermos congrandísima puntualidad, así demédicos como de medicinas. Todoslos días, que aya enfermos que nolos aya. toca el médico unacampana por la mañana a hora deprima y por la tarde a las dos, acuya señal se juntan los boticarios,enfermeros, cirujanos, sangradoresy otros ministros que asisten almédico a las visitas y executan a suhora cada cual lo que le toca;Providencia, grande, que se puededudar que en parte alguna tenganlos enfermos semejante consuelo...Todos los Ministros que asisten a laexecución de las medicinas, así delConvento como de los Hospitalestienen cuantiosos salarios yhonradas raciones en la atención dela puntualidad que ha de tener en elcumplimiento de sus obligaciones».Un siglo antes, el P. San José2n alreferirse al personal de loshospitales dice: «Sin el médicoprincipal, que es siempre de losfamosos del reyno, ay un pasante deMedicina, primero y segundocirujano y seis aprendices deCirugía, a los que da la lección elmédico de estatuto y, en suausencia, el primer cirujano». Porla época que escribe el P. San Josétodos esos cargos eran yadesempeñados por personas noprofesas en religión.

Más próximo al tiempo que nosocupa tenemos el testimonio del P.Talavera:28 «Asisten en estoshospitales, ordinariamente, cuatrocirujanos, y otro más docto queellos para las enfermedades yheridas más graves. Lee éste lafacultad y lo mismo hace el doctor

en Medicina. A estas leccionesacuden con gran provecho, por laexperiencia ordinaria que se hacede lo que se enseña y anatomíasque pueden hacer, los cirujanos,por indulto de Su Santidad».

Sin entrar en la crucial referencia alas anatomías y a la dispensa papal,hay que resaltar la diferencia clara,por primera vez en los textos hastaese momento existentes, que semarca entre los cirujanos y el«doctor en Medicina», esto es, loque hoy llamaríamos «clínico». Enla misma obra se hace unadescripción de cómo estabadistribuido el espacio del hospital,en este caso del general. En loscuatro lienzos del edificio haycuatro salas o enfermerías: una paralos capellanes, colegiales (losestudiantes de Medicina o Cirugía)y donados; otra para heridos; otrapara calenturas y otras para lasenfermedades de mayor peligro.«De este claustro principal se pasaa otro donde se dan las unciones delmal francés y se curan otrasenfermedades contagiosas con todoel cuidado posible». Arroja estadistribución una imagenhospitalaria que «suena» amoderno, muy lejana a las queconocemos de otros hospitalesmedievales con los enfermos pocomenos que hacinados, sin ningunaordenación por padecimientos ymeros «morideras». Cuando leemoslo referente a Guadalupe tenemosla sensación de hallarnos ante unhospital perfectamente regido encuyo desenvolvimiento cuentatanto la claridad que inspira sufundación, como el conocimientomédico y sanitario de los hombresque estaban a su cargo, sabedoresde la contagiosidad que obliga alaislamiento o la gravedad quesolicita cuidados intensivos.

En este hospital, como en el demujeres, se recibía a toda clase de

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HEPADIÓEST

Equilibrio funcionalhepato-bilio-digestivo

INDICACIONES: Dispepsia hiposténica de origen vesicular, gástrico o hepático. Disquinesia biliar. Insuficiencia hepática. Distonías digestivas de origen impreciso.Síndrome postcolecistectomía. Tratamiento patogénico y sintomático de la dispepsia propia del enfermo hepático y de la secundaria a alteraciones orgánicas y funcio-nales del estómago y vías biliares. COMPOSICIÓN POR GRAGEA: 2-MPG (2-mercapto-propionilglicinal, 100 mg; Metoclopramida clorhidrato. 10 mg; Ciclobutirolcalcico, 100 mg; Procaína base, 100 mg. POSOLOGIA: 1 gragea 3 veces al día, antes de tas comidas (en caso necesario, 2 grageas 3 veces al día). El tratamiento conHepadigest puede prolongarse indefinidamente dada la inocuidad y buena tolerancia de la especialidad. CONTRAINDICACIONES: Casos de hipersensibilidad cono-cida. INCOMPATIBILIDADES Y PRECAUCIONES: No se conocen. EFECTOS SECUNDARIOS: A las dosis terapéuticas Hepadigest no produce efectos secunda-rios. INTOXICACIÓN V TRATAMIENTO: Caso de intoxicación accidenta] [sólo a dosis muy elevadas), seguir las pautas generales de eliminación de medicamentos.Lavado de estómago y aumento de la diuresis. PRESENTACIÓN: Envase de 40 giageas. P.V.P. [VA 410 Ptas.

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1

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p\

Trimetaboldevuelveel apetitoal pacienteanoréxico

INDICACIONES: Anabotizante fisiológico (no hormonal).Anorexia funcional o secundaria a procesos oroénicos.Problemas -madre-hijo- por falta de apetito de' niño.Retrasos de crecimiento y desarrollo Niños apáticos.Periodos de crecimiento acelerado. Prevención de lostrastornos por hiponutrición en las enfermedades de la in-fancia y en la convalecencia. Especialmente indicado enlos procesos febriles y como acompañante de los trata-mientos con antibióticos.

El campo de aplicaciones de TRIMETABOL se extiendetambién al adolescente y al adulto como solución a la ano-rexia que se plantea con frecuencia creciente, tanto de ori-gen orgánico como funcional.

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EFECTOS SECUNDARIOS: Durante el tratamiento conTRIMETABOL puede presentarse excepcionalmente unaligera somnolencia que, lejos de representar un inconve-niente, resulta beneficiosa en niños nerviosos e intranquilos.Esta acción secundaria puede eliminarse normalmente fe-bajando algo la dosis. Con todo, la sedación excesiva sue-le desaparecer espontáneamente a los tres o cuatro díasde tratamiento.

INTOXICACIÓN V SU TRATAMIENTO: La intoxicaciónaguda con esta especialidad es rara, dado su elevado coe-ficiente terapéutico. En caso de intoxicación accidental.que sólo puede producirse por ingestión de dosis muy ele-vadas, se seguirán las pautas generales para favorecer larápida eliminación de medicamentos (lavado de estómagoy aumento de la diuresis)

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tt02.CoMoHOSPiTALE

yENEStHpSPim.SE

ESPECIALDEROMA

enfermos con las dos solascondiciones de ser pobres y no serincurables.

Otras labores de los médicos delmonasterio eran la asistencia a losenfermos de la Puebla quepermanecían en sus domicilios bienpor no haber camas disponibles enlos hospitales o por tener recursoseconómicos suficientes que lesvetaba el ingreso en los hospitalesde «caridad». Por último,diariamente podía ser llevada a laspuertas del monasterio, por quienquisiera, la orina para ser

examinada por los «físicos» quediagnosticaban mediante la«uroscopia» lo que pudieran y allímismo prescribían losmedicamentos oportunos que leseran dispensados en la propiabotica monacal.

El orden de la visita médica estabaregulado por un estricto horario.Comenzaba a la hora Prima, atoque de campana con la reuniónde todos los que iban a ver a losenfermos: médicos, cirujanos,boticario y aprendices y la primeravisita era a la enfermería de los

monjes, luego a los diversoshospitales dependientes delmonasterio, durante las cuales seiban explicando sobre los enfermoslas «lecciones»; en último términose giraba visita a los demásenfermos de la Puebla. Este ordende prioridades, a lo que parece,rigurosísimo, con la postergaciónde la Puebla, ocasionó en variosmomentos la airada protesta de losvecinos; como ejemplo de estasreclamaciones reproducimos lo quese encuentra entre los alegatos delvoluminoso «pleito de losBonilla».2'

«8. — Físico. — lo octavo quecuando este pueblo esta próspero erico como atrás se haze relación

(25) Cf las fechas que Beaujouanadscribe en su identificación de esabiblioteca. Ob. cit. pp. 401-407.

(26) Cf. ESTEBAN ROJAS: Ob. ci t p.41; da la referencia antigua delArchivo. Historia del Sanio Templo JeGuadalupe: Maravilla de Níra. Sra. Ygrandezas de su casa. Ms. anónimo delsiglo XVIII, Segunda parte, fol. 613 delArchivo de Guadalupe.

(27) SAN JOSÉ. R: Historia Universalde la primitiva y milagrosa Imagen deMuestra Señora de Guadalupe. Madrid.1743.

(28) TALAVERA. C : Historia deNuestra Señora de Guadalupe. Toledo.1597. Capitulo XV del libro Cuarto,fol. 22v.

(29) En 1509. Cf. ESTEBAN ROJAS.Ob. cit. p. 42: hace mención a lasignatura antigua del ArchivoMunicipal de Guadalupe. Tomo A fol.49v. El pleito de los Bonilla seencuentra en Arcli de Guad Códices167, 168, 169. 170. 171. 172. 1 73 y174.

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P ráctica yenseñanzamédicas

en el Guadalupebajomedieval

Autógrafo de Juan Surapán de Rieras

pagaban diez mil mrvs. para unfísico que avian por byen de tener épagarle de sus bolsas, agora que notenemos pa nosotros ny paramantner nuestros hijos, segund losaños nos an dexado, no lo podemossofrir ny pagar quanto mas que estoa de ser la voluntad del pueblotenerlo o no, pues que lo paguen desus bolsas y el señor no les puedeconstreñir a lo que tengan, pues noay propyos de que se pueda pagarque sy los oviese mucho plazerabryamos de gelodar. E tambyen elpueblo de lo tener ningundprobecho recibe porque el tiene quehazer tanto en esta Santa casa é susospitales que cuando nos va a curares medyo dia é ya está el enfermomuerto. Y allende desto sy va acurar alguno primero le han depagar: muy bien pagado o darlebuenas prendas sy no tiene dineros.Ansy pues somos pocos é pobres nolo podemos buenamente conplyr nypagar ny con buena conciencia nospodeys constrenyr a lo tener.Quanto mas que serya cosavergonzosa que se dixere quel fisicoque cura los ospitales de tan santacasa para donde tantas limosnas setraen lo pagan los pobresmiserables de nuestro pueblo».

La queja bien se echa de ver, notiene desperdicio ni los vecinos dela Puebla se mordían la lengua a lahora de plantear sus protestas altodopoderoso Prior de Guadalupe.Este texto tan significativo noslleva de la mano a tratar el aspectoremunerativo de! ejercicio médicoen Guadalupe.

Desde la misma llegada de losJerónimos convivían y trabajabanjuntos médicos regulares y médicosseglares —Fray Gonzalo el Físico,que parece llegó con la primeraexpedición de Lupiana y MaestreAlonso, médico ya de la Pueblaformarían el primer equipo—. Losprofesores debieron ejercer su labormédica y quirúrgica desde el primermomento, sin hacer ningún caso—y no sería por desconocimiento—de las leyes canónicas y aun civilesque no lo vedaban expresamente.En las listas de hermanos legos «decorona» que trabajaron para aliviarlos sufrimientos físicos de losvecinos y peregrinos, encontramosvarios que fallecieron antes de 1442en que llega la primeraautorización papal, la de EugenioIV. Son sus nombres: Fray Juan,enfermero, lego; Fray Juan,cirujano, lego, el «cuxuelo deXerez»; Fray Diego, el enfermero,lego, el que fue pobre ermitaño;Fray Pedro, el cirujano, lego, deGuadalcanal; Fray Gonzalo, elfísico, que fue de Llerena; Fray

Juan, el hospitaleto; Fray Alonsode Villagarcía, lego, que tenía loshospitales. Fray Diego, cirujano,lego.

No sabemos bien por qué, en unmomento determinado, sintieronescrúpulos de conciencia que lesllevaron a escribir a Roma, pero síqueda claro del texto de la carta desolicitud que el ejercicio que hacíanhasta entonces, como el que seofrecían a continuar, lo era a títulogratuito y así debió ser siempre porlo que se refiere a los frailesmédicos y cirujanos.

Otra cosa es lo referente a losmédicos seglares a quienes elmonasterio pagó siempre conlargueza y no sólo con dinero, puesuna parta importante del estipendiose hacía en especie, dándoselescasa, leña, pescado gratis, trigo, doscerdos cebados al año, una zamarrapara el médico y otra para sumujer, miel, cera, pienso para lascaballerías e incluso nieve enverano, lo que ya es un detalle delujosidad.30

Los sueldos en dinero de losmédicos seglares estánperfectamente recogidos a partir delsiglo XVI en los libros de cuentas ymayordomía del monasterio, perono así para los años del siglo XV.En esta caso debemos recurrir a unmedio interesante cual en lasdeclaraciones de los testigos en elpleito de los Bonilla !l y elloteniendo en cuenta que talestestigos lo eran en contra delmonasterio con el que sedilucidaban cuestiones muypeliagudas de dominio territorial enla Puebla, por lo que no se puededescartar un tanto de exageraciónen algunas cifras.

A los habitantes de Guadalupe seles exige la cantidad de diez milmaravedíes para el pago de un«físico» que les atienda y no deforma exclusiva sino cuandofinaliza su labor en la enfermeríadel monasterio y en los hospitalesde él dependientes, lo cual era a lasveces «medyo dia é ya está elenfermo muerto». Esto no debió sersiempre así, pues en el reiteradopleito se dice que los doctores Sotode la Parra y Juan de Oviedo nocobraban nada de los vecinos, antesbien, además de la visita a losdomicilios atendían —el doctorSoto— a «todos quantos quierenenbiar la orina a la puerta delospital (donde) la ve el dychomédico é da consejo de balde syndineros é cédulas para lasmedycinas a los boticarios sy an demandar cosa singular»,12 cobrando

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su sueldo directamente delMonasterio.

En otros testimonios se da cuentade los sueldos cobrados por estostres médicos. Así el Dr. Sotocobraba 30.000 maravedíes; el Dr.de la Parra —según le oyó decir eltestigo, en este caso AndrésGonzález de la República, vecinode Cañamero— recibía 50.000meravedíes y al haberle ofrecido elMaestre de Alcántara un sueldo de90.000 maravedíes, «dexó la dichaPuebla e se fue al dicho Maestre»;en cuanto a Juan de Oviedo, segúndeclara el Bachiller Juan Núñez—este testigo, que es hijo delpueblo, va contra los frailes,aunque vive del convento» recibíade los frailes un salario de 80.000maravedíes.

Aun contando con el grado deexageración, repito, que haya ensemejantes cifras, dictado por elcalor del propio pleito, no nos cabeduda de que la munificencia de losJerónimos para con sus médicosseculares no tendría fácil parangónen otros hospitales civiles deEspaña y de ahí en adelanteseguiría siendo lo mismo con loque, aparte del alto valor científicoy práctico de que gozaron loshospitales guadalupenses durantemuy luengos años, muchos médicosya curtidos y numerososaprendices, habían de solicitar,incluso buscando la adecuadarecomendación, el entrar al serviciodel monasterio de las Villuercas.

(30) ESTEBAN RAMOS, Vidal:«Escuelas de Medicina y Cirugía deGuadalupe y sus Hospitales» /Jornadas regionales extremeño-lusasde la Misiona de la Medicinacelebradas en Guadalupe. Plasencia.1974, p. 123.

(31) Vid. supranota29.

(32) Pleito de los Bonilla: Testimoniode «Juan Rodríguez de Logrosán,escrivano y vecino de Guadalupe», queactúa como testigo del Monasterio, ensu respuesta a la pregunta n.° 52.

(33) BEAUJOUAN, G.: Ob. cit. p.382.

(34) TALAVERA, G.: Ob. cit.

(35) BARREIROS, Gaspar:Chorographia de algums lugares questatn em um caminho que fez ó annoMDXXXXV1 comentando na cidade deBadajoz em Castella te á Milam emItalia. Coimbra, 1561, fol. 38 v.

(36) C£ TALAVERA, G.: Ob. cit.;SAN JOSÉ. F.:Ob. cit.; etc.

¿Hubo escuelade Medicina enGuadalupe?

Un tema importante para lahistoriografía de la Medicinaespañola lo constituye eldeterminar si en los Hospitales deGuadalupe se estructuró unaauténtica Escuela de Medicina enun período tan precoz como la BajaEdad Media, cuando apenas seiniciaba esta enseñanza de formareglada en las nacientesUniversidades. Hemos establecido«a priori» unos criterios queconsideramos necesarios ysuficientes para la calificacióncomo Escuela Médica de un centrohospitalario y, a continuación,vamos a ir poniendo en parangóncada uno de ellos con lo quesabemos de los hospitalesgualupenses durante esa época.

1. — El primer criterio a planteares la realización de una medicinacompleta, esto es, que reúna lasprácticas terapéuticas habituales desu época, en este caso la dietética,farmacoterapia y cirugía. EnGuadalupe se practicaba desde muytemprano una actividad quirúrgicanotable como podemos deducir delos inventarios de materiales de suoficio. Allí había trépanos, sierraspara huesos, tenazas paraextracción de saetas junto aaparatos con que conocer laprofundidad de la herida, cauteriosen buen número, abundanteinstrumental odontológico,material que hemos supuestodestinado a prácticas tocúrgicas y,más concretamente, a fetotomías y,asimismo, mención reiterada de«agujas para coser llagas». Todo unmuestrario, pues, de instrumentalpara la práctica de la cirugía.

En cuanto a la farmacoterapia ydietética nos remitimos a losinventarios de la botica en que nofalta de nada; de simples hastafórmulas complejas hay unverdadero arsenal. La dietética, pordemás, tiene una feliz referencia enel «libro de mayordomía» demediados del siglo XV cuando semenciona a la buena mesa —y nose ha de entender en sentidopantagruélico—junto a la cama ymedicinas como medio que «de maldoliente hagan bueno».

2. — Que se imparta en su seno unaenseñanza teórica a la par que lameramente práctica que incluyatodos los conocimientos que hoyllamaríamos «fundamentales» o

«preclínicos». Este es un puntocrucial en el tema de la calificacióncomo Escuela de Medicina y así lomanifiesta Beaujouan." Paranosotros está claro que estaenseñanza teórica se impartió enlos Hospitales de Guadalupe. Ennuestro apoyo vienen lostestimonios del P. Talavera u y deGaspar Barreiros3S que hablan delas «lecciones» que daban loscirujanos y médicos de Guadalupea los «aprendices» y a quienes conellos pasaban la visita diaria a losdiversos hospitales del Monasterioy la Puebla así como a los enfermosencamados en sus domicilios, locual se refiere en ambostestimonios como una de lasactividades más caracterizadoras deaquellas comunidades de «maestrosy aprendices». Quizá puedeaducirse que tanto el texto del P.Talavera como el de Barreiros sontardíos para nuestro intento puescorresponden los dos a la segundamitad del siglo XVI, pero al leerlosno da la impresión de que se esténrefiriendo a algo reciente, sino quehablan de algo consuetudinario enel monasterio. Desde luego, enpleno siglo XV, disponían en laenfermería de varios libros conabundante contenido teórico —AliAbbas, algún «consilia», Rhazes,Averroes, Avicena; etc.

3. — Han de existir uno o variosprofesores que actúen como talestanto en las enseñanzas teóricascomo prácticas. Hemos tenidoocasión de comprobar en variosdocumentos su presencia sí bien noconozcamos en épocas tempranassus nombres; suponemos —y conello creemos no ir descaminados—que actuaron como tales losmédicos principales y los «primeroscirujanos». A título de merarecordación mencionemos ahora aFray Gonzalo «el Físico», MaestreAlonso de Talavera, Fray Juan «elcoxuelo de Xerez», y, cómo no, alDoctor Cobo, Juan de Guadalupe ya Fray Luis de Madrid, quehubieron de salir numerosas vecesdel recinto monacal y de la Pueblapara ejercer su ministerio hasta enlechos reales.

4. — Existencia de alumnos tantopertenecientes a la comunidad, eneste caso, como de otrasprocedencias. Son varios losdocumentos en que se hacereferencia a ellos.36

5. — Exigencia de cierto grado deoriginalidad en las disciplinasimpartidas. Este punto podríallenarse, y aun crecer, con la solamención al tratamiento de la sífilisen Guadalupe, documentada casi

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inmediatamente a la aparición de laepidemia en Europa. Allí enGuadalupe se identifica laenfermedad por sus síntomas, sereconoce bien pronto su altacontagiosidad intuyéndose a lomenos sus vías de propagación, y seestablece con presteza el obligadoaislamiento de sus enfermosconstruyéndose un hospital para unsolo uso. A mayor abundamiento seinstituye una terapéutica originalcon «fumigaciones, unciones ysudoraciones» utilizándose a tal finun material de difícil obtencióncomo el mercurio, que les llegadirectamente de sus yacimientospor especiales privilegios.

— Como para poder impartir estetipo de enseñanza sin dificultadalguna, antes bien, con una total«puesta al día» de losconocimientos. En varios de estostextos se deja muy clara laexistencia de dos clases demedicina: una «teórica» y una«práctica» y puesto que tales libroseran utilizados como obras deconsulta y manejo habitual, seríaimpensable que aquellos médicos

XIV

despreciaran nada menos que unamitad de su ciencia para su propioejercicio y, menos aún, para ladocencia de quienes se lesencomendaban.

Así pues, si contaban con elmaterial bibliográfico adecuado, silos médicos guadalupensesadquirieron nombradla por su buenhacer y su mucho saber, comodemuestra su extracción paraconstituir el primer Protomedicatode España ya en el siglo XV y siunos años después se daba comoprincipal característica de suenseñanza médica la instrucciónteórica, debemos concluir que en elperíodo que nos ocupa, estaenseñanza era norma habitual enlos hospitales de Guadalupe con loque creemos dar un firme pasoadelante en la caracterización denuestro monasterio mariano comoauténtica Escuela de Medicina conel criterio exigido —con todorigor— por Beaujouan.

Pero no sólo las «pestíferas bubas»,su diagnóstico, aislamiento yterapéutica es lo que da carácter de

originalidad a las prácticas médicasguadalupenses. La abundancia dematerial de sutura en susinventarios, en época en que elcierre de las heridas por primeraintención, aunque descrito de largo,no era, ni mucho menos, usohabitual en Medicina, acredita aGuadalupe como una avanzada dela cirugía bajomedieval hacia el yaalboreante Renacimiento.

ítem más, y con una importanciaestupenda: la asociación en elmismo marco de una enseñanzateórica a la par que prácticaconvierte a Guadalupe en un centrode enseñanza «integral» de laMedicina a lo menos seis o sietedécadas antes de la aparición, enPadua, de la Escuela de JuanBattista di Monte. Este solo hechoya serviría para situar al santuariode la Virgen morena comoauténtica luminaria de la Historiade la Medicina europea.

6. — Asimilación de las doctrinasimperantes en cada momento, si nolas preceden, y evolución de lasdistintas teorías médicas desde la

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FurantoínaAntibacteriano dereferencia, específicode las infeccionesurinarias agudas ycrónicas

FurantoínaSedanteTratamiento de lasinfecciones urinariasque cursan con dolor,espasmo, tenesmoy disuria

Furantoína

INDICACIONES: Infecciones del tracto genito-urinarioocasionadas por gérmenes sensibles: pielitis, pielonefritis,cistitis, prostatitis, uretritis. Profilaxis en intervenciones oexploraciones urológicas.CONTRAINDICACIONES: Insuficiencia hepática o renalgraves. Hipersensibiíidad a la nitrofurantoína.POSOLOGIA: Adultos: 1-2 comprimidos 3 veces al día;Niños: 2,5-5 ce. de suspensión 3 veces al día.COMPOSICIÓN Y PRESENTACIONES: Comprimidos:Envases de 25 y 50 comp, con 50 mg de nitrofurantoína (PVPIVA 199,- y 254,- ptas.).Suspensión: Frascos de 80 ce. con 10 mg de nitrofurantoí-na por ce. (PVP IVA 162,- ptas.).

Furantoína Sedante

INDICACIONES: Infecciones urinarias ocasionadas por gér-menes sensibles a la nitrofurantoina y que cursan con sintoma-tología acusada (dolor, tenesmo, disuria): cistitis, uretritis,pielitis, litiasis con infección secundaria.POSOLOGIA: 3 cápsulas diarias.CONTRAINDICACIONES: Nefritis grave o insuficienciarenal. Glaucoma. Retención urinaria. Hipersensibilidad a lanitrofurantoína.COMPOSICIÓN Y PRESENTACIÓN: Envases de 30 cápsu-las con 50 mg de nitrofurantoína, 100 mg de fenazopiridina,I mg de N-mctilbromuro de hioscina y 2500 UI de vitamina Apor cap. (PVP IVA 229,- ptas.).

INCOMPATIBILIDADES: Los acidificantes del pH urinario aumentan la absorción digestiva de la nitrofurantoína, mientrasque los alcalinizantes y el ácido nalidixico la disminuyen.EFECTOS SECUNDARIOS: Puede producir náuseas y vómitos, que se evitan ingiriendo el medicamento con las comidas.Ocasionalmente, en tratamientos muy prolongados, se han descrito trastornos alérgicos y polineuritis, que ceden al suprimirla medicación. ^—-^INTOXICACIÓN Y SU TRATAMIENTO: La intoxicación aguda es rara dado su elevado coeficiente i ^ l f p , j UR|ACH y aa. 3.A.terapéutico. En caso de intoxicación accidental, seguir las pautas generales para favorecer la elimina- V ^Sj | j Decano eam, 59-67ción de medicamentos (lavado de estómago y aumento de la diuresis). ^-—- :026 Barcelona

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STATICUMGlipentida

Equilibrio,control yseguridaddurante24 horas.

STATICUM es una sulíonilurea de baja dosis,investigada y desarrollada por URIACH, querestaura la sensibilidad de las células betapancreáticas del diabético adulto frente aiestímulo de glucosa. Gracias a la estructuraquímica y al mecanismo de acción deSTATICUM, la intensidad del estímulopancreático es proporcional a la glucemia, lo quenace prácticamente imposible la aparición decomas rtipoglucémicos o de hipoglucemiassubclínicas. Su tolerancia es muy buena inclusoen tratamientos prolongados. STATICUMmejora también la captación de glucosa por eltejido muscular y regula la excesiva producciónde ácidos grasos libres (acción antilipolítica).Con una dosis diaria de 1-3 comprimidos deSTATICUM se consiguen resultados clínicossatisfactorios en el 90% de los pacientes.Indicaciones: Tratamiento de la diabetes de laedad madura no compensable o mal compensadacon dieta sola o con otros hipoglucemiantesorales. Tratamiento de la diabetes con necesidadde insujina inferior a 40 UI al día.Contraindicaciones: Descompensaciónmetabólica grave. Coma diabético. Trastornosgraves de la función renal o hepática. Diabetesjuvenil. Intoxicación y Tratamiento: Caso deintoxicación accidental (sólo a dosis muyelevadas), seguir las pautas generales deeliminación de medicamentos: lavado deestómago y aumento de la diuresis. En caso deuna hipoglucemia grave, se requiere tratamientocon suero de dextrosapor vía i.v. y cuidadoniédko intenso. Umifi* aiitin: LUÍ dosis dianasusuales están comprendidas entre Vzy4 •comprimidos (2,5- 20 mg. de glipentida). En lamayoría de los casos es suficii-me una dosis de1-2 comprimidos por día. administrados en unasola toma, durante el desayuno. Las dosúsuperiores a 2 comprimidos diarios se repartirándurante e¡ resto de las oomidaa Presentación >Composición: Staticum ie prCKBU en envases de30y lOO comprimidos. Cada vomprimido deStaticum contiene 5 mg de giipentida. Unaranura central permite el fraccionamiento delmismo en dosis exactas de 2,5 mg. (P.V.P. 357,-y 814,-Pías.)

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Antigua visition ¡unió mo

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fundación hasta el cierre de lainstitución. Uso de textos tenidosen el conjunto de la profesiónmédica coetánea comofundamentales para la enseñanza ola práctica. Una vez más, elexamen del Inventario de 1501 nosmuestra la acogida que enGuadalupe tuvieron todas lasdoctrinas bajomedievales, pues paraaquella época no se puede concebiruna más completa selección detextos médicos por autores,contenidos y diversidad de teoríasexpuestas; en las Facultadesuniversitarias coetáneas con esteprimer auge guadalupense noexistiría, a buen seguro, unconjunto bibliográfico de semejantecalidad. Las prácticas medicas quehemos visto desempeñar en loshospitales de Guadalupe casi desdeque tenemos constanciadocumental no deja lugar a dudas.por otra parte, de que se aplicarancon buen aprovechamiento lasdoctrinas de aquellos textos.

Otro aspecto, que se escapa ya delos límites temporales impuestos alpresente trabajo, es el de laevolución posterior de estosconocimientos desde elRenacimiento hasta la clausura dela labor asistencial guadalupenseacaecida a la vez que laexclaustración forzada de losmonjes en el siglo XIX. Nodejaremos, sin embaro, de hacermención al Catálogo de los librosde la Biblioteca de Guadalupeexistentes en el último tercio delsiglo XVIII;" en él se hallanrecogidas numerosas obras médicasque nos permiten conocer lacontinua actualización a que estabasometida la bibliografía al alcancede los médicos allí ejercientes. Lapráctica, a partir del siglo XVI sefue reduciendo, al igual que enotros hospitales de ámbitomonacal, en beneficio del cada vezmayor incremento de actividad e

importancia adquirido desde esosmomentos por los hospitalesciviles, lo cual no obsta, en el casoconcreto de Guadalupe, para que asus salas acudieran continuamentemédicos atraídos por las óptimascondiciones económicas de suregimiento, así como otros por elafán de ampliar sus saberes oadquirir práctica hasta el mismomomento de su cierre definitivo.

7. — Elaboración y difusión deescritos propios que nacidos, quizá,para uso interno en el hospital,merezcan por su categoríadifundirse fuera de sus puertas yalcanzar el valor de textos en otrasescuelas. Desde fines del siglo XVIes fácil encontrar textos escritos pormédicos practicantes en Guadalupeo que lo hicieron allí en algúnmomento de sus biografíasprofesionales. Aquí sólo losenumeraré: De recta vulnerumcuratione de Francisco de Arceo (s.XVI); Comentario a la HistoriaNatural de Plinio de FranciscoHernández (también en el s. XVI);Medicina española contenida enproverbios vulgares de nuestralengua de Juan Sorapán de Rieras(1616); Compendio chirurgico... deDiego Antonio de Robledo yMéndez (1686); Medicina Prácticade Guadalupe del Doctor FranciscoSanz de Dios (1730) obra de capitalimportancia para la enseñanza dela Medicina en las universidadesespañolas desde el mismo momentode su publicación hasta bienentrada la centuria siguiente:Disertación de las virtudesmedicinales de la fuente del Loronuevamente descubierta en lassierras de Guadalupe de FranciscoFornery Segarra (1780).

En lo que se refiere a escritosmédicos guadalupenses durante elsiglo XV y principio del XVI, elasunto se oscurece de formanotable. No hemos podido

encontrar ningún texto que reúnaestas características aunque estamosseguros de que hubo de existir sibien sólo fuera para uso interno desus hospitales. Observamos que lasobras que conocemos son deautores seglares y de una época enque ya la imprenta estáperfectamente asentada comomedio de difusión cultural. Nosfalta por localizar los escritos, abuen seguro manuscritos, de losmédicos regulares que ejercían enGuadalupe. Muchos, la mayoría delos producidos en los scriptoriumguadalupenses, se han perdido parasiempre en los avatares quesufrieron sus fondos y quizásexpurgando en ellos hubiéramosencontrado más de uno de los quebuscamos. Existe un factor de cuyainfluencia cardinal en la aparente oreal ausencia de textos propios enel siglo XV no podemos dudar y esla condición de profesos queostentaban la mayoría de losmédicos guadalupenses, a lo menoslos de mayor significación yprestigio, en esa época temprana.

No eran los monjes Jerónimos deestas primeras etapas muy proclivesa redactar sus experiencias oconocimientos de cualquier índoley cuando lo hacían era a título demera información registral comosucede con el célebre Libro de losOficios, o en apoyo de algunapetición a altas magistraturasciviles o eclesiásticas. De lasmúltiples actividades que losmonjes desarrollaban dentro delMonasterio, y entre las que cabedestacar por las maravillosasrealizaciones que han llegado hastanosotros, las tareas de scriptorium y

(37) Manuscrito S. I. 8458 de laBiblioteca Provincial de Cáceres.fechado en 1770.

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las de los talleres de bordado, y quecon toda certeza precisaban de unalabor de enseñanza por parte de losmaestros peritos a los aprendices,ningún documento encontramosque pudiera haber servido no ya detexto —que para tales menesteres yépoca sería impropio denominarloasí— pero ni siquiera deorientación para los principiantes.La enseñanza de estas artes seconfiaría, pues, a la íntima yconstante relación entre maestro yalumno. Otro tanto hubo desuceder con la medicina que paraaquellos hombres no constituía unaactividad extraordinaria, antes bienera una más de entre las que laspeculiares características de laOrden Jerónima, tan bienapreciadas por Américo Castro,38

incitaban a practicar a sus monjes.Así pues, no debe extrañar laausencia de textos originalesdurante los años en que el ejerciciode la Medicina estabaencomendado de forma si noexclusiva sí prioritaria a hombresde estameña. Por otro lado, lariqueza y variedad doctrinalrecogida en la pequeña perocompletísima biblioteca médica delOficio de Cirugía parece excusar dela elaboración de nuevos textos,toda vez que con tales libros en lamano bastaba y aun sobraba paraun ejercicio profesionaldesempeñado sin apenas salir de loslímites geográficos de la Puebla deGuadalupe, bien que su fama seextendiera prontamente rompiendoesos estrechos contornos.

8. — Presencia en la obra prácticay/o escrita de otras escuelas dedatos que permitan conocer lainfluencia ejercida en ellas por laEscuela motivo de investigación. Alos epígrafes anteriores me remitopara el contenido de éste. Lapresencia a que aquí se alude esclara y manifiesta en épocastardías, desde luego posteriores a lamitad del siglo XVI en que Arceopublica su obra y ésta es conocida,apreciada y puesta en ejecución enlas Facultades médicas establecidasen España. Anteriormente no seríatampoco menguada, cuandomédicos procedentes de Guadalupeforman parte del Protomedicatoque habría de juzgar a otrosprofesionales y cabe suponer quequienes iban a someterse a estetribunal procuraran enterarse de losconocimientos de susexaminadores. También lapresencia precoz de aprendices noprofesos y aun de médicos llegadosa Guadalupe «a adquirirexperiencia» nos permite suponeruna extensión de la ciencia médicaguadalupense y de sus

XVI

singularidades a los hospitales ocentros docentes a los queregresaron estos individuos, tras suestancia en el monasterioextremeño, si bien antes demediado el siglo XVI no haytestimonio fehaciente en apoyo deestas suposiciones fundadas en lalógica más que en el documento.

9. — Influencia de su práctica y susenseñanzas sobre otras actividadesdesarrolladas por suscontemporáneos. Guadalupe fuesiempre centro de peregrinación yuna buena parte de la población desu Puebla la constituyó ese aluvióncontinuo de visitantes devotos, losmismos que ocuparon no pocas delas plazas hospitalarias y razónprimera o principal de la laborasistencial sanitaria que los monjesllevaban a cabo. Esa riada deviandantes refluia, luego decumplir sus votos y devociones, asus lugares de origen y llevabaconsigo el recuerdo de cuantohabían visto y oído en Guadalupe;muchos llevaban sobre sus cuerposlos estigmas de una enfermedad ouna herida que le fueron curadaspor los monjes hospitaleros ytransmitían sus experiencias por elcamino de regreso. Pocas cosas hayde que gusten más las gentes que elrelato pormenorizado de suspadecimientos y de los mediosseguidos para su curación, si laalcanzaron, y a esta constantesociológica no hubieron de serajenos los hombres y mujeresbajomedievales. En multitud derelatos referidos a otros lugares deperegrinación de España, Europa oTierra Santa para los cristianos, yotro tanto para los correspondientesa las creencias islámicas, se hacenpatentes las referencias aenfermedades y a su tratamientomás o menos teñido de fantasía,magia, curanderismo o milagro enel curso del peregrinar.Entre los dichos populares a quedio lugar la práctica médica deGuadalupe hay uno que adquiereun valor testimonial. Me refiero alutilizado por Eugenio de Salazar "en una de sus cartas, cuando alreferirse al modo de comer la camcque tenían unos marineros delbarco en que viajaba lo describe así:«...cogen entre manos los pobreshuesos y así los vandesfavoreciendo de sus nervios ycuerdas, como si toda su vidahubieran estado a la práctica de laanatomía en Guadalupe o enValencia».

Echando la vista atrás, vemos cómolos hospitales del Monasterio deGuadalupe durante los añoscorrespondientes a la Baja Edad

Media española y los muyalboreantes del Renacimientocumplen, en algún casosobradamente; en otros con ciertalimitación, motivada por no tener ala mano los documentos precisos—inexistentes, quizá, perdidos,verosímilmente— que lo afiancen;con bastante aproximaciónsiempre, los criterios queestablecemos para considerar a unainstitución similar como Escuela deMedicina. Es más, no dudamos enafirmar que los hospitales deGuadalupe, a lo menos hasta elpredominio de la enseñanza en losámbitos civiles de lasUniversidades, ya en plenoRenacimiento, constituyeron unaauténtica Escuela Médica, esto es,un centro con originalidad dedoctrina y de práctica y conprestigio en sus maestros,suficientes para crear un modo dehacer médico peculiar y exportablefuera de su circunscrito origengeográfico.

(38) CASTRO. Américo:«Esplritualismo y conversos judíosantes del siglo XVI» en Aspectos delvivir hispánico. Chile. 1949 pp72-114.

(39) SALAZAR, Eugenio: enEpistolario español (lli. B.A.E. vol.LXII p. 294.

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I coloquioMédecineMéditerranée

E l Instituí de Sciences dela Samé, que dirige elDr. RogerOccelli.ha

organizado para los días 19 y 20 delpróximo mes de junio, en la SalaMédicis del palacio del Senado deParis, el primer Coloquio MédecineMéditerranée I, que será presididopor el profesor Jean Bernard.

Con el propósito de difundir laevolución histórica de la Medicinaen el Mare Nostrum y junto a unassesiones que tratarán de lasenfermedades comunes a su cuenca,serán estudiados los grandesmomentos de la Medicina en elMediterráneo a través deconferencias a cargo de losprofesores Marketos (Atenas), «LaMedicina helénica»; Sleim Ammar(Túnez), «La Medicina árabe»;Guiseppina Bock-Berti (Milán),«Las escuelas italianas en la edadmedia»; José Danón (Barcelona),«Los médicos españoles en eldescubrimiento del cuerpohumano»; Bruno Zanobio (Pavía),«La propagación de las Facultadesde Medicina hacia el norte deEuropa a finales del siglo XVIII» ySamuel S. Kottek (Jerusalem), «Losmétodos anatomoclínico yexperimental en el siglo XIX» paracerrar el coloquio el profesor JeanBernard quien tratará sobre laposibilidad de un nuevoresurgimiento y una propagaciónde la Medicina a partir delMediterráneo.

Boletín de laSociedad Españolade Historiade la Medicina

R eunida la JuntaDirectiva de la SociedadEspañola de Historia de la

Medicina acordó, de resultas de loque ya expusimos en nuestronúmero anterior, la creación de unBoletín de carácter semestral ocuatrimestral, con el que establecery mantener contacto con todos susmiembros, dando a conocer lamarcha y proyectos de la Sociedad.Tras un primer número, que sedesea mantenga la cabecera del

antiguo y que a modo depresentación se espera poderofrecer al mayor número posible deprofesionales y de entidadescientíficas, su futura difusiónquedará limitada a los miembros dela SEHM la cual, abriendo suspuertas, admitirá adhesiones decuantos sientan —de una formacientífica— la temáticahistórico-médica. Los interesadosen asociarse, basta se dirijan a laSecretaria de la Sociedad, en elDepartamento de Historia de laMedicina de la Facultad deMedicina de la UniversidadComplutense, CiudadUniversitaria, 28040 Madrid,indicando un mínimo de datospersonales y la forma de hacerefectiva la cotización anual de milpesetas.

Recensiones

C ID. Felip. Compendio deHistoria de la Radiología.Barcelona, Thomson

CGR., 1986. 98 págs. ils.

La aparición de la Radiología, decuyo nacimiento se cumplirá elcentenario dentro de un decenio,significó un extraordinarioacontecimiento en el que seentremezclaron, junto al naturaldesarrollo de la Medicina, unextraordinario avance tecnológico ala vez que unas nuevas esperanzasen la lucha contra la enfermedad,dado el inseparable binomioradiología y radioactividad. Estecompendio trata de recoger, con ungran acopio de material gráfico ydocumental de primera mano, losantecedentes y la evolución delentonces nuevo métododiagnóstico-terapéutico hastaalcanzar, en el período de 1940 a1948, el momento de la difusión ycomercialización de betatrón deKerts el cual, ajuicio del autor,resume y completa la trayectoria delos rayos X.

A MMAR, Sleim.Médecins et Médecine de¡'Islam. 1, de l'aube de

l'Islam á l'áge d'or. Paris, Éd.Tougui, 1984. 317p. + índ.;80F.F.

Este primer volumen de Médecinset Médecine de l'Islam, se inicia enla época en la que el pueblo árabe

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preservó y asimiló losconocimientos médicosgreco-latinos, difundiéndolos através de todo el mundo occidental,hasta alcanzar su propia edad deoro en la que floreció una medicinapropia. Dadas las características devisión general de la obra, sutemática describe desde el primitivoejercicio médico y la organizaciónde los primeros hospitales árabes,pasando por la etapa con figuraspropias y obras originales, comoEt-Tabari, Rhazés, Haly Abbas y laEscuela de medicina de Kairouan,para detenerse en el occidenteárabe-musulmán, tan ligado anuestro AI-Andalus, estudiando elesplendor de la medicina islámicadurante el período del Califato deCórdoba.

B OSCH I MONEGAL,Enric. L 'Hospital del Maren la historia de

Barcelona. De les epidémies delsegle xix ais Jocs Olímpics de1992. Barcelona, Instituí Municipald'Assisténcia Sanitaria, 1986. 134págs. ils.

Dentro de una aparienciapropagandística y de proyección,totalmente ajena al contenidohistórico de la obra, estamonografía de Bosch Monegalencierra —con datos de primeramano— el primer estudio sobre laevolución del antiguo HospitalMunicipal de Infecciosos deBarcelona —hoy Hospital delMar— tan vinculado a laepidemiología de la ciudad y frutode la transformación de aquelloslazaretos provisionales de finales dela pasada centuria, en el definitivoHospital establecido en 1914.Desde entonces y siguiendo suposterior evolución en Hospitalgeneral y en centro deinvestigación, se nos muestranimportantes datos epidemiológicosincluyendo los hasta ahoraignorados sobre las epidemias decólera de 1971 y 1979.

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•j

Pintura de Pla-Narbona

NICO HEPATOCYNcompo«¡c¡ínCada gragea contiene: Vitamina PP Inicotinamida} 50mg.. Extracto de alcachofa 150 mg.. Hojas de boldopolvo 10 mg.. Resina de Podolilum palúlum. 2 mg..

¡ Í Ü S d by4 fm20••Jf"0"1""™ '° 1"s-

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ContraindicacionesColecistitis y apenaicitis agudas.

ece de incompalibilidades.

Efectos secundariosNiCO-HEPATOCYN es una medicación, muy bien to-lerada, con una incidencia de efectos secundariosprácticamente nula.

Intoxicación y su tratamientoLa intoxicación aguda por esta especialidad es raradado su elevado coeficiente terapéutico. En caso deintoxicación accidental, que súlo puede producirse

astringente y se proc

PresentacionFrasco 60 grageas PVP IVA 252.- Ptas.Frasco 30 grageas PVP IVA 1 53.- Ptas.

Indicacionesni<inpn<íia hil¡3rDispepsia Dlliar.Insuficiencia hepática.Estreñimiento.Ictericia.

Normalizadorde lafunciónhepatobiliar

Laxante

J URIACH y Cía, S.A.Decano Bahl, 59-67

08026 Barcelona

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I

utenaEl corticoidedérmico deacción «depot

Flupamesona

flutenalcrema y pomadaIndicaciones: Dermopatias sensibles a los coriicoi-des tópicos.Composición: Flupamesona 0.3%. en vehículo hi-drosoluble (crema) o graso (pomada)Presentaciones: Flutenal crema, tubos de 30 g.1583 Ptas.) Flutenal pomada, tubos de 30 g. (590Ptas |

flutenalgentamicinacrema y pomadaIndicaciones: Dermopatias agudas o crónicas coninfección secundariaComposición: Flupamesona 0 3% y Gentamictna0.1% (como sulfato), en vehículo hidrosoluble (cre-ma) o graso (pomadai.Presentaciones: Flutenal Gentamicina crema, tu-bos de 30 g (619 Ptas ) y de 15 g 1372 Ptas ) Flu-tenal Geniamiona pomada, tubos de 30 g. (625Ptas ) y de 15 g I373 Ptas i

flutenallociónpediátrico y fuerteIndicaciones: Dermopahas extensas o enpilosas o visiblesComposición: Fiupamesona 0.3% (Fuei0.15% (Pediátrico], en vehículo hidrosolublePresentaciones: Flutenal Fuerte loción, frasi30 ce. (579 Ptas] Flutenal Pediátrico loción, (raseos de 30 ce. (369 Pias.|.

Posología: En general dos aplicaciones al dia.Conseguida la mejora, es suficiente una aplicacióndiana como terapéutica de matenimiento hasta al-canzar la curación completa

Contraindicaciones y acciones secundarias: Laspropias de todo corticoide. reducidas al minimo.Flutenal no produce acciones secundarias genera-les ni locales, incluso en tratamientos de grandeszonas corporales duranie largos periodos de tiem-po

de

flutenalsalípomadaIndicaciones: Dermatosis entemo-escamosasComposición: Flupamesona 0,3% y ácido salicilico3% en excipiente graso (pomada).Presentación: Fluienal Salí pomada, lubos de 30 g(590 Ptas | y de 15 g. (358 Ptas.)

URIACHDecano Bahi, 59-67

08026 Barcelona