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15 Edición Noviembre / Diciembre ‘10 3 Nudo del día La oculta dimensión de género de la guerra en Colombia 5 Vox De la realidad y la ficción: ¿Naciones Unidas? Igualdad de genero: ¿Una realidad lejos de ser alcanzada? Paz, vida y militarización 8 Al tablero ¿Como el fútbol refleja el narcotráfico? 10 Retrovisor Los niños del penal 11 Comunidad Hacia un compromiso - acción estudiantil La guardia popular Uniandina La seguridad ya no es el problema mas grave para los colombianos Acerca del recuerdo y del olvido 15 Blog ¿Qué opina sobre el proyecto de ley que busca reducir la may oría de edad para la penalización de los delitos y propone que ahora sea desde los 14 años? 16 Cartas Caricaturas Y sí ya son 15 ediciones. Con casi cinco años de creación Sin Cor- bata está celebrando su edición número quince y la verdad, tiene ganas de seguir publicando. Este periódico es sólo un ejemplo de un medio de comunicación estudiantil, que ha intentado, a través de su corta historia, crear un espacio de discusión en el que participen estudiantes, profesores, y en general, cualquier persona que tenga ganas de deshacerse de los nudos que le enredan la cabeza. Nudos que están presentes en la cabeza de todos. Con cambios de ima- gen, caricaturistas, autores y temas, nuestra invitación sigue siendo la misma ¡Suéltese el nudo! ¡Quítese la corbata!, en el país y en el mundo siempre ocurrirán hechos que lo harán bailar de alegría o gri- tar de indignación, entonces ¿Qué está esperando para compartirlo con nosotros y quitarse la corbata? ¡15 ediciones! múltiples ideas publicadas y muchas más por descubrir Universidad de Los Andes · Estudiantes de ciencia política

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15Edición

Noviembre / Diciembre ‘10

3 Nudo del día La oculta dimensión de género de la guerra en Colombia5 Vox Delarealidadylaficción:¿NacionesUnidas?

Igualdaddegenero:¿Unarealidadlejosdeseralcanzada?Paz,vidaymilitarización

8 Altablero ¿Comoelfútbolreflejaelnarcotráfico?10 Retrovisor Los niños del penal11 Comunidad Hacia un compromiso - acción estudiantil

LaguardiapopularUniandinaLa seguridad ya no es el problema mas grave para los colombianos

Acerca del recuerdo y del olvido15 Blog ¿Quéopinasobreelproyectodeleyquebuscareducirlamay oríadeedadparalapenalizacióndelosdelitosyproponequeahora

seadesdelos14años?16 Cartas Caricaturas

Y sí ya son 15 ediciones. Con casi cinco años de creación Sin Cor-bataestácelebrandosuediciónnúmeroquinceylaverdad,tiene

ganasdeseguirpublicando.Esteperiódicoessólounejemplodeunmediodecomunicaciónestudiantil,quehaintentado,atravésdesucortahistoria,crearunespaciodediscusiónenelqueparticipenestudiantes,profesores,yengeneral,cualquierpersonaquetengaganasdedeshacersedelosnudosqueleenredanlacabeza.Nudosqueestánpresentesenlacabezadetodos.Concambiosdeima-gen,caricaturistas,autoresytemas,nuestrainvitaciónsiguesiendolamisma¡Suélteseelnudo!¡Quíteselacorbata!,enelpaísyenelmundosiempreocurriránhechosqueloharánbailardealegríaogri-tardeindignación,entonces¿Quéestáesperandoparacompartirloconnosotrosyquitarselacorbata?

¡15 ediciones! múltiples ideas publicadas y muchas más por descubrir

UniversidaddeLosAndes·Estudiantesdecienciapolítica

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.2

Sin corbata es un periódico comprometido con unaposiciónpluralycrítica,porlocualestáabierto a la expresión de diversos puntos de vista.Porellomismocadaautoresresponsable,porelcontenidodesuartículo,elcualnoreflejanecesariamentelaposicióndesincorbata,nicomprometealosmiembrosdesuconsejoedito-rial,nialdepartamentodecienciapolíticadelaUniversidaddeLosAndes.

ConsejoEditorial

Director:CarlosAndrésBaqueroDiaz

Editora:Maria Paula Hoyos Carrero

Nudo del día:MariaAlejandraVelásquezBuriticá

Al tablero:PamelaUstaYabrudy

Vox:SantiagoTamayo·AndrésRejalaBonnet

Retrovisor:Sin Corbata

Blog:CatalinaRodríguezRuiz

Diagramación:AnaMariaHoyos([email protected])

Hay grandes proyectos que han sido escritos en servilletas, pero que después de llenarlas con rayones y de cubrir hasta la última esquina del papel, suelen terminar en una bolsa de basura, o si tienen suerte, en una caja de reciclaje. Con el

final de la comida, del café o de las conversaciones de bus, han desaparecido grandes inventos y proyectos, que le habrían dado un giro grande o pequeño al curso de las cosas. La buena noticia es que muchas veces estas conversaciones no se olvidan y, por el contrario, son tomadas muy en serio.

La construcción de este periódico es el resultado de una de estas conversaciones en la que un grupo de estudiantes, con la intención de tener un espacio que fuera más allá de los salones de clase, decidió impulsar un medio en el que se pudieran leer las discusiones que surgen en huecos, almuerzos y cambios de salón a salón.

Formar un medio de comunicación no es tarea fácil, pues hay muchas decisiones por tomar y mucho trabajo detrás del re-sultado final. Elegir el tipo de público al que va dirigido, la imagen que se quiere tener y la difusión que se piensa alcanzar, es un proceso largo y en constante construcción. Además, crear un equipo de trabajo y conseguir los medios para materi-alizar esa servilleta necesitan de dedicación y compromiso. En este caso, el hecho de ser un periódico estudiantil hace que la gente que trabaje en él, se esté renovando todo el tiempo; hasta se podría hablar de cuatro generaciones distintas en tan sólo 15 ediciones. Sin embargo, esto último es lo que ha fortalecido la propuesta central de Sin Corbata: crear un diálogo entre estudiantes y ser un espacio de discusión en el que todas las ideas están bienvenidas.

Esta propuesta es la que se ha convertido, a su vez, en el mayor reto del periódico, pues estar dispuesto a recibir cualquier tipo de idea sin perder una identidad como medio, necesita de un diálogo constante, no sólo entre sus miembros, sino tam-bién entre escritores y lectores. Por ahora se puede decir que es este diálogo el que ha permitido la entrada de muchas ideas, que por más opuestas que sean, han tendido y esperamos que sigan teniendo las mismas posibilidades de ser leídas, critica-das, aplaudidas y recordadas.

Editorial

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.3

Nudo del Día

La oculta dimensión de

género de la guerra en Colombia

María Emma Wills ObregónProfesora Asociada del departamento de Ciencia Politica - Universidad de Los Andes

Por lo general, la guerra que aún cobra vidas en Colombia se asocia exclusivamente a ‘intereses duros’. Muchos piensan que la coca es

su principal y único ‘combustible’ y que cuando el negocio de la droga deje de ser tan lucrativo, cesarán las pandillas, las bandas criminales, los paramilitares de tercera generación, y aún y puestas en el mismo saco, las guerrillas del ELN y de las FARC. En estas versiones, Colom-bia, como por milagro, sin coca, encontrará la paz. Quienes así opinan, olvidan que las personas suelen actuar por motivos abigarrados que combinan pequeñas codicias y resentimientos, y grandilocuentes ‘altru-ismos’ y reclamos político.Además de estas combinaciones de motivos, las organizaciones armadas legales e ilegales socializan a sus reclutas en particulares formas de interpretar y actuar en el mundo y sobre las personas que difícilmente se borran por arte de magia. Los jóvenes, muchachos y muchachas que ingresan a pandillas, organizaciones paramilitares o guerrillas, aprenden no sólo el oficio de la guerra –usar armas, defenderse, atacar, espiar, pasar información—sino que incorporan discursos, algunos más políticos que otros; practican rituales que les dan un sentido de membrecía a sus grupos y organizaciones armadas; cultivan una cierta manera de usar sus cuerpos; y con todo ello, hacen suya una concepción de quiénes son ellos,

cuál es su lugar en el orden y qué están autorizados a hacer en ese orden. Todos estos procesos se encuentran saturados por distintas apropiaciones e inculcamientos de la masculinidad y la feminidad: no es lo mismo ser guerrillero que ser guerrillera; tampoco es lo mismo crecer y hacerse hombre en las filas paramilitares que devenir mujer.

La academia colombiana, todavía de espaldas a la categoría de género, suele pasar por alto la socialización de género que reciben estos reclutas en sus distintas organizaciones armadas. Sin embargo, desde una perspectiva sensible a las diferencias de género es que se dilucida que las organizaciones armadas son muy distintas. No hay ‘juego de espejos’ entre guerrillas y paramilitares: no son intercambiables sus prácticas de socialización, ni sus concepciones sobre el ‘buen orden; ni sus repertorios de violencia para dominar territorios y gentes. Bien por el contrario: entre los unos y los otros existen enormes diferencias.

Los paramilitares incorporaron muy pocas mujeres en calidad de combatientes. Sin embargo, las víctimas sobrevivientes relatan el papel de las mujeres paramilitares que estuvieron involucradas en eventos de terror. En El Salado, una de ellas, luego de manosear a una joven, azuzaba a sus copartidarios a que la violaran. En una de las masacres de Ciénaga, se describe a una mujer actuando despiadadamente; y en Bahía Portete, mujeres wayuu acompañaron a los paramilitares en su oscuro periplo por el territorio, señalando y reconociendo a otras mujeres de su propia etnia cuyos nombres se encontraban en esa lista macabra de víctimas que debían ser torturadas públicamente y luego asesinadas.

Las mujeres en armas son la excepción en las filas paramilitares. La mayoría de aquellas que se incorporaron, cumplieron funciones asociadas a la domesticidad y al cuidado de los otros –es decir cumplieron tareas ‘tradicionales’; algunas se desempeñaron como ‘radiochispas’ –encargadas de alertar a través de una radio a comandantes de zona de personas sospechosas; otras como espías; y algunas como ‘relacionistas públicas’, la ‘fachada amable’ de los paramilitares en el Congreso –recordemos a Eleonora Pineda o a Rocío Arias; en el Magdalena, a Doña Sonia, la mujer que urdió los pactos entre Jorge 40 y los políticos de la región.

Por otra parte, en los repertorios de violencia en los que se especializan los paramilitares para dominar una zona y que ya han sido confesados en sus versiones libres por comandantes de frente, abundan los relatos

La academia colombiana, todavía deespaldas a la categoría de género, suelepasar por alto la socialización de géneroque recibenestos reclutas en sus distintasorganizacionesarmadas.

http://bienvenidosalacasadeasterion.blogspot.com/2009_11_01_archive.html

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.4

Nudo del día

de asesinatos de prostitutas, drogadictos, expendedores de droga. Las mal llamadas ‘limpiezas sociales’ tenían entre sus objetivos a mujeres dedicadas a la prostitución. ¿Por qué representan ellas un peligro para los paramilitares? ¿Por qué convertirlas en ‘objetivo militar’? Esta dedicación parece relevar un cierto sentido de ‘buen orden’ que no admite trasgresiones a una feminidad dedicada a las tareas de la crianza y del hogar. Como ‘policías’, los paramilitares asumen el papel de custodios de un orden, aquel que ellos consideran como ‘un buen orden’, un orden ‘limpio’ donde los señalados como ‘sucios’ o ‘indeseables’ son condenados a la muerte.

En las zonas de dominio paramilitar en el Magdalena abundan los relatos de violaciones sexuales. Las historias desgarradoras dejan entrever los distintos motivos que animan a estos guerreros: En algunos casos, violan para castigar liderazgos y autonomías femeninas; en otras, por simple y llana arbitrariedad, por abuso del poder que les otorgan las armas; en otras, para castigar al compañero de la mujer víctima a quien los paramilitares asocian al bando contrario. De manera perturbadora, en otros, parecería que estos hombres, a veces en grupo, a veces en solitario, buscan doblegar la belleza femenina, y al hacerlo de manera tan vejatoria, dejar en claro a la víctima que son ellos los amos y señores de toda vida que los circunda.

Por contraste, las guerrillas reclutan en sus filas armadas a muchas mujeres. Aunque ellas, como sus congéneres, enfrentan ‘techos de cristal’ para ascender y ocupar puestos de mando, portan armas y cargan en largas marchas pesados morrales. Al igual que las mujeres, los hombres cocinan,

lavan, cumplen con las tareas asociadas a la domesticidad. Lo que en los paramilitares es una distribución de tareas nítida, en las guerrillas, se vuelve porosa y difusa. La maternidad requiere del aval de comandantes y muchas veces, en contra de la voluntad de los progenitores, se obliga a las chicas a abortar. Las relaciones de pareja se encuentran reguladas por códigos estrictos.

Entre los repertorios en los que se ha especializado la guerrilla están los secuestros. Por contraste con la igualdad en términos de distribución de tareas entre guerrilleros y guerrilleras, son muchos más los secuestrados que las secuestradas. Una de estas mujeres secuestrada en la Sierra Nevada fue abusada por el comandante de frente, pero en el trabajo de campo sólo registramos una historia de una joven abusada por el comandante de las FARC en la zona.

Cuando se piensa en ‘reintegración’ de combatientes, en general las políticas públicas buscan ‘resocializar’ a estos jóvenes enseñándoles nuevos oficios, pero pocos contemplan la dimensión de género y se preguntan por esos comportamientos aprendidos que regulan las relaciones entre muchachos y muchachas. En el caso de los paramilitares, ¿Cómo extirpar el menosprecio femenino que atravesó muchas de sus prácticas en las filas armadas? ¿Cómo llevarlos a asumir que las mujeres son sujetos de derechos, sus pares, y que por ningún motivo la violencia sobre ellas es un mecanismo legítimo? Y en el de las guerrilleras, ¿Cómo ofrecerles un trato igualitario en todos los aspectos, incluido el de la sexualidad y los afectos?

La academia colombiana, todavía de espaldas a lacategoríadegénero,suelepasarporaltolasocializacióndegéneroque recibenestos reclutasensusdistintasorganizacionesarmadas.

http://colombia-wikiciudadana.blogspot.com/2009_11_01_archive.html

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.5

Vox

Por Iván Higuera

Estudiante de Ciencia Política y Economía - Universidad de los Andes

Miro la página con escepticismo, los niños, las mujeres, el menú de idiomas, todo un popurrí de inclusión y de colores. Derechos

Humanos, Comisiones, Desarrollo y Derecho Internacional, de alguna forma esto no logra asombrarme. Esto nunca ha sido de mi interés, supongo que mi colegio, no bilingüe y un poco más llevado a lo bucólico que a lo cosmopolita (también términos de Kant) no me enseñó a parecer un ciudadano interesado (o activista) por estos asuntos y, peor aún, no me enseñó inglés.

Mi primer contacto con la ONU fue cuando era pequeño, UNICEF, una de sus ramas más conocidas, colaboraba con niños alrededor del mundo, educando, alimentando y dando oportunidades, esas que alguien ajeno a su país o su vecino arrebataron. Años después volví a escuchar de la ONU, pero como un actor invidente frente a un bombardeo en la mitad de la noche de Bagdad que era transmitido por alguna cadena de noticias. Más adelante, conocí personas que hablaban con ahínco sobre la ONU, en sus colegios tenían modelos y desde pequeños los conducían en las prácticas de deliberación y el consenso, valores unívocos de un sistema internacional liberal, toda una descripción amigable (casi pegajosa) de lo que se trataba la ONU. Cascos Azules, “militares de paz” que llevan armas que no pueden usar, UNICEF, compañía de ayuda al niño desprotegido, ACNUR, empresa dedicada al manejo y ayuda para el Refugiado, y otras tantas dependencias de esta organización.

Al adentrarme en este mundo, no de manera completa como todos mis compañeros, descubrí el Consejo de Seguridad. Allí los victoriosos aliados formaron un círculo de participación donde al parecer se discuten las resoluciones necesarias para no volver a ser victoriosos. Aun así, fue ahí donde empezaron los problemas, un historiador podrá debatir esto y decir que en realidad, si de vencedores se trataba, Francia e Inglaterra no tienen nada que hacer ahí, pues de repente borrarían las ocupaciones que sufrieron y Rusia, por su lado, hoy debería debatir si Estados Unidos debe o no luchar por democracias ajenas.

Sin embargo, para alivio de los que no lucharon, hay diez asientos no permanentes, toda una esperanza para el Tercer Mundo y sus minorías (que somos mayorías, pero qué mas da, es la ONU) y también para el G4 (Japón, India, Brasil y Alemania,) que luchan entre zancadillas para obtener el puesto permanente que abrirán, dadas las recientes presiones, a saber, el que paga el arriendo del edificio en la Gran Manzana, no hace parte de este selecto grupo de vencedores. Es un oscuro panorama entre tan bonitas letras que adornan la definición de la ONU ¿Dónde quedó lo de representación y participación?

En el período de entre-guerras hubo un leve intento por mejorar el panorama europeo con el Tratado de Versalles, que algunos académicos ven como el culpable del surgimiento del Nacional Socialismo en Alemania y con un poco de lógica de la Segunda Guerra Mundial. También había uno que otro parágrafo refiriéndose al sueño de Woodrow Wilson, La liga de las Naciones, que, para pesar del ex-presidente norteamericano, no perduró mucho y murió en silencio ante la creación de la ONU al final de la Segunda Guerra. Pero no sólo nació la ONU, pues en Bretton Woods, New Hampshire (Estados Unidos), una buena cantidad de acaudalados “bad-boys” del creciente mundo financiero, decidían que el orden económico debía guiarse por una filosofía liberal latente en la teoría económica del momento, ante un escepticismo sobre la injerencia gubernamental en la economía, en especial cuando de utilidades se trataba. El FMI y el BM1 reconstruirían Europa y se asegurarían de paso

el crecimiento y el desarrollo de las demás economías, que para ellos sólo tenía un significado: el liberalismo económico. Pero, ¿Cómo este tratado económico se encuentra con el nacimiento de la ONU y la muerte de la Liga de las Naciones? pues bien, el fin de la guerra demostró que la Democracia era un gran sistema de gobierno, pues de alguna manera fue un país “no democrático” el que empezó todo esto, y además demostró ser un gran negocio (lo es actualmente).

Independencias y socialismo, hechos, conflictos y conquistas de poder han seguido desde el nacimiento de la ONU. Así como la democracia, adalid de guerras “libró de socialismo” a Centroamérica y África (como de Patrice Lumumba, asesinándolo), Jamaica y Haití firmaron tratados para

declarar su independencia-de Inglaterra y Francia, respectivamente- prometiendo su sostenibilidad interna entregándose de manos abiertas al mercado internacional, pero ahora en Haití, después de un terremoto, son incapaces de rehacer su país con la triste ayuda internacional que ya nadie da. Todos estos hechos pasaron bajo la mirada vigilante y la voz silente de la ONU, al parecer, Democracia y

Liberalismo Económico han llegado a estar juntos, muy juntos, en especial para esta gran institución ¡Qué extraña resulta esta simbiosis!

De repente, este sistema aparentemente liberal vuelve al mismo estado de naturaleza de siempre, donde países grandes comen países pequeños, donde la ayuda humanitaria ni siquiera hace parte de la teoría (realismo). Yo le pregunto a mis amigos, los que van a los modelos y que apoyan con vehemencia este orden internacional: ¿Se construye un modelo de la ONU como espacio de construcción crítica frente a la política internacional o funciona únicamente como un espacio reproductivo de las “bondades liberales”? Si algo hay que modelar es un cambio, no necesitan saber que Sudán lleva años en zonas humanitarias, que Afganistán no se ha podido constituir como Estado y que como chiste en la Liga Árabe se dice que Karzai es el alcalde de Kabul. Necesitan saber y con claridad, que las estructuras internas de lo que modelan no hacen más que perpetuar el desequilibrio internacional, no hacen más que perpetuar todo por lo que tanto luchan. Sin guerras no habría necesidad de ayuda humanitaria, comencemos por ahí. Cierro la página y me voy a soñar.

1 En el tratado de Bretton Woods tenían otro nombre, pero se ha cambiado su nombre para no ser identificados (el lector se ríe en esta parte)

De la realidad y la ficción: ¿Naciones Unidas?

¿Se construye un modelo de la ONUcomo espacio de construcción crítica frente a la política internacional ofunciona únicamente como un espacioreproductivodelas“bondadesliberales”?

“Worldpeacegong”GandhiSmriti,New

Delhi,India,2010,fototomadaporA

naMariaHoyos.

(ana.holes@gm

ail.com

)

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.6

Vox

¿Una realidad lejos de ser alcanzada?Igualdad De Género:

Lisette Varón CarvajalEstudiante de Ciencia Política - Universidad de los Andes

Bajo la coyuntura política de las elecciones de marzo se generó un clima propicio para hablar sobre la representación de la mujer

en la esfera política. Si bien en este tema el caudal informativo nunca ha sido abrumador, en esta ocasión se escucharon voces de medios informativos importantes denunciando el pobre desempeño de Colombia en términos de la participación de la mujer en la política. Significativos fueron los artículos del portal de noticias votebien.com y de la revista Semana. En el primero se llamó la atención sobre el bajo porcentaje de mujeres-candidatas ( 23.5 %), a su vez sobre la escandalosa posición de Colombia en el ranking mundial de participación política de mujeres; Colombia ocupa el puesto 110 entre 134 posiciones posibles, posesionándose en el nada gratificante último puesto de la región latinoamericana. En la segunda, un artículo de opinión entrega otras cifras que aún cuando son más alentadoras, no dejan de ser preocupantes: según el Informe de Disparidad entre géneros Colombia ocupa el puesto 56 entre 134 países. Este índice como lo explica la misma columnista se basa en 4 aspectos fundamentales: participación laboral y oportunidades económicas, nivel educativo, poder político, y salud y supervivencia. El aspecto que inclina la balanza hacia un puesto claramente avergonzante es lo que se denomina poder político, pues en esta variable nuestro país ocupa el puesto 84.

La pertinencia de estas cifras hoy, 7 meses después de las elecciones, se debe a que la desigualdad de género en el aspecto político –y en términos generales- no debe ser una preocupación únicamente de aquellas coyunturas altamente politizadas que despiertan la atención de la opinión pública. Por el contrario, debe ser un “tema” presente de manera permanente en la agenda política actual. La preocupación no debe provenir sólo de los sectores que se denominan a sí mismos feministas, tampoco solamente de las mujeres. La sociedad en general debe ver como un fin valioso en sí mismo la lucha por la igualdad de géneros, no debemos legitimar un sistema que ejerce su poder en función de la superioridad de unos pocos sobre otros. Anótese que este principio básico es el que subyace a luchas igualmente importantes como la de las comunidades afrocolombianas o los sectores LGBT, razón por la cual la solidaridad entre este tipo de comunidades debe ser la regla general y no la excepción. Si se quiere un verdadero cambio del estado actual de las cosas, no basta simplemente con afirmar que se está en desacuerdo con la discriminación, es necesario ser conscientes de las acciones cotidianas que se realizan a diario y que contribuyen a la reproducción de ese sistema que tanto se crítica retóricamente. El compromiso debe ser más práctico que retórico.

A todo esto se le suma una dificultad mayor, cuando se hace parte de un ambiente universitario que parece claramente abierto e igualitario. Nos negamos a reconocer que realmente existe discriminación dentro de la universidad, afirmamos que tenemos las mismas oportunidades, que de hecho somos más mujeres estudiantes que hombres y que el privilegio de pertenecer a la élite nos garantizará un trato equitativo. Esas cifras ya mencionadas se miran como un fenómeno externo, que en nada puede afectarnos y tocarnos. Eso está “allá”, en contraposición a la seguridad que promueven los muros de la academia.

Nada más falaz que este argumento. Si bien es cierto que la discriminación y la desigualdad no es obvia en el ambiente universitario, la universidad no está por fuera de un sistema social y cultural que penaliza a la mujer sólo por ser mujer, que la simboliza como madre y esposa, y muchas veces la ve sólo como herramienta para la

reproducción. No estamos exentos de estos patrones culturales que ya nadie se atreve a negar, no somos la excepción a la regla. Para probar mi punto proveeré algunos ejemplos.

Escogiendo algunas facultades y departamentos al azar, mirando un poco la composición de género dentro de los profesores, encontramos por ejemplo, que la Facultad de Ingeniería Industrial tiene 19 profesores de planta, de los cuales 16 son hombres y sólo 3 son mujeres. De estas 3 mujeres sólo una de ellas llega a ser profesora asociada, mientras que las otras dos son profesoras asistentes. Por su parte el departamento de Historia está conformado por 16 profesores de planta de los cuales 6 son mujeres, todas ellas son profesoras asociadas. La renombrada Facultad de Administración, está compuesta por 65 profesores de planta, de los cuales sólo 17 son mujeres, es decir, sólo un 26%. Finalmente para no ir más lejos, en el Departamento de Ciencia Política de un total de 19 profesores, 8 son mujeres, un 42 % muy significativo en cuanto se acerca al ideal abstracto del 50 %.

Ahora bien frente a estos datos, las preguntas que surgen son: ¿Por qué el porcentaje de profesoras no excede en ninguno de los casos el 50 %? Comparativamente hablando ¿Por qué el porcentaje de profesoras en la Facultad de Ingeniería (16%) es menor que el porcentaje en el Departamento de Historia (38%)? ¿Por qué es superior el porcentaje de mujeres profesoras del Departamento de Ciencia Política comparado con el de la Facultad de Administración? ¿Acaso las mujeres somos mejores para ser historiadoras y politólogas que para ser ingenieras industriales o administradoras? O tal vez ¿Existe una asignación de roles de género que determina cosas tan simples, pero tan significativas, como la profesión que uno escoge y que probablemente ejercerá toda su vida?

Este artículo no pretende dar una respuesta a estas preguntas, su objetivo, es demostrar un punto esencial: la discriminación de la mujer no es sólo una cuestión política, es un hecho que se da en todas las esferas sociales y la academia no está exenta de esto. El ejercicio comparativo realizado si bien muy limitado, es significativo en cuanto da luces sobre la composición en términos de género de algunas facultades, a la vez que sugiere posibles tendencias dentro de la misma universidad, tales como una mayor presencia de mujeres en el área de Ciencia Sociales en contraposición a muy bajos porcentajes en las facultades de las “ciencias duras”. Estas posibles tendencias y el desbalance de la cantidad de mujeres en algunas facultades y departamentos, no quiere sugerir en ninguna medida una política discriminatoria consciente por parte de la Universidad. Sin embargo, si quiere demostrar que un contexto supuestamente “igualitario y liberal” no está exento de las relaciones sociales que se construyen alrededor del género. La discriminación de la mujer no es algo que sea ajeno a nosotros, que este “allá” afuera, es un problema constante que está inscrito en todos los ámbitos sociales. La invitación final es mirar de forma más crítica los hechos que damos por sentado, muchas veces, si los miramos con atención, encontraremos cosas que aunque incómodas y difíciles de afrontar, son necesarias para un entendimiento más complejo de la sociedad que habitamos.

http://fun140.com

/polls/12677-who-s-your-favourite-simpsons-family-mem

ber/take

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.7

Vox

Mateo Moncada Peña

Estudiante de Ciencia Política y Antropología - Universidad de los Andes

Tres francotiradores de las fuerzas especiales del ejército de Colom-bia, posicionados escalonadamente uno junto a otro, y con rifles

altamente tecnológicos en posición de ataque, acompañados de un singular texto: Por la seguridad y la vida; conforman una de la multi-diversidad de propaganda pro-militarista que ha estado permeándose en la sociedad colombiana con mayor intensidad durante aproximadamente, los últimos 8 años. Esto me llevó a pensar en un fenómeno social mucho más grande que la propaganda misma, un fenómeno que podemos conceptualizar como: la normalización de la militarización de la vida en Colombia. De esta manera, a partir de entender cómo se militariza la sociedad colombiana, es posible construir el concepto de militarización; y en ese sentido, encontrar la pertinencia de debates alrededor de la militarización de la vida en Colombia.

En primer lugar, es importante tener en cuenta dos cimientos estructurales de la militarización de la vida, y que posteriormente, soportan la normalización de la misma. Por un lado, Colombia ha tenido a lo largo de su historia agudos problemas de cohesión social que han generado y fortalecido las variables que hoy componen el complejo conflicto colombiano, una coyuntura que por su particularidad, demanda trabajo colectivo de una sociedad que al igual que las políticas de su gobierno, sean coherentes con los principios básicos que pretende defender una democracia: respeto a la vida, garantía de paz, rechazo a la violencia, equidad social. Por otro lado, ante el panorama del conflicto, las transferencias porcentuales del gasto público para la carrera armamentista

del país, la inserción y crecimiento exponencial de la presencia militar en las ciudades, entre otros fenómenos, han avanzado sin ser obstaculizadas debido –en gran parte-, a la propaganda pro-militarista que ha acompañado estos procesos de militarización de la vida en Colombia.

De esta manera, la coyuntura genera un escenario apto para justificar el incremento y fortalecimiento de las fuerzas militares, y la fuerza pública en general. No obstante, la propaganda pro-militarista, a la vez que se desarrolla paralela a estos procesos, se ha encargado de edificar el alto estatus heroico que representan los militares hoy y que los medios no se cansan de engrandecer. Ejemplos como la Operación Fénix, la Operación Jaque y más recientemente la Operación Libertad, son motivo de orgullo y de constante presencia en todo tipo de propagandas (vallas, comerciales y hasta documentales en televisión).

Finalmente, no quiero exponer juicios de valor respecto a si todos estos procesos de los últimos 8 años –aproximadamente- han sido, o son, buenos o malos. Por el contrario, quiero dejar algunas preguntas que pueden generar un debate necesario sobre lo que implica la militarización de la vida en el país, debate que seguirá vigente, en la medida en que los conceptos de paz y de vida, continúen siendo relacionados con el ejército y la guerra, que hoy parecen “definitivos” y “necesarios” para nuestra vida en Colombia: ¿Cuál será el futuro y la influencia política y social del aparato militar en Colombia en una era post-conflicto, teniendo en cuenta el poder que habrán acumulado? ¿En realidad existe un repudio de la sociedad colombiana hacia la guerra y la violencia, cuando acepta y normaliza el hecho de convivir con armas y fusiles entre la ciudadanía? ¿Hasta qué punto la vinculación actual de las políticas militaristas en la economía nacional, pueden determinar la prolongación de una guerra innecesaria para el país?

Noobstante,lapropagandapro-militarista,alavezquesedesarrollaparalelaaestosprocesos, se ha encargado de edificar elalto estatus heroico que representan losmilitareshoyyquelosmediosnosecansande engrandecer.

Paz, Vida y Militarización

http://www.ejercito.mil.co/

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.8

Al tablero

Carolina CepedaPolítóloga - Candidata a Doctorado en Ciencia Política en la Universidad de

los Andes

El 5 de octubre de 2010 se halló una caleta de dólares y euros en el occidente de

Bogotá. Rápidamente las autoridades identi-ficaron que pertenecía a la red narcotraficante de Daniel “el loco” Barrera. Inmediatamente se profundizó en la conexión que ya se había planteado entre miembros de esta red y ac-cionistas e inversionistas del equipo capitalino Independiente Santa Fe. Cuando escuché estas noticias no pude evitar preguntarme ¿qué tanto más de lo que nos imaginamos, el narcotráfico ha penetrado el fútbol colombiano? Como crecí en una familia muy futbolera, no fue difícil para mí recordar los comentarios que circula-ban como secretos a voces durante mi infancia y mi adolescencia sobre cómo la grandeza de ciertos equipos en los 80 estaba más relaciona-da con el oro blanco y el poder de intimidación que éste otorgaba, que con los buenos manejos administrativos y el talento real y excepcional de muchos futbolistas.

Episodios traumáticos de nuestra liga profesional llegaron nuevamente a mi mente: el torneo de 1989 suspendido por el asesinato de un árbitro, el supuesto secuestro de la familia del árbitro chileno que dirigió la semifinal de la Copa Libertadores entre Millonarios y Nacional, las declaraciones de Daniel Tilger en la televisión argentina sobre la “inconveniencia” de que Santa Fe ganara un partido contra el América por allá en el 91 y la muerte de Andrés Escobar en 1994, luego del fracaso en el mundial –tal vez el más escalofriante de todos-, por mencionar sólo aquellos que permanecen en el recuerdo de los aficionados.

Después pensé en un libro titulado How Soccer Explains the World, que leí en el 2009. Este libro capturó toda mi atención porque Franklin Foer, su autor, viaja alrededor del mundo cuestionando, documentando y evidenciando la relación entre el fútbol, sus hinchas y acontecimientos específicos del siglo XX. De sus varios relatos vale la pena mencionar, por ejemplo, los espeluznantes actos de violencia del conflicto de la antigua Yugoslavia, a través de la violencia y la plataforma que ciertas milicias serbias, como los Tigres de Arkan, encontraron en la hinchada del Estrella Roja de Belgrado -que por cierto reaparecieron

en el las eliminatorias para la Eurocopa en el partido de Italia contra Serbia. También está la ejemplificación de la intensidad del conflicto entre católicos y protestantes en el Reino Unido, a través de la eterna rivalidad entre el Rangers y el Celtic y por último está la explicación del cambio en la composición sociológica e ideológica de las hinchadas de los equipos italianos, con la emergencia de la nueva oligarquía o los nuevos ricos encarnados en la figura de Silvio Berlusconi –dueño del Milan.

Bien, pensando en nuestro narcotizado fútbol y en este libro se me ocurrió que tal vez Foer debió haber dedicado un tiempo de su investigación y un capítulo de su libro a plantear la forma en que el fútbol en Colombia refleja el narcotráfico: su lugar en la sociedad, su relación con las autoridades, el cambio de discurso, pero no de comportamiento, y las tremendas dificultades para consolidar instituciones democráticas.

Como dije, durante los años 80 había varios secretos a voces: que el cártel de “X” lugar es el dueño del equipo “Z” y por eso gana siempre, puede comprar muy buenos jugadores, pagarles excelentes sueldos y, si el error humano llega, siempre será posible intimidar o cooptar a quienes deciden sobre el resultado del partido. Bueno, de la misma forma había secretos a voces sobre las actividades económicas de algún vecino, de los papás de algún compañero

de colegio y, en general, de muchos miembros de nuestra sociedad. Lo interesante es que esos secretos nunca trascendían, nunca “llegaban” a las autoridades y parecían simples rumores o, peor, había una aceptación social generalizada de las actividades ligadas al narcotráfico, así como de su presencia en los equipos y en los torneos de fútbol.

¿Qué pasó después? ¿Por qué la Dirección Nacional de Estupefacientes es dueña de un alto porcentaje de Millonarios? ¿Por qué el América de Cali estuvo en la lista Clinton? ¿Por qué Santa Fe acaba de perder su patrocinio con Postobón para el próximo año? Bueno, creo que acá es donde viene el punto de un cambio en el discurso pero no en las prácticas. La mal llamada “guerra contra las drogas, declarada por el presidente estadounidense Ronald Reagan en 1982, inició varios programas en los países andinos destinados a disminuir la producción de cocaína, que implicaban el desmantelamiento de los cárteles. En ello se (re)descubrieron los vínculos entre organizaciones narcotraficantes y políticos, la existencia de empresas fachada para lavar dinero, la influencia narcotraficante en la justicia, las organizaciones armadas ilegales ligadas al proceso y muchas otras cosas. Pero ¿y el fútbol? Mientras se libraba la “guerra contra las drogas” los equipos seguían siendo propiedad parcial de “inversores” de dudosa reputación o empresas fachada, y fue sólo hasta finales de década de los 90 que la conexión

¿Cómo el Fútbol Refleja el Narcotráfico?

http://eltecolote.org/content/2010/08/critica-de-cine-colombia-el-futbol-de-los-anos-locos/2escobars_pabloescobar/

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narcotráfico-fútbol dejó de ser un secreto a voces, se convirtió en una realidad y, además, se condenó.

A partir de entonces se iniciaron procesos de investigación que arrojaron dos grandes damnificados: América y Millonarios, equipos que para el año 2010 están empezando a recuperarse de los golpes económicos, deportivos y morales que les dejó su estrecha relación con el narcotráfico. Lo paradójico es que a más de una década de estos escándalos y las sanciones que conllevaron, existen nuevamente indicios sobre la persistencia de conexión fútbol- narcotráfico donde los nuevos involucrados son el Deportivo Independiente Medellín, el Envigado y, muy probablemente, Independiente Santa Fe –por restringirme sólo al nexo con el narcotráfico y no ahondar en la nueva conexión entre fútbol y paramilitarismo-, demostrando, que es muy posible que el discurso haya cambiado, pero que las prácticas no se hayan abandonado, tal como podríamos pensar que sigue ocurriendo con el resto de la sociedad.

Los grandes culpables han sido siempre los equipos, como una generalidad, como si fueran una especie de significante vacío. Entonces ¿Quiénes son los equipos? ¿Los dirigentes? ¿Los jugadores y el cuerpo técnico? ¿Los hinchas? Bueno, yo creo que todos los conforman, pero no todos pueden opinar ni decidir sobre el destino del equipo. Los jugadores y el cuerpo técnico se limitan a la competencia: sumar puntos, hacer goles, clasificar a torneos y ganar copas. Sus condiciones laborales tienden a ser envidiables en términos de salarios, pero horrorosas con respecto a sus derechos deportivos o su seguridad social. Los hinchas, los seguidores fieles, son simplemente quienes garantizan ingresos por taquilla, brindan apoyo

(o amenaza) a los jugadores y compran todos los productos de merchandising. Sus sentimientos y sus opiniones no cuentan. Finalmente, los dirigentes son quienes deciden todo aquello que tiene que ver con los equipos: contrataciones, salarios, patrocinio y nuevas inversiones, entonces ¿Por qué si el equipo son todos, sólo unos pocos toman las decisiones?

Uno de los grandes debates en el fútbol colombiano de los últimos años ha sido la democratización de los equipos. Venta general de acciones al público, conformación de comités de dirección, elecciones internas y rendición de cuentas de la dirigencia frente a todos los accionistas. Para muchos, la democratización de los equipos podría significar un gran control frente a la infiltración de dineros del narcotráfico o la utilización de los mismos para el lavado de

dineros. Sin embargo, otros señalan el peligro de una proliferación de pequeños testaferros que faciliten dichas acciones y dificulten la detección de las autoridades. El pasado 14 de octubre fue aprobado el primer debate sobre el proyecto de ley que busca democratizar los equipos en Colombia y cuyo objetivo es garantizar mayores niveles de transparencia. Habrá que esperar qué rumbo sigue este proyecto y qué desenlaces tienen las historias de la vieja conexión.

Por ahora sólo queda pensar en por qué ha sido tan difícil plantear la democratización de los equipos de fútbol en Colombia, así como también por qué ha sido imposible que la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales se fortalezca y pueda actuar con plena libertad para proteger a los futbolistas de los abusos por parte de ciertos equipos. Creo que es hora de empezar a mirar el fútbol por fuera de las canchas y con ojos distintos a los de los aficionados, y cuestionar la legitimidad de aquellas prácticas habituales en nuestros campeonatos.

El fútbol se presenta como un campo nuevo, listo para ser descubierto por algunos sectores de la academia que podrían contribuir a encontrar el origen de las “malas” prácticas, que probablemente no son otra cosa que el reflejo

de los problemas arraigados en la sociedad colombiana. Problemas que merecen especial atención en aquellos proyectos que apuntan a la construcción de una sociedad solidaria, equitativa, incluyente, participativa, menos mezquina, menos criminalizada y respetuosa de los acuerdos legales.

Se han realizado varios trabajos académicos, literarios y periodísticos

sobre el lugar del fútbol en la sociedad. Para mencionar sólo algunos: Toni Negri ha relatado la importancia del fútbol para la sociedad italiana y para sus identidades ideológicas; Santiago Segurola ha compilado pequeñas investigaciones sobre fútbol y política; y, Alejandro Fabri ha relatado las historias de los fraudes en el fútbol argentino de la primera mitad del siglo XX. En Colombia se han escrito algunos relatos que recogen testimonios de periodistas deportivos y futbolistas, como el caso de la novela “Autogol” de Ricardo Silva Romero, donde se recogen datos y anécdotas muy importantes.

Todos estos trabajos, la realidad de la sociedad colombiana y la precariedad de nuestro fútbol, deberían servir de inspiración a algún aventurero que quiera estudiar un espacio más de nuestra sociedad que se concibe como antidemocrático y que fue impregnado por el narcotráfico, que pareciera arraigarse con más fuerza, negándose a salir aún cuando ya se han cobrado caros los secretos a voces que circularon en los 80 y comienzos de los 90.

Enellose(re)descubrieronlosvínculosentreorganizaciones narcotraficantes y políticos,laexistenciadeempresasfachadaparalavardinero, la influencia narcotraficante en lajusticia,lasorganizacionesarmadasilegalesligadas al proceso y muchas otras cosas.Pero¿yelfútbol?

http://eltecolote.org/content/2010/08/critica-de-cine-colombia-el-futbol-de-los-anos-locos/2escobars_pabloescobar/

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Retrovisor

Los niños del penalAlejandro Tobón Álvarez Estudiante de Periodismo - Universidad del Rosario

Fabio tiene doce años, de los cuales ha pasado los últimos nueve separado de su madre. Ellos hablan prácticamente todos los días por

teléfono en un tono tan cariñoso como conmovedor. Fabio extraña a su mamá y ella lo extraña a él. Ellos compartieron el mismo techo hasta que él cumplió tres, pues debieron separarse porque así lo estipula la ley. Y es que el código Penitenciario y Carcelario es claro e inapelable: los hijos de las reclusas que viven con ellas en prisión deben salir, a más tardar, al cumplir los tres años de edad.

En las cárceles colombianas hay niños y niñas que pasan parte de su primera infancia jugando en los patios de las reclusiones y durmiendo en las celdas con sus madres. Tan sólo en la cárcel del Buen Pastor hay alrededor de 30 menores en esta situación. Fabio, hasta los tres años, fue uno de ellos.

Al salir de las cárceles, los hijos de las reclusas tienen tres destinos posibles. Ellos pueden pasar a ser cuidados por su padre o algún pariente en libertad; pueden ser entregados a algún voluntario que se encargue de ellos, bien sea una persona natural o una fundación; o pueden ser entregados al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

Cuando la madre opta por esta tercera opción, existe la posibilidad de que ella pierda la patria potestad, si su condena es superior a un año luego de la salida de su hijo. En estos casos, el niño pierde todo contacto con su mamá e ingresa a un programa de adopción.

La madre de Fabio, con el ánimo de no romper el estrecho vínculo con su hijo, decidió enviarlo de casa en casa con varios de sus parientes y amigos. Finalmente Fabio, un niño inestable y sin sentido de pertenencia fue a parar en la Fundación Akapana, en donde vive desde hace más de un año esperando reunirse con su mamá por fuera de los muros del Buen Pastor.

La Fundación Akapana se formalizó en noviembre de 2009, aunque Blanca Lentino, su creadora, les ha brindado ayuda a los niños de las reclusas desde hace tres años. Ella fue retenida en el Buen Pastor durante ocho meses y fue allí donde conoció la situación de los hijos de las mujeres presas.

Al cumplir su condena, Blanca les prometió a sus compañeras ayudarlas con sus hijos llevándoles alimentos, medicinas y velando, dentro de sus posibilidades, por el bienestar de los menores. Ella sabe de primera mano que las condiciones de vida en reclusión distan mucho de ser las ideales para la formación de un niño.

Está científicamente comprobado que los primeros años de vida son básicos para el desarrollo del ser humano a nivel biológico, psicológico, cultural y social. Los centros penitenciarios son lugares violentos, fríos, no aptos para infantes y, fuera de eso, cuentan con serios problemas de hacinamiento en nuestro país. Es por ello que criar niños en esas condiciones resulta adverso, desfavorable e inconveniente para ellos.

La labor de Blanca actualmente va más allá de llevarles víveres, medicinas y productos de aseo a los niños en reclusión. Hoy en día, ella vive con Fabio y Margarita, a quienes cuida como si fuesen sus propios hijos.

Fabio, que con doce años entiende parcialmente su situación, la llama tía. Margarita, que tiene apenas cinco, asegura tener dos mamás.

La cofundadora de Akapana, Adriana Núñez, también está muy comprometida con la causa. Ella, quien es la principal fuente de recursos de la Fundación, tiene bajo su protección y cuidado a Ángela, una niña de seis años que también espera ansiosa que su madre cumpla su condena.

Adriana también ayuda a los niños del penal. Hace apenas unos días, ella recogió a Manuel, de apenas nueve meses, en el Buen Pastor y lo llevó a una consulta médica en la que le diagnosticaron bronquitis y un cuadro de desnutrición. Según Blanca, “varios de los niños que junto a sus madres están pagando una condena, sufren de desnutrición porque se cansan de la bienestarina y no la reciben más, y la mayoría de mamás no tienen los recursos suficientes para comprar por su cuenta alimentación complementaria”.

La voluntad y el compromiso que tienen estas dos mujeres de ayudar a los niños recluidos son tan grandes que, aunque saben que están en el camino correcto, desean hacer más por estos menores en condiciones de vulnerabilidad.

A corto plazo, la Fundación Akapana planea un reencuentro entre un grupo de madres que fueron trasladadas del Buen Pastor a la nueva cárcel de Jamundí y sus hijos, que debieron quedarse en Bogotá. Gracias al trabajo y a la persistencia de estas dos mujeres, más de 60 niños entre los cuatro y los 17 años tendrán la posibilidad de reencontrarse con sus mamás y así mantener vivo y fuerte el vínculo que los une.

Durante este mismo viaje, que se llevará a cabo en los primeros días de noviembre, la Fundación llevará ropa, pañales, jabón, libros, juguetes y demás artículos que puedan ser útiles para adecuar la guardería de la nueva

penitenciaría de Jamundí.

Blanca y Adriana también realizarán una cata de vino con maridaje el miércoles 24 de noviembre en el restaurante La Cigale. Este evento estará a cargo del chef François Cornelis, reconocido por sus múltiples apariciones en el canal RCN. El valor de la boleta será de $100.000 y las ganancias, por supuesto, serán destinadas a la Fundación.

A mediano plazo, la Fundación quiere trabajar en la promoción de campañas de salud pública dentro de las cárceles para concientizar a las reclusas de la necesidad e importancia de planificar. La idea es que, en el futuro, la planificación familiar se convierta en una obligación dentro de las cárceles de mujeres.

Finalmente, la Fundación Akapana está buscando conseguir una casa que pueda ser acondicionada como sede para aumentar su capacidad de recibir niños. Hoy en día sólo pueden mantener a tres, Fabio, Margarita y Ángela, no sólo por falta de recursos, sino también de espacio.

Si Akapana lograra contar con infraestructura, podría recibir a más niños y brindarles un ambiente seguro, estable y confortable, el cual es determinante para potenciar el desarrollo en la primera infancia, etapa crucial en el devenir de todo ser humano.

Por el momento, Blanca y Adriana seguirán luchando por alcanzar sus metas y ayudando a las reclusas y a sus hijos a cumplir su tan anhelado sueño: reencontrarse en libertad.

[email protected] Tel: 3123742621

............

1. Los nombres de los menores fueron cambiados para proteger su identidad.

http://colombiareports.com/colombia-news/news/10552-seventy-colombian-children-travel-to-us-to-find-a-home.html

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Hacia un compromiso-acción estudiantil

En el cierre del evento “M-19: retrato de una historia viviente” el pasado viernes 8 de octubre, se dieron unos claros pasos en la vía que, de forma esperanzadora, formulábamos en el saludo que dirigimos hace un tiempo a ustedes una vez fuimos elegidos representantes estudiantiles. En

aquella ocasión manifestábamos nuestro interés de “despertar en ustedes el deseo de comprometerse y actuar por nuestro departamento de Ciencia Política en aras de consolidar una acción transformadora consciente de la realidad política, social y económica de nuestro país”1. En dicho evento nos reunimos con el propósito de recoger las impresiones que surgieron tras los 4 días de conversatorios sobre el M-19, sin embargo las impre-siones no se limitaron al evento que culminaba, terminamos inmersos en un largo diálogo estudiantil que recogió diversos puntos de vista. No sólo estudiantes de Ciencia Política estábamos allí, si bien la mayoría éramos estudiantes de ciencias sociales y humanidades, algunos/as estudiantes de ingeniería y medicina también hicieron parte de aquel diálogo. Tras un par de horas de discusión, diálogo y escucha, en las cuales muchos y muchas expresamos nuestras concepciones de la realidad política, de la situación social, y de otras aristas del contexto colombiano, convergimos en el hecho de la necesidad de consolidar una acción transformadora del actual estado de cosas con el cual disentimos. Muchas propuestas surgieron, al igual que inquietudes, todas ellas articuladas a la preocupación común por la realidad colombiana y al compromiso a consolidar desde nuestra posición estudiantil. Son los primeros pasos, sin duda, pero celebro lo sucedido como la base de un proceso que desde los estudiantes uniandinos/as con-tribuirá a acciones concretas, que a la par de nuestra formación académica, buscarán construir y concretar el país diferente que suele rondar nuestros sueños.

Pablo Durán es el nuevo representante de la Facultad de Ciencias Sociales, junto a él, también fue elegido Julio Ruiz, agradecemos su apoyo a dichas candidaturas, esperamos seguir trabajando en esta propuesta que desde la Coordianadora Estudiantil Uniandina planteamos a ustedes al comienzo del semestre. Desde un principio hicimos un llamado a la integración y también a la crítica de dicha propuesta, quisiera aprovechar ésta oportunidad para manifestar de nuevo a ustedes nuestro interés de crear una revista estudiantil de la Facultad de Ciencias Sociales, dicho proyecto requiere un acompañamiento de ustedes que desde finales de este semestre debe afianzarse en aras de que el primer número de la revista se realice el próximo semestre. Por otro lado queremos agradecer a todos los participantes de la I Copa Carlos Marx, que me permito catalogar como todo un éxito. Con la presencia de 15 equipos conformados por estudiantes de los departamentos de Ciencia Política, Filosofía, Antropología e Historia, la I Copa Carlos Marx se ha convertido, no sólo en un encuentro deportivo, también en una forma más de integración estudiantil. Esperamos contar con la presencia de más equipos el siguiente semestre, haremos todo lo posible por jugar más partidos y configurar la Copa Carlos Marx como algo que identifica a la Facultad de Ciencias Sociales.

En lo que al Departamento de Ciencia Política respecta, quisiera pedirles que sugieran temas e inquietudes para las próximas ‘Reuniones de Discusión’, considero que son espacios de comunicación bastante importantes que debemos fortalecer. Además quisiera pedir el apoyo de todos/as para la realización del próximo Coloquio de Estudiantes de Ciencia Política que se realizará el siguiente semestre. Agradezco el presente espacio al Periódico Sin Corbata, que sin duda contribuye al mejoramiento de la comunicación entre los representantes estudiantiles del C.E.U y los y las estudiantes.

Luis Carlos Cote Rojas

[email protected]

Representante Estudiantil del Departamento de Ciencia Política

1. Sin Corbata, edición 13 Mayo/Junio 2010

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La Guardia Popular Uniandina

“Sielmundoalgunavezconsigueasermejor,solohabrásidopor nosotros y con nosotros.”

José Saramago

Durante los días ocho a doce de octubre en las instalaciones de la Universidad Nacional de Colombia tuvo lugar el Congreso de los Pueblos. El objetivo fundamental del Congreso fue el de escuchar y debatir propuestas de país para una vida digna. En este sentido, el llamado que se hizo

no se limitó exclusivamente a las comunidades indígenas, afro-descendientes y campesinas del país. También incluyó a diversos sectores estudian-tiles colombianos (dentro de los cuales, para sorpresa de muchos, se contó con la participación de estudiantes de la Universidad de los Andes).

Los/as uniandinos/as que participamos en el Congreso de los Pueblos somos personas que hemos tenido el mérito de atrevernos a conocer los problemas, discusiones y soluciones que han planteado las distintas comunidades del país a sus respectivos problemas. Para muchos/as, la experiencia más gratificante y de gran valor simbólico para sus vidas fue haber participado como miembros activos de la “guardia popular” (un mecanismo autogestionado de seguridad del Congreso y cuya actividad principal fue la de mantener un anillo de seguridad entre los marchantes del 12 de octubre). La más importante lección que nos deja la participación de los uniandinos/as en el Congreso de los Pueblos es la de reconocer que de nada sirve ser excelentes estudiantes si no tenemos conciencia social, es decir, si no nos atrevemos a cruzar el estrecho límite que separa lo personal de lo colectivo.

Creemos, como lo planteó Orlando Fals Borda, que la hora de la antiélite ha llegado. Los/as estudiantes de la Universidad de los Andes ya no nos conformamos con los conocimientos aprendidos en las aulas de clases. La experiencia en el Congreso de los Pueblos nos demostró que nosotros/as, estudiantes de diferentes departamentos de la facultad de Ciencias Sociales, nos sentimos en la capacidad de ir más allá de lo que la academia tradicional demanda de nosotros/as. Esto quiere decir que estuvimos durante aquellos días del Congreso en permanente diálogo con las organizaciones sociales y completamente dispuestos/as a elaborar un trabajo conjunto con ellos/as. Nosotros/as, estudiantes de una universidad de élite, hemos decidido invertir completamente los papeles. Muchos/as históricamente nos han visto como hijos de papi y mami, que nos dedicamos sólo a jugar golf y a ir, de vez en cuando a las clases. Ahora, les decimos a todos/as, haciendo eco de las palabras mencionadas por Feliciano Valencia en una de las mesas de trabajo del Congreso, que si nos pensamos una Colombia diferente debe ser una Colombia que cuente con todos los sectores de la sociedad. Eso sí, sectores que estén dispuestos a asumir las responsabilidades de paz y justicia social que nuestro tiempo demanda. Por eso, reiteramos una vez más a las organizaciones sociales del país nuestra completa disposición a realizar un trabajo conjunto con ellas. Estamos completamente dispuestos a ceder a nuestros privilegios con tal de crear una gran red que nos permita constituirnos como antiélite; es decir, como personas conscientes de que el país que nos han dejado nuestros/as antepasados/as de la élite colombiana puede y debe ser cambiado.

Por último, queremos anunciar que gracias a la magnífica experiencia del Ciclo de Cine sobre Procesos Dictaroriales en el Cono Sur hemos decidido crear un espacio de proyección y discusión que permita a los/as estudiantes de la Universidad de los Andes todos los viernes de la semana reunirse a compartir un almuerzo, una película y un diálogo entre amigos/as alrededor de temas de importancia nacional e internacional. Este espacio empezará a funcionar a partir del próximo semestre. Esperamos contar con la participación de todos/as ustedes.

Reciban de parte de nosotros, sus representantes, un gran y fuerte abrazo libertario.

Julio Roberto Ruiz

[email protected]

Pablo Andrés Durán Chaparro

[email protected]

Representantes de la Facultad de Ciencias Sociales

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El pasado 28 de octubre el Observatorio de la Democracia de la Uni-versidad de los Andes presentó, en este centro académico de Bogotá

D.C., los resultados del informe del Barómetro de las Américas titulado Cultura Política de la Democracia en Colombia, 2010. Consolidación democrática en tiempos difíciles. Según el estudio, la economía pasó a ocupar el lugar preponderante entre las preocupaciones de los colombi-anos, por encima de la seguridad y el manejo del conflicto armado. Este estudio, apoyado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (usaid) y la Universidad de Vanderbilt del estado de Ten-nessee, EE.uu., hace parte del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en inglés) y se realiza por séptimo año consecutivo en el país.

El estudio muestra que el porcentaje de personas que creen que la seguridad es el problema más grave del país se redujo a la mitad entre 2008 (69%) y 2010 (36%), mientras que la proporción de colombianos que apuntan a problemas económicos creció al doble, de 23% en 2008 a 45% en 2010. Estos resultados concuerdan con la calificación comparativamente baja que le dan los ciudadanos al desempeño del gobierno, del entonces presidente Uribe, en materia económica. De hecho, entre las áreas evaluadas por el estudio, la lucha contra el desempleo y la pobreza, así como de la política económica en general reciben las calificaciones más bajas por parte de los colombianos, con 42, 46 y 49 puntos, respectivamente, en una escala de 0 a 100. Estos hallazgos evidencian también los efectos de la crisis económica mundial sobre las percepciones y actitudes de los ciudadanos.

En el continente en su conjunto, más de nueve de cada diez personas consideran que hay una crisis económica. En Colombia, el 96% de los ciudadanos creen que hay una crisis y más de la mitad consideran que se trata de una crisis grave, una porción menor que en países como Jamaica (81%) y Estados Unidos (80%), aunque considerablemente mayor que en Uruguay (10%), Surinam (15%) y Chile (21%). La mayoría de los habitantes de las Américas responsabiliza al gobierno anterior (21%) o al gobierno actual (19%) por la crisis. Menos del 10 por ciento de los latinoamericanos que perciben una crisis responsabilizan a los países ricos o a los países industrializados, contrario a lo que se podría haber esperado. Los colombianos responsabilizan principalmente al sistema económico del país (20%). El gobierno del entonces presidente Uribe es señalado apenas por cerca del 14% de los ciudadanos, lo que es otra muestra de su constante y resistente prestigio.

En cuanto a las consecuencias de la crisis, el 38 % de los hogares de Colombia reportan que alguno de sus miembros perdió su trabajo. Esta proporción es la más alta del continente, junto con la mexicana. Por otra parte, uno de cada cuatro colombianos reportó una reducción de sus ingresos en los últimos dos años. Como en los demás países, los pobres son quienes se vieron más afectados. A diferencia de lo que ocurrió en el hemisferio, sin embargo, quienes vieron sus ingresos más golpeados en Colombia fueron los habitantes de las áreas urbanas.

El estudio muestra que la percepción de la crisis económica tiene apenas un impacto limitado sobre actitudes de los ciudadanos hacia la

democracia y el sistema político. El factor que más influye sobre estas actitudes es la percepción del desempeño del gobierno, en particular en materia económica. Cuando la gente cree que las políticas económicas son adecuadas, las actitudes hacia la democracia y el sistema político mejoran significativamente, lo que da cuenta de la importancia del estado de la economía para la cultura política de los ciudadanos.

Este informe se basa en un sondeo que encuestó cara a cara a 1.506 personas en abril de 2010, en todas las regiones del país y en áreas urbanas y rurales. Forma parte de una serie de estudios de LAPOP titulada Barómetro de las Américas que se realiza cada dos años en más de veinte países en el continente americano. En Colombia este estudio se lleva a cabo cada año desde 2004, con lo cual el informe de 2010, realizado simultáneamente en 26 países, completa una serie de siete años consecutivos consultando las percepciones, experiencias, actitudes y creencias de los colombianos en relación con su sistema político y sus instituciones. El énfasis del estudio de este año está en el impacto de la crisis económica global sobre los valores democráticos de los habitantes del hemisferio.

El estudio y los datos están disponibles al público y pueden obtenerse en la siguiente página web: www.LapopSurveys.org. LAPOP es un instituto de investigación en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Vanderbilt.

Para mayor información, contactar al Observatorio de la Democracia (correo electrónico: [email protected]; teléfono: +57-1-3394949 ext. 3206). Información adicional se puede obtener en la página web del proyecto (www.LapopSurveys.org) o en el teléfono +1-615-322-6238.

LA SEGURIDAD YA NO ES EL PROBLEMA MÁS GRAVE PARA LOS COLOMBIANOS

ObservatoriodelaDemocraciapresentaresultadossobreestudio de cultura política en Colombia

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Acerca del recuerdo y delolvidoComentario sobre el ciclo de cine “Procesos Dictatoriales en el Cono Sur”1

Luciana Scaraffuni RibeiroCandidata a Magíster en Antropología Social de la Universidad de los Andes

Paraquela luchanuncaseolvide,amipadreyal“Coco”

Todavía recuerdo cuando al final de los años 80 acompañe a mis padres a votar a la salida de la dictadura en ese gris Uruguay por

el “voto verde”, voto que estaba en contra de la ley de caducidad, ley cuyo fin era instaurar el silencio o como defendían los que votaban a su favor “hay que votar amarillo y olvidarse de todo”. Al final ganó el voto amarillo y se instauró la democracia ¡así como la impunidad!

Las luchas contra esa impunidad y contra el olvido, son muchas y variadas y nunca se van a acabar, es por esto que quise aportar mi granito de arena y decidí junto a la coordinadora estudiantil, traer un poquito de ese recuerdo para así también romper con la indiferencia uniandina. Por esto en la semana del 19 al 22 de octubre se realizó el Ciclo de Cine sobre Procesos Dictatoriales en el Cono Sur, éste transcurrió sin excesivo publico, dado que las películas no eran las taquilleras del momento y la temática era la cruda realidad que la generación de mis papas había vivido durante 12 años de represión sistemática y violaciones a los Derechos Humanos, realidad no muy distante a la que se vive hoy en Colombia.

Considero que nosotros/as tenemos el deber de investigar y conocer nuestra historia como latinoamericano/as, las luchas, las resistencias, ya que para poder entender una sociedad, lo que ésta es y poder comprender su cotidianeidad en el presente, es necesario comprender los hechos que la constituyeron como tal.

Para el Cono Sur las dictaduras fueron y serán hechos que tienen su repercusión en las sociedades de la región hasta el día de hoy, eso fue lo que se expuso en las películas presentadas. Los procesos dictatoriales afectaron la configuración de los “mundos de vida”2 de las personas muy profundamente, desintegrando los núcleos familiares, desapareciendo padres e hijos, asesinando, robándose niños, robándose identidades.

Cabe destacar que el régimen dictatorial que se instauró en Uruguay, se enmarca dentro de un proceso más amplio – orquestado por Estado Unidos- denominado “Plan Cóndor” donde claramente se veía una interacción entre los procesos dictatoriales en el Cono Sur, siendo la dictadura de Brasil la más temprana 1964, luego Argentina con la dictadura de Onganía en 1966, Chile 1973, Uruguay 1973 y luego nuevamente Argentina.

1 La programación de este ciclo de cina fue publicado en la edición número 14 de Sin Corbata2 A lo Schutz

Esto significó en el plano ideológico un adoctrinamiento de las fuerzas armadas y la imposición por parte de los Estados Unidos de la Doctrina de Seguridad Nacional, legitimando la violación a los Derechos Humanos.

Estos regimenes que entran bajo la categoría de “nuevos tipos” según algunos historiadores como Álvaro Rico (Uruguay) y politólogos como Guillermo O’donnel (Argentina), se destacan por presentar un nuevo tipo de autoritarismo, vinculado a un desarrollo del capitalismo moderno, a una participación de las fuerzas armadas como institución, a regimenes institucionalizados y menos dependientes de la voluntad personal del gobernante, pero por sobre todas las cosas, asociado a una planificación sistemática y organizada de la represión, de la vigilancia y el control generalizado de la población, crímenes políticos y desaparición forzada a gran escala. El uso de la picana eléctrica3 y del submarino como algunos de los métodos de represión más comunes, reducían a los presos políticos a un status denigrante e inhumano.

Por esto y muchas cosas más considero que el “olvidar” o como diríamos por mis tierras, el “hacer la vista gorda” tiene que acabar, no podemos hacernos los indiferentes frente al dolor, a la injusticia, a la represión desmedida, a la tortura injustificada, a las violaciones varias. No puedo creer que realmente haya personas que piensen que el “trabajo por la memoria” es un regocijarse en el dolor, porque no es así, estos sucesos traumáticos, no son cosas que ya pasaron y listo, sino que han dejado una huella fuerte en la idiosincrasia y el imaginario colectivo de la sociedad, a la cual le ha costado volver a rehacer su cotidianeidad. Lo que pasó ha tenido efectos en las formas de ser de los uruguayos, generando, por ejemplo, grandes desconfianzas. Además las generaciones más contemporáneas hemos tenido que saber sobrellevar esa carga, ese halo gris que reina sobre nosotros, esa mediocridad cotidiana que nos come los pies, esa incertidumbre diaria que nos dejó ese período.

Es por esto que sí quiero recordar, no me permito olvidar, no me permito callar y no permito que olviden!, tampoco quiero pedir perdón, ni reconciliarme con nadie, quiero saber la verdad y que haya justicia y que estos sucesos no pasen ¡NUNCA MÁS!

En América Latina los hechos trágicos de las naciones han buscado ser invisibilizados e incluso silenciados por las élites dominantes, lo cual denota en la construcción de la memoria relaciones de poder tal y como lo afirma Foucault sobre qué dimensiones históricas priorizar a la hora de “hacer memoria”. Generando luchas políticas en torno a los relatos sobre ese pasado, convirtiéndose la memoria en un instrumento peligroso para el orden establecido, dado que ésta lo interpela y resignifica (Reyes Mate, 2005, Calveiro, 2007, Jelin, 2002).

Es así que mediante el ciclo de cine que pasó, se buscó interpelar un poco ese orden establecido, esa monotonía, buscando crear un puente entre pasado, presente y futuro, ya que es en el presente que se re-construyen experiencias pasadas y expectativa futuras (Jelin, 2002).

¡A todos aquellos que resistieron, lucharon y se la bancaron, nunca los olvidaremos! ¡Salúd!

3 choques eléctricos en los genitales

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata · Periódico de Estudiantes de Ciencia PolíticaPag.15

Blog

Un niño a los 6 años de edad adquiere uso de razón, es decir sabe distinguir entre lo que está bien y mal hecho, de acuerdo a su corta edad. Es obvio que un adolescente entre 14 y 17 años sabe

lo que hace y así lo ratifica la ley, cuando la misma señala que puede trabajar y casarse con per-miso. Es decir, los adolescentes saben distinguir entre lo bueno y lo malo, y los que delinquen saben perfectamente que la sociedad no los castiga por sus faltas y peor aún por la comisión de delitos graves. Un principio de protección mal enfocado termina perversamente afectando la integridad, la

formación y hasta la vida misma de nuestros adolescentes.

No hemos hecho nada efectivo para impedir el incremento de conductas agresivas de algunos adolescentes, que llegan hasta la comisión de delitos graves como homicidios dolosos, violencia

sexual agravada, hurtos agravados, extorsión y secuestros. Con la misma contundencia con la que defendemos los derechos de los niñ@s y adolescentes, debemos defender el cumplimiento de los deberes de esta población; esa es la mejor forma de protegerlos y educarlos como corresponde a una sociedad que se precie de ser responsable, justa y civilizada. Por eso es profundamente equivocado castigar los delitos graves de nuestros adolescentes solo en función de su edad, se deben castigar además en función de la gravedad del delito cometido y del daño para las víctimas.

“Preocupa que a menos de cuatro años de entrada en vigencia la Ley de Infancia y Adolescencia (…) que desarrolla no sólo principios de la Carta Política, sino disposiciones contenidas en Acuerdos Internacionales sobre protección de los

derechos humanos, y en particular los relativos a este grupo tan importante de población, se busquen introducir modificaciones cuya necesidad resulta poco clara. Es necesario abocar el estudio, juicioso y ponderado, de los cambios que se necesitan con urgencia para garantizar el efectivo cumplimiento de los postulados que sustentan el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SRPA)

Es urgente implementar un sistema de justicia diferencial para los jóvenes que incluya estrategias de la mano de políticas sociales. Es hora de hacer un mea culpa, y reconocer que les hemos fal-lado a nuestros niños, niñas y adolescentes. No hemos sido capaces de proteger sus derechos, de ofrecerles acceso a una educación de calidad, con pertinencia, que los forme para convertirse en seres competentes para contribuir al bienestar de nuestra sociedad, y definir su propio proyecto de vida, de valorar, respetar y hacer respetar su cuerpo, su sexualidad, su sensibilidad y capacidad para la creación artística, para el arte, para la rebeldía transformadora.

GILMA JIMÉNEZ: Senadora de la republica(Partido verde)

Angela María RobledoRepresentante a ls Camara

(Partido Verde)

¿Quéopinasobreelproyectodeleyquebuscareducirlamayoríadeedadparalapenalizacióndelosdelitosyproponequeahoraseadesdelos14años?

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Mayo/Junio2010·Edición13

SinCorbata

Quiero compartir con ustedes dos sensaciones con la última edición. Primero, me gustó muchísimo

su nueva caricatura, se nota que hubo un cambio drástico; mejor calidad, más inteligente, más acorde con el periódico. Lo segundo, es que habiendo artícu-los como el de Carlo Nasi de una calidad excelente, debería existir un filtro para que no salgan artículos como el del Partido Verde. Me pareció un artículo de una muy pobre argumentación y articulación.

Sigan así, y mis saludos a Völtima por esa increíble caricatura.Anónimo

Cordial saludo:

Hace algunos meses en la biblioteca de mi universi-dad estaban dispuestas para lectura y repartición

gratuita varias ediciones del periódico Sin Corbata; exactamente tengo el mi poder la edición mayo - junio, pero debido a que no volvió a estar a dis-posición, procedí a preguntarle al señor de la bibliote-ca si sabía alguna razón por la cual éste no hubiese seguido llegando y me dijo que no tenía la más míni-ma idea. Es por eso que deseo saber en dónde puedo conseguir algunas copias para la circulación y repar-tición dentro de la Universidad ya que me parece un material de excelente calidad. Atentamente José Alexis Blanco RodríguezEstudiante de Artes Liberales en Ciencias Sociales.Universidad del Rosario

Si se le antoja deshacerse de algún nudo, opinión, idea, sentimiento o postura.

Quítese la corbata...Escribanos a:[email protected]