15 Memorias SubInfierno DS 2007

8/14/2019 15 Memorias SubInfierno DS 2007

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Los enojones todo lo critican, al acostumbrarse a tal mana de crtica, se vuelven

duros, estrictos con quien sea o el mundo exterior. Ante tal severidad de carcter, se

les endurece el corazn. Hasta corren el riesgo de volverse cnicos y verdugos de sus

semejantes. En ellos nada parece estar bien, siempre habr un pelo de gato en la

sopa. Siempre se sentirn inconformes. Parecen desconocer la calma, la paciencia y

la tolerancia.

He observado durante toda mi vida, que los espritus colricos toman alcohol,

caf y cigarro como una necesidad cotidiana. Claro, hay abstemios que son ms

terribles de colricos. Pero en general, son adictos a una lista increble de asombrosos

trastornos, como la de no dormir bien (trastornos de sueo). S, los enojones duermen

poco, por eso envejecen rpido.

Cuando los enojones comienzan a sulfurarse con regaos y maldiciones, les

regodea el ego, pues a pesar que discuten por telfono, carta o de cara con alguien, el

otro se queda perplejo, sin decir esta boca es ma, pero si la flema del veneno del

otro reacciona o cae presa del juego del enojn para defenderse de igual a igual,

bueno, terminan a gritos, palos, puetazos, en el hospital, la crcel, el cementerio y el

cncer del resentimiento se les injerta en el alma. Lo ms frecuente es que dejan de

hablarle al otro o los otros. Las palpitaciones violentas y brincos del corazn alteran

todo el organismo por cada coraje que se infringen a s mismos. Es decir, disean una

muerte futura espantosa, sufrida, jodida y de una gigantesca lstima. Y es que son

tantas las veces que pierden el juicio los enojones, que parece que ya lo tienen

extraviado.

Como l@s enojones reaccionan como gas butano ante cualquier chispa, son

respondones: qu me miras? por qu te has ido? Ya no me hables!, etc. Ah!, y la

frase mgica de ell@s: A ti qu te importa!Por esoson verdugos de la intranquilidad


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meridiana y tiranos despechados de sus miserias, carencias y dems vacos, entonces

se atrincheran con cualquier motivo como pretexto para crear y generar problemas,

broncas y dificultades. Por eso tienen el rostro duro de palo. Lo que quieren en el

fondo l@s enojones es que se les de su lugar, se les tome en cuenta, en fin, desean ser

aceptados por alguien, por algn grupo, etnia, institucin, club o cualquier otra

organizacin. Psicolgicamente quiere decir, necesitan tanto ser aceptados. Pero

admitidos a nivel psicolgico no slo implica ser acogidos en el seno materno, sino que

sientan que por fin encuentro a quien me entiende y me considera. Como desde a

tempana edad no fueron tomados mucho en cuenta o de adultos sufrieron muchas

humillaciones emocionales que an no superan, entonces, conscientes o

inconscientemente buscan desquitarse con quien se sea o se deje.

L@s temperamentales enojones responden y reaccionan con una actitud de

sospecha. No confan ni de su sombra. En algo son psicticos, en mucho son

paranoicos y una considerable dosis de esquizofrenia descontrolada. Es decir,

reaccionan agresivamente y por impulso instantneo, por eso son violentos, luego son

exageradamente reactivos. A todo le agregan un plus al cubo, creen ver un monstruo

en una hormiga, en un simple hola!, qu tal?, pueden sentirse apualados. Siempre

interpretan las cosas con una actitud a la DEFENSIVA: escuchan aquello que no lo es,

interpretan todo lo contrario a lo dicho, siempre quieren manipular y llevar las riendas

en asuntos domsticos, dar rdenes y no hacer nada. Por eso son sordos, slo

escuchan lo que su enfermedad les dicta, no lo que dijo realmente el otro. De ah que

siempre estn enfermizamente a la Defensiva y la Ofensiva! Pobres criaturas

desgraciadas!, como dice una querida amiga. Siempre los escuchamos gruir entre

dientes cuando algo no les parece. Y realmente son desgraciadas porque perdieron o

olvidaron la gracia de vivir y convivir en armona. Mientras se siga amputando el brazo


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del respeto y la convivencia, la paz ser una galimata ms y el paso para entrar al

crematorio de las guerras y disputas.

L@s enojones no perdonan a nadie ni a nada. El cncer del resentimiento les

carcome las entraas de la intranquilidad. No tienen misericordia, y si la tienen a

ratos, es porque la vida trata de regresarlos a su seno. Para todo, cuando se traban

del coraje, se hinchan como sapos y echan maldiciones, rayos y fuego por la boca.

Han perdido las dimensiones reales de la justicia, el respeto, la libertad, la

cooperacin, la pluralidad, la igualdad y casi todo vestigio humano. Por cada

intolerancia y coraje cultivan un tumor de egosmos y absurdos.

Difcilmente l@s enojones conocen el secreto ms preciado del corazn: la paz.

Son espritus intranquilos, impacientes, intolerables, en bsqueda de nuevas

preocupaciones, problemas, broncas, complicaciones y muchos veces, se creen tan

orgullosos de sus tretas, que es ah precisamente lo que los hace caer, y no

precisamente en el infierno, sino caer de bruces con todo su orgulloso ego. Se dan

demasiada importancia personal. Cuando no se les toma en cuenta, ah andan como

almas en pena, buscando a quien zarandear, con quien pelear y darse de mentadas,

corajes y patadas. Por eso, les causa nusea el silencio y la soledad. No soportan estar

solos y callados. Prefieren el escndalo, el ruido, la bulla y todo aquello que l@s pueda

aturdir ms. Sin embargo, la cura ideal para tales enfermos del enojo es precisamente

el silencio y la soledad. En el fondo de nuestra alma hay un silencio que nos sacrifica,

hasta nos usa para cerrar cualquier tristeza pendiente. L@s enojones no duermen

bien por falta de silencio interno (mente loca que gira de ideas, preocupaciones y los).

A duras penas el poco sueo que tienen lo consiguen. Como por lo comn padecen de

insomnio, o duermen pero no descansan, por lo comn roncan y padecen de treinta

trastornos del sueo, incluso, padecen de sordera y son compulsivos al comer, se


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levantan por las noches y pican comida del refrigerador, siempre estn tentados con

el pretexto del recalentado y terminan lavando ollas con un pedazo de pan o

tortillas para sacar lo que sobr del da anterior.

L@s enojones gritan para sentirse fieros como leones, rugen para pronunciar su

autoridad ante su escasa fragilidad. La verdad, aparentan ser unos monstruos, pero

son tan frgiles, que lloran mientras nadie los mire. Realmente sufren mucho, pero se

han adaptado al sufrimiento. Lo toleran y lo hacen una carga. El sufrimiento se hace

tambin su narctico, pero es un sufrimiento que se transforma en rabia.

El sufrimiento que no conoce la paz, termina siempre en violencia. Hay quienes

han sufrido mucho, pero no escarmientan. Se tragan el honor y todo el sulfuro de sus

corajes, claro, con un chorro de bilis extra, con tal de que se les escuche. Es como si

cuando rugieran, en el fondo pidieran ayuda, compasin, afecto y cario.

La pena y el sufrimiento ms terrible y espantoso de l@s enojones es que todo lo

critican, lo enjuician, son quisquillosos, nada les parece, nada parece satisfacerlos.

Insatisfechos de todo y de nada, se desviven con esa tendencia instintiva por inmolarlo

todo, destruirlo todo, arrasarlo todo bajo la hoguera de sus venganzas. Todo para sus

ojos tiene un defecto, una imperfeccin, un hueco y algo ms que no les parece. En

este nivel de enfermedad, el trastornado de enojo logra algo que le es difcil ver: todo lo

que dice que no le parece, enjuicia y critica se lo hace a s mismo. Es simplemente un

reflejo de s mismo, y a corto o largo plazo, una enfermedad futura, o le agrega ms

densidad a la que ya tiene. De ah que todo parece cansarlo. Por eso se la pasan toda

la existencia quejndose, echando y repartiendo penas y culpas; pero ellos bien,

gracias. No veas la paja del vecino ajeno, sino la viga que tienes enterrada. Cada

quien puede aplicarse sta vacuna, pero las dosis parecen no ser suficientes. Tambin

dicen l@s enojones: Nada de esto hubiera ocurrido a no ser por fulano, zutana,


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perengano!, etc. Son unos profesionales comisarios para repartir responsabilidades

individuales. Parecen agentes aduanales. Claro, para l@s enojones, la culpa y la

responsabilidad siempre la tendr el otro. Sin embargo, no son responsables de su

propia salud: dependen de mdicos, asesores jurdicos, medicinas y un sin fin de

dependencias que mellan su salud y su autoestima.

Cuando el virus del enojo, el catarro de la tristeza y la leucemia de los descuidos

sigan irrefutables como el tumor inmenso del dolor humano, resultar ms complejo

aliviar esa pena de l@s enojones. Y es que cuando uno est infectado de esa reaccin

automtica al enojo, entonces uno es patolgicamente sensible a las impresiones

caprichosas donde nuestro ego se siente herido, ultrajado, ofendido y humillado en

su orgullo. L@s enojones son sensibles a las imposiciones de lo que lo rodea, del

mundo en que se vive, de lo que ha tocado en suerte creer e interpretar. Como le duele

el mundo, por lo tanto, le revienta la circunstancia. Para l@s enojones todo le parece

turbio, sucio y canalla. Por qu se detectan sensibles con esa facilidad de plvora e

incendio? Adems de que estn pertrechados de corrupciones mentales, del espritu,

del cuerpo, material, metafsica y de prejuicios. Tambin es que estn fastidiados de

que el mundo, segn el tipo de enfermo, estn hasta la saciedad de repeticiones sin

cuento sobre esos temas donde la esperanza, la confianza y la paz no existen. La

encrucijada en que se encuentran metidos l@s enojones resulta peligrosa, porque han

perdido el sentido de la esperanza y la confianza en la vida. No hay que caer en

trampas, pero sin embargo, sta es una de las trampas ms sofisticadas del

inconsciente sobre las mentes.

John Lennon deca que la vida es lo que te sucede mientras ests ocupado

haciendo otros planes. Y l@s enojones se desviven haciendo planes sin vivir el

presente. Desvelados por el arrebato de un tiempo que nunca est ni estar, suean


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despiertos mientras siguen con los estragos de sus biografas. Desconocen el mundo

natural, la realidad natural, el hombre natural, la condicin natural de las cosas.

Qu se hace cuando nos enfrentamos con l@s enojones en nuestras circunstancias?

Slo podr decirles una revelacin que tuve el jueves 20 de septiembre a las 8:59 de la

maana mientras iba en el pesero rumbo a la calle Barranca del Muerto: Vivimos

hechizados bajo una poderosa ilusin de una ficcin eterna. Cuando descubr esto en

mi conciencia, de inmediato supe, entre otras cosas, de qu sentimiento esclavo viven

l@s enojones. Pero como dicen las cartas del Tarot: no debe uno dejar de callar mas

que cuando tenga algo que decir que valga ms que el silencio.

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