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RELACiÓN DE SABERES o VARIACIONES SOBRE EL MISMO TEMA HUMBERTO MATURANA R. Biólogo LENGUAJE Y REALIDAD: EL ORIGEN DE LO HUMANO * 1. El Fenotipo Ontogénico 1 o humano surge, en la historia evolutiva del linaje ho- mínido a que pertenecemos, al surgir el lenguaje. En el ámbito biológico una especie es un linaje, o sistema de linajes, constituido como tal al conservarse de manera transgeneracional en la historia reproductiva de una serie de orga- nismos, un modo de vivir particular. Dado que todo ser vivo existe como un sistema dinámico en continuo cambio estructural, el modo de vivir que define a una especie, a un linaje, o a un sistema de linajes, se da como una configuración dinámica de relaciones entre el ser vivo y el medio que se extiende en su ontogenia desde su concepción hasta su muerte. A tal modo de vivir, o configuración dinámica de relacio- nes ontogénicas entre el ser vivo y el medio, que al conservarse trans- generacionalmente en una sucesión reproductiva de organismos constituye y define la identidad de un sistema de linajes, Jorge Mpo- dozis y yo lo llamamos fenotipo ontogénico. El fenotipo ontogénico no está determinado genéticamente, pues, como modo de vivir que se desenvuelve en la ontogenia o historia individual de cada organismo, es un fenotipo, y como tal se da en esa historia individual necesariamente como un presente que resulta ge- nerado en cada instante en un proceso epigenético. Lo que la constitución genética de un organismo determina en el momento de su concepción es un ámbito de ontogenias posibles en el cual su historia de interacciones con el medio realizará una en un proceso de epigénesis. Debido a esto, al constituirse un sistema de linajes, el genotipo, o constitución genética de los organismos que lo constituyen, queda suelto y puede variar mientras tales variaciones no interfieran con la conservación del fenotipo ontogénico que define * Conferencia organizada por la Sociedad de Biología de Chile, 3 de noviembre de 1988, Club de Providencia, Santiago de Chile. Publicado originalmente en Arch. Biol.Med. Exp., No. 22, pp. 77-81, 1989. Tomado del libro "Desde la Biología a la Psicología" Compilación de Jorge Luzaro. Editorial Universitaria, Chile 1995. 200 Nos. 5-6 AÑO MCMXCVII U. NACIONAL DE COLOMBIA BOGOTA, D.C.

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RELACiÓN DE SABERESo VARIACIONES SOBRE EL MISMO TEMA

HUMBERTO MATURANA R.Biólogo

LENGUAJE Y REALIDAD:EL ORIGEN DE LO HUMANO *

1. El Fenotipo Ontogénico

1o humano surge, en la historia evolutiva del linaje ho-mínido a que pertenecemos, al surgir el lenguaje. En elámbito biológico una especie es un linaje, o sistema delinajes, constituido como tal al conservarse de manera

transgeneracional en la historia reproductiva de una serie de orga-nismos, un modo de vivir particular. Dado que todo ser vivo existecomo un sistema dinámico en continuo cambio estructural, el modode vivir que define a una especie, a un linaje, o a un sistema de linajes,se da como una configuración dinámica de relaciones entre el ser vivoy el medio que se extiende en su ontogenia desde su concepción hastasu muerte. A tal modo de vivir, o configuración dinámica de relacio-nes ontogénicas entre el ser vivo y el medio, que al conservarse trans-generacionalmente en una sucesión reproductiva de organismosconstituye y define la identidad de un sistema de linajes, Jorge Mpo-dozis y yo lo llamamos fenotipo ontogénico.

El fenotipo ontogénico no está determinado genéticamente, pues,como modo de vivir que se desenvuelve en la ontogenia o historiaindividual de cada organismo, es un fenotipo, y como tal se da en esahistoria individual necesariamente como un presente que resulta ge-nerado en cada instante en un proceso epigenético.

Lo que la constitución genética de un organismo determina en elmomento de su concepción es un ámbito de ontogenias posibles enel cual su historia de interacciones con el medio realizará una en unproceso de epigénesis. Debido a esto, al constituirse un sistema delinajes, el genotipo, o constitución genética de los organismos que loconstituyen, queda suelto y puede variar mientras tales variacionesno interfieran con la conservación del fenotipo ontogénico que define

* Conferencia organizada por la Sociedad de Biología de Chile, 3 de noviembre de 1988,Club de Providencia, Santiago de Chile. Publicado originalmente en Arch. Biol.Med. Exp.,No. 22, pp. 77-81, 1989. Tomado del libro "Desde la Biología a la Psicología" Compilaciónde Jorge Luzaro. Editorial Universitaria, Chile 1995.

200 Nos. 5-6 AÑO MCMXCVIIU. NACIONAL DE COLOMBIABOGOTA, D.C.

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HUMBERTO'MATURANA R LENGUAJE Y REALIDAD: EL ORIGEN DE LO HUMANO

al sistema de linajes. Por esto mis-mo, si en un momento de la historiareproductiva que constituye un li-naje, cambia el fenotipo ontogénicoque seconserva, desde allípara ade-lante cambia la identidad del linajeo surge un nuevo linaje como unanueva forma o especie de organis-mos paralela al anterior.

En estas circunstancias, paracomprender lo que sucede en lahistoria de cambio evolutivo decualquier clase de organismos, esnecesario encontrar el fenotipo on-togénico que se conserva en ella yen torno al cual se producen di-chos cambios. Así, para compren-der la historia evolutiva que daorigen alo humano, es necesarioprimero mirar el modo de vidaque al conservarse en el sistema delinajes homínido hace posible elorigen del lenguaje, y luego miraral nuevo modo de vida que surgecon el lenguaje, que al conservarseestablece el linaje particular a quenosotros los seres humanos mo-dernos pertenecemos.

Consideremos esto por unmomento:

a) El origen del lenguaje, comoun dominio de coordinacionesconductuales consensuales, exigeuna historia de encuentros recu-rrentes en la aceptación mutua su-ficientemente intensa y prolonga-da (Maturana, 1978, 1988).

b) Lo que sabemos de nuestrosancestros que vivieron en Africahace tres y medio millones de añosindica que tenían un modo de vi-vir centrado en la recolección, enel compartir alimentos, en la cola-boración de machos y hembras; enla crianza de los niños, en una con-vivencia sensual y en una sexuali-dad de encuentro frontal, en el ám-bito de grupos pequeños forma-dos por unos pocos adultos másjóvenes y niños.

c)Elmodo de vida indicado enB), y que aún conservamos en lofundamental, ofrece todo lo que se

requiere, primero, para el origendel lenguaje; segundo, para que enel surgimiento de éste se constitu-ya el conversar como entrecruza-miento dellenguajear y el emocio-nar (Maturana, 1988), y tercero,para que con la inclusión del con-versar como otro elemento a con-servar en el modo de vivir homí-nido, se constituya el fenotipoontogénico particular que defineal sistema de linajes a que noso-tros, los seres humanos modernos,pertenecemos.

d) El que los chimpancés y losgorilas actuales, cuyo cerebro esde un tamaño comparable al denuestros ancestros, puedan ser in-corporados al lenguaje mediantela convivencia con ellos en AMES-LAN (American Sign Language),sugiere que el cerebro de nuestrosancestros de hace tres millones deaños debe haber sido ya adecuadopara éste.

Lo que diferencia al linaje ho-mínido de otros linajes de prima-tes es un modo de vida en el quecompartir alimentos, con todo loque esto implica de cercanía, acep-tación mutua y coordinaciones deacciones en el pasarse cosas deunos a otros, juega un rol central.Es el modo de vida homínido loque hace posible el lenguaje, y esel amor, como la emoción queconstituye el espacio de accionesen que se da el modo de vivir ho-mínido, la emoción central en lahistoria evolutiva que nos da ori-gen. El que esto es así, es aparenteen el hecho que la mayor parte delas enfermedades humanas, so-máticas y psíquicas, pertenecen alámbito de interferencias con elamor.

El modo de vivir propiamentehumano, sin embargo, se constitu-ye, como ya dije, cuando se agregael conversar al modo de vivir ho-mínido y comienza a conservarseel entrecruzamiento del lengua-jear con el emocionar como parte

del fenotipo ontogénico que nosdefine. Al surgir el modo de vidapropiamente humano, el conver-sar como acción pertenece al ám-bito emocional en que surge el len-guaje como modo de estar en lascoordinaciones de acciones en laintimidad de la convivencia sen-sual y sexual.

Que esto es así, es aparente devarias maneras:

a) En las imágenes táctiles queusamos para referirnos a lo quenos pasa con las voces en el habla,así decimos que una voz puede sersuave, acariciante o dura;

b) En los cambios fisiológicos,hormonales, por ejemplo, que nosdesencadenamos mutuamente conel habla, y

c) En el placer que tenemos enel conversar y en el movernos enellenguajear.

¿Cuándo habrían comenzadoel lenguajear y el conversar ennuestra historia evolutiva? Elenorme compromiso estructuralactual de nuestro sistema nervio-so, de nuestra laringe, de nuestrorostro, así como de otros aspectosde nuestro cuerpo, con el hablacomo nuestro modo más funda-mental de estar en el lenguaje, in-dica que ellenguajear sonoro tieneque haber comenzado hace ya va-rios millones de años; a mi parecer,entre dos y tres.

2. Las realidades

La existencia humana en ellenguaje configura muchos domi-nios de realidad, cada uno consti-tuido como un dominio de cohe-rencias operacionales explicati-vas. Estos distintos dominios derealidad son también dominios dequehacer que generamos en laconvivencia con el otro y que,como redes de conversaciones (re-des de coordinaciones de accionesy emociones), constituyen todosnuestros ámbitos, modos y siste-

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HUMBERTO MATURANA R LENGUAJE Y REALIDAD: EL ORIGEN DE LO HUMANO

vemos porque corrientemente so-mos ciegos a nuestro emocionar.En suma, la validez de nuestros ar-gumentos racionales no dependede nuestras emociones, pero el do-minio racional en que nos encon-tramos en cada instante al conver-sar, sí.

s. Conclusiones

El darse cuenta de que los se-res humanos existimos como talesen el entrecruzamiento de muchasconversaciones en muchas domi-nios. operacionales distintos queconfiguran muchos dominios derealidades diferentes, es particu-larmente significativo porque nospermite recuperar lo emocionalcomo un ámbito fundamental delo humano.

En la historia evolutiva se con-figura lo humano con el conversar,al surgir el lenguaje como un ope-rar recursivo en las coordinacio-nes conductuales consensualesque se da en el ámbito de un modoparticular de vivir en el fluir delcoemocionar de los miembros delgrupo particular de primates bípe-dos a que pertenecemos. Por esto,al.surgir el conversar con el surgi-míento del lenguaje en el ámbitooperacional de la aceptación mu-tua (amor) en estos primates, lohumano queda fundado constitu-tivamente con la participación bá-sica del emocionar y en particulardel amor. En la fantasía de la cul-tura patriarcal a que pertenecemosen Occidente, y que ahora pareceexpandirse por todos los ámbitosde la tierra, las emociones han sidodesvalorizadas en favor de la ra-zón como si ésta pudiese existircon independencia o en contrapo-sición a ellas.

El reconocer que lo humano serealiza en el conversar como entre-cruzamiento del lenguaje y elemocionar que surge con el len-guaje, nos entrega la posibilidad

de reintegrarnos en estas dos di-mensiones con una comprensiónmás total de los procesos que nosconstituyen en nuestro ser cotidia-no, así como la posibilidad de res-petar en su legitimidad a estos dosaspectos de nuestro ser.

Desde pequeños se nos diceque debemos controlar o negarnuestras emociones porque éstasdan origen a la arbitrariedad de lono racionaL Ahora sabemos queesto no debe ser así. En el conver-sar surge también lo racionalcomo el modo de estar en el fluirde las coherencias operacionalesde las coordinaciones conductua-les consensuales del lenguajear.Sin embargo, la efectividad del ra-zonar en el guiar las coordinacio-nes de acciones en el quehacer téc-nico nos ciega ante el fundamentono racional de todo dominio racio-nal, y transforma, desde su preten-sión de no arbitrariedad, a cual-quier afirmación racional en unapetición de obediencia al otro quelimita nuestras posibilidades dereflexión, porque nos impide ver-nos en la dinámica emocional delconversar.

Esto es importante para lacomprensión de lo humano y lo ra-cional porque, aunque parezca ex-traño, al hacernos cargo de la par-ticipación de las emociones comofundamento de cualquier sistemaracional en el fluir del conversarobtenemos el verdadero valor dela razón en la comprensión de lohumano. Yesto es así, porque aho-ra sabemos que debemos darnoscuenta de nuestras emociones yconocerlas en su fluir, cuando que-remos que nuestra conducta seaen efecto racional desde la com-prensión de lo racional.

Finalmente, el darse cuentadel entrelazamiento entre el emo-cionar y el lenguajear que todoconversar y, por lo tanto, que todoquehacer humano es, da funda-mento a la comprensión de dos di-mensiones adicionales del ser hu-mano, esto es, la responsabilidady la libertad: a) somos responsa-bles en el momento en que ennuestra reflexión nos damos cuen-ta de si queremos o no queremoslas consecuencias de nuestras ac-ciones, y b) somos libres en el mo-mento en que en nuestras reflexio-nes sobre nuestro quehacer nosdamos cuenta de si queremos o noqueremos nuestro querer o noquerer las consecuencias de nues-tras acciones. Al ser responsablesy libres, el curso de nuestras accio-nes pasa espontáneamente a de-pender de nuestros deseos y deldarnos cuenta de ellos y de esto.

En estas circunstancias, tal vezlo más iluminador de estas refle-xiones sobre la realidad y la razónesté en el darse cuenta de que lacomprensión racional de lo másfundamental del vivir humano ,que está en la responsabilidad y lalibertad, surge desde la reflexiónsobre el emocionar que nos mues-tra el fundamento no racional delo racional tp

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