VIAJE A LAS MEDULAS-ASTORGA1º y 2º de Bachillerato (23-24 de octubre)

Objetivos generales de la actividad: • Laciudadromana.AsturicaAugusta.• LaexplotaciónmineraenLasminasdeorodeLas

Médulas.Objetivos cumplidos muy satisfactoriamente. Muy bien las explicaciones de las guías y el plan de la visita.

Otros objetivos añadidos para enriquecer el viaje:• ValdesanLorenzo(MuseodelBatánylaComunal)

Interesante visita para conocer el proceso de la lana y sus derivados. Muy didácticos los museos y muy edu-cativo el guía.

• Ponferrada.Agradable paseo hacia la basílica de la Encina, la plaza Mayor, Castillo Templario y el puente sobre el Sil

• CastillodeCornatel.Celebramos allí a modo de clausura de nuestro viaje una lectura en voz alta de algunos fragmentos de El Señor de Bembibre, de Gil y Carrasco, novela romántica cuya acción está situada en este castillo y sus alrededores.

El autobús:• ViajesRincón.

Buen autobús. Conductor muy amable

El alojamiento:• Hotel“LaTorre”,enPuentedeDomingoFlórez.

Muy buena comida. Buenas instalaciones. Personal exce-lente.

Nota: • Gracias al IES Santo Tomás por favorecer esta actividad. • Felicidades a las familias de los alumnos y a la comuni-

dad escolar por la presencia de un grupo de alumnos tan receptivos.

CastillodeCornatel TermasdeAsturicaAugusta MosaicodelOso,A.Augusta

MuseodelBatán

LasMédulas

Héctor Morejóndice:

En las Médulas la ve-getación sorprende: en unos sitios es muy den-sa; en otros, inexistente.

Lucía Merlodice: Cuando llegamos al Mu-seo del Batán, la peque-ña casa que lo albergaba era muy acogedora; tenía los marcos de las venta-nas pintados en azul, que hacia un bonito contraste con la piedras de los muros. Al lado de la casa había un puente precioso, cru-zando sobre un riachuelo.

En Val de San Lorenzo, caminando por sus ca-lles estrechas, me fijé enuna casa vieja, que pa-recía próxima a derruirse, sin color, sin vida, excep-to por una rosa de color rosa pálido, que contras-taba con la imagen ge-neral de tal manera que creo que me acordaré mucho tiempo de ella.

Las calles de Ponferrada, de asfalto con piedreci-llas, el músico callejero, la serenidad de la tarde, el contraste del castillo de los templarios contra el cielo azul, ya dorándo-se por el atardecer, el Sil abajo. Todo hizo el pa-seo más agradable de lo que me podía esperar.

La subida al mirador de Orellán en lo más alto de las Médulas es duro, pero resulta relajante por el es-pacio que hay que atrave-sar: el inmenso bosque de castaños y hayas, con al-gunos acebos, el suelo cu-bierto de hojas por el oto-ño, los colores… y la delicia de las vistas desde arriba.

Arturo Rico Alcaldedice:Me reí cuando estábamos andando a lo largo de la cloaca romana de Astu-rica Augusta, a paso de tortuga y medio en cucli-llas, porque Angelín iba metiendo el pie en todos los charcos que podía y cagándose en todo. Me resultó curioso el lugar del museo del Batán, cuando hicimos la primera parada sin entrar al pueblo. Era un poco como de pelí-cula, por el cauce del río, el puente de madera, las hojas cayendo de los ár-boles... Me gustó mucho el paseo por el Mons Medu-lium porque había muchas hojas caídas de los árbo-les con el color propio del otoño; eso aquí no se ve.

Marian Pérez Acevesdice:Uno de los momentos de más risa de la excursión fue el comienzo de la su-bida al mirador de Ore-llán, atravesando todo el espacio de la explotación aurífera de las Médulas.Saliendo ya del pueblo, había un corral con pa-vos; algunos estaban suel-tos y se quedaban mirán-donos según pasábamos. Los que íbamos los prime-ros, pudimos ver desde un poco más arriba cómo los pavos se lanzaron a per-seguir con gran alboroto a las últimas del grupo, y cómo corrías ellas. Los que veíamos la escena nos tronchábamos de risa.

Jose Luis Villa Lozano dice:De la infinidad de cosasque hemos podido ver en nuestro viaje a las Médulas como las excavaciones, termas, los objetos del mu-seo romano, el castillo de los Templarios en Ponferra-da, las minas romanas con sus galerías y vegetación además del castillo de Cornatel… Me ha llama-do la atención el cuidado y trabajo que tienen los habitantes de las medu-las con sus cultivos. Como bien nos advirtieron antes de ir, esta gente es muy cuidadosa en cuanto a sus productos. No podías coger las castañas ya que es su labor pero no todos sus productos eran cas-tañas, también tenían un pequeño huerto donde cultivar lechugas, toma-tes, pimientos… y como no todos sabemos que no solo somos nosotros los que nos alimentamos de ello, también los pájaros vienen a picar la comida y como método para es-pantarlos no se usan es-pantapájaros ni CDs como hacemos por aquí, allí se usan adornos de navidad.

Sandra Colomo dice:Lo que más me ha gusta-do de la excursión ha sido la visita a Las Médulas. A pesar de lo que nos costó subir hasta el mirador, me-reció la pena el esfuerzo porque allí arriba las vistas eran espectaculares. Ha-bía unos paisajes otoñales que no estamos acostum-brados a ver por aquí jun-to con un montón de cas-taños. También me gusto mucho cuando entramos a la cueva y la visita al Castillo de los templarios.

“Carla carda con carda de cardo manta de lana; bien carda Carla”

Pablo Martíndice:• Las prostitutas en Asturica Augusta costaban 2

ases; pero las baratas, las caras no bajaban de ocho.

• Parecíamos desperdicios romanos al pasear por las viejas cloacas de Asturica Augusta.

• A uno le entran ganas de hacerse templario después de ver el castillo de Ponferrada

• En las Médulas valen más las castañas que el oro.

• Menos mal que nos prestaron cascos para ca-minar por las galerías romanas de las Médulas.

• En el museo del batán supe que una manta sin cardar no da calor. Tiene que tener los pelillos mal peinados.

• En el hotel fueron de una hospitalidad berciana.

Marta Martíndice:Lo que más me llamó la atención de las Médulas fue el paisaje que había, y las casas del pueblo, que eran muy diferentes a las de aquí. También me sorprendió cómo los romanos pu-dieron hacer esas excavaciones tan grandes con los medios que tenían antiguamente.

En cuanto al museo, me gustó cómo eran las bisagras de antes. En la foto se pueden ver los elementos que componían la bisagra en un mueble de madera, que permitía la apertura de sus puertas, realizados en hueso de óvido. Se colocaban varios de ellos, alternativamente en el marco y lapuerta,alosquesefijabanporme-dio de espigos de madera embutidos en los agujeros que presentan. Por su inferior se hacía pasar un eje que permitía el giro de la puerta.

También me sorprendieron las mone-das del museo que estaban partidas. En la foto se puede observar las mo-nedas partidas, emitidas por los em-peradores Augusto y Tiberio. Como respuesta a la falta de moneda frac-cionaria se solían partir o cortar aque-llas de mayor cuantía, ases por ejem-plo, para así dividir su valor.