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El 8 de marzo pasado se concentró en 18 de julio una de las expresiones de masa más importantes de los últimos tiempos, convocada por diversos colectivos.

El Área de Género de FUCVAM estuvo una vez más, convocando a compañeras de las diferentes cooperativas, identificadas con sus cascos violetas y dando

cuenta de la necesidad de repensar nuestros espacios de convivencia, militancia y obra; en ese intento por seguir construyendo una sociedad más justa.

Este año la intención manifiesta fue que la movilización tuviera una expresión de clase, planteando las consignas feministas en el marco de las tensiones entre capital y trabajo.

¡Sin mujeres no hay cooperativismo!ÁREA DE GÉNERO FUCVAM

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Cincuenta años en la vida de una organización popular no son poca cosa. Como las personas, la organización social va cambian-do con el paso del tiempo, adqui-riendo madurez, agrandando su familia, constituyéndose en refe-rente (bueno o malo) para otros y otras, pasando por momentos de declive y por momentos de exal-tación y bienestar.

Nuestra FUCVAM hace 50 años que viene construyendo no solo viviendas, sino una forma de es-tar y vivir en sociedad. 50 años construyendo una alternativa co-lectiva a la sociedad de consumo capitalista que nos quiere “comer” la cabeza y que intenta conven-cernos de “hacer la nuestra”, sin que nos importe quién tenemos al lado. En estos 50 años hemos pasado por diferentes gobiernos y contextos nacionales, mantenién-donos siempre en la vereda del pueblo trabajador, enfrentándo-nos al gobierno de turno cada vez que lo consideramos necesario. Esta característica nos ha valido el respeto y reconocimiento tanto de nuestras organizaciones alia-das como de quienes no comul-gan con nuestros principios.

Nosotros, dormimos tranquilos. Este aniversario nos encuentra una vez más en una trinchera de lucha, como lo fue contra la Dic-tadura, la campaña de firmas con-tra la Ley de Propiedad Horizon-tal, la lucha para la obtención de Personerías Jurídicas o Cartera de Tierras, las Huelgas de Pago, por mencionar algunas.

Vivimos uno de los períodos más desafiantes de los últimos tiempos, con un gobierno que comienza su mandato desplegando un arsenal de propuestas antipopulares, pri-vatistas y antisindicales (Ley de Urgente Consideración) y un con-texto socioeconómico y financiero a nivel internacional, regional y nacional agravado por la presen-cia de un convidado de piedra: el COVID 19.

Es necesario analizar el tiempo

que vivimos a la luz de nuestros intereses como trabajadores y trabajadoras nucleados en una de las organizaciones sociales más importantes del país y refe-rente a nivel regional y mundial en temas de vivienda popular. No podemos desconocer que nues-tro análisis y nuestras posiciones marcan un punto de referencia para muchos compañeros y com-pañeras que nos ven como una organización madura y experien-te, como decíamos al principio del Editorial.

Con respecto al conflicto que mantenemos con el estado uru-guayo, seguimos sumando coo-perativas a la medida de la obla-ción y consignación. A raíz del cierre de las ventanillas de pago en la ANV no pudimos seguir concretando nuevas oblaciones, aunque sí las cooperativas de-jarán de pagar. Hemos insistido en ser recibidos por la Ministra, para saber cuál será su posición con respecto al 2%, pero somos conscientes de que en el marco de la situación excepcional que vivimos, reunirse con nosotros no debe ser una de sus preocupacio-nes más importantes. Ni tampoco la nuestra: las familias subsidia-das continúan pagando según sus ingresos y las cooperativas depositan al 2%, ya sea en sus cuentas, a la espera de la cuenta consignada, o en la cuenta deter-minada por el Juez, para aquellas que ya tuvieron la audiencia.

Aunque ahora ha perdido luga-res en los noticieros y en la agen-da política, no queremos dejar de mencionar la tremenda arremeti-da del gobierno de Lacalle contra la clase trabajadora y el pueblo en general, con su Ley de Urgen-te Consideración. Partiendo de la base de que es inconstitucional presentar más de 400 artículos para ser considerados en forma urgente, se pone en la misma bol-sa el derecho de manifestación colectiva, las empresas estatales y los chorizos artesanales. En nues-

tro comunicado sobre la LUC planteamos claramente nuestra posición contraria a esta ley anti-popular, que no es otra cosa que la expresión de la clase dominan-te que defiende sus privilegios sin ningún miramiento. Los días que siguieron nos fueron dando la razón, cuando se anunciaron aumentos de tarifas en un 10 % promedio, cuando tres meses atrás reclamaban a gritos que se estaba recaudando con los entes, y que se podían bajar todas las ta-rifas del Estado.

Hoy el coronavirus empaña la escena nacional, pero tenemos que tener memoria, y recordar que el anuncio del aumento de las tarifas se hizo antes del CO-VID 19, pisoteando las promesas electorales. ¿Será por eso el di-cho de “falso como promesa de político”?

Y apareció como convidado de piedra el coronavirus, diluyendo la comezón e inquietud que se es-taba empezando a hacer sentir a nivel popular, por la LUC.

No nos engañemos compa-ñeros y compañeras, el COVID 19 llegó a Uruguay y golpeó a nuestra sociedad, comenzando sarcásticamente por los barrios de los más poderosos. Barrios que no conocen el costo de la palabra sacrificio, que no saben de las ollas populares en tiempos de crisis, de los gestos solidarios cotidianos que nos identifican y hermanan como clase, como ese pizarrón colgado en una coo-perativa ofreciendo ayuda a los veteranos y veteranas que tienen que extremar los cuidados de ex-posición al virus.

El COVID 19 logró en dos me-ses lo que el hambre, la malaria, el dengue y la pobreza no han logrado en toda la historia de la humanidad. Que todo el mundo se preocupe, se le destinen horas en los medios de prensa, ríos de tinta y entrevistas, que se le desti-nen recursos especiales, se cons-truyan hospitales enteros en diez

días, etc. Que se entienda bien, no minimizamos la importancia de la pandemia y hemos dado mues-tras de ello con nuestro accionar como gremio, suspendiendo las actividades culturales, reuniones sindicales y de formación, acom-pañando las medidas dispuestas, reduciendo horario de funciona-miento, etc.

Pero que se entienda bien, esta crisis sanitaria va a continuar con una brutal crisis económi-ca, y nos preguntamos si una vez más vamos a pagarla y sostenerla los trabajadores y trabajadoras, como ha sido común en nuestra historia como país.

Ya se redujeron nuestros sa-larios ante la suba del dólar, ¿a quién benefició? Deben haber unos cuantos estancieros y pro-ductores rurales contentos por-que sus reclamos fueron tomados en cuenta, ¡y cómo!

FUCVAM ha convocado a la In-tersocial, como única herramienta válida ante los avances dominan-tes, una Intersocial que fuera pro-tagonista indiscutible en la lucha por la derrota a la Dictadura, nin-guneada después por varios de los partidos políticos que hoy in-tegran la frágil alianza multicolor. Con nuestros hermanos históricos de clase, y todas las organizaciones aliadas que se pongan del lado del pueblo organizado, construiremos un gran frente social, con base en nuestros barrios cooperativos, como una alternativa de resisten-cia y lucha al modelo neoliberal, capitalista y deshumanizador.

La vigencia de un modelo

¡LUCHARHASTA

VENCER!

EDITORIAL

DIRECCIÓN NACIONALDE FUCVAM

EL SOLIDARIO - ABRIL 20204INTERNACIONAL

El Internacionalismo de FUCVAMDesde los primeros años de exis-tencia de nuestra organización, nuestros pioneros -siguiendo uno de los mandatos históricos de las organizaciones obreras- intenta-ron relacionarse con los hermanos y hermanas de otras latitudes. Un paciente trabajo durante cincuen-ta años de intercambios con orga-nizaciones de otros países ha ido tejiendo cientos de relaciones que hoy se concretan en la constitución de la Alianza Latinoamericana de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (ALACVAM).

La ALACVAM hoy está integrada por organizaciones de diez países de nuestro Continente (Colombia, Paraguay, Bolivia, Honduras, El Sal-vador, Nicaragua, Guatemala, Cos-ta Rica, México y Uruguay). Todas ellas son organizaciones que impul-san según las condiciones que exis-ten en cada país, el modelo nacido en Uruguay, cuestión que nos llena de orgullo.

Estamos convencidos de que la experiencia de todas y todos mejo-rará nuestra práctica cotidiana en cada uno de nuestros países. Por ello, consideramos como una de las tareas prioritarias continuar desa-rrollando la ALACVAM.

Mantenemos también contactos con otras organizaciones, no sola-mente de nuestro continente, sino del mundo entero. Mencionamos por ejemplo, los intercambios de distinto carácter que se mantienen con organizaciones de Asia, África y Europa.

Todo esto fue producto de un in-

cansable trabajo colectivo, donde participamos muchos y muchas compañeras a los efectos de fortale-cer las organizaciones y los intercam-bios. Variadas actividades: encuen-tros, seminarios, movilizaciones en conjunto, pasantías, propuestas so-bre los ejes centrales e instrumentos políticos indispensables para que el modelo se desarrolle en cada país. La lucha por la financiación estatal, carteras de tierras, marcos legales y la activa participación de la gente han sido y son parte sustantiva de nuestra propuesta global.

La ALACVAM resolvió para este año desarrollar campañas acerca de

“la vivienda es un derecho y no una mercancía” y atendiendo a la reali-dad de cada país, las organizaciones coordinaremos acciones conjuntas en todo el continente.

Somos parte de HIC (Coalición Internacional del Hábitat) y man-tenemos contactos también con distintas agencias de cooperación como Urban Monde (Suiza) y WeE-ffect (Suecia).

Todo ello porque estamos conven-cidos de que otro mundo es posible y

solo con la unidad internacional de las organizaciones del movimiento popular lo lograremos.

¡Viva la unidad de los pueblos!

La Vivienda es un Derecho,

no una mercancía.

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¿Quién pagará la crisis?

Foto: Gustavo Castagnello

Llegó a nuestras orillas la pande-mia del coronavirus, no podía ser de otra manera, el virus se expan-de por el mundo y aparentemente sin control alguno. Rescatemos algunos otros problemas.

• 1.000 niños y niñas mueren por día, en el mundo; producto de enfermedades diarreicas por falta de agua potable (UNI-CEF).• 25.000 personas mueren de hambre, por día; en el mundo.• 6.000.000 de niños y niñas mueren en el año, por el hambre y la pobreza.(FAO)• 100 millones de personas son afectadas cada año, por el dengue (OMS).

Sin embargo, frente a todas estas cifras nadie dice nada, los noticieros no hablan de ello, los poderes políticos no convocan jamás a combatir ninguna de es-tas cifras, salvo en simposios mé-dicos internacionales.

La pandemia del COVID 19 ha puesto de manifiesto la precarie-dad y fragilidad de la vida bajo el sistema capitalista. Esta pan-demia ha puesto sobre la mesa

-una vez más- el escaso valor de la vida humana bajo un sistema tan irracional, donde una minoría del mundo gana millones y millones, mientras que la inmensa mayoría que vive efectivamente de su tra-bajo; apenas le alcanza para llegar a fin de mes.

El coronavirus entra en acción,

precisamente, en un cuerpo vul-nerable. La envergadura del des-plome actual de las bolsas que ha provocado pérdidas de activos por 6 billones de dólares en 10 días es inexplicable al margen de esta nueva realidad.

Este terremoto vino precedido en el año que acaba de finalizar- por tres temblores de las bolsas neoyorquinas cuya onda expansi-va se hizo sentir a nivel global. En este lapso, la bolsa retomó su ciclo ascendente y llegó a niveles ré-cord. Pero eso, contradictoriamen-te, terminó por reforzar más el carácter explosivo de la situación actual, pues puso al descubierto el contraste entre las cotizaciones de las acciones y el magro desem-peño de las empresas en el ámbito de la producción y la economía real, la denominada “exuberancia irracional” que caracteriza la valo-rización bursátil. El pobre resulta-do operativo de los balances se ve

neutralizado por las crecientes in-versiones financieras. Las ganan-cias (liquidez) no se direccionan a la reinversión productiva sino a la esfera especulativa. De un modo general, asistimos a un auge de la deuda mundial a niveles sin precedentes. Según un reciente Informe del FMI, la deuda global asciende al 230% del PBI.

El coronavirus ha agravado una crisis que ya estaba en desarrollo. Como telón de fondo, está la crisis de sobreproducción y sobreacu-mulación de capitales, que se ex-tiende a la producción industrial. Las tendencias deflacionarias hoy reinantes, expresan la declinación en los niveles de rentabilidad. Esa tendencia a la caída de la tasa de ganancia, está en la base de la huelga de inversiones que se en-cuentra en un punto muy bajo, que ni siquiera es suficiente para compensar la depreciación de las maquinarias y la infraestructura.

Naturalmente, no se pueden perder de vista las dimensiones del descalabro social y económi-co que puede traer aparejada la epidemia. Por lo pronto, la parali-zación de la actividad se está ha-ciendo sentir en todos los planos: la producción, el comercio, los servicios, el turismo, el transporte, la industria del entretenimiento y espectáculos, incluido el depor-tivo, que han debido retraer su funcionamiento o directamente suspenderlo hasta nuevo aviso.

Como no podía ser de otra ma-nera en nuestro país, se aumenta-ron las tarifas públicas, el dólar se dispara y nadie se anima a decir cuándo parará la suba, hay un nuevo aumento de los impuestos.

La gente en general, entró en pánico y es normal, la propa-ganda desatada lleva también a fabulosas ganancias que pron-to sabremos quienes serán los grandes beneficiados de todo el descalabro.

Desde FUCVAM llamamos a no desconocer como decimos en el artículo que la epidemia existe y hay que tomar todos los recaudos de los organismos de la salud para enfrentarlo. Pero también lla-mamos y pronosticamos que de ninguna manera, los trabajadores y trabajadoras somos quienes te-nemos que pagar esta crisis, sino quienes en realidad la generaron.

Unir esfuerzos y agudizar la creatividad para que el quietismo no nos gane será la tarea funda-mental de esta etapa.

DIRECCIÓN NACIONAL DE FUCVAM

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¡La fuerza de un pizarrón!Al escribir este artículo, transitábamos la primera semana del “Quédate en casa” como medida sugerida por las autoridades para enlentecer la propagación del virus.

Una medida necesaria, pero totalmente inequitativa, ya que los trabajadores y trabajadoras viven de su salario, de lo que generan cada vez que se presentan en sus puestos de trabajo, y ni que hablar de quienes están jubilados o jubiladas, que dependen de su magra jubilación para vivir. El almacén del barrio o el super del complejo saben de estas historias en donde don Juan no llega a fin de mes y saca “fiado”.

Pero, ¿qué pasa si don Juan no puede ir al almacén de su confianza? Seguramente no va

a recurrir a los delivery o a las propuestas “te lo llevamos a casa”, su jubilación no se lo permite.

Un pizarrón colocado frente al salón comunal de una cooperativa nos refrescó a todo el movimiento por qué elegimos vivir en cooperativas, construyendo no solo casas, sino una sociedad diferente.

“Llamado Solidario!!” decía el pizarrón. En otra cooperativa el cartel anunciaba el teléfono de los compañeros y compañeras que se ofrecían para hacerle los mandados a los veteranos de la cooperativa, que quedan más expuestos si salen de sus hogares.

Ejemplos muchos, como el de las cooperativas alejadas que se organizan para los traslados hacia el centro, con los vehículos

que salen repartiendo gurises, compañeros y compañeras en los centros de estudio y trabajo, o los autos que se han colocado a disposición de quienes necesiten salir de su casa, para que no usen el ómnibus.

Que dicho sea de paso, en lugar de haber más coches; han reducido las frecuencias, obligando a la población trabajadora a viajar más hacinados y con mayor riesgo de exposición.

A la empresa no le cierra la ecuación entre coches en la calle y boletos vendidos: hay que optimizar las ganancias y reducir las pérdidas, aunque sea a costa de la salud del pueblo!!!

Pero volvamos a la expresión de genuina solidaridad que se dispara una vez más; como cuando las cooperativas asistían y colaborabancon las familias

de los presos y presas políticas, como cuando las ollas populares se multiplicaron en los salones comunales, sin preguntar si era necesario o quién tenía para aportar. Había que hacerlo!!!

Una vez más, esta empecinada forma de ver y entender las relaciones de convivencia y la sociedad toda expone la injusticia y decadencia de un sistema económico y social que denigra a la persona humana. En nuestras cooperativas anida la esperanza, como dice la canción, la dignidad, la solidaridad y la reserva moral suficiente como para hacer frente a esta y otras situaciones complejas. Ya lo hemos hecho.

Estas expresiones de nuestra gente son las que nos emocionan y renuevan nuestro compromiso de militancia y opción de vida.

DIRECCIÓN NACIONAL DE FUCVAM

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La Penuria de la Vivienda

Redactor responsable: José Enrique Cal Fotografía: Gustavo CastagnelloDepartamento de Comunicación: Alejandro Muniz, Juan XavierDiseño y Armado: Alejandro Muniz, Juan Xavier

FUCVAMFederación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua Victor Haedo 2219 - Montevideo - UruguayTel: 2408-4298 - 2408-4298 www.fucvam.org.uysecretariadireccion@fucvam.org.uy

Foto: Mesa Departamental de Salto

Los cambios que propone la LUC dan cuenta de que el embate neoliberal que aqueja a América Latina ha tocado suelo uruguayo. Por ende, continúa la omisión a un derecho fundamental como lo es el acceso a la vivienda, el cual involucra como ya lo ha manifes-tado esta Federación el derecho a la educación y a la salud, que dignifican a la persona humana.

Con esto queremos de-cir que sigue habiendo ca-rencia de viviendas dignas para la ciudadanía del país.

En este tema, Salto no es la excepción, viéndose esto refle-jado en casi 30 asentamientos irregulares, cuyo número sigue creciendo. En los cuales, pri-man las mujeres solas con hi-jos, mayoritariamente por fuera del mercado formal de empleo, viviendo en condiciones suma-mente precarias, en todo sentido.

Cabe señalar que Salto es uno de los departamentos que ge-nera menor PBI en relación al PBI nacional (según datos publi-cados por OPP); lo que da una idea del grado de desarrollo del departamento comparado con otros departamentos del país.

Por su parte, la precariza-ción laboral, los bajos sala-

rios, la zafralidad y los contra-tos a término han ganado el mercado de empleo salteño.

En estos días, la coyuntura ha cambiado perjudicando aún más a los menos favorecidos. Ante esto, no podemos quedarnos con los brazos caídos, descui-dando la discusión parlamen-taria. No es admisible para el cooperativismo de viviendas por ayuda mutua aceptar el MEVIR urbano propuesto en la LUC.

De allí que consideramos que la lucha por el 2% debe profundizarse, en el entendido de que debemos tener la sufi-ciente capacidad de compro-meter a todo el cooperativismo de vivienda. Acentuar la lucha

para que todas las coope-

rativas afiliadas y no afilia-das entren en la oblación.

Luego de un proceso de autocrí-tica realizado desde la Mesa salte-ña, respecto a la forma en que se difundió todo lo vinculado al con-flicto, se entiende que se logró ha-cer visible el mismo hacia el resto de la ciudadanía; pero a la inter-na del movimiento se ha fallado.

El mismo proceso de autocrí-tica nos condujo a escuchar la explicación sobre “no oblar” de algunos compañeros y compañe-ras. Es así que se logran resumir algunas preocupaciones latentes como son el miedo a la pérdida del subsidio y la deuda gene-rada por la diferencia del pago al 2%, si se pierde el conflicto.

MESA DEPARTAMENTAL SALTO

¡ERRADICAR EL MIEDO Y PROFUNDIZAR

LA LUCHA DEBE SER NUESTRA CONSIGNA!

Mesa Departamental de Salto