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2503 Agroecología y Desarrollo Sostenible del Campo ¿Dos miradas contrapuestas? JULIANA SABOGAL AGUILAR 1 Introducción La cuestión ambiental es un tema que en la actualidad se trata con bastante frecuencia posiblemente porque se están haciendo evidentes las consecuencias de cierta relación del hombre con la naturaleza; sin embargo, lo que no es muy perceptible es el trasfondo epistemológico que implican las diferentes posturas que sobre el tema tratan, y que tienen que ver por ejemplo con esas dicotomías tan modernas como son sujeto vs objeto, progreso vs atraso, civilización vs es- tado salvaje, masculino vs femenino, y la misma del hombre vs la naturaleza. En el desarrollo de las políticas agrarias en Colombia por ejemplo, el ambiente al igual que el conflicto, la tenencia de la tierra y las relaciones de poder, se han tomado generalmente como factores secundarios que favorecen u obstaculizan el buen funcionamiento del sistema económico imperante. Es decir, si bien el problema medio ambiental se considera ineludible, en la práctica no se ha incor- porado a las prioridades del desarrollo rural a pesar de que se menciona formal- mente en el discurso. Encontramos pues el concepto de Desarrollo Sostenible como el más utilizado en la formulación política, probablemente porque se caracteriza por lograr una flexibilidad que lo hace compatible con los lineamientos rectores de las políticas agrarias actuales: el crecimiento económico, la productividad y la empresariza- ción del campo principalmente. Así pues, el presente texto propone un ejercicio reflexivo sobre dos de los planteamientos conceptuales más importantes que relacionan el sector rural con su concepción ambiental: el mencionado Desarrollo Sostenible por una parte y el pensamiento Agroecológico como alternativa, ubicándolos finalmente en la política nacional de desarrollo rural para determinar su incidencia. Desarrollo Sostenible: un concepto para todos El Desarrollo Sostenible se ha convertido en un concepto articulador de pro- puestas de distinta naturaleza que tienen en común la inquietud por el ambien- te, bien sea desde perspectivas que enfatizan en la degradación de los suelos, la contaminación atmosférica, el mal uso del agua y la pérdida de biodiversidad en sí mismas, o bien desde miradas que se preocupan más por las consecuencias de un ambiente débil para la sostenibilidad del crecimiento económico. 1 Socióloga Universidad Nacional de Colombia. Candidata a Magister en Políticas públicas y gestión del desarrollo local de la Univer- sidad Nacional de Córdoba- Argentina. Docente Universidad Incca de Colombia. [email protected]

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    Agroecologa y Desarrollo Sostenible del CampoDos miradas contrapuestas?

    Juliana saboGal aGuilar1

    IntroduccinLa cuestin ambiental es un tema que en la actualidad se trata con bastante

    frecuencia posiblemente porque se estn haciendo evidentes las consecuencias de cierta relacin del hombre con la naturaleza; sin embargo, lo que no es muy perceptible es el trasfondo epistemolgico que implican las diferentes posturas que sobre el tema tratan, y que tienen que ver por ejemplo con esas dicotomas tan modernas como son sujeto vs objeto, progreso vs atraso, civilizacin vs es-tado salvaje, masculino vs femenino, y la misma del hombre vs la naturaleza.

    En el desarrollo de las polticas agrarias en Colombia por ejemplo, el ambiente al igual que el conflicto, la tenencia de la tierra y las relaciones de poder, se han tomado generalmente como factores secundarios que favorecen u obstaculizan el buen funcionamiento del sistema econmico imperante. Es decir, si bien el problema medio ambiental se considera ineludible, en la prctica no se ha incor-porado a las prioridades del desarrollo rural a pesar de que se menciona formal-mente en el discurso.

    Encontramos pues el concepto de Desarrollo Sostenible como el ms utilizado en la formulacin poltica, probablemente porque se caracteriza por lograr una flexibilidad que lo hace compatible con los lineamientos rectores de las polticas agrarias actuales: el crecimiento econmico, la productividad y la empresariza-cin del campo principalmente.

    As pues, el presente texto propone un ejercicio reflexivo sobre dos de los planteamientos conceptuales ms importantes que relacionan el sector rural con su concepcin ambiental: el mencionado Desarrollo Sostenible por una parte y el pensamiento Agroecolgico como alternativa, ubicndolos finalmente en la poltica nacional de desarrollo rural para determinar su incidencia.

    Desarrollo Sostenible: un concepto para todosEl Desarrollo Sostenible se ha convertido en un concepto articulador de pro-

    puestas de distinta naturaleza que tienen en comn la inquietud por el ambien-te, bien sea desde perspectivas que enfatizan en la degradacin de los suelos, la contaminacin atmosfrica, el mal uso del agua y la prdida de biodiversidad en s mismas, o bien desde miradas que se preocupan ms por las consecuencias de un ambiente dbil para la sostenibilidad del crecimiento econmico.1 Sociloga Universidad Nacional de Colombia. Candidata a Magister en Polticas pblicas y gestin del desarrollo local de la Univer-

    sidad Nacional de Crdoba- Argentina. Docente Universidad Incca de Colombia. [email protected]

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    Recordemos que la discusin contempornea sobre la relacin entre economa y ambiente se remonta a los aos 70s, cuando un grupo de ms de cien cient-ficos y polticos de aproximadamente 30 pases denominado el Club de Roma, present un estudio sobre la relacin entre poblacin y medio ambiente teniendo en cuenta los recursos naturales, la cuestin nutricional y los factores tecnolgi-cos, intitulado Los lmites del crecimiento. Segn este informe la nica forma de revertir el inminente colapso de la tierra era garantizar un crecimiento cero tanto demogrfico como econmico (Sabogal, 2009).

    A raz de estas primeras conclusiones sobre los lmites naturales del creci-miento econmico, el economista polaco Ignacy Sachs2 acu el trmino Ecode-sarrollo que implicaba entre otras cosas una crtica social sobre la distribucin de la produccin, ms que solamente el inters por la escasez de recursos ma-teriales. En palabras de Luis Jimnez Herrero,

    El ecodesarrollo, definido en sus orgenes como una gua de orientacin de es-trategias de desarrollo regional, especialmente adaptado a las reas tropicales rurales, va generalizndose con rapidez para definir proyectos de desarrollo inte-gral ecolgicamente racionales. El concepto se ampla para sintetizar un estilo de desarrollo ms igualitario y menos dependiente que hace hincapi en una mayor racionalidad socioambiental para el manejo de los recursos y el espacio, utilizando diseos ecolgicamente viables en la planificacin del desarrollo econmico, con aplicacin de tecnologas ambientalmente adecuadas y buscando asimismo un ma-yor control democrtico y participacin popular en las decisiones sobre el ambiente fsico y social de los ms directamente afectados (Riechmann, 1995, p.3).

    Como podemos imaginar este concepto se entendi como una reprobacin directa al sistema y por ello das despus de ser presentado formalmente en la declaracin de Cocoyoc (1974), fue desmontado por la diplomacia norteameri-cana alegando una revisin conceptual y fortaleciendo la idea de la respuesta tecnolgica a los problemas ambientales institucionalizada en las conclusiones de la Conferencia de Estocolmo (1972).

    As, tanto para los pases centrales industrializados basados en polticas eco-nmicas neoclsicas, como para los pases perifricos que entendan las ideas de los lmites del crecimiento como un impedimento a su propio desarrollo eco-nmico, la propuesta del concepto de Desarrollo Sostenible planteada en 1987 en la Comisin Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, tambin conocida como Comisin Brundtland, result conveniente, incluso para aquellos consulto-res econmicos ms clsicos que la identificaron con el trmino de crecimiento autosostenido de Rostow. Retomando al importante economista colombiano Jorge Luis Garay,2 En ese momento consultor de las Naciones Unidas sobre temas de medio ambiente y desarrollo.

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    En general, entre los economistas, antes de que surgiera el tema ambiental, Sostenibilidad se consideraba el ambiente y las condiciones necesarias para garan-tizar que la economa en s misma tuviera un patrn de crecimiento dinmico, que pudiera retroalimentarse a travs del tiempo para garantizar unas tasas de creci-miento de mediano y largo plazo perdurables. Y en ese sentido, la sostenibilidad hacia bsicamente referencia al patrn de acumulacin y de especializacin de la economa que garantizara tasas de crecimiento sostenibles en el mediano y largo plazo (Garca, 2003, p.199).

    Ahora, an si nos referimos al pronunciamiento oficial por excelencia sobre el Desarrollo Sostenible comprendido en el Programa 21 el cul fue aprobado en la cumbre de Rio de Janeiro de 1992, podemos develar que las concepciones de la relacin de la poblacin mundial con los recursos naturales no cambiaron sustancialmente. El Desarrollo de que aqu se habla est directamente vinculado al progreso econmico, es decir que los problemas ambientales, e incluso los problemas sociales de los pases en desarrollo que tanto se mencionan en el programa, se resolveran casi como una consecuencia infalible de la liberaliza-cin del mercado y de la integracin comercial mundial. El Desarrollo pues se resuelve en la esfera econmica, gracias al crecimiento sostenido de las econo-mas nacionales y a su posibilidad de expansin.

    La reactivacin y la aceleracin del desarrollo requieren un ambiente econmico internacional dinmico y propicio, as como polticas decididas a nivel nacional. La ausencia de cualquiera de esos requisitos frustrara el proceso de desarrollo. Un ambiente econmico externo propicio ser decisivo. El proceso de desarrollo no cobrar impulso si la economa mundial carece de dinamismo y estabilidad y se caracteriza por la incertidumbre. Tampoco cobrar impulso si los pases en de-sarrollo arrastran el lastre del endeudamiento externo, si la financiacin para el desarrollo es insuficiente, si existen barreras que limiten el acceso a los mercados y si los precios de los productos bsicos siguen siendo bajos y las relaciones de intercambio de los pases en desarrollo siguen siendo desfavorables (ONU, 1992, Seccin I, 2.2).

    Como se puede apreciar, este discurso sigue estando fundamentado en un pensamiento econmico neoclsico pues hace un claro nfasis en la racionalidad econmica y en la calculabilidad, es decir en toda una serie de estrategias de sistema garantizadas por los Estados Nacionales, en aras de asegurar el libre comercio y procurando por todos los medios la competitividad en el mercado mundial, para alcanzar un desarrollo ms equitativo en un equilibrio esperable de los mercados autorregulados.

    Por otro lado se establece de entrada la divisin entre pases desarrollados y pases en desarrollo con esa perspectiva positivista, lineal, con plena confianza en la racionalidad y neutralidad tcnica, que tiene una receta precisa que ga-

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    rantiza un desarrollo progresivo - indiscutible en su carcter cientfico- donde la inquietud est en la velocidad del mismo mas no en su direccin. Se mantiene as la ilusin de igualdad ante el mercado, pues la teora dicta que si se siguen las reglas todos podemos lograr el mismo nivel de desarrollo. Por ello,

    La consecucin de los objetivos del Programa 21 en lo que se refiere al desarrollo y al medio ambiente requerir una corriente substancial de recursos financieros nuevos y adicionales hacia los pases en desarrollo, a fin de cubrir los gastos suple-mentarios ocasionados por las medidas que habrn de tomar para hacer frente a los problemas del medio ambiente mundial y para acelerar el desarrollo sostenible () se debera prestar atencin especial a las circunstancias particulares que en-frentan las economas en transicin (Ibid. Prembulo, 1.4 y 1.5).

    Segn esta perspectiva entonces, todos los esfuerzos seran necesarios para reactivar las economas ms dbiles en aras de que ingresen al sistema; Los procesos de integracin econmica, que se han intensificado en los ltimos aos, deberan infundir dinamismo al comercio mundial y acrecentar las posibilidades de los pases en desarrollo en las esferas del comercio y el desarrollo. En los ltimos aos muchos ms pases en desarrollo han adoptado reformas valien-tes de su poltica que han supuesto una ambiciosa liberalizacin unilateral de su comercio (Ibid, Seccin I, 2.8), medidas tcnicas que, seguramente, fueron recomendadas con el mismo carcter normativo de los famosos planes libro impuestos en Latinoamrica.

    Se foment de esta manera Un sistema comercial multilateral abierto, equi-tativo, seguro, no discriminatorio y previsible, que sea compatible con los ob-jetivos del desarrollo sostenible y que conduzca a la distribucin optima de la produccin mundial sobre la base de la ventaja comparativa, (redundando) en beneficio de todos los asociados comerciales ( y permitiendo por tanto,) un mejor acceso a los mercados de las exportaciones de los pases en desarrollo (Ibid, Seccin I, 2.5). Las reglas del mercado implicaran adems una reduc-cin considerable y progresiva del apoyo y la proteccin del sector agrcola - comprendidos los regmenes internos, el acceso a los mercados y los subsidios a las exportaciones - as como de la industria y otros sectores, a fin de no causar grandes prdidas a los productores ms eficientes, especialmente en los pases en desarrollo() En consecuencia, para contribuir al desarrollo sostenible debe-ra liberalizarse el comercio en todos los sectores econmicos a nivel mundial (Ibid, Seccin I, 2.7).

    As, si bien se hicieron consideraciones y recomendaciones respecto al am-biente muy importantes para la conservacin del mismo, se dejaron bastante claras las prioridades, pues se rectific que

    las actividades que se realicen para alcanzar los objetivos de este captulo (Pro-

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    teccin de la Atmsfera) deberan coordinarse con el desarrollo social y econmico en forma integral con el fin de evitar que tuviesen repercusiones negativas sobre ste, teniendo plenamente en cuenta las legtimas necesidades prioritarias de los pases en desarrollo por lo que respecta al logro del crecimiento econmico soste-nido y la erradicacin de la pobreza (Ibid, 9.3).

    Es decir, en ltimas que la proteccin del medio ambiente no debe interferir en el crecimiento econmico como prioridad legtima de los pases en desarrollo para erradicar la pobreza y la prioridad legtima de los dems pases de mante-ner el crecimiento sostenido que merecen.

    De la misma forma el paradigma de la articulacin armnica entre crecimiento y sostenibilidad ambiental se legitim incluso en los crculos ms crticos, como por ejemplo el del mismo Meadows que en 1971 particip en el informe del Club de Roma sobre los lmites del crecimiento, quien present un nuevo informe en 1992 titulado Ms all de los lmites donde reevala las condiciones bajo las cuales el crecimiento sostenido, un medio ambiente limpio e ingresos equitativos pueden ser organizados (Naredo, 1996, p.4).

    Es as como, segn estudiosos del tema como Jos Manuel Naredo, una de las responsabilidades principales de la indefinicin existente respecto al concepto de Desarrollo Sostenible est en la esencia del trmino que trata de conciliar dos ideas que se refieren a niveles de abstraccin diferentes: Las nociones de crecimiento (y de desarrollo) econmico que encuentran su definicin en los agregados monetarios homogneos de produccin, (y) la preocupacin por la sostenibilidad (que) recae sobre procesos fsicos singulares y heterogneos (Ibid, p. 5).

    La cuestin epistemolgica por lo tanto no se precisa en una definicin expl-cita, no obstante ser necesaria en una discusin conceptual, sino que depende principalmente del trasfondo del paradigma desde el cual nos acerquemos a los asuntos econmicos en ese sentido amplio que tiene que ver con las diferentes relaciones sociales que se han instituido histricamente alrededor de la subsis-tencia material humana. Como Augusto ngel Maya pone de manifiesto,

    El pensamiento ambiental es un planteamiento en formacin que, para consoli-darse, encuentra en su camino muchos obstculos epistemolgicos. Ello se debe fundamentalmente a la formacin del pensamiento moderno. La ciencia domina-da por el positivismo ha impulsado la especializacin como estrategia bsica en el desarrollo del conocimiento. Se trata de una ciencia aplicada directamente al manejo tecnolgico del mundo. Ello exige la especializacin, que parte tanto de presupuestos del racionalismo cartesiano, como de los postulados del empirismo. La consecuencia ha sido la incapacidad de la ciencia moderna para entender y manejar sistemas y por supuesto para ubicar al hombre dentro del sistema de la naturaleza (Garca, 2003, p.202).En conclusin entonces, hablar de Desarrollo Sostenible en el mbito rural no

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    implica un acuerdo respecto al tema ambiental pues as como se invoca desde una perspectiva localizada centrada en las condiciones ambientales de regiones particulares y las relaciones socioculturales que giran en torno a ellas, se alega tambin desde la perspectiva global institucionalizada del apoyo mutuo entre el comercio y el medio ambiente que, como veremos, es la que prima en el discur-so poltico nacional.

    Y la apuesta Agroecolgica, en qu consiste?Comencemos por establecer que la Agroecologa se est construyendo como

    una ciencia transdisciplinaria cuyo objeto es la relacin entre los ecosistemas y la cultura tratados de una manera amplia e integral, que si bien se centra en los mbitos rurales locales, los comprende en una vinculacin directa con los esce-narios globales tanto desde el punto de vista biolgico y energtico, como desde la perspectiva poltica, social, econmica y ambiental.

    La ecologa por un lado, en un proceso ininterrumpido desde el siglo XVIII, ha forjado prcticamente un imperio terico de explicaciones sobre el funciona-miento de los ecosistemas entendidos como tramas complejas de intercambios de materia y flujos de energa reguladas tanto por la influencia de leyes ter-modinmicas, como por leyes ecosistmicas de equilibrio dinmico espacial y temporal. La cultura por su parte, explica los procesos adaptativos del hombre a los lmites impuestos por los ecosistemas y estudia las causas y efectos de la intervencin de los grupos humanos sobre los mismos, y se entiende aqu como un sistema parabiolgico de adaptacin que incluye las construcciones tericas de tipo simblico, la tecnologa y las formas de organizacin poltica y socioeco-nmica (Len, 2009, p.46).

    La agricultura por supuesto es uno de los procesos ms directos de transfor-macin y adaptacin a los ecosistemas y constituye un elemento primordial del sustento biofsico de los seres humanos. No obstante, desde este punto de vista econmico amplio entonces, la agricultura est atravesada por decisiones po-lticas que determinan qu se debe producir, cundo, en qu proporcin, a qu ritmo, con qu tecnologa y para qu clase de consumidores.

    Este tipo de decisiones se han tomado histricamente de acuerdo a disposi-ciones estatales o corporativas -legtimas o simplemente poderosas- que desde la Revolucin Verde han fomentado un desarrollo rural bajo la perspectiva neoli-beral que no por dems ha impedido identificar las diferencias cualitativas entre distintos tipos de productores y propietarios de tierra rural, y en general las re-laciones de poder, dada la homogeneidad ficticia que supone respecto a actores, intereses y oportunidades:

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    La principal crtica que puede hacerse al neoliberalismo en el sector agropecuario es la ingenuidad de suponer que el mercado resuelve por si solo las fallas que se presentan en la asignacin de recursos en un sector caracterizado por seculares desequilibrios estructurales, y donde el manejo de recursos, en especial la tierra, est en manos de especuladores y rentistas que no la tienen como bien productivo sino como bien de acumulacin y valoracin de rentas institucionales (Machado, 2003, p. 279).

    La Agroecologa surge pues como una respuesta al enfoque imperante que supone que el sector rural debe pensarse en trminos de productividad; por el contrario considera que la idea de desarrollo es subsidiaria de la cuestin am-biental, pues no es esta una externalidad que se resuelve con optimismo tecno-lgico ni siquiera suficientemente con propuestas de agricultura alternativa que siguen enfatizando en la supresin de los factores limitantes o de los sntomas que enmascaran un sistema productivo enfermo, (pues) la filosofa prevalecien-te es que las plagas, las deficiencias de nutrientes u otros factores son la causa de la baja productividad, posibles de solucionar mediante nuevas tecnologas o agregando los insumos que faltan, sean insecticidas botnicos, microbiales, etc. (Altieri, 2009 ,p.71).

    La apuesta de la Agroecologa propende por el equilibrio ecosistmico apun-talado en sistemas agrcolas biodiversos que sean manejados por las propias comunidades que habitan estos territorios y les dan sentido. As, en trminos generales la propuesta consiste en enriquecer los sistemas campesinos existen-tes con elementos apropiados de la etnociencia y de la ciencia agrcola moderna, mediante procesos altamente participativos:

    Tal vez uno de los rasgos que ha caracterizado a la agroecologa en su bsqueda de nuevos tipos de desarrollo agrcola y estrategias de manejo de recursos es que el conocimiento de los agricultores locales sobre el ambiente, las plantas, suelos y los procesos ecolgicos, recupera una importancia sin precedentes dentro de este nuevo paradigma (Ibid, p.81).

    Teniendo en cuenta adems los numerosos estudios que retoman los lmites del crecimiento econmico en un planeta finito, y considerando que las relacio-nes socioeconmicas imperantes indudablemente tienen serias dificultades para sostener las necesidades alimentarias nacionales, e incluso para sostener a los propios productores campesinos en condiciones de vida digna, la Agroecologa constituye una alternativa en trminos de buen vivir ms que de progreso o de-sarrollo rural.

    En sntesis las apuestas agroecolgicas que se centran en:

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    Mejorar la produccin de los alimentos bsicos a nivel del predio agrcola para aumentar el consumo nutricional familiar, incluyendo la valorizacin de produc-tos alimentarios tradicionales y la conservacin del germoplasma de cultivos nativos.

    Rescatar y re-evaluar el conocimiento y las tecnolgicas de los campesinos; Promover la utilizacin eficiente de los recursos locales (por ejemplo tierra,

    trabajo, subproductos agrcolas, etc.). Aumentar la diversidad y variedad de animales y cultivos para minimizar los

    riesgos. Mejorar la base de recursos naturales mediante la regeneracin y conservacin

    del agua y suelo, poniendo nfasis en el control de la erosin, cosecha de agua, reforestacin, etc.

    Disminuir el uso de insumos externos para reducir la dependencia, pero mante-niendo rendimientos aceptables con tecnologas apropiadas incluyendo tcnicas de agricultura orgnica y otras tcnicas de bajo-insumo;

    Garantizar que los sistemas alternativos tengan efecto benfico no slo en las familias individuales, sino tambin en la comunidad total (Ibid, p.80).

    As como en apoyar un campesinado con la seguridad alimentaria, la organi-zacin social, la identidad cultural y la autonoma poltica necesarias para decidir en qu medida y condiciones quieren insertarse al mercado, participar en redes alternativas de comercio justo o autosustentarse, construyen nuevos escenarios cualitativamente diferentes que permiten relaciones socioeconmicas, polticas y ambientales ms equitativas en nuestros ecosistemas rurales.

    Colombia y el Ambiente RuralRecordemos que durante la segunda mitad del siglo XX se desarrollaron dos

    tendencias fundamentales en poltica agraria en el pas, en concordancia con los grandes paradigmas tanto del Estado de Bienestar como del Neoliberalismo. Por un lado la que tuvo que ver con el modelo de sustitucin de importaciones y en oposicin a ella la que correspondi al modelo de apertura econmica.

    A finales de los aos 50s el pas se debata entre el fortalecimiento del sector agropecuario vs. el fomento de la urbanizacin como va de desarrollo, siempre con una fuerte intervencin estatal. Aconteci que dentro del contexto de sus-titucin de importaciones las dos ideas tuvieron su espacio. En la dcada del 60 se impuso, debido al escenario socio-poltico y a la voluntad de los dirigentes de la poca, una poltica de reforma agraria basada en grandes entidades estatales como el Incora y la Caja Agraria aunque posteriormente ya entrando a los 70s se fortaleci el enfoque urbanizador apuntalado en el fomento productivo del campo, proceso que se apoyaba en medidas de crdito como el UPAC, de sub-

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    sidio a materias primas propicias para la naciente agroindustria, y de asistencia tcnica para la produccin rural.

    A partir de los aos 90s sin embargo, la tendencia cambi drsticamente hacia la apertura econmica y an hoy se mantiene. Segn este modelo como hemos visto, la clave principal del desarrollo est en el mercado internacional, por lo que los esfuerzos deben concentrarse en las exportaciones; ya no importa si son bienes transformados o commodities, lo que cuenta es la competitividad en un contexto de libre mercado con un Estado en el papel de regulador.

    La poltica agropecuaria en Colombia se ha concentrado pues especialmente en un enfoque funcional de la agricultura3 a la que se le atribuyen los papeles de productora de alimentos y materias primas, generadora de empleo y divisas, y demandante de productos industriales, todo ello con el fin de apoyar la indus-trializacin urbana como motor del desarrollo deseable.

    Actualmente no obstante, est logrando cierta incidencia un enfoque ms amplio denominado multifuncional que considera la seguridad alimentaria, las contribuciones ambientales, la produccin econmica tanto primaria como de servicios y la funcin social referida a la viabilidad de las comunidades rurales de acuerdo a sus formas organizativas y valores culturales (FAO, 1999, p. 7).

    Ahora bien, para pensar la poltica debemos tener presente adems de sus antecedentes, la estructura productiva existente en el agro colombiano para identificar a quin va dirigida. As, encontramos tres formas bsicas a saber: la empresa agropecuaria capitalista, el latifundio ganadero especulativo y la pro-duccin familiar o comunitaria. Como sabemos la organizacin empresarial se basa en la obtencin sistemtica de utilidades, el latifundio en la renta inmobilia-ria y el dominio territorial principalmente, y las unidades de agricultura familiar4 en la produccin para autoconsumo y para generar ingresos en el intercambio mercantil (Forero, 2003).

    Segn el economista Jaime Forero lvarez, experto en temas rurales, hasta 1990 la produccin campesina vena en aumento aunque siempre al margen de la produccin capitalista que creca mucho ms rpidamente. Debido a la apertu-ra econmica sin embargo, y como consecuencia del desmonte de los subsidios y del sistema estatal de apoyo y de servicios, los productos capitalistas como el caf, el algodn, la soya y el sorgo se vieron fuertemente golpeados incluso por la competencia de las importaciones contrario a los productos propios de la pro-duccin campesina como son la papa, yuca, ame, maz, panela, pltano, frjol, tabaco, fique, cacao, hortalizas y caf tradicional (Ibid).

    Las polticas estn pues tratando de subsanar esas condiciones inconvenien-tes que ha debido enfrentar el sector empresarial por medio de lineamientos fa-vorables que propenden por la eficiencia, la eficacia, la efectividad competitiva,

    3 Con base en lo que Bruce Johnston y John Mellor desarrollaron en un artculo de la American Economic Review, vol. 51, 1961, pgs 566-593 intitulado The Role of Agriculture in Economic Development.

    4 Entendidas como unidades familiares o comunitarias dedicadas a la produccin agropecuaria en s, o a la actividad forestal o pesquera, que actualmente llegan a ser aproximadamente el 68% de la poblacin rural.

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    la asociatividad entre grandes y pequeos productores, subsidios a los sectores afectados por el escenario actual de apertura econmica y la equidad entendida como el apoyo a pequeos productores que se integren a la lgica empresarial en el campo.

    As, en Plan Nacional de Desarrollo Prosperidad para todos: 2010-2014 se desarrolla la poltica dentro del captulo III de Crecimiento Sostenible y Compe-titividad, especficamente en el apartado de las Locomotoras para el Crecimiento y la Generacin de Empleo, junto con: nuevos sectores basados en la innova-cin, vivienda y ciudades amables, desarrollo minero y expansin energtica, e infraestructura de transporte.

    De acuerdo con esta lnea el sector agropecuario se concibe como una loco-motora de crecimiento econmico sostenido generadora de empleo formal y de capital, mediante encadenamientos productivos con otros sectores e insercin en diversos mercados, bajo una lgica de desarrollo sostenible:

    La competitividad es el determinante fundamental del modelo de crecimiento y desarrollo del sector, en la medida en que es la condicin de viabilidad de los productos en el mercado. Los niveles de competitividad en ltimas dependen de lograr una produccin de calidad a costos que garanticen la rentabilidad de las ac-tividades productivas, para lo cual el mejoramiento de la productividad y la reduc-cin de los costos de produccin y comercializacin constituyen el eje de la poltica agropecuaria. Adicionalmente, es necesario involucrar a los pequeos productores en esquemas asociativos y de economa solidaria que faciliten su incorporacin en procesos de empresarizacin y articulacin con inversionistas privados (negocios inclusivos), que mejoren su productividad y capacidad de negociacin, y de esta manera faciliten su insercin en los mercados (pues en) un contexto de precios internacionales de las materias primas al alza, es fundamental que el sector pro-ductivo colombiano sea ms dinmico para que pueda aprovechar estas oportuni-dades (PND, 2010, cap 4 p. 136).

    Por su parte desde el Viceministerio de Ambiente se ha elaborado una poltica de Produccin y Consumo Sostenible que si bien no se encuentra articulada de forma sustantiva con la poltica agropecuaria, se pronuncia formalmente sobre los problemas de contaminacin y sobre el uso sostenible de la biodiversidad, siempre en relacin con la competitividad empresarial pues pretende evitar ex-ternalidades y avaluar correctamente todos los bienes y servicios ambientales. Es as como segn el programa,

    Si bien un aumento en las tasas de crecimiento del consumo es algo bueno, la tasa de uso de los recursos naturales est superando la capacidad de adaptacin de los ecosistemas trayendo como consecuencia un deterioro continuo del medio ambiente y un riesgo concreto y severo para el planeta y la humanidad. Y aunque

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    este desarrollo tambin ha incrementado la eficiencia con la que se utilizan los recursos naturales, esta mejora no es suficiente para compensar el aumento en trminos absolutos del consumo de agua y energa y la generacin de residuos, etc., a lo cual se suma el hecho de que una parte considerable del sector empre-sarial colombiano no tiene actualmente la posibilidad de acceder a tecnologas ms eficientes y menos contaminantes, debido en parte a obstculos de tipo econmico y financiero que restringen la inversin en materia ambiental y a la falta de pro-gramas de crdito blando efectivos (MAVDT, 2010, p.16).

    La poltica ambiental en el sector rural est finalmente subordinada por com-pleto a las condiciones impuestas por los lineamientos de desarrollo econmico as se pretenda cierta sostenibilidad y de forma explcita en la intencin de usar el elemento ecolgico como una estrategia empresarial desde pequeos produc-tores, hasta grandes empresarios del comercio internacional como por ejemplo quienes se dedican a los biocombustibles.

    ConclusionesEl concepto de desarrollo es en esencia resultado del paradigma moderno de

    progreso fundamentado en la ciencia y la tecnologa, bien se entienda como crecimiento de la produccin y del ingreso, bien como desarrollo sostenible en un apoyo mutuo entre el comercio y el medio ambiente -donde un sistema de comercio abierto permite asignar y utilizar ms eficientemente los recursos au-mentando la produccin y disminuyendo las presiones sobre la naturaleza y el medio ambiente apropiado proporciona los recursos ecolgicos necesarios para sustentar una expansin constante del comercio-, o bien como desarrollo huma-no con la oferta de oportunidades de acceso a todos los bienes y servicios que requieren los hombres y mujeres para una vida plena.

    Una perspectiva alternativa por lo tanto implica poner en duda la necesidad de progreso infinito y requiere construir procesos contextualizados que favorezcan el bien vivir conforme a las condiciones ecosistmicas de una localidad as como de acuerdo con sus organizaciones sociopolticas y pensamiento propios.

    La Agroecologa por ejemplo plantea un anlisis complejo del sector rural y de los sistemas alimentarios teniendo en cuenta todo el conjunto de relaciones que se establecen entre los diferentes agentes (gremiales, gubernamentales y comunitarias) e instituciones (pautas alimentarias, relaciones de poder, patro-nes de consumo, relaciones de mercado y transacciones domsticas mediadas por el parentesco y la vecindad) que intervienen en el proceso de produccin, transformacin, comercializacin y consumo de alimentos.

    Para el campo colombiano por consiguiente, esta propuesta puede constituir-se en una herramienta muy til para comprender la complejidad de un sector histricamente atravesado por el conflicto armado, la ausencia del Estado, la

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    concentracin de la tierra y la imposicin de modelos econmicos no siempre apropiados.

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