[2009] La Manera de Hacer Las Cosas

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    Tras dcadas de exi-tosas transformaciones, que han disminuidolos niveles de pobreza, fortalecido la economa,mejorado la infraestructura y la cobertura delos servicios bsicos, as como profundizado losderechos de los ciudadanos y adecuado muchasde las instituciones a las nuevas exigencias, el passe enfrenta a desafos de otro tipo.

    Hoy las personas tienen mayor libertad y las

    instituciones ejercen un control ms indirectosobre sus acciones. Por lo mismo, en muchos

    mbitos hacer cambios en Chile hoy es ms

    difcil. Es necesario tomar en cuenta exigencias

    simultneas de mltiples actores, y considerar las

    formas relativamente autnomas e impredecibles

    en que stos se relacionan para perseguir sus fines.

    Construir desarrollo hoy significa tener la capa-

    cidad de manejar entornos inciertos y complejosque resultan de esa mayor independencia que han

    adquirido las prcticas cotidianas.

    Para ello pretende ofrecer un modo deobservarlas que permita reconocer aquellas que

    potencian el Desarrollo Humano y aquellas que

    lo obstaculizan. A partir de este punto se discute

    sobre las condiciones que se requieren para que los

    actores puedan desarrollar la capacidad de inter-

    venir reflexivamente en sus prcticas y orientarlas

    con miras a expandir el Desarrollo Humano.

    Chile ha cambiado mucho en las dos ltimasdcadas. En su entramado institucional, en sueconoma, en su cultura, la sociedad chilenaes hoy muy distinta de la de hace tan slo uncuarto de siglo.

    Estos cambios han tenido en general un signo

    muy positivo. El desarrollo del pas ha permitidouna mejor calidad de vida a sus habitantes. Laevolucin del ndice de Desarrollo Humano deChile es prueba fehaciente de estas transforma-ciones (Grfico A). En efecto, Chile presenta unincremento constante de su IDH en las ltimasdcadas, y hoy se sita entre los pases que tienenun desarrollo humano alto (valores IDH sobre0,800), ocupando adems un lugar de avanzadaen el contexto latinoamericano.

    Este progreso es percibido y valorado por las

    personas. Segn la Encuesta IDH 2008, un

    65% de la poblacin declara que su familia vive

    hoy mejor que hace diez aos, opinin mayo-

    ritaria en todos los estratos socioeconmicos

    (Cuadro A).

    Sin embargo, la percepcin cambia cuandola mirada se pone en el futuro. Las personas co-mienzan a dudar de que esta marcha adelante sepueda sostener en el tiempo y que puedan seguirrealizndose los cambios que se requieren. Enotras palabras, si bien la ciudadana es conscientedel progreso del pas, comienza a hacerse mayo-ritaria una visin del futuro ms bien plana. Nimejor ni peor; igual (Cuadro B).

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    GRFICO A

    Chile: Evolucin temporal del IDH

    Fuente: Informe Mundial sobre Desarrollo Humano, PNUD 2008.

    1,000

    0,900

    0,800

    0,700

    0,6001980 1985 1990 1995 2000 2006

    0,7460,760

    0,792

    0,821

    0,848

    0,874

    Las percepciones parecen remitir a la idea deque lo alcanzado hasta ahora no asegura que losavances continuarn en el futuro. Hay algo enel presente que frena la marcha.

    Pareciera no tratarse de un problema de re-

    cursos. Chile dispone hoy de muchos recursospara la inversin pblica y privada. Tampoco deconsensos y voluntades sociales: la urgencia deintroducir mejoras cualitativas en los diversosmbitos de la organizacin del pas forma parteya del sentido comn. Y tampoco se debe a undficit institucional; si bien es cierto que anhay amplias zonas que requieren modernizacinde las instituciones, hay importantes avances eneste campo.

    Las miradas hoy en da se dirigen ms bienhacia aquellas maneras de hacer las cosas queparecen impedir el aprovechamiento del nuevopiso de oportunidades y enfrentar los desafosque surgen de l. La agenda noticiosa y lasconversaciones cotidianas se llenan de crticasa iniciativas tanto pblicas como privadas cuyocomn denominador es el modo en que se llevana cabo las acciones.

    Estas percepciones quedan de manifiesto en

    el Cuadro C. No faltan ideas o acuerdos; lo quefalta es la manera adecuada de hacer las cosas enmbitos concretos, esto es, saber llevar las ideasa la prctica.

    Pero es probable que el estilo de las accionesconcretas, tanto pblicas como privadas, no seahoy tan distinto del de siempre. Si as fuera,sera necesario interrogarse por qu las manerasde hacer las cosas que le permitieron al pasalcanzar este piso de desarrollo parecen no estar

    rindiendo como antes.

    Los cambios experimentados por las estruc-turas objetivas de la vida social, tales como laeconoma, la organizacin urbana, las nuevas

    tecnologas; aquellos que se evidencian en las

    CUADRO A

    Evaluacin sobre la trayectoria personal, segn GSE (porcentaje)

    Alto Medio Bajo Total

    En general, mi familia y yo vivimos mejor hoy que hace diez aos 70 69 61 65

    En general, hace diez aos mi familia y yo vivamos mejor 29 29 36 32

    NS-NR 1 2 3 3

    Total 100 100 100 100

    Fuente: Encuesta Desarrollo Humano, PNUD 2008.

    En general, cree usted que en los prximos cinco aos la situacin

    del pas 1999 2008

    Va a mejorar 43 27

    Va a seguir igual 34 49

    Va a empeorar 18 21

    NS-NR 5 3

    Total 100 100

    Fuente: Encuestas Desarrollo Humano, PNUD 1999 y 20 08.

    CUADRO B

    Expectativas sobre el futuro del pas (porcentaje)

    orientaciones y la diversificacin en los estilos de

    comportamiento de personas y grupos, y que se

    traducen en una mayor individualizacin y au-

    tonoma, y el contexto de globalizacin en el que

    stos se desarrollan, han dado lugar al surgimiento

    de desafos cualitativamente distintos de aquellos

    que les dieron origen.

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    Hoy en da, la tarea de impulsar el desarrollopareciera asumir una gran complejidad. Esto sepuede afirmar a partir de dos hechos. Por unlado, las personas tienden cada vez ms a organi-zar su vida de acuerdo a sus opciones personales,

    resaltando sus diferencias respecto del resto. Enconsecuencia, hoy es ms difcil crear un mun-do en comn que organice culturalmente a lasociedad. Por el lado de la organizacin de lavida social, se observa que el orden institucionalopera en mbitos cada vez ms descentralizados,cobrando mayor importancia la articulacin deprocesos independientes y el manejo de la incer-tidumbre del entorno. Hoy es por lo tanto msdifcil sostener una organizacin institucionalnica que regule las dinmicas de la sociedad.

    En este escenario, la integracin y la coordina-cin de los actores pasan a ser centrales. Ahoradebe atenderse ms a las formas cambiantes ydiferenciadas a partir de las cuales los actorestejen sus relaciones con los dems y definen susobjetivos comunes. Por esta razn,

    Actualmente, la promocin y conduccindel desarrollo tienen que prestar mayor atencina las maneras de actuar de las personas.

    Ahora bien, no todo es nuevo en esta situa-cin. Por el contrario, podra decirse que esteescenario se caracteriza por la coexistencia de dostipos de desafos, algunos de larga data y otrosms propios del momento actual. Los primeros

    Fuente: Encuesta Desarrollo Humano, PNUD 2008.

    CUADRO C

    El problema de Chile (porcentaje)

    Pensando en mejorar la calidad

    de vida de la gente, cul dira

    usted que es el principal proble-

    ma de Chile para lograrlo?

    Sexo GSE

    Hombre Mujer Alto Medio Bajo Santiago Regiones

    Que faltan buenas ideas 26 22 24 25 23 26 22

    Que aunque hay buenas ideas, no

    sabemos llevarlas a la prctica 72 75 72 73 74 71 75

    NS-NR 2 3 4 2 3 3 3

    Total 100 100 100 100 100 100 100

    remiten a mbitos de baja complejidad, dondelos problemas presentan un carcter fcilmentedelimitable y frente a los cuales se dispone deabundante informacin, alta capacidad de con-trol y fuertes consensos acerca de lo que hay quehacer. Normalmente se trata de mbitos donde

    los problemas de coordinacin de relacionessociales complejas juegan un papel secundario.

    A esos desafos se les puede llamar problemasde entorno, y entre ellos se encuentran inicia-tivas como la construccin de infraestructura,la racionalizacin de procesos tcnicos, laampliacin de cobertura de ciertos servicioscomo la electricidad, el riego o la mejora de lainfraestructura escolar.

    Los segundos son problemas de alta comple-

    jidad, que resultan de cambios recientes y de loscuales, por lo mismo, no se dispone de suficienteconocimiento acumulado. Suelen ser mbitosmuy densos en relaciones y significados sociales,donde los actores tienen relativa autonoma entres, y en relacin con los cuales existen centrosmltiples y difusos de control. A este tipo dedesafos se les puede llamar problemas de lgicasde accin, pues su ncleo problemtico radicaprecisamente en la organizacin de las relacio-nes entre los actores, esto es, en las prcticas.

    Ejemplos de ello seran la mejora de la calidadeducacional, el desarrollo de la innovacin en laempresa, la generacin de acuerdos en la sociedadcivil, el manejo de conflictos dentro de la familia,la operacionalizacin de derechos de atencinen salud o la transformacin de las relacioneslaborales, entre muchos otros.

    Para enfrentar adecuadamente este segundotipo de desafos se hace necesario modificar lapropia perspectiva con la cual se mira la vida

    social y se conducen los cambios. Muchos delos supuestos que orientan la intervencin sobrelos problemas de entorno pierden su validez enel caso de los problemas de lgicas de accin.En efecto, en estos casos no es posible concebirlas dinmicas de la vida social como el resultadode relaciones de causa y efecto relativamenteconstantes, delimitables y predecibles, ni suponerque existe un actor central que tiene los conoci-mientos, recursos y voluntades para mover a la

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    sociedad. Se precisa pues de un nuevo enfoquepara abordar las prcticas, un enfoque que per-mita ponderar adecuadamente la diferencia entreambos tipos de problemas y que aplique en cadacaso los instrumentos ms pertinentes.

    Este Informe se propone mostrar la pertinen-cia de observar las nuevas dinmicas y desafosdel desarrollo desde la perspectiva de las prc-ticas. Con ello no slo se descubren formas deaccin y de relacin que importa corregir y cuyosefectos normalmente se pasan por alto. Lo msrelevante es que mirar el pas desde esta pers-pectiva permite precisar algunos de los nuevosdesafos que enfrenta, especialmente aquellosrelacionados con transformar las nuevas oportu-nidades estructurales, institucionales y culturales

    en realizaciones.

    El nfasis sobre las prcticas que proponeeste Informe no es un asunto de convenienciaprctica o metodolgica solamente, sino tambinnormativa. En el cmo se hacen las cosas esten juego el Desarrollo Humano, porque nocualquier manera de organizar la accin permiteaumentar las capacidades, mejorar la organiza-cin y el funcionamiento de la sociedad, paraque cada persona pueda transformar las opor-

    tunidades en realizaciones de sus proyectos devida. Desde el enfoque de Desarrollo Humano,sern mejores aquellas maneras de hacer las cosas,aquellas prcticas, que consideren una adecuadacomplementariedad entre las necesidades de laorganizacin objetiva de la sociedad como elcrecimiento econmico, la regulacin institu-cional o la democracia y las necesidades de lasubjetividad, como la identidad, la autonoma,la dignidad social.

    Las prcticas son los modos de actuar y de rela-cionarse que las personas despliegan en espaciosconcretos de accin. En ellas se articulan lasorientaciones y normas generales de la sociedad,las instituciones y las organizaciones, con lasmotivaciones y aspiraciones particulares de losindividuos.

    Existen tres fuerzas que orientan las prcticasy que le confieren su aspecto distintivo a cadauna de ellas. La primera son las instituciones,entendidas como el conjunto de reglas formalesque definen lo que se debe o no hacer en unespacio de prcticas. Las instituciones asignan

    y distribuyen recursos entre los actores de unaprctica, establecen sus roles, generan incen-tivos para promover ciertos fines y definenmecanismos de exigibilidad para garantizar loscumplimientos.

    Una segunda fuerza estructurante de las prc-ticas proviene de la subjetividad. Por ella se en-tiende el conjunto de motivaciones, preferencias,aspiraciones y expectativas con las que cada actorencara una prctica especfica. La subjetividad

    no es una estructura enclavada de una vez y parasiempre en la personalidad o identidad de los in-dividuos, sino una construccin constante que serealiza en las interacciones en que los individuosparticipan en el curso de sus vidas.

    El conocimiento prctico es la tercera fuerzaque delimita las prcticas, y se expresa en mapasque guan los cursos de accin individuales.

    Algunos de estos mapas son conscientes y ple-namente reflexivos, mientras que otros estn

    profundamente inscritos en las mentes y loscuerpos de las personas. A travs del conoci-miento prctico, los modos de hacer las cosasse convierten en rutinas, en un saber hacer,basado en la confianza que suscita el que lascosas se han hecho siempre de este modo.

    Tanto la relativa estabilidad de los dispositivosculturales, reglas formales y disposiciones subje-tivas como las rutinas de los modos de hacer y elconocimiento prctico determinan una notable

    inercia de las prcticas, y hacen que la senda deldesarrollo de una sociedad se vea fuertementeinfluida por su trayectoria histrica.

    Instituciones, subjetividad y conocimiento prc-tico son las tres fuerzas que definen el campo de

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    posibilidades en que se desarrollan las prcticas.Ahora bien, no es ninguno de estos elementospor separado sino la manera como interactan loque define una prctica, pues en ella se llevan acabo procesos en que estas fuerzas se combinan,varan y se transforman. A estos procesos se le

    denominar juegos prcticos (ver Figura A).

    En este Informe se prest especial atencin acuatro juegos prcticos.

    Juegos de identidad: son las interacciones a

    travs de las cuales los actores negocian, adecuan

    o resisten desde sus identidades subjetivas los

    roles que las instituciones les imponen o que los

    otros esperan de ellos. En la prctica las personas

    no actan como dicta el organigrama formal de

    una organizacin o exactamente como los demsesperan, pero tampoco lo hacen slo en funcin de

    cmo ellas quisieran ser o comportarse. El modo

    en que los actores se perciben a s mismos y a su

    entorno, y definen cmo actuar en cada mbito de

    prcticas, emerge de los juegos de identidad.

    Juegos de poder: son las interacciones a travsde las cuales los actores movilizan sus recursosinstitucionales y sus soportes subjetivos parainfluir en el comportamiento de los dems

    actores inmersos en la prctica, o para resistirdicha influencia. El poder, tanto en su vertienteinstitucional como subjetiva, est desigualmentedistribuido entre los actores de una prctica, loque repercute en que la capacidad de influir o deresistir sea diferenciada y asimtrica.

    Juegos de intercambio: son las interaccionesa travs de las cuales los actores transan bienesreales o simblicos que implican un beneficiomutuo en el contexto de una prctica especfica.

    Los juegos de intercambio obedecen a un princi-pio de reciprocidad: dar, recibir y devolver, quepuede establecer tanto un vnculo afectivo entrelas partes como un vnculo de dependencia. Enbuena medida los pactos, las complicidades, lasconfianzas y las exigencias recprocas son resul-tado de los juegos de intercambio.

    Juegos de informacin: son las interacciones atravs de las cuales se canaliza la informacin

    necesaria para desenvolverse en un mbito deprcticas. Por diversas razones la informacin nofluye libremente en stas; informacin de mayorsofisticacin tcnica puede estar concentrada enel saber experto de ciertos actores, mientras queen otros casos puede ser retenida u obstruida

    con fines estratgicos por actores individualesu organizacionales, generndose asimetrasde informacin. Los modos concretos en quelos actores utilizan, concentran o distribuyenla informacin son resultado de los juegos deinformacin.

    A partir de estos juegos, las prcticas adquierenun grado de autonoma, puesto que en estasinteracciones y dinmicas los modos de hacerlas cosas no se ajustan necesariamente a los cam-

    bios institucionales o a las nuevas orientacionesculturales. Ni siquiera a los cambios que inten-cionadamente pudieran querer promoverse. Laautonoma de las prcticas se expresa en la inerciaque resiste a los cambios o bien en reacciones noanticipadas a cambios intencionados.

    El Informe propone estudiar distintos mbitosde prcticas con el fin de analizar cmo ellaspermiten aprovechar u obstaculizan las nuevasoportunidades que ha alcanzado la sociedad.

    La delimitacin de las prcticas que estudia esteInforme se realiz a partir de tres criterios. Enprimer lugar, se privilegi el estudio de mbitosdensos en situaciones atingentes a los objetivosde la investigacin, es decir, espacios en los quela realizacin de las oportunidades se encuentra

    trabada, precisamente por las dificultades en lacoordinacin y la accin de los individuos.

    El segundo criterio fue cubrir una diversidadde mbitos de la vida social chilena, tanto de laspolticas pblicas como de la empresa y la vidapersonal. La sociedad entera ha cambiado, porlo que toda ella se ve desafiada por esos cambiosy debe por lo mismo abordar la reflexin sobresu modo de hacer las cosas.

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    El tercer criterio es ms bien terico, y tiene que

    ver con la posibilidad de representar los diversos

    aspectos del enfoque de las prcticas propuesto

    en este Informe (entornos, variables y juegos).

    As, cada mbito ilumina en detalle una parte del

    enfoque de las prcticas, y slo vistos en conjunto

    todos ellos es posible reconstruir todos los ele-mentos del enfoque. En este sentido, se observan

    mbitos que ponen mayor nfasis en la relacin

    entre instituciones y prcticas (implementacin

    de polticas pblicas), otros que lo hacen en las

    propias dinmicas organizativas (relaciones labo-

    rales dentro de las empresas) y otros en la relacin

    entre prctica y subjetividad (construccin de

    identidad en la vida cotidiana).

    Es importante recalcar que no es un objetivo

    de este Informe hacer una evaluacin de los es-pacios de prcticas seleccionados. Ms que por

    su anlisis particular, cada uno de esos mbitos

    result de inters y utilidad porque sus dinmicas

    constituan instancias potentes para observar y

    aprender acerca de las prcticas en Chile. Ello

    explica que su observacin sea parcial se observ

    slo una prctica especfica en cada mbito, entre

    muchas otras posibles y que el foco est ms en

    la generalizacin que en la explicacin del caso.

    Cabe precisar tambin que las estrategias yopciones de los actores involucrados en estasprcticas no pueden interpretarse exclusivamentecomo la mera expresin de sus intereses cons-pirativos. Aqu no se trata de actores buenos nimalos; no es un asunto de virtudes o defectospersonales, sino de la manera socialmente defi-nida en que se combinan los mltiples factoresque enmarcan la accin para dar lugar a ciertosresultados. En consecuencia, lo que se observason actores en un escenario con reglas del juego

    especficas, personas que con su subjetividad acuestas y con sus propias maneras de hacer lascosas buscan alcanzar sus objetivos.

    1. Se analiz

    (AccesoUniversal de Garantas en Salud), observandocmo el modo tradicional de organizar lasrelaciones en el mbito hospitalario reaccionafrente a una reforma que intenta instalar unanueva lgica, la lgica de derechos.

    Se observ que en la implementacin de la

    reforma de salud se combina un conjunto defactores que en ocasiones llevan a resultadosinesperados, tanto positivos como negativos. Atravs de las prcticas, los actores involucradosadoptan los nuevos reglamentos adaptndolosde acuerdo a sus identidades histricas. En el

    AUGE, tanto los pacientes como los mdicosson orientados a modificar su rol tradicional:los primeros deben estar informados y exigirsus derechos, los segundos seguir protocolos yrealizar nuevas funciones administrativas. Sin

    embargo, cuando se combinan modos histricosde hacer las cosas con escasos incentivos paramodificar las prcticas, las personas no se des-prenden fcilmente de sus roles tradicionales yno facilitan el proceso de cambio. Por otro lado,en determinados mbitos se observaron vacosen aspectos de gestin y fiscalizacin, as comoproblemas en los sistemas de informacin, quetienden a obligar a los actores a improvisar yresolver asuntos en la prctica, en modos que

    FIGURA A

    Las prcticas

    Conocimientoprctico Prctica

    Juegos

    Factores institucionales

    Factores subjetivos

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    pueden contribuir al sistema o bien daar a otroinvolucrado o incluso ser contradictorio con elsentido del cambio.

    2. Se estudi la

    que intenta mejorar la calidad de laeducacin en colegios vulnerables medianteasesoras externas que deben responder a lasespecificidades de cada establecimiento.

    Aqu se observ cmo operan las resistenciasque en algunas ocasiones impiden el xito de losplanes de asesora. Una de ellas es la baja legiti-macin entre los actores, observada en profesorescon escasas expectativas respecto de los cambiosque podran impulsar los asesores, as como en

    asesores que no consideran el conocimientoprctico acumulado por el equipo docente yno promueven instancias de participacin yretroalimentacin entre la comunidad escolar yel equipo asesor. Tambin se generan dificultadesen los casos en que se aade una baja capacidaddel programa para especificar responsabilidadesy coordinar acciones. En cambio, esto no ocurrecuando se combinan en el espacio de las prcticasla legitimacin recproca de los actores, la gene-racin de instancias de coordinacin y el respeto

    a la planificacin de las actividades.

    3. Se indag en la prctica de

    observando el efecto de las per-cepciones recprocas y de los juegos de poder,tanto sobre los resultados de la negociacincontractual como sobre el modo en que se

    realiza el trabajo.

    Aqu se observ que, en ciertos casos, lanegociacin del trato de trabajo se estructuraa partir de fuertes identidades histricas carac-terizadas por la desconfianza mutua. Muchasveces empleadores y trabajadores pactan arreglosanticipando un abuso por parte del otro, lo queles impide comprometerse en un acuerdo demutuo beneficio. Esto aumenta la incertidumbre

    caracterstica del sector: unos no saben hastacundo tendrn trabajo, los otros no saben porcunto tiempo contarn con mano de obra.Dada esta mutua desconfianza y el predominiode una temporalidad de corto plazo, los actoresno logran superar las resistencias en pos de un

    beneficio de largo plazo y terminan estableciendoun acuerdo que reporta el mnimo de beneficiospara ambas partes. Esto no ocurre cuando lasdesconfianzas son superadas a partir de la con-sideracin de los beneficios de largo plazo, loque se ve potenciado cuando hay mecanismosde exigibilidad efectivos, como las certificacionesinternacionales.

    4. Se investig la para

    observar cmo las dinmicas de intercambioentre trabajadores con distintos roles (jefesde tienda y vendedores) inciden en la orga-nizacin de los tiempos de trabajo, al margende los intentos legales por reducir la jornadalaboral.

    Se constat que la normativa que disminuyela jornada laboral no siempre concuerda con losincentivos reales que ponen en juego las empre-sas, ni con las motivaciones de los trabajadores.

    La conjuncin de ambos factores lleva a que losactores se coordinen para evadir las normas, paraas obtener mayores beneficios econmicos enel corto plazo. Esto no ocurre cuando los meca-nismos de exigibilidad particularmente los defiscalizacin son eficientes, y si se resguardancondiciones de proteccin a los trabajadores.Cuando no es as, y la prctica se independizade la regulacin, el actor ms dbil, en este casoel vendedor, se transforma en la variable deajuste del sistema, adecuando sus horarios a los

    requerimientos del sector.

    5. Se analizaron las prcticas de

    y su efecto sobre el vnculo que mantienencon la sociedad. Se observ cmo los jvenestomaban posicin frente a distintos referentes(padres, amigos, profesores, entre otros) y con

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    qu soportes contaban para apoyarse en losmbitos ms importantes de sus vidas.

    Aunque los adolescentes tienen distintas for-mas de relacionarse y diferenciarse en su vidacotidiana, se vio que hay ciertas identidades

    en formacin para las cuales la sociedad ofrecereferentes slo parcialmente adecuados a partirde los cuales puedan identificarse. Esta carenciatiende a generar proyectos biogrficos dbilesy una fuerte retraccin del mbito pblico. Enlos casos en que s se contaba con referentes ysoportes vlidos respecto de los cuales definirlas identidades, stas resultaban fortalecidas yse caracterizaban por una mayor disposicin a laparticipacin en actividades pblicas. Incide enello el reconocimiento a los proyectos personales

    y la existencia de espacios de comunicacin yresolucin de conflictos. El anlisis evidenciala importancia de otorgar soportes y referentescon sentido a una generacin que construye suidentidad en un contexto de fuerte individua-lizacin, de modo que su nexo con la sociedadno se debilite.

    6. Por ltimo, se estudi con el fin de mostrar las difi-cultades prcticas que tienen para desarrollar

    una mayor autonoma. Se observaron las ne-gociaciones entre las mujeres y sus referentes(hijos y parejas), as como los soportes con quecuentan para la realizacin de sus proyectosbiogrficos, en un contexto cultural en quela manera tradicional de organizar el tiempose encuentra profundamente arraigada.

    En el anlisis se constat que, por el modo

    en que gestionan su da a da, muchas mujeres

    viven en permanente tensin el desarrollo de

    sus proyectos biogrficos, teniendo que conciliarlas demandas de sus parejas, hijos o trabajos. En

    estos casos se comprueba una carencia de soportes

    y recursos para sostener y defender la relevancia

    de constituir un proyecto propio, as como para

    enfrentar las inercias histricas en torno a la distri-

    bucin de roles y tiempos en el hogar. Cuando las

    mujeres logran desarrollar proyectos personales, es

    a partir del reconocimiento de su valor por parte

    de los referentes principales (familiares, amigos,

    compaeros de trabajo) y porque se cuenta con

    capacidades y recursos similares a los que poseen

    los otros con quienes se relacionan en su vida

    cotidiana. En estas ocasiones la negociacin del

    tiempo tiene en cuenta las motivaciones y aspi-

    raciones de las mujeres.

    Uno de los principales hallazgos de este Informees que existen ciertas combinaciones de factores y

    juegos que tienden a estructurar la vida social delos chilenos cuando se la observa desde el puntode vista de sus prcticas, que se repiten en losdistintos mbitos de observacin.

    La igualdad o desigualdad objetivas y subje-tivas, la efectividad de los mecanismos de exigi-bilidad institucionales y de los mecanismos degobernanza organizacionales, el tipo de incenti-vos existentes y su nivel de alineacin, los gradosde legitimacin y confianza recprocos entreactores, y tambin la temporalidad involucrada,las aspiraciones y motivaciones de cada cual, yla calidad de los soportes con que cuentan laspersonas en cada situacin, son todos aspectos

    que surgieron transversalmente en los mbitosestudiados y resultaron determinantes en sudesarrollo (ver Figura B).

    Algunas combinaciones de factores daban lugar

    a juegos que tendan a favorecer la realizacin

    de las oportunidades (temporalidad larga, legi-

    timidad recproca, instancias de coor-dinacin,

    incentivos alineados, entre otros), mientras otras

    tendan a potenciar juegos ms bien problemti-

    cos (temporalidad corta, mala calidad de sopor-

    tes, ausencia de mecanismos de exigibilidad, entreotros). En todo caso, lo central es destacar que

    algunas combinaciones de factores aparecieron

    en forma recurrente a lo largo de los casos estu-

    diados, lo que revela que existen ciertas prcticas

    tpicas en la vida social de los chilenos.

    Estas prcticas tpicas permiten constituir un

    mapa de las maneras de hacer las cosas en el pas.

    Aun cuando no es exhaustivo, este mapa representa

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    ciertos modos de hacer las cosas que estn trans-

    versalmente presentes en muchos planos de la vida

    social chilena, y que es esencial considerar para

    enfrentar los desafos actuales y futuros.

    Esta prctica tpica se caracteriza por la resis-tencia que oponen ciertos actores a procesos decambio cultural o institucional, cambios queellos creen que podran perjudicarlos en algnsentido. Aqu los actores reinterpretan el sentidodel cambio, establecen estrategias para resistirlo ybuscan maneras de adaptarlo a sus intereses.

    Un ejemplo es la baja disposicin de algunosmdicos a adoptar las nuevas obligaciones ad-

    ministrativas que el AUGE implica o a seguirde modo estricto los protocolos que el nuevoprograma les impone, porque consideran queno corresponde con su rol. En estos casos laausencia de mecanismos institucionales paraexigir el respeto a las nuevas reglas, as como lasasimetras de informacin entre personal mdicoy usuarios, favorecen las resistencias a los nuevosroles y reglas propuestos por el cambio.

    Algo similar sucede en los juegos de poder

    con que algunos hombres enfrentan la creciente

    FIGURA B

    Factores que se combinan en las prcticas estudiadas

    Organizacin

    (Des) Igualdadde recursos

    Mecanismosde gobernanza

    Mecanismosde exigibilidad

    Institucin

    Inercia

    Subjetividad

    Incentivos

    Juegos de poder, identidad,intercambio e informacin

    Prcticatpica

    Nivel delegitimacin y

    confianza

    Tipo detemporalidad

    Aspiracionesy

    motivaciones

    (Des)Igualdad desoportes

    demanda de autonoma de la mujer: aparentanestar de acuerdo con que sta tenga mayor auto-noma en la eleccin de sus proyectos biogrficos,pero en la prctica presionan para que ella sigaorganizando su tiempo en torno al hogar.

    Esta prctica se caracteriza por la presencia de al-gunos actores que asumen la funcin de parcharlos vacos o suplir las indefiniciones de ciertoscambios institucionales o culturales, sea por unsentido sacrificial o porque mantienen un fuertecompromiso con el sentido del cambio que sebusca impulsar.

    Mujeres que asumen una doble jornadaante la resistencia de sus parejas a adoptar rolesdomsticos cuando ambos trabajan, y enfermerasque llenan parcialmente las fichas para facilitarel trabajo del mdico en el contexto del AUGE,son ejemplos de estas prcticas.

    En esta configuracin los actores se ven com-pelidos a improvisar roles simplemente porque seencuentran en posicin de desigualdad frente aotros que delegan en ellos parte de las funciones

    que les corresponden. Es el caso de enfermerasque en muchas situaciones deben asumir fun-ciones administrativas que los mdicos no estndispuestos a realizar.

    Ya sea que predominen los factores subjetivoso las asimetras de poder, las improvisacionesadaptativas se caracterizan por actores que seconvierten en variable de ajuste para el funcio-namiento global de la prctica.

    Se produce una transgresin pactada cuando, encontextos de cambio institucional (por ejemplo,una nueva ley), los actores se coordinan paracontravenir la norma porque consideran que staperjudica sus intereses de corto plazo.

    Es el caso de los acuerdos a los que lleganvendedores y jefes de tienda para permitirles a

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    los primeros trabajar ms de las horas legalmentepermitidas. Con ello obtienen un beneficiomutuo en el corto plazo (comisiones de ventay cumplimiento de metas); sin embargo, a lalarga ambos pueden verse perjudicados por lasconsecuencias del exceso de trabajo sobre la

    productividad y la calidad de vida.

    La falta de mecanismos institucionales de exigi-

    bilidad y fiscalizacin del cumplimiento de la nor-

    ma, as como prcticas caracterizadas por fuertes

    niveles de desigualdad entre los actores, favorecen

    el surgimiento de transgresiones pactadas.

    En esta prctica los actores aceptan e incorporan

    los cambios institucionales o culturales porqueentran en sintona con sus motivaciones yaspiraciones de largo plazo. Aqu tienden a pri-mar juegos de identidad en los que los actoresadoptan nuevos roles y atribuciones, y juegosde intercambio caracterizados por la exigenciarecproca en funcin de un beneficio mutuo.

    Es el caso de mujeres que han logrado con-sensuar con sus familias nuevas distribucionesde tiempos y tareas al interior del hogar, en

    funcin de cumplir sus proyectos personales. Enestas prcticas los actores adaptan sus rutinas ymotivaciones en la medida en que todos asumencomo beneficioso en el largo plazo, para el con-

    junto familiar, que los proyectos personales decada uno de los miembros sean respetados.

    Las adaptaciones proyectivas modifican noslo las rutinas y formas de actuar, sino tambinroles e incluso identidades. Ms all de los costosinmediatos, los actores se muestran dispuestos a

    cambiar pues conectan el cambio con un bene-ficio sostenido en el tiempo.

    Esta prctica se caracteriza por la dificultad delos actores para alcanzar consensos mnimos quepermitan futuras acciones. Ocurre en contextosde alta indefinicin de roles y de deslegitimacin

    entre los actores, lo que obliga a estar permanen-temente estableciendo acuerdos que a la primeracomplicacin se desconocen.

    Una renegociacin constante se observa, porejemplo, en algunas de las escuelas seleccionadas

    por la Estrategia de Apoyo a EstablecimientosPrioritarios. La indefinicin de los roles decada actor en la implementacin del programa,sumada a la deslegitimacin recproca entre elequipo docente y la institucin asesora, impideconsensuar una estrategia conjunta para llevar acabo el programa de mejoramiento.

    Los procesos culturales tambin provocanindefinicin de roles que repercuten en renego-ciaciones constantes. Es el caso de padres que no

    saben cmo asumir un rol de autoridad adecuadopara relacionarse con hijos ms autnomos, loque genera juegos en los que los adolescentesno los reconocen como figuras de autoridadlegtimas, y convierten los lmites que intentanestablecer los padres (o cualquier autoridad) enalgo que puede ser constantemente redefinido.

    La renegociacin constante se ve reforzadacuando los actores que negocian lo hacen sinun sentido del beneficio que podra tener en el

    largo plazo un cambio de prcticas.

    En esta prctica existe un alto grado de depen-dencia entre los actores, quienes adems actananticipando un abuso por parte del otro. En uncontexto de desconfianza recproca, las personasponen lo mnimo de su parte en la prctica, paraperder tambin lo menos posible.

    Algunas negociaciones entre patrones y tem-poreros correspondan a un acuerdo de mnimos,pues los empleadores desconfiaban del com-promiso de los trabajadores y stos anticipabanque el patrn no les proporcionara estabilidadlaboral o un trato justo. Tambin se encuentranacuerdos de mnimos en relaciones de parejadonde ambos permanecen unidos a pesar de lamala convivencia.

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    En los acuerdos de mnimos todos resultanperjudicados, aunque los efectos tienden a serms negativos en los actores con menos recursosy soportes. En el caso de las prcticas del sectorfrutcola, el empleador pierde en productividad yrentabilidad, mientras que el trabajador arriesga

    la prdida de su fuente laboral y ciertas fuentesde proteccin social.

    En esta prctica los actores estn desafiados porcambios culturales, institucionales u organizacio-nales que los presionan a reflexionar sobre susmodos de coordinacin y a entablar nuevas rela-ciones. En la negociacin habilitante los actoreslogran arreglos beneficiosos en el largo plazo a

    partir del reconocimiento de que las demandasde los otros actores tambin son legtimas.

    Se observaron negociaciones habilitantes en

    aquellos liceos y escuelas donde los asesores

    lograban entablar relaciones de confianza con

    la comunidad escolar, explicando el sentido de

    la estrategia de modo transparente y ordenado.

    En estos casos fue fundamental la creacin de

    espacios de coordinacin, de participacin y

    retroalimentacin, favorecidos por la gestin de

    directores o sostenedores. Algunas prcticas deconstruccin de identidad en adolescentes tam-

    bin se estructuran como negociaciones habilitan-

    tes: se trata de padres que reconocen el derecho de

    sus hijos a disponer de espacios de autonoma, y

    de adolescentes que legitiman el rol de sus padres;

    ello ocurre cuando se han establecido instancias

    de comunicacin al interior del hogar.

    El nombre de esta constelacin proviene pre-cisamente del hecho que se trata de acuerdos

    que establecen pisos que habilitan posterioresacciones y acuerdos, fortaleciendo la coordina-cin de los actores involucrados.

    A la luz del marco normativo del enfoque deDesarrollo Humano, una prctica ser ptima

    cuando aproveche las oportunidades socialesexistentes y cuando permita que las personasusen e incrementen sus capacidades subjetivas.Si una de las dos condiciones no se cumple,la promesa del Desarrollo Humano no estarsiendo plenamente satisfecha.

    En este sentido, las prcticas tpicas encontra-das se pueden inscribir en un mapa que las clasi-fica en cuatro tipos. Las prcticas disfuncionalesdesaprovechan las oportunidades que la sociedadbrinda, y adems perjudican a los actores queen ellas intervienen, limitando y frustrando suscapacidades potenciales. Las prcticas funcio-nales anmalas aprovechan las oportunidadessociales generando otras nuevas, pero a costade tensionar a los actores que intervienen en el

    proceso, llevndolos a transgredir las reglas o supropia subjetividad. Las prcticas ineficientesson aquellas en las que los actores actualizan encierta medida sus capacidades, pero generandooportunidades sociales por debajo de lo quepudiera esperarse. Finalmente, las prcticaspotenciadoras logran articular la expansin deoportunidades sociales con la actualizacin eincremento de las capacidades de los actoresinvolucrados.

    Una de las propiedades ms caractersticas delas prcticas sociales es su fuerte inercia. Lasmaneras de hacer las cosas, as como los cono-cimientos prcticos que las orientan, tiendena asentarse, definiendo relaciones y modos decomportamiento que se arraigan en la socie-dad. Sin embargo, el Informe muestra que lasprcticas pueden cambiar; los actores muchas

    veces generan aprendizajes e innovaciones enlas maneras de hacer las cosas, aunque stosno siempre contribuyen a la potenciacin delDesarrollo Humano.

    La pregunta que cabe hacerse entonces es si es

    posible gatillar cambios de prcticas que vayan en

    la direccin del Desarrollo Humano. El Informe

    considera que es posible, dado que

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    Para ello, sin embargo, se debe descartar la

    posibilidad de obtener resultados lineales a partirde cambios voluntaristas y puramente institucio-

    nales que no consideran los elementos internos a

    la prctica que se quiere modificar. De ah que este

    Informe plantee la adopcin de una nueva lgica

    de cambio: la lgica de la orientacin.

    Orientar el cambio de una prctica significautilizar las potencialidades de transformacinde la propia prctica alineando sus recursosinstitucionales y subjetivos, y su conocimiento

    prctico, con el fin de gatillar procesos de apren-dizaje y reflexividad que hagan ms probablesen la accin las innovaciones normativamentedeseadas. Significa, necesariamente, tomar enconsideracin los actores, intereses, normas, mo-tivaciones y juegos especficos que caracterizan elmbito de prcticas que se quiere transformar. Esa partir de las especificidades de esos elementosy de la manera en que se combinan que puedenproducirse cambios efectivos y duraderos.

    Cmo hacerlo? El enfoque terico y el anlisisemprico que entrega este Informe nos permitenextraer algunos criterios y sugerencias para teneren cuenta al momento de disear un programade intervencin, una estrategia de cambio orga-nizacional o cualquier iniciativa que busque elcambio de las maneras de hacer las cosas.

    Toda prctica tiene una historia que se manifiesta

    en resistencias identitarias, desesperanzas aprendi-

    das, relaciones asimtricas de poder e intercambio,

    desigualdades subjetivas y objetivas, expectativas

    sobre o subdimensionadas que estructuran las

    relaciones entre los actores y que es imprescindible

    tener en consideracin en cualquier iniciativa

    FIGURA C

    Mapa de prcticas y Desarrollo Humano en Chile

    Adopcin resistida Improvisacinadaptativa

    Transgresin pactada

    Acuerdode

    mnimos

    Adaptacin proyectiva Negociacinhabilitante

    Capacidadessubjetivas -

    Capacidadessubjetivas +

    Oportunidades sociales +

    Oportunidades sociales -

    Renegociacinconstante

    transformadora. Por eso, desde la lgica de la

    orientacin todo cambio parte siempre conside-

    rando la trayectoria histrica de las prcticas.

    Resulta difcil predecir, sin un conocimientoacabado, los juegos que se pueden desarrollar

    al interior de una prctica. Por eso, orientarun cambio implica adquirir una perspectiva deplanificador ex post, uno que antes de implemen-tar el cambio estudie con precisin qu actoresestn involucrados en la prctica, cules son susmotivaciones y sus expectativas, cules sus mapasde conocimiento prctico a partir de los cualesinterpretarn los cambios, y si hay coherencia delos marcos institucionales y organizacionales queregulan sus relaciones y comportamientos.

    Los juegos que componen las prcticas son di-nmicos, por lo que orientar un cambio implicamonitorear constantemente los modos en quelos actores improvisan nuevos roles, conductasy relaciones a partir de sus aprendizajes y sureflexividad, as como la forma adaptativa enque reaccionan a los cambios del entorno. La

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    diversos mbitos de la sociedad les han otorgadoun nuevo protagonismo a las prcticas sociales,lo que ha hecho ms complejo, en la mayorade los mbitos del quehacer nacional, seguiravanzando con los antiguos modos de pensar eincentivar el cambio.

    Hoy, tanto los avances como las dificultades seexplican principalmente por el modo concretoen que los actores se relacionan entre s en losespacios de sus prcticas. Por esta razn, lo quese requiere hacia el futuro es crear las condicionesque permitan el despliegue de nuevas manerasde hacer las cosas. Hay que pensar a la alturade los desafos actuales, esto es, con visiones ypropuestas que estn en concordancia con lacomplejidad de los nuevos tiempos. De ah la

    importancia de considerar las prcticas a la horade evaluar los problemas, pero sobre todo a lahora de pensar los cambios.

    Ciertamente la manera de hacer las cosas no esel nico mbito en el cual se instalan los desafosdel Desarrollo Humano. Habr que seguir deba-

    tiendo acerca de temas como la complementarie-dad entre el mercado y el Estado, la desigualdaden la distribucin de oportunidades especial-mente las desigualdades de gnero, los princi-pios ms o menos incluyentes que estructurannuestro sistema democrtico, las restricciones y

    oportunidades que definen nuestra insercin enel mundo globalizado o las amenazas que provie-nen del medio ambiente, entre otros tpicos. Noobstante, es claro que en todos ellos la dimensinde las prcticas cotidianas se ha instalado comoun campo crucial para percibir y enfrentar losdesafos del presente y del futuro.

    Por ello es hora de pensar y actuar sobre lasprcticas. Este Informe ofrece una manera dehacerlo. Tanto las prcticas tpicas como los

    juegos y otros factores que aqu se identificansern herramientas tiles para al menos iniciarla observacin de cualquier mbito de prcticasen que se participe. Porque todos, de uno u otromodo, pueden ser parte de los cambios que elentorno requiere.