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7/25/2019 2016. San Martn Resea. pdf
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I n v e s t i g a c i o n e s F e n om e n o l g i ca s , n. 12, 2015, 311-319.e-ISSN: 1885-1088
JAVIER SAN MARTN
LA N UEVA I MA GEN D E HUSSERL .
LECCI ONES DE GUAN AJUATO
MADRID, EDITORIAL TROTTA, 2015, 204 PP.
por Marcela Venebra
La novedad de esta lectura de la
fenomenologa estriba, sobre todo,
en la visin integral que el autor se
empea en reconstruir, de cara a
los dos principales frentes crticos
que han marcado la apropiacin (o
desapropiacin) de la fenomenologa
en el siglo XX: uno, el de la visin
externa de la fenomenologa que se
ha conformado en torno a la inter-
pretacin heideggeriana del tras-
cendentalismo husserliano, otro, el
de la ortodoxia husserliana que se
ha centrado en un solo momento del
desarrollo de la fenomenologa: o
las Ideas o la Crisis, insistiendo en
la definitoriedad aislada (inconsis-
tente) de cualquiera de estas dos
obras, que son en realidad dos mo-
mentos de la biografa intelectual de
Edmund Husserl.
Esta nueva imagen de Husserl ha
sido construida palmo a palmo y
desde abajo en estricto sentidofenomenolgico, desde un tiempo
en el que ha imperado el prejuicio
derivado de una lectura impaciente
y lineal, unidireccional, de la feno-
menologa trascendental; una visin
convencional a la que San Martn
opone una lectura teleolgica de la
vasta obra husserliana. Esta orien-tacin teleolgica obliga a interpre-
tar las primeras obras de Husserl a
la luz de los propsitos ltimos (vo-
cacionales, vitales) de la fenomeno-
loga trascendental. O, dicho de otra
manera, hace visibles, en el origen
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mismo de la fenomenologa, las mo-
tivaciones ms profundas de la crti-
ca del conocimiento y la intencinde una teora de la verdad fundada
en la evidencia que permite lo que,
para San Martn, constituye la meta
de la fenomenologa como filosofa
en sentido estricto: la restitucin
de la racionalidad, de una raciona-
lidad fuerte, como la autntica tarea
de la filosofa fenomenolgica. Labrecha histricamente construida
entre el Husserl de las Ideas y el
Husserl de La crisisse diluye al hilo
de estas cinco Lecciones, que acla-
ran las articulaciones precisas y las
motivaciones detrs del propsito
de la autntica teora del conoci-
miento y las autnticas preocupa-
ciones humanas.
La interpretacin teleolgica es
uno de los aportes ms sustanciales
de este libro que tiene como foco
crtico la visin convencional del
trascendentalismo husserliano, que
consiste en asumir que la fenome-nologa comienza y termina en los
problemas (apenas anunciados) de
las Ideas I, o que padece de una
incurable fragmentacin o incone-
xin temtica que deja sin sustento
las tesis y propsitos principales de
La crisis de las ciencias europeas. La
lectura teleolgica del programa
fenomenolgico recupera, frente ala visin convencional, este sentido
o direccin unitaria de la fenomeno-
loga, no slo respecto de s misma,
de la unidad o consistencia del pen-
samiento husserliano, sino de la
fenomenologa en la historia del
pensamiento filosfico, es decir, en
la historia de la filosofa como praxiscientfica. Se tratan, las Lecciones
de Guanajuato, de una versin es-
pecialmente desprejuiciada del pro-
yecto fenomenolgico, que nos
permite captar la ntima unidad de
la filosofa husserliana, sin cesuras,
sin contradicciones, sin soluciones
de continuidad pero en continua
tensin consigo misma y segn con-
viene al pensamiento profundamen-
te crtico de Edmund Husserl (y
tambin de Javier San Martn).
San Martn lleva a cabo una pul-
cra diseccin de los dos aspectos
unitarios del programa fenomenol-gico: la estructura conceptual y el
aspecto funcional de la fenomenolo-
ga. Si no logramos asir con claridad
esta unidad dual del pensamiento
de Husserl, corremos el riesgo de
incurrir en los errores de la lectura
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convencional que amputa el aspecto
funcional de la fenomenologa al
interpretarla exclusivamente comoteora del conocimiento. El anlisis
de la estructura conceptual de la
fenomenologa se despliega desde
las obras ms jvenes de San Mar-
tn, La estructura del mtodo feno-
menolgicoy su propia tesis docto-
ral son los trabajos de avanzada
sobre el mtodo de la fenomenolo-ga, en los que aparecen los cues-
tionamientos que darn lugar a la
consideracin del aspecto funcional,
con lo que, este libro, no tiene slo
la gracia de otorgarnos una pers-
pectiva unitaria de la fenomenolo-
ga, en su generosa amplitud y pro-
fundidad, sino que, adems, expone
la unidad intrnseca de los momen-
tos de desarrollo del pensamiento
de San Martn, de su lectura y apro-
piacin de la fenomenologa, lograda
a lo largo de treinta aos de publi-
caciones, cursos y conferencias.
Lo que hace comprensible la uni-dad intrnseca del pensamiento hus-
serliano es una idea de racionalidad
que tiene en su base una praxis
cientfica, terica, filosfica, de tal
manera que no hay un viejo Husserl
que se contrapone a un nuevo Hus-
serl, sino un proyecto que se va
realizando a travs de etapas bien
marcadas en la biografa acadmicadel filsofo moravo: Halle, Gotinga y
Friburgo son los tres momentos de
desarrollo de la fenomenologa en
los que se afina el instrumental con-
ceptual y metodolgico del trascen-
dentalismo, fundamentando, al
mismo tiempo, los objetivos pro-
puestos en el ltimo de estos tresmomentos.
A lo largo de estas cinco lecciones
San Martn reconstruye el camino de
la fenomenologa y las aristas de
sus apropiaciones histricas. En el
entendido de que esta nueva ima-
gen de Husserl se conforma a travsde la crtica de la imagen conven-
cional, el autor seala los hechos
histricos que han incidido en la
interpretacin sesgada de la feno-
menologa en espaol, profunda-
mente influenciada por la interpre-
tacin (y traduccin) gaosiana de
las Ideas, claramente en choque conlos alcances de La crisis de las cien-
cias europeas; metafrico colapso
que se manifiesta en las anotacio-
nes de Gaos en el Symposium so-
bre la nocin husserliana de la Le-
benswelt donde niega la coherencia
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interna de la dimensin histrica de
la fenomenologa que implica la no-
cin de mundo de la vida y lo quel mismo interpret de la fenomeno-
loga al traducir las Ideas. San Mar-
tn precisa los momentos de esta
interpretacin-traduccin sesgada y
su peso en la historia de la fenome-
nologa en espaol.
A lo largo de la segunda leccin,
y luego de haber dejado claro el
sentido de la novedad de esta ima-
gen, el autor describe los aspectos
definitorios de las etapas de la vida
acadmica de Husserl, su biografa
intelectual, trmino de aires orte-
guianos, los mismos que impregnan
esta exposicin de los tres momen-tos decisivos de la evolucin del
pensamiento husserliano. Quiero
decir que San Martn lleva a cabo
una lectura biogrfica de la evolu-
cin de la fenomenologa a lo largo
de estas tres etapas de la vida aca-
dmica de Husserl, enfatizando las
circunstancias y motivaciones filos-ficas, histricas de la fenomenolo-
ga, que orientan esta continua am-
pliacin de su horizonte de investi-
gacin. La determinacin de cada
momento en trminos estructura-
les est as entretejida en la cir-
cunstancia histrica de la fenomeno-
loga a travs de la biografa del
filsofo moravo. As, en el transcur-so biogrfico de la fenomenologa,
San Martn expone la ampliacin del
horizonte de anlisis y descripciones
de la vida subjetiva, que consiste en
la incorporacin de tres dimensiones
fundamentales de la trascendentali-
dad: el cuerpo (y la intersubjetivi-
dad), la cultura y la historia. La re-comprensin del yo trascendental
de la fenomenologa husserliana
como un yo de hbitos, es decir,
histrico y corporal, encarnado, le
permite a San Martn fundamentar
una parte de la antropologa filosfi-
ca que constituye el ms amplio
horizonte de interpretacin de la
fenomenologa por parte del filsofo
navarro. Este trabajo antropolgico
le permite sacar todo el provecho
deseable a los manuscritos husser-
lianos a los que tuvo acceso desde
el inicio de su carrera y que marca-
ron esta visin integradora y cohe-
rente de la filosofa husserliana. En
la incorporacin trascendental de
aquellas dimensiones se juega lo
que para San Martn ha sido la fuen-
te sustancial de su propia antropo-
loga fenomenolgica, y donde se
ubica uno de los aspectos ms pro-
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fundos de su interpretacin de Hus-
serl. San Martn logra distinguir la
forma en la que cada una de estasdimensiones se incorpora a la tras-
cendentalidad a travs del decurso
estructural de la fenomenologa, de
tal manera que logra ver la doble
pertenencia de estas tres dimensio-
nes (la corporalidad, la historicidad
y la cultura) al mbito de lo consti-
tuido, pero tambin al mbito cons-tituyente. Esta doble dimensionali-
dad caracteriza en realidad a la vida
trascendental humana. La fenome-
nologa gentica juega un papel cru-
cial en la clarificacin de esta doble
pertenencia de las dimensiones car-
nal, histrica y espiritual o cultu-
ral, al tiempo que constituye la
conexin negada en la lectura
convencional entre el Husserl de
las lecciones de tica o los ensayos
para la revista Kayzo, y el Husserl
de las Ideas.
El autor aborda, en la Tercera
leccin, uno de los aspectos crticosque han marcado hondamente la
recepcin de la fenomenologa y que
se gesta en las lecciones de Marbur-
go, dictadas por Heidegger entre
1923 y 1928. El punto es delicado, y
San Martn ha insistido en l, sobre
todo en lo que signific para la re-
cepcin de la fenomenologa en es-
paol a travs de Ortega, por ejem-plo. Para Heidegger, Husserl qued
preso del modelo epistemolgico (de
la tradicin) sujeto-objeto. Este es-
quema contiene, en el concepto de
intencionalidad, el gran defecto de
la teora de la reflexin que estruc-
tura la idea del yo puro y de la con-
ciencia en general; este defecto esla recada en la objetivacin de la
conciencia, de lo subjetivo. La fe-
nomenologa terminara as, para
Heidegger (ledo por San Martn) en
una objetivacin de la conciencia
incapaz de asir lo verdaderamente
propio de la vida en su facticidad e
inmediatez. San Martn repasa los
supuestos de esta crtica y destaca
el valor de la incorporacin de esas
tres dimensiones, que podramos
llamar vitales, para clarificar la im-
portancia de la estructura subjetivo-
objetiva de la vida humana como
vida trascendental, pues sin el re-
conocimiento de esta duplicidad to-
do se confunde. La epoj introduce,
para San Martn, esta distincin en-
tre el yo trascendental directo, y el
yo reflejo, el del fenomenlogo vol-
cado en su labor. Desde luego, la
avanzada lectura de la Sexta medi-
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manidad es el resultado de una ms
profunda crisis de la razn y la ver-
dad y la funcin de la filosofa eneste escenario crtico.
Slo cuando es posible reconocer
(luego del armazn estructural del
mtodo fenomenolgico) que en la
vida humana hay apriorisy, por lo
tanto, hay responsabilidad racional
aparece el tema de la renovacin de
la cultura. Una razn que es necesa-
ria es una razn que obliga y, en
estricto sentido husserliano: La
razn enraizada en la donacin ori-
ginaria es fuente de legitimidad. (p.
138) San Martn propone una feno-
menologa enraizada en la razn y
en la vida.
La teora del conocimiento (y la
teora de la verdad basada en la
evidencia) se remite hasta el sustra-
to temporal de la vida subjetiva, en
cuyos anlisis el papel del pasado y
la rememoracin resulta fundamen-
tal. El conocimiento consiste sobre
todo en una reactivacin posibilita-
da por la retencin que est en la
base de los actos de conocimiento y
que San Martn detecta en las Medi-
taciones cartesianas y expresa con
la frmula segn la cual conocer es
sobre todo aprender a conocer.
Todo conocimiento responde a una
matriz selectiva bsica, y esa matriz
est empotrada en la estructuratemporal, que la reflexin logra cap-
tar desde la estela del pasado. Sa-
cando provecho, una vez ms, a su
amplio conocimiento de la obra hus-
serliana, el autor recurre a los Ma-
nuscritos de Bernau (p. 144), co-
rrespondientes a la etapa de Fribur-
go, es decir, en el contexto de desa-rrollo de la funcin de la fenomeno-
loga, donde, al tematizar la praxis
filosfica se enfatiza la funcin del
futuro en relacin con el curso de la
vida racional. Vivir es siempre vivir
para el futuro (p. 150). Aqu se
abre el horizonte cuidadosa y lar-
gamente cultivado por Javier San
Martn: la filosofa de la cultura de
Husserl, pulida (en la roca fenome-
nolgica) a travs de estos matices
que caracterizan la lectura ms fina
y el campo de investigacin docu-
mental tanto ms amplio del autor
de estas Lecciones.
La etapa de Friburgo representa
el desarrollo del pensamiento hus-
serliano como el de un filsofo ma-
duro y cuyo impacto en el curso de
la filosofa contempornea se haca
visible incluso ms all de las fron-
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teras europeas. Ya en las Lecciones
de tica aparece la nocin de una
autntica humanidad en relacincon la determinacin funcional de la
filosofa. San Martn descubre esta
portentosa tesis husserliana, segn
la cual, la filosofa es la marca de
una nueva etapa histrica de la hu-
manidad, que no slo est inmersa
en el decurso histrico del mundo
occidental, sino que orienta estedecurso a partir de su surgimiento.
La filosofa abre una nueva dimen-
sin histrica en la raz de la historia
y las historias de los hombres.
La funcin de la filosofa slo es
captable como funcin o misin de
los filsofos y aqu San Martn intro-duce la pregunta por el estableci-
miento de un posible ideal regulador
de las profesiones en las que se de-
fine el quehacer humano, para sa-
ber cmo y en qu sentido la profe-
sin, el quehacer filosfico, puede
concretarse como modelo orientador
de la sociedad. San Martn distingueentre las profesiones vocacionales y
aquellas que se eligen ms bien por
necesidad. De tal manera que la
mayor autenticidad de una profesin
slo indica que podemos identificar-
nos con ellas en un nivel ms pro-
fundo que aquellas actividades que
se profesan por pura necesidad. La
filosofa, como vocacin profesional,es humanizante, racionalizante, en
la medida en que libera al hombre
del rgimen de la necesidad, y le
permite proponerse fines siempre
ms altos e infinitos para su propia
existencia.
Finalmente, en la quinta Leccin,
San Martn analiza otro de los textos
aun poco estudiados por la tradicin
fenomenolgica castellana, se trata
de las Conferencias de Londres,
que, a pesar de ser pronunciadas en
1922, marcan la ltima fase de Fri-
burgo como una especie de cierre
de la estructura de la fenomenolo-ga, una vez que se ha esclarecido
el sitio de la teora del yo, los lmites
y la diferencia de la de fenomenolo-
ga psicolgica y la fenomenologa
trascendental, y la funcin de la in-
tersubjetividad a travs de la reduc-
cin intersubjetiva, como elemento
comprensivo de la reduccin tras-cendental que se deja entender en-
tonces como reconduccin del mun-
do a la intersubjetividad trascenden-
tal.
En las Conferencias de Londres
queda claro que el objetivo de la
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filosofa es contribuir a la configura-
cin de una sociedad racionalmente
orientada por la filosofa, y que estaha sido siempre, desde Platn, la
misin del pensamiento filosfico.
En estas ConferenciasHusserl refle-
xiona sobre el tema del comienzo de
la filosofa, pues la gnesis de la
filosofa sustenta o determina su
funcin histrica. Husserl aplica
como lo nota San Martn la reduc-cin como reconduccin de la filoso-
fa al quehacer y las tareas del fil-
sofo, reconduccin que comienza en
la pregunta por el modo y el por qu
elegir la filosofa como forma de
vida (p. 159), es decir, se recondu-
ce la fenomenologa al ethosfilosfi-
co. El primer acto filosfico es la
puesta en crisis, la crtica de lo sa-
bido por la tradicin. Se recupera
as el sentido de la Skepsis en el
origen del primer acto filosfico y se
clarifica el sitio estructural de la
epoj. La reflexin sobre el ethos
filosfico es, adems, la forma en
que Husserl enfrenta los desafos
que las ciencias humanas plantean a
la filosofa. El camino hacia la tras-
cendentalidad, as motivado, es de-
finido con precisin por San Martn
como camino a la reduccin a travs
de las ciencias humanas. Este es ya
un gesto a travs del cual el autor
flexibiliza la interpretacin msrgida del mtodo fenomenolgico
que suele pasar por alto la distincin
entre epoj y reduccin, tanto, co-
mo la solvencia de la va a travs de
las ciencias humanas, a las que co-
rresponde la responsabilidad de la
deformacin de esa idea de raciona-
lidad que la filosofa, y la fenomeno-loga, deben defender a travs de la
restitucin de la idea (meta) de una
racionalidad filosficamente funda-
da, que sirva como principio orien-
tador de una humanidad autntica.
Todo este proyecto es ltimamente
pensable a travs de una antropolo-
ga fenomenolgica, de una filosofa
de la historia y la cultura, una filo-
sofa en aras de su cumplimiento
vocacional.
Queda slo por decir, acaso, que
la Nueva imagen de Husserl invoca
la formacin de una nueva genera-
cin de fenomenlogos, de filsofosformados en este mapa ntegro de
la fenomenologa interpretada en la
clave renovadamente vital que
aporta a la historia de la fenomeno-
loga en espaol Javier San Martn
Sala.