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1 En el presente tema se describen las diferentes necesidades que tiene el ser humano como: las fisiológicas, de seguridad física y psicológica, de pertenencia y afecto, de autoestima, de logro intelectual, de apreciación estética y de autorrealización. Que la diversidad está presente en toda sociedad y para aceptarla y aprender a vivir en ella es necesario integrar a la vida los valores de respeto, solidaridad y equidad. Además que el ser humano a través del tiempo va adquiriendo un compromiso tal con la sociedad, que debe asumir actitudes que ayuden al mejoramiento de la vida en comunidad en un entorno armónico natural. Unidad 2. Socialización e identidad. 2.2. Conviviendo con los demás. 2.2.1. Identificación y pertenencia con personas y grupos. 2.2.2. Aprendiendo a valorar la diversidad: respeto, solidaridad y equidad. 2.2.3. Responsabilidades en la vida colectiva. 2.2.4. Compromisos con el entorno social.

2.2. Conviviendo con los demás. - cobachenlinea.com€¦ · Como producto del desarrollo moral, la persona va conociéndose así misma, en la medida en que profundiza en su yo, sus

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En el presente tema se describen las diferentes necesidades que tiene el ser humano como:

las fisiológicas, de seguridad física y psicológica, de pertenencia y afecto, de autoestima, de

logro intelectual, de apreciación estética y de autorrealización.

Que la diversidad está presente en toda sociedad y para aceptarla y aprender a vivir en ella

es necesario integrar a la vida los valores de respeto, solidaridad y equidad. Además que el

ser humano a través del tiempo va adquiriendo un compromiso tal con la sociedad, que

debe asumir actitudes que ayuden al mejoramiento de la vida en comunidad en un entorno

armónico natural.

Unidad 2.

Socialización e identidad.

2.2. Conviviendo con los demás.

2.2.1. Identificación y pertenencia con personas y grupos. 2.2.2. Aprendiendo a valorar la diversidad: respeto, solidaridad y equidad. 2.2.3. Responsabilidades en la vida colectiva.

2.2.4. Compromisos con el entorno

social.

2

2.2. Conviviendo con los demás.

2.2.1. Identificación y pertenencia con personas y grupos.

La necesidad fundamental del ser humano

es vivir siendo él mismo, realizándose.

Esta necesidad fundamental y global se

expresa en múltiples necesidades que no

siempre son conscientes. Algunas se

imponen con fuerza, otras menos. Los

avances de la civilización y los anhelos de

progreso personal facilitan la aparición de

estas necesidades en la consciencia. Se

pueden agrupar en cuatro aspectos

fundamentales del hombre:

a) Su ser corporal

b) Su inteligencia

c) Su ser social

d) Su sentido de trascendencia

Como ser corporal, el hombre necesita un mínimo de bienestar, con ingresos que le permitan

vivir decentemente en condiciones de vida y de trabajo que no sean perjudiciales para su

salud. Esto junto a un adecuado reposo y distracción que evite las tensiones exageradas.

Como ser inteligente, necesita desarrollar su capacidad de comprender y de expresarse y

tiene la necesidad de actuar bajo su propia responsabilidad en armonía con su capacidad.

Tener libertad para actuar, tomar iniciativas y el ejercer su creatividad. Poder participar en la

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vida de los grupos en los que está insertado y ser tomado en cuenta en las decisiones que le

conciernan.

Como ser social, tiene necesidad de los demás para llegar a ser él mismo y realizarse.

Necesita ser reconocido, aceptado, estimado, amado. Sin ese ambiente de calor humano

vegeta o se marchita. Necesita una cantidad adecuada de relaciones. Si son demasiado

pocas, su personalidad no se desarrolla o retrocede; si hay un exceso, la personalidad se

satura y se asfixia. También influye la calidad de las relaciones, si son superficiales y vacías

no proporcionan estímulo para crecer. El ser humano tiene necesidad de dialogar en

profundidad para desarrollarse en plenitud. Existe la necesidad de asociarse con otros para

realizar algo más grande y mejor, y también la necesidad de justicia, paz y armonía social.

En relación al sentido de trascendencia, la necesidad fundamental de vivir, de ser uno mismo

y de realizarse se concibe como ligada a una exigencia interior que transciende al ser

humano y que podría conducirlo, paradójicamente, a sacrificar su vida corporal y otras de sus

necesidades, para serle fiel. El hombre está ligado a un Absoluto interior que se denomina de

distinta manera según las referencias ideológicas o religiosas en las que se viva. Este

Absoluto le hace sentir la necesidad de dar un sentido a su vida, adhiriéndose a algo que

transcienda al individuo; a vivir en fidelidad a ese ideal, y a la necesidad de profesar

libremente sus creencias, cualesquiera que sean, o de servir al ideal que ha elegido

libremente.

Cuando estas necesidades fundamentales no están satisfechas, el hombre se siente

frustrado. Experimentando la aspiración de su ser de transformarse en aquello de lo que se

siente capaz, puede reaccionar agresivamente contra aquel o aquellos que en alguna forma

lo limitan. Esta agresividad puede dirigirse a personas u objetos. Algunos pueden capitular,

encerrándose en la pasividad o la evasión. Cuando las necesidades fundamentales del

hombre están satisfechas, puede realizarse un desarrollo normal.

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Pero, además de satisfacer sus necesidades, el hombre necesita que le reconozcan sus

derechos; éstos se desprenden, lógicamente, de las necesidades ya descritas. Honrar estos

derechos del hombre es facilitar su progreso.

A continuación se describen las siete necesidades básicas que Abraham Maslow tiene en

su teoría de la motivación:

1.- Necesidades Fisiológicas: la necesidad de alimento, de beber, de dormir, de tener un

refugio para cobijarse. Son las más imperiosas, y si no se satisfacen, dominarán toda la

conducta.

2.- Necesidades de seguridad física y psicológica: se refiere a la necesidad de apoyo y de

contar con un ambiente ordenado y justo, ausente de peligros físicos y psicológicos. Si el ser

humano se experimenta inseguro, le será imposible pensar en otra cosa.

3.- Necesidad de pertenencia y afecto: Los seres humanos necesitan sentirse integrados y

saberse parte de un grupo social, como la familia, amigos, compañeros de escuela o trabajo.

Con frecuencia esta necesidad se encuentra insatisfecha dando lugar a desajustes

personales y a estados psicopatológicos.

4.- Necesidad de autoestima. El ser humano necesita de tener una imagen positiva de si

mismo, basada en la aprobación y el reconocimiento por parte de los demás. Con ella se

consigue sentimientos de confianza, de dignidad, de fuerza, de competencia y de capacidad.

Si no se es capaz de reforzar la autoestima con el apoyo de los demás no se podrá satisfacer

esta necesidad vital y surgirán sentimientos de inferioridad, y de fracaso, lo que provoca la

inactividad y el abandono.

5.- Necesidad de logro intelectual: Las personas tienen la necesidad de conocer y

comprender el mundo y se sienten atraídos por lo misterioso y lo desconocido. Esta

necesidad no se presenta igual en todos, pero para sentirla y desarrollarla es necesario tener

cubiertas las necesidades fisiológicas, las de seguridad, afecto y una buena autoestima.

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6.- Necesidad de apreciación estética: Búsqueda del orden y la belleza. En muchas personas

existe una necesidad estética que se pone de manifiesto en un impulso hacia el orden, la

simetría, la terminación de las cosas emprendidas y la búsqueda de la belleza.

7.- Necesidad de autorrealización: llegar a ser lo que se es capaz de ser. Es la cima de las

necesidades de los seres humanos. Hacer aquello para lo que la persona se siente dotada y

desarrollar sus propias posibilidades, lo que le hace sentirse contento y satisfecho cuando

tiene la oportunidad de desplegar esas posibilidades dentro de su vida familiar, escolar o

profesional.

Para casi toda persona y como producto de la educación que se ha recibido, le es muy fácil

descubrir cuando una necesidad fisiológica está insatisfecha y además como y con que

puede satisfacerla, por ejemplo si experimenta hambre come, si tiene sueño duerme, si tiene

dolor de cabeza toma un analgésico, etc. Sin embargo detectar las necesidades psíquicas,

como autoestima, autonomía, pertenencia, y sentirse amado, no es tan fácil detectarlas,

menos identificarlas, el individuo como síntomas de estas insatisfacciones experimenta

sentimientos desagradables, como tristeza, angustia, soledad, coraje, desesperación, miedo,

etc. Pero resulta difícil ubicar y reconocer a que responden y cual es la necesidad o

necesidades insatisfechas en ese momento.

Es importante señalar que los sentimientos no son ni buenos ni malos, es decir no tienen

moralidad, los sentimientos son reacciones involuntarias que el individuo experimenta como

producto de algún acontecimiento vivido en el pasado, en el presente o que va a suceder.

De allí que para distinguirlos se clasifiquen en agradables:(alegría, jubilo, tranquilidad,

esperanzado, contento, feliz, etc.). y desagradables: (tristeza, miedo, enojo, coraje,

desesperado, etc.).

Como producto del desarrollo moral, la persona va conociéndose así misma, en la medida en

que profundiza en su yo, sus necesidades, aspiraciones, etc. Busca y logra tener su

identidad, adquiere un sistema de valores estable que le ayudan en determinado momento

satisfacer sus necesidades.

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2.2.2. Aprendiendo a valorar la diversidad: respeto, solidaridad y equidad.

La diversidad es una condición inherente a

cualquier forma de vida y se expresa en aspectos

como la edad, el sexo, la religión, la fisonomía, las

costumbres, las tradiciones, las formas de pensar,

los gustos, la lengua y los valores personales y

culturales. En ella reside la posibilidad de enriquecer

la vida y de ejercer la libertad de elegir entre múltiples opciones. El respeto a la diversidad

implica equidad, es decir, la oportunidad que merece todo ser humano para disfrutar de

condiciones básicas de bienestar, lo cual demanda el desarrollo de la capacidad de empatía

y solidaridad para comprender las circunstancias de otros.

Aprendiendo

a valorar

la diversidad

RespetoAnte los diferentes

Contextos culturales

Actitudes que

deterioran

y obstaculizan la

convivencia igualitaria.

SolidaridadAnte las diferencias

Físicas y personales

Discriminación y

exclusión

por condición social

y estado de salud.

Equidad

Sexo y género.

En las

relaciones entre

mujeres y hombres.

Estereotipos que

obstaculizan la

Equidad.

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Todas las personas que habitan un país, ciudad o familia, forman una comunidad y de ellas

se constituye la sociedad. Todos dependen de otros para poder realizar las tareas que los

beneficien, a esto se le llama el bien común.

El individuo como persona injerta en un mundo de retos y de competencias, deberá

desarrollarse, con el fin, de poder construir una vida acorde con las exigencias y las

necesidades propias del género humano y para ello deberán asumir con responsabilidad la

obligación de formarse, para poder interactuar dentro de la Sociedad construyendo su

entorno.

Como se mencionó anteriormente una de las necesidades apremiantes del ser humano es la

pertenencia, es decir la persona requiere de ser aceptado, reconocido y saberse parte de su

familia, amigos, comunidad, etc. Así como el individuo necesita de comer para satisfacer la

necesidad fisiológica del hambre, para satisfacer la necesidad de pertenencia es necesario

que entre otros viva el valor de la solidaridad. La Solidaridad requiere que los individuos

aúnen esfuerzos dependiendo unos de otros para que en la unión de todos estos esfuerzos

se construya y se alcancen las metas de progreso que beneficien a la Sociedad en general.

La Solidaridad ha de desarrollarse en el contexto de la persona, esto es en la parte material y

en la parte espiritual unidad del ser: cuerpo y alma.

La solidaridad se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento

que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobretodo cuando se viven

experiencias difíciles.

Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que se escuche este

término con mayor frecuencia en épocas de guerra o de grandes desastres naturales. De

este modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan

menos favorecidos con este tipo de situaciones.

La solidaridad es más que nada un acto social, una acción que le permite al ser humano

mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social. De ahí que es necesario que se viva

el valor de la solidaridad cuando alguno de los seres queridos, ya sean amigos o familiares,

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tengan algún problema en el que la ayuda o compañía sean un aporte para mejorar en cierto

modo la situación.

La solidaridad se comporta como la base de muchos otros valores humanos o incluso de las

relaciones sociales más valiosas, tal como es el caso de la amistad. En este sentido, la

solidaridad satisface la necesidad de pertenencia a otras personas en una relación que

involucra sentimientos necesarios para mantener el funcionamiento social normal.

Otro de los valores que fortalecen la pertenencia es el respeto que consiste en reconocer,

apreciar y valorar a su persona, así como a los demás, y a su entorno. Es establecer hasta

dónde llegan sus posibilidades de hacer o no hacer, como base de toda convivencia en

sociedad. Aunque el término se usa comúnmente en el ámbito de las relaciones

interpersonales, también aplica a las relaciones entre grupos de personas, entre países y

organizaciones de diversa índole. No es simplemente la consideración o deferencia, sino que

implica un verdadero interés no egoísta por el otro más allá de las obligaciones explícitas que

puedan existir.

A veces se confunde al respeto con alguna conducta en particular, como los buenos modales

o la amabilidad, pero el respeto es algo diferente a esto, es una actitud que nace con el

reconocimiento del valor de una persona.

Como se menciono anteriormente el respeto es reconocer en sí y en los demás sus derechos

y virtudes con dignidad, dándoles a cada quién su valor. Esta igualdad exige un trato atento y

respetuoso hacia todos. El respeto se convierte en una condición de equidad y justicia,

donde la convivencia pacífica se logra sólo si considera que este valor es una condición para

vivir en paz con las personas que los rodean.

Se debe cultivar el respeto para construir, buscar hacer el bien es la antesala del amor

sincero. El individuo debe quererse cuidando su cuerpo, no realizar acciones que puedan

representarle un daño; es aquí donde la integridad tiene que ser lo más valioso y con eso

estará demostrándose el respeto hacia su persona, para así poder gozar de su bienestar

físico y mental.

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Otro aspecto que involucra el respeto es el de proteger la vida del planeta, y una forma de

demostrarlo es cuidando la limpieza del agua, aire y suelo, plantar árboles para que la tierra

se quede entre las raíces y no se las lleven ni el agua ni el viento, usar solo el agua que

necesitemos, defender la vida de las selvas y los bosques; recuerda que el hombre, las

plantas y los animales comparten el mismo planeta.

Este sentido de honor y de valor puede extenderse a la naturaleza. La falta de respeto y

trabajar en contra de la naturaleza ocasiona un desequilibrio ecológico y desastres naturales;

entonces hay que extender el respeto hacia los recursos naturales, para que la humanidad

pueda vivir con seguridad y abundancia.

Cómo desarrollar el respeto

Sabías que...una persona respetuosa es aquella que:

� Reconoce y promueve los derechos de los demás sin distinción de edad, sexo ni clases.

� Utiliza la empatía para comprender y aceptar a todos.

� Se respeta a sí mismo y por ello no acepta lo que le puede dañar física, mental

y espiritualmente.

� Acepta y cumple las leyes y normas que establece nuestra sociedad.

� Agradece a otras personas lo que hacen por ella.

� Piensa positivamente

“Me valoro y defiendo la vida en todas sus manifestaciones, humana, animal y vegetal”.

“Doy valor y respeto a las expresiones propias y ajenas”.

“Hago el uso correcto de los lugares colectivos para que los puedan usar los demás”.

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Decálogo del respeto

1. Respetar a una persona es tratarla como se merece, de acuerdo a su dignidad de ser

humano (todos somos iguales en este sentido), y a la posición que ocupa en una

colectividad.

2. Vivir los buenos modales y las normas de educación son señales claras de respeto a los

demás.

3. El respeto implica no apropiarse de ideas ajenas, lo cual sería un robo; también reconocer

los méritos de los demás, sin apropiarse del éxito ajeno, lo cual es otra injusticia.

4. El respeto implica valorar a cada persona, su reputación y sus pertenencias.

5. Cuando no se puede hablar bien de una persona es mejor callar. Evite juzgarla, si no tiene

obligación de ello.

6. La murmuración destruye el ambiente del trabajo, pues daña las relaciones

interpersonales. No inicie ni propague chismes bajo ninguna excusa.

7. El respeto es también tolerancia, es decir no atropellar a otras personas y valorar las

diferencias. Pero hable claro de sus ideas.

8. La cortesía, la amabilidad, el agradecimiento, la puntualidad, las caras amables... son

actos que demuestran respeto.

9. Separar los hechos de las personas está en la raíz del auténtico respeto: la conducta

inapropiada se debe corregir; en cambio a las personas se les comprende.

10. Valentía para expresar y defender las ideas propias: respeto y consideración de las ideas

ajenas. El equilibrio entre estas dos posturas es señal de madurez.

Que implica el respeto en la familia:

Aprender a reconocer cuando algo no es nuestro para no hacer uso de el.

Decir las cosas como son, sin temor al regaño.

Actuar de acuerdo a nuestras decisiones sin ofender a los demás.

Respetar a los demás en relación con sus sentimientos.

Uno de los filósofos que mayor influencia ha ejercido sobre el concepto de respeto en el

mundo de la academia ha sido Immanuel Kant. En su filosofía moral este pensador sostiene

que los seres humanos deben ser respetados porque son un fin en si mismos. Al ser un fin

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en si mismos poseen un valor intrínseco y absoluto. Por este motivo es que los seres

humanos tenemos este valor tan especial, llamado por Kant la "dignidad".

La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedor de respeto, es

decir que todos merecen respeto sin importar como sea. Al reconocer y tolerar las diferencias

de cada persona, para que esta se sienta digna y libre, se afirma la virtud y la propia dignidad

del individuo, fundamentado en el respeto a cualquier otro ser. La dignidad es el resultado del

buen equilibrio emocional. A su vez, una persona digna puede sentirse orgullosa de las

consecuencias de sus actos y de quienes se han visto afectados por ellos. La dignidad

refuerza la personalidad, fomenta la sensación de plenitud y satisfacción. Es el valor

intrínseco y supremo que tiene cada ser humano, independientemente de su situación

económica, social y cultural, así como de sus creencias o formas de pensar. El ser humano

posee dignidad por sí mismo, no viene dada por factores o individuos externos, se tiene

desde el mismo instante de su concepción y es inalienable. A la misma mujer, a pesar de

los logros obtenidos en sus derechos, todavía en muchos lugares se le sigue considerando

de rango inferior con respecto al hombre y por lo tanto con menor dignidad.

Otro de los valores que promueve la pertenencia al grupo es el de la equidad, el aprender a

dar a cada quien lo que le pertenece, reconociendo las condiciones o características

específicas de cada persona o grupo humano (sexo, género, clase, religión, etnia y edad).

Reconocer la diversidad sin que ésta signifique razón para la discriminación es cundo la

persona vive el valor de la equidad. La equidad se sitúa en el marco de la igualdad,

abandera el tratamiento diferencial de grupos para finalizar con la desigualdad.

Cuando se vive el valor de la equidad se construye una cultura de respeto, tolerancia y no

discriminación, se promueven acciones encaminadas hacia la igualdad de oportunidades

entre mujeres y hombres.

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2.2.3. Responsabilidades en la vida colectiva.

La responsabilidad consiste en cumplir con el deber de

asumir las consecuencias de nuestros actos.

Ser responsable también es tratar de que todos los actos

sean realizados de acuerdo con una noción de justicia y de

cumplimiento del deber en todos los sentidos.

Los valores son la base de la convivencia social y personal. La responsabilidad es un valor,

porque de ella depende la estabilidad de las relaciones personales. La responsabilidad es

valiosa, porque es difícil de alcanzar.

Si se actúa con responsabilidad, se es capaz de invertir el tiempo libre en actividades que

fortalecen el cuerpo y ayudan a gozar de buena salud, como es el practicar algún deporte o

algunas actividades artísticas como la música, dibujo, canto, etc.

La responsabilidad se puede desarrollar si:

Se toman decisiones adecuadas.

Si cada quien cumple con la parte que le corresponde en la familia, trabajos, etc.

Busca soluciones a los problemas y asume las consecuencias.

Se cumple de forma adecuada en cuidad, preservas y mejorar el entorno natural.

Se está consciente de que nadie puede responder por tus actos.

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Decálogo de la responsabilidad

1. La persona responsable responde por sus actos. Por eso piensa antes de actuar y mide

sus consecuencias.

2. Es responsable quien asume en forma cabal todos sus deberes y ejercita todos sus

derechos.

3. “Lo que hay qué hacer se hace” –afirma Josemaría Escrivá, en Camino,- “sin vacilar, sin

miramientos”, Responsabilidad es cumplir con el deber.

4. Excusarse, justificarse, buscar pretextos o eludir compromisos, son faltas de

responsabilidad.

5. Ser responsable implica tener iniciativa. No es simplemente hacer lo que debo, sino

emplear toda la inteligencia para hacerlo de la mejor manera.

6. Valorar las cosas importantes, ser conscientes de las repercusiones de los actos y huir de

la frivolidad, son manifestaciones de responsabilidad.

7. Las consecuencias de los actos hay que asumirlas siempre, aunque la acción sea

involuntaria.

8. Cuando voluntaria o involuntariamente hemos causado un mal a alguien, se debe resarcir

el daño, sobre todo si el daño es contra la fama o el honor de alguien.

9. Otros valores relacionados con la responsabilidad: la prudencia al decidir y la justicia para

dar a cada uno lo que le corresponde.

10. ¿A quién hay que responder de nuestros actos? A nosotros mismos, a la familia, a la

escuela y a la sociedad.

Que implica la responsabilidad en la familia:

Apreciar y reconocer lo que nuestros padres hacen por nosotros.

Aceptar que somos parte de hacer que el hogar funcione lo más armonioso posible.

Obedecer y respetar las buenas acciones de los miembros del hogar.

Desarrollar las habilidades y destrezas al máximo de la capacidad de cada uno.

La responsabilidad es un concepto bastante amplio, que guarda relación con el asumir las

consecuencias de todos aquellos actos que se realizan en forma conciente e intencionada.

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Se trata de uno de los valores humanos más importantes, el que nace a partir de la

capacidad humana para poder optar entre diferentes opciones y actuar, haciendo uso de la

libre voluntad, de la cual resulta la necesidad que asumir todas aquellas consecuencias que

de estos actos se deriven.

La responsabilidad no sólo tiene relación con las consecuencias de los actos, sino que

también está asociada a los principios, a aquellos antecedentes a partir de los cuales el

hombre toma las motivaciones para ejercer la libre voluntad.

2.2. 4. Compromisos con el entorno social.

La familia es el vínculo primero del individuo con la

sociedad, ésta transmite a sus integrantes lo bueno y lo

malo, lo que se acepta y lo que se rechaza, los valores, se

transmiten las normas y los intereses que condicionan

conductas y contribuyen a configurar aspiraciones,

motivaciones que en conjunto contribuyen a la formación

de imágenes orientadoras del comportamiento.

La familia, considerada como el núcleo básico de la sociedad, es el espacio donde se

reproducen valores, intereses, necesidades, relaciones sociales que permiten definir los

modos de convivencia. En la familia es donde se pone en juego lo individual y lo colectivo, lo

imaginario y lo real, lo racional y lo emocional. Es la instancia vital donde se manifiestan las

nuevas tensiones que introducen los cambios de las sociedades.

La primera etapa de formación del individuo se desarrolla en el seno familiar, para después

socializarse en torno a la escuela, amigos y medios de comunicación masiva. Al hablar de

formaciones está refiriendo a la educación de la persona, es necesario diferenciar entre la

educación no formal y la formal; la primera es la que recibe la persona a través de la familia,

amigos, compañeros de escuela trabajo y los medios masivos de comunicación; la segunda

es la que recibe a través de las instituciones educativas.

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El individuo es un ser dotado de inteligencia, razón, pensamientos y sentimientos además de

ser creador y social por naturaleza, la evolución de la sociedad se debe pues a esas

características.

El hombre ha pasado por diferentes organizaciones sociales la clasificación comúnmente

usada es la de Carlos Marx quien se baso en los modos de producción para realizar dicho

estudio, el cual las enmarca en: comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y

socialismo. En todas las épocas se encuentran aciertos y desaciertos, es decir las creaciones

y descubrimientos realizados en algunos casos han beneficiado al hombre como ejemplo se

tienen los avances en la medicina, entre muchos otros; pero también han perjudicado como

la elaboración y mal uso de la bomba atómica, entre otros avances tecnológicos que causan

daños a la naturaleza. La evolución en la organización de la sociedad ha sido bastante

significativo, sobre todo si se toma como referencia al esclavismo. La primera revolución

industrial, el movimiento de ilustración, y la revolución francesa propiciaron a que se d

estableciera la primera declaración de los derechos humanos, se implemento la República,

en sustitución de la Monarquía absoluta, todo ello por la lucha de que las desigualdades

sociales fueran aminorando, y así se pueden mencionar tantos y tantos avances que han

permitido que las relaciones entre los individuos avancen hacia la igualdad en todos los

sentidos. Sin embargo la experiencia actual dice que todavía falta mucho, la pobreza, la

discriminación racial y de género, la desintegración familiar, la destrucción del medio

ambiente, el desempleo, el subempleo, la emigración, los bajos salarios, la inequidad en

educación, la drogadicción, la delincuencia, la corrupción, la impunidad, etc. son algunos

ejemplos de que el hombre debe reflexionar, tomar serias decisiones y actuar para mejorar la

vida en sociedad.

Cada uno de los seres humanos tiene un gran compromiso

social, en espacios de interés, educativo, científico, político,

socioeconómico y cultural. El reto que se tiene como

personas es desarrollar y/o incrementar la sensibilidad y

compromiso social y comunitario, tanto en la educación no

formal como la formal, para que el individuo sea capaz de

satisfacer todas las necesidades, tanto fisiológicas como

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psicológicas, a través de la formación en valores y actitudes tales como la conciencia clara

de las necesidades del país, el compromiso con el desarrollo sostenible de las comunidades,

el compromiso para actuar como agentes de cambio y el respeto por la dignidad de las

personas. Para que la persona pueda enfrentar los retos de un mundo cada vez más

competitivo, sin perder el sentido de colaboración, interdependencia y bienestar social que le

dé sentido a su vida.

En los últimos años, se ha ido incrementando en el mundo el interés por los llamados

valores. Tal interés obedece a la intención de oponer resistencia a la corrupción y a la

barbarie que han penetrado en múltiples ámbitos de la vida lesionando la dignidad humana,

empobreciendo el ambiente cultural, contaminando el ambiente natural y deteriorando el

ambiente social

La palabra eticidad proviene del griego éthos que significa: carácter o forma de ser del

individuo, es la educación de valores humanos. La eticidad es reforzar los valores humanos y

fortalecer en el individuo todos los valores adquiridos a través del tiempo.

La eticidad posee dos dimensiones, que son la social y moral, es decir. la eticidad es una

unidad en constante dinamismo donde se relacionan e interactúan la moralidad y la

sociabilización.

El ser humano es siempre social porque necesita de

los demás, no puede sobrevivir de manera aislada;

por el contrario, necesita de los demás, su manera

de ser se concreta a realizar acciones que

provocarán efectos sobre otras personas; por

ejemplo el novio que le escribe una carta de amor a

su amada, con el efecto de incrementar su amor.

Además como resultado de la sociabilización se sabe

que es necesario que existan distintas normas para

que la sociedad progrese, y no caiga en un caos o

anarquía, que impidan el desarrollo. Por otro lado, el

hombre es también moral en cuanto a que en su

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manera de ser y responder se debe a que obedece a las normas que le fueron enseñadas

como válidas por las instituciones sociales.

Lo anterior pone de manifiesto la condición humana: por una parte, el ser humano es

producto de una evolución biológica y a su vez está determinado por circunstancias

culturales y sociales. Por otra parte, el ser humano siempre se encuentra en

permanentemente proceso de construcción, es decir, auto creándose, reinventándose para

alcanzar su dignidad y racionalización. De lo anterior se desprende que para el hombre será

valioso todo aquello que le proporcione una calidad de vida y más dignidad. En cambio, todo

lo que limita o impida el proceso de autocreación lo calificará como un antivalor y una grave

lesión para la dignidad humana.

Dignificar la vida, es luchar por la libertad de todas las personas y por la revocación de

cualquier forma de denigración: es empeñarse por elevar el nivel de conciencia propio y

ajeno; es contribuir a conformar una sociedad que encuentre respuesta a la satisfacción de

sus necesidades, es lograr entender y comunicarnos como individuos, es establecer lazos

afectivos entre nosotros como comunidad; es favorecer la participación creativa de todos y

cada uno de los seres humanos en la vida; es construir nuestra propia identidad y la de la

comunidad, es reconocer a las personas como miembros del género humano y parte de la

naturaleza, sin discriminar. Es, en suma, realizar los valores que satisfacen y que han

impulsado al ser humano hacia: la libertad, la conciencia, la justicia, la solidaridad, el respeto,

la democracia, tolerancia y el crear un universo mejor.

De acuerdo con las consideraciones anteriores, resulta

necesaria la tarea de contribuir a que cada uno de nosotros se

forme como un ser humano dentro de la eticidad, es decir,

como realizador de valores. Ahora bien, puesto que realizar

valores implica preferirlos y actuar para concretarlos en la

realidad, entonces habrá que formarse como sujetos que

hagan de los valores un sistema de vida, no se debe quedar en

nada más el conocimiento, es decir, es necesario que se ponga

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en práctica. Así, por ejemplo, es preferible la existencia de instituciones democráticas que

favorezcan la realización de la libertad de los ciudadanos; o también, la preferencia por una

sociedad justa donde las leyes y la interacción entre los individuos sean en base a la

solidaridad, respeto y equidad.

Como puede deducirse, para lograr la eticidad, el ser humano ha de saber distinguir entre

valores y pseudovalores. Formarse en eticidad lleva a tomar decisiones, a distinguir

preferencias, al desarrollo de la autonomía. Lo cual hace que el individuo se aleje del

proceso de adoctrinamiento o de inculcación y en cambio se forme un individuo que

practique la eticidad como una forma de acercarse a la felicidad o a la autorrealización, es

decir, se logra la humanización y se aleja del egoísmo

Para conformar a un sujeto que participe de la eticidad entran en juego tres procesos, como

son: a) la socialización, mediante la cual el sujeto se incorpora y convive con determinadas

grupos sociales, donde conoce y acepta las pautas básicas de convivencia que le imponen a

dichos grupos; b) la enculturación, mediante la cual se transmiten los elementos culturales

que orientan el propio comportamiento como son: las creencias, la jerarquía de valores, los

modelos, etc.; y, c) el desarrollo, que resulta de transformar sus acciones y estructuras de

pensamiento para su propio bienestar y avance.

Gracias a las guías de valor, el individuo llega a ser capaz de determinar, en situaciones

controvertidas, la rectitud de una acción o de una norma basándola en principios universales;

el individuo se siente obligado a comportarse rectamente con independencia de presiones

extras o de convenciones establecidas socialmente que se le imponen.

¿Cómo puede contribuir a la formación del sujeto de la eticidad?

De lo expuesto hasta aquí se derivan las siguientes

conclusiones:

El proceso de socialización. Este proceso es necesario e

inevitable en la construcción de la identidad del hombre, pero,

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para que la socialización en la vida contribuya efectivamente a la formación del sujeto en la

eticidad, se requiere que las redes de interacción que se realizan dentro y fuera de la vida

estén llenas de valores y no de antivalores. Esto exige, de parte de la sociedad, una revisión

crítica de lo que se hace y una tenaz transformación de las formas en que se han venido

relacionando los seres humanos, pues, por ejemplo, no se puede esperar que se formen

hábitos de tolerancia en un ambiente donde impere la descalificación, violencia o

competencia individualista, como tampoco puede esperarse que se formen individuos con

tendencias democráticas donde predomine el autoritarismo y la corrupción.

Es necesario, entonces, tener muy claros cuáles son los valores que se pretenden fomentar y

realizar una socialización consciente en la que dichos valores estén presentes, y se lleven a

cabo. Es también inevitablemente un proceso de enculturación, el cual consiste en revisar

críticamente los valores y la jerarquía de valores que la sociedad está transmitiendo

efectivamente, más allá de lo que dicen las legislaciones.

También será necesario identificar y transmitir de manera efectiva los elementos culturales y

de valor que se consideran guías y horizontes para la sociedad, como por ejemplo: los

derechos humanos, las máximas y modelos de vida aceptados en una comunidad. Al

respecto vale la pena aclarar que la eticidad no se reduce a la realización de valores morales

y sociales. El bien, la verdad y la belleza, como antaño, siguen siendo criterios axiológicos

irrenunciables, y a ellos se adiciona el criterio de la eficacia cuya importancia no puede

desconocerse en un mundo donde predominan los avances tecnológicos que, aunque son

extraordinarios, no han podido resolver todas las dudas del hombre ni tampoco le han

indicado como llegar a sentirse satisfecho y feliz en la vida, lo cual significa que la ciencia y la

tecnología no solucionan el aspecto más importante para la vida del hombre, el fin último, la

felicidad.