23. EL PLAN DE DESARROLLO RURAL DEANDALUCIA

Cristóbal HUERTAS HUESODirector General de Desarrollo Rural

y Actuaciones Estructurales.Consejería de Agricultura y Pesca.

Junta de Andalucía.

RESUMEN:

El autor presenta el borrador del Plan de Desarrollo Rural deAndalucía (PDRA). EI articulo se concentra en la presentación delcontenido del PDRA, dividido en las siguientes secciones:

- El carácter del plan;- Las metas y los objetivos;- Las líneas estratégicas y políticas de actuación, dividido en

tres ejes fundamentales: (1) la movilización social y cultural de lasociedad rural; (2) la diversificación y modernización de las activi-dades económicas; y, (3) la equidad territorial. En cada uno de es-tos ejes son definidas políticas y acciones específicas de actuación.

- La coordinación administrativa.

1. ANTECEDENTES

El Plan de Desarrollo Rural responde a un compromiso adquiri-do por el Presidente de la Junta de Andalucía en su sesión de inves-tidura en 1990. Dicho compromiso se materializó en el encargo quela Consejería de Agricultura y Pesca hizo a una comisión de exper-tos para que redactara un documento de Bases, que fue presentadoen Córdoba en el mes de marzo de 1993 por el propio Presidente dela Junta de Andalucía.

El citado documento, titulado Bases para un Plan de Desarro-llo Rural Andaluz, ha constituído el punto de partida para iniciar,dentro de la Junta de Andalucía, un proceso gradual de aproxima-

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ción a los problemas de la sociedad rural andaluza, reelaborandoantiguos enfoques e incorporando las nuevas ideas que sobre elmundo rural se vienen desarrollando desde hace varios años en elentorno político y cultural de la Unión Europea.

Finalizado este proceso interno, en el que han intervenido lasdistintas Consejerías implicadas en aspectos relacionados con elDesarrollo Rural, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucíadio el visto bueno, en su reunión del pasado día 15 de marzo, altexto que se encuentra en este momento sometido a concertación enel marco del Acuerdo para el Desarrollo Económico y Social deAndalucía. La Consejería de Agricultura y Pesca espera que en laspróximas semanas puedan darse ya los primeros pasos efectivos,para la puesta en práctica de muchas de las medidas previstas en elPlan.

Este es, por tanto, el estado actual del Plan de Desarrollo Rural.Un Plan con el que esperamos que los andaluces se sientan identifi-cados y vean un instrumento eficaz para hacer frente a los retos quenuestra sociedad rural tiene planteados en la década final delsiglo XX.

2. EL MARCO DE REFERENCIA

Como es conocido, se asiste, desde hace unos años, a un cam-bio profundo del marco de referencia en el que se sitúan los proble-mas de la agricultura y el mundo rural. Este cambio responde nosólo a factores económicos, sino también a factores de índole polí-tica, social y cultural.

EI logro de la autosuficiencia alimentaria por parte de los paí-ses industrializados, el avance de la conciencia ecológica entre laopinión pública o la necesidad de liberalizar los mercados interna-cionales para facilitar los intercambios comerciales, son algunos delos factores que explican que el marco de referencia de la agricultu-ra y el mundo rural ha cambiado de forma sustancial en los últimosdiez años.

Hoy día no es posible acercarse a los problemas del mundo ru-ral con el mismo bagaje intelectual que utilizábamos al comienzode los ochenta. El objetivo prioritario de intensificar la producciónagrícola ha sido sustituido por la conveniencia de introducir prácti-

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cas extensivas y de forestación, capaces de devolver a muchos espa-cios naturales su vocación forestal y evitar los riesgos de desertiza-ción que asolan a algunas regiones europeas.

Asimismo, la visión agrarista del desarrollo, que identificabadesarrollo rural con desarrollo agrícola, ha sido sustituida por unaconcepción más integral de la política agraria planteando estrate-gias capaces de dinamizar todos los recursos endógenos -agrícolasy no agrícolas- existentes en las comunidades rurales.

Es en este nuevo marco de referencia en el que debemos plan-tear los problemas del mundo rural, aceptando como un hecho in-dudable que la resolución de los mismos no puede descansar sólo yexclusivamente sobre las espaldas de un sector agrario cada vezmás redimensionado, con criterios de competitividad, sino que sehace necesario diversificar las actividades productivas impulsandocualquier iniciativa viable de desarrollo.

El escenario no ya del futuro, sino del presente, es el de unmundo rural en el que la agricultura continuará siendo una activi-dad económica central en términos económicos, pero que cada vezgenerará menos empleo. Por ello, se hará necesaria la generación denuevas actividades para absorber la mano de obra existente.

En este sentido, la equiparación mundo rural-mundo agrario semuestra hoy mucho más diversa, lo rural debe ser lo agrario másotras actividades.

3. EL CASO ANDALUZ

El desarrollo económico general de España y de Andalucía,desde la perspectiva de la generación de más actividad y en el retode acortar distancias con otros países de la Unión Europea, necesi-ta, no sólo de la adopción de medidas de política macroeconómicaque el conjunto de los países de nuestro entorno adoptan y que enla mayor parte de los casos resultan más eficaces por tener econo-mías más equilibradas. También puede depender, ese mayor impul-so económico, de la puesta en marcha de actuaciones de orden mi-croeconómico, de la aplicación de medidas dirigidas a la puesta enfuncionamiento de nuevas actividades económicas que aprovechentodos los recursos del entorno, al reforzamiento de la pequeña ymediana empresa que, por ejemplo, ayuden a su saneamiento y de-sarrollo, que permitan completar los procesos de transformación

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hasta el máximo posible, que abran nuevas vías de cómercializa-ción incluso al exterior y que, en definitiva, permitan la incorpora-ción del máximo valor añadido posible.

Estas y otras medidas «microeconómicas» próximas al territorioy a los ciudadanos más emprendedores que tienen ideas y proyectosque poner marcha, pueden ayudar a mejorar el crecimiento de Anda-lucía y hacerlo, además, más equilibrado social y territorialmente, esdecir mejorar la cohesión intercomarcal e interregional.

En definitiva, las políticas «macroeconómicas» diseñadas yaplicadas por el Gobierno Central o por las Comunidades Autóno-mas tienen, en algunos casos, dificultades para llegar a muchos pe-queños y medianos empresarios actuales o potenciales.

Entendemos, por tanto, que este tipo de actuaciones deben serpotenciadas por la Administración Autonómica con los instrumen-tos a su alcance y que son, o van a ser, fundamentalmente, los Pro-gramas LEADER y el Plan de Desarrollo Rural Andaluz.

En cualquier caso, en lo que se refiere a Andalucía, nuestra Co-munidad Autónoma presenta la particularidad de tener que afrontarla actual crisis en una situación de mayor dependencia respecto dela actividad agraria, con un grave problema de paro estructural y enun momento en que su agricultura no ha alcanzado aún los nivelesde modernización y eficacia que caracterizan a las de otras regioneseuropeas.

En esta situación es lógico que el desarrollo del mundo rural an-daluz deba plantearse sobre la base de seguir impulsando la moder-nización de nuestra agricultura, tanto en su dimensión productiva,como comercial y de transformación industrial, pero movilizandotambién todos los recursos disponibles para dinamizar económica-mente otras actividades distintas de las agrarias y ĝenerar el empleoque el sector agrario no puede proporcionar por sí solo. En tal senti-do, tanto el Presidente de la Junta de Andalucía como el Consejerode Agricultura ya han manifestado su voluntad de propiciar e impul-sar decididamente, en la presente Legislatura, un amplio abanico demedidas para modernizar la agricultura y ganadería andaluza.

En definitiva, la idea de que el desarrollo rural tiene que hacer-se en Andalucía a partir de una adecuada modernización de su agri-cultura, con la que no entra en competencia, sino que la comple-menta, dado que esta ya no es suficiente para garantizar a supoblación un nivel de vida digno, idea que es el eje sobre el que gi-ra el Plan de Desarrollo Rural.

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4. EL CONTENIDO DEL PLAN DE DESARROLLO RURAL

4.1. Carácter del Plan

Hay que señalar, en primer lugar, que el Plan de Desarrollo Ru-ral es un plan estratégico y global de actuación que se enmarca ycomplementa con el resto de la planificación económica y territo-rial (PADE, Ordenación del Territorio, Plan de Desarrollo Regional,etc.), tanto del gobierno andaluz como del gobierno central.

Por otra parte, si bien algunas de las actuaciones que se propo-nen en el Plan de Desarrollo Rural están siendo ya ejecutadas en elmarco de planes sectoriales preexistentes, es importante destacar,como un elemento novedoso del mismo, su propósito de articular ycoordinar las actuaciones de dichos planes sectoriales, con el obje-tivo de posibilitar que sean utilizados como instrumentos al servi-cio de una finalidad concreta e integral, cual es el Desarrollo Ruralde Andalucía.

Con el Plan de Desarrollo Rural, el gobierno andaluz pretende,en definitiva, poner a disposición de todos los andaluces un instru-mento que sea motor del proceso de cambio que necesita nuestrasociedad rural.

4.2. Metas y objetivos

Las metas que se establecen en el Plan de Desarrollo Rural deAndalucía son las siguientes:

a) la generación de empleo en el medio rural,b) el aumento del nivel de renta de su población yc) la mejora de sus condiciones de vida y de trabajo.Todo ello con la finalidad última de mantener un nivel equilibra-

do de población en la sociedad rural andaluza, y propiciar una inte-gración más armónica entre los mundos rural y urbano de Andalucía.

Un elemento fundamental de la filosofía que subyace al Plan deDesarrollo Rural es el firme convencimiento de que las metas ante-riores sólo podrán lograrse con la participación de los diferentesagentes económicos y sociales que existen en el mundo rural. Asi-mismo, estamos convencidos que tales objetivos deberán alcanzarseteniendo en cuenta las exigencias planteadas por el desarrollo sos-tenible, dada la especial importancia que el medio rural posee enrelación con la protección y conservación del medio ambiente.

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4.3. Líneas estratégicas y políticas de actuación

Para lograr las metas y objetivos generales antes señalados, elPlan de Desarrollo Rural propone una serie de líneas estratégicasen torno a tres grandes ejes:

I) Movilización social y cultural de la sociedad rural.II) Diversificación y modernización de las actividades econó-

micas.III) Equidad territorial. .

4.3.1. Eje I) Movilización social y cultural de la sociedad rural

Como es conocido, el objetivo básico de generar empleo y ele-var el nivel de renta de la población no sólo guarda relación con elámbito productivo, sino que afecta también a los ámbitos social ycultural. Por ello, resulta necesario plantear una estrategia de movi-lización que ayude a impulsar las transformaciones que conllevauna sociedad en mutación como la andaluza.

Este empeño por crear un clima favorable que posibilite la mo-vilización de la sociedad rural y la emergencia de nuevos proyectoseconómicos es el que mueve al Plan a proponer, dentro de este pri-mer eje, tres tipos de políticas de actuación. A saber: a) una políticade dinamización social; b) una política de formación y cualifica-ción profesional, y c) una política de conservación del patrimoniocultural.

A) Politica de dinamización social

Las políticas de dinamización social tienen como objetivo esen-cial impulsar la movilización y participación activa de la poblaciónrural en las iniciativas de desarrollo y fomentar la cultura de la cre-atividad empresarial y su aplicación a tareas productivas, incluídoel autoempleo.

El eje básico, de la política de dinamización social, lo constitu-ye el fomento de los llamados Grupos de Desarrollo Rural, que sonquizás uno de los aspectos más novedosos del Plan.

De acuerdo con la filosofía que subyace al Plan de DesarrolloRural, estos grupos (de naturaleza mixta, pública y privada) estándestinados a convertirse en el marco fundamental de colaboración

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para que puedan actuar de forma coordinada las administracionespúblicas y los diferentes agentes sociales y económicos que se pre-ocupen por el aumento del nivel de renta, la generación de empleoen el medio rural y la mejora del bienestar de su población.

Experiencias procedentes de otros países industrializados handemostrado que las iniciativas de desarrollo rural más prósperashan sido aquéllas en las que han actuado de forma conjunta este ti-po de grupos intermedios.

En dichas experiencias (entre las cuales los programas LEA-DER son un buen ejemplo), estos grupos intermedios han demos-trado tener gran capacidad para dinamizar a la población rural y pa-ra conseguir fuentes de financiación a proyectos viables dedesarrollo. Asimismo, se han mostrado como actores idóneos paracoordinar iniciativas e influir ante los poderes públicos en la dota-ción a las comunidades rurales de los equipamientos y servicios ne-cesarios para consolidar su tejido económico, aspectos éstos que di-fícilmente pueden lograrse a través de demandas dispersas einconexas procedentes del ámbito local.

B) La política de formación y cualificación profesional

Paralelamente a las tareas de dinamización social, y dentro deeste primer eje estratégico, el Plan de Desarrollo Rural dedica unaatención especial a la formación y cualificación profesional, ya quese entiende que poseer una adecuada formación profesional y dis-poner de mano de obra con actitud positiva hacia el trabajo, consti-tuyen dos factores de primera magnitud en la creación de nuevasoportunidades de empleo y desarrollo económico.

Como complemento al indudable esfuerzo desplegado por lasAdministraciones públicas en Andalucía en cuanto a educación yformación en general, el Plan de Desarrollo Rural considera necesa-rio la adaptación de la oferta educativa a los profundos y velocescambios que se vienen produciendo en nuestros días y, en concreto, alos importantes desafios que ha de afrontar el mundo rural andaluz.

En este sentido, y en sintonía con el Plan Andaluz de Forma-ción Profesional, el Plan de Desarrollo Rural apuesta claramentepor una acción decidida en las líneas de formación en materia degestión e iniciativa empresariales, proponiendo actuaciones especí-ficas en la formación profesional reglada y ocupacional, así comoen la formación continua.

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C) La política de conservación del patrimonio cultural

Dentro de este primer eje de dinamización y movilización so-cial, el Plan apuesta por una política de conservación del paisaje ydel patrimonio cultural, orientada a concienciar a la población an-daluza sobre la necesidad de mantener y mejorar la calidad de losasentamientos rurales y sobre el valor que tiene el patrimonio ruralcomo un recurso propio de nuestra Comunidad Autónoma y una se-ña de identidad de Andalucía.

Como muestra de las distintas actuaciones que se proponen,el Plan considera que las Escuelas-Taller pueden cumplir una im-portante función en la recuperación del patrimonio arquitectóni-co de las comunidades rurales, estableciendo módulos especiali-zados en los distintos oficios relacionados con la construcciónrural.

4.3.2. Eje II) Diversificación y modernización de las actividadeseconómicas

El segundo eje estratégico responde a la idea, manifestada alprincipio, de que es necesario avanzar en el proceso de moderniza-ción de la agricultura, pero que no se puede cargar sobre el sectoragrario la responsabilidad de generar el nivel de empleo que seríanecesario para resolver el problema del desempleo que existe enAndalucía. Por ello, el Plan de Desarrollo Rural considera necesa-rio complementar la estrategia de modernización agraria con unaestrategia de diversificación productiva que aproveche al máximolos recursos infrautilizados u ociosos de la región.

En consonancia con este planteamiento, se propone una serie deactuaciones articuladas en torno a las correspondientes políticassectoriales, cuyos rasgos fundamentales son:

A) Política agraria

En el área de la política agraria, el Plan de Desarrollo Ruralapuesta por impulsar la modernización y mejora de las explotacio-nes agrícolas y ganaderas, potenciando las actuaciones que favore-cen la diversificación de los cultivos y la mejor comercialización delos productos agrarios.

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En este sentido se propone elaborar un plan de modernizaciónde la agricultura andaluza que contemple, entre otras cosas, las si-guientes.

En primer lugar, la modernización estructural de las explotacio-nes agrarias andaluzas:

- Favoreciendo la concentración de las mismas allí donde seden las condiciones adecuadas para aprovechar las econo-mías de escala;

- Impulsando las fórmulas asociativas para que las explota-ciones familiares puedan beneficiarse de recursos que por sísolas no podrían obtener; y,

- Facilitando el acceso de jóvenes profesionalmente cualifica-dos a la titularidad de las mismas, con objeto de renovaz lapoblación agrícola e incorporar nuevas formas de concebirlos problemas de la agricultura.

En segundo lugaz, el programa de modernización pretende ac-tuar en el ámbito de las infraestructuras de apoyo a las explotacio-nes agrarias, y muy particularmente en lo que se refiere a la moder-nización de los regadíos para racionalizar el consumo de un bientan escaso paza Andalucía como es el agua.

En tercer lugar, se actuará en el área de la comercialización delos productos agrarios, impulsando la fórmula asociativa como for-ma idónea para la concentración y autorregulación de la oferta. Enesta línea, el apoyo a las organizaciones de productores y la promo-ción de la articulación interprofesional con el sector industrialconstituyen ejes prioritarios de actuación.

En cuarto lugar, el Gobierno andaluz entiende que no es posibleafrontar un programa de modernización de la agricultura sin teneren cuenta el nivel de formación de sus agricultores y la capacidadde investigación y transferencia de tecnología que tiene el sistemapúblico de I+D.

Por ello, apuesta por un programa de modernización de di-cho sistema que articule las actividades de investigación y desa-rrollo agrario,. dependiente de la Consejería de Agricultura, yplanteando desde nuevas perspectivas de las organizaciones pro-fesionales agrarias y las federaciones de cooperativas, las nece-sidades que en esta materia de formación tienen los agricul-tores.

En tal sentido, el Gobierno andaluz ya ha anunciado el compro-miso de elaborar una Ley de creación de un Ente autónomo de In-vestigación, Formación y Tecnología agroalimentaria.

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B) Política Industrial

Atendiendo a la propia contribución de la cultura industrial enel proceso de modernización de la sociedad, el Plan de DesarrolloRural considera que el futuro desarrollo del mundo rural no puedeplantearse al márgen de una base industrial amplia y diversificada.

En función de estos objetivos y en coherencia con otros progra-mas de industrialización ya existentes, el Plan propone actuacionesconcretas en distintas áreas.

Así, por ejemplo, propone:- Fomentar, ampliar y diversificar la presencia industrial en el

medio tural.- Potenciar la modernización y transferencia de tecnología

mediante instrumentos que canalicen los resultados de lasinvestigaciones;

- Fomentaz la producción y uso de energía renovable, apoyan-do la generación de energía eléctrica o térmica a partir delas mismas.

C) Política forestal

Dentro de este segundo eje de diversificación de las actividadeseconómicas, la política forestal recibe una atención especial en elPlan de Desarrollo Rural.

La aprobación por el Parlamento de Andalucía en noviembrede 1989, del Plan Forestal Andaluz supuso una importante renova-ción en la política forestal que se venía aplicando en la Comuni-dad Autónoma, al fijarse como fin primordial de la misma hacercompatible el mantenimiento e incremento de la producción múl-tiple de los montes, con la protección y restauración del medio na-tural.

El Plan de Desarrollo Rural entiende que los espacios forestalesmerecen una atención especial, tanto en su función de generadoresde renta procedentes de diversas actividades (aprovechamientos dela madera, pastos, caza, pesca, corcho, esencias, frutos), como porla importancia que están adquiriendo en relación con las activida-des de ocio y turismo, sin olvidar la función ambiental global quedesempeñan.

En coherencia con estos objetivos, el Plan propone una serie deactuaciones entre las que pueden destacarse las siguientes:

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- Promover la implicación de la sociedad rural en el aprove-chamiento y gestión de los espacios forestales, mediante laincorporación concertada de la iniciativa privada en el usode montes y espacios públicos forestales.

- Impulsar la conservación y restauración del patrimonio fo-restal andaluz como estrategia de fomento del turismo ruralen sus diversas modalidades.

- Acometer la ordenación y fomento de las actividades cine-géticas y piscícolas, dando prioridad a las actuaciones ten-dentes a la recuperación y repoblación de las diferentes es-pecies de caza, mejorando el estado sanitario de las mismas.

- Proceder a la recuperación y aprovechamiento de vías pe-cuarias y riberas (de forma concertada y/o consorciada), asícomo a la recuperación del dominio público de las mismas.

D) Política de Turismo Rural

La política de Turismo Rural se propone como una de las opor-tunidades más destacadas de las diversas alternativas de diversifica-ción productiva. No obstante, el Plan de Desarrollo Rural consideraque el turismo rural no puede ser la solución general para todos losespacios rurales, ni debe ser tratado de la misma manera que en laszonas de litoral, en donde la masificación fue la clave del modelode explotación.

En este sentido, el Plan entiende que la oferta de un productoespecífico de calidad, que no se limite a la mera restauración y alo-jamiento, sino que aproveche los recursos naturales y paisajísticosexistentes y la riqueza del patrimonio rural y cultural, constituyeuna vía de diferenciación para el turismo rural.

Para ello se establecen, en coherencia con el Plan de DesarrolloIntegral del Turismo en Andalucía, actuaciones como las siguien-tes:

- Mejora de la información sobre el turismo rural.- Ordenación de la oferta no reglada, creando nuevos marcos

normativos flexibles y adecuados.- Investigación del mercado turístico, para conseguir la ade-

cuación entre demanda y producción turística en el mediorural andaluz.

- Acondicionamiento de rutas y espacios de interés turístico,mejorando la infraestructura y la accesibilidad a las mismas.

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- Modernización y diversificación de la oferta turística rural.- Fomento de las diversas modalidades de turismo rural en

Espacios Naturales.

E) Política de Medio Ambiente

Otra de las políticas sectoriales que, dentro del eje de diversifi-cación de las actividades económicas, el Plan de Desarrollo Ruralcontempla, es una política específica de Medio Ambiente que valo-rice los recursos medioambientales como un componente funda-mental de toda estrategia de desarrollo.

EI Plan considera, que, en la sociedad andaluza, debe incremen-tarse la sensibilidad acerca de la importancia de los recursos medio-ambientales y de la potencialidad que los mismos poseen para crearnuevas actividades generadoras de rentas y empleo.

En este sentido, propone actuaciones dirigidas a la:- Mejora de la calidad de las aguas continentales, y de la sa-

lubridad y calidad ambiental de las distintas redes de abas-tecimiento en el medio rural, con reducción de los impactoscontaminantes.

- Mejora de la gestión y control de residuos, realizando cam-pañas de divulgación e información entre la población ruralsobre los efectos de la generación excesiva de residuos so-bre el medio ambiente.

- Mejora de la gestión de los Espacios Naturales Protegidos,favoreciendo su conocimiento y disfrute, y potenciando to-das las actividades económicas relacionadas con sus recur-sos endógenos y que sean compatibles con las exigenciasmedioambientales de estos espacios.

- Conservación, regeneración y mejora del paisaje.

4.3.3. Eje III) Equidad Territorial

El tercer eje estratégico del Plan de Desarrollo Rural es el deEquidad Territorial, que parte de la consideración de que las desi-gualdades, en cuanto a desarrollo y bienestar entre unas áreas yotras generadas por la propia dinámica de la economía de mercado,deben ser identificadas y corregidas por una responsable y solidariaintervención de los poderes públicos. Una intervención que dote de

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infraestructuras básicas a las zonas más atrasadas y mejore el nivelde los equipamientos colectivos existentes en ellas.

El Plan de Desarrollo Rural contiene, pués, una estrategia explí-cita de equidad territorial, cuya finalidad es atenuar y corregir losdesequilibrios y mejorar la calidad de vida de la población que ha-bita en las comunidades rurales de Andalucía.

Este tipo de estrategia no está guiada exclusivamente por moti-vaciones asistenciales, ya que la política de equidad territorial es, almismo tiempo, una política orientada a mantener las comunidadesrurales un nivel de población suficiente para hacer viables las ini-ciativas productivas que se promuevan.

Las políticas de mejora de las infraestructuras rurales, (viarias,abastecimientos de agua, electrificación y telecomunicación, etc) lade equipamientos y servicios colectivos (de transporte, sanitario,educación, vivienda, etc) y la de servicios sociales constituyen laslíneas básicas de la política de equidad territorial que establece elPlan de Desarrollo Rural para compensar los desequilibrios existen-tes en el seno de la sociedad rural andaluza.

4.4. Coordinación administrativa

Las líneas estratégicas y las políticas antes mencionadas no se-rían posibles sin la necesaria coordinación de las actuaciones admi-nistrativas sectoriales y territoriales que inciden en el medio rural.Una coordinación cuya finalidad deberá ser la de superar los pro-blemas suscitados por la multiplicidad de agentes que intervienenen los temas de desarrollo y por la frecuente superposición de susrespectivas competencias.

El Plan de Desarrollo Rural no constituye, por tanto, una simplesuperposición de políticas horizontales y de actuaciones sectoriales,sino que introduce una concepción nueva del desarrollo, una con-cepción de carácter integral y participativa.

No obstante, hay que tener en cuenta que, además de la Admi-nistración autonómica, otras Administraciones públicas (central, lo-cal y de la Unión Europea) tienen también responsabilidades ycompetencias en el desarrollo rural, ya que poseen instrumentos depolítica social y económica con incidencia sobre la realidad rural deAndalucía.

Por ello, para que las actuaciones de las distintas administracio-nes públicas que operan en nuestra región resulten eficaces, es ne-

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cesario poner en marcha mecanismos de coordinación que garanti-cen la coherencia de las respectivas políticas.

Son medidas, en este sentido, la atribución a la Consejería deAgricultura y Pesca, por Decreto 220/94, de 6 de septiembre, de loscometidos de coordinar y canalizar la participación de las distintasConsejerías, Organismos Autónomos y demás entes socioeconómi-cos implicados y la creación de la Comisión de Seguimiento delPlan de Desarrollo Rural, que se prevé en el propio Plan.

Para terminar, deseo expresar mi convencimiento de que el Plande Desarrollo Rural constituye una apuesta de futuro para nuestraComunidad Autónoma, una apuesta que sintoniza perfectamentecon las nuevas orientaciones que sobre el desarrollo rural se vienenplanteando en el seno de la Unión Europea.

Es éste un proyecto ilusionante para Andalucía, para los agenteseconómicos y sociales y para las corporaciones locales. Ilusión quequisierá transmitir, así como una invitación a no mostrarse pasivos,sino a implicarse en un Plan en el que todos debemos ser protago-nistas.

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