3. Epicureísmo

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  • 7/23/2019 3. Epicuresmo

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    Epicuresmo

    Bibliografa de lectura obligatoria:

    Antologa de textos de filosofa helenstica: Epicuresmo, textos n 1-13

    Garca Gual, C.,Epicuro, Madrid, Alianza, 1981, captulos 7-11 (pp. 145-209)

    Digenes Laercio menciona ms de cuarenta ttulos de obras de Epicuro, destacando que sobrepasa todos los anteriores en cuanto a cantidad. Nos transmite tres cartas, la Carta a Herdoto, la msextensa y quiz la ms importante, que resume la teora fsica epicrea, la Carta a Ptocles, cuyo

    tema son los fenmenos astronmicos, y la Carta a Menceo, que tiene un estilo muy cuidado desdeel punto de vista literario y brinda una exposicin clara, simplificada, de la moral epicrea. Junto

    con las Mximas capitales (MC), una coleccin de cuarenta sentencias de diverso tenor, son los

    textos ticos ms importantes. SV= Sentencias vaticanas, son una coleccin de aforismos que sedenominan as por haberse encontrado en un cdice vaticano a fines del siglo XIX. En realidad se

    atribuyen a Epicuro pero no todas le pertenecen, algunas son de discpulos suyos, otras aparecen en

    MC. Una edicin clsica de fragmentos y testimonios epicreos se debe a Hermann Usener (1834-

    1905), publicada en 1887.En cuanto a las fuentessecundarias, de las cuales dependemos en muchos aspectos, la ms

    importante para el conocimiento de Epicuro es Lucrecio, filsofo romano que vivi entre el 99 y el

    55aC, dos siglos despus de la muerte del filsofo, a quien cita abundantemente, como defensorferviente de sus doctrinas. Despus de Lucrecio, las fuentes principales son Digenes Laercio,

    Cicern, Sneca y Plutarco. Lo cierto es que Epicuro tuvo muchsimos seguidores, dentro y fuera de

    Atenas, sus doctrinas generaron muchas polmicas y los estoicos que fueron sus contemporneosfueron sus mayores rivales.

    Epicuro llega a Atenas a mediados del ao 323 a.C. Procede de la isla de Samos, donde nace,

    en el ao 341. Hijo de padres atenienses, llega a Atenas a sus 18 aos para cumplir con susobligaciones cvicas. Una vez cumplidas, vuelve a reunirse con su familia; transcurren unos 10 aos

    donde se traslada a otras regiones (Mitilene, Lmpsaco, etc.), una larga experiencia de viajes y de

    aventuras, tras las cuales regresa a Atenas en el 306, con 35 aos. All se instala, funda su escuela,

    imparte sus enseanzas y permanece otros 35 aos. Esa escuela se conoce como el Jardn, si bien,ms que lo que nosotros entendemos como jardn, era una de huerta. Estaba edificada en un predio

    que tena casa y huerta. El jardn de Epicuro podra considerarse una rplica muy modesta de las

    escuelas fundadas por Platn y por Aristteles la Academia y el Liceo-. De ninguna manerapretendan tener el brillo intelectual que tenan estas ltimas, ni oficiar de atraccin intelectual en

    toda la Hlade, nada de eso. El Jardn de Epicuro pretenda ser un lugar de retiro para la vida en

    comn y la meditacin, en pequeos crculos de personas dedicadas a filosofar, que cultivaban laamistad. Este modo de vida apacible forma parte de las estrategias del filsofo epicreo por

    encontrar seguridad en medio de una realidad que le es hostil. Recluirse en pequeos crculos de

    afectos, cultivando la amistad, no es ajeno a esa tendencia general de la filosofa helenstica. Se dice

    que en la escuela eran aceptadas todas las clases sociales, incluso mujeres (aun de vida licenciosa) yesclavos, todo lo cual debi resultar escandaloso para la poca. Epicuro es hedonista, pero su

    defensa del placer es particular, de hecho se dice que llevaba una vida asctica, con una salud

    precaria que pudo sobrellevar muy bien justamente gracias a cuidados rigurosos. Envejece en suescuela, escribe muchsimo a pesar de eso, como sealamos, conservamos escaso material. En

    materia poltica, para Epicuro los hombres no tienen una tendencia innata a la vida en sociedad,

    como haban sostenido Platn y Aristteles. No considera necesario que el hombre sensato se

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    inmiscuya en los asuntos polticos, a menos que algunas situaciones especiales lo obliguen a eso. En

    realidad, por los textos que tenemos, encontramos que Epicuro habra contemplado algunas

    excepciones a esa regla general de no participar en poltica, pero el estado lacunar de las fuentes nonos permite saber a ciencia cierta cules eran esas situaciones de excepcin. Podemos quedarnos con

    que a menos que el orden poltico se hunda, el sabio epicreo, si quiere mantenerse sereno y cuidar

    de su propia seguridad, no necesita entrar en la arena poltica. Tal el lema de las enseanzas deEpicuro, a lo que apunta la mxima lathe biosas, vinculada con esta apologa de la vida apacibleyla consecuente renuencia a participar en la vida poltica. Literalmente, significa viveescondido, algo as como pasa desapercibido mientras vivas. Es un lema escandaloso a la luz delconcepto agonal de virtud que tenan los griegos, para quienes la excelencia de un individuo se

    meda en buena parte por el aplauso, por la consideracin pblica (si bien ya el Scrates platnicodesconfiaba de la gloria y del reconocimiento pblico, que depende de parecer justo ms que de

    serlo realmente). Epicuro explcitamente se aparta de esta concepcin tradicional, tan cara a los

    griegos, invitando a pasar desapercibido. El tipo de vida a seguir, entonces, es una vida apacible,retirada, lejos de las multitudes, en crculos de amistad. La apologa de la vida apacible sera un

    primer rasgo de la filosofa moral de Epicuro.

    El distanciamiento de la vida poltica y el cultivo de la amistadse ligan estrechamente y seasocian, ambos, al valor preeminente que Epicuro atribuye a la seguridad (asphalelia). El sabiodebe mantenerse apartado de la poltica y volcarse a los amigos para estar seguros de su socorro,

    sin ellos la vida estara llena de peligros y de miedos. La amistad, y la certidumbre que nos

    proporciona en caso de necesitar apoyo o sostn, refuerza la seguridad a la que aspira el sabioepicreo. La ley tiene tambin la funcin de proteger a los miembros de una comunidad, dndole

    seguridad frente a una cantidad de peligros que amenazan su vida y su felicidad, pero es insuficiente

    para garantizar la seguridad de cada individuo. El rechazo de la vida poltica es una estrategiaposible para no padecer las traiciones y las desdichas que ese tipo de prctica acarrea. Con todo, se

    ha objetado por inconsistente el aprecio, por un lado, de la seguridad que la ley y el orden poltico

    tendran la misin de asegurar y, por otro lado, la exhortacin a no participar y a retirarse, a recluirseen crculos privados. Tambin se ha dicho que la actitud epicrea hacia la poltica es irresponsable y

    complaciente. Sin embargo, ms que identificarla con una posicin apoltica, podra verse en ella el

    resultado de una crtica radical de la poltica de su poca. Ms adelante veremos en qu medida se

    puede hablar de un pensamiento socio-poltico en Epicuro.La filosofa y el conocimiento en general carecen de valor para el epicuresmo a menos que

    sean tiles para alcanzar la felicidad. El conocimiento prctico ocupa por eso un lugar privilegiado,

    por encima del terico. La primaca de la filosofa como el elemento ms importante de la felicidadmarca un punto en comn con los filsofos precedentes, aunque en otros aspectos Epicuro se

    diferencie de ellos.

    Lectura y comentario de Carta a Menceo(texto n 9), donde se desarrolla la nocin de filosofacomo frmaco capaz de contribuir a la salud del alma, presente ya en Scrates.

    Comienza con un protrptico, una exhortacin a la filosofa, comn en la tradicin socrtica.

    Epicuro nos insta a liberarnos del prejuicio de que hay una edad justa para dedicarse a la filosofa, lacual no supone un largo curso de aprendizaje, como para Platn, sino ante todo una actitud anmica,

    una necesidad del espritu. Siempre es tiempo de filosofar y la meta no es otra que la felicidad,

    eudaimona, trmino que designa una disposicin del alma, un bienestar espiritual, antes que el gocede bienes externos. Hay una encendida defensa de la filosofa como frmaco, como remedio que

    contribuye entonces a la salud del alma y que est al servicio de la eudaimona.

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    La estructura del resto del texto tiene sentido a la luz de lo que se conoce como el Tetraphrmako,

    cudruple remedio, cuatro reglas o preceptos que anuncian:

    la divinidad no es de temer (hay que derrotar cualquier temor a los dioses)

    la muerte es insensible (hay que vencer tambin el miedo a la muerte)

    el bien es fcil de procurar el mal es fcil de soportar.

    En muchas de las mximas, como en el texto que analizamos ahora, se reiteran estos consejos

    fundamentales.

    1) La argumentacin inicial atae a la concepcin de la divinidad. Epicuro argumenta con el objeto

    de desterrar todo tipo de temor a los dioses, sobre la base de que el miedo y el temor impediranalcanzar esa sensacin de serenidad o imperturbabilidad que es meta del sabio alcanzar. Considera

    que la existencia de los dioses est garantizada, solo que la prenocin inicial de que existen estos

    seres felices y eternos ha sido desvirtuada, a su entender, por suposiciones falsas que confunden la

    autntica representacin de la divinidad, al revestirla de notas propias ms bien de lo humano.El texto plantea un contraste entre la prenocin acerca de la divinidad prlepsis es el

    trmino que usa Epicuro, designa la preconcepcin (anticipacin, es otra traduccin posible) que

    junto con las sensaciones y las afecciones constituyen el criterio de verdad y las falsas suposicionesque los hombres hacen. Se habla de hypolepseis (suposiciones, conjeturas) y el sentido es

    claramente peyorativo: opiniones forjadas por la mayora de los hombres, que distorsionan la

    verdadera naturaleza de los dioses. La opinin popular adultera la naturaleza de lo divino, cuyasnotas ms propias son la eternidad y la felicidad, por eso la necesidad de depurgar esa nocin

    popular planteando una nueva relacin del hombre con lo divino. Negar los dioses del vulgo no es

    para Epicuro un acto de impiedad.Dos palabras sobre esta distincin entre prolepsise hypolepsis. Laprolepsises una imagen

    mental o un concepto general producido por el recuerdo de impresiones repetidas acerca de un ciertoobjeto. La preconcepcin supone la fijacin mental de algunos rasgos de los objetos que se nos

    brindan a los sentidos, es decir, procede de experiencias previas, si bien a su vez opera enreconocimientos sucesivos. Esta anticipacin conceptual est en la base misma del conocimiento ydel lenguaje comunicativo. De la claridad y precisin de las prenociones depender que se forjen

    juicios verdaderos o falsos. Estn sujetas a una confirmacin posterior, que permite descartar las

    suposiciones, las que a diferencia de las prenociones, surgen sin una base real. En ese sentido

    Epicuro, como Platn, afirma que hay dos clases de investigacin, la que se aplica a las cosas y laque se aplica meramente a las palabras, tal que de es fcil desembarazarse de esta ltima y de los

    problemas que proceden por un mal uso del lenguaje.

    Epicuro hace hincapi en la eterna felicidad de los dioses, que no sera ajena a su

    despreocupacin por los asuntos humanos, su total indiferencia a nuestra suerte. En efecto, para llos dioses que son antropomorfos, tienen forma humana son absolutamente indiferentes a los

    hombres, por lo que no es lcito responsabilizar a la divinidad del destino humano. Sin negar quehaya dioses, rechaza firmemente que puedan incidir en nosotros o tener responsabilidad de cualquier

    suceso natural. Considera improcedente que la divinidad eterna y feliz est perturbada por el manejo

    de un mundo que funciona por s mismo. Claro que esto no impide que los dioses s sean de

    incumbencia de los hombres. Los dioses, aunque no puedan ser alcanzados por rituales ni porninguna de las prcticas que Epicuro reduce a una forma de supersticin, procuran a los hombres un

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    modelo de felicidad. En ese sentido no niega que existan dioses que por su carcter ejemplar son de

    alguna manera benefactores de los sabios, afines a la divinidad por su condicin moral. Desde este

    punto de vista, en su idealidad, la representacin de los dioses cumplira una funcin clave al igualque la figura del sabio: un ideal, aunque sin incidencia alguna en los asuntos humanos.

    La negacin de la providencia divina fue quiz el rasgo ms escandaloso de la filosofa

    epicrea. Esta negacin le origin ataques y acusaciones de atesmo e impiedad ya por parte de losantiguos (Clemente de Alejandra identifica a Epicuro como el iniciador del atesmo), sin embargo,

    su postura es compleja y no se reduce a ello. El hecho de que Epicuro critique apasionadamente los

    mitos y supersticiones de la religin popular, de la piedad tradicional, no significa que suprima todaforma de religiosidad. Ms bien su ataque apunta a los fundamentos mismos de la religin popular

    griega, para la cual el bienestar, tanto como la adversidad humanas, son dispensados por ladivinidad.

    2) Epicuro argumenta luego contra el temor a la muerte, presuponiendo que este temor es el miedomayor, porque la muerte es el ms terrorfico de los males. Consciente de que la muerte es lo que

    ms nos puede inspirar miedo, entiende que si es posible demostrar que no es algo digno de temor,

    nada ms es de temer. Epicuro reconoce que no hay cmo rehuir a la muerte, pero as y todo

    considera posible alcanzar una serenidad, la serenidad de no temerla, y argumenta apasionadamenteen este sentido: "Acostmbrate a pensar que la muerte nada es para nosotros (methn prs hems

    enai tn thnaton). Porque todo bien y mal reside en la sensacin (asthesis), y la muerte es

    privacin del sentir."El argumento es contundente. La muerte no es nada que est en relacin con nosotros, nada que nos

    concierna. Nadie tiene experiencia de la muerte; nadie siente o vive su muerte. Liberados del temor

    a la muerte, alcanzamos una condicin dichosa, nos despojamos de un temor injustificado y noscomplacemos en nuestra vida mortal. Tengamos en cuenta que para Epicuro, el alma es corporal:

    nace con el cuerpo, muere con l, no tiene capacidad de supervivencia ni tampoco de sensacin

    alguna. La filosofa no es preparacin para la muerte, como quera Platn en Fedn, sino sobre todoun aprendizaje para la vida, ya que prepararse para morir sera innecesario. La reflexin sobre la

    muerte para el epicuresmo supone saber que la conclusin de la vida en s misma no es nada

    terrible.Si aceptamos el argumento epicreo, se mitigan nuestras angustias existenciales, se disipan

    todos los miedos: combatido este miedo, ya no tiene sentido ningn otro. Para Epicuro est claroque la muerte no puede afligirnos con su presencia, pero tampoco cabe temerla en la espera, en la

    expectacin. Admite que los hombres, condenados a la muerte, en ciertas ocasiones especiales

    pueden adelantarla y elegir terminar con una vida que les resulta insoportable, pero considera que elsabio evita ese extremo. El filsofo epicreo evitar el suicidio (sin compartir la actitud heroica del

    estoico en este punto, que prefiere la muerte antes que dar por tierra con los valores que persigue).

    La vida es un bien a preservar, aunque no falten motivos para abandonarla. Respecto del sophs, elsabio, dispone de una sabidura prctica ligada a una doctrina filosfica general. Conoce los valores

    autnticos de la vida, ajeno a las falsificaciones de la mayora, y sabe dirigir su conducta hacia la

    felicidad. El temor a la muerte puede reposar sobre varios motivos, sobre sentimientos irracionales

    que es tarea del razonamiento filosfico derrotar y superar, ayudando a deshacernos del vano anhelode seguir viviendo, de durar.

    La serenidad ante la perspectiva de la muerte se explica, entre otras cosas, a partir de que la

    felicidad consiste para Epicuro en placeres continuos, en dichas cotidianas y no en objetivos lejanosque una muerte repentina hara trizas. La reflexin sobre nuestra naturaleza mortal debe llevarnos a

    apreciar ms y mejor el tiempo que tenemos a nuestro alcance. Resignmonos a ser corpreos, a la

    limitacin de nuestros placeres y de nuestro tiempo, esta sera la enseanza de Epicuro. No caben

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    preceptos acerca del tipo de vida y del tipo de muerte, sencillamente porque esto ltimo carece de

    sentido: no hay posibilidad de pervivir, nuestra vida es la nica que tenemos. Esto implica la

    valoracin de la vida como el bien ms preciado, sin experimentar ningn temor.

    3 y 4) Pasemos ahora a examinar el hedonismo de Epicuro, que por cierto no responde a la imagen

    que uno puede tener inicialmente del hedonismo, como una filosofa volcada hacia el exceso. Setrata de un hedonismo domesticado, contrapuesto al hedonismo de los cirenaicos, ms cercano a la

    imagen frecuente del hedonista en tanto pone como bien ms alto el placer.

    La felicidad para Epicuro est ligada a un estado de serenidad que puede alcanzarse una vezque nos liberamos de los miedos y supersticiones que nos impiden el goce de nuestra vida, un estado

    que posibilita la obtencin de placeres continuos y dichas cotidianas antes que depender de metaspuestas en objetivos lejanos e inalcanzables. El placer, el bien primero y connatural, no es otra cosa

    que la tranquilidad o serenidad, la imperturbabilidad: ataraxa. Precisamente por eso, el hedonismo

    epicreo no implica elegir cualquier tipo de placer, sino evitar cautelosamente todos aquellos de losque se seguiran un dolor o una molestia mayor. Inversamente, muchos dolores son preferibles a los

    placeres, si es que los acompaa un placer mayor como coronacin de esos esfuerzos. Por eso

    decimos que el epicuresmo no persigue un placer desenfrenado, sino un placer domesticado,

    calculado, que surge de la eliminacin del dolor y de alcanzar la serenidad del alma. Se trata as deun hedonismo razonado y razonable, que busca la felicidad por un camino asctico, esforzado,

    calculado.

    Epicuro ensaya una clasificacin de los deseos y los placeres, distingue aquellos naturales deotros superfluos o vanos,e insiste en la importancia de alcanzar un conocimiento firme de aquellos

    deseos cuya eleccin o rechazo pasa a ser determinante para vivir feliz y para alcanzar la serenidad o

    imperturbabilidad. De modo que no todos los deseos que se tienen reclaman ser satisfechos con elmismo afn, porque no todos son del mismo rango y hay un conocimiento que habilita para

    ponderarlos correctamente segn su menor o mayor urgencia, segn su naturalidad. En rigor, colmar

    los deseos naturales, que seran los apetitos mnimos, en contraste con los deseos superfluos yvanos, resultara en principio ms sencillo que satisfacer apetencias desmedidas. La mayora de los

    hombres, tal como los ve Epicuro, son desdichados justamente porque se extravan en apetencias

    desmedidas que no son ni naturales ni necesarias. Esta distincin entre deseos naturales y deseos no

    naturales, y luego entre deseos naturales necesarios y no necesarios, es por ende crucial. Solo losdeseos naturales y necesarios requieren satisfaccin aun a riesgo de dolor, en tal sentido la bsqueda

    de placer es indisociable de la experiencia dolorosa, si bien constituye el principio y el fin de la vida

    feliz, oficiando de parmetro para actuar. La sabidura prtica supone un clculode las ventajas ylos inconvenientes de los placeres que se nos ofrecen, la conducta prudente es aquella que encuentra

    en tal equilibrio la norma de una felicidad estable. Todo placer es un bien, pero el clculo que lleva a

    cabo el sabio le permite determinar cul de esos placeres es aceptable y cul, en cambio, tiene queser rechazado. En este punto hay resonancias del planteo de Scrates en el Protgorasde Platn,

    donde la pauta tica reposa sobre una ciencia, o un arte, que supone clculo y medicin a propsito

    de los placeres y los dolores. La palabra usada por Epicuro, summtresis, es la que usaba Platn.

    El texto trae ahora a colacin la nocin de autosuficiencia (autrkeia), que va unida a lanorma de la frugalidad, de la renuncia a lo superfluo, a todo lo que pueda comprometer la

    independencia individual. Por eso, es tambin renuncia a las ambiciones desmedidas de honores y

    riquezas. Y por qu autosuficiencia? Porque supone absoluta independencia, estar libre de la tiranade lo exterior, no depender absolutamente de nada excepto de s mismo (estos rasgos revelan fuerte

    influencia del cinismo). Si Epicuro rechaza algunos placeres, ciertos excesos diramos, no lo hace

    porque los condene desde el pedestal de la virtud, sino porque advierte que son daios y contrarios

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    a la felicidad a la que aspiramos, porque no aportan serenidad o imperturbabilidad al alma. Esta

    serenidad de nimo supone ante todo, como vimos, no estar agobiado por ningn tipo de temor. En

    cuanto nos hemos desprendido del temor ms terrorfico de todos, que es el temor a la muerte, esposible acceder a una disposicin de nimo que nos hace gozar de la vida que tenemos y a no

    embarcarnos en bsquedas demasiado ambiciosas. No olvidemos que esta es una filosofa que

    presupone que fuera de la vida, nada nos queda, que no hay un alma que sobreviva al cuerpo, desuerte que la frmula epicrea es de alguna manera una invitacin al disfrute de la vida que

    tenemos.

    Inmediatamente se habla de la virtud que alcanzara el sabio que organiza la vida racionalmente. Laprudencia o sensatez es la virtud ms elevada y es fuente de las dems virtudes, en ese sentido el

    epicuresmo retoma un aspecto fundamental de la tica griega tradicional. Hay un elogio claro de laprudencia que se basa sobre la conviccin de que la prctica de las virtudes que ella supone

    coincidir con el clculo utilitario, conlleva placer, por eso es recomendable cultivarlas. La

    prudencia, la templanza, la justicia, para Epicuro son tiles para la vida feliz, tal la matrizpragmatista de su tica. Las virtudes no son fines, no se eligen por s mismas, solo son medios para

    la vida feliz y estn ligadas inseparablemente a la vida hedonista, asociacin singular entre virtud y

    placer que en algn sentido podra sorprender. La filosofa es valorada en tanto contribuye a la vida

    buena, a la perfeccin moral. Su valor no es el del saber en s mismo y por s mismo, sino el sabercapaz de ordenar la vida, el saber como instrumento para la praxis. Al afirmar que la prudencia

    resulta algo incluso ms valioso que la filosofa, esta ltima parece entenderse como bsqueda de

    saber, esto es, en su aspecto especulativo o terico, en el que Platn y Aristteles hacan tantohincapi. Pensemos en el comienzo de la Metafsica de Aristteles, que hace referencia a la

    apetencia humana de saber, ese anhelo que se realiza en la ciencia primera ms propiamente que en

    cualquier otra ciencia. La clebre afirmacin todos desean por naturaleza saber se toma a vecescomo expresin de esa direccin especulativa que domina el perodo griego clsico de la filosofa

    griega, el que culmina justamente con Aristteles. El inters que domina el conjunto de las filosofas

    del perodo helenstico, en cambio, encuentra mejor expresin en una afirmacin del neoplatnicoJmblico: todos los hombres desean obrar bien y ser felices. El texto que estamos leyendo se

    inscribe en esta tradicin. Hay en ella muchos elementos de inspiracin socrtica, cierto. En el

    dilogo Gorgias, el Scrates platnico defiende tambin la tesis de que la vida conforme a la virtud

    es la vida ms placentera y tambin la ms dichosa. Aparentemente, lo mismo que Epicuro, si bienen un contexto distinto y desde un planteo bastante diferente.

    Nos acercamos al final de la Carta a Menceo: "Porque quin piensas t que sea superior a quien sobre losdioses tiene creencias piadosas y ante la muerte est del todo impvido y ha reflexionado el fin de ella naturaleza y sabe

    que el lmite de los bienes es fcil de colmar y de conseguir, mientras que el de los males presenta breves sus tiempos osus rigores se burla de aquella introducida tirana universal, la Fatalidad (heimarmne), diciendo que algunas cosas

    suceden por necesidad (annke), que el azar (tche) es vacilante, mientras lo que est en nuestro poder no tiene otro

    dueo, por lo cual le acompaa naturalmente la censura o el elogio?"La pregunta es retrica: nadie ser superior a quien abriga estos pensamientos, resultantes de

    orientarnos en las cuatro mximas que hacen al cudruple remedio. Libermonos del miedo a losdioses, desterremos el temor a la muerte, asumamos una actitud positiva respecto de los bienes que

    estn a nuestro alcance y de los males que nos pueden acechar. Quien lo logra, alcanza el estado de

    autosuficiencia del sabio, del prudente. El hecho de que est en nuestro poder la disposicin delalma que es esencial para la felicidad reduce al mnimo el poder de factores externos, aquellos que

    no dependen de nosotros. Retomando un planteo de Aristteles, Epicuro subraya que las cosas que

    nos hacen dignos de elogio o de censura son solamente aquellas que dependen de nosotros. No

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    deberamos ser encomiados por los dones que la naturaleza haya podido darnos, sino por lo que es

    fruto de nuestra eleccin, y de nuestra responsabilidad. La carta se cierra reiterando la invitacin a

    meditar sobre la doctrina que acaba de exponerse. La finalidad, claramente, es prctica: se trata deno sufrir perturbacin alguna. El anhelo humano de trascendencia toma aqu la forma de un anhelo

    de serenidad de espritu que, segn Epicuro, nos permite llevar un tipo de existencia que rivaliza con

    la de los dioses. Aqu aflora una diferencia interesante con un planteo como el que encontramos enPlatn, quien en Teeteto describe el modo de vida del filsofo en trminos de imitacin o

    asimilacin de la divinidad, paradigma conforme al cual el filsofo organizaba su vida y que reglaba

    su conducta. La frmula de Epicuro es ms terrenal sin duda. Ac no se trata exactamente de laimitacin o asimilacin de un paradigma trascendente. Directa, sencillamente, el sabio epicreo es el

    paradigma moral personificado. Por dominar una sabidura prctica, por conocer los valoresautnticos de la vida y saber cmo dirigir su conducta hacia la felicidad, por su autosuficiencia, el

    sabio, piensa Epicuro, por eso mismo ya en nada se asemejar a un mortal.

    Diremos algo ahora del pensamiento poltico de Epicuro con los recaudos del caso, sinolvidar que tradicionalmente se consider que no hubo tal pensamiento socio-poltico en el

    epicuresmo, que esta filosofa es apoltica etc. Sin embargo, a pesar de las reflexiones hostiles a la

    poltica y la recomendacin a los sabios de apartarse de ella, punto muy criticado por los opositoresde Epicuro, importantes estudios publicados en 1976 (J. Nichols) y en 1983 (R. Philipson)

    mantienen que para el epicuresmo, solo la vida en un estado brinda al sabio la seguridad que

    necesita para llevar adelante su modo de vida. Dado que la mayora de los hombres vive con otrosen sociedad, una parte de la filosofa, que tiene por meta la felicidad, debe atender a las relaciones

    con los otros, a la poltica. Una lnea de interpretacin del epicuresmo ve en l, entonces, un

    pensamiento socio-poltico.La filosofa finalmente presenta una respuesta ante la crisis y hundimiento de la polis en los

    siglos IV-IIIa.C., el epicuresmo entiende que las dificultades las debe resolver el individuo

    personalmente (quizs no est tan lejos de Platn y Aristteles, que se refugian en la vida filosficaante la corrupcin poltica de la polis, aunque a diferencia de ambos filsofos, desconfa de que

    pueda cambiarse el estado de cosas). El problema humano fundamental es la felicidad, y vivir una

    vida mejor exige un cambio en el individuo mismo, antes que en la sociedad. Vale decir que

    Epicuro reacciona con la concepcin aristotlica de que el hombre es por naturalezazon politikon.La sociedad es necesaria pero no porque actualice una naturaleza de suyo comunitaria, sino que es

    necesaria de manera instrumental, otorga seguridad al individuo y le brinda tranquilidad exterior. La

    unin social es convencional y por razones utilitarias. Garca Gual observa una inversin de laconcepcin clsica de la primaca de la poltica sobre la tica: lo primordial es la felicidad de la

    persona, que no se subordina a la mejora de la sociedad sino al revs, est al servicio del individuo.

    La teora del origen y desarrollo de las instituciones humanas desarrollada por Lucrecio estfuertemente influida por Protgoras y se distingue ntidamente de la propuesta platnica formulada

    en Repblica. Los textos n 10-13 son pasajes extrados del libro V de De rerum natura (De lanaturaleza), que desarrolla en detalle la tesis epicrea segn la cual las sociedades humanas no han

    surgido por naturaleza y se asemeja bastante a aquellos planteos sofsticos que sostenan una teoradel progreso humano. Aclaremos que estos textos han sido a veces interpretados como una defensa

    de cierto estado de naturaleza primitivo, implicando que las sociedades habran logrado ciertos

    adelantos tcnicos a un alto precio, ya que eran ajenos a las necesidades naturales de los hombres.Otros, a partir de estos mismos textos sealan una ambigedad o aun inconsistencia en la posicin

    epicrea, que oscilara entre una visin naturalista, un primitivismo, y una visin convencionalista.

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    Los pasajes seleccionados pertenecen a una seccin avanzada del poema, donde se hace

    referencia a los hombres, a cmo comienzan a usar el lenguaje y a organizarse en sociedades, y a

    temer a los dioses. Esta seccin describe en tres perodos la evolucin humana: parte de los hombresprimitivos, luego da cuenta del origen de la sociedad prepoltica, en que los hombres conviven sin

    leyes, movidos por los instintos, y que presupone un cierto uso del lenguaje y el invento del fuego,

    culminando en el surgimiento de la sociedad poltica, que requiere la religin y la metalurgia.Lostextos n 10 y 11 (925-938 y 953-961) describen a los hombres primitivos cuyo modo devida dista de evocar el paraso original. Nmades, vivan de la recoleccin pues no conocan la

    agricultura, su vida se pareca a la de bestias salvajes. Vivan expuestos a los peligros de serdevorados por las fieras y ajenos a toda ley.

    El texto n 12(1011-1027) se refiere sin ms trmite a la sociedad prepoltica. Los hombresse vuelven sedentarios, se constituyen las uniones en familias, dndose una transicin natural desde

    la vida solitaria de la etapa primitiva a la vida grupal, menos penosa. En esta etapa los hombres

    crean pactos que Lucrecio describe en trminos de vnculos de amistad entre ellos, sin cuyaobservancia el gnero humano no habra subsistido. En su escuela, Epicuro habra tratado de emular

    este estado prepoltico, donde la amistad regula las relaciones humanas y la ley y la justica resultan

    innecesarias, por la vigencia de un pacto que los hombres siguen libremente para posibilitar la vida

    en comn.El texto n 13 (1105-1155) describe la fase poltica, en ella aparecern la religin, la filosofa

    y las artes. En rigor todo el poema va dirigido contra la religin y Epicuro est presentado como el

    liberador de esta supersticin cuyo origen no sera otro que el miedo a la muerte. Con todo, lareligin sirve para salvaguardar el orden poltico, limitando las malas acciones. Poltica y religin se

    desarrollan juntas, cada una da apoyo a la otra. La filosofa depender a su vez de la sociedad

    poltica de dos modos: porque las condiciones materiales de abundancia posibilitan el ocio y la vidapacfica entre los hombres, y porque esa fase supone el progreso del lenguaje. La oposicin entre

    filosofa y religin es muy fuerte, ambas proveen una cierta visin del mundo, en el caso de esta

    ltima es una visin falsa pero que tranquiliza y consuela, en el otro caso, una visin que ensea avivir sin temor sin engaos.

    Mientras que en los inicios de esta etapa poltica cuentan la belleza y la fuerza fsica y

    mental, gradualmente esto se degrada y el oro, la riqueza material, termina por imponerse a esas

    cualidades. El deseo por el poder lleva a la lucha con otros hombres. Lucrecio expresa que laambicin y el afn der riqueza, poder y fama conduce a un perodo de desorden y de violencia.

    Como sea, la visin de Lucrecio niega una idlica edad de oro de la humanidad, presuntamente

    dichosa. La sociedad habra avanzado desde un estado primitivo hasta un pacto de respeto mutuo,pero el progreso podra ser visto como un fracaso porque supone violencia y corrupcin.

    Graciela E. Marcos

    Profesora Asociada

    Material didctico de circulacin interna deHistoria de la filosofa antigua, Facultad de Filosofa yLetras, Universidad de Buenos Aires.

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