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3 Guerra Civil y Bienestar Social. Los orígenes del Sistema Competitivo de Partidos de Costa Rica Lkborah J. Yashnr La trayectoria política de Costa Rica se diferencia substancialmente de la de otros países considerados en este volumen. Costa Rica es el único país cn América Central y América del Sur que ha mantenido una democracia liberal estable y un sistema competitivo de partidos en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Desde la guerra civil de 1948, Costa Rica ha conocido elecciones honestas y competitivas en el contexto de un respeto básico de los derechos humanos y civiles. Aunque Chile y Uruguay poseían tradiciones mas largas de democracia, esas repúblicas sufrieron golpes de estado en 1973 que dieron comienzo a períodos de gobierno militar. Los orígenes e identidades de los partidos contemporáneos de Costa Rica tienen su raíz en los conflictos y alianzas que precipitaron la guerra civil de 1948 y que terminaron con la instauración de la democracia política La democracia de Costa Rica y su correspondiente sistema de partidos surgió de un compromtso de clases caracterizado por el debilitamiento de la influencia política oligárquica, la desmovilización de las organizaciones laborales y partidos más radicales, y el ascenso de la hegemonía política del Partido Liberación Nacional (PLN). En realidad, el PLN, un partido que se autoproclama socialdemócrata, ha dominado en el legislativo en el período posterior a 1948 y ha cultivado una imagen politica como defensor de la democracia costarricense y las reformas sociales. La estabilidad de este sistema político dominado por el PLN ha descansado sobre la extensión de programas sustanciales de bienestar social que han servido para canalizar y moderar a los sectores laborales que estaban anteriormente movilizados. I,a crisis económica de la década de 1980, sin embargo, ha planteado tanto un desafio a la viabilidad de la asistencia social estatal, como ha también debilitado el apoyo electoral tradicional del PLN. L,os recortes en los servicios sociales, por lo tanto, han iniciado una recontiguración de la identificación partidista, desplazando a Costa Rica desde un sistema de partidos dominado por el PLN hacia un sistema de partidos más competitivo dominado por dos partidos de la centroderecha. Este capítulo enfoca la relación existente entre el surgimiento dc la democracia y los partidos políticos costarricenses, la consolidacion de la hegemonía del PLN y las políticas de bienestar social, y el reciente cambio en las lealtades partidarias. ORÍGENES DEL SISTEMA DE PARTIDOS CONTEMPORÁNEO EL SISTEMA DE PARTIDOS ANTERIOR A 1940 Los partidos políticos costarricenses surgieron por primera vez en 1889 con los partidos Constitucional Democrático y Liberal Progresista’. Estos primeros partidos, sin embargo, no eran asociaciones permanentes e ideológicamente definidas. Más bien, eran organizaciones efímeras mayormente destinadas a movilirar apoyo durante las elecciones para algún candidato perteneciente a la clase dominante de exportadores agrícolas2. Entre 1906 y 1936, sólo dos personajes de la elite dominaron la presidencia, Cleto González Víquez y Ricardo JimCnez Oreamuno, cada uno de los cuales sirvió durante tres períodos. La historiografia reciente ha evaluado el contexto político dentro del cual operaban estos partidos anteriores a 1940. Mario Samper, en un excelente ensayo sobre las fuerzas sociopolíticas y procesos electoralcs cn cl período previo a 1936, concluye que el fraude electoral era parte inte rante, más bien que una aberración o imperfección, del proceso 5 electoral en Costa Rica En este sentido, Costa Rica no era muy diferente del resto de

3 Guerra Civil y Bienestar Social. Los orígenes del ... · Constitucional Democrático y Liberal Progresista’. ... Partido Social Demócrata y por la facción más conservadora

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3 Guerra Civil y Bienestar Social. Los orígenes del Sistema Competitivo de Partidos de Costa Rica

Lkborah J. Yashnr

La trayectoria política de Costa Rica se diferencia substancialmente de la de otros países considerados en este volumen. Costa Rica es el único país cn América Central y América del Sur que ha mantenido una democracia liberal estable y un sistema competitivo de partidos en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Desde la guerra civil de 1948, Costa Rica ha conocido elecciones honestas y competitivas en el contexto de un respeto básico de los derechos humanos y civiles. Aunque Chile y Uruguay poseían tradiciones mas largas de democracia, esas repúblicas sufrieron golpes de estado en 1973 que dieron comienzo a períodos de gobierno militar.

Los orígenes e identidades de los partidos contemporáneos de Costa Rica tienen su raíz en los conflictos y alianzas que precipitaron la guerra civil de 1948 y que terminaron con la instauración de la democracia política La democracia de Costa Rica y su correspondiente sistema de partidos surgió de un compromtso de clases caracterizado por el debilitamiento de la influencia política oligárquica, la desmovilización de las organizaciones laborales y partidos más radicales, y el ascenso de la hegemonía política del Partido Liberación Nacional (PLN). En realidad, el PLN, un partido que se autoproclama socialdemócrata, ha dominado en el legislativo en el período posterior a 1948 y ha cultivado una imagen politica como defensor de la democracia costarricense y las reformas sociales.

La estabilidad de este sistema político dominado por el PLN ha descansado sobre la extensión de programas sustanciales de bienestar social que han servido para canalizar y moderar a los sectores laborales que estaban anteriormente movilizados. I,a crisis económica de la década de 1980, sin embargo, ha planteado tanto un desafio a la viabilidad de la asistencia social estatal, como ha también debilitado el apoyo electoral tradicional del PLN. L,os recortes en los servicios sociales, por lo tanto, han iniciado una recontiguración de la identificación partidista, desplazando a Costa Rica desde un sistema de partidos dominado por el PLN hacia un sistema de partidos más competitivo dominado por dos partidos de la centroderecha. Este capítulo enfoca la relación existente entre el surgimiento dc la democracia y los partidos políticos costarricenses, la consolidacion de la hegemonía del PLN y las políticas de bienestar social, y el reciente cambio en las lealtades partidarias.

ORÍGENES DEL SISTEMA DE PARTIDOS CONTEMPORÁNEO

EL SISTEMA DE PARTIDOS ANTERIOR A 1940

Los partidos políticos costarricenses surgieron por primera vez en 1889 con los partidos Constitucional Democrático y Liberal Progresista’. Estos primeros partidos, sin embargo, no eran asociaciones permanentes e ideológicamente definidas. Más bien, eran organizaciones efímeras mayormente destinadas a movilirar apoyo durante las elecciones para algún candidato perteneciente a la clase dominante de exportadores agrícolas2. Entre 1906 y 1936, sólo dos personajes de la elite dominaron la presidencia, Cleto González Víquez y Ricardo JimCnez Oreamuno, cada uno de los cuales sirvió durante tres períodos.

La historiografia reciente ha evaluado el contexto político dentro del cual operaban estos partidos anteriores a 1940. Mario Samper, en un excelente ensayo sobre las fuerzas sociopolíticas y procesos electoralcs cn cl período previo a 1936, concluye que el fraude electoral era parte inte rante, más bien que una aberración o imperfección, del proceso

5 electoral en Costa Rica En este sentido, Costa Rica no era muy diferente del resto de

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América Latina a comienzos del siglo XX, en cuanto a que con mucha frecuencia era la manipulación de los votos lo que decidía los resultados electorales o al menos influía en cllos. No eran, sin embargo, necesariamente los militares costarricenses los que orquestaban este fraude electoral. En realidad, comparado a los niveles latinoamericanos, Costa Rica nunca tuvo fuerzas armadas grandes. En una fecha tan tardía como 1940, las fuerzas armadas activas se limitaban a quinientos efectivos4. Sin embargo, los militares estaban lejos de estar ausentes. Entre 1824 y 1899, los militares organizaron golpes de estado que derribaron a un quinto de los presidentes de Costa Rica. Más aún, al menos cuatro golpes de estado y once rcvucltas contra el gobierno central tuvieron lugar entre 1889 y 1948. Los militares gobernaron Costa Rica la mitad del tiempo entre 1835 y 1899, y los oficiales que asumieron la presidencia fueron casi siempre aristócratas del café5.

Las leyes electorales del siglo XIX, que restrmgian el voto en base a requisitos en cuanto al sexo, la raza, la propiedad y la capacidad de leer, destaca aún más la base ehtista de la política decimonónica en Costa Ric$. Sin embargo, el espacio político para la participación popular SC expandiú considerablemente en el siglo XX. Entre 1900 y 1925, se expandió el sufragio masculino blanco, se establecieron elecciones directas, y se adoptó el voto secreto. En 1923, los partidos de elite enfrentaron el desafio del Partido Reformista, cl primer partido político costarricense que articulara un programa general para el cambio social. Sin embargo, como otros anteriores, este partido personalista fue de muy corta vida. A este efímero movimiento de reforma le sucedió el surgimiento del Partido Comunista. Fundado en 193 1, luego de la Gran Depresi6n, el Partido Comunista fue unos de los primeros partidos costarricenses que se organizó en torno a una plataforma programática, movilizando a artesanos en la capital y a trabajadores dc las plantaciones dc bananos cn la costa. En la década de 1940, el partido tuvo una influencia sustancial en la orientación de la política costarricense.

1.A DÉCADA DE 1940: LA CREACIÓN DE NUEVAS IDENTIDADES POI.íTICAS

La década de 1940 fue testigo de un desafio fundamental al control por parte de la oligarquía de la arena electoral, los recursos estatales y la formulación de políticas. Una división dentro de la elite, en el contexto de un proceso dc organización de la clase trabajadora y media, precipitó una búsqueda afanosa de aliados políticos que, en último termino, enfrentó un movimiento populista, encabezado por el presidente del Partido Republicano, hombre de la elite y orientado hacia las reformas, el líder del Partido Comunista y el arzobispo de Costa Rica, en contra de una alianza opositora compuesta por miembros de clase media y alta del Partido Social Demócrata y por la facción más conservadora de la oligarquía. Las coaliciones multiclasistas, formadas sobre la base de la identificación de enemigos comunes antes que de objetivos programáticos sociopolíticos y económicos, temporalmente pasaron por alto la existencia de proyectos ideológicos que estaban fundamentalmente en conflicto. AI fin de la década, los intereses organizativos del Partido Social Demócrata prevalecieron sobre la oligarquia desorganizada y dividida, mientras se dejaba política e ideológicamente al margen a la clase trabajadora urbana que se había organizado previamente. Este periodo de reorientación política, social y económica constituye una “coyuntura crítica”7. Las fuerzas sociopolíticas de la década de 1940 desatiaron el srstema previo como también precipitaron una realineación fundamental que ha dejado un legado político institucional permanente,

La oligarquia se divide

Adentrándose Costa Rica en la decada de 1940. el Estado oligárquico parecía intacto, Las elecciones de febrero de 1940 resultaron en la selección del Dr. Rafacl Angel Calderón Guardia, del Partido Republicano (PR) con un 85 por ciento del total de los votos’. Elegido por el Presidente anterior, León Cortés Castro. y nacido en el seno de una prominente familia cafetalera, Calderón representaba ostensiblemente la continuación del control y la unidad politica de las elites dedicadas a la exportación dc café.

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Los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. sin cmhargo, exacerbaron las divisiones políticas latentes -sobre la legislación relativa a la seguridad social y la selección del presidente de la Asamblea Nacional- dentro de una clase oligárquica confrontada con la creciente organización de las clases populares. El Il de dicicmbrc dc 1941, el Presidente Calderón declaró la guerra a Alemania. Kespondiendo a la presión de los Estados Unidos, Calderón expropi6 las tierras y los bienes de costarricenses de ascendencia alemana e italiana, y colocó a esta gente en campos de detención cn Costa Rica y Texas’. La oligarquia, generalmente favorable al Eje, percibió incorrectamente esta medida como un ataque contra cl modelo oligárquico de crecimiento económico. Desde mediados del siglo XIX, Costa Rica había desarrollado una economía de monoexportación cafetalera. La fuerza política, económica y social dependía de la propiedad de la tierra para procesar, vender y financiar la cosecha de café. La elite económica estaba, en gran parte, dominada por gente de ascendencia alemana que había asumido posiciones particularmente poderosas en el procesamiento y financiamiento del cafe, las dos actividades más prestigiwas y generadoras de riquezas. Así, la política de Calderón contraria al Eje, atacaba dnectamente a algunos de los personajes más influyentes y ricos de Costa Rica, y gcncraha temor y oposición dentro de ciertos círculos oligárquicos. La oligarquía se dividió por último en dos grupos: uno que buscaba reformar (aunque no transformar fundamentalmente) la economía politica de Costa Rica, y otro resuelto a conservar cl sistema sociopolitico y socioeconómico existente.

La alianza populista y la polarización

La oposición dentro de los sectores agroexportador e industrial derivó en preparativos para un golpe de estado. Los esfuerzos por incluir al Partido Comunista en este golpe anticalderonista precipitó la formación dc alianzas multiclasistas de partidos, rasgo característico de esta decada. Manuel Mora, fundador, y luego líder del Partido Comunista (PC), argumenta que un rcpresentantc dc la facción anticalderonista invitó al PC a unírseles en un golpe. Mora alega que el declinó hacerlo porque, por una parte, la ra&n dc la facción elitaria para cl golpe era la oposición a las políticas antinazis de Calderón, la única materia en que Calderón y el PC concordaban; por otra parto Mora sabía que un golpe exitoso podía llevar hacia un entorno todavía menos proptcio para los trabaladores. El golpe no SC materializó.

El Partido Comunista rechazó la alianza con la oligarquía para formar otra con el Presidente Calderón, quien SC identificaba con la facción oligárquica orientada a la reforma. La alianza PR-PC ayudó a fortalecer a Calderón’“. Especialmente. Calderón conquistó cl apoyo dc las clases bajas en San José y en las plantaciones bananeras, los dos sectores en que el Partido Comunista era especialmente fuerte. La prosecución de una estrategia de Frente Popular por parte del Partido Comunista aumentó substancialmente su influencia en círculos políticos oficiales, más allá dc su número real dc adherentes, y conquistó espacio para una intensa organización de los trabajadores. La decisrón del Arzobispo tinabria de unirse a la alianra le dio un rasgo todavía mas peculiar- a esta poco común coalición popuhsta, y atrajo cl apoyo popular cn sectores dc la comunidad catolica costarricense. Esta unión histórica del PR. el PC y la Iglesia sorprendi6 a muchos e inculcó temor a otros. En cl ano siguiente, el gobierno logró hacer aprobar una legislación social. incluyendo un capítulo constitucional sobre garanlías sociales.

La verdadera agenda de Calderón cn csos años permanece incierta. Algunos argumentan que la conciencia social cristiana de Calderón informó su dcsco político de implementar estas reformas. Otros argumentan que la necesidad tactica de una alianza con cl Partido Comunista condujo a las reformas. Una explicación m& realista identifica la interacción de estos dos elementos como el impulso para la reforma. Calderón no había mencionado reformas sociales durante sus períodos como diputado. ni las había subrayado durante su campana presidencial Sin embargo. la víspera de su asunción del mando, se refirió a ellas e, independientemente de la presión del Partido Comunista o de la clase trabaiadora,

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inició una legislación sobre seguridad socnd que esenciahncntc vino a crear un mercado de salud paralelo para los trabajadores”. Las reformas subsigutentes, sin embargo, parecen haber sido una respuesta a presiones del Partido Comunista y el deseo relacionado a este hecho de conseguir el apoyo de la clase trabajadora.

La legislación más significativa dc la administración de Calderón fue el primer código laboral de Costa Rica (1943). Junto a la legislación sobre seguridad social (1941), garantfas sociales (1942) c impuestos a la renta y la propiedad (1947), este código echó lena al fuego de la oposición a Calder6n”. La frecuente presenlación de Calderón y Mora juntos dio lugar a las acusaciones de “caldero-comunismo”. Las elites objetaban lo que percibían como la creciente influencia del Partido Comunista en el gobierno. A la altura de 1942, el Partido Comunista había crecido en fuerza y había logrado el 16 por ciento de la votación en las elecciones legislativas’3. En 1944, el PC hizo una alianza electoral formal con el PR para elegir a Teodoro Picado, el candidato preferido por Calderón En contra dc esto, la oposición se unió alrededor del candidato del recientemente formado Partido Unión Nacional (PUN), León Cortes, el presidente profascista (1936-1940) que había elegido a Calderón como su sucesor para las elecciones de 1940. Cortés encabezó subsecuentemente la oposición a Calderón, agrupando alrededor suyo a las élites agroexportadoras en una campaña contra el caldero-comunismo.

Surgimiento del Partido Social Demócrata

En medio de estas divisiones y alianzas cambiantes. un pequen0 número de estudiantes y profesores de derecho formaron en 1940 un grupo de estudios que luego llegó a ser cl Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales (Centro). El Centro articuló una crítica nacional que desafiaba los soportes políticos y económicos del regimen liberal y el capitalismo agrario existente. Estos estudiantes y profesores de clase media y clase media alta usaron su posición para fundar en 1945 el Partido Social Demócrata (PSD). Ellos desarrollaron un marco de referencia intelectual que ha dado forma al discurso político y las políticas públicas en Costa Rica desde 1948.

El Centro formulaba tres objetivos principales. En primer lugar, quería modernizar el sistema político. Consideraba su análisis de los problemas nacionales como el paso inicial hacia la eventual formación de su propio partido político programático. Denunciaba cl sistema de partidos personalista y no ideológico que surgía y desaparecía dc acuerdo a los resultados de elecciones corruptas y fraudulentas. Argumentaba que estas prácticas, junto a la completa falta de educación política de la sociedad, impedían el aumento de una población politicamcnte consciente y activa. Así, llamaba a la formación de partidos políticos permanenlcs con una clara orientación ideologica y un compromiso a la reforma social y económica.

En este espíritu, el Centro atacó a Calderón por pcrscguir oportunistamente reformas sociales para ganar un apoyo público que le era muy necesarm Denunciaba sus políticas fiscales, senalaba la existencia de corrupción en el gobierno, y. en último termino, deploraba el surgimiento del caldero-comunismo. De modo semejante, cl Centro atacaba al Partido Comunista por su orientación leninista y por concilrarse con el gobierno al que se había opuesto tan enconadamente en las elecciones de 1940. El Centro observaba correctamente el viraje del PC. Es importante notar, sin embargo, que cl Centro mismo hizo alianzas que parccian contradecir su posición ideológica declarada: el Centro hizo más tarde una alianza formal con la misma facción oligárquica conservadora a la que se había opuesto ideológicamente. Además, el ataque del Centro a la ideología del PC resultaba complicado por su propio llamado a la formación de partidos programáticos y por el status del PC como cl primer y único partido con una plataforma programática y una organización política permanente. El alegato del Centro en favor de organiLaci«nrs políticas con base doctrinal, por un lado, y por otro, su condenación del PC sugmrcn que cl alegato era un alegato calificado. Como la mayor parte de la izquierda latinoamericana no comunista, apoyaba la formación de partidos politrcos modernos, pero no comunistas.

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En segundo lugar, el Centro analizaba y denunciaba los males socia& de una economía no regulada de libre mercado. Influido por la Aliatwa Popular Revolucionaria Americana (APRA), Keynes y Roosevelt, este grupo argumentaba que la concepción liberal a la Smith acerca de la ventajas de la economía laisser-fnire omttia la predicción y explicación de las desventajas que sufrían los sectores bajos y medios. Especíticamcntc cn cl caso de Costa Rica, el Centro anunciaba la necesidad de una burocracia estatal tecnocrática, la intervención estatal y la regulación estatal a fin de modernizar la economía y mitigar los efectos socioeconómicos producidos por el sistema.

Irónicamente, mucho de la Icgislación social de la administración de Calderón correspondía a las propuestas articuladas por el Centro. Sin embargo, el Centro propiciaba reformas sociales por razones muy diferentes. Esperaba abrir la arena política y económica para facilitar su propia entrada; en contraste con los movimientos latinoamericanos populistas como el APRA, el Centro no buscaba activamente movilizar a los trabajadores organizados como parte de su estrategia. Calderon, al profesar idcalcs social-cristianos y aliarse con los trabajadores organizados, esperaba implementar medidas populistas sin cambiar fundamentalmente las estructuras socioeconómicas. Esto ha Ilcvado a Jacobo Schifter a calificar a los miembros del Centro como transformadores no populistas y a Calderón como un populista no transformadori4.

El tercer objetivo del Centro era promover el desarrollo económico, incluyendo la diversificación agrícola, la industrialización, el aumento del acceso al crédito y el establecimiento de cooperativas. En breve, el Centro quería proporcionar un nuevo modelo socioeconómico, dado el agotamiento que se percibia del modelo oligárquico de crecimiento y gobierno.

En marzo de 1945, el Centro se fusionó con Acción Demócrata (AD) para formar el Partido Social Demócrata (PSD)“. AD hahía sido una organización política juvenil pequena que en la década de 1930 había apoyado a Cortés para luego distanciarse de Cl. Los miembros más visibles de AD, Jose Figueres Ferrer, Francisco Orlich y Alberto Marttn, fueron algunos dc los organizadores primarios y actores dc la guerra civil de 1948”. Aunque la AD articulaba un compromiso a la reforma, su posición tdeológica era menos coherente y sofisticada que la del Centro. Una afírmactón común es que AD contribuía la impetuosidad política, mientras el Centro proporcionaba el marco intelectual. El PSD evolucionó en 1951 para formar el Partido Liberación Nacional (PLN). partido dominante después de la guerra civil.

La alianza opositora y el la guerra civil de 1944

En 1947-1948, estos grupos de oposición (las elites agroexportadoras organizadas en el PUN y los sectores juveniles, profesionales. intelectuales y empresariales organizados en el PSD) formaron una alianza electoral contraria a Calderón. En las elecciones de 1948, presentaron a Otilio Ulate como su candidato presidencial. Una oposición compartida a la coahción populista, que incluía al PC y un movimiento laboral en crecimiento, enmascaraba agendas en conflicto. El PUN quería mantener la estructura soctoeconómica existente y limitar la intervención estatal. El PSD estaba comprometido a la modernización de la economia agroexportadora. la limitación del poder de las clites agroexportadoras, y a proporcionar el potencial para la movilidad social de la clase media, posiciones estas que requerían el crecimiento del Estado y un aumento de su intervención. La lógica de la competencia democrática Ilcvó a todos los partidos existentes a hacer alianzas que traicionaban sus objetivos e identidades partidistas,

Las peripecias de las elecciones de 1948, que opusteron al Presidente Calderón contra Otilio Ulate, proporcionaron la excusa para la guerra civtl. Junto con la intriga, el rechazo por el Congreso de los resultados electorales condujo a justificados reclamos de fraude. Poco despuk Figueres comenzó la guerra civil entre su amalgama de fuerzas “liberadoras” y los comunistas que luchaban por la presidencia de Calderón. Incluso hubo trabajadores bananeros

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de la costa que viajaron a San José para defender a Calderón y la legislación social conseguida durante su administración. Su participación fomentó más aún los conflictos de clase, raza y nacionales, puesto que muchos de los trabajadores bananeros era de ascendencia jamaicana o nicaragüense. Las fuerzas de oposición emergieron victoriosas de la guerra, derrotando al movimiento populista encabezado por Calderón, Mora y Sanabria.

Figueres justificó la guerra civil como la respuesta al fraude electoral dc 1944 y 1948, y la necesidad de restablecer la tradición democrática costarrtcense, que en realidad no existió antes de 1949 (como se ha dicho más arriba). Las afirmaciones que siguieron de Figueres y otros sugieren que habia estado organizando por años una respuesta armada en conjunto con la Legión Caribeha, revolucionarios extrameros comprometidos al derrocamiento dc,slos dictadores, particularmente Trujillo, de la República Dominicana, y Somoza de Nicaragua

EL LEGADO DE LA GUERRA CIVIL DE 1948

La guerra civil terminó con la victoria de la alianza opositora compuesta por el PSD y el PUN. Inmediatamente dcspucs de esto, la coalición se desmoronó, aunque ninguna de las facciones logró obtener el dominio. Schifter argumenta en forma convincente que el proceso democrático que surgió de la guerra fue la consecuencta no querida del empate dentro de la alianza opositora que inicialmente impidió a cualquiera de los dos partidos obtener el control político absoluto. Habiendo derribado el gobierno populista de Calderón, la alianza opositora perdió su razón de ser. Surgieron diferencias fundamentales en cuanto a los objetivos económicos, sociales y políticos que destruyeron la coahción y crearon feroces adversarios. Esencialmente, Schifter argumenta que la solución democrática q,use surgió en 1948-1949 representaba la segunda mejor opción para todos los actores políticos

El empate político entre los dos partidos tomó el cm-so siguiente: Ulate, quien representaba a la oligarquia conservadora y al PSD en las elecciones presidenciales de 1948, surgió de la guerra como el ganador legitimo de las clecciones; sin embargo, dejó de rcprcscntar a los miembros del PSD y, por lo tanto, pasó a representar solo a los conservadores vinculados al PUN. La oligarquia, sin embargo, carecía de las armas y la legitimidad que tenían los luchadores nacionales de la guerra cwtl de 1948, la mayoría de las cuales eran miembros del PSD. El PSD claramente necesitaba el respaldo económico, como tambien el apoyo electoral movilizado por la oligarquía, para promover su proyecto político. Para asegurar que las élites no lo usaran para dominarlos, necesitaban abolir el cjcrcito existente*‘. Figueres y Ulate firmaron el pacto Figucrcs-Ulate en 1948. En él se designaba a Figueres para encabezar una junta revolucionaria por dieciocho meses. SC confirmaba a Ulate en la presidencia, se afirmaba que éste asumiría el cargo al término de la Junta, y SC convocaba una Asamblea Constituyente.

En las elecciones para Asamblea Constituyente de 1948, el PSD obtuvo sólo tres asientos de cuarenta posibles, en contraste con la mayoría obtenida por el PUN, el partido de Ulate. Al fin de la guerra civil, el PSD, como partido más bien que movimiento armado, claramente carecía de apoyo electoral popular Las diferencias ideológicas entre el PUN y el PSD salieron a luz en los debates de la Asamblea Constituyente El PSD quería una propuesta enteramente nueva como base de discusión, pero los elementos oligárquicos querían usar la Constitución de 1871, demostrando así su inequívoca afinidad con el sfaru que. En tanto que el PSD promovia la intervención estatal en las áreas social y económica, los representantes de la oligarquia argumentaban por los principios del /crisser-fnire. El resultado fuc una mezcla interesante del Estado bienhechor y las políticas liberales clásicas. Finalmente, la mayoría de los líderes del PUN intentaron proscribir al PC; sin embargo, algunos representantes del PSD, oponiendose a voces que surgían de la Asamblea Constituyente y dentro de la junta revolucionaria, argumentaban en vano que esa postura era antidemocratica, y, por lo tanto, peligrosa.

A pesar de la minima representacion del PSD en la Asamblea Constituyente, la junta revoluctonaria, durante su breve gobierno, fortaleció la mano del PSD promulgando dos

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dccrctos que provocaban aún más a la oligarquía (sus antlguos aliados) y las clases bajas, contra quienes habían luchado en la guerra civil. Por una parte. lajunta nacionalizó los bancos e impuso por una vez una contribución del 10 por ciento sobre cualquier capital de más de 50.000 coloneszl. La junta justificó esta medida radlcal como necesaria para promover los intereses de las clases populares y para modernizar el sistema económico. Estos cambios facilitaron cl crecimiento de una nueva clase de empresarios urbanos, aunque dentro de una economia primariamente agroexportadora. Estos decretos beneficiaron subsiguicntcmcntc a la clase media más que a cualquier otro grupo. Lo que es más importante, la nacionalización de los bancos socavó el control por parte de la oligarquía de las instituciones financieras y proporcionó mayores oportunidades a una clase empresarial que emcrgia. Estas medidas aumentaron la autonomía del Estado, y, hacia fines de la década de 1940, el PSD organizado prevalecía sobre la desorganizada facción oligárquica conservadora.

Por otra parte, la junta y los gobiernos que la siguieron socavaron la capacidad de muchas organizaciones laborales existentes, que cskban mayormente afiliadas al PC, para iniciar y sostener una acción política. La junta proscribió al bien organizado Partido Comunista, arrestando a sus miembros y forzando a otros a autoexiliarsc**. Proscribió tambikn a la mayor de las confederaciones dc trahajadorcs. la Conkdcración de Trabajadores de Costa Rica (CTCR), como a todos los sindicatos afiliados a ella. El ll de mayo de 1948, la junta despidió a todos los empleados públicos sin pagarles indemnización o darles el derecho a apelar. También autorizó a las empresas privadas para despedir a todos los trabajadores que bc identificaban con las administraciones anteriores o fueran percibidos como políticamente peligrosos23. A fines de 1948, de entre 204 sindicatos laborales, 163, principalmente afiliados a la CTCR, estaban inactivos, Sólo en 1949, el Mmisterlo del Trabajo disolvió 51 sindicatos. En junio de 1949, el ministro del trabajo pidió la disolución dc la CTCR. En el período comprendido entre 1948 y 1953, la cantidad dc sindicatos registrados en el Ministerio del Trabajo declinó dc 204 a 74. Las organizaciones laborales no fueron enteramente extinguidas. La confederación laboral de inspiración católica, por ejemplo. fundada por un sacerdote que había apoyado a Figueres en la guerra civil, no Tue objetivo de las acciones contrarias a los trabajadores. Pero esta confederación no consiguió nunca la participación masiva de trabajadores que tuvo la CTCR. Otros sindicatos comenzaron a surgir cn la década de 1950, pero su cantidad de miembros tampoco fue muy Impresionante y su influencia fue muy limitada. El establecimiento de sindicatos en el período posterior a 1948, sin embargo, no indica necesariamente una organización de los trahz+&rcs, puesto que son ahora mas bien los profesionales y tecnkratas los representados por los sindicatos. Hacia fines de la década de 1970, uno de cada diez trabajadores estaba sindicalizado, pero sólo uno de cada vcinlc trabajadores industriales y uno de cincuenta pequeños productores rurales lo estaba24.

El Estado también promulg6 leyes contrarias a los trabajadores que socavaron todavía más las organizaciones laborales. Luego de la represión inmediatamente posterior a la guerra civil, el control laboral ha sido mediado por los tribunales, cl Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Seguridad Pública. Estas leyes prohíhcn la actwdad polítxa de los sindlcatos laborales; tal actividad puede llevar a la disolución de los sindicatos acusados; no se proporciona protección legal a los dirigentes smdlcales; permiten cl despido dc los trabajadores que traten de organizar sindicatos, y pcrmitcn despidos sin justificación. Más aún, los trabajadores del café, el azúcar y la palma africana no tienen derecho a huelga”. Finalmente, en muchas empresas prevalecen prácticas laborales injustas que socavan la organización laboral, particularmente en la rorma del “solidarismo”. El gobierno ha hecho poco para corregir estas prácticas26.

En breve, desde 1948, los trabajadores orgamzados. particularmente los de filiación comunista, han disminuido considerablemente en fucr/a numérica, organkativa y Política. Los sindicatos enfrentan obstáculos políticos que ImpIden su partupación en la democracia política que se fundó, en parte, en su desmowliracl~n. Por su parte, los partidos políticos están principalmente interesados en políticas no laborales o amilaborales.

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La década de 1940 se cerró con una oligarquia políticamcntc debilitada y con la desarticulización del movimiento laboral mayormente dominado por el PC. Los intelectuales y políticos del PSD consolidaron las reformas sociales de la década de 1940 y se apropiaron de ellas, mientras simultáneamente transformaban cl sistema político. A través del discurso oficial propagaban el mito de la democracia costarricense pre 1940, y despojaban a Calderón de su muy importante papel en la promoción dc reformas sociales fundamentales. En último término, el PSD logró legitimar la guerra civil como restauración dc la democracia y logró también para sí la denominación de liberadores del pueblo costarricense. Aunque el PSD fue electoralmente débil en las elecciones para la Asamblea Constituyente de 1948, a partir de 1951, cuando el partido cambió su nombre por el de Partido Liberación Nacional (PLN), y durante la década de 1980, dominó la politica electoral de Costa Rica. Los partidos oligárquicos, debilitados en cl periodo inmcdiatamcntc posterior a 1948, han ocasionalmente ganado elecciones formando coaliciones anti PLN.

Esta redefinición de la politica recuerda el analisis que hace Przeworski del compromiso de clase, aunque con una modificación. Przeworski argumenta que podemos entender la estabilidad de los países capitalistas europeos occidentales como un compromiso entre capital y trabajo, en el cual el capital acuerda proporcionar un salario decente a los trabajadores a cambia del acuerdo por parte de los trabajadores de no empefiarse en luchar contra el sistema27. En Costa Rica, la decisión de institucionalizar la democracia política condujo auna reconfiguración de una nueva coalición políticamente dominante. Aunque Prreworski subraya el compromiso entre trabajo y capital, en Costa Rica el compromiso, como en la mayor parte de América Latina, se dio entre la clasc media cn ascenso y la oligarquía dividida. Incluía un compromiso a la diversificaci6n económica, como también la promesa de no tocar la propiedad privada. Figueres había de traicionar parcialmente este compromiso con la nacionalización de los bancos, pero no alteró la propiedad de la tierra, las firmas procesadoras o las empresas comerciales. El compromiso se predicaba también sobre la exclusión política del PC y organizaciones afiliadas, como sobre la consolidación de un Estado bienhechor que proporcionara servicios sociales y se anticipara a las demandas de grupos de base popular. Al final, la oligarquía como un todo tendría que operar cn un rmcvo sistema político y económico que ya no dominaba. El PSD asumirla el liderazgo de este nuevo bloque gobernante. La lucha antes y despu6s dc la guerra civil fundamentalmente daba forma a las relaciones Estado-sociedad y a la identidad y fuerza de los partidos políticos costarricenses posteriores a 1948.

EL SISTEMA DE PARTIDOS POLíTICOS

La adhesión partidaria en el periodo posterior a 1948 refleja en gran parte las simpatías por las principales Figuras políticas que surgieron durante el periodo de reformas entre 1942 y 1948 y por las posiciones adoptadas durante la guerra civil misma. Hasta el día de hoy, los dos bloques partidarios principales se identifican con los personajes alrcdcdor de los cuales giraba la política de los anos cuarenta: Calderón (PR) y Figucrcs (PSD, más tarde PLN); la gente continúa identificándose como “calderonista” o “tiguerista”. Las facciones relativamente debiles del PC tamhién se centran en personalidades de ese período, particularmente Manuel Mora*‘.

Contando con idcntiticaciones partidistas hist6ricamente enraizadas, el PLN ha dominado el sistema de partidos desde 1951 hasta 1980. Desde 1951, cuando Figueres fundó el PLN, la politica ha estado efecttvamente caracterizada por fuerzas liberacionistas o antilihcracionistas. Las primeras son miembros del PLN. pero las últimas consisten de partidos dispares ue han formado camhiantcs alianzas sobre la base de una oposición compartida al PLN w Desde 1953 hasta 1990, el PLN ha recibido más del 40 por ciento de los votos cn clccciones presidenciales (ver Cuadro N” 3.1). Desde fines de la década de 1970, sin embargo, las fluidas fucrïas ami PLN han presentado un desafío más serio y han empujado a Costa Rica hacia un sistema hipartidista más claramcntc definido.

GUERRA CIVIL Y BIEINESTAR SOCIAL 69

Cuadro N”3.1 Porcentaje de los votos obtenidos por partido o bloque cn las elecciones presidenciales, Costa Rica. 1953-1990

(porcentajes)

A,r”w:u .AA,> PLW con.sen~ad,wr, ,X,“Wd<, ,4hae,zcrú,zh

1953 64.7 35,3 - 32.8 1958 42,s 46.4 - 35,3 1962 50.3 35.3 0.9 19,1C

1966 49s 50,s 1970 54.8 41,2 1974 43,4 30.4

1978 43.8 50.5

1,7 2,9 2.9

18,6 16,7 20,l 18.7

El liderazgo del PLN y de los partidos anti PLN emplea un lenguaje universalista y populista para galvanizar las alianzas multiclasistas’O. En realidad, esto ha llevado a los anahstas a definir los partidos políticos costarricenses como máquinas electorales (dependen de vínculos de patronazgo y llamados vagos con cl fin de ganar) y de organizaciones “gelatinosas” (son organizaciones fluidas incapaces de controlar a sus miembros elegidos)31. Gudmundson observa, por ejemplo, que “los diputados del partido gobernante han actuado rara vez al unísono en cuestiones que no sean smo de impacto muy limitado...El problema era la incapacidad del partido gobernante para curar tilas y coordinar sus propias fuerzas”32.

Mis aún. los partidos parecen cxistu cuando están en la oposición. no cuando están en el goblerno: una vez en el gobierno, los partidos cfcctivamente se disuelven en cuanto los cuadros de alto nivel asumen puestos de gobierno, dejando la organización en manos de líderes partidarios de nivel medio que son frecuentemente medlocres. A pesar de esta fluidez, es raro encontrar políticos de alto nivel que cambien de un partido al otro, como ocurre en Brasil y Ecuador; 1978 fue una excepción (como ~ercmos más abajo). En breve, se trata de una situación de partidos “atrapatodo” con disciplina partIdarla limitada.

El Partido Liberación Nacional

El PLN fuc fundado en 1951 por Figueres ) otros miembros del PSD. Entre 1948 y 1953. el PSDIPLN cultivó el apoyo popular, del que había carecido en las elecciones para Asamblea Constituyente de 1948, aprovechando la ola de la”libcración” y apropiándose de las reformas sociales de la década de 1940 como si fueran suyas. A fines de lY52, el PLN se había establecido en todos los cantones de Costa Rica, como también en el 82 por ciento de los

70 DDBORAH J. YASHAR

Cuadro N”3.2 Porcentaje de votos obtenidos por partido o bloque en las elecciones legislativas, Costa Rica, 1953-1990

(porcentajes)

1958 41.7 22,4 (PKNI), 21.4 (PUN) -

1962 48,9 33,5 2.4 1966 48,9 43,Z (PUuN) -

1970 50,7 35,9 (PUnN) 5,s 1974 40,9 24.1 (PunN) 4,4 1978 38,9 43,4 (CU) l,l 1982 SO,5 33,s (CU) 7,2

1986 47.8 41.4 (PUSC) 1990 41,9 46.2 (PUSC) 2:

b Las slglas del Partido Conservador significan lo srgumte’ PRNI, Pamdo Repoblmno NmanJ Independiente; PUN, PartIdo “n,Un Nacional; PUnN, Partido llnificación Nacional: CU, Coahaón “n,da$ PUSC, Parhdo Unidad Social CrlStGXla.

c En 1990 la izquwda obtuvo menos del 2% de los votos

distritos33. En este sentido, el periodo entre 1948 y 1953 puede ser calilicado como de definición ideológica y partidista. Rojas Boltios indicaba que hasta la camptia de 1966, el PLN tenía verdaderamente una vida independiente de si tenía o no el gobierno. El partido estaba involucrado en la formación de nuevos cuadros y tenía una plataforma política. Pero con el creciente control de Daniel Oduber, el PLN de.jó de lado su plataforma politica. Rojas Bolarios sostiene que hoy en día el PLN es sólo una maquinaria electoral’4.

Desde 1953, el PLN ha dominado la política de partidos costarricense, manteniendo una mayoría en cl Congreso, excepto en dos periodos, de 1978 a 1982 y de 1990 a 1994 (ver Cuadros Nos 3.1, 3.2, 3.3). Dado el papel primario del legislativo de Costa Rica, el PLN ha ejercido una tremenda influencia sobre la dirección de la política estatal. Mas aún, ha ganado la mayoría de los períodos presidenciales: Figueres (1953-1957), Orlich (1962-1966), Figueres (1970-1974), Oduber (1974-1978). Monge (1982-1986) y Arias (19X6-1990). Carazo, quien gan6 en 1978, era un líder del PLN que dejó cl partido poco antes dc las clecciones de 1978, se presentó por la coalición de oposición, y dividió el voto del PLN. Esa fue la primera vez en el periodo de posguerra en que el PLN perdió su mayoría en el legislativo.

Las figuras primarias del PLN que han dirigido fundamentalmente el partido, y que mmbien han formulado las políticas, participaron en el Centro y en el PSD. Los principales ideólogos eran los intelectuales más calificados en el Centro, y el discurso partidario refleja los análisis y soluciones propuestos en la dtcada de 1940. El PI.N, fundado ostensiblemente como partido no ersonalista y doctrinal, ha llegado a ser identificado con su fundador, José “Pepe” Figueres 3P De hecho, El dominó el partido a comienzos de la década de 1970, despu6s de lo cual emergió la “troika”, que incluía también a Dame1 Oduber y Francisco Orlich. Se afirma comúnmente que Fi y Orlich la centroderecha 3E

ueres representaba cl centro. Oduber reprcscnva la centroizquierda, La mitad de la decada de 1980 pareció marcar una nueva fasr,

con la creciente influencia de la nueva facción neoliberal del partido’7. A la altura de 1971, las tres organizaciones laterales principales del partido eran un

grupo juvend, una sección femenina y un cuerpo de segundad armado. La información sobre estos grupos afiliados es limitada y anticuada. Según English. el movimiento juvenil tenía comisiones locales en todas las capitales provinciales Parles del grupo juvenil han frecuentemente presionado al partido para que adopte una linea más radical, y cl movimiento

GUERRA CIVIL Y BIENESTAR SOCIAL 71

Cuadro N”3.3 Escafíos obtenidos por partido en las elecciones legislativas, Costa Rica, 1953- 1990

,953

1958 1962 1966 1970 1974

30

20 29 :z

27

11 (PD), 1 (PUN) 3 (PRNI) 10 (PUN), ll (PRNI) 9 (PUN), 18 (PR) 26 (PUnN) 22 (PUnN) 16 (PUnN)

1978 25 27 (CU) 3 (PU), 1 @PC) 1982 33 18 (CU) 4 (PU) ,986 29 25 (PUSC) 1 (PU), 1 (AP) 1990 25 29 (PUSC) 1 (PU)

1 (LDP)

2 (PAS) 2 (PAS) 1 (PDC), 6 (PNI) 1 (PDC), 6 (PNI)

3 (PRD), 1 (PUAC), 3 (PRD), 1 (PUAC), 1 WV 1 WV 1 (PUAC) 1 (PUAC) 1, “‘z 1 WA) 1, “‘z 1 WA)

I(PUAC), 1 (PUG) I(PUAC), 1 (PUG)

57 57 57 57

FUENTES: Igual que en Cuadro N” 3.1. NOTAS: Las siglas y agrupaames de partidos son las s~gucntcs: I’LN, Pando Liberach NmonaJ. Akmzas

comenwdoros: PD, Panido Demócrata; PUN, Pamdo Umón Nmona,; PRN,. Partido Republicano Nacmnal Independiente; PR, Pmido Republicano; PUnN, Parado “mticac,ón Nacional, CU, Coalich Unidad; PUSC, Partido Unidad Social Cristiana. hqrrienla: PADP, Partido Accih Democrática Popular: PAS, Partido Acción Socialista, PU, Pueblo Unido; FPC, Frente Popular Cosmricense, AP, Alianza Popular Ponidos menores: PI, Partido Independiente; PIJCR, Partido Umón Civico Revolucionario, PDC, Partido Demócrata Cristiano, PNI, Partido Nacional Independiente, PRD Partido Rreuveción Democrática. PUAC, Partido Unión Agricola Cartagmés: PFW Partido Republicana Nacmnal, MN, Movumento Nacional. ADA, Acción Democrático Alajuelenre, PUC, Partido Unióa Gene~aletia.

II Segim las cifras para las decc,ones de 1958, los escaños stunan 44. n” los 45 esperados

juvenil mismo se ha dividido sobre cuestiones ideológicas. La sección femenina, parecida a un cuerpo auxiliar femenino, tenía tambitn representantes locales a nivel cantonal, pero no era un grupo muy poderoso. En cuanto a la fuerza de seguridad armada, SC trataba de una organización paramilitar evolucionada a partir del EjCrcito de Liberación Nacional de 1948, y ha operado desde entonces de forma semiclandestina. A mediados de la década de 1960, las fuerzas activas eran menos de mil. Sin embargo, en caso dc cmcrgcncia, la organización de seguridad era capaz de movilizar muchos más miembros del partido con entrenamiento militar. Ha proporcionado guardaespaldas a los candidatos del PLN, y se hace presente en mitines y manifestaciones. El partido ha tenido tambikn clubes deportivos y recreativos, y una federación laboral que se separó del PLN a mediados dc la década de 196038.

En teoría, el PLN es un partido social demócrata y pertenece a la Internacional Socialista; el ex presidente Daniel Oduber fue vicepresidente dc esa organización”. Basilndose en los an&lisis elaborados por el Centro a comieruos de la década dc 1940, el PLN ha alegado en favor de un aumento de la intervención estatal, el crecimiento del estado de bienestar, e incentivos para la modernización econdmlca que desatían los clásicos postulados liberales. Pero la estructura organizativa del P1.N no refleja sus confesados principios socialdemócratas. Como lo afirmaba en 1976 un documento de trabajo del PLN: “Nosotros los liberaclonistas no podemos decir que la estructura y organización del partido correspondan a los de un partido social demócrata. A pesar de los esfuerzos dc algunos de nuestro cuadros que en el pasado han promovido la vía de la completa democratización de nuestra organización, en veinticinco años de lucha no hemos alcanzado nuestro objetivo de implement;;ouna estructura que sea reconciliable con nuestra postura ideológica yio nuestros programas

En contraste con sus contrapartes social demócratas en Europa Occidental, y como lo afirmara el ex presidente Luis Alberto Monge, el P1.N ha carecido históricamente de una base fuerte dc clase obrera, y ha omitido cultivar un apoyo de esta misma clase. Esto es irónico,

72 DEBORAH J. YASUAR

puesto que los partidos social demócratas surgieron en Europa Occidentill precisamente a causa de, más bien que además de, una base clectoral dc clase obrera. Como resultado de la represión posterior a la guerra civil, la clase obrera organizada hoy en dia está grandemente debilitada y se muestra ambivalente frente al PLN. Como sucedió en la década de 1940, las fuerzas más firmemente antiliberacionistas han sido los trabajadores de las plantaciones bananeras en la costa. Algunos sectores de la clase obrera urbana. sin embargo, comenzaron a votar por el PLN a mediados de la década de 1960. Con todo, como lo demuestran los análisis electomies de Wilberg Jim&neL Castro, el PLN no ticnc una base en ninguno de los dos grupos

La mayor base de apoyo proviene de las zonas rurales42. Desde la guerra civil, el PSDIP1.N ha cultivado el apoyo de los campesinos, aunque no ha establecido una rama campesina dentro del partido. Jiménez Castro y Martz, en sus estudios de las elecciones costarricenses, han concluido que el PLN es más fuerte en las zonas rurales, particularmente en la Meseta Central, donde viven la mayor parte de los costarriccnscs. En la costa, el PLN es débil, y los trabajadores bananeros continúan votando por la lista anti PLN. Martz afirma:

Lk las cuatro provincias concentradas sobre IU A4welu Centrul, todas excepto una (Cartago) han mostrado consistentemente que el patado es más fuerte fuera de las zonas urbanas...Esto indica claramente que, en las provincias. la fuerza del partido ha provenido de las zonas rwales, más bien que de las urbanas. En 10s dos provincias costeras el esquema es diferente. Liberación Nacional ha sido mis fuerte en la ciudad que en la provincia en tres de las cuatro elecciones en Puntarenasy en las cuatro contiendas en Limón43.

El PLN ha empleado el mito de una democracia rural, colocando a los campesinos en el centro de una explicación de los orígenes y crecimiento de la democracia política en Costa Rica44. La retórica del PLN ha universalizado implícitamente la experiencia de los campesinos de clase media y, por lo tanto, ha disimulado las discrepancias económicas entre terratenientes, entre terratenientes y trabajadores rurales, y entre políticos del PLN y las bases electorales rurales del partido. Figueres, por ejemplo, ciertamente la figura más pública y dominante del partido, declaró repetidamente que en su corazón él no era un político sino un campesino, como la mayoría de los costarricenses. Figueres, sin embargo, poseía una gran finca, semejante a un pequeflo pueblo, que empleaba a cientos de trabajadores que vivían, compraban e iban a la escuela en la plantación; tenía más en común con un gran terrateniente que con un campesino dc subsistencia o mediano. DC modo semejante, Walter Coto Molina, secretario general del PLN, es tamhikn mencionado como hi.jo de campesino. Como vale, sin embargo, para casi todos los dirigentes partidarios en el resto del mundo, la mayoría de los dirigentes partidarios costarricenses provienen de familias de clase media o clase media alta, a pesar de la retórica del partido.

Esta retórica, junto a los avances logrados hasta hace poco por el campesinado, aseguró ana base clcctoral rural. Como observaba Denton en 1971: “Cl PLN ha sldo capaz de retener la lealtad de más del 50 por ciento de los residentes de zonas rurales, los minifundistas, los agricultores medianos y los habitantes de los pueblos. Pero esta mayoría está siendo gradualmente erosionada por otros partidos, a la vez que el PLN se orienta más y más a grupos urbanos y trabajadores de cuello blanco”45. Como lo afirmo en el análisis de las elecciones dc 1990, el PLN ha perdido, al menos temporalmente, su apoyo tradicional de este sector rural.

Pero el discurso político del PLN resuena también con imágenes propias de la clase media. Apelando al mito dc una clasc media costarricense universal y refiriéndose a todos los costarricenses como parte de una sola familia, el PLN ha buscado subrayar la capacidad de llegar a un consenso centrista que trasciende la politlca claíkta dc la cxtrcma izquierda y la extrema derecha. En realidad, las políticas adoptadas por el PLN han beneficiado primariamente a los sectores medios. Por ejemplo. Víctor Hugo Céspedes descubrió que entre 1961 y 1971 la distribución del ingreso se desplaró del quinto superior de la población

CXJERRA CIVIL Y BIENESTAR SOCIAL 73 .-

(cayendo su participación dc un 60 a un 5 I por ciento). SC movió marcadamente hacia I»s kcs qumtos medios (desde un 34 a un 44 por ciento), y declinó algo cn cl quinto más pobre. Desde 1971, la parte de los tres quintos medios ha permanecido estánca, la del quinto superior se ha recuperado un tanto (hasta uo 53 por ciento. más o menos), y la del qumto más pobre se ha erosionado sustancialmente (a menos del 4 por clento)4”. Más aún, el PLN ha suscrik) cl crecimiento de la burocracia estatal, lo que se ha traducido cn un mayor número de empleos estatalcs para la clase media. La apelación a la universalidad de la clase media ha sido una estrategia exitosa para incluir a “todos” en la promoción de los Intereses de la clasc media.

El compromiso del PLN a la promoción de un estado de hicncstar dentro del desarrollo y fortalecimiento generales de una democracia capitalista moderna ha generado siempre divisiones partidarias internas. En 1968, una facción dentro del PLN firmó el documento Patio de Agua, que argumentaba que el PLN no estaba promoviendo adecuadamente los principios social demócratas. En la década pasada, cl debate interno entre la facción reformista y la neoliberal ha resultado en un aumento del predominio de esta última.

La elección de Oscar Arias en 1986 representó el ascendiente de los jóvenes neoliberales cn el partido, Es el primer prcGdcnk del PLN que no participó en la junta revolucionaria de 1948-1949. Su campaña articuló un desafio al “establishrnent“ del partido y un llamado a la reestructuración de éste. Aunque sin duda existe una división entre neoliberales y social demócratas protecciomstas, “la administración de Arias ha sido en realidad más ortodoxa en lo económico, más neoliberal y orlentada a la exportación que la de su predecesor inmediato”47. Más aún, la elección en 1988 del secretario general del PLN, Walter Coto, también representa la rebelión de las faaccioncajóvenes contra la vieja guardia. A pesar de la reelección de Coto cn 1992, hasta ahora no ha podido unificar un partido dividido ideológicamente. Las primarias presidenciales del PLN en 1993 subrayaron aún más las dwisiones dentro del partido. Aunque Jose María Figucres Olsen, hijo de José Figueres Ferrer, ganó, y, por lo tanto, será cl candidato presidencial del PLN en 1994, SII candidatura ha estado rodeada de escándalos; otros miembros del PLN han exigido que responda a cargos de haber participado en cl asesinato en 1973 de un presunto narcotraticante y, más recientemente, su involucramiento en un plan para estafar a inversionistas extranjeros48.

Reconstitución de la alianza conservadora

Por una ironía de la historia, el PRN y cl PUN. los dos partidos que habían competido el uno contra el otro en las elecciones de 1948 que provocaron la guerra civil, unieron sus fuerzas luego que se fundó el PLN. El PRN y el PUN nunca habido realmente propiciado políticas de desarrollo económico diferentes en la dtcada de 1940. Calderón nunca intentó socavar el modelo oligárquico de crecimiento económico y status social, a pesar de la expropiación de los bienes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la oligarquía permaneció dividida a causa de la continua oposición del PUN a las políticas popuhstas del PRN y a su interacción con el Partido Comunista. La realmeación posterior a la guerra entre el PRN y el PUN fue posible porque el PIJN se distanció del PSD. cl PRN he distanció del PC, y ambos SC opuswon al PLN.

Ambos partidos persIsten como organizaciones pcrsonahstas. El PRN, por ejemplo, giraba alrededor del expresidente Calderón hasta su muerte. Desde entonces, su hijo, Rafael Angel Calderón Fournier, ha dominado el partido. MB aun. hasta comienzos dc la dkada de 1970, el partido no formó realmente una estructura politica a nivel nacional. Más bien establecía sedes partidarias en las capitales nacionales y algunas capitales provinciales solamente en tiempo de elecciones. De modo semejame, el PLIN giro alrededor de Ulatc hasta su muerte, y no desarrolló una estructura partidaria permanente. LI PUN no ha articulado nunca una plataforma clara, pero muchos de sus miembros han apoyado una asociaciún de extrema derecha, la Asociación Nacional de Fomento Económico (ANFE)4y

Las alianzas clectorales entre los partidos dc oposIcIón cambiaron de nombre durante la década po>luior a la guerra: Unificación Nacional. Coallclen Unidad. Partido linidad Social

74 IXRORAH J YASHAR

Cristiana (PUSC). A pesar de esos cambios, estas coaliciones han podido lograr el apoyo de aproximadamente un 40 por ciento del electorado nacionals’. Estas alianzas han dispuesto de un apoyo electoral multiclasista que incluye las elites agroexportadoras más política y económicamente conservadoras, ideólogos neoliberales, parte de la clase trabajadora urbana y trabajadores rurales bananeros. Wilberg Jiménez Castro ha mostrado que entre 1953 y 1978 estas coaliciones conservadoras recibieron la mayoría de los votos en la mayor parte de los cantones del Lea metropolitana, como en la mayoría dc los cantones de las provincias de Limón y Pumarenas, donde están ubicadas las plantaciones bananera?‘. En resumen, los calderonistas mantuvieron a lo largo de la mayor parte de las décadas de 1960 y 1970 una gran parte de su base electoral que habian cultivado en la década de 1940. Esto a pesar de la adopción por parte de Calderón de posiciones crecientemente conservadoras despues de 1948, y de la incapacidad del PRN, hasta comienzos de la década de 1970, para generar una organización política fuerte.

Sin embargo, desde mediados de la década de 1960, la clase trabajadora urbana ha votado cada vez más por el PLN’*. Estos electores respondieron negativamente a las posiciones políticas de la alianza conservadora que venían a traicionar cualquiera tendencia reformista que los calderonistas hubieran podido profesar tener. Más aún, estos trabajadores comenzaron a percibir al PLN, que estaba mejor organizado, como una fuerza más progresiva. En 1966, Mora, el jefe del PC, apoyó al candidato presidencial del PLN, Daniel Oduber, quien fuc subsiguientemente calificado de comunista y perdió la eleccións3.

El 13 de diciembre de 1983, los diversos partidos de oposició n-incluyendo el PRC (Partido Republicano Calderonista), el PRD (Partido Renovación Democrática), cl PDC (Partido Democratacristiano), y el PUP (Partido Unidad Popular)- se fusionaron y formaron el PUSC (Partido Unido Social Cristiano). Este nuevo partido era la reagrupación de la Coalición Unida (1977). En contraste con previas alianzas electorales, el PUSC ha demostrado el potencial de transformarse en un partido permanente, organizado nacionalmente. Parece haberse empenado en una seria camparla de expansión y ha logrado constantes avances electorales a través de la década de 1980. En las elecciones de 1986, el PUSC obtuvo el control de más del 25 por ciento de las municipalidades (versus el 2 por ciento en las clccciones previas), y ganaron 7 puestos adicionales en el Icgislativo nacional, lo que le dio un total de 25 de 57 asientos, En las elecciones de 1990, el PUSC desbarató la hegemonía legislativa del PLN y ganó 29 asientos, asumiendo la mayoría (ver Cuadro No 3.3).

Rafael Angel Calderón Fournier encabeza actualmente el PUSC y fuc elegido Presidente en las elecciones de 1990; había perdido sus dos primeros intentos contra Monge (1982) y Arias (1986). La posición de Calderón como jefe de la coalición, reforzada por sus crónicas referencias a su padre y la apertura de un museo que conmemora la presidencia de aquél (1940-1944), confirman que la década de 1940 continúa resonando en la política costarricense contemporánea. El surgimiento de Calderón ha desafiado la apropiación por parte del PLN de las reformas sociales de esa década, de las cuales habla con frecuencia. Pero su coalición esta comprometida en primer lugar a las reformas neoliberales y el ajuste estructural, incluyendo la rápida reestructuración financiera y cl desmantelamiento del estado de bienestar. Sin embargo, ha empleado lenguaje populista para ganar votos, particularmente del sector que desde fines de la década de 1960 ha emigrado al PLNS4. RubEn Hernand afirma que las fuerzas calderonistas representan aproximadamente el 33 por ciento de la base de apoyo del PlJSC. En general, se necesita mas investigación acerca del desarrollo histórico de estas alianzas conservadoras y su relación con el electorado. Desgraciadamente, los pocos libros y ensayos sobre los partidos políticos no se refieren sino brevemente a esta extremadamente importante coalición de fuerzas.

Las varias alianzas políticas entre los partidos conservadores han tenido como contrapartida un grupo dc extrema derecha, el Movimiento Costa Rica Libre (MCRL). Se dice que el MCRL, que abraza una perspectiva neoliberal y anticomunista, emplea métodos paramilitares para precaverse del comunismo5’. Barry argumenta que en Costa Rica la extrema

GUERRA CIVIL Y BIENESTAR SOCIAL 15

derecha no está organizada en su propio partido político, sino que otá rcprcscntada en los diversos grupos derechistas cívicos y paramihtares, y está incorporada dentro de los dos partidos políticos, particularmente el PUSC. El pensamiento conservador en Costa Kica predomina cn los medios de comunicación, y ha llegado a dominar cl Icnguajc político en la sociedad. La extrema derecha considera que el PLN es esencialmente un partido socialistas6.

La izquierda

Los partidos marxistas tradicionales en Costa Rica no han propiciado jamás la revolucidn armada. Tal moderación, en realidad, ha provocado el desafío por parte de otros partidos comunistas latinoamericanos, en el sentido de cuestionar si los comunistas costarricenses son, de hecho, comunistas en absoluto. Desde comienzos de la década de 1930, la fuerza electoral del PC ha estado limitada a las zonas urbanas, principalmente San Josés? capitales provinciales, como también las regiones bananeras situadas en Limón y Puntarenas Antes de la decada de 1940, el partido tenía una influencia limitada sobre las políticas de gobierno. Eso cambió dramáticamente entre 1942 y 1948, en gran parte a causa de la alianza del PC con Calderón. Pero, después de la guerra ciwl, la Constitución proscribió cl partido de la política electoral. Como resultado, el PC se concentró mayormente en la organización sindical, particularmente en su plaza fuerte histórica, las plantaciones bananeras. Sin embargo, desde 1948, los débiles movimientos laboralcs dc Costa Rica han permanecido descentralizados y fragmentados.

Aunque le estaba prohibida la participación oficial, el PC presentó candidatos en 1962 y 1970 bajo nombres diferentes. En 1960 se presentó como Partido Acción Democrática Popular y logró elegir un diputado. En 1970 fue el PartIdo Acción Socialista, compuesto por el PC y otros partidos de izquierda, que recibió el 5.54 por ciento de los votos, eligiendo dos diputados”. El 1975 se levantó la proscripción constitucional de los partidos marxistas. La existencia legal de los partidos de izquierda, sin embargo, cs menos que impresionante. En 1982, partidos de diversas tendencias se unieron en una coahción progresista llamada Pueblo Unido, que ganó cuatro puestos en el Congreso, el mayor número obtenido por la izquierda en el período posterior a 1948. Pero las divisiones intcrrw Ilcvaron a una escisiún en 1983, y efectivamente a la expiración de Pueblo Unido59. Sus mlembros se dividieron entre la facción que se autoproclamó más dogmática, que conservh el nombre histcirico del PC, Partido Vanguardia Popular (PVP), y que considera un error las políticas refortmstas de GorbachevkJ el Partido de los Trabajadores, que al parecer se ha asociado con la perestroika y el glasnost En 1980, este último formó una coalición con el Partido Socialista y el movimiento Nueva República; se denomina Pueblo Unido. El PVP formó una alianza llamada Aliarza Popular con el Partido Frente Amplio Democrático6’. Desde 1975, el voto combinado de la izquierda no ha sobrepasado el 7,7 por ciento, y en 1990 ni siquiera alcanró el 2 por ciento (ver Cuadro No 3.2).

Alternativas: la lucha contra el bipartidismo

En 1989, intelectuales, ecologistas y líderes rcligiows formaron cl Partido del Progreso, un partido alternativo, que incluía también a miembros de los partidos Humanista, Socialista y Nueva República, y aun del PLN. La significación del partido reside en su condenación de (1) las consecuencias antidemocráticas y conservadoras del actual sistema bipartidista, el cual, arguyen, está disenado para mantener el cogoblerno del PLN-PUSC. como también la influencia de los grupos sociales y politicos dominantes. (2) la ausencia de medidas prácticas para promover la justicia social y el progreso dc los sectorcs populares. y (3) la iLqu¡erda tradicional, que hasta ahora ha fracasado en presentar una alternativa real al gobierno. El candidato presidencial de 1990, Isaac Felipe Azofeifa. cra en realidad uno de los intelectuales originarios más influyentes del Centro, cl PSD y cl PLN, y es una rcspc&da personalidad literaria. Explicó que había dejado el PLN a causa del fracaso de éste en promover e

76 DEBORAH J. YASHAR

implementar principios social demócratas. Alega que, por el contrario, el PartIdo del Progreso busca promover los intereses populares cn los ámbitos políko, social y cconómico6*.

LAS INSTITUCIONES GUBERNAMENTALES

La dinámica del sistema de partidos de Costa Rica puede entenderse solamente dentro del contexto institucional de las formas dc gobierno y economía consolidadas después de la guerra civil de 1948. Esta sección explora las msntuclones polínco-jurkhcas que han dado forma a la interacción de los partidos; la sección siguiente estudia las instituciones político-económicas que han dado forma a las lealtades partidarias. I,as características institucionales políticas y administrativas cruciales que han influIdo en los esquemas de participación electoral y de coaliciones de partidos incluyen la separaclón de poderes que favorece al legislativo sobre las otros poderes, y la creación de un virtual cuarto poder del Estado, el ‘Tribunal Supremo Electoral (TSE), que administra y regula las elecciones.

Las ramas ejecutiva y legislativa

La Constitución de 1949 esboza una forma de organización estatal liberal, constitucional, dividida en las ramas ejecutiva, legislatwa y judicial. Las elecciones presidenciales han desde entonces conducido a una alternancia en el poder en el ejecutivo: de diez elecciones presidenciales, cl PLN ha ganado seis y la coalición de oposición cuatro. Sin embargo, hay diversas interpretaciones acerca de dónde reside la fuerza para tomar decisiones. El sistema presidencial de Costa Rica, en contraste con el de otros países latinoamericanos, ticne una rama ejecutiva con poderes muy recortados. Esta limitación general refleja el temor sentido por la Asamblea Constitucional de 1948-1949 antc cl control prcsidcncial característico del sistema anterior a 1948.

Así, el presidente nombra y remueve a los ministros. cs cl comandante cn jefe de la Guardia Civil (la fuerza policial de Costa Rica), representa la nación en ceremonias oficiales, y rinde un informe sobre el estado de la nación ante la Asamblea Legislatwa. El presidente no puede emitir decretos, ni pucdc vetar proyectos de ley sin la concurrencia de al menos uno de los miembros de su gabinete, carece de poder de veto por item, y no tiene influencia alguna en la selección de los jueces de la Corte Suprema. El presidente no puede realizar los siguientes actos sin la participación de al menos uno de los miembros dc su gabinctc: formular el presupuesto nacional, supervisar la burocracia, nombrar administradores públicos que no pertenezcan al servicio público, o promulgar una ley. El presidente no puede ni siquiera viajar al extranjero sin la aprobación del Congreso. Además, desde 1969, está prohibida la reelección del presidente. Sin embargo, el presidente tiene el considerable poder de nombrar el directorio de las instituciones autónomas que juegan un papel fundamental en la vida económica, política y social de Costa Rica (como se verá más adelante). El Icgi,lativo no puede limitar el poder del presidente en este proceso.

Sin embargo. en la Asamblea Legislativa, el PLN ha sido dommante. De diez elecciones legislativas en el período comprendido entre 1953 y 1990, el PLN ha obtenido la mayoría absoluta en ocho de ellas (ver Cuadro N” 3.3); la primera vez que perdió esta mayoría en 1978, las divisiones internas llevaron a un miembro a presentarse separadamente como candidato presidencial de la oposición, dividiendo así la baac clcctoral del PLN. La segunda perdida, en 1990, parece reflejar un desplazamiento general en identificación partidaria, relacionado a la crisis económica de la década de 1980. El papel prominente del legislativo y cl dominio dc esta rama del gobierno por parte del Pl.N implican que el PLN tiene una influencia mayor que la que sugeriría un análisis de las elecciones prcsidcnciales. La Asamblea Legislativa unicameral goza de una amplia gama de responsabilidades que incluyen el derecho a reformar la Constitución, legislar, declarar la guerra y la paz, aprobar el presupuesto nacional, imponer tributos, ratificar tratxlos. aukxiLar la suspensión de las libertades civiles, destituir y censurar a los altos empleados públicos, requerir información de los ministros del gobierno, y nombrar a los .jueces de la Col-te Suprema. La Asamblea puede

GUERKA CIVIL Y BIENESl’AK SOCIAL 77

rechazar el veto del ejecutivo por un voto de los dos tercios. Comparada a otros parlamentos latinoamericanos, la Asamblea es bastante poderosa. Puesto que toma decisiones claves sobre política nacional, y provee amplio financiamiento de proyectos dc inlcr¿s local, los ciudadanos y grupos de intereses especiales llevan a cabo un intenso cabildeo con los miembros del legislativo6’.

Mas, aunque el legislativo como órgano constitucional tiene cxtcnsos poderes, los legisladores individualmente no los tienen. Los diputados no pucdcn dcscmpcñar su cargo por más de un período, ni pueden participar en un comité más allá de un aíi~~~, Más aún, según un estudio sobre la formulación de políticas en el periodo entre 1958 y 1970 realizado por Hughes y Mijeski, ni el ejecutivo ni el legislativo han asumido la posición dominante. Durante este periodo, la Asamblea Legislativa inició la mayoría de todos los tipos de legislación; sin embargo, fue el ejecutivo el que logró hacer aprobar un porcentaje ligeramente mayor de sus proyectos de ley sin casi ninguna modificación. Estos autores concluyeron que alrededor de tres veces más proyectos de ley patrocinados por el legislativo que por el ejecutivo fueron rechazados durante el periodo de doce año&‘. Estos datos son sugerentes pero no conclusivos, puesto que no hacen diferencias en base al contenido de los proyectos de ley aprobados. Más aún, no es sorprendente que haya más proyectos dc Icy iniciados y rechazados por la Asamblea Legislativa, dado el gran número de diputados que hace propuestas. Finalmente, aun si el legislativo no tiene poderes absolutos, tiene el influycnlc papel de designar a los jueces de la Corte Suprema. y cl poder último de decisión sobre el presupuesto.

Los costarricenses identifican las elecciones con el ganador de la presidencia y no con el parlido que haya ganado en la Asamblea, minimizando asi, si no pasando por alto, el dominio que c.jcrcc cl PLN de las instituciones políticas y de formulación de políticas. Como lo subraya la sección precedente, la atención popular que se presta a los resultados electorales prcsidcnciales más bien que a los legislativos se relauona al papel del personalismo y a la dominación del Icgislativo por un partido en todos los períodos de todo el tiempo posterior a la guerra menos dos. Dada esta distribución relativamente constante del poder, el cambio parece se ha derivado de las alternancias de los partidos en el cargo presidencial.

El Tribunal Supremo Electoral

La real novedad entre las instituciones políticas de Costa Rica reside en el ‘Tribunal Supremo Electoral (TSE), que opera independientemente de las ramas ejecutiva, legislativa y judicial. El TSE, al que se considera a veces corno la cuarta rama de los poderes del Estado, fuc creado originalmente en 1946 y luego reconstitudo en 1949. 1.a Corte Suprema de Justicia designa a quienes han de servir en el TSC por un periodo de seis años. Fue concebido como una organización técnica y apolítica para prevenir el fraude electoral. Organiza, vigila la observancia de las leyes electorales y las reforma. incluyendo la reglamentación de los partidos políticos.

Las cuestiones electorales, que en otros paises son revisadas y juzgadas por los tribunales o el legislatwo, en Costa Rica son admmistradas exclusivamente por cl TSE. Más aún, durante un período electoral, el TSE está a cargo de asegurar el orden y, por lo tanto, tiene el control de las fuerzas policiales y de la Guardia CI\II. En breve. desde 1949 el TSE ha gozado dg6 completa independencia funcional cn w control y supervigilancia de las elecciones A pesar de ocasionales denunciaa no comprobadas de fraude electoral, parece que Costa Rica ha gozado dc honestidad electoral desde 1949. Además de supervisar las elecciones, el TSE está a cargo del Registro Ciwl, facilitando asi la excelente calidad del regislro clectoral costarricense.

Dcsdc 1949, el TSE ha regulado la expansión del electorado costarricense. En 1949. el sufragio fue extendido a las mu,jeres y a los negros, y se ehminaron los requisitos de propiedad y alfabetización. La edad para tener derecho a voto fue tijada cn los veinte años. En 1959 el voto pasó a ser obligatorio. Y, en 1974, la edad para poder votar fuc rebajada a los dieciocho años. Después de la enmienda que estableció la obligatoriedad del voto. la cifra de abstención, previamente alta, bajó considerablemente. y la participación cn Costa Rica es

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comparativamente alta. Por ejemplo, en la elección presidencial de 1958, la abstención llegó al 35,3 por ciento; en la elección de 1962, el porcentaje disminuyó al lY,l por ciento (ver Cuadro N” 3.1). Todas las elecciones en Costa Rica se celebran conjuntamente cada cuatro tios en el primer domingo de febrero. El prcsidcntc y dos vicepresidentes son elegidos sobre la base de una mayoría de votos. En el caso que un candidato no reciba más del 40 por ciento de los votos, debe tenerse una segunda vuelta electoral entre los dos candidatos con las más altas mayorías, tal como ocurre en Guatemala y El Salvador. Esto no ha llegado a ser necesario en Costa Rica.

Los puestos legislativos, de los cuales hay cincuenta y siete, son asignados según el principio de representación proporcional y territorialidad. Los partidos nacionales presentan listas cerradas para cada una de las siete provincias. Cada provincia tiene múltiples distritos con una cantidad de distritos que, a comienzos de la década de 1980, llegaba desde un mínimo de cuatro hasta un mkximo de veintiuno., constituyendo una magnitud efectiva de ocho67. Los puestos son repartidos según un sistema de mayor cantidad de votos sobrantes basado en cuotas y subcuotas para cada provincia. Grandados y Ohlsson han argumentado que, entre 1953 y 1982, los partidos con al menos un 12 por ciento de los votos recibieron una representación rn& ventajosa que la de los partidos con un menor porcentaje6s. Ellos, como también Denton, alegan que la delimitación de los distritos electorales ha conducido a distorsiones de la representación. Sin embargo, el sistema de mayor cantidad de votos sobrantes es uno de los métodos electorales más proporcionales. Las distorsiones que ocurren en Costa Rica son mínimas si se las compara con las que se encuentran en otros paises. Y el umbral para obtener representación en la Asamblea es notablemente bajo. Más aún, la magnitud efectiva de distritos dc ocho que tiene Costa Rica es suticientemente alta como para permitir a un gran número de partidos obtener representación. Estos tres factores -la magnitud de distritos, el método de proporcionalidad, y el umbral- son los determinantes más importantes de las barreras de entrada y. por otro lado, de la proporcionalidad en la mayoría de los sistemas. Los tres factores indican barreras de entrada muy bajas. Ocasionalmente, como sucede con la exigencia de partido exclusivo en Ilruguay. uno encuentra otras barreras de entrada o factores que limitan la fragmentaciún del sistema de partidos, pero éstos claramente no son significativos en Costa Rica.

La inscripción en partidos es bastante abierta en Costa Rica, aunque el proceso para poder realmente presentarse como candidato en una elección es arduo. Para obtener el reconocimiento legal de un partido es suficiente con que veinticinco personas concurran ante un notario y presenten un estatuto. Sin embargo. para inscribirse en elecciones nacionales, el partido debe establecer asambleas en todos los distritos, cantones y provincias, y celebrar por último una asamblea nacional. En seguida, esta asamblea debe presentar 3.000 nombres de afiliados del partido al Registro Civil. En 1986, hahia 1.459.033 votantes registrados. Sin embargo, si el partido sólo desea competir a nivel provincial, debe presentar una lista con el uno por ciento de los votantes registrados en esa provincia. Algunos han argumentado que los requisitos para inscribirse en una elección previenen el surgimiento de nuevos partidos, y otros han dicho que las normas han facilitado el tlorecimiento de partidos políticos. En 1986, existían dieciséis partidos nacionales registrados con capacidad de presentar candidatos en todos los niveles, cinco partidos provinciales, y cinco cantonale?‘.

El TSE se hace cargo del financiamiento de las campañas. Presta asistencia gubernamental a partidos que en una elección determinada reciben al menos el 10 por ciento de la votación total. Los fondos se distribuyen en proporción al porcentaje de votos, pero esos fondos no pueden exceder los gastos incurridos por el partido”.

La Guardia Civil

Finalmente, ¿qué hay de los militares y la estabilidad del sistema de partIdos? En 1948, luego de la guerra civil, la junta revolucionaria aholih el pequeño ejército que el país tenía. La Guardia Civil, fuerza policial de Costa Rica, es responsable de hacer cumplir la Icy y cl orden

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interno en ausencia de una fuerza armada. Las referencias a la abolicion de las fuerzas armadas de Costa Rica, sin embargo, son mayormente simbólicas. Como se observó más arriba, el PLN en realidad mantuvo una fuerza armada partidista cuasi clandestina. Más aún, la Guardia Civil creció sustancialmente en la decada pasada a causa dc la presión norteamericana y de los conservadores domésttcos en favor de un desarrollo del armamentismo en respuesta al regimen sandinista, una respuesta que contrasta con el apoyo inicial que Costa Rica prestó a los sandinistas. Diversas “Tuerzas policiales” están descentralizadas entre los ministerios. Hay rumores de que algunas de estas fuerzas han recibido entrenamiento de contrainsurgencia de parte de las fuerzas armadas guatemaltecas, salvadorehas y argentinas. Sin embargo, la Guardia Civil todavía no tiene un papel político decisivo en lo militar, político o económico. Las debiles fuerzas armadas costarriccnscs contrastan agudamente con las de otros países latinoamericanos, donde los militares pueden dirigir o dar forma a la actividad política amcnalando con salir en cualquier momento de sus cuarteles.

LAS POLÍTICAS DE BIENESTAR SOCIAL Y LA CONSOLIDACIÓN DEL SISTEMA DE PARTIDOS

El análisis de las instituciones guhcrnamcnt&a proporcionó un contexto para examinar la situación dentro de la cual han operado los partidos políticos y el PLN ha asumido la ventaja política. Sin cmhargo, para entender por qué el P1.N ha tenido éxito en consolidar el apoyo generado en la decada de 1940, es esencial mirar más allá de las instituciones clectorales y gubernamentales a los beneficios materiales e ideológicos proporcionados por el estado dc bienestar posterior a 194X7’. La identificación parttdista ha sido desde 1948 bastante estable, como lo ha sido la constante fuerza del P1.N en el legislativo. Como hemos visto, esas lealtades crecieron a partir dc los vínculos establecidos durante la guerra civil. La reproducción y consolidación de tales lealtades se basan en gran parte en el establecimiento del estado de bienestar y las así llamadas instituciones autónomas (IAs) que operan dentro de aquel. Unos excelentes servicios sociales han desviado las organizaciones populares de oposición, como los sindicatos, de los objetivos históricos alrededor de los cuales SC movilizaban. Las luchas sociales que antes tenían lugar en el ámhito económico han sido desplazadas a luchas mediadas por y dentro del Estado. particularmente en las IAs. Mientras un crecimiento económico real sostuvo las políticas distrtbuttvas del estado de bienestar, los sectores sociales confiaron en gran parte en los partidos politices con acceso a los recursos estatales (más bien que en asociaciones cívicas), articularon sus demandas y debates como temas políticos m&s bien que económicos, y mantuvieron identificaciones partidarias estables.

Las políticas de bienestar social fueron iniciadas a comienzos de la década de 1940, durante la administración de Calderón. No obstante, el P1.N se apropió de la concepción y promoción del estado de bienestar como cosa propia. Los miembros del Centro, la AD, el PSD y. mas tarde, el PLN creían que el Estado debía corregir las consecuencias negatwas del libre mercado desarrollando instituciones sociales tecnocráticas. Los diversos servicios sociales provistos debían aliviar la carga de los scctorcs populares (y, por lo tanto, desradicalizarlos), disminuir el poder económico de las elttes agroexportadoras, y facihtar la movilidad económica, social y política de los sectores medios

En realidad, bajo los gobiernos del PLN el estado de bienestar se ha expandido sustancial y exitosamente y. durante la década de 1970. proporcionó excelente atención de salud, seguridad social, y garantizó los precios a los productores rurales Entre 1948 y 1978, la mortalidad infantil se redujo del Il7 al 17 por mil, la expectativa de vida subió dc xsenta a más de setenta y cuatro, el analfabetismo prácticamente desapareció, y la poblacion universitaria alcanzó al 2,5 por ciento dc la población total.72 “Entre 1961 y 1980, los gastos en seguro social en relación al producto en Costa Rica subteron cas, cinco veces (del 2 al 9 por ciento), y, en relación al gasto fiscal, subieron cas, tres veces (del 13 al 36 por ciento), constituyendo sin duda el aumento más significativo de la región’s. La expanstón de las

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políticas dc bicncstar social tamhi&n resultaron en un aumento del patronazgo estatal, particularmente de empleos en el sector público. Entre 1954 y 1973, la burocracia de Costa Rica se triplicó, pasando de 23.023 a 86.905 trabajadores. En 1986, cl Estado empleaba casi un krcio de la fuerza laboral, y el 44 por ciento del gasto del gobierno iba a los salarios74.

El estado de bicncstar SC cxpandió en gran parte a través de la IAs, las que. según el ‘Título 14 de la Constitución, debían prestar servicios sociales. promover el desarrollo económico y proporcionar seguridad econón~ica75. El número de 1As ha aumentado dramáticamente desde 1948: lar cifras varían. pero parece que ya en 1989 había casi doscientas76. Esto ha llevado a una descentralización dc la autoridad y ha suscitado críticas sobre la perdida de capacidad del presidente para guiar al gobierno en la solución de los problemas77. Sin embargo, cl presidente nombra los directorios de las IAs. Esta facultad de nombramiento es, en realidad, bastante sustancial, porque no rcquicrc aprobación Icgislativa y porque las IAs gozan de considerable poder. operando en áreas como la bancaria, servicios de utilidad pública. desarrollo y salud. Dado que la mayoría de las IAs fueron fundadas durante las administraciones del PLN7s, cl PLN ha trazado el quema general de la mayor parte de las políticas económicas. sociales y políticas de Costa Rica Puesto que el número de trabajadores cn las IAs aumentó de 6.9X7 en 1954 a 37.993 en 197279, el PLN ha gozado tambikn de un patronazgo significativo. No obstante el propósito ostensible de las IAs, esto es, proporcionar soluciones apolíticas a las cuestiones sociales, su consccucncin más notable ha sido canalizare institucionalizar los contlictos potenciales. En Costa Rica, las IAs han desplazado las cuestiones socioeconómicas al ámbito administrativo, lo que lima las asperezas de las demandas de los trabajadores y su militancia potenciala

Rojas Bolaños argumenta que. durante las décadas de 1950 y 1960, los sindicatos aceptaron efectivamente estos mccanismon para ewtar la margmalización beneficios sustanciales. El resultado fue la acentuación de IU cnoperaciún

7, porque recibían Las preguntas

suscitadas en la decada dc 1970 sobre este modelo de integración y cooperación aumentaron después de la crisis de la década dc 1980. @Lenes aludaron a fundar el sistema posterior a 194X se preguntan si estos programas son sustentables. observando que “el diseño del actual sistema era realmente adecuado sólo para encarar algunos de los antiguos problemas, como el comunismo y la corrupción politica, problemas por los que se habia combatido en la revolución de 1948”82. La incapacidad del Estado y sus IAs para responder en la decada de 1980 a las crccicntcs ncccsidades económicas condqo al resurgimiento de formas alternativas de participaci6n, incluyendo las prolcstas, huelgas e Invasiones de terrenos. Esta vez, la respuecta del estado fue violenta. Sigue siendo una cuestión critica determinar si las protestas populares deben ser consideradas como perdida de la legitimidad del Estado o como surgimiento de nuevas alternativasx3.

Las 1As también han proporcionado IB arena para que el capilal organizado proclame idcas. cxprcsc intcrcscs y dé forma a la política. Esta situación recuerda el “co privatizador” de O’Donnell, “en el cual el capltal doméstico penetra el Estado” XT

orativismo En Costa

Rica. la burguesía está organizada en n~merosab cámaras (de agroexportación, industria. y comercio, por cjcmplo) que ejercen una tremenda Influencia sobre la polítIca nacional*‘. La existencia de IAs parece ofrcccr una muralla de tecnocracia apolítica tras la cual el capital organizado parece detentar poder e influencia sustanciales. En breve, las políticas de bienestar social han proporcionado “incentivos“ para dc~politirar J canalizar las demandas sociales que han cocxislido con les “restricciones“ impuestas a los sindIcatos’“.

LA DÉCADA DE 1980: ¿DECLINACIóN DE LA HEGEMONíA DEL PLN?

El auge económico de la década de posguerra mantuvo un sistema distributivo de bienesur social que proporcionó beneficios tangibles a los sectores populares. El hecho de que no hubiera orgamzación ni participaciik fuera ticl Estado no rcllcjaha tanto el que se hubiera conferido necesariamente legitimidad al sistema. cuanto que habla ausencia de alternativa\ alractivai ! \iablcs*‘. Sin embargo. la década de 1980, marcada por la crisis de la

GIJERRA CIVIL Y BIENESTAR SOCIAL RI ~--

deuda, el agotamiento de la industrialización que substituía imporracinncs, y la limitada diversiticación de la economía de agroexportac¡Rn. îw kstigo también de una crisis econ0mica (a traves de América Latina) y cl parcial dcs~~~antelamiento del estado de bienestar. la imp@ción de medidas de austeridad, y el aumento de las protestas. pnrticularmente en el campo Esta situación ha preclpitado un desafío ;1. > una redefinvkín de. IdentIdades partidarias anteriormente no cue%ionadas. y conrtltuye muy posiblemente una nueva coyuntura crítica.

Durante la década de 1980, Costa Rica tenía una dc Iah deudas per cápita más altas de AmCrica Latinas9. Esta crisis económica parecc haber rcpercutldo en el sistema de partidos. El PLN, confrontado con un modelo económico agotado y los mandatos dc las agencias internacionales dc préstamo y ayuda, ha adoptado una línea ncolibcral Las severas medidas de austeridad adoptadas bajo las administraciones de Monge y Arias (lY82-1990) desmantelaron mucho del estado de bienestar; además. simplemente una política de ajuste estructural, que, al parecer, condujo a un realiniamiento del electorado. minando la hegemonía del PLN.

El desmantelamiento de los programas de bienestar SC debe tamo a presiones internacionales corno domésticas. El FMI, el Banco Mundial 1 la AID han presionado a Costa Rica para que implemente políticas neoliberalcs”” Aun cn 1976, antes de las oscilaciones de la crisis de la deuda y la crisis económica subsiguiente. Monge bahía indicado que las divisiones en el PLN incluían la vieja y nueva guardia, como a los de tendencia neoliberal y los más bien socialdemócratas. En realidad, ha habido presIones sobre los elementos socialdemócratas más antiguos para que abandonen el partIdo”. La derrota preGdenc¡al y legislativa de 1990, analizada más abajo, motlvaron que cl P1.N cmprcndicra una seria autoreevaluación y esto en medio de una crisis interna E! proceso de reorganización ha traído a la luz una vez m&s las varias facciones del partido. particularmente el directorado político. la fracción parlamentaria y el secretario general.

A medida que el PLN perdía fuerzas. el PUSC hacía constantes avances durante la década de 1980. Calderón tuvo un mejor logro en las elecciones de 1986 que cn las de 1982 por alrededor de 7 puntos porcentuales. Al mvel legislativo. el PIISC ganó siete asientos adicionales, pasando de 18 a 25 diputados; obtuvo tambikn control de más del 25 por ciento de las municipahdades, comparado al 2 por ciento en elecciones previa\ l-k movimiento culminó en las elecciones dc 1990. cn las que el 1’11SC ganó tanto la presidencia como el legislativo (ver Cuadros Nn’ 3.1, 3.2, 3.3.).

La clección de Calderón en 1990 (PLJSC) es simbóhca por al xenos dos razones. Primero, la pérdida por el PLN de la presidencia y el leplslatwo representa sólo la segunda VCL en que el PLN ha perdido su mayoría en el legislativo I .o que es Ial VW aún más sigmficatwo. ésta es la primera mayoría obtemda por el PLISC cn cl Icgislatlvo. contando con 29 de 57 diputados. En segundo lugar, segtin anlilis~s prelimmarcs dc las estaditica~ dc vok~i«n dc 1990. los sectores rurales han aparentemente trasladado w apolo del Pl,N al PIISC. fn las clecrioncs presidenciales. de 427 distritos. cl 1’I.N pcrdi6 ,1 17. incluyendo algunas de su< fortalezas tradicionales’2 No eslá claro si éste es un dcsplaramicnio pcrmancntc y. cn tal caso, por qué lo es. Parece probable, sin embargo, que cl deïplaramiento sea una reaccGn por el alto costo social y económico pagado por los sectores rurales como resultado del programa de ajuste estructural de Monge y Arias (PLN)“?.

Esto suscila la pregunta de si la estabihdad de la identiticación partldaria dependía de la existencia de una economía en crecimiento y la manknción de un extenso programa de bienestar social. Si el Estado no puede canalzar las demandas púbhcas. e<, pensable que las demandas del sector popular volverán a polmzarss. lo que puede conducir a un ulterior rcalincamiento de las aiihaciones partidarias !/o I~I Iri~~qucda de t’ormrts altcrnati\as dc representación y participación. Es cxncial, sin embargo. no pl-cdeclr el “colapso” del “sistema,” como muchos solían hacer a conwnzos dc la dCcada de 1980 wendo la crisk dc la deuda golpeó por primera vez a Costa Krca. Porque el s¡qTema no sc ha derrumbado y la

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organización popular. aunque es más fuerte, permanece todavia limitada. Los pobres resultados clcctorales de los partidos de izquierda temhien subraya la necesidad dc proyecciones cautelosas acerca de la respuesta popular a la crisis94. N” obstante, el reciente desplaramiento de los sectores rurales al PUSC puede indicar un quiebre de las lealtades partidistas que podría llegara ser significativo para la política de partidos, las futuras políticas de Estado, y la organización popular.

Las elecciones de 1990 indican también la parado,ja de la continua relevancia de la decada de 1940, junto con el disminuido conflicto generad” por esos tios. La elección presidencial muestra claramente la continuación srmhólica del calderonismo, puesto que toda la campana de Calderón Fournier sc remitía a su padre. Calderón evoca la imagen de su padre en cuanto ha empleado lenguaje populista y prometido propiciar gradualmente medidas populistas. Sin embargo, no puede haber duda de que Calderón está en favor de duras políticas neoliberales y el desmantelamiento del estado de btenestar, como lo comprueban los programas de ajuste estructural adoptados durante su administración. La izquierda continúa fragmentada y marginalizada; no habiendo obtenido ni siquiera el 2 por ciento de la votación total. su inscripción ha sido cancelada.

La ironía reside en que ya fuera que la población costarricense hubiera votado por Calderón (PUSC) o por Castillo (PLN) en las elecciones de 1990, se huhicra visto enfrentada a políticas neoliberales similares, Ningún partido quiso articular otra cosa que una plataforma electoral obtusa, prefiriendo plantear cargos de corrupción y tráfico de drogas. Al converger los partidos en un curso neoliberal. las características que parecen distinguirlos son sus raíces cn la década de 1940. Pero los cambios electorales que se dieron en las elecciones recientes nos llevan a preguntar si la identificación de la década dc 1940 permanece relevante o si ha llegado a ser mas bien una fuente de retórica propia de una camparla A medida que la población continúa confrontada con duras medidas de austeridad y el desmantelamiento del aparato estatal, permanece la interrogante: ~continuarán los partidos políticos existentes y lo que quede del estado de bienestar siendo capaces de absorber el dcbatc político y las demandas sociales. o comenzarán los costarricenses a buscar formas alternativas de organización y participación política?