Upload
milton-camargo
View
817
Download
9
Embed Size (px)
Citation preview
POPULORUM PROGRESSIO”( PABLO VI [26, MARZO, 1967]
A lo largo de la historia la Iglesia no se ha mostrado nunca indiferente ante las cuestiones y
acontecimientos que suceden en el mundo, en especial la preocupación por la cuestión
social de modo que el Magisterio de los Pontífices ya ha hecho referencia varias veces a
esta cuestión sociales desde que se publicó “Rerum Novarum”; de modo que a partir de la
obra de León XIII el Magisterio ha creado más obras para formar un "corpus" doctrinal
haciendo una reflexión renovada sobre los hechos de la historia con el objetico fe guiar a
las personas para que, con la ayuda de la razón y de las ciencias humanas, respondan a su
vocación de constructores de la sociedad terrena.
Hay que señalar que dentro de ésta encíclica el los objetivos es en un primer momento
homenajear este documento de Pablo VI y su importante enseñanza y reafirmar la
continuidad de la doctrina social junto con su renovación continua; en esta encíclica no se
debe olvidar que su mensaje es a la sociedad de los años 80, pues Juna Pablo creía que a
pesar de que habían pasado 20 años, los valores seguían siendo similares a los de entonces
y aunque hay cambios ellos han sido muy rápidos y notables, así el objeto de la encíclica es
una reflexión para indicar la necesidad de ver el desarrollo desde la otra perspectiva
(cristiana) para actuar de un modo diferente para llevar a cabo un verdadero desarrollo para
el hombre en todas sus dimensiones.
En la encíclica se reflejan las enseñanzas del Concilio pues está cargada por una honda
preocupación de la Iglesia por los temas sociales de modo que será una ante la respuesta la
la situación de miseria, subdesarrollo que sufren muchos seres humanos, para dar una
visión de esperanza y de cambió de esta realidad. Esta es la razón por la cual la encíclica
intenta dar una enseñanza social sobre los temas hablados en el Concilio como: la
conciencia del deber de la Iglesia de leer los signos de los tiempos, interpretarlos a la luz
del Evangelio; a la vez tener conciencia de su misión de servicio, sin que se confunda con
la función del Estado.
Ahora se mencionará los aspectos más relevantes de la encíclica: 1) se habla del desarrollo
y se coloca en la línea de la Rerum Novarum, que trata de la situación de los obreros., la
preocupación es el desarrollo y la condición obrera, estos aspectos son tomados desde una
aspecto ético y cultural, campos donde incursiona la Iglesia para poder aplicar la Palabra de
Dios a la vida de las personas; 2) se habla de la cuestión social, tema que hasta el momento
no se había tocado, así aborda los problemas sociales de carácter local y mundial.
Se va hacer énfasis en el gran problema de la distribución de la riqueza mundial, pues
donde hay mayor población son los más pobres y menos desarrollados, de este modo
intenta despertar la moralidad de las personas para que tomen conciencia de este hecho,
sobretodo si son cristianos porque tienen una obligación moral, además se debe señalar que
el desarrollo no significa la acumulación de riquezas a costa de los pobres y que se tiene
una obligación moral para con ellos.
Finalmente el tema abordado en la encíclica es el desarrollo como el nuevo nombre de la
paz, donde la cuestión social adquiere dimensiones mundiales, entonces se necesita
soluciones que provengan de venga de todos, de lo contrario este problema puede conllevar
a una respuesta violenta por parte de las víctimas de esta injusticia. Pues es dramático por
ejemplo que el dinero que podría ayudar a mucha gente en su desarrollo sea utilizado para
armas y para el enriquecimiento de unos por de el desarrollo como el nuevo nombre de la
paz, pues la guerra y los preparativos militares se vuelven en el mayor enemigo del
desarrollo de los pueblos, entonces la paz como propuesta solo es posible en un mundo en
el que dominado el bien común y el desarrollo espiritual de todos como fruto de la justicia
más perfecta del hombre.
En esta encíclica se debe tener presente que aportan una visión panorámica del mundo
contemporáneo, donde el desarrollo de los pueblos se ve lejano y utópico, en especial para
los pueblos subdesarrollados eso se ve claramente reflejado en el gran abismo que existe
entre Norte y Sur en su desarrollo; las diferencias son descomunadas en todos los ámbitos,
cultural de analfabetismo, la dificultad de acceder a niveles superiores de instrucción, las
diversas formas de explotación.
Frente a esto se colocan como causas de este empeoramiento: la pasividad de las naciones
subdesarrolladas que son manejados desde los países desarrollados, ello repercute en
muchos aspectos, como la crisis de vivienda, desempleo y subdesempleo, la deuda
internacional.
Además dentro de los dos bloques existe una contraposición entre el capitalismo liberal y
colectivismo marxista, es decir el movimiento ideológico donde cada uno promueve unas
formas antitéticas de organización del trabajo y estructura de la propiedad.
Actitud crítica de la Iglesia ha sido crítica, donde los países desarrollados se preocupan más
de sus problemas económicos. Esto genera que haya tendencia al imperialismo, de
producción y comercio de armas, otros de los problemas tratados en la encíclica son: el
problema demográfico donde en el Norte la natalidad disminuye, e incluso los gobiernos
limitan el número de hijos así los países que limitan la natalidad no están respetando el
derecho de libertad de decisión que poseen las personas. Suelen ser los pueblos más pobres
los más afectados, a veces con presión económica exterior; esto tiende al racismo.
Como propuesta para un autentico desarrollo para el hombre, no se debe centrar mera
acumulación de bienes no proporciona la felicidad humana, pues desarrollo no está
necesariamente vinculada al dinero ya que si los recursos no tienen un objetivo moral se
vuelven contra el propio hombre, además no se debe olvidar la realidad trascendente del
hombre, la cooperar al desarrollo de todo hombre y de todos los hombres, el imperativo del
bien común, la conservación de la naturaleza
Finalmente después de haber realizado ese acercamiento a la encíclica se debe señalar que
el mundo contemporáneo es un mundo sometido a estructuras de pecado (imperalismo),
con un afán de ganancia exclusiva y sed de poder, cosa que es opuesta a la voluntad divina,
además una creciente interdependencia entre los hombres y entre naciones.
Ante esto se debe proponer hoy la solidaridad como un camino hacia la paz y hacia el
desarrollo, una solidaridad que es humana y cristiana es decir a la luz de la fe, la solidaridad
tiende a superarse a sí mima, el prójimo se convierte en imagen viva de Dios con lo que
debe ser amado igual que se ama al Señor y estar dispuesto al sacrificio.
Por tanto para que haya una verdadera vida para los pueblos, debe haber una liberación, es
decir alcanzar una vida humana donde al hombre se libere de cualquier esclavitud u
opresión, de modo que se acabe con las estructuras de pecado, además la aspiración final
para el hombre debe ser el Reino de Dios, este Reino se hace presente en la Eucaristía, en
cada uno de nosotros.