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TERCERA CLASE

Mircoles 10/10De 7.45 a 9.05

Fundamentacin: Teniendo en cuenta que los estudiantes acaban de leer la novela El ltimo enigma y que estn realizando un diario de lectura, esta clase busca proporcionar informacin sobre la estructura y la finalidad de la resea como un gnero que permite, a la vez, resumir el argumento de la obra y posicionarse crticamente con respecto a ella.

Objetivos: Que los alumnos:-Lean e identifiquen las caractersticas propias de la resea literaria.- Profundicen en las caractersticas propias de cada una de las partes de la resea. -Reflexionen acerca de la finalidad de la resea.

1) Inicio. Hablamos brevemente de lo que hicimos la clase pasada. Les pregunto si recuerdan que, en la primera clase habamos hablado muy brevemente sobre lo que es una resea. (5 minutos)

3) La resea: Se les da una resea para leer. (El sinfn del azar, de Izquierdo, resea de La msica del azar de Paul Auster) Lectura en voz alta (lee un estudiante). Vamos cortando la lectura prrafo a prrafo para marcar qu datos nuevos van apareciendo.

(15 minutos)

Les pregunto cul les parece que es la finalidad de la resea, en dnde se piensan que podra ser publicada una resea como esta.Les dicto para que anoten en sus carpetas una definicin de resea:

La resea es un gnero discursivo en el que un crtico expresa su opinin sobre una obra literaria o teatral, una pelcula, etc. La resea literaria informa acerca de las novedades editoriales a travs de una breve exposicin de su contenido y de una valoracin crtica. Uno de sus propsitos es recomendar o no la lectura de una obra determinada.

Se explican aspectos o trminos de esta definicin que no queden del todo claros.

(10 minutos)

Se les pregunta qu partes distinguen en esta resea. Se irn anotando y describiendo cada uno de estos elementos. En el pizarrn, quedara una lista similar a la siguiente:

Partes de la resea:

Datos de la obra reseada Contextualizacin informacin sobre el autor Contenido del libro ---- causas, consecuencias

Conclusin valorativa Comparacin

(25 minutos)

Se les dictar la consigna del trabajo a entregar dentro de dos clases:

Consigna: Para el mircoles 17/10, escribir una resea de la novela El ltimo enigma. Tener en cuenta las caractersticas de la resea literaria vistas en clase. (10 minutos)

Cierre: Leeremos un cuento de Paul Auster, Kafka y la mueca. (15 minutos)

De 12. 05 a 12.55

Lectura literaria: Ante la ley, de Kafka.

Se enunciarn algunos datos biogrficos de Kafka y luego, se proceder a la lectura del cuento y anlisis de algunos aspectos del cuento.

(40 minutos)

ANEXO

Auster, Paul. La msica del azar. Buenos Aires: Anagrama: 2002El sinfn del azarPaul Auster es quiz uno de los pocos escritores contemporneos que rene en sus libros un total de caractersticas loables por la crtica. Sus novelas presentan una notable fluidez del lenguaje, una temporalidad expuesta en paralelismos, y una amena contraposicin entre hechos extraordinarios y cotidianos; todas estas cualidades envueltas por el eje central en la obra austeriana: el azar."Qu hubiera pasado si...?", es la pregunta que delata los quebradizos lmites de la identidad y las certidumbres de la vida. Paul Auster parte de este misterio: cmo una persona que podra tener una vida "normal", decide arriesgarse para aprender, en una situacin desesperada, lo que el destino tiene por ensearle. La msica del azar se inicia como muchas novelas americanas clsicas: con el hroe que deja una vida atrs, proponindose inventar una nueva identidad para s. Cuando Jim Nashe hereda una modesta fortuna de su padre, abandona su trabajo como bombero en Boston, parquea a su hija con su hermana, vende sus posesiones, compra un coche nuevo y comienza a conducir por las carreteras con la idea de hacerlo hasta que su dinero se agote. Sin destino fijo (manejando siempre de noche y durmiendo en cualquier motel de carretera), Jim siempre despertaba con la irresistible urgencia de volver al Saab rojo. Necesitaba aquella soledad, aquella carrera nocturna por el vaco, aquella vibracin del volante en su piel. La velocidad como esencia, el goce de sentarse en el coche y lanzarse hacia delante a travs del espacio. El auto convertido en un santuario de invulnerabilidad: un refugio en donde la msica de Bach y Mozart engloba el paisaje, convirtiendo el mundo visible en un reflejo de sus propios pensamientos. El mundo de Jim avanza rpidamente, mostrndole que sin dinero ninguna libertad le ser verdadera. Es entonces que su vida toma otra vuelta inesperada: conoce a Jack Pozzi, un joven jugador de pquer que le ofrece la oportunidad de hacer algo efectivo, rpido y fcil; convirtindose as en su socio capitalista. Una partida frente a dos extraos millonarios puede hacerlos ricos. A partir de ah, la historia se enrumba hacia la temtica impredecible de la novela negra; donde la vida aventurera de Jim, empotrada en la esfera filosfica, le permite a Paul Auster explorar algunas de sus preocupaciones preferidas: los papeles de la aleatoriedad y de la causalidad; las consecuencias de la soledad, y las limitaciones de la libertad y el lenguaje, las cuales desembocan en un mundo indiferente. Como guionista y escritor, Paul Auster posee un estilo capaz de abarrotar alusiones literarias en su ficcin, siendo la odisea de Jim Nashe un argumento perfecto para enmarcarlo dentro de aquella selecta variedad de libros anteriores a La msica del azar. En cada caso, el hroe abraza la idea de la libertad como herencia del sueo americano, dejando el pasado atrs para volver a empezar. As, el paralelismo de acontecimientos fantsticos surge con la aparicin de un suceso extrao (el cual rebota "casualmente" en la misma historia), inesperado por uno siguiente. Analogas diversas. Auster juega ingeniosamente con ellas, edificando variaciones en algunos de los temas de Beckett; creando, al mismo tiempo, una narrativa que continuamente elude nuestras expectativas. Francisco Izquierdo

Kafka y la mueca

Todas las tardes, Kafka sale a dar un paseo por el parque. La mayora de las veces, Dora, su pareja, lo acompaa. Un da, se encuentran con una nia pequea que est llorando a lgrima viva. Kafka le pregunta qu le ocurre, y ella contesta que ha perdido su mueca. l se pone inmediatamente a inventar un cuento para explicarle lo que ha pasado. Tu mueca ha salido de viaje, le dice. Y t cmo lo sabes?, le pregunta la nia.Porque me ha escrito una carta, responde Kafka. La nia parece recelosa. Tienes ah la carta? pregunta ella. No, lo siento, dice l, me la he dejado en casa sin darme cuenta, pero maana te la traigo. Es tan persuasivo, que la nia ya no sabe qu pensar. Es posible que ese hombre misterioso est diciendo la verdad? Kafka vuelve inmediatamente a casa para escribir la carta. Se sienta frente al escritorio y Dora, que ve cmo se concentra en la tarea, observa la misma gravedad y tensin que cuando compone su propia obra. No es cuestin de defraudar a la nia. La situacin requiere un verdadero trabajo literario, y est resuelto a hacerlo como es debido. Si se le ocurre una mentira bonita y convincente, podr sustituir la mueca perdida por una realidad diferente; falsa, quiz, pero verdadera en cierto modo y verosmil segn las leyes de la ficcin. Al da siguiente, Kafka vuelve apresuradamente al parque con la carta. La nia lo est esperando, y como todava no sabe leer, l se la lee en voz alta. La mueca lo lamenta mucho, pero est harta de vivir con la misma gente todo el tiempo. Necesita salir y ver mundo, hacer nuevos amigos. No es que no quiera a la nia, pero le hace falta un cambio de aires, y por tanto deben separarse durante una temporada. La mueca promete entonces a la nia que le escribir todos los das y la mantendr al corriente de todas sus actividades. Ah es donde la historia empieza a llegarme al alma. Ya es increble que Kafka se tomara la molestia de escribir aquella primera carta, pero ahora se compromete a escribir otra cada da, nica y exclusivamente para consolar a la nia, que resulta ser una completa desconocida para l, una criatura que se encuentra casualmente una tarde en el parque. Qu clase de persona hace una cosa as? Y cumple su compromiso durante tres semanas. Tres semanas! Uno de los escritores ms geniales que han existido jams sacrificando su tiempo (su precioso tiempo que va menguando cada vez ms) para redactar cartas imaginarias de una mueca perdida. Dora dice que escriba cada frase prestando una tremenda atencin al detalle, que la prosa era amena, precisa y absorbente. En otras palabras, era su estilo caracterstico y a lo largo de tres semanas Kafka fue diariamente al parque a leer otra carta a la nia. La mueca crece, va al colegio, conoce a otra gente. Sigue dando a la nia garantas de su afecto, pero apunta a determinadas complicaciones que han surgido en su vida y hacen imposible su vuelta a casa. Poco a poco, Kafka va preparando a la nia para el momento en que la mueca desaparezca de su vida por siempre jams. Procura encontrar un final satisfactorio, pues teme que, si no lo consigue, el hechizo se rompa. Tras explorar diversas posibilidades, finalmente se decide a casar a la mueca. Describe al joven del que se enamora, la fiesta de pedida, la boda en el campo, incluso la casa donde la mueca vive ahora con su marido. Y entonces, en la ltima lnea, la mueca se despide de su antigua y querida amiga. Para entonces, claro est, la nia ya no echa de menos a la mueca. Kafka le ha dado otra cosa a cambio, y cuando concluyen esas tres semanas, las cartas la han aliviado de su desgracia. La nia tiene la historia, y cuando una persona es lo bastante afortunada para vivir dentro de una historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir.

The Brooklyn Follies, de Paul Auster.ANTE LA LEYFranz Kafka

Hay un guardin ante la Ley. A ese guardin llega un hombre del campo que pide ser admitido a la Ley. El guardin le responde que ese da no puede permitirle la entrada. El hombre reflexiona y pregunta si luego podr entrar.Es posible dice el guardin, pero no ahora. Como la puerta de la Ley sigue abierta y el guardin est a un lado, el hombre se agacha para espiar. El guardin se re y le dice:

Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibicin. Pero recuerda esto: yo soy poderoso. Y yo soy slo el ltimo de los guardianes. De sala en sala irs encontrando guardianes cada vez ms poderosos. Ni siquiera yo puedo soportar la sola vista del tercero.El campesino no haba previsto semejantes dificultades. Despus de todo, la Ley debera ser accesible a todos y en todo momento, piensa. Pero cuando mira con ms detenimiento al guardin, con su largo abrigo de pieles, su gran nariz puntiaguda, la larga y negra barba de trtaro, se decide a esperar hasta que l le conceda el permiso para entrar. El guardin le da un banquillo y le permite sentarse al lado de la puerta. All permanece el hombre das y aos. Muchas veces intenta entrar e importuna al guardin con sus ruegos. El guardin le formula, con frecuencia, pequeos interrogatorios. Le pregunta acerca de su terruo y de muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes seores, y al final le repite siempre que an no lo puede dejar entrar. El hombre, que estaba bien provisto para el viaje, invierte todo hasta lo ms valioso en sobornar al guardin. Este acepta todo, pero siempre repite lo mismo:Lo acepto para que no creas que has omitido algn esfuerzo.Durante todos esos aos, el hombre observa ininterrumpidamente al guardin. Olvida a todos los dems guardianes y aqul le parece ser el nico obstculo que se opone a su acceso a la Ley. Durante los primeros aos maldice su suerte en voz alta, sin reparar en nada; cuando envejece, ya slo murmura como para s. Se vuelve pueril, y como en esos aos que ha consagrado al estudio del guardin ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de pieles, tambin suplica a las pulgas que lo ayuden a persuadir al guardin. Finalmente su vista se debilita y ya no sabe si en la realidad est oscureciendo a su alrededor o si lo engaan los ojos. Pero en aquellas penumbras descubre un resplandor inextinguible que emerge de las puertas de la Ley. Ya no le resta mucha vida. Antes de morir resume todas las experiencias de aquellos aos en una pregunta, que nunca haba formulado al guardin. Le hace una sea para que se aproxime, pues su cuerpo rgido ya no le permite incorporarse.El guardin se ve obligado a inclinarse mucho, porque las diferencias de estatura se han acentuado sealadamente con el tiempo, en desmedro del campesino.Qu quieres saber ahora? pregunta el guardin. Eres insaciable.Todos buscan la Ley dice el hombre. Y cmo es que en todos los aos que llevo aqu, nadie ms que yo ha solicitado permiso para llegar a ella?El guardin comprende que el hombre est a punto de expirar y le grita, para que sus odos debilitados perciban las palabras.Nadie ms poda entrar por aqu, porque esta entrada estaba destinada a ti solamente. Ahora cerrar.