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37 Revista MAR Se hace bien anticiparse al futuro, pero con reservas. 5.La ley de la desconfianza En ocasiones sobran los controles y recordar constantemente la vigilancia a la que están sometidos los miembros de la empresa, pues parece ser un desgaste de los jefes y trabajadores, y no logra asegurar la buena marcha en los procesos; la confianza puede llegar a ser una buena inversión, solo necesita comprobarlo. Como jefe debe saber que para el trabajador es un peso saber que no confían en él, afecta la moral de este y crea un ambiente de perjuicios en la organización. Evalúe su conducta con los subordinados y considere confiar en ellos, pues de esta forma, estarán demostrando todo el tiempo que este acto si vale la pena. 6. Exhibiciones innecesarias Grandes egos suelen consumir la buena atención disponible y resultan ser ofensivos para los subordinados al verse afligida su dignidad profesional. En todas las ocasiones, sin excepción, la arrogancia, el exceso de ceremonias, las acciones ilegitimas, la presunción de infalibilidad o la exhibición, son una clara muestra de la falta de madurez del líder. Sin duda, el poder es un instrumento de organización, pero también, tiene como fin conseguir metas colectivas y esto no se logra siguiendo al líder sin titubear. La nueva era obliga a las empresas a pensar en un nuevo orden organizacional, sabiendo de antemano que los excesos en las demostraciones de poder, no engrandecen a quien lo produce. Así que, el cumplimiento de las aspiraciones que tengan el directivo, depende del buen uso que haga de la vocación de líder. Tienen permitido cometer errores, pero es su obligación reconocerlos y aprender de ellos, asimismo, tenga en cuenta dirigir bien los primeros logros que alcance, pues solo así podrá seguir haciendo cosas importantes. Utilice la autoridad moral para ordenar y logre que las relaciones en su empresa no sean Líder – Seguidor o Jefe – Subordinado, sino profesional – profesional, lo que mejorará la calidad de vida laboral para todos. Practique la generosidad, la flexibilidad y la sinceridad. La calidad de vida del trabajo ideal demanda un trabajo exhaustivo y ambicioso con el fin de convertirse en seres humanos completos, tanto directivos como trabajadores.

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Como jefe debe saber que para el trabajador es un peso saber que no confían en él, afecta la moral de este y crea un ambiente de perjuicios en la organización. La calidad de vida del trabajo ideal demanda un trabajo exhaustivo y ambicioso con el fin de convertirse en seres humanos completos, tanto directivos como trabajadores. Revista 5.La ley de la desconfianza 6. Exhibiciones innecesarias

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37

R e v i s t a

MARSe hace bien anticiparse al futuro, pero con reservas.

5.La ley de la desconfianza

En ocasiones sobran los controles y recordar constantemente la vigilancia a la que están sometidos los miembros de la empresa, pues parece ser un desgaste de los jefes y trabajadores, y no logra asegurar la buena marcha en los procesos; la confianza puede llegar a ser una buena inversión, solo necesita comprobarlo.

Como jefe debe saber que para el trabajador es un peso saber que no confían en él, afecta la moral de este y crea un ambiente de perjuicios en la organización.

Evalúe su conducta con los subordinados y considere confiar en ellos, pues de esta forma, estarán demostrando todo el tiempo que este acto si vale la pena.

6. Exhibiciones innecesarias Grandes egos suelen consumir la buena atención disponible y resultan ser ofensivos para los subordinados al verse afligida su dignidad profesional. En todas las ocasiones, sin excepción, la arrogancia, el exceso de ceremonias, las acciones ilegitimas, la presunción de infalibilidad o la exhibición, son una clara muestra de la falta de madurez del líder. Sin duda, el poder es un instrumento de organización, pero también, tiene como fin conseguir metas colectivas y esto no se logra siguiendo al líder sin titubear.

La nueva era obliga a las empresas a pensar en un nuevo orden organizacional, sabiendo de antemano que los excesos en las demostraciones de poder, no engrandecen a quien lo produce.

Así que, el cumplimiento de las aspiraciones que tengan el directivo, depende del buen uso que haga de la vocación de líder. Tienen permitido cometer errores, pero es su obligación reconocerlos y aprender de ellos, asimismo, tenga en cuenta dirigir bien los primeros logros que alcance, pues solo así podrá seguir haciendo cosas importantes.

Utilice la autoridad moral para ordenar y logre que las relaciones en su empresa no sean Líder – Seguidor o Jefe – Subordinado, sino profesional – profesional, lo que mejorará la calidad de vida laboral para todos. Practique la generosidad, la flexibilidad y la sinceridad.

La calidad de vida del trabajo ideal demanda un trabajo exhaustivo y ambicioso con el fin de convertirse en seres humanos completos, tanto directivos como trabajadores.