1

4° DEBATE SOBRE EMPLEO:

"CRECIMIENTO, PRODUCTIVIDAD Y EMPLEO"

28/02/2013, Centro Pablo Iglesias

(Crónica de la Ponencia de Esteban Lozano)

El pasado jueves 28 nos reunimos en la sede de nuestra agrupación en Bruselas para escuchar, de manos de Esteban Lozano, lo que podríamos llamar una clase magistral de economía española en alguna universidad prestigiosa del panorama internacional.

Esteban Lozano es Secretario de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de la Agrupación PSOE Bruselas y ex-funcionario retirado de la DG Employment de la Comisión Europea.

Así fue, todos los asistentes coincidimos con la riqueza en contenidos, la dinámica con la que Esteban introdujo inicialmente todos los términos que seguidamente dieron lugar a una amplia explicación de los factores de

2

crecimiento con los que tradicionalmente ha contado España, además de la facilidad con la que seguimos la interpretación de los datos estadísticos y gráficos descriptivos de nuestra economía durante los últimos 30 años.

I. Crecimiento, Productividad y Empleo: Definición, evolución, relación, cifras

1. Crecimiento

Cuando se habla de crecimiento, ¿a qué nos referimos? Al crecimiento del PIB (producto interior bruto), es decir al valor añadido (que se obtiene descontando el valor de las materias primas o productos intermedios para la producción de bienes y servicios) en un período dado.

El PIB puede considerarse desde 3 ópticas:

1) óptica de la producción, que consideraría el PIB como el sumatorio del

valor añadido u oferta agregada,

2) óptica del gasto, o demanda agregada, que iguala el PIB a la suma del

consumo, mas la inversión, mas el gasto público, mas la diferencia

entre las exportaciones e importaciones (balanza comercial), y

3) óptica de la renta, que agrupa los salarios, rentas, intereses y

beneficios producidos.

Cuadro I. Ópticas del PIB: Producción, Gasto y Renta

1.1. Óptica de la Producción

En la tabla siguiente podemos ver la evolución de la estructura sectorial del PIB en los 30 últimos años:

3

La parte correspondiente al sector primario (agricultura y pesca) ha pasado de un 7% del PIB en 1980 a 3% a principios de la década actual.

Por su parte, la industria ha ido perdiendo cada vez más peso relativo, viendo reducirse su crecimiento del 29% de la producción en los 80 hasta el 16% actual (sufriendo un "proceso de desindustrialización", mientras que en otros países, como Alemania, se acerca a cifras de entre el 24-27%).

En paralelo con la disminución de la parte de la agricultura y servicios en el PIB, el sector de los servicios ha crecido considerablemente y representa actualmente en torno al 70% del PIB.

Este crecimiento se debe sobre todo al subsector “otros servicios” que absorbe la mitad del PIB y abarca entre otros a la salud, educación, administración pública y servicios a las personas. Por su parte, los servicios de comercio, transporte y hostelería representan cerca de una cuarta parte.

Por último, destacar el excesivo crecimiento de la construcción, que pasó de representar el 9% de la producción en 2000 a 13% en 2008, es decir, más del doble del de la media europea. Seguidamente se desplomó hasta un 10% tras el batacazo de la burbuja inmobiliaria. La importancia de este hecho en la actual crisis es ya comúnmente conocido.

Cabe señalar también que el crédito a las actividades inmobiliarias representó en 2008 casi la mitad (47%) del crédito total (contra 25% en 2000). Gran parte de ese crédito fue concedido por bancos franceses y alemanes.

Tabla 1. Estructura sectorial de España, 1980-2010 (en % del PIB)

4

1.2. Óptica del Gasto

La tabla siguiente ilustra la evolución del PIB desde la óptica del gasto (consumo privado, inversión, gasto público y balanza comercial):

La parte de consumo privado muestra una tendencia decreciente que se ha acentuado desde 2008, pasando del 64% en 1980 a 56% en 2010.

La inversión (o formación bruta de capital fijo) creció en los 90, se mantuvo estable en la primera década del s.XXI, y cayó considerablemente en los últimos años de crisis. Pasó de 323 mil millones en 2007 a 223 mil en 2011. Esta fuerte caída (una tercera parte) es consecutiva al cierre de numerosas empresas en la construcción y en la industria

El gasto público muestra una tendencia creciente a lo largo de los últimos 30 años, aunque probablemente se reduzca como consecuencia de los recientes ajustes.

La balanza comercial española, ha sido tradicionalmente deficitaria, lo que constituye un indicador de la débil competitividad de nuestra economía. No obstante, el déficit comercial se ha reducido desde 2008. En el 4° trimestre de 2012 el crecimiento de las exportaciones (4%) se ha acompañado de una reducción de las importaciones (- 3%).

Tabla 2. Estructura de la demanda agregada de España, 1980-2010 (en % del PIB)

5

1.3. Óptica de la Renta

La tabla siguiente ilustra el reparto entre salarios y beneficios & rentas, en miles de millones y en porcentaje del PIB entre 2000 y 2011. La remuneración de los asalariados ha caído tanto en cifras absolutas como en relativas (-3%) entre 2009 y 2011, lo que refleja tanto la moderación salarial como, y sobre todo, la disminución del número de ocupados. En contrapartida, la parte de beneficios y rentas ha aumentado en la misma proporción.

Tabla 3. Distribución de la renta nacional en España, 2000-2011 (en miles de millones € y en % del PIB)

2. Productividad y competitividad

Por productividad nos referimos a la relación entre la producción obtenida y los factores empleados (capital y trabajo). Es necesario distinguir entre:

1) productividad del trabajo, que se mide en términos de productividad

por hora trabajada o de productividad por persona ocupada;

2) productividad del capital (maquinaria, instalaciones y tecnologías);

3) productividad global de los factores de producción, que refleja la

eficacia de la relación entre capital y trabajo y está determinada por el

progreso técnico.

Para aumentar la productividad es necesaria la combinación de la acumulación de capital (maquinaria e instalaciones) y progreso técnico (nuevas tecnologías)

6

con nuevos sistemas de producción y nuevas formas de organización en el trabajo más eficientes y con el desarrollo del nivel de cualificaciones y competencias del personal o capital humano (formación, especialización).

La productividad, la innovación y el progreso técnico, están determinados en último término por la investigación (I+D+i) y la educación y formación.

La productividad determina en gran parte la competitividad. Pero no hay que confundir estos dos conceptos. La competitividad es la capacidad de una empresa o de un país para vender sus productos en los mercados internacionales. El indicador a nivel de país es la balanza comercial, o diferencia entre las exportaciones e importaciones. Si un país vende más de lo que se compra en el exterior, entonces será competitivo.

La competitividad es indispensable para favorecer el crecimiento, la generación de rentas y mantener el empleo, y depende no sólo de la productividad, sino también de los salarios y los tipos de cambio, sin olvidar de otros factores difíciles de cuantificar como la calidad, el diseño y los servicios post-venta.

3. Relación entre crecimiento, productividad y empleo.

Existe una estrecha relación entre el crecimiento económico (del PIB), la productividad (aquí nos referiremos a la productividad por persona ocupada) y el empleo (aquí tomamos el número de trabajadores ocupados).

El indicador de productividad es la “productividad aparente del trabajo”. Se dice “aparente” porque incorpora capital y tecnología ya que no es posible precisar la parte de productividad que se debe sólo al factor trabajo. El crecimiento económico (del PIB) está determinado por el crecimiento del empleo y de la productividad. Y puede expresarse, en términos matemáticos, por la igualdad siguiente:

Cuadro 2. Relación entre crecimiento, productividad y empleo

7

En la tabla y gráfico siguientes veremos cómo han evolucionado estas tres variables en España en la última década. Sumando la variación en porcentaje del empleo y de la productividad podemos constatar que dicha suma es igual a la variación en porcentaje del PIB.

4. PIB, productividad y empleo en España (2001-2012).

Las cifras de la tabla 4 muestran el fuerte crecimiento del PIB en España entre 2001 y 2007 (más de un 1% por encima de la media de la Unión Europea). Este crecimiento ha sido muy intensivo en empleo. En efecto, entre 2001 y 2007 el empleo había crecido un 3,3% en media anual (muy por encima del de la media de la Unión Europea).

La productividad, tradicionalmente baja en España, fue casi nula o incluso negativa en esos años, lo que se explica en gran parte por el gran peso de sectores poco productivos como el turismo y la construcción.

A partir de 2007, la caída de la actividad en el sector de la construcción y en las industrias y servicios relacionados con éste, provocó una fuerte caída del empleo, proporcionalmente mayor que la caída de la producción. La productividad del trabajo creció. Esto se explica no por una mayor inversión en capital, sino por los despidos en actividades que se consideraban poco productivas. Además este proceso ha sido acompañado de una reducción del empleo en el sector público que se ha acentuado en el último año y medio con las políticas de ajuste del déficit público (recortes).

Tabla 4. Evolución (variación en % sobre el año precedente) del crecimiento, de la productividad y del Empleo en España (2001-2012)

AU

MEN

TO

PRO

DU

CTIV

IDA

D

8

Grafico 1. Evolución (variación en % sobre el año precedente) del crecimiento, de la productividad y del Empleo en España (2001-2012)

II. La dinámica: ProductividadCrecimiento Empleo

1. La relación a corto y largo plazo

A corto plazo se observa con frecuencia una correlación negativa entre la productividad y el empleo. En los períodos de recesión las empresas se ven obligadas a la reestructuración, diversificando sus productos y adaptándose a las nuevas demandas, teniendo que cerrar así las empresas menos eficientes y con menos capacidad de adaptación. Es lo que hemos visto al analizar la situación entre 2008 y 2012, que se ha caracterizado por una fuerte caída del empleo y del crecimiento y por un fuerte aumento de la productividad. Además, la competitividad a largo plazo se puede ver comprometida por los efectos a corto si se destruyen las cualificaciones de los trabajadores.

Por el contrario, a largo plazo existe una correlación positiva entre productividad y empleo. No hay evidencia de que el progreso técnico sea, a largo plazo, un factor de destrucción de empleo. Los pronósticos pesimistas de aquellos que preveían que las nuevas tecnologías (como las TIC) iban a provocar una caída masiva del empleo no se han cumplido. Al contrario, las cifras muestran que las mejoras de productividad, ligadas a procesos de acumulación de capital productivo y eficiencia tecnológica sostenida, son un factor positivo y determinante del crecimiento a largo plazo. Es lo que ilustra el gráfico siguiente en el que se constata que tanto el empleo como la productividad han aumentado y lo han hecho de manera significativa (cerca de un 50% de aumento entre 1980 y 2011).

9

Grafico 2. Productividad y Empleo (1980-2011)

¿Cómo se explica esta relación? Es lo que ilustra el esquema que sigue.

El crecimiento de la productividad contribuye al crecimiento del empleo en la medida en que:

- Permite aumentar los salarios, lo que contribuye a sostener el consumo

- Aumenta los beneficios, lo que contribuye a sostener la inversión

- Mejora la competitividad de las empresas, lo que contribuye a mejorar la balanza comercial, aumentando las exportaciones y disminuyendo las importaciones

- Aumenta la capacidad recaudatoria del Estado (aumento del impuesto de la renta ligado al aumento de salarios, del IVA ligado al aumento de consumo, y del impuesto de sociedades ligado al aumento de beneficios empresariales), todo lo cual contribuye a sostener el gasto público.

Ahora bien, estos son, como hemos visto, los componentes de la demanda global. Un aumento del empleo será necesario para satisfacer la producción en respuesta a este crecimiento de la demanda.

10

Cuadro 3. Mejora de la productividad en el largo plazo

La manera en que los incrementos de la productividad se distribuyen entre salarios y beneficios es crucial. El crecimiento de la productividad es:

- Una condición necesaria para el crecimiento durable del empleo. Una baja productividad implica una pérdida de competitividad (altos precios relativos) y riesgo de cierre de empresas y pérdida de empleos. En este contexto los aumentos de salario contribuyen a aumentar más las importaciones que la producción interna (PIB)

- Pero no es una condición suficiente. La productividad debe ser acompañada de un aumento de salarios capaz de sostener la demanda interna de consumo; es el límite que encuentran los modelos volcados en la exportación y basados en bajos salarios.

2. Implicaciones sectoriales

De lo anterior se deduce que las políticas de estímulo a la creación de empleo deben favorecer a la vez la promoción del empleo y la mejora de la productividad.

Para ello es de importancia crucial mejorar la productividad, sobre todo la de los sectores intensivos en capital y conocimiento, altamente productivos, abiertos a la competitividad internacional. A la vez que mejoran la posición de nuestra economía, el crecimiento engendrado por estos sectores permite financiar el crecimiento en servicios intensivos en trabajo: cuidado personal, renovación de inmuebles, sanidad, educación, etc.

11

3. Dos factores clave: I+D y educación

El esfuerzo de inversión en I+D+i y en educación y formación en España es insuficiente. Antes de 2003, el gasto en I+D se ha mantenido por debajo del 1% del PNB y sólo en los últimos años ha conocido un cierto incremento hasta situarse en el 1,39% en 2010. Con los últimos recortes ha vuelto a bajar considerablemente (último dato publicado: 1,33% en 2011). Actualmente, la media de la Unión Europea se sitúa en el 2,01% (Alemania, 2,82%) y en el marco para la “Estrategia 2020” se ha fijado a 3%, lo que parece bastante difícil de alcanzar en nuestro país.

Además, el informe NRP de 2012 de la Comisión Europea afirma que el aumento del esfuerzo en gasto en I+D en España no ha supuesto un efecto importante en la mejora de la innovación, lo que quiere decir que es importante no solo el "cuánto" se gasta sino también el "cómo" se gasta. Podemos decir que lo que gastamos poco y mal en I+D.

Por lo que se refiere a nuestro sistema educativo y de formación en España hay que mencionar:

- una muy elevada proporción de abandono escolar prematuro (28,4%

en 2010, frente a una media de 14,1% para el conjunto de la UE)

- las bajas cualificaciones y competencias de nivel profesional y técnico

y su insuficiente adecuación a la evolución de los sistemas de

producción y a las necesidades del mercado laboral, que se refleja

también en un bajo nivel educacional entre los adultos

- una muy escasa participación de los trabajadores en la formación

continua (a la que las empresas dedican, en término medio, menos de

1% de la masa salarial).

III. Crecimiento y paro

Hasta ahora nos hemos ocupado únicamente de la relación entre crecimiento económico y empleo. Pero ¿qué relación existe entre crecimiento y paro? ¿Cuánto tiene que crecer el PIB para que disminuya el paro?

A esta pregunta intenta responder lo que se conoce por la “ley de Okun”, en nombre del primer economista que, en 1962, calculó la relación entre ambos. Poniendo en relación la evolución de las cifras de crecimiento y las de paro en EEUU en un largo período, Arthur M. Okun dedujo que era necesario un crecimiento de 3% para empezar a reducir el paro.

12

Esta relación varía según los países y depende de la demografía (evolución de la población activa) y de la productividad. En España, algunos cálculos establecen que el PIB debe crecer un 2,8% para que se empiece a reducir la tasa de paro (cf. F. Becker Zuazua).

En este supuesto, parece poco probable que las tasas de paro se reduzcan en los próximos años. Las recientes previsiones de crecimiento del PIB por parte del gobierno (0,5% para 2013 y 1,2% para 2014) se sitúan aún lejos del umbral de crecimiento mínimo para reducir el paro. Las previsiones de la Comisión Europea se alejan aún más de ese umbral (-1,4% para 2013 y 0,8% para 2014).

IV. ¿Qué hacer? Políticas, propuestas, pistas de acción

(Para un más amplio desarrollo de este punto puede consultarse el artículo "Una contribución de propuestas para la creación de empleo", Esteban Lozano, 28 de Julio de 2011).

1. A nivel sectorial

Sostener el empleo en los sectores altamente productivos, intensivos en conocimiento y abiertos a la competitividad internacional tales como las TIC, las nanotecnologías, las biotecnologías, y en general de todos aquellos que incorporan avances en innovación y en I+D.

Sostener el empleo en la producción de bienes de consumo

tradicional mediante la promoción de la calidad, la innovación y el diseño, en respuesta a una demanda internacional creciente de productos de alto valor añadido.

Apoyar la exportación e identificar los nichos en los cuales nuestro

país puede tener ventajas comparativas. Sostener la creación de empleos ligados a las eco-tecnologías (solar,

eólica), a la mejora de eficiencia energética en materia de construcción y de renovación de edificios y a la preservación, mejora y recuperación del entorno paisajístico y litoral.

Sostener la creación de empleo en el campo de los servicios

sanitarios, de educación y formación, culturales, sociales (en particular personas mayores y discapacitados) y personales.

Apoyar la creación de trabajo independiente y asociativo

(cooperativas) mediante la simplificación de los trámites

13

administrativos para la creación de empresas, el asesoramiento y las facilidades para la obtención de micro-créditos.

2. Educación y formación

Promover las clases de refuerzo y otras estructuras de apoyo para los jóvenes en situación de fracaso escolar y dar una segunda oportunidad de escolarización a los que han abandonado prematuramente la escuela.

Promover los esquemas de aprendizaje que articulan formación y

trabajo. Hacer frente a la penuria de cualificaciones profesionales y técnicas

de nivel medio mediante la valorización y el impulso a la enseñanza de este nivel.

Facilitar el reconocimiento de competencias profesionales

adquiridas por la experiencia o de manera informal. Prestar una mayor atención a la adquisición tanto de competencias

técnicas como de competencias genéricas o transversales. Impulsar la negociación de acuerdos entre los poderes públicos y

los interlocutores sociales para reforzar de manera significativa la formación continua de los trabajadores con el objetivo de facilitar la adaptación à los cambios de los sistemas de producción y de organización de trabajo; establecer la obligación legal para las empresas de invertir en la formación continua de los trabajadores en un porcentaje no inferior a 1% de la masa salarial.

Promover el lanzamiento de estudios, observatorios y otros medios

dirigidos a identificar las necesidades en competencias y anticipar las necesidades futuras.

Promover la cooperación entre el conjunto de agentes públicos y

privados (autoridades públicas a nivel nacional, regional y local, centros de enseñanza y centros de formación, empresas e interlocutores sociales, ONG) implicados la educación y formación.

+++++++++++++++++

14

Artículos y documentación relacionados:

1. Página de la Comisión Europea: Europa 2020

2. Artículos en El País:

"El gasto español en I+D cae por primera vez mientras que sube el

de Europa", Alicia Rivera (21/11/2012)

"La investigación en tiempos de crisis", Luís Sanz (05/03/2012)

"Europa: sin conocimiento no hay progreso", Teresa Riera

(18/03/2013)

3. Presentación: "El Factor Institucional", Fernando Becker Zuazua

(Catedrático de Economía Aplicada, Universidad Rey Juan Carlos,

16/11/2010)

Agrupación Local PSOE Bruselas

Rue Ropsy Chaudron 7B, 1070 Bruxelles

Mantente actualizado sobre nuestras actividades y síguenos a través de las redes sociales:

bruselas@europa.psoe.es

www.bruselas.psoe.es

@psoebruselas

PSOE Bruselas