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54
4.1 El mercado laboral es crítico para los jóvenes como
un lugar para generar ingresos y acumular habilidades
después de dejar la escuela. Pero el desempleo los priva
de esos beneficios, además de reducir la participación en
la fuerza de trabajo y aumentar el desempleo de perso-
nas adultas.58 Además, el desempleo puede conducir a la
depresión y otros problemas de salud, y algunos lo seña-
lan como un factor de riesgo para la violencia.
4.2 Algunos jóvenes en Argentina comienzan a tra-
bajar a los 15 años, y otros esperan hasta después de
cumplir los veinte. En cualquiera de los dos casos, los
jóvenes esperan cosechar los frutos de las inversiones
realizadas en educación y salud. Sin duda un importan-
te signo de independencia, la transición al mundo
laboral es también difícil y costosa. Los períodos de
inactividad o de desempleo impiden la acumulación de
“Yo represento a un grupo de gente joven de los suburbios de laperiferia que trabaja porque tiene que ayudar a su familia. Enmuchos casos, son familias en las que los padres están separados, ylos jóvenes se encargan del cuidado de su familia. Es comointercambiar roles. Los jóvenes no tienen un trabajo que les guste.Trabajan porque tienen que hacerlo para sobrevivir”.
Susana, 23 años, Posadas.
4 . MERCADOS LABORALES Y CICLOS ECONÓMICOSROXANA MAURIZIO, DORTE VERNER Y MICHAEL JUSTESEN
58. Banco Mundial (próximamente).
capital humano, aptitudes laborales y antecedentes
laborales positivos, todos ellos factores clave en el
momento de buscar empleo.59
4.3 Los jóvenes en la actualidad reciben una educa-
ción mejor que las generaciones anteriores, pero los
índices de desempleo para los jóvenes en Argentina
son mucho más elevados que los de los adultos, y la
tendencia está empeorando. Según los pronósticos de
la teoría económica, un incremento en los logros edu-
cativos facilitará la transición hacia la inserción en el
mercado laboral y traerá aparejados mayores éxitos
en la vida laboral. Algunos jóvenes se han visto bene-
ficiados pero otros todavía enfrentan desafíos para
conseguir trabajo, a pesar de que ha aumentado el
regreso a la educación secundaria y superior, tanto en
el caso de los jóvenes como en el de los adultos.
4.4 Durante las últimas dos décadas, ha surgido una
nueva característica en el escenario social: jóvenes que
no trabajan ni estudian, o que tienen trabajos preca-
rios que no requieren aptitudes ni cualidades específi-
cas. La exclusión de esos jóvenes proviene en parte de
su condición de pobres y desempleados pero en
parte también de los estereotipos sociales que los
relacionan con la delincuencia, la violencia, las drogas y
la holgazanería. Proyectadas a través de los medios de
comunicación y la política, esas representaciones tor-
nan más dificultosa la participación de los jóvenes en
la sociedad (Capítulo 7).60
4.5 Durante décadas, la inserción en el mercado
laboral organizaba la transición hacia la adultez. Sin
embargo, la transición de la escuela al mercado labo-
ral se ha convertido en un cuello de botella para un
gran sector de la población joven. Una encuesta
reciente muestra que el 50-55 por ciento de las per-
sonas de entre 18 y 24 años provenientes de familias
de bajos ingresos no tenían empleo o trabajaban sólo
ocasionalmente durante el año en que se realizó la
encuesta.61
4.6 El presente capítulo analiza las relaciones entre el
crecimiento, los ciclos económicos y las consecuencias
del mercado laboral para los jóvenes (nivel de salarios,
desempleo y movilidad laboral). El comienzo de este
capítulo se aboca a documentar el empleo, el desem-
pleo y los salarios para los jóvenes en Argentina. La
sección siguiente se ocupa del nivel de salarios en el
mercado laboral y las probabilidades de que sobre-
venga el desempleo durante los ciclos económicos. En
la última sección, se analiza la movilidad laboral.62 El
capítulo concluye con algunas preguntas para orientar
los debates sobre las políticas.
TIEMPOS DIFÍCILES PARA LA JUVEN-TUD CON RESPECTO AL EMPLEO, ELDESEMPLEO Y LOS SALARIOS
Mercados laborales y ciclos económicos
55
59.Ver Banco Mundial (2006b).60. La exclusión afecta de manera adversa especialmente a los jóvenes que viven en zonas rurales (alrededor del 9 por ciento de la población joven).(Roman 2003). Casi invisibles, no sólo en Argentina sino también en todo el continente, los jóvenes provenientes de las zonas rurales con frecuen-cia permanecen al margen tanto de las estructuras familiares como de las políticas nacionales (Durston 1997, 1998).61. Fundación Banco de la Provincia de Buenos Aires (2005).62. La mayor parte del análisis en el presente capítulo corresponde al período 1992-2003 y se basa en la EPH (la información y la metodología seresumen en el apéndice IV).
“De donde provengo, donde no todo el
mundo se encuentra en la misma situación
que yo. La gente trabaja porque lo necesita,
la gente trabaja porque no tiene otra
alternativa, y los explotan y les pagan en
negro, pero es una obligación”.
Pablo, 19 años, participa en unaorganización de base y trabaja, Formosa.
4.7 Muchos argentinos comienzan a trabajar desde
muy pequeños, con graves consecuencias para su vida
posterior. En la Argentina, el 8,6 por ciento de los
menores de entre 7 y 14 años trabajan exclusivamente,
un porcentaje alto en comparación con Chile (4 por
ciento).63 Los que sacrifican su educación escolar cuan-
do son jóvenes tienen mayores probabilidades de ser
pobres cuando alcancen la adultez, ya que su producti-
vidad se verá reducida por la falta de aptitudes y capi-
tal humano acumulados.64 La inserción laboral tempra-
na está relacionada con una gran cantidad de conduc-
tas riesgosas (Tabla 1.2), como, por ejemplo, la actividad
sexual sin protección y el consumo de alcohol y taba-
co. La permanencia en la escuela reduce las probabili-
dades de involucrarse en esa clase de conductas, ade-
más de aumentar los salarios y reducir el desempleo.
Empleo4.8 El mercado laboral argentino, con su sistema de
protección para el trabajador individual, sus muchas
barreras contra los despidos y sus numerosos benefi-
cios adicionales, resulta atractivo para los jóvenes a
pesar de las dificultades para ingresar en él con éxito.
Los empleadores son reacios a contratar personal
cuando existen muchos impedimentos para despedir
empleados, lo cual coloca a la juventud en una situa-
ción de desventaja (Tabla 4.1). El empleo se ha incre-
mentado en el caso de los trabajadores mayores, pero
la proporción de trabajadores jóvenes disminuyó de
un 21 por ciento a un 18 por ciento durante el perí-
odo 1992-2005.
4.9 La proporción de mujeres en la fuerza laboral
aumentó en la última década. En 2005, el 45 por cien-
to de los empleados en relación de dependencia eran
mujeres, es decir que el porcentaje se incrementó en
5 puntos desde 1992. La proporción de mujeres es
menor, en parte porque las mujeres permanecen en la
escuela por un tiempo más prolongado y en parte
porque son las encargadas de realizar la mayoría de las
tareas en la crianza de los hijos. Los índices de desem-
pleo también son más altos en el caso de las mujeres.
4.10 Los jóvenes trabajan menos cantidad de horas que
en los comienzos de la década de 1990, una tendencia
que se aprecia con particular claridad entre los trabaja-
dores poco calificados.65 Esa disminución sugiere que
los jóvenes, especialmente los no calificados, tienen más
probabilidades de conseguir empleos de medio tiempo
y más inestables. La crisis económica redujo las horas
promedio de trabajo para todos los grupos etarios,
pero los jóvenes fueron los más golpeados.
4.11 Entre los trabajadores más jóvenes (aquellos de
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
56
0-14 15-24 25-40 41-64 65+
1992 1,1 21,0 36,5 38,6 2,9
2000 0,3 19,0 37,7 39,8 3,2
2005 0,5 17,7 37,1 40,6 4,1
Nota: En 1992, se incluyeron 12 ciudades y en 2000, 15 ciudades. En 2005, se utiliza una estructura diferente (continua). Fuente: CEDLAS.
Tabla 4.1 Distribución de la edad de trabajadores en relación de dependencia,años elegidos 1992-2005 (porcentaje)
63. Banco Mundial (2006b).64. Banco Mundial (2006b).65. Banco Mundial (2005a).
entre 15 y 19 años), muchos no asisten a la escuela y
pertenecen a hogares de bajos ingresos: abandonaron
los estudios para conseguir empleo con el objeto de
complementar los magros ingresos familiares. Los bají-
simos niveles de educación que obtienen esos indivi-
duos no serán suficientes para escapar de la trampa
de la pobreza, y les transmitirán pobreza a sus genera-
ciones futuras.
Desempleo4.12 Los índices de desempleo entre los jóvenes de la
región ascienden al doble que los de otros trabajado-
res. En Argentina, dichos índices son tres veces más
altos (Figura 4.1).66 Los cambios económicos no hicie-
ron más que empeorar la situación, ya que contribu-
yeron a ampliar la brecha entre los trabajadores más
jóvenes y los trabajadores mayores, de aproximada-
mente un 8 por ciento en 1992 a un 21 por ciento en
2003. Los sectores orientados a la provisión de servi-
cios condujeron el crecimiento en la década de 1990,
con lo cual había demanda de trabajadores más califi-
cados y, por lo general, mayores de 24 años.67 En con-
traposición, la reciente reactivación ha estado liderada
principalmente por la industria manufacturera, que
requiere trabajadores menos calificados.
4.13 El porcentaje de desempleo entre los jóvenes
se incrementó en 25 puntos en el período com-
Mercados laborales y ciclos económicos
57
Fuente: Estudio sobre la Juventud de la Región (Banco Mundial, próximamente).
Figura 4.1 Proporción de jóvenes sobre el total de desempleados en países seleccionados de América Latina, promedio 1993-2003
1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0 2.2 2.4 2.6 2.8
SurinameHaitiChile
UruguayGuyanaJamaica
Costa RicaPanamá
BelizeBarbadosSt. Lucia
VenezuelaDom. Rep.Argentina
TrinidadEcuadorMexico
BrasilGrenadaParaguay
DominicaColombia
LACPeru
HondurasEl SalvadorNicaragua
Bolivia
2.712.49
2.412.32
2.202.08
2.072.04
2.002.00
1.961.911.91
1.851.84
1.821.811.81
1.801.78
1.761.75
1.731.73
1.721.70
1.681.51
Ratio
66. Ver, por ejemplo, Cacciamali (2005); Justesen y Verner (2006); y Banco Mundial (2003). Asimismo, los datos de la YSCS sugieren que alrededordel 22 por ciento de los jóvenes están desempleados, en comparación con el 7 por ciento de la población adulta.67. Banco Mundial (2005a).
prendido entre 1992 y 2002; sin embargo, a par tir
de ese momento ha disminuido drásticamente
(Figuras 4.2 y 4.3). Incluso durante el gran creci-
miento de comienzos de la década de 1990, el
desempleo entre los jóvenes proliferó, y alcanzó el
38,8 por ciento en 2002, mucho más alto que en
Brasil (20,5 en 2001) y México (7,2 por ciento en
2002).68 En contraposición, el desempleo entre los
adultos aumentó aproximadamente un 20 por
ciento.69,70
4.14 En los hogares pobres, el nivel de desempleo es
mayor y el nivel de empleo es menor que en el resto
de los hogares, en especial, en el caso de adultos jóve-
nes de entre 24 y 29 años (en el caso de los grupos
más jóvenes, la diferencia es menor ; Figura 4.4). Debido
a que ingresan en el mercado laboral más temprano,
los hombres superan en número a las mujeres como
participantes en el mercado (Figura 4.5). Sin embargo,
el nivel de desempleo es relativamente parejo para los
hombres y las mujeres tomando en consideración a
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
58
Figura 4.2 Índices de desempleo por edad, 1992-2003 (porcentaje)
Fuente: Los cálculos se basan en la EPH.
15-24 años
454035302520151050
1992 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 1992 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03
25-34 años
35-60 años lineal (25-34 años)
Figura 4.3 Índices de empleo y desempleo de los jóvenes, 1992-2003
DesempleadosEmpleados
100%90%80%70%60%50%40%30%20%10%0%
Edad
Año Total 15-24 25-64 65+
1992 3,8 4,0 3,7 4,3
2000 6,6 6,3 6,8 6,0
2005 9,8 8,4 10,7 11,4
Nota: En 1992, se incluyeron 12 ciudades y en 2000, 15 ciudades. En 2005, se utiliza una estructura diferente (continua). Fuente: CEDLAS.
Tabla 4.2 Duración del desempleo (meses)
68. En Brasil y Chile, los jóvenes que ingresan en el mercado laboral durante los períodos de recesión experimentan tasas de desempleo atípica-mente altas, incluso una vez que comienza la reactivación (Banco Mundial 2006b).69. Las tasas de desempleo entre los jóvenes suelen ser más altas en las zonas urbanas. Debido a que la información utilizada en este capítulo sólocubre las zonas urbanas, los índices de desempleo se presentan como un límite superior (Banco Mundial 2006b).70. Incluso antes del acaecimiento de la crisis en 2001, cuando los Programas de Capacitación para la Juventud ya se habían implementado, las pro-babilidades de conseguir trabajo después de haber participado en los programas eran escasas (35 por ciento) (ver Victor Elis y otros 2004).
todos los jóvenes (no solamente a los participantes del
mercado laboral), lo que indica que las mujeres jóvenes
tienen mayor nivel de desempleo a pesar de tener un
promedio de educación más alto.
4.15 La duración del desempleo y el tiempo de bús-
queda de trabajo por parte de las personas desemple-
adas también han aumentado (Tabla 4.2). La duración
del desempleo para los jóvenes se incrementó en un
111 por ciento (a 9,8 meses) en el período 1992-
2005, en comparación con un incremento mayor del
190 por ciento en el caso de los trabajadores mayo-
res (a 10,7 meses). Los períodos prolongados de des-
empleo son especialmente costosos para los jóvenes,
ya que no fomentan su permanencia en la fuerza labo-
ral y evitan que desarrollen sus habilidades. Más aun, el
desempleo de los jóvenes en el largo plazo puede
contribuir a elevar los índices de pobreza: con fre-
cuencia, los salarios de los jóvenes constituyen una
porción significativa de los ingresos familiares.
Salarios4.16 El salario por hora de trabajo de un empleado
mayor (45-54 años) equivale a casi el doble del salario
Mercados laborales y ciclos económicos
59
Figura 4.4 Proporción de todos los jóvenes empleados y desempleados en 2005, por ingresos (porcentaje)
Fuente: Los cálculos se basan en la EPH. Fuente: Los cálculos se basan en la EPH.
Empleados Decil 1 Desempleados Decil 1
Empleados Decil 10 Desempleados Decil 10
Figura 4.5 Proporción de todos los jóvenes empleados y desempleados en 2005, por género (porcentaje)
Empleados Hombres Desempleados Hombres
Empleados Mujeres Desempleados Mujeres
1009080706050403020100
10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29
1009080706050403020100
Figura 4.6 Promedio de salario por hora según nivel educativo (15-60 años) (pesos)
Fuente: Los cálculos se basan en la EPH. Fuente: Los cálculos se basan en la EPH.
Sin educación completa Educación secundaria completa
Educación primaria completa Educación terciaria completa
Figura 4.7 Promedio de salario por hora según grupo etario (pesos)
Promedio salario por hora (15-24)
Promedio salario por hora (45-54)
9876543210
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
6
5
4
3
2
1
0
por hora de un empleado joven. Los salarios de los jóve-
nes disminuyeron de un 64 por ciento del salario de los
adultos en 1992 a tan sólo un 57 por ciento en 2003;
una tendencia correlacionada con el desempleo. Pero
una mayor y mejor educación ayuda. Si bien los jóvenes
todavía perciben salarios considerablemente más bajos
que los adultos, los jóvenes con educación terciaria
ganaron un 8 por ciento más que los graduados secun-
darios en 1992, y un 32 por ciento más en 2003.
4.17 Los mayores logros educativos se traducen en un
aumento del salario por hora (Figura 4.6). Los trabaja-
dores con educación terciaria percibieron un 82 por
ciento más que los trabajadores con educación secun-
daria solamente, y un 197 por ciento más que los tra-
bajadores sin educación en el período 1992-2003. Los
trabajadores asalariados con educación secundaria
ganaron un 47 por ciento más que los trabajadores
con educación primaria solamente y un 63 por ciento
más que los trabajadores sin educación. Los trabajado-
res con educación primaria ganaron un 11 por ciento
más que los trabajadores sin educación. Si bien los
salarios reales de los trabajadores con educación ter-
ciaria fueron los que más disminuyeron en términos
nominales, sus salarios relativos fueron los menos afec-
tados. Aquellos que terminaron su educación secunda-
ria (pero no terciaria) sufrieron la disminución relativa
más grande en sus salarios reales.
4.18 Con la fuerza laboral joven concentrada en
industrias con mayores reducciones en cuanto a pro-
tección y una mayor proporción de trabajadores no
calificados, la liberalización del comercio puede haber
contribuido a disminuir sus salarios en comparación
con los de otros trabajadores. El aumento de la des-
igualdad salarial desde la década de 1990 sustenta esa
posibilidad.71 Los salarios reales de los jóvenes caye-
ron un 38 por ciento entre 1992 y 2003, en compa-
ración con un 22 por ciento en el caso de trabajado-
res mayores (Figura 4.7). A lo largo de todo el país,
los salarios reales por hora de la juventud han dismi-
nuido en comparación con los de los trabajadores
mayores, con salarios relativos más bajos en el nor-
oeste y ligeramente más altos en la región pampeana
(Figura 4.8).
LOS CICLOS ECONÓMICOS AFECTANA LOS JÓVENES
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
60
Figura 4.8 Salarios relativos de jóvenes (15-24) y adultos (25-60) por región, 1992-2003
Fuente: Los cálculos se basan en la EPH.
GBA Noroeste
Cuyo Pampeana
Total adultos
0,8
0,7
0,7
0,6
0,6
0,5
0,5
0,41992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
71. Banco Mundial (2005a).
“Para mí, es difícil conseguir trabajo porque
a los jóvenes, y a mí, nos piden demasiados
requisitos para conseguir un trabajo. Para
realizar trabajos no calificados, están
pidiendo un título secundario, incluso
universitario; y eso no tiene ningún sentido.
Eso deja afuera del mercado a los chicos
que, por alguna razón u otra, no pudieron
terminar la escuela secundaria”.
Natalia, 20 años, provincia de Buenos Aires.
4.19 Luego de examinar los datos correspondientes al
período 1992-2003, la presente sección analiza cómo
han cambiado los ingresos salariales y los índices de
desempleo de los jóvenes en diferentes niveles de
educación, y compara esos índices de desempleo e
ingresos con los de los adultos, para determinar de
qué manera las fluctuaciones económicas afectaron el
mercado laboral. A partir de ese análisis, se desprende
que los resultados para los jóvenes en el mercado
laboral se ven afectados por tendencias generales de
pobreza y crecimiento económico.
4.20 Los jóvenes se benefician de manera despropor-
cionada con la expansión de los mercados laborales.
Los análisis llevados a cabo tanto en países desarrolla-
dos como en países en desarrollo muestran que el
incremento de la demanda laboral aumenta la partici-
pación en el mercado laboral y el empleo para los jóve-
nes.72 El trabajo de investigación sobre la salida del des-
empleo en el Gran Buenos Aires en el período 1995-
2003 indica que la probabilidad de salir del desempleo
es mayor cuando la economía crece, lo que explica los
efectos de los ciclos económicos y la dependencia a la
duración.73 La misma investigación señala que los hom-
bres tienen mayores probabilidades que las mujeres de
salir del desempleo y que los jóvenes tienen mayores
probabilidades que los trabajadores adultos.
4.21 Las relaciones entre los ingresos salariales, la edu-
cación y la edad se analizan utilizando una base de
datos de panel sobre encuestas en hogares que con-
tiene 887.536 individuos provenientes de todas las
principales zonas urbanas de Argentina y cubre el perí-
odo 1992-2003.74 Si bien el análisis evalúa tanto las
tendencias de los ciclos económicos como las tenden-
cias en el largo plazo, la presente sección se centra en
las consecuencias de los ciclos económicos.
4.22 La ubicación desempeña un papel importante
con respecto a los salarios en el largo plazo. Los tra-
bajadores en la región patagónica y el Gran Buenos
Aires perciben salarios por hora más altos que aque-
llos en las regiones pampeana y cuyana y en el noroes-
te. Eso puede reflejar que hay un mayor aporte de
Mercados laborales y ciclos económicos
61
Años 1992-1994 1995 1996-1998 1999-2002 2003Ciclo Crecimiento Crisis Crecimiento Colapso Reactivación
Tequila lento
Primaria Juventud 11,5 -14,8 -13,1 -61,1 3,6
Adultos 11,9 -8,1 -1,4 -48,8 -15,2
Secundaria Juventud 17,0 -13,2 -10,5 -41,0 -26,3
Adultos 17,7 -12,9 -5,5 -39,4 -19,8
Terciaria Juventud 21,3 -0,2 -9,3 -51,9 -12,7
Adultos 25,8 -4,7 0,0 -31,7 -16,6
Nota: los cambios en los ingresos salariales se basan en estimaciones condicionales de regresión de salarios de una pseudo base de datos de panel de 1992-2003 (ver Apéndice IV, la Tabla IV.A2). Fuente: Los cálculos se basan en la EPH.
Tabla 4.3 Cambios en los ingresos salariales durante los ciclos económicos (porcentaje)
72. Banco Mundial (2006b).73. Cerimedo (2004).74. En el apéndice IV, se presenta la metodología y los modelos de regresión completos.
capitales y una mayor cantidad de centros financieros
en el Gran Buenos Aires. Las regiones como, por
ejemplo, la zona montañosa del noroeste, están esca-
samente pobladas y cuentan con menos recursos y
menor afluencia de inversiones.75 Sin embargo, los tra-
bajadores en el Gran Buenos Aires tienen mayores
probabilidades de perder sus empleos que los trabaja-
dores de otras regiones. A pesar de los salarios relati-
vamente bajos que perciben los trabajadores en Cuyo,
son los que menos probabilidades tienen de perder
sus empleos. Con salarios altos y bajos índices de des-
empleo, la región patagónica es el mejor lugar para los
trabajadores en Argentina.
4.23 Los ingresos salariales subieron al mismo tiempo
que la producción crecía considerablemente a
comienzos de la década de 1990 (en particular, en el
período 1992-1994), pero el desempleo también
aumentó (Figura 4.4). Los ingresos salariales de los
adultos tuvieron un crecimiento ligeramente mayor
que los de los jóvenes en todos los niveles de educa-
ción. Los ingresos salariales correspondientes a las
personas con educación terciaria crecieron un 21,3
por ciento para los jóvenes y un 25,8 por ciento para
los adultos; es decir, crecieron el doble que los ingre-
sos salariales de las personas con educación primaria
(11,5 por ciento para los jóvenes y 11,9 por ciento
para los adultos). La educación superior protegió a los
jóvenes de algunas de las consecuencias del creciente
desempleo. La probabilidad de perder el empleo dis-
minuyó un 2,7 por ciento para los jóvenes con educa-
ción terciaria, pero aumentó un 50,1 por ciento en el
caso de los jóvenes con educación secundaria. La pro-
babilidad de perder el empleo para los adultos con
educación terciaria se incrementó en un 7 por ciento,
en comparación con un aumento del 82,3 por ciento
para los adultos con educación secundaria.
4.24 En respuesta al efecto tequila de 199576, el des-
empleo aumentó y los ingresos salariales disminuye-
ron para todos los grupos educativos, pero en espe-
cial para los jóvenes con título primario y los jóvenes
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
62
Años 1992-1994 1995 1996-1998 1999-2002 2003Ciclo Crecimiento Crisis Crecimiento Colapso Reactivación
Tequila lento
Primaria Juventud 3,91 44,9 -23,0 95,3 -26,4
Adultos 207,1 521,0 -50,2 342,6 -56,5
Secundaria Juventud 50,1 61,3 -34,3 137,1 -23,0
Adultos 82,3 626,4 -59,3 915,9 -48,3
Terciaria Juventud -2,7 36,0 -49,1 290,0 -8,6
Adultos 7,0 98,5 -5100,2 277,0 -92,7
Nota: Los cambios en la probabilidad de ser desempleado se basan en estimaciones condicionales de regresión probit de una pseudo base de datos de panel para el período 1992-2003 (ver Apéndice IV,Tabla IV A2). Fuente: Los cálculos se basan en la EPH.
Tabla 4.4 Cambio en la probabilidad de estar desempleado durante los ciclos económicos (porcentaje)
75. Los salarios no se han ajustado de acuerdo con la paridad de poder adquisitivo. Por consiguiente, los salarios más altos en el Gran Buenos Airespueden reflejar un costo de vida más alto.76. La crisis económica que afectó a México en 1994, popularmente conocida como la crisis del peso mexicano, se desencadenó por la repentinadevaluación del peso mexicano y se extendió a otros países tales como Brasil y Argentina en 1994-1995. En el cono sur y Brasil, el impacto quetuvo la crisis económica mexicana en la región se conoció como la crisis Tequila.
con título secundario. El impacto trajo aparejada una
reducción salarial que afectó más a los jóvenes que a
los adultos, excepto en el caso de los jóvenes con
educación terciaria, que hasta ese punto estaban pro-
tegidos por sus mayores logros educativos (Tabla 4.3)
Los salarios que más se vieron afectados por el efec-
to tequila fueron los de los graduados de la escuela
primaria: sus salarios se redujeron un 15 por ciento en
un año. Los jóvenes con educación terciaria tuvieron
más suerte que sus coetáneos, con un aumento del 36
por ciento en el desempleo, en comparación con un
44,9 por ciento para los jóvenes con educación prima-
ria y un aumento incluso mayor, 61,3 por ciento, para
los jóvenes con educación secundaria.
4.25 Durante el lento crecimiento del PIB de 1996-
1998, los ingresos salariales continuaron disminuyendo
(para todos los trabajadores con excepción de los
adultos con educación terciaria). El desempleo se
redujo levemente, pero menos para los jóvenes con
educación primaria, cuyos salarios volvieron a ser los
que más disminuyeron (13 por ciento). En todos los
niveles de educación, los salarios de los jóvenes se vie-
ron afectados más que los de los adultos, y la reduc-
ción del desempleo fue menor para los jóvenes que
para los adultos. Entre 1995 y 1998, los ingresos sala-
riales cayeron un 9,3 por ciento para los jóvenes con
educación terciaria pero permanecieron estables para
los adultos con un nivel de educación similar. Los índi-
ces de desempleo bajaron con mayor rapidez para los
jóvenes con educación terciaria que para sus coetáne-
os con menor nivel de educación (Tabla 4.4).
4.26 La crisis de 1999-2002 incrementó el desempleo
de manera drástica y redujo notoriamente los ingresos
salariales. Los jóvenes con educación primaria fueron
los más afectados: sus ingresos salariales se vieron
reducidos en un pasmoso 61 por ciento, además de
las reducciones anteriores (Tabla 4.3). Los salarios
también disminuyeron drásticamente para los jóvenes
con educación secundaria (41 por ciento) y educación
terciaria (51 por ciento). Los salarios de los adultos en
todos los niveles de educación se vieron reducidos en
menor proporción. Sin embargo, esa crisis era diferen-
te de las crisis económicas previas: el desempleo cre-
cía más rápido para los adultos y los jóvenes con
mayor educación (Tabla 4.4).
4.27 En 2003, el crecimiento se reanudó y el desem-
pleo se redujo. Sin embargo, los salarios continuaron
cayendo para todos los grupos etarios y niveles de
educación (con excepción de los salarios de los jóve-
nes con educación primaria, presumiblemente porque
la industria manufacturera condujo la reactivación).
Los salarios correspondientes a los jóvenes con edu-
cación terciaria disminuyeron menos que los de los
adultos: 12,7 por ciento en comparación con 16,6 por
ciento. El crecimiento redujo el desempleo para todos
los grupos etarios y niveles de educación.
4.28 Esas conclusiones sugieren que los jóvenes hacen
las veces de paragolpes durante las recesiones econó-
micas, ya que las mayores fluctuaciones en sus salarios
absorben el impacto del golpe. Esos resultados con-
cuerdan con las conclusiones de los países de la
OCDE: las crisis macroeconómicas afectan los salarios
de los jóvenes más que los de los adultos, pero las cri-
sis de desempleo afectan a los adultos más que a los
jóvenes.77 Una vez que se analiza el período 1992-2002
en su totalidad, se observa que los salarios de los jóve-
nes con educación primaria se vieron más afectados
que los de los adultos con educación primaria y que
los de los jóvenes con educación secundaria y terciaria.
En general, los ingresos salariales y el desempleo para
los jóvenes con educación terciaria tuvieron un mejor
rendimiento, ya que mostraron una mejoría durante los
repuntes de la economía y sufrieron un deterioro
menor durante las crisis económicas. Los adultos y
jóvenes con educación secundaria son los que enfren-
taron las mayores dificultades, lo que tal vez refleje los
Mercados laborales y ciclos económicos
63
77. Jimeno y Rodríguez-Palenzuela (2002).
desequilibrios entre las capacidades y la oferta en
exceso. Las reactivaciones económicas más recientes
beneficiaron más a los adultos que a los jóvenes.
MAYOR MOVILIDAD LABORAL PARALOS JÓVENES
4.29 En la presente sección, se analizan las razones
por las que los trabajadores jóvenes en Argentina
enfrentan riesgos mayores de dejar sus empleos. La
inestabilidad laboral (es decir, las transiciones entre el
empleo y el desempleo, y entre distintos trabajos)
afecta el bienestar familiar. El aumento de la inestabili-
dad (en especial cuando va acompañada del desem-
pleo) con frecuencia disminuye el bienestar, ya que
crea incertidumbre sobre los ingresos futuros, una
situación particularmente difícil para las familias de
bajos recursos económicos. Y la continua rotación
entre diferentes empleos -con o sin desempleo-
puede llegar a relacionarse con una baja (o inexisten-
te) cobertura de seguridad social. Además, la gran
inestabilidad laboral puede tener como consecuencia
que los trabajadores no adquieran las aptitudes nece-
sarias para realizar su trabajo, lo que es particularmen-
te perjudicial para los jóvenes que abandonaron la
escuela para comenzar a trabajar.
4.30 Después de 1992, a medida que el desempleo
aumentaba y el índice de empleos precarios78 subía, se
incrementó la inestabilidad laboral, potenciada por la
creciente modalidad de empleo de trabajadores no
inscriptos y las cambiantes regulaciones laborales (el
período de prueba y nuevos tipos de contratos de
más bajo costo con plazo determinado).79
4.31 Los jóvenes y las mujeres tienen mayores proba-
bilidades de dejar un trabajo, ya sea para ingresar a
otro, como consecuencia del desempleo o para pasar
a formar parte del sector de la población inactiva.
Debido en parte a la prevalencia en esos grupos de
trabajos informales no registrados en el régimen de la
seguridad social (con los consiguientes menores cos-
tos por despido) y en parte a una tendencia a salir de
la fuerza laboral para luego reingresar en ella, la alta
inestabilidad laboral fomenta los ciclos de desempleo,
la inactividad y el trabajo precario.
4.32 La investigaciones internacionales demuestran
que la separación entre trabajo y trabajo decrece con
la experiencia en el mercado de trabajo y con la anti-
güedad laboral: cuanto mayor es el tiempo que un tra-
bajador mantiene su empleo, menor es la probabilidad
de que lo abandone (dependencia negativa a la dura-
ción).80 Como es de esperar, los índices de riesgo labo-
ral difieren según el grupo demográfico: el mayor
exponente de la inestabilidad se encuentra entre las
mujeres, las personas con menor educación y los jóve-
nes.81 Un estudio sobre trabajadores jóvenes con bajo
nivel de educación en los Estados Unidos señala que la
inestabilidad laboral decrece con la edad y la experien-
cia laboral.82 En Argentina, sólo se han llevado a cabo
unos pocos estudios sobre la dinámica del mercado
laboral y no se ha realizado ningún estudio sobre ines-
tabilidad laboral en los jóvenes.83 Esa escasa literatura
sugiere que tanto el empleo como el desempleo tie-
nen dependencia negativa a la duración y que los tra-
bajadores jóvenes son particularmente vulnerables.
4.33 Para tratar esas cuestiones, se analiza información
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
64
78. Las ocupaciones precarias se definen como aquellas que desempeñan los trabajadores que no están inscriptos en el régimen de la seguridadsocial.79. Hopenhayn (2001) analizó las consecuencias de las reglamentaciones sobre la inestabilidad en Argentina. Pueden consultarse estudios similarespara otros países en Saavedra y Torero (2000) para Perú, en Kugler (2000) para Colombia y en Calderón-Madrid (2000) para México.80. Farber (1999); Haile (2004); Leighton y Mincer (1982).81.Ver, por ejemplo, Parsons (1986) y Farber (1999) sobre los Estados Unidos y Haile (2004) sobre Alemania.82. Holzer y LaLonde (1998).83. Beccaria y Maurizio (2004) analizan el caso del Gran Buenos Aires y encuentran dependencia negativa a la duración. Galiani y Hopenhayn (2000)estiman el riesgo del desempleo y su distribución, tomando en consideración la reincidencia del desempleo. Concluyen que el tiempo total que unindividuo permanece desempleado durante un período de dos años es similar a las altas cifras de Europa, especialmente en el caso de los jóvenescon educación primaria incompleta.Ver también Light y Ureta (1992) y Kupets (2005) para Ucrania.
Mercados laborales y ciclos económicos
65
CUADRO 4.1 TIPOLOGÍA DE TRAYECTORIAS EN EL MERCADO LABORAL
1. Siempre empleado1a. Siempre empleado como asalariado (inscripto) en el régimen de la seguridad social1b. Siempre empleado como asalariado (no inscripto) en el régimen de la seguridad social1c. Siempre empleado como no asalariado
2. Siempre desempleado3. Siempre inactivo4. Ingresa en el desempleo y permanece desempleado
4a. Deja el empleo como trabajador asalariado no inscripto y permanece desempleado4b. Deja el empleo como trabajador asalariado inscripto y permanece desempleado
5. Principalmente desempleado (se observó tres veces desempleado, excepto aquellos clasificados en la trayectoria 4)6. Principalmente inactivo (se observó tres veces inactivo)7. Principalmente empleado (se observó tres veces empleado)8. Gran inestabilidad entre empleo y desempleo
8a. Gran inestabilidad entre el empleo como trabajador asalariado no inscripto y el desempleo8b. Gran inestabilidad entre el empleo como trabajador asalariado inscripto y el desempleo8c. Gran inestabilidad entre el empleo como trabajador no asalariado y el desempleo
9. Gran inestabilidad entre el empleo y la inactividad9a. Gran inestabilidad entre el empleo como trabajador asalariado no inscripto y la inactividad9c. Gran inestabilidad entre el empleo como trabajador asalariado inscripto y la inactividadGran inestabilidad entre el empleo como trabajador no asalariado y la inactividad
10. Gran inestabilidad entre el desempleo y la inactividad11. Sale del desempleo o la inactividad y permanece empleado12. Trayectorias sin clasificar
Fuente: metodología desarrollada para el presente informe.
84. Debido a la disponibilidad de datos, el análisis se centra en el período 1995-2003 en 28 centros urbanos importantes de Argentina. En 2003, laEPH sufrió cambios en su metodología y comenzó a publicar resultados trimestralmente. La última información disponible que se obtuvo con lametodología tradicional corresponde a mayo de 2003.
proveniente de la Encuesta Permanente de Hogares
(EPH). Si bien la encuesta no se realizó en forma lon-
gitudinal, las entrevistas en los hogares se llevaron a
cabo en cuatro oportunidades consecutivas, cada una
con una separación de cinco a siete meses. La compa-
ración de la situación de un individuo en sucesivas
oportunidades pone de relieve los cambios en su
situación laboral.84 Se realizan estimaciones de funcio-
nes de riesgo en trabajadores jóvenes y se las compa-
ra con aquellas correspondientes a otros trabajadores,
tomando como variables las características individua-
les y laborales. En primer lugar, el análisis examina los
cambios entre un empleo y cualquier otro estado
(otro empleo, desempleo o inactividad) antes de estu-
diar los resultados específicos de cada estado.
Movilidad laboral de trabajadores jóvenes4.34 Para estudiar los caminos laborales que transitan
los jóvenes en el mercado de trabajo argentino y com-
pararlos con los de los trabajadores adultos, se elabo-
ró una tipología utilizando la información proveniente
de cuatro observaciones consecutivas. Los caminos
que se excluyen entre sí son identificados, diferencian-
do tanto el estado del trabajador (empleo, desempleo
o inactividad) como la categoría ocupacional (registra-
do, no registrado o no asalariado) (Cuadro 4.1).
4.35 Las trayectorias 1-3 incorporan a aquellos cuyo
estado no cambió durante las cuatro observaciones. La
trayectoria 4 incluye a aquellos que salieron de una ocu-
pación o inactividad y permanecieron desempleados
hasta la última observación. Aquellos que fueron obser-
vados tres veces en cualquier estado están clasificados
en las trayectorias 5-7. Las trayectorias 8-10 agrupan a
los individuos que alternan entre dos estados de una
entrevista a la siguiente (no permanecen en el mismo
estado por más de seis meses). La trayectoria 11 inclu-
ye a aquellos que salieron del desempleo o inactividad y
permanecieron empleados hasta la última observación.
4.36 Durante el año y medio que permaneció en
observación, la trayectoria 3 (siempre inactivo) es la
más frecuente entre los jóvenes (33 por ciento) (Tabla
4.5). En el caso de los adultos, predomina la trayecto-
ria 1 (siempre empleado) (50 por ciento). Con sola-
mente un 18 por ciento siempre empleado, los jóve-
nes manifiestan menor apego al mercado laboral (rela-
cionado con actividades fuera del ámbito económico,
como asistir a la escuela). Los jóvenes también cam-
bian con mayor frecuencia entre la participación labo-
ral y la inactividad (trayectorias 9 y 10).
4.37 Debido a los breves períodos de desempleo en
Argentina, tanto para los jóvenes como para los adultos,
sólo unos pocos permanecieron desempleados durante
las cuatro entrevistas (el 0,9 por ciento de los jóvenes y
el 0,7 por ciento de los adultos; Tabla 4.5).85 Si sólo se
considera a aquellos siempre presentes en la fuerza
laboral, el 80 por ciento de los adultos siempre tuvo
empleo, en comparación con sólo el 59 por ciento de
los jóvenes (lo que concuerda con las mayores frecuen-
cias de los jóvenes en las trayectorias 2, 4, y 5). Dados el
predominio del empleo no registrado y la gran inestabi-
lidad laboral de los jóvenes, la juventud también registró
mayores frecuencias en la trayectoria 8, lo que implica
que existen transiciones entre el empleo (ya sea regis-
trado o no registrado) y el desempleo.86
4.38 Para analizar la movilidad laboral de los jóvenes,
se aplican modelos de duración con el objeto de cal-
cular una función de riesgo.87 Se utilizan varias especi-
ficaciones de modelos: se analiza la dependencia a la
duración por medio de la forma básica de la función de
riesgo, se incorpora la heterogeneidad para identificar
las diferencias en los indicadores de riesgo para todos
los destinos y se evalúan los riesgos competitivos.88
4.39 Las tasas de salida disminuyen de manera mono-
tónica según el tiempo de permanencia en un estado,
lo que indica una dependencia negativa a la duración
(Tablas 5 y 6 en Apéndice IV).89 El capital humano
específico del trabajo desempeña un papel importante:
el empleador que invierte dinero para capacitar a sus
empleados tiene interés en retenerlos.90 A medida que
aumenta la duración en el trabajo, también aumenta la
probabilidad de encontrar individuos con trayectorias
más estables y, por lo tanto, con menores tasas de sali-
da de la ocupación. Las regulaciones laborales también
son importantes: la mayoría de las regulaciones labora-
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
66
85.Además, la proporción de casos sin clasificar es más alta entre los jóvenes (14 por ciento) que entre los adultos (8 por ciento), lo que indica quelos primeros presentan una mayor inestabilidad en el mercado laboral.86. Capellari y Jenkins (2002) encuentran resultados similares en los Estados Unidos para los factores determinantes de los ingresos bajos, toman-do como variables las condiciones iniciales y el desgaste (o attrition).87. La función de riesgo indica la probabilidad de que un episodio determinado finalice inmediatamente después del tiempo t, condicional al hechode que el episodio no haya finalizado todavía hasta ese momento.88. Específicamente, se llevaron a cabo dos regresiones diferentes para todos los trabajadores de una especificación simple (regresión I), a la queluego se agregó el efecto no proporcional de la condición de juventud en la forma básica de la función de riesgo (regresión II). Asimismo, se lleva-ron a cabo regresiones separadas para trabajadores jóvenes (regresión III) y trabajadores adultos (regresión IV), para cada categoría ocupacional(regresiones V,VI y VII), y para los hombres (regresión VIII) y las mujeres (regresión IX).89. Se presentan resultados similares en Beccaria y Maurizio (2003) y en Galiani y Hopenhayn (2000).90. Otro argumento que puede explicar la relación entre duración en el puesto y probabilidad de salida hace referencia a la calidad del "matching"(o correspondencia) entre los requisitos de una ocupación determinada y las capacidades del trabajador. Ninguno se conoce de antemano. Si la cali-dad del matching es inadecuada, es decir, si alguna de las partes de la relación laboral considera que la otra no cumple con los requisitos esperados,probablemente se dará por terminado el acuerdo. Debido a que usualmente la información sobre matching se obtiene durante los primeros mesesdel contrato, esa teoría proporciona una explicación adicional de las tasas más altas de rotación durante los primeros meses en el puesto de traba-jo. Una tercera explicación examina la heterogeneidad de la fuerza de trabajo y sostiene que la probabilidad de encontrar trabajadores más inesta-bles en los primeros estratos de duración es mayor debido a que esos trabajadores tienen menos posibilidades de lograr duraciones prolongadas.
Mercados laborales y ciclos económicos
67
Trayectoria Juventud Jóvenes al menos Jóvenes siempre Adultos Adultos al menos Adultos siempreuna vez en la en la fuerza una vez en la en la fuerza fuerza laboral laboral fuerza laboral laboral
1 18,2 27,2 58,8 49,9 60,3 79,71a 6,9 10,3 22,3 23,3 28,2 37,21b 3,1 4,7 10,0 3,1 3,7 4,91c 0,6 1,0 2,1 9,3 11,2 14,82 0,9 1,3 2,9 0,7 0,8 1,13 33,1 0,0 0,0 17,2 0,0 0,04 3,8 5,7 5,6 2,5 3,0 3,04a 0,9 1,4 3,0 0,5 0,6 0,84b 0,3 0,5 1,1 0,6 0,7 0,95 1,8 2,8 3,9 1,2 1,4 1,36 12,6 20,0 0,0 6,5 8,2 0,07 6,3 9,5 12,8 8,2 9,8 8,18 0,9 1,3 2,8 0,9 1,1 1,48a 0,4 0,5 1,2 0,2 0,2 0,38b 0,0 0,1 0,1 0,0 0,1 0,18c 0,1 0,1 0,3 0,2 0,3 0,49 0,8 1,3 0,0 0,7 0,8 0,09a 0,4 0,7 0,0 0,2 0,2 0,09b 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,09c 0,1 0,2 0,0 0,3 0,4 0,010 0,8 1,2 0,0 0,3 0,4 0,011 7,0 10,5 9,8 4,4 5,3 3,812 13,6 19,2 3,5 7,7 8,9 1,8Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Nota: Basado en cuatro observaciones durante un año y medio para cada individuo durante 1995-2003. Fuente: Los cálculos se basan en la EPH - INDEC.
Tabla 4.5 Trayectorias que siguen los trabajadores jóvenes y adultos en el mercado laboral,1995-2003 (porcentaje)
91. Sin embargo, en el intervalo de tres a cinco años, la diferencia es menor que en el intervalo anterior, aunque sigue siendo positiva.
les relacionan la magnitud del costo por despido con la
antigüedad en el puesto de trabajo, lo que constituye
un elemento disuasorio adicional a la hora de despedir
trabajadores calificados y con experiencia.
4.40 Las diferencias de las tasas de salida de la ocupa-
ción entre los grupos de jóvenes y adultos varían
según la cantidad de antigüedad (Tablas 5 y 6 en el
Apéndice IV). Los trabajadores adultos logran estabili-
dad laboral con mayor rapidez que los jóvenes, inclu-
so tomando en consideración otras variables.91
4.41 La probabilidad que tiene un joven de salir de
una ocupación excede la de un adulto en un 17-30
por ciento, lo que refleja tanto factores de oferta
como de demanda. Las actividades alternativas (como,
por ejemplo, estudiar) fomentan una mayor rotación
(desde el punto de vista de la oferta). En parte como
consecuencia de ello, los jóvenes inspiran a sus emple-
adores menos confianza y, por lo tanto, obtienen posi-
ciones más inestables (desde el punto de vista de la
demanda). Por último, debido a su edad, los trabajado-
res jóvenes tienen por lo general menos experiencia
laboral y menor antigüedad en el trabajo, con lo cual
tienen mayores probabilidades de ser despedidos.
4.42 Existe una correlación inversa entre la edad y las
probabilidades de trabajar en puestos laborales no
registrados (Figura 4.9). Por lo tanto, la gran movilidad
laboral de los trabajadores jóvenes puede deberse en
parte a su concentración en puestos de trabajo pre-
carios. Sin embargo, los jóvenes tienen tasas de rota-
ción 27 por ciento más altas, incluso en el sector for-
mal, lo que indica que los trabajadores más jóvenes
tienen una mayor inestabilidad laboral debido también
a otras razones. Los jóvenes pueden tener menor anti-
güedad laboral y menos aptitudes específicas que los
adultos, con lo cual los costos por despido para los
empleadores son menores.92
4.43 Son varios los factores que dan cuenta de las
razones por las que los trabajadores registrados en la
seguridad social presentan mayor estabilidad laboral
que los no registrados. Debido a los bajos costos
reglamentarios por despidos, los trabajadores no
registrados resultan atractivos para los empleadores
de empresas con demanda inestable. Asimismo, un
empleador puede decidir no registrar a un empleado
en el sistema de la seguridad social, ya sea con el obje-
to de evaluar al trabajador durante un período de
tiempo más prolongado que el período oficial de
prueba, o como una alternativa diferente al menciona-
do sistema. Más aun, los empleados no cubiertos por
la seguridad social son más frecuentes en empresas
pequeñas e informales. Debido a que operan con
bajos índices de capital en relación con la fuerza labo-
ral, la decisión de interrumpir la actividad económica -
y despedir trabajadores- es más sencilla. En contrapo-
sición, los asalariados registrados tienen costos por
despido más altos y reciben mayor capacitación rela-
cionada con su puesto de trabajo.
4.44 El nivel de escolaridad está inversamente correla-
cionado con la probabilidad de irse de un empleo; la
mayor inestabilidad se encuentra entre los trabajadores
con menos educación. El nivel de educación está rela-
cionado con las capacidades laborales necesarias; asi-
mismo, tanto el capital humano específico como el
general suelen ser complementarios. Por consiguiente,
los trabajadores con mayor nivel educativo reciben más
capacitación específica, lo que incentiva a sus emplea-
dores a conservarlos (incentivo que crece a medida
que los trabajadores tienen más antigüedad en determi-
nado puesto). Los trabajadores con mayor nivel de edu-
cación también trabajan más frecuentemente en emple-
os con cobertura de la seguridad social.
4.45 Los hombres y los jefes de hogar presentan
menor inestabilidad que las mujeres y aquellos que no
son jefes de hogar, aunque las brechas son menores
que las observadas entre categorías ocupacionales. La
mayor inestabilidad que presentan las mujeres suele
explicarse por las responsabilidades familiares y las
pautas culturales; adicionalmente, esas pautas cultura-
les pueden verse reforzadas por los empleadores que,
ante el mayor nivel de rotación que exhiben las muje-
res, tienden a discriminarlas. Es posible que los emple-
adores contraten mujeres para ocupar posiciones
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
68
Figura 4.9 Distribución de las ocupaciones por categoría y edad, 1995-2003
Fuente: Los cálculos se basan en la EPH.
No-asalariados
70
60
50
40
30
20
10
015-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59
Registrados
No-registrados
Porc
enta
je
Edad
92. Sin embargo, quizás se esté subestimando el grado de segregación, ya que las altas tasas de salida de trabajadores jóvenes registrados puedenindicar que son más frecuentes en trabajos más inestables, aunque registrados.
inestables, aun cuando ellas tengan el mismo nivel de
educación que los hombres, como en el caso de los
jóvenes. Las diferencias entre los grupos etarios son
más marcadas en los hombres que en las mujeres, lo
que sugiere que las diferencias de inestabilidad entre
los trabajadores jóvenes y adultos son mayores en los
grupos con mayor estabilidad (los asalariados registra-
dos y los hombres).
4.46 Existen otros factores diversos que afectan la
inestabilidad. El sector de la construcción exhibe una
tasa de salida mayor que la industria manufacturera;
asimismo, los empleos correspondientes al sector
público son los que presentan la mayor estabilidad.
Geográficamente, el Gran Buenos Aires constituye la
zona urbana más estable para los jóvenes, pero la
menos estable para los adultos.
4.47 Las mujeres jóvenes con bajo nivel educativo y
los asalariados no registrados enfrentan la mayor rota-
ción laboral: un resultado particularmente importante
debido a la alta proporción de jóvenes con empleos
precarios, no registrados.
Riesgos competitivos4.48 En esta sección, se examinan por separado las
salidas desde una ocupación hacia otra, hacia el des-
empleo y hacia la inactividad (ver Tabla 7 en el
Apéndice IV). En primer lugar, se verifica una fuerte
dependencia negativa a la duración en los tres casos,
en especial, en las salidas hacia otra ocupación y hacia
el desempleo. En el caso de las salidas hacia la inacti-
vidad o el desempleo, se observa un índice de riesgo
menor en las duraciones más prolongadas, si bien no
existen diferencias entre los grupos jóvenes y adultos.
4.49 Los jóvenes presentan altos índices de transición
hacia el desempleo y la inactividad pero no hacia otro
empleo, lo que sugiere que las altas tasas de salida de
los jóvenes mencionadas en la sección anterior se
deben principalmente a una cantidad mayor de transi-
ciones desde una ocupación hacia el “no empleo”
(desempleo o inactividad). El análisis de riesgos com-
petitivos muestra que los jóvenes tienen un 25 por
ciento mayor de probabilidades de salir hacia el des-
empleo que los adultos y un 29 por ciento más de
probabilidad de abandonar la fuerza de trabajo. Las
similitudes en las tasas de salida hacia otro empleo tal
vez reflejen una probabilidad menor de que los traba-
jadores jóvenes consigan un nuevo empleo después
de salir del empleo actual. Por lo tanto, los jóvenes
enfrentan mayor inestabilidad ocupacional y más tran-
siciones hacia el desempleo y la inactividad.
4.50 Al igual que en la discusión anterior, el análisis de
riesgos competitivos señala que la probabilidad de
salir de una ocupación hacia otra, hacia el desempleo
o hacia la inactividad decrece con la educación. Los
trabajadores con educación universitaria tienen
menos salidas desde la ocupación y, cuando salen de la
ocupación, presentan más transiciones hacia otro
empleo (en comparación con el desempleo o la inac-
tividad). Los hombres y los jefes de hogar también tie-
nen una probabilidad menor que las mujeres o aque-
llos que no son jefes de hogar de salir de la fuerza
laboral y mayor probabilidad de conseguir otro
empleo o pasar a ser desempleados. 93
Mercados laborales y ciclos económicos
69
93. En Beccaria y Maurizio (2003) se presentan resultados similares.
LOS DESAFÍOS DEL DESEMPLEO, LAINESTABILIDAD Y EL INGRESO TEM-PRANO EN LA FUERZA LABORAL
4.51 Si bien hoy en día los jóvenes tienen más educa-
ción, algunos enfrentan un panorama laboral complica-
do. Los jóvenes tienen tasas de riesgo más de un 17
por ciento más altas que las de los adultos; como con-
secuencia de los altos índices de desempleo entre los
jóvenes, por cada adulto desempleado, hay tres jóve-
nes desempleados.
4.52 Los jóvenes que conseguían trabajo generalmen-
te trabajaban en los sectores informales; por lo tanto,
ganaban menos dinero y tenían menos seguridad labo-
ral. Las horas laborales se redujeron drásticamente
para los jóvenes desde comienzos de la década de
1990. La educación es de ayuda, porque permite obte-
ner ingresos salariales más altos, especialmente a los
jóvenes que poseen educación terciaria. Durante los
períodos de recesión económica, la enseñanza supe-
rior también protegió a los jóvenes contra el desem-
pleo. Sin embargo, los jóvenes obtienen ingresos muy
inferiores a los de los adultos en todos los niveles de
educación, incluso tomando como variables la expe-
riencia y otros factores. Los trabajadores jóvenes con
menor nivel de educación son los que afrontan la
mayor inestabilidad laboral.
4.53 Los jóvenes lo pasan mal durante los ciclos eco-
nómicos. Además de sufrir más cuando acaecen las
recesiones económicas, los jóvenes se recuperan más
lentamente durante las expansiones. Los ciclos econó-
micos son particularmente duros con los que sólo tie-
nen educación primaria completa.
4.54 Algunas preguntas que pueden orientar los deba-
tes sobre políticas en cuestiones laborales concernien-
tes a la juventud:
• ¿Cuál es la mejor manera de estabilizar la economía
y asegurar el crecimiento con el objeto de no cau-
sar daño al empleo y los salarios de los jóvenes?
• ¿Cuál es la estrategia más eficaz para enfrentar la
inestabilidad, la informalidad y el desempleo entre
los trabajadores jóvenes, especialmente las mujeres
jóvenes, que son las más afectadas?
• ¿Cuál es la mejor manera de evitar un ingreso exce-
sivamente temprano en la fuerza laboral, lo que pro-
voca el abandono prematuro de los estudios y daña
las perspectivas futuras?
• ¿Cuál es la estrategia más eficaz para abordar la cues-
tión de la inactividad o el ocio entre los jóvenes, que
puede conducir a potenciales conductas riesgosas?
• ¿Cuál es la mejor manera de mitigar los efectos del
desempleo, que golpea duramente en particular a
los más vulnerables (los jóvenes provenientes de
hogares de bajos ingresos)?
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
70
“Actualmente, estoy trabajando, pero
continuamente me pregunto si me van a
despedir, y estoy buscando otro trabajo
por las dudas porque sé que no hay
sostenibilidad".
Agustín, 25 años, Córdoba.