40169236 Martin Barbero Jovenes

Embed Size (px)

Citation preview

  • I: ~'

    13:.

    JOVENES: DES-ORDEN CULTURAL Y PALIMPSESTOS DE IDENTIDAD

    JesUs Martin-Barbero

    DE LOS JOVENES COMO AMENAZA AlA JUVENTUD COMO ACIDR SOCIAL

    A mediados de los anos ochenta dos adolescentes montados en una moto asesinaron al ministro de Justicia, Lara Bonilla, y aquel dia el pais parecio darse cuenta de la presencia entre nosotros de 'un nuevo actor social, la juventud. Los jovenes comenzaron a ser protagonistas en titulares y editoriales de periodicos, en dramatizados Y otros programas de television, e incluso se convirtieron en objetode investigacion. Pero el estigma del inicio ha estado marcando fuertemente la preocupacion y la mirada de los investigadores sociales: a la dificultad para defmir los contomos de' ese nuevo objeto de conocimiento que serian los jovenes -unobjeto nomada, de contomos difusos- se Ie anade el malentelidido que asocia juventud con amenaza social, desviacion Y violencia. El creciente interes de la sociedad colombiana por el mundo de los jovenes carga asi su mirada con una doble miopia: la que viene de la costumbre acerca de 10 que siempre se ha creido sobre los jovenes, los diversos pero coincidentes lastres ideologicos que impiden acercarse a 10 que actualmente son y representan, y la que viene de la ausencia de la dimension cultural en la investigacion social.

    La primera tiene mucho que ver con la convergencia entre 10 que desde tiempos remotos dicta el sentido comtm -la juventud es una etapa/puente, sin espesor ni identidad- con la vulgata de un marxismo para el que la clase media no existe, pues las (micas olases con existencia social son la burguesia Y el proletariado: asi tambien los jovenes resultan impensables en su identidad social, y reducidos a mera transicion entre los dos grupos de edad cuya existencia es reconocida social-mente, es decir los nIDOS Ylos adultos.

    La sociologia en este pais, segfu1 10 muestra claramente un estudio re

    ciente del Centro de Investigacion y Educacion Popular, CINEpl, ha tendido a no mirar el fenomeno j6venes sino desde el punto de vista de los violentos, de los delincuentes, de los rebeldes, 0 mejor de los desviados sociales, esto es a criminalizar a la figura social de la juventud. La antropologia, por su parle, continua con una vision de la adolescencia como espado, de los ritos de paso entre la infancia y la adultez. Y en un pais en el que no hay antropologia urbana -aunque hay inicios de antropologia en la. ciudad, no hay atltropologia de la. ciudad2- la tendencia domiriante es la de una concepci6n monoteista de la identidad, etnica, fuerte, nitida, concepcion desde la que resulta imposible identijicar 10 juveliil hoy. '

    .' Eo que tenemosentonces, con alguna excepci6n, es un acercamiento al mundo de la juventud basicamente preocupado por la violencia juvelill" por lojoven-violento: pandillas, bandas, parches, asociadas al lum;pen, a! sicariato, la guerrilla, etc. Lo que nos devela que la preocupaci6n. dela sociedad no es tanto' por las transformaciones y trastomos que la juventudesta viviendo, sino mas bien por su participaci6n como agente dela inseguridad que vivimos, y por el cuestionamiento que explosivamente hace la juventud de las mentiras que esta sociedad se mete a si misma para seguir creyendo en una normalidad social que el descon:cierto politico, la desmoralizaci6n y la agresividad expresiva de los jove

    , nesestan desenmascarando. Y,' en segundo lugar, tambien Ie preocupa adasociedad el desajuste de los j6venes con las instituciones escolar y fafuiliar, compendiado en laobsesi6n de que en los j6venes se estan

    , pci;diendo los valores, que estariamosante una juventud "sin valores", 'preocupaci6n de corte moralista, incapaz de comprender, de dar cuenta de'1atransjormaeifJn que los valores estan' atravesando: del por que hay

    'V'irlores que se pierden y de cuales son los que se ganan, los que se han ':g-as:tado y los quese recrean. Porque en todo caso donde se estan aca" baridOlos valores no es entre los j6venes, ellos-estan haciendo visible 10 :,que1desde hace tiempo se ha venido pudriendo en la familia, en la es'''cm.ela, en -la politica. De tal manera que, identificar ,a la juventud con la 'auserreia de valores es otro gesto mas de hipocresia de esta sociedad YiI\reapaz de preguntarse: lcon que queremos que sueiie una juventud "8!lli:hentadacotidianamente -no solo y no tanto en la television sino en

    a'icasa, en la calle, en el trabajD--' con el afan de lucro faci!, con el dntero' y el confort como valores supremos, con la confusion del inteli

    ~,*~j..\:.':"~ . IjJf:pi,ego Perez Guzrmin, "Elementos para una comprensi6n socia-cultural y politica de la ',-'V101encia juvenil", en: Revista N6madas (Bogota, DIUe), No. 4 (1996). En ese mismo mlme:V: 'hl'!;e recogen algunas de las investigaciones que inician la ruptura con la cIiminalizaci6n

    ',:deJ,r-juventud, en especial las de Coljuventud, el proyecto AtI

  • If ''''':,gentecon ellisto. esdecir, con el que sabe engaiiar y trepar rapido,.con

    la corrupci6n como estrategia de ascenso tanto en la clase politica como empresarial7 lQue entusiasmo por los proyectos colectivos Ie es1im

    .~...: transmitiendo las derechas y las izquierdas7 lQue imagenes de respeto a las normas Ie enseiian hoy unos ciudadanos mayoritariamente tram

    ;;;.iposos, ventajistas, aprovechados? lQue experiencias de solidaridad 0 ,..t>.'generosidad les ofrece hoy a los j6venes una sociedad desconfiada, rece

    losa, profundamente injusta y sin embargo estancada y confonnista7 A pesar de ello, en los liltimos aiios en las grietas del saber academico

    se ha ido abriendo camino otra mirada sobre la juventud. Una mirada .' que intenta romper con la de los violent610gos, puesto que a la vez que nos han ayudado a entender la multiplicidad de violencias que encadenan este pais. no han hecho nada para comprender la envergadura antropologica, es decir el espesor cultural de esas violencias, tanto de su origen como de su trama. Hay dos hitos en el proceso de gestaci6n de esta mirada nueva que en Colombia se abre lentamente campo en las grietas del saber oficial de nuestras universidades 0 centros de investigaci6n. El primer desplazamiento se produce en el trabajo de investigaci6n-acci6n de un comunicador social en los barrios de las comunas nororientales de Medellin, y recogido en el libro No nacimos pa' semiUa3 Ahi Alonso Salazar es el primero que en este pais se arriesga a investigar el mundo de las pandiUas juveniles urbanas desde la cultura. Enfrentando la reducci6n de la violencia juvenil a efecto de la injusticia social, del desempleo, la violencia politica y la facilidad de dinero que ofrecia el narcotrafico. la investigaci6n de Salazar no ignora esas realidades pero muestra que la violencia juvenil se inscribe en un contexto mas ancho y de mas larga duraci6n: el del complejo y delicado tejido sociocultural en que se insertan las violencias que atraviesan entera la vida cotidiana de la gente en Colombia y de la sociedad antioquefla en particular. Se pone asi al descubierto la complejidad y el espesor cultural de los rituales de violencia y muerte de 10sj6venes. en su articulaci6n a rituales de solidaridad y de expresividad estetica, reconstruyendo el tejido desde el que esos j6venes viven y sueflan: el metal duro y sus peculiares modos de juntarse. las memorias del ancestro paisa con su afan de lucro, su fuerte religiosidad y la retaliaci6n familiar, pero tambien los imaginarios de la ciudad moderna. con sus ruidoso sus sonidos, sus velocidades y su visualidad electronica. Desde esa mirada cambia el sentido en que los j6venes sicarios constituyen el desecho de la sociedad, pues desechable significa tanto la proyeccion sobre las personas de la rapida obsolescencia de que estan hechos hoy la maY0ria de los objetos que produce el mercado, como tiene que ver tambien con desecho. esto es, con aquello de 10 que una sociedad se deshace 0 se quiere deshacer.." porque Ie incomoda. Ie

    3 Alonso Salazar, No nacimDs pa' semi1la. Bogota, ClNEP, 1990.

    24

    estorba. Salazar nos ha ayudado a comprender de que dolorosas y a Ie vez gozosas experiencias; de que suefl6s. frustraciones y rebeldias est hecho ese desecho social que conforman las bandas juveniles, esas qUI desde los barrios populares llevan la pesadilla hasta el centro de la ciu dad y sus barrios bien habientes y bien pensantes.

    Un segundo desplazamiento vino dellibro'que recoge el primer debate colombiano sobre la contradictoria modemidad de este pais4 y en el qUI dos economistas tUvieron la valentia de escribir: "El marginado que habi ta en los grandes centros urbanos. y que en algunasciudades ha asumi do la figura del sicario, no es s6lo la expresi6n del atraso, la pobreza 0 e desempleo, la ausencia del Estado y una cultura que hunde sus raices er lareligi6n cat6lica y en la violencia politica. Tambien es el reflejo, acas( demanera mas protuberante, del hedonismo y del consumo. de la cultu. Fa de la imagen y la drogadicci6n, en una palabra de la colonizaci6n de mundo de la vida por la modeniidad"5. Pero donde esa perspectiva he hanado .mayor densidad es en la reflexi6n de intelectuales y escritoreE que; al no estar atrapados en las demarcaciones disciplinarias, perciber. rn,ejor la multiculturalidad y la hondura de los cambios que atraviesa la identidcid de los j6venes como actor social: "En nuestras barriadas popumes urbanas tenemos camadas enteras de j6venes cuyas cabezas dan cabida a la magia y a la hechiceria, a las culpas cristianas y a su intolerahcia piadosa. 10 mismo que a ut6picos sueflos de igualdad y libertad, indiscutibles y legrtimos, asi como a sensaciones de vacio. ausencia de kleolOgias totalizadoras. fragmentaci6n de la vida y tirania de la imagen fugaz y el sonido musical como lenguaje fullco de fondo"6.

    -\', 1

    ~ ..1 i:. .

    . rrRANSFORMACIONES DE LASENSIBILIDAD Y DES-ORDENAMlENfO CUL1URAL ;> ~r',"

    ;:f"~Hayalgo realmente nuevo en lajuventud actual? lY s1 10 hay, c6mo pensarlo sin hipostasiar tramposamente la diversidad social de la juventudert'clases. razas etn1as, regiones? Pienso que la respuesta a esas Pfegtmtaspasa, primero, por aceptar la posibilidad de fen6menos transc:~sistasy trcins-nacionales. que a su vez son experirnentados siempre

    , eR:'ltnodalidades y modulaciones que introduce la divisi6n social y la . dlfefenCia CUltural. 10 que implica un trabajo de localizacifm dela investigacibn, que no es el prop6s1to de este texto yaque 10 que se plantea es aig0:miucho mas limitado: introducir algunas cuestiones cuya ausencia ha'estado lastrando seriamente la investigaci6n y el debate sobre la proJjl'ematibade los j6venes. Y en segundo lugar, la respuesta pasa por

    . .{~'i1S ~';i.:'. ,r . }fj !.,~. '.( ';;, 4."F. Giraldo. y F. VMescas (camps.), Colombia: el despertar de la modemidad. Bogota, Foro.

    ''',:,: 1991. '5';:' F; Giraldo, y H.F. LOpez. "La metamonosls de la modem1dad". en: Colombia:' et despertar de ;,; La modemidad, p. 260. l)',! F:' ciuz Kronfly. La sombrilla planetaria, Bogota, Planeta, 1994, p. 60.

    ,; ..':~ .

    -j

    25

  • asumir un doble recorrido: el del proceso de desorden cultural que hoy cataliza lajuventud., y el de la inversion de sentido que el mercado parece ser el Unico en saber aprovechar para hegemonizar la eonstrucci6n imaginaria de lojoven. '

    Para hablar del des-ordenamiento cultural voy a hasarme en dos analisis del cambia de epoca que estamos viviendo. El primero es un libro de Margaret Mead?, la antrop610gaquiza mas importante que hantenido los Estados, Unidos, escrito cuando su autora era ya anciana, y publicado en ingles en 1970. El segundo es ellibro de un soci610go. norteamerica" no tambien, que estudia las relaciones entre loscambios que atraviesan las fonnas humanas de comunicar y las de producir conocimientos8 -

    Escribe Margaret Mead: "nuestro pensamiento nos ,am todavia al pasado, almundo tal como existiaenla epocade nuestra Wancia y juventud, nacidos y criados antes de la revoluci6nelectr6nica, la mayoria de nosotros no entiende 10 que esta significa. Los j6venes de la nueva generaci6n, en cambio, se asemejan a los miembros de la primera generaci6n nacida en un pais nuevo. Debemos aprender junto con los j6venes la fonna de dar los pr6x:imos pasos; pero para proceder asi, debemos reu" bicar el futuro. A juicio de los occidentales, elfuturo esta delantede nosotros. Ajuicio de muchos pueblos de Oceania, el futuro resideatras, no adelante. Para construir una cultura en la que el pasado sea util y no coactivo, debemos ubicar el futuro entre nosotros, como -algo que esta aqui listo para que 10 ayudemos y protejamos antes de que nazca, porque de 10 contrario, sera demasiado tarde"g. De 10 que-habla Mead es del surgimiento de un nuevo tipo de cultura entre la juventud contemponinea de la revoluci6n electr6nica, y explica ese cambio a partir de su contraste con los dos tipos de cultura que ella ha vivido: el uno como ciudadana norteamericana y el otroen su experiencia de antrop610ga. ' Llama postfigurativa aaquella cultura en la que el futuro de los niiios esta por entero plasmado en el pasado de los abuelos, pues la esencia de esa cultura reside en el convencimiento de que la forrna-devivir yde saber de los ancianos es imnutable e imperecedera. Llama coflgurativa a otro tipodecultura en la que el modelode los comportamientos:lo constituye la conducta de los contemporaneos, 10 que Ie pennite a los jovenes introducir algunos carnbios por relaci6n al comportamientode-sus mayores. Finalmente llama preflgurativa a una nueva -cultura que ella ve emerger a fines de los aiios sesenta y-quecaraeteriza como -aquella,en la que los pares reemplazan a-los padres, instaurandouna rupturageneracional sin parang6n en la historia, pues sefiala no un cambio deviejos contenidos en nuevas formas, 0 viceversa, sino un cambio en 10 que de

    7 M. Mead. Cultura y compromJso. Buenos Aires. Granica. 1971. 8 J. Meyrowitz. No Sense ofPlai:e. University of New Hamsphire. 1992. 9 M. Mead, op. cit. pp. 105 Y106.

    noinina la naturaIeza del proceso: la apartci6n de una "comunidad mun dial" en la que hombres de tradiciones culturales muy diversas emigrar en el tiempo. "inmigrantes que llegan a una -nueva era, algunos' come refugiados y otros como proscritos", perc todos compartiendo'las mis rrias leyendas y sin modelos para el futuro. Un futuro que solo balbu bean los relatos de ciencia-ficci6n. en los que los j6venes encuentrar harrada su experiencia de habitantes de un mundo cuya compleja hete rogeneidad "no se deja decir en las secuencias lineales que dictaba Ie p'alabraimpresa", y que remite entonces a un aprendizaje fundado me hosen la dependencia de los adultos que en la propia exploraci6n qw ios habitantes del nuevo mundotecnocultural hacen de la visi6n, de l~ audici6n. del taeto 0 la velocidad. '

    Los j6venes, segun M. Mead; no son hoy simplemente la esperanza de futuro. -sino el punta de emergencia de una cultura a otra. que rompl tanto con la cultura basada en el saber y la memoria de los ancianos conic en aquella cuyos teferentes, aunque movedizos, ligaban los patro' ties de comportamiento de los j6venes a los de padres que. con alguna1 vart~ciones, recogian y adaptaban los de los abuelos. Que sea una antrop6loga. experta por oficio en descifrar la continuidad que subyace ~ ldscambios. la que caracterice el cambio que culturalmente atraviesar losJ6venes como ruptura, nos esta sefi.alando algunas claves sobre 1m o1Jstaculos y la urgencia de comprenderlos. esto es sobre la envergadurc 1futropoI6gica, y no s610 sociol6gica, 'de las transfonnaciones en marcha da:dala larga temporalidad en que se fuscriben nuestros miedosal cambi6ftanto Como los nuevos escenartos del diaIogo entre generaciones ) futrepueblos. ii-besde la Europa actual, Marc Auge se ha atrevido 'a recoger el desafic

    , lan:za:do por M. Mead; de hacerantropologia de lacontemporaneidad, d cfprehertder en una misma sociedad no s6lO 10 que perdura sino aquellc qtlelatransfonna enprofundidad lO Dedicada a estudiar la diferencia en i':li'espacio, y no en el tiempo -que era elobjeto propio de la historia-la cffitf6pologia debe interrogarse hoy por esas nuevas migraciones que tie'ftefi \:bino -escenario el tiempo, y por los nuevos regimenes de historiciddd/e'n los que "la frontera entre histoIia y aetualidad se hace cada dia rilIis::ir'nprecisa. Los parametros del tlempo,asi coino los del espacio, expi3mnentan una evoluci6n, una revoluci6n sin precedentes. Nuestra ili'a'CIeritidad crea histoIia de manera desenfrenada aun cuando pretenda &t8.Biliiaf la histoIia y unificar el mundo [...] Hoy todos los hombres

    .,paederi considerarse contemporaneos y el advenimiento de esta contem~draneidad define las condiciones de una investigaci6n antropol6gica

    i'fenavada pues Ie suministra un objeto de estudio"ll. Es la experiencia de ,~.~. J~i\~Nr.."! ;,,~~ .":- ,

    ?Yro' "Nft7Ailge. Hacia una antTopologia de los mundos contempor6neos. Barcelona. Gedis?" 1996. ,!iI' Ibid., pp. 26 Y 55.

    26 27

  • esa contemporaneidad ya no entre hechos sino entre temporalidades la que hace de los j6venes de hoy (en la bella metafora de Mead) los "primeros habitantes de un pais nuevo". Comprender las, modalidades etno/sociales de esa experiencia constituye el reto de fonda que la juventud plantea a la investigaci6n.

    Apoyandose en investigaciones hist6ricas y antropol6gicas sobre la infancia12, en las que sedes-cubre c6mo durante la Edad Media y el Renacimiento los nmos han vivido todo el tiempo revueltos con los mayores, revueltos en la casa, en el trabajo, en la wbema y hasta en la cama, se concluye que es s610 a, partir del siglo'XVII que la injancia ha empezado 'a tener existencia sociaL Y ello merced en gran medida al declive de la mortalidad infantil y a la aparici6n de la escuela primaria en la que el aprendizajepasa, de las practftas a los librqs,asociados a una segmentaci6n enel interior de la sociedad quesepara loprivado de 10 publico y que enel interior de la casa m,ismainstituye la separaci6n del mundo de la infancia del mundodel adulto. Desde el XVll hasta mediados del siglO XX el mundo de los adultos ha creado un,os espacios propios de saber y de comunicaci6n delos cuales mantenia apartados a los nmos, hasta el. punto que todas las imagenes que los nmos.tenian de los adultos eran filtradas por las imflgenes que la propia sociedad, especialmente a traves de los libFOS escritos para nmos, hacia de los adultos. Desde mediados de nuestro siglo esa separacion de mundos se ha disuelto en gran medida por la acci6n de la televisi6n que, al transformar los modos de circulaci6n de lainformaci6n en el hogar rompe el cortocircuito de los filtros de autoridad parental. Afuma Meyrowitz: ,"La que hay de verdaderamente revolucionario en la television es que ella perrnite 9los mas j6venesestar presentes en las interacciones de los adultos [...] Es como si la sociedadentera hubiera tornado la decision de autorizar a los nmos a asistir a las guerras, a los entierros, a .los juegos de seducci6n er6ticos, a los inlerludios sexuales, a las intrigas criminales. La pequefia pantalla les expone a los temas y comportamientos que los adultos se esforzaron por ocultarles durante siglOS"13. Mientras la escuela a traves de la "historia patria" sigue contandounabellisima historia de los padres de la patria y del, hogar como heroes, ab,negados Y honestos, que los libros infantiles corroboran, la television expone cotidianamente los nmoS ala hipocresia yla mentira, a lacorrupci6n Y19- violencia que entreteje la vida cotidiana de los adultos Es bien significativo: mientras 10 nmos siguen gustando de libros para nmos, prefieren sin embargo -numerosas encuestas hablan que en un 70 % Y mas- los

    )

    12 Ph. Aries, L'enJant et la vie Jamilial sous I'Ancien Regime, Paris, Plan, 1960; M. Mead, ChUdwood in ContemporanJ Cultures, University of Chicago Press, 1955. .

    13 J. Meyrowitz, "La televlslonet l'lntegratlon des enfants: la findusecret des adultes", en: Reseaux (Paris), No. 74 (1995). p. 62.

    28

    programas de televisi6n para adultos. Y ella porque al no exigir un c6digo complejo de acceso, como el que exige el libro, la television posibilita romper la largamente elaborada separaci6n del mundo adulto y sus formas de control. Mientras' el libro escondia' sus' formas de' control en la complejidad de los temas y del vocabulario, el control de la television exige hacer explicita la censura. Y como los tiempos no estan para eso, la televisi6n, 0 mejor larelaci6n que ella instituye de los nmos yadolescentes conel mundo adulto, va a reconfigurar radicalmente las relaciones que dan forma al hagar. ," Es obvio que en ese proceso la televisi6n no opera por su propio poder sino que cataliza y radicaliza movimientosque estaban en la sociedad 'previamente, como las nuevas condiciones de vida y de trabajo que han rrtirtado la estructura patriarcal de -la familia: inserci6n acelerada de la mtijer en el mundo del trabajo productivo, drastica reducci6n del nume.to dehijos, separaci6n entre sexo y reproducci6n, transformaci6n en las relaciones de pareja, en los roles del padre y del macho, y en la percepci6n que de si misma tiene la mUjer. Es en ese debilitamiento social de :10s'controles familiares donde se inserta el des-ordenamiento cultural que ihtroduce la televisi6n. Pues ella rompe el orden de las secuencias que

    ~nforma de etapas/edades organizaban el escalonado proceso del aprendizaje ligado a la lectura y las jerarquias en que este se apoya. Yal deslocalizar los saberes, la television desplaza las fronteras entre razon e , \mmginaci6n, saber e informaci6n, trabajo y juego. i;;;T:oque'hay de nuevo ei11ajuventud de hoy. y que se hace ya presente (enla sensibilidad del adolescente, es la percepci6n alin oscura y desconct'!rtada de una reorganizaci6n profunda en los modelos de socializaci6n: FrFlos padres constituyen el patr6n-eje de las conductas, ni la escuela es ,el'iUnico lugar legitimado del saber, ni ellibro es el centro que articula la :ctHtilia. La lucida mirada de M. Mead apunto al coraz6n de nuestros truedos y zozobras: tanto 0 mas que en la palabra del intelectual 0 en las 'dbms-de arte, es en la desaz6n de los sentidos de la juventud donde se !e*presa hoy el estremecimiento de nuestro cambio c).e epoca. ',,):,~,.i}hH~i' r.

    '~VrSi8IUbADSOCIAL Y DENSIDAD CULTIJRAL DE LA JUVENTIJD ' ';':::'..'~~'J0r('~ 1~:. ", .,. '.' "itf,YTJ6sprocesos y sensibilidades que articulan la ruptura generacional al

    ,;~~biO"'de epoca que vivimos han comenZado'a hacerse socialmente ~Visibles.Y de un modo especial en la inversibn de sentido que, catalizada ,c~drieL mercado, Ie esta permitiendo capitalizar en su provecho la consl/:mlCtJ(6n'Social de lojoven. Como dice Beatriz Sarlo "el mercado esta enla

    Co.wa;en~,que se cruzan el peso descendente de la escuela y la hegemo"'@a,~scendente del consumo"14. lCuales son los referentes de esa inver

    0.- f;.. ~'~:".

    ,f:: :8, Sarlo, Escenas de la vida postmodema, Buenos Aires, Ariel, 1994, p. 42.

    29

  • si6n de. sentido? Dol': el valor positivo' que ha adquirido 10 joven y la experiencia,de identidad. social que los propios j6venes tienen. Durante siglos decir adolescente. joven. era igual a decir irunadu,rez; inestabili. dad. irresponsabilidad, irnproductividad; todosesos "in" sefialan una ne9w.:wn; aquella en que se constituia socialmente el ser joven. Como durante siglos 10 popular se constituyo porIa exclusi6n de la riqueza, la educacion y la cultura -ser del pueblo y ser incultoeran sin6nirnos-. asi ser joven se identi.fidJ con la negaci6n de la responsabilidad y la productividad. Hoy ser joven ha invertido su sentido, y est:a pasando a significar la matriz de un nuevo actor social, de un nuevo valor que se confronta con 10 que represent6 ser viejo: experiencia y memoria. Pero no nosapresuremos a moralizar. Despues que s~ complete el circuito temporal del pendulo, el valor de ser joven no tiene pOl' queser necesariamente antin6mico con los haberes y saberes del serviejo.Las pueblos no pueden construir el futuro sin memoria, peroen los, momentos en que arrecian los cambios no es extraiio que sean los j6vertes quienes mas los sientan y los expresen.

    La prueba de que los cambios que experimenta 10 joven no son una mera operaci6n de mercado sino que este est:a sabiendo fagocltar su secreta conexi6n con el cambio de epoca. se.halIa en el segundo referen. te de la inversi6n de sentido: el de la conversi6n de la' juventud en elemento constitutivo de identidad. Pienso que el mejor~,argumento acerca de ese cambio no son las proclamas de los j6venes --que tienen su inicio en los graffiti del 68-- sino los testimonios que nos proporcionan los adultos explicitando c6mo lajuventudno marc6 identidad para ellos. En una entrevista reciente Carlos Monsivais afinna: ''Y0 no me considerabajoven con el enfasis deahbra. Teniacertidumbres sobremi edad, perome consideraba lector, estudiante; sirnpatizante de izqUierda. inclusomexicano. pero no joven, categoria irrelev.ante culturalmente hablando antes del rock"15..Y poniendo en historia su experienciaMonsivais analizac6mo ni siquiera durante la revoluci6n sOvietica 10 de j6venes cont6, aunque la mayoria de sus lideres 10 fueron; sOlo a partir del 68 puede localizarse "una transformaci6n defmitiva" en la que la revoluci6n , de las costumbres es obra de los j6venes como tales. Beatriz Sarlo ubica el cambio mas notorio en los sectores populares: "Antes los pobres s610 excepcionalmente, eranj6venes. yen su mW1dose pasaba sin transici6n de la infanda a laculturadel trabajo; quienes no seguian ese itinerario entraban en la calificaci6n de, excepcionalidad peligrosa:delincuentes juveniles cuyas fotos muestran pequeiios vieJos. como las fotos de nifios raquigcos"; pero tambien plantea que "ni Brecht, Adorno 0 Benjamin fueron j6venes. y las fotos de Sartre 0 R. Aron cuando apenas tenian veinteanos, muestran unagravedad posada con la que sus modelos

    15 C. Monslvais. en: J6venes Revlsta de estudios sobrejuventud (Mextco). No.1 (1996). p. 9.

    30

    qUiereri disipar toda idea de irunadurez"16. Tarribien Sarlo ubica alrededol' de los sesenta y de la cultura del rock ese cambio que acorta la :irifancia y prolonga la juventud hasta mas alia de los tremta, convirtiendola juventud en un territorio de experimentaci6n. movilizaci6n y resisrtehcia: "La rebeldia del rock anuncia un espiritu de contestaci6n que no 'pUedei'ser' escindido de laoleada juvenil queingresa en ella escena pdlitica a fines de los sesenta"17. ' LLLaotracara de ese moviiniento en 10 sodal y 10 cultural, que el merca'do 'cataJiza y apFOvecha. esla conversi6n de 10 joven en paradigma de 10 \rtjodemo. Ese moviIniento Viene de mas lejos: los romanticos fueron los (piimeros en hacer de la juventud un elementoclave de la modernidad ~e$tetica; y los surrealistas construyeron un heroe cuya modernidad' se sesionaa los Yiejos haciendo1es sofiar con la hormona milagro

    ~'h ,r:~ '-;-,

    o~;Op. cit. p. 38. \'~36J" ;, ,',

    .!itIm6:Eij1n dela modemidad, Barcelona,' Gedlsa:. 1986, p. 158.

    31

  • sa, que renueva los tejidos, lubrica las arterias y potencia indefinidamente la atr,acci6n er6tica. , La clave delexito de lajuventud en nuestros dias la tienen a medias

    los publicistas y los diseiiadores de modas, pues son ellos -los que parecen haber captado mejor el sentido de la inversibn que hace que hoy ya no,sean losj6venes los que imitan a los adultos, sino los adultos(y hasta los ancianos) los que imitan a, sueiian obsesivamente en ser como, parecer1?e a, los j6venes. Pero de 10 que ese exito nos habla no es s610 del dinero que conello ganan los comerciantes, nos habla tambien de la capacidad del mercado para descifrar el sentido de 10 que en este "tiempo de,cambio"carga de simbolizaci6n a la juventud, y construir con ella imaginarios deJeliddad y plenitud. Y de, esa forma, ,en una ,sociedad que padece el, deficit simb6lico quiza mas grande de la historia; y que 10 tapona satunindose de signos, 10 joven atraviesa nuestros imaginarios y pesadillas cobrando sentido de simbolo. Y si la juventud simboliza no es por la tramposaoperaci6n ,del mercado sino porque ella condensa, en sus desasosiegos y desdichas tanto como en sus sueiios de libertad, 0 en sus complicidade1? cOgnitivas y expresivas con la lengua de las tecnolog!or ,Una amalgama en la que aun la articulaci6n de los tiempos

    ~gO's::rla 'hacen los' tiempos cortos, son ellos los que vertebran intema:eiite elpal:impsesto tanto de las sensibllidades como de los relatos en . ~lfOr.;-)'.~.

    3'\'N; Lechner. "La democrac1a en el contexte de una cultura posbnodema", en: Culturapolitifuy'deri1Dcratlzadb11, Buenos Aires, F1acso, 1987, p. 260.

    ,,

  • que se dice la identidad. Es de 10 que habla esa cultura de lafragmentaeiPn23 que se expresa en la cada dia mas intensa identificaci6n de los adolescentes con'los relatos fragmentados del video y del ultimo cine. Frente, a, las culturas letradas, ligadas a la lengua y al territorio, las electr.6nicas audiovisuales, se basan en conumidades hermeneuticas que responden a identidades, de temporalidades menos largas, ,mas precarias, pero tambien mas, flexibles, dotadas de una elasti
  • algunas transforrnaciones clavesde la cultura politica32 En Colombia el rock enespaftol nace ligado -primeros aftos ochenta- aun claro sentimientopacifista con los grupos Genesis 0 Banda Nueva, pasando estos tiltimos aftos a decir la cruda experiencia urbana de las pandillas juveniles en .los barrios de clase media-baja en Medellin y media-alta en Bogota.. convirtiendose en vehiculo de una conciencia dura. de la descomposicion del pais. de la presencia cotidiana de la IIluerte en las calles. de la sin salida laboral. de la exasperacion y 10 macabro; Desde la estridencia sonora del Heavy Metal a los nombres de los grupos -,-La pestilencia, Feretro, Kraken- y de la discoteca alucinante al concierto barrial. en el rock se hibridan hoy los sones y los ruidos de nuestras ciudades con las sonoridades y los ritmos de las mtisicas indigenas. y negras, y las esteticas de 10 desechable con las fragiles utopias que surgen de la desazon moral y el vertigQaudioVisual.

    BIBUOGRAFiA

    AUGE, M., Hacia una antropologia de los mundos contemporaneos, Barcelona, Gedisa. 1996.

    ARIES, Ph., L'enfant et la vie familial sous l'Ancien Regime, Paris, PIon, 1960. . _

    BAUDRILLARD, J., "Transestetica" y "transexual", en: La transparencia del maL Barcelona, Anagrarna, 1991.

    BELL, D., Las contradit:ciones cultura1es del capitcilismo. MadIid, Alianza, 1977.

    BlOSCA. V.S. Una cultura de lafragmentacibn, Valencia, Filmoteca de la Generalitat, 1995. .. .

    BRITO GARCiA, L., El imperio contracultural: del rock g la postmod.emidad, Caracas, Nueva Sociedad, 1991. .

    CASULW, N., "Argentina: el rock en la sociedad politica", en: Comunit:acibn y Politica (Mexico), No. 12 (1982).

    CRUZ KRONFLY, F., La sombrilla planetaria, Bogota, Planeta, 1994. DURHAM, E., A aventura antr0poIDgit:a, Rio de Janeiro, Paz e Terra, 1986. GILClAVO, E., Los depredadores audiovisuales. Juventud urbana y cultura

    de masas, MadIid. Tecnos, 1988. GIRALDO, F. YVNIESCAS, F. (comps.) , Colombia: el despertar de la moder

    nidad, Bogota, Foro, 1991. ...:... y LOPEZ, H.F., "La metamorfosis de la modernidad", en: Colombia: el

    despertar de la modemidad, Bogota., Foro. 1991. . . LECHNER, N., "La democracia en el contexto de una cultura postmoderna",

    en: Culturapolitica y democratizacibn, Buenos Aires, Flacso, 1987. LIPOVETSKY, G., I.e crepuscule du devoir, Paris; Gallimard, 1992.

    32 N. CasulJo, "Argentina: eJ rock en la socledad politica", en: ComunlcaciDn y Politica /M&lco) , No. 12 (1982); 1. Brito Garcia, El imperio contracultural: del rock a la' postrnodemida!f, qaracas, Nueva Sociectad, 1991.

    36

    MAFFESOLI, M., El tiempo de las tribus, Barcelona, learia, 1990. MARRAMAo, G., "Metapolitica: mas alia de los esquemas btnartos", en: . Razon, e&a y politit:a, Barcelona, Anthropos, 1988. MARriN-BARBERO, J., "De la ciudad mediada a la ciudad virtual", en: . ReVista Telos (MadIid), No. 44 (1995).

    MEAD, M., Childwood in Contemporary Cultures, University of Chicago Press, 1955. ' .:....:... Cultura Y compromiso, Buenos Aires, Granica, 1971. 'MEYROWITZ, J., No Sense oJPlace. University of New Hamsphire, 1992. -, "La televiSion et l'integration des enfants: la fmdu secret des adultes",

    en: Reseaux(Paris), No. 74 (1995). -'i\tlIER, R. Y PICCINI, M., El desierto de esp~os. Juventud y TV en Mexico,

    Mexico, Plaza y Valdes, 1987; MONSNAlS, C., en: Jovenes, Revista de estudios sobre juventud (Mexico),

    No.1 (l996). ONO, W. Oralidad y escritura, Mexico, FCE, 1987. PEREZ GUzMAN, D. "Elementos para una comprensi6n socio-cultural y

    politica de la violencia juvenil", en: Revista. Nomadas (Bogota, DIUe), No.'4 (l996).

    PEREZ TORNERO. J.M. et aL, Tribus urbanas, Barcelona, Gedisa, 1996. ',RAMiREZ, S. y MUNOZ, S., Trayectos del consumo, Cali, Univalie, 1996. 'RENAUD, A., Videoculturasjin de siglo, MadIid, Catedra, 1989. :SALAZAR, A., No nacinws pa' semilla, Bogota, CINEP, 1990. ,SARLO, B., Escenas de la vida postmodema, Buenos Aires, Artel, 1994. 'YA:TTIMO, G., Elfin- de la modemidad. Barcelona, Gedisa, 1986. VIgILIO, P., Este&a de la desaparicibn, Barcelona, Anagrarna, 1988. ,,';:/La l'7lilquina de visiOn, Madrtd, Catedra. 1989. tJf(:h: ,.-:-