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ISSN 0185-1225 Enero 2014  A NALES  DE  A NTROPOLOGÍA  Volumen 48-I

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  • ISSN 0185-1225

    Enero 2014

    ANALES DEANTROPOLOGA

    Volumen 48-I

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  • An. Antrop., 48-I (2014), 59-77, ISSN: 0185-1225

    Fecha de recepcin: 20 de mayo de 2013.Fecha de aceptacin: 5 de septiembre de 2013.

    MEDICINA, CULTURA Y ALIMENTACIN:LA CONSTRUCCIN DEL ALIMENTO INDGENA

    EN EL IMAGINARIO MDICO OCCIDENTAL A TRAVSDE LA VISIN DEL DOCTOR FRANCISCO HERNNDEZ

    Mariana Coria LpezUniversidad del Claustro de Sor Juana, Escuela de Diettica y Nutricin, issste

    Resumen: El estudio de la alimentacin nos propone un campo fecundo para el anlisis de la dimensin ideolgica y simblica de la vertiente sociocultural que supone el hecho alimentario. Entre las mltiples dimensiones que abarca el fenmeno de la alimentacin se encuentra su insercin en el pensamiento mdico que plantea el vnculo indisoluble entre alimentacin, medicina y cultura. Esta relacin tripartita nos conduce a la reflexin de la relatividad histrico-antropolgica con la que se ha creado la idea de la teraputica de la alimentacin en las nociones mdicas a travs del tiempo. Las propiedades farmacolgicas que se atribuyen a los alimentos pertenecen entre otros factores a un sistema de creencias que se desprende de las ideologas asociadas a la cultura mdica en un tiempo y espacio determinados. La obra del doctor Francisco Hernndez no slo es una muestra del intercambio de ideas que deriv del proceso de conquista, sino que a travs de ella se puede observar la ponderacin que hace sobre los conceptos del saber tradicional de la medicina mesoamericana, mismos que traduce a los principios de la medicina occidental. Francisco Hernndez como mdico naturalista clasifica y sistematiza la naturaleza americana, lo que lo lleva a la construccin del alimento indgena como medio teraputico.

    Palabras clave: teraputica de la alimentacin; imaginarios mdicos; relatividad histrico-cultural; alimentos indgenas.

    Medicine, culture an feeding: the construction of indigenous food in the Western Medical iMaginary through the vision

    of doctor francisco hernndez

    Abstract: The study of food provides fertile ground for an analysis of the ideological and symbolic dimensionsof the act of eating as a sociocultural construct. Among the multiple dimensions that encompass the phenomenon of food, its insertion into medical thinking makes a clear link between food, medicine and culture. This tripartite relationship provides a way to reflect on the historical-anthropological relativity from which the idea of therapeutic eating emerged

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    in medical ideas over time. The pharmacological properties attributed to foods are part of the belief system that emerges from the ideologies associated with a medical culture in a particular time and space. The work of botanist and naturalist doctor Francisco Hernandez, who classified and systematized the natural environment of Mexico in the Natural History of New Spain between 1571 and 1576, demonstrates not only how the process of conquest led to an exchange of ideas, but also how traditional knowledge of Mesoamerican medicine affected the principles of Western medicine. Hernandezs work in early colonial Mexico fundamentally contributed to the construction of indigenous foodways as a therapeutic resource.

    Keywords: therapeutic food; medical imaginaries; historical and cultural relativity; indigenous foods.

    introduccin

    El fenmeno de la alimentacin est integrado por una amplia gama de naturalezas que transitan entre lo biolgico, lo social y lo cultural. El estudio de la alimenta-cin desde una interpretacin histrico-antropolgica nos permite observar con mayor amplitud los cambios y continuidades que nos han llegado como legado de un pasado. Las realidades alimentarias que se han creado con el paso del tiempo constituyen una ventana abierta para la comprensin de diversas manifestaciones culturales; de tal manera, el mosaico de lenguajes que se revelan en el sistema de alimentacin est cargado de simbolismos y significados que representan quines somos, en lo individual y en lo colectivo. A travs de la historia cultural de las formas de alimentacin de un pueblo se puede incursionar en el conocimien-to de sus estructuras sociales, de las creencias dietticas y religiosas, de la cosmo-visin en relacin con el alimento y de un conjunto de tradiciones lentamente elaboradas a lo largo de los siglos.

    En las formas de expresin que supone el fenmeno de la alimentacin se encuentra el valor que ha concedido el pensamiento mdico al alimento como recurso teraputico. Histricamente, tanto alimento como alimentacin han sido figuras fundamentales para la prevencin y curacin de enfermedades, ya no slo como se suele pensar en la prctica mdica tradicional, sino en la me-dicina formal. As, hoy da no es extrao encontrarnos con alimentos a los que se les atribuyen propiedades farmacolgicas que se asocian gustosamente con la curacin de algunos padecimientos. Sin embargo, esta reflexin propicia un cuestionamiento esencial hasta dnde un alimento puede ser considerado me-dicamento? Es decir, es innegable que los alimentos estn dotados naturalmente de diversas sustancias qumicas que les otorgan cualidades teraputicas, pero cules seran entonces los criterios y parmetros de su inclusin en un tratamiento mdico como una va eficaz de curacin? En ese sentido la problemtica se torna

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    compleja al observar las divergencias con las que se conceptualiza la teraputica de la alimentacin de acuerdo con los diferentes cdigos culturales en los que se representa el alimento. De esta forma, se puede encontrar que para una cultura un alimento puede ser teraputico y para otra no, por no pertenecer a su imagi-nario de alimentacin y mdico; las cualidades teraputicas que se confieren a un alimento responden a las creencias mdicas y sociales que posee una cultura con una historia y lgica particulares, lo que se suma a la naturaleza fisiolgica, qumica o nutricia del elemento alimentario. La teraputica de la alimentacin desde la antigedad se cre como un concepto universal. Las diferentes culturas aludieron a la importancia del alimento como parte de un tratamiento de preven-cin y curacin. Este fenmeno ayud a los humanistas hispanos comprender los principios de la teraputica indgena que en s misma era portadora de una gran complejidad. Este artculo se centra en los alimentos ms representativos de la dieta indgena y la relacin que el pensamiento europeo estableci con ellos, ya que hablar de la teraputica de la alimentacin indgena en su conjunto resultara una labor casi inabarcable.

    la obra del doctor francisco hernndez: un caMinopara el estudio de la teraputica de la aliMentacin indgena

    Entre la multitud de fuentes histricas para la reconstruccin de la teraputica de la alimentacin indgena, destaca la obra del doctor Francisco Hernndez (1518-1587), mdico naturalista del humanismo del Renacimiento que acometi la titnica tarea de confeccionar una Historia natural de Nueva Espaa. Esta singular labor nos conduce a la reflexin de cmo se significa el alimento y la alimentacin en su insercin en un mbito intelectual que trasciende la esfera de lo cotidiano y nos refiere a un proceso coyuntural entre ciencia, cultura y alimentacin. En su obra figura un universo pletrico de simbolismos que alude a procesos inter-culturales en los que interactan ideas y creencias cientficas, catalizadores de la reflexin que plantean el vnculo indisoluble entre medicina, alimentacin y salud en tanto su condicin ideolgica.

    Las ideas que el autor vierte en su obra se vuelven, entonces, un referente esencial para abrir el panorama de la teraputica de la alimentacin en su especifi-cidad histrico-cultural, ya que es una puerta para la exploracin de la complejidad que guarda el alimento desde la construccin simblica de la medicina occidental y la relacin que l mismo asoci con la teraputica de la alimentacin indgena desde su propio horizonte cultural a travs de lo que se ha llamado la primera expedicin cientfica a Nueva Espaa.

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    Esta propuesta intenta poner de lado la literalidad1 (Burke 2006: 154) de la observacin mdica o botnica; en otras palabras, como dice Carlos Viesca, no me propongo consignar la efectividad en problemas clnicos concretos y estudiar la composicin qumica del alimento a fin de poder asegurar que hay una congruencia entre stos y los efectos esperados (Viesca 1993: 24), sino penetrar en las redes complejas de los vnculos culturales que articulan el pensamiento hernandino en cuanto a su estudio de la naturaleza y medicina indgenas, concretamente la construccin que hace de la idea del alimento indgena como medio teraputico.

    El descubrimiento de Amrica incentiv el creciente inters en la indagacin ligada al encuentro y conocimiento de una nueva naturaleza. La naturaleza ameri-cana, adems de ser tema ideal de relatos de viajeros, funcionarios, conquistadores y frailes, tambin lo fue para los mdicos naturalistas. El estudio de la flora y la fauna americanas fue primordial para el cambio y avance de las nociones mdicas occidentales; las observaciones en este mbito tuvieron la intencin de ofrecer un panorama completo de la riqueza natural de las nuevas tierras entre los que se encuentran los alimentos como recurso para incrementar las posibilidades de la praxis mdica occidental.

    la Historia natural desde la historia natural

    El estudio de la historia natural es, entonces, un puente de aproximacin al entorno entre individuos y naturaleza; de tal forma que en la Historia natural de Nueva Espaa se representan las estructuras simblicas de dos tradiciones mdicas que se amalgamaron en un mismo pensamiento. La Historia natural, adems, es una descripcin que muestra significativamente la eficacia simblica que poseen los alimentos dentro de los sistemas mdicos, tanto indgenas como occidentales, en la medida en que las propiedades teraputicas y efectividad que se les atribuyen dependen de las creencias que resultan de los imaginarios de cada cultura. Pensar en la historia natural nos lleva linealmente a la clasificacin y descripcin, pero ms all de ser un ejercicio de sistematizacin, implica la reflexin del carcter ontolgico que constituye a los elementos analizados pues, a decir de Foucault, la observacin y escritura de la historia natural une en una sola operacin la funcin que permite atribuir un signo a otro, una representacin a otra, lo que permite articular los elementos que componen un conjunto de las representaciones o de los signos que las descomponen (Foucault 1968: 199). Es decir, Hernn-

    1 Peter Burke explica que es importante poner de lado la literalidad interpretativa para abrir paso a una nueva forma de hacer historia con un giro cultural. Su invitacin es a abandonar el enfoque positivista para dar mayor amplitud a las interpretaciones histricas con la intencin de abolir la rigidez que impide ser sensibles a los simbolismos que rondan las ideas del pasado.

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    dez atribuye determinadas caractersticas teraputicas a los alimentos ya sean europeos o indgenas; estas cualidades estn dadas por la configuracin de su conocimiento, que no tiene un orden enteramente natural, sino que se representa de acuerdo con los sistemas culturales y mdicos de su tiempo y se expresa como parte del pensamiento histrico. Si bien la tarea de la historia natural es clasificar y sistematizar, no debe reducirse slo a la enumeracin y descripcin de elementos, sino extender su horizonte a la apertura de un mundo de representaciones en el que se crea la naturaleza, espacio simblico al que pertenece el alimento, que es parte de un sistema de alimentacin y que en esa medida pierde su carcter natural, y se puede definir como lo hicieron algunos mdicos o filsofos como res non naturalis.2

    ideologa y cosMovisin: nociones y conceptosen la teraputica de la aliMentacin en MesoaMrica

    Si bien la obra del naturalista aborda la alimentacin indgena y su relacin con la teraputica, su exploracin se fundamenta en las nociones tericas de la medicina occidental cimentada en la doctrina hipocrtico-galnica, en una reelaboracin propia del pensamiento humanista espaol conocido como galenismo hispanizado (Barona 1993: 157). El principio bsico de esta doctrina mdico-filosfica fue el sistema terico de los humores en el que la salud consista en el equilibrio de las cuatro sustancias bsicas corpreas: la sangre, la flema, la bilis negra o melanclica y la bilis amarilla o colrica. Cada una a su vez posea una cualidad elemental que equivala a lo fro, lo caliente, lo hmedo y lo seco respectivamente. La enfermedad era entonces el desequilibrio o exceso de cada sustancia que se corresponda a la complexin individual de cada persona y cuyo equilibrio dependa esencialmente de la dieta que se procurara, puesto que los alimentos mantenan de igual forma una de estas cualidades de manera prioritaria (Albala 2002).

    Entre el gran abanico de recursos a los que el autor hace referencia se en-cuentran por supuesto los alimentos que en definitiva no se pueden separar del mundo natural, as como de la prctica y representaciones mdicas. En las culturas mesoamericanas existi un sistema similar para la concepcin del alimento dentro de los procesos curativos de enfermedades. Uno de los puntos que acerca a ambos sistemas mdicos es la idea del equilibrio a travs de la alimentacin, pues en el ideal de la cosmovisin mesoamericana al igual que en pensamiento occidental el equilibrio en la dieta y la moderacin en el comportamiento se manifiestan en un estado de plena salud (Ortiz de Montellano 2003). A diferencia de la teora

    2 Cosa no natural.

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    hipocrtico-galnica, en la cosmovisin mesoamericana la clasificacin de los alimentos residi en un sistema dicotmico de opuestos complementarios fro y caliente que no slo se relacion con las nociones mdicas sino con una forma dual de concebir el cosmos a partir de la idea de que el mundo estaba dividido por un plano horizontal que separaba el cielo habitado por el Gran Padre de cualidad caliente de la tierra-inframundo donde se alojaba la Gran Madre de cua- lidad fra.

    El fro y el calor son parte de un sistema de clasificacin cultural que no alude a cualidades de temperatura medibles, sino a una concepcin terica de la medicina mesoamericana, as como de su visin del mundo en general. La di-cotoma fro-caliente forma parte de una categora de opuestos complementarios que regulan todos los aspectos de la vida humana, entre los que se encuentran la alimentacin, las enfermedades y sus remedios y la salud.

    Para los antiguos mexicanos la salud dependa del equilibrio entre las fuer-zas corporales, naturales y sobrenaturales. El consumo de alimentos adecuados significaba la conservacin armnica del cuerpo. La dieta deba incluir tanto alimentos fros como calientes con la idea bsica de neutralizar las cualidades en el cuerpo. Cuando una persona estaba enferma significaba el desequilibrio corpreo, por lo que para su restablecimiento se requera el suministro de un alimento que contara con la cualidad contraria al padecimiento. Esta relacin dicotmica no es tan sencilla como podra sugerir de principio, pues comprender los criterios de clasificacin y aplicacin del sistema se torna complejo al observar las excepciones a los principios cuando se prescriban alimentos que aparente-mente estaban contraindicados. Asimismo, es importante tener en cuenta que el alimento que se daba a una persona enferma, adems de cumplir con la cualidad contraria al padecimiento, estaba sujeto a la edad, sexo, estrato social y trabajo desempeado (Velasco 1999).

    El estudio de la aplicacin de la polaridad fro-caliente en las ideas mdicas de las sociedades prehispnicas es complicado por la problemtica que plantea la debilidad de las fuentes existentes para su aproximacin. Gran parte de lo que se conoce con respecto al tema es a partir de las investigaciones realizadas en las comunidades indgenas actuales como espejo del pasado, que guardan entre sus prcticas de alimentacin la persistencia de la dicotoma (Coria 2011). Sin em-bargo, trabajos como el del doctor Francisco Hernndez nos permiten tener un acercamiento parcial a las nociones tericas mesoamericanas, con la salvedad de que en sus escritos existe una fuerte influencia del pensamiento occidental, lo que origina que permanezcan ocultas muchas de las ideas de la medicina prehispnica.

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    Algunos autores como George Foster suponen que la teora de lo fro y lo caliente fue una reelaboracin simplificada de la teora humoral europea (Foster 1972). Sin embargo, el anlisis detallado de los fundamentos de la ideologa meso-americana nos conduce a la certeza de su existencia antes de la penetracin de las prcticas y formas de pensamiento hispanas. Para Lpez Austin es improbable la adopcin de la doctrina humoral en los principios tericos de la medicina mesoa-mericana en tanto que le parece inexplicable la sbita prdida de una tradicin que se relaciona con una visin cosmognica, para ser sustituida espontneamente por los conceptos correspondientes a un pensamiento ajeno (Lpez Austin 2000). Este autor adems argumenta que la polaridad existente en la cosmovisin me-soamericana no se limita slo al mbito de la medicina, sino que se extiende al cosmos entero (Lpez Austin 1980).

    La pertinencia de traer de nuevo una discusin ya aeja es mostrar que las discordancias expuestas por el mdico hispano en la clasificacin sobre los alimentos indgenas en relacin con las concepciones mesoamericanas, radican fundamentalmente en que ste los examina conforme a los principios que l su-pona universales, causa de los prejuicios que el galeno deja ver sobre la prctica mdica indgena, que en el fondo no es ms que el reflejo del enfrentamiento que rompe con una tradicin milenaria como camino nico para la disquisicin mdica en Europa (Viesca 1993).

    el aliMento indgena coMo Medio teraputico: una Mirada desde el horizonte cultural del doctor francisco hernndez

    Francisco Hernndez fue seguidor, practicante y divulgador de las ideas de la cultura mdica humanista y desde ese contexto examin, interpret y clasific el alimento indgena y lo trat de asimilar a travs de sus estructuras mentales en tanto lo ponderaba como recurso teraputico, lo que llev al reconocimiento de las propiedades de los alimentos que describi. Su estimacin en torno a la tera-putica de los alimentos indgenas parte de una europeizacin del alimento, es decir, analiza y explica la teraputica de los alimentos como elementos ajenos a su cultura y no desde los principios de la cultura de la que son originarios. Muestra de lo anterior es el testimonio que deja sobre el Nochtli o gnero de tunas:

    Aunque esta planta que los haitianos llaman tuna, los mexicanos nochtli, y los antiguos segn creen algunos erradamente, opuntia, rbol pala o higo ndico, desde hace muchos aos fue conocida y comenz a extenderse en nuestro Viejo Mundo, causando gran asombro por su forma monstruosa y por la extraa trabazn de sus hojas gruesas [] Son todas [los diferentes gneros de tunas] de naturaleza fra en segundo grado y hmeda, excepto las semillas, que son

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    secas y astringentes [] Proporcionan un alimento agradable y refrescante, aunque flatulento y sujeto a corrupcin como toda fruta del tiempo, y muy a propsito para los que sufren exceso de bilis o destemplanza clida (Hernndez 1959-1960: III, 29).

    En sus palabras se evidencia la distancia cultural que posee con respecto al alimento descrito. En principio le resulta una planta monstruosa y extraa, digna de asombro la que, sin embargo, retrata como un alimento agradable y refrescante. Adems es fundamental advertir las cualidades con las que clasifica el alimento en razn de las nociones tericas de la medicina hispana dentro del sistema de los humores. Al hacer uso del sistema de opuestos complementarios lo fro y lo caliente, es evidente que no alude al sistema indgena. En su explicacin utiliza grados de temperamento para la clasificacin del alimento, gradacin que no existe en el pensamiento indgena. Por ejemplo, se refiere a la tuna como un fruto hmedo y describe sus semillas como astringentes y secas, atributos propios del sistema occidental europeo. No obstante que en la clasificacin indgena la tuna puede ser fra, esta naturaleza no responde a las mismas causas de la medicina occidental, que en general clasifica los alimentos dulces como fros (Ortiz de Montellano 2003). En el sistema de clasificacin indgena la tuna puede ser fra por ser un alimento sumamente acuoso y de cscara gruesa, lo que impide el paso de los rayos solares y le otorga dicha cualidad, a pesar de ser un fruto de tierra caliente donde los rayos solares son ms fuertes.

    La estimacin social del alimento se engrandece por el hecho de haber sido un tratamiento efectivo para la curacin de un virrey:

    Dio honra a este fruto el eminentsimo varn Martn Enrquez, ilustre virrey de esta Nueva Espaa, quien mediante su uso frecuente se libr por completo de muchas enfermedades que sola padecer, originadas de la bilis y el calor. Sus races [] alivian las hernias, curan las erisipelas, mitigan el calor que proviene de fiebre o de cualquier causa, y son remedio del hgado irritado en exceso [] Dicen tambin que la raz, que es algo amarga, alivia las lceras admirablemente (Hernndez 1959-1960: III, 29).

    Aunque no tiene entera certeza de todas las propiedades curativas de la planta, el que le conceda cualidades tan salutferas puede estar relacionado con la experiencia del virrey, quien es una figura muy significativa para el galeno. As se observa que, en principio, no es la propiedad de la planta lo que reconoce, sino la honra que le confiere tan ilustrsimo personaje.

    Este proceso de asimilacin y adhesin de algunos recursos indgenas no fue exclusivo del cultivo hernandino; es decir, la filtracin de los elementos teraputicos de la medicina indgena en el pensamiento mdico hispano es-

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    tuvo acompaada por una suerte de aculturacin inversa,3 en la que mdicos naturalistas y cientficos de la cultura novohispana insertaron algunos alimentos indgenas a su pensamiento y prctica.

    La importancia de tener en la mira el escenario social en el que se inscribi la prctica mdica novohispana radica en la comprensin de la relacin que se revela entre alimento y teraputica en el razonamiento de la comunidad mdico-cientfica de la poca. Este camino pone en perspectiva cmo las creencias mdicas occidentales sistematizaron los recursos teraputicos que se encontraron en el Nuevo Mundo, en lo que hoy podemos observar como un ejercicio de indagacin y resignificacin de cdigos culturales, fundamento de una nueva cultura mdica cuyo impacto irrumpi a escalas trascendentales. Los discursos que los mdicos, naturalistas y cronistas en la Nueva Espaa del siglo xvi crearon en torno a la te- raputica alimentaria ponen de manifiesto un fenmeno fundamental para la historia de la alimentacin: en primer lugar, la sensibilidad intelectual hacia este fenmeno y por consecuencia los lazos histricos que han existido en la conjun-cin ciencia-medicina-alimentacin. Lo que permite pensar que estos hombres de ciencia de antao contribuyeron como labor adyacente a sus propsitos a la reconstruccin de una realidad natural-alimentaria en su sentido social, que nos conduce hoy a vislumbrar la versatilidad de la alimentacin como un fenmeno que unifica mltiples dimensiones (Aguilar 2012).

    Las ideas de la comunidad cientfica que rode a Hernndez son oportunas para el anlisis de su mentalidad, en la medida en que esta comunidad se vuelve el elemento cohesivo del conjunto de creencias comunes que sus miembros com-partan y que prevalecieron en el mbito intelectual de la poca. El desarrollo que se suscit a lo largo del siglo xvi en campos como la botnica, la zoologa y la medicina fue intenso, a partir del inters que el conocimiento indgena despert en los grupos de estudiosos que arribaron de Espaa. Empero, fue el estudio de la farmacopea lo que estimul una suma considerable de disertaciones sobre la flora y la fauna americana, mismas que enriquecieron a travs de la confrontacin ideolgica la fundacin de una nueva cultura mdica (Trabulse 1983) cuya base se fundament en la dialctica que se estableci entre dos formas de concepcin de sus realidades naturales y sociales.

    3 El contexto en el cual el investigador Juan Comas enunci la idea de aculturacin inversa es que todo proceso de conquista, innegablemente, conlleva a la influencia de la cultura conquistada. En ese sentido, los mdicos que estudian la naturaleza indiana retoman algunos recursos en los que reconocen la oportunidad de enriquecer sus propios sistemas mdicos (Comas 1995).

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    los productos naturales de aMrica y la teraputicade la aliMentacin en la ciencia Mdica novohispana

    Es innegable el inters que suscitaron los recursos teraputicos originarios de Amrica, sin embargo, fueron elementos estudiados bsicamente en un sentido terico, pues su integracin a la prctica mdica estuvo limitada. Incluso los textos de medicina novohispana hacen poca referencia a ellos en sus tratados teraputicos. Si bien existe un conjunto de obras que estn dedicadas al estudio de la farmaco-pea americana, la revisin de dichos documentos nos encamina a una distincin importante; por un lado, estn los autores dedicados a la tarea mdico-naturalista, entre los que destacan Nicols Monardes (1493-1588) y Francisco Hernndez, a cuya labor se suman Gonzalo Fernndez de Oviedo (1478-1557) y fray Ber-nardino de Sahagn (1500?-1599) quienes sin ser mdicos dieron explicacin de la naturaleza americana. Por otro lado, estn las obras producto de los mdicos que ejercieron en la Nueva Espaa, las cuales son referente indiscutible de la prctica mdica en estas tierras; entre los ms destacados se encuentran Alonso Lpez de Hinojosos (1535-1595), Agustn Farfn (1532-1604), Juan de Barrios (1562-1645), Francisco Bravo (1525-1595), Pedro Arias de Benavides (1521?-1567?), Gregorio Lpez (?-1596) y Juan de Crdenas (1563?-1609), slo por mencionar a los ms conocidos,4 todos situados dentro de la corriente mdica humanista.

    Ahora bien, esta diferenciacin est hecha en razn de la forma en que in-cluyen los recursos alimenticios como medio teraputico. Se puede observar que los naturalistas mencionan los alimentos indgenas como parte de la descripcin que hicieron de la realidad natural-alimentaria, pero no necesariamente es un indicador de su uso dentro de la prctica del mdico hispano radicado en la Nueva Espaa. Estos autores se dispusieron a estudiar la naturaleza americana esencialmente para dar cuenta de un saber, a propsito de un recurso, mismo que explican con los modelos de la medicina europea. El alcance que tuvieron estos recursos en la prctica de los mdicos hispanos fue sumamente restringido, pues, salvo en contados casos, no lograron modificar sustancialmente los sistemas

    4 La referencia a estos mdicos en particular responde a que todos ellos incluyen en sus trata-mientos algn elemento alimenticio, aunque en su mayora de origen europeo; algunos incluyen incipientemente alimentos indgenas. El factor que los cohesiona es el uso de los temperamentos, de acuerdo con las nociones mdicas occidentales, incluso cuando refieren a elementos indgenas. Por ejemplo, Gregorio Lpez en su Tesoro de medicina aunque no explicita sus cualidades tera-puticas se refiere al maz como un elemento fro en segundo grado.

    Gregorio Lpez, Tesoro de medicinas para diversas enfermedades dispuesto por el venerable Gre-gorio Lpez, 3. Impresin, Madrid, Imprenta Msica, Ao 1708. Consultado en http://dendron.endekos.com/?p=9 (2013-02-26).

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    mdicos europeos. Lo anterior se puede constatar ms tarde, cuando a finales del siglo xviii los estudios sobre la naturaleza americana elaborados por Buffon y de Pauw chocan frontalmente a travs de los discursos creados alrededor de sta con las ideas cientficas de los criollos quienes se afanaron por restituir la imagen perniciosa de la naturaleza americana (Viesca 1993), lo que confirma la idea de la reducida filtracin del valor de los recursos americanos en las estruc-turas de los sistemas tanto mdicos como naturalistas de los cientficos europeos.

    Las obras de corte mdico que se escribieron a finales del siglo xvi en Nueva Espaa tuvieron la funcin bsica de resolver problemas teraputicos en sitios donde no se contaba con mdicos ni cirujanos. Estos ejemplares, nos dice el doctor Germn Somolinos, estuvieron ajustados a los patrones de la entonces medicina moderna europea, ms que a las necesidades de los mdicos practican-tes de su profesin en Nueva Espaa (Somolinos 1970). Las obras de Alonso Lpez de Hinojosos y Agustn Farfn son un arquetipo de la medicina dentro de los cnones formales que se practicaba en Nueva Espaa; pero tambin una excepcin de la poca pues ambas obras se caracterizan por una preocupacin comn por incorporar algunos alimentos indgenas a sus tratamientos en un proceso de adaptacin. As, por ejemplo, Farfn recomend el uso del chile para padecimientos del hgado, aconsej dietas a base de atoles, indic el empleo de tortillas calientes para inflamaciones o partes adoloridas del cuerpo (Cruz 1965). Sin embargo, en su famoso tratado sobre La melancola, a pesar de enumerar un gran nmero de recursos alimentarios para su tratamiento, todos son de origen europeo, tales como la gallina, carnero, yemas de huevo, pan, vino, membrillos, manzanas, azcar (Trabulse 1983), entre muchos otros que, por supuesto, ya es-taban aclimatados en tierra novohispana. Asimismo, Alonso Lpez de Hinojosos enriqueci el abanico de posibilidades para el tratamiento de padecimientos al introducir algunos alimentos de naturaleza indgena, como la semilla de aguacate para males urinarios (Vargas et al. 2003) o el atole, que describe como cosa delicada y fra para combatir enfermedades de los ojos (Trabulse 1983).

    Mencin aparte merece el doctor Juan de Crdenas con su obra Problemas y secretos maravillosos de las Indias, la cual, a diferencia de la mayora de los textos mdicos novohispanos, tiene un acento ms admirativo hacia la naturaleza in-dgena. Crdenas, al igual que Hernndez, razon los recursos de la naturaleza americana para hacerlos inteligibles al pensamiento cientfico europeo. El autor tena la teora de que los productos americanos eran de cualidad fra, contraria a los europeos que consideraba como clidos en general. En el libro segundo de su obra hace especial hincapi en algunos alimentos americanos como parte de un tratamiento mdico, acondicionndolos a la taxonoma de las teoras hipocrtico-

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    galnicas y de Dioscrides para explicar el funcionamiento de alimentos de la Nueva Espaa con tradicin indgena, como el cacao, el chile, el atole y la tuna, entre otros. Llama especialmente su atencin el cacao, pues dedica a ste gran parte de su tratado por ser un producto de vasta complejidad. Al referirse a su consumo aconseja no hacerlo en su estado natural, es decir, sin la aplicacin de ningn mtodo de transformacin, pues puede provocar terribles males de ndole mdica; sin embargo, con tostarlo un poco y combinarlo con el atole, los beneficios que brinda son magnficos y muy variados, ya que ayuda tanto a la digestin como a la melancola, pues el chocolate brinda alegra, despierta el apetito, engorda y sustenta al hombre (Crdenas 1988).

    aliMento, Medicina y aliMentacin indgena:juicios y prejuicios en la visin de francisco hernndez

    Como parte de los procesos de adaptacin que se originaron a raz de la Conquista, paulatinamente se fueron formando diversos grupos cuya tarea fue construir, organizar e integrar a las poblaciones autctonas a una sociedad con los parme- tros de la cultura hispana. Entre ellos como ya se habl se encuentra la comuni-dad de mdicos y cronistas que dieron cuenta, como parte de sus estudios, de los hbitos de alimentacin indgena y su valor dentro de los sistemas mdicos. De acuerdo con Somolinos (1990), estos hombres de ciencia tuvieron la capacidad de entender y colaborar en el proceso de fusin cultural indoeuropea. No obstante, la creacin y disquisicin de la teraputica de la alimentacin indgena plante a la mentalidad mdica hispana una serie de ajustes en cuanto a los principios tericos de la medicina que ejercan; en ese sentido se encontraron con un mundo de cosas nuevas por nombrar y asimilar a sus categoras de estudio, proceso en el que confirieron al trabajo del mdico indgena el grado de labor tcnica, pero no lo incorporaron a los patrones cientficos de la medicina moderna. As, con-solidaron gradualmente una teraputica de la alimentacin novohispana desde sus referentes y no desde los fundamentos indgenas, lo que explica que el uso y valoracin de ciertos alimentos indgenas se efectuaran a la luz de la experiencia.5

    5 Carmen Bernand (1997) ilustra claramente la idea general del planteamiento propuesto cuando narra una experiencia particular del naturalista Gonzalo Fernndez de Oviedo, quien al sufrir un incidente con una roca se abri una herida en el pie, percance que lo llev a experimentar personalmente los beneficios de una planta que a su vez era considerada en la dieta indgena un alimento sagrado. Al infectarse la herida Oviedo deja testimonio con sus palabras: Cre que de muerto o perder el pie y quedar muy cojo no poda escapar. Estando en este trabajo acordme que un criado mo y dos negros y ciertos indios mos llevaban un tocino o dos salados para el camino. Los conocimientos dentro del marco referencial de sus estudios dictaron a Oviedo utilizar el

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    La problemtica radica en dos cuestiones fundamentales: 1) el pensamiento eurocentrista que otorga mayor autoridad a la medicina hispana y 2) la repre-sentacin cultural que ocupa el alimento indgena en sus propios imaginarios tanto alimentarios como teraputicos. Lo anterior queda claramente plasmado en las palabras que Hernndez deja como testimonio de la imagen que se crea alrededor del mdico indgena y su labor al describirlos de la siguiente forma:

    Entre los indios practican la medicina promiscuamente hombres y mujeres, los que llaman Titici. Estos ni estudian la naturaleza de las enfermedades y sus diferencias, ni conocida la razn de la enfermedad, de la causa o del accidente, acostumbran recetar medicamentos, ni siguen ningn mtodo en las enfermedades que han de curar (Hernandez 2002: 120).

    Esta valoracin que hace del proceder de la medicina indgena est claramente cimentada en la formacin mdica del galeno, lo que hace que busque en el otro una forma idntica de conducirse; al no ser de esta manera, entonces invalida todo conocimiento y prctica que no est dentro de los modelos de su medicina cientfica, pues ms adelante los nombra con la connotacin de empricos. Adems, a pesar de que es bien conocido el hecho de que la alimentacin fue un principio bsico para la manutencin de la salud en el pensamiento indgena incluso en un sentido muy similar al de las recomendaciones dietticas de los mdicos humanistas, acusa el hecho de que los titici apenas recetan dieta.

    Las palabras con las que contina describiendo y valorando la actividad mdica indgena son una muestra indiscutible de cmo la medicina se crea y se recrea en un sistema de creencias ms all de la legitimidad que otorga su carcter cientfico. Habla de la forma de dar tratamiento de los titici: Las heridas se cu- ran con medicamentos simples o cubrindolas con sus harinas; con stos se ayudan en su mayor parte y usan rara vez medicamentos compuestos o mezcla-dos (idem). Me parece lgico, entonces, pensar que esta forma de tratar y medicar causara sorpresa al mdico toledano, pues habr que recordar que en Europa el uso de la farmacologa elaborada de compuestos estaba en boga como parte de la herencia rabe, as como la preparacin de medicamentos. El mdico contina, y con an mayor estupefaccin alude a lo que l piensa como un hecho reprobable:

    tocino para cicatrizar la herida; sin embargo, este remedio lo llevo a tener una infeccin mayor. Entonces una negra ma dijo que pues los indios decan que aquel aceite de cacao era bueno para llagas y yo lo llevaba, que me pusiese de ello [] El parecer de mis amigos era que me pusiese a discrecin de mdicos y cirujanos [] Acord de no hacer. De acuerdo con la autora su pie san sin necesidad de hacer visita al mdico espaol. Es evidente que hay un reconocimiento, pero ste parte de una experiencia y no de la valoracin y aplicacin de la teora y mtodo de la medicina indgena.

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    Y es de admirarse de qu manera tan inepta y carente de arte y con gran peligro de toda la gente, puesto que obligan a las paridas en seguida despus del parto a darse baos de vapor y a lavarse ellas mismas y a sus nios recin nacidos en agua helada despus del mismo bao, llamado temaxclli. Qu digo!, si hasta a los febricitantes con erupciones u otra clase de exan-tema rocan con agua helada. Esto no es menos temerario que frotarles los cuerpos con cosas muy calientes, y responden con audacia a quien les redarguye, que el calor se vence con calor [] Y as, aun cuando abundan en maravillosas diferencias salubrrimas, no saben usarlas propiamente, ni aprovecharse de su verdadera utilidad (Hernndez 2002: 120).

    Como bien se observa sus creencias mdicas no guardan lugar para los trata-mientos que encuentra en la idiosincrasia mdica indgena. Alude con descon-cierto al uso de las cualidades fras y calientes en esa medicina, mismas que se contraponen a sus creencias.

    El inters y asombro que manifiesta por la cultura indgena y su desarrollo mdico se hace patente a lo largo de toda su obra; no obstante un reiterado reconocimiento a la sabidura que observa, sera ingenuo pensar que su explo-racin cientfica legitima la tradicin mdica indgena como saber homlogo a su bagaje cultural. Es decir, las alocuciones que expresaba en torno a la cultura indgena guardaban la clara intencin de comprender la realidad a la que se en-frentaba; sin embargo, es sumamente complejo que esto lo hiciera despojado de su configuracin sociocultural, misma que lo situ en una postura de superioridad ante la cultura que observ a raz de los propios procesos de transformacin que el curso de la Conquista despert.

    Si pensamos entonces en la labor hernandina, me parece ms adecuado hablar como lo propone Peter Burke de una traduccin cultural (Burke 2007: 156) en la que se evidencia, ms que una integracin de saberes, una coexistencia de prcticas cuya observacin parte de los fundamentos de la tradicin mdica occidental, que a la larga propiciaron en algunos casos la incorporacin parcial de ciertos elementos a la farmacopea occidental en un lento proceso.

    Como parte de los complejos procesos de cambio que se originaron con la llegada de los conquistadores y la vertiginosa fundacin de la cultura novohispana, el mbito de la medicina indgena fue cantera de numerosas reflexiones que de alguna forma condujeron al resquebrajamiento del intrincado universo que sta representaba, sobre todo desde la dimensin pragmtica con la que se estudiaban los recursos naturales en la visin europea.

    As, la Historia natural de Nueva Espaa deja ver todas estas influencias en repetidas ocasiones, como cuando se habla del chilli o pimienta mexicana. Son tales los efectos que causa en el mdico humanista, que lo clasifica como un alimento que alcanza el cuarto grado de calor y el tercero en sequedad; asimismo, indica

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    que su consumo excesivo provoca dolores estomacales, adems previene al hecho de que el chile puede ser perjudicial al alma pues estimula los deseos venreos.

    Al llegar Francisco Hernndez a la Nueva Espaa, trajo consigo las nociones tericas de la medicina europea, desde las cuales valor y clasific el alimento indgena como recurso teraputico; sin embargo, aunque consideraba la me-dicina local como poco metdica y sistemtica, trat de abrir su conocimiento al pensamiento indgena por medio de la experimentacin, lo que hace que en diversos momentos el autor se contradiga en su apreciacin: por un lado le causa asombro y a veces hasta rechazo y por otro se maravilla del fascinante mundo que se encontr en la cosmogona indgena. Por ejemplo, al hacer la descripcin del tomate parte de connotaciones negativas que su rugoso y abultado aspecto le pro-vocan; sin embargo, ms adelante hace alusin a la gran diversidad de cualidades teraputicas que se le atribuan, como su uso externo para aliviar irritaciones de la garganta, tratar dolores de cabeza, de odo y del aparato digestivo, as como para aliviar el dolor causado por las paperas (Hernndez 1960: II, 28). Gracias a esta similitud de conceptos fue que logr comprender el valor simblico que posean los alimentos para la cultura en la que estuvo inmerso.

    conclusiones

    La teraputica de la alimentacin de acuerdo con todo lo expuesto- es un tema complejo que no ha sido abordado con la amplitud que requiere, sobre todo como una construccin cultural que, ms all de los descubrimientos cientficos, est sujeta a creencias tanto histricas como sociales construidas alrededor de las propiedades que se atribuyen a un alimento como parte de un tratamiento mdico. El presente artculo es apenas una minscula muestra de lo que encierra el estu- dio de la teraputica de la alimentacin; a lo largo de esta breve exposicin he buscado destacar la relatividad tanto histrica como cultural con la que se ha fun-dado la idea de teraputica de la alimentacin en los modelos culturales mdicos.

    Francisco Hernndez representa la sntesis de un pensamiento mdico como la formulacin de una serie de significados que dan coherencia y compatibilidad al mundo mdico que emerge de su momento histrico y social, lo que nos lleva a la reflexin sobre la invencin que estos mdicos hispanos hicieron de la naturaleza americana en la que el alimento se volvi parte de los imaginarios teraputicos y simblicos, pues forzosamente se tuvieron que integrar a la visin occidental a travs de la cual valoraron y clasificaron la realidad natural-alimentaria de las culturas indgenas.

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    Para el pensamiento mdico europeo, la medicina indgena abri nuevas formas de reflexin en cuanto a materia mdica a travs de la multiplicidad de los recursos que encontraron en la Nueva Espaa; de tal forma que se estableci un proceso dialctico entre la mirada clsica y todo lo nuevo que tena por ofrecer la naturaleza americana. As, la relacin entre alimento, salud y alimentacin de orden indgena qued sujeta a las concepciones humorales, por lo que la idea de la teraputica del alimento indgena se construy, fundamentalmente, a partir de la mirada occidental.

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