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UNA REFLEXIÓN SOBRE LA ESTRATÉGICA DE LA REVOLUCIÓN INTEGRAL El agua va formando su curso de acuerdo a la naturaleza del suelo sobre el que corre. SunTzu INTRDUCCIÓN La cuestión previa sobre la que debemos advertir es que el concepto mismo de “estrategia”, ampliamente utilizado como “determinación de objetivos” adquiere, en nuestro caso, en que tal objetivo estratégico es definido en términos de revolución social integral, una relevancia cualitativamente diferente, de naturaleza histórica. Estamos obligados a marcar claras diferencias respecto de aquellas definiciones de estrategia sustentadas en el objetivo de “ganar”, “conquistar”, “alcanzar”, etc., Si se trata de una guerra, pues será “ganar la guerra”, y si se trata de hacer una revolución, en términos proletaristas, “conquistar el poder para el proletariado…”. Nuestra visión de una “revolución integral” es otra pues no parte del objetivo estratégico de conquista de poder alguno, sino de la extinción del Estado y de sus instrumentos de poder opresor y explotador sobre el conjunto del pueblo. Se corresponde con una nueva cosmovisión de la revolución, realizada por el pueblo y para el pueblo, y sostenida en el tiempo, permanente, desde sus inicios más embrionarios hasta el fin de la sociedad. La experiencia de las revoluciones proletaristas de Rusia y China del Siglo XX, triunfantes inicialmente, han puesto en evidencia que, siendo muy complejo, lo más fácil consistió en la “toma del poder”. Sus respectivas estrategias estaban diseñadas para ello, y su ideología de forma de sociedad futura estaba completamente contaminada por el paradigma liberal burgués del Estado nación “proletario”. Las estrategias definidas en cada caso se limitaban a plantear los procesos, etapas y fases en que se concretaría una acumulación de fuerzas revolucionarias capaces de darles el ejercicio del poder político, ideológico y militar…y la “sociedad sin clases” aparecería, de suyo…como por “encanto”. La situación actual, con planteamientos sumamente más complejos, requerirá la definición de reflexiones en el terreno estratégico y táctico que necesariamente han de superar todo lo realizado en procesos revolucionarios anteriores, en lo que es más importante, su naturaleza INTEGRAL.

4_una Reflexion Sobre Estrategia de La Rsi

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La cuestión previa sobre la que debemos advertir es que el concepto mismo de “estrategia”, ampliamente utilizado como “determinación de objetivos” adquiere, en nuestro caso, en que tal objetivo estratégico es definido en términos de revolución social integral, una relevancia cualitativamente diferente, de naturaleza histórica. Estamos obligados a marcar claras diferencias respecto de aquellas definiciones de estrategia sustentadas en el objetivo de “ganar”, “conquistar”, “alcanzar”, etc., Si se trata de una guerra, pues será “ganar la guerra”, y si se trata de hacer una revolución, en términos proletaristas, “conquistar el poder para el proletariado…”. Nuestra visión de una “revolución integral” es otra pues no parte del objetivo estratégico de conquista de poder alguno, sino de la extinción del Estado y de sus instrumentos de poder opresor y explotador sobre el conjunto del pueblo. Se corresponde con una nueva cosmovisión de la revolución, realizada por el pueblo y para el pueblo, y sostenida en el tiempo, permanente, desde sus inicios más embrionarios hasta el fin de la sociedad.

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  • UNA REFLEXIN SOBRE LA ESTRATGICA DE LA REVOLUCIN INTEGRAL

    El agua va formando su curso de acuerdo a la naturaleza del suelo sobre el que corre.

    SunTzu

    INTRDUCCIN

    La cuestin previa sobre la que debemos advertir es que el concepto mismo de estrategia,

    ampliamente utilizado como determinacin de objetivos adquiere, en nuestro caso, en que

    tal objetivo estratgico es definido en trminos de revolucin social integral, una relevancia

    cualitativamente diferente, de naturaleza histrica. Estamos obligados a marcar claras

    diferencias respecto de aquellas definiciones de estrategia sustentadas en el objetivo de

    ganar, conquistar, alcanzar, etc., Si se trata de una guerra, pues ser ganar la guerra, y

    si se trata de hacer una revolucin, en trminos proletaristas, conquistar el poder para el

    proletariado. Nuestra visin de una revolucin integral es otra pues no parte del objetivo

    estratgico de conquista de poder alguno, sino de la extincin del Estado y de sus instrumentos

    de poder opresor y explotador sobre el conjunto del pueblo. Se corresponde con una nueva

    cosmovisin de la revolucin, realizada por el pueblo y para el pueblo, y sostenida en el

    tiempo, permanente, desde sus inicios ms embrionarios hasta el fin de la sociedad.

    La experiencia de las revoluciones proletaristas de Rusia y China del Siglo XX, triunfantes

    inicialmente, han puesto en evidencia que, siendo muy complejo, lo ms fcil consisti en la

    toma del poder. Sus respectivas estrategias estaban diseadas para ello, y su ideologa de

    forma de sociedad futura estaba completamente contaminada por el paradigma liberal

    burgus del Estado nacin proletario. Las estrategias definidas en cada caso se limitaban a

    plantear los procesos, etapas y fases en que se concretara una acumulacin de fuerzas

    revolucionarias capaces de darles el ejercicio del poder poltico, ideolgico y military la

    sociedad sin clases aparecera, de suyocomo por encanto. La situacin actual, con

    planteamientos sumamente ms complejos, requerir la definicin de reflexiones en el terreno

    estratgico y tctico que necesariamente han de superar todo lo realizado en procesos

    revolucionarios anteriores, en lo que es ms importante, su naturaleza INTEGRAL.

  • Bases para una Estrategia

    1. Pensar estratgicamente viene siendo una prerrogativa de las elites que dirigen la sociedad

    a travs del Estado. Lo vienen haciendo, como accin de las clases poderosas desde los inicios

    mismos de la configuracin del Estado moderno, maniobrando ideolgicamente, polticamente

    y cuando hizo falta, mediante la represin del pueblo y la guerra. Cierto que este plan de poder

    no es una mera conspiracin unnime, sino tambin un complejo proceso en que las elites

    ponen en juego determinadas lneas estratgicas, objetivos y planes, a veces opuestos entre s,

    que se ponen en prctica, determinando finalmente que posicin triunfa definitivamente. De

    igual manera, las fuerzas populares guiadas por un programa de transformaciones, debe

    ponerse en marcha tomando aquellas decisiones que, en cada situacin concreta, estima son

    las vlidas para la trasformacin integral de la sociedad.

    2. Es nuestro objetivo, abiertamente declarado, reunir a los sectores sociales, individuales o

    colectivos, ms consciente de la sociedad para desarrollar el plan estratgico alternativo al del

    Estado, definiendo los objetivos que caracterizan nuestra alternativa de sociedad democrtica

    nueva, a travs del anlisis concreto de nuestra realidad, formulando planes concretos de

    accin. En tal sentido, se presentan dos retos a superar, con carcter previo a toda accin

    poltica: 1) definir y favorecer la constitucin del sujeto de calidad con capacidad de

    transformacin revolucionaria, superando apata de los seres nada. 2) Superar las ilusiones

    reformistas, las polticas socialdemcratas no tiene como finalidad luchar contra el Estado,

    sino fortalecerlo.

    3. Debemos adoptar, como cuestin previa, aquellos principios que van a determinar los

    objetivos de la estrategia.

    3.1 La estrategia que planteamos debe sealar los objetivos finales a alcanzar, que

    determinarn necesariamente el modelo de sociedad futura que anhelamos.

    3.2 La estrategia debe determinar, hasta donde ello es posible, aquellas etapas por las que se

    prev ha de transcurrir el proceso revolucionario, y sus caractersticas.

    3.3 La estrategia ha de comprender aquellos objetivos que son esenciales y determinantes, por

    encima de lo contingente.

    3.4 La estrategia, como premisa histrica, ha de ser una superacin completa del utopismo

    proletarista decimonnico. Debe basarse en la observacin ms seria y rigurosa de la realidad,

    3.5 La estrategia ha de tener muy en cuenta las caractersticas de la sociedad/sociedades que

    integran el Estado espaol, su diversidad y multiplicidad, la situacin del elemento consciente,

    la correlacin de fuerzas entre el pueblo y el Estado, las caractersticas socio-econmicas

    actuales y el contexto internacional.

    3.6 La estrategia ha de determinar, para cada etapa histrica, aquellos sectores sociales

    interesados en un proyecto de revolucin integral, a fin de definir polticas de aglutinamiento

    social, de acumulacin de fuerzas.

  • 3.7 Hoy las mejores fuerzas consientes deben unirse para avanzar en la estrategia de

    revolucin integral, marcando objetivos y tareas concretas que permitan avances en este

    proyecto.

    Esbozo de Objetivos Estratgicos

    I. Criterios en el mbito de la conciencia.-

    1. Hay que depurar y actualizar el pensamiento transformador.

    Se han de superar, aunque recogiendo lo positivo, las ideologas del pasado. Lo medular es

    comprender y dar soluciones a los problemas del siglo XXI, lo que significa que en el terreno de

    las ideas est por hacer una gigantesca tarea de innovacin y creacin: tal es la tarea principal

    ahora. Es la realidad, la prctica y la experiencia, no las teoras, lo que cuenta. Hay que

    practicar el escepticismo metodolgico, para zafarse de la verborrea de los profesores-

    funcionarios, contra quienes enarbola la exhortacin de Sexto Emprico, s sensato y aprende

    a dudar. Lo apropiado es constituir un rgimen de autogestin del conocimiento y el saber.

    2. El desarrollo del factor consciente es la tarea nmero uno de nuestro tiempo.

    Sin producir argumentos verdaderos, imprescindibles para el crucial combate de ideas, ya no

    es posible avanzar, es ms, hay un riesgo cierto de liquidacin del pensamiento y las prcticas

    emancipadoras, por agotamiento total de contenidos. Bajo la sociedad de la informacin y el

    conocimiento, que reduce a nada la libertad de conciencia, la tarea central es vencer al

    sistema de dominacin en la pugna de las ideas, lo que equivale a crear las condiciones para su

    derrocamiento revolucionario. El activismo, el obrar sin contenidos ni reflexin ni estrategia, es

    ahora un aflictivo error, pues solamente con la formacin de un sujeto capaz, con actitud

    moral del esfuerzo desinteresado y sentido del deber es posible realizar una revolucin social

    integral. Lo contrario, el activismo socialdemcrata, politicista y monetarista, conduce

    inevitablemente a la aniquilacin de un autntico movimiento popular.

    3. Repudio de las utopas sociales.

    Las utopas sociales, de naturaleza economicista, desarrollista, hedonista y consumista,

    infantilizan al sujeto, lo reblandecen y promueven el ideario del goce. El ideario es el esfuerzo

    desinteresado sin fin por propsitos sublimes, considerando los logros disfrutables como

    cuestiones de segundo orden.

    4. La realidad solo puede ser aprehendida de manera aterica.

    Desde el rechazo de todo axioma y de todo apriorismo, a partir exclusivamente de la

    experiencia reflexionada. Toda teora es, al mismo tiempo, errnea, aleccionante y opresiva,

    de manera que el sujeto, si desea preservar su libertad interior, ha de vaciar su mente de

    verborrea, teorticas y doctrinas para aproximarse limpio, imparcial, sereno y abierto a lo real.

    Toda argumentacin ha de ir precedida de una investigacin y reflexin cuidadosas, de larga

    duracin.

  • 5. La verdad, por tanto, el esfuerzo y la lucha por la verdad posible (concreta y finita), es

    determinante, junto con la libertad.

    Tales son los fundamentos inmateriales de la condicin humana, y los que pisotean con ms

    furia el vigente rgimen de tirana. La verdad es meta anterior y superior a la poltica, por lo

    que debe ser consecuencia de ella, no causa, como exige el politicismo. La necesidad de

    verdad es central en el sistema de necesidades del ser humano, en tanto que humano.

    6. Se debe creer en el sujeto, ms que en las estructuras e instituciones pues, en ltima

    instancia, todo depende de la calidad de la persona.

    La accin transformadora real la realizan los seres humanos reales, como personas y como

    seres sociales, no las caricaturas teorticas creadas por los verbosos de oficio. En definitiva es

    la viveza intelectual, la valenta y fortaleza, la entrega desinteresada, la capacidad para

    convivir, la modestia, la frugalidad, el autodominio, la solidez de la voluntad, el indiferentismo

    ante placeres y dolores, la generosidad, la capacidad para tomar decisiones y arriesgarse, la

    cortesa y la pasin por el bien lo que determinan el maana de la humanidad, pues de esos

    valores emerge, al mismo tiempo, la comprensin de lo real y la decisin consecuente para su

    transformacin. Con ello se recupera y reafirma la esencia concreta humana, hoy en trance de

    liquidacin, lo cual es deseado por las elites gobernantes.

    7. El sujeto se construye, es decir, se auto-construye. Su edificacin desde s es

    imprescindible.

    Hoy todo le convierte en objeto, por lo que la lucha para devolver a aqul su capacidad de ser

    y de obrar, por tanto, de ser agente creador de la historia, es un componente esencial de la

    revolucin por hacer, lo que otorga la razn a Epicteto cuando expone prepara tus facultades

    para honrarte y ornarte con los hechos ms penosos. Si el placer no es un bien se concluye

    que el Estado de bienestar, esto es, de pretendida felicidad y goces otorgados desde arriba, es

    una maldicin que nos priva de la libertad y de la condicin de seres humanos.

    8. No se puede delegar en el Estado lo que es tarea del sujeto.

    Se necesita un sujeto sin tutelas ni andaderas, auto-construido sin la envenenada ayuda

    institucional, pues slo as puede desarrollar al mximo sus capacidades intelectivas,

    convivenciales, volitivas, estticas y morales. Dicha ayuda, al delegar en el Estado lo que es

    tarea del sujeto, por l mismo y unido asociativamente a sus iguales, crea una degeneracin

    gigantesca de aqul, que equivale a su acabamiento espiritual. En efecto, el rgimen de Estado

    de bienestar mata al espritu.

    9. El olvido de s, la disposicin para el esfuerzo y servicio desinteresados, es el punto de

    partida de toda accin tendente a revolucionarizar la actual sociedad.

    Sin transgredir cada da el principio del inters particular no hay ser humano integral y no hay

    revolucin integral. Es urgente recuperar la grandeza perdida por causa de la sordidez y

    mezquindad del culto al ego, el vicio burgus por excelencia.

    10. Se ha de repudiar la infausta fe economicista.

  • sta considera a la persona como un estmago, y que arbitrariamente hace de los factores

    econmicos el fundamento de lo humano. Sin embargo, lo concluyente son los elementos

    inmateriales, la libertad, la verdad, la convivencia, el bien moral, el esfuerzo desinteresado y la

    voluntad de trascendencia. El modelo homo oeconmicus pretendido por el economicismo ha

    llevado de derrota en derrota a los movimientos supuestamente emancipadores del pasado

    inmediato, y ha creado seres que son, que inhumanos ms que humanos, monstruos.

    11. El esfuerzo y servicio desinteresado nos construyen como seres humanos.

    Rechazada la sobrevaloracin de lo poltico, esto es, el politicismo, se ha de concluir que el

    esfuerzo y servicio desinteresados nos construyen como seres humanos, la molicie, el

    egotismo y el placer como subhumanos. Quien corre tras el propio inters se hace un neo-

    siervo mientras que quien vive para lo grande e importante, con magnanimidad y olvido de s,

    se edifica como ser humano. Lo sustantivo, segn expuso Simone Weil, no son los derechos

    sino los deberes, el ser servido sino el servidor, lo que se recibe sino lo que se da. Tal es el

    estado de nimo ptimo para hacer frente a la gran crisis mltiple en desarrollo, que sacude a

    la humanidad, la cual se ir agravando ms y ms en los prximos decenios, y a la que se debe

    dar una salida revolucionaria.

    II. Criterios en el mbito poltico

    1. La concepcin de la historia humana.

    Entendida como un orden mecnico que opera segn criterios deterministas y teleolgicos, es

    inexacta, pues en el quehacer transformador cuenta, sobre todo, la libertad. Las dos

    condiciones ms importantes son la comprensin exacta de la realidad (lo que resulta del

    esfuerzo perpetuo por la verdad) y la elevacin conforme a un plan de calidad y vala del

    sujeto.

    2. La meta es la transformacin integral del orden constituido.

    Esto es, una Revolucin Integral, no los logros parciales, las reivindicaciones provechosas ni las

    soluciones dentro del sistema. ste ha de ser transmutado como totalidad y no meramente

    reformado o mejorado, lo que, adems, es imposible. Se deben denunciar y combatir las

    perversas soluciones socialdemcratas de viejo y nuevo tipo, asentadas en la veneracin

    irracional del ente estatal, tenido por expresin de lo pblico, hoy dominantes.

    3. El estudio y conocimiento objetivo de la historia ha de ser patrimonio de todas y todos,

    pues la historia es, como dijo Cicern, maestra de la vida.

    Hay que vivir nuestro tiempo con perspectiva temporal, considerando el ayer tanto como el

    maana, sin quedar atrapados en un ahora que nos desarticula como sujetos y nos condena

    a ser carne de can de la poltica socialdemcrata, siempre estatfila y por ello mismo

    siempre pro-capitalista.

    4. Es decisiva la recuperacin crtica y actualizada de lo positivo del pensamiento clsico de

    la cultura de Occidente.

  • El tercermundismo en boga debe ser denunciado porque desdea lo occidental en bloque y

    adopta una posicin acrtica, beata y servil, a menudo neo-racista, ante todo lo proveniente de

    otras culturas, sin distinguir en ellas lo positivo de lo mucho negativo, con lo cual se hace

    fuerza activa de la nueva reaccin mundial, considerando la descomposicin, irremediable a

    medio plazo, que padece Occidente, contando adems con que el prximo futuro del

    capitalismo estar en China, India, Sudfrica, los pases islmicos con recursos petrolferos,

    Brasil y otros.

    5. La meta es una sociedad frugal para todos.

    En la que la riqueza, el consumo y la abundancia de goces corporales no puedan daar la

    pasin por la libertad, ni el esfuerzo por la virtud, ni la lucha por la verdad, ni el impulso a amar

    a los iguales, ni la entrega al bien moral, ni el ardor por la revolucin. Adems, la frugalidad

    preserva el medio natural, y la bsqueda de metas inmateriales no contamina. Por tanto, es el

    entusiasmo por la autosuficiencia y la posesin mnima, y no la riqueza, como preconizan los

    gastados credos obreristas, el fundamento de la vida buena y de la sociedad ms deseable,

    como un bien y una virtud, a la vez.

    6. El culto por el Estado es hoy el todo del falso radicalismo y del izquierdismo residual.

    Su causa sociolgica es la hiper-extensin del ente estatal en las sociedades de la modernidad

    ltima, que son, por eso mismo, las ms despticas de la historia. Aqullos han renunciado a la

    lucha por la libertad, dado que slo aspiran a lograr una felicidad estupidizante, pancista y

    barbrica a la sombra de un ente estatal descomunal. Eso hace de ellos las nuevas fuerzas

    reaccionarias, que las instituciones y el capitalismo utilizan para imponer sus intereses

    estratgicos al pueblo.

    7. El actual rgimen constitucional, partitocrtico y parlamentarista es una dictadura, la

    peor y ms opresiva dictadura poltica de la historia.

    Ha de ser derrocado y sustituido por un sistema de gobierno popular con un orden de

    asambleas omnisoberanas en red. Se debe condenar la vigente Constitucin, as como todo el

    orden constitucional existente desde la liberticida, sangrienta, barbrica y ecocida Constitucin

    de 1812. Dado que ambas imponen la propiedad privada capitalista hay que ponerle fin. Sin

    aparato estatal y sin capitalismo significa con libertad, de conciencia, poltica y civil, pero no

    equivale a sociedad utpica, perfecta y de felicidad perpetua, pues los estadios de llegada no

    son lo decisivo.

    8. La participacin de las mujeres.

    Hacindose cargo de tareas de la mayor responsabilidad y dificultad, en la pugna por la verdad

    y en los combates por la libertad, es imprescindible para alcanzar resultados concluyentes. Por

    tanto, hay que contestar al rgimen neo-patriarcal que el feminismo de Estado y el

    izquierdismo han urdido para aherrojar a las fminas. Hombres y mujeres deben estar unidos,

    amarse y respetarse en pie de igualdad, compartiendo las tareas de la transformacin integral

    del orden constituido, sin sexismo de uno u otro tipo.

    9. La Revolucin Integral es necesaria.

  • Pero no para desarrollar la economa y la tecnologa, fomentar el consumo y realizar la

    felicidad general, sino para establecer una sociedad libre, en la que lo humano pueda

    desenvolverse, triunfe el afecto de unos a otros, la propaganda ceda ante la verdad, la

    naturaleza sea restaurada y se viva de manera civilizada. En ella el Estado ha de ser sustituido

    por un orden de autogobierno por asambleas, y el capitalismo por un sistema plural de

    colectivismo, sin salariado ni explotacin, pero ello no ser el fin sino el principio de nuevos

    esfuerzos y nuevas luchas por llevar la condicin humana a metas an ms magnficas.

    10. Los problemas polticos no pueden hacer olvidar los existenciales.

    Los problemas polticos, tan importantes, no pueden hacer olvidar los de naturaleza

    existencial, que no admiten remedio prctico pero estn siempre ah. Son la finitud, la soledad

    ontolgica, el paso del tiempo, la muerte y la nada eterna. Su olvido nos empequeece y

    disminuye, por lo que necesitamos meditar sobre ellos con regularidad, para asumir hasta el

    fin nuestra condicin, evitando el simplismo politicista y la idea mentecata de la felicidad como

    destino humano deseable y posible. Las soluciones politicistas, incluso las que en s mismas

    son correctas y verdaderas, al ser una forma ms de reduccionismo no resultan resolutivas, en

    buena medida porque construyen sujetos de una calidad muy baja incapaces para realizar

    efectivamente la transformacin integral del orden constituido.

    11. El trabajo asalariado, elemento de degradacin global de la persona.

    Es algo vital. Una humanidad libre, autogobernada, moral, autogestionada y asentada en el

    amor de unos a otros (ayuda mutua) necesita de una sociedad sin trabajo asalariado, sin

    burguesa, sin patronal, sin capital.

    El trabajo asalariado mata la inteligencia, destruye la voluntad, lamina la sociabilidad, embota

    la sensibilidad, anula el sentido moral. Nos hace unos brutos sin cerebro ni corazn, meros

    autmatas y monstruos con apariencia humana.

    El salariado destruye la esencia concreta humana porque hace imposible la construccin pre-

    poltica del sujeto. Ah est el gran problema. No hay ningn trabajo asalariado bien pagado,

    como no hay ninguna esclavitud aceptable. La reconstruccin de la humanidad y la

    regeneracin del ser humano demandan imperiosamente poner fin al trabajo asalariado.

    La izquierda se dice anticapitalista pero no anti-trabajo asalariado, pues lo admite con

    mucho gusto cuando est bien pagado, esto es, cuando destruye con ms eficacia la esencia

    concreta humana.

    El verdadero anticapitalismo, sin comillas, es el que lucha contra el trabajo asalariado, no el

    que lucha por salarios ms altos, mejor pagados. Quienes preconizan tal cosa, quienes se

    quedan en la lucha por ms dinero, son los peores burgueses, los ms encanallados

    reaccionarios.

    12. El capitalismo depende en todo del Estado, no hay un anticapitalismo creble pro-Estado.

    El capitalismo NO ES una realidad autnoma y autocreada que opera por s misma segn leyes

    inmanentes, careciendo de importancia la funcin del Estado, este axioma del materialismo

  • mecanicista y del izquierdismo de toda clase, es un fiasco y un engao del principio al fin. La

    realidad muestra que no hay capitalismo sin ente estatal, que no hay mercado sin legislacin

    positiva, que no hay sistema capitalista sin orden poltico-jurdico, cuyo fundamento ltimo es

    la fuerza, esto es el ejrcito y la polica.

    Todo anticapitalismo que no sea antiestatal, y que no actualice su comprensin del

    capitalismo, pasando del doctrinarismo al realismo, es un modo de defender el capital, al

    salvaguardar su fundamento ltimo, el Estado. A ste le respaldan: a) quienes le apoyan, b)

    quienes no lo denuncian y le combaten, c) quienes le ponen la etiqueta apologtico de pblico.

    13. Por una sociedad rural popular. Contra la ciudad y la forma de vida urbana.

    El modo de vida ptimo de existencia humana lo proporciona la pequea poblacin rural,

    donde adems se puede desarrollar de forma ptima la soberana popular por asambleas,

    facilita la convivencia ntima entre todos y poner en comn los bienes de produccin. No son

    las ciudades sostenibles una alternativa real, sino poner fin a las ciudades, convertidas en

    centros de hacinamiento de seres humanos para llevar una vida de esclavos asalariados. La

    ciudad debe ser cuestionada como parte del proceso arduo y complejo de desindustrializar,

    desmaquinizar y desurbanizar la humanidad, proceso sin el cual la humanidad no podr salir

    del estado de barbarie y decrepitud que ahora padecemos.

    14. Sobre la libre determinacin de los pueblos oprimidos.

    La libre determinacin de los pueblos oprimidos por los estados-nacin, o estados-multinacin

    global-imperialistas, no podr alcanzarse de la mano de las instituciones de poder de los

    estados o apadrinados por stos. Ni de hipotticos procesos neutrales estatistas de

    liberacin nacional propugnados por la izquierda o el nacionalismo burgus o pequeo-

    burgus. La libre determinacin de los pueblos oprimidos ser parte del proceso de la

    revolucin integral, o no lo ser. Esta justa reivindicacin forma parte del programa estratgico

    de la revolucin integral y ha de plantearse de forma conjunta e integrada en el conjunto de

    transformaciones revolucionarias a efectuar. No es posible plantearla como cuestin previa,

    ni marginal, al contrario, debe formar parte del conjunto de tareas transformadoras esenciales

    a acometer: parte de la revolucin poltica, pero tambin parte sustancial de la revolucin en

    la conciencia, de la construccin poltica de un sujeto capaz de sostener una sociedad

    convivencial, igualitaria, defensora de los valores propios de una moral de esfuerzo y servicio

    desinteresados orientado hacia el bien comn, con respeto de las culturas, con libertad de

    conciencia, libertad poltica y civil para todos y todas, pero tambin con la eliminacin del

    trabajo asalariado y servil de cualquier forma, con la incorporacin -en condiciones de

    igualdad- de la mujer a las tareas centrales de la sociedad, y sin discriminacin alguna de nadie

    en razn a la raza, sexo o cualquier otra orientacin personal o social que deber quedar en el

    mbito estricto del conjunto de libertades polticas y civiles.