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50 años: Facultad De Derecho y Ciencias Social UNL

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Revista de la Generacion 56-61

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2 Prólogo

Doctor José Luis Prado Maillard

Presentación

Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez

Para mis compañeros de Generación 1956-1961

Licenciado Isaías Rodríguez Arizpe

Recuerdos de medio siglo

Licenciado Hermilo Salazar Suárez

El valor verdad

Licenciada María Graciela Huerta Treviño

Entre la ley, la moral y la ética

Licenciado Adrián Quiroga Rodríguez

Exordio

Licenciado Benito Juárez Valdez

Derecho natural y nación

Licenciado Felipe Olivares Rosales

24 Propuesta de reforma al precepto 685 de la Ley Federal del Trabajo

Licenciado Ernesto G. Ramos

27

33

De criminología y otras cosas

Licenciado J. Lázaro Salinas Guerra

Sociedad organizada vs delincuencia organizada

Licenciado Alfonso García Alanís

42

48

50

Don Alfonso, la Jubilación Dinámica y la política

del ISSSTELEÓN

Licenciado Herberto Javier Núñez Espinosa

Los derechos derivados de la antigüedad

Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez

Breves comentarios sobre la función notarial

Licenciado Mario González Mendoza

La Biblioteca de Alejandría

Licenciado Juan Roberto Zavala

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CONTENIDO

Portada

UNLFacultad de Derecho y Ciencias Sociales

Generación 56-61

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL2

Existen muchas formas para celebrar algún aconte-

cimiento significativo en nuestras vidas. La Gene-

ración 56-61, egresada de nuestra facultad, selec-

cionó, junto con otros actos, un evento académico a través

de la publicación de esta revista, en donde algunos de los

integrantes de este cincuentenario grupo de egresados ex-

ponen temas jurídicos y sociales.

La Facultad de Derecho de la que ustedes egresaron, en

aquel tiempo, 1961, se denominaba Facultad de Derecho y

Ciencias Sociales, pues formaba profesionistas del derecho

y de otras actividades conexas. De ellas se desprendieron

las licenciaturas de Comunicación Social y Ciencias Políti-

cas.

Más tarde, nuestra escuela pasó a ser “Facultad de

Derecho y Criminología”, y continuó con su tarea de for-

mación de profesionistas del derecho, y ahora de criminó-

logos. Una y muchas veces, se han revisado los programas

de estudios, para mantenerlos actualizados y ajustarlos a

los nuevos momentos que vivimos y a los cambios que ha

sufrido la sociedad.

A partir del año 1980, nuestra facultad amplió sus

metas en su tarea educativa y creó estudios superiores:

maestrías de diferentes especialidades. Su propósito es

ofrecer estudios superiores que proporcionen a los profe-

sionistas del derecho un nivel profundo de conocimientos

y especialización en las diversas ramas que comprende,

cumpliendo así nuestra escuela con el compromiso de

proporcionar a la comunidad y al nuevo mercado de tra-

bajo, profesionistas más capaces, actualizados y expertos,

que colaboren en el desarrollo de nuestra entidad.

En estos últimos años, con el mismo deseo de ser una

institución educativa de las mejores del país, con apoyo

de nuestra Universidad Autónoma de Nuevo León, he-

mos integrado a los estudios superiores el Doctorado en

Derecho, expresión académica que otorga a los estudiosos

la excelencia en estudios profesionales.

La Facultad de Derecho y Criminología se siente or-

gullosa de haber formado a los integrantes de esta ge-

neración, los que se han distinguido en actividades del

servicio público, académicas, de asesoría, impartición de

justicia y, en fin, como agentes promotores del derecho,

en busca siempre del bien común en nuestro Estado.

Los felicito por estos 50 intensos años que han vivido

como profesionistas, y les recuerdo que esta institución es

su casa, y siempre los recibirá con regocijo y cariño.

Doctor José Luis Prado Maillard

Prologo

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 3

Ayer esperábamos, ansiosos, la llegada de la fecha de

terminación de nuestros estudios; hoy celebramos

una fecha que ya se llegó: cumplir 50 años de ejerci-

cio profesional. A la meta de ayer, llegamos y a la meta de

hoy, también, gracias a la vida, gracias a Dios.

Como parte de los festejos para conmemorar estos 50

años de abogacía, con el respaldo del actual director de

nuestra escuela, doctor José Luís Prado Maillard, editamos

esta revista. En ella, un grupo de compañeros integrantes

de nuestra Generación 56-61, de egresados de la Facultad

de Derecho y Ciencias Sociales, exponemos temas jurídi-

cos, de cultura, de circunstancias y valores o de remem-

branzas. Cada uno de los que aquí escribimos es respons-

able, con base en su experiencia, madurez, conocimientos

y convicciones, de lo que aquí se expone. Nuestro agradec-

imiento, a nombre de todos los integrantes de la gener-

ación, por las colaboraciones aportadas.

¡Cómo ha cambiado nuestro país en estos últimos 50

años! Ha cambiado el mundo del derecho; nos sorprende

también el cambio generacional y los valores de la socie-

dad de la que formamos parte; ha cambiado el entorno de

la institución social más tradicional: la familia; hay innova-

ciones en los convencionalismos sociales, en los usos y en

las costumbres; sin embargo, la preparación que en su mo-

mento nos otorgó nuestra escuela y la que hemos acumu-

lado en este último medio siglo, nos han permitido vivir,

desarrollarnos, formar nuestra familia y, en fin, ajustar-

Presentaciónnos, sin perder la dignidad y la fe, a estos cambios.

A los compañeros que se han ido, nuestro recuerdo

siempre fresco y afectivo; a quienes aún disfrutamos de la

vida, nuestra felicitación por este medio siglo de ejercicio

profesional, y nuestro deseo de que este puñado de pro-

fesionistas, orgullosamente miembros de la Generación

56-61, se conserve unida y siga disfrutando de la vida por

muchos años más. ¡Ánimo, raza!

A nuestros maestros: ¡gracias! Siempre estaremos

agradecidos por sus enseñanzas y orientaciones, y hoy

renovamos el compromiso de no defraudarlos y de seguir

utilizando el derecho como instrumento de justicia y de

respeto para alcanzar el bien común, el equilibrio social, y

lograr un mejor mundo para nuestros hijos y para nuestro

querido México.

La Generación 56-61, egresados de la Facultad de

Derecho y Ciencias Sociales, hoy convertida en Facultad

de Derecho y Criminología, de la Universidad Autónoma

de Nuevo León, felicita a esta Institución educativa por los

progresos académicos que ha alcanzado y por seguir for-

mando profesionistas cada vez mejores. Nuestro respeto,

respaldo y admiración al doctor José Luís Prado Maillard,

por acompañarnos y respaldarnos en la celebración de

nuestros primeros 50 años de vida profesional. Un com-

promiso: si en algo podemos servir a nuestra escuela, es-

tamos a sus órdenes: lo haremos con gusto, con alegría y

con agradecimiento.

Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez

Hola, jóvenes.

Así que estamos festejando el medio siglo de nuestra gradua-

ción. Maravilloso, ¿no es cierto? Estoy seguro de que muchos de

nosotros hemos dedicado algunos momentos a recordar cómo

comenzó esta historia. Me gustaría unirme a esos recuerdos y

compartir los míos. ¿Me acompañan?

El ingreso a la Universidad de Nuevo León, en Preparatoria, era

para mí un sueño. Provenientes de una, en aquel entonces (1951),

pequeña población de Tamaulipas, mis padres se trasladaron a

Monterrey en busca de la realización de su visión,

parte de la cual era conseguir que sus

hijos se educaran. Ya mi her-

mano mayor había iniciado

la migración unos años

antes y estaba

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL4

Para mis compañeros

de la Generación

1956-1961 Licenciado Isaías Rodríguez Arizpe

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 5

luchando cada día con la realidad de ser un alumno más de

la Facultad de Medicina en la Universidad de Nuevo León.

Los hijos mayores que le seguíamos habíamos comen-

zado a planear cuándo y cómo sería el momento en que

tendríamos que alejarnos de nuestra familia. No tuvimos

que hacerlo porque emigramos todos juntos. Ahora, cuan-

do recuerdo a algunos de ustedes que habían llegado de

diversos pueblos de Nuevo León y Tamaulipas, dejando

sus terruños y sus familias a tan temprana edad, com-

prendo mejor por lo que pasaron. Estoy seguro que esa

experiencia ayudó, en parte, a que se fueran convirtiendo

en hombres de responsabilidad.

En aquellos tiempos no había exámenes de admisión en

la Universidad. Lo más temible eran las novatadas a las

que éramos sujetos los recién llegados a manos de los

alumnos de grados superiores. La trasquilada al grito de

“¡pelo!, ¡pelo!”, me aterrorizaba; a veces la podíamos librar

mediante el pago de la cuota, o a través de la protección de

algún alumno del grado superior. Afortunadamente todas

esas experiencias pasaron rápido y muy pronto estábamos

ya instalados en el local de la Preparatoria No. 2, en Juárez

y Cinco de Mayo, frente a la plaza del Colegio Civil.

El local no era la gran cosa pero en aquellos cuartos,

que difícilmente podríamos llamarles ‘aulas’, escuchamos

al profesor David Martell disertar acerca de la Historia

Universal, (no sé por qué llegó a mi memoria justo ese

nombre en este momento, al profesor de francés, lu-

chando por enseñarnos la pronunciación nasal de aquel

idioma, o al maestro de latín, el profesor Jasso (¿así se apellidaba?) tratando de

que aprendiéramos las declinaciones de los sustantivos. Algunos compañeros no

pasaron esa aduana y vieron truncadas sus carreras. Hoy que pienso en ello, ha-

biendo cursado todas las materias del currículum de la Facultad de Leyes, no me

parece del todo justo que por haber reprobado latín hayan terminado en otras

actividades, habiendo querido ser abogados. Pero nosotros bien sabemos lo elu-

siva que es la justicia.

También recuerdo las tardes de café en el “Acapulco”, con aquella fabulosa

radiola que tenía más de cien canciones que podía reproducir, a veinte centavos la

pieza o seis por un peso. Los ‘viernes sociales’ con las obligatorias visitas al Cine

Rodríguez, en donde por cincuenta centavos (en gayola) veíamos tres superpro-

ducciones de Hollywood. ¡Qué tiempos aquellos!

LOS INICIOS

El tiempo voló, literalmente, y un buen grupo de nosotros pudo traspasar los

umbrales de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, en la vieja casona de

Abasolo y Diego, claustro venerado en cuyos rincones aprendimos, de aquellos

augustos maestros, el ABC del Derecho. Algunos de los catedráticos eran recono-

cidos litigantes; otros, respetables funcionarios del Poder Judicial, todos ellos

comprometidos con su, y nuestra, querida facultad, felices de aportar a nuestra

preparación, a nuestro desarrollo. ¡Aún me emociono al recordar sus cátedras!

Tengo muchos recuerdos de las clases en ese local. Como aquel cuando, que-

riendo impresionar al maestro, que había preguntado cómo debería proceder el

agente del Ministerio Público en un caso de homicidio, el alumno le respondiera

que “lo primero que había que hacer era asegurarse de que el cadáver ya estuviera

muerto”. Recuerdo las tardes en las que, al contar con algo de tiempo libre nos

dirigíamos en grupo al Café Flores, en donde por menos de un peso podíamos

tomar una taza de café y una dona.

A veces, el peso algunos lo reuníamos a base de pequeños préstamos de veinte

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL6

centavos con un compañero, o de un tostón con otro, présta-

mos que sabíamos serían incobrables. Me acuerdo mucho de

aquel compañero que, cuando alguien le pedía un peso presta-

do, decía que sólo traía un billete de a cien pesos. ¡Qué manera

tan sutil de evadir las solicitudes de préstamos!

Yo necesitaba trabajar en algo, ganar algo de dinero

para mis pasajes. Recuerdo que en los tiempos de la pre-

paratoria, a veces por ahorrarnos el pasaje, las más de las

veces por disfrutar de la compañía, Heberto Nuñez, Her-

milo Salazar y yo solíamos caminar de regreso a casa; He-

berto nos acompañaba un buen trecho y Hermilo y yo le

seguíamos hasta la colonia Nuevo Repueblo (donde vivía

Hermilo) y yo todavía caminaba hasta la Roma, donde

vivía. A fin de ayudar para cubrir mis gastos personales

alguien me sugirió que buscara trabajo en el periódico

. Cuando fui a pedir trabajo me lo dieron de

“corrector de pruebas”, donde trabajaba yo de las diez de

la noche a las tres de la mañana. Mi padre iba a recogerme

a esas horas de la madrugada para que yo pudiera dormir

un par de horas antes de tener que irme a clase de siete

de la mañana. Lorenzo de Anda y Heberto Nuñez también

trabajaban ahí.

A CIUDAD UNIVERSITARIA

Al entrar al tercer año se iniciaron las operaciones de la Facul-

tad de Derecho y Ciencias Sociales en la Ciudad Universitaria.

Aquello fue todo un cambio de vida. Los que nos transpor-

tábamos en camión, teníamos que caminar desde donde nos

dejaba el ruta San Nicolás hasta las puertas de la facultad, a

veces en medio de lodazales porque, habiendo sido la nues-

tra la primera escuela que se cambió allá, todavía no estaban

terminados los jardines que ahora existen. Cuando ya dom-

inábamos un poco mejor “el sistema”, algunos tomábamos

un autobús que nos dejaba en Colón y Avenida Universidad,

y ahí no faltaba el compañero que nos “levantaba” y nos

llevaba hasta la misma Facultad. No pocos ya teníamos el

“ride contratado” de antemano con quien tenía automóvil.

Para las 6:15 de la mañana ya estábamos rodeando el auto

del compañero, para asegurar nuestro lugar en el vehículo.

Son tantos los recuerdos que tomaría todo un volumen

narrar las experiencias y las aventuras vividas en los tres

años finales de nuestros estudios. Yo guardo un recuerdo

muy vívido en mi memoria. Fue en la clase de Derecho

Civil III, Contratos, con el licenciado Enrique Garza Plaza

(extraño que estos nombres surjan en mi mente al revi-

vir el momento). Ya no recuerdo por qué, caprichosos

que éramos, pero simplemente decidimos que queríamos

a otro maestro como titular de la materia, y como la Di-

rección no se plegara a nuestra solicitud y no nos hiciera

caso, nos lanzamos a huelga. Absurdo, pero así son los

estudiantes, o así éramos nosotros. Mi solidaridad con el

grupo me costó el año. Me pasé el cuarto año corriendo

de la clase de Contratos (en donde el maestro me permitía

decir: “¡Presente!”, y salirme del salón, consciente de que

yo ya había cursado la materia), a la de Derecho Agrario,

donde el licenciado Albino, comprensivo a más no pod-

er, me permitía llegar un poco tarde, sin contarme falta

o retraso. Gracias a estos apoyos, logré avanzar a quinto

año con mi grupo. ¿Saben una cosa? Muchos de nosotros

hemos sido maestros en alguna parte a lo largo de estos

cincuenta años, y habríamos actuado exactamente igual

que lo hizo la administración de nuestra escuela en aquel

entonces; bien por el licenciado Federico Páez Flores.

Al menos yo aprendí una gran lección: el orden y el ejer-

cicio de la autoridad deben ser siempre una prioridad en

las instituciones.

mi sentido de solidaridad me requirió pagar el precio), me fui a trabajar

al despacho del licenciado Héctor Zapata. Muy pronto se dio cuenta él

mismo de que yo no era la persona que él necesitaba en su despacho y me

sugirió buscar una oportunidad en el despacho del licenciado Armando

García Gámez, quien me brindó la oportunidad de la vida. Ahí aprendí lec-

ciones que jamás habría aprendido en las aulas. Y seguí en la brega.

Todo esto sucedió durante los años 61 al 63, y antes de que se asus-

ten con la perspectiva de que mi narración cubra los siguientes cincuenta

años, permítanme dar un giro a mis pensamientos e invitarlos a reflexio-

nar un poco sobre nuestra vida.

CINCUENTA AÑOS DESPUÉS

Todos, al comenzar nuestros estudios, teníamos una imagen mental de

lo que queríamos lograr. Esa imagen, quizás algo modificada, seguía mo-

tivándonos al salir de la facultad. Unos queríamos ser litigantes desta-

cados, otros pensábamos en ser funcionarios de carrera, seguramente

algunos pensaban en la cátedra y otros en el periodismo o algo diferente;

algunos, quizás, aun no sabían a ciencia cierta qué querían alcanzar en

su vida profesional.

Pero ahí estábamos todos, todavía llenos de sueños. Algunos proba-

blemente realizaron sus expectativas a plenitud, hayan sido las que hayan

sido. Otros se vieron frustrados en la búsqueda de sus propósitos, cual-

quiera que haya sido la causa. Otros, como yo, cambiamos totalmente de

rumbo. Hoy, a cincuenta años de aquellos felices días de nuestro adiós

a las aulas, tenemos que hacer un alto en nuestro camino y hacer un in-

ventario de nuestra vida, porque el tiempo de rendir cuentas ya no está

muy lejano.

Y la rendición de cuentas trascenderá a nuestros años de estudio, y aún

de trabajo. Tenemos en mucha honra el ser miembros de la Generación

56-61 de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de

Nuevo León pero eso no lo es todo. Somos mucho más que abogados. So-

mos seres humanos, somos personas, y la vida es mucho más que trabajo,

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 7

FUGAZ CARRERA REPORTERIL

Después de un tiempo de trabajar como “corrector de

pruebas” en , me movieron a la Redacción, donde en parte

seguía corrigiendo y editando las notas de los reporteros.

Un poco más tarde me ascendieron a “reportero”, y aunque

me dieron la fuente del Gobierno del Estado, no le sacaba

una “nota” a nadie. Supongo que no supe establecer los

contactos, realizar los “intercambios” o establecer una es-

trategia eficaz para obtener la información; el hecho es que

llegaba a la Redacción del periódico con las manos vacías.

Obviamente, ni los jefes ni yo estábamos contentos con esa

situación. Ahí terminó mi carrera de periodista.

Alguien me sugirió que me fuera de “meritorio” a un Juzga-

do. Me decidí por los juzgados del Ramo Penal, y encontré

un huequito en el Juzgado Primero, con el licenciado José

Antonio Hernández Martínez. El famoso “Munguía”, quien

había sido escribiente titular por años en ese juzgado, y

quien conocía más Derecho Penal que muchos abogados,

sin haber él pisado las aulas de la Facultad, me tomó como

su asistente. Un par de meses después surgió una vacante

y fui nombrado escribiente titular, habiendo sido dado de

alta en la nómina oficial y todo lo demás.

¡Qué fantástico entrenamiento el de un escribiente! Ve

una multitud de casos y tiene la oportunidad de identifi-

carse con las necesidades de las personas. Recuerdo una

viejecita a quien ayudé a sacar a su hijo libre bajo fianza,

una fianza de 300 pesos que le requirió sacrificios heroicos

para reunir, y que me llevó, unos días después, una tina con

tunas (era lo que vendía para ganarse la vida), como mues-

tra de gratitud por mi intervención. Supongo que yo habría

sido un buen abogado defensor, pero de seguro habría

tenido que sacar dinero de mi bolsa para cubrir las fianzas

de mis defendidos. Al dejar mi puesto como escribiente

en el Juzgado Primero de Letras del Ramo Penal (otra vez

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL8

diplomas, casos ganados, dinero acumulado y cosas por el estilo. Por eso es que

me atrevo a plantearme, y a plantearte, esta pregunta: Viendo como un todo es-

tos últimos cincuenta años ¿estamos satisfechos con lo que hemos logrado? Al

mirar nuestra vida total en retrospectiva, ¿podemos dar gracias a Dios por lo que

hemos alcanzado? ¿Estamos felices? ¿Nos sentimos realizados?

Sé que algunos dirán que somos seres insatisfechos por naturaleza, y que

nunca debemos sentirnos contentos con lo alcanzado hasta el momento; que

siempre habrá mucho más que lograr. Otros dirán que somos lo que somos

porque del destino nadie escapa (por más que nuestro maestro de filosofía en

preparatoria citaba la famosa frase que decía que “el hombre es el arquitecto de

su propio destino”. Algunos trataríamos de segmentar nuestra vida y decir que

profesionalmente nos ha ido bien pero que en lo personal no; otros quizás dirían

lo opuesto. De seguro habrá quienes digan “No tengo ninguna reclamación”.

Tú, ¿qué responderías a la pregunta? Yo quiero invitarte a que pienses en lo

que viene a corto o largo plazo. Ya no muchos de nuestra generación estamos

profesionalmente activos. Todos te-nemos tiempo para pensar, “Y de aquí, ¿qué

sigue? Y después de la muerte, ¿qué sigue?”. Un escritor bíblico dice que la vida

es “como un vapor que aparece, y de pronto se va”. Algunos de nuestros queri-

dos compañeros ya no están con nosotros. Se nos adelantaron en el viaje para

el cual todos tenemos ya reservado nuestro boleto, sólo que aun no sabemos

cuándo partiremos. Hace unos días escuchaba en la radio la noticia acerca de la

muerte de un hombre de ese medio; su amigo, otro conocido hombre de la radio,

al rendir homenaje a su amigo que había partido, citó a un gran pensador quien

dijo, “Todos somos inmortales, pero tenemos que morir para averiguarlo.” Mu-

chos de nuestros compañeros ya lo averiguaron. Otros esperan para hacerlo.

Cuando me invitaron a escribir un artículo para esta revista, me sorprendí y

respondí, “¿Pero yo qué te puedo decir acerca de las leyes? Me retiré de la prác-

tica de la profesión hace 48 años.” Quien me invitó me dijo, “Escribe de lo que

quieras.” Le ofrecí escribir algunos párrafos ofreciendo

una perspectiva de la vida y una invitación a ver la vida

como algo que trasciende al aquí y al ahora. Me dijo, “¡A-

delante!”.

Yo dejé la práctica profesional dos años después de

haber salido de las aulas, y me enfoqué en el estudio, in-

terpretación y aplicación de las leyes eternas. Ahí encontré

mi verdadera vocación, señalando a los hombres el camino

hacia Dios. Esta vida ha sido un regalo muy significativo

para todos nosotros. El paso por las aulas de nuestra Fa-

cultad, como han podido ver, dejó en mi mente recuerdos

imborrables. Sé que así ha sido con todos nosotros. Haber

conocido a cada uno de mis compañeros de generación, y

de otras generaciones, ha sido un privilegio que tengo en

gran estima.

Cuando, en el verano de 1963 anuncié a mi jefe, el licen-

ciado García Gámez, que dejaba el trabajo porque iba a

hacer estudios en un Seminario Teológico percibí, tanto

en su mirada como en sus palabras, un profundo respeto

cuando me dijo, “El hombre tiene que ser lo que tiene que

ser”. Yo tenía que ser un hombre de leyes, de las leyes

divinas.

Ha sido un placer escribir estas cuartillas. He pensado mu-

cho en lo que habría de decir. Hay mucho más que quisiera

decir acerca de la gran satisfacción de ser lo que se debe

ser, y estar en donde se debe estar. Espero con ansia verlos

cara a cara, y saludarlos una vez más. Mientras tanto, me

reitero su entrañable amigo.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 9

La generación 56-61 de abogados de la UANL celebra ju-

bilosamente, en este 2011, 50 años de haber egresado de

la Facultad de Derecho de la Universidad. De los cinco

años de la carrera, los dos primeros los cursamos en la antigua

Facultad de Leyes, ubicada en las calles de Abasolo y Diego de

Montemayor, en un edificio actualmente remozado, en el que

se celebran eventos universitarios. A partir del tercer año de la

carrera, ocupamos el recién construido y primer edificio de la

Ciudad Universitaria, el cual se destinó a la Facultad de Leyes.

En su libro Ciudad Universitaria. Crónicas de su Fundación,

el ingeniero José Guadalupe Lozano Alanís hace referencia a

los trabajos topográficos llevados a cabo para la ubicación del

edificio de Leyes, y expresa lo siguiente: “Al parecer algo de

provecho dejó la visita del Presidente (se refiere a don Adolfo

Ruiz Cortines), pues de inmediato se aceleraron los preparati-

vos para construir el primer edificio: La Facultad de Leyes. Yo

recibí un plano de la poligonal del predio universitario con la

ubicación y localización de dicho edificio. Mi trabajo consistió

en hacer la localización en el terreno, así como la ubicación

astronómica correspondiente de tal manera que la fachada que-

dara dirigida hacia el oriente”.

CAMBIO A CIUDAD UNIVERSITARIA

sí pues, en el año escolar 1958-59, el alumnado de Leyes se

trasladó a la Ciudad Universitaria. De los corredores de la

planta alta del edificio, divisábamos los trabajos de construc-

ción de la Torre de Rectoría. Los diferentes grupos que inte-

gramos la generación se identificaban por las primeras letras

del alfabeto: A, B, C y D. Quien escribe esta remembranza

perteneció al grupo B; pero, no obstante la existencia de los

diferentes grupos, prevalecía la unión, el espíritu solidario y

el compañerismo que hasta nuestros días perdura.

La generación 56-61 de Leyes la conformábamos alre-

dedor de 200 estudiantes, procedentes en su mayoría de la

antigua Escuela de Bachilleres de la UNL; otros compañeros

procedían del Instituto Franco Mexicano, y otros, que eran

minoría, de escuelas preparatorias de estados vecinos. Al té-

rmino de nuestra carrera, había compañeros normalistas que

ya habían concluido sus estudios profesionales de la carrera

magisterial.

Hoy, los espacios físicos de la Ciudad Universitaria pre-

sentan un tráfico automovilístico muy intenso. En la época

de la iniciación de la Ciudad Universitaria, el tráfico era

bastante moderado. Los espacios destinados a jardines en su

inicio eran tierras semiáridas, con vegetación precaria.

Recuerdos de medio sigloLicenciado Hermilo Salazar Suárez

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL10

Andando el tiempo estos pobres terrenos, gracias a los

trabajos de jardinería, se convirtieron en espacios arbola-

dos, y hoy lucen opulentos y bien cultivados jardines.

UNA CIUDAD APACIBLE

Evocamos la fisonomía de la ciudad de Monterrey. Por

esos ya remotos años, era una ciudad apacible, con estilo

todavía penetrado por valores de antaño: decoro, romanti-

cismo, laboriosidad, que le imprimían un carácter muy es-

pecial de ciudad noble de gente generosa, cualidades estas

reconocidas por propios y extraños.

Actualmente, las cosas son muy distintas; por desgra-

cia hemos perdido la paz, tan necesaria para sosegar el

espíritu. Hoy, el crimen pasea arrogante por las calles de

la ciudad. Pero ¿Será así siempre?

Sin embargo, no todo está per-

dido, y tampoco procede la lamen-

tación de que todo tiempo pasado

fue mejor. Hay, es cierto, graves

conflictos sociales, pero con una

acción concertada podemos en-

frentar la situación que hoy impera

y superarla.

Volvamos a mirar el medio si-

glo que cumple este año la gene-

ración de Leyes 1956-61. Los

compañeros, hombres y mujeres,

enderezamos nuestros pasos por

sendas distintas, como corre-

sponde al destino variado que nos

ha tocado vivir. Algunos compañe-

ros, desde estudiantes aprendían

al lado de los maestros la función

clásica del abogado: litigar; otros

se vincularon a quehaceres magis-

teriales, políticos y de la adminis-

tración pública; unos más se espe-

cializaron en algunas de las ramas

del derecho, principalmente del

derecho laboral; hubo otros compañeros que, desde estu-

diantes, realizaron trabajos periodísticos. Y así, de diversa

manera, ocuparon lugares destacados en el foro y en las

actividades de carácter social.

Es difícil, sin caer en injustas omisiones, mencionar a

todos los compañeros que destacaron en alguna actividad,

sea propiamente jurídica o de índole cultural o política.

Sin embargo, fueron muchos los compañeros de esta nues-

tra generación que, gracias a su inteligencia y tenacidad,

lograron sitios prominentes en sus tareas profesionales.

CEREMONIA DE GRADUACIÓN

Los miembros de la generación 56-61 de abogados ten-

emos grata memoria de la ceremonia de graduación

de pasantes de esta carrera, llevada a cabo en el Aula

Magna “Fray Servando Teresa de Mier”, y que apadri-

nara el intelectual y político, por ese año del 61 senador

de la república, licenciado Manuel Moreno Sánchez. A este evento escolar asis-

tieron, entre otras personalidades, el ciudadano gobernador, licenciado Eduar-

do Livas Villarreal; el entonces director de la Facultad de Leyes, doctor Arturo

Salinas Martínez. Asistieron asimismo, con ánimo entusiasta, padres de familia y

demás familiares de los graduandos. Por parte de los miembros de la generación

pronunció un emotivo discurso el joven Bernardo Flores Flores, presidente de la

generación.

EN BUSCA DEL PADRINO

Para hacerle la invitación de apadrinamiento al senador Moreno Sánchez, se

trasladó una comisión de estudiantes del quinto año de Leyes a la ciudad de

México, y a través de una hermana del compañero y amigo Salvador Ardines

Revilla, se logró la concertación de una entrevista con el periodista y po-

eta don Renato Leduc, el que a su vez logró extenderle la invitación al maes-

tro Moreno Sánchez para que aceptara ser padrino de nuestra generación, cometi-

do que se logró satisfactoriamente. Todos los integrantes de nuestra generación

guardamos una inmensa gratitud a nuestra Alma Máter, pues gracias a la pre-

paración recibida en las aulas tuvimos la oportunidad de lograr en la mayoría

de los casos un lugar decoroso en los espacios laborales; todos y cada uno de

nosotros, apoyados por nuestras familias, pudimos llegar a la meta anhelada de

obtener un título profesional. Muchas cosas han pasado desde aquel día de fines

de abril en que terminaron las clases. Los recuerdos de esos tiempos que hoy por

hoy se ven lejanos, son muchos y muy gratos. El recuerdo de los maestros que nos

impartieron cátedra está impregnado de la más sincera gratitud.

El tener una profesión, cualquiera que ésta sea, es muy bueno, porque lo lleva

a uno a estar integrado a una generación preparada para el futuro. Entre más se

cultive el ser humano, mejor será la sociedad en que vivimos. Siempre hay que

aprender experiencias para conocer mejor a nuestros semejantes. Finalmente,

quiero mencionar que entre los compañeros destaca uno que se ha convertido

en un líder auténtico de nuestra generación, ya que gracias a él nos hemos man-

tenido unidos para convivir y seguir adelante en nuestra trayectoria profesional y

de vida. Nos referimos a nuestro compañero y amigo Héctor S. Maldonado Pérez.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 11

El hombre, en sus diferentes épocas y circunstancias,

ha luchado por la libertad y la seguridad, valores por

los que muchas personas han ofrendado su vida. Este

tema adquiere cada vez más importancia, en la medida en

que se manifiestan los antivalores, los cuales pueden es-

tar presentes en todo el quehacer del hombre: en su vida

personal, tanto en sus relaciones familiares, cuando comete

adulterio, abandona a su familia, en la conducta violenta,

etcétera, así como en su desempeño profesional o de su

oficio, no importa si es médico, artesano, abogado, comer-

ciante, etcétera.

Esto es, por ejemplo, cuando falta a la ética propia de

su ocupación, violando el secreto profesional, alterando

los precios, conduciéndose con mentiras, entre otras co-

sas. Así pues, la deshonestidad se filtra en todas estas

áreas; y, aún más, estas conductas personales influyen en

la sociedad y la determinan.

En tal virtud, y tratándose del ejercicio profesional, es

de suma importancia la aplicación de las normas deon-

tológicas. En el caso del jurista, yo diría que éste debe

tener vocación por la justicia, esa constante y perpetua

voluntad de darle a cada uno lo que es suyo, la cual se

construye sobre la base de la verdad; porque el Derecho no puede ser

instrumento para tropelías, para injusticias, para contrariar su fin na-

tural. Por las razones señaladas, es de mucha trascendencia fomentar y

poner en práctica las normas deontológicas o del deber ser.

CÓDIGO DE CONDUCTA

Así pues, quien se refiere a la deontología jurídica, está haciendo

alusión al código de conducta bajo el cual tiene el deber de actuar di-

cho profesional, quien -es menester decirlo- se nutre de dos vertientes:

el derecho y la moral.

De ahí que destacamos el valor verdad en el ejercicio de la pro-

fesión de abogado, de lo cual tiene conciencia, con independencia de

que lo lleve a la práctica o no; por ejemplo, cuando ofrece una prueba

testimonial, y de manera particular prepara a los testigos, pues él mis-

mo elabora el interrogatorio.

En este caso se pueden dar dos clases de situaciones: una, que va

dirigida a que, en su declaración, los testigos sean enfáticos y precisos,

lo cual no es indebido, siempre y cuando los hechos estén apegados a

la realidad; y otra, cuando se narran hechos falsos, y entonces tiene que

aleccionar a los testigos para que declaren de acuerdo a esos hechos,

presentando personas que por algún interés se prestan para ello.

A fin de evitar esta conducta, las declaraciones se for-

El valor verdadLicenciada María Graciela Huerta Treviño

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL12

mulan bajo protesta de decir verdad, y bajo la adverten-

cia sobre el delito en que incurren las personas que de-

claran hechos falsos ante la autoridad judicial. En relación

con esto, ya desde tiempos de los aztecas, los testigos se

veían obligados a decir verdad, de acuerdo a la siguiente

cita: “Los testigos, según el tratadista, se veían obligados

a decir verdad, en primer lugar, por temor a la Tierra, por

el juramento que debían hacer al poner un dedo en ella,

y luego tocarse la lengua, porque la diosa Tierra, que en sí

nos sustenta y de sí nos mantiene, de decir verdad; y, en

segundo, por el miedo que les infundían los jueces, que

eran muy hábiles y sagaces en inquirirla” .1

CONDUCIRSE CON VERDAD,

IMPERATIVO EN EL ABOGADO

¿Por qué traemos estos conceptos en relación con el valor

verdad? Es un imperativo que el abogado, en el ejercicio

de su profesión, se conduzca con verdad en cada inter-

vención que tenga en los procedimientos en que participa.

Esto podría parecer utópico; sin embargo, si él, en su fuero

interno lo decide así, lo puede hacer; si bien es un deber

hacerlo, tiene que influir su voluntad para llevarlo a cabo.

Así, encontramos que, cuando se dirige al juez, debe

conducirse con verdad, presentando los hechos que consti-

tuyen su acción de manera verídica.

La ley adjetiva abunda en menciones del valor verdad,

el que se desestima cuando se consulta, porque lo que

le interesa en primer término al litigante es conocer en

detalle el procedimiento que debe seguir, el recurso que

ha de interponer, también vigilante en que los términos no le

precluyan, etcétera.

Pero la legislación procesal civil, a la que me estaré refirien-

do, no sólo nos dice qué trámite seguir para impulsar el proce-

dimiento, sino que también nos habla de una característica de

suma importancia, que debe tenerse en cuenta en cada actua-

ción a su cargo, particularmente cuando ofrece los elementos

de prueba e interviene en su desahogo. Este hilo conductor, que

debe estar presente en todo el procedimiento, y debe permear-

lo, es el valor verdad, el que los abogados, las partes, los testi-

gos, el juez, los peritos y todo interviniente deben procurar.

EL JUEZ

Por lo que hace al juez, éste inquiere sobre la verdad de los

hechos, porque él requiere por sí mismo conocerla, y no aceptar

a ciegas la “verdad” de una de las partes, que, por la habilidad

de su abogado y el desinterés o ineptitud del abogado de la

parte contraria, logra demostrar. En este caso, el juez sólo san-

ciona o dicta el derecho de acuerdo a lo facilitado por una de

las partes. Sin embargo, queda en su conciencia que la otra

parte no fue debidamente atendida por su abogado.

Dadas estas circunstancias, el juez puede hacer uso

de las facultades ordenatorias que la ley le permite, de-

cretando la práctica de cualquier diligencia, así como la

aportación, o ampliación de pruebas que estime necesarias

y conducentes para la consecución de la verdad y la jus-

ticia, valores que deben constituir el interés fundamental

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y común de las partes y de la autoridad judicial, como

lo establece el artículo 49 del Código de Procedimientos

Civiles.

Esto debe ser, obviamente, no con la intención de fa-

vorecer a una de las partes, sino para allegarse más elemen-

tos que le permitan conocer la verdad real sobre la verdad

formal, puesto que conocer la verdad de los hechos es

uno de los fines fundamentales con arreglo a los cuales

el proceso civil debe ser instrumentalmente orientado. En

esa investigación o descubrimiento de la verdad radica el

principio lógico del proceso.

Estas cuestiones no derivan de la teoría, sino son ex-

periencias recogidas durante la función que Dios me ha

permitido desempeñar.

BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD

El código que comento hace muchas menciones respecto

a la verdad y, sin ser exhaustiva, podemos mencionar las

siguientes: El artículo 180 Bis- IV, al referirse al trámite de

la separación de cónyuges, no requiere de formalidad es-

pecial, pero sí establece que se debe precisar en ella, bajo

protesta de decir verdad, las causas que la motivan.

Por su parte, el Artículo 227 establece que los terceros,

en todo tiempo, están obligados a prestar auxilio a los tri-

bunales en la averiguación de la verdad.

Tratándose de la declaración de parte, que queda

comprendida dentro de la confesional, ésta se hace bajo

protesta de decir verdad, de acuerdo con lo que establece el

artículo 272.

Asimismo, el artículo 330 contempla la probabilidad de que

las partes no puedan presentar a sus testigos, en cuyo caso así lo

deben manifestar, bajo protesta de decir verdad.

Igualmente, el diverso numeral 337 establece que los testigos

deberán declarar bajo protesta de decir verdad.

En este contexto, viene al caso la siguiente cita: “Contra la

ética de la verdad significa a favor de una ética de la duda. Más

allá de las apariencias, la duda no es un absoluto contrario a la

verdad, sino que, en cierto sentido, implica su afirmación. Con-

tiene por tanto un elogio de la verdad, pero de una verdad que

debe ser siempre re-examinada y re-descubierta. A lo que es con-

traria la ética de la duda es a la verdad dogmática, que es aquella

que quiere fijar las cosas de una vez por todas e imposibilitar o

descalificar la crucial pregunta “¿será realmente verdad?”.” 2

En síntesis, podemos decir que el ser humano quiere que

siempre le hablen con la verdad, y desde luego que es un deseo

muy legítimo; sin embargo, él no está dispuesto a actuar de la

misma manera, pues ésta es como una avenida en dos sentidos,

en donde, en la medida en que seamos recíprocos en este deseo,

estaremos cumpliendo en este aspecto con el principio bíblico

que dice:

“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan

con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto

es la Ley y los profetas”.3

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Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 13

En tiempos recientes, el Instituto Mexicano del Seguro Social ha

lanzado una campaña bajo el rubro de prevención fiscal, a través

de la cual invita a patrones a denunciar despachos de asesoría

en materia fiscal, laboral y de seguridad social, que ofrecen a sus

clientes esquemas de sustitución laboral mediante la constitución de

sociedades cooperativas, en nombre colectivo, empresas integrado-

ras integradas, sociedades en comandita simple, sociedades civiles,

etcétera, y -dice el IMSS- con el principal propósito de eludir el cum-

plimiento de sus obligaciones en materia de Seguro Social, lo que ha

despertado la inquietud de muchas empresas, así como también el

temor de aquéllos que siguen estas prácticas.

Desde hace algunos años, orillados principalmente por la reduc-

ción de los márgenes de utilidad que se ha venido presentando en

la mayoría de las áreas de nuestra economía, y en busca de aho-

rros malentendidos, algunos “asesores” han ideado esquemas que van

de lo simple a lo complicado, para forzar realidades, pretendiendo

imponerlos donde no corresponden. Bajo la bandera de sociedades

cooperativas, sindicatos, sociedades civiles y otras figuras legales, es-

tos asesores prometen importantes ahorros en materia de cuotas del

Seguro Social, INFONAVIT y hasta en Impuestos Sobre el Producto del

Trabajo, suponiendo que, por ejemplo, en el caso de cooperativas,

los socios podrían recibir por un lado un salario y por otro lado una

retribución en su calidad de socios, considerándose la primera mera-

mente un salario y la segunda un dividendo de su participación en la

sociedad, o bien remunerando la mayoría de los sueldos bajo rubros

genéricos como “previsión social”.

LEYES PERMISIVAS

En todos estos esquemas, el común denominador es que, de una o de

otra manera, las leyes de nuestro país permiten a organizaciones es-

peciales, como son estas cooperativas o sociedades civiles o sindica-

tos, que las personas tengan doble aspecto, como patrón y socio a la

Entre la ley, la moral y la éticaLicenciado Adrián Quiroga Rodríguez

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL14

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 15

vez. Es el caso, por ejemplo, de las sociedades civiles que,

en el Estado de Yucatán, tienen como característica muy

particular de su legislación, el que la sociedad civil tenga

entre sus objetivos el proveer “alimentos” a sus asociados,

convirtiendo de esta manera este concepto en presunto

concepto deducible de la base para pago de impuestos,

por considerarlo un gasto necesario para el cumplimiento

de su propósito.

Pero el asunto no es que cooperativas no puedan pa-

gar dividendos o que sociedades civiles no puedan pagar

alimentos o que sindicatos no puedan cobrar cuotas, no;

el verdadero tema es que relaciones de trabajo se ven

disfrazadas bajo esquemas de cooperativas, sociedades

civiles y sindicatos, y bastaría con que las autoridades fis-

cales enderezaran sus caminos de fiscalización para que,

en lugar de tratar de combatir la legalidad de estos esque-

mas, combatieran la simulación, que es lo que tanto nos

ha afectado.

La popularidad de estos ahorros es tan importante,

que algunos despachos de nuestro país manejan más de

200 mil trabajadores bajo esquemas de este tipo, que son

altamente agresivos en cuanto a la planeación fiscal, y rea-

lizan manejos que llevan a no pagar cuotas ni impuestos

sobre más del 70 por ciento del ingreso de los trabaja-

dores.

PROTECCIÓN DE DERECHOS BÁSICOS

Esta situación no debe ser, no sólo desde el punto de vista legal, sino moral y

ético, porque se ha olvidado un poco la esencia de estas obligaciones de seguri-

dad social, que es, sin duda, la protección de los derechos básicos de cualquier

hombre, como son el acceso a servicios médicos o el acceso a garantías que per-

mitan seguir recibiendo ingresos aun después de ocurrida una contingencia, de

modo tal que estos esquemas en que las personas están aseguradas con salarios

muy inferiores en relación a los ingresos reales que perciben, tienen un doble

aspecto negativo: por un lado, se provoca un detrimento enorme, al obligar a la

institución a proporcionar servicios médicos a cambio de cuotas muy bajas, y, por

otro lado, al ocurrir la contingencia, las personas se encontrarán desprotegidas de

un ingreso que les permita seguir subsistiendo, provocando con ello problemas

sociales realmente importantes.

Los efectos inmediatos son, como ya se ha mencionado, el desequilibrio finan-

ciero de la institución, porque nuestro esquema de seguridad social es solidario;

es decir, lo que pagan en cuotas altas algunas personas que no usan el sistema,

redunda en beneficio de absorber los costos de servicios que reciben otros que

cubren las cuotas bajas, y que además lo utilizan con frecuencia. Por ello, este

tipo de esquemas no sólo es perjudicial para la persona que presta el servicio o la

empresa que lo recibe, sino también para la institución o la sociedad en general.

Parece que muchas de las empresas que se aventuran por estos caminos de

ahorros ficticios no consideran realmente los impactos que ocasionan estos a-

rriesgados manejos, porque no sólo se trata de las cuotas de Seguro Social que se

dejan de pagar o las aportaciones a los fondos de vivienda que no se cubren o los

Impuestos sobre Producto de Trabajo que se evaden, sino es también la muestra

que se da a la sociedad y a los propios trabajadores sobre la clase de empresa que

los tiene contratados, lo que impide que se forme esa valiosa identificación entre

patrón y empleador, quienes de manera conjunta llevan los negocios rumbo al

éxito que no puede conseguirse sin la colaboración de este capital humano.

En estos tiempos en que se ve casi de todo, es muy importante que empre-

sarios y trabajadores reflexionemos sobre lo que queremos transmitir a las ge-

neraciones futuras: si queremos presentar esquemas donde se tuerza la Ley en

beneficio de unos cuantos y en perjuicio de muchos, o bien esquemas perma-

nentes donde se garantice, en lo posible, la perpetuidad de estos sistemas de

seguridad social.

NOTA DE LA REDACCIÓN:La Generación 56-61 de la Facultad de Derecho está rindiendo sus frutos, ya que antes fueron los miembros de dicha generación quienes, haciendo historia, formularon sus temas sobre alguna materia y los publicaron en la revista de nuestra Facultad; esa semilla florece, pues ahora son los hijos de algunos de ellos, como es el caso del hijo del licenciado Ramiro Quiroga Garza, quienes presentan un trabajo para su publicación.

La carrera vertiginosa de la vida nos ha llevado por

el escenario de nuestra sociedad, y hoy, al cumplir

cincuenta años de navegar por el proceloso mar de

la Abogacía, nos satisface evocar aquel lustro que convivi-

mos en las aulas de nuestra querida Facultad de Derecho

y Ciencias Sociales de la Universidad de Nuevo León (hoy

Universidad Autónoma de Nuevo León).

Durante ésos cinco años, comprendidos de 1956 a

1961, la vida estudiantil de nuestra carrera profesional,

fuimos enlazando los caracteres, identificándonos, fami-

liarizándonos, hasta lograr la culminación de nuestros

anhelos y la satisfacción de los esfuerzos de nuestros

queridos padres o familiares; esos primeros cinco años

sirvieron para que nuestros recordados y dilectos maes-

tros fueran formando en nosotros los cimientos morales

del derecho, valorando las virtudes de la profesión que

dignamente se manifiesta en esta generación.

“El tiempo: es el existir en movimiento, como eje fun-

damental de la sociedad y en nosotros”.

Fuimos venciendo las adversidades, al tiempo que

gozábamos y disfrutábamos las satisfacciones que se nos

presentaron, logrando penetrar en la sociedad con una

imagen digna, lo que nos satisface y nos llena de orgullo;

pero también adquirimos la responsabilidad de compro-

meternos y cumplir cabalmente hasta el final de nuestra

vida profesional.

RECONOCIMIMENTO

A NUESTROS PADRES Y MAESTROS

Es por demás encomiable la formación que nos dieron

nuestros padres y maestros para salvar los inevitables es-

collos de la existencia humana y profesional, y para man-

tenernos en un lugar preponderante del medio social y

cultural, cumpliendo así con el juramento que efectuamos

al titularnos en aquel momento inolvidable del examen

profesional.

EXORDIOLicenciado Benito Juárez Valdez

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL16

Hoy, al cumplir cinco décadas de haber terminado

los estudios, también recordamos con pesar que la ma-

dre naturaleza nos ha arrebatado a un buen número de

inolvidables compañeros, que serán inmortales, porque

seguirán viviendo en nuestros pensamientos, ya que nos

permitieron disfrutar de su presencia gran parte de sus

existencias.

UNIDAD PERMANENTE

Vale la pena recordar que esta Generación 1956-1961 se

ha distinguido por mantenerse unida desde sus inicios,

mediante la celebración de reuniones y aniversarios cada

cinco años; ha tenido continua convivencia y ha acompa-

ñado a los compañeros enfermos en su lecho de dolor,

así como a sus familiares cuando se ha presentado el mo-

mento del último adiós.

Y esto –es de justicia mencionarlo- ha sido gracias a la

incansable labor de nuestro compañero, el licenciado Héc-

tor S. Maldonado Pérez -claro que con el apoyo y auxilio

de compañeros solícitos-, quien ha logrado, en ocasiones

especiales, que compañeros que viven en otras entidades

federativas se trasladen a esta ciudad. Vaya para él nuestra

gratitud por su esfuerzo y participación. Gracias, Héctor.

Esta generación se ha distinguido en los escenarios de

diversas actividades profesionales, con dignidad y decoro,

ya sea en la Judicatura, como litigantes; en la docencia,

como catedráticos, y en la función pública, como funcio-

narios federales y estatales, como notarios públicos, como

magistrados, así como en los espacios políticos, sociales,

culturales e internacionales, y en toda representación que

han realizado, tanto en nuestra ciudad como fuera de

ella.

Por la satisfacción y el gozo de haber llegado a los 50 años

de vida de nuestra Generación 1956-1961 nos complace

compartir el placer que sentimos por haber servido a la

sociedad, a nuestra familia, y, modestamente, devolverle

“algo” a nuestra Alma Máter, nuestra universidad.

Tengan la seguridad de que todavía existe la energía

propia de todos y cada uno de nosotros, para poder trans-

mitir y ceder la experiencia a quien la solicite, y así con-

tinuar dignificando esta bella profesión.

¡Felicidades a todos los integrantes de la Generación

1956-1961!

La carrera vertiginosa de la vida nos ha llevado por

el escenario de nuestra sociedad, y hoy, al cumplir

cincuenta años de navegar por el proceloso mar de

la Abogacía, nos satisface evocar aquel lustro que convivi-

mos en las aulas de nuestra querida Facultad de Derecho

y Ciencias Sociales de la Universidad de Nuevo León (hoy

Universidad Autónoma de Nuevo León).

Durante ésos cinco años, comprendidos de 1956 a

1961, la vida estudiantil de nuestra carrera profesional,

fuimos enlazando los caracteres, identificándonos, fami-

liarizándonos, hasta lograr la culminación de nuestros

anhelos y la satisfacción de los esfuerzos de nuestros

queridos padres o familiares; esos primeros cinco años

sirvieron para que nuestros recordados y dilectos maes-

tros fueran formando en nosotros los cimientos morales

del derecho, valorando las virtudes de la profesión que

dignamente se manifiesta en esta generación.

“El tiempo: es el existir en movimiento, como eje fun-

damental de la sociedad y en nosotros”.

Fuimos venciendo las adversidades, al tiempo que

gozábamos y disfrutábamos las satisfacciones que se nos

presentaron, logrando penetrar en la sociedad con una

imagen digna, lo que nos satisface y nos llena de orgullo;

pero también adquirimos la responsabilidad de compro-

meternos y cumplir cabalmente hasta el final de nuestra

vida profesional.

RECONOCIMIMENTO

A NUESTROS PADRES Y MAESTROS

Es por demás encomiable la formación que nos dieron

nuestros padres y maestros para salvar los inevitables es-

collos de la existencia humana y profesional, y para man-

tenernos en un lugar preponderante del medio social y

cultural, cumpliendo así con el juramento que efectuamos

al titularnos en aquel momento inolvidable del examen

profesional.

EXORDIOLicenciado Benito Juárez Valdez

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 17

Derecho natural y naciónPREÁMBULO:

A MIS COMPAÑEROS DE GENERACIÓN

Bien vimos, hace cincuenta años, que terminados los estudios

universitarios de la carrera de abogados, se habían vencido las

preocupaciones, y aquel grupo de alumnos, caracterizado por

la amistad, integró la generación 56-61 de la Facultad de Derecho y

Ciencias Sociales, de la Universidad de Nuevo León.

A la luz de esta antigua amistad, me gustaría mencionar en este

escrito a todos los compañeros, pero esa lista es de todos cono-

cida; por lo mismo, únicamente me limitaré a mencionar a tres, que

representan la amistad, el estudio y la alegría que distinguió a esta

generación: Bernardo Flores Flores, intelectual, estudioso, siempre

amigo, con sus comentarios claros y precisos; jamás una mala pa-

labra a nadie; Carlos Aréchiga Rivera, maestro, educado en grado

sumo, formal y compañero en toda su presencia, y finalmente Car-

los García Rodríguez, alegre y platicador, con sus comentarios y

alma buena.

¡Qué gratos recuerdos de los buenos días en que convivimos

todos! Hoy, estos tres compañeros que he mencionado, ya se han

ido de este mundo. Ellos y el resto de los que ya han partido, serán

recordados siempre con agrado en los pensamientos de los aún vi-

vientes.

MAESTROS NOTABLES

Esta generación tuvo la suerte de contar con extraordinarios maes-

tros; no puedo recordar a todos, pero sí quiero mencionar a tres de

ellos, que, durante los dos años de preparatoria (en aquellos años

la preparatoria era especial) y los cinco de profesional nos benefi-

ciaron y deleitaron con sus enseñanzas; así, nombro con respeto a

Francisco Zertuche, José Juan Vallejo y Genaro Salinas Quiroga, tres

excepcionales maestros universitarios.

Durante esos años vivimos inolvidables y solemnes actos y

hechos universitarios en los que nos tocó ser parte activa. Varios

de nosotros fuimos fundadores de la segunda preparatoria. Fuimos

la última generación en estudiar la preparatoria especial, ya que los

posteriores alumnos pasaron a estudiar el bachillerato único.

Románticamente, nos tocó despedir el viejo edificio de la Fa-

cultad de Derecho y Ciencias Sociales, y tuvimos el alto honor de

ser los primeros en ingresar, aquel único e histórico primer día de

clases, a la entonces nueva Ciudad Universitaria. A nuestra gene-

ración tocó la suerte de ser de los primeros en tomar una clase en

el consagrado recinto.

Desde hace cincuenta años, cuando salimos de la universidad,

se implantó la costumbre de reuniones periódicas; antes, menos

regularmente; ahora, más frecuentemente, y queda para nosotros,

los aún vivientes, la gran tarea dejada por quienes ya partieron, de

seguir engrandeciendo a esta generación; de obrar con entusiasmo

en las tareas cotidianas, de apoyar a familiares y amigos y, en la

medida de nuestras fuerzas, contribuir con la sociedad.

Licenciado Felipe Olivares Rosales

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL18

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 19

LOS GRIEGOS

Zeus, el gran dios de la mitología griega, era inmortal; tuvo un primo llamado

Prometeo, con la diferencia de que éste era mortal. Prometeo decía que había

creado a los primeros hombres, moldeándolos con arcilla, lo cual no era cier-

to, y se le conoció solamente como el bienhechor de la humanidad.

Prometeo se enfrentaba a Zeus por su afecto hacia los seres humanos; se

dice que durante un acto solemne dividió en dos partes una res, y puso en una

las mejores carnes y vísceras, y las cubrió con partes del animal; en la otra

parte puso los huesos, cubiertos con grasa, y pidió a Zeus que eligiera una

parte, y la otra quedaría para los hombres. Zeus seleccionó los huesos con

grasa, y al darse cuenta de que se trataba sólo de huesos, entró en cólera con

Prometeo y los mortales que habían sido favorecidos por aquella patraña.

Para castigarlos, Zeus decidió no proporcionarles de nuevo el fuego, y en-

tonces Prometeo salió en auxilio de los mortales. Se dice que robó las semillas

del fuego del Sol, y las llevó hasta la Tierra, ocultas en un tallo, que es una

parte de la planta que sostiene las hojas.

Zeus montó más en ira, e ideó dos castigos: para los mortales ordenó

que se formara de la tierra a una mujer, que con sus atractivos perdiera a los

hombres y sembrara el desastre del género humano. Para crear a esta mujer,

los dioses y diosas del Olimpo le dieron gracias específicas, y por esa razón

la llamaron Pandora, considerada por la mitología la primera mujer que hubo

en la tierra.

Pandora tenía el conocimiento de las artes que le otorgó Atenea; de Afro-

dita recibió la belleza; Hermes la hizo astuta y seductora, y fue vestida por las

Gracias; cuando bajó a la Tierra, recibió de los dioses una caja, con órdenes

de no abrirla; al fin mujer, abrió la caja y al hacerlo salieron de ella todos los

pecados y males, que se esparcieron por todos los lugares de la Tierra. Al

darse cuenta de lo que había hecho, cerró la caja, pero se dio cuenta de que

sólo había quedado en ella la esperanza, que es lo único que no podrá perder

jamás la especie humana.

CASTIGO PARA PROMETEO

Para Prometeo, Zeus ideó un castigo con más vanidad y arrogancia: lo en-

cadenó con fuertes cables en el Cáucaso, y decidió que un águila le devorara

el hígado cotidianamente, el cual debería regenerársele constantemente. Zeus

prometió que jamás lo desencadenaría de la roca, pero Heracles, que pasaba

por la región, mató al águila y liberó a Prometeo.

Zeus no objetó esa liberación; pero, a fin de que su palabra fuera cum-

plida, ordenó a Prometeo que llevara una anilla hecha con el material del

cable utilizado, unida a un pedazo de roca a la que había sido encadenado, lo

cual aceptó el mortal cumplidamente.

Sin embargo, Prometeo seguía con sus deseos de trascender y de ser in-

mortal, y cuando Quirón, el centauro, que era inmortal, manifestó su deseo de

morir, lo aprovechó Prometeo para cambiarle su mortalidad por la inmortali-

dad. Zeus aceptó el cambio, y así Prometeo pasó a ser inmortal.

Durante siglos, Prometeo ha sido una figura con una larga historia de in-

terpretaciones y estudios, y aún actualmente es evocado con ingenio; prime-

ro, encarnó la lucha por el bienestar de los seres humanos, por lo que fue con-

denado, y sufrió martirio y aflicción; después, aceptó ser liberado, a cambio

de cumplir las reglas que se le imponían; y por último, logró su integración al

mundo de la inmortalidad y los dioses.

SIGLO DE ORO DEL HOMBRE

La centuria considerada del año 500 al 400 antes de Cristo ha sido llamada

por muchos “El Siglo de Oro del Hombre”, y el general ateniense Pericles le

dio su nombre: “El Siglo de Pericles”.Zeus

Generación 56-61 Facultad de Derecho y 20Fue un siglo en que el pueblo griego metodizó un admirable cono-

cimiento del entendimiento, pensamiento e inteligencia, que no

tienen antecedentes en la historia: filosofía, arte, ética, física,

etcétera.

En este siglo nacieron Anaxágoras, en 500; Sófocles,

en 495; Protágoras, en 485; Heródoto, llamado el

padre de la historia, en 484. Muchas veces escu-

chamos repetir estos nombres al maestro Genaro

Salinas Quiroga. ¡Qué gratos recuerdos!, y más

cuando se llega al gran Sócrates, nacido en el

año 470, un hombre sencillo, que afirmaba:

“sólo sé que no sé nada”.

SÓCRATES Y PLATÓN

Sócrates prefirió seguir siendo pobre para no

ir contra su concepto de la verdad y la justicia;

sus inquietudes acerca de la moral y el espíri-

tu de los seres humanos le hicieron expresar:

“conócete a ti mismo”; es considerado uno de

los más grandes genios de todos los tiempos,

y sus doctrinas se conocen gracias a Platón,

uno de sus discípulos.

Platón, nacido en el año 427, fue un pensa-

dor y escritor genial; espíritu libre y superior,

nos legó un pensamiento, que para aquellas

lejanas épocas, era difícil de comprender, y

aún en los tiempos actuales es difícil de en-

tender en todo su significado: “Lograr satisfacer

las necesidades humanas en la medida en que

éstas existan y se presenten, en su totalidad; con-

trariamente a lo que impone la realidad objetiva,

de que la satisfacción de la necesidad está medida y

limitada por las posibilidades”.

LOS ROMANOS

Si los griegos fueron los pensadores de una sociedad ideal,

y los primeros en elaborar una doctrina de la ley natural,

fueron los romanos quienes trataron de materializar estos

conceptos.

Lucio Sergio Catilina, nacido el año 108 antes de Cristo,

tramó una insurrección armada para obtener más poder;

Marco Tulio Cicerón, informado de la conspiración, la descu-

brió y pronunció su primer famoso discurso, de los llamados

Las Catilinarias, en el cual mencionó la famosa frase que ha

pasado de generación en generación hasta nuestros días

“Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nos-

tra?” (Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra

paciencia?).

Marco Tulio Cicerón (106-43 A.C.),

trató diversos temas; sus obras reve-

lan su creencia en Dios y su deter-

minación; sus trabajos filosóficos

están basados en fuentes griegas,

y debemos verlo como político y

orador romano; pero, más que

todo, como un gran pensador.

Ha sido uno de los grandes hom-

bres de la historia, y confirmó la

doctrina elaborada por los griegos

de la ley natural; afirmó que la justi-Julio César

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 21

cia es el resultado del derecho natural, y escribió antes

del nacimiento de Cristo: “El verdadero derecho es la recta

razón conforme a la naturaleza; es de aplicación universal,

inmutable y eterna; llama al hombre al bien con sus man-

datos y lo aleja del mal mediante sus prohibiciones”. Se le

recuerda como un gran orador y hombre de Estado.

“Panem et circenses”, (al pueblo pan y circo) era la fa-

mosa frase de los tiempos de Julio César en la Roma anti-

gua, donde el criterio político se inclinaba a la demagogia,

y se falseaba y desnaturalizaba el cometido de la autori-

dad y ayuda mutua, que perdía su eficiencia, y quedaba

solamente el móvil del poder y el grado sumo de la su-

premacía política.

Maquiavelo consideraba que, “Desde su punto de vista,

el gobernante debería preocuparse solamente del poder, y

sólo debería rodearse de aquéllos que le garantizaran el

éxito en sus actuaciones políticas”.

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

En 1774, Thomas Jefferson afirmó: “Los primeros colo-

nos vinieron como individuos particulares más que como

agentes del gobierno británico. Por tanto, los gobiernos

oficiales que formaron encarnaban el derecho natural de

los expatriados de un país para elegir las condiciones…”;

dos años después, el 4 de julio, escribió la Declaración de

Independencia de los Estados Unidos de América, la cual

está compuesta de tres partes; en la primera parte, se es-

tablece: “To assume, among the Powers of the earth, the

separate and equal station to which The Laws of Nature

and of Nature’s God entitle Them”, y que los individuos

están dotados de derechos básicos inalienables, que les

pertenecen.

NACIÓN, ESTADO, PAÍS

En su esencia, los dos términos: nación y estado son con-

ceptos entrelazados, que han sido objeto, durante los úl-

timos siglos, de escrutinios jurídicos y sociológicos para

determinar su naturaleza; las teorías que han buscado

definirlos nos legaron distintos criterios para su interpre-

tación y comprensión; desde las teorías clásicas, hasta las

de homogenizarlos o diferenciarlos.

Existen tres elementos esenciales para la existencia de

un Estado, dos de ellos materiales: el territorio y la po-

blación, y uno jurídico: la autoridad. La dimensión jurídica

del estado le da una identificación absoluta al estado y al

derecho.

a).- La población es la totalidad de sus habitantes.

b).- El territorio es el espacio incluido, que fija material-

mente sus límites determinados donde se abarca; también

puede decirse que es el área geográfica donde se localiza

y se satisfacen las necesidades de su población.

c).- El poder, gobierno, es la autoridad encargada de

lograr los fines comunes, llamado por algunos señorío, so-

beranía o simplemente poder de mando.

Si el estado es formal y jurídico, la nación es espiritual,

sociológica y filosófica; es una comunidad que proviene

de realidades naturales; integrada por individuos unidos

por vínculos naturales y espontáneos, el suelo, la historia,

el folklore, la música, la comida, costumbres, religiones o

creencias, idiomas y otros conceptos que los integran y es

anterior y superior a la sociedad política llamada estado.

También es común y usual utilizar el concepto de

País, el cual es señalado por algún libro como: Territorio;

región, patria; en otros sólo se dice: “Véase Nación”. Este

nombre es considerado genérico.

Thomas Jefferson

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL22

Julio César

MÉXICO

Hemos terminado el año 2010, en que se cumplieron 200 años de

aquel 16 de septiembre de 1810, cuando Miguel Hidalgo y Costi-lla,

llevando un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe,

lanzó el Grito de Dolores, día glorioso de la Independencia de Mé-

xico. Habiéndoseles ofrecido el indulto a él y a Allende, Hidalgo re-

dactó la respuesta en que manifestaba: “Están resueltos a no entrar

en composición ninguna, si no es que se ponga por base la libertad

de la Nación, y el goce de aquellos derechos que el Dios de la Natu-

raleza concedió a todos los hombres, derechos verdaderamente inalie-

nables…”.

Hidalgo fue finalmente capturado, condenado a muerte, y fusi-

lado; su cabeza y las de otros insurgentes fueron exhibidas en la Al-

hóndiga de Granaditas, en Guanajuato.

Han pasado sólo veinte décadas desde ese día glorioso de la inde-

pendencia, y en este escaso periodo de tiempo México ha sufrido toda

clase de calamidades: perdió la mitad de su territorio (una de las más

grandes pérdidas que país alguno haya sufrido), y hasta el nombre se

le ha cambiado: ahora es oficialmente Estados Unidos Mexicanos.

Un ejemplo de lo que ha pasado es cuando el gobierno de México

vendió a los Estados Unidos de América un terreno que comprendía

una franja de lo que hoy en día es el sur de Nuevo México, y casi la

cuarta parte del sur de Arizona. La zona tiene unos 76.735 kilómetros

cuadrados; limita al este con el río Bravo (río Grande), al norte con el

río Gila, y al oeste con el río Colorado.

El 3 de diciembre de 1822, J. R. Poinsett, ministro norteamericano

en México, escribió a su país sobre la visita a Iturbide: “Nos recibió

una numerosa guardia, subimos… entre una valla de centinelas… un

general brigadier nos esperaba ahí para anunciarnos, estaba en su ga-

binete y nos acogió con suma cortesía, con él estaban dos de sus fa-

voritos… Antes de la última revolución en que triunfó, tuvo el mando

de una pequeña fuerza al servicio de los realistas y se le acusa de

haber sido el más cruel y sanguinario perseguidor de los patriotas…

su ejercicio del poder ha sido arbitrario… gracias a una prodigalidad

desmedida, ha atraído a los jefes, oficiales y soldados a su persona,

y mientras disponga de los medios de pagarles y recompensarles se

sostendrá… un gobierno que no está fundado en la opinión pública,

sino establecido por la corrupción y la violencia, no puede existir sin

amplios recursos para pagar a la soldadesca y para mantener a sus

pensionados y partidarios”.

El 1 de diciembre de 1859 se firmó el Tratado McLane-Ocampo:

“Cede la República Mexicana a los Estados Unidos y sus conciuda-

danos y bienes, en perpetuidad, el derecho de tránsito por el Istmo

de Tehuantepec, de uno a otro mar, por cualquier camino que exista

o que existiese en lo sucesivo… Conviene la República Mexicana en

que si en algún tiempo se hiciese necesario emplear fuerzas militares

para la seguridad y protección de las personas y los bienes que pasen

por algunas de las preciadas rutas, empleará la fuerza necesaria al

efecto; pero si por cualquier causa dejase de hacerlo, el gobierno de

los Estados Unidos, con el consentimiento, o a petición del gobierno

de México… podrá emplear tal fuerza. Sin embargo, en el caso excep-

cional de peligro imprevisto o inminente para la vida o las propie-

dades de ciudadanos de los Estados Unidos, quedan autorizadas las

fuerzas de dicha república para obrar en protección de aquellos sin

haber obtenido previo consentimiento… la República de México con-

cede a los Estados Unidos el simple tránsito de sus tropas, abastos

militares y pertrechos de guerra por el istmo de Tehuantepec y por

el tránsito o ruta de comunicación a que alude este convenio desde

la ciudad de Guaymas, en el golfo de California hasta el rancho de

Nogales, o algún otro punto conveniente de la línea fronteriza entre

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 23

Thomas Jefferson

la República de México y los Estados Unidos cerca de 111°

Oeste de longitud de Greenwich… La República Mexicana

cede por el presente a los Estados Unidos a perpetuidad, y

a sus ciudadanos y propiedades, el derecho de vía o tránsi-

to al través del territorio de la República de México, desde

las ciudades de Camargo y Matamoros, o cualquier punto

conveniente del Río Grande en el Estado de Tamaulipas,

por la vía de Monterrey, hasta el puerto de Mazatlán, a la

entrada del Golfo de California, en el Estado de Sinaloa; y

desde el rancho de Nogales o cualquier punto conveniente

de la línea fronteriza entre la República de México y los

Estados Unidos… En consideración a las presentes estipu-

laciones… conviene el gobierno de los Estados Unidos en

pagar al gobierno de México la suma de 4,000.000 de du-

ros, dos de los cuales se pagarán inmediatamente después

de canjeadas las ratificaciones de este tratado, y los otros

dos millones quedarán en poder del gobierno de los Esta-

dos Unidos, para pagar las reclamaciones de ciudadanos

de los Estados Unidos contra el gobierno de la República

Mexicana, por daños y perjuicios sufridos… Los Estados

Unidos, no ratificaron este tratado.

TRES DÉCADAS

En los años de 1880 a 1910, fueron perceptibles resulta-

dos importantes: la economía se estabilizó y se expandió;

llegaron capitales extranjeros para invertir en especial en

recursos mineros; se tuvo una moneda fuerte, utilizán-

dose el patrón plata y no el patrón oro, utilizado por

otros; en este periodo hubo una vitalidad económica, y se

construyeron vías férreas que promovieron el desarrollo

económico; aumentó la producción de plata y oro; en las

regiones del norte, la ganadería se extendió; en estados

como Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Chiapas, la producción

de café aumentó; se desarrollaron zonas algodoneras,

como La Laguna; aumentó la producción de henequén, y

la industria textil se desarrolló; aumentó el comercio ex-

terior; se exentó de impuestos a los emprendedores que

iniciaran una nueva empresa; se impulsó la industria, y

cuando por sequía fallaba la agricultura, se importaban

rápidamente cereales del exterior, utilizando los ferroca-

rriles; se pacificó y promovió la innovación en sistemas de

comunicaciones.

TRES DÉCADAS DEL SIGLO XX

En los años de 1940 a 1970, en los que se dio un gran

impulso al desarrollo económico y social, se promovió la

educación; la enseñanza se fortaleció, al formalizarse la

entrega de los libros de texto gratuitos; la industria tuvo

un fuerte impulso; se hicieron obras de irrigación y electri-

ficación; se fortalecieron las universidades; se promovie-

ron medidas tendientes a mejorar áreas sociales; se pro-

curó la obra pública; se fortaleció la política exterior; se

mejoraron las relaciones diplomáticas; se tuvo poca deuda

externa, y se defendió a México por sobre todas las cosas.

Los países buenos son como las mujeres bonitas: to-

dos los hombres quieren llegarles. Y así, en esos años

inmigraron a México buscando, el ambiente que se tenía,

personas de diferentes países: Cuba, Costa Rica, Venezue-

la, Colombia, España, Argentina, etcétera. Menciono sólo

a tres de los personajes que llegaron, que por su arte se

dieron a conocer: Marga López, María Antonieta Pons y Carmen Montejo, extraor-

dinarias artistas, que se arraigaron en el pensamiento y corazón de los mexicanos

y se integraron totalmente a esta nación, y son parte de los buenos tiempos. En las

épocas actuales, esta migración se da a lugares como Miami o Los Ángeles.

Las circunstancias de estas décadas, el desarrollo social y las facilidades que se

dieron, permitieron tranquilidad; el pueblo demostró numerosas expresiones de

felicidad; de las carpas salían incontables comediantes populares, como Cantin-

flas; de los pueblos, artistas y cantantes, como Pedro Infante y Jorge Negrete;

se disfrutaban los deportes y los juegos infantiles; se caminaba por las noches

con tranquilidad; había pobreza, pero alcanzaba para vivir; se reía, y las comidas

populares y la música de las regiones florecían en todo su esplendor. Se opinaba

del milagro mexicano. Para muchos, México era líder de América Latina, y uno de

los mejores países de la región.

UN LUSTRO

Los años de 1988 a 1993 constituyeron un lustro en que se dio impulso a la mo-

dernización; se logró rehabilitar la economía; se estimularon las exportaciones y

se firmó un importante Tratado de Libre Comercio, con los países del norte del

continente, creando una de las zonas de libre comercio más grandes, que le dio a

México presencia internacional.

El complicado marco de empresas con capitales públicos, mixtos o privados,

se resolvió con precisión, y se vendió la mayoría de éstas a empresarios priva-

dos; estos movimientos impulsaron a algunas de estas empresas a los primeros

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL24

Julio César

Propuesta de reforma al precepto 685 de la Ley Federal del Trabajo

Licenciado Ernesto G. Ramos

En atención a la naturaleza eminentemente protec-

tora del trabajador por parte del derecho del trabajo

y del propio procedimiento laboral, en aras del al-

cance de una verdadera justicia social, me permito poner

en consideración la propuesta de Reforma a que se alude

en el título de este breve trabajo:

El segundo párrafo del Artículo 685 de la Ley Federal

del Trabajo establece: “Cuando la demanda del trabajador

sea incompleta, en cuanto a que no comprenda todas las

prestaciones que de acuerdo con esta Ley deriven de la

acción intentada o procedente, conforme a los hechos ex-

puestos por el trabajador, la Junta, en el momento de ad-

mitir la demanda, subsanará ésta. Lo anterior sin perjuicio

de que cuando la demanda sea obscura o vaga, se proceda

en los términos del Artículo 873 de esta Ley”.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 25

Por su parte, el Artículo 873 del citado Cuerpo de

Leyes dice, en su también segundo párrafo, que asimismo

se presenta de nuestro interés en estos comentarios, lo

siguiente: “Cuando el actor sea el trabajador o sus benefi-

ciarios, La Junta, en caso de que notare alguna irregulari-

dad en el escrito de demanda, o que estuviere ejercitando

acciones contradictorias, al admitir la demanda le señalará

los defectos u omisiones en que haya incurrido y lo pre-

vendrá para que los subsane dentro de un término de 3

días”.

En principio, destacando que siendo la Ley Laboral, en

su contenido general, tanto sustantivo como adjetivo, emi-

nentemente proteccionista del obrero, como ya lo dijimos,

con la finalidad de lograr el alcance de la justicia social

en el precepto que se analiza, se observa obviamente tal

finalidad, pero sólo en forma interpretativa, faltándole cla-

ridad y precisión; en efecto, en complemento de lo ante-

rior, es esencial observar que la tutela proteccionista ha-

cia los derechos del trabajador se deriva del contenido de

dicho precepto, pero sin claridad literal o gramatical; es

decir, le falta nitidez u objetividad.

Es decir, cuando prescribe el Artículo 685, en su se-

gundo párrafo en comento, que: “Cuando la demanda

del trabajador sea incompleta, en cuanto a que no com-

prenda todas las prestaciones que, de acuerdo con esta

Ley, deriven de la acción intentada, conforme a los hechos

expuestos por el trabajador, no deja establecido en qué

consiste lo “incompleto” de la demanda, pero es evidente

que se refiere a que lo derivado de la acción intentada o

procedente en su demanda, conforme a los hechos ex-

puestos por el trabajador, consiste en la obligación para la

Autoridad Laboral de resolver o decidir sobre lo planteado

por el empleado en sus hechos, y esto significa que debe

decidir en su fallo, si procede o no condenar al patrón en

algunos conceptos o prestaciones derivados de los hechos

expuestos en la demanda, aunque explícitamente no los

haya reclamado.

Por ejemplo, un trabajador establece en su demanda que laboraba de 8:00 a

18:00 horas, de martes a domingo, descansando los lunes de cada semana, y que

tenía un año de antigüedad, pero que su empleador nunca le pagó el tiempo extra

ni la prima dominical; que ganaría $200.00 pesos diarios según lo contratado,

pero su patrón sólo le pagaba $150.00 pesos por día; sin embargo, no reclama

tiempo extra, prima dominical ni diferencias de salario en su capítulo de “concep-

tos reclamados”.

En esto se nota lo incompleto de su demanda en cuanto no comprende esas

prestaciones que, de acuerdo con la Ley, son de su pertenencia; pero no hay de-

fectos ni omisiones en ello, ni nada que subsanar, pues se subsana lo que adolece

de error; en tal orden de ideas, en lo anterior, como se dice, no hay error, si se

percata que de la acción intentada derivan los conceptos que de acuerdo con la

Ley le tocan al trabajador conforme a los hechos expuestos en su escrito inicial

de demanda.

Así, si el patrón no justifica el horario en el ejemplo citado; que pagaba el sala-

rio convenido y que pagaba la prima dominical o, en esto último, que el obrero

no laboraba los domingos; en pocas palabras, si el patrón no justifica lo contrario

a lo que afirma el empleado, la Autoridad del Trabajo debe avocarse al cono-

cimiento de dichas prestaciones y resolver su procedencia o improcedencia con-

forme a derecho, ya que de los hechos narrados por el citado obrero, conforme

a ellos; es decir, de los mismos derivan o se comprenden las prestaciones que de

acuerdo con la Ley le corresponden, pues derivan de la acción intentada y ahí se

comprenden.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL26

Si el trabajador, por el contrario, no expresara que nunca se

le pagó el tiempo extra, ni que no se le pagara la prima domini-

cal, en esas circunstancias la Autoridad Laboral no tendría que

resolver al respecto, porque no habría prestación que pudiera

derivarse de ello; pero sí en relación a la diferencia salarial en-

tre $150.00 pesos y $200.00 pesos, por razones obvias.

Ahora bien, los dos párrafos citados (de los Artículos 685 y

873) aparentemente se contradicen; pero no es así, pues mien-

tras que el primero habla de que la Junta subsanará lo posible-

mente incompleto de la demanda del trabajador, el segundo

establece que se prevenga al obrero para que subsane, no lo

incompleto, sino alguna acción contradictoria o irregularidad

en su demanda en un término de tres días.

Se advierte, por una parte, que el primer dispositivo

dice que la Junta debe hacerlo, y el segundo, que lo debe

hacer el trabajador con prevención de un término de 3 días

para ello; aunque hay que observar que no es lo mismo

“demanda incompleta” que “irregularidad en la misma”

y ejercitar “acciones contradictorias en la misma”, como

lo hacen ver, lo primero, el Artículo 685, y lo segundo, el

Artículo 873; lo incompleto no necesita subsanarse o corre-

girse, sino simplemente complementarse o completarse,

deviniendo eso, en el caso de no realizarse, de los hechos pro-

pios expuestos en la demanda; lo que no sucede con lo segun-

do; es decir, si es irregular o son contradictorias las acciones

en la demanda.

Esto sí requiere corrección o subsanación, porque ni la

Autoridad Laboral ni el trabajador, en su escrito de demanda,

sabrían qué se pretende; por ejemplo, si pide en el capítulo de

conceptos reclamados la reinstalación, y en los hechos afirma que se

le despidió y por ello solicita su indemnización o manifiesta solicitar

pago de tiempo extra y en sus hechos expresa laborar 8 horas diarias

diurnas, eso sería una contradicción de acciones y una irregularidad,

respectivamente, ambas con necesidad de corregirse o regularizarse,

en lo cual la Ley ordena, atinadamente, prevenir al demandante para

subsanar tales situaciones.

Ahora bien, lo incompleto, en los términos analizados, en ninguna

forma encaja en lo oscuro o vago, palabras que igualmente menciona

el Artículo 685 en comento, pues esto último (oscuro o vago) sería

igualmente una i-rregularidad, ya que lo incompleto es obviamente

algo que puede complementarse o, valga la redundancia, completarse

o comprenderse, según lo explicado.

En consecuencia, lo que debe hacerse, en el caso del

Artículo 685 de la Ley Federal del Trabajo, es tenerse al tra-

bajador por ejercitando, conforme a sus hechos narrados,

su reclamo de conceptos que de acuerdo con la Ley le co-

rresponden, aunque no los refiera, por comprenderse como presta-

ciones derivadas de la Ley por la acción ejercitada, y la Autoridad

Laboral, obligarse a resolver al respecto tomando en cuenta lo que

pruebe el patrón conforme lo establece el Artículo 784 de la Ley Labo-

ral misma.

Como corolario de todo lo anterior, se propone reformar el artículo

685 de la Ley Federal del Trabajo, agregándole un tercer párrafo que

diga: “La Autoridad Laboral resolverá conforme a derecho, si, de acuer-

do a los hechos expuestos por el trabajador en su acción ejercitada,

tiene a su favor alguna prestación o concepto que se comprenda como

derivado de dichos hechos”.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 27

La primera parte del tema que voy abordar se la dedico,

principalmente, a mis compañeros de la Generación de

Abogados 1956-1961, quienes iniciamos nuestros estu-

dios profesionales en la antigua Facultad de Derecho, de las

calles de Abasolo y Diego de Montemayor. Este año estamos

celebrando los cincuenta años de haber egresado de nuestra

querida facultad.

Asimismo, la dedico a mis alumnos de la carrera de Crimi-

nología, a quienes por treinta años impartí las materias de

Derecho Penal Parte General I, Introducción al Estudio del

Derecho, Procedimientos Penales I, Investigación Criminal, y

la última, que me fue asignada para poder llenar los requisi-

tos para tramitar mi jubilación como maestro, una materia

interesantísima que trata sobre la problemática de los Meno-

res Infractores.

Quiero hacer mención de que, entre las actividades que

vamos a desarrollar por nuestro aniversario, está la de expon-

er temas de Derecho, y, en mi caso, sobre Criminología, en la

revista de nuestra facultad, encomienda dada por el compa-

ñero y presidente de la generación, licenciado Héctor Santos

Maldonado Pérez, reconocido y estimado maestro de

De Criminología

y otras cosasLicenciado J. Lázaro Salinas Guerra

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL28

la misma, con la anuencia del director de la Facultad de Derecho

y Criminología, doctor José Luis Prado Maillard, a quien ex-

presamos nuestro agradecimiento por la atención y deferencia

dada a nuestra generación.

Deseo igualmente agradecer infinitamente a mi ma-estro en

la carrera Judicial y de Procuración de Justicia, licenciado Mar-

co Antonio Leija Moreno, actual decano de la facultad y cofun-

dador y coordinador por 20 años de la carrera de Criminología,

quien en febrero de 1975, empezando apenas el segundo se-

mestre del curso, me invitó a impartir la clase de Procedimien-

tos Penales I, propuesta que fue aceptada por el director en

funciones, que lo era el inolvidable

y querido amigo, licenciado Neftalí

Garza Contreras, (QEPD).

FUNDACIÓN

Paso ahora a referirme a la fundación

y fundadores del inicialmente llama-

do Colegio de Criminología, ahora

facultad. Siendo director de la Facul-

tad de Derecho y Ciencias Sociales el

licenciado Neftalí Garza Contreras

(QEPD), y subdirector el talentoso

abogado Everardo Chapa, se pro-

puso y se echó a cuestas la creación

de tres nuevas carreras, lo que logró

satisfactoriamente: Colegio de Peri-

odismo, Colegio de Ciencias Políti-

cas y Colegio de Criminología.

Para este último, en esa labor

tan importante, se valió de una per-

sona que, teniendo los conocimien-

tos suficientes en las disciplinas

criminológicas, le diera eficaz y ma-

terializada orientación: licenciado

Héctor F. González Salinas (QEPD),

reconocido maestro de nuestra es-

cuela, quien aceptó de inmediato la

encomienda del director. González

Salinas fue alumno y gran amigo de

don Alfonso Quiroz Cuarón, consi-

derado en ese tiempo el personaje

más entendido en las complicadas tareas de la Criminología y

de las ciencias y técnicas afines, a quien acudió, dada su gran

capacidad, producto de sus estudios y prácticas materializa-

das de investigación. Quiroz Cuarón lo auxilió y llevó por buen

camino el planteamiento de la licenciatura.

Después de arduas tareas, se logró la aprobación del Con-

sejo Universitario, con la anuencia del rector, doctor Luis Eu-

genio Todd. Las clases de la carrera se iniciaron en el mes de

septiembre de 1974, bajo la supervisión del licenciado Héctor

F. González, y con la colaboración en las tareas, de los licencia-

dos Marco Antonio Leija Moreno y Guillermo Urquijo Alanís.

CLIMA DE VIOLENCIA

Hay mucho que comentar sobre la aplicación de la criminología

en estos lamentables tiempos de tanta criminalidad en el Es-

tado y en el país, pues, ¿cuándo se había visto en Nue-

vo León, como el día de hoy, al elaborar este tema, que

acontecieran 23 muertes violentas en 23 horas, sin contar

los secuestros, robos a mano armada, a plena luz del día;

ataques a señoras de todas las edades para despojarlas

de sus vehículos, aun trayendo sus niños a bordo; robos

a casa habitación, también a la luz del día; asesinatos de

policías, agentes de tránsito, presidentes municipales,

custodios de centros penitenciarios; ataques a ciudades

y poblaciones del Estado, muchas de las cuales han que-

dado sin policías muni-cipales por el miedo y temor de ser

muertos?

En fin, somos testigos de

un caos generalizado, en el

que se incluyen muertes de

personas inocentes ajenas a

actividades delictivas. Pero,

¿por qué está sucediendo

esto? La respuesta es bien

sabida: la corrupción, la

impunidad y la falta de pre-

paración de los elementos

encargados de la prevención

e investigación de los deli-

tos, incluidos igualmente

algunos malos y corruptos

miembros del poder judicial,

quienes, con resoluciones

contrarias a derecho, basa-

dos en su personal opinión,

dejan en libertad en oca-

siones hasta a delincuentes

peligrosos, que, una vez

libres, vuelven a delinquir,

con lo que se crea un círculo

corrupto-impune-criminal.

35 MIL MUERTES EN

CUATRO AÑOS

Pero lo anterior, hay que ha-

cerlo notar, no es exclusivo

de nuestro Estado, sino que

afecta al país entero, pues el ejecutivo federal y sus ase-

sores en seguridad no han podido a la fecha, ni podrán en

años, terminar su lucha contra la delincuencia organizada.

Sus propias estadísticas señalan ya más de 35 mil muertes

en cuatro años de gobierno, y como menciono líneas a-

rriba, entre ellas un sinnúmero de personas inocentes.

Y si bien se ha logrado detener a 30 mil delincuentes

de diferentes organizaciones delictivas, y se ha decomisa-

do una gran cantidad de armamento, drogas y más, tam-

bién es cierto que las fuerzas policiacas no cuentan con la

capacidad para enfrentarlos; si no fuera por la presencia

de las fuerzas militares y navales, la situación en el Estado

y en el país sería mucho peor de como se encuentra.

Licenciado Marco Antonio Leija Moreno, fundador del Colegio (ahora facultad) de Criminología, de la Facultad de Derecho, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 29

Con respecto a lo anterior, se han producido comentarios de

numerosos intelectuales, jurisconsultos, escritores tanto nacio-

nales como extranjeros. Dadas las condiciones que vive México,

me llamó la atención un artículo del editorialista Luis Rubio, “Las

Verdades”, donde dice textualmente:

“El sistema judicial es una de nuestras lacras. Por el lado

del Ejecutivo los ministerios públicos son una vergüenza: su in-

competencia exige un replanteamiento total por corrupción o

por mera incapacidad. Por el lado del Poder Judicial, la Suprema

Corte, aunque tímida en asumir su carácter constitucional, se ha

convertido en un pilar central de la gobernabilidad del país. Sin

embargo, todo el sistema de tribunales incumple con su objetivo

modular: se gastan carretadas de dinero, pero la justica no llega.

No es que todo sea corrupción, sino que todo está diseñado para

que nada funcione”.

Y yo agrego que “claro está, si ya sabemos que de diez delitos

cometidos, sólo uno o dos llegan hasta la sentencia.

FALTA DE COORDINACIÓN

Por último, refiero las consideraciones de otro autor, quien en su

artículo “Ya basta”, cita, entre otras cuestiones:

“El Ejecutivo Federal no ha asumido cabalmente su respon-

sabilidad. La falta de coordinación en el gabinete de seguridad

es elocuente. No se puede convocar a una guerra y luego dejar

que cada corporación actúe como bien lo entienda. Los resulta-

dos están a la vista. La velocidad del contagio es alarmante. A

principios de 2009, Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones

Exteriores, confinó el problema a tres Estados: Baja California,

Chihuahua y Sonora. Hoy, a dos años de distancia, la lista incluye

a Nayarit, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Guerrero

y Michoacán, amén los estados como Jalisco, que em-

piezan a descomponerse. “Monterrey ¿es un caso ais-

lado o un caso paradigmático? Enlisto: 1999.- Fortune

la declara la ciudad más atractiva para hacer negocios.

2002, El New York Times la define como urbe modelo.

2005.- América Economía la ubica como la

metrópoli más segura. “Cinco años después, los

bloqueos y las ejecuciones a-rrasan con la Ciu-

dad. ¿Qué pasó? Es sin duda la gran pregunta.”

Yo me atrevo a responderle: A la incapacidad de las

autoridades para combatir la delincuencia que ya está

muy organizada, y ellas no quieren o no saben, por inte-

reses políticos, cómo organizarse para hacerle frente.

Recuerden aquel gobernante que, en una cabalgata con

sus pares vecinos, espetó: “El narco nos hace los man-

dados”. Pues a la fecha ni él ni sus sucesores han po-

dido ni podrán a corto plazo acabar con ese problema.

Y continúa el articulista: “¿No hay de qué preocu-

parse o estamos ante un fenómeno imparable que va de

la periferia al centro? Imposible responder categórica-

mente. Pero es un hecho que todos los indicadores son

preocupantes. La degradación se está acelerando. Cada

vez hay más zonas fuera de control. Incluso las ca-

rreteras, las supercarreteras, se han vuelto peligrosas.”

LOS DELINCUENTES ERAN OTROS

Así es en efecto. Cuando el que esto escribe fungió en la

década de los años setenta como agente del Ministerio

Licenciado Héctor F. González Salinas (QEPD). Licenciado Guillermo Urquijo Alanís.

fundador del Colegio (ahora facultad) de Criminología, de la Facultad de Derecho, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

El licenciado Neftalí Garza Contreras (QEPD), director de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Nuevo León, creó el Colegio de Criminología, ahora facultad, en 1974.

Fundador del Colegio (ahora facultad) de Criminología, de la Facultad de Derecho, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL30

Público de la agencia encargada de la investigación del de-

lito de robo, los delincuentes sólo robaban a los choferes

de los tráileres los viáticos, las llantas de refacción y algo

de carga. Pero en la actualidad son desesperantes para los

transportistas del país los recurrentes robos de las uni-

dades de carga, por lo que han exigido el apoyo de las au-

toridades; han protestado en demanda de seguridad, para

poder continuar con su negocio, que sabemos requiere

nuestro país, pues es fuente de ingresos y de trabajo para

miles de mexicanos.

Pero, como sabemos, este problema ha resultado im-

parable, y, por el contrario, se ha incrementado enorme-

mente, al grado de que, según informes de la Unión de

Transportistas de la República, el año anterior fueron

robadas en las carreteras del país 560 unidades de carga,

lo que representa un aumento del 30 por ciento con respec-

to al año anterior.

Y termina el artículo que cito: “Todo indica que en el

futuro la violencia y el deterioro serán mayores. La gran

cuestión es cómo llegarán el país y el Estado al 2012, y

adicionalmente el costo y el tiempo que lleva enderezar la

nave. ¿Ya basta? Sí, pero ¿qué hacemos?”

EXIGENCIA CIUDADANA

Debe la ciudadanía exigir a las autoridades encargadas de

la seguridad el cumplimiento de sus obligaciones: preser-

var la paz y la seguridad de todos para realizar deberes de

trabajo, estudio, atención a la familia; que los hijos acudan

a sus centros de estudio y de trabajo, en un ambiente tran-

quilo, óptimo, en donde puedan realizarse las personas

de bien.

Desafortunadamente los atracos han llegado, de forma

inaudita, hasta el seno de nuestra querida universidad, lo

que ha obligado al rector a tomar nuevas medidas de se-

guridad, a fin de proteger a los empleados de la misma y

a los estudiantes.

Las acciones llevadas a cabo en días pasados por el

ejecutivo estatal en materia de seguridad, relevando a los

responsables, los cuales, no obstante contar con la expe-

riencia de toda una vida en esa área, no pudieron o no

quisieron, por motivos que sólo ellos saben, cumplir con

la encomienda que les fue confiada.

AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO

Con relación al párrafo anterior, quiero resaltar como

menciono en líneas anteriores, que a inicios de los años

setenta, fui designado agente del Ministerio Público inves-

tigador en delito de robo en esta ciudad, con oficinas ubi-

cadas en el edificio de la Policía Judicial, cuyo titular era el

estimado maestro de nuestra generación, licenciado Ale-

jandro Garza Delgado (QEPD), quien tenía como secretario

a un joven y prometedor abogado-politólogo, licenciado

Jorge Fernando Garza Guzmán, y a don Eliseo, cuyo ape-

llido no recuerdo, como jefe del Departamento de Identi-

ficación, hombre que sólo hizo estudios empíricos, pero

muy dedicado, responsable y capaz. El resto del personal

-los llamados en ese tiempo policías judiciales-, estaba

conformado por ex boxeadores, ex luchadores, choferes, etcétera, gente sin pre-

paración criminalística, sin cultura; si acaso tal vez el 50 por ciento haya cursado

la educación básica; pero, dirigidos por persona tan capaz como lo fue el maes-

tro Alejandro, lograban esclarecer los más difíciles casos delictivos cometidos

en la ciudad y en el Estado.

BOTONES DE MUESTRA

Para muestra, mencionaré sólo dos relevantes: el esclarecimiento del homicidio

cometido por el doctor Alfredo Ballí, y la detención de integrantes de la Liga

23 de septiembre, que dieron muerte al estimado industrial don Eugenio Garza

Sada De estos casos le tocó conocer al licenciado Marco Antonio Leija Moreno,

en esas fechas juez cuarto penal.

El licenciado Leija Moreno, en algunas de sus amenas pláticas, recordando

los casos más sonados que resolviera, refiere que “Manix”, como coloquialmente

llamaban los medios periodísticos al licenciado Garza Delgado, no dejaba cabos

sueltos en las investigaciones, lo que motivaba que al hacer los detenidos su

declaración preparatoria, no hallaban él, como juez, ni el agente del Ministerio

Público Adscrito sobre qué interrogarlos.

TAMBIÉN ENTONCES HABÍA PILLOS

Ahora bien, ¿por qué lograba el maestro Alejandro tales resultados? Pues,

además de su capacidad y don de mando, como queda dicho, porque la policía

no era tan corrupta como hoy en día, así de sencillo. No crean que los policías

judiciales de ese tiempo eran blancas palomitas o piadosos hermanos de la cari-

dad; no, eran pillos, por no llamarlos de otra manera. Para ejemplificar, cuando

remitían a la agencia los objetos recogidos a los detenidos por robos o a los com-

pradores, verificaba si faltaban algunos de los señalados en el parte de policía, lo

que sucedió en más de una ocasión, por lo que les reclamaba a los comandantes,

a quienes llegué a quitar radiograbadoras, estéreos para autos, televisores, etcé-

tera, pero nunca ningún elemento fue detenido ni muerto por tener nexos con

grupos delictivos.

Sabemos que en los últimos años, cientos de elementos policiacos han sido

dados de baja, y muchos han sido consignados por su participación y compli-

cidad con la delincuencia organizada en los tres niveles de gobierno, e incluso

algunos han sido muertos. Mientras no se depuren totalmente los cuerpos poli-

ciacos, la inseguridad seguirá latente.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 31

CORRUPCION

Se ha mencionado hasta la saciedad que existe corrupción entre

los integrantes o encargados de la investigación de los hechos

delictivos y órganos jurisdiccionales, lo que se pretende expli-

car con el argumento de bajos sueldos para policías, peritos y

demás. Esto es cierto. Para darles una idea, cuando el suscrito

fue de-signado director de Servicios Periciales en el Estado, en

noviembre de 1997, me enteré de los bajísimos sueldos que de-

vengaban, pues quien tenía el más alto era de dos mil 500 pesos

mensuales, y dos ganaban mil 800 pesos, a pesar de que eran

pasantes o licenciados en criminología. Claro, con esos sueldos,

abogados sin escrúpulos tratan de corromperlos. Por ello, en

ocasiones se dice que los peritajes se hacen al gusto del mejor

postor.

Como hecho anecdótico, contaré que ahí realizaba su servi-

cio social un ex alumno, de nombre Jorge Enrique Cruz Flores,

quien había sido segundo lugar en aprovechamiento de su ge-

neración; y al poco tiempo me recomendaron como meritoria,

sin ganar sueldo, a la ex alumna Diana Rocío González Vázquez,

pri-mer lugar de la misma generación. Lógico, se trataba de

jóvenes estudiosos y muy dedicados, pero meses después quisie-

ron retirarse, pues el primero había concluido su encomienda

escolar, y la segunda por necesidad de obtener un ingreso.

El suscrito acudió ante el procurador, que, al enterarse de las

condiciones de los jóvenes, les dio plaza; para ello, “partió” una

de comandante, por lo que estos brillantes estudiantes perci-

birían un sueldo de dos mil 500 pesos men-suales cada uno.

Con el tiempo, el primero buscó nuevos horizontes, y se tituló

de abogado posteriormente; la segunda continúa laborando ahí,

con un sueldo más o menos decoroso.

IMPUNIDAD

La impunidad podría definirse como “el estado en que se en-

cuentra un hecho delictivo que no ha sido debidamente cas-

tigado con la pena que el mismo merece”. Estimo que para la

impunidad, muchas veces se da, aunada a la corrupción, la de-

ficiencia de la labor desempeñada por quienes deben re-

solver el hecho delictivo. ¿Y por qué? Pues consi-dero que

por la falta de preparación de los agentes responsables,

quienes no reciben capacitación adecuada; por la falta de

equipo de laboratorio y demás herramientas requeridas

para cumplir cabalmente la labor investigadora, a todo lo

cual se suman intereses monetarios, políticos y desaten-

ción gubernamental.

Los servicios Periciales de 1997–1998 sólo contaban

con una unidad en buenas condiciones, un vehículo Tsuru,

obtenido nuevo, con lo pagado por la aseguradora por el

robo de dos camionetas; las condiciones del laboratorio

eran regulares, pero las necesidades eran muchas; muy es-

casos los bienes o aparatos para cubrirlas, lo que motiva-

ba que me viera obligado a llevar dos máquinas de escribir

manuales, en tanto que el jefe de los Servicios de Medicina

Forense llevó una computadora, (era soltero).

Ahora bien, en las condiciones de trabajo que men-

ciono, ¿cómo va a querer la sociedad que no se dé la

impunidad, si agregamos la poca paga a ministeriales y

peritos? ¿Qué buena labor esperamos, si no

se integran debidamente, las averiguaciones?

Por ello, muchas veces los jueces no tienen e-

lementos para poder sancionar a los culpables,

con lo que se da la impunidad.

IMPREPARACIÓN

La falta de preparación se hace presente con

frecuencia, porque las autoridades federales y

estatales no han asignado el presupuesto nece-

sario para capacitar continuamente a peritos,

ministeriales y demás personal coadyuvante

del Ministerio Público, para la integración de

las indagatorias, a pesar del crecimiento de la

criminalidad y de la aparición de nuevos deli-

tos, como el cibernético.

OBJETIVOS GENERALES DE LA CRIMI-

NOLOGÍA

Los criminólogos Juan Pablo de Tavira y Jorge

López Vergara consideran que la criminología

“Es la ciencia que se encarga del estudio del

delito como conducta humana y social; que investiga las

causas de la delincuencia, la prevención del delito y el

tratamiento del delincuente.

Como sabemos, la criminalista es una ciencia penal

auxiliar, que, mediante la aplicación de sus conocimien-

tos, metodología y tecnología al estudio de las evidencias

materiales, descubre y verifica científicamente un hecho

delictivo y al o a los presuntos autores, aportando pruebas

a los organismos que procuran y administran justicia.

Con todo lo anteriormente expuesto; es decir, al aplicar

los conocimientos científicos que estas ciencias nos apor-

tan, contando con los elementos humanos capacitados en

la investigación de los delitos, los hechos se resolverán

satisfactoriamente, dando así seguridad a la sociedad, que

espera de las autoridades el cumplimiento de su deber.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL26

PERFIL DEL INVESTIGADOR

EL PROCESO DE SELECCIÓN

Para llevar a cabo un proceso de selección con mecanis-

mos transparentes y confiables, es necesario que se rea-

lice con el concurso de terceros. ¡Qué mejor que elementos

del sector educativo apliquen las pruebas, exámenes y

evaluaciones correspondientes en el proceso de reclu-

tamiento y selección!

Es por ello que se destaca la necesidad de realizar

convenios de colaboración con instituciones del sistema

educativo de investigación, para evaluar y seleccionar en

su caso, a quienes obtengan los mejores resultados en

los exámenes y pruebas, de acuerdo con los parámetros

que se establezcan, lo cual representa acciones sin pre-

cedentes, tanto cualitativa como cuantitativamente, para

contribuir a un mecanismo riguroso de selección, a fin de

que los aspirantes a agentes investigadores del Ministerio

Público cubran los requisitos técnicos, científicos, éticos,

físicos y psicológicos.

Sólo así podrá garantizarse a la ciudadanía que di-

chos aspirantes a convertirse en servidores públicos de la

Procuración de Justicia, tengan las aptitudes y actitudes

suficientes para cubrir su desempeño y se eviten así des-

viaciones o abusos. Estos convenios deben cubrir los re-

querimientos administrativos y académicos que permitan

realizar los estudios correspondientes en las siguientes

áreas:

1.- Área de resistencia Valoración física

2.- Área de trabajo social Valoración social

3.- Área de psicología Valoración psicológica

4.- Área académica Conocimientos generales

5.- Área de servicios médicos Valoración médica

Dichas valoraciones se realizarían de manera secuencial,

para contribuir así al logro de los objetivos institucio-

nales. Sería muy largo y tedioso para el lector relatar el

contenido general de cada una de las evaluaciones, pero

citaré someramente unos puntos que considero muy im-

portantes para seleccionar a los aspirantes:

•Laestructura familiar: seobtiene informaciónqueper-

mite determinar a qué tipo de familia pertenece, las rela-

ciones de sus miembros, la economía de la familia y su

nivel educativo. Los datos analizados son importantes, ya

que se considera que de la familia emanan las reglas, nor-

mas, patrones de conducta, hábitos, costumbres, etcétera,

situación determinante si se considera que se trata de

personas que estarán en contacto directo con la sociedad,

procurando su bienestar y seguridad.

•Laevaluaciónpsicológica.Éstaesimportantísima,pues

con ella se obtienen y valoran datos básicos de capacidades

intelectuales, emocionales, habilidades individuales.

Igualmente, en estas evaluaciones existen categorías

de exclusión, como son una patología severa que implica

rasgos de personalidad, con tendencias adictivas, proble-

mas severos de control de impulsos agresivos., no contar

con recursos para afrontar situaciones de conflicto; no

tolerar presiones, no asumir responsabilidades, etcétera…

En fin, se señalan muy diversos temas que los psicólogos

deben explorar en los aspirantes a agentes investigadores.

CONCLUSIONES

I.- La criminología es la ciencia que se encarga del estudio

del delito como conducta humana y social; de investigar

las causas de la delincuencia, de la prevención del delito y

del tratamiento del delincuente.

II.- El licenciado Neftalí Garza Contreras (QEPD), director

de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nuevo

León, creó el Colegio de Criminología, ahora Facultad, en

1974. Fundadores: licenciados Hector F. González Salinas

(QEPD), Marco Antonio Leija Moreno, Guillermo Urquíjo

Alanís.

III.- Maestro de la generación: licenciado Alejandro Garza

Delgado (QEPD). Capacidad, don de mando, agentes sin

preparación criminalista. Resolvía casos relevantes.

IV.- Si se quiere combatir la corrupción, la impunidad y

la falta de preparación de los policías, debe el gobierno

pagar buenos sueldos, incluso a peritos, dotándolos de

equipo, de laboratorios modernos, y dándoles continua

preparación académica.

V.- Que sean instancias educativas las que apliquen las

pruebas, exámenes y evaluaciones correspondientes en

proceso de reclutamiento y selección del investigador, con

mecanismos transparentes y confiables.

Bibliografía

Leija Moreno, Marco Antonio. El Colegio de Criminología UANL. Relación Histórica y Vivencias. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Nuevo León.

Montiel Sosa, Juventino. Criminalística Uno. Editorial Porrúa.

González de la Vega, René; Miguel Óscar Aguilar Ruiz, Gustavo R. Salas Chávez, José Antonio Arenas Villanueva. La Investigación Criminal. Editorial Porrúa.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 33

Bibliografía

Leija Moreno, Marco Antonio. El Colegio de Criminología UANL. Relación Histórica y Vivencias. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Nuevo León.

Montiel Sosa, Juventino. Criminalística Uno. Editorial Porrúa.

González de la Vega, René; Miguel Óscar Aguilar Ruiz, Gustavo R. Salas Chávez, José Antonio Arenas Villanueva. La Investigación Criminal. Editorial Porrúa.

La sociedad nuevoleonesa asentada en tierras áridas,

con climas extremos y alejada del centro, domicilio

de los poderes federales, siempre y con dedicación y

esfuerzo, había logrado progreso familiar, cultural, educa-

tivo y económico.

De un tiempo acá hemos sentido que se ha aflojado la

disciplina, las buenas costumbres, los valores, el civismo

ciudadano y, sobre todo, la solidaridad de la comunidad.

Normalmente, el ser humano piensa que lo malo que

le acontece es culpa de los demás: del gobierno, los veci-

nos, los maestros, la corrupción, los policías, los ninis, los

medios de comunicación, las sectas religiosas, los Estados

Unidos, los españoles y no sé cuantos más. La verdad es

que no hay mejor maestro para los menores que sus pa-

dres, mejor policía que uno mismo en el cuidado de su

seguridad, que los mexicanos entregados al trabajo, para

sacar a México adelante.

Sociedad Organizada

VS

Delincuencia OrganizadaAlfonso García Alanís

Alfonso García Alanís

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL34

DEMOS A LA FAMILIA

EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE

La patria potestad que ejercemos los padres con los hijos

genera derechos y obligaciones. La educación (principios,

valores) corresponde a los padres. La enseñanza (gramáti-

ca, física, etcétera) a los maestros. El preocuparse y ocu-

parse de los hijos; valorar a la familia como la célula de la

sociedad; el matrimonio entre hombre y mujer como base

de dicha célula social; el trabajo diario y honesto como

fundamento del progreso; el amor a México como la única

patria que es nuestra, y el respeto y cuidado de nuestros

mayores; el apoyo a las autoridades que elegimos, y en

general el bien ser y actuar de quienes integramos la co-

munidad es lo que puede proporcionar los elementos que

modifiquen la inseguridad que padecemos -¿por qué no

decirlo?- por descuido o flojera de nosotros. Tenemos que

actuar en consecuencia.

¿Qué de bueno pueden obtener los muchachos (jóvenes

de ambos sexos) cuando salen de la casa a las 12 de la no-

che para divertirse en la oscuridad de los “antros” y no

sé que otros lugares? Y, en su caso, regresar a las 6 de la

mañana (si es que no dicen que dormirán con los amigos),

sin que sus padres, en la mayoría de los casos, sepan con

quién andan ni el lugar de esparcimiento donde están. Y

a esto habrá que añadir la inseguridad que existe en esta

sociedad, venida a menos en mucho por culpa nuestra.

Y digo por culpa nuestra (reconozco y acepto la enfer-

medad como principio de la cura), porque valoramos más

los bienes materiales (dinero, casas, autos, joyas, ropa)

que lo realmente valioso, que es la familia, la seguridad,

el trabajo, la salud física, nuestra patria. Cambiemos de

forma de ser y pronto veremos que la tranquilidad regresa

a Nuevo León.

Fomentemos la amistad y las buenas relaciones con

nuestros vecinos. La conseja popular dice que es mejor

tener un buen vecino que un buen hermano, porque al ve-

cino lo tenemos cerca las 24 horas del día y al hermano lo

vemos más esporádicamente.

LOS VALORES

Muchas personas confunden la educación en los valores

(amistad, honestidad, respeto a los demás) con una edu-

cación moral o religiosa. Esto no es así; tal punto de vista

obedece al prejuicio y a la ignorancia. Educar en los valores

es buscar que la persona -niño, joven o adulto- aprenda a

descubrir el significado de lo que conoce y hace para darle

su justo lugar en su vida personal y social; es decir, la

persona debe conocer lo que es su cuerpo, cómo funciona;

conocer lo que es la economía y sus leyes.

Pero lo importante es que llegue a respetar su cuerpo y

los de los demás; que cuide su salud y no atente contra la

integridad de sus semejantes; lo importante no es conocer

las leyes económicas, sino que éstas las pueda aprovechar

para crear riqueza que sirva para satisfacer necesidades

humanas y no al consumismo.

Como sociedad, debemos -empezando con los veci-

nos, el barrio, la colonia- convocar a foros regionales para

superar la crisis que estamos viviendo. México no se ha

acabado con los recientes sucesos; los mexicanos que

creemos en nuestro país y que tenemos fe en nosotros

mismos, sabemos que, rescatando la unidad de la comu-

nidad, podemos avanzar con tenacidad y mayor coraje en

la inseguridad; en lo económico dentro de un modelo de

una economía de mercado con responsabilidad social; en

la sociedad, con un nuevo pacto que congregue a todos los

sectores alrededor del logro del bien común.

Debemos seguir avanzando con rapidez en la política,

con democracia participativa; todos buscando el beneficio

de México y no los intereses creados; no las luchas de li-

berales y conservadores de antaño que en la actualidad se

siguen dando entre los diversos partidos políticos (PAN,

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 35

vigilar, cuidar y educar a los hijos; tener comunicación y buenas

relaciones con nuestros vecinos; hacer el bien en nuestro barrio o

colonia y otros que formen la cultura de la solidaridad social.

Si el gobierno hace su parte y pone un centro de atención

inmediata en colonias donde proliferan los pandilleros y gente

marginada, ayudará mucho a desterrar la inseguridad que cada

vez es mayor. En estos centros de atención inmediata habría, las

24 horas del día, patrullas con policías de barrio; médico, farma-

cia, comedor, peluquero, regaderas para baño, talleres de oficios

varios, justicia de barandilla, camioneta para reparar alumbrado

público y todo esto con cobros simbólicos para algunos servicios

($5.00 médico, comida, corte de cabello).

Hay quienes quieren hundirnos en la confusión, en una mayor

pobreza y dependencia de otros países. Hoy se requiere de mucho

más que discursos para preservar y lograr crear los empleos pro-

ductivos que México necesita.

Se requiere mucho más que de palabras para que puedan so-

brevivir miles de empresas pequeñas y medianas (las que generan

el mayor número de plazas de trabajo); se requiere que los juicios

laborales no duren más de 90 días (plazo establecido por la Ley

Federal de Trabajo vigente), y no cargarle al patrón los salarios

caídos, por no ser su culpa que las juntas de conciliación, así como

abogados y líderes sin escrúpulos alarguen los asuntos en per-

juicio de trabajadores y empleadores.

COMPROMISO CON MÉXICO

Se necesitan cambios importantes en nosotros y en el gobierno en

turno. Urgen propuestas inteligentes y creativas (en lugar de los

continuos pleitos entre los partidos políticos). Exijamos ir más allá

de la condena a nuestro gobernador y nuestro alcalde (a quienes

elegimos), de la queja estéril; renovemos nuestro compromiso

con México (no hablemos mal de nuestro país. Es el único que te-

nemos). Estemos conscientes que usted y yo somos la esperanza

de las nuevas generaciones y convirtamos nuestra frustración en

poderoso acicate para enfocarnos en las soluciones y no en los

problemas que nos aquejan. No propongo dejar en la impuni-

dad a todos los responsables de éstas y otras crisis que hemos

padecido; es mejor exigir que la justicia, conforme a derecho,

determine quiénes son merecedores de castigo, pues es fácil

fabricar culpables, levantar falsos en medio de la crisis gene-

ralizada. Busquemos construir un país donde impere la ley, no

las pasiones.

La mayoría del pueblo mexicano: obreros, campesinos, em-

presarios, maestros, amas de casa, autoridades, han puesto su

parte y se han sacrificado. Son otros -y éstos son minoría- los

que no han cumplido con su deber; y hay otros más que, por in-

tereses personales o de grupos políticos, nos están empujando

a esta crisis.

UNIDAD ANTE LA CRISIS

Unámonos como sociedad y no echemos por la borda los esfuer-

zos y sacrificios que hicieron nuestros padres; no podemos ha-

cerles el juego a los delincuentes y tampoco a los que preten-

den capitalizar a su favor la crisis. Apoyemos a nuestro presi-

dente, a nuestro gobernador, a nuestro alcalde y a otros funcio-

narios que, en su momento, hacen su mejor esfuerzo para salir

de este fango. Recordemos que hay más funcionarios públicos

buenos que malos.

Ante la situación existente, las reacciones desde el disgusto

hasta la impotencia han sido generalizadas; lo peor es caer en

la desesperación (toque de queda, suspensión de garantías indi-

viduales, estado fallido) y en el inmovilismo que ésta produce,

porque esto conduce a la violencia sin freno, al estancamiento

y al cinismo.

La desesperación llega cuando ya no se tiene fundamento

para seguir luchando en la vida; la esperanza se fundamenta en

la fe, en la confianza cierta en algo o en alguien. ¿En qué pode-

mos hoy basar nuestra esperanza para seguir nuestro camino?

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL36

FE EN NOSOTROS, EN MÉXICO

Y EN LOS VALORES

En primer lugar, debemos tener fe en nosotros mismos, en

el México que queremos lograr; en ocuparnos de los hijos

que le vamos a dejar a México, y, en resumen, debemos

fijarnos metas en las que podamos creer, y tener líderes

para conseguirlas.

En segundo lugar, nuestra esperanza debe basarse en

tener fe en los valores del ser humano, en la posibilidad de

cambio para bien y en la solidaridad de la comunidad (Hay

más gente buena que mala).

Por otro lado, nuestra esperanza se debe alimentar en

las oportunidades que podemos encontrar a nuestro al-

rededor (vecinos, barrio, colonia, trabajo y otros), con el

mismo realismo que podemos identificar los problemas

y obstáculos.

México ya no es el mismo de hace 15 ó 20 años, so-

cial, política y económicamente; la mentalidad de los

mexicanos, en su mayoría, ha cambiado; y nos mostramos

más exigentes de nuestros derechos, aunque, desafortu-

nadamente, menos responsables en el cumplimiento de

nuestros deberes cívicos (no se respetan los símbolos pa-

trios, se critica a México y sus autoridades; los alumnos

no respetan a sus maestros; los menores no respetan a

sus mayores, y otros). La propia experiencia de las últimas

décadas nos ha mostrado el fracaso de diferentes modelos

económicos y políticos, por la carencia de un profundo

sentido humanista.

PREVENCIÓN DEL DELITO

Monterrey y su área metropolitana es, por su progreso,

atractiva para mucha gente de todas partes de la repu-

blica, tanto de la ciudad como del campo, y extranjeros de

varias nacionalidades (personas más buenas que malas).

Debemos estar muy conscientes de esta gran migración y

solidarizarnos con la gente de bien y prevenir los delitos

(no hay mejor vigilante de la seguridad que nosotros mis-

mos) uniéndonos contra los delincuentes, ayudándonos

en caso de emergencia, denunciando ante el ejército y la

marina a los sospechosos (por ser hoy por hoy las autori-

dades confiables que reprimen a los delincuentes).

La enseñanza, desde la preparatoria, debe ser con el

plan escuela-empresa (práctica) en una proporción del 40

por ciento teoría y el 60 por ciento práctica. Al final, el tra-

bajo seguro lo tiene el profesionista que sabe aplicar sus

conocimientos teórico-prácticos en su especialidad.

Los médicos egresados de la Facultad de Medicina y

Hospital Universitario de la UANL son cotizados como

triple A por hospitales nacionales y extranjeros. Este ejem-

plo debe aplicarse a todas las profesiones de universi-

dades públicas y privadas. Las licenciaturas, maestrías y

doctorados sin práctica completa no sirven de casi nada.

Por otro lado, la mayoría de los organismos interme-

dios y colegios de profesionistas han dejado de cumplir

con su misión ante la comunidad, espacio que han tomado

algunos de los medios de comunicación (cuyos comen-

taristas opinan y se convierten en ministerios públicos,

jueces y otros más, presionando a las autoridades. so pre-

texto de que la sociedad quiere saber) que comunican y

venden noticias regularmente amarillistas que parecieran

tener más seguidores que los editorialistas profesionales

y tratan asuntos que alimentan nuestros conocimientos.

Cuando hay un accidente automovilístico se paran más de

cien curiosos, y lo que causan son más accidentes.

HORARIOS ESCALONADOS

Si la comunidad se pone de acuerdo en que la entrada a

las fábricas sea a las 7:00 a.m.; a los lugares de enseñanza

a las 8:00a.m., y a los comercios y oficinas a las 9:00a.m.,

también las salidas serían escalonadas, y mejoraría mucho

la vialidad en nuestra región. Este solo ejemplo debe servir

para hacer muchas otras cosas que, sin mayor costo, be-

neficien a la comunidad.

La sociedad organizada, más temprano que tarde,

acabará con la delincuencia organizada. Estamos conven-

cidos de que la respuesta a la crisis de seguridad, social,

política y económica por el México que queremos cons-

truir, no es sólo de carácter técnico; está en un liderazgo

moral que vertebre (una) a la sociedad, para conseguir el

país que deseamos; para lograr un desarrollo sostenible,

una economía de mercado con responsabilidad social y

una democracia participativa.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 37

A petición de nuestro compañero y coordi-

nador editorial para esta revista jurídica,

licenciado Lázaro Salinas Guerra, sobre

algún tema que pudiera ser de interés para la

Generación de Abogados 1956-1961, egresada de

nuestra querida y respetada Facultad de Derecho

y Ciencias Sociales (como se le llamaba anterior-

mente a nuestra Escuela de Derecho y que ahora

es también de Criminología), decidí rendir un tri-

buto de admiración y reconocimiento al señor

ministro de la Suprema Corte de Justicia de la

Nación, don José de Jesús Gudiño Pelayo.

Este reconocimiento es por su magistral

ponencia, al resolver el amparo en revisión

501/99, promovido por nuestro compañero y

amigo, el abogado Telésforo Salvador Ardiñes

Revilla, resuelto por la Primera Sala del máximo

tribunal, el 16 de agosto de 2000, contra la in-

constitucionalidad de los artículos 3°, 6° y 13° del

decreto de reformas, publicado en el Periódico

Oficial del Estado el 13 de octubre de 1993, (nueva

Ley del ISSSTELEON), mediante el decreto número

241, publicado en el Periódico Oficial del Estado el

24 de diciembre de 1993, así como contra sus ac-

tos de aplicación, específicamente en los artículos

ya antes mencionados.

Además, quiero rendir el mismo tributo a

quien considero el mejor gobernador del Estado,

Por el abogado Herberto Javier Núñez EspinosaEx Magistrado de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León hasta el año de 1985

Abogado Herberto Javier Núñez Espinosa

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL38

don Alfonso Martínez

Domínguez, por su acti-

tud visionaria y resuelta,

al crear la pri-mera Ley

de Seguridad y Servicios

Sociales para los Traba-

jadores al Servicio del

Estado de Nuevo Leon

(ISSSTELEON), previendo

los nuevos requerimien-

tos que por virtud de

la reforma al artículo

115 de la Constitución

Federal fue necesario

implementar, a fin de

proporcionar de forma

eficiente seguridad social a los trabajadores al servicio del Estado.

Así, se creó el organismo descentralizado con personalidad ju-

rídica y patrimonio propios, cuyo objetivo fue el establecimiento de

un régimen de seguridad social a favor de los trabajadores públicos

y sus familiares o beneficiarios, con el propósito de proteger la salud

de los mismos y garantizar los derechos y prestaciones que dicha ley

les confiera.

El artículo sexto de la ley del ISSSTELEON de 1983 estableció, en-

tre otros, el derecho a la jubilación en los siguientes términos:

“Artículo 6.- Se establecen con carácter obligatorio, las siguientes

prestaciones:

“I.- Servicio médico para enfermedades profesionales y accidentes de

trabajo.

“II.- Servicio médico para accidentes no profesionales y maternidad.

“III.- Jubilación”.

Y continúa el señor ministro en su Magistral Ponencia: “así las co-

sas y habiendo quedado plenamente acreditada la inconstitucionali-

dad del artículo Decimo Tercero Transitorio de la ley del ISSSTELEON

de 1993, lo procedente es conceder el amparo y la protección de la

justicia federal al quejoso, a efecto de que, para el tramite, determi-

nación y monto de su jubilación, únicamente se le aplique la ley del

ISSSTELEON abrogada, publicada en el de Nuevo Leon el día vein-

tiuno de enero de mil novecientos ochenta y tres”.

Y agrega que sirve de apoyo a lo anterior la tesis publicada en

la página 80, volumen CXXXVI, sexta época, del , y que es del tenor

siguiente:

“RETROACTIVIDAD, TEORIAS DE LA.- Sobre la materia de i-

rretroactividad, existen diversidad de teorías, siendo las más fre-

cuentes, la de los derechos adquiridos y de las expectativas de

derecho y la de las situaciones generales de derecho y situaciones

concretas o situaciones abstractas y situaciones concretas, siendo

la primera, el mandamiento de la ley, sin aplicación concreta de

la misma, el derecho adquirido es definible, cuando el acto rea-

lizado introduce un bien, una facultad o provecho al patrimonio

de la persona, y hecho efectuado no puede afectarse ni por la

voluntad de quienes intervinieron en el acto, ni por disposición

legal en contrario; y la expectativa de derecho es una esperanza

o una pretensión de que se realice una situación jurídica con-

creta de acuerdo con la legislación vigente en un momento dado.

“En el primer caso, se realiza el derecho y entra al patrimonio; en

el segundo, el derecho está en potencia, sin realizar una situación

jurídica concreta, no formando parte integrante del patrimonio; es-

tos conceptos han sido acogidos por la Suprema Corte, como puede

verse en las páginas 226 y 227 del apéndice al tomo L del al esta-

blecer, que para que una ley sea retroactiva, se requiere que obre

sobre el pasado, para cambiar, modificar o suprimir los derechos

individuales adquiridos’. ‘Al celebrarse un contrato, se crea una

situación jurídica concreta, que no puede destruirse por la nueva

ley, si no es incurriendo en el vicio de retroactividad. Si una obli-

gación ha nacido bajo el imperio de la ley antigua, subsistirá con

los caracteres y las consecuencias que la misma ley le atribuye.’”

Sostiene Gudiño Pelayo que en la parte primera del volumen

145-150, Séptima Época del , dice:”

“DERECHOS ADQUIRIDOS Y EXPECTATIVAS DE DERECHOS, CON-

CEPTO DE LOS, EN MATERIA DE LA RETROACTIVIDAD DE LEYES.- El

derecho adquirido se puede definir como el acto realizado que in-

troduce un bien, una facultad o un provecho al patrimonio de una

persona, y ese hecho no puede afectarse, ni por disposición legal en

contrario; la expectativa de derecho es una pretensión de que realice

una situación jurídica concreta, conforme a la legislación vigente en

un momento determinado.”

Explica asimismo que, en este orden de ideas, es evidente que

atenta la determinación que antecede y los efectos naturales del

amparo concedido, no resulta necesario verter pronunciamiento al-

guno sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del artículo

sexto transitorio, asimismo reclamado, pues este precepto establece

las tablas porcentuales para definir el monto de la pensión a cubrirse,

ya que sobre este punto habrá de aplicarse al quejoso la ley abrogada

y, consecuentemente, los porcentajes que entonces se contemplaban

en la ley para tales casos.

Además de lo anterior, también es fundado el concepto de vio-

lación resumido en el inciso 2) del considerando sexto de la presente

resolución, relativo a que el artículo tercero transitorio de la ley im-

pugnada viola lo dispuesto en el numeral 14 de la Constitución Fe-

deral, pues deja sin efectos los convenios y acuerdos celebrados bajo

la vigencia de la anterior Ley del Instituto de Seguridad y Servicios

Sociales de los Trabajadores del Estado de Nuevo León.

Trayectoria del ministro don José de Jesús Gudiño Pelayo

El distinguido ministro y nunca bien

llorado José de Jesús Gudiño Pelayo

tuvo, en forma sucinta y abreviada,

la siguiente trayectoria en su fructífera vida

judicial:

Nació en Autlan, Jalisco, el 6 de junio de

1943.

Estudió la Licenciatura en Derecho en la Uni-

versidad Iberoamericana de México, Distrito

Federal, y obtuvo el título respectivo el 24

de enero de 1972, con la tesis El concepto de

propiedad ejidal a la luz del Derecho Natu-

ral.

Trayectoria laboral en el Poder Judicial de la Federación:

Secretario de Estudio y Cuenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, adscrito a la Primera Sala

Juez Primero de Distrito en el Estado de Sonora, con residencia en la ciudad de Hermosillo.

Juez Primero de Distrito en el Estado de Tamaulipas, con residencia en la ciudad de Tampico.

Juez Primero de Distrito en el Estado de Baja California, con residencia en la ciudad de Mexicali.

Magistrado de Circuito adscrito al Segundo Tribunal Colegiado del Séptimo Circuito, con residencia en la

ciudad de Veracruz, Veracruz.

Magistrado de Circuito, adscrito al Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil de Tercer Circuito, con

residencia en Guadalajara Jalisco.

Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Otros estudios profesionales: Estudios de Administración Pública, en la Escuela Nacional de Adminis-

tración local, Madrid, y en la Escuela Nacional de Administración Pública de Alcalá de Henares, España.

Concluyó la Maestría en Derecho por la Universidad Iberoamericana, con la tesis El amparo Mexicano.

Problemas fundamentales, el 24 de agosto de 1990.

Trabajos Publicados: Los libros: Problemas Fundamentales del Amparo Mexicano, Introducción al

Amparo Mexicano; El estado contra sí mismo. Las Comisiones Gubernamentales de Derechos Humanos y la

deslegitimación de lo estatal; Controversia sobre controversia. Discusión en torno al alcance de la compe-

tencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en controversias institucionales; La justicia federal al

final del milenio; Ingeniería judicial y reforma del Estado. Preocupaciones, inquietudes, esperanzas….; La

improcedencia y el sobreseimiento en la controversia constitucional; la contradicción de criterios judiciales

en el derecho angloamericano y en el mexicano. Una posible explicación a la distinta perspectiva con que

se aborda, y Diseños y coincidencias, así como diversos artículos y conferencias.

Actividad docente: Ha impartido la cátedra de Juicio de Amparo en diversas universidades: Universi-

dad Autónoma de Baja California, Unidad Mexicali; Centro de Estudios Universitarios Cristóbal Colon, Ve-

racruz, Veracruz; Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Guadalajara, Jalisco;

Universidad de Guadalajara, Universidad Panamericana, sede México; Universidad Autónoma de Tlaxcala,

División de Estudios de Posgrado; Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México

y Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe.

Reconocimientos: Ha sido merecedor de los siguientes premios: Presea Tepantlato al Mérito de la

Investigación Académica, otorgado por el Instituto de Ciencias Jurídicas de Egresados de la Universidad

Nacional Autónoma de México, campus Aragón, en octubre de 2000; Premio Miguel Villoro Toranzo,

concedido por el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, Plantel Santa Fe, en enero

de 2002; Reconocimiento por su contribución al estudio del Derecho y la impartición de justicia, otorgado

por la Barra de Abogados México-Texas (Texas-México Bar Association), en Monterrey, Nuevo León, en

octubre de 2002; en el marco del Programa Nacional de reconocimiento a Profesores de las Universidades

Públicas de la Nación con obra escrita, le fue otorgado por el Instituto Nacional del Derecho del Autor y

la Facultad de Derecho de la UNAM en agosto de 2005.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 39

El referido artículo transitorio dispone:

“Se dejan sin efectos los acuerdos y convenios

celebrados con anterioridad relativos a las ma-

terias que regula esta ley; así mismo, se dejan

sin efecto las resoluciones emitidas por el Con-

sejo Directivo del Instituto, en lo que se opon-

gan a la presente Ley”.

Sostiene que los derechos y prestaciones

que se incorporaron a los convenios y acuer-

dos que la Ley impugnada pretende dejar sin

efecto, también constituyen derechos adquiri-

dos, por lo que no pueden ser modificados

ni revocados, pues ello constituye una trans-

gresión a la garantía consagrada en el artículo

14 constitucional, relativa a la irretroactividad

de las leyes.

Expresa igualmente que esta Suprema Corte

de Justicia de la Nación se ha pronunciado so-

bre la inconstitucionalidad de este articulo,

concluyendo que, efectivamente, contraviene

lo dispuesto en el diverso 14 constitucional. En

sesión de fecha quince de junio de mil novecien-

tos noventa y cinco, al fallar en el amparo re-

visión 1382/94, sustentó lo siguiente:

Las relaciones de servicio que se rigen por

el apartado ‘B’ del artículo 123 constitucional,

a saber: las que surgen entre los Poderes de la

Unión, el Gobierno del Distrito Federal los Esta-

dos y sus trabajadores, la jubilación constituye

una prestación de seguridad social consagrada

constitucionalmente a favor de los trabaja-

dores.

Ahora bien, el que la jubilación constituya

un derecho legal tratándose de la trabajadora

especificada no significa que las condiciones

y cuantía en que opere, conforme a leyes apli-

cables, no pueden ser superadas, mediante acu-

erdos y convenios, en virtud de que las normas

laborales sólo consagran los derechos mínimos

de que deben disfrutar los trabajadores con

motivo de la relación de trabajo, pero ninguna

disposición legal prohíbe que tales derechos

puedan superarse; por el contrario, autorizan

la asociación de los trabajadores para tal fin.

Así, el artículo 40 de la Ley del Servicio Civil

del Estado de Nuevo Leon establece que “Las

Organizaciones de Trabajadores al servicio del

Estado o Municipios, son las asociaciones de-

pendientes de una o de varias unidades bu-

rocráticas constituidas para estudio, mejora-

miento y defensa de sus intereses comunes.

“Conforme al acuerdo de quince de mayo

de mil novecientos ochenta y seis, del Consejo

Directivo del Instituto de Seguridad y Servicios

Sociales de los Trabajadores del Estado de Nue-

vo Leon, las percepciones

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL40

de los jubilados se aumentaban a la misma proporción

y fecha en que se incrementaran los salarios de los tra-

bajadores en activo; por lo tanto, resulta claro que este

acuerdo creó entre los jubilados una situación jurídica

precisa, consistente en la certidumbre de que al aumentar

su jubilación en la misma proporción y fecha en que se

aumentaran los salarios de los trabajadores en activo, sus

ingresos les permitirían mantener un nivel de vida y una

posición económica y social similar a la que disfrutaban

cuando aún trabajan, y a la correspondiente al personal

en activo, lo que ciertamente constituye un derecho ad-

quirido que el mencionado artículo tercero transitorio

suprime, al dejar sin efecto dicho acuerdo con violación

del artículo 14 constitucional en el perjuicio de la quejosa

Rosa Lydia Gutiérrez Ríos, pues deja sin efectos al sistema

de jubilación dinámica que la favorecía, y se da margen

a que en su lugar aplique el nuevo sistema previsto en

la Ley reclamada, en el articulo 69 conforme al cual es

renta mensual vitalicia la cantidad de recursos derivados

del cálculo actuarial que se efectúe a la fecha de retiro

del servidor público y que se entregará a éste de por vida,

por concepto de jubilación, o en su caso como pensión

a sus beneficiarios y cuya cuantía mensual se actualizará

en el mes de enero de cada año, aplicándole un factor;

que se obtendrá de dividir el Índice Nacional de Precios

al Consumidor del mes de diciembre del año inmediato

anterior, entre el citado índice correspondiente al mes de

diciembre del segundo año inmediato anterior a aquel en

el que se efectúe el ajuste. Este nuevo sistema produce una

afectación a la quejosa de que se trata, pues los incremen-

tos que previene se sujetan al Índice Nacional de Precios

al Consumidor, que atiende a factores de índole nacional,

mientras que los aumentos que gozaba dicha quejosa res-

pondían con más precisión a las necesidades, factores

y circunstancias de los trabajadores y, por ende, de los

jubilados del Estado de Nuevo Leon. Además constituye

un hecho notorio el que por regla general, tratándose de

trabajadores en activo, los aumentos de salario pretenden

por lo menos mantener el poder adquisitivo de aquellos,

lo que no ocurre tratándose de los aumentos de las per-

cepciones de los jubilados.

No pasa inadvertido a este Tribunal Pleno que la ju-

bilación dinámica prevista en la Ley reclamada pudiera

resultar en algún momento de mayor beneficio para los

jubilados que la prevista en el acuerdo que dicha Ley deja

sin efectos, como podría suceder, por ejemplo, cuando en

un año no se acordara incremento para los trabajadores

en activo o se acordara en una cantidad mínima al fin del

año; empero, no debe perderse de vista que la ley se rec-

lama con motivo de su mera entrada en vigor y, por ende,

al presentarse la demanda de garantías se ignoraba cuál

sistema de jubilación dinámica podría resultar más ben-

eficioso, pues de hecho en algunas ocasiones puede serlo

uno y en otras otro. Sin embargo, basta que el artículo

tercero transitorio reclamado afecte la situación jurídica

precisa de que gozaba la quejosa jubilada, para tener por

acreditado el interés jurídico de acudir al juicio de amparo, a que la aplicación

del nuevo sistema resulte perjudicial, ya que podría ocurrir que primero le ben-

eficiara y luego le perjudicara, y por aceptar la aplicación benéfica se tuviera por

aceptada la perjudicial, cuando que la mera afectación de la situación jurídica

precisa en que se encuentra la legitima para reclamar el precepto legal que pro-

duce tal afectación a fin de evitar, al obtener la Protección Federal, la aplicación

del nuevo sistema cuando le resulte perjudicial”.

Preceptúa, además,: que similares consideraciones adujo este Alto Tribunal,

en sesión plenaria de veintinueve de agosto de mil novecientos noventa y seis,

al resolver por unanimidad de diez votos los amparos en revisión 1382/94, pro-

movido por Lucilda Pérez Salazar y otros: amparo en revisión 1166/94, pro-

movido por María de la Luz Vargas M. y otros; amparo en revisión 1261/94 pro-

movido por Jesús Gerardo Colunga Torres y otros; amparo en revisión 1268/94,

promovido por Susana Patricia Silvia Reina y otros y amparo en revisión 1318/94,

promovido por José Jesús Limón Rodríguez y otros.

Subraya que: sirve de apoyo a lo anterior, la tesis P./J. 63/96 que, con motivo

de los fallos precitados pronunció el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de

Justicia de la Nación publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su

Gaceta, Tomo IV, noviembre 1996, pagina 19 y dice:

JUBILACION DINAMICA DE LOS TRABAJADORES DEL ESTADO DE NUEVO

LEON ESTABLECIDA EN 1986 EL ARTICULO TERCERO TRANSITORIO DE LA LEY

DEL INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DEL ESTADO, PUBLI-

CADA EN EL PERIODICO OFICIAL DEL 13 DE OCTUBRE DE 1993, AL DEJAR SIN

EFECTOS AQUELLA, VIOLA LA GARANTIA DE IRRETROACTIVIDAD. El Consejo

Directivo del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del

Estado de Nuevo León, mediante acuerdo de quince de mayo de mil novecientos

ochenta y seis, determinó incrementar las percepciones de los jubilados en la

misma proporción y fecha que aumenten los salarios de los trabajadores en

activo.

Dicho consejo en los términos de la Ley del Instituto publicada en el Periódi-

co Oficial de veintiuno de enero de mil novecientos ochenta y tres, tiene la repre-

sentación legal del Instituto, y por ende es el órgano facultado para dictar acuer-

dos que mejoren los derechos establecidos en la ley a favor de los trabajadores.

El acuerdo mencionado fue ratificado en el convenio del veintinueve de mayo

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 41

de mil novecientos ochenta y seis, celebrado entre el Gobierno del Estado y el

Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Sección 50.

El artículo tercero transitorio de la Ley del instituto, publicada en el Periódico

Oficial de trece de octubre de mil novecientos noventa y tres, dejó sin efectos los

acuerdos y convenios celebrados con anterioridad relativos a las materias que

regula la ley, entre ellos, el acuerdo y convenio mencionados, estableciéndose

en dicha Ley el incremento anual de la renta mensual vitalicia de los jubilados

conforme a un factor que se obtiene a través del Índice Nacional de Precios al

Consumidor. El artículo tercero transitorio viola la garantía de irretroactividad

en perjuicio de los gobernados consagrada en el artículo 14 constitucional al

dejar sin efectos el derecho adquirido por los jubilados consistente en el incre-

mento de sus percepciones en la misma proporción y fecha en que aumentaron

los salarios de los trabajadores, afectando la situación jurídica especifica esta-

blecida en su favor con anterioridad a la vigencia del artículo citado.

Por el mismo tenor dice el ministro ponente que lo procedente es revocar la

sentencia recurrida y conceder el amparo y Protección Federal al quejoso tam-

bién respecto al artículo tercero transitorio de la Ley reclamada.

Por lo expuesto y fundado se resuelve:

PRIMERO.- Se revoca la sentencia recurrida

SEGUNDO.- La justicia de la Unión AMPARA Y PROTEGE a Telésforo Salvador

Ardines Revilla contra las autoridades y por los actos especificados en el primer

resultando de esta ejecutoria.

NOTIFIQUESE; Con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al Juzgado de

Distrito de su origen, y en su oportunidad, archívese como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

por unanimidad de cinco votos de los señores ministros Juventino V. Castro y

Castro, Humberto Román Palacios, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de

García Villegas, presidente y ponente José de Jesús Gudiño Pelayo.

Firma el ministro presidente y ponente, con el secretario de Acuerdos de la

Primera Sala que autoriza y da fe.”

Dejando lo que anteriormente resolvió la Suprema Corte de Justicia y que es

jurisprudencia obligatoria para todos los tribunales de la república, incluyendo

las autoridades administrativas como es el caso del ISSSTE DE NUEVO LEON, que

se ha negado a reconocer los derechos de los jubilados al no ajustar los incre-

mentos que obtienen los trabajadores activos, como ya lo determinó la H.S.C.J.N,

el suscrito asevera que, contraviniendo el espíritu de la ley del ISSSTELEON

que animó al gobernador Martínez Domínguez a crear entre las prestaciones y

derechos de los trabajadores al Servicio del Estado, los diversos directores del

Instituto, incluyendo a uno que finalmente terminó su polémica gestión deman-

dando él mismo a la administración estatal que le dio tal puesto, ha continuado

regateando el legitimo derecho que tienen los burócratas estatales para que su

jubilación sea cubierta al mismo tiempo y en la misma proporción que se cubre

su salario a los trabajadores activos a fin de mantener un nivel de vida decoroso

y acorde a la situación económica que tenían antes de obtener su justa y legal

jubilación ya sea en forma voluntaria o necesaria, según las circunstancias, ha

sido perversamente retardada u obstaculizada, escatimando así una prestación

que está señalada desde el artículo 123 de la Constitución Federal, así como de

la Estatal, violando entonces los dos ordenamientos constitucionales que con-

sagran dicha prestación jubilatoria a quienes han dado parte o la mayoría de su

vida al servicio del Estado.

Afirmo también que esta conducta perversa es patente en el retardo del in-

stituto o total olvido cuando se le hacen peticiones que se traducen en mejor

servicio médico o en prestaciones en dinero, como es la

que nos ocupa, tratándose de los jubilados o pensionados,

quienes de esa manera, en lugar de recibir una justa y le-

gal respuesta a sus reclamos, encuentran largas o pretextos

a sus demandas, si es que antes no los ha sorprendido y

afectado un mal mortal a su salud, lo que abreviaría sus

inquietudes en beneficio del multicitado Instituto.

No voy a expresar nombres de compañeros burócratas

estatales que como el suscrito ha sostenido una lucha legal

y desigual aproximadamente durante 10 años o más, re-

clamando una jubilación justa y legal conforme a mis más

de 30 años de servicio al Estado de Nuevo León, e irónica-

mente, en el ramo de la administración de justicia, misma

que se me ha denegado a lo largo de todo este tiempo de

batalla legal contra el ISSSTELEON que desafortunadamente

contradice y deja sin efectos las sanas intenciones que tuvo

en mente el gobernador Martínez Domínguez cuando pro-

movió su creación y mantenimiento, fines que no parecen

haber entendido sus más altos directivos.

Incluyo a las actuales autoridades del ISSSTELEON, con

motivo de haberse descubierto recientemente que algunos

empleados de dicho instituto obtienen mayores beneficios

económicos mensuales que sus mismos jefes, lo cual ex-

plica que carezcan del numerario suficiente para cubrir

jubilaciones o pensiones que con mucho mayores mere-

cimientos deberían recibir personas que actualmente es-

tán muy cerca o sobrepasan la tercera edad, que es cuando

más necesitan de recursos para afrontar enfermedades y

otras carencias a las que tienen derecho constitucional-

mente como ha quedado patente en los razonamientos y

argumentos del maestro y excelso ministro Gudiño Pelayo,

lamentablemente fallecido el pasado fin de año.

PACÍFICA Y RESPETUOSAMENTELic. Herberto Javier Núñez Espinosa

En casi todas las legislaciones, la relación

laboral propicia la permanencia del traba-

jador en la empresa, porque su situación

jurídica hace nacer en su favor un derecho. “La

permanencia de las relaciones de trabajo en tanto

subsistan las causas y la materia que le dieron ori-

gen y no surja una causa razonable de disolución”

(Mario de la Cueva. Derecho Mexicano del Trabajo,

Tomo I, página 757), es una tesis que ha sido principio

fundamental del Derecho Mexicano. Se permite que los

trabajadores no se separen de su empleo, sino por justa

causa.

La edad más apropiada para el trabajo, especialmente

en las fábricas y en general en la industria de transfor-

mación, es cuando el hombre, por su juventud, está en

capacidad de desarrollar con eficiencia trabajos físicos,

que con el tiempo le ocasionan, en edades avanzadas, des-

gastes y disminución de posibilidad de ser productivos.

INSTITUCIONES DE PREVENCIÓN SOCIAL

Para cuidar al hombre cuando ha dejado de ser productivo;

cuando ya no interesa al empleador, porque sus energías

están disminuidas, porque su eficiencia ha mermado, han

surgido las Instituciones de la Prevención Social, que con

Los derechos

derivados

de la

antigüedad

Licenciado Héctor S. Maldonado Pérez

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 43

templan bien las disminuciones de cargas de trabajo o la

jubilación.

Pero, además del salario y de las prestaciones que

percibe el trabajador, ¿qué le queda o qué derechos ad-

quiere a medida que se va acumulando su antigüedad en

una empresa? ¿Qué valor tiene para un trabajador su an-

tigüedad? ¿Qué beneficios le produce, durante la relación

o cuando ésta concluye? ¿Qué trato especial le da la Legis-

lación Laboral al derecho de antigüedad?

Éstas y otras interrogantes pretendemos dejarlas

contestadas en este breve trabajo sobre los derechos de-

rivados de la antigüedad de los trabajadores. Una defin-

ición sobre la antigüedad la cita Barassi en su Tratado de

Derecho del Trabajo. Refiere: “La duración del servicio

prestado ininterrumpidamente, en una empresa determi-

nada; es por ello, el resultado de la continuidad y, en el

fondo, su expresión. La continuidad es su substancia” (pá-

gina 212. Tomo II).

En principio, la antigüedad puede ser elemento de

preferencia para reingresar a una empresa o para aspirar a

un ascenso escalafonario; la antigüedad también es factor

para enriquecer los derechos durante el tiempo que dura

la relación, más descansos por vacaciones, más aguinaldo,

etcétera… también puede ser factor en la estabilidad del

trabajador, y, finalmente, la antigüedad es un elemento

que, en muchas ocasiones, cuando el trabajador termina

su relación en forma voluntaria, por despido, por rescisión

o por reajuste, enriquece el monto de la indemnización

que recibe.

Vamos a referirnos, a la luz de la Legislación Mexicana,

a los derechos derivados de la antigüedad, sin dejar de

recurrir a la doctrina para desarrollar nuestro tema.

I.- EL DERECHO DE ANTIGÜEDAD COMO FACTOR

DE PREFERENCIA EN LA OCUPACION

En el artículo 111 de la Ley Federal del Trabajo de 1931, se marcaba

como obligación de los empleadores la de preferir, en igualdad de cir-

cunstancias, a los trabajadores que hayan servido satisfactoriamente

con anterioridad, respecto de los que no estaban en esta posición.

Sin embargo, esta disposición legal no constituyó sino una mera de-

claración, en virtud de que la ley no previó una sanción por incumplim-

iento, excepto la de carácter administrativo que estaba prevista en el

articulo 677 y que consistía en una multa de veinte hasta cien pesos.

Al renovarse la Legislación Laboral Reglamentaria, en el año 1970,

a iniciativa del presidente Díaz Ordaz, se creó un nuevo capítulo en la

Ley Federal del Trabajo, el capítulo cuarto, denominado Derecho de

Preferencia, Antigüedad y Ascenso, dentro del Titulo Cuarto, relativo a

Derechos y Obligaciones de los Trabajadores y de los Patrones.

En efecto, el legislador titular del poder revisor de la Constitución si-

guió reconociendo la obligación patronal contemplada en la anterior

Legislación, ahora en el artículo 154, imponiendo la obligación de dar

preferencia “a quienes les hayan servido satisfactoriamente por mayor

tiempo”, sólo que ahora sí se reglamentó este derecho, para dejar de

ser tan sólo una declaración.

Se creó este derecho con posibilidades de ejercitar acciones en caso

de su incumplimiento, equiparándose su violación al de un despido

injustificado, lo que dio nacimiento al derecho de reinstalación o de

indemnización, tal y como está previsto para el caso análogo referido

en el artículo 48 de la Legislación Laboral vigente.

Cierto que el artículo 153 establece: “El incumplimiento de las obli-

gaciones contenidas en el articulo 154 y 156 da derecho al trabajador

para solicitar ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, a su elección,

que se le otorgue el puesto correspondiente o se le indemnice con el

importe de tres meses de salario”. La parte final de este precepto tam-

bién da derecho al pago de salarios dejados de percibir. Además, a fin

de que el trabajador esté en condiciones de hacer valer este derecho, se

establece la forma o procedimiento para exigir esta preferencia, según

es de verse

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL44

en lo dispuesto por el artículo 155, independientemente de que

el artículo 158 declara obligatorio para el patrón que se deter-

mine su antigüedad y se le expida la constancia respectiva.

A este respecto, el legislador expresó en la iniciativa de ley:

“En los últimos años se ha agravado el problema de algunos

trabajadores que sin tener el carácter de trabajadores de plan-

ta, prestan habitualmente sus servicios supliendo las vacantes

transitorias y temporales, o ejecutando trabajos extraordinarios

o para obra determinada que no constituyen una actividad nor-

mal permanente de la empresa. En lo sucesivo, estos trabaja-

dores estarán protegidos por las normas que se acaban de men-

cionar, de tal manera que en igualdad de circunstancias deberán

ser preferidos para la continuación de los trabajos y para que

cubran las vacantes que ocurran”.

II - EL DERECHO DE ANTIGÜEDAD COMO FACTOR DE

ASCENSO

No podemos dejar de citar nuevamente al maestro De la Cueva,

porque el estudio que contiene su original obra es una fuente

ineludible del investigador, y al respecto, cuando habla del

derecho de ascenso, lo define de la siguiente manera: “Se llama

derecho de ascenso la aptitud del trabajador para cubrir las va-

cantes que ocurran en puesto de categoría superior al que desem-

peña. Adoptando el segundo criterio, se entiende por derecho

de ascenso la obligación de la empresa de cubrir las vacantes

que ocurran, con los trabajadores de la categoría inmediata in-

ferior”. (Obra citada, página 770).

El derecho de ascenso es, pues, la materialización de una

perspectiva de derecho que, ya existiendo una relación laboral,

tiene un trabajador para aspirar a mejorar en categoría y en

salario, siendo cierto que este ascenso puede ser temporal o

definitivo.

La Ley de 1970 enriqueció abundantemente el derecho sus-

tantivo de ascenso y su reglamentación. En efecto, en el artículo

159 se indica en qué casos se puede mover un escalafón y, por

lo tanto, darse ocasión a una oportunidad de ascenso.

¿Cuáles son estos casos?: a) Cuando hay una vacante defini-

tiva; b) cuando se da una vacante provisional y; c) cuando existe

un puesto de nueva creación.

Cierto que la ley actual no contempla como base de ascenso

el escalafón ciego, pero la antigüedad sigue siendo factor im-

portante. Al respecto, la razón que da el legislador la expresa

en su iniciativa: “Uno de los problemas que ha preocupado a las

empresas y a los trabajadores, relacionados con los derechos

de antigüedad, se refiere a la manera como deben cubrirse

las vacantes que ocurren en la empresa”, y después de anali-

zar lo que es el escalafón ciego y el escalafón por capacidad,

se razona: “El proyecto se coloca en una posición intermedia:

Se parte del principio de que la antigüedad es la base de los

ascensos, pero si la empresa, a lo que está obligada según

se explica en un capitulo anterior, organiza los cursos de ca-

pacitación para los trabajadores, aquel a quien le correspon-

da el ascenso, deberá demostrar su capacidad para el puesto

nuevo…” Luego, cuando se establecen las reglas en el referido

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 45

artículo 159, se condiciona el derecho al que tenga apti-

tud y antigüedad; en igualdad de condiciones, se preferirá

al trabajador que tenga aptitud, antigüedad y familia a su

cargo, y, de subsistir la igualdad, la preferencia la determina

la mayor aptitud; esto, cuando se haya cumplido con la obli-

gación de capacitar. En el caso en que esto no haya ocurrido,

la vacante se otorgará al trabajador más antiguo y al que

tenga mayor familia a su cargo.

Para que se prepare la acción o se ejercite el derecho cuan-

do se dé la oportunidad, la ley ordena que previamente se

forme un cuadro general de anti-

güedades. Es oportuno advertir

que, para efectos escalafonarios,

la antigüedad debe ser la que se

tenga en la categoría inmediata

inferior y no la antigüedad en la

empresa.

III- DERECHO DE ANTIGÜE-

DAD COMO FACTOR

EN LA ESTABILIDAD EN EL

TRABAJO

Nuestra Legislación contiene di-

versas disposiciones de donde

se desprende que la antigüedad

es un elemento que determina la

estabilidad en el empleo, y va-

mos a analizarlas desde que se

inicia hasta que pudiera sobreve-

nir una causa de terminación.

A) La antigüedad provoca la

extinción de una posible causa

de rescisión.

Efectivamente, la relación de

trabajo, de acuerdo a nuestra

legislación, debe ser por tiempo

indefinido, salvo cuando se justi-

fique la existencia de una relación

por tiempo fijo o por obra deter-

minada. Esta justificación debe

estar prevista en la ley, para que sea efectiva. Algo señalan

al respecto los artículos 36, 37, 38 de nuestra Legislación

Laboral.

Congruente con ello, la relación de trabajo surte todos

sus efectos desde el momento mismo en que se empieza a

prestar el servicio, pues en nuestra Legislación no existe el

contrato a prueba. El primer beneficio que otorga el transcur-

so del tiempo en favor de un trabajador que ha iniciado una

relación, lo establece el artículo 47, fracción I de nuestra ley,

que permite como una causal de rescisión o despido aquélla

que se base en el engaño que haga el trabajador al patrón,

al inicio de la relación, exhibiendo certificados falsos o re-

ferencias en donde se le atribuya al prestador de servicios

capacidad, aptitudes o facultades de que carece.

Sin embargo, si se llega a dar este supuesto y no se hace

valer por el patrón dentro de los primeros treinta días, precluye

este posible derecho de despido justificado en perjuicio del pa-

trón. El referido precepto legal expresamente señala: “Engañarlo

el trabajador o en su caso el sindicato que lo hubiese propuesto

o recomendado con certificados falsos o referencias en los que

atribuyan al trabajador capacidad, aptitudes o facultades de que

carezca. Esta causa de rescisión dejará de tener efecto después

de treinta días de prestar sus servicios el trabajador”.

B) La antigüedad como factor para ser titular del derecho a

la reinstalación obligatoria.

En la fracción XXII del artículo

123, Apartado A de la Constitución

General de la República, se declara

que un patrón no puede despedir

a un trabajador sin justa causa,

y si lo hace, éste tiene el derecho

de exigir que se le siga proporcio-

nando el trabajo. Esto es lo que se

conoce en la Doctrina Mexicana

como reinstalación obligatoria y

que fue confirmada en las refor-

mas constitucionales promovidas

por el presidente Adolfo López

Mateos en el año 1962, y consti-

tuyen un verdadero esfuerzo le-

gislativo para dar estabilidad a los

trabajadores.

Si el trabajador no ha cum-

plido un año de antigüedad, el pa-

trón puede despedir al trabajador

sin justa causa, con la obligación

de pagarle una indemnización;

pero si ya cumplió un año y se

rebasa esta antigüedad, el trabaja-

dor, para ser despedido, necesita

haber cometido alguna falta grave

de las que determine la ley, según

lo expresa el artículo 48 de la Ley

Federal del Trabajo.

Las excepciones al principio de la

reinstalación obligatoria son las que prevé el artículo 49 de la

Ley Federal del Trabajo, señalando, entre otras, la circunstancia

de que el trabajador no haya alcanzado un año de antigüedad.

C) La antigüedad como factor de permanencia en la relación

laboral.

1- Si un trabajador ha llegado a cumplir más de veinte años de an-

tigüedad, no obstante que llegare a actualizar alguna de las cau-

sales de rescisión ordinarias que prevé la Ley, el patrón no puede

despedirlo, según disposición que la Ley Federal del Trabajo con-

tiene en el capítulo de derecho de preferencia, antigüedad y as-

censo. Cierto, el artículo 161 de nuestra ley preceptúa que, cuando

la relación de trabajo haya tenido una duración de más de veinte

años, el patrón sólo podrá rescindir por alguna de las causas se-

ñaladas en el artículo 47, pero si éstas son particularmente graves;

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL46

de lo contrario, sólo se hará acreedor el trabajador a una

sanción disciplinaria.

2- La antigüedad como factor para seguir conservando

el trabajo en casos de reducción de los trabajos.

La ley establece, en su capítulo especial, las causas por

las cuales se puede decretar la terminación colectiva de

las relaciones de trabajo; pero esta terminación no siem-

pre es total, sino que, en ocasiones, solamente produce la

reducción de los trabajos y en este caso lo que ocurre es

que se terminan relaciones individuales de algunos traba-

jadores, preceptuándose en el artículo 437 que, cuando

esto acontezca “Se tomará en consideración el escalafón

de los trabajadores, a efecto de que sean reajustados los

de menor antigüedad”.

3- La antigüedad como factor determinante para que

subsista la relación laboral en el caso de implantación de

maquinaria o de procedimientos de trabajo nuevos.

Cuando una empresa moderniza sus sistemas de pro-

ducción e instala maquinaria que obliga a desplazar la

mano de obra, porque la máquina es más productiva y re-

quiere menos operarios, entonces se provoca un fenóme-

no de reducción de personal, mismo que está previsto en

el artículo 439 de nuestra ley, pero nuevamente la antigüe-

dad se constituye en escudo protector de la estabilidad en

el trabajo.

IV.- LA ANTIGÜEDAD COMO FACTOR QUE DETERMINA

MAYORES DERECHOS CUANDO LA RELACION DE TRA-

BAJO ESTÁ VIGENTE

La antigüedad en el trabajo es determinante para incre-

mentar el derecho de vacaciones. La ley indica que, a me-

dida que la antigüedad del trabajador va siendo mayor, el

patrón está obligado a mejorarle su derecho a descansar

con motivo de vacaciones. El artículo 209 establece una

escala que regula el derecho de vacaciones según los años

de antigüedad de cada trabajador. También, en ocasiones,

pero por vía de conquista en la contratación colectiva, al

trabajador más antiguo se le otorga mayor cantidad de

aguinaldo o de despensa o de alguna otra prestación de

carácter de previsión social.

V.- LA ANTIGÜEDAD COMO FACTOR IMPORTANTE

EN LA DETERMINACION DEL MONTO DE

LAS INDEMNIZACIONES

Ya hicimos referencia a que el artículo 123, en su fracción

XXII, establece que cuando un patrón despida sin justa

causa a un trabajador, éste tiene el derecho de exigir una

indemnización o que se le reinstale en su trabajo. La Ley

ordinaria, en el artículo 48, fija que la indemnización en

este caso serán tres meses de salario. Sin embargo, como

nuestra legislación tolera algunas excepciones al principio

de estabilidad, y además permite que el trabajador dé por

terminado el contrato de trabajo cuando el patrón le da

causa, en estos casos la indemnización resulta mayor que

la de tres meses, y su incremento va en relación con la

antigüedad, pues se agrega el concepto de veinte días por

cada año.

Son varios los casos en que la ley ordinaria reglamenta

una indemnización superior a los tres meses. Algunos

ejemplos nos ilustran al respecto: articulo 49, artículo 51,

articulo 439, y en los casos de incumplimiento de un laudo

por parte del patrón.

VI.- LA ANTIGÜEDAD COMO GENERADORA DEL PAGO

DE UNA PRIMA

A partir de la Legislación Mexicana de 1970, el trabaja-

dor mexicano disfruta del reconocimiento de la antigüe-

dad para los efectos de recibir una prestación económica

al terminarse la relación laboral, en las causas y bajo las

condiciones previstas por la Ley.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 47

La prima de antigüedad no es una indemnización, ni tam-

poco una prestación de seguridad social; la iniciativa del legis-

lador la definió diciendo que: “Se trata de una prestación que

se deriva del solo hecho de trabajar, por lo que, al igual que

las vacaciones, debe otorgarse a los trabajadores con el tran-

scurso del tiempo, sin que en ella entre la idea de riesgo; o,

expresado en otras palabras, es una institución emparentada

con la que se conoce con el nombre de fondo de ahorro, que

es también indepen- diente de las prestaciones otorgadas

por el Seguro Social” (Iniciativa de la Ley Federal del Trabajo

enviada por el C. Lic. Gustavo Díaz Ordaz, Presidente Constitu-

cional de los Estados Unidos Mexicanos).

La ley ordinaria, en su artículo 162, establece las condi-

ciones jurídicas que se deben dar para que proceda el pago de

la prima de antigüedad, amén de que otros preceptos diversos

también requieren su pago.

El maestro mexicano Francisco Ramírez Fonseca, en un

estudio especial sobre la prima de antigüedad, expresa al re-

specto: “Así pues, para nosotros, la prima de antigüedad es

la suma de dinero que recibe el trabajador de planta cuando

renuncia a su trabajo o cuando es despedido con o sin justa

causa o cuando él rescinde su contrato de trabajo por causa

imputable al patrón, o cuando se dan otros supuestos legales”

(La Prima de Antigüedad, página 37).

VII.- JUBILACION

Un derecho más creado por la antigüedad es la jubilación.

Roberto Muñoz, en su ya citada obra, define la jubilación en

la reforma: “Es el derecho de los trabajadores de recibir una

pensión vitalicia después de la disolución de su relación de

trabajo por razón de edad avanzada, largo tiempo de pre-

star los servicios o incapacidad para seguirlos prestando”. Desde

luego que no coincidimos cabalmente con esta definición; sin

embargo, sí estamos de acuerdo en que deviene este derecho

de la antigüedad en el servicio.

La jubilación puede estar prevista en la Ley o en el Contrato

Colectivo de Trabajo. La Ley Laboral Mexicana no sostiene esta

constitución, pero existe en la gran empresa reglamentada

convencionalmente en la contratación colectiva.

Hay que dejar consignado, sin embargo, que la jubilación

no tiene como origen y factor único la antigüedad, pues en

ocasiones también se deriva de la edad del trabajador; en la

mayoría de los casos se combinan, para su procedencia, edad

y antigüedad.

La jubilación no siempre es obligatoria; en ocasiones, cuan-

do se fundamenta la antigüedad, es optativa para el trabaja-

dor.

Como última referencia a los beneficios que otorga la an-

tigüedad al trabajador, cabe citar que, de acuerdo con la Ley

del Seguro Social vigente en nuestro país, también la antigüe-

dad del trabajador como asegurado es determinante para las

diversas prestaciones de seguridad social que este cuerpo de

disposiciones contempla en beneficio de los trabajadores asal-

ariados.

Breves comentarios sobre la función notarial

Licenciado Mario González

MendozaNotario Público

Número 97

En México, el notario público es un profesional del

derecho que tiene a cargo una función de orden públi-

co, por delegación del ejecutivo estatal. Cada Estado

de la República Mexicana tiene su Ley del Notariado, que

señala que el notario es la persona investida de fe pública,

para hacer constar los actos y hechos a los que las partes

interesadas deban o quieran dar autenticidad conforme a

las leyes, autorizándolo para intervenir en tales actos y

hechos, revistiéndolos de las formalidades legales.

Podemos decir que el Notariado, en el ámbito de la Ad-

ministración Pública, se califica como un órgano descen-

tralizado por colaboración, con una forma jurídica espe-

cial, en la que el notario no es un funcionario ni servidor

público en el sentido del Derecho Administrativo y, por lo

tanto, no recibe sueldo del Estado ni está sujeto a la Ley

de Responsabilidades de los Servidores Públicos; práctica-

mente es un particular perito en derecho, que, por desig-

nación y delegación del Estado, tiene fe pública, que presta

un servicio por cuenta de sus clientes, y es, además, un

auxiliar del fisco local, federal y municipal, pues calcula,

retiene y entrega impuestos y derechos, asumiendo una

responsabilidad solidaria.

Para llevar a cabo su función, el notario debe escuchar,

interpretar y aconsejar a las partes, preparando, redactan-

do, certificando y autenticando el instrumento correspon-

diente. En ese hacer y actividad, el notario debe ser impar-

cial; debe procurar conciliar los intereses de las partes,

guardar el secreto profesional y dar cumplimiento a las

normas éticas y jurídicas.

IMPARCIALIDAD DEL NOTARIO

La imparcialidad es deber fundamental del notario. Este

concepto está integrado a varios deberes notariales, a sa-

ber:

- Al actuar, el notario debe estar libre de cualquier com-

promiso o relación que le impida aconsejar a las partes y

redactar los instrumentos con justicia y con seguridad ju-

rídica para todas las partes que intervienen. Precisamente

por esto, las diversas leyes del Notariado establecen in-

compatibilidades y prohibiciones para actuar y ejercer ese

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL48

oficio. Efectivamente, la función del notario es incompa-

tible con todo empleo, cargo o comisión pública distinta

de la enseñanza o beneficencia; con cualquier trabajo per-

sonal subordinado y con el ministerio de cualquier culto.

-En algunos estados, la actividad notarial es totalmente

incompatible con la del abogado postulante o litigante en

asuntos contenciosos, salvo en causa propia. Por excep-

ción, en el Estado de Tamaulipas, los notarios pueden

ejercer su función notarial y, con el carácter de patrono

o apoderado, dirigir los asuntos particulares que se le en-

comienden y que sean inherentes a dicha profesión; pero

en tales asuntos, cuando haya contienda, no deberán ac-

tuar con el carácter de notarios. Por lo tanto, en Tamau-

lipas, los notarios pueden litigar aun en negocios conten-

ciosos.

-Considerando que el notario tiene la obligación de

asesorar y proteger los intereses de quienes concurren

ante su presencia, y redactar el contrato con absoluta im-

parcialidad, resulta una evidente incompatibilidad con la

práctica de abogado o litigante que representa o defiende

a una de las partes en contra de la otra. Es conveniente

aclarar que no existe incompatibilidad de litigio con el

ejercicio del notario cuando actúa como árbitro o intervie-

ne como abogado en los procedimientos de jurisdicción

voluntaria en donde, de acuerdo con la Ley del Notariado,

estará autorizado para actuar.

ACTUAR CON EFICIENCIA Y PROFESIONALISMO

El notario, al redactar los instrumentos en que intervenga,

debe aplicar sus conocimientos jurídicos y su experien-

cia para satisfacer las necesidades de sus clientes, dán-

doles seguridad jurídica. Por esta razón, el notario tiene

la necesidad de capacitarse y mantenerse actualizado

constantemente, con el estudio de los constantes cambios

que existen en las instituciones y leyes jurídicas; tiene que

investigar en los textos de los ordenamientos legales y

aprender de las disposiciones y de la realidad social.

Con esta preparación técnica y científica, el notario

podrá desempeñar su cargo con la eficiencia requerida. Es

por eso que la normatividad determina que el profesional

del derecho, para ingresar al Notariado, debe presentar exa-

men de oposición. Además, los colegios de notarios pro-

mueven cotidianamente conferencias, seminarios y cursos

para conseguir y mantener esa superación profesional.

SECRETO PROFESIONAL

Los interesados en un servicio notarial se ven en la necesi-

dad de informar al notario de datos y circunstancias que,

de ser conocidas por terceras personas, en algunos casos,

podrían dañar su reputación y su patrimonio. Efectiva-

mente, quien acude con el notario le transmite en confian-

za información para resolver sus problemas jurídicos, con

la convicción de que el notario es un profesional discreto

que no va a revelar los secretos escuchados.

Este deber del notario está previsto claramente en las

leyes del Notariado, y además su violación es severamente

sancionada por los códigos penales. Sin embargo, es pre-

ciso aclarar que los notarios quedan excluidos de respon-

sabilidad respecto de informes que son obligatorios para

el notario dar, de acuerdo con la ley, y también en los actos o documentos que

se inscriben en el Registro Público de la Propiedad, a los cuales tienen acceso

terceras personas por la publicidad registral.

LIMITE TERRITORIAL

El notario tiene fe pública en el Estado donde le fue otorgado su nombramiento.

Por lo tanto, los actos que autoriza fuera de esa competencia territorial carecen

de valor, y son anulables. La función principal del notario es proporcionar seguri-

dad jurídica; por ende, si un notario actúa fuera del ámbito de validez territorial

que le corresponde, perjudica y coloca a sus clientes en un estado de inestabili-

dad jurídica, y viola todos los procedimientos notariales. Sin embargo, procede

aclarar que la fe que otorga el notario dentro de su territorio, sí puede referirse

a cualquier otro lugar, siempre que se dé cumplimiento a lo previsto en la Ley de

Notariado vigente y aplicable en la entidad de su competencia.

SERVICIOS SOCIALES

El notario coadyuva y coopera con el Estado y con la Federación en la solución

de problemas sociales que afectan a su comunidad. Así, consecuentemente, y a

través de los colegios estatales y la Asociación del Notariado Mexicano, el notario

participa en la elaboración de actas y escrituras públicas en forma gratuita o a un

mínimo costo, cuando se trate de colaborar en el arreglo de problemas, como son

los que contemplan los programas de regularización de la tenencia de la tierra y

la titulación de la vivienda popular. Al efecto se han celebrado diversos convenios

de concertación con el gobierno federal y gobiernos estatales.

Otro ejemplo es la prestación de servicios para el otorgamiento de testamen-

tos en el mes de septiembre de cada año, en ayuda de personas de escasos re-

cursos.

Considerando la globalización social y económica, y principalmente los asom-

brosos avances tecnológicos en materia electrónica, y que el Derecho Notarial,

y en particular la actuación del notario, cumple un rol de gran importancia en

la sociedad, tanto local como internacionalmente, es relevante señalar que con-

stantemente se celebran convenciones y jornadas que buscan uniformar los cri-

terios y normas aplicables que coadyuven a consolidar y mejorar las relaciones

entre los pueblos.

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 49

el año 47 a. C., en que Julio César se apoderó de Alejandría, quemándose buena parte del acervo en el combate, la biblioteca tenia 700 mil volúmenes, con ejemplares repetidos de varias obras y contenía la mayoría de la producción escrita de la antigüedad.

Para don Alfonso Reyes, arriba citado, esta cifra no es exagerada, si se considera, primero, que ahí se custodiaba toda la literatura griega, de la que hoy sólo poseemos una pequeña parte, y que las dimensiones de los rollos de papiro eran relativamente pequeñas, pues sólo Homero, con sus dos grandes epopeyas, se llevaba unos 24 volúmenes.

En la época de Ptolomeo II se catalogaron todos los volúmenes (que eran rollos de papiro o pergamino) y los tómos (hojas cortadas que podían colocarse en partes o libros), que contenían obras de casi todo el mundo: Grec ia, Persia, India, Palestina, África, y posteriormente de Roma.

LAS COPIAS MÁS EXACTASDEL MUNDOEs de mencionar que, aunque la biblioteca tenía catálogo y estaba a disposición de todo aquél que la quisiera utilizar, los libros eran caros, pues cada uno se copiaba a mano. Sin embargo, a decir de Carl Sagan, la biblioteca tenía las copias más exactas del mundo, y el arte de la edición crítica se inventó ahí. Ejemplo de ello es que nosotros conocemos el Antiguo Testamento por las traducciones griegas hechas en la Biblioteca de Alejandría.

Buena parte de su desarrollo se debe a lo acertado de los nombramientos de sus bibliotecarios, como Demetrio de Falera, invitado por el primer Ptolomeo, y otros notables hombres de ciencias y letras de la antigüedad, como Aristófanes y Apolonio. Su interés y el de las autoridades de la ciudad por aumentar el acervo los empujaba a enviar compradores para obtener materiales escritos de todo el mundo conocido. Célebre es el hecho

de que todo barco que atracaba en el puerto de Alejandría era revisado para copiar los rollos que llevara.

PRECURSORA DE LAINVESTIGACIÓN CIENTÍFICAPero la institución -a decir de J. Tomás Nogales, de la Universidad Carlos III de Madrid- no se limitaba a ser depositaria de estas obras, sino que impulsaba y financiaba la investigación científica, con lo que se generaban nuevos conocimientos. Un grupo de eruditos, sostenidos con fondos de la colectividad, trabajaba en ella explorando la física, la literatura, la astronomía, la geografía, las matemáticas, la biología y la ingeniería.

En un momento de su historia el museo y la biblioteca reunieron más de cien sabios, con sus correspondientes discípulos. Los resultados fueron asombrosos. Eratóstenes calculó con precisión el tamaño de la tierra, la cartografió, y afirmó que se podía llegar a la India navegando hacia el oeste desde España. Hiparco anticipó que las

primera vez recogió y copió la obra de Homero, poniendo su biblioteca a disposición de los atenienses, o la de Aristóteles, que fue la primera organizada metódicamente; la de Perseo, rey de Macedonia, y la de Demóstenes, de quien se afirma que copiaba los libros de su puño y letra; por esa misma época se empiezan a establecer las primeras bibliotecas públicas.

unque las colecciones priva-das de libros empiezan a aparecer hacia el siglo IV a. C., como la de Pisístrato, tirano de Atenas, que por

Atenas y Corinto, por ejemplo, contaban con buenas bibliotecas. Rodas era, dice don Alfonso Reyes, un centro librero de importancia, y de ahí procede un catálogo donde abundan las obras de política y deretórica.Éfesoparecehabercontadotambién con librería y biblioteca.

CENTRO DEL SABER Y DE LA CULTURA HELÉNICASDe entre ellas, la más famosa y la considerada como una de las maravillas del mundo antiguo fue la de Alejandría, fundada entre los años 320 y 280 a. C. por los primeros Ptolomeos, como depositaria y centro del saber y la cultura helénica, y lugar a donde médicos, geógrafos, poetas, filósofos, matemáticos y filólogos acudían en busca de conocimientos y respuesta a sus preguntas.

La biblioteca se inició con la fundación del famosísimo Museo por Ptolomeo I Sóter, primer faraón de la estirpe de los Lágidas, como “Lugar de las musas, hijas de la diosa de la memoria”, y en él se cultivaron todas las ciencias. Sesupone que fue su hijo Ptolomeo II, Filadelfo, quien construyó e inició la formación de la biblioteca, con la ideade unir el estudio de las ciencias y la conservación de los textos que las contenían.

Ambos, museo y biblioteca, estaban cerca del mar, en el barrio de Bruquión, y formaban parte del complejo palaciego, junto con un observatorio astronómico, un jardín botánico y un zoológico. Este complejo constaba de una galería cubierta y una construcción semicircular con bancas corridas, donde los lectores y visitantes podían sentarse o caminar mientras leían, meditaban o conversaban. La biblioteca tenía 10 grandes piezas o salas, cada una dedicada a una disciplina diferente.

Como para la época se le cosideraba la institución mas importante dedicada al saber, los propios poetas, filosofos y científicos se ocupaban de su mantenimiento.

ACERVO DE 700 MIL VOLÚMENESAunque los historiadores difieren en el número de volúmenes que guardaba la biblioteca, según Aulio Gelio, para

el año 47 a. C., en que Julio César se apoderó de Alejandría, quemándose buena parte del acervo en el combate, la biblioteca tenia 700 mil volúmenes, con ejemplares repetidos de varias obras y contenía la mayoría de la producción escrita de la antigüedad.

Para don Alfonso Reyes, arriba citado, esta cifra no es exagerada, si se considera, primero, que ahí se custodiaba toda la literatura griega, de la que hoy sólo poseemos una pequeña parte, y que las dimensiones de los rollos de papiro eran relativamente pequeñas, pues sólo Homero, con sus dos grandes epopeyas, se llevaba unos 24 volúmenes.

En la época de Ptolomeo II se catalogaron todos los volúmenes (que eran rollos de papiro o pergamino) y los tómos (hojas cortadas que podían colocarse en partes o libros), que contenían obras de casi todo el mundo: Grec ia, Persia, India, Palestina, África, y posteriormente de Roma.

LAS COPIAS MÁS EXACTASDEL MUNDOEs de mencionar que, aunque la biblioteca tenía catálogo y estaba a disposición de todo aquél que la quisiera utilizar, los libros eran caros, pues cada uno se copiaba a mano. Sin embargo, a decir de Carl Sagan, la biblioteca tenía las copias más exactas del mundo, y el arte de la edición crítica se inventó ahí. Ejemplo de ello es que nosotros conocemos el Antiguo Testamento por las traducciones griegas hechas en la Biblioteca de Alejandría.

Buena parte de su desarrollo se debe a lo acertado de los nombramientos de sus bibliotecarios, como Demetrio de Falera, invitado por el primer Ptolomeo, y otros notables hombres de ciencias y letras de la antigüedad, como Aristófanes y Apolonio. Su interés y el de las autoridades de la ciudad por aumentar el acervo los empujaba a enviar compradores para obtener materiales escritos de todo el mundo conocido. Célebre es el hecho

de que todo barco que atracaba en el puerto de Alejandría era revisado para copiar los rollos que llevara.

PRECURSORA DE LAINVESTIGACIÓN CIENTÍFICAPero la institución -a decir de J. Tomás Nogales, de la Universidad Carlos III de Madrid- no se limitaba a ser depositaria de estas obras, sino que impulsaba y financiaba la investigación científica, con lo que se generaban nuevos conocimientos. Un grupo de eruditos, sostenidos con fondos de la colectividad, trabajaba en ella explorando la física, la literatura, la astronomía, la geografía, las matemáticas, la biología y la ingeniería.

En un momento de su historia el museo y la biblioteca reunieron más de cien sabios, con sus correspondientes discípulos. Los resultados fueron asombrosos. Eratóstenes calculó con precisión el tamaño de la tierra, la cartografió, y afirmó que se podía llegar a la India navegando hacia el oeste desde España. Hiparco anticipó que las

primera vez recogió y copió la obra de Homero, poniendo su biblioteca a disposición de los atenienses, o la de Aristóteles, que fue la primera organizada metódicamente; la de Perseo, rey de Macedonia, y la de Demóstenes, de quien se afirma que copiaba los libros de su puño y letra; por esa misma época se empiezan a establecer las primeras bibliotecas públicas.

unque las colecciones priva-das de libros empiezan a aparecer hacia el siglo IV a. C., como la de Pisístrato, tirano de Atenas, que por

Atenas y Corinto, por ejemplo, contaban con buenas bibliotecas. Rodas era, dice don Alfonso Reyes, un centro librero de importancia, y de ahí procede un catálogo donde abundan las obras de política y deretórica.Éfesoparecehabercontadotambién con librería y biblioteca.

CENTRO DEL SABER Y DE LA CULTURA HELÉNICASDe entre ellas, la más famosa y la considerada como una de las maravillas del mundo antiguo fue la de Alejandría, fundada entre los años 320 y 280 a. C. por los primeros Ptolomeos, como depositaria y centro del saber y la cultura helénica, y lugar a donde médicos, geógrafos, poetas, filósofos, matemáticos y filólogos acudían en busca de conocimientos y respuesta a sus preguntas.

La biblioteca se inició con la fundación del famosísimo Museo por Ptolomeo I Sóter, primer faraón de la estirpe de los Lágidas, como “Lugar de las musas, hijas de la diosa de la memoria”, y en él se cultivaron todas las ciencias. Sesupone que fue su hijo Ptolomeo II, Filadelfo, quien construyó e inició la formación de la biblioteca, con la ideade unir el estudio de las ciencias y la conservación de los textos que las contenían.

Ambos, museo y biblioteca, estaban cerca del mar, en el barrio de Bruquión, y formaban parte del complejo palaciego, junto con un observatorio astronómico, un jardín botánico y un zoológico. Este complejo constaba de una galería cubierta y una construcción semicircular con bancas corridas, donde los lectores y visitantes podían sentarse o caminar mientras leían, meditaban o conversaban. La biblioteca tenía 10 grandes piezas o salas, cada una dedicada a una disciplina diferente.

Como para la época se le cosideraba la institución mas importante dedicada al saber, los propios poetas, filosofos y científicos se ocupaban de su mantenimiento.

ACERVO DE 700 MIL VOLÚMENESAunque los historiadores difieren en el número de volúmenes que guardaba la biblioteca, según Aulio Gelio, para

Generación 56-61 Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UNL 51

estrellas nacen, se desplazan lentamente, y al final perecen; fue el primero en catalogar las posiciones y magnitudes de las estrellas y en detectar estos cambios.

Euclides creó un texto de geometría, que sirvió durante muchos siglos. Galeno escribió obras básicas sobre la anatomía y el arte de curar, los que dominaron la medicina hasta el Renacimiento.

Además, mencionamos, entre otros muchos, a Herófilo, fisiólogo que estableció que la sede de la inteligencia es el cerebro y no el corazón; a Herón de Alejandría, inventor de cajas de engranajes y de aparatos de vapor; a Arquímedes, genio mecánico; al astrónomo y geógrafo Tolomeo, cuyo universo centrado en la tierra perduró hasta el Renacimiento, y una célebre mujer nacida en Alejandría el año 370 d.C., Hipatia, que fue matemática, astrónoma, física y jefa de la escuela neoplatónica de filosofía. Por eso se puede afirmar que la biblioteca de Alejandría es precursora de la investigación científica.

El genio florecía en aquellas salas, dice Carl Sagan. “La Biblioteca de Alejandría es el lugar donde los hombres reunieron por primera vez, de modo serio y sistemático, el conocimiento del mundo”.

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