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53966185 1964 Carl G Jung El Hombre y Sus Simbolos PAIDOS 1995

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Ttulo original: Man and his simbolsPublicado en ingls por Anchor Books,Doubleday, Nueva YorkTraduccin de Luis Escolar Bareo(reproducida con autorizacin de Aguilar, S.A. de Ediciones)t.aedicIn, 1995Quedanngurosamente prohibidas, sinla autOrizaCin escrita de los titularesdel CoPYright", baJo las sanciones establecidas enlas leyes, la reproducclontotal o parcial de esta obra por cualqUier mtodo o procedimiento,comprendidosla reprografla y eltratamiento Informatlco, y la distribucinde ejemplares de ella mediante alquiler o prestamo publlcos1964 by J. G. fergusonPubllshingde todas las ediciones en castellano,Ediciones Paids Ibrica, S. A.,Mariano Cub,92 - 08021Barcelonay Editonal Paids,SAICf,Defensa,599 - Buenos AiresISBN: 84-493-0161-0Depsito legal: TO-964/1995Impreso en Espaa - Printedin Spaina;;tiIntroduccinpor JohnFreemanLosorgenesdeestelibrosonlobastanteinusitados paraqueseande inters y mantienen relacin directa con su contenido y con lalabor queexpone. Por locual, permtasemecontar cmose empezaescribir.Cierto da de la primavera de 1959, la British Broadcasting Cor-porationmeinvitaque entrevistara, enla televisininglesa, al doc-tor Carl Gustav Jung. La entrevista tena que hacerse"a fondo". Porentonces, yosaba muypocoacerca de Jungysu obra e inmediata-mente fui a conocerle a su hermosa residencia a orillas del lago deZurich. Esofue el comienzodeuna amistadque significmuchoparam y, confo, fueraagradableparaJungenlosltimosaosdesuvida.La entrevista para la televisin no tiene ms espacio en este relatosalvo que se la consider de buen xito y que este libro, por unacasual combinacin de circunstancias, es el resultado final de aquelacontecimiento.Uno de los que vieron a Jung en la pantalla del televisor fueWolfgangFoges, gerente de la editorial Aldus Books. Foges se habainteresado vivamente, desde su infancia, por el desarrollo de la psi-cologamoderna, cuandovivacercade los Freud enViena. Ymien-trasobservabaaJunghablandodesuvida, suobraysus ideas, Fogesreflexion qu lstima era que, mientras el esquema general de laobrade Freuderaconocidode sobra por los lectores cultos entodoel mundooccidental, Jungjams habaconseguidoabrirsepasohaciaelpblico general y siempre se le consider demasiado difcil para ellector popular.De hecho, Foges es el creador de El hombre y sus smbolos. Alsaber por la TVque exista una clida amistadentre Jungyyo, mepregunt si querra unirme a sus intentos de persuadir a Jung paraque expusiera sus ideas ms importantes ybsicas en un lenguaje yuna amplitud que resultaran inteligibles e interesantes para los lec-toresadultos peronoespecializados. Aceptinmediatamentelaideaypart de nuevo para Zurich seguro de que podra convencer a Jungdel valor yla importancia de semejante labor. Jung me escuch ensu jardndurante dos horas casi sin interrupcin y despus dijo no.Lodijodelaformams amableposible, perocongranfirmeza; nun-ca haba intentado popularizar su obra y no estaba seguro de quepudiera hacerlo ahora con buen xito; en todo caso, ya era viejo,sesentauntantocansadoypocoinclinadoa aceptar uncompromisotanlargoacercadel cual tenatantas dudas.Todoslosamigos de Jungestarndeacuerdoconmigo enqueera9un hombre de lo ms absoluto en sus decisiones. Sopesaba un pro-blema con cuidado y sin prisa; pero cuando daba su respuesta, co-mnmente er definitiva. Regres a Londres muy desilusionado peroconvencido de que la negativa de Jung era el final de la cuestin.As hubierasido a no ser por laintervencin de dos factores que yono haba podido prever.Uno de ellos fue la pertinacia de Foges, el cual insisti en quevolviera a dirigirme a Jung antes de aceptar la derrota. El otro fueunsucesoque, cuandovuelvoarecordarlo, a1n mesigueasombrando.Como dije, el programa de televisin se consider de muy buenxito. Hizoque le llegarana Jungmuchsimas cartas de toda clasedegente, muchas de ellas de personas comunes sin conocimientos m-dicosni psicolgicosque sehaban sentidocautivadas por la presenciaautoritaria, el humor y la encantadora modestia de este verdaderogrande hombre, el cual haba entrevisto en su idea de la vida y dela persona humana algo que podra serIes til. y Jung qued muycomplacido, no solo por recibir las cartas (el volumen de su correoera siempre enorme) sino por recibirlas de gentes que, normalmen-te, nohubieran tenido contacto con l.Fue entonces cuando tuvo un sueo de la mayor importanciapara l (y al leer este libro, se comprender lo importante que fue).So que, en vez de estar sentado en su despacho y hablando a losgrandes doctores ypsiquatras que solan acudir de todo el mundo averle, estaba sentado en una plaza pblica y dirigindose a una mul-titud de gente que le escuchaba con embebida atencin y entendien-do loquedeca...Cuando, una o dos semanas despus, Foges renov su ruego deque Jung se debera encargar de un nuevo libro proyectado, noparael estudioclnicooel filosfico, sino para el pblico general delmercado librero, Jung se dej persuadir. Puso dos condiciones. Pri-mera, que el libro nofuera de uno solo, sinoel esfuerzocolectivo del mismoydeungrupode sus ms ntimos seguidores, por mediodelos cuales haba intentado perpetuar sus mtodos y sus enseanzas.Segunda, que se me encargara a m la tarea de coordinar la obra yde resolver todos los problemas que pudieran surgir entre los auto-res ylos editores.Para que no parezca que esta introduccin rebasa los lmites deuna modestia adecuada, me apresurar a decir que me halag esa se-gunda condicin, aunque comedidamente. Porque muy pronto me en-ter de que la razn por la cual me escogi Jung fue, esencialmente,10que me consideraba de inteligencia adecuada, pero no excepcional, ysinel menor conocimientoseriode psicologa. As es que, para Jung,yo era el "lector medio" de este libro; 10 que yo pudiera entendersera inteligible para todo el que tuviera inters; donde yo me atas-cara, quiz fuera demasiado difcil u oscuro para algunos. Aunqueno me senta indebidamentehalagadocon esta apreciacin de mi pa-pel, nopor esodej de insistir escrupulosamente (temo que, a veces,para exasperacin de los autores) para que todos los prrafos estu-vieranescritos y, si eranecesario, vueltos aescribir conuna claridady una brevedad que me permitieran decir con confianza que estelibro, en su totalidad, 'est destinado y dirigido al lector general yquelostemascomplejos dequeversaestntratados conunasencillezpoco frecuente y alentadora.Despus de mucha discusin, se acord que el tema general dellibroserael hombreysus smbolos; yel propio Jungescogia suscolaboradores enlaobra: ladoctora Marie-Louise von Franz, de Zu-rich, quiz su ms ntima confidente profesional y amiga; el doctorJoseph1. Henderson, de SanFrancisco, uno de los ms eminentes yleales seguidores norteamericanos de Jung; la seora Aniela Jaff,de Zurich, quien, adems de ser una experimentada analista, era se-cretaria privada de Jung y su bigrafa; y la doctora Jolande Jacobique, despus del propio Jung, es la autoridad de mayor experienciaen el crculo de Jung en Zurich. Estas cuatro personas fueron elegi-das, en parte, por sudestreza yexperiencia en los temas particularesque se les asignaron y, en parte, porque todas ellas tenan la plenaconfianza de Jung de que trabajaran desinteresadamente, bajo susinstrucciones, comomiembros de unequipo. El cometido personal deJung era planear la estructura total del libro, supervisar y dirigir laobra de sus colaboradores y escribir, por su parte, el captulo clave"Acercamiento al Inconsciente".El ltimo ao de su vida lodedic casi totalmente a este libro;ycuandomurien juniode 1961, suseccin estaba completa (de he-cho, la termin solo unos diez das antes de su enfermedad final) yhaba aprobado todos los borradores de los captulos de sus colegas.Despus de su muerte, la doctora Von Franz asumi toda la respon-sabilidad para la conclusin del libro, de acuerdo con las instruccio-nes expresasde Jung. Por tanto, el temadeEl hombreysussmbolosy su bosquejo fueron determinados-hasta en sus detalles-por Jung.El captulo que lleva su nombre es obra suya y (aparte algunasleves ampliaciones editoriales para mejorar la comprensin del lector11general) de nadie ms. Fortuitamente, fue escrito en ingls. Los de-ms captulos fueron escritos por los otros autores segn las instruc-ciones de Jungybajosusupervisin. Lalabor final de la edicin delaobracompleta, despus delamuerte de lung, larealizladoctoraVan Franz con una paciencia, comprensin y buen humor que nosdejaron a los editores ya m mismo muy agradecidos.Por ltimo, respectoal contenido del libro:El pensamientode Jungtransformel mundodelapsicologamo-dernams deloquepuedan comprender muchosdelos que solo tie-nenconocimientossomeros. Trminos tanconocidoscomo, p. ej., "ex-travertido", "introvertido" y "arquetipo" son todos conceptos jun-guianos, tomados y, a veces, mal usados por otros. Pero su abruma-dora contribucin a la comprensin psicolgica es su concepto delinconsciente; no (como el "subconsciente" de Freud), un mero tipode desvn de los deseos reprimidos, sino un mundo que es precisa-menteunapartetanvital ytanreal delavida deunindividuocomola consciencia, el mundo "cogitativo" del ego, e infinitamente msrico. El lenguaje y la "gente" del inconsciente son smbolos, y losmedios de comunicacin san los sueos.Por locual, el examendel hombreydesussmboloses, dehecho,el examen de la relacin del hombre con su propio inconsciente. Ycomo, segn las ideas de Tung, el inconsciente es el gran gua, amigoyconsejerodeloconsciente, estelibrose refiere enlos trminos msdirectos al estudio de los seres humanos y sus problemas espiritua-les. Conocemos el inconscienteycomunicamos con l (un servicio dedoble camino) principalmente por mediode los sueos; ya lolargodeestelibro(sobretodoenel captulodel propiolung) se encontraruna notable insistencia enla importancia del soar en la vida de lapersona.Sera una impertinencia por mi parte el intento de interpretar alos lectores la obra de Tung, pues muchos de ellos, con seguridad,tendran mayor capacidad para comprenderla que yo mismo. Recur-dese que mi papel erameramente el de servir de "filtrode inteligibi-lidad", pero en modo alguno el de intrprete. No obstante, me atre-vo a ofrecer dos puntos generales que, como profano en la materia,me parecen importantes yque pudieran ayudar a otros indoctos. Elprimeroes acerca de los sueos. Para los junguianos el sueo no esuna especiede criptograma tpico que puede descifrarse mediante unglosario de significados simblicos. Es una expresin integral, impor-tante y personal del inconsciente individual. Yes, precisamente, tan12"real" como cualquier otro fenmeno concerniente al individuo. ElinconscIente indIvidual del soante est en comunicacin con el so-ante solo para ese fin yest seleccionando smbolos que tengan sig-mficado para el soante y para nadie ms. Por tanto, la interpreta-cin de los sueos, ya sea por el analista opor el propio soante, espdra los psiclogos junguianos un asunto totalmente personal e in-dividual (y, aveces, tambin experimental ymuy largo) que, enmodoalguno, puede confiarse a normas empricas.Lo contrario de esto es que las comunicaciones del inconscienteson de la mayor importancia para el soante-es natural que as sea,ya que el inconsciente es, por 10 menos, la mitad de su ser-yconfrecuencia le ofrece consejo o gua que no podra obtener de ningnotroorigen. As es que, cuando describ el sueo que tuvo lung re-ferente a que hablaba a una multitud, no estaba describiendo uncuadro de magia o sugiriendo que lung probaba a echar la buenaventura. Lo que yo haca era volver a contar en los trminos senci-110s de la experiencia diaria cmo lung fue "aconsejado" por supropio inconsciente que recapacitara sobre un juicio inadecuado he-cho por la parte consciente de su mente.Ahora bien: de aqu se deduce que el soar no es una cuestinque los junguianos consecuentes puedan considerar tan sencilla comouna cuestin casual. Contrariamente, la capacidad para establecer co-municacinconel inconsciente es una parte de la totalidad del hom-bre, y los junguianos "ensean" (no se me ocurre un trmino me-jor) aser receptivoparalos sueos. Por tanto, cuandoel propio Jungse hall frente a la decisin crtica de si escribir este libro o noescribirlo, pudoacudir al doble recurso de suconscienteysu incons-cienteparadecidirse. Yen todoestelibrose encontrarque al sueose le trata como unacomunicacin directa, personal y significativa alsoante, una comunicacin que utiliza los smbolos comunes a todala humanidad, peroque los utiliza entodas las ocasiones de una for-macompletamenteindividual que solopuede ser interpretada con una"clave" por entero individual.El segundo puntoque deseosealar se refiere a una caractersticaparticular del mtodo argumentativo que es comn a todos los escri-tores de este libro y, quiz, de todos los junguianos. Quienes se hanlimitado a vivir totalmente en el mundo de lo consciente y rechazanlacomunicacin con el inconsciente, se atan por las leyes de la vidaconsciente yconvencional. Con la lgica infalible (pero frecuentemen-te sinsentido) delaecuacin algbrica, razonan con premisas supues-13tas para deducir conclusiones incontestables. Me parece que jung ysus colegas, se den ono cuenta de ello, rechazan las limitaciones deese mtododeargumentacin. Noes que desdeenla lgica sinoque,en todo momento, parecen estar argumentando para el inconscientey el consciente. Su mtodo dialctico es simblico Yl con frecuencia,indirecto. Convencen nopor mediode la luz minuciosamente enfoca-da del silogismo, sino bordeando, repitiendo, presentando una visinreiterada del mismo tema visto, cada vez, desde un ngulo ligera-mente distinto, hasta que, de repente, el lector, que en ningn mo-mento se dio cuenta de que hubiera ninguna demostracin conclusi-va, hallaquese haapoderado, e incorporado dentrode s, de algunaverdad ms amplia.Los argumentos de Tung (y los de sus colegas) se elevan en espi-ral sobre su tema como un pjaro volando en torno a un rbol. Alprincipio, cerca del suelo, solo ve una confusin de hojas y ramas.Paulatinamente, segHn va ascendiendo ms y ms en sus vueltas, losreiterados aspectos del tbol forman un todoy estn en relacin consus contornos. Algunos lectores pueden encontrar este mtodo deargumentacin "en espiral" un tanto oscuro y hasta confuso en unaspocas pginas pero nocreoque ms. Es caractersticodel mtodo de}ung, yel lector bienprontoseverarrastradopor l aunviajeper-suasivo y absorbente.Las diferentes secciones de este libro hablan por s mismas yapenas necesitan introduccin ma. El captulo de Jung introduce allector en el inconsciente, en los arquetipos y smbolos que formansulenguajeyenlos sueos por los cualessecomunica. Enel captulosiguiente, el doctor Henderson explica la aparicin de diversos ar-quetipos en la mitologa antigua, la leyenda popular y el ritual pri-mitivo. En el captulo titulado "El proceso de individuacin", ladoctora Van Franz describe el proceso por el cual el consciente y('} inconsciente, dentro de un individuo, aprenden a conocerse, res-petarse y acomodarse recprocamente. En cierto sentido, este captu-lo no solocontiene el quid de todo el libro, sino, quiz, la filosofade Jung acerca de la vida: el hombre se totaliza, integra, calma, sehace frtil y feliz cuando (y solo entonces) se completa el procesode individuacin, cuandoel consciente y el inconsciente ha aprendidoa vivir en paz y a complementarse recprocamente. La seora Jaff,al igual que el doctor Henderson, se ocupa en demostrar el reitera-do inters del hombre-casi una obsesin-por los smbolos del in-consciente. Tienen para l una ntima atraccin profundamente sig-14_... . . . . - _ - - - - ~nificativa, casi nutncla yfortalecedora, ya se produzcan en los mitosycuentosdehadasqueanalizael doctorHendersonoenlasartespls-ticas que, como demuestra la seora Jaff, nos satisfacen y deleitancon la incitacin continua al inconsciente.Finalmente, debo decir unas palabras acerca del captulo de ladoctora Jacobi que, en ciertomodo, se separa del resto del libro. Enrealidad, es el resumendelahistoriaclnica de un anlisis interesantey positivo. Es evidente el valor de un captulo6emejante en unlibrocomo este; sin embargo, son necesarias dos palabras de advertencia.Primero, comosealaladoctoraVan Franz, nohay 10que podralla-marse anlisis tpico junguiano. No puede haberlo porque cada sueoes una comunicacin individual y privada y no hay dos sueos queutilicen los smbolos clel inconsciente de la misma manera. Por locual, cadaanlisis junguianoes nico; yes errneo tomar este, saca-do del archivo clnico de la doctora Jacobi (o cualquier otro de losque haya), como "representativo" o "tpico". Todo lo que se puededecir del caso de Henry ysus sueos, a veces sombros, es que for-man un ejemplo autntico de la forma en que el mtodo junguianopuede aplicarse a un caso particular. Segundo, la historia completa,aun de un caso relativamente sencillo, requerira un libro enteroparacontarla. Inevitablemente, la historia del anlisis de Henry se per-judica un poco al resumirse. Las referencias, p. ej., al l Ching, hanquedadoun tantooscuras yledanun sabor artificioso(ypara m in-satisfactorio) de ocultismo al ser presentadas fuera de su contexto.No obstante, llegamos a la conclusin-yestoyseguro de que el lec-tor estar de acuerdo--de que, con las advertencias hechas, la cla-ridad, por nomencionar el inters humano, del anlisis de Henry en-riquece mucho este libro.Comenc describiendo cmo Jung lleg a escribir El hombre ysus smbolos. Concluyo recordando al lector la notabilidad-quiznica-de esta publicacin. CadGustav Jung fue uno de los grandesdoctores de todos los tiempos y uno de los grandes pensadores deestesiglo. Sufinalidadfue siempreayudar a los hombres ya las mu-jeres a conocerse a s mismos, de tal modoque, conocindose y uti-lizndose sensatamente, pudieran llevar una vida plena, frtil y fe-liz. Enel mismofinal desuvida, quefue tanplena, frtil yfelizcomojamsheconocidootra, decidi utilizar lafuerza que lequedaba paradirigir sumensajea un pblicoms amplio que el intentado alcanzarhasta entonces. Termin su tarea y su vida en el mismo mes. Estelibroes unlegado al ampliopblicolector.15SumarioIntroduccin 9John Freeman1. Acercamiento al inconsciente 18Carl G. Jung2. Los mitos antiguos y el hombre moderno 104JosephL.Henderson3. El proceso de individuacin 158Marie-Louise vonFranz4. El simbolismo en las artes visuales 230Aniela Jaff5. Smbolos en un anlisis individual 272Jolande JacobiConclusin. La ciencia y el inconsciente 304Marie-Louise vonFranzNotas y referencias 311ndice 316Procedencia de las ilustraciones 319~ . " rr,r.llbQlT.6)Q1j,rI~,l'1?f,~1 ACERCAMIENTOAL INCONSCIENTECarlG. Jung...""ElO01:2ua.2'e-olO..~'".oez'""'"..1:Cl)ro..J18- , . " , ~ .rlllm_.rr.".7.7.'.qIl7.7.7 LaimportanciadelossueosEl hombre emplea ia palabrahablada o es-crita para expresar el signifirado de lo quedesea transmitir. Su lenguaje est lleno desmbolos pero tambin emplea con frecuenciasignos o imgenes que no son estrictamentedescriptivos. Algunos son meras abreviacionesohilera de iniciales como ONU, UNICEF, oUNESCO; otros sonconocidas marcas de f-brica, nombres de medicamentos patentados,emblemas o insignias. Aunque estos carecendesignificado en s mismos, adquirieronunsig-nificadoreconocible mediante el uso comn ouna intencin deliberada. Tales cosas no sonsmbolos. Sonsignos ynohacen ms que de-notar los objetos a los que estn vinculados.Loquellamamossmboloes untrmino, unnombre oaun una pintura que puede ser co-nocidoenla vida diaria aunque posea conno-taciones especficas adems de su signIficadocorriente y obvio. Representa algo vago, des-conocidouocultoparanosotros. Muchos mo-numentos cretenses, por ejemplo, estnmarca-dos conel dibujode laazuela doble. Este esun objeto que conocemos, pero desconocemossus proyecciones simblicas. Comootro ejem-plo, tenemos el casodel indioque, despus deunavisitaa Inglaterra, contasus amigos, alregresar alapatria, que los ingleses adorabananimales porquehabaencontradoguilas, leo-nes y torosenlasiglesiasantiguas. Nosedabacuenta(ni seladanmuchoscristianos) dequeesos animales son smbolos de los Evangelis-tas y sederivandelavisindeEzequiel y queeso, asuvez, tieneciertaanaloga con el diosegipcioHorus ysuscuatrohijos. Adems, hayobjetos, tales como la rueda y la cruz, quesonconocidosentodoel mundoy que tienencierto signIficado simblico bajo CIertas con-diciones. Precisamenteloquesimbolizansiguesiendo asunto de especulaciones de contro-versia.As es que una palabra o una imagen essimblica cuando representa algo ms que susignificadoinmediatoyobvio. Tieneunaspec-to "inconsciente" ms amplio que nunca e3tadefinido con precisin o completamente ex,plicado. Ni sepuedeesperar definirlo oexpli.carlo. Cuandolamente explorael smbolo, seve llevada a ideas que yacen ms all del al-cance de la razn. La rueda puede conducir1I1'.nuestros pensamientos hacia el concepto deun sol "divino", pero en ese punto, la razntiene que admitir su incompetencia; el hom-bre es incapaz de definir un ser "divino". Cuan-do, contodas nuestras limitaciones intelectua-les, llamamos "divino" a algo, le hemos dadomeramente un nombre que puede basarse enun credo pero jams en una prueba real.Como hay innumerables cosas ms all delalcance del entendimiento humano, usamosconstantemente trminos simblicos para re-presentar conceptos que no podemos definirocomprender del todo. Estaes unadelas ra-zones por las cuales todas las religiones em-pleanlenguajesimblicooimgenes. Peroestautilizacin consciente de los smbolos es soloun aspecto de un hecho psicolgico de granimportancia: el hombre tambin produce smbo-los inconsciente y espontneamente en formadesueos.Noesfcil captar estepunto. Perohayquecaptarlosi queremos saber ms acerca de lasformas en que trabaja la mente humana. Elhombre, como nos damos cuenta si reflexio-namos un momento, jams percibe cosa algu-Izquierda' tres de los cuatro Evangelistas(en un relieve de la catedral de Chartres)aparecen comoanimales: el len es Marcos,e! toro es Lucas, el guila es Juan. Arriba:tambin son animales tres de los hilOS deldiOS egipcIo Horus (haCia 1250 a. deJ e).Animales y grupos de cuatro son sImbolosreligiOsos universales.na por enteroolacomprende completamente.Puede ver, or, tocar y gustar; pero hastadnde ve, cunto oye, qu le dice el tactoyqu saborea dependen del nmero y calidadde sus sentidos. Estos limitan su percepcindel mundoquelerodea. Utilizandoinstrumen-tos cientficos, puede compensar parcialmentelas deficiencias de sus sentidos. Por ejemplo,puedeampliar el alcancedesuvistaconpris-mticoso eldesuodomedianteamplificacinelctrica. Pero los ms complicados aparatosnopuedenhacer msqueponer al alcance desusojoslosobjetosdistantesopequeosoha-cer audibles los sonidos dbiles. No importaqu instrumentos use, en determinado puntoalcanza el lmite de certeza ms alldel cualnopuedepasar el conocimientoconsciente.Adems, hayaspectosinconscientesdenues-tra percepcin de la realidad. El primero esel hechodeque, auncpandonuestrossentidosreaccionan ante fenmenos reales, visuales ysonoros, sontrasladados enciertomododesdeel reinode la realidadal delamente. Dentrode la mente, se convierten en sucesos psqui-cos cuyanaturaleza ltima no puedeconocer21...I\III\1 !IIIIIIIlas representaclo-En mu)cnes de s del om per-religiosa deun tronorlenCla del respaldo e El fara6ndecoracI6n I XIVa de J d Inadoteneclente a s kh Amon esta om queTtAnegipCIO u olar fas man I podern disco s , balizan epor u rayos slm erda unfinalizan los dar vida IzquI a anteI para XX rezdel so I Japn de) s I sol diVinomonje en eue representa aun espeJo q6 shlntolstaen la rellgl nVistOS con detungsteno men-tomos 000de auDerecha a de 2ODO del cenounlos puntos s lejanaslO'.00 mh'"" trOde bies No Impo b sus sen I SVISI I homrega aXla der e 6 cons- dexten epcl n de pue a de su percd ios limites ti os,clentecontlnuanIse(porquelapsiquenopuedeconocersupro-pia sustancia psquica. Por tanto, cada expe-riencia contiene un nmero ilimitado defactores desconocidos, por no mencionar elhechodeque cadaobjetoconcretoes siempredesconocido en ciertos respectos, porque nopodemos conocer la naturaleza ltima de lapropia materia.Despus hay ciertos sucesos de los que nonos hemos dado cuenta conscientemente; hanpermanecido, por as decir, bajoel umbral delaconsciencia. Hanocurridoperohansidoab-sorbidos subliminalmente, sin nuestro cono-cimiento consciente. Podemos darnos cuentadetalessucesossoloenunmomentodeintui-cin o mediante un proceso de pensamientoprofundo que conduce a una posterior com-prensin dequetienenque haber ocurrido; yaunque, primeramente, podamos haber desde-adosuimportanciaemotivayvital, posterior-mentesurgendel inconscientecomounaespe-cie de reflexin tarda.Podra aparecer, por ejemplo, en forma desueo. Porreglageneral,el aspectoinconscien-tedecualquiersuceso senosrevelaensueos,donde aparece no como un pensamiento ra.cional sinocomounaimagensimblica. Comocuestinhistrica, fueel estudiodelossueoslo que primeramente facilit a los psiclogosinvestigar el aspecto inconsciente de los su-cesos de la psique consciente.Basndoseen esa prueba, los psiclogos su-pusieron la existencia de una psique incons-ciente, aunque muchos cientficos y filsofosniegan su existencia. Razonan ingenuamentequetal suposicinimplicalaexistenciadedos"sujetos"o(expresndoloenfrase comn) dospersonalidades dentro del mismo individuo.Pero eso es precisamente lo que representacontoda exactitud. Yuna de las maldicionesdel hombre modernoes que mucha gente su-fre a causa de esa personalidad dividida. Enmodoalgunoes unsntomapatolgico; es unhechonormal quepuedeser observadoentodotiempoyencualquier lugar. Noessimplemen-te el neurtico cuya mano derecha ignora 10que hace la mano izquierda. Ese conflictoesun sntoma de una inconsciencia general queeslainnegableherenciacomndetodalahu-manidad.El hombre fue desarrollando la consciencialentaylaboriosamente, enunprocesoquene-cesitincontables eras para alcanzar el estadocivilizado (que, arbitrariamente, se fecha conla invencin de la escritura, hacia el 4.000a. de J. C.). Yesa evolucin est muy lejosde hallarse completa, pues an hay grandeszonas dela mentehumanasumidas enlas ti-nieblas. Loquellamamosla"psique"noes, enmodo alguno, idntica a nuestra conscienciaysu contenido.Quienquieraquenieguela existenciadel in-consciente, supone, de hecho, que nuestroco-nocimientoactual delapsiquees completo. Yesta creencia es, claramente, tan falsa comolasuposicindequesabemostodoloquehayquesaber acercadel universo. Nuestra psiquees parte de la naturaleza y su enigma es ili-mitado. Por tanto, no podemos definir ni lapsique ni lanaturaleza. Solo podemos afirmarqucreemosquesonydescribir, lo m ~ j o r quepodamos, cmo funcionan. Por 10 cual, com-pletamente aparte de las pruebas acumuladaspor la investigacin mdica, hayfirmes baseslgicas para rechazar afirmaciones como ~ ' N ohay inconsciente". Quienes dicen tales cosasnohacenms que expresar unanticuado"mi-sonesmo" : miedo a lo nuevo y lo descono-cido.Hay razones histricas para esa resistenciaa laidea deuna partedesconocida delapsiquehumana. Laconsciencia es una adquisicinmuyrecientedela naturalezayanestenperodo"experimental". Es frgil, amenazada por pe-ligros especficos, yfcilmente daada. Como23-.."7_ Y.Il g ,I 1lI 'han sealado los antroplogos, uno de ]osdesrdenes ms comunes producidos entre lospueblosprimitivos esel quellaman"laprdidadeunalma", quesignifica, comoladenomina-cin indica, una rotura perceptible (o, mstcnicamente, una disociacin) de la conscien-cia. Entretales pueblos, cuya conscienciaesten un nivel de desarrollodistinto al nuestro,el "alma" (o psique) no se considera unitaria.Muchosprimitivos suponenqueel hombretie-neun"almaselvtica"ademsdelasuyapro-pia, y que esa alma selvtica est encarnadaenunanimal salvajeoenunrbol, conel cualel individuohumanotieneciertaclasedeiden-tidadpsquica. Estoes 10que el eminente et-nlogo francs Lucien Lvy-Brhl llam una"participacin mstica". Posteriormente, reti-r ese trmino por presiones de las crticasadversas, pero creo que sus crticos estabanequivocados. Es unhechopsicolgicomuyco-nocidoque unindividuopuedetener tal iden-tidad inconsciente con alguna otra persona oconun objeto.Esta identidad toma diversidad de formasentrelos primitivos. Si el alma selvtica es ladeunanimal, al propioanimal seleconsideracomounaespeciedehermanodel hombre. Unhombre cuyo hermano sea, por ejemplo, uncocodrilo, se supone que est a salvo cuandonade en un ro infestado de cocodrilos. Si elalma selvtica. es un rbol, se supone que elrboltiene algo as como una autoridadpaternalsobreel individuoconcernido. Enamboscasos,una ofensa contra el alma selvtica se inter-preta como una ofensa contra el hombre.En algunas tribus se supone que el hombretiene varias almas; esta creencia expresa elsentimientodealgunosprimitivos de quecadaunode ellos constade varias unidades ligadasperodistintas. Esto significaquela psique in-dividual est muy lejos de estar debidamentesintetizada; por lo contrario, amenaza frag-mentarse muyfcilmente consololos ataquesde emociones desenfrenadas.Mientrasesta situacin nos es conocida porlos estudios de los antroplogos, no es tanajena, comopudieraparecer, a nuestra propiacivilizacinavanzada. Tambinnosotros pode-mosllegaradisociarnosyperdernuestraiden-tidad. Podemos estar posedos yalterados porel mal humor ohacernos irrazonables e inca-pacesderecordar hechos importantes nuestrosode otros, de tal modoque la gente pregun-te: "Pero qudemoniostepasa7" Hablamosacerca de ser capaces de "dominarnos", peroel autodominio es una virtud rara y notable.24eDisociacin,. significa una escisin enla psique, la cual produce una neurosis.Un famosoejemplo literariodeeseesta-does El Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1886),del escocs R. L. Stevenson. En la no-vela, la eescisin,. deJekyll toma lafor-ma de un cambioffsico ms que (comoen la realidad) un estado interior psl-quico. Izquierda: Mr. Hyde (de la pe-lcula de 1932), la otra mitad,. deJekyll. ~Los pueblos primitivos llamaban a ladisociacin eprdida de un alma,.;creran que el hombre tenIa un ealmaselvticu adems de la suya propia.Pgina opuesta, izquierda: un hombrede la tribu Nyanga, del Congo, conuna mscara de clao, ave con la queidentifica su alma selvtica.Pgina opuesta, derecha: telefonistas enuna central muy activa, manejando ala vez muchas llamadas. En tal tarea,las operarias escinden,. parte de sumente consciente para concentrarse.Pero esa escisin es controlada y tem-poral, no una disociacin espontnea yanormal.IPodemos creer que nos dominamos; sin em-bargo, unamIgofcilmente puededecirnos co-sas acerca denosotrosdelas cuales nosabemosnada.Sin duda alguna, aun en lo que llamamosun elevadonivel de civilizacin, la consClenciahumana todava no ha conseguido un gradoconveniente de continuidad. An es vulnera-ble y susceptible la .fragmentacIn. Esta capa-cidadde aislar partede nuestramente es unacaractersticavaliosa. Nos permite concentrar-nos sobreunacosaenunmomentodetermina-do, excluyendo todo lo dems que pueda re-clamar nuestra atencin. Pero hay un mundode dIferencia entre una decisin consciente deseparar y suprimir temporalmente una partede nuestra psique y una situacin en la queesto ocurra espontneamente sin nuestro co-nocimiento o consentimiento y auncontra nues-tra intencin. Lo primero es una hazaa ci-vilizada, 10 ltimo una primitiva "prdida deun alma" o, aun, la causa patolgica de unaneurosis.De este modo, incluso en nuestros das, launidad de consciencia es todava un asuntodudoso; puede romperse con demasiada fa-cilidad. Lacapacidaddedominarnuestrasemo-ciones, que pueden ser muy deseables desdenuestro puntode vista, sera una conseCUClOndiscutible desde otro punto de vista porqueprivara a las relaciones sociales de variedad,color ycalor.Es ante estefondodonde tenemos que revi-sar la importancia de los sueos, esas fanta-sas endebles, evasivas e inciertas. Para expli-car mi puntode vista, deseara describir cmose desarroll durante un perodo de aos ycmofui llevadoaconcluir quelos sueossonla fuente ms frecuente y universalmente ac-cesibleparalainvestigacindelafacu1tadSIm-balizadora del hombre.SigmundFreudfue el precursor queprimerointent explorar empricamente el fondo in-consciente de la consciencia. TrabaJ con lapresuposicingeneral dequelos sueos nosonalgo casual sino que estn asociados con pen-samientos y problemas conscientes. Esta pre-suposicin, por lomenos, noera arbitraria. Sebasaba en la conclUSIn de eminentes neur-logos (por ejemplo, Pierre Janet) de que lossntomas neurtIcos se relacionan con ciertaexperiencia consciente. Hasta parecen ser zo-nas escindidas de la mente consciente que, enotra ocasin y bajo circunstancias dIstintas,pueden ser conscientes.Antes del comienzo de este siglo, Freud y25Josef Breuer haban reconocido que los sntomasneurticos-histeria, ciertostipos dedolar, yla conducta anormal-tienen, de hecho,plenosIgnificadosimblico. Sonun medIOporel cual seexpresa el inconsciente, al igual quehace por medIo de los sueos que, del mismomodo, sonsimblIcos. Unpaciente, por ejem-plo, que se enfrenta con una situacIn intole-rable, puede provocar un espasmo siempreque trate de tragar: "Nopuede tragarlo". EnsItuacIOnes anlogas de tensin psquica, otropacIente tiene un ataque de asma: "No pue-de respirar el aire de casa". Un tercero sufreunapeculiarparlisisdelaspiernas: nopuedeandar, es decir, "yanopuede andar ms". Un1cuarto, que vomita cuando come, "no puededigerir", cierto hecho desagradable. Podra ci-tar muchos ejemplos de esta clase, pero talesreacciones fSIcas son solo una forma en laque los problemas que nos inquietan puedenexpresarse inconscientemente. Con mayor fre-cuencia, encuentranexpresinennuestrossue- ~os. ~Todo psiclogo que haya escuchado a nu-merosas personas contar sus sueos, sabe quelos smbolos del sueo tienen mucha mayorvariedadquelos sntomas fsicos de la neuro-sis. Muchas veces conSIsten en fantasas ela-boradas ypmtorescas. Perosi el analista queseenfrentaconesematerial onricoemplea la"4 23.. . 5 -,... 11 12 6 7 8 9 10 1 Slgmund Freud (Viena).2 Otto Rank (Viena 13 LudWig Brnswanger (Kreuzlrngen).4 A A Bnll265 Max Eltrngon (Berlrn)6 James J Putnam (Boston l.7 Ernest Jones (Toronto)8. Wdhelm Stekel (Viena)9 Eugen Bleuler (lunch)10 Emma Jung (Kusnacht)11 Sandor Ferenczl (Budapest 112 e G Jung (Kusnacht 1...ttcnica primitiva de Freud de "ascciacin li-bre", encuentra que los sueos pueden redu-cirse, endefinitiva, aciertostiposbsicos. Estatcnica desempe un papel importante en eldesarrollo del psicoanlisis porque permiti aFreud utilizar los sueos como punto de par-tidadesdeelcualpodaexplorarseel problemainconsciente del paciente.Freud hizo la sencilla pero penetrante ob-servacindequesi sealientaal soante ase-guir hablando acerca de las imgenes de susueo y los pensarlentos que ellas suscitanensumente, setraicionaryrevelarel fondoinconscientede sus dolencias, tantoenlo quedice como en lo que omite deliberadamente.Sus ideas puedenparecer irracionales y dispa-ratadas pero poco despus es relativamentefcil ver quesloqueesttratandodeevitar,qu pensamiento o experiencia desagradableest suprimiendo. No importa cmo trate deenmascararlo, cuanto digaapuntahaciael meo-llodesumalestar. Unmdicove tantas cosasdesdeel ladodesagradabledelavidaque, confrecuencia, se halla lejos de laverdad cuandointerpreta las insinuaciones hechas por su pa-ciente como signos de una consciencia turba-da. Pordesgracia, loquecasualmentedescubreconfirma sus suposiciones. Hasta aqu, nadiepuededecir nadacontralateora de Freuddelarepresinysatisfaccindedeseoscomocau-sas aparentes del simbolismo de los sueos.Freudconcedi particular importancia a lossueos como puntode partida de un procesode "asociacin libre". Pero algn tiempo des-pus, comenc a pensar que eso era una uti-lizacinerrneae inadecuadadelas ricas fan-tasas que el inconsciente produce durante elsueo. En realidad, mis dudas comenzaroncuandouncolegamehabldeunaexperienciatenidadurante unlargoviaje entren por Ru-sia. Aunquenosaba el idiomay, portanto, nopoda descifrar la escritura cirlica, se encon-tr meditando acerca de las extraas letrasenque estaban escritos los avisos del ferroca-rril y se sumi en una divagacin en la queimagin toda clase de significados para ellos.Una idea le condujo a otra y en su vagarmental hall que su "asociacin libre" habaremovidomuchosviejosrecuerdos. Entreellos,le molest encontrar algunos desagradables yhacamuchotiempoenterrados. cosas queha-ba deseado olvidar y haba olvidado cons-cientemente. Dehecho, haballegadoalo quelos psiclogos llamaransus complejos, es de-cir, temas emotivos reprimidos que puedenproducir constante perturbacin psquica oin-cluso, en muchos casos, los sntomas de unaneurosis.Este episodiomeabrilos ojos al hecho deque no era necesario utilizar un sueo comopunto de partida para el proceso de "asocia-cinlibre", si sedeseadescubrirloscomplejosde un paciente. Me mostraba que se puedealcanzar el centro directamente desde cual-quier puntodela brjula. Sepuede comenzardesde las letras cirlicas, desde las meditacio-O!'"".~ f""1It ' ~.,)Derecha' el test de .:Ias manchas detinta Ideado por el psiquiatra suizoHermann Rorschach. La forma de lamancha puedeservir comoestmuloparala asOCiaCin libre; de hecho, casi todaforma Irregular libre puede provocar elproceso asociativo Leonardo da Vinciescrrblen sus Notas: No os resultadadificil deteneros algunas veces y mirarlas manchas de las paredeso las cenizasde un fuego o nubes o barro o sitiosanlogos en los que... podis encontrarautnticas ideas maravillosas.IzquIerda: muchos de los grandes pre-cursores del psicoanlisis moderno, foto-grafiados enunCongresode PSicoanlisiscelebrado en 1911 en Weimar, Alema-nia. La clave puesta al pie identificaalgunas de las figuras ms importantes.1I1 iI IIiII1nes sobre una bola de cristal, un molino deoraciones o aun desde una conversacin ca-sual acerca de algn suceso trivial. El sueono era ni ms ni menos til a este respectoque cualquier otro posible punto de partida.Sin embargo, los sueos tienen un signIficadoparticular auncuando, amenudo, procedendeun trastorno emotivo en el que los complejoshabituales tambin estn envueltos. (Los com-plejos habituales son los puntos delicados dela psique que reaccionan rpidamente a unestmuloexternooalteracin). Por esolaaso-ciacin libre puede conducir desde cualquiersueo a crticos pensamientos secretos.No obstante, en este punto se me ocurrique (si hasta ah estaba en 10 cierto) podradeducirse legtimamente que los sueos tienenpor s mismos cierta funcin especia! y msimportante. Con mucha frecuencia, los sueostienen una estructura definida, de evidentepropsito, queindicaunaideaointencinsub-yacente, aunque, por regla general, lo ltimono es inmediatamente comprensible. Por tan-to, comenc a considerar si se debe concederms atencin a la forma efectiva y contenidode un sueo que a permitir a la asociacin"libre" queconduzcapor mediode unencade-namiento de ideas a complejos que podnanalcanzarse con la misma facilidad por otrosmedios.Este nuevo pensamiento fue un cambio dedireccin en el desarrollo de mi psicologa.Signific que paulatinamente renunci a lasdems asociaciones que alejaban del texto deun sueo. Prefer concentrarme ms bien enlas asociaciones del propiosueo, enlacreen-cia de que lo ltimo expresaba algo especfi-co que el inconsciente trataba de decir.El cambio de mi actitud hacia los sueosDos dlstmtos estmulos pOSiblesde la aSOClaClon libre el molinode oraciones de un mendigo tibe-tano (Izquierda), o la bola decristal de una adlvmadora (dere-cha, una adlvmadora moderna enuna fena mglesa)acarreabauncambiodemtodo; lanueva tc-nica era tal que podra tener en cuenta losdiversos y ms amplios aspectos de un sueo.Una historia contada por la mente conscien-te tiene un principio, un desarrolloyun finalperonosucedelomismoenunsueo. Sus di-mensiones de tiempo y espacio son totalmen-te distintas; para entenderlo hay que exami-narlo en todos los aspectos, al igual que sepuede coger en las manos un objeto descono-cidoydarlevueltasymsvueltashastaqueseconocen todos los detalles de su forma.Quizyahaya dicho10suficiente para mos-trar cmo se fue acrecentando mi dec;acuerdocon la asociacin "libre" tal como la empleFreud al principio: yo deseaba mantenermelomscercaposibledel sueomismoyexcluirtodas las ideas que no hicieran al caso y lasasociaciones que pudiera evocar. En verdad,eso podaconducir hacia los complejos de unpaciente, peroyotenaenmi pensamientounafinalidad de mayor alcance que el descubri-miento de los complejos productores de alte-raciones neurticas. Hay otros muchos me-dios con los cuales pueden ser identificados:los psiclogos, por ejemplo, pueden captar to-das las alusiones que necesiten utilizando lostests de asociacin de palabras (preguntando ~al paciente qu asocia a una serie dada de . ~ - _ :. _ _------_~Ipalabras y estudIando luego las respuesta')Pero para conocer y comprender el procesovItal psqUIco de toda la personabdad de unindIviduo e') Importante darse cuenta de quesus sueos y sus Imgenes sImblIcas tienenun papel mucho ms Importante que des-empear.CasI tojo el mundo sabe, por ejemplo, quehay una mmensa vanedad de Imgenes conlas que se puede simbolizar el acto sexual (0,podnamos decIr, representarse en forma dealegana) Cada una de esas Imgenes puedeconducIr, por un proceso de aSOClaClOn, a laidea de relacIn sexual y a complejos espec.flcos. que cualqUIer mdlvlduo pudIera teneracercadesuspropIos actos sexuales Perotam-bIn pudIera desen terrar tales complejos conun soar despIertoante un conjuntode mdes-cifrales letras rusas. Por tanto, llegu a la su-poslclonde que un sueocontIenecIertomen-saJedlstmtode laalegorasexual, yqueesoesas por razones defInIdas Para aclarar estepunto:Un hombre puede soar que mtroduce unallaveenuna cerradura, que empua un pesadobastn, o que echa abajo una puerta con unanete Cada una de esas cosas puede consi-derarse una alegora sexual Pero el hecho deque su mconsclente haya elegIdo, con ese fm,una de esas Imagenes especllcas-seala llave,el bastan o el anete-es tambIn de la mayorImportancIa. La verdadera tarea es compren-der por quse ha prefendola llave al bastano el bastan al anete Y, a veces, esto pudIeraconducIr al descubnmlento de que no es, endefmltIva, el acto sexual el que esta represen-tado smo oh o punto pSicolgICO totalmentedlstmtoA partIr de este razonamIento, llegu a laUna de las Incontables Imagenes slmbIIcas o alegorlcas del acto sexual es lacaza del ciervo Derecha detalle de uncuadro del pintor aleman del s XVICranach La Impllcaclon sexual de lacaza del cIervo se subraya con una cancln popular Inglesa de la Edad Media,titulada ~ El guardaAla primera gama que dispar,fally a la segunda gama halagy besoy la tercera huy en elcorazn de un lovenElla est entre las hOjas delverde OconcluSlon de que, para mterpretar un sueo,solo debera utIlIzarse el matenal que formaparte clara y vIsible de l. El sueo tiene supropIa hmltacln. Su misma forma especflcanos dIce qu le pertenece y qu nos aleja del Mientras la aSOCIaCin "hbre" nos engaaalejndonos de ese matenal en una espeCIe delnea en zigzag, el mtodo que desarroll esmas semejante a una circunvalacincuyo cen-troes ladeSCripCindel sueo. TrabajOentor-no aladescnpclon del sueoy me desentien-dode todo mtento que haga el soante paradesprendersedel. Unayotravez, enmi laborprofeSIOnal, hetenidoquerepetir las palabras:"Volvamos a su sueo: Qu dice el sueo?"Por eJemplo: un paciente mo so conuna mUjer vulgar, borracha y desgreada Enel sueo, parecla que esa mUjer era suesposaaunque, enlarealIdad, suesposaeratotalmen-te dlstmta Por tanto, en lo externo, el sueoera asombro"amente tncIerto y el paciente lorechaz al pronto como una tontera soada.SI yo, como mdico suyo, le hubiera dejadotnICIar un proceso de aSOClaClOn, mevItable-mente l habra mtentado alejarse lo ms po-sIbledeladesagradablesugestindesusueo.En tal caso, l hubIera desembocado en unode sus complejos prmclpales-poslblemente,un complejo que nada tUVIera que ver con su304 es:: :s lII

--.t1".J) J...--....t- ,,"t) 1r-A/'1J ,> ,l 1lJ )"..,...,...) )1 I ..J ).JUna llave en una cerradura puede serun slmbolo sexual aunque no Irlvana-blemente Izquierda parte de un retablodel artista flamenco del s XV CamplrlLa puerta Irltentaba s mbollzar la esperanza la cerradurala carldad y la llave el deseo hacia DIos Aba10 un Ingles durante la cansagraclon de una Iglesia celebra la tradlclonal ceremonia golpeando en la puertade la Iglesia con un baculo que eVIdentemente noes un slmbolofallco SIrlOun slmbolo de autoridad y del cayadode pastor Nlrlguna Imagpn 51mbolica Irldlvldual puede decirse que tenga un Sl9nlflcado general dogmatlcamente fijadoEl anima es el elemento femenino delIrlconsclente mascullrlo (Ella y el anlmus en el Irlconsclente femenlrlo seestudian en el cap 3) Esta dualidadIntima se simboliza con frecuencia poruna figura hermafrodita comoel hermafrodlta coronado paglrla opuesta arnbade un manuscnto de alquimia del SI910XVII Pagna opuesta abajo Imagenflslca de la blsexualldad pSlqulca delhombre una celula humana con sus cromosomas Todos los organismos tienendos grupos de cromosomas uno delpadre y otro de la madre..._ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ~esposa-y yo no habra sabido nada acercadel significado especial de ese sueo peculiar.Entonces, qu trataba de transmitir su in-consciente por medio de una afirmacin defalsedad tan obvia? Con toda claridad expre-saba de algn modo la idea de una mujer de-generada que estaba ntimamente relacionadacon la vida del soante; pero puesto que laproyeccin de esa imagen sobre suesposa erainjustificada y falsa en la realidad, tuve quebuscar enotraparteantes deencontrar loquerepresentaba esa imagen repulsiva.Enla Edad Media, mucho antes de que losfisilogos demostraran que, acausade nuestraestructura glandular hay, a la vez, elementosmasculinos y femeninos en todos nosotros, s.edeca que "cadahombre lleva una mujer den-tro de s". Este elemento femenino de todomacho es loque he llamado el "nima". Esteaspecto "femenino" es esencialmente ciertaclase inferior de relacionamiento con el con-torno y, particularmente con las mujeres, quese guarda cuidadosamente oculto a los demsas como a uno mismo. Es decir, aunque lapersonalidadvisiblede un individuopuedapa-recer completamente normal, tambin puedeestar ocultando a los dems-oaun a s mis-mo-la situacin deplorable de "la mujer dedentro".Ese era el caso de mi peculiar paciente:suladofemenino noera agradable. De hecho,susueo le deca: "En cierto modo, te est,>portando como una mujer degenerada", yesole produjo una conmocin conveniente. (Porsupuesto, un ejemplo de esta clase no puedetomarse como prueba de que el inconscientese ocupa de dar rdenes "morales". El sueono le deca al paciente que se "portara me-jor", sino que trataba, simplemente, de equi-librar la naturaleza desnivelada de su menteconsciente, la cual mantena la ficcin de quel era todo un perfecto caballero.)Es fcil comprender por qu los soantestienden a ignorar, e incluso negar, el mensajede sus sueos. La conciencia se resiste a todo10 inconsciente y desconocido. Ya seal laexistencia entre los pueblos primitivos de 10que los antroplogos llaman "misonesmo", unmiedo profundoy supersticioso a la novedad.Los primitivos manifiestan todas las reaccio-nes del animal salvaje contra los sucesos fu-nestos. Pero el hombre "civilizado" reaccionaen una forma muy parecida ante las ideasnuevas, levantando barreras psicolgicas paraprotegerse de la conmocin que le produceenfrentarse con algo nuevo. Esto puede ob-servarse fcilmente en toda reaccin indivi-dual ante sus propios sueos cuando le obli-gan a admitir un pensamiento sorprendente.Muchos precursores en filosofa, ciencia, e in-cluso en literatura, fueron vctimas del inna-to conservadurismo de sus contemporneos.La psicologa es una de las ciencias ms j-venes; como intenta ocuparse de la labor delinconsciente, seha encontrado inevitablementecon un misonesmo extremado.31Pasado yfuturoen el inconscienteHasta ahora, he tratado de bosquejar algu-nos de los principios con los cuales afrontel problemadelos sueos, pues c.uandosede-sea investigar la facultad del hombre paracrear smbolos, los sueosresultan el materialms bsico y accesible para ese fin. Los dospuntos fundamentales al tratar de los SUE'osson: primero, el sueohadetratarsecomounhecho acercadel cual no deben hacerse supo-siciones previas, salvo que, en cierto modo, elsueo tiene sentido; y segundo, el sueo esuna expresin especfica del inconsciente.Difcilmente se podran poner estos princi-pios enforma ms modesta. Por bajo que seael concepto que se tenga acerca del incons-ciente, hay que conceder que merece inves-tigarse; el inconsciente, por lo menos, est alnivel del piojo, que, despus de todo, gozadel honradointers del entomlogo. Si alguiencon poca experiencia y conocimiento de lossueos piensaque los sueos son solosucedi-dos caticos sin significado, est en libertadde pensarlo as. Pero si damos por admitidoque son sucesos normales (como de hecho loson), entonces hay que considerar que son ocausados-es decir, que hay una causa racio-nal desuexistencia--o, enciertomodo, inten-cionados, o ambas cosas.Examinemos algo ms de cerca las formasen que los contenidos conscientes e incons-cientes de la mente estn ligados. Pongamosun ejemplo conocido por todos. De repente,nos encontramos que no podemos acordarnosde loque bamos adecir acontinuacin, aun-que, un momento antes, el pensamiento eraperfectamente claro. 0, quiz, bamos a hacerla presentacin de un amigo y se nos escapael nombre al ir a pronunciarlo. Decimos quenopodemos acordarnos; aunque, dehecho, elpensamiento se ha transformado en incons-ciente o, al menos, ha quedado momentnea-mente separado de la consciencia. Encontra-mos los mismos fenmenos en nuestros sen-tidos. Si escuchamos una nota continuada enel lmite audible, el sonido parece interrum-pirse a intervalos regulares y comenzar denuevo. Tales oscilaciones se deben a un de-crecimientoy crecimiento peridicos de nues-tra atencin, no a ningn cambio de la nota.Perocuandoalgose evadede nuestra cons-ciencia nocesa de existir, como tampoco uncoche que desaparece al volver una esquinase diluye en el aire. Simplemente, est fuerade nuestra vista. Al igual que, despus, pode-mos volver a ver el coche, nos encontramoscon los pensamientos que habamos perdidodurante algn tiempo.Por tanto, parte del inconsciente consisteen una multitud de pensamientos oscurecidostemporalmente, impresiones e imgenes que,a pesar de haberse perdido, continan influ-yendo en nuestra mente consciente.Un hombre que es distrado o abstradocruza la habitacin para ir a coger algo. Sedetiene aparentemente perplejo; se ha olvi-dadode loque iba a buscar. Sus manos tan-teanentrelosobjetosdelamesacomosi fueraunsonmbulo; sehaolvidadodesuprimitivaintencin; sin embargo, inconscientemente vaguiadopor ella. Luegosedacuentadeloquequera. Suinconsciente se loha apuntado.Si se observa la conducta de una personaneurtica, se la puede ver haciendo muchascosas que parece realizar consciente e inten-cionadamente. Sin embargo, si se le pregun-ta acercade ellas, se descubrir que o es in-consciente respecto a ellas o est pensandoen otra cosa completamente distinta. Oye ynooye; ve, peroest comociega; sabe yesignorante. Tales ejemplos son tan corrientes,que los especialistas prontose dan cuenta deque los contenidos inconscientes de la mentese portan como si fueran conscientes y que,en tales casos, nunca se puede estar segurodesi el pensamiento, palabraoaccinesconscienteono10es.Es estaclase deconductalo que hace quemuchos mdicos desechen como mentiras to-tales las afirmaciones de pacientes histricos.Cierto es que tales personas dicen ms false-dades quelamayorade nosotros, pero"men-tira" noes precisamente la palabra adecuada.De hecho, su estado mental produce incerti-dumbre de conducta. porque su conscienciaes susceptible de ec1i pses impredecibles pro-ducidos por interferencia del inconsciente. In-cluso sus sensaciones tctiles pueden revelarsimilares fluctuaciones de conocimiento. Endeterminado momento, la persona histricapuede sentir en el brazo el pinchazo de unaaguja; enel momentosiguiente, puede noad-vertirlo. Si su atencin puede enfocarse sobrecierto punto, todo su cuerpo puede quedarcomoanestesiadohastaquelatensincausantede ese oscurecimiento de los sentidos se re-laja. Entonces se reanuda inmediatamente lapercepcin sensorial. Sin embargo, en todomomento ha estado inconscientemente atentoaloque estaba sucediendo.El mdico puedever este procesocon todaclaridad cuando hipnotiza a un paciente deesetipo. Es fcil demostrar que el pacientesedaba cuenta de todos los detalles. El pincha-zoenel brazoolaobservacinhechaduranteun eclipse de consciencia se puede recordartan exactamente como si no hubiera habidoanestesia u"olvido". Me acuerdode una mu-jer que una vezfue admitida enlaclnica enunestado de total estupor. Cuandoal da si-guiente recobr la consciencia, record quinera, pero no saba dnde estaba, cmo o porquhabaidoall, ni el da. Sinembargo, des-pus de hipnotizarIa, me cont por qu sehabapuestoenferma, cmohaballegadoalaclnica y quin la haba admitido. Todos es-tos detalles se pudieron comprobar. Inclusopudodecir la hora en que fue admitida, por-quevioel reloj del zagun. Bajolahipnosis sumemoria eratan clara comosi hubieraestadoconsciente todoel tiempo.Cuando estudiamos tales materias, general-mente tenemos que aportar pruebas propor-cionadas por la observacin clnica. Por talmotivo, muchos crticos suponen que el in-consciente ytodas sus sutiles manifestacionespertenecen solamente a la esfera de la psico-MONKEYANA.El misonesmo, un miedo irracional alas ideas nuevas, fue unode los mayoresobstculos para que el pblico aceptasela psicologa moderna. Tambin seopusoa la teora de la evolucin de Darwin,como cuando un maestro de escuelanorteamericano l/amado Scopes fue pro-cesado en 1925 por ensear el evolu-cionismo Pgina opuesta, izquierda: du-rante el juicio, el abogado Clarence Da-rrowdefendiendoaScopes. Pgina opues-ta, derecha' el propioScopes. Igualmentees antidarvinista el dibujo de la iz-quierda, publicadoen 1861 en la revistainglesa Puncho [El cartel dice: ,,Soyun hombre y un hermano?,,]. Derecha:una jocosa interpretacin del misonesmopor el humOrista norteamericano JamesThurber, cuya ta (deca l) tema quela electricidad se estuviera filtrandopor todas partes.33patologa. Consideran toda expreSlOn del in-con'":>ZlO'"~'" lO"1:l '" e- :>~ oeO '"E>'" '"... ::>~ ~-,rlIIII11I,,IILossmboloseternosLa historia antigua del hombre se est sig-nificativamente redescubriendohoy da en lasimgenes simblicas ymitos que han sobrevi-vido al hombre antiguo. Cuando los arque-logos excavan el pasado, no son los sucesosdel tiempo histrico los que aprendemos aatesorar sino estatuas, dibujos, templos ylen-guasquenoshablandeantiguascreencias. Losfillogos ylos historiadores de lareliginnosrevelan otros smbolos y nos pueden traduciresas creencias en inteligibles conceptos mo-dernos. Estos, a su vez, son revividos porlos antroplogos de la cultura. Nos puedenmostrar quelos mismos modelossimblicos esposible encontrarlos en los rituales o mitosde pequeas sociedades tribuales an existen-tes, inmutables durante siglos, en los mrge-nes delacivilizacin.Talesinvestigacioneshancontribuidomuchopara rectificar la actitud unilateral de esoshombres modernos que mantienen que esossmbolos pertenecen a los pueblos de la anti-gedad o a las "atrasadas" tribus modernas,y, por tanto, carecen de importancia para lascomplejidadesdelavidamoderna. EnLondreso en Nueva York podemos prescindir de losritosdefertilidaddel hombreneolticopor serIIllun~ B . . ; ; ;.......superstICionesarcaicas. Si alguienproclamaha-ber tenido visiones u odo voces, no se letratacomoaunsantooaunorculo. Sediceque es unperturbado mental. Leemos los mi-tos de los antiguos griegos o las narracionespopulares de los indios americanos, pero nosomos capaces de ver ninguna relacin entreellosynuestra actitudrespectoalos"hroes"olos sucesos dramticos de hoy da.Sin embargo, hay relacin. Ylos smbolosque la representan no han perdidosu impor-tancia para la humanidad.Una de las principales contribuciones denuestro tiempopara la comprensinyrevalo-rizacin de tales smbolos eternos la hizo laEscuela de Psicologa Analtica del Dr. Jung.Ha ayudado a romper la arbitraria distincinentre el hombre primitivo, a quien los smbo-los le parecan parte natural de su vida dia-ria, yel hombremoderno, para quienlos sm-bolos, aparentemente, no tienen significado ycarecen de importancia.Como ya ha sealado el Dr. Jung en estelibro, la mente humana tiene su propia historia yla psique conserva muchos rastros delas anteriores etapasdesudesarrollo. Es ms,los contenidos del inconsciente ejercen unainfluencia formativa sobre la psique. Cons-cientemente, podemos desdear esos conteni-dos, pero inconscientemente respondemos aellos y a las formas simblicas-incluidos lossueos-con que se expresan.Al individuo puede parecerle que sus sue-os son espontneos y sin conexin. Pero alcabo del tiempo, el analista puede observarunaseriedeimgenesonricasynotar queco-rresponden a un modelo significativo; y alentenderlo, su paciente puede adquirir, quiz,una nueva actitudrespecto ala vida. Algunosde los smbolos en tales sueos derivan de loque el Dr. Jung llam "el inconsciente colec-tivo", esdecir, esapartedelapsiquequeCon-serva y transmite la comn herencia psicol-gica de la humanidad. Esos smbolos son tanantiguos y desconocidos para el hombre mo-derno que no puede entenderlos oasimilarlosdirectamente.Ah es donde puede ayudar el analista. Esposible que el paciente deba librarse del es-torbodelossmbolos quesehanhechoaejose inadecuados. Oes posible que necesite ayu-da para descubrir el valor permanente de unviejosmboloque, lejosde estar muerto, trataderenacer enforma moderna.Antes que el ana}sta pueda explorar efi-cazmente, con un paciente, el significado delos smbolos, tieneque adquirir un amplioco-nocimientodesusorgenesysignificancia. Por-que las analogas entre los mitos antiguos ylashIstoriasqueaparecenenlossueosdelospacientes modernos no son ni triviales ni ac-cidentales. Existenporquelamenteinconscien-te del hombre modernoconserva la capacidadde crear smbolos que en otro tiempo encon-trexpresinenlas creenciasyritos del hom-bre primitivo. Yesacapacidadan desempeaunpapel devital importanciapsquica. Demsformas de las que podamos perCIbir, depende-mosdelos mensajes que transmitentales sm-bolos y nuestras actitudes y nuestra conductaestn profundamente influidas por ellos.En tiempo de guerra, por ejemplo. encon-tramos mayor inters enlas obrasde Homero,Shakespeareo Tolstoi y leemosconnuevacomprensin los pasajes que dan a la guerra susignificado soportable (o "arquetpico"). Sus-citan en nosotros una reaccin que es muchoms profundaque laproducidaenalguienquejams hubiera conocido la intensa experienciaemotiva de la guerra. Las batallas en las lla-nuras de Troya fueron totalmente distintas alos combates en Agincourt o Borodino, sinembargo, los grandes escritores pueden sobre-pasar diferencias detiempoylugar yexpresartemas que son universales. Reaccionamos por-que esos temas sonfundamentalmente simblicos.Un ejemplo ms notable que resultar msconocidoparatodoel quehayacrecidoenunasociedad cristiana: en Navidad podemos ex-presar nuestra emocin ntima por el mitol-Pagina anterior una Simblica ceremoniade la antlguedad en una forma del SI-glo XX, el astronauta norteamericanoJohn Glenn en un desfile en Washmgtondespus de su Viaje orbital en 1962,como un heroe de tiempos remotos, re-gresa a su patria en procesin triunfaldespus de una victOriaIzqUierda escultura en forma anloga auna cruz, representando a una diosagriega de la fertilidad (h 2500 a deJ C) Centro dos aspectos de una cruzescocesa de piedra (s XII) que conservaCierta feminidad pagana. los pechosen el cruce Derecha otro arquetipoarcaico renaCido en forma nueva. cartelde anuncIo ruso de un festival ateode Pascua, para reemplazar la fiestacrlsliana, al Igual que la Pascua cristia-na se sobrepuso a unos primitiVOS ritossolstlclales paganos.107Pero la resurrecclOn de Cristo en el Domingo de Pascua es mucho menos satisfacto-ria desde el punto de vista ritual que el sim-bolismodelas religiones cclicas. ComoCristoasciende asentarsea ladiestra de DiosPadre,suresurreccinocurredeunavezparasiempre.Es esta finalidad del concepto cristiano dela resurreccin(la ideacristianadel Juicio Fi-nal tiene un anlogo tema "cerrado") la quedistingue el cristianismo de otros mitos dedios-rey. Ocurriunavezyel ritual meramen-te lo conmemora. Pero este sentido de finali-dad es probablemente una de las causas deque los primeros cristianos, influidos an porlas tradiciones precristianas, comprendieranque el cristianismo necesitaba suplementarsecon algunos elementos de un ritual de ferti-lidadmsantiguo. Necesitabanlarepetidapro-mesade resurreccin; yesoes10que sesim-boliza con el huevoyel conejode Pascua.He puesto dos ejemplos muy distintos paramostrar cmo el hombre moderno continareaccionandoa profundas influencias psquicasde una clase que, conscientemente, desechaalgo ms que comocuentos populares de gen-te supersticiosa e inculta. Pero es necesario irms lejosan. Cuantoms decercase examina la historia del simbolismo y el papel quelos desempearon en )a vida de mu-cha" culturas diferentes, ms se comprendeIzquierda. pintura japonesa en perogamino, s. XIII, de la destruccinde una ciudad, abaJO' analogamentedominada por las llamas yel humo,la catedral de San Pablo, en Londres, durante un ataque aereo en lasegunda guerra mundial Los mtodosbliCOS han cambiado a travs de lasedades, pero la repercusin de laguerra es Inmutable y arquetpIca.. -...gico nacimiento de un nio semidivino aun-que no creamos en la doctrina del virginalnacimiento de Cristo o no tengamos ningunaclase de fereligiosaSin darnos cuen-ta, hemos recado en el simbolismo del rena-cer. Esteesunareliquiadeunafiestasolsticia1muchsimo ms antigua que traala esperanzadequeserenovarael nebulosopaisajeinvernaldel hemisferio septentrional. Acausa de todanuestra artificiosidad nos complacemos en esafiesta simblica, al igual que nos unimos anuestros hijos en Pascua enel grato ritual delos huevos y los conejos de Pascua.Pero comprendemos lo que hacemos o ve-mos la relacin entre la historia del nacimlento, muerte y resurrecci0n de Cristo y el '>Imbolismo popular de laPascua? Por logeneral,ni nos preoeupamos de recapacitar en talescosas.Sinembargo, se complementan mutuamente.La crucifixin de Cristo en Viernes Santo pa-rece a primera vista pertenecer al mismo mo-delo de simbolismo de fertilidad que se en-cuentra en los rituales de otros "salvadores"como Osiris, Tammuz, Orfeo y Balder. Tam-bin ellos tuvieron nacimiento divino o semi-divino, florecieron, fueron muertos y resuci-taron. De hecho, pertenecen a las religionescclicasenlasquelamuerteyresurreccindeldios-rey era un mito eternamente repetido.que hay tambin en esos smbolos un signifI-cado de recreacIn.Algunos smbolos se refieren a la infanciay la transIcIn a la adolescencia, otros a lamadurez y otros, tambIn, a la experiencia dela ancIanidad, cuando el hombre se preparapara suinevitable muerte. El Dr. Jungha des-crito cmo los sueos de una nia de ochoaos contenan smbolos que normalmente seasocIan con la vejez. Sus sueos presentabanaspectos de inIciacin enla vida comosi per-tenecIesen al mismo modelo arquetpico deiniciacin a la muerte. Por tanto, esta progre-sin de las ideas simblicas puede producirseenla mente inconsciente del hombre modernoal igual que se produca enlos rituales de lassociedades antiguas.Este vnculo crucial entre mitos primitivoso arcaicos y los smbolos producidos por elinconsciente es de inmensa importancia prc-tica para el analista. Le permite identIfIcar einterpretar esos smbolos en un contexto queles da perspectiva histrIca y tambin signIfI-cado psicolgico. Exammar ahora algunos delos mitos ms importantes de la antlguedady mostrar cmo-y con qu fin-son anlo-gos al material simblIco que encontramos enlos sueos.Arriba' Nacimiento de Cristo, centro:su cruclflxlon, debajo su ascensl6n Sunacimiento, muerte y resurrecclon sigueel modelo de muchos mitos antiguos so-bre un heroe, modelo orlgmarlamentebasado en los ritos estacionales de ferti-lidad, como los celebrados, probablemen-te, hace 3000 aos en Stonehenge, enInglaterra (vease aba 10, al amanecer enel solstiCIOde verano).Hroes ycreadores dehroes,rIf!El mito del hroe es el mito ms comn ymejor conocido del mundo. Lo encontramosen la mitologa clsica de Grecia y Roma, enla Edad Media, en el lejano Oriente y entrelas contemporneas tribus primitivas. Tambinaparece en nuestros sueos. Tiene un eviden-te atractivo dramtico y una importancia psi-colgica menos obvia pero profunda.Esos mitos del hroe varan mucho en de-talle, perocuantoms decercaselosexamina,ms se ve que son muy SImilares estructural-mente. Es decir, tienen un modelo universalaunque hayan sido desarrollados por grupos oindividuos sin ningn contacto cultural direc-to mutuocomo, por ejemplo, tribus africanas,indios de Norteamrica, griegos e incas delPer. Unayotravezse escuchaun relatoquecuenta el nacimiento milagroso, pero humilde,de un hroe, sus primeras muestras de fuerzasobrehumana, su rpido encumbramiento a laprominencia o el poder, sus luchas triunfalescontra las fuerzas del mal, su debilidad anteel pecadodeorgullo(hybris) ysucadaatrai-cin o el sacrificio "heroico" que desembocaen su muerte.Explicar despus con ms detalle por qucreo que este modelo tiene significado psico-En la mayora de los mitos del hroehay una demostracin de su fuerza precoz AbajO el nio Hrcules matandodos serpIentes Derecha, arriba el lovenrey Arturo es el unlco capaz de extraerde una piedra una espada maglCa De-baJO el americano Davy Crockett que,a sus tres aos, mat a un oso.110lgico tanto para el individuo, que se dedicaa descubrir y afirmar su personalidad, comopara toda una sociedad, que tiene una necesi-dad anloga de establecer la identidad colec-tiva. Pero otra caracterstica importante delmito del hroe nos proporciona una clave. Enmuchas de esas historias, la primitiva debilidad del hroe est contrapesada con la apa-ricin de fuertes figuras "tutelares"-o guar-dianes-que le facilitan realizar las tareas so-brehumanas quel nopodrallevar a cabosinayuda. Entre los hroes griegos, Teseo tena aPoseidn, dios del mar, como sudeidad; Per-seotenaaAtenea; AquilesaQuirn, el sabiocntauro, como tutor.Estas figuras semejantes a dioses son, dehecho, representantes simblicos de la totali-dad de la psique, la mayor identidad y msabarcadora que proporciona la fuerza de quecarece el ego personal. Sucometido especficoindica que la funcin esencial del mito delhroe es desarollar la'consciencia del ego in-dividual-quesedcuentadesupropiafuerzaDe arnba abaJo tres eJemplos de lafigura tutelar o guardIana que acompa-a al heroe arquetlplco de un mitognego, el centauro QUlron adiestrandoal Joven Aquiles el guardlan del reyArturo el mago Merlln (con un perga-mino en la mano), un ejemplo en lavIda moderna el entrenador de cuyoconOCImiento yexpenencla depende mu-chas veces el boxeador profesionalLa mayona de los heroes tiene que enfrentarse y vencer a diversos monstruosy fuerzas del mal Arnba el heroe es-candinavo Slgurd (esquina Infenor de-recha del grabado) mata a la serpienteFafnlr Centro el antiguo heroe eplcobabilonlco Gilgamesh luchando con unlen AbaJO el moderno heroe de lashistorietas norteamencanas, el Superman[superhombre] en cuya lucha solltanacontra el delito tiene, muchas veces,que rescatar muchachas hermosas.Arnba dos eJemplos de tralClon al he-roe el heroe blbilco Sansn traicionadopor Dalda, el heroepersa Rustamcaeenuna emboscada que le tiende un hombre en el que confiaba Debajo eJem-plo moderno de hybris (exceso de or-gullo) pnsloneros alemanes en Stalin-grado, 1941, despues deque Hitler inva-dIera RUSia en el inVierno111r I!ydebilidad-de una forma que le pertrechadparalasarduastareas conlasqueseenfrenta-r en la vida. Cuando ya el individuo hayasuperado la prueba inicial y pueda entrar enla fase madura de la vida, el mito del hroeperder su importancia. La muerte simblicadel hroeseconvierte, por as decir, en el al-canzamientode la madurez.Hastaahorameheestadorefiriendoal mitocompletodel hroe, en el que todo el ciclo,desde el nacimientohasta la muerte, est minuciosamente descrito. Pero es esencial reco-nocer que en cada una de las etapas de esteciclo hay formas especiales de la historia delhroe aplicables al punto particular alcanzadopor elindividuoeneldesarrollodelaconscien-cia de su ego, y con el problema especficoque se le plantea en un momento dado. Esdecir, la imagen del hroe evoluciona de unamaneraque refleja cada etapa delaevolucinde la personalidad humana.Este concepto puede entenderse ms fcil-mentesilopresentamosenundiagrama. Tomoesteejemplodelaoscuratribunorteamericanade indios winnebago porque presenta con to-da claridadcuatroetapas distintas en la evo-lucin del hroe. En estas historias (que elDr. Paul Radin public en 1948 con el ttuloHero Cycles o{ the Winnebago) podemos verla progresin definida desde el concepto msprimitivodel hroe hasta el ms artificioso.Esaprogresinescaractersticade otrociclodel hroe. Aunque en l, las figuras simbli-cas, tienen, naturalmente, nombres distintos,sus cometidos son anlogos ylos comprende-remos mejor una vez que hayamos captadolos puntos contenidos en este ejemplo.El Dr. Radmseal cuatro Ciclos distintosenla evolucindel mitodel hroe. Los deno-min: ciclo Trickster [granuja], ciclo Rare[liebre], ciclo RedRom[cuerno rOJo] y cicloTwin [gemelol. Vio acertadamente la psicolo-ga de esa evolucin al decir: "Representanuestros esfuerzos para resolver el problemadel crecimiento, ayudados conlailusindeunaficcin eterna."El cicloTrickster corresponde al perododevida ms primitivo y menos desarrollado.Trickster es una figura cuyos apetitos fsicosdominan su conducta; tiene la mentalidad deun nio. Careciendo de todo propsito msall de la satisfaccinde sus necesidades pri-marias, es cruel. cnicoeinsensible. (Nuestroscuentos del conejo Brer o del zorro Reynardconservanlasesenciasdel mitoTrickster.)Estafigura, que al principiotieneforma de animal,va de una granujera a otra. Pero, al hacerlo,lesobrevieneuncambio. Al final demcarrerade bribonadas, comienza a tomar el aspectofsicodeunhombreadulto.La figura siguiente es Hare. Al igual queTrickster (cuyos rasgos animales suelen estarrepresentados, entre los indios americanos,por un coyote) tambin aparece al principioen forma de animal. An no ha alcanzado laestaturadel hombremaduro, noobstante, apa-ttr~ I ~I112rece como el fundador de la cultura humana:el transformador. Los winnebago creen que,al darles su famoso rito medicinal, se convir-ti en su salvador y tambin en su hroe dela cultura. Este mito era tan poderoso, segnnos dice el Dr. Radin, que los miembros delRitoPeyotenoqueran renunciar aHarecuan-do el cristianismo comenz a penetrar en latribu. AcabfundindoseconlafiguradeCris-toyalgunosdeellosdecanquenonecesitabana Cristo puesto que ya tenan a Hare. Estafigura arquetpica representa un avance dis-tinto respecto a Trickster: se puede ver quese transforma en un ser socializado que co-rrigelas ansias instintivaseinfantilesquecon-tiene el ciclo Trickster.Red Horn, el tercero de esta serie de figu-ras de hroes, es un personaje ambiguo, que,segn cuentan, era el menor de diez herma-nos. Pasa por los requisitos del hroe arquet-pico superando pruebas tales como vencer enuna carrera ydemostrar suvalor en una bata-lla. Su fuerza sobrehumana ~ e muestra en suhabilidad para vencer gigantes por medio delaastucia (en el juegode dados) ode la fuer-za (en una pelea), Tiene un poderoso compa-ero en forma de pjaro del trueno llamado"Brama-a1-andar", cuya fuerza compensa cual-quier debilidad que pueda tener Red Horn.Con Red Horn hemos alcanzado el mundo delhombre, si bien un mundo arcaico. en el quese necesita la ayuda de poderes sobrehumanoso de dioses tutelares para asegurar la victoriadel hombre sobre las fuerzas del mal que leasedian. Hacia el final de la historia, el dios-hroesemarchaydejaenlatierraaRedHornyasus hijos. El peligro para la felicidad ylaseguridaddel hombre comienza ahora a estaren el hombre mismo.Este temabsico(que se repiteenel ltimociclo; el de Twin) plantea, en efecto, la cues-tin vital: Cunto tiempo podrn los sereshumanos triunfar sincaer vctimas de su pro-pio orgullo o, en trminos mitolgicos, de loscelos de los dioses?Aunque los Twins (gemelos), se dice, eranhijos del Sol, son exclusivamente humanos yjuntos forman una sola persona. Originaria-mente unidos en el se.no materno, se les sepa-ralafuerza al nacer. Sin embargo, ~ e perte-necen mutuamente y es necesario-aunquemuy difcil-reunirlos. En estos dos nios vemaslosdoslados dela naturalezadel hombre.Unode ellos, Flesh [carne], es condescendien-te, dulceysininiciativa; el otro, Stump[tron-co], es dinmico y rebelde. En algunas de lashistorias de los hroes gemelos esas caracte-rsticas se refinan hasta el punto de que unade las figuras representa al introvertido cuyafuerza principal reside en su capacidad de re-flexin, yla otra figura, al extravertido, hom-bre de accin que puede realizar grandes ha-zaas.Durante largo tiempo, esos dos hroes soninvencibles: ya se les presente como dos fi-guras separadas odos fundidas en una, llevanTrickster,,: la primera y rudimentariaetapa en el desarrollo del mito del h-roe, en el que el hroe es instintivo,desenvuelto y, con frecuencia, pueril.Pgina opuesta, izquierda: el hroepicochino del s. XVI, e Mono", engaandoa un rey fluvial (en una pera pequi-nesa moderna) por mE'diode una varitamgica. El otro grabado: en un jardrndel s. VI a. de J. C. el nio Hermes ensu cuna, despus de haber robadoel re-bao de Apolo. Derecha: el dios norue-go creador de dificultades, Loki, segnuna escultura del s. XIX. Ultimo graba-do: Charlie Chaplin creando dificultadesen la pelcula de 1936 Tiempos moder-nos, un granuja del s. XX.113.11a cabo todo lo que emprenden. Sin embargo,al igual que los d i o ~ e s guerreros de la mitolo-ga de los indios navajos, a veces se mareanpor el abuso de su poder. No quedan mons-truos ni en el cielo ni en la tierra a los quenohayan vencidoysuposterior conductasal-vaje les acarrea su justo pago. Los winnebagodicenque, al final, nada estabaasalvodeellos,ni aun los pilares en que se apoya el mundo.Cuandolos gemelosmataronaunodeloscua-tro animales que sostenan la tierra, habansobrepasadotodosloslmitesyllegel tiempode detener sucarrera. El castigoque merecaneralamuerte.As es que, tanto en el ciclo de Red Horncomo en el de los Twins, vemos el tema delsacrificioomuertedel hroecomolacuracinnecesaria de su hybris, el orgullo que se hasobrepasadoas mismo. Enlassociedades pri-mitvas cuyo nivel de cultura corresponde alciclo de Red Horn, parece que el peligro hasido prevenido por la institucindel sacrificiohumano propiciatorio, tema que tiene inmensaimportancia simblica y se repite continua-mente en la historia humana. Los winnebago,al igual que los iroqueses y algunas tribus al-gonquinas, probablemente coman carne hu-manacomoritual totmicoque podadomearsus impulsos individualistas y destructivos.En los ejemplos de la traicin al hroe oderrota que hay en la mitologa europea, eltema del sacrificio ritual se emplea ms espe-cflcamente como castigo por la hybris. Perolos winnebago, como los navajos, no van tanlejos. Aunque los gemelas erraronyaunque elcastigofuera la muerte, ellos mismos se asus-taron tantodesupoder irresponsablequecon-sintieron vivir en estado de descanso perma-nente: los lados antagnicos de la naturalezahumana volvierenasu equilibrio.He dado con cierta amplitud esta descrip-cin de los cuatrotipos de hroe porque pro-porciona una demostracin clara del modeloque se halla en los mitos histricos y en lossueos heroicos del hombre contemporneo.Con esto en la mente, podemos examinar elsiguiente sueode un paciente de edad inter-media. Lainterpretacindeestesueomuestracmo el psiclogo analista puede, con su co-nocimiento de la mitologa, ayudar a su pa-ciente a encontrar una respuesta a lo que, deotro modo, parecera un acertijo irresoluble.Ese hombre so que estaba en un teatro, enel papel de "un espectador importante cuyaopinin se respeta". Haba un acto en el queun mono blanco estaba en un pedestal conhombres a su alrededor. Al contar el sueo,dijo el hombre:Mi gua me explica el tema. Es la prueba judicialde un joven mannero que est expuesto al vientoy a ser apaleado. ComIenzo objetndole que aquelmono blanco no es un marinero, en morlo alguno;pero en ese precIso momento, se levanta un jovenvestido de negro y pienso que debe de ser el ver-P' mM' _; Iiii! TeilI 2 aliiil..PO '7 59La segunda etapa en la evolucindel h-roe es la de fundador de la cul tura hu-mana IzqUIerda pintura hecha con are-na por los navajos acerca del mito delcoyote que rob el fuego a los dioses yse lo entreg al hombre AbaJO en elmito griego. Prometeo tambIn rob elfuego a los dioses para el hombre, porlo cual fue encadenado a una roca ytorturado por un guila (de una copadel s. VJ a de J C.)~ _ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ~ l\c?' En la tercera etapa, el heroe es un po-deroso hombre dios como Suda Arnbaen una escultura del pnmer siglo, Sldd-hartha emprende el Viaje en el que sesentina iluminadoy se transformarla enBudaAbajo Izquierda escultura medieval Itallana de Romulo y Remo los gemelos(amamantados por una loba) ql1e fun-daron Roma y que son el ejemplo masconocido de la cuarta etapa del mitodel heroeEn la cuarta etapa los gemelos, a veces,abusan de su poder como hicieron losheroes romanos Castor y Polux cuandoraptaron a las hijas de Leuclpus (abajocuadro del pintor flamenco Rubens)\I1,1Idadero hroe. Pero otro joven bien parecido avanzaa zancadas hacia un altar y se extiende sobre l.lehacen marcas en su pecha desnudo como prepa-r a t i ~ o s para ofrecerle como sacrificio humano.Entonces me encuentro en una plataforma conotras varias personas. Podamos bajar por una es-calerilla, pero dudo hacerlo porque hay dos jvenesforzudos de pie all al lado y pienso ql\e nos loimpedirn. Pero cuando una mujer del grupo utilizala escalerilla sin que la molesten, veo que no haypeligro y todos nosotros bajamos tras la mujer.Al'.ora bien, un sueo de esa clase no sepuede interpretar rpidamente y con senci-llez. Hay que descifrarlo con cuidado con elfin dehallar sus relacionesconla propiavidadel soante y sus ms amplias derivacionessimblicas. El pacienteque tuvoesesueoeraun hombre que haba alcanzado la madurezen sentidofsico. Tena xito en su profesiny, era evidente, leiba biencomoesposo y comopadre. Sin embargo, psicolgicamente carecade madurezynohaba terminadoan sufasejuvenil de desarrollo. Era esa inmadurez ps-quicalaqueseexpresabaensussueos, comoaspectosdistintosdel mitodel hroe. Esas im-genes an ejercanfuerte atractivoensu ima-ginacin aun cuandoya haca tiempo que ha-ban agotado todos sus significados ante larealidad de supropiavidadiaria.As, eneste sueo, vemosunaseriedefigu-ras presentadas teatralmente como aspectosdiversos de una figura que el soante esperaresulte ser el verdadero hroe. El primero esun mono blanco, el segundo un marinero, eltercerounjovendenegro, yel ltimo"un jo-venbien parecido". Enla primeraparte de larepresentacin, quesesuponepresentalaprue-ba judicial del marinero, el soante slove elmonoblanco. El hombrede negroaparece derepente y tambin desaparece de repente; esuna nuevafiguralaque contrastaprimeroconel monoblanco yluego, por un momento, esconfundida con el verdadero hroe. (Tal confusinsuelesercorrienteenlos sueos. El so-ante no siempre est presentado con imge-nes claras por el inconsciente. Tiene que hallar el significado entre una sucesinde con-tradicciones yparadojas.)Muysignificativamente, estas figuras apare- jcendurante una representacinteatral, yeste Icontextoparece ser una referenciadirecta delsoante a su tratamiento mediante anlisis: 1el "gua" que menciona probablemente es elanalista. Sin embargo, no se ve a s mismocomo paciente al que le trata un doctor sinocomo"un espectador importantecuyaopininse respeta". Ese es el punto ventajoso desdeel que ve ciertas figuras que l asocia a laexperiencia de crecimiento. El mono blanco,por ejemplo, le recuerda la conducta jugueto-na y desenfrenada de los muchachos entresieteydoceaos. El marinerosugiereel aven-turerismode laprimeraadolescencia, juntoconel consiguiente castigode "apaleamiento" portravesuras irresponsables. El soante no en-contraba asociacin alguna respecto al joven116La pSique individUl!l1 se desarrolla (al igualque el mito del hroe) a partir de unaetapa primitiva ypueril; ypueden aparecerimgenes frecuentes de las primeras etapasen los sueos de adultos psicolgicamenteinmaduros. La primera etapa puede estarrepresentada por el descuidado juego delos nios (como la batalla con almohadas,a la izquierda, de la pellcula trancesa de1933, Zro de Conduite). La segunda etapapuede ser la temeraria bsqueda de emo-ciones de la adolescencia. Pgina siguiente:jvenes norteamericanos probando sus ner.viosenuncocheatodavelocidad. Unaetapaposterior produce el idealismo y el auto-sacrificio del final de la adolescencia, comocuando alcanz su mximo durante las re-vueltas de Hungrll, El') 1956, en que losjvenes rebeldes lucharon contra tanquescon toscas armas o solocon piedras (dere-cha, segundo grabado).de negro, pero en el jovenbien parecido queibaasersacrificadoveaunrecuerdodel idea-lismo de autosacrificio de la ltima adoles-cencia.Aestas alturas ya es posible poner juntosel material histrico (o imgenes arquetpicasdel hroe) ylos datos procedentes de la ex-periencia personal del soante, con el fin dever cmo se corroboran, contradicen o modi-fican mutuamente.Laprimeraconclusinesqueel monoblan-coparece representar aTricl~I,~,lf1'"I~IIIHastaahora, heestadohablandodelascon-clUSIOnesque, al nivel desus asociaCIOnesper-sonales, poda extraer mI pacIente de su pro-pio sueo. Pero hay un mvel arquetpico delsueo: el mIsteriodel sacnflclohumanoofre-cIdo PrecIsamente por ser un misterio, se ex-presaenunactoritual que, ensusimbohsmo,nosretrotraemuylejosenlahistoriadel hom-bre. Aqu, cuandoel hombreyace tendIdoso-bre el altar, vemos una referencia a un actoan ms prmutlvo que los que se reahzabanenel aradepiedradel templodeStonehenge.All, comoentantas aras pnmitIvas, podemosimaginar un ritoanual de solsticiocombmado122conlamuerteyresurreccinde unhroemi-tolgIco.El rItual tIene una trIsteza que tambin esuna especie de alegra, un reconocImienton-timodequelamuertetambinconduceaunanueva vida. Ya se exprese en la prosa picadelos mdIOSwinnebago, enunlamentopor lamuertedeBalderenlassagasnoruegas, enlosafligidos poemas de WaIt WhItman por Abra-hamLmcolnoen el rItual soadopor el cualun hombre vuelve a las esperanzas ytemoresde su juventud, el tema sigue sIendo el mis-mo: el drama de un nuevo nacimiento pormedIodelamuerte.Frecuentemente, los hroes luchan conmonstruos para rescatar doncellas se-cuestradas (que simbolizan al nima).Pgina anterior' San Jorge mata a undragn para libertar a una doncella (pin-tura italiana del S XV). Derecha: enla pelcula de 1916, El gran secreto, eldragn se ha convertido en una locomo-tora, peroel rescate heroicosiguesiendoel mismo.El final del sueo proporciona un curiosoeplogoenel queel soante, al fin, seve en-vueltoenlaaccindel drama. El yotrosestnsobreunaplataformadelaquetienenquedes-cender.Noconfaenlaescalerillaacausadel posi-ble impedimento que opongan los forzudos,perouna mujer les anima a creer que podrnbajar sin peligro y as lo hacen. Puesto quepude deducir de sus propias asociaciones quetodala representacinque presencierapartedesuanlisis-un procesode cambio interiorque estaba experimentando-, presumiblemen-te estaba pensandoen la dificultad de volveralarealidaddiaria. Sutemoralos"forzudos",como los llama, sugiere su temor de que elarquetipo Trickster pueda aparecer en formacolectiva.Loselementos salvadoresenel sueosonlaescalerilla, hecha por manohumana, que aquesprobableseaunsmbolodela mente racio-nai, y lapresenciadela mujerqueanimaal so-ante a utilizar la escalerilla. Su aparicin enlaltimasecuenciadel sueosealahaciaunanecesidad psquica de incluir un principio fe-meninocomocomplementodetodaesaactivi-dad excesivamente masculina.No debe suponerse por lo que he dicho opor el hechode que haya escogidoel mitodelos winnebagoparaaclarar estesueoparticu-lar, que deben buscarse paralelos completa ytotalmente mecnicos entre un sueo y losmateriales que se puedanencontrar en lahis-toria de la mitologa. Cada sueo es personaldel soanteylaformaprecisaqueadoptaestdeterminada por su propia situacin. Lo quehe tratado de mostrar es la forma en que elinconscientemaneja esematerial arquetpicoymodificasusmodelos paraadaptarlosalas ne-cesidades del soante. As, en este sueopar-ticular, nodebe buscarse una referenciadirec-taaloqueloswinnebagodescribenenlos ci-clos Red Horn o Twin; la referencia es msbien a la esencia de esos dos temas: al ele-mentode sacrificio que hayen ellos.Como regla general, se puede decir que lanecesidaddesmbolos dehroes surge cuandoIel ego necesita fortalecerse, es decir, cuandola mente consciente necesita ayuda en algunatareaquenopuederealizar solaosinrecurriralas fuentesdefortalezaqueyacenenlamen-te inconsciente. En el sueo que he examina-do, por ejemplo, nohaba referencia alguna aunode los aspectos ms importantes del mitodel hroe tpico: su capacidad para salvar oproteger de peligros terribles a mujeres her-mosas. (La doncella secuestrada era un mitofavorito de la Europa medieval.) Esta es unadelasformas enquelosmitosolossueosserefieren al "nima", el elemento femenino dela psique masculina, que Goethe llam "elEterno Femenino".La naturaleza y funcin de este elementofemeninolotratarmsadelante, enestelibro,la doctora Van Franz. Pero su relacin conla figura del hroe puede ilustrarse aqu conun sueo tenido por otro paciente, hombretambinya maduro. Comenzdiciendo:"Habaregresadodeunalargaexcursinporla India. Una mujer nos haba equipadoa unamigomoyamparael viajey, amiregreso,reprochaesamujer por nohabernos propor-cionado sombreros negros para la lluvia y ledije queacausade sudescuidonoshabamosempapadocon la lluvia,"Esta introduccin del sueo, como se verdespus, sereferaaunperododelajuventudde estehombreenquesededicahacer "he-roicas" excursiones por las peligrosas montaas del pas en compaa de un amigo delinstituto. (Como jams habaestado en la In-diayenvistadesuspropias asociacionespro-ducidas por este sueo, llegamos ala conclu-1231IsIon de que el viajesoado significabasuex-ploracindeunanuevaregin, es decir, nounlugar real sino el reino del inconsciente.)En su sueo, el paciente parece sentir queuna mujer-posiblemente, una personificacinde sunima-nohubiera conseguidopreparar-leadecuadamenteparaesaexpedicin. Lafaltadeunsombreroimpermeable apropiadosugie-reque sesienteensituacinmental desampa-rada enlaque est desagradablemente afecta-do por encontrarse expuesto a experienciasnuevas y nogratas del todo. Creeque la mu-jer tena que haberle proporcionado un som-breropara la lluvia, al igual que sumadre leproporcionaba la ropa cuando era muchacho.Este episodio es reminiscencia de sus prime-ros vagabundajes picarescos, cuando confiabaen que su madre (la imagen femenina origi-nal) leprotegera Con tra todos los peligros. Alhacerse adulto, vio que eso era una ilusinpueril yahoraacusa de sudesgracia a suni-ma, noa sumadre.Enlaetapa siguiente del sueo, el pacientehabla de participar en una excursin con ungrupode personas. Se va sintiendo cansado yregresa aunrestaurante de lasafueras, dondeencuentrasugabardina, juntoconel sombreroimpermeable, que anteriormente haba perdi-do. Se sienta para descansar y, al hacerlo, veun cartel que dice que un muchacho univer-sitario de la localidad desempea el papel dePerseo en una obra teatral. Entonces apareceel muchacho en cuestin, que, en definitiva,no es un muchacho, sino un joven fornido.Vavestidode gris, conun sombreronegro, yse SIenta para hablar con otro joven vestidocon un traje negro. Inmediatamente despusde esta escena, el soante siente un nuevovigor y halla que es capaz de volver a incor-porarse a la excursin. Entonces escalan elmonte siguiente. Desde all, bajo ellos, ve &upunto de destino: es una encantadora ciudadportuaria. Se siente animado y rejuvenecidocon el descubrimiento.Aqu, encontrasteconel viajesindescanso,incmodo y solItario del primer episodio, elsoante est con un grupo. El contraste mar-cauncambiodeunanterior modelo de aisla-mientoy protesta juvenil alainfluenciasocialde sus relaciones con otros. Puesto que estoimplica una nueva capacidad de relaciona-miento, sugIereque sunimadebe actuar me-jor que lo haca antes: simbolizado en suencuentro del sombrero perdido que la figu-ra del nima no haba sabido proporcionarleantes.Pero el soante est cansado, y la escenadel restaurante refleja su necesidad de consi-derar susactitudesanteriores aunanuevaluz,conlaesperanzaderenovar sufuerza coneseregreso. Yas sucede. Lo que primero ve esun cartel que pone la actuacin de un hroejoven: un muchacho universitario desempe-andoel papel dePerseo. Luegoveal mucha-cho, ahoraunhombre, conunamigoquecon-trasta rotundamente con l. Uno vesttdo degris claro; el otro, de negro, pueden recono-cerse, por lo que he dicho antes, como unaversin de los gemelos. Son figuras de hroequeexpresanlos opuestos ego yalterego, que,11II.,no obstante, aparecen aqu en relacin armo-niosayunificada.Las asociaciones del paciente confirmabanestoysubrayabanquelafigura degris repre-senta una actitud bien adoptada y mundanahacialavida, mientras que la figura de negrorepresenta la vida espiritual, en el sentido enque un sacerdote viste de negro. El que losdos jvenes lleven sombrero (y el soante yaencontr el suyo) alude aque han conseguidouna identidad relativamente madura de unandole que l comprenda le haba faltado ensu propia adolescencia cuando la cualidad deClTricksterismo" an pesaba sobre l, a pesarde supropiaimagenideal de buscador de sa-bidura.Suasociacinconel hroegriegoPerseore-sultaba curiosa y era especialmente significa-tiva, porque revelaba una evidente inexacti-tud. Result que l crea que Perseo era elhroe que mat al Minotauro y rescat aAriadna del laberintode Creta. Al escribir elnombresediocuentadesuequivocacin-quefue Teseo, ynoPerseo, al que mat al Mino-tauro-, y esa equivocacin se hizo, de re-pente, significativa, comosueleocurrir con ta-les errores, al darsecuentadeloqueesosdoshroes tenan en comn. Ambos tuvieron quevencer su miedo a los inconsc