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Consumidores Críticos, Responsables y Solidarios
ADICAECon el apoyo del Ministerio de Consumo. Su contenido es responsabilidad exclusiva de la Asociación.
RECICLAR PARA CONSUMIR MEJOR Y AYUDAR
A SALVAR EL PLANETA
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El modelo actual de globalización resulta in-sostenible. El eslogan, defendido desdehace décadas por algunos colectivos mino-ritarios, ha ido calando poco a poco en la so-ciedad mundial y la ciudadanía ha idoasimilando que el cambio no solo es nece-sario sino que es imprescindible. El con-senso de los científicos deja claro que elproblema es más grave de lo que se creía yque o se toman actuaciones contundentesde forma inmediata o las consecuenciasserán irreparables.
Este problema se ha puesto de relieve en laCOP26, la última cumbre del clima cele-brada en Glasgow. La clase política esconsciente de la gravedad de la situaciónpero se muestra reacia a adoptar las medi-das necesarias por el perjuicio económicoque les supone a corto plazo. En este esce-nario, es donde resulta fundamental el papelde los ciudadanos.
Conceptos como cambio climático, calenta-miento global, reciclaje o ecologismo tienencada vez más peso en la agenda política yesto se debe a la presión social. Los ciuda-danos son cada vez más conscientes deque un modelo más sostenible es posible.Y, para conseguirlo, la reducción de resi-duos, de todo tipo, resulta fundamental.Tanto los urbanos, como los industriales,
agrícolas, ganaderos, forestales y sanita-rios. El reto es global y la solución pasa poracuerdos generales, pero el papel individualde cada uno es el que puede impulsar elcambio.
Los datos oficiales constatan que en los úl-timos años la generación de residuos ha au-mentado de forma constante a nivel mundialy que España no es una excepción. Paracontener su avance, y el efecto contami-nante que ello supone, es imprescindible elcompromiso de las administraciones y delas grandes empresas, pero también el delos particulares. El boom del comercio elec-trónico en los últimos años, acelerado conla pandemia del coronavirus, ha propulsadola generación de un tipo de residuos queestá en las manos de los consumidores fre-nar. El embalaje, principalmente en plásti-cos, y el transporte generan un tipo decontaminación que hasta hace nada prácti-camente no existía y al que los consumido-res pueden ponerle freno de forma sencilla:apostando por el comercio local. Este tipode negocios, además de impulsar la econo-mía más cercana, son más sostenibles.
La conciencia y el compromiso individualson claves en este proceso de cambio, perodeben estar acompañados de un marcolegal que ponga freno a la situación. Por
La reutilización y el reciclaje son claves para contribuir a un modeloproductivo ecológico y sostenible
Cada familia genera cerca de 500 kilos de residuos al año, y reciclacada vez más, pero los usos logísticos y de transoorte incrementanel desperdicio.
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ello, resultan interesantes iniciativas comola Semana Europea de la Reducción de Re-siduos (celebrada entre el 20 y el 28 de no-viembre), a la que se han sumado diferentesasociaciones y administraciones de todo elpaís. El objetivo es concienciar a la pobla-ción de que el cambio no tiene marcha atrásy de que es prioritario acelerar la aplicaciónde medidas.
Además, paralelamente a estas campañas,el Gobierno central ha aprobado un antepro-yecto de ley de residuos y suelos contami-nados, que sustituirá a la norma aprobadaen 2011 con José Luis Rodríguez Zapaterocomo presidente, y que está siendo objetode análisis por parte de los grupos parla-mentarios. El objetivo, profundizar en la ten-dencia decreciente de la generación deresiduo per capita, y en la creciente tenden-cia de reutilización y reciclaje de desperdicioentre todos los españoles.
Por primera vez en la historia, las futuras ge-neraciones se encontrarán un mundo más in-hóspito que el que recibieron sus padres.Durante décadas, incluso siglos, el ser hu-mano ha explotado sin control los recursosnaturales de los que disponía y eso ya tieneunas consecuencias que serán más dramá-ticas con el paso del tiempo. Nuestros ances-tros no conocían con exactitud el daño queestaban causando, pero ya no hay excusa.
Los científicos han dado la voz de alarma,la ciudadanía es consciente de que es ne-cesario un cambio y las administracionessaben que es obligatorio actuar de forma in-mediata y contundente para frenar el cam-bio climático. Pero es un proceso costoso ya largo plazo, de ahí que se muestren rea-cios a actuar con la determinación queexige el momento. Este pasotismo ante lagravedad de la situación está provocandola consolidación de un movimiento mundial
que exige un cambio inmediato. Las pala-bras de Greta Thunberg, la joven activistaque se ha convertido en la cabeza visibledel colectivo son elocuentes: “No queremossolo promesas, ya hemos oído muchas.Queremos que actuéis”.
Con este caldo de cultivo, son fundamenta-les el papel y el compromiso de los consu-midores. Frenar el calentamiento globalrequiere el compromiso de todas las partesy los actos individuales de cada uno son elpunto de partida. Tanto por todo lo que sig-nifica a la hora de crear conciencia social yempujar a la clase política a ser más ambi-ciosa en la consecución de los objetivos dereducción de emisiones como por el efectoinmediato de sus actos en la reducción dela contaminación. Y aquí es donde el reci-claje cobra un papel protagonista. Adicaetampoco pierde de vista la importancia deavanzar hacia un cambio que apueste porun modelo de consumo en el que la soste-nibilidad y la preocupación por el mundo delmañana sustituyan al consumo desaforadoy abusivo. Como ya alertó Antonio Guterres,secretario general de la ONU, "si no cam-biamos urgentemente nuestro modo devida, ponemos en peligro la vida misma”.
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No hay alternativa. O se cambia el modelode globalización actual o los efectos delcambio climático serán devastadores. Porello, hay un concepto que ha ido ganandopopularidad y que sirve de resumen de uncomportamiento responsable. Se trata delas 7 erres del consumidor ecológico: redi-señar, reducir, reutilizar, reparar, renovar,recuperar y reciclar. Estos conceptos sonla base de la economía circular, y ayudana “cambiar totalmente esta forma de pen-sar, adoptando una filosofía de consumoresponsable”, tal y como señalan desdeEcoembes.
Las 7R, el círculode la recuperación
Residuos urbanos: el cartón, lo más fácil de reciclar
A pesar de que los residuos urbanos suponen un pequeño porcentaje conrespecto al total de residuos generados en España (un 16% en 2018), la dificultadde su gestión y tratamiento, al almacenarse y acumularse especialmente en losnúcleos urbanos, hace que las políticas medioambientales y de gestión deresiduos se centren en medidas que favorezcan su reducción a corto plazo.
Según los datos aportados por el INE, en 2019 se recogieron 483,7 kilogramos deresiduos urbanos por habitante, lo que supone un 0,5% menos que en el añoanterior. Un pequeño descenso que no deja de preocupar en medio de unatendencia ascendente en los últimos años. Sin embargo, los datos del estudiotambién dan lugar al optimismo. La recogida separada en los hogares españolesaumentó un 13,5%, hasta alcanzar los 5,0 millones de toneladas.
A la hora de separar las basuras en los distintos cubos, los datos son claros. Elcontenedor azul, de papel y cartón, es el que antes se llena en los hogares,suponiendo un 25% de los residuos recogidos de forma separada. Le siguen losresiduos de animales y vegetales (24%), vidrio (19%), envases y embalajes (17%)y otros productos (17%).
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Todos los puntos son importantes, peronos centraremos en el último. Reciclarconsiste en someter un material usado aun proceso para que se pueda volver a uti-lizar. Y este proceso podemos impulsarlodesde nuestras casas con un trabajo tansencillo como es separar la basura y depo-sitarla en los diferentes contenedores queestán a nuestra disposición. El amarillopara el plástico; el verde para el vidrio; elazul para el papel y el cartón y el marrónpara el orgánico. Con este simple gesto,estaremos contribuyendo a crear unmundo mejor y más sostenible.
Además, en los últimos tiempos se ha ex-tendido el uso de otro tipo de contenedo-res que, aunque no existen en el serviciodiario de basuras, están al alcance decualquiera que esté concienciado y quieracontribuir a reparar parte del daño cau-sado. En las ciudades proliferan este tipode puntos en los que se puede depositar,por ejemplo, textil, aceites, pilas u otrosutensilios como las maquinillas de afeitar.
Las facilidades para reciclar existen yestán al alcance de todos. Las consecuen-cias de no hacerlo también son conocidasy afectan al conjunto de la población, deahí que haya surgido el debate entre algu-nas asociaciones ecologistas, como Eco-logistas en Acción o Amigos de la Tierra,de si debe ser una acción voluntaria u obli-gatoria. Y aquí es donde aparece un aba-nico amplio de casuísticas. Hay quiendefiende que se castigue a los que no re-ciclen, otros plantean que se incentive conalgún tipo de bonificación a los que optenpor esta práctica mientras que algunossostienen que estas campañas solo sonefectivas si se realizan con el compromisode los ciudadanos y, por tanto, si se hacepor voluntad propia.
Existen tres formas principales de gestio-nar los residuos: vertedero, incineración yreciclaje. Los dos primeros generan emi-siones a la atmósfera y, por lo tanto, sonmucho menos respetuosos con el me-dioambiente que el reciclaje. Este últimoes el punto en el que la ciudadanía máspuede aportar y se trata de un campo enel que existe un amplio margen de mejora.Según los datos de Eurostat, el porcentajede reciclaje sobre residuos se sitúa en Es-paña más de 13 puntos por debajo de lamedia de la Unión Europea, por lo quequeda mucho trabajo por hacer. Con elpropósito de mejorar estas cifras, el Go-
La separación de residuostodavía tiene margen demejora
Según Eurostat, el porcentaje dereciclaje sobre residuos se sitúaen España más de 13 puntos pordebajo de la media de la UniónEuropea, por lo que queda muchotrabajo por hacer.
Reciclar consiste en someter unmaterial usado a un proceso paraque se pueda volver a utilizar. Yeste proceso podemos impulsarlodesde nuestras casas con untrabajo tan sencillo como esseparar la basura y depositarla enlos diferentes contenedores queestán a nuestra disposición.
El amarillo para el plástico; elverde para el vidrio; el azul para elpapel y el cartón y el marrón parael orgánico.
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bierno ha presentado un proyecto de leyde residuos que incluye objetivos cuantifi-cables en materia de reciclaje.
Por último, y con el objetivo de fomentar eimplicar a ciudadanos y consumidores enel mundo del reciclaje, en los últimos añosy gracias al desarrollo de la tecnología hansurgido numerosas aplicaciones e iniciati-vas que fomentan la reutilización, la com-pra de segunda mano o la reparación.
Algunos ejemplos son "Too good to go" o"alargaescencia", una iniciativa fomentadapor la asociación ecologista Amigos de laTierra. Los consumidores, consientes deque el cambio es necesario, también hanvariado sus puntos de compra y cada veztienen mejor aceptación los establecimien-tos de economía de residuo cero o las tien-das granel, que reducen al mínimo lautilización de plásticos.
Los beneficios del reciclaje en el medioam-biente no tienen discusión: reciclar con-lleva ahorrar materias primas, energía,agua y reducir las emisiones de gases deefecto invernadero. Además, reciclar losresiduos implica alargar la vida útil de losmateriales. En 2020, según los datos deEcoembes, se evitó la emisión de 1,67 mi-llones de toneladas de CO2 a la atmósferagracias al reciclaje. Aunque la sociedadestá cada vez más concienciada sobre laimportancia de la reducción de residuos, lacifra de basura reciclada en nuestro paísestá lejos de llegar a los mínimos estable-cidos en la Unión Europea en el Plan deAcción de Economía Circular.
Según los datos de Eurostat, España reci-cló en 2019 un 34,7% de sus residuos ur-banos, una cifra alejada del 47,7% demedia en Europa. Más inalcanzables seven aun las tasas de los países europeosque lideran el ránking, como Alemania,donde se recicla el 66% de los residuos,Eslovenia (59,2%) o Austria (58,2%). Ade-más, los criterios para calcular estos por-
centajes se revisarán próximamente y elmaterial bioestabilizado que se depositaen vertederos dejará de considerarsecomo reciclado, por lo que se prevé que lasituación comparativa de España empeoreincluso más. Actualmente, España se en-cuentra en el puesto 18 en la Unión Euro-pea en la clasificación elaborada porEurostat (con datos hasta 2019) sobre latasa de reciclaje de residuos urbanos.
Además, las perspectivas no son muy op-timistas. En los últimos años, a pesar delas campañas de concienciación, del des-pertar social sobre los problemas me-dioambientales y las nuevas leyes degestión de residuos, la tasa de reciclajeapenas ha aumentado en nuestro paísdesde un 32,5% en 2013 a un 34,7% en2019, tal y como recoge el informe de laoficina estadística de la UE.
Reciclaje en España
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Según los datos de Eurostat, España recicló en 2019 un 34,7% de susresiduos urbanos, una cifra alejada del 47,7% de media en Europa
Actualmente, España se encuentra en el puesto 18 en la Unión Europea en laclasificación elaborada por Eurostat, muy por detrás de los países nórdicos,
mucho más avanzados en recuperación de residuo.
Por el momento, España ya ha incumplidolos objetivos establecidos en Europa para2020 de reciclar el 50 % de los residuos mu-nicipales. El próximo reto será reciclar el 55%de los residuos municipales para 2025, un60% en 2030 y un 65% en 2035. La norma-tiva, en línea con los Objetivos del DesarrolloSostenible de la ONU, también reduce eldesperdicio de alimentos en un 50 % para2050 y que solo un 10 % de los residuos mu-nicipales terminen en vertederos en 2035.
Este incumplimiento en las tasas de reci-claje y reutilización de residuos urbanos elpasado 2020 ha hecho que 16 organizacio-nes ecologistas de España hayan presen-tado una demanda ante la ComisiónEuropea contra el Gobierno.
Europa ya vigilaba de cerca a España trasuna “alerta” elaborada en 2018 (en basea los datos de 2016) en la se preveía la
incapacidad de nuestro país de adaptarseal ritmo exigido por Europa. En ese mo-mento, la tasa de reciclaje alcanzaba el30% y la de vertidos ascendía al 57%según Eurostat. La comisión achacabaese lento progreso a la falta de armoniza-ción entre comunidades autónomas conrespecto a la recogida de basuras sepa-radas. La Comisión Europea ponía elclaro ejemplo de que la obligación de larecogida de la basura orgánica no estabageneralizada en todo el país. En esamisma advertencia también lamentaba lafalta de instrumentos económicos nacio-nales, como impuestos sobre el vertido yla incineración, para fomentar esta reco-gida selectiva. Cinco años después, la si-tuación no es muy diferente. Por elmomento no contamos con un sistema derecogida obligatoria de biorresiduos y nose ha establecido un régimen fiscal sobrela eliminación de desechos.
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A pesar de la creciente importancia de lagestión de los residuos en España y de losambiciosos objetivos aprobados en la UE,el sistema de recogida y reciclaje de des-echos en España todavía tiene muchospuntos débiles. Las principales asociacio-nes ecologistas de nuestro país, comoGreenpeace o Ecologistas en Acción, la-mentan que los distintos sistemas en lasdiferentes comunidades autónomas no fa-
cilitan acercarnos a las metas impuestaspor la directiva europea. Por el momento,nuestro sistema de recogida de residuosse basa en la concienciación y la volunta-riedad, buscando implicar a los ciudada-nos en un proceso de vital importanciapara el cuidado del medioambiente. Sinembargo, algunas de las entidades me-dioambientales serían partidarias de esta-blecer un sistema de obligatoriedad querefuerce las medidas actuales.
Para avanzar en este objetivo, el Gobiernoha incluido en el proyecto de la nueva ley deresiduos un gravamen sobre el vertido y laincineración de residuos. Este impuesto de-berán pagarlo quienes lleven los residuos aestas instalaciones. España puede inspi-rarse en medidas tomadas en otros paísesde la Unión Europea donde las cifras de re-ciclaje son mucho más altas teniendo encuenta los datos facilitados por Eurostat. Así,
por ejemplo, en Bélgica existen bolsas ofi-ciales para depositar los residuos, y son lasúnicas que se pueden utilizar. Además, si losdesechos están mezclados, el servicio de re-cogida no se los lleva. Por su parte, en Ale-mania y Finlandia se utiliza un sistema dedepósito con los envases de bebida. Los ciu-dadanos pagan unos impuestos que recupe-ran cuando devuelven las botellas. Españase plantea incluir esta medida en la nuevaley de residuos pendiente de aprobación.
Sistemas de reciclaje en España
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Reciclaje de envases
El reciclaje de envases y plásticos es uno delos puntos fuertes de la gestión de residuosen nuestro país. En 2020, año marcado porla pandemia y el aumento en la utilización deplásticos y envases de un solo uso, los con-tenedores amarillos recogieron 18,6 kilogra-mos por habitante, según los datos facilitadospor Ecoembes. Estas cifras suponen un cre-cimiento en los últimos años: en 2018 se re-cogían 15,7 y en 2019 17,1 kilos. De estaforma, el uso del contenedor amarillo crecióen España un 8,5% en 2020 tal y como in-dica Ecoembes. La tendencia arroja un pocode optimismo en una situación donde la con-cienciación de cada individuo será clave paramarcar la diferencia en el futuro próximo y elreciclaje de envases volvió a consolidarse unaño más como una práctica medioambientalmuy extendida en la sociedad española.
Sin embargo, la utilización de los cubos ama-rillos (destinados a envases, briks y latas) aunno se hace de forma correcta. Las campañasde sensibilización deben seguir informando y
las familias perfeccionando su uso, ya que delos kilos que cada ciudadano depositó en elcontenedor amarillo, 5,3 kg fueron de resi-duos que no están destinados a este conte-nedor, es decir, que no son envases.
Reciclaje de papel y cartón
Al contrario que sucedió con los envases du-rante la pandemia, la separación para reciclaren el contenedor azul bajó un 0,3%, durante2020, propiciada por la caída en el uso depapel durante los meses de confinamiento, taly como señala la empresa gestora de estosresiduos. Así, cada ciudadano depositó 19,3kg de papel y cartón en los 229.594 contene-dores azules que hay situados en la vía pú-blica. La reducción de la actividad comercialha reducido el uso de papel y cartón. Sin em-bargo, la tendencia sigue siendo muy positiva.En los últimos 5 años, la cantidad depositadaen los contenedores azules ha aumentado un24,6%. En estos contenedores, además deenvases domésticos de papel y cartón, se de-positan otros residuos, como el papel y el car-tón comerciales y las revistas.
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La Semana Europea de la reducción de residuos
La concienciación de los consumidores por la generación de residuos y lasconsecuencias que esto tiene en el planeta va en aumento y, por ello, cada vezson más las campañas destinadas a cambiar la dinámica actual. En este contexto,surge la Semana Europea de la Reducción de Residuos (EWWWR), un eventoglobal que tiene como objetivo visibilizar el problema y demostrar que una gestiónsostenible es posible.
La semana se celebró en toda Europa entre el 20 y el 28 de noviembre impulsadapor las autoridades públicas locales y regionales y en ella participaron todo tipo deactores -ciudadanos, escuelas, empresas, ONG, asociaciones- que organizaronactividades de sensibilización sobre la reducción de los desechos.
La elevada generación de residuos que acompaña a un crecimiento económicosin límites provoca no solo la falta de espacio y tratamientos adecuados paraeliminarlos sino también un agotamiento de los recursos empleados en sufabricación. A través de la modificación de nuestros hábitos para realizar un usomás racional de los recursos y la implantación de políticas acordes con eldesarrollo sostenible, podremos incidir y mejorar la situación actual de los residuosy sus consecuencias sobre el planeta y el resto de la población.
Reciclaje de residuos orgánicos
El reciclaje de los residuos orgánicos tieneluces y sombras. A pesar de que los restosorgánicos suponen el 37% de nuestra basuradiaria, no todos los ciudadanos cuentan ensu entorno con un contenedor marrón en elque depositar restos de alimentos, plantas,posos o servilletas usadas, según critican lasprincipales ONGs ecologistas de España. Sinembargo, esta situación está cambiando y elcontenedor de residuos orgánicos viene paraquedarse.
Las comunidades autónomas y las entidadeslocales de nuestro país deberán implantarantes de enero de 2024 la recogida de restosorgánicos través el contenedor marrón paraaprovechar los biorresiduos, para cumplir conla normativa de la Unión Europea, aunque las
autoridades aspiran a conseguirlo antes.Este contenedor nace como una división delcontenedor gris, que recoge los restos queno se pueden reciclar. Con los residuos quese depositan en el contenedor marrón sepuede hacer compost, biorresiduo que puedeaprovecharse como fertilizante e inclusocomo generador de energía.
Reciclaje de vidrio
Aunque en el cómputo global, España sesitúa muy por debajo del resto de Europa, elvidrio es una excepción. Siete de cada 10diez envases de vidrio se reciclan en nuestropaís y, aunque el reto debe ser ambicioso yqueda margen de mejora, estas cifras evi-dencian que, si se quiere, se puede.
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Los datos de reciclaje de vidrio del Ministe-rio de Transición Ecológica, recogen que en2018, las últimas cifras oficiales, se recicla-ron en España el 76,8% de los envases devidrio. Cada español depositó de media17,8 kilos de este material en los más de235.000 contenedores verdes que están re-partidos por el país. Es decir, 61 envasespor habitante. Además, según Ecovidrio, elcompromiso de los españoles se incre-mentó en 2020, el año de la pandemia. Esosí, debido al menor consumo en la hostele-ría (motivado por las restricciones), se re-cogieron un 6% menos de toneladas en loscontenedores que en 2019.
Estos datos, sin un contexto en el que se ex-pliquen, pueden resultar demasiado fríos. Porello tienen importancia los ejemplos aporta-dos por Ecovidrio. Con el volumen de reci-claje de vidrio en España, en 2020 se evitóla extracción de 1.090.000 toneladas de ma-terias primas, que es el volumen de las To-rres Kio de Madrid; se evitó la emisión de527.000 toneladas de Co2 a la atmósfera,que es el equivalente a dar la vuelta almundo por el ecuador de la tierra 133 veces;y se ahorraron en consumo 648.000 mega-vatios hora, que es el consumo energético delos hospitales de toda España durante casidos meses.
Otros residuos
Además de los contenedores en las calles,los ciudadanos pueden deshacerse de losresiduos en los puntos limpios, aquellos lu-gares donde se recogen de forma gratuitalos objetos que por su tamaño, característi-cas o peligrosidad no se pueden depositaren los cubos de reciclaje. Escombros, elec-trodomésticos, muebles, pinturas, aceite do-méstico, bombillas, pilas o baterías sonalgunos de los residuos más habituales enlos puntos limpios.
Los residuos textiles también pueden ges-tionarse a través de los puntos limpios. Des-afortunadamente, su reciclaje sigue siendoresidual en nuestro país. Actualmente, seestima que en España cada año en torno a990.000 toneladas de productos textiles vana parar a los vertederos según un estudiode Moda-re, un proyecto impulsado por Cá-ritas con el objetivo de promover la econo-mía social y solidaria a través de lareutilización, reciclado, donación y venta deropa de segunda mano. Según su análisis,sólo entre el 10-12% de los residuos textilespost-consumo se recoge por separado parasu reutilización y/o reciclado.
La situación tendrá que cambiar pronto yaque la Unión Europea, una vez más, esta-blece unos objetivos ambiciosos: a partir de2021 no se podrán destruir los excedentesno vendidos, en 2022 será obligatorio reco-ger los residuos postconsumo y en 2025 sedeberán establecer sistemas de reciclaje yreutilización de textiles en todo el país. Através del actual sistema de recogida, lasprendas que se encuentran en buen estadose recuperan para venta o donación. Los ar-tículos que no puedan ser reutilizados sedestinarán a la producción de trapos indus-triales o materiales aislantes. El porcentajede residuos rechazados se destina, siempreque es posible, a valorización energética,según el informe de Moda-re. Algunas delas grandes empresas del sector han que-rido adelantarse a las futuras medidas y yacuentan en sus tiendas con sistemas de re-cogida de ropa usada, llegando incluso a in-centivar económicamente a los clientes quedonan las prendas.
Por su parte, el aceite usado es uno de losresiduos urbanos más contaminantes si noentran en un ciclo de recogida selectiva,por lo que cada vez son más los puntosdonde se puede depositar. En algunas co-
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munidades el aceite de los bares y restau-rantes se recoge forma gratuita y con su re-ciclaje se produce biodiesel u otrosmateriales con los que se fabrican telas im-permeabilizantes, asfalto de carreteras,pinturas, tintas, fertilizantes o arcillas ex-pandidas. Los ciudadanos pueden encon-trar algunos contenedores en las calles,centros comerciales o supermercados.
La situación es similar con las pilas usa-das. Muchos de estos metales y compo-nentes, entre el 50 y el 80 por ciento, segúnEcopilas, la fundación encargada de su re-cogida y reciclaje en España, pueden recu-
perarse y devolver al círculo del proceso in-dustrial. De esta forma no solo se ahorraenergía, sino que también se reduce la cre-ciente demanda de materias primas.
Los sistemas de reciclaje y gestión de resi-duos son cada vez más selectivos para fa-vorecer de esta forma el desarrollo de laeconomía circular. Así, hace unos mesesBIC y Terracycle pusieron en marcha unainiciativa pionera para recoger maquinillasde afeitar. Tras separar sus componentes,el material reciclado se utilizará para hacerjaboneras y otros utensilios de baño.
La mitad del residuo todavía acaba en el vertedero
Los últimos datos oficiales, facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE)y correspondientes a 2018, recogen que los casi 138 millones de toneladas quegeneró España ese el 48,3% terminaron en el vertedero; frente al 38,7% que serecicló, el 10% que se reutilizó y el 3% acabó incinerado.
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Otros sistema de gestión de residuos
El consumismo desbocado incentiva y esti-mula el problema de generación de residuosal que nos enfrenta el mundo. La gestión deestos productos una vez que se acaba suvida útil ofrece tres alternativas: vertedero, in-cineración y reciclaje. Como ya se ha expli-cado, esta última es la opción más sostenibley ecológica porque permite reconvertir losmateriales para darles otra vida y evitar la uti-lización de nuevas materias primas. Los últi-mos datos oficiales, facilitados por el InstitutoNacional de Estadística (INE) y correspon-dientes a 2018, recogen que los casi 138 mi-llones de toneladas que generó España eseel 48,3% terminaron en el vertedero; frente al38,7% que se recicló, el 10% que se reutilizóy el 3% acabó incinerado.
Según el Ministerio para la Transición Ecoló-gica, un vertedero es «una instalación de eli-minación de residuos mediante su depósitosubterráneo o en superficie, por períodos detiempo superiores a los considerados para elalmacenamiento temporal». Lógicamente,existe una ley que regula estas instalacionesy los tipos de productos que pueden deposi-tarse. A pesar de ello, son muchos los pro-blemas medioambientales relacionados conlos vertederos.
Estos son los problemas másdestacados que generan losvertederos, según el PortalProfesional de MedioAmbiente Ambientum:
-Generan y emiten a la atmósferabiogás, una mezcla formada, sobretodo, por gas metano (CH4) ydióxido de carbono (CO2), dos delos gases causantes de la subidade temperatura del planeta y delcambio climático.
-El metano producido por losresiduos de un vertedero puedecausar explosiones e incendios.Este inconveniente resulta máshabitual de lo que se pueda pensar,ya que los incendios que seproducen no son inflamaciones aluso con llamas, sino que sucedenpor dentro del vertedero.
-Los vertederos son responsables,en muchas ocasiones, de lacontaminación de suelos y aguassubterráneas por el arrastre demateriales contaminantes quepuedan contener los residuos quealmacenan, materiales pesadoscomo el plomo o el mercurio que setrasladan hasta la tierra y las aguascercanas a la planta.
-Estas instalaciones tienen efectosnegativos especialmente sobre lamigración de las aves. Algunospájaros se alimentan en losvertederos e, inevitablemente,ingieren plásticos, aluminio, cartónyeso y otros materiales comunesentre los residuos que puedenresultan incluso mortales.
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Las incineradoras, fuente de polución
Las incineradoras son plantas industriales con calderas de combustión en las que losdesperdicios se queman a altas temperaturas. Según explican desde Ecologistas enAcción, «transforman un residuo sólido heterogéneo en emisiones atmosféricas, vertidoslíquidos procedentes del lavado de los gases de combustión y cenizas y escorias comosubproducto final. Es decir, convierten los residuos en contaminación del aire, el suelo y lasaguas». Además, la asociación detalla que las nuevas sustancias resultantes de lacombustión «son en muchos casos más contaminantes que el material de partida; es elcaso de las dioxinas y furanos, unos complejísimos organoclorados que se forman en lapostcombustión, los metales pesados volátiles o las cenizas de los inquemados».
Analizadas las principales opciones para gestionar los recursos,parece evidente que el reciclaje es la que ofrece más ventajas y la
menos dañina con el medioambiente. De la ciudadanía depende apostarde forma decidida por esta alternativa para contribuir a frenar el
calentamiento global.
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Toda ayuda es buena en la lucha contra elcambio climático y cualquier campaña en-caminada a fomentar el reciclaje es bien-venida. Por ello, iniciativas como las 7erres contribuyen a extender de una formasencilla y divulgativa la importancia de serun consumidor ecológico. El reto es pasarde la economía lineal a una más sostenibley duradera, la economía circular. Estasson las siete erres explicadas por la orga-nización sin ánimo de lucro especializadaen gestión de envases usados Ecoembes:
Rediseño: El proceso de trans-formación hacia una econo-mía circular comienzadesde el momento del di-seño del producto. Esen esta fase cuandose decide qué tipos demateriales se usaránpara su fabricación,qué envases se em-plearán, cómo será suproceso de creación,etc. Si se introduce laecología en el diseño,también conocida comoecodiseño, se fabricarán pro-ductos que tengan en cuenta al me-dioambiente y la sostenibilidad.
Reducir: Reducir el consumo solo se con-seguirá cambiando nuestros hábitos de con-sumo y llevándolos hacia un modelo mássostenible. Esta reducción es parte esencialdel cuidado del planeta. Un menor consumoreduce el volumen de residuos, hay unmenor gasto de materias primas, agua, con-taminación, consumo de energía y residuos.
Reutilizar: Reducir el exceso de residuoses más fácil reutilizando los productos yalargando su vida útil, bien usándolos denuevo o dándoles nuevas vidas a través demanualidades o bricolaje.
Reparar: Cuando un producto se estro-pea, la primera idea es tirarlo y compraruno nuevo sin siquiera pensar que se po-dría reparar. En ocasiones, reparar estosproductos es más barato, y siempre esmejor para el medioambiente porque se
ahorran materias primas, energía yno se generan residuos.
Renovar: Tratar de ac-tualizar aquellos obje-
tos antiguos para quepuedan volver a ser-vir para lo que fueroncreados.
Recuperar: Recogermateriales que ya
han sido usados parareintroducirlos en el
proceso productivo.
Reciclar: El reciclaje es, endefinitiva, el uso de residuos en los
procesos de producción, sirviendo comomateria prima para la creación de otrosproductos nuevos. Si se depositan los ma-teriales reciclables en sus correspondien-tes contenedores se alarga el ciclo de vidade los productos, se ahorran materias pri-mas y se cuida el medioambiente a travésde la menor emisión de gases de los pro-cesos de producción.
Las 7 erres del consumidor ecológico
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En una sociedad cada vez más concien-ciada, continuamente, y gracias a las nue-vas tecnologías, surgen nuevas iniciativasencaminadas a construir un mundo mássostenible. El papel de los consumidores eneste escenario es fundamental, ya que,conscientes de su fuerza para impulsar elcambio, cada vez demandan más valor aña-dido en los productos que adquieren y estasexigencias están ligadas en muchos casosa proteger el medioambiente. Por este mo-tivo, algunas plataformas que buscan daruna segunda vida a artículos de todo tipo nohan parado de crecer desde su apertura ysiguen en continuo crecimiento. Estas sonalgunas de las más conocidas:
Too good to go: Tal y como detallan los res-ponsables del proyecto, el objetivo es «inspi-rar y empoderar a cada persona para tomarmedidas contra el desperdicio de alimentos».Para conseguirlo, han creado una aplicaciónpara móviles en la que restaurantes, hoteles,supermercados, fruterías, panaderías, entreotros comercios, venden packs con su exce-dente diario de comida que los usuarios pue-den salvar a precios muy reducidos paraevitar su desperdicio. La plataforma desem-barcó en España en 2018 y en 2020 ya habíasuperado el millón de comidas «salvadas».
Alargaescencia: Es un directorio de esta-blecimientos en los que puedes repararobjetos, alquilar, hacer trueque y encontraro vender productos de segunda mano. Fa-cilita la búsqueda de aquellos pequeñoscomercios, cooperativas y otro tipo de ini-ciativas, cercanos a tu casa donde puedesencontrar todos estos servicios. En Es-paña hay más de 1.500 establecimientosadheridos a la iniciativa.
Residuo cero: Se trata de un movimientocuyo objetivo principal es reducir el volu-men de basura. Más que reciclar, que esuna actividad complementaria, el colectivoapuesta por reducir el consumo y reutilizarlos productos para conseguir que no llenenlos vertederos.
Tiendas de granel: Un tipo de negociocada vez más habitual en las ciudades. Suparticularidad es que venden productos dealimentación, limpieza y bebidas al peso.Utilizan materiales reciclables y eliminan elplástico para conseguir un modelo ecoló-gico que contribuye a cuidar el medioam-biente.
Iniciativas para dar una segunda vidaa los productos
En materia de reciclaje, los planes del Ejecutivo pasan por elestablecimiento de un calendario de implantación de nuevas recogidasseparadas de residuos para su valorización, además de la ya existente
para el papel, los metales, el plástico y el vidrio.
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Consciente de la necesidad imperiosa deactuar y del margen de mejora que existe entodo lo relacionado con el reciclaje en Es-paña, el Gobierno incluye un apartado es-pecífico dedicado a este punto en elanteproyecto de ley de residuos y sueloscontaminados. El Consejo de Gobierno yaha aprobado el texto y ahora los diferentespartidos políticos negocian para tratar deaprobar el documento definitivo en el parla-mento. En materia de reciclaje, los planesdel Ejecutivo pasan por el establecimientode un calendario de implantación de nuevasrecogidas separadas de residuos para suvalorización, además de la ya existente parael papel, los metales, el plástico y el vidrio.
Se amplía así la recogida separada a losbiorresiduos domésticos, a partir de 2022para entidades locales con más de 5.000
habitantes, y a partir de 2024 para el restode municipios; a los residuos textiles,aceites de cocina usados, residuos do-mésticos peligrosos y residuos volumino-sos a partir de 2025; y a los residuos deconstrucción y demolición a partir de2022. Las fechas eran la idea inicial, pero,al no haber sido aprobada la ley, todavíano son definitivas.
Asimismo, fija objetivos más ambiciososde preparación para la reutilización y re-ciclado de residuos municipales: un in-cremento del 5% cada cinco años hastaalcanzar el 65% en 2035. También regulala eliminación de los residuos, que de-berá llevarse a cabo de manera segura,y en el caso del depósito en vertedero,tras haber sido sometidos a un trata-miento previo.
El reciclaje en el anteproyectode ley de residuos
Sostenibilidad, digitalización, un nuevo modelo de consumo para el futuro
La necesidad de un cambio de modelo productivo y de consumo es ya indiscutible.Administraciones, empresas y usuarios tienen claro que toca mover ficha para frenar unadestrucción del planeta que, en gran medida, ya parece inevitable. Que esasconsecuencias no sean todavía más devastadoras está en nuestras manos. La reutilizacióny el reciclaje de residuos son dos de los grandes aliados para dar paso a un sistema mássostenible y a una economía circular, en la que se reduzca el consumo de materias primas.Una vez más, para conseguir estas metas el papel de los consumidores será decisivo.
Desde ADICAE no dudamos. “Esta futura nueva economía debe fundamentarse en lasostenibilidad, el cambio de la concepción de consumo, la digitalización y una política socialfundamentada en la igualdad entre ciudadanos”. Sin embargo, para conseguir estoscambios estamos hablando de mucho más que reciclaje, es necesario un cambio integralen el modelo de producción, comercialización y consumo. Afortunadamente, cada vez sonmás los ciudadanos preocupados y concienciados con este cambio que demandan nuevasalternativas de consumo. Estamos en camino.
