4
PRIMER MANDAMIENTO: AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Marcos 12:30 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento INTRODUCCION Bueno, la realidad entorno a nuestra sociedad actual Nuestro espíritu es que existe un carecimiento entorno al Amor de Dios en nuestros corazones. Es por esto que definimos y entendemos con estos fragmentos literales acerca de Dios y su amor compartido a la humanidad. Según lo establecido en esta cita, hacemos una pericia teológica, acontinuacion: ¿A qué nos referimos cuando decimos todo nuestro ser? Debemos amar a Dios con todo: Con el corazón: Empezamos hablando acerca del corazón. Este es la parte más profunda de nuestro ser, la parte que usamos para recibir a Dios y contactarlo. Cuando recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, éste fue el lugar donde Él vino a vivir. En nuestro espíritu podemos tener comunión con el Señor y pasar tiempo en Su presencia. Nuestra alma se compone de nuestra mente, emoción y voluntad. Es nuestra persona, nuestra parte psicológica. Nuestro cuerpo, naturalmente, es nuestra parte física, con la cual contactamos las cosas físicas por medio de nuestros cinco sentidos y expresamos nuestras partes internas.

6 Amaras Al Señor Tu Dios

Embed Size (px)

DESCRIPTION

amaras a Dios

Citation preview

Page 1: 6 Amaras Al Señor Tu Dios

PRIMER MANDAMIENTO:

AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS

Marcos 12:30

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y

con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal

mandamiento

INTRODUCCION

Bueno, la realidad entorno a nuestra sociedad actual Nuestro espíritu

es que existe un carecimiento entorno al Amor de Dios en nuestros

corazones. Es por esto que definimos y entendemos con estos

fragmentos literales acerca de Dios y su amor compartido a la

humanidad.

Según lo establecido en esta cita, hacemos una pericia teológica,

acontinuacion:

¿A qué nos referimos cuando decimos todo nuestro ser?

Debemos amar a Dios con todo:

Con el corazón:

Empezamos hablando acerca del corazón. Este es la parte más

profunda de nuestro ser, la parte que usamos para recibir a Dios y

contactarlo. Cuando recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador,

éste fue el lugar donde Él vino a vivir.

En nuestro espíritu podemos tener comunión con el Señor y pasar

tiempo en Su presencia.

Nuestra alma se compone de nuestra mente, emoción y voluntad.

Es nuestra persona, nuestra parte psicológica.

Nuestro cuerpo, naturalmente, es nuestra parte física, con la cual

contactamos las cosas físicas por medio de nuestros cinco sentidos y

expresamos nuestras partes internas.

Page 2: 6 Amaras Al Señor Tu Dios

El Señor Jesús dijo que debemos amar a Dios con estas tres partes, es

decir, con todo nuestro ser. Este es un mandamiento fuerte y a la vez

misterioso. En 1 Pedro 1:8 dice: “A quien amáis sin haberle visto, *en

quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo

inefable y colmado de gloria”. ¿Cómo es posible amar a alguien que

no hemos visto? ¿Y cómo podemos amar a Dios con todo nuestro

corazón, con toda nuestra alma, y toda nuestra mente y todas

nuestras fuerzas? ¿Acaso tenemos la capacidad de hacerlo?

TODO COMIENZA CON EL CORAZÓN

Es probable que creamos que nuestro corazón es simplemente la

sede de nuestras emociones. Sin embargo, en la Biblia nuestro

corazón es mucho más que eso. Es cierto que el corazón esta

compuesto de nuestras emociones, pero también de nuestra mente,

voluntad y conciencia. Nuestro corazón es la fuente de nuestros

sentimientos, pensamientos, intenciones y nuestro sentido de

condenación o culpabilidad cuando hacemos algo que no está bien.

Dios nos creó con un corazón a fin de que lo amaramos plena y

absolutamente.

En 1 Juan 4:19 dice: “Nosotros amamos, porque Él nos amó primero”.

La nota en este versículo del Nuevo Testamento Versión Recobro

dice: “Dios nos amó primero porque Él nos infundió Su amor y generó

en nosotros el amor con el cual lo amamos a Él y a los hermanos (vs.

20-21)”.

Dios nos ordenó a que le amaremos absolutamente, pero Su intención

nunca fue que produjéramos este amor hacia Él con nuestro propio

esfuerzo. De hecho, Él está muy consciente que en nosotros mismos,

somos incapaces de tal amor. Es necesario que nos demos cuenta

que cuando Dios demanda algo, Su intención es que Él mismo ha de

cumplir esa demanda por nosotros. Nuestro amor por Dios de hecho,

tiene su origen en Dios mismo. Proviene de Su amor en nuestro ser, el

cual es más elevado que cualquier otra cosa que seamos capaces de

producir.

NUESTRA ALMA

Nuestra alma—mente, emoción y voluntad—es una gran parte de

nuestro corazón. Dios creó nuestra alma para que le expresáramos,

Page 3: 6 Amaras Al Señor Tu Dios

pero debido a la caída, solemos expresarnos a nosotros mismos.

Tenemos nuestras propias opiniones, sentimientos y decisiones

aparte de Dios.

No obstante, cuando volvemos nuestro corazón al Señor, nuestro

amor por Él crece. Lo amamos con nuestro corazón y

específicamente, comenzamos a amarlo con nuestra alma. Sus

pensamientos llegan a ser nuestros pensamientos, Sus sentimientos

llegan a ser nuestros sentimientos y Sus decisiones llegan a ser

nuestras decisiones. A medida que Él realiza Su obra

transformadora en nosotros, espontáneamente expresamos a Dios y

le glorificamos. Otros ven a Cristo expresado en nosotros en nuestro

amor hacia Él con toda nuestra alma.

NUESTRA MENTE

Nuestra mente es la parte principal de nuestra alma, la cual dirige el

resto de nuestro ser. Ponemos nuestra mente en muchas cosas, pero

Dios quiere que la pongamos en el espíritu, donde está Cristo.

Romanos 8:6 dice: “Porque la mente puesta en la carne es muerte,

pero la mente puesta en el espíritu es vida y paz”. Cuando ponemos

nuestra mente en la carne o las cosas de la carne, nos sentimos sin

vida e inquietos porque nos apartamos de Cristo en nuestro espíritu.

No obstante, cuando ponemos nuestra mente en el espíritu, estamos

en paz y llenos de vida. Al poner nuestra mente en nuestro espíritu

todo nuestro ser está enfocado en Dios.

NUESTRAS FUERZAS

Nuestras fuerzas aluden a nuestras fuerzas físicas. Cuando volvemos

nuestro corazón al Señor, le expresamos en nuestra alma y ponemos

nuestra mente en Él, nuestro cuerpo le seguirá. Anteriormente,

usábamos nuestras fuerzas para servirnos a nosotros mismos o al

mundo, pero conforme el amor por el Señor se extiende a todas

nuestras partes internas, nuestras acciones externas comenzarán a

cambiar. Las cosas que antes ocupaban nuestro tiempo y energía

cederán debido a que lo que amamos ha cambiado. Tenemos un

nuevo objetivo, una nueva meta y un nuevo reto. Nuestras fuerzas

físicas ahora son para Su propósito.

Page 4: 6 Amaras Al Señor Tu Dios

CONCLUSIONES

Finalmente entendemos que todos los versículos y las notas citadas

en esta entrada son de la Santa Biblia. Y qque sin lugar a duda nos

invitan a experimentar ese amor sublime que enseña el Señor por

medio de la Palabra, por medio de su hijo Jesús.

Solo de esta manera encontraremos el camino correcto para entender

el propósito de la vida respecto a los proyectos de Dios para nuestras

vidas.