6) “El nacionalismo en la pintura argentina (1900 1925)”

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IX Congreso de Historia del Arte del C.E.H.A. (Comité Español de Historia del Arte), León, 1995, pp. 449-453

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  • A C T A S IX CONGRESO ESPAOL

    DE HISTORIA DEL ARTE

    COMITE ESPAOL DE HISTORIA DEL ARTE

    UNIVERSIDAD DE LEON.

    DPTO. DE PATRIMONIO HISTORICO-ARTISTICO

    Y DE LA CULTURA ESCRITA

    AREA DE HISTORIA DEL ARTE

    Len, 29 de septiembre a 2 de octubre de 1992

    TOMO I

  • 1. La pervivencia del Manierismo en Lima: motivo ornamental de la sillera del monas-

    terio de Santa Catalina (1662).

    EL NACIONALISMO EN LA PINTURA ARGENTINA (1900-1925)

    RODRIGO GUTIERREZ VIUALES

    Durante el siglo XIX la pintura argentina estuvo signada por diversas temticas entre las que se destacaron los retratos y los paisajes y escenas costumbristas del pas. Aqullos mermaron en cierta medida hacia mediados de la centuria ante la aparicin en Buenos Aires de la fotografa; los segundos acompaaron plsticamente a un movi-miento literario que se dio ms adelante y con el que se buscaba consolidar en la cultura del momento las tradiciones del campo argentino.

    Prilidiano Pueyrredn, pintor de la aristocracia portea, Len Pallire, de origen francs aunque nacido en Ro de Janeiro y Carlos Morel, ms recordado por sus obras sobre acciones blicas, fueron tres de los artistas que se destacaron en dicho gnero.

    Entre 1823 y 1870 arribaron a la Argentina cinco pintores italianos, ocho

    franceses y ningn espaol, tal como seal Chiappori. La simpata hacia la "madre patria" haba desaparecido casi por completo tras la independencia poltica en 1810 y hasta principios del siglo XX slo el valenciano Vicente Nicolau Cotanda inscribira el nombre de Espaa en la docencia artstica nacional.

    En 1876 se cre la Sociedad Estmulo de Bellas Artes, primer intento argentino de brindar una enseanza metdica de las distintas tcnicas. Los maestros de dicha institu-cin se formaron en Italia y consecuentemente educaron a sus discpulos a travs de las formas acadmicas aprendidas en la Pennsula. Algunos pintores, valindose de tales tcnicas, continuaron con la temtica costumbrista, tal el caso de Angel Della Valle autor de "La vuelta del maln" y de "Corrida de sortija", expuesta esta ltima durante 1992 en el pabelln argentino de la Expo de Sevilla.

    En las dos dcadas finales del pasado siglo se acentu la llegada a la Argentina de corrientes inmigratorias europeas, siguiendo, en parte, los postulados consagrados en la

    Constitucin Nacional de 1853 de abrir las puertas al extranjero. Se esperaba que lle-gasen anglosajones estaban a la vista los progresos que haba producido tal poblacin en los Estados Unidos. Economa a la inglesa y cultura afrancesada, tales las nada tra-dicionales intenciones de la aristocracia gobernante en el pas '.

    Italianos y espaoles resultaron mayora entre los nuevos residentes del pas. Tambin llegaron franceses, judos, eslavos, alemanes y otros europeos en menor escala. Cada grupo mantuvo sus costumbres, idiomas y otros rasgos caractersticos, ori-ginndose un verdadero mosaico cosmopolita.

    Ante esta "invasin" consentida, hombres argentinos de las artes y de las letras vieron peligrar la identidad cultural propia. En 1894 se trat por primera vez el tema del

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  • "nacionalismo" en el arte argentino cuando polemizaron el literato local Rafael

    Obligado con su colega Calixto Oyuela y el pintor Eduardo Schiaffino. Aquel propona la creacin de un arte radicalmente nacional en todos sus elementos. Oyuela habl de ello como de una utopa, "como si la Amrica no hubiese sido descubierta por Europa y estuviese slo poblada por indios" 2; Schiaffino declar: "la nacionalidad de una obra de arte no depende puerilmente del tema elegido sino de la fisonom a moral de su autor" 3, frase que cobrara vigencia varios aos despus al hablarse de la necesidad e una "identificacin" entre el artista y el ambiente.

    Con el siglo XX lleg a la Argentina el impresionismo que, al decir de Nessi, ampli la geografa artstica nacional. "Cuando la verdad de la naturaleza y de la luz entr en los talleres, entr con ella la patria en los dominios del arte" '. Nuestros jvenes artistas miraron con ms frecuencia hacia Paris, ciudad por la que fueron optando para sus estudios en desmedro de Italia. Pronto, en 1910, habra de celebrarse el primer centenario de la gesta patria y el arte argentino estaba lejos an de manifestar fisonoma y expresin propias.

    En 1905 se nacionaliz la Academia de Bellas Artes, surgi el Saln de Aficionados con Cupertino del Campo como organizador y expuso por primera vez en Buenos

    Aires el joven Fernando Fader, recin llegado de sus estudios en Munich. Al ao siguiente hizo tambin su presentacin Cesreo Bernaldo de Quirs, quien haba sido discpulo del espaol Cotanda hasta su muerte en 1898, estudiando luego en Roma a partir de 1900.

    En 1907 volvi a tratarse el tema del arte nacional. El incipientemente consagrado Fader conferenci sobre las "Posibilidades de un arte nacional y principales caracteres" hablando de la importancia de las "conquistas espirituales", de "las fuerzas del

    pueblo" y del "trabajo intenso" 5. Casi inmediatamente surgi, con la intencin de canalizar tales principios, la agrupacin "Nexus", que adems propuls la creacin de un Saln Nacional, hecho que se concretara en 1911.

    Todos estos hechos formaron una base que habra de ampliarse y consolidarse en las dos dcadas siguientes.

    En 1909 el escritor Ricardo Rojas public "La Restauracin Nacionalista" en donde afirmaba la necesidad de una "emancipacin cultural" y de imprimir a la educacin argentina un carcter nacionalista a travs de la Historia y las Humanidades. Si antes nos aislaba el desierto, deca, ahora lo hace el cosmopolitismo. Su obra quiz hubiese pasado desapercibida de no ser por los elogios pblicos recibidos de Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu, Jos Rod, Enrico Ferri y Jean Jaurs, entre otros.

    Durante 1910 se celebr en Buenos Aires la Exposicin Internacional del Centenario, certamen al que acudieron artistas de las principales naciones europeas. Las

    misma produjo dos fenmenos que hemos de destacar: una febril carrera por adquirir obras de arte y la reanudacin de los lazos fraternos entre argentinos y espaoles.

    El pblico argentino que haba permanecido aptico hasta ese momento ante las dis-tintas ofertas artsticas con excepcin de algunas obras europeas se lanz con frenes a la compra de cuadros y esculturas. Se multiplicaron a partir de all las exposiciones, se form una corriente migratoria de marchands que llevaban piezas desde Europa y que miraban con asombro sus manos llenas a la hora del regreso.

    Surgieron las "inauguraciones privadas", hbil maniobra para asegurar clientes y ventas antes del vernissage pblico 6.

    En 1910 se apaciguaron definitivamente muchos de los viejos resquemores y distan-

    ciamientos que enfrentaban a los argentinos y a los espaoles desde haca un siglo atrs. No slo aument la simpata hacia ellos sino que sta tambin surgi como reac-cin ame el progreso materialista impuesto por los gobernantes consumidor de la cul-tura nacional, tal como se encarg de sealarlo Manuel Glvez, quiz el autor ms espaolizante de aquellos aos, y confirm luego el citado Rojas.

    Este renacer de los hispnico en la cultura y, sobre todo, en el arte argentinos, tom cauces ms firmes cuando artistas como Hermenegildo Anglada Camarasa e Ignacio Zuloaga decidieron enviar con frecuencia sus obras a Buenos Aires. El vasco haba sido, con 36 obras, el pintor mas representado en la Exposicin del Centenario, seguido por el argentino Quirs con 26, de las cuales la mayora haban sido ejecutadas en Mallorca. Con picarda inusual el representante de Zuloaga haba hecho divulgar que el pintor acababa de morir, logrando vender en un santiamn todas las obras. El propio artista se ocup en desmentirlo y devolver el dinero a quienes, engaados, lo hubieren solicitado.

    El Saln Nacional argentino surgi en 1911, en un momento como se ve, muy opor-tuno, brindando a los artistas el contacto con el gran pblico, vido de conocer y adquirir. Segn el reglamento creado por Cupertino del Campo los premios seran otor-gados preferentemente a obras de "carcter nacional", es decir, a las que demostraran una preocupacin especial por reproducir nuestro ambiente.

    En 1913 el mismo Del Campo retom luego de seis aos la senda de Fader y dict una conferencia sobre arte nacional, entendiendo al mismo como traduccin del pensar y del sentir de cada pueblo. En cuanto a lo argentino dijo que "la Pampa (es) la que

    posee el gran secreto, donde se ha refugiado el carcter nacional desplazado por el cos-mopolitismo de las grandes ciudades"'.

    En ese mismo ao Manuel Glvez en "El Solar de la raza" haba hablado de "aque-llas ciudades de provincia donde, al contrario de Buenos Aires y otras ciudades en

    pleno progreso, an perdura el antiguo espritu nacional, el sentimiento de la patria, la profundidad espiritual de la raza ..." 8.

    A las sucesivas reivindicaciones de la nacionalidad acompaaron, en 1914, algunas consecuencias de la primera guerra mundial. Bases europeas que hasta entonces se

    crean firmes demostraron que no lo eran tanto. Ricardo Rojas se vali de ello para rea-firmar la premisa de que no deba confundirse a nuestro nacionalismo con el de las otras naciones, ni atacarlo con argumentos de Europa '.

    Otra de las consecuencias directas para el arte fue el regreso al pas de artistas radi-cados temporalmente en Europa, entre ellos Quirs.

    Mientras, los hechos iban acordes con las "profticas" palabras de Cupertino del Campo y de Manuel Glvez de 1913: los artistas argentinos que comenzaban a tener xito resultaban ser los que se iban a pintar paisajes y motivos tpicos a las provincias, trayendo sus obras a Buenos Aires para exponerlas.

    En 1914 Jorge Bermdez muerto en Granada en 1926 siendo cnsul de su pas en esa ciudad se traslad desde Buenos Aires hacia el noroeste argentino donde concret sus obras ms relevantes. Haba estudiado con Zuloaga, cuyo sello personal qued gra-bado en varios de sus cuadros. El espaol le haba instado a regresar a la Argentina y pintar sus tipos y costumbres.

    Enfermo de tuberculosis y sumido en la miseria, Fernando Feder pas de Mendoza a Buenos Aires y all, en 1916, a Crdoba. Sus luminosos paisajes se convirtieron

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  • pronto en arquetipo del arte argentino prevaleciendo en las preferencias del pblico porteo durante toda la dcada del veinte. Numerosos artistas intentaron el camino del xito trasladndose a Crdoba en el afn de imitarlo.

    En 1918, y luego de afirmar haber sentido "el llamado de su tierra", Cesreo Bernaldo de Quirs regres a su provincia natal, Entre Ros, para reflejar en sus obras el paisaje y la historia de aquel terruo. Compenetrado con la historia y el sentir de su gente concret su famosa serie "Los Gauchos", de notable influencia velazquiana, con la que recorri varias capitales europeas y norteamericanas a partir de 1929.

    Bermdez, Fader, Quirs. Tres artistas cuyos cuadros reflejaron aquellos conceptos de "arte nacional" de "vivir" lo que se haba de trasladar a la tela, poseedores de aque-llas "fisonoma moral" necesaria de la que haba hablado Schiaffino en 1894.

    En 1919 Manuel Rojas Silveyra, crtico de la revista "Augusta" destac como "las tres exposiciones del ao" las individuales de aquellos tres pintores. En 1921 su Ricardo Rojas se refiri a ellos como el "ncleo glorioso de la actual escuela eurndica" 1o.

    Como se ha podido apreciar, y tal como lo seal oportunamente Diana Wechsler, las normas nacionalistas vigentes fueron impuestas por las instituciones y los crticos actuantes en aquella poca quienes discriminaron "que es arte argentino y que no es". El arte argentino se entenda como "pintoresquismo localista", representacin de "tipos regionales ausentes de la realidad nacional como el indio" ".

    El "arte nacional" sigui siendo tema de anlisis durante el tercer decenio del siglo XX, destacndose la conferencia pronunciada por Jos Len Pagano en 1926, donde aceptaba la diversificacin y las facetas cambiantes como un "signo de modernidad"; deca que si no se advertan transformaciones de formas estticas derivadas de los pobladores primitivos de la argentina esto se deba a que los mismos no pertenecan a una civilizacin muy avanzada. "El arte es argentino -concluy- porque son hombres argentinos los que lo producen" 12.

    En conclusin, podemos decir que en el primer cuarto de siglo, y especialmente a partir de mediados de la segunda dcada del mismo se consolid en la Argentina una pintura de temtica paisajstica -influencia mediante del "pleinarismo" impresionista- y costumbrista -siguiendo postulados del discurso de artistas plsticos, literatos y crticos de peso-.

    Tales temticas ya haban sido abordadas en el siglo anterior cobrando mayor vigencia en el XX, adoptndose nuevas tcnicas de ejecucin -academicismo italiani-zante en Della Valle, influencia zuloagesca en Bermdez y Quirs, etc.-. En lo que res-pecta al concepto de "arte nacional" no se pusieron en tela de juicio dichos medios

    -como dijo Pagano tal "diversificacin" resultaba un natural y aceptable "signo de modernidad"-; bastaba simplemente la "compenetracin" el artista con el ambiente' local.

    3 "Cuestiones de arte. Rplica al seor Rafael Obligado". Diario La Nacin. Buenos Aires, 29 de julio de 1894, pg. 1. 4 ROJAS, Ricardo: Eurindia. Ensayo de esttica fundado en la experiencia histrica de las cul-

    turas americanas. Buenos Aires, Librera "La Facultad", 2! ed. 1924, pg. 315. 5 GUTIRREZ VIUALES, Rodrigo: "Fernando Fader. (1882-1935). Del infortunio a la gloria". Resistencia, 1990, pgs. 54-56.

    6 Ver: CHIAPPORI, Atilio: "Nuestro ambiente artstico y las modernas evoluciones tcnicas. (1907-1927)". Revista Nosotros. Buenos Aires, 1927, nms. 219-220 (vigsimo aniversario), pgs. 233-234. 7 "Museo de Bellas Artes. El arte argentino. El momento actual". Diario La Nacin. Buenos

    Aires, 21 de octubre de 1913, pg. 15. 8 GALVEZ, Manuel: El Solar de la raza. Buenos Aires, Editorial Poblet, 7.' ed., 1943, pg. 16.

    9 ROJAS, Ricardo: La Guerra de las Naciones. Buenos Aires, Librera "La Facultad", 2! ed., 1914, pg. 102.

    10 Segn Rojas "Eurindia" equivala a la conciliacin de la tcnica europea con la emocin ame-ricana. Como se ve, al hablarse de arte nacional no se cuestionaban en general las expresiones

    plsticas de los artistas; s era necesaria aquella "compenetracin" de los mismos con el ambiente en el que vivan y pintaban. "Dos peligros de esterilidad dijo Rojas se ofrecen a los artistas argentinos: el remedo del arte europeo, que se aprende en nuestras academias, y el remedo del

    arte indgena, que se aprende en nuestros museos" (En: Chiappori, Atilio: La Inmortalidad de una patria. Buenos Aires, 1942, pg. 27). 11 WECHSLER, Diana B.: "Saln de Bellas Artes, promotor de vocaciones nacionalistas (1920-1930)". Buenos Aires, 2.` Jornadas de Teora e Historia de las Artes, CAIA, 1990, pgs. 88-102. 12 "El nacionalismo en el arte. Conferencia de J. L. PAGANO". El ao artstico argentino 1926.

    Buenos Aires, M. Frederic Director-Editor, Librera y Editorial "La Facultad", 1927.

    NOTAS

    1 Para el tema remitirse a MONETA, R. y otros: Artes plsticas y cultura nacional. Buenos

    Aires, Ed. La Cebolla de Vidrio, 1984, pg. 104. 2 "Ateneo. La conferencia de anoche". diario La Nacin. Buenos Aires, 29 de junio de 1894, pg. 5.

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